Migraciones y Dignidad Humana

FUNCIVA DOCUMENTOS Nº 238 _______________________________________________________________________________________ Migraciones y Dignidad Humana Jos...
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FUNCIVA

DOCUMENTOS Nº 238 _______________________________________________________________________________________

Migraciones y Dignidad Humana

José María Román



Mayo 2015

Situación actual

Los fenómenos migratorios son globales, pero en esos movimientos de personas en busca de una vida mejor o más segura, dos focos han atraído siempre gente de todos los continentes: Estados Unidos y Europa. Las fronteras de Estados Unidos con sus vecinos y las de Europa con los suyos suponen los mayores trasiegos de personas. Pero este trasiego no ha estado exento nunca de tragedia. Y esta tragedia ha adquirido mayor visibilidad en los últimos meses. En España ya comenzó con los asaltos a las vallas de Ceuta y Melilla que proporcionaban imágenes impactantes de la situación y que llegaron a su punto álgido con los fallecidos en el mar cuando trataban de llegar a nado a las playas de Ceuta. Y han tomado mayor dimensión con los naufragios de los grandes barcos, por llamarles algo, hundidos o rescatados en el Mediterráneo. Hasta tal punto que el papa Francisco en su discurso al parlamento europeo (25.11.14) clamaba porque el «…No se puede tolerar que el mar Mediterráneo se convierta en un gran cementerio. En las barcazas que llegan cotidianamente a las costas europeas hay hombres y mujeres que necesitan acogida y ayuda».

Algunos datos nos pueden servir para situarnos en la situación actual: en 2014 se producen 283.532 cruces irregulares de la frontera. Más de 200.000 por vía marítima. Todas estas vías han reflejado un gran incremento: +80% en España, +277% en Italia, +193% Mar Negro, Bulgaria y Rumania; aunque Kosovo es el país que mayor incremento de emigrantes ha producido dentro de los parámetros de una emigración clásica: busca de un futuro mejor. Los movimientos migratorios actualmente se han incrementado por una creciente combinación de conflictos, guerras civiles y Estados fallidos -que abarca desde el Sahel hasta Afganistán- que está provocando lo que Naciones Unidas empieza a cuantificar como la mayor crisis de refugiados registrada desde la Segunda Guerra Mundial.

De qué estamos hablando.

Pienso que el punto de partida fundamental es que estamos hablando de Personas. Seres humanos con su plena y natural dignidad. Son personas que huyen de situaciones de “emergencia humanitaria” (lo serían en nuestros territorios): ¿somos totalmente ajenos? Son personas que huyen de las guerras, del hambre y de la sequía. Son víctimas en origen y volvemos a hacerlos víctimas en las fronteras. Donde al ser rechazados siguen en manos de las mafias o de los salteadores. Pude comprobar esa situación en el caso de los trasmigrantes en México. Todos recordamos el caso de los 78 asesinados en Tamaulipas. «Venía en un camión y hay un grupo de unos 35 con uno que era el coyote. Llegamos a una caseta de Inmigración, a una caseta de Federales. Se baja él sólo y al poco sube y pide a cada uno 200 pesos. Yo me aprovecho de la situación. Baja el coyote con los 200 pesos de cada uno y el camión sigue». Así me lo contaba Mauricio en La Casa del Migrante Hogar de la Misericordia en Arriaga, Chiapas, municipio conocido por ser de donde arrancaba el tren conocido como la bestia a cuyos lomos viajaban los migrantes a través del territorio mexicano. Aquí es donde aterrizamos de nuevo en la cruda realidad, pues esa situación de violencia comienza, en numerosos casos, en cuanto cruzan la frontera mexicana —también antes, obviamente— y terminan no pocas veces, en la fosas que ahora nos asombran dolorosamente a todo: hasta 156 fosas en 5 años se han descubierto, eran datos de 2011. Cientos de testimonios semejantes se encuentran en los desiertos del Sahel, y testimonios parecidos recogidos en los CETI de Ceuta y Melilla. Europa se considera tierra de derechos humanos. Ha hecho de su defensa el eje de sus políticas, piedra de toque de su acerbo jurídico y de sus relaciones exteriores. Ha sido fruto de un largo camino desde las guerras que asolaron el continente, que ha llevado a la defensa de la dignidad humana, del valor de cada persona. Pero últimamente el desarrollo económico ha hecho que muchas veces prevalezcan los intereses a los valores y estos últimos, sin ser negados quedan preteridos. Así, en España se estaba dando de facto una práctica fronteriza de “devolución en caliente” que contradecía la propia legislación de extranjería, que exigía un preciso procedimiento jurídico. Ahora mismo se ha llevado a cabo una reforma legislativa que permita esa práctica. Esto ocurre en otros países de la UE. Nuestra historia reciente se distingue por la indudable centralidad de la promoción de la dignidad humana contra las múltiples violencias y discriminaciones, que no han faltado, tampoco en Europa, a lo largo de los siglos. La percepción de la importancia de los derechos humanos nace precisamente como resultado de un largo camino, hecho también de muchos sufrimientos y sacrificios, que ha contribuido a formar la conciencia del valor de cada persona humana, única e irrepetible.

Datos No hay datos precisos sobre los inmigrantes en Europa, pero podemos aportar a modo de ejemplo los de algunos países: En Bélgica suponen el 9% de la población. En Reino Unido y Holanda el 4%, en Francia el 6%, en Alemania, el 10%. Según los datos de Eurostat, el número total de no nacionales —personas que no tienen la nacionalidad de su país de residencia— que vivía en el territorio de un Estado miembro de la UE a 1 de enero de 2011 era de 33,3 millones de personas, lo que representa el 6,6 % de la población de la EU-27. Más de un tercio — un total de 12,8 millones de personas — de todos los no nacionales que residían en la EU-27 a 1 de enero de 2011 eran ciudadanos de otro Estado miembro de la UE. En términos absolutos, la mayor cantidad de no nacionales que vivían en la UE se hallaba en Alemania (7,2 millones de personas a 1 de enero de 2011), España (5,6 millones), Italia (4,6 millones), el Reino Unido (4,5 millones) y Francia (3,8 millones). Los no nacionales en estos cinco Estados miembros representaban conjuntamente el 77,3 % del número total de no nacionales que residían en la EU-27, mientras que los mismos cinco Estados miembros tenían un porcentaje del 62,9 % de la población de la UE. UE

2011

Alemania

7,2

España

5, 6

Italia

4,6

Reino Unido

4.5

Francia

3,8 77.3%

En términos relativos, el Estado miembro de la UE con el mayor porcentaje de no nacionales fue Luxemburgo, en el que representaban el 43,1 % de la población total a principios de 2011. La gran mayoría (86,3 %) de los no nacionales residentes en Luxemburgo eran ciudadanos de otros Estados miembros de la UE. A partir del 1 de enero de 2011, también se observó una elevada proporción de no nacionales —un 10 % o más de la población residente —en Chipre, Letonia, Estonia, España, Austria y Bélgica. El número de personas que adquirieron la nacionalidad de un Estado miembro de la UE en 2010 fue de 810 500, lo que corresponde a un aumento del 4,4 % con respecto a 2009. Estas últimas cifras señalan el nivel más alto de personas que adquirieron la nacionalidad de un Estado miembro de la UE— ya que las series temporales se iniciaron en 1998— y la primera vez que se superó el número total de 0,8 millones de euros. El Reino Unido tiene el mayor número de personas que adquirieron la nacionalidad en 2010, con 194.800 —o el 24 % del total de la EU-27—. Los siguientes niveles más elevados de adquisición de la ciudadanía se registraron en Francia (143 300), España (123 700) y Alemania (104 600); ninguno de los restantes Estados miembros concedió la ciudadanía a más de 100 000 personas en 2010.

En España a 31 de diciembre de 2014 el número de extranjeros era de 4.925.089 extranjeros. La inmigración sufrió un parón a consecuencia de la crisis económica y comenzaron en ese momento retornos a los países de origen, especialmente en el ámbito Latinoamericano. Así por ejemplo tenemos el dato de que los países que más decrecen son:

Ecuador Colombia Bolivia

-31.116 (13,9%) -22.422 (13,8) -16.110 (22,2%)

Aunque estos datos son matizables pues también son mayoría los latinoamericanos que se naturalizan españoles. En cambio, los países que más aumentan, son los países de la UE, beneficiándose de la ciudadanía europea y el principio de libertad de movilidad: Rumanía Italia Reino Unido

+24.966 (2,69%) +12.490 (6,09%) +10.286 (3,87%).

Todo esto está influyendo también en numerosos cambios sociales, entre los que se cuenta la Religión: El número de musulmanes en España creció en 2014 un 7,2% hasta alcanzar los 1,85 millones, 126.218 más que en 2013, según el Estudio Demográfico de la Población Musulmana elaborado por la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE) y el Observatorio Andalusí. El informe revela que el número de musulmanes españoles aumentó en 2014 un 26% respecto al año anterior, pasando de 568.352 a 718.228, mientras que la cifra de musulmanes extranjeros ha caído un 2%. En Europa, Francia es el país con mayor número de musulmanes: 9’6% de la población, le siguen Holanda con el 5’8% y Dinamarca con el 5%. Suiza, Austria y Bélgica con el 4% aproximadamente. Reino Unido y España están cerca del 3%. En total en la Unión Europea, con 14.260.985 que representan el 3’12 % de la población.

Perspectivas

Con la llegada del buen tiempo, toda esa sobredosis de desesperación está volviendo a convertir el Mediterráneo en una fosa común, con Libia como gran punto de partida. Aunque las cifras que intentan cuantificar esta tragedia tienen muy poco de exactas, se estima que durante el 2015 han perdido la vida cerca de 2.000 personas en el intento de buscar refugio en Europa. Mientras que las mafias transnacionales están haciendo negocios fabulosos con todo este multiplicado trasiego y explotación de seres humanos. Solamente entre los días 10 y el 17 de abril, entre Italia y Malta se han rescatado 13.500 personas. A este ritmo, durante esta temporada se espera superar el estimado contingente de más de 200.000 personas que el año pasado lograron cruzar el Mediterráneo, dejando en el camino 3.500 ahogados. Aunque en esta crisis humanitaria, la gran diferencia es que bastante más de la mitad de los que se juegan la vida para llegar a Europa son refugiados que intentan escapar de zonas en guerra, no inmigrantes procedentes de países pobres en búsqueda de mejores oportunidades económicas.

Sin consenso en Europa

Europa arrastra serias disfunciones en temas migratorias. El desarrollo articulado de la Unión Europea hace que se conjuguen diferentes factores: La política de ciudadanía es comunitaria. Las fronteras son de gestión nacional. La política de libre circulación según el Tratado Schengen se aplica a 22 de los 28 Estados miembros. También los 4 estados de la EFTA participan de este acuerdo. Este hecho hace que no se haya llegado a un acuerdo migratorio definitivo, si no sólo a políticas marco. El Pacto Europeo sobre Inmigración y Asilo de 2008 establecía unas líneas básicas:

Organizar la migración legal

- Tener en cuenta las necesidades laborales de los países



- Fomentar la migración circular: no fuga de cerebros



- Prever la Integración



Controlar la migración irregula

- No admitir regularizaciones masivas

- Cooperación de los países para la expulsión de los irregulares



- Ayudas al retorno voluntario



- Medidas disuasorias contra explotadores y tráfico de personas

Mejorar los controles de fronteras



- Reforzar Frontex



- Espíritu de solidaridad para apoyar a los países en primera línea de frontera



- Construir la Europa del Asilo

Construir la europa del asilo

- Procedimiento único: Reglamento de Dublin 32 paises, los 28+4



- Reforzar colaboración con ACNUR.

Colaborar con los países de origen o en tránsito

- Integrar mejor las políticas de migración y desarrollo



- Promover el codesarrollo

Este marco no ha sido suficiente. Sigue pendiente la construcción de una verdadera política migratoria europea. La crisis económica supuso el fin de una oferta de empleo en la UE: en España llegó a ser 0 oferta. Y eso en vez de disminuir la migración lo que ha hechos ha sido aumentar la migración irregular. El contexto político también cambió. El auge del yihadismo y las consecuencias de las primaveras árabes han dado origen a situaciones convulsas y lamentablemente de guerra en no pocos casos: Siria, Irak, Afganistán, Yemen, Sudán y Sudán del Sur, Somalia, República Centroafricana, Mali, Nigeria, otros casos colaterales y muy especialmente Libia han empujado a numerosas personas hacia Europa. Una Europa que a la vez contempla cómo en su seno surgen movimientos nacionalistas y de rechazo que, además de poner en cuestión el propio proyecto europeo, rechazan frontalmente a los inmigrantes: Reino Unido, Francia, Italia, Holanda, Dinamarca, Suecia y Alemania observan y sufren el auge de estos movimientos que dificultan el desarrollo en positivo de políticas de migración y asilo.

Así observamos como en un informe de 2014 de Amnistía Internacional se recoge el dato de que la guerra de Siria ha producido 2’8 millones de refugiados. De estos, hasta 2014, 96.000 han sido acogidos en la UE. Mientras que hay 900.000 en Turquía. Sólo 200.000 en campos de refugiados. Por ejemplo, Chad uno de los países más pobres del mundo, acoge en estos momentos más de 200.000 refugiados de Sudán del Sur. Algo está fallando en la política de asilo y humanitaria de la UE. «Refugiado» es la palabra que define a alguien que se ha visto obligado a abandonar su país por la guerra, la violencia o la persecución, y las violaciones de derechos humanos; según explica ACNUR que además es el organismo de ONU que ayuda además a desplazados por conflictos y por desastres naturales. Los países europeos prefieren dar fondos a ACNUR (fondos que son de subsistencia) antes que asumir plenamente sus responsabilidades en estas crisis humanitarias. Vemos así cómo la UE dedica más presupuesto a proteger las fronteras que a proteger a las personas. Las consecuencias son tremendas 23.000 personas fallecidas identificadas desde 2000 hasta 2014 intentando llegar a Europa.

Con esto, Europa es consciente de que demográficamente no puede salir adelante en 2050 sin la aportación de los inmigrantes: La Europa actual cuenta con una población que envejece de un modo alarmante. En el año 2007 la población activa era de 235 millones. En el año 2060 se estima que serán 50 millones menos, aun contando con los flujos migratorios, ya que sin estos hablaremos de 110 millones menos de personas en edad de trabajar. Así es más fácil entender la inmigración como un factor eminentemente positivo, que contribuye de manera significativa al crecimiento económico. Es en todo este contexto donde el 13 de mayo la Comisión se compromete a presentar una propuesta que debería ser estudiada y aprobada en el Consejo europeo de junio con el compromiso de fijar una política europea de migración. Hay expectativa sobre esa reunión, exigida en primer lugar por Italia y Malta, países que están sufriendo la mayor presión y testigos de las principales tragedias, apoyados fuertemente por España, Francia y Grecia. A pesar del clima favorable ante la magnitud de la situación, donde Alemania y Reino Unido han dado el paso adelante para apoyar estas medidas, los acuerdos no serán fáciles: ya Reino Unido ha comprometido medios de apoyo (fuerzas navales y aéreas) con la condición de no recibir migrantes irregulares en su territorio. El hecho de que las elecciones británicas tengan lugar el 7 de mayo y el compromiso de la Comisión se fije el 13 de mayo puede incidir seriamente sobre las posibilidades de un acuerdo. Mientras tanto el 23 de abril pasado los países de la UE en una reunión de urgencia adoptaron un compromiso que combinan la solidaridad, como tratar de abordar el problema en origen: dar mayores fondos a los países africanos para que controlen los flujos y triplicar los fondos de las operaciones dirigidas a vigilancia: 9 millones de euros mensuales para la Operación Tritón. También se decidió acometer un programa piloto de asilo, para acoger a refugiados que están actualmente en los campos de ACNUR. Inicialmente se hablaba de 5.000 refugiados y al final se elevó la cifra a 10.000. A cambio se ha pedido un procedimiento de expulsión rápido para todos aquellos irregulares por motivos económicos. Pero aunque aproximadamente cada año se dictan 250.000 órdenes de expulsión, la gran mayoría no se ejecutan y además ya existen esos procedimientos de urgencia y colaborativos para ejecutarlos. Más bien parece cómo no ceder en una posición defensiva de algunos países, que una exigencia realista.

Experiencias recientes y Planteamientos actuales A) La idea más fuerte es la de resolver el problema en origen. Como afirmaba Gil Arias, director adjunto de Frontex, en una reunión reciente auspiciada por Funciva, ni reforzando y controlando todas las fronteras se acabaría el problema si no se arregla en origen. España sufrió una avalancha migratoria en el comienzo de los 2000. Entonces era una invasión de los llamados “cayucos” y “pateras”, frágiles embarcaciones que se lanzaban al mar llenos de migrantes con la confianza de arribar a la orilla sur de la península o de las islas Canarias. Después de ser sorprendida por este fenómeno inesperado en nuestro país, en los finales de la primera década de este siglo España ha reforzado el control de fronteras con sistemas avanzados de vigilancia (p.ej. el SIVE, sistema integral de vigilancia exterior) pero sobre todo con la cooperación con los países de origen. Esta cooperación ha estado centrada en cuatro puntos:

—la ayuda material



—la formación policial



—el establecimiento de bases de policía en los países de origen



—la formación de patrullas mixtas.

Estos acuerdos se han establecido con Mauritania, Senegal y Marruecos. Con este país se ha implementado muy especialmente la cooperación policial, gracias a Patrullas fronterizas mixtas, puestos fronterizos conjuntos, y a los oficiales de enlace muy especialmente, que han agilizado los trabajos y reforzado la cooperación. Más tarde el Plan África, aprobado por el gobierno español, en 2005 extendió esta cooperación a Mali, Gambia, Guinea-Bisseau. Como dato comparativo de esta efectividad podemos decir que en 2006 llegaron a Canarias 31.678 inmigrantes en “pateras”, en 2011 ninguno. Sólo habían llegado 196 irregulares, pero por otros medios. Actualmente, ante el relanzamiento de este movimiento migratorio, impulsado por otros motivos no estrictamente económicos, como hemos comentado ya, España está impulsando la presencia militar de asesoramiento, formación y apoyo material en Mali, Mauritania, Cabo Verde y apoyar el esfuerzo francés en Mali, Chad y República Centroafricana. También plantea el gobierno español repetir una operación Atalanta (llevada a cabo por la UE en las costas de Somalia, contra la piratería) en el Golfo de Guinea. B) En Europa ya hemos dicho que los vientos soplan favorables para tomar medidas que ayuden a ordenar el proceso y controlar la situación. De entrada, como hemos mencionado, los países miembros han aceptado reforzar las tareas de vigilancia que lleva a cabo Frontex. Pero también se plantea actuar en origen. Estos planes tendrán que determinarse. Implican acciones de acogida: como es facilitar la tramitación de la petición de asilo temprana, abriendo oficinas en los países de origen para que puedan solicitarla allí, en vez de en la frontera: y evitar así el largo trayecto hasta ese punto pues después de, a veces meses de viaje, ya están estos posibles solicitantes en manos de los traficantes. Y otros planean una acción directa sobre Libia. Libia como estado fallido presenta actualmente el principal problema: tanto logístico como de amenaza. Sin un gobierno central que

controle mínimamente la situación, la división del país, política, económica y militarmente, hace que además de que las diferentes facciones campen a sus anchas, el Ejército Islámico se esté estableciendo en su territorio de una manera cada vez más amplia y fuerte constituyendo una de las principales amenazas para los vecinos y muy especialmente para Europa. Unos han pedido bombardear los barcos que se reconocen en la costa libia para impedir que sean utilizados para el traslado masivo de migrantes. Otras propuestas, piden una fuerza naval de interposición que bloqueen la costa libia. Pero todas ellas tropiezan con el Derecho internacional, y en casi todos los casos requerirían un mandato de la ONU, por lo que estas acciones de momento se ven diferidas en el tiempo. C) Frontex. La Agencia Europea de Fronteras, tiene como misión el apoyo a los países que conforman la frontera exterior de la UE en labores de vigilancia, rescate, identificación de inmigrantes y de facilitar el acceso a la protección internacional. Actualmente Frontex desarrolla varias operaciones de control y vigilancia marítima: Hera: entre la costa occidental africana y las Islas Canarias (España) Minerva: en el Estrecho de Gibraltar entre España y Marruecos. Indalo: en el mediterráneo occidental, entre las costas de Marruecos y Argelia y la suroriental

de España

Tritón en el Mediterráneo central y en estos momentos la de mayor envergadura. Entre Libia

y Túnez y las costas de Malta e Italia.

Una operación mixta: marítima y terrestre:

Poseidón que opera en toda la frontera oriental de Europa entre Grecia, y Turquía y los Bal



canes, Mediterráneo oriental y Mar Negro.

Una operación aérea: Pulsar, operación de apoyo sobre el conjunto de las fronteras de la UE.

Conclusiones Mayor cooperación de los países de la UE. Es necesario para agilizar el intercambio de información y para poder realizar tareas conjuntas. Aprobar una política europea de inmigración que permita tener criterios únicos y equiparables y que haga prevalecer la defensa de los derechos de cada persona de acuerdo con su dignidad. Reforzar Frontex. La Agencia Europea deberá tener mayores competencias para poder actuar en tareas de vigilancia y coordinación y para poder extender sus actividades más allá de lo que es la frontera. Ya en el Pacto europeo por la inmigración y el asilo se proponía la creación a medio plazo un cuerpo europeo de fronteras.

Ampliar y facilitar la política de asilo. Hacer más efectivo el Reglamento de Dublín (SECA) para una gestión rápida y eficaz de la acogida. Aumentar las cuotas de personas que Europa se compromete a acoger de los lugares en crisis y llevar al origen las posibilidades de asilo para evitar tragedias in itinere de las personas víctimas de las diferentes situaciones. Reforzar la capacidad de actuación de la OEAA establecida en La Valeta, Malta. La necesidad de aplicar en todo momento procedimientos jurídicos claros. La necesidad de someterse a un procedimiento jurídico. Las devoluciones en caliente contradicen la legislación nacional y europea y los principios internaciones de asilo y ayuda al refugiado. El programa de Estocolmo (2010) establecía que la UE debe ser un territorio en el que «se respete la diversidad, se proteja a los grupos de personas más vulnerables (menores, minorías como los gitanos, las víctimas de la violencia, etc.) y se haga frente al racismo y la xenofobia;… y se protejan los derechos de las personas sospechosas y acusadas en los procesos penales». Es decir Europa se define como garantista y ese principio debe prevalecer en el trato con los inmigrantes y refugiados.  La obligación moral y jurídica de socorrer (tragedia de Ceuta del 6 de febrero y las de Lampedussa). Este debe ser el principal criterio antes los nuevos retos que se dan en estas situaciones masivas en el Mediterráneo y que se dan también en otros ámbitos también del continente americano, con los transmigrantes.  Voluntad política de cooperar con los países de origen. Dar formación y apoyo a los países terceros para que puedan controlar la inmigración irregular y el tráfico de personas en origen.  Es más exitosa y razonable cuando alcanza otras áreas de actuación como la promoción al desarrollo. Llevar adelante políticas de codesarrollo que ayuden a disminuir la necesidad de emigrar, que den mayor estabilidad a los países y que promueva la justicia internacional. Ayudará fomentar la migración circular, facilitando con esos proyectos la recuperación de talento en esos países.

PREÁMBULO CARTA ONU: «(...)Al reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas, a crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional, a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad (…)»