Mitos y leyendas de Chile

Mitos y leyendas de Chile La creación de Chile “En el principio, Dios creó las maravillas del mundo. Sin embargo, cuando terminó se dio cuenta que hab...
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Mitos y leyendas de Chile La creación de Chile “En el principio, Dios creó las maravillas del mundo. Sin embargo, cuando terminó se dio cuenta que había muchos trozos sueltos. Tenía partes de ríos y valles, de glaciares y desiertos, de montañas y bosques y praderas y colinas. En vez de dejar que estas maravillas se perdieran, Dios las dispuso todas en el lugar más remoto de la tierra. Así es como se creó Chile”. http://www.chile.com/a_la_chilena/mitos_y_leyendas/846/la-creacion-de-chile/

La desaparción de la ciudad de La Serena Algunos dichos populares dicen: “El amor mueve montañas” o “El amor es más fuerte”, pero tras conocer la siguiente historia deberíamos instaurar uno que dijera: “El amor hace desaparecer ciudades”. Y es que la leyenda de la “Desaparición de la ciudad de La Serena” nos cuenta la historia de Juan Soldado, un joven buenmozo y muy humilde que se enamora de la única hija del rico cacique de la ciudad. Pese al enfático rechazo de su padre, la chica se enamora de Juan Soldado y decide casarse con él. Justo en el momento en que el cura iba a dar inicio al sacramento, en la iglesia se comenzó a sentir un fuerte alboroto. Todos los presentes comentaron que se acercaba a la ciudad el padre de la novia, con la firme intención de matar a los futuros esposos para luego, incendiar y destruir toda la ciudad. Nadie sabe qué, ni cómo pasó, pero el asunto es que cuando el padre enfurecido pisó los alrededores de la ciudad, ésta de pronto se desvaneció, se esfumó. Acompañado de sus soldados recorrió a caballo montes y praderas, pero todo era un peladero. La ciudad no estaba. Había desaparecido. Cuentan que, a veces, por lo general los sábados, las personas que pasan cerca del lugar donde estaba emplazada dicha ciudad, se escucha música y canciones. Otros dicen que para Viernes Santo la ciudad se hace visible a los que la contemplan desde lejos, pero la imagen comienza a desvanecerse en la medida en que la gente se acerca a ella. http://www.chile.com/a_la_chilena/mitos_y_leyendas/859/la-desaparicion-de-la-ciudad-de-la-serena/

La Añañuca La Añañuca es una flor típica de la zona norte de nuestro país, que crece específicamente entre Copiapó y el valle de Quilimarí, en la región de Coquimbo. Pocos saben que su nombre proviene de una triste historia de amor... Cuenta la leyenda, que en tiempos previos a la Independencia, la Añañuca era una flor joven de carne y hueso que vivía en un pueblo nortino. Un día, un minero que andaba en busca de la mina que le traería fortuna, se detuvo en el pueblo y conoció a la joven. Ambos se enamoraron y el apuesto minero decidió

relegar sus planes y quedarse a vivir junto a ella. Eran muy felices, hasta que una noche, el minero tuvo un sueño que le reveló el lugar en dónde se encontraba la mina que por tanto tiempo buscó... Al día siguiente en la mañana tomó la decisión: partiría en busca de la mina. La joven desolada, esperó y esperó, pero el minero nunca llegó. Se dice de él que se lo tragó el espejismo de la pampa. La hermosa joven producto de la gran pena murió y fue enterrada en un día lluvioso en pleno valle. Al día siguiente salió el sol y el valle se cubrió de flores rojas que recibieron el nombre de infeliz mujer. http://www.chile.com/a_la_chilena/mitos_y_leyendas/852/la-ananuca/

El Caleuche Cuenta la leyenda que el Caleuche es un buque fantasma que navega por los mares de Chiloé y los múltiples canales del sur. Poderosos brujos conforman su tripulación, la que sólo navega por las noches, jamás con luz de día. Según la creencia popular las personas que han muerto ahogadas son recogidas por este misterioso barco desde las profundidades del mar para ser acogidas en la vida eterna. Si bien la embarcación brinda hogar a aquellos que han naufragado, no es igual de gentil con aquellos que se han atrevido a dirigirle la mirada de frente. Los tripulantes castigan a los “osados” torciéndoles la boca o la espalda, e incluso en ocasiones, dándoles la muerte. Para ocultarse de las miradas no deseadas, El Caleuche tiene las facilidad de transformarse en un simple madero flotante o simplemente hacerse invisible. Otros lo identifican como el barco que se oculta en la neblina que él mismo genera para esconderse de las personas. No obstante, el Caleuche también puede ser compasivo. Cuando navega cerca de las costas y se apodera de ciertas personas, las lleva a visitar ciudades instaladas en el fondo del mar, revelándoles las ubicaciones de las grandes fortunas ocultas en el mar y permitiéndoles gozar de ellas con la amenazante condición de que mantengan esos secretos hasta la muerte. Si no lo hacen se exponen a ser severamente castigados por los “brujos” tripulantes. Las malas lenguas dicen que cuando un comerciante logra hacerse de una rápida fortuna, es debido a que ha tenido contactos ocultos con el barco “fantasma”. http://www.chile.com/a_la_chilena/mitos_y_leyendas/848/el-caleuche/

El Trauco Se cuenta que el Trauco es un hombrecito que mide alrededor de 80 centímetros, tiene un rostro varonil y feo, sin embargo posee una mirada muy dulce y sensual. No tiene pies, sus piernas terminan en simples muñones. Dicen que viste traje y sombrero de Quilineja, planta trepadora también conocida como coralito, usada para hacer canastos o escobas. En su mano derecha lleva un hacha de piedra, que remplaza por un bastón, llamado Pahueldún, cuando se encuentra frente a una muchacha soltera que ha ingresado al bosque. Los que han visto al Trauco dicen que se cuelga de la rama de un Tique, árbol de gran altura, también conocido como Olivillo. Desde aquí espera a sus víctimas. Suele habitar cerca de las casas de los chilotes para así poder vigilar a las doncellas que le interesan. Se mete a las casas, cocinas y a todos los lugares imaginables sólo para ubicar a una nueva "conquista".

Los habitantes de Chiloé, conociendo las mañas de este pequeño individuo, tratan de no descuidar a sus hijas. Para esto toman precauciones tales como evitar que vayan solas a buscar leña o a arriar los animales. Son en esas oportunidades donde el Trauco aprovecha de utilizar su magia. A pesar de su afán por perseguir doncellas, el Trauco jamás actúa frente a testigos, es decir, nunca atacará a una muchacha si esta va acompañada de alguien. Cuando divisa a una niña desciende rápidamente del árbol. Luego da tres hachazos al Tique, con los que parece derribarlos todos. La muchacha luego de recuperarse del susto, se encuentra con el Trauco a su lado, quien sopla suavemente su bastón. La niña sin poder resistir el encanto del trauco cae en un profundo sueño de amor. La muchacha, al despertar del embrujo, regresa a su casa sin saber claramente lo sucedido. Nueve meses después, tras haber experimentado cambios en su cuerpo por la poseción del Trauco, nace el hijo de este misterioso ser.

El Basilisco BASILISCO: m. Gallo culebrón, atratrao. Culebrón, con cresta de gallo, originado de un huevo pequeñísimo puesto por una gallina vieja o un gallo colorado. Es temido porque se aposenta bajo las casas y desde allí sale, mientras duermen sus moradores, a extraerle la flema -y con ello el aliento, la energía- hasta causarles la muerte. Insulto familiar equivalente a ¡condenado!, ¡diablillo! y también ¡Fiura ! La creencia deriva del mundo europeo, donde se le conoce como un ser fabuloso que mataba con la sola mirada, característica que todavía conservan algunas versiones chilotas. Sin embargo, aquí generalmente se le conoce como un culebrón con cresta de gallo, originado de un huevo puesto por una gallina vieja o un gallo colorado. Por eso al encontrarse con esos huevos pequeños la gente siente pánico y los pone al fuego de inmediato. Dicen que de allí sale un gusanillo colorado que se aposenta bajo la casa y permanece hasta volverse balilisco, antes de un año. En ese estado ingresa a los dormitorios por las noches emitiendo un monótono canto, parecido al del gallo, y comienza a comerles la flema a las personas y con ello el alien-to, la energía. La víctima enflaquece, tose, "se va ponendo maganta... se va secando" y, finalmente muere, si no se toman medidas para echar al culebrón. El basilisco chilote, tanto por su nombre como por su morfología mixta entre gallo y reptil, en tal versión, es de indubitable ascendencia europea, la cual se mezcló al bestiario araucano al producirse un sincretisino con el colo- colo y el piguchén en el mestizaje de los mitos y culturas entre conquitadores y conquistados.

También, como en el basilisco del Vieio Mundo, nace el de Chiloé de un huevo pequeño y sin yema, proveniente de gallina vieja o cansada ponedora, que al ponerlo canta como gallo, el cual la gente sencilla e ignorante achaca a un gallo. Este huevo es llamado "huevo de picaflor" o "huevo de piuchén", es decir, del mítico culebrón alado que, según Lenz, silba y da la muerte a quien lo mira /.../ Cuando ha sido un gallo el que ha puesto el huevo la gallina más vieja del corral se pone a cantar como gallo. Se recomienda entonces matar en el acto al ave "aucionera", como también al gallo /.../. Por desgracia, no hay manera de combatir al basilisco, ya que ni los brujos mas experimentados pueden destruir este flajelo: la manera tradicional de liberarse es incendiando la casa. Existe una receta que aplican solamente algunos brujos muy expertos para desalojarlo: "Se colocan dos varillas de mechay /.../ en forma de cruz en las cuatro esquinas de la casa, A continuación se riega el piso con agua bendita hirviente". La receta anterior se aplica cuando hay algún enfermo de "tos seca" en la vivienda y se presume que su mal es causado por la presencia de un basilisco. De tal modo, puede escu-charse el silbido del engendro y lograr desalojarlo. Empero, esta "machina" no mejora al paciente, pero se tiene así la certeza de que el día en que fallezca también morirá el basilisco, salvándose el resto de la familia de tan peligroso enemigo. El basilisco no solamente seca a los moradores de una vivienda. Por ej., cuando hay una madre que amamanta a una criatura la sorprende cuando duerme y le succiona la leche del seno, mientras entretiene al infante dándole a chupar su cola. En la región central de Chile existe igual creencia respecto a la culebra común. Quién mire al basilisco, muere, pero el bicho fallece si es visto primero. En el caso de que el basilisco divise una parte del cuerpo la persona quedará con dicha región paralizada para el resto de su vida.

Fiura Ser mitológico al que se describe como poseedora de dos pies enormes y brazos fuertes, de sexo femenino, de una altura de unos 40 a 50 cm y de aspecto repugnante que vive en zonas pantanosas; su cabellera negra la peina constantemente con un peine de plata muy pulido que brilla con los rayos del sol. Es hija de LA CONDENA' en su unión con el TRAUCO al que aventaja en malignidad y ferocidad y encarna al vicio y la perversidad, deleitándose en prodigar males a los miembros de la tribu. Hace uso de la fetidez de su aliento para torcer los miembros de los animales y de las personas, siendo tal su poder, que puede surtir sus efectos a distancia. Suponen los Araucanos que son varias las FIURAS y que

solamente un CALCU poderoso puede actuar contra ellas, viste de colorado y suele bañarse en los traiguenes (cascadas). Hay quienes opinan que FIURA es nombre dado por figura y otros que es una metátesis de furia. En ciertas zonas de la Patagonia al mito se le agrega el detalle que mientras se esta bañando entona canciones muy melodiosas con la finalidad de acercar a las victimas (semejante al canto de las sirenas para la mitología griega) Se descubre que ha estado en algún lugar por las deposiciones que deja sobre las raices salientes de los grandes arboles. (Con la colaboración de J.A.Barrio) FIURA f. Mujer pequeña, de extraordinaria fealdad, que aparece como acompañante del Trauco. Habita, al igual que éste, los bosques y quebradas. Viste ropa colorada, preferidos por su pareja. Se apodera -con su aliento y su mirada- de la voluntad de los humanos,"tomandoles sus alientos" para disfrutar sexualmente de ellos; éstos quedanenlesados, tullidos, aunque plenamente satisfechos. Versiones de Huillinco-Cucao indican que rapta a los niños y los cría como propios. Se le supone hija de la Condená. "Los agarra por las piernas, dejándolos tullidos por toda la vida; a aquél por los brazos; el de más allá por la cabeza. A algunos (a veces a toda una familia) les suelta un aire, daño mayor que la más terrible de las epidemias. No solamente tira las enfermedades contra los hombres, sino también contra los animales, especialmente contra los chanchos, perros y gatos." (Molina. Mitología...p 44) //2 amb. Tratamiento familiar y festivo para demostrar extrañeza por un comportamiento o acción sorprendente [¡...y esta fiura de dónde apareció! ¿No estabas en Santiago?]. //3 Piguchén; ser monstruoso y desconocido de tierra y del mar. //4 Esperpento; individuo feo o de aspecto ridículo. Usado en este caso como insulto.

Furufuhué Ente mitológico vinculado con el viento, infaltable en el sur de nuestro continente, con velocidades que a veces no permiten mantenerse en pie. Se lo describe como un pájaro cuyo cuerpo esta cubierto de escamas refulgentes en vez de plumas, y que solo puede ser visto a contrasol. Nadie sabe donde anida ni de donde viene, pero explican que su potente silbido puede oirse de cualquier lugar de la Tierra. Este mito, original de la región meridional de Argentina y Chile se esta extinguiendo junto con lo indígenas, son actualmente muy pocos los habitantes de la zona, mestizos, criollos, colonos o descendientes de colonizadores europeos que lo conozcan.

Huecuvu Genio del mal que interviene en la vida del hombre destruyendo lo que este construye y enfermándolo para que no le sea posible trabajar. Dicen que este genio supedita su accion al Pillañ y que a veces adopta la forma humana o de cualquier animal, procediendo a quemar la leña de canelo para que el hombre se vaya del lugar.

También llaman Huecuvú a ciertos valles donde proliferan hierbas dañinas, existiendo una enfermedad nerviosa y fatal en los equinos a la que denominan huecú, producida por la ingestión del coirón blanco, que a dado mativo a estudios especiales. En los pasos cordilleranos se suele encontrar una gran cantidad de animales muertos y osamentas, lo que es atribuido por los indigenas exclusivamente a la obra del Huecuvú.

Millalobo Chireno. Dueño absoluto de los mares en representación de Coicoi Vilú. Es el resultado del apareamiento entre una mujer y una foca, durante las luchas entre las serpientes míticas; de allí que sea un humano con cuerpo de lobo marino, de pelaje brillante. Su presencia en Chiloé ha quedado retratada a través de una leyenda difundida desde Cucao. Etim.:m. MILLA `oro', por el color de su pelaje + e. LOBO, referido al animal marino. [La versión escrita más antigua de la leyenda es de 1766: "...fabulean los indios que en tiempos pasados una de aquellas indias tenía una hija que todos los días iba a lavarse a la mar, donde salía un huecubu o monstruos y cogiendo a la indiecita la llevaba mar adentro, donde tenía dicho huecubu sus amores con la Cucao, que así se llamaba la indiecita. Reprendiéndola un día su madre de aquello, se lo participó a su amante huecubu y éste enojado derribó varios cerros y formó aquella laguna para que la madre no tuviese lugar de ir jamás a ver cuando su hija era llevada del fabuloso huecubu." (Hanisch, Walter. La isla..., Stgo. 1982. Citando a un jesuita del s.xviii)]

Pincoya Patrona protectora de los mariscos y peces de la costa. Las encantadoras con sus poderes la mantenían bajo su control y, mediante siembras mágicas y otros rituales, lograban que la Pincoya fertilizara una playa, un estero o un sitio de pesca o marisca. Su cuerpo desnudo, su cabellera entre rojiza y rubia, y sus hermosas líneas femeninas han hecho del personaje un sueño de los lugareños. Su presencia sobre una roca o sembrando en una playa, con la cara vuelta hacia el mar, es señal que ese sitio será pródigo en mariscos. A diferencia de la Sirena, ésta no posee cola de pescado. Respecto al origen de este personaje se dice que: ["Al año de ser raptada por el Millalobo la joven Huenchula regresa al hogar materno con un bultito en el regazo, que no permite que se lo miren. Pero su madre, la Huenchur, no resiste la tentación y, al primer descuido, destapa a su nieto. La criatura, se vuelve agua cristalina. La Huenchula, al encontrar una poza de agua en la artesa donde había dejado a su hijo, deposita ese líquido en los dominios del Millalobo y esta substancia se vuelve una "adolescente muy hermosa, de larga cabellera dorada. De encantos y dulzura incomparables". Es la Pincoya que, desde entonces, reinará en el mar junto a sus padres, protegiéndolo, sembrándolo y rescatando a los náufragos. Viste con algas marinas y su alimento predilecto es la linaza].

Alicanto Es un pájaro que se alimenta de oro o de plata y cuyas alas fosforescen durante la noche; éstas despiden áureos destellos si el animal come oro, o argentados si es goloso de plata. El Alicanto, a causa de sus comidas "pesadas", no puede volar. Los que divisan un Alicanto en su camino y deciden seguirlo, seguros de que los conducirá a un fin venturoso de fortuna, deben actuar con

muchas precauciones para no ser advertidos por el pájaro, porque éste, que es muy celoso, pliega las alas brillantes si descubre que le persiguen, confundiéndose en las sombras y desorientando al minero avaricioso.

La Calchona Un matrimonio vivía con sus tres hijos pequeños. La esposa era bruja, la cual tenía varias clases de ungüentos para transformarse en lo que deseaba. En las noches, después que todos dormían, ella se convertía en una ovejita y salía. Una vez los niños la vieron hacer esto y esperaron a que se fuera para repetir la misma operación; a medida que se colocaban los distintos ungüentos se transformaban sucesivamente en pollos, perros, hasta que por último quedaron convertidos en zorritos, y así los encontró su padre al volver a la casa. Este les puso inmediatamente los ungüentos necesarios para quitarles la hechicería, pero se olvidó que su mujer también los iba a necesitar al volver de su gira nocturna, y lanzó por la ventana todos los frascos. Así fue como la mujer quedó eternamente en oveja y ella es "La Calchona" que ronda de noche las casas de los campesinos. Todos acostumbrados a dejarle comida para que se alimente, pues es inofensiva.

La Llorona En un barrio de la precordillera de Santiago (CHILE), llamado "Lo Barnechea", un lugar que se caracterizaba por ofrecer espaciosos terrenos de bosques, cerros y "potreros". Alejados de la intensa actividad de la ciudad, las pandillas de niños solían reunirse después de volver de la escuela y hacer sus tareas. Cuando el atardecer comenzaba a caer junto con la fría brisa de los primeros días de invierno, tenían que aprovechar los débiles rayos de sol que iban quedando. Cuando se reunían alrededor de veinte niños, comenzaban los juegos, porque sabían que dentro de una hora y algo más, cuando la noche cubría todos los rincones, no debían estar fuera de casa, sobretodo ellos, los niños, ya que a esa hora, el silencio daba paso a los lamentos, llantos y gritos, entre árboles y matorrales, de la voz de una anciana mujer que después de su muerte siguió reclamando por sus dos pequeños hijos que una noche se extraviaron por esos lugares, cuando era ella muy joven.

La viuda Fantasma que simula una mujer alta, flaca, vestida de negro y con los pies desnudos y muy blancos. Anda por las tardes por las calles y caminos solitarios persiguiendo por lo general a los buenos mozos y a los que "andan en malos pasos". Los abraza por detrás y algunas veces se les sube a la grupa del caballo para estrangularlos entre sus brazos. Luego guía al caballo y al jinete hacia un barranco.

La Voladora A) Es una bruja. Sirve de mensajera y tiene una superioridad sobre la bruja común. Es portadora de las órdenes del consejo de brujos a astilleros, inspectores, machis o al mayor de la cueva. A su vez, recoge de éstos lo que tienen que comunicar al Gran Consejo. B) Llámase Voladora por el cáracter distintivo de todo brujo, que es la facultad de volar. Para alivianarse, poco antes de emprender el vuelo, se saca las tripas y las coloca en una artesa de alerce. A fin de no despertar sospechas, toma la forma de la Bauda, ave zancuda que anida en los árboles cercanos al mar y cuyo grito es Bau, Bau Guac-Guac. Al regreso, después de haber servido de mensajera, cumplida su

misión de correo y portado el "duam", anuncio de muerte, se vuelve a colocar las tripas. La Voladora sólo puede volar de noche y una de sus funciones principales es conducir la correspondencia de los empleados de la cueva. C) Suele anunciar desgracias y mata al que no cumple algún ofrecimiento que se le hizo, con tal que dicho ofrecimiento haya sido hecho mientras andaba en funciones.

Zona central La zona central, extensa y rural, no está ajena a los mitos y leyendas. La vida campestre y las largas noches han ayudado a la creación de mágicas historias y seres míticos. La tradición de traspasar las historias de manera oral muchas veces cambia la versión original. Pero siguen representando la vida de cada cultura.

Espíritu en pena Cuenta la historia que un matrimonio vivía sin problemas en el campo, junto a sus dos hijos. Pero la familia no sabía que la mujer era bruja. Ella tenía escondidos unos frascos llenos de cremas que se ponía en su cuerpo todas las noches. Estos ungüentos tenían la virtud de transformarla en el animal que ella quisiese. Luego de hacer este rito, salía a pasear por los campos nocturnos. En la mañana volvía, se aplicaba sus cremas y recobraba la forma de madre. Así pasó el tiempo, hasta que un día, no se sabe bién si sus hijos la vieron o encontraron estos frascos. Imitando a su mamá se pusieron las cremas, tranformándose en múltiples animales. Perros, chanchos, pollos y zorros. Pero cuando quisieron volver a ser niños, no supieron como. No sabían qué crema echarse en el cuerpo. Convertidos en animalitos se pusieron a llorar. Su padre al despertar por los sollozos de sus hijos se encontró con la sorpresa de ver en lugar de sus hijos a unos pequeños animalitos. Él logró encontrar el frasco indicado y consigió que los niños se transformaran nuevamente en lo que siempre fueron: niños. El padre sin pensarlo se deshizo de las cremas y las botó a las aguas del río. Convertida en oveja negra volvió su esposa quien no pudo encontrar sus mágicos ungüentos. Los buscó por todas partes sin resultado. Quedo convertida para siempre en ese animal. Ahora cuando se siente balar una oveja negra que vaga sola por los campos de noche, todos los campesinos saben que se trata de la Calchona, la oveja negra. Todos acostumbran dejarle un plato de comida para que se alimente, ya que es totalmente inofensiva.

Zona Sur Chiloé, archipiélago conquistado en 1567, es uno de los lugares más ricos en lo que a leyendas y mitos se refiere. Es un lugar lleno de encanto y magia que reflejan las costumbres que han marcado a esta

zona de Chile. Pero la Isla Grande no es el único lugar del sur donde se originan mitos. Poblados, ciudades, cordillera y mar son fecundos de imaginación. Reflejando una vez más la personalidad de nuestra gente.

El Trauco Se cuenta que el Trauco es un hombrecito que mide alrededor de 80 centímetros, tiene un rostro varonil y feo, sin embargo posee una mirada muy dulce y sensual. No tiene pies, sus piernas terminan en simples muñones. Dicen que viste traje y sombrero de Quilineja, planta trepadora también conocida como coralito, usada para hacer canastos o escobas. En su mano derecha lleva un hacha de piedra, que remplaza por un bastón, llamado Pahueldún, cuando se encuentra frente a una muchacha soltera que ha ingresado al bosque. Los que han visto al Trauco dicen que se cuelga de la rama de un Tique, árbol de gran altura, también conocido como Olivillo. Desde aquí espera a sus víctimas. Suele habitar cerca de las casas de los chilotes para así poder vigilar a las doncellas que le interesan. Se mete a las casas, cocinas y a todos los lugares imaginables sólo para ubicar a una nueva "conquista". Los habitantes de Chiloé, conociendo las mañas de este pequeño individuo, tratan de no descuidar a sus hijas. Para esto toman precauciones tales como evitar que vayan solas a buscar leña o a arriar los animales. Son en esas oportunidades donde el Trauco aprovecha de utilizar su magia. A pesar de su afán por perseguir doncellas, el Trauco jamás actúa frente a testigos, es decir, nunca atacará a una muchacha si esta va acompañada de alguien. Cuando divisa a una niña desciende rápidamente del árbol. Luego da tres hachazos al Tique, con los que parece derribarlos todos. La muchacha luego de recuperarse del susto, se encuentra con el Trauco a su lado, quien sopla suavemente su bastón. La niña sin poder resistir el encanto del trauco cae en un profundo sueño de amor. La muchacha, al despertar del embrujo, regresa a su casa sin saber claramente lo sucedido. Nueve meses después, tras haber experimentado cambios en su cuerpo por la poseción del Trauco, nace el hijo de este misterioso ser. http://html.rincondelvago.com/mitologia-chilena.html

El regalo de los Antepasados (Leyenda Mapuche) Antes de que los Mapuches descubrieran como hacer el fuego, vivían en grutas de la montaña; a las que llamaban "casa de piedra". Temerosos de las erupciones volcánicas y de los cataclismos, sus dioses y sus demonios eran luminosos. Entre estos, el poderoso Cheruve. Cuando se enojaba, llovían piedras y ríos de lava. A veces el Cheruve caía del cielo en forma de aerolito.

Los Mapuches creían que sus antepasados revivían en la bóveda del cielo nocturno. Cada estrella era un antiguo abuelo iluminado que cazaba avestruces entre las galaxias. El Sol y la Luna daban vida a la Tierra como dioses buenos. Los llamaban Padre y Madre. Cada vez que salía el Sol, los saludaban. La Luna, al parecer cada veintiocho días, dividía el tiempo en meses. Al no tener fuego, porque no sabían encenderlo, devoraban crudos sus alimentos; para abrigarse en tiempo frío, se apiñaban en las noches con sus animales, perros salvajes y llamas que habían domesticado. Tenían horror a la oscuridad que era signo de enfermedad y muerte. En una de esas grutas vivía una familia: Caleu, el padre, Mallén, la madre y Licán, la hijita. Una noche, Caleu se atrevió a mirar el cielo de sus antepasados y vio un signo nuevo, extraño, en el poniente: una enorme estrella con una cabellera dorada. Preocupado, no dijo nada a su mujer y tampoco a los indios que vivían en las grutas cercanas. Aquella luz celestial se parecía a la de los volcanes, ¿traería desgracias?, ¿quemaría los bosques?. Aunque Caleu guardó silencio, no tardaron en verla los demás indios. Hicieron reuniones para discutir que podría significar el hermosos signo del cielo. Decidieron vigilar por turno junto a sus grutas. El verano estaba llegando a su fin y las mujeres subieron una mañana muy temprano a buscar frutos de los bosques para tener comida en el tiempo frío. Mallén y su hijita Licán treparon también a la montaña. -Traeremos piñones dorados y avellanas rojas -dijo Mallén. -Traeremos raíces y pepinos del copihue -agregó Licán La niña acompaño otras veces a su madre en estas excursiones y se sentía feliz. -Vuelvan antes de que caiga la noche -les advirtió Caleu. -Si nos sorprende la noche, nos refugiaremos en una gruta que hay allá arriba, en los bosques -lo tranquilizó Mallén. Las mujeres llevaban canastos tejidos con enredaderas. Parecía una procesión de choroyes, conversando y riendo todo el camino. Allá arriba había gigantescas araucarias que dejaban caer lluvias de piñones. Y los avellanos lucían sus frutas redondas, pequeñas, rojas unas, color violeta y negras otras, según iban madurando. No supieron cómo pasaron las horas. El Sol empezó a bajar y cuando se dieron cuenta, estaba por ocultarse. Asustadas, las mujeres se echaron los canastos a la espalda y tomaron a sus niños de la mano.

-¡Bajemos, bajemos! -se gritaban unas a otras. -No tendremos tiempo. Nos pillará la noche y en la oscuridad nos perderemos para siempre -advirtió Mallén. -¿Qué haremos entonces? -dijo la abuela Collalla, que no por ser la más vieja, era la más valiente. -Yo sé donde hay una gruta por aquí cerca, no tenga miedo, abuela -dijo Mallén. Guió a las mujeres con sus niños por un sendero rocoso. Sin embargo, al llegar a la gruta, ya era de noche. Vieron en el cielo del poniente la gran estrella con su cola dorada. La abuela Collalla se asustó mucho. -Esa estrella nos trae un mensaje de nuestros antepasados que viven en la bóveda del cielo -exclamó. Licán se aferró a las faldas de su madre y lo mismo hicieron los demás niños. -Vamos, entremos a la gruta y dormiremos bien juntas para que se nos pase el miedo -dijo Mallén. -Eso sería lo mejor, murmuró Collalla, temblorosa. Ella conocía viejas historias, había visto reventarse volcanes, derrumbarse montañas, inundarse territorios, incendiarse bosques enteros. No bien entraron a la gruta, un profundo ruido subterráneo las hizo abrazarse invocando al Sol y la Luna, sus espíritus protectores. Al ruido siguió un espantoso temblor que hizo caer cascajos del techo de la gruta. El grupo se arrinconó, aterrorizado. Cuando pasó el terremoto, la montaña siguió estremeciéndose como el cuerpo de un animal nervioso. Las mujeres palparon a sus hijos, no, nadie estaba herido. Respiraron un poco y miraron hacia las boca blanquecina de la gruta: por delante de ella cayó una lluvia de piedras que al chocar echaban chispas. -¡Miren! -gritó Collalla. ¡Piedras de luz! Nuestros antepasados nos mandan este regalo. Cómo luciérnagas de un instante, las piedras rodaron cerro abajo y con sus chispas encendieron un enorme coihue seco que se erguía al fondo de una quebrada. El fuego iluminó la noche y las mujeres se tranquilizaron al ver la luz. -La estrella con su espíritu protector mandó el fuego para que no tengamos miedo -dijo la abuela Collalla riendo. Niños y mujeres también rieron, aplaudiendo el fuego. El grupo silencioso contempló las llamas como si fueran el mismo Padre Sol que hubiera venido a acompañarlas.

Se sentaron junto a la gruta, oyendo crepitar las llamas como música desconocida. Al rato, llegaron los hombres desafiando las tinieblas por buscar a sus niños y mujeres. Caleu se acercó al incendio y cogió una llama ardiente; los otros lo imitaron y una procesión centelleante bajó de los cerros hasta sus casas. Por el camino iban encendiendo otras ramas para guiarse. Al otro día, oyendo el relato de las piedras que lanzaban chispas, los indios subieron a recogerlas y al frotarlas junto a ramas secas lograron encender pequeñas fogatas. Habían descubierto el pedernal. Habían descubierto cómo hacer el fuego. Desde entonces, los Mapuches tuvieron fuego para alumbrar sus noches, calentarse y cocer sus alimentos. http://www.redchilena.com/leyendas/lelregalodelosantepasados.asp