NOTICIAS SJ VENEZUELA Caracas, 23 de diciembre de 2016. Nº 784.

CONTENIDO: 1. Visita de Arturo Sosa SJ, Superior General de la Compañía de Jesús. 2. En San Francisco se sirvió una mesa navideña para los más pobres. 3. Fiesta de Navidad en la Enfermería de la Provincia. 4. Notibreves. 5. Centenario al día. 6. Coplas a la compañía. 7. Nuestra tarjeta de Navidad Este año 2016 será un año para agradecerle al Señor a lo largo de mucho tiempo en nuestra pequeña Provincia. A pesar de todas las dificultades que ha vivido nuestro país y que han movilizado todas nuestras energías para acompañar y colaborar. Hemos podido con alegría celebrar este centenario de la llegada de los primeros jesuitas luego de la restauración de la Compañía a esta Tierra de Gracia. En ese contexto el Señor nos ha regalado el don de un General proveniente de esta tierra como un fruto especial de ese proceso y que nos recuerda que en muchas formas esta presencia centenaria ha dado dones de muy diversa índole al país, a la Iglesia, a América Latina y a la Compañía Universal. Hoy celebramos junto con el P General Arturo Sosa este camino de sembrar esperanzas en la figura de la toma de posesión del cargo de Provincial de nuestro joven compañero Rafael Garrido, signo de la esperanza de las nuevas generaciones de nuestra Provincia. Por mi parte nuevamente mi eterno agradecimiento a tantas y tantos con quienes compartí esta hermosa labor de acompañar, animar, soñar e incluso luchar para que la misión de Cristo en Venezuela se vaya haciendo realidad. Nos queda a todos juntos un largo, complejo e importante trabajo por hacer verdad el nombre con el que desde el principio nos bautizaron “La tierra de Gracia”. Arturo Peraza SJ

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1. Visita de Arturo Sosa SJ, Superior General de la Compañía de Jesús El padre Arturo Sosa, Prepósito General de la Compañía de Jesús, está en Venezuela en un viaje no oficial de carácter personal. Sin embargo, destinó una jornada, la del 22 de diciembre, para una serie de encuentros en los que compartió con sus hermanos jesuitas, los medios de comunicación y los laicos y laicas identificados con el carisma ignaciano que hacen vida en las distintas Obras de la Compañía de Jesús en el país.

Arturo Sosa con el equipo de la Enfermería Provincial

La primera actividad de la agenda fue una visita a la Enfermería Provincial. Ahí tuvo la oportunidad de saludar a los jesuitas mayores y al equipo de enfermeras y voluntarias que les acompañan. El padre Miguel Centeno SJ, Director de la misma, le presentó a cada uno y narró cómo se ha ido constituyendo este equipo de atención a los religiosos. El ambiente fue de mucha alegría, de expresiones de afecto -que se extendieron a lo largo del día- y de la jocosidad propia de los venezolanos, que refleja la cercanía entre los SJ de la Provincia. El P. Arturo Sosa estuvo acompañado durante la rueda de prensa del padre Rafael Garrido SJ, nuevo Provincial de la Orden en el país y por Arturo Peraza SJ, quien fungió como moderador del momento

Lo siguiente en la agenda era una rueda de prensa. Asistieron una veintena de medios, entre televisión, radio, impresos y digitales. Los anfitriones fueron el equipo de Radio Fe y Alegría Noticias, que transmitió toda la rueda. También nos acompañaron presencialmente y a la distancia otras Obras de la Compañía de Jesús: AEUCAB, Centro Gumilla y Fe y Alegría Venezuela. Además de la Conferencia de Provinciales de América Latina que estuvo siguiendo la transmisión desde Perú y

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los amigos de VALE TV siempre interesados en nuestro quehacer; a todos los medios les agradecemos, pero especialmente a los nuestros, los de la casa, pues con cada oportunidad para trabajar juntos queda en evidencia lo mucho que podemos hacer cuando cada uno ofrece y pone en común lo que es su vocación. A continuación, podrán encontrar los enlaces a los artículos que fueron publicados a partir de las declaraciones de Arturo Sosa a la prensa, hasta el 23 de diciembre al mediodía: Radio Fe y Alegría El Universal El Estímulo El Estímulo Tal Cual Digital Efecto Cocuyo Unión Radio El Nacional Globovisión El Carabobeño Aporrea

Los jesuitas apuestan por una mejor Venezuela (+Audio) Arturo Sosa: Percibimos el sufrimiento de la gente Arturo Sosa: Venezuela carece de democracia y su situación es dramática 13 frases de Arturo Sosa sobre Venezuela "Hasta que no se sienten a escuchar a las víctimas no se podrá llegar al diálogo" Arturo Sosa, el Papa Negro: Suspensión de elecciones confirma ausencia de democracia Arturo Sosa: No es propio de una democracia tener presos políticos “No tener calendario electoral es síntoma de falta de democracia" Arturo Sosa: La democracia funciona con el diálogo Arturo Sosa: Debemos celebrar Navidad sin insultarnos mutuamente Jesuita Arturo Sosa: ”No es propio de una democracia tener presos políticos"

Jesuitas y laicos presentes en el encuentro con Arturo Sosa

En la tarde, el turno fue para los laicos y laicas que hacen vida en las distintas Obras de la Compañía de Jesús. El auditorio de audiovisuales de primer año del Colegio San Ignacio se llenó. El General comenzó hablando de la satisfacción que sentía por estar en el país y en el Colegio donde se formó. En un ambiente de confianza, Caracas, 23 de diciembre de 2016. Nº 784.

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compartió con los presentes las llamadas y los retos del tema central del encuentro: ¿hacia dónde va la Compañía de Jesús? Transcribimos el texto de esta conversación: Me voy a referir a la Compañía de Jesús como cuerpo que incluye, pero no se limita al caso concreto de la Provincia de Venezuela. Comienzo con una confesión: estoy apenas empezando a conocer la Compañía de Jesús y también el oficio de superior general. Conocer la Compañía es una tarea que me llevará bastante tiempo. I. Hacia dónde va la Compañía de Jesús Es una pregunta que me hacen con frecuencia. Si de verdad creemos que la Compañía de Jesús y la Iglesia son guiadas por el Espíritu Santo, la pregunta podríamos formularla como cuáles son las llamadas que la Compañía de Jesús hoy siente. Esa fue la pregunta, como saben, que marcó la preparación y desarrollo de la CG 36. Esbozo una respuesta con siete trazos. 1) Llamados a seguir siendo una mínima Compañía, como la llamaban los primeros compañeros. Es una llamada a no angustiarnos por el número de sus miembros, como si fuera un buen indicador no indicador de la salud del cuerpo de la Compañía. Por supuesto que mantenemos las puertas abiertas e invitamos a seguir esta vocación tan hermosa. No cejamos en los esfuerzos por promover el seguimiento de Jesús ni disminuye nuestra oración cotidiana para que el Señor envíe más y mejores compañeros. Mínima Compañía porque nos sabemos poca cosa ante la magnitud y complejidad de la misión evangelizadora para la cual necesitamos siempre crecer en profundidad espiritual e intelectual para ser mejores instrumentos, es decir, realmente obedientes al Señor y su Iglesia, razón de ser de su fundación. Es el crecimiento en esta dimensión la que guía nuestros esfuerzos aumentar el número de compañeros y la calidad de nuestra acción apostólica.

2) Llamados también a revisar nuestras estructuras organizativas y hacerlas más ligeras y flexibles. hacia una organización más flexible y ligera que le permita mayor eficacia en el uso de sus recursos humanos y de toda índole. Una organización con más de 460 años ha aprendido muchas cosas, pero tiene también la tendencia a seguir haciendo las cosas del mismo modo, como siempre se han hecho, desaprovechando los avances organizativos y tecnológicos de la época en la que vivimos o el peso de instituciones nacidas en otros contextos. Es una llamada desafiante, cómo nos organizamos para responder a las nuevas fronteras apostólicas, teniendo en cuenta la variedad de contextos en los que se mueve la Compañía, evitando desviar más energías de las estrictamente necesarias a la administración de las tareas apostólicas que dan sentido a nuestra vida. 3) Estamos también llamados a crecer en visión universal y en la conciencia del compromiso universal con la evangelización. El proceso de globalización propio de la época a la que se abre la humanidad no es automáticamente un proceso de universalización. Puede ser lo contrario, más bien de homogenización que desestima la diversidad y propicia su desaparición. Tiende a la monoculturidad. El envío a difundir la Alegre Noticia del Evangelio a todos los pueblos y a todas las dimensiones de la vida humana parte del reconocimiento de la variedad en la que se revela la multiforme Sabiduría de Dios. La riqueza de la naturaleza creada y la sorprendente variedad cultural de la humanidad son signos de esta universalidad. La visión universal propia de la fe católica es la que nos anima en la lucha por un mundo más justo. 4) Llamados a continuar el ya largo proceso de inculturación por el que la Compañía de Jesús se ha hecho un cuerpo multicultural y avanzar hacia la enriquecedora experiencia de la interculturalidad.

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El cuerpo de la Compañía reconoce gozoso su composición multicultural que nos pone en tensión entre mantener la riqueza de esa variedad y reconocer la unidad del cuerpo. Es lo propio del evangelio. Muchas voces nos empujan a no conformarnos con lo logrado. A no conformarnos con reconocernos en la diversidad cultural e ir más allá, permitir cada una de las expresiones diversas se enriquezca en un intercambio profundo con las otras que lejos de diluir los propios orígenes los haga más profundamente humanos. En Cristo es posible y esa es un aspecto hermoso de la Buena Noticia. También exigente, porque, sin duda, es la exigencia de una auténtica conversión, de abrirse a ser evangelizado por los otros. 5) Llamados a encarnar al Dios Uno y Trino, a la Trinidad, en la colaboración como elemento esencial del modo nuestro de proceder. No conocemos un Dios solitario y alejado, sino la Trinidad colaborativa que se ha hecho parte de la historia humana y la alienta con su Espíritu. La llamada es, pues, a reconocer que no estamos solos. Somos parte de una misión compartida por tantas otras personas, movimientos, organizaciones. Estamos, pues, llamados a abrirle paso, conscientemente, a la experiencia de un cuerpo que colabora. Caminar junto a otros es signo del reino de Dios que nos hace conscientes de formar parte de una misión que acompaña personas y sociedades en procesos largos y complejos 6) Es, pues, una llamada a mantener la apertura a todas las culturas y, específicamente, a sus expresiones religiosas. A medida que nos permitimos esa apertura crece nuestro asombro y agradecimiento a tantos modos como la gente encuentra al Señor, lo alaba y lo sirve. 7) En este momento resuena con fuerza la llamada a profundizar nuestro servicio a la reconciliación como la forma de contribuir, desde nuestra fe, a

conseguir la justicia social en un mundo desigual e inhumano. El cuerpo de la Compañía siente también diariamente los efectos de las situaciones de guerra, polarización ideológica, creciente desigualdad económica, explotación laboral… Son muchas y exigentes las formas en la que el servicio de la fe y la promoción de la justicia nos invitan a contribuir con la reconciliación de los seres humanos entre sí, con la naturaleza amenazada de muerte y poner nuestro grano de arena a la construcción de la Casa Común en la que Dios pueda habitar. La reconciliación con Dios incluye todas esas dimensiones. II. Principales desafíos que afronta Responder a esas llamadas pone a la Compañía ante grandes desafíos. Quisiera mencionar cuatro de ellos. 1) El discernimiento apostólico como fuente de una planificación apostólica realista. El examen ignaciano es la inspiración del proceso de revisión y evaluación permanente que está llamada a vivir la Compañía. Permítanme extenderme un poquito en este punto. • Somos mejores para el discernimiento personal que para el discernimiento apostólico. • El discernimiento apostólico es más un deseo que una práctica común y extendida en el cuerpo de la Compañía. Recordando la fuerza atribuida por la espiritualidad ignaciana a los deseos, quisiera que el discernimiento apostólico se convirtiera en deseo ferviente de quienes compartimos esta misión. Un buen discernimiento apostólico requiere, al menos: o Vida espiritual auténtica o Sintonía de espíritu entre quienes participan o Capacidad de escucha y de expresarse con precisión y transparencia.

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o Conciencia y conocimiento compartido de lo que se pretende discernir. o Claridad en cuanto al método que se sigue, especialmente en el modo como se llegará a la decisión final del proceso (consenso, mayoría de votos, decisión del superior…). • El discernimiento apostólico está necesariamente vinculado a la planificación apostólica 2) Una vida comunitaria expresión de una fraternidad con raíces espirituales. Amigos en el Señor, capaces de compartir su vida en profundidad, alimentarse de la Eucaristía, asumiendo solidariamente las responsabilidades de la vida cotidiana. En la comunidad se significa la unidad entre vida y misión. No hay misión sin misioneros. El misionero se hace en el proceso de hacerse compañero de Jesús y hermano de todos. La comunidad es misión nos subrayó la CG 35. La inseparabilidad entre vida y misión subraya como la complementariedad de todas las dimensiones de nuestra vocación. Si alguna de ellas cojea, todo el cuerpo cojea. 3) Otro desafío es lo hemos acuñado como apostolado intelectual. A veces nuestro propio lenguaje nos traiciona y parece que “sectorizamos” el apostolado intelectual identificándolo con el trabajo de las universidades o centros de investigación en diversas ciencias. No cabe duda que las universidades de la Compañía están llamadas al apostolado intelectual, pero no resulta automáticamente del ser universidad ni sólo ellas están llamadas al apostolado intelectual.

Como sabemos, los fundadores de la Compañía de Jesús eran personas con buena formación intelectual y se propusieron que esta fuera una característica de la Compañía que invierte mucho en la formación de sus miembros, incluyendo la formación intelectual. También sabemos que la vida intelectual es muy exigente. La vida intelectual exige desarrollar la capacidad de pensar críticamente y produce no pocas tensiones interiores, comunitarias y sociales. Más aún, cuando esa vida intelectual se desarrolla al interno de instituciones eclesiales, como es el caso de la Compañía. No basta, sin embargo, con llevar una vida intelectual, situarse críticamente ante la vida y los trabajos que se llevan, soportando las tensiones que se generan. Se necesita que esa vida intelectual sea apostolado, es decir, anuncio de la Alegre Noticia del Evangelio. Aquí está, pienso, el aspecto más desafiante de esa característica del carisma de la Compañía. 4) En todo este contexto aparece otro desafío para la Compañía de Jesús: testimoniar la misericordia y la esperanza. La cotidianidad en situaciones tensas y conflictivas, prolongadas por años, lleva a adormecer la sensibilidad hacia las debilidades de otras personas y empujarnos a la desesperanza. Solo la unión creciente con el Señor puede evitar esa pendiente y nuestro desafío es poner todos los medios a nuestro alcance para aumentar nuestra relación con el Señor.

La jornada culminó con una eucaristía presidida por Sosa, en la que realizó la lectura de la patente que acredita a Rafael Garrido SJ como Provincial de la Compañía de Jesús en Venezuela. Transcribimos parte de su homilía, en donde además de profundizar en la escena del encuentro entre María e Isabel, da la bienvenida a Garrido, agradece a Arturo Peraza por su servicio como Provincial y comenta sobre lo que la celebración de estos cien años de presencia jesuítica en el país supone hacia el futuro: Caracas, 23 de diciembre de 2016. Nº 784.

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El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres. María reconoce las maravillas de la acción de Dios sabiendo que se le propone un camino difícil. No es una alegría ingenua o superficial. Es la que proviene de sentirse acompañada por el Señor en todas y cada una de las situaciones de su vida. El centenario de la llegada de los primeros jesuitas a Venezuela ha sido una ocasión para también nosotros reconocer cómo el Señor ha acompañado nuestra propia historia y reafirmar nuestra fe en que lo seguirá haciendo en complejos momentos que vivimos en la sociedad venezolana y otras muchas partes del mundo donde nos lleva el Señor. Hoy acompañamos a Rafael en su aceptación de la llamada del Señor a servir a la Provincia. No te faltará el Señor, Rafael, si también sales de tu casa, llevas todo lo que tienes, tantos dones recibidos, y

los pones al servicio de tus hermanos y de la gente de este país luchando por que el amor venza al odio y la indulgencia a la venganza. Tampoco te faltaremos tus hermanos y hermanas para seguir caminando juntos. Con Arturo, tocayo, damos gracias al Señor por sus años al servicio de la Provincia y a todo el equipo que lo supo acompañar. Se hizo camino al andar… Seguimos contando contigo, tu generosidad y experiencia para encontrar el mejor camino. Lo que tenemos entre manos no es sencillo. Sabemos que el Señor nos acompaña, pero no nos sustituye. Somos nosotros los llamados a realizar su misión con plena responsabilidad. Lo hacemos con toda nuestra esperanza puesta en Él. ¡Feliz Navidad a todos!

Parte de los jesuitas presentes. Capilla del Colegio San Ignacio, jueves 22 de noviembre. En primera fila la señora Margarita Abascal, mamá de Arturo Sosa

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Por Fátima Arévalo Fotos de Irene Lamelas

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2. En San Francisco se sirvió una mesa navideña para los más pobres en El Junquito. En momentos de tantas dificultades tenemos que ser más solidarios". Otra madrina que hizo posible el almuerzo navideño fue María Mangano. Encontró a su "ahijada" en el Metro, pidiendo una colaboración para comprar pan y le dijo que ella la invitaba a comer. Se llama Rebeca Paredes, vive en los Valles del Tuy y su contextura flaquísima habla de su necesidad.

Es el tercer año consecutivo que la comunidad ignaciana En Todo Amar y Servir del templo de San Francisco organiza esta comida para personas de escasos recursos o en situación de calle. "¿Quieres aceptar una invitación del Niño Jesús para un almuerzo navideño?", le preguntó Fabián García a Nancy, una mujer que pedía limosna en los alrededores de la plaza Bolívar. "La primera reacción fue de miedo, pero le dije que no se asustara, que éramos hermanos en Cristo. Nos fuimos caminando y hablando hasta llegar a la iglesia", contó García, uno de los padrinos del almuerzo navideño para personas necesitadas que organizó este sábado la Comunidad Ignaciana En Todo Amar y Servir (Cietays), que pertenece a la Iglesia de San Francisco y del que se beneficiaron más de 60 comensales, sin contar a los colaboradores. En total se repartieron 150 almuerzos, también para los padrinos /madrinas, organizadores y colaboradores. Ana Mesa, vecina de Macarao, llegó con Francisco José, un hombre que conoció ese mismo día en las cercanías de Plaza Caracas. "Le pedí a Jesús que pusiera en mi camino a la persona que debía traer. Está enfermo, camina muy lento porque tiene una llaga en el pie, me contó que pasa todo el día en la calle, pero de noche duerme en el barrio Niño Jesús

"Yo trabajaba como costurera, pero me enfermé de la tiroides y tuve que faltar muchas veces por motivos médicos, entonces me botaron. Venía muy cargada, pero al llegar aquí y participar en la misa, me reconforté, me siento liberada", dijo Paredes. Antes del almuerzo navideño se celebró una Misa en la iglesia de San Francisco (Av. Universidad) presidida por el sacerdote jesuita José Martínez de Toda, organizador de la actividad junto a Román Mendoza y Marbella Noguera, miembros del Grupo Cietays. En la Eucaristía, el Evangelio estuvo dramatizado por un nacimiento viviente. El mensaje para los feligreses fue vivir la Navidad con un corazón sincero y humilde como el de Jesús y María. Mientras degustaba el plato criollo navideño (hallaca, pan de jamón, ensalada, pernil, refrescos, torta) Alma agradecía el gesto a su madrina Nareidy Antequera, una trabajadora social que participó en la actividad. "Decidimos traer a Alma porque es una persona muy servicial que limpia con mucho amor la iglesia de Santa Capilla. El dar nos hace felices y cuando experimentamos esa sensación desde el corazón no hay nada que se compare. Delante de Dios todos somos iguales y solo sintiéndonos amados por Él podemos amar al prójimo", dijo Antequera. Cada invitado recibió un paquetico de regalo con

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ropa. Martínez agradeció a los colaboradores esa fiesta de alegría y solidaridad. Cada padrino y madrina aportó previamente una colaboración de Bs 3 mil para que su ahijado pudiera disfrutar del almuerzo navideño. Por Delia Meneses Publicado en El Universal el 11 de diciembre de 2016

3. Fiesta de Navidad en la Enfermería de la Provincia En otra oportunidad dijimos que esta Enfermería Provincial es como una obra social. Es una empresa de Asistencia Social, que agrupa niveles distintos, socialmente calificados. En primer lugar, los enfermos, residentes y transeúntes. Después la doctora internista, las enfermeras graduadas y las cuidadoras. Por último, los cooperadores voluntarios. Los cooperadores voluntarios son el grupo más abundante. Las damas que se sintieron llamadas a poner vida distinta en esa enfermería querida. Ligadas todas al Colegio San Ignacio como representantes, el director y propietarios de la empresa Venemergencia, y otros amigos. Fueron todos convocados por el Padre Miguel Centeno y acudieron con sus parejas. Una colosal reunión de unas 50 personas. El lugar de la fiesta fue la terraza del edificio, pero en su parte sur, es decir, en la rama corta de la “hache”. El vestíbulo previo hizo de lugar de encuentro, acogida, y prolongada conversación, animada por una copa de vino y adusto picoteo. El traje de la fiesta no era ni siquiera el formal, pero llamaban la atención el vestir de las cuidadoras que vemos siempre adustamente como uniformadas, y haciéndonos entrar en el cauce de una disciplina acorde con la institución.

Bien, pues todos nosotros nos organizamos esta fiesta. Con esto, e invitados por el Padre Miguel pasamos al comedor. Pienso que había 10 o 12 mesas, son las sillas azules de la cantina del colegio. El “traje” que, los ya asignados, trajeron para compartir, fue selecto y abundante. Entonces fue cuando el Padre saludó a los invitados, indicó la oportunidad de la fiesta, bendijo los alimentos y con animación propia de cuatro, tambora y maracas en coro de aguinaldos se repartió la comida. Era pan de jamón, hallaca confeccionada por las cuidadoras, ensalada rosa. El postre, dulce de lechosa, y natilla helada. La bebida del postre fue ponche crema, donación del Superior de la comunidad, las demás, los refrescos de siempre. Como a las 7:30 pm se organizó una improvisada parranda. Con cuatro y maracas sonaban los aguinaldos. En las otras mesas se conversaba. El fresco era agradable con brisa suave. Yo usaba el saquito y la bufanda. Vi a los demás que se cobijaban en los sweter. Para las 8:00 pm la gente se despedía y la animada fiesta concluía con agradecidos abrazos y promesas de ¡Feliz Navidad!

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Por Mariano Fuente SJ

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NOTIBREVES Jesuitas:  Dicen que la historia puede contarse a través de sus personajes. Lo mismo sucede con las instituciones: se pueden conocer a través de quienes hacen vida en ella. Gustavo Sucre, o el Padre Sucre, como era conocido, pudo haber contado historias de Caracas, de España, Bélgica, e incluso Austria. Sin embargo, la mejor y más larga fue la de la Universidad Católica Andrés Bello y por ello El Ucabista, a un año de su partida a la casa del Padre, ha publicado un trabajo que combina recuerdos en textos y en imágenes: El Padre Sucre: humor, dedicación, historia.  Próximos cumpleaños, enero 2017: 1 P. Jesús Erdozain y P. Mario Moreno 2 P. Jesús Gazo 4 P. Jesús Pino 5 P. José Ignacio Rey 15 H. Félix Otaegui

18 E. Edgar Magallanes 24 E. Carlos Rodríguez 26 P. Miguel Ángel Mora 30 P. Severiano Bidegain 31 P. Sabino Eizaguirre

Redes:  "Es necesario que desde las construcciones de redes fortalezcamos el papel del pueblo en esta hora de decisiones. A propósito del centenario de los jesuitas en Venezuela, su apuesta siempre ha sido por la articulación de los sectores más vulnerables del país. Desde esa línea de acción y cerrando la conmemoración de este primer centenario de la presencia vibrante de la Compañía de Jesús en Venezuela, seguimos apostando y sembrando esperanzas. No podemos darnos por vencidos en medio de las dificultades. Como sociedad pongamos en práctica ahora más que nunca, las lecciones invaluables de los jesuitas que nos sirven de faro para iluminar el camino de esta tierra maravillosa" Editorial del Boletín N° 15 de la Red Ignaciana de Lara correspondiente al mes de diciembre de 2016. Obras:  "Con la PRIMERA FERIA DEL OESTE DE CARACAS hemos abierto las páginas del libro y así estamos celebrando a nuestros escritores, poetas, artistas plásticos, músicos… a nuestra CIUDADANIA con mayúscula porque no solo ha ejercitado su paciencia y resistencia inteligente, sino que ha cultivado en todos estos años una virtud esencial como es la civilidad ante el tétrico sectarismo que todo lo devora. Ellos fueron los homenajeados de la feria. Como decía García Márquez: Esta es la casa de ustedes, la casa de todos" Así concluye Marcelino Bisbal la narración en la que da cuenta de la primera Feria del Libro del Oeste que organizó la UCAB y que se desarrolló entre el 28 de noviembre y el 4 de diciembre: La feria del oeste, una extensión de la memoria y la imaginación.

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Mi caminar junto a los jesuitas Por estos días se está cerrando la celebración de los 100 años de la presencia ininterrumpida de la Compañía de Jesús en Venezuela. Habían sido expulsados de América Latina por Carlos III en 1767 y en el caso de Venezuela volvieron, en aquel momento de forma discreta, en 1916 en los años iniciales de la larga dictadura de Juan Vicente Gómez. De esos 100 años en la vida contemporánea del país, en lo personal he estado vinculado a los jesuitas, como laico e intelectual, por 32 años. Junto a jesuitas fue mi primer trabajo en Radio Fe y Alegría, teniendo como mi primer jefe a José Martínez de Toda, el Chepe, a mitad de los 80. Cursé mi licenciatura en la Universidad Católica Andrés Bello y en ese espacio trabe amistad con otro jesuita, quien fue mi profesor y a quien considero mentor en mi vocación por la investigación y el pensamiento en comunicación, Jesús María Aguirre, el chusma. Aguirre, estando yo en mis años iniciales como profesional, tuvo la aventurada idea de encargarme la redacción de un cuaderno de formación sociopolítica dedicado a los medios de comunicación en Venezuela. Se publicó en 1991, cuando yo apenas tenía 25 años. Fue una de las oportunidades que cambiaron mi vida para siempre. Supe que quería escribir, documentar y estudiar los fenómenos sociales y comunicativos, más que reportear periodísticamente como había sido la inclinación de la mayor parte de mis

compañeros con los que cursé la mención de periodismo en la UCAB. José Virtuoso me ha dado respaldo institucional en diversas acciones que emprendí tanto desde el Centro Gumilla, en la década pasada, como en la Universidad Católica Andrés Bello en los tiempos actuales. Mi inserción en la UCAB, donde he logrado cristalizar buena parte de mi producción intelectual, fue originalmente una medida de protección institucional que me ofreció el entonces rector Luis Ugalde, hace una docena de años cuando yo era objeto de una campaña de descrédito por parte del régimen chavista. En la UCAB estudié, he investigado y he publicado. Para mí ha sido una experiencia vital extraordinaria. Crecí en un barrio y no provengo de una familia con tradición intelectual. No tuve recursos económicos para costearme la matrícula en la UCAB. Mi hechura intelectual y profesional está estrechamente ligada a los jesuitas, con su política de inclusión, formación y liderazgo. La revista SIC, la publicación emblema de la Compañía de Jesús en Venezuela, ha sido un espacio en el que he podido escribir en diversos momentos sobre la vida nacional. Su director actual, el jesuita Alfredo Infante, no sólo ha sido un interlocutor intelectual sino acompañante en trances personales difíciles. El espacio natural en el que he escrito a lo largo de los años ha sido la revista Comunicación, también

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como SIC adscrita al Centro Gumilla. Tuve el privilegio de dirigir esta publicación trimestral entre 2000 y 2008, y coordinar un consejo de redacción del que formaban parte mis maestros como el propio Aguirre, Martínez de Toda y otro jesuita de peso en el campo comunicacional, José Ignacio Rey. Y aunque parezca que es jesuita -pero no lo es- de ese equipo al que dirigí en la revista Comunicación estaba obviamente Marcelino Bisbal.

Ser parte de ello es hoy una razón por la que celebro los 100 años de los jesuitas en Venezuela. Mi historia, estoy seguro, no es la excepción. Formo parte de los muchísimos venezolanos a los que la Compañía de Jesús nos cambió la vida en este país. Por Andrés Cañizález

Mi experiencia en este largo tiempo de caminar junto a los jesuitas me ha dejado no pocas satisfacciones. La principal ha sido encontrar un espacio institucional para desarrollarme intelectual y profesionalmente. Sin embargo, junto a eso y no menos importante el gran aprendizaje de estos años ha sido comulgar con los jesuitas en su papel orgánico, de compromiso con el país, de apuesta por Venezuela.

Un centenario luminoso y fructífero Los jesuitas cumplen 100 años en Venezuela. Un centenario luminoso y fructífero dedicados a formar generaciones de venezolanos a todos los niveles y en todos los sectores sociales. Desde 1916 hasta el 2016 sus aportes educativos se pierden de vista. La incidencia de la presencia ignaciana se notó desde el comienzo. La Iglesia en Venezuela, tan empobrecida humana y materialmente, empezó el siglo XX con grandes carencias formativas y organizativas. La Compañía de Jesús desde su llegada apostó a tres grandes líneas de trabajo: refuerzo de la Iglesia con la formación del clero y de organizaciones laicas; la educación escolar en los colegios, y el aporte a la construcción de una sociedad más justa con una nueva conciencia cristiana en la que la fe, animada por el amor, lleva a cuestionar el orden socio-económico y político injusto y a construir una sociedad más justa de acuerdo a la doctrina social de la Iglesia. Las siguientes son las reflexiones del actual responsable de la formación de los jesuitas de

América Latina para los lectores de ABC de la Semana. Hace poco leímos una entrevista realizada al sacerdote español Andrés Díaz de Rábago, misionero centenario, conocido como “El jesuita que rezaba por Mao”. Él estaba naciendo cuando los jesuitas se instalaban en Venezuela. Se fue a China en 1947, cuando tenía 30 años, y estuvo en Pekín y Shanghái. Luego a Manila, de allí a Timor portugués, y después a Taiwán. El periodista le preguntó: Padre, ¿cómo se vive con casi cien años a las espaldas? y el sacerdote Díaz respondió: “pues amando a Dios y a los hombres, que es lo que he procurado hacer toda mi vida. A mí estos 98 años se me han pasado como una delicia, y eso que las pasé negras y moradas por todos los lados”. ¿Es verdad eso de que en China rezaba por Mao Tse Tung? Si lo piensas bien, Mao fue también instrumento de la Providencia de Dios. Jesucristo lo dijo claro:

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«Amad a vuestros enemigos y rezad por ellos». Por eso rezaba yo por Mao. Está en la Biblia que Dios de todas las cosas saca el bien para los que le aman. Y san Agustín añade: «Hasta del pecado…» Dios saca siempre bien del mal. ¡Ha habido tantas cosas en mi vida que parecían malas y luego fueron estupendas!”. ¿Qué balance tiene de la labor de los jesuitas en Venezuela? En primer lugar, hay que tener presente que los jesuitas en este momento somos apenas sesenta, y este país tiene 30 millones de habitantes. Pero en realidad somos miles con ese mismo espíritu, hay una cantidad incalculable de personas trabajando en los colegios, universidades y centros de formación jesuita. En Fe y Alegría, por ejemplo, hay decenas de miles de laicas y laicos que tienen esa misma vocación educadora y se mueven animados por el mismo espíritu. De manera que lo que se hace es entre todos. En segundo lugar, también es bueno hacer una acotación, porque al considerar el trabajo de la educación católica en Venezuela, sería desacertado separar los jesuitas de los salesianos, de La Salle, de las hermanas, es decir, el movimiento de educación católica en Venezuela es altamente significativo, sobre todo partiendo de que llegamos al siglo XX con una Iglesia sumamente débil y con una presencia muy modesta desde el punto de vista educativo católico.

educadoras sino para dedicarse a la salud. Ellas fueron quienes administraron, recién fundada, la gran obra de salud del gobierno venezolano que fue el Hospital Vargas. Así que las primeras gerentes del Hospital Vargas fueron las hermanas del San José de Tarbes, quienes se hicieron famosas pues hubo unas terribles pestes y ellas salieron a ayudar a la gente. La segunda congregación que llegó a territorio venezolano fueron las hermanas de la Caridad de Santa Ana quienes vinieron al Zulia en épocas en que nadie quería cuidar a los leprosos pues se consideraba que eran una maldición y muy contagiosos. Ellas lo hicieron. Los jesuitas, al llegar, tampoco vinieron para aquello a lo que luego se dedicaron, ¿no es así? El clero en Venezuela prácticamente no existía pues quedó sin sacerdotes ni seminaristas luego de las guerras. El seminario es el lugar donde se forman los futuros sacerdotes y sin clero la Iglesia no tenía futuro. Todo el oriente del país, todo lo que es el sur, estuvo más de un siglo sin un solo cura por lo que la fe en Venezuela –salvo en Los Andes donde quedaba un poquito de clero- se mantuvo por la fe y las tradiciones en el seno de la familia, las cofradías y en los pueblos, como es el caso de la veneración a las distintas advocaciones marianas.

¿A qué se debió eso?

¿Cómo ha variado la presencia jesuita en Venezuela a lo largo del tiempo pues, para ser sesenta, hacen mucho “lío”, como dice el Papa?

A mediados de los años 70 del siglo XIX la Iglesia en Venezuela no era fuerte, pero, aun así, se expulsó a todos los obispos, fueron cerrados los seminarios donde se formaban sacerdotes, prohibieron todas las congregaciones religiosas masculinas y femeninas y se les privó de la posibilidad que tenían de sustentarse económicamente con autonomía al colocarlos en dependencia total del Estado. Esa fue la razón por la cual la recuperación inicial fue muy lenta y con gente que vino de fuera. La primera congregación que llegó al país fue el San José de Tarbes, religiosas que no vinieron como

Hay que recordar que los jesuitas fueron expulsados por el Rey de España. Después, ya en tiempos republicanos, José Tadeo Monagas sacó un decreto en 1848 prohibiendo la entrada de jesuitas. Por eso, uno de los últimos países de América Latina donde regresaron los jesuitas fue Venezuela. Y regresaron dos, así que el Nuncio pidió permiso a Juan Vicente Gómez para que les dejaran entrar. Hechas las consultas, otorgó el permiso con la advertencia: “Que vengan pero que no hagan ruido”. Eran solo dos y les dijeron: “Si les preguntan quiénes son, digan que son sacerdotes,

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pero no digan que son jesuitas”. Estábamos prohibidos, así era la cosa. La estrategia en aquél momento era ayudar a la formación de los sacerdotes y a eso nos dedicamos al principio. Desde el seminario salían y se iban a Lídice, a Catia, a lugares donde no había clero y los fines de semana fueron fundando capillas que hoy día son parroquias llevadas por jesuitas. ¿Qué podemos esperar a futuro de los jesuitas, qué novedades tienen? Diría que uno de los milagros ocurridos es que hasta el año 1953 era impensable una universidad privada, mucho menos una universidad católica. Y se crea la UCAB. En este momento hay una decena de universidades católicas, algunas de las cuales dependen de los jesuitas. Al año de fundada la Universidad Católica, desde allí mismo, funda el Padre Vélaz Fe y Alegría en un barrio de Catia, con la gente del propio barrio y la ayuda de estudiantes

de la católica. En este momento, los retos de la educación son cualitativos. No se trata solo de la escolaridad, sino que Venezuela, para reconstruirse, necesita una espiritualidad inspirada en lo que pone el lema a la entrada del Colegio San Ignacio: “En todo, amar y servir”. Eso está tomado de San Ignacio. El slogan es muy fácil, pero hay que desarrollar una educación a través de la cual el muchacho y la muchacha le tomen gusto al sentido de esa frase, “En todo, amar y servir”. Eso no es un mandato sino una inspiración. Y San Ignacio dice que ese gusto se toma si usted entiende su propia vida como un regalo, como un don de los demás y, entonces, al contemplar usted ese regalo que ha recibido de Dios –directamente y a través de los demás- usted va a ser capaz de en todo, amar y servir como respuesta al don recibido. Por Macky Arenas Publicado en http://www.abcdelasemana.com/

6. Coplas a la Compañía

Vengan a cantar todos invitados se aceptan incluso los desafinados. Allá viene Wyssen medalla de oro con Alfredo Infante cantando en el coro. Aunque no lo crean, también veo a Trigo

lo traen en los hombros un montón de amigos. Le he pedido al Niño que me haga un favor, mande bendiciones a mi "Director" (Piedra). Me dijo discreto el ángel Gabriel: le echaré una mano al gran Rafael. Caracas, 23 de diciembre de 2016. Nº 784.

Y también a uno que corre al portal Es el Padre Arturo ahora General. Esto está muy largo yo mejor me voy y mando un abrazo para el padre Eloy. Por Luisa Pernalete

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