PARTICIPACION SOCIAL EN EL MANEJO DE LOS RESIDUOS SOLIDOS

PARTICIPACION SOCIAL EN EL MANEJO DE LOS RESIDUOS SOLIDOS Experiencias de una Política de Integración de Grupos Sociales para el Mejoramiento de los ...
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PARTICIPACION SOCIAL EN EL MANEJO DE LOS RESIDUOS SOLIDOS

Experiencias de una Política de Integración de Grupos Sociales para el Mejoramiento de los Servicios de Aseo Urbano en la Ciudad de México.

Lic. Rosalba Cruz Jiménez Lic. José Maldonado Pérez Arq. Augusto Valenzuela López

INTRODUCCIÓN

Toda política de mejoramiento del manejo de los residuos sólidos requiere de una estrategia de orientación de la participación social, que defina la actuación de los grupos de acuerdo a los roles que cada uno asumen en las diferentes etapas del ciclo de los residuos sólidos. Esto es, en un sistema en donde toda acción de mejoramiento está altamente condicionada por el comportamiento de los actores sociales, se plantea la necesidad de buscar un efectivo consenso entre las acciones de la población y la gestión del gobierno, que se oriente a captar la demanda específica de servicios y a mitigar el rechazo que se deriva de la concepción peyorativa del término “basura”, asociada a desperdicio, deterioro, insalubridad, contaminación o disfuncionalidad urbana. Asimismo, se requiere una política que busque concretar el esfuerzo individual en el ejercicio de una nueva cultura urbano-ambiental que permita incorporar modificaciones sustantivas en cada una de las fases del ciclo de los residuos sólidos. De acuerdo a este planteamiento, el presente documento describe la experiencia de la Ciudad de México en materia de orientación social para la construcción de obras de infraestructura, la integración de grupos sociales en los procesos de clausura de vertederos a cielo abierto, la operación de rellenos sanitarios con pepena controlada como etapa intermedia y su incorporación a las plantas de selección y aprovechamiento en forma de mano de obra calificada en procesos parcialmente industrializados. De la misma manera, se analiza y presentan los resultados de la participación de la población en programas piloto de separación en la fuente. Finalmente, conviene mencionar que los avances técnicos para la modernización del manejo de los residuos sólidos en la Ciudad de México, ha requerido de la instrumentación de una política de participación social intensiva, por lo que se considera que la presentación de esta experiencia, su análisis y resultados constituyen una aportación que proporciona elementos de juicio para la instrumentación de programas de mejoramiento de los servicios de aseo urbano en ciudades con problemática similares.

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Consideraciones Generales sobre la Participación Social El manejo de los residuos sólidos es un conjunto de servicios de intrínseca naturaleza social. Pocos servicios públicos requieren de altos niveles de participación social. El manejo de los residuos conlleva un hecho social. Cada persona, cada familia, una colonia, una ciudad, participan directa o indirectamente en la genésis, desarrollo y posterior disposición de sus desechos. La generación de residuos es un hecho individual que deriva en un proceso acumulativo que involucra a la sociedad en su conjunto. Todos los elementos de la sociedad tienen roles y funciones bien definidas de participación en torno al manejo de los residuos sólidos tanto individuall como colectivamente. De los patrones de comportamiento personal se afectan las magnitudes, de las conductas de grupo se definen sus componentes y de todos depende su impacto en el ambiente. Pese a esta cualidad social, al manejo de los residuos sólidos solo en pocas ocasiones se le confieren una atención social prioritaria, equivalente a las soluciones técnicas. Diversas son las modalidades y manifestaciones de participación que se requieren, tanto a nivel individual, como colectiva. Se pueden distinguir dos etapas en la participación ciudadana en relación al manejo de los residuos sólidos. La forma más avanzada de estas etapas es la participación individual, la actitud consciente de cada persona a favor de una racionalidad en la generación de residuos, buscando generar la menor basura posible o quizá orientándose hacia el ideal ecologista de no generar residuos. En esta etapa se encuentra ubicado también el proceso de separación en la fuente. En la actualidad, en la mayoría de las ciudades en las que ya se puede hablar de esta etapa, la participación social se manifiesta como un hecho de carácter zonal, regional o local, sin poder extender todavía su alcance al contexto de un localidad en general. Una segunda etapa de transición, pero muy importante ejercicio cívico urbano, lo constituye la participación social de grupo, orientada a fortalecer y mejorar los vínculos de la ciudadanía como comunidad con los servicios inherentes al manejo de los residuos sólidos. En general esta etapa tiende a superar el reto que representa la aceptación de la infraestructura del servicio, y en ocasiones ha determinado, ya que el rechazo a ésta ha limitado la evolución del servicio, y en ocasiones ha incrementado su costo a límites que ciudades de economías en desarrollo difícilmente pueden sufragar. Este nivel como paso intermedio en la actualidad constituye la forma de participación social más importante, en ciudades que para fortalecer el manejo de los residuos sólidos, requieren de ka conformación de una infraestructura básica como plataforma de despegue. Esta etapa representa un reto a las autoridades e implica transformaciones de fondo tanto en los conceptos como en la definición de sistemas y procedimientos; así como un cambio en las prácticas administrativas y la revisión de las condiciones del manejo de los residuos sólidos en las ciudades. De esta forma, el primer obstáculo que enfrenta la participación ciudadana es la asociación peyorativa de la basura en su manejo. Efectivamente, a lo largo de los años en nuestras ciudades el manejo se había mantenido en condiciones de rezago con respecto a otros servicios urbanos, presupuestal, administrativa y operativamente no se consideraba como servicio prioritario, lo que institucionalmente condicionó su manejo, generando impactos negativos en el entorno y el ambiente. En el caso de la Ciudad de México la memoria urbana registra las grandes montañas de basura en los antiguos vertederos a cielo abierto, en donde el desprendimiento de olores, la proliferación de

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fauna nociva y el deterioro de la imagen urbana constituían el panorama d estos sitios. Situaciones semejantes se grabaron en la población en torno a las anteriores estaciones de transferencia. Sin embargo, los grandes requerimientos ambientales de la Ciudad de México, la dinámica urbana y la existencia de déficits del servicio demandaban más y mejores instalaciones. Derivado de lo anterior, fue necesario definir una política de acercamiento a la población para lograr el apoyo ciudadano que consideraba cambios sustantivos en los procedimientos, prácticas administrativas, técnicas del manejo de los residuos sólidos; y fundamentalmente incorporaba modificaciones conceptuales de fondo. Esta concepción implicó las siguiente acciones básicas:

ACCIONES BASICAS PARA INVOLUCRAR LA PARTICIPACION SOCIAL EN EL MANEJO DE LOS RESIDUOS SOLIDOS

ACCIONES

OBSERVACIONES

ELIMINAR EL CONCEPTO PEYORATIVO DE LA Tradicionalmente se asocia este concepto a lo sucio y BASURA DE LAS PRACTICAS INSTITUCIONALES. rezagado, proyectándose esta imagen en el contexto general del servicio. ORIENTAR EL MANEJO CON UN ENFOQUE Actualmente, se incorporan conceptos ecológicos, INTEGRAL DE NATURALEZA AMBIENTAL, SANITARIA urbanísticos, de vialidad e imagen, a fin de considerar el DE FUNCIONALIDAD E IMAGEN URBANA. impacto al ambiente, así como la imagen y funcionalidad urbana.

ESTABLECER EFECTIVOS CASOS DEMOSTRACION La confianza ciudadana se logra con la observación dde DE MEJORAMIENTO DE LOS SERVICIOS DE obras realizadas que operan adecuadamente. TRANSFERENCIA Y DISPOSICION FINAL CON TENDENCIA A INCORPORARSE A LO LARGO DE TODO EL MANEJO DE LOS RESIDUOS SOLIDOS.

Mediante convenios específicos de vigilancia y control por ESTABLECER COMPROMISOS Y parte de la población y operación adecuada de los servicios RESPONSABILIDADES DE LAS AUTORIDADES; Y por parte del Gobierno. DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LOS HABITANTES. Atención específica a grupos sociales, individuales o demandas particulares y generales Establecimiento de comités ciudadanos para vigilar: Impacto ambiental Efecto al entorno urbano Funcionalidad vial

ESTABLECER MECANISMOS DE TRABAJO SOCIAL

Atención específica a grupos sociales, individuales o demandas particulares y generales.

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Las consideraciones anteriores se sustentaban en una efectiva convicción política de mejorar el manejo de los residuos sólidos asumiendo compromisos que definitivamente deberían instrumentarse, viéndose resultados en el corto plazo que paulatinamente estarían posibilitando la aceptación de la población a la construcción de infraestructura básica. Grandes fueron los esfuerzos de concertación, múltiples demandas que atender y responder, pero finalmente, los habitantes de la Ciudad de México y las autoridades han ejercido nuevas formas de relación en el manejo de los residuos sólidos; y con ello se ha venido conformando la infraestructura básica para alcanzar nuevos estadios de desarrollo y así contar con la plataforma para atender formas más avanzadas de participación social. Diversas son las modalidades y manifestaciones que puede asumir la participación social a lo largo del ciclo de los residuos sólidos como se puede apreciar en el siguiente cuadro.

PARTICIPACION DE LA SOCIEDAD EN EL MANEJO DE LOS RESIDUOS SOLIDOS ETAPA

PARTICIPACION SOCIAL DE GRUPO O INDIVIDUAL

PRODUCCION Y COMERCIALIZACION

Promover la producción de bienes reciclables Reducir envases y empaques Fabricar envases y empaques reciclables y reusables Apoyar la identificación de subproductos reciclables

GENERACION

Racionalizar el consumo para reducir la generación de residuos. Incorporar al consumo mayor demanda de productos reciclados Reusar envases y empaques en áreas domésticas

ALMACENAMIENTO

Almacenar la basura doméstica en recipientes adecuados y en su caso por separado En el caso de contenedores en la vía pública, respetar el límite de capacidad de almacenamiento

RECOLECCION Y BARRIDO

Barrer las aceras y rfecolectar la basura acumulada en éstas Esperar a que pase el camión recolector para depositar sus residuos Organizarse paraa crear brigadas de recolección incluyendo también zonas industriales y de servicios Vigilar los recorridos de los camiones recolectores en ruta Aceptar los cargos de inspectores honorarios

TRANSFERENCIA

Aceptar la construcción de instalaciones como una necesidad pública Formar comités de vigilancia de la operación y de manera objetiva opinar sobre su funcionamiento

TRATAMIENTO

Aceptar la construcción de instalaciones en áreas apropiadas Crear comités ciudadanos de seguimiento y vigilancia de las instalaciones, reportando anomalías Fomentar el tratamiento de residuos creando demanda para estos bienes.

DISPOSICION FINAL

Formar comités de vigilancia a fin de que el depósito se realice eficientemente en los rellenos sanitarios cuidando que se observen las normas sanitarias establecidas. Aceptar la construcción de instalaciones

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La participación social condiciona el horizonte de planeación de un proyecto de tal forma que este puede ser de corto, mediano o largo plazo dependiendo de las características de las manifestaciones sociales. Tradicionalmente, se atribuye como una responsabilidad de la sociedad, las etapas de producción, comercialización, generación y almacenamiento, por lo que cualquier política que incorpore cambios sustanciales en el comportamiento de estas variables, requiere de periodos más largos de instrumentación ya que demanda cambios en actitudes de la población y un proceso de asimilación social que generalmente son lentos. Los proyectos de mejoramiento de los servicios de recolección , transferencia y disposición final aunque son funciones de intrínseco control gubernamental, su factibilidad de instrumentación en el corto plazo, la determina la forma de cómo participa la sociedad.

ESTUDIO DE CASO Participación Social para la Conformación de Infraestructura y Operación de Estaciones de Transferencia. Al inicio de la década de los años 90, la Ciudad de México requería incrementar la capacidad instalada de la infraestructura de transferencia, mediante la ampliación de las instalaciones existentes o de la construcción de nuevas. Para ello se llevaron a cabo los estudios técnicos necesarios que determinaron la ubicación y características de estas edificaciones. Sin embargo, se presentaban dos grandes retos, el primero relacionado con la dinámica urbana dadas las condiciones ambientales de la ciudad, el intenso flujo vehicular y la alta densidad urbana. En el segundo caso, se enfrentaba a una mayor presión social oponiéndose a la construcción de estaciones de transferencia y rellenos sanitarios. Por ello, fue necesario considerar prioritariamente en los proyectos, criterios ecológico-urbanísticos que mitigaran el impacto al ambiente y se orientaran a fortalecer las acciones de control sanitario, higiene e imagen urbana, incorporando medidas tales como, instalación de filtros para controlar las emisiones al ambiente, mecanismos para captar polvos y partículas que se desprenden de la operación, sistemas de aspersión de agua en la zonas de tolvas, zona de encolamiento, muros y techumbres multipanel para el control de ruidos, áreas verdes y murales ecológicos. Una vez definidos los proyectos con estos criterios, se procedió a definir una estrategia de concertación con la población que fue modificándose conforme la reacción de los grupos sociales.Estas acciones consideraban lo siguiente: •

Equilibrar la relación de fuerzas entre los grupos opositores y el resto de la población.



Establecer mecanismos de coordinación gubernamental en apoyo al proyecto.



Establecer compromisos y responsabilidades Gobierno-Población

En relación a la primera vertiente, se realizaron pláticas de sensibilización a la población dividiendo ésta en cuatro grandes grupos: •

Población del entorno directamente afectada por la operación de la estación de transferencia



Grupos específicos que manifestaban oposición



Población involucrada en el manejo de los residuos sólidos (Sindicato y Pepenadores )



Población en general

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Para llevar a cabo estas pláticas de sensibilización se buscó el apoyo de otros grupos de la población con autoridad técnica y moral reconocida, tales como asociaciones de ingenieros, médicos, líderes de opinión, instituciones públicas y privadas, etc. Cabe señalar que se puso especial atención a la conformación de grupos de trabajo para la impartición de las pláticas, buscando contar con profesionales altamente calificados en las siguientes especialidades para un equipo básico: ingeniería sanitaria, ingeniería civil, psicología, sociología o trabajo social, así como un coordinador político como enlace entre autoridades locales y centrales. Asimismo, se consideró un equipo ampliado para conferencias y atención a grupos especializados, incorporando técnicos en geología, ingeniería de tránsito, salud, etc. Con el propósito de establecer formalmente compromisos con la población se determinó la firma de un convenio en donde las autoridades se comprometían a respetar los acuerdos para la construcción y operación de las estaciones de transferencia, bajo el entendido de que en caso de incumplimiento a cualquiera de las cláusulas, los habitantes podrían parar el funcionamiento de las instalaciones. Asimismo, los ciudadanos organizados en grupos de trabajo, vigilarían y darían seguimiento a los procesos definidos. A fin de compensar a los vecinos de la estación de transferencia su apoyo a la ciudad por posibilitar la construcción y operación de estas instalaciones, fue necesario integrar un paquete de obras urbanas que dieran respuesta a las principales demandas de la población del entorno, confiriéndoles prioridad en los presupuestos de las dependencias encargadas de ejercer los gastos correspondientes. Para ello, fue necesario fortalecer la coordinación intergubernamental Un ejemplo de caso que ilustra este proceso, es el realizado para la construcción y operación de la Estación de Transferencia Tlalpan La Ciudad de México esta constituida por 16 delegaciones políticas que en conjunto suman una 2 extensión de 1,499 km con una población de 8'235,744 habitantes, sin considerar la Zona Metropolitana que incluye 17 municipios conurbados del Estado de México. 2

Al sur de la ciudad se localiza la delegación Tlalpan, la cual cuenta con una superficie de 312 km , que la convierte en la Delegación más extensa, y representa 20.8 % del territorio del Distrito Federal. Limita al norte con las delegaciones Alvaro Obregón y Coyoacán, al este con Xochimilco y Milpa Alta, al sur con el Estado de Morelos y al oeste con el Estado de México y la delegación Magdalena Contreras. Los principales componentes climáticos como la temperatura y la humedad están condicionados por la presencia de sierras Ajusco y Xitle, sitios que por su riqueza forestal constituyen reservas de fauna y flora y actúan aunque cada vez menos, como equilibradores del clima dentro de la cuenca del valle de México. Estos sitios son parte de la reserva ecológica considerados como parques nacionales. La delegación comprende 8 pueblos, 7 barrios, 143 colonias, que integran 104,292 viviendas. El 70% del territorio pertenece a comuneros, el 17% a particulares, el 10% al Gobierno Federal y el 3% a ejidatarios. Tiene una población de 484,866 habitantes que generan alrededor de 681 toneladas día de residuos sólidos. En la década de los 80's esta delegación presentaba una problemática de acentuada magnitud al albergar un tiradero a cielo abierto en las inmediaciones del Ajusco, lo que condicionó por años el manejo de los residuos; además de contar con una recolección ineficiente motivada por los largos recorridos que realizaban los camiones recolectores de hasta 34 km, ya que por carecer de una estación de transferencia, se veían obligados a depositar sus residuos en estaciones de otras demarcaciones. En este sentido, las autoridades del Departamento del Distrito Federal iniciaron un análisis sobre la problemática existente en donde se determinó la necesidad de construir una estación de transferencia.

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Es así como se realizan los estudios preliminares que permiten identificar que la ubicación más adecuada para la construcción de la estación, es en el kilómetro 5.5 de la carretera Picacho-Ajusco por las características topográficas que presenta este lugar, como son: un gran sistema de elevaciones de origen volcánico con un alto grado de fractura, acumulación de roca volcánica que forma depósitos de gran espesor y en general las texturas son del tipo franco arenoso, la consistencia suelta pulverulenta y friable cuando los suelos están muy secos. En sus inicios, se empiezan a dar manifestaciones sociales en contra de su construcción, participando en estas desde asociaciones de colonos, padres de familia hasta grupos ecologistas que pertenecían a estratos socioeconómicos distintos y la existencia de una escuela privada en el predio contiguo que condicionaba su instalación. Esta situación obligó a las autoridades a llevar a cabo un amplio programa de difusión y concertación con los distintos grupos sociales, que consistió desde pláticas personales, visitas a escuelas, programas de radio y juntas locales con apoyo de material didáctico: láminas, maquetas, trípticos, entre otros, explicándoles en que consistía la instalación de este tipo de infraestructura. Asimismo, se les otorgo información respecto a los beneficios adicionales que obtendrían con obras complementarias como: pavimentación de calles, incorporación de un tercer carril vial, áreas arboladas, estacionamiento para un Colegio, etc; además de sensibilizarlos sobre la necesidad de mejorar los sistemas de manejo de los residuos que se estaban convirtiendo en un grave problema en la zona. Derivado de lo anterior se creó un comité de vigilancia integrado principalmente por representantes de los distintos grupos involucrados, el cual tenía como finalidad llevar a cabo la supervisión y vigilancia de las emisiones al ambiente, el funcionamiento vial y los aspectos al entorno. Bajo este contexto se definió la construcción de la Estación de Transferencia Tlalpan, con los criterios y especificaciones acorde a los requerimientos de operación y a las demandas ciudadanas. La Estación de Transferencia Tlalpan con una capacidad instalada de 700 toneladas día, 2 2 comprende una superficie total de 25,000 m de los cuales 15,000 m se destinaron a áreas verdes y a la creación de un pequeño bosque que, junto con los árboles de la zona, demandaron la plantación de 1,000 árboles así como de cientos de plantas y flores. Para evitar posibles encolamientos de vehículos recolectores fuera de la estación así como para 2 agilizar el tráfico vehicular, se construyeron 5,000 m de vialidad interna. La estación cuenta con instalaciones totalmente cubiertas con lámina multipanel; muros de block para amortiguamiento de ruidos; tolvas para la descarga de residuos con dispositivos atomizadores para contrarrestar la emisión de polvos y olores; sistemas de depuración de aire; sistema hidroneumático para lavado y riego y cisternas de agua potable y de agua tratada para riego y lavado, elementos técnicos y ecológicos de avanzada que le da una presencia urbanística más estética acorde a las características de la zona. Además, cuenta con barda perimetral, rampas de entrada y salida de recolectores, taller de mantenimiento, área administrativa, estacionamiento y sanitarios. Posterior a la Estación de Transferencia Tlalpan, y siguiendo los mismos criterios empleados se construyeron las estaciones Alvaro Obregón y Central de Abasto II, así como la rehabilitación de las existentes en Coyoacán, Venustiano Carranza, Miguel Hidalgo y Central de Abasto I.

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ESTUDIO DE CASO Integración de Grupos Sociales Participantes en Manejo de los Residuos Sólidos: del Vertedero a Cielo Abierto a las Plantas de Separación.

Otro de los estudios de caso en donde la atención a la problemática social representa una actividad prioritaria paralela a las soluciones técnicas, lo constituyó la presencia de grupos de selectores de residuos en los vertederos a cielo abierto en condiciones de marginalidad, pobreza extrema, liderazgos excesivos, farmacodependencia, analfabetismo, bajos índices de esperanza de vida, etc. A mediados de la década de los años ochenta, el desarrollo del manejo de los residuos sólidos de la Ciudad de México requería una transformación en la calidad de vida y condiciones de trabajo de los grupos de selectores, en donde el mejoramiento en la operación de la disposición final solo se lograría con una ordenada y controlada labor de pepena, orientada en el mediano plazo a erradicarla por completo de los sitios de disposición final. De esta forma, se define una estrategia gradual, consistente en una serie de acciones sucesivas instrumentadas a partir de 1984 buscando mejorar las condiciones laborales, de vivienda, salud y educación de los pepenadores o selectores. Durante los años comprendidos entre 1984 y 1997, se identifican dos etapas: Primera etapa ( 1984-1991 ) En esta etapa se llevaron a cabo las acciones iniciales que se realizaron paralelamente a las obras de saneamiento y clausura de los vertederos a cielo abierto. La estrategia se orientaba a inducir hábitos de higiene, planificación familiar, capacitación, adiestramiento y educación básica que posibilitara la asimilación de una disciplina laboral y de una integración paulatina al resto de la sociedad. En esta etapa, la situación de los pepenadores se caracterizaba por los siguientes aspectos: • • • • • • • • • •

Vivienda permanente dentro del vertedero Bajos ingresos, pago a destajo y sin horario de trabajo Bajos índices de esperanza de vida Carencia de servicios básicos Alto grado de analfabetismo Baja escolaridad infantil por rechazo social Marginalidad Alcoholismo y drogadicción Lucha por el control de la basura Dependencia de un liderazgo

Ante esta situación y dentro de una política de clausura de vertederos a cielo abierto se realizaron las siguientes acciones en el vertedero de Santa Fe: A partir del año de 1986 se inició la clausura y saneamiento del vertedero, sitio donde se alcanzaron a depositar aproximadamente 20 millones de toneladas de residuos en una superficie de 60 hectáreas, durante cuatro décadas. Para llevar a cabo esta clausura, se requirió de la sensibilización y concertación con los grupos de pepenadores a fin de establecer las condiciones y lineamientos necesarios para su reubicación, siguiéndose la estrategia siguiente:

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Incorporar un proceso gradual de operación con pepena controlada



Separar los conceptos Labor-Vivienda



Introducir el concepto Trabajo



Revalorizar la actividad de selección en el ámbito productivo



Realizar acciones intensivas de trabajo social



Realizar acciones de concertación con pepenadores

Con el propósito de separar el ámbito laboral del habitacional se construyó la Unidad Habitacional Tlayapaca localizada en un área cercana a su fuente de trabajo. Para tal efecto, se seleccionó un predio para el desarrollo de la Unidad Tlayapaca con capacidad para 610 familias, mediante la adaptación de módulos-aulas donados por la SEP y la utilización de material hidráulico, eléctrico y mobiliario sanitario proporcionado por el organismo encargado del manejo de viviendas provisionales utilizadas con motivo de los sismos de 1985. En el ámbito laboral se establecieron horarios y espacios específicos, se reordenó la separación de subproductos consolidando lo que se denominó pepena controlada que identificó a estos trabajadores como selectores de residuos. De esta forma, el Relleno Sanitario Pardos de la Montaña operó con procesos de pepena controlada.

Características de la Vivienda CASAS HABITACION CAPACIDAD;

610 FAMILIAS

SUPERFICIE TOTAL:

14.8 has.

VIVIENDAS:

4.1 has.

VIALIDADES:

1.9 has.

SERVICIOS:

0.8 has.

ÁREAS VERDES:

8.0 has. 64 M2 LOTE

CADA VIVIENDA UNA FAMILIA

CARACTERISTICAS •

UNIDAD MUY CERCA AL FRENTE DE TRABAJO.



PROMOVER TRABAJO SOCIAL INTENSIVO PARA HABITOS DE HIGIENE, CONVIVENCIA FAMILIAR Y GRUPAL.



MODULO DE VIVIENDA CON DORMITORIO, SALA COMEDOR, COCINA Y SANITARIOS.

52 M2 CONSTRUCCIÓN

AMBITO LABORAL •

HORARIOS MATUTINO Y VESPERTINO



FRENTES DE TRABAJO ESPECIFICOS.



REGISTRO E IDENTIFICACIÓN DEL PERSONAL

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Un elemento indispensable para avanzar en la reubicación de los pepenadores fue el trabajo social realizado en el periodo de adaptación a sus nuevas viviendas, ya que se requería de un proceso de sensibilización e inducción a nuevas formas de vida.

Segunda etapa ( 1992 - 1997 ) A partir del año de 1992 se inicia un programa de construcción de plantas de selección y aprovechamiento de residuos, lográndose la puesta en marcha de las plantas de San Juan de Aragón, Bordo Poniente en una primera etapa y posteriormente la de Santa Catarina. Estas plantas se iniciaron con una capacidad instalada de procesamiento de 4,500 tn/día, aumentándose en 1997 a 6,500 tn/día. En dichas instalaciones se incorporó la mano de obra de los pepenadores a los procesos mecanizados de separación de residuos, estableciéndose un cambio sustancial en sus condiciones de trabajo. Cabe destacar que se privilegió el uso intensivo de mano de obra en relación uso de tecnologías avanzadas en beneficio del mantenimiento de mano de obra susceptible de especializarse a través de la capacitación. Lo contrario hubiera implicado expulsar a los pepenadores al desempleo abierto y probablemente a la delincuencia. De esta forma, la tendencia en la evolución de los grupos de pepenadores apuntaba hacia la consolidación de un esquema laboral de tipo industrial en donde participarían como obreros calificados, además de conformar una sociedad mercantil, que formaliza su participación y relación con el gobierno, además de posibilitar la explotación y comercialización de subproductos.

PROCESO DE INCORPORACION DE LOS GRUPOS DE PEPENADORES A LAS PLANTAS DE SELECCION

CONCERTACION PARA CONVENIOS DE REUBICACION DE VIVIENDAS Y DE AREAS DE TRABAJO INDUCCION A LAS PLANTAS CAPACITACION A LOS PEPENADORES BECAS TRANSITORIAS DURANTE EL ENTRENAMIENTO ( Salario mínimo tres meses ) CONSTITUCION COMO EMPRESAS MERCANTILES ORGANIZACION LABORAL PARA LA DISTRIBUCION DEL INGRESO ORGANIZACIÓN Y ADMINISTRACION DE LAS PLANTAS: • •

Gobierno: Conducción general, distribución de residuos y mantenimiento Grupos: Operación y comercialización

Conjuntamente con la nueva forma de trabajo, el concepto de vivienda fue modificado, incorporando a las familias de pepenadores a grupos sociales generalizados de la sociedad, evitando segregarlos del contexto social como habían permanecido por décadas. Esto se posibilitaba ante la experiencia vivida en la Unidad Habitacional Tlayapaca en donde a lo largo de

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7 años y a través de una intensa tarea de trabajo social, habían ido adquiriendo hábitos y costumbres de convivencia social y de utilización de infraestructura y vivienda urbana. De la misma manera, los servicios escolares para la población infantil y adolescente se prestarían en escuelas oficiales de la propias zonas, cercanas a su domicilio con lo cual se daba un proceso más rápido de integración. Por otra parte, ante la restricción de trabajo en las plantas de las mujeres embarazadas y de niños, como se hacía en los antiguos vertederos, fue necesario incorporar guarderías infantiles que posibilitaran el trabajo de las madres trabajadoras. Cabe señalar, que esta práctica de asistencia social ya se llevaba a cabo en la Unidad Habitacional Tlayapaca, aunque por las características de las tareas ahí realizadas aún se incorporaban personas de este grupo. Derivado de lo antes expuesto se puede señalar que las acciones de clausura y saneamiento de los vertederos a cielo abierto que existían en la Ciudad de México en el año de 1984, planteaban la de necesidad de suprimir las labores de pepena o de recuperación de materiales reciclables en los nuevos rellenos santitarios, actividad que generaban ingresos para familias enteras que habitaban y laboraban en dichos sitios; y asimismo, requería de su incorporación al sistema de manejo de los residuos sólidos, no solo para propósitos de empleo, sino como parte de una política ambiental de reciclamiento que permitiera rescatar materias primas a la industria, y fundamentalmente como parte de una política de atención social que proporcionara a los grupos de pepenadores la dignificación de su labor, condiciones de vivienda adecuadas y en general mejorar su nivel de vida. El tratamiento de esta situación requirió del establecimiento de una estrategia gradual hacia un proceso más avanzado de selección de residuos, que tendría que pasar por una secuencia en donde se diera la ruptura del concepto vivienda - trabajo al separar a estos trabajadores de su hábitat tradicional, se permitiera la formación de una disciplina laboral y una cultura del concepto trabajo, para posteriormente integrarlos como empleados formales de procesos industriales en blas Plantas de Selección y Aprovechamiento.

ESTUDIO DEL CASO: Incorporación Gradual de Separación en la Fuente. A partir de 1995, en la Ciudad de México se instrumentó un Programa de Separación de Residuos Sólidos con el propósito de fomentar la práctica del reciclaje, iniciando con acciones de separación de los residuos en el sitio mismo en que se generan, mediante al utilización de 3 bolsas de distinto color en las que se depositan los residuos de acuerdo a la siguiente clasificación: · Bolsa color Verde · Bolsa Transparente · Bolsa Color Naranja

Residuos Orgánicos Residuos Reciclables Residuos Sanitarios

Las acciones de separación posibilitarían que los materiales no se mezclen y que los residuos puedan recibir un tratamiento específico de acuerdo al grupo al que pertenezcan: los residuos reciclables son canalizados a las Plantas de Separación para su recuperación y posterior aprovechamiento; los residuos orgánicos se depositan en celdas del relleno sanitario en tanto se definía un sistema de tratamiento adecuado, los residuos de tipo sanitario recibirán tratamiento conforme a su naturaleza y/o serían depositados en celdas especiales. Asimismo, este programa piloto se orientaba a fortalecer la práctica del reciclaje a fin de coadyuvar a la protección del ambiente y fundamnetalmente a evaluar el comportamiento de la población, para identificar los parámetros que en un futuro permitieran definir un programa de mayor alcance, con el propósito de disminuir los volúmenes de residuos a disponer en los rellenos sanitarios, y por ende posibilitar la ampliación de la vida útil de estos sitios.

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De acuerdo a este esquema, se inició un programa a nivel piloto en oficinas públicas del Departamento del Distrito Federal, en algunas unidades habitacionales de nivel medio y alto y en escuelas que voluntariamente quisieron incorporarse al programa. La estrategia de comunicación con la población se orientó hacia la sensibilización a la población sobre la problemática ambiental y su participación en el manejo de los residuos sólidos, así como la necesidad de separar los residuos. Por ello se realizaron pláticas grupales por áreas comunes de las oficinas a todos los niveles jerárquicos, así como al personal de intendencia. Se proporcionó material de apoyo como trípticos y folletos, asimismo, se realizaron videos para difusión. En el caso de las casas habitacionales se realizaron pláticas a nivel familiar y con el servicio doméstico a fin de orientar en como separar y manejar los residuos. Ante este proceso de sensibilización e inducción se logró una importante participación de los empleados, que iniciaron con su porcentaje de separación del 85 %, para llegar al cabo de seis meses a alcanzar un nivel del 95%, variando posteriormente el nivel en un rango del 90-95% en promedio anual hasta 1997. Este nivel de participación se debió en parte al proceso de inducción; y por otra, al seguimiento que se le dio al programa desde su origen, forzando de alguna manera a formar un hábito de separación que al año después de la práctica diaria logra asimilarse como parte de la cultura individual. En el caso de la Unidad Habitacional el porcentaje de respuesta adecuada es relativamente menor dada la diversidad de residuos que se manejan y el nivel de compromiso de los habitantes por llevar una separación. De esta forma, se alcanzaron niveles promedio de participación adecuada que fluctúan entre el 85% y el 90 %. Para finalizar, solo cabe señalar que los tres casos aquí presentados constituyen una muestra representativa de la problemática social a la que se enfrenta el manejo de los residuos sólidos y de las formas como se han atendido.

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