MONOGRAFIA LA CULTURA DEL TEJIDO EN LA COMUNIDAD DE VILA VILA (MUNICIPIO DE TARABUCO CHUQUISACA)

MONOGRAFIA “LA CULTURA DEL TEJIDO EN LA COMUNIDAD DE VILA VILA” (MUNICIPIO DE TARABUCO – CHUQUISACA) Centro de Servicios Agropecuarios Técnicos Chuqu...
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MONOGRAFIA “LA CULTURA DEL TEJIDO EN LA COMUNIDAD DE VILA VILA” (MUNICIPIO DE TARABUCO – CHUQUISACA)

Centro de Servicios Agropecuarios Técnicos Chuquisaca

CESATCH

Proyecto Comunidades fortalecidas hacia una vida mejor para niñ@s y adolescentes

Autores: Jhony Molina Durán

Luis A. Zárate Vargas

Sucre - Bolivia

1. Introducción El trabajo monográfico que ha continuación presentamos surge como una inquietud de equipo, por visibilizar la experiencia de trabajo que venimos desarrollando en una de las comunidades del Municipio de Tarabuco (Vila Vila), en torno a la actividad del tejido, en el marco de la implementación del Proyecto “Comunidades fortalecidas hacia una vida mejor para niños/as y adolescentes”, a través del cual, buscamos entre otros aspectos, impulsar emprendimientos productivo-comerciales con asociaciones padres y madres de familia; desde la producción y transformación de alimentos y la elaboración de tejidos propios de la región. El tejido se ha constituido desde siempre una de las actividades más importantes de las mujeres del mundo andino. Ello, obviamente ha estado vinculado a la satisfacción de ciertas necesidades propias de la vida en la comunidad (elaboración de prendas de vestir, utilitarios para guardar productos agrícolas, prendas de cama, etc.). En este sentido, el tejido se constituía en un elemento vigoroso que marcaba fuertemente la identidad y estilo de vida de los/as andinos/as. Hoy sin duda, bajo el influjo del mundo occidental y los procesos de globalización cultural, la forma de cultivar el arte del tejido ha cambiado y seguirá cambiando seguramente. Los resultados de estos cambios han sido diversos, en dependencia de la intensidad con que el mundo occidental ha influenciado a estas comunidades, la frecuencia con que las comunidades han estado y están en contacto con el mundo occidental, en tre otros muchos factores. Bajo esta reflexiones iniciales y, pensando en que, el trabajo desarrollado con la asociación de mujeres tejedoras de la comunidad de Vila Vila, estuvo orientado fuertemente hasta el momento, por un componente económico (elaboración para la comercialización), nos propusimos realizar una tarea necesaria y pendiente, que era la de establecer en que medida había cambiado el arte del tejido en los últimos 30 años en esta comunidad y de que manera había influido el mundo occidental dentro de los cambios generados. De este modo poder visibilizar los cambios en la forma de practicar este arte a partir de la identificación de los elementos que se mantuvieron, los que se perdieron y aquellos nuevos incorporados. Esto nos permitiría realizar un pequeño ejercicio futurista, para establecer las perspectivas futuras del tejido andino dentro de esta comunidad. En este sentido, el trabajo presentado a continuación, nos muestra en primer término algunas características del contexto regional dentro del cual se encuentra la comunidad de Vila Vila, así como la forma de trabajar el tejido en la misma. A partir de ello y en la parte central del trabajo, enganchamos esta mirada general con la mirada local de la comunidad, a través de la descripción del arte de trabajar el tejido (pasado y presente), en la comunidad de Vila Vila, información aportada sobre todo por las mujeres asociadas y mujeres más antiguas de la comunidad. Finalmente en base a esta información previa nos permitimos elaborar las conclusiones más importantes a las cuales arribamos.

2. Objetivos Los objetivos en torno a los cuales nos propusimos desarrollar el trabajo de elaboración de la monografía fueron los siguientes: • • •

Identificar las características del arte del tejido desarrollado por las mujeres tejedoras de la comunidad de Vila Vila en el momento actual. Establecer los impactos provocados por el influjo del mundo occidental en el arte del tejer practicado hoy, por las mujeres tejedoras de la comunidad de Vila Vila. Analizar las perspectivas de crianza futura del tejido en la vida de la comunidad de Vila Vila.

3. Metodología de trabajo El trabajo de campo se desarrolló de la siguiente manera: • •

Se realizó una sesión de trabajo con el grupo de mujeres pertenecientes a la asociación de tejedoras, en la cual se realizó una entrevista colectiva en base a un cuestionario guía. Se realizaron entrevistas individuales a algunas asociadas, así como a las adolescentes y jóvenes de la comunidad.

4. El tejido en el mundo andino Sin duda el arte del tejido dentro de la comunidad andina, tenía un significado mucho más profundo del que puede tiene hoy, porque más allá de responder a las necesidades que la vida de la comunidad planteaba (confeccionar su propia vestimenta e indumentaria para abrigarse, los implementos para guardar los alimentos de la cosecha, los adornos distintivos de la región), se constituía también en una forma de expresión o de diálogo a través del cual se visualizaba y difundía la vida misma del hombre y mujer andinos, por cuanto reflejaba el trabajo así todas las actividades festivas, rituales y saberes acumulados, que envolvían el existir cotidiano de las personas, la familia y la comunidad en pleno; en suma diríamos que en éstos “se incorporaban aspectos profundos de la forma que tenían de mirar e interpretar el mundo las comunidades andinas”. . Por ello es que se ha venido a considerar al tejido como “la expresión más compleja y más elaborada de la estética del mundo andino. Desde hace siglos, cada grupo construye su estilo, su estética, utilizando formas materias, colores, símbolos propios y/o compartidos”. Esta capacidad para difundir la identidad cultural a través del tejido le obligó a dotarse de un conjunto simbólico riquísimo, dentro del cual estaban representados personas, animales, plantas, paisajes, costumbres, ritos, fiestas y otros acontecimientos propios de su vida cotidiana.

¿Cuáles eran y son hoy día sus principales técnicas? Existían tres diferentes formas de tejer: •

El tejido vertical, donde los hilos se extienden a la vertical del suelo, que es la técnica más expandida.



El tejido a la cintura donde una parte del tejido estaba arrimada a un objeto inmóvil (viga, árbol, madero), y la otra atada a la cintura de la tejedora, la cual controlaba la tensión inclinándose hacia delante.



El tejido horizontal, oblicuo o rústico, que es la técnica más sencilla y en la cual, los hilos deben extenderse sobre una barra a la horizontal del suelo.

Estas técnicas milenarias se transmitían y se transmiten aún de persona a persona, generación a generación, mirando, escuchando y practicando.

5. Nuestra experiencia de trabajo con mujeres tejedoras Desde hace 10 años, el centro de Servicios Agropecuarios Técnicos Chuquisaca (CESATCH), viene implementando Proyectos de Desarrollo Socioeconómico en la zona (Municipio de Tarabuco), con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las familias rurales. Para ello se ha venido implementando como una de las principales estrategias de trabajo, la organización e impulso de asociaciones de producción de hortalizas, miel de abeja y tejidos.

La comunidad de Vila Vila es una de tres comunidades en las cuales se viene impulsando una asociación de elaboración de tejidos, con fines comerciales. Esta asociación está conformada por 18 mujeres (todas ellas madres de familia) entre 25 y 62 años. Uno de los componentes de este trabajo, como dijimos anteriormente, está orientado a fortalecer el arte textil en la comunidad y motivar a su aprendizaje en las nuevas generaciones, para que no se pierda. Las actividades comprenden actividades de desarrollo de capacidades, establecimiento de organizaciones productivas y comercialización, las que se desarrollaran en base a talleres, temas, prácticas de producción y convenios de cooperación interinstitucional.

Las características del contexto comunal La comunidad de Vila Vila está ubicada a 15 Km. de la localidad de Tarabuco. Cuenta con una población aproximada de 350 habitantes. Originalmente fue una hacienda en la que vivieron como servidores los antepasados de quienes actualmente la pueblan. Su geografía y microclima (templado), permiten la crianza sobre todo de papa, trigo, cebada, maíz, arveja y haba (principales productos agrícolas que se consumen y comercializan durante el año), la cual está complementada por una gama pequeña de otros productos que se producen en menor proporción como son las hortalizas (tomate, cebolla, lechuga, acelga, repollo), la quinua, el amaranto y el tarhui. La crianza de ovejas se destaca sobre la de los demás animales (chivas, vacas, burros), debido a que la actividad del tejido ocupa un lugar importante en la generación de recursos económicos para el sustento familiar. Los mercados potenciales más próximos para la venta de los mismos son la localidad de Tarabuco (importante centro turístico de la zona a 15 Km.) y la ciudad de Sucre (a 55 Km.).

6. El arte del tejer en la comunidad de Vila Vila Sin duda la recopilación de información realizada en la entrevista con el grupo mujeres pertenecientes a la asociación de tejedoras de la comunidad, fue el más rico, por diversas razones: la cantidad de saberes socializados, el cariño y la motivación con la que las mujeres fueron transmitiendo estos conocimientos. Para esta sesión de trabajo se invitó a las mujeres más antiguas de la comunidad con el propósito de que pudieran compartir sus saberes y secretos en torno al arte del tejido; por cuanto uno de los aspectos nos interesaba explorar desde esta conversación, estaba referido a la forma en que la identidad del tejido, su forma de elaborar, su riqueza simbólica como forma de expresión de la vida misma de la comunidad o su uso, habían cambiado hasta hoy, es decir, que elementos se habían reafirmado, cuáles se habían perdido y que elementos nuevos se habían incorporado.

¿Cómo era antes la forma de trabajar tejidos en la comunidad de Vila Vila? El arte textil de las mujeres de la comunidad de Vila Vila, no era una actividad que se transmitía con mucha facilidad a las nuevas generaciones, por cuanto la zona era propiedad de hacienda y las madres de familia, alternaban su tiempo ayudando en la hacienda, cuidando junto a sus hijas los animales de la casa de hacienda y sus labores domésticas en su hogar; por tanto es de suponer no era fácil, ni contaban con el tiempo que realmente se requiere para enseñar esta labor a sus hijas, como dice doña Antonia León (mamá antigua de la comunidad) “antes había patrón, las mujeres hacían pastar a las ovejas, las vacas, cuidaban los chanchos y, .... eso nomás hacían, por eso no les enseñaban a sus hijas”. Por otro lado todo el proceso de elaboración misma del tejido, era mucho más largo de lo que es ahora, como afirma Doña Teodora Flores (asociada) y las demás asociadas, las etapas de la elaboración de tejidos se lo puede graficar de la siguiente manera:

1 10

Trasquilado de la oveja

(K’antido)

2 Escarmenado

(Phuskado)

Elaboración del tejido

(Awado)

9

Ovillado de dos hebras

(Kiwido)

(Pharido)

PROCESO DE ELABORACIÓN DEL TEJIDO CON LANA DE OVEJA

Torcido de dos hebras

(K’antido)

8

3 Hacer la lana en copos

Ovillado de una hebra

(Kiwido)

7

Hilado y torcido de una hebra

Lavado de la lana

4

(T’ajsado)

Teñido de la lana

Tiñido

(K’antido)

5

6

Si analizamos este proceso desde el enfoque de crianza en el mundo andino, tendríamos que, en realidad la crianza de la oveja vendría a ser la primera fase dentro de la elaboración del tejido, por cuanto la actividad del tejido tenía un sentido mucho más fuerte de crianza, la crianza de la oveja era la crianza de la lana (materia indispensable en el tejido), con esto no queremos decir que actualmente no lo sea, pero algo de esta sentido y fuerza de crianza se ha perdido, veremos más adelante por qué. Pero además de esto, este sentido de crianza del cual hablamos, no implicaba solamente a la lana, sino que involucraba a otros elementos indispensables para el proceso de elaboración del tejido, como por ejemplo:

“La actividad del tejido tenía un sentido mucho más fuerte de crianza”.

La fase del teñido, implicaba la crianza del río (es decir su cuidado que desde ya no era contaminante) y por otro lado, la crianza de ciertas plantas que se utilizaban para darle color (teñir), a la lana y consecuentemente al tejido. Dentro de esta experiencia de crianza cariñosa y amable del tejido, se puede ver que existía todo un proceso de conversación entre el hombre y la mujer andinos con la naturaleza (pachamama = madre tierra), expresado en ciertos rituales y creencias que aún hoy se repiten, pero con algunos elementos nuevos incorporados por el mundo occidental. Por ejemplo en la fase de crianza de las ovejas, la conversación estaba vinculada con la ofrenda que se realizaba a la pachamama (qoa), en el mes de Agosto, para pedir por la salud y la multiplicación de las ovejas. Este ritual se solía hacer en los corrales y en el la “loma” (lugar donde se lleva a pastar a las ovejas”. Por otro lado en la fase del trasquilado de la oveja, encontramos también otro momento de conversación importante, entre la lana criada y la persona que ve a realizar el corte. Desde el testimonio de varias de las mujeres no todas las personas de la poseen las cualidades para realizar esta tarea, como dice Doña Cecilia Zárate (joven madre integrante de la asociación de tejedoras) “la que corta debe tener mano caliente… Mi mamá no confía así nomás en nadie para cortar la lana de sus ovejas. Para mi abuelita no crece bien, en cambio para ella, crece rápido”. La mano caliente no solamente simboliza, sino que es garantía de que quien realiza el corte, le transmite al mismo tiempo de energía positiva al animal, que logrará que su lana vuelva a crecer con

“Para cortar la lana de la oveja hay que tener mano caliente para que vuela a crecer rápido”.

rapidez para lograr por lo menos una cosecha más durante el año, tal como lo expresa Doña Basilia Coaquira (madre de familia de la comunidad de San Antonio de Toca), con quien tuvimos la oportunidad de conversar también respecto al tema “una persona de mano caliente puede sacar lana hasta dos veces al año”. Lo contrario (trasquilar con mano fría), simbolizaría impregnarle al animal de energía negativa, que haría más lento el crecimiento de la lana. El otro elemento de conversación entre la comunidad y la naturaleza para la práctica del tejido era la observación de las fases de luna, porque no en cualquier fase se cortaba la lana, solamente en luna creciente, creencia que aún se mantiene, tal como lo expresan las mamás tejedoras, “cuando la luna está creciendo, es bien para cortar la lana, porque vuelve a crecer harto”. Esto obedece a un principio existente en el mundo andino, no solamente vinculado con esta actividad sino con otras como, la actividad agrícola, el corte del cabello por ejemplo o los alumbramientos. La fase creciente de la luna para el hombre y mujer andinos está vinculada con conceptos como el surgimiento de vida, crecimiento, desarrollo.

“Cuando la luna está creciendo, es bien para cortar la lana, porque vuelve a crecer harto”.

La fase del teñido para darle colorido a la lana, implicaba como dijimos anteriormente la crianza de una variedad de plantas, como lo expresa Doña Cecilia Zárate “antes teñían con millo, kárko k’arko, misuk’a, molle… Para teñir, machucaban estas plantas (qoras), lo hacían hervir y ahí colocaban la lana. Había también un polvo negro como harina, con eso también teñían”, Esta práctica parece haberse perdido mucho tiempo atrás, como ella misma lo comenta, tanto su mamá como su abuelita aprendieron a teñir la lana con volvo, ya no con plantas de la zona. Pero en este arte del teñir la lana, no solamente las plantas se utilizaba, se aprovechaba también otros elementos como nos cuenta Doña Angélica Arancibia “el hollín (“qechi michi”), que se reunía en el techo de la cocina, reunían harto y teñían con eso, salía color café. Después también con ají molido y hervido teñían rojo, con molle teñían verde también”. En cuanto al resto de las fases previas a la elaboración del tejido (torcido, ovillado), su forma de elaboración no ha cambiado sustancialmente y se continua practicando de la misma forma.

¿Cuál era el propósito del tejido en la comunidad? El propósito de la práctica del tejido dentro de la comunidad de Vila Vila estaba dirigido a la satisfacción de las necesidades más importantes de la vida cotidiana. Particularmente en la elaboración de la vestimenta o bolsas para llevar alimentos o la coca, como nos lo comenta Doña Angélica Arancibia “antes se tejían las polleras, le llamaban aymillus, también para los hombres se tejían los pantalones, camisas, ponchos, mantas …, también tejíamos ch’uspas para la merienda (almuerzo), más pequeñitas se llamaban wayaqitas o cocainkuñitas, servía para llevar coca… Cuando los hombres se casaban, para el novio se tejía también una ch’uspa” , además de esto tejían también indumentaria para abrigarse (p’hullus), así como los implementos para guardar los alimentos de la cosecha (costales).

El propósito del tejido estaba dirigido a la confección de la vestimenta, implementos para llevar los alimentos o para guardar la cosecha.

Dentro de este conjunto variado de tejidos se destacaba la ropa, por el colorido y conjunto simbólico representado en ella.

En cuanto a la enseñanza del tejido a las nuevas generaciones, pese a las limitaciones que tenían las mujeres para transmitir sus conocimientos sobre el arte del tejido y todos los saberes que este encerraba, por diferentes circunstancias, el régimen de trabajo impuesto cuando la región constituía una hacienda, el recargado trabajo que tenían en el hogar, lograban de alguna manera preparar a éstas para perpetuar su práctica y, sin duda la forma en que se lo realizaba era más rígida y contenía un régimen de disciplina más fuerte. Como nos lo comenta Doña Teodora Flores, una de las mujeres más antiguas de la comunidad “cuando no podíamos tejer, nos golpeaban en nuestras manos … nos asustábamos y teníamos que aprender bien a tejer”.

¿Qué es lo que ha cambiado en la forma de elaborar el tejido en Vila Vila? Las características generales en la forma de realizar los tejidos, el propósito de la confección, el tipo de prendas que se tejen además de la riqueza simbólica, han cambiado inevitablemente en la comunidad de Vila Vila, por diferentes factores asociados sobre todo al influjo del mundo occidental. Uno de los primeros que habría que anotar es que, la forma de vestir en los habitantes de la comunidad fue cambiando lentamente desde hace 20 o 30 años atrás, la vestimenta original de los varones fue sustituida por el pantalón de tela o el jeans, el buzo deportivo, las camisas originales fueron sustituidas por camisas de tela o poleras, los ponchos conviven con las chompas y las chamarras como ropa de abrigo. En el caso de las mujeres las el aymillu (especie de pollera) y blusas confeccionadas hace tiempo en la propia comunidad, fueron sustituidas por polleras y blusas de tela occidental, cuyo uso más bien pertenece a comunidades vallunas. La forma en que el estilo de vestir fue transformándose en el caso de los padres de familia, fue promovida por los/as hijos/as de éstos/as, quienes tuvieron que emigrar hacia las ciudades grandes del país y experimentaron primero este cambio y al volver a su comunidad, fueron imponiéndolo en su padres lentamente. Por su parte los phullus y el resto de la ropa de casa conviven con las frazadas, los edredones, las sábanas, las ch’uspas en las que antes se llevaban la comida, el tostado o la coca, han sido sustituidos por envases de plástico, las bolsas nylon. Ya no se tejen en la comunidad prendas de vestir. Es decir, se producido una occidentalización en la forma de vestir. Estos cambios supusieron cambios también en la forma de practicar el tejido. La elaboración del tejido orientada más a la satisfacción de necesidades de las familias de la comunidad, cambió hacia la elaboración de tejidos para su comercialización en un 80%. Alentado por los programas municipales para explotar el potencial turístico de la región. En este sentido actualmente, las familias confeccionan muy pocas prendas para su uso propio. Por ejemplo, hoy día la elaboración de phullus (frazadas para cama), solamente se realiza en ocasión de la realización de algún evento festivo e importante la para la familia (matrimonio, bautizo, cumpleaños, bachillerato). También se continúan tejiendo los costales (bolsas para guardar los alimentos de la cosecha), las cuales sin embargo conviven actualmente con otras de plástico. Por el contrario se tejen

una variedad de prendas mayor para la venta entre ellas podemos mencionar (lijillas, ponchos, pisos, ch’uspas y otros). Por su parte el sentido de crianza (como crianza de las ovejas y de la lana, crianza de las plantas para teñir), también se ha debilitado, por diversos factores: 1. La aparición de la lana industrial, en gran medida ha venido a reemplazar la lana de oveja, por las ventajas que ofrece: Â Reduce la cantidad de trabajo. Como lo expresa Doña Angélica Arancibia “más fácil es pues, más rápido se teje”. Este factor (la lana industrial), según Doña Angélica, ha eliminado varios pasos de preparación de la lana para la realización del tejido, reduciéndolo a cuatro pasos solamente, según se puede ver en el siguiente gráfico:

Ovillado

Hilado y torcido de dos hebra

Ovillado

Elaboración del tejido

 La lana para la elaboración de los tejidos ya viene teñida (en una gama de colores mucho mayor que la que se utilizaba originalmente). Actualmente todas las mujeres tejedoras de la asociación, tejen con lana industrial el 50% de las prendas que confeccionan y el otro 50% con lana de oveja hilada (phuskada), por ellas. 2. La incorporación del volvo (polvo-añelina), como el material más utilizado para el teñido de la lana que cosechan de sus ovejas, ha provocado la desaparición de algunas plantas que antes se utilizaban para teñir de manera natural la lana de oveja. Que además tenía la ventaja de que no se despintaba como ocurre en el caso de la lana industrial. El cambio en el estilo de vestir, que inicialmente provocó la desaparición de la indumentaria original de la antiguos pobladores/as de la comunidad, ha producido de manera paralela, una pérdida en la riqueza simbólica que poseía sus tejidos. Por lo demás la crianza de las ovejas como fase inicial de todo el proceso de elaboración del tejido andino, no ha cambiado sustancialmente, las madres de familia continúan siendo las principales criadoras de estos animales tan nobles y tan importantes para la vida de la familia campesina durante la mayor parte del año, ayudadas pos los/as escolares y colegiales, quienes se responsabilizan de esta tarea los fines de semana en tiempos e clases y toda la semana durante las vacaciones. La conversación que siempre ha existido entre la familia campesina y la madre naturaleza, se mantiene conversación e incluso se ha enriquecido incorporando elementos nuevos provenientes de la religiosidad occidental. Por ejemplo: actualmente en estas comunidades se celebran dos fiestas vinculadas en su esencia a la religión católica (San Juan y San Pedro), y que desde la celebración andina, está vinculada fuertemente a la bendición de las ovejas y las chivas. En torno a ellas hay un ritual respetuoso y cariñoso de agradecimiento y bendición que solicita por la salud, la multiplicación de las mismas, por cuanto ello representará el bienestar de la familia. En cuanto a los instrumentos que se utilizan para la elaboración del tejido, las comunidades continúan utilizando los mismos implementos, como se puede ver en el siguiente gráfico:

A B

C

D

E

F

G H I

J

K

A) Saya awa; B) Waska; C) Sonqoncha; D) Illawa; E) Pallana; F) Luqui; G) Liwu; H) Quinray awa; I) Q’iskina Luq’i; J) Mini k’aspi; K) Wich’una.

Algunos ejemplos que muestran de la riqueza simbólica y de color de los tejidos, hoy en la comunidad de Vila Vila

Phullu: Prenda elaborada exclusivamente de lana de oveja (cobija)

5. Las nuevas generaciones y las perspectivas futuras del tejido andino en Vila Vila Cuando preguntamos a las madres tejedoras, sobre el nivel de interés que las jóvenes de esta generación presentan ante la actividad del tejido. Le respuesta es casi unánime: “hoy día no hay interés de parte de las jóvenes, ni siquiera quieren phuskar”. Doña Angélica Arancibia complementa esta respuesta colectiva, afirmando algo que parece lapidario para el tejido “Si nos morimos nosotras, ya no va haber”. Escuchando estas respuestas, surge la siguiente interrogante:

¿Qué es lo que ha provocado esta actitud indiferente en las jóvenes de hoy, frente al tejido? La respuesta está en las mismas respuestas que nos dan las adolescentes y jóvenes cuando les entrevistamos en torno al tema: Uno de los factores que están generando esta actitud desinteresada, indiferente y hasta desvalorizadota, está vinculado a la escuela y su modelo occidentalizador. De todas las adolescentes y jóvenes entrevistadas, por lo menos el 70% tiene como sueño “personal” y proyecto futuro de vida, emigrar hacia alguna ciudad para estudiar alguna carrera técnica o a nivel de licenciatura en la Universidad. Un 30% aproximadamente piensa estudiar en la Normal Rural de la localidad de Cororo (ubicada a 7 Km de la comunidad.

Este proyecto de vida, no es algo que haya surgido espontáneamente de las nuevas generaciones, es algo que la familia desde los padres y abuelos ha venido impulsando. Cual es el vínculo con el tema tejido. En varias de las adolescentes entrevistadas, sus madres les enseñaron algunos aspectos básicos del tejido o en su caso no lo hicieron, las razones de esto, están claramente expresadas en los testimonio de estas adolescentes y jóvenes: Conversando con una de las jóvenes que estudian en la Normal Rural de Cororo (Gladis Mamani), nos comentaba lo siguiente: “las madres de familia no les enseñan el arte del tejido a las adolescentes que estudian, alas que no estudian si les enseñan bien y saben tejer”, la argumentación de las madres para tomar esta decisión en torno a la enseñanza o no del tejido, es la siguiente: “Este tiene que hacer tareas que va a prender bien, … es mejor que estudie, que salga profesional para que viva con eso”. Entrevistando a una de las adolescentes que estudian en el colegio de Cororo (Celia Carrillo de 2º curso de secundaria), recogimos lo siguiente en torno al tema. Ella no sabe tejer. Su madre nunca le expresó la inquietud por enseñarle, “Ustedes no van a vivir en el campo para que van a saber”, fue el argumento presentado por su madre. A pesar de ello, ella expresó que le gustaría aprender “me gustaría aprender a tejer esas camas, por eso quiero aprender”, comentaba. El aprendizaje del tejido, parece estar destinado más bien para aquellas adolescentes y jóvenes que no estudian a decir de Gladis Jacomé “sólo si se quedan a vivir aquí, van a tener que tejer, obvio pues, … de que van a vivir sino”. Conversando con una mamá relativamente joven en otra de las comunidades beneficiarias del proyecto (San Antonio de Toca), encontramos una argumentación parecida “las jóvenes no tienen interés para tejer, casi la mayoría aquí no tienen interés… cuando ya tienen marido si, … ya piensan en tejer camas”. Analizando estos últimos testimonios uno se da cuenta del impacto que ha tenido la incursión de la escuela y su modelo occidentalizador en la comunidades. Las familias rurales la han asumido como el medio para “progresar”, ella simboliza el futuro para las nuevas generaciones, dejar el pasado expresado en su cultura (sus actividades, sus creencias, sus rituales, sus forma de trabajar para vivir).

¿Cómo contrarrestar este discurso y su influjo en la comunidad? Una parte de la respuesta está en la implementación de Proyectos ejecutados dentro de la comunidad dirigidos a la revalorización de la vida misma de las comunidades andinas, su forma de criar la vida, relacionarse con la naturaleza. Revalorizar los saberes y tecnologías que construidos dentro de ella. Reflexionar con la comunidad que todo este legado cultural andino que es vivido cotidianamente hoy en la comunidad de Vila Vila (incluido el tejido) no es pasado, es presente vivo, que puede y va a convivir de todasmaneras con el mundo occidental. Saber tejer por tanto no es algo obsoleto, tiene su sentido y valor, no tanto como un saber decorativo, sino como un saber vivo, que puede ser utilizado en cualquier momento, en la ciudad o en el campo (hay madres que viviendo en la ciudad siguen practicando en su hogar el tejido andino). También hay familias para las cuales su vida transcurre entre la ciudad y el campo, o jóvenes que habiendo vivido en la ciudad sin lograr sus objetivos vuelven al campo. Esto le sigue dando valor al tejido, como saber para desenvolverse sobre todo en el mundo andino. Otra estrategia dirigida en este mismo sentido, es la transformación de la propuesta educativa que la escuela rural tiene actualmente párale mundo rural de la comunidad. Es necesario incorporar mayor cantidad de contenidos vinculados con la vida misma del campo y dejar de lado otros que nada tienen que ver con el cotidiano de los niños/as y adolescentes. Actualmente la escuela rural, rescata muy poco estos contenidos. Rescatar los saberes en torno a la crianza del tejido en la comunidad para incorporarlos en el trabajo cotidiano de la escuela debe ser uno de estos propósitos. Como dice Gladis Jacomé: “Sería bien enseñar en la esuela. Si es que una señor de la comunidad enseña bien (en el escuela se refiere), pondrían más interés y podrían aprender a tejer bien”.

6. Conclusiones El tejido como actividad importante de las mujeres de Vila Vila todavía es fuerte, aunque su orientación ha cambiado, y tiene un fuerte sentido comercial, debido a los cambios operados en la forma de vida de la comunidad. Ya no se teje mucho para cubrir las necesidades mismas de la vida, se teje más para obtener recursos económicos para cubrir las necesidades más importantes de la familia. Otro elemento que vale la pena destacar son los cambios que se han operado en torno a la forma original de elaborar el tejido. La incorporación de la lana industrial y técnicas de teñido de la lana con sustancias químicas son los causantes de estos cambios. Esto ha provocado un debilitamiento en el sentido de crianza misma que tenía la actividad del tejido en la comunidad de Vila Vila. La escuela como propuesta del modelo de vida occidental, se ha constituido en el principal factor para que las nuevas generaciones muestren desinterés, indiferencia hacia el cultivo del arte del tejido.