P R I M E R A T E M P O R A D A 2018 PROGRAMA 5

P R I M E R A TEMPORADA 2018 PROGRAMA 5 Sala Nezahualcóyotl Sábado 17 de febrero 20:00 horas Domingo 18 de febrero 12:00 horas Orquesta Filarmóni...
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P R I M E R A TEMPORADA

2018

PROGRAMA 5

Sala Nezahualcóyotl Sábado 17 de febrero 20:00 horas Domingo 18 de febrero 12:00 horas

Orquesta Filarmónica de la UNAM Massimo Quarta, director artístico Programa Wolfgang Amadeus Mozart Concierto para violín no. 5 (1756-1791) en la mayor, K 219 I Allegro aperto II Adagio III Rondeau. Tempo di menuetto (Duración aproximada: 28 minutos)

Massimo Quarta, violín

Intermedio Dmitri Shostakovich Sinfonía no. 5 en re menor, op. 47 (1906-1975) I Moderato II Allegretto III Largo IV Allegro non troppo (Duración aproximada: 43 minutos)

Massimo Quarta

Director artístico y violín Fotografía: Daniele Cruciani

Massimo Quarta comenzó el estudio del violín a los 11 años en el Conservatorio Tito Schipa de Lecce en Italia y continuó su formación con Beatrice Antonioni en el Conservatorio de Santa Cecilia en Roma. Posteriormente fue alumno de Pavel Vernikov, Ruggiero Ricci, Abram Shtern y Salvatore Accardo. Ganó el premio Concurso Internacional de Violín Premio Paganini de Génova (1991) y Opera Prima Philips en el Concurso de Vittorio Veneto y el. A lo largo de su carrera, se ha presentado en la Konzerthaus y la Philharmonie de Berlín, el Concertgebouw de Ámsterdam, el Teatro alla Scala de Milán, y otros escenarios en Roma, Múnich, Varsovia, Frankfurt, París, Düsseldorf, Moscú, Tokio y otras ciudades, bajo la batuta de Aldo Ceccato, Myung-Whun Chung, Christian Thielemann, Daniel Harding, Daniele Gatti, Vladimir Jurowski, Yuri Temirkanov, Daniel Oren y Kazushi Ono, entre otros directores. Ha participado en los festivales de Stresa, Sarasota, Kuhmo, Bratislava, Kfar Blum, Spoleto, Bodensee, Liubliana, Ravenna, Citta di Castello, Lyon, Nápoles, Sapporo, Potsdam, Festwochen de Berlín y Kammermusikfest de Gidon Kremer en Lockenhaus. Grabó la versión original del Concierto para violín no. 6 de Paganini con el violín Guarneri del Gesù «Cannone» del compositor. Su discografía también incluye obras para violín y piano y los 24 caprichos para violín del mismo Paganini. En 2004, recibió el premio Choc de la revista Le monde de la musique. Massimo Quarta utiliza un violín construido por G. B. Guadagnini en 1765. Además de su actividad de solista al violín, ha desarrollado una carrera como director de orquesta. Ha actuado al frente de la Filarmónica de Viena, la Filarmónica Real de Londres, la Sinfónica de los Países Bajos, la Sinfónica de Berlín, la Orquesta de la Suiza Italiana, la Sinfónica de Jutlandia del Sur en Dinamarca, la Filarmónica de Málaga y otros conjuntos en Italia, Alemania y la República Checa. Ha sido director musical de la Orquesta de la Institución Sinfónica de Abruzzo, la Orquesta de la Fundación Tito Schipa de Lecce, presidente de la Asociación Europea de Maestros de Cuerdas y profesor en el Conservatorio de la Suiza Italiana en Lugano. Recibió el galardón Foyer des Artistes del Premio Internacional de Artes y Espectáculos Gino Tani. Actualmente es director artístico de la Orquesta Filarmónica de la UNAM.

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Wolfgang Amadeus Mozart (Salzburgo, 1756 - Viena, 1791) Concierto para violín no. 5 en la mayor, K 219

En alguna ocasión Mozart escribió: «Cuando me encuentro enteramente conmigo mismo, solo y de buen humor, ya sea viajando en una carroza, o paseándome después de una deliciosa comida, o en las noches en que no puedo dormir, es entonces cuando mis ideas fluyen mejor y abundantemente. ¿De dónde y cómo vienen? No lo sé.» Resulta interesante, en el caso de un genio de la talla de Mozart, al que podríamos considerar hijo predilecto de las musas y cuya música parece la manifestación directa de la inspiración, comprobar que aun en él se cumple cabalmente lo escrito por Johannes Brahms: «Inspiración es algo que no nos pertenece, pero que podemos hacer nuestro por derecho propio.» Pues aun en él, notamos la manera en la que el gradual dominio de la técnica le permitió dar forma a ese torrente de ideas que manaban sin esfuerzo del hontanar de su imaginación. En este sentido es muy ilustrativo recorrer el camino que siguió la evolución de sus conciertos para violín. Desde el primero, el cual data de 1773, y en el que aplica los recursos propios del llamado estilo galante (melodía sencilla, ausencia de complejidades contrapuntísticas, la orquesta como simple acompañamiento en las intervenciones del solista, aparición de pequeños temas más que el desarrollo de los mismos), hasta el quinto, escrito a finales de 1775 (de mayores dimensiones, en el que la orquesta ya no sólo acompaña sino que alterna con el solista en el planteamiento de algunos de los temas y éstos presentan discretas pero encantadoras elaboraciones en los desarrollos), en el que Mozart se permite licencias tales como abrir la participación del solista en el primer movimiento con un adagio basado en un tema no expuesto por la orquesta, y en el que introduce elementos contrastantes como la parte central del Rondeau, en la que utiliza giros que evocan la música turca en un tiempo binario, a diferencia del pulso ternario del Tempo de minuetto sobre el que se construye la mayor parte del movimiento. Es cierto que los compositores del periodo clásico utilizaban los mismos recursos básicos para la creación de sus obras, tal como lo hacían los arquitectos griegos de la Antigüedad Clásica para construir sus templos. Pero aunque haya un gran parecido de un templo a otro, sólo hay un Partenón, y Mozart es el «Partenón» del Clasicismo. Tan consciente estaba de ello que en alguna ocasión escribió: «Pero aquello que hace que mis obras tengan esa forma y ese estilo tan particulares, que las hacen mozartianas y distintas a las obras de otros compositores, tal vez se deba a la misma razón por la cual tengo una nariz tan grande y aquilina, tan diferente a todas las demás narices que sólo puede ser de Mozart.»

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Dmitri Shostakovich (San Petersburgo, 1906 - Moscú, 1975) Sinfonía no. 5 en re menor, op. 47

En el imaginario colectivo, Siberia es sinónimo de frío, castigo, dolor y sufrimiento. En geografía, es una inmensa porción de Rusia que representa el 76% de su superficie territorial, pese a ser únicamente el hogar donde habita el 28% de su población. En la historia, es la región que desde el siglo XVII vio surgir los campos de prisioneros llamados kátorgas, en los que delincuentes y enemigos del régimen zarista eran sometidos a trabajos forzados en condiciones ambientales extremas, pues en invierno la temperatura promedio en Siberia es de 30° C bajo cero, y en no pocas ocasiones desciende hasta —50° C. Fiódor Dostoievski dejó testimonio de los cinco años que pasó en uno de estos lugares de terror en su novela Memorias de la casa muerta. En la era soviética los kátorgas fueron sustituidos por los gulags, en los que eran confinados aquellos que eran considerados enemigos del sistema. Aleksandr Solzhenitsyn dio a conocer al mundo el horror de estos campos de trabajo en los que de 1934 a 1953 murieron poco más de un millón cincuenta mil prisioneros, en su trabajo documental Archipiélago Gulag, después de haber sido huésped de estas prisiones durante once años, condenado por «delitos de opinión» contra el Estado. El joven Pável Vlásov, hijo de Pelagueia Nílovna (la protagonista de La madre, de Máximo Gorki, novela fundadora del realismo socialista), es deportado a Siberia al ser encontrado culpable de actividades revolucionarias contra el zar. Por sus crímenes, Katerina Ismáilova corre la misma suerte pero como personaje principal de la narración Lady Macbeth de Mzensk, de Nikolái Leskov, obra en la que se basó Dmitri Shostakovich para crear su ópera homónima, la cual provocaría la cólera de Iósif Stalin, y daría inicio a una serie de críticas, vejaciones y humillaciones que a lo largo de diecisiete años harían de la vida del compositor un infierno de tormentos psicológicos. Pese al éxito que Lady Macbeth de Mzensk había alcanzado a lo largo de 1935 con poco menos de doscientas representaciones tanto en Leningrado como en Moscú, la noche del 26 de enero de 1936 su destino le deparaba la más cruel de las peripecias trágicas. Al atardecer de ese día Shostakovich recibió la llamada telefónica de director adjunto del Teatro Bolshoi, pidiéndole que asistiera a la representación de su ópera, en la que estaría presente Stalin junto con otros miembros de su camarilla. Al terminar la función, cuando se le pidió su opinión sobre la obra, el líder de la Unión Soviética exclamó: «Esto es una estupidez, no es música.» Dos días después, en el diario Pravda, órgano oficial del Partido Comunista, apareció un artículo demoledor denominado Caos en vez de música, en el que el anónimo autor despedazaba Lady Macbeth de Mzensk. Una semana después Shostakovich volvía a ser víctima de otro ataque, pero esta vez el blanco era su ballet El arroyo claro, que hasta ese momento había gozado ampliamente del favor del público. En las siguientes semanas, Shostakovich y su música serían objeto de despiadadas críticas por parte de una gran cantidad de compositores, que aprovecharon la situación para sacar algún provecho de ella y de paso dar rienda suelta a sus envidias contra Shostakovich, quien llegó a ser acusado, no sólo de cultivar una música burguesa, sino de conducta antisocial, acusación

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que, en caso de ser demostrada, podía costarle, en el mejor de los casos, seguir los pasos de la protagonista de su ópera hacia Siberia. No sólo Lady Macbeth de Mzensk y El arroyo claro, sus Preludios y el Concierto para piano no. 1 también fueron obras tachadas de formalismo y subjetivismo. Sin embargo, pese a la zozobra emocional que le provocaba estar inmerso en esta vorágine de terror e incertidumbre, Shostakovich trabajaba arduamente en la que sería su Cuarta sinfonía, fruto de la profunda admiración que sentía por la obra sinfónica de Gustav Mahler. No obstante, ya terminada la obra e iniciados los ensayos con la Orquesta Filarmónica de Leningrado, el compositor se vio forzado a retirarla del programa ante el temor de colmar la paciencia de unas autoridades que no se tentaban el corazón para actuar contra aquéllos que consideraban «enemigos del pueblo». Sus temores estaban lejos de ser infundados. Ósip Mandelshtam, Isaak Babel, Vsevolod Meyerhold, Boleslaw Przybyszewski, Boris Pilniak, Nikolai Shiliaiev, son parte de una larga lista de poetas, escritores, directores de escena, músicos y artistas en general cuya vida se apagó como consecuencia del terror estalinista, del cual Mandelshtam llegó a escribir: «Vivimos sin sentir el país a nuestros pies, nuestras palabras no se escuchan a diez pasos. La más breve de las pláticas gravita, quejosa, al montañés del Kremlin…», refiriéndose con este último epíteto al mismo Stalin. La desaparición súbita de conocidos, amigos y familiares mantenía en incesante tensión a Shostakovich. Al año siguiente de las críticas aparecidas en el Pravda, el esposo de su hermana María había sido detenido y ambos deportados a Siberia. Como parte de la Gran Purga iniciada por Stalin en 1936, su amigo y protector, el mariscal Mikhail Tujachevski, fue ejecutado el 12 de junio de 1937 después de haber sido declarado culpable de supuesta conspiración contra el Estado y espionaje en favor del gobierno alemán. Según su biógrafo Krzysztof Meyer, en esos tiempos Shostakovich «se acostaba a dormir totalmente vestido y tenía siempre a mano una maleta ya preparada para un posible arresto», dado que las deten�ciones se llevaban a cabo generalmente por la noche. Consciente de que su vida pendía de un hilo, que caminaba cual equilibrista de circo en una cuerda floja y sin red protectora, sabía que cualquier movimiento en falso lo precipitaría al vacío. Fue entonces que comenzó, el 18 de abril de 1937, la composición de la obra que le valdría, no sólo el ser considerado de nuevo un compositor soviético, sino el reconocimiento internacional como un creador verdaderamente genial, su Quinta sinfonía. Terminada el 20 de julio de 1937, la Quinta sinfonía es un resumen de lo mejor del sinfonismo ruso, en el que, sin embargo, coexisten elementos eslavos con influencias provenientes de la música de Mahler (hasta un sordo se daría cuenta de los guiños que el compositor le dedica al tercer movimiento de la Segunda sinfonía del compositor austríaco en el Allegretto). En más de un sentido, la Quinta es síntesis de lo que Shostakovich había hecho hasta ese momento, a la vez que prefigura el rumbo que tomará en sus ulteriores trabajos sinfónicos. Ante las dudas de las autoridades en cuanto a que si la obra era adecuada para ser presentada al público, tuvo que ser sometida al juicio de la asamblea de compositores de Leningrado, en una audición privada en la que Shostakovich y el compositor Nikita Bogolovski ejecutaron la obra en una reducción para piano a cuatro manos. El entusiasmo provocado en los presentes fue una anticipación 4

del delirio que provocó el estreno de la obra el 21 de noviembre de ese año en la gran sala de la Sociedad Filarmónica de Leningrado, con el joven y brillante director Yevgueni Mravinski al frente de la Orquesta Filarmónica de Leningrado. Según el testimonio de uno de los presentes: Durante el Finale se pusieron de pie muchos oyentes, uno tras otro fueron levantándose de sus asientos. […] El poder electrizante de la música hizo que al final todo el mundo estuviera de pie. Cuando el desbordamiento de los aplausos hacía temblar las columnas de la sala, Mravinski alzó la partitura dando a entender que las ovaciones no le correspondían ni a él ni a la orquesta, sino al creador de la obra, a Shostakovich.

La ovación final duró más de media hora. Shostakovich había logrado componer una obra que, pese a estar construida con base en un lenguaje caracterizado por su paradójica compleja-simplicidad, poseía una enorme potencia expresiva, de gran profundidad reflexiva y psicológica, y plena de dramatismo y fuerza inspiradora. Para muchos, no había duda de que era el regreso arrepentido de Shostakovich al redil del realismo socialista, confirmado por el comentario que acompañaba el título de la obra: «La respuesta de un artista soviético a una merecida crítica.» Para otros, como Mstislav Rostropóvich, el aparente final glorioso de la sinfonía es una tragedia, en la que «estirada sobre el potro de la Inquisición, la víctima intenta todavía sonreír en su dolor.» Para ponerse a salvo de interpretaciones malintencionadas, Shostakovich mismo declaró que la obra era una «sinfonía lírico-heroica». [La idea principal es] la experiencia emocional y el optimismo triunfante del hombre. Quería mostrar cómo, venciendo una serie de conflictos trágicos, debidos a la lucha intensa que agita violentamente al alma humana, nace el optimismo como una concepción del mundo. Toda obra de arte contiene elementos autobiográficos y el tema de mi sinfonía es el de un hombre que se está haciendo.

Resultado del arrepentimiento sincero o de la conveniencia política, y por lo tanto una de las tantas formas bellas de la hipocresía, lo cierto es que la Quinta sinfonía le permitió a Shostakovich regresar de las heladas regiones de la Siberia emocional a las que el sistema lo había desterrado. Sin embargo, no sería la única vez que tuviera que pedir perdón al pueblo soviético por seguir los impulsos de su inspiración. Pero esa, como decía la Nana Goya, «es otra historia.» Notas: Roberto Ruiz Guadalajara

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ORQUESTA FILARMÓNICA DE LA UNAM

La Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM), el conjunto sinfónico más antiguo en el panorama cultural de la Ciudad de México, constituye uno de los factores preponderantes del proyecto cultural de mayor trascendencia del país: el de la Universidad Nacional Autónoma de México. Durante más de ochenta años de actividades, la OFUNAM se ha convertido en una de las mejores orquestas de México. Su popularidad se debe a la calidad del conjunto, de sus directores titulares, a la participación de directores huéspedes y solistas de prestigio nacional e internacional, a una programación interesante y variada, al entusiasmo de sus integrantes y a la belleza, la comodidad y la magnífica acústica de su sede, la Sala Nezahualcóyotl. Además, cada temporada la orquesta realiza giras por diferentes escuelas y facultades de la UNAM. En 2014 realizó una gira por Italia y en 2015 otra por el Reino Unido. Su repertorio abarca todos los estilos, desde el barroco hasta los contemporáneos, incluyendo desde luego la producción nacional. En 1929, a raíz de la recién lograda autonomía universitaria, estudiantes y maestros de música constituyeron una orquesta de la entonces Facultad de Música de la UNAM. Posteriormente, con un proyecto aprobado por el gobierno de Lázaro Cárdenas, se transformó en un conjunto profesional en 1936. Originalmente denominada Orquesta Sinfónica de la Universidad, su dirección fue compartida por José Rocabruna y José Francisco Vásquez, y su sede se fijó en el Anfiteatro Simón Bolívar, de la Escuela Nacional Preparatoria. De 1962 a 1966, Icilio Bredo tuvo a su cargo la dirección artística de la orquesta, cuya sede se cambió al Auditorio Justo Sierra, de la Facultad de Filosofía y Letras. En 1966, la designación de Eduardo Mata como director artístico marcó el inicio de una nueva y brillante etapa de desarrollo del conjunto que duró nueve años. Fue durante este período que la Orquesta Sinfónica de la Universidad se convirtió en Orquesta Filarmónica de la UNAM, y comenzó la construcción de un nuevo y moderno recinto para albergar al conjunto universitario, la Sala Nezahualcóyotl. Héctor Quintanar fue nombrado director artístico en 1975. Al año siguiente, la orquesta se mudó a su actual sede. Desde entonces, la orquesta universitaria ha trabajado bajo la guía de Enrique Diemecke y Eduardo Diazmuñoz (1981 a  1984, directores asociados), Jorge Velazco (1985 a 1989), Jesús Medina (1989 a 1993), Ronald Zollman (1994 a 2002), Zuohuang Chen (2002 a 2006), Alun Francis (2007 a 2010) y Jan Latham-Koenig (2012 a 2015). Desde enero de 2017, Massimo Quarta es el director artístico de la OFUNAM. 6

Orquesta Filarmónica de la UNAM Massimo Quarta, director artístico Concertinos Sebastian Kwapisz Manuel Ramos Reynoso

Violas Francisco Cedillo Blanco* Gerardo Sánchez Vizcaíno* Patricia Hernández Zavala Jorge Ramos Amador Luis Magaña Pastrana Érika Ramírez Sánchez Juan Cantor Lira Miguel Alonso Alcántara Ortigoza Anna Arnal Ferrer Roberto Campos Salcedo Aleksandr Nazaryan

Violines primeros Benjamín Carone Trejo Ewa Turzanska Erik E. Sánchez González Alma D. Osorio Miguel Edgardo Carone Sheptak Pavel Koulikov Beglarian Juan Luis Sosa Alva José Juan Melo Salvador Carlos Ricardo Arias de la Vega Jesús Manuel Jiménez Hernández Teodoro Gálvez Mariscal Raúl Jonathan Cano Magdaleno Ekaterine Martínez Bourguet Toribio Amaro Aniceto Martín Medrano Ocádiz

Violonchelos Valentín Lubomirov Mirkov* Beverly Brown Elo* Jorge Andrés Ortiz Moreno José Luis Rodríguez Ayala Meredith Harper Black Marta M. Fontes Sala Carlos Castañeda Tapia Jorge Amador Bedolla Rebeca Mata Sandoval Lioudmila Beglarian Terentieva Rodolfo Jiménez Jiménez**

Violines segundos Osvaldo Urbieta Méndez* Carlos Roberto Gándara García* Nadejda Khovliaguina Khodakova Elena Alexeeva Belina Cecilia González García Mora Mariano Batista Viveros Mariana Valencia González Myles Patricio McKeown Meza Miguel Ángel Urbieta Martínez María Cristina Mendoza Moreno Oswaldo Ernesto Soto Calderón Evguine Alexeev Belin Juan Carlos Castillo Rentería Benjamín Carone Sheptak Roberto Antonio Bustamante Benítez

Contrabajos Víctor Flores Herrera* Alexei Diorditsa Levitsky* Fernando Gómez López José Enrique Bertado Hernández Héctor Candanedo Tapia Claudio Enríquez Fernández Jesús Cuauhtémoc Hernández Chaidez Alejandro Durán Arroyo Flautas Héctor Jaramillo Mendoza* Alethia Lozano Birrueta* Jesús Gerardo Martínez Enríquez Piccolo Nadia Guenet

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Oboes Rafael Monge Zúñiga* Daniel Rodríguez* Araceli Real Fierros

Trompetas James Ready* Rafael Ernesto Ancheta Guardado* Humberto Alanís Chichino Arnoldo Armenta Durán

Corno inglés Patrick Dufrane McDonald

Trombones Alejandro Díaz Avendaño* Alejandro Santillán Reyes

Clarinetes Manuel Hernández Aguilar* Édgar Lany Flores Martínez** Austreberto Méndez Iturbide

Trombón bajo Emilio Franco Reyes

Clarinete bajo Alberto Álvarez Ledezma

Tuba Héctor Alexandro López

Fagotes Gerardo Ledezma Sandoval* Manuel Hernández Fierro* Rodolfo Mota Bautista

Timbales Alfonso García Enciso Percusiones Javier Pérez Casasola Valentín García Enciso Francisco Sánchez Cortés Abel Benítez Torres

Contrafagot David Ball Condit Cornos Elizabeth Segura* Silvestre Hernández Andrade* Gerardo Díaz Arango Mateo Ruiz Zárate Mario Miranda Velazco

Arpa Janet Paulus Piano y celesta E. Duane Cochran Bradley * Principal ** Período meritorio

PRÓXIMO PROGRAMA Festival de Cine Universitario Sylvain Gasançon, director huésped Morricone • Música de la película La misión Rota • Música de la película Romeo y Julieta Leo Brouwer • Música de la película Como agua para chocolate Richard Strauss • Así habló Zaratustra Sábado 03 de marzo 20:00 horas Domingo 04 de marzo 12:00 horas

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Dirección General de Música Director General Fernando Saint Martin de Maria y Campos

Medios Electrónicos Abigail Dader Reyes

Coordinadora Ejecutiva Blanca Ontiveros Nevares

Prensa Paola Flores Rodríguez

Subdirectora de Programación Dinorah Romero Garibay

Logística Gildardo González Vértiz

Subdirectora de Difusión y Relaciones Públicas Edith Silva Ortiz

Vinculación María Fernanda Portilla Fernández

Jefe de la Unidad Administrativa Rodolfo Mena Herrera

Cuidado Editorial Rafael Torres Mercado

Orquesta Filarmónica de la UNAM Subdirectora Ejecutiva Edith Citlali Morales Hernández

Asistente de Bibliotecario Guillermo Sánchez Pérez

Enlace Artístico Clementina del Águila Cortés

Personal Técnico Eduardo Martín Tovar Hipólito Ortiz Pérez Roberto Saúl Hernández Pérez

Operación y Producción Mauricio Villalba Luna

Asistente de la Subdirección Ejecutiva

Coordinación Artística Israel Alberto Sandoval Muñoz

Julia Gallegos Salazar

Recintos Culturales Coordinador José Luis Montaño Maldonado Coordinador Técnico Gabriel Ramírez del Real

Técnicos de Foro José Revilla Manterola Jorge Alberto Galindo Galindo Agustín Martínez Bonilla Rubén Monroy Macedo

Sala Nezahualcóyotl Coordinador Felipe Céspedes López

Técnicos de Audio Rogelio Reyes González Julio César Colunga Soria

Administradora Melissa Rico Maldonado

Técnico de Iluminación Pedro Inguanzo González

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Dr. Enrique Luis Graue Wiechers Rector

Dr. Leonardo Lomelí Vanegas Secretario General

Ing. Leopoldo Silva Gutiérrez Secretario Administrativo

Dr. Alberto Ken Oyama Nakagawa Secretario de Desarrollo Institucional

Mtro. Javier de la Fuente Hernández

Secretario de Atención a la Comunidad Universitaria

Dra. Mónica González Contró Abogada General

Coordinación de Difusión Cultural Dr. Jorge Volpi Escalante

Coordinador de Difusión Cultural

Mtro. Fernando Saint Martin de Maria y Campos Director General de Música

Programa sujeto a cambios