Models, definitions and criteria of frailty

Hogan1 . David B; MacKnight2 . Chris, y Bergman. Howard, en nombre del Comité Directivo, de la Iniciativa Canadiense sobre Fragilidad y Envejecimiento...
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Hogan1 . David B; MacKnight2 . Chris, y Bergman. Howard, en nombre del Comité Directivo, de la Iniciativa Canadiense sobre Fragilidad y Envejecimiento (Modelos, definiciones, y criterios de fragilidad ( Models, definitions and criteria of frailty) Aging Clinical and Experimental Research, Aging 15- Suppl. To No.3: 3-29, 2003. *Miembros: Howard Bergman, MD (McGill University) Christina Wolfson, PhD (MgGill University) David B. Hogan, MD (University of Calgary) Francois Béland, PhD (Université de Montreal) Christopher Patterson, MD (McMaster University) Chris MacKnight, MD (Dalhousie University) John Feightner, MD (University of Western Ontario) Geoff Fernie, PhD (University of Toronto) Réjean Hebert, MD (Université de Sherbrooke) Jean- Pierre Michel, MD (Université de Geneve) Fred Paccaud, MD (Université de Lausanne) “Cuando yo utilizo una palabra”, dijo Humpty Dumpty en un tono más bien desdeñoso, “significa simplemente lo que

yo quiero que

signifique –ni más ni menos.” Lewis Carroll “A través del Espejo” A pesar de los esfuerzos de puritanos, académicos y diccionarios, las definiciones deben evolucionar junto con el conociendo y los conceptos . La lógica de las palabras siempre debe ceder el paso a la lógica de los hechos que ellas simbolizan. Rene Dubos “White Plague”

La fragilidad es uno de esos complejos términos –como la independencia, la satisfacción, y la continuidad - que preocupan a los gerontólogos con significados múltiples y

no claros.

Sharon R. Kaufman “The Social Construction of Frailty” 1) INTRODUCCION En este trabajo ofreceremos una visión general de diferentes modelos, definiciones, y criterios propuestos para acrecentar nuestra comprensión de

la

fragilidad

pero

no

sistemáticamente. Los modelos

los

evaluaremosni

compararemos

son descripciones o analogías

que se

utilizan para ayudarnos a visualizar algo que típicamente no se puede observar directamente. Ellas están en un nivel abstracto o conceptual. Las definiciones son afirmaciones que expresan la naturaleza esencial de algo. Ellas deben hacer nuestro entendimiento del tema definido y claro. Los criterios son definiciones funcionales que esbozan los rasgos distintivos de una entidad. Existen superposiciones y conexiones a través de los diferentes modelos, definiciones, y criterios propuestos para la fragilidad. Algunos investigadores han sugerido los tres –un modelo, una definición derivada del modelo, y criterios explícitos para reconocer las personas mayores frágiles. Además de lo manifestado arriba, examinaremos el uso de la palabra “fragilidad” en la literatura durante el último medio siglo. Debido a la comprensión no determinada y en evolución de los complejos fenómenos de la fragilidad, los investigadores a menudo recurren a diagramas en un intento por esclarecer y comunicar sus pensamientos. Las imágenes utilizadas para describir la

fragilidad serán revisadas en nuestra

penúltima sección. 2) METODOS Los datos para esta revisión fueron identificados de trabajos grandemente seleccionados de los archivos de los autores. Se obtuvo referencias

adicionales de búsquedas en Medline utilizando las palabras de texto “frágil”, “fragilidad”, y “anciano frágil”. Las búsquedas en Medline también

fueron

realizadas utilizando

el término Mesh “anciano

frágil”. Otros informes fueron identificados de las listas de referencia de los trabajos identificados

de la manera descrita arriba. Se buscó

en los índices de libros de texto estándar de geriatría y gerontología los términos “frágil”, “fragilidad”, y “anciano frágil”. Se consideró que el material seleccionado por los autores para la inclusión representaba el trabajo más relevante que trata el tema específico de este

documento.

3) PERSPECTIVA HISTORICA Lo siguiente es un examen de cómo ha evolucionado el pensamiento acerca de la fragilidad y el uso del término. El registro demuestra que el término fragilidad no ha sido empleado de una manera consistente a través del tiempo ni entre los investigadores. a) La fragilidad y la literatura médica El término “frágil” o “fragilidad” en referencia a adultos mayores rara vez era utilizado antes de

la década de los 80. El primer listado

del término (es decir, “frágil- viejo”) en el índice de materias de

la

Revista American Geriatrics Society data de 1990 (1). Otros términos fueron favorecidos como“enfermo crónico”, “debilitado”, “discapacitado”, “sedentario

internado”,

“incapacitado”,

funcionalmente” (2-8) A menudo se notaba

o“

anciano

dependiente

su ausencia. Por ejemplo,

en el informe de 52 páginas del Instituto de Medicina sobre dependencia funcional en los ancianos, el término fragilidad (o anciano frágil) no aparece (8). En aquellas raras ocasiones donde no aparece, los autores querían decir que el paciente frágil estaba frágil, débil físicamente, o necesitaba

ayuda

(9-11).

Las

definiciones

explícitas

no

fueron

proporcionadas –posiblemente se supuso que todo el mundo tendría una comprensión intuitiva de lo que se quería decir mediante el término.

Desde 1982, aunque, ha habido un alza significativa en el número de publicaciones mensuales que mencionan la fragilidad (12). Lo siguiente es el número de citas en Medline por año de publicación encontradas bajo el encabezamiento de MeSH “anciano frágil”: 1980 o anterior:

1

1981- 1985:

0

1986- 1990:

36

1991- 1995:

793

1996-2000:

1098

2001- 2002:

724 (dos años)

¿Cómo se originó el término? Durante la década de los años 70 la heterogeneidad de la población mayor de edad se hizo más ampliamente aceptada. A Monseñor Charles F. Fahey y el Consejo Federal sobre el Envejecimiento (en inglés FCA) en los Estados Unidos se les acredita la introducción del término “anciano frágil” para describir un segmento particular de la población mayor de edad

(13, 14). En 1974 el FCA

decidió concentrarse en dos cuestiones: un sistema de seguro de ingresos para todas las personas de la tercera edad y una política nacional para los ancianos frágiles (15). Para la última cuestión el Consejo estableció un Grupo de Trabajo acerca del Anciano Frágil bajo la dirección de Monseñor Fahey. William G. Bell y Leonard Cain sirvieron como consultantes para el proyecto del anciano frágil. La frase, anciano frágil, no se consideró que tenía ninguna “originalidad especial” pero fue seleccionada por la necesidad de un término dramático que concentrar la atención sobre esta muy especial agrupación de los ancianos” (15). El Grupo de Trabajo acordó que las características del anciano frágil incluían “debilidades físicas….(y) deterioro emocional, así como ambientes físicos y sociales debilitantes” (15). Bertha Adkins, Presidenta del FCA en 1976, afirmó que “estas personas requieren apoyo continuado de la sociedad debido a una acumulación de las debilidades de la edad que aumenta”(16). Hacia 1978

el FCA definió

al

“anciano frágil” como “personas, usualmente

pero no siempre,

por encima de la edad de 75 años, quienes debido a una acumulación de diferentes problemas continuados a menudo requieren uno o varios servicios de apoyo para enfrentar la

vida diaria” (15). Los servicios

básicos o principales para el anciano frágil posteriormente identificados por el FCA fueron la valoración de necesidad, desarrollo de un plan de atención, y manejo de casos. Como dispositivo administrativo para “desencadenar” el acceso a estos servicios principales, el

FCA

recomendó utilizar la edad de 75 años o mayor (15). Hubo poca reacción inicial por parte de la comunidad médica geriátrica en los Estados Unidos respecto a este trabajo. Lo que se pudo encontrar no fue positivo; un artículo en la revista Geriatrics que respondía a las recomendaciones del FCA refiriéndose al “anciano frágil” como

un

ejemplo de la jerga utilizada por el Consejo (17). Los investigadores comenzaron a explicar en la década de los años 80 años lo que querían decir cuando utilizaron los términos “fragilidad” o “anciano frágil” en sus trabajos. Las definiciones iniciales para el “anciano frágil” incluían: aquellos de 75 años de edad o mayores; una población vulnerable de personas de la tercera edad debido a deterioro físico o mental; individuos mayores de edad admitidos en un programa geriátrico;

aquellos

que

requieren

atención

en

condición

de

internamiento; y personas de la tercera edad que dependen de otros para las actividades de la vida diaria (ADLs) (18-23).Se consideró que las enfermedades crónicas y sus secuelas eran la causa de limitaciones funcionales (21, 23- 25). Parecía

haber un consenso creciente de que

fragilidad era otro término para la discapacidad en individuos de la tercera edad. Un ejemplo de esto se puede encontrar en el trabajo de

Robyn Stone sobre las personas que atienden

al anciano frágil

donde ella utilizó “anciano frágil” e “individuos de la tercera edad discapacitados” como términos intercambiables (26).

Un número de conceptos surgieron concurrentemente durante este tiempo que tratan acerca del mantenimiento de la salud y la prevención de

la fragilidad en la medida en que envejecemos. La pérdida de

vigor, vitalidad, o capacidad

de recuperación ha sido

considerada

desde hace tiempo una característica importante de la senilidad (2729) .James F. Fries

agregó a este trabajo anterior

su descripción

de

la “compresión de la morbilidad” (30). Fries y un colega. Lawrence M. Crapo, propusieron

lo que denominaron “un nuevo silogismo” para

envejecimiento: 1) el

período de vida natural humana media

está

fijado alrededor de 85; 2) la edad de la primera dolencia puede ser incrementada

por eficaces enfoques preventivos, y 3) por lo tanto, la

duración de la dolencia disminuirá (31). En apoyo de este punto de vista estuvo la observación de que las personas con mejores hábitos de salud (definidas en términos de no fumar, tener un apropiado índice de masa

corporal, y/ o realizar sus años

ejercicios) experimentaban

discapacidad

en

discapacidad

en la tercera edad han

última década en

los

posteriores (32, 33). Varias

Estados

menos

medidas de

mostrado mejoras durante

Unidos (34). Fries

la

recientemente

argumentó que esto proporciona evidencia empírica de la ocurrencia real de la compresión de morbilidad (35). Esta

esperanza

de

que

podemos

vivir

una

vida

vigorosa

y

experimentar solamente un corto período pre-terminal de discapacidad no es nueva. Fue expresada muy poéticamente en la obra del siglo XIX

de

Oliver Wendell Colmes “The Deacon’s Masterpiece; o The

Wonderful One –Hoss Shay”. Un carruaje construido expertamente fue descrito como que permanecía en perfecto orden de funcionamiento hasta que se hacía pedazos. “Todo al momento, y nada primero,- / Tal como ocurre con las burbujas cuando revientan.” En años recientes, comenzó a prestar creciente interés no solo a la cantidad de vida sino también a su calidad. Katz et al definieron la “esperanza de vida activa” como los años restantes de bienestar

funcional que son de esperar, en términos de ADLs (36). Se encontró que la esperanza de vida activa estaba adversamente influenciada por la pobreza y los limitados logros educacionales (36, 37). Un hallazgo consistente ha sido una duración promedio más larga de la dependencia en mujeres comparadas con los hombres (36, 38-40). Extender

la

esperanza de vida activa se ha convertido en una meta de salud pública. El uso inicial de la fragilidad en referencia a individuos de la tercera edad por el

FCA

estuvo conducido por un deseo

de lograr un

término impactante para llamar la atención sobre un grupo de personas de la tercera edad con necesidades especiales. El FCA no afirmó estar describiendo nada nuevo. El término sin embargo, desarrolló su propia vida. En la década de los 90 las definiciones de fragilidad las cuales no dependían de la presencia de enfermedades crónicas, dependencia o necesidad de servicios de salud/sociales comenzaron a aparecer. La opinión de que la fragilidad era casi sinónimo de discapacidad fue percibida por muchos

como inadecuada. Ellos consideraban que la

fragilidad tenía que ser más que simplemente discapacidad. Se planteó un número de preguntas difíciles. ¿Acaso los adultos más jóvenes con discapacidades eran

frágiles? ¿Eran

frágiles todos

los

pacientes

discapacitados de la tercera edad? Y si no lo eran, ¿Por qué? ¿Acaso un estado de pre- discapacitado estaba presente e identificable? ¿De qué forma uno terminaba frágil? ¿Cuál era el mecanismo subyacente? Lo que provocó el cambio en el énfasis de “estar frágil” a “volverse frágil” no está totalmente claro. Posiblemente reflejaba la

evolución

del pensamiento acerca de la fragilidad y un deseo de una comprensión más profunda de este término. Una vez que ocurre la discapacidad, puede ser demasiado tarde para revertir el proceso. Desde el punto de vista de intentar

intervenir, desplazarse hacia una etapa de “pre-

discapacidad” tendría atractivos. La necesidad de programas

geriátricos

que identificaran

a

los pacientes de la tercera edad propensos a ser

receptivos a su intervención puede haber tenido una influencia. Como Nourhashemi señaló, “parece evidente que las intervenciones dirigidas hubieran sido más eficaces si se hubieran iniciado antes de la pérdida de autonomía” (41). b) Fragilidad y programas geriátricos especializados Los “ancianos frágiles” eran (y aún son) a menudo se afirmaba que eran

la

población

diana

apropiada

para

especializados (42-48). Un importante vínculo entre

programas

programas

evento

geriátricos

geriátricos

para establecer este

especializados y los

ancianos

frágiles fue la Conferencia para el Desarrollo de Consenso de Salud de los Institutos Nacionales de Salud geriátrica (49). El Panel sostenía

sobre métodos de valoración

que la valoración geriátrica integral

era particularmente apropiada a las necesidades de los ancianos frágiles. Los ancianos frágiles eran descritos como pacientes que



exhiben gran complejidad y vulnerabilidad médica; tienen enfermedades con presentaciones atípicas y oscuras; padecen problemas cognitivos, afectivos y funcionales fundamentales; son especialmente vulnerables a

iatrogénesis, a menudo están

aislados socialmente y privados

económicamente; y están en alto riesgo de internamiento prematuro o inapropiado” (49). Sin embargo, el hecho de definir a los ancianos frágiles por si son propensos o no a beneficiarse de

una intervención (50), plantea

problemas. Puede convertirse en lógica circular: ya que estos programas son ancianos

frágiles, los que sean admitidos

deben ser frágiles.

También puede llevar a la exclusión de un subgrupo de personas de la tercera edad frágiles debido a cuestiones del

programa. En un

esfuerzo por identificar a pacientes ancianos frágiles hospitalizados que podrían

beneficiarse de

una

consulta

geriátrica

interdisciplinaria,

Winograd excluyó al 12% de los pacientes ancianos hospitalizados por estar demasiado deteriorados funcionalmente

para beneficiarse (51).

Muchos considerarían que este grupo es frágil aunque puede que no sea una población objetivo apropiado para un programa geriátrico. En otras palabras, la identificación de necesidades para estos programas puede conducir a la exclusión de algunos individuos “frágiles” debido a la severidad de sus deterioros funcionales. La utilización de servicios de asistencia ha largo plazo también ha sido utilizada para definir la fragilidad. Por ejemplo, Brody et al., definieron a los ancianos frágiles como estar en condición de ser elegible para recibir atención en casa, requerir asistencia intensiva a largo plazo en el hogar, o ser admitido en un hogar de ancianos (52). La admisión al Programa de Asistencia con Todo incluido para los Ancianos (en inglés PACE), un programa que ofrece atención y servicios médicos a largo plazo basado en la comunidad, ha sido comparada con ser frágil (53). Como mucho, estas definiciones determinadas por el servicio funcionan como un poder para la condición real de fragilidad. Los criterios para la admisión en un programa generalmente tiene alguna

inevitable

ambigüedad en el lenguaje que los hace abiertos a la interpretación, tienen un grado de flexibilidad “intrínseca”, y son abiertos a “juego” por quien lo pone en estabilidad

de

la

práctica (54). Otra

designación.

Por

preocupación sería

ejemplo,

en

Estadounidense, ser clasificado como “certificado para el

un

la

estudio

hogar de

ancianos” (en inglés NHC) fue utilizado como criterio para la presencia de fragilidad (55). Entre los sobrevivientes, menos de la mitad (43%) permanecieron

NHC después de un año.

c) Presentaciones clínicas asociadas con fragilidad A inicios de los años 70 Bernard Isaacs propuso un concepto que puede ser el extremo opuesto del espectro de fragilidad(56). Se realizó una revisión retrospectiva de todas las muertes que ocurrieron durante 1968 en residentes en Glasgow de 65 años de edad y mayores (57). Una sub- muestra fue seleccionada y se obtuvo información detallada

sobre la enfermedad final de esas personas mediante sus parientes. Isaacs encontró que una alta proporción de muertes en la vejez, especialmente en aquellos de 75 años y mayores, estaba precedida por un período de dependencia prolongada caracterizado

por la

pérdida de movilidad (es decir; ser incapaz de caminar sin ayuda humana de la cama al baño), incontinencia (es decir incontinencia frecuente y

persistente de lo mismo

orina que heces

fecales), o

deterioro cognitivo (es decir; tan severo que la persona no puede funcionar con seguridad o independientemente). Isaacs denominó a este “pre-muerte” donde las

personas de la tercera edad “ viven

más allá del vigor de sus cuerpos y la sabiduría de sus cerebros”; en otras palabras “la supervivencia de los menos aptos” (57). Él consideraba

que había una necesidad

urgente de

investigación,

educación a los proveedores, y re-organización de los servicios de salud para hacer frente a este

“difícil período de vida

a través del

cual muchos de nosotros inevitablemente tendrá que pasar” (57). Sin embargo, este llamado a invertir en el estudio de la causa y el tratamiento, el término no condujo

a

una perspectiva esperanzadora.

Pre-muerte parecía ser

una etapa de la vida la cual se tenía que

soportar, no prevenida

ni conquistada.

Estudios recientes de los perfiles clínicos de los ancianos difuntos reexaminan el concepto de pre-muerte. En su primer trabajo Lunney et al. utilizaron datos de

derechos

de Medicare para examinar la

utilidad clínica de un sistema de clasificación para los ancianos difuntos. Ellos hallaron que la trayectoria

más

común

(47% de todos

los

difuntos) al final de la vida era lo que los investigadores denominaron “fragilidad” (58). Los miembros del grupo de fragilidad mostraban descenso constante, progresivo antes de fallecer por complicaciones asociadas con “fragilidad avanzada”. Ellos fueron identificados en este estudio por un derecho de Medicare durante el último año de vida asociado con un diagnóstico de accidente cerebrovascular, enfermedad

de Alzheimer, demencia, delirio, enfermedad de Parkinson, fractura de la cadera, incontinencia, neumonía, deshidratación, síncope, o celulitis en

la extremidad inferior. Luego ellos realizaron

cohorte utilizando datos Epidemiológicos

un análisis de

del estudio longitudinal de Estudios

de los Ancianos (en inglés EPESE) (59). Una quinta

parte de los difuntos tenía una trayectoria frágil. significativamente más viejos

que los otros

Ellos eran

grupos de trayectoria

(muerte súbita, enfermedad terminal, fallo de órgano) y estaban más discapacitados a lo largo de su último año de vida. El hecho de no prosperar (en inglés FTT) en personas de la tercera edad a veces ha sido equiparado con la fragilidad. Este síndrome fue descrito por primer vez

a fines de la década de los 80. (60). Como

se formuló inicialmente, se decía que los pacientes de la tercera edad con FTT estaban perdiendo peso y decayendo física y mentalmente. También

se

consideró que las características depresivas eran un

hallazgo básico. Al igual que la pre-muerte, se decía que el

FTT

ocurría cerca del final de la vida (61). Se sostenía que la causa de FTT era compleja con la contribución potencial de factores orgánicos y no orgánicos. El FTT ha sido criticado por reflejar fatalismo indebido y pereza

intelectual (62). Como

diagnóstico, parece haber

perdido

simpatía. Otro término para esta presentación era “los reducidos” (63). Las presentaciones de

la enfermedad las cuales han sido denominadas

atípicas (es decir, delirio, caídas, inmovilidad, incontinencia, descenso funcional,

derrumbe

de

los

comúnmente en pacientes de

apoyos

sociales)

son

encontradas

la tercera edad y pueden

ocurrir

preferentemente en personas de la tercera edad frágiles (64, 65). Los ancianos frágiles también parecen ser

particularmente susceptibles a

iatrogénesis. Por ejemplo, se considera que su falta de reserva fisiológica los predispone a efectos adversos de los fármacos (en inglés ADEs) (66). Las preocupaciones cambios en

farmacocinéticas con la fragilidad incluyen

los volúmenes de

distribución, niveles

más bajos

de

albumina y de actividad de esterasa del plasma,

y descensos en la

depuración de creatinina y el metabolismo hepático de los fármacos (21, 67, 68). Se ha encontrado variabilidad marcada en las concentraciones séricas de fenitoina en pacientes frágiles de hogares de ancianos (22, 69). El uso de benzodiazepinas está asociado con incontinencia urinaria en pacientes ancianos frágiles (70). Se ha afirmado que la fragilidad es un factor de riesgo para ADEs severos (71). En las próximas secciones de este trabajo, trataremos el pensamiento actual acerca de la fragilidad. No existe una clara demarcación entre los significados históricos y contemporáneos de este término. Como se verá, las raíces de algunos de nuestros modelos contemporáneos se remotan a cien años y más. 4) MODELOS Los siguientes secciones

modelos (así como las definiciones y criterios en las

subsiguientes)

no deben ser vistos como mutuamente

excluyentes. Hay duplicación y superposición entre ellos.

Los

componentes dentro de uno pueden tener relevancia intencionada y no intencionada para otro. A veces palabras diferentes son utilizadas para conceptos similares. Mientras que la diversidad presentada indica la falta de consenso, también habla del aislamiento de los investigadores que trabajan respecto a la fragilidad. a) Modelo Demográfico y matemático Un modelo matemático

puede ser definido como un dispositivo

matemático que utiliza razonamiento matemático que es creado para simular

y

pronosticar aspectos del comportamiento de un sistema.

Muchos investigadores cómodos

con

biomédicos y psicosociales se sienten más

modelos

verbales

fenómenos complejos. No obstante,

en

vez

de matemáticos para

los modelos matemáticos

si

ofrecen ciertas ventajas. Ellos obligan al investigador a articular una comprensión clara de

las suposiciones que subyacen al modelo. Sus

pronósticos exactos hacen más fácil rechazarlos si resultan incorrectos en contraste a los modelos verbales, los cuales hacen pronósticos relativamente inexactos que son más difíciles de refutar. El trabajo con el modelo puede revelar implicaciones no obvias y sorprendentes las cuales merecen

más

exploración. El

éxito de

cualquier

modelo,

matemático o de otro tipo, está determinado por la extensión que nos permite explorar, confirmar, refutar, refinar, y revisar nuestras ideas. Los demógrafos han desarrollado modelos para la supervivencia que incluyen un factor para la heterogeneidad no observable o “fragilidad” (72). En la elaboración de modelos de mortalidad, la fragilidad es una medida de susceptibilidad general a la muerte (73). Houggard describió la fragilidad como “un modelo de efectos aleatorios para variables de tiempo”, donde el efecto aleatorio (fragilidad) tiene un efecto multiplicativo sobre el riesgo” (74) . El concepto de fragilidad ha sido

utilizado

para

explorar

la

susceptibilidad

al

proceso

de

envejecimiento como un todo con los resultados simplificados a los estados

de

“sano”,

“discapacitado”,

susceptibilidad puede reflejar acumulativo de

exposiciones

y

predisposición

“fallecido” genética o

ambientales. Los

(75). el

Esta efecto

modelos formales

con un parámetro de fragilidad pronostican que en la medida en la mortalidad disminuye, la fragilidad de la población debe aumentar (76) aunque estamos viviendo en una

época de tasas de mortalidad

en descenso, no existen datos que indiquen que las tasas de fragilidad creciente realmente han ocurrido. En realidad, hay evidencia de que lo contrario podría estar sucediendo (35). Una observación demográfica es la

desaceleración de las tasas de

mortalidad en los extremos de la vejez en una variedad de poblaciones incluyendo humanas (77-79). Una posible explicación para esto es la heterogeneidad de la

fragilidad. Los individuos

frágiles son

más

propensos a morir dejando un selecto subgrupo de supervivientes robustos. Esta posible explicación es

respaldada por los datos del

Estudio Centenario de Nueva Inglaterra (80,81). Alternativamente,

si

todo el mundo es suficientemente frágil, la muerte se puede volver “accidental”

primariamente

debido

a

omnipresentes pero menores las cuales

tensiones

ambientales

exceden las reservas del

individuo (79). La meseta de mortalidad puede ocurrir debido

a la

desaceleración del proceso de envejecimiento al nivel del individuo. La “teoría de la confiabilidad” pronostica una desaceleración de la mortalidad al final de la vida con una posterior nivelación y mesetas de

mortalidad en

la vida posterior debido

al

agotamiento

por

redundancia en el extremo de la vejez (82). Se ha sugerido otros modelos matemáticos que mortalidad en Speechley

expliquen

la

meseta en

la tasa de

la vida tardía (83).

utilizó

el

Análisis

de

Componentes

para

examinar

intercorrelaciones entre características y discapacidades (84). Se examinó dieciocho factores preseleccionados. Nueve reunieron los criterios de fragilidad (edad por encima de 80, anormalidades con el equilibrio y la marcha, marcha infrecuente para

el ejercicio, deprimido, consumo

de sedantes, fuerza disminuida en los hombros, discapacidad en la extremidad inferior, pérdida de la visión de cerca) y cuatro reunían los criterios de vigor (edad por debajo de 80, intacto desde el punto de vista

cognitivo, ejercicio

físico frecuente que no sea caminar,

visión de cerca relativamente buena).Los sujetos fueron considerados frágiles si tenían por lo menos cuatro de los atributos de frágil y

no

más de un atributo de vigoroso. La incidencia de caídas observada durante un año de seguimiento fue más alta en el grupo frágil (52%) comparada con el grupo vigoroso (17%). Lipsitz ha utilizado la “teoría del caos” para explorar la fragilidad (85, 86). Él sugirió que la pérdida de complejidad en un número de estructuras y procesos semejantes a fractal lleva a la “pérdida de la capacidad de adaptación y la caracteriza la fragilidad” (86).

independencia funcional última que

Dos recientes publicaciones demuestran que un “índice de fragilidad” basado en un conteo de déficits acumulados puede pronosticar la probabilidad de mortalidad en poblaciones de individuos de la

tercera

edad (87). En el primer estudio, se escogió veinte déficits diferentes mientras que en déficits

el segundo se consideró

38 variables (88).

Estos

incluyeron síntomas/signos (por ejemplo, problema con la

visión), deterioros/discapacidades (por ejemplo; necesidad de ayuda para reparar

las comidas), y problemas médicos generales (por

ejemplo;

hipertensión). Los autores especulan acerca de una “destrucción del organismo semejante a una avalancha mediante

la acumulación de

defectos” (88). Una revisión más detallada de algunos de los modelos matemáticos ha sido publicada (89). b) Modelo de Envejecimiento Un modelo simple para la fragilidad sería que es intrínseca al envejecimiento.

Hace cincuenta

años Perlman

denominó el Síndrome del Envejecimiento en

describió lo que

él

términos similares a

como ahora se describe la fragilidad (90). Citando textualmente, “la demanda excesiva a las reservas de defensa, a la resistencia disminuida a objetivos por parte de unidades funcionales estresadas, aisladas, relacionadas y combinadas están

íntimamente

involucradas

con el

envejecimiento” (90): más recientemente, Evans definió el proceso de envejecimiento como

la pérdida de adaptabilidad del individuo

la

cual conduce a un aumento en las tasas de mortalidad y discapacidad (92) El envejecimiento supuestamente acelerado (o patológico) puede ser distinguido del envejecimiento usual o el envejecimiento exitoso (93). Ambos, los estados de enfermedad y los factores psicosociales son factores extrínsecos que La

comprensión

actual

del

influyen al patrón de envejecimiento. envejecimiento

necesariamente lo equipara con un

exitoso,

aunque

no

nivel óptimo de funcionamiento

y bienestar total. Muy pocos en los extremos de la vejez reúnen esta

rigurosa

norma (94). El proceso de envejecimiento

ven los individuos de la tercera edad es un

exitoso como lo

proceso de adaptación

(95). c) Modelo Genético La fragilidad depende por lo menos parcialmente de atributos genéticos (76). Estudios acerca del

Caenorhabditis elegans (un popular modelo

animal para la genética del envejecimiento) sugieren que el mayor riesgo de mortalidad con el envejecimiento

ocurre debido al fracaso de la

homeostasis y la desestabilización del genoma (96). Con el envejecimiento, existe un daño acumulativo al ADN nuclear y mitocondrial. Este

daño y su reparación incompleta pueden llevar a

una reducción en el combustible producido por las células y una capacidad disminuida para producir proteínas (97, 98). La acumulación de “células defi9cientes bioenergéticamente” mitocondriales

podría conducir a

un

debido a

número de

mutaciones características

fundamentales del envejecimiento: debilidad muscular, capacidad mental en descenso, y función cardiaca aumentan la resistencia

al

disminuida (99). Los genes que

stress

pueden

ser

un determinante

fundamental de la longevidad y nos permiten envejecer con vitalidad retenida (100, 101). El genotipo de la apolipoproteína E4 podría ser un posible factor de riesgo para la fragilidad. Un estudio

Danés

informó que los portadores de E4 tuvieron un riesgo relativo de 1.13 (95% CI, 1.05 –1.22) de morir entre 40 y 100 comparado con los genotipos E3/E3 o E4/E2 (102). Se encontró mayor descenso funcional en mujeres de la tercera edad con el alelo E4 en otro estudio (103). Es muy poco

probable, sin embargo, que la

fragilidad surja

solamente de factores genéticos. Incluso en el relativamente simple modelo animal del Caenorhabditis

elegans, factores estocásticos ( del

azar, no programados) así como genéticos son considerados importantes determinantes de las manifestaciones del envejecimiento (104).

d) Modelo de Vías primarias Se ha sugerido a la sarcopenia (la pérdida de la masa muscular y la fuerza con la edad) como la causa subyacente fundamental de la fragilidad (105- 108). La pérdida de la masa muscular y la fuerza en personas de la tercera edad es un fenómeno común con consecuencias significativas. Por ejemplo, un estudio transversal encontró que la sarcopenia estaba presente en personas de la tercera edad (especialmente mujeres) y estaba asociada con una mayor probabilidad de deterioro funcional y discapacidad (109). También se halló en modelos animales de envejecimiento en el Caenorhbditis elegans (104). La sarcopenia proviene de mecanismos comprendidos parcialmente (110, 111). Las supuestas causas incluyen

la pérdida de neuronas

motoras alfa y fibras musculares (especialmente de las fibras de contracción rápida), descenso en la contractilidad celular muscular, mutaciones somáticas, factor-1 de crecimiento semejante a

la insulina

producido localmente con deficiencia (en inglés IGF-1), deficiencia en la hormona de crecimiento circulante e IGF-1, deficiencia de andrógeno y estrógeno, y desregulación en la formación de citosina (108, 112118). Otro mecanismo sugerido es el cambio oxidativo en el estado de plasma tiol/disulfuro redox(119, 120). Este edad parece ser mediado al

c ambio relacionado a la

menos parcialmente por una capacidad

decreciente para eliminar la cisteina dietaria del ambiente de la sangre (121). Un

reciente

estudio demostró que

oxidativo cuando se

ajustó para el nivel basal de arginina, la N-acetilcisteina mejoró significativamente la respuesta al ejercicio físico en pacientes ancianos frágiles y

llevó

a

una disminución en los niveles de factor de

necrosis tumoral (122). Con el envejecimiento, hay una disminución en el funcionamiento de un número de sistemas

endocrinos. Esto conduce al desarrollo de

menopausia/andropausia, adrenopausia, y somatopausia (123). Estos

estados de deficiencia hormonal pueden contribuir a la fragilidad. La creencia de que algunos de las manifestaciones del

envejecimiento

provienen de una deficiencia hormonal tiene un largo árbol genealógico. A fines del siglo XIX Brown- Sequard, para entonces en su séptima década de vida trataba sus decrecientes capacidades de resistencia, fuerza y mentales con un crudo extracto testicular que se obtenía de perros y conejillos de Indias (124). El trabajo reciente se ha concentrado en señales

semejantes

a la insulina.

La supresión

semejantes a la insulina, factor de crecimiento semejante

de

péptidos

a la insulina,

moléculas de señalización lipofílica, y esteroles o sus receptores puede incrementar el período de vida, demorar el descenso funcional relacionado a la edad e incrementar

la resistencia al stress en modelos

animales de nematodo, insecto y ratón para estudiar el envejecimiento (125). También se

ha propuesto

secundario a la desregulación

un bajo

nivel de inflamación crónica

del sistema inmune y relacionado con

la edad como la causa subyacente de la fragilidad (126-129). Niveles incrementados de interleucina 6 (IL-6) y el reactante en fase aguda, proteína C reactiva han sido encontrados en

ancianos frágiles (130-

132). Otra vez, la historia de este concepto tiene sus raíces en el siglo XIX. Elie Metchnikoff consideraba

que el envejecimiento surgía

de la autointoxicación con los productos de microbios colónicos. Las células debilitadas por los efectos de estas toxinas serían destruidas entonces por los macrófagos (133, 134). Los efectos nutricionales están asociados frecuentemente con la fragilidad (135). No está claro si estos déficits son la causa o la fragilidad, su consecuencia, o ambos. Hay un número de marcadores séricos potenciales para la fragilidad, discapacidad, o resultados adversos en pacientes ancianos. Estos incluyen: bajos niveles de testosterona (136);

testosterona baja y/o

bajos niveles de hormona luteinizante (LH) (137); bajos niveles de

DHEA (138); proporción más alta cortisol en la mañana/ sulfato de DHEA y respuesta disminuida a la prueba con supresión de dexametasona (139); niveles incrementados de proteína C- reactiva, factor VIII, y dímero D (132); altos niveles de IL-6 (130); altos niveles de IL-6 y/o dímero D (129); altos niveles de IL-6 sérica y hemoglobina baja (131); bajo colesterol

total (140); baja albumina sérica (141); mayor

osmolalidad en el plasma (142) y una anemia nomocítica no explicada (143). Se ha sugerido biomarcadores

moderada

adicionales (144).

Los modelos los cuales afirman que la fragilidad refleja

disfunción

de un solo sistema de órganos podría decirse que están adoptando un enfoque excesivamente reduccionista. Al concentrarse indebidamente en un aspecto de

la condición, ellos pueden estar

todo. Tal como John Elefante,

“Los

Godfrey Saxe

disputantes, Me

escribió en

perdiéndose

el

Los Ciegos y el

imagino/Claman en absoluta

ignorancia/ Acerca de lo que cada uno quiere decir,/ Y parlotean de un Elefante/ Que ninguno de ellos ha visto!” e) Modelo de Disfunción concurrente de múltiples sistemas biológicos Un número de recientes modelos ha especulado que los deterioros concurrentes en varios sistemas biológicos conducen a la fragilidad. Se ha sugerido la fuerza, equilibrio, y resistencias severamente deterioradas como fragilidad subyacente (145). Ejemplos de modelos los cuales requieren disfunción de múltiples sistemas son los siguientes: - La fragilidad es una condición o síndrome

que se origina de una

reducción en múltiples sistemas en la capacidad de reserva en un grado que un número de sistemas fisiológicos están cerca, pasan, el umbral de fallo clínico sintomático (146). Los autores recomendaron valoración de el

la función musculoesquelética (por ejemplo, fuerza en

agarre, levantarse de la silla), capacidad

aeróbica (por ejemplo;

caminata sub-máxima de seis minutos en la estera rodante), función neurológica cognitiva/integradora (por ejemplo; Examen del Estado

Mini-Mental, equilibrio estático), y estado nutricional (índice de masa corporal, área muscular del brazo). - Fried y Walston han propuesto un “ciclo de fragilidad”. La sarcopenia, desregulación neuroendocrina, y la disfunción inmune son consideradas la “triada fisiológica” que sustenta al síndrome. El ciclo o espiral hacia abajo puede

ser precipitado por un “evento desencadenante”

(147, 148) Un ejemplo de un evento desencadenante sería una fractura de cadera (149): - La fragilidad está relacionada a los efectos patofisiológicos de un equilibrio metabólico alterado,

manifestado por la sobre-expresión de

citocinas y la disminución funcional. La fragilidad es vista como el punto medio entre la independencia y la pre-muerte. Los factores los cuales han la fragilidad más probable son: edad avanzada, índice de carga alostática, discapacidad física/disminución funcional/ necesidad de ayuda con las actividades de la vida diaria (en inglés ADLs) e IADLs/dependencia, caídas y lesiones (especialmente fractura de cadera), polifarmacia, enfermedades crónicas, disminución cognitiva, depresión, utilización de la atención de salud, y deterioro nutricional (112). Un reciente estudio

halló que

la combinación de IGF-1 baja

y altos niveles de IL-6 estaba asociada con un alto riesgo de muerte y discapacidad en un cohorte de mujeres de la tercera edad (150). - Precursora de disminución funcional la cual conduce a hospitalización recurrente, internamiento y existen cuatro

factores

muerte. Morley et

intrínsecos

al,

consideran

que

fundamentales que llevan a la

fragilidad: sarcopenia, aterosclerosis, deterioro cognitivo, y malnutrición (151). - La enfermedad, desuso y el envejecimiento “de por sí” desencadenan un mecanismo que agota la redundancia de sistemas de apoyo muscular y nervioso y, cuando el daño va más allá del umbral de compensación posible, conduce a una disminución medible en el desempeño físico (48).

Una característica común de todos estos modelos es

la participación

de múltiples modelos en la patogénesis de la fragilidad. Los déficits no parecen surgir de forma aislada (88). Por ejemplo, parece haber una asociación entre deterioros físicos y cognitivos. Hay evidencia de que los individuos de la tercera edad frágiles

físicamente a menudo

tienen deterioros en las pruebas psicométricas (152). Se ha encontrado que las mujeres con poca masa de tejido blando libre de grasa tienen una mayor probabilidad de deterioro cognitivo (153). Además,

las

mujeres que tienen rápida pérdida ósea son más propensas a mostrar disminución cognitiva en el futuro (154). Los posibles

mecanismos

que subyacen a esto requieren exploración. Podría ser que estos individuos tienen una mayor

tasa de envejecimiento intrínseco

o

algún otro proceso común, tal como inflamación, el cual conduce a la disminución física y cognitiva. Una interesante observación reciente es la regulación de concentraciones amiloides cerebrales por niveles de IGF-1 en un modelo animal (155). Deficiencias en la hormona de crecimiento e IGF-1 han estado implicadas fragilidad (114).

La

idoneidad

en la sarcopenia y la

cardiorrespiratoria

peor se ha

encontrado que pronostica disminución cognitiva mayor

en seis años

(156). La idoneidad cardiorrespiratoria puede reducir el riesgo de patologías

médicas específicas que están asociadas con la cognición

deteriorada, incrementan el flujo sanguíneo cerebral, y/o estimulan el crecimiento

celular nervioso. El hecho de si el deterioro cognitivo

debe ser incluido o excluido

como uno de

primarios que sustentan el desarrollo de

los sistemas biológicos la fragilidad, sigue siendo

sin embargo un área no aclarada. Campbell y Morley consideran que debe ser incluido (146, 151). Por otra parte, Freíd excluyó individuos de padecían de demencia/deterioro cognitivo severo en sus estudios (157). Esto fue justificado diciendo que la fragilidad

las características clínicas de

podían originarse únicamente como una consecuencia

de la demencia. Debido a la necesidad declarada de la participación

de múltiples sistemas para decir que la fragilidad existe verdaderamente, la presencia de demencia pudiera llevar a

“falsos

positivos”. Otros

investigadores han calificado lo que están investigando como “fragilidad física”, lo cual indica que el deterioro cognitivo no es una característica fundamental en su conceptualización de la entidad (145, 158-161). f) Modelo del Curso de vida Algunos modelos de fragilidad han sido categorizados como enfoques del curso de vida (162). Con un enfoque del curso de vida, hay un intento por comprender

la etiología estudiando

plazo de las exposiciones físicas y

sociales

los efectos a

durante

largo

la gestación,

infancia, adolescencia, vida adulta joven y vida adulta posterior en el riesgo de desarrollar una enfermedad, condición o estado. Se examina las vías biológicas, de comportamiento y/o sociales, que operan sobre el curso de vida entero de un individuo y a través de generaciones. Se hace un esfuerzo entre

estas

vías

exposiciones que

por comprender

biológicas,

de

las complejas interrelaciones

comportamiento

y

sociales.

Las

actúan durante períodos críticos específicos pueden

tener efectos duraderos

sobre

órganos, tejidos y sistemas

la

estructura o función de

corporales.

Estos

efectos

los

no son

modificados dramáticamente por eventos posteriores. Las adaptaciones pueden enmascarar inicialmente déficits estructurales los cuales se pueden hacer evidentes posteriormente en la vida en la medida en que las adaptaciones fallan. La carga alostática pudiera ser un ejemplo de un modelo del curso de vida donde existe una acumulación gradual del daño a través del tiempo (162-166). La alostasis incrementar

es la capacidad del cuerpo para

o disminuir las funciones vitales (“la capacidad

alcanzar estabilidad

para

mediante el cambio”). La carga alostática es el

“desgaste natural ” (o la condición de “úsalo y piérdelo”) que ocurre en un organismo con el tiempo en el esfuerzo por mantener un estado constante. Puede ser vista como una evolución de estudios

más viejos acerca de los efectos a largo plazo del

stress y el

Síndrome de Adaptación General de Seyle (167). Por ejemplo, Perlman consideró los “mecanismos estresores-adaptativos” como importantes en la comprensión de su Síndrome de Envejecimiento(90). La carga alostática es una conceptualización de la carga biológica acumulativa ejercida sobre el cuerpo mediante intentos por adaptarse a las exigencias de

la vida. Una medida

resumen de la carga alostática

basada en diez medidas biológicas (cuatro de las cuales son mediadores primarios

y

seis

mediadores

secundarios)

estuvo

asociada

con

funcionamiento cognitivo y físico más pobre en el nivel basal y en el futuro (163, 166). Un modelo de curso de vida alternativo trata desacoplamiento

del

ambiente,

y

acerca del desuso,

sinmorfósis.

Walter

inicialmente acuñó el término “Síndrome de Desuso”.Este fue desarrollado para

explicar un número de

envejecimiento (168, 169). Él conceptuales acerca fragilidad

“surge

de

II

término

manifestaciones de

escribió

dos trabajos

la fragilidad. En el primero especuló que la

donde el

ambiente produciendo

posteriormente

Bortz

organismo

está

desacoplado de su

una ruptura en el ciclo de retroalimentación

posterior de estímulo a la reacción al crecimiento a la competencia funcional incrementada la respuesta mejorad al estímulo” (170). Una simplificación de esta

premisa es “úsalo

recientemente ha escrito acerca de

o piérdelo). Bortz más

la relación entre fragilidad y el

concepto de “sinmorfósis” (167, 171). Los

animales están diseñados

económicamente. La sinmorfósis postula una paridad cuantitativa de diseño y función; sostiene además que dentro de

una vía determinada

de pasos secuenciales las capacidades de cada uno tienden a equipararse. En vez de un paso que limita la tasa, se invierte control a lo largo de todos los pasos. Bortz sostiene que

la fragilidad surge de una

“carga disminuida” sobre la persona que “conduce a pérdidas vinculadas y paralelas en

forma y función”. Dice además que la “Fragilidad se

define aquí como un estado de debilidad muscular y otras pérdidas secundarias ampliamente distribuidas en función y estructura que son iniciadas usualmente por niveles disminuidos de actividad física” (167). La carga alostática y la sinmorfósis no

son conceptos mutuamente

exclusivos. Se considera que hay equilibrio óptimo entre “úselo y piérdalo” y “úselo o piérdalo”. Es incierto dónde radica ese equilibrio. Es posiblemente dinámico, cambiante con el tiempo en un individuo determinado (172). Esta idea de un equilibrio necesario

podría ser

capturada por el concepto de hormesis, el cual se entiende generalmente como efectos beneficiosos con bajas dosis de una agente físico o químico de otro modo dañino(173). Una definición

más científica de

la hormesis es que es una respuesta adaptativa caracterizada por relaciones bifásicas de dosis-respuesta (174). Se ha encontrado que un número tensiones moderadas (por ejemplo; el frío, calor, irradiación, y la restricción calórica) inducen longevidad incrementada en varios modelo animales (175).

La

hormesis

podría

provenir

de

la

estimulación directa o de una respuesta compensatoria excesiva a un estímulo nocivo(174). Para prevenir la fragilidad puede ser que el individuo tiene que estar expuesto a una carga o tensión moderada para inducir la respuesta adaptativa apropiada. Citando a Friedrich Nietzsche, “Lo que no me destruye, me fortalece.” g) Modelo Biomédico/psicosocial combinado Han habido intentos por desarrollar modelos de fragilidad que reconozcan diversos factores contribuyentes que operan

en un número

de niveles (de moléculas a sociedades). Los ejemplos de estos modelos combinados incluyen: - La fragilidad ocurre cuando un paciente de problemas en más de una de las

siguientes

la tercera edad tiene dimensiones:

médica

(enfermedades conocidas, fármacos que se toma, historia médica anterior significativa), funcional (auto-atención, competencia mental), social (red

de apoyo, finanzas, aislamiento psicológica (características

social,

soledad) y

psicosocial/

psicológica premórbidas, expectativas de

envejecimiento, inactividad, invalidez, temor) (176). Brook afirmó que mientras mayor fuese el número de dimensiones afectadas, más frágil estaría el paciente pero también escribió, “los problemas severos en cualquier dimensión, en sí mismos, definir a un anciano frágil” (176). Mientras que se observaba

diversos factores contribuyentes a

la

fragilidad, este modelo inicial carecía de precisión. Las dimensiones observadas eran muy similares a los elementos típicamente incluidos en la valoración geriátrica integral (49). Al añadir el “modelo de derrumbamiento” de Broklehurst, el modelo dinámico de fragilidad reconoce una interacción compleja de bienes y déficits para

un individuo determinado (177). Los valores (salud,

capacidad funcional, actitud positiva, prestadores de atención médica, y otros recursos) son aquellas cosas que ayudan a una persona a mantener la independencia en la comunidad. Los déficits (enfermedad crónica, discapacidad, dependencia, y la carga del prestador de atención médica) amenazan la

independencia.

Los individuos frágiles son

aquellos donde los déficits sobrepasan a los bienes (“ancianos frágiles en instituciones”) o donde están en un precario equilibrio ( frágil pero todavía vive en la comunidad) (178). Este modelo por Rockwood et al; fue evaluado examinando factores asociados con el internamiento en centro de asistencia a personas de la tercera edad (179). El

sexo

femenino, el no estar casado, ausencia de un prestador de atención médica, deterioro funcional, diabetes mellitus, accidente cerebrovascular, y

enfermedad

de

Parkinson

estuvieron

asociados

todos

independientemente con el internamiento en un centro de asistencia. Se consideró que estos hallazgos respaldaban fragilidad

no

era

solamente

el criterio de que la

discapacidad sino

que más bien

representaba un “ constructo multidimensional” (179). En cambio, se consideraba que la naturaleza multifacética de

la fragilidad en este

modelo apoyaba la “naturaleza de la valoración geriátrica integral”, proporcionando otras razones para valorar datos funcionales, médicos, psicosociales, y ambientales” (179).

-La fragilidad es concebida por Kaufman (180) como una cualidad (que surge de criterios objetivos)

y como un proceso

adaptativo

dinámico por parte del anciano, las familias, y personal de atención de salud. “ La

fragilidad se vuelve centro de la atención en el

momento en que se interpreta que cualquier combinación de

los

síntomas y comportamientos de una persona de la tercera inclina la balanza hacia un problema que representa más dependencia que independencia con respecto a la

capacidad

funcional y el desempeño

del papel social” (180). - Otro modelo

dinámico fue propuesto por

Lebel et al. (181).

Los

factores de predisposición influyen en el desarrollo de cambios y enfermedades asociados a la edad las cuales a su vez pueden causar deterioros.

Los deterioros cognitivos, neuro-locomotoros,

y del

metabolismo de energía (el cual incluye la capacidad cardiopulmonar y el estado nutricional) son enfatizados en el modelo. Las limitaciones funcionales y la discapacidad evolucionan a

partir de los deterioros.

El impacto de estos eventos biológicos y clínicos es modulado por los recursos personales, sociales, ambientales que

pueden

aparentemente Todos

los

ser

movilizados.

Este

y del sistema de salud

modelo

era

influenciado

por la descripción del proceso de discapacidad (182).

modelos

mencionados

arriba

enfatizan

la

naturaleza

dinámica de la interacción entre los diferentes factores que contribuyen. El hecho de cómo los ancianos se adaptan a

los déficits vistos con

la fragilidad es un área no explorada. El modelo de SOC (SelecciónOptimización- Compensación) es una estrategia pro-activa para la adaptación relacionada a

la edad que consiste en la identificación

de objetivos (Selección), concentrarse en el desarrollo de las capacidades

necesarias para alcanzar estos objetivos (Optimización), y la selección de enfoques alternativos cuando ocurren pérdidas (Compensación) (183). Una estrategia alternativa sería reactiva; uno enfrentaría las pérdidas siendo flexible con sus

aspiraciones y ajustándolas (184).

Actualmente se desconoce, cuál enfoque adaptativo si es realmente alguno es preferido en el contexto de la fragilidad. Buena parte de la literatura acerca de la fragilidad se concentra en factores biológicos

y

médicos. Ha habido una tendencia a ver los

factores sociales como que

tiene

importancia secundaria –ya sean

modificadores de los procesos biológicos primarios que conducen

a

la fragilidad o características

la

las cuales

influyen el impacto de

fragilidad sobre la persona de la tercera edad (181, 185-187). Esto puede estar restringido excesivamente. El trabajo reciente sugiere que factores sociales tales como el apoyo social y el grado de participación están asociados con los niveles de discapacidad

(188, 189). Algunos

gerontólogos sociales argumentan contra el uso del término fragilidad y lo ven como una

forma de estereotipo

fragilidad no es un término que las

negativo (190, 191). La

personas de la tercera edad

utilicen cuando hablan de sí mismas (190). Otro componente, el cual no ha sido tan extensamente como los sistemas biológicos, es el

ambiente. El

desempeño exitoso de las

tareas depende de una paridad entre las demandas de tareas y las capacidades (192). ancianas frágiles se

La

independencia funcional en las personas

podría mantener cambiando su ambiente

para

que las demandas planteadas a los individuos sean congruentes con sus capacidades (193). 5) DEFINICIONES La mayoría de las definiciones propuestas

para la

fragilidad son

nominalísticas (194). Con el nominalismo el propósito de la definición es enunciar las características por las

cuales se puede reconocer a

la entidad. El significado del concepto se esclarece utilizando otros

conceptos los cuales ya

han

sido

definidos adecuadamente. Las

siguientes definiciones ya no pueden ir más allá del reconocimiento de un patrón familiar o pueden incluir una discusión de causas subyacentes. a) Dependencia Algunas definiciones de la fragilidad se concentran en la presencia de dependencia. Ejemplos de estas definiciones son

los siguientes:

- Los ancianos frágiles son aquellas personas de la tercera edad que, debido a alguna forma de discapacidad, tienen

necesidad de alguna

ayuda (195). - Aquellos con más de 65 años de edad que dependen de otros para las ADLs y que a menudo son internados (24, 196). - Individuos viejos debilitados que no pueden sobrevivir sin ayuda sustancial de otros (197). - Aquellos que tienen déficits en las ADLs y requieren la ayuda de otros (198). - Limitación crónica en las ADLs o ADLs mediante instrumentos (199). - La

fragilidad

física

ha sido definida como deterioros en

capacidades físicas necesarias para vivir

las

independientemente (158).

La fragilidad así definida fue considerada la única causa de discapacidad en el 40%

de las personas que viven en el hogar con

limitaciones en las ADLs. Los deterioros mentales o sensoriales (con o sin fragilidad física) condujeron al - Los ancianos frágiles abarcan a edad con uno o más

otro 60%. aquellos de más de 65 años de

deterioros funcionales, cognitivos o sociales

(200). - Las personas de tercera edad crónicamente dependientes con una variedad

de

deterioros

físicos

funcionamiento diario (201).

y/o

cognitivos

que

impiden

el

- Las pérdidas funcionales que pueden interferir

la capacidad para

mantener la autonomía en la vida cotidiana (190). - Capacidad disminuida para llevar a cabo

las

importantes

ADLs

prácticas (IADL, ir a la comunidad, tener hobbies y actividades, y caminar para mantenerse activo) y

ADLs sociales (interactuar

la

sobre

familia,

amigos

o

conocidos

una

base

con

consistente,

proporcionando y recibiendo apoyo) (202, 203). - El internamiento definido por la entrada a un hogar de ancianos o un hospital de atención crónica largo

por el

propósito de asistencia a

plazo (179). Mientras la vasta mayoría de los adultos mayores

internados fueron considerados frágiles, los autores reconocieron que no todos los ancianos frágiles estaban en instalaciones de asistencia institucionalizada, en otras

palabras, esta definición sería específica

pero no muy sensible.

- Reunir los criterios para la ubicación en

hogar de ancianos (53).

La senda de un estado de bienestar funcional a la discapacidad para un individuo ha recibido intenso estudio durante los últimos veinte

años.

La

Clasificación

Discapacidades, e Impedimentos Salud

Internacional

de

Deterioros,

de la Organización Mundial de la

y su revisión fueron importantes pasos hacia delante (204, 205).

La elaboración

del proceso de discapacidad ha proporcionado

esclarecimientos adicionales que han informado un número de los modelos desarrollados

para el entendimiento de la fragilidad (181,

182, 206,- 208). Conceptos tales como vía principal, factores de riesgo, factores extra -individuales, y factores intra-individuales hallados en un número de

pueden ser

los modelos de fragilidad.

El trabajo por Stuck et al; para identificar factores de riesgo de la disminución del estado funcional destaca un número de similitudes entre

los factores de riesgo para la discapacidad y fragilidad (209).

Stuck encontró que los fuertes factores de riesgo

para una disminución

en la función

incluían depresión, ningún consumo de alcohol o gran

consumo de alcohol, deterioro cognitivo, co-morbilidad, desempeño reducido en la extremidad inferior (por ejemplo, pararse

de

una

silla, (alto BMI o bajo BMI o pérdida de peso, baja actividad física, salud

deficiente

clasificada

fumar, baja frecuencia de

por el propio individuo, hábito de

contactos sociales, visión deficiente (209).

Strawbridge et al; encontraron factores pronósticos de fragilidad muy similares –depresión, gran consumo de bebidas alcohólicas, prevalencia de

síntomas

aceptable

o

crónicos/patologías

crónicas

(co-morbilidad),

salud

valorada por el propio individuo como deficiente,

tabaquismo, inactividad física, y aislamiento social (210). Relativamente poco trabajo se ha realizado

acerca

de la comprensión

de cómo la discapacidad se desarrolla con el tiempo. Se ha descrito dos patrones

generales: catastrófico (repentino)

y progresivo (211-

213). La pérdida progresiva se vuelve más común con

el aumento

de la edad y en la presencia de múltiples co-morbilidades (213). El desarrollo progresivo de

discapacidad es el patrón más común

visto (48, 53, 58, 59, 211). Un desafío para las definiciones basadas en la dependencia es explicar cómo la

fragilidad se diferencia de

la discapacidad. ¿Cuál es el

valor añadido de utilizar el término fragilidad? El pensamiento actual parece estar desplazándose hacia

pensar en la fragilidad como un

“estado preclínico de discapacidad” (214). La fragilidad aquí es vista como una de las vías hacia la discapacidad. Las otras vías serían los efectos directos de las enfermedades y barreras ambientales. b) Vulnerabilidad La mayoría de las definiciones actuales enfatizan

la vulnerabilidad

para declinar y/u otros resultados adversos. - Perdida de reservas fisiológicas por personas de la tercera edad, la cual

los priva de un margen de seguridad (215).

- Una vulnerabilidad inherente a desafío por parte del ambiente(216).

- Una

pérdida general de

las reservas fisiológicas, fragilidad

y

vulnerabilidad general (76). - Los ancianos frágiles son adultos mayores o individuos de edad avanzada que carecen de fuerza general y son inusualmente susceptibles a enfermedad

u otra dolencia (217).

- Individuos carentes de fuerza que son de constitución delicada o frágil. Un estado

de reserva fisiológica

reducida asociado con

susceptibilidad incrementada a la discapacidad (186). - la fragilidad física es el resultado de pérdidas acumuladas en los sistemas fisiológicos dando por resultado función reducida e intolerancia al desafío (159). -Agrupamiento de problemas y pérdidas de capacidad

que hace a

los individuos más vulnerables al desafío ambiental (210). Una persona frágil es alguien con deficiencias en más de un área o dominio de funcionamiento (es decir; física, nutritiva, funcionamiento cognitivo, y problemas sensoriales). - Vulnerabilidad incrementada a lesiones o desafíos proveniente de deterioros en

múltiples dominios que comprometen las capacidades

compensatorias (65). - La fragilidad es la pérdida de la homeostasis funcional (218); es decir; la capacidad de un individuo para resistir la enfermedad sin pérdida funcional. - Los ancianos frágiles fueron definidos como sujetos carentes de fuerza general y que son inusualmente susceptibles a enfermedad y otras dolencias (219). - El riesgo que tienen los individuos de la tercera edad de desarrollar o empeorar

limitaciones o discapacidades funcionales, debido a los

efectos combinados de deficiencias y factores de modulación (181). Esta definición enfatiza la naturaleza dinámica y progresiva de la fragilidad.

- Incapacidad para recuperar la función después de una enfermedad aguda (220). - Una combinación de déficits o patologías que surgen con el aumento de la edad y que contribuyen a volver al anciano más vulnerable a los cambios en los alrededores y al stress (41). - Un síndrome biológico de reserva disminuida

y resistencia

estresores, proveniente de disminuciones a cumulativas

a

a

través de

múltiples sistemas fisiológicos, y que causa vulnerabilidad a resultados adversos (157). - Incapacidad para

tolerar

enfermedad aguda o trastorno emocional

o dislocación física (221). Las personas de la tercera edad vulnerables son los individuos de 65 años y mayores que están en riesgo incrementado de funcional o muerte en

más de dos

disminución

años (222). Los que tienen

fragilidad están en el riesgo más alto de disminución o muerte. - La fragilidad se caracteriza por un alto grado de susceptibilidad a cambios externos e internos

que

requieren

adaptación

o

compensación (144). Los pacientes frágiles tienen un alto grado de ruptura de la homeostasis y desarrollo consiguiente de resultados de salud negativos, incluyendo

discapacidad y muerte.

- Una

la

etapa

intermedia

en

cual

el

individuo

experimenta

vulnerabilidad acrecentada a estresores médicos, psicosociales,

o

ambientales (223). - La fragilidad es una

condición patológica

que da por resultado

una constelación de signos y síntomas y se caracteriza susceptibilidad, disminución inminente en

la función física

por alta y alto

riesgo de muerte (48). Aunque

el concepto de la fragilidad como vulnerabilidad se está

volviendo generalmente aceptado, existe

un número de interrogantes

no resueltas. ¿Es la vulnerabilidad diferente en algún modo

al

pensamiento anterior (29, 224) acerca del deterioro asociado

la

a

edad en la

homeostasis y la homeodinámica? Este

deterioro con la

edad ha sido denominado homeostasis defectuosa, homeostenosis, homeostasis

deteriorada,

disminución

integrativa

pérdida y

de

la

homeostasis

síndrome de

fallo del

equilibrio

homeostático (66, 218, 225-229).

Se considera que

subyace a

ha sido definida como la pérdida

la senilidad la cual

la

funcional,

disminución

progresiva de la capacidad de resistencia con la edad, incluso en la ausencia de accidentes y enfermedad (29). Con la vejez “perturbaciones repentinas, fácilmente

acomodadas por un organismo resistente

homeodinámicamente,

son

formulación

similar

es

muy

debilitantes a

propuestas para la fragilidad. Si diferente

de alguna

un

o

letales” (29).

número

de

afirmamos que

Esta

las definiciones la fragilidad es

forma, ¿cómo es diferente? Posiblemente una

diferencia es que podemos estar viendo la interacción de múltiples sistemas de órganos los cuales se están deteriorando concurrentemente. Una

segunda distinción del pensamiento

anterior acerca de la

homeostasis que disminuye podría ser el énfasis sobre los resultados adversos que no son la muerte. La vulnerabilidad está presente en cierto

grado en todos nosotros.

Como se observó, “Un dato conocido inalterable en la existencia humana es la posibilidad de la

lesión y destrucción, la cualidad

fragilidad (230). Muchos autores

de

han notado un espectro que se

extiende de la idoneidad física a la fragilidad (84, 100, 202, 231, 232). ¿Cuándo se cruza el umbral y la persona se vuelve frágil? ¿En

el

futuro seremos capaces de medir certeramente la fragilidad del modo que actualmente medimos atributos biológicos como la sanguínea? Desafortunadamente, en el presente

presión

la determinación de

la vulnerabilidad del paciente anciano solamente puede ocurrir posthoc, después que las personas de la tercera edad han demostrado su vulnerabilidad al no vencer el desafío que enfrentaron.

c) Estados de enfermedad La

presencia de

condiciones médicas

ha

sido

utilizada

para

definir la fragilidad. Los ejemplos de este enfoque incluyen: -

Anciano con patologías crónicas (25).

-

La presencia de cualquier

patología médica

simple que es

caracterizada como grave o restrictiva (233). -

Presencia de co-morbilidades (71).

La mayoría del pensamiento actual acerca de la relación entre las enfermedades y la fragilidad es que las enfermedades- como las patologías cardiovasculares (234) –pueden ocurrencia de fragilidad o empeorar su dirigida a de

contribuir

funcionar como

fragilidad. La(s) patologías

un marcador para la

la

severidad. La prevención

ciertas enfermedades podría disminuir

que surja la

a

la probabilidad

médicas

pueden

fragilidad o su probable

desarrollo. Por ejemplo, la incontinencia urinaria incidente en individuos de la tercera edad está asociada con un más alto riesgo

de

deterioros

físicos y limitaciones

funcionales (235). A

edades avanzadas la importancia de los estados de enfermedad para llevar a discapacidad disminuye (236). Se desconoce si esto es verdadero también para

la fragilidad.

6) CRITERIOS La definición general de fragilidad en y Lesiones: Estudios Cooperativos de (FICSIT en inglés) fue

el ensayo de Fragilidad Técnicas

de Intervención

“fuerza, movilidad, equilibrio, y resistencia

severamente deterioradas” (237). Un meta-análisis de datos

entrecruzados del ensayo

FICSIT

pre-planificado

encontró

que la

velocidad de la marcha (caminando a un paso usual sobre

3-

40 m), función de equilibrio (capacidad para mantener el equilibrio durante por lo menos 10 segundos en paralelo, postura semitandem, y tandem), paradas

del

asiento (silla estándar con los

brazos cruzados sobre el pecho; tiempo requerido para ponerse

de pie) y la

fuerza

del agarre (dinamómetro, mano derecha)

estuvieron relacionados

independientemente a los déficits de

IADLs después de corregir

por covariables (edad, sexo, años de

escolaridad, índice de MMSE, índice de Eficacia en las Caídas) (238). Estas y otras medidas físicas simples tales como el alcance funcional (159) han sido vistas como un medio de identificar

la

fragilidad y/o el riesgo de futuros resultados de salud adversos. Los que

más han atraído la

atención son

desempeño en la extremidad inferior y superior

las

medidas de

y la valoración

del estado nutricional. Las pruebas de función en la extremidad inferior tales como la velocidad de la marcha y los resultados de una

corta batería

de pruebas de desempeño físico (equilibrio en la posición de pie, caminata cronometrada, repeticiones en la posición de /sentado cronometradas) de discapacidad

se ha encontrado

parado

que son pronósticos

futura (239, 240). La movilidad en

exteriores,

movilidad en interiores, velocidad de marcha, y la fuerza de la extensión de la rodilla fueron pronóstico de mortalidad (241). La fuerza de extensión isométrica máxima disminuida de la rodilla antes de una fractura pronosticó mortalidad después que ocurrió (242). El riesgo ajustado de el tercil

más bajo

morir para aquellos que estaban en

fue de 4.4 comparado con el tercil más

alto. Los problemas con el equilibrio para ponerse de pie en pierna han sido propuestos como un

una

marcador que podría ser

útil en el pesquisaje de fragilidad (243, 244). Muchas personas de la tercera

edad, sin embargo, pueden ser incapaces de realizar

incluso simples medidas de desempeño físico de las extremidades inferiores (245). También se ha encontrado que las pruebas de función de la extremidad superior están asociadas con discapacidad futura y muerte. Se ha afirmado que la fuerza disminuida en el agarre

de la

mano

pronostica

discapacidad

Giampaoli et al; encontraron que en discapacidad durante

los próximos

incidente (246, 247).

hombres la incidencia de cuatro años aumentó con

la

fuerza decreciente del 25.6% en el cuartil más alto a 48.3% en el cuartil más bajo (246). En el Programa del Corazón de Honolulu el riesgo de limitaciones funcionales y discapacidad en hombres 25 años más tarde aumentó en la medida en que disminuyó la fuerza del agarre a nivel basal (247). La razón de disparidades de

tener una velocidad de marcha de 0.4 m/s o

más lenta fue

de

2.77 en el tercil más bajo comparada con la más alta. La

razón de disparidades para ser incapaz de levantarse de una silla fue de 2.73. El riesgo de una discapacidad en la atención a sí mismo fue

más de 2 veces mayor en el

tercil más bajo versus

el más alto. Se halló que la menor fuerza asociada con un

en el agarre estaba

más alto riesgo de mortalidad (241).

Hasta la modesta pérdida de peso está asociada con un más alto riesgo de mortalidad en sujetos de la tercera edad (248). La pérdida de peso no intencional

ha estado asociada con salud deficiente

clasificada por el propio individuo y

discapacidad de mucho

tiempo de existencia en hombres que envejecen (249). La estabilidad en el peso dentro de un rango aceptable con

la mortalidad

parece estar asociada

más baja. Se ha encontrado que un

de menos de 23 comparado con uno de 23 o más está con un mayor riesgo de

muerte (18

BMI

asociado

versus 5%), discapacidad

(dependencia en la IADL; 40 versus 20%), y disminución cognitiva (descenso en el

índice MMSE; 22 versus 7%) durante 5 años

(251). La detección de atributos de fragilidad ha sido propuesta como una forma de identificar a los ancianos frágiles. Algunos, pero no todos,

estos atributos son medidas de desempeño físico. Los

criterios específicos que han sido sugeridos para identificar fragilidad actual o predecir futura incluyen (relacionados en orden cronológico): -Pacientes de 65 años de edad y mayores

hospitalizados quienes

tienen cualquiera de los siguientes: accidente cerebrovascular, enfermedad crónica e invalidante; confusión; dependencia en las ADLs; depresión; caídas;

movilidad deteriorada; incontinencia;

malnutrición; polifarmacia; úlcera por prolongado;

restricciones,

presión; reposo en cama

deterioro

sensorial;

problemas

socioeconómicos/ familiares (44). Los pacientes eran excluidos eran

independientes

o están

clasificado como frágil

severamente deteriorados.

estuvo asociado con un

si Ser

número de

resultados adversos. Comparados con el grupo independiente, los que

fueron clasificados como

frágiles

tuvieron

una duración

promedio más larga de la estadía en el hospital. Durante el año siguiente el grupo frágil fue más propenso a ser admitido un hogar de ancianos (34 versus 3%) o morir (45 Estos

en

versus 13%).

criterios fueron utilizados para identificar fragilidad en un

reciente

ensayo aleatorizado controlado de ejercicio y vitamina

D que

no demostró

efecto

beneficioso

de las intervenciones

(252). En este estudio, los sujetos potenciales en

la

opinión

del

clínico

responsable,

potencialmente peligroso o está

fueron excluidos si,

el

tratamiento

era

indicado definitivamente. Otros

criterios de exclusión incluyeron un pronóstico deficiente (es decir; no propenso a sobrevivir 6 meses), deterioro cognitivo severo ( es decir; índice de Estado Mini- Mental de menos de 20), limitaciones físicas que limitarían el cumplimiento del programa de ejercicios, grandes úlceras en el tobillo, lenguaje Inglés no fluido, residencia fuera del área de captación de los hospitales. - En un intento por considerar la prevalencia de

la fragilidad, se

comparó tres criterios para la fragilidad: dependencia en ADL (utilizando la escala para ADL de Katz); dependencia en

ADL

o

salud deficiente clasificada por el propio individuo o demencia; y ADL o dependencia en

ADL

mediante

instrumentos (253).

La prevalencia de fragilidad para las tres definiciones fluctuó del 19 al 41%. - Un instrumento de pesquisaje de 7 fragilidad fue desarrollado para

puntos para identificar

pacientes ancianos

ingresados

en el hospital (254). Las preguntas trataban acerca de la capacidad cognitiva (incapaz

de decir el año, nombrar los días de la semana

hacia adelante y hacia atrás), movilidad (necesidad para

ir al

baño), emoción/nutrición (pérdida de 6 o más libras el año pasado), diagnóstico/tratamiento (tomar 4 o más medicaciones, hospitalizado por la noche en

los 30 días anteriores), y edad (edad más de

85 años). Una respuesta positiva a cualquiera de estas preguntas volvería al paciente de alto riesgo. El instrumento de pesquisaje fue evaluado en el cuerpo de guardia de un

hospital comunitario

durante un período de tres meses. Los participantes tenían que tener más 75 años de edad, vivir en casa, y requerir hospitalización. La mayoría (86%) de los participantes tuvo una respuesta positiva a por lo menos uno de los puntos. - Los sujetos de investigación en fueron considerados

un estudio de intervención

físicamente frágiles si tenían

70 años de

edad o más y eran residentes de una instalación que proporcionara atención a largo caminar 6 metros,

plazo (160). Ellos tenían que ser capaces de y

los

sujetos

serían excluidos

si tenían

deterioro cognitivo severo, enfermedad rápidamente progresiva o terminal, enfermedad aguda o enfermedad crónica inestable, infarto del miocardio, fractura de

una extremidad inferior a los 6 meses

del ensayo, o diabetes insulino- dependiente. Ellos también fueron excluidos si estaban con una dieta para

bajar de peso, sometidos

a entrenamiento de resistencia en el momento de la inscripción, o

si

la

valoración

a

nivel

basal

revelaba

una

anormalidad

musculoesquelética o cardiovascular. - Un registro pre- mórbido del Indice de Barthel (BI en inglés) menos de 95 definió ancianos “estaban

de

la fragilidad en un estudio de pacientes

hospitalizados (64) Comparados con los ancianos que bien”,

los

ancianos frágiles

tenían

más

edad,

más

propensos a ser mujeres, y a no vivir en la comunidad. Los ancianos frágiles eran más propensos a tener una presentación de enfermedad

atípica o mixta (59 versus 25%). Durante su estadía

en el hospital, el grupo frágil fue más propenso a tener un resultado adverso (duración de la estadía mayor de 30 días, no regreso a los 10 puntos del BI pre-mórbido en el momento del alta, nuevo ingreso en una instalación de atención a largo plazo, muerte). - El Perfil de riesgo de Ingreso en Hospital fue diseñado para identificar pacientes ancianos en alto riesgo de desarrollar nuevas discapacidades después del ingreso por un problema médico agudo (255). Los resultados se basan en un sistema de anotación de 5 puntos. Los puntos se asignan por la edad (< 75 =0;75- 84 = 1; 85 + = 2), índice

sobre

un MMSE

abreviado

(15-21 =0; 0-14 = 1) y

función de IADL antes de la admisión (independiente para 6-7= 0; 0-5 =2). Las tasas para del alta

fueron

la

disminución de ADL en el momento

55, 31, y 19% para los grupos de riesgo alto,

intermedio, y bajo en el cohorte de validación. A los tres meses, las cifras eran 37, 19, y 9%. Los pacientes tenían que tener 70 años de edad o más y fueron hospitales. Los

criterios de exclusión incluyeron

para cirugía, vivir morir durante

hospitalizados en uno de seis

en un

ser

ingresado

hogar de ancianos antes del ingreso,

la hospitalización o morir a los 3 meses del alta.

- Cuatro variables auto- reportadas (edad, presencia de patologías de salud que interferían las actividades diarias, necesitar o recibir

ayuda de otra persona para bañarse, o para tomar medicamentos) fueron evaluadas como una forma de pronosticar el desarrollo de fragilidad (definidas como ser elegible para atención de enfermería, requerir ingreso en un hogar

de ancianos, o necesitar ayudad

intensiva en el hogar) durante el año siguiente (52). La sensibilidad de las variables para pronosticar

fragilidad subsiguiente fue del

50.7% con una especificidad del 97.8%. - La hospitalización por cualquiera de las siete patologías siguientes: neumonía (incluyendo neumonía por aspiración), infección del aparato

urinario,

celulitis/

acceso

de

deshidratación, síncope, y fractura de puede ver,

las

primeras

la

pierna,

septicemia,

cadera (256). Como

cuatro patologías

son

se

enfermedades

infecciosas y las dos últimas están asociadas con caídas. - Los ancianos hospitalizados que experimentan una disminución en su nivel funcional general (antes de la enfermedad versus alta del hospital) de por lo menos un punto del instrumento de la Medida

de Independencia Funcional (218). Los que mostraban

un descenso funcional al ser

comparados

con

los que no lo

tenían, tuvieron una tasa de readmisión de 6 meses mayor (59.4% versus 39.7%) y una mayor tasa de resultado adverso (78.1 versus 50%). - Los sujetos que tenían índices de 21 o más de la Valoración de Capacidad Funcional de la Organización Mundial de la Salud (WHOAFC en inglés) y un auto- reporte de salud aceptable o deficiente fueron considerados frágiles. Un en la WHOAFC sugiere que la

mayoría

de

las

ADLs

la persona básicas

índice de 20 o menos puede realizar todas o y

con

instrumentos

independientemente. Si las dos medidas no concuerdan, el sujeto era clasificado frágil o no basado en la salud

valorada por si

mismo (257). En un pequeño estudio (N=84), el balanceo postural con los ojos cerrados con una superficie en movimiento y

la

fuerza de dorsiflexión fueron pronósticos significativos del estado frágil.

Los sujetos tenían que tener 60 años de edad o más,

vivir independientemente en la comunidad, ser capaces de hablar y leer en inglés, y tener suficiente visión para leer texto

impreso. Los criterios de inclusión incluían

un gran

un diagnóstico

de enfermedad neurológica, artritis con dolor severo que impedía la

actividad

o

la

presencia

de

síntomas

de

enfermedades

cardiopulmonares o metabólicas a no ser que se obtuviera

la

aprobación del médico. - La fragilidad fue valorada preguntándole a los ancianos acerca de 16 variables agrupadas en cuatro dominios funcionales (210). Cuatro puntos valoraron

problemas con el funcionamiento físico

(pérdida repentina del equilibrio, debilidad en los brazos, debilidad en los

brazos,

marearse o desmayarse al ponerse de pie

rápidamente); dos, el funcionamiento nutritivo (pérdida del apetito, pérdida de peso inexplicada); cuatro; el funcionamiento cognitivo (dificultad para palabra correcta,

prestar

atención,

dificultad

problemas para encontrar la

para recordar

las

cosas,

olvidar

dónde se puso algo); y seis trataron acerca de problemas sensoriales ( visión- dificultad para leer en la calle, o leer letreros

un periódico, reconocer un amigo de noche; audición - dificultad para

escuchar por teléfono, oír una conversación normal, o escuchar una conversación normal en una habitación ruidosa). La puntuación para los seis puntos sensoriales fue 1 (ninguna dificultad), 2 (poca dificultad), 3 (alguna dificultad), y 4 (bastante dificultad). Para los otros

puntos, la puntuación fue 1 (nunca o rara vez durante

los últimos 12 meses), 2 (a veces), 2 (a menudo), y 4 (muy a menudo). Los sujetos con una puntuación de 3 o mayor en por lo menos un punto en cualquier dominio se consideró que tenían un problema en ese dominio. Los participantes fueron clasificados como frágiles si tenían problemas en dos o más dominios. De

los 574 sujetos, el 26.1% eran frágiles. Las tasas de fragilidad aumentaron con el incremento de la edad y fueron marginalmente más altas en

los hombres. Fueron más bajas entre los que tenían

12 o más años de educación. - Chin para

A

Paw

et al; compararon tres definiciones de trabajo

la fragilidad en hombres de la tercera edad (258). Todas

las definiciones requerían inactividad física (definida como menos de 210 minutos por semana de actividad física). Esto entonces

se

combinaría con ingestión de energía de menos de 7.6 MJ por día (si no estaba prescrito), una pérdida de peso en 5 años de más de 4

kg, o un BMI

de menos de 23.5. La inactividad/

pérdida de peso estuvo asociada con más anormalidades basales y una mayor

probabilidad de muerte, un incremento en

las

discapacidades, o una disminución en las medidas de desempeño durante tres años. Ellos

concluyeron que

la inactividad con la

pérdida de peso parecía una definición de trabajo apropiada para la fragilidad. Este estudio Danés estuvo limitado a hombres que vivían independientemente. - Rockwood et al; describieron una

“Escala de Fragilidad” (231).

A los individuos de la tercera edad se les valoró su movilidad, auto- atención, control de la vejiga, y cognición. Entonces fueron clasificados en una independiente para

escala

de 4 niveles: 0 (caminar sin ayuda;

las ADLs (comer, vestirse, bañarse, cambios en

la cama); con control del intestino y la vejiga; y no deteriorado cognitivamente); 1 (incontinencia de la vejiga

solamente); 2 (uno,

dos si era incontinente, o más de necesitar ayuda con la movilidad; necesidad de ayuda con la auto-atención; incontinencia; o tener deterioro cognitivo); y 3 (dos, tres si estaba incontinente; o más de

dependencia total para los desplazamientos; una

las ADLs;

o más de

incontinencia del intestino y vejiga; y diagnóstico de

demencia). La

escala de fragilidad

mostró una relación

dosis-

respuesta entre los grados de

fragilidad

muerte subsiguientes. La escala Geriátrico la

cual

y el internamiento y

se basó en la Escala de Estado

fue desarrollada

ancianos hospitalizados apropiados

para

identificar

pacientes

para una consulta geriátrica

(259). - Gil et al; examinaron cómo la vulnerabilidad basal y los eventos precipitantes en el hospital contribuían al desarrollo de dependencia (260). Los factores de predisposición

fueron la velocidad de la

marcha (tiempo para caminar una distancia de 10 menos segundos, > 10 segundos), Mini- Mental (7.5%/ 3 meses, >10%/ 6 meses + BMI

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