Pastora Lucila Rotenberg Prédicas Apostólicas Despierta Jerusalén. Despierta, despierta, vístete de tu poder, oh Sion; vístete de tus ropajes hermosos, oh Jerusalén, ciudad santa. Isaías 52.1 LBLA

¡Vístete tus ropas Jerusalén, vístete tus ropas santas! Cristo te lavó con la Sangre de Jesucristo y si no estás bien es bueno que puedas ponerte a cuentas. Él, cada día, derrama de su misericordia y se acuerda que somos polvo y sobreabunda la gracia y el amor de Dios. LBLA Isaías 52:1-2 Despierta, despierta, vístete de tu poder, oh Sion; vístete de tus ropajes hermosos, oh Jerusalén, ciudad santa. Porque el incircunciso y el inmundo no volverán a entrar en ti. Sal del polvo, levántate, cautiva Jerusalén; líbrate de las cadenas de tu cuello, cautiva hija de Sion. Abogado tenemos, a Jesucristo y quién pago nuestra vida a precio de sangre. La sangre de Cristo corre por nuestras venas. Sacúdete, levántate. Suelta tus ataduras, los traumas, las cosas que te molestan y estorban tu alma. Tenemos la genética de Cristo y en El, lo podemos todo ya que es quién nos fortalece. Hay poder y somos fortalecidos cuando nos unimos y entramos. Tenemos figura paternal y maternal apostólica, y estamos siendo formados. Si estamos dormidos no podemos tomar esos poderes del siglo venidero. Si estamos dormidos Cristo no puede derramar. Por eso tenés que estar atento ya que el

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adormecerte es una estrategia del diablo para que no alcances lo que Dios tiene para vos. Pero nosotros tenemos la mente de Jesucristo que está sobre nuestra vida. El enemigo quiere que nos acostumbremos a nuestro problema. Pero Cristo venció. Cristo peleo, se levanto por nosotros y dio su vida por ti y por mí. El no se acomodó y se acostumbró a la situación sino que se levanto y fue a la Cruz a pelear, dio vida y vida en abundancia. No te duermas. No te conformes, es tiempo de clamar, de resistir. Dice la palabra que el juez injusto por lo que insistió esa viuda le dio la victoria. Cristo quiere vestirnos de poder. Levántate y despiértate. Nuestros ojos espirituales ven los planes espirituales del Señor. Los planes de Dios no son conforme a la voluntad de este mundo. Aprovechá este tiempo. El pan que se nos da es para alimentar multitudes. No escasea. El día de la prueba nos hace falta ese pan. Por eso el pan que Dios no da en este tiempo, nos es dado por anticipado para el día de la angustia. Este es un pan que capacita, que sustenta, que da crecimiento, que consuela, que da vida. Es necesario que nos levantemos con esas armas. Que nos levantemos porque todo lo tuyo es de Cristo LBLA Mateo 16:18-19 Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos. En ti hay naciones, linajes, linajes del cordero; por tanto, las puertas del Hades no prevalecerán. El poder de la muerte no puede con nosotros. El Señor te dice: Te daré las llaves para abrir y el poder de sujetar y someter todo lo que atares en la tierra.

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Ése es el poder que hay en la palabra del Señor. Cristo nos da las llaves. El nos está capacitando, nos está dando llaves del Reino para abrir a dimensiones, para subir al monte alto y ver desde arriba a nuestros enemigos. Lo podemos hacer porque Cristo venció, cree. Tené fe! No dejes que se apague lo que Cristo puso en tu vida. Tomálo porque si no vienen los cuervos, los pájaros a robar lo que Dios puso. Tenés que defender lo que Cristo te ha dado. Es el poder del ungido que sana enfermos, que hace salir demonios. Es ese poder que está sobre su iglesia, sobre tí si crees. El Señor quiere que arrebates ésas llaves y ésos poderes. Cristo es la Puerta de entrada para movernos en libertad. Podemos entrar porque El es la Puerta y la Vida. No solo para crecidos, también para los nuevos, hoy. El Espíritu está sobre la Iglesia. Dios quiere que obtengas capacidad, que decretes en los cielos. Esto es para todos, para los que están hace tiempo y para los nuevos, hoy. El Espíritu esta sobre la Iglesia hoy y quiere capacitarte. Se ha decretado en los Cielos: Es tiempos de desatar los planes de Dios para que la respuesta llegue. El cielo fue abierto para que mires a tu Creador, el velo fue rasgado para nosotros, para poder tener comunión con nuestro Padre y que hagamos descender lo del Cielo a nosotros, a nuestras vidas, a nuestras familias. Cuando comenzamos a decretar, a declarar: la atmosfera espiritual que nos rodea tiene que cambiar. Cuando tomamos el Poder que nos fue delegado del Cielo, tenemos autoridad. Cristo quiere verte de pie batallando y cortándole la cabeza a la Serpiente. Nuestras palabras tienen poder. Muchas veces hablamos ligeramente y nos atamos. Lo que proclames y decretes aquí será hecho. Si creemos y tomamos esas herramientas, dice la Palabra, que mayores obras haremos porque el Espíritu Santo está sobre la Iglesia de Cristo.

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RV1960 Hch 1:8 pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra. Poder Dunamis, hay una palabra en la biblia que en griego se escribe: Δύναμις, ξως, ή, que es numero 1411 en la Concordancia Strong en Ingles:

Ese Poder es la fuerza divina que otorga la posibilidad de hacer milagros, de dar eficacia, capacidad. Nosotros no somos de este Mundo. Hay poder en la oración, para ser vigilantes, para no dormirnos. El Señor nos capacita en la cruz, pero ¿Cómo encontrar ese poder? Sigue los pasos de Cristo. Él se presentaba delante del Padre aun en la agonía de su alma, aun cuando había batallas internas, rindiéndose ante la voluntad del Padre donde podés presentarte hoy y el Espíritu va a derramar ese amor, esa fuerza sobrenatural. ¿Cómo crece esa fuerza en vos? A través de la oración Dios te equipa con armas poderosas cuando llorás delante de tu Señor, no delante de tu enemigo. Te conviene rendirte delante de tu Señor y no delante de tu enemigo.

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Aunque andamos en la carne no militamos en la carne. Somos humanos pero no luchamos como los hombres de este mundo. En tu genética hay una ciudadanía de los cielos, no andemos como anda este mundo, un muerto no puede levantar a otro muerto. Recordá que vivís por Él. Somos humanos, pero no luchamos como los hombres de este mundo. Estas armas son poder. “Dunamis”, tus armas son poder de Dios capaces de destruir toda fortaleza. Solo hay que temer a Dios y no al enemigo. El nos dio las armas para vencer al enemigo, para romper fortalezas. El enemigo levanta planes de tinieblas para que te escondas en la cueva, te amargo y quiere que te encierres. Todo lo contrario de lo que Cristo quiere: que creas, que confíes, que te levantes, que salgas, que pelees, que venzas. Naciste para creer. Tu fe en Dios obra milagros. Mira en la palabra los padres de la fe. Lee las vidas de los siervos de Dios que creyendo buscaron y alcanzaron. Busca el poder de la fe, de la palabra. Ésa es la espada invencible, infalible. Tenemos poder de Dios para revertir. Estamos en combates contra las tinieblas fuertes. Necesitamos levantarnos y revestirnos para pelear lo que Cristo nos dio de antemano. Hay guerras, sistemas de tinieblas. Son muy complicados y llevan cautivas las mentes de personas. Allí Cristo rindió su voluntad al Padre. Estos sistemas entretienen tu vida y te manejan como un títere. Sistema de Moab, de Sodoma, de Babilonia, etc. Te cautivan la mente para que ya dejemos de hacer, de congregarnos y apartarnos del señor. Necesitamos activarnos en el poder para tomar decisiones, elecciones. Pero hay otro poder que se denomina: Exousia, también una palabra Griega: ξΧουσια.

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Es su palabra decreto: el Escrito está… El, usaba el Poder de autoridad de la Palabra. El poder de Dios revierte los planes del enemigo dándonos llaves. Proclama Palabra sobre la situación y cuando te levantás, contrarrestá, hacé murallas ante esas tinieblas y no podrán prevalecer los planes del diablo. Hay espíritus que toman las vidas de las personas y son cautivas por vicios. Cristo quiere levantarlas y que te levantes como restaurador. Muchos están en cárceles, en agonía pero Cristo es más poderoso, venció toda tiniebla por tí y por mí. El peleó, se levantó y no se durmió, por tanto, no te duermas, no te adaptes, vence. Tu Señor y quién tiene puestos sus ojos en tí sabe lo que es caminar frente a esas influencias. Es glorioso nuestro señor. Su plan fue perfecto. El sabe bien lo que es vivir en este cuerpo porque padeció en carne y sangre. No te acomodes. Levantáte con el poder de creer en la palabra. No te doblegues a la pesadez, doblegáte al Señor. El fue ejemplo, se rendía delante de la voluntad del Padre por eso fue levantado de la muerte. Alimentáte de este Pan del cielo que nutre y fortalece tu espíritu, que alimenta tu comunión, que nos hace estar bien gorditos. Tenemos que levantarnos en esos poderes y doblegar el alma. El señor nos hablaba de la agonía del alma que no quiere hacer la voluntad, pero Cristo es el mayor ejemplo para nosotros, no permitas que el diablo tome tu voluntad.

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LBLA Mar 14:36 Y decía: ¡Abba, Padre! Para ti todas las cosas son posibles; aparta de mí esta copa, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que tú quieras . Así como Él rindió su alma, nosotros debemos rendir el alma e ir a la cruz, porque Él transitó ése camino y venció. Venció en el huerto de Getsemaní que es el lugar donde debemos crucificar nuestras pasiones, donde morimos para vencer. En su nombre tenés el poder de revertir toda mala decisión y tomar las armas para doblegarte solamente delante de Él. Cristo vino a darte toda bendición y si no lo sabés, fijate lo que dice Pablo: RV1960 Efe 1.1-3 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios: A los santos que están en Éfeso y que son fieles en Cristo Jesús: Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo(…) No vivas en maldición, no te establezcas en lugares que no son para vos, no te acomodes a la derrota, hoy es el día para que te levantes y conquistes lo que El Señor conquistó para vos. Recordá: En Cristo sos bendito. En Cristo sos vencedor.

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