¡Bendito sea Dios!

MI ENCUENTRO CON CRISTO ASOCIACIÓN LAICAL ECLESIAL

APÓSTOLES DE LA EUCARISTÍA Asociados a la Congregación de Hermanas Siervas de Jesús Sacramentado “Las obras de Dios nacen, crecen y producen frutos, no como las obras del hombre, sino llevando en sí mismas el sello de su origen Divino y dejando entrever un no sé qué de la acción providencial que las vivifica y hace fecundas” (Silviano Carrillo Nov. 1899).

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ÍNDICE

Introducción ................................................ 5 I.

Ofrecimiento de obras cada día ........... 7

II. Visitas a Jesús Sacramentado .............. 9 III. Encuentro con Dios ............................. 16 IV. Una cápsula espiritual para fortalecer el día ....................................................... 19 V. Con María Santísima ........................... 23 VI. Espiritualidad Eucarístico - Mariana del Siervo de Dios Silviano Carrillo Cárdenas.............................................. 41 VII. Oraciones varias .................................. 43 VIII. El sueño hecho realidad ..................... 47

Guadalajara, Jal. 10 de septiembre de 2009

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¡Bendito sea Dios! INTRODUCCIÓN “…Si de veras queréis ir a Aquél de quien proceden todos los bienes, a esa fuente inagotable… a Dios, puedo mostraros el camino: ¡Orad! (S.C., 1908, LO 29).

Hoy estás iniciando un camino tal vez conocido para ti o quizá sea comenzar a descubrir una experiencia que responda a un sueño que llevas dentro. Tu decisión de prepararte para llegar a ser un Apóstol de la Eucaristía, ese deseo que experimentas, es una elección de Dios para ti, te llama a conocer más a su Hijo Jesús y, a través de este oracional encontrarás medios para adquirir los rasgos fundamentales y la espiritualidad del Apóstol de la Eucaristía. La Palabra de Dios es ‘lámpara que ilumina nuestros pasos, luz en nuestro sendero’ y en Lc. 5, 5, 1-11, encontramos el relato donde Jesús cambia los planes de Pedro, que con plena confianza en Jesús dice: ‘Maestro, en toda la noche no conseguimos nada, pero 5

sólo porque Tú lo dices, echaré las redes’. Así es Dios, que tiene un proyecto para ti: Él mismo está contigo para llevarlo a cabo, sólo espera tu colaboración. La doctrina de la Iglesia y los escritos del Siervo de Dios Silviano Carrillo, son también una guía para adquirir el perfil espiritual del Apóstol de la Eucaristía, que caracterice su forma de ser y para actuar en su vida cristiana. Emprender este camino requiere de personas orantes, sólo en comunicación con Dios, se puede lograr este sueño que llevas dentro y, como Apóstol de la Eucaristía, ser signo de la espiritualidad que te identifique como tal. Este apoyo espiritual será un valioso instrumento que te alentará y te ayudará a levantarte después de alguna caída, para reiniciar de nuevo, con la firme esperanza de que el mañana será mejor. El signo característico del Apóstol de la Eucaristía, será una espiritualidad 6

eucarístico-mariana y por lo tanto, sus esfuerzos serán encaminados a adquirir esa fortaleza espiritual. Te ofrecemos en este folleto sugerencias para ofrecer al Señor lo que realices cada día; para visitar a Jesús Sacramentado en el Sagrario, para los momentos que dediques a encontrarte con Dios y para acercarte y amar a María como Madre nuestra. I. OFRECIMIENTO DE OBRAS CADA DÍA. Al despertar cada mañana, como un hijo saluda a su papá, el Apóstol de la Eucaristía eleva su corazón al Señor con la expresión ¡Bendito sea Dios! y después de hacer la señal de la cruz piensa un momento en la presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo que le acogen con Amor y luego presenta su ofrenda del día que comienza, recitando alguna de las siguientes oraciones: a) Señor te ofrezco mi trabajo de este día, que tu Espíritu inspire y santifique mis palabras y mis acciones para que todo lo 7

que yo realice este día brote de ti como de su fuente y tienda a Ti, que eres mi fin. Te lo pido por Jesucristo nuestro Señor. Amén. b) Señor, por manos de María te consagro mi existencia y mis palabras, pensamientos y acciones de este día. Todo lo entrego y lo uno a Cristo que se ofrece por mí en cada Eucaristía por la salvación del mundo. Amén. c) Señor, mi trabajo este día será amasado con fatiga y cansancio; pero si estás conmigo será más fácil y acaso por la tarde lo encontraré en tus manos ya convertido en pan. Que así sea. d) Señor, en el silencio de este día que empieza, vengo a pedirte paz, sabiduría y fuerza. Hoy quiero mirar al mundo con ojos llenos de amor, ser paciente, comprensivo, humilde, amable y bueno. Ver detrás de las apariencias a tus hijos, como los ves Tú mismo, para así, poder apreciar la bondad de cada uno. Cierra mis oídos a toda murmuración, guarda 8

mi lengua de toda maledicencia, que sólo los pensamientos que bendigan permanezcan en mí. Quiero ser tan bien intencionado y justo que todos los que se acerquen a mí, sientan tu presencia. Revísteme de tu bondad, Señor, y haz que durante este día yo te refleje. Amén. (P. I. Larrañaga)

e) Señor, Dios Todopoderoso, que nos has hecho llegar al comienzo de este día: danos tu ayuda para no caer en pecado, sino que nuestras palabras, pensamientos y acciones sigan el camino de tus mandatos, por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén. (Silviano Carrillo)

II. VISITAS A JESÚS SACRAMENTADO.

Te pregunto: ¿Cuántos sagrarios conoces? ¿Cuántos existen en tu recorrido habitual? Piensa en los sagrarios donde Jesús Sacramentado está: en las iglesias, parroquias, capillas, casas religiosas, pueblos o ciudades…. ¿Cómo pasas ante ellos? ¿Sabes que lo más importante que hay en los templos es el Sagrario con las 9

hostias consagradas? ¿Y sabes por qué?: ¡Jesús está ahí! ¡Vivo, presente, resucitado! ¡Y te espera! Te espera escondido para que lo busques; está ahí esperando, porque quiere encontrarse contigo; está ahí como Pan vivo, para darse a ti en comida. Te espera en el sagrario después de haberse ofrecido en sacrificio por ti, en la Santa Misa. La nota característica de la vida del Siervo de Dios Silviano Carrillo Cárdenas es su amor a la Eucaristía: La Santa Misa es el centro de su vida......” Jesús Sacramentado es su luz, su delirio, su fortaleza.....su todo”, así lo expresa en sus escritos. ¡A cuántos enseñó a tratar a Jesús en el Sagrario y con ello, a amarlo cada día más! Para ir creciendo en el amor a la Eucaristía, suscitó en los demás el deseo de visitarlo en el sagrario; el hambre de recibirlo en la comunión, con fe, con esperanza, con gran amor; y a mirar al mismo Jesús en los demás. Nos dice: “Jesucristo, al fundar su Iglesia, quiso quedarse con el hombre hasta 10

la consumación de los siglos y por eso instituyó el Sacramento de su amor. El ir a visitarlo es renovar la fe en su real presencia; es amarlo, es decirle que junto a Él se goza de la dulzura del cielo” (ESC 607) ¿Cómo visitar al Santísimo?, dirige tus pasos al sagrario pensando que Jesús te espera, te mira y conoce tu disposición para ir a esa visita. Con mucha fe acércate al Sagrario, toma conciencia de que Él está ahí…… Te ofrecemos lo siguiente: 1º ACTO DE FE: Ante el Sagrario hacer una genuflexión de adoración ante la presencia de Jesús, aviva tu fe. 2º Recitar la COMUNIÓN ESPIRITUAL: Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar, te amo con todo mi corazón y deseo recibirte dentro de mi alma. Ya que no puedo hacerlo sacramentalmente en este instante, ven espiritualmente a mi corazón y como si ya te hubiera recibido me abrazo y me uno todo a ti. ¡Ah Señor! no permitas que me separe 11

de Ti. 3º Después de un momento de silencio y fe en la presencia de Jesús, hablar con Él o si lo necesitas, puedes continuar con alguna de las proposiciones siguientes: OPCIÓN a). Haz un acto de fe: - Jesús Sacramentado, creo en Ti, pero aumenta mi fe. Padre nuestro, Ave María y Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo…. - Jesús Sacramentado, espero en Ti, pero aumenta mi confianza. Padre nuestro, Ave María y Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo…. - Jesús Sacramentado, te amo, pero haz que te ame cada día más. Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. - En este tabernáculo sagrado, en donde estás oh Jesús, por mí escondido, mi corazón te adora muy rendido y mi fe te 12

contempla, anonadado. Esta estación recibe con agrado, como ofrenda de mi pecho agradecido por el inmenso amor con que has querido quedar por nuestro bien, sacramentado. Remedia nuestros males y aflicciones, da a tu Iglesia afligida paz y consuelo, al Papa fortaleza y bendiciones y extiende tu fe santa en nuestro suelo para que unidos por tu amor los corazones logremos adorarte allá en el cielo. Amén. - Mira el Sagrario, aviva tu fe, haz un silencio y antes de retirarte expresa tu amor a Jesús. OPCIÓN b) Haz tu acto de fe en la presencia de Jesús Sacramentado y recita la comunión espiritual. Breve reflexión: Nos dice el Papa Juan Pablo II: “En la adoración a Jesús Sacramentado, en la Visita al Santísimo, en la oración ante el sagrario, Jesús nos espera en el Sacramento de su Amor. No escatimemos tiempo para ir a encontrarlo”. 13

ORA: Jesús siempre me esperas en el sagrario… desde ahí me ves… me escuchas… me consuelas, me das tu amor. Vengo a visitarte porque quiero estar contigo, mirándote solamente, sonreír contigo. Quiero ser Eucaristía y como apóstol, entregarme con responsabilidad a mis actividades diarias y saber sonreír, una entrega en una sonrisa hacia mi familia, hacia todos mis hermanos con quienes me comunico. Quiero estar cerca de Ti, Jesús Sacramentado para adquirir conciencia y saber decir NO a todo lo que deteriora o destruye mi vida, y aprender a vivir la vida que Tú nos enseñas en tu Palabra y nos das en tu Eucaristía. Después de un momento de silencio vuelve a leer la expresión más significativa para ti, repítela y antes de retirarte exprésale tu amor. OPCIÓN c) Haz un acto de fe en la presencia de Jesús Sacramentado y recita la comunión espiritual. ORA: ¡Jesús, nuevamente estoy ante Ti! 14

Vengo a visitarte porque sé que me amas. ¡Qué felicidad sentirme amado por Ti! Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi ser. (Silencio) Creo que estás presente en la Hostia consagrada. Que miras mi corazón y conoces mis más ocultos pensamientos, mis afectos y mis deseos. (Silencio) Jesús, te pido perdón por todos mi pecados. Enséñame a orar para conocerte y amarte más y para invitar a otros a venir a Ti. REFLEXIONA: ¿Me conoces, Señor? ¿Sabes quien soy por dentro? No te fijes en mi rostro, que no tengo rostro…. A lo mejor es un rostro sin figura. Señor Jesús, no quiero quedarme encerrado en mí mismo, yo busco un camino nuevo, estoy cansado del vacío que llevo por dentro, quiero entrar en mí mismo, conocerme interiormente. Ayúdame a romper mis ataduras, derriba mi muro y sé para mí un Puente, ese Puente que necesito 15

para pasar del cerco que me tiene amarrado, a la libertad de un corazón nuevo y lleno de vida. Después de un silencio, vuelve a leer aquello que haya tocado tu corazón. Escucha a Jesús y antes de retirarte exprésale tu amor. III. ENCUENTRO CON DIOS. Una personalidad fuerte tiene como fuente una interioridad profunda. Para lograr esto, el Apóstol de la Eucaristía necesita encuentros personales con Dios, dar un tiempo, diez o quince minutos cada día para hablar con Él, porque este tiempo es muy importante, es asunto de vida o muerte. Por tu trabajo, el ir y venir de cada día puede hacer de tu vida una rutina. Cuando las cosas se repiten van perdiendo novedad, la persona se vuelve insensible y para el Apóstol de la Eucaristía, sólo en Dios encontrará la fuerza para ser transmisor de espíritu y vida. 16

En la Palabra descubrimos que Dios ‘renueva la faz de la tierra’ es decir, hace que todas las mañanas aparezca la tierra con nueva cara. Dios es la fuente de la eterna juventud, es quien hace el prodigio de que una misma cosa, repetida mil y mil veces, aparezca siempre distinta y siempre nueva. ¿Dónde y cómo?, Escuchemos a Jesús el Maestro: ‘Cuando vayas a orar, entra en tu cuarto y, después de cerrar la puerta, habla a tu Padre que está en lo secreto’ (Mt. 6,6). El mismo Jesús nos enseña: ¿Dónde orar?.... en el silencio de tu cuarto, tú solo, sabiendo con certeza que el Padre está ahí, contigo. Él mismo llenará las necesidades de tu corazón y será tu recompensa y ¿Cómo?, te pueden servir las siguientes orientaciones prácticas: a. Prepara en tu casa el espacio para Dios, donde coloques un Cristo, una Biblia y una imagen de la Santísima Virgen María, nuestra Madre y modelo de oración. A un lado una lamparita que encenderás cuando te dispongas a orar. Te ayudará que este espacio lo prepares 17

en donde haya silencio. b. Los tiempos que dediques exclusivamente a la oración, serán momentos íntimos de comunión con un Amigo entrañablemente unido a tu vida. Cuando hayas llegado a esa amistad, no querrás perder estos preciosos momentos una vez al día. c. Emplea por lo menos quince minutos para iniciar. Cada uno tenemos nuestra propia manera de conocer y hablar con Dios, el objetivo final es el mismo. Acabarás por tener tu propio método de oración. d. Para orar, deposita tu fe en el Espíritu Santo, invócalo, es Él quien te enseñará el camino. A continuación hazte consciente de que Dios te está mirando y te está amando; por tu parte acoge esta presencia con unas palabras de agradecimiento porque estás en su presencia. En la oración se trata de ‘estar’ con Él, más que de ‘hacer’ algo. Convéncete de que en la oración es el 18

Espíritu de Dios que está activo en nosotros. e. Escoge y lee un pasaje de la Sagrada Escritura, hazlo despacio y atentamente. Lee una vez más el pasaje, habrá palabras que tengan un significado especial para ti. Repite y saborea esas palabras o frases hasta que sientas una completa satisfacción dentro de ti. f. Detente para hablar con Dios, dile cómo te sientes (con alegría, esperanza, ansiedad, ira, sorpresa, etc.) Haz un silencio, espera, abre tu corazón, escucha. g. Termina tu oración resumiendo lo que has recibido al leer el texto Bíblico y da gracias a Dios. IV. UNA CÁPSULA ESPIRITUAL PARA FORTALECER EL DÍA. Estamos ante un ideal, el ideal es como una estrella muy lejana. Ante la luz de esa estrella que parece inalcanzable, se pueden 19

tomar dos actitudes: una negativa al ver que la estrella está muy alta y considerar que andamos muy abajo. Esta actitud puede provocar tristeza, vergüenza y desánimo y ante esto, el ideal en lugar de ser fuerza de elevación, empieza a destruir poco a poco. ¡Cuidado! Hay que estar alerta para no caer en ese precipicio. La otra actitud es la positiva: la luz de esa estrella iluminará tu camino, te ayudará a ver si en tu caminar procedes de acuerdo al ideal que te has propuesto alcanzar y esto te invitará a retomar el camino si es necesario. Una cápsula espiritual te ayudará a centrarte en la oración. Se utiliza para producir en ti un determinado efecto, te mantendrá firme en tu deseo de lograr un ideal. Es una palabra o frase que se va repitiendo una y otra vez, ya sea en silencio o en alta voz. Se puede recordar y repetir en cualquier momento del día. Te servirá como escape de energía en tiempo de estrés, tristeza, miedo, tensión. Por ejemplo ante algo importante inesperado, puedes repetir: ‘El 20

Señor es mi fuerza y mi energía, Él es mi salvación’. Te ayudará a afrontar las situaciones sintiendo el apoyo y la compañía de Dios, que siempre va contigo y te ama. La cápsula espiritual, tú mismo la seleccionas, ya sea una palabra que surja espontáneamente de tu corazón o, si lees detenidamente un salmo en la Biblia, subraya el versículo que te guste y HAZ TUYO ESE VERSÍCULO, repítelo, reflexiona su significado. Será tu cápsula espiritual y ya verás, al principio resonará en tu cabeza; pero poco a poco arraigará en tu corazón. Después con la práctica, sin que tú te lo propongas, esa cápsula espiritual aparecerá en tu mente y en tu corazón. Así es Dios, si tú lo buscas, Él está ahí. Renueva esa cápsula espiritual todos los días o cuando lo consideres necesario. Con el tiempo tendrás una colección de ese soporte que te ayuda a estar cerca de Dios. Para que inicies te proponemos algunas: 

‘Yo soy el Pan vivo que ha bajado del 21

cielo. El que coma de este Pan, vivirá eternamente’. (Jn. 6, 51). 

‘Sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo’. (Mt. 28, 20).



‘Tomen mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón’. (Mt. 11, 29).



‘Vengan, benditos de mi Padre, yo les aseguro que cuanto hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron’ (Mt. 25, 34. 40).



‘Los proyectos de su corazón subsisten de edad en edad, para librar de la muerte la vida de sus fieles, y reanimarlos en tiempo de hambre’. (Sal. 32, 11-19).



Como busca la cierva corrientes de agua, así, Dios mío, te busca todo mi ser. Tengo sed de Dios, del Dios vivo. (Sal. 41, 2-3).



Santísima Virgen María, yo te amo, te 22

amo mucho y te amaré toda mi vida. Pues tú eres mi Madre, mi consuelo, la causa de mi alegría. (Silviano Carrillo). V. CON MARÍA SANTÍSIMA. En la carta encíclica Redemptoris Mater, el Papa Juan Pablo II, nos habla bellamente de la Santísima Virgen María, y nos dice: “la Madre del Redentor tiene un lugar preciso en el plan de salvación. La Iglesia camina en el tiempo hacia la consumación de los siglos y va al encuentro del Señor, pero este camino lo va realizando siguiendo el itinerario recorrido por la Santísima Virgen María, que avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la Cruz”. (Red.Mater, 2). Es siempre a través del Evangelio, como se habrá de intentar el retrato, lo más fiel posible de María Santísima. Es un retrato pintado por el propio Espíritu Santo. Se nos presenta como modelo de sencillez, que infunde alegría y paz; es el rostro que más se parece al rostro del Señor. Se nos presenta como una auténtica educadora, que 23

forma al Niño Jesús, para que sepa afrontar la vida y para que cumpla la misión que le aguarda. Las palabras de la Santísima Virgen María en el Evangelio, son breves y de gran profundidad; son una luz para todos sus hijos, ya que encierran actitudes que ella vivió y que son para nosotros un camino a seguir. La Iglesia celebra fiestas especiales de María Santísima y el corazón de sus hijos se conmueve. Dice N. P. Silviano Carrillo: ‘¡Cuán buena es! Es el refugio de pecadores y ama a todos como Madre, son hijos que tiene siempre en su corazón. Sí, muy grande es la felicidad del que, después de haber ofendido a su Dios y viviendo con la vergüenza de la culpa, con la ayuda de María se purifica por el arrepentimiento. ¡Ah! María es en la Iglesia el elemento del consuelo, es reflejo de la misericordia, del amor’ (Silviano Carrillo L. O. 24-VI-1906). ‘Después de la dicha tan grande de ser hijos de Dios y hermanos de Jesucristo, no hay dicha mayor que la de ser hijos de María y de ocupar un lugar en su mente y en su corazón bondadosísimo’ 24

(Silviano Carrillo L. O. 19-05-1906)

El Papa Benedicto XVI expresó en la fiesta de la Asunción: ‘María fue elevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo y con Dios es reina del cielo y de la tierra. ¿Acaso así está alejada de nosotros?.. Al contrario. Precisamente al estar con Dios y en Dios, está muy cerca de cada uno de nosotros, conoce nuestro corazón, puede escuchar nuestras oraciones, puede ayudarnos con su bondad materna. Nos ha sido dada como ‘Madre’ –así lo dijo Jesús- y podemos dirigirnos a Ella en cada momento. Pongamos siempre nuestra vida en sus manos’ (Homilía Benedicto XVI, 29-08-2005) Para caminar a Jesús con María, te ofrecemos la forma de recitar el rezo familiar del Rosario y enseguida algunas invocaciones. ORACIÓN FAMILIAR: EL ROSARIO. ¿Qué es el Rosario? ¿En qué consiste esa oración que tanto agrada a la bella Señora vestida de luz? Es la combinación de las 25

oraciones más bellas, las más hermosas: el Padrenuestro, Avemaría y el Gloria. Son muchas las familias que lo rezan al final de su jornada. El Papa Juan Pablo II nos enseña en su mensaje, que “el rosario reúne a la familia contemplando a Jesucristo y recupera la capacidad de volverse a mirar a los ojos para comunicarse, solidarizarse, perdonarse, comenzar de nuevo con un corazón renovado”. El Rosario es una forma de rezar que consiste en repetir el saludo de ángel Gabriel, como invocación a nuestra Madre Santísima, teniendo como fondo la contemplación de un misterio de la vida de Jesús. Cuando repetimos una frase varias veces, va penetrando en el alma y crea un ambiente espiritual dentro del cual se va viviendo todos los pensamientos y sentimientos que nos llegan al corazón y a la mente, siendo muy provechosa para todo católico. Es un arma poderosa para mantener a los hogares unidos, porque Ella misma ha dicho en su promesa: la familia 26

que reza unida permanece unida y se mantendrá el mundo en paz. El Papa Juan Pablo II expresó: ‘mi oración favorita es el santo rosario’ MODO TRADICIONAL DE ORAR CON EL SANTO ROSARIO. Se le llama ‘misterio del Rosario’ a lo siguiente:    

Meditación de un pasaje de la vida de Jesús. Rezar un Padre Nuestro. Recitar enseguida diez Avemarías. Decir el Gloria al Padre y una o varias frasecitas (Jaculatorias) de petición o alabanza a la Santísima Virgen o a Jesús.

Lo tradicional es que se recen así, cinco misterios cada día. Antes de cada misterio se puede leer una cita bíblica que se tenga preparada previamente o invitar a alguien que diga 27

una intención por la cual ofrecer el misterio. Sabiendo que la espiritualidad mariana del Apóstol de la Eucaristía, es la que vivió N. P. Fundador el Siervo de Dios Silviano Carrillo, otra opción es proclamar un pensamiento de él, antes de cada misterio. Se proponen los siguientes: 

María, lirio bellísimo, yo te saludo, y ante el altar que tienes en mi alma deposito reverente mis plegarias, mis anhelos y mis lágrimas. Madre, dígnate aceptar el amor que viene a ofrendarte tu humilde hijo. (Silviano Carrillo L.O. 24IV-1910).



Madre Santísima, yo te amo, te amo mucho y te amaré toda mi vida, pues tú has sido mi Madre, mi consuelo, la causa de mi alegría. (Cf. ESC Silviano Carrillo 198).



Madre amantísima, que este amor nunca se extinga y crezca diariamente hasta la hora de mi muerte. (Cf. ESC Silviano Carrillo 198).



Virgen purísima, tú que estabas en la 28

mente divina antes que salieran de la nada los mundos que admiramos; tú, Esposa de Aquel cuyo Espíritu flotaba sobre las aguas en los días de la creación y que en forma de ígnea lengua bajara sobre tu cabeza el día de Pentecostés, abre nuestras mentes y corazones para ser dóciles a ese mismo Espíritu. (Cf. ESC Silviano Carrillo187-188) 

Virgen Santísima: danos una mirada de Reina, una sonrisa de Madre y una bendición que llevaremos en el alma, peregrinos en la tierra, hasta llegar a la Patria en donde esperamos verte y alabarte. Amén. (Cf ESC Silviano Carrillo 171-172)



Madre Santísima de Guadalupe, bendita seas, porque “contigo nos han venido todos los bienes e imponderablemente riqueza por tus manos”.



Oh Virgen amabilísima, ámanos mucho; somos tus hijos pequeños y delicados. Virgen humildísima danos la humildad. 29



Madre purísima, depura nuestras costumbres para que seamos santos.



Muéstranos tu clemencia amorosa, tú que dijiste a Juan Diego “Soy Madre tuya y de todos los mexicanos”.



Patrona nacional de México, haz grande a nuestra Patria y consérvala en la fe que tú viniste a traer. Y si tú, Virgen de Guadalupe, quisiste ser mexicana, nosotros mexicanos queremos ser guadalupanos y este nombre será nuestra gloria.

En los misterios del rosario recordamos la vida de Jesús, de la siguiente forma: MISTERIOS GOZOSOS: se rezan lunes y sábado. Se indica la cita bíblica y una breve reflexión. 1º La anunciación del ángel a la Santísima Virgen María. (Lc. 1, 38) Dios pide nuestra colaboración como la de María para llevar a cabo su plan de 30

salvación. 2º La visita de María Santísima a Santa Isabel. (Lc. 1, 39). Dios quiere que, como nuestra Madre Santísima, llevemos a Jesús a los demás y con Él, nuestra disponibilidad de servicio. 3º El nacimiento del Niño Dios. (Lc. 2, 7). Jesús se hace hombre como nosotros, para que lleguemos a ser como Él, hijos de Dios. 4º La presentación del Niño Jesús al templo. (Lc. 2, 23). Ofrezcamos a Jesús como nuestro mejor regalo para Dios, lo poquito que somos y lo que tenemos. 5º Jesús perdido y hallado en el templo. (Lc. 2, 45). Como Jesús, hagamos la voluntad de Dios antes que la nuestra o la de los demás. MISTERIOS DOLOROSOS, se rezan los 31

martes y viernes. 1º La oración de Jesús en el Huerto. (Lc. 22, 42). Pongamos, como Jesús, nuestro futuro y nuestras preocupaciones y sufrimientos en manos de Dios Padre. 2º La flagelación de Jesús. (Jn.19, 1). Gastemos y sacrifiquemos, como Jesús, nuestra vida entera por los demás. 3º La coronación de Espinas. (Mt. 27, 28). Que estemos dispuestos a renunciar a nuestros criterios y pensamientos personales, con tal de hacer la voluntad de Dios. 4º La subida al Calvario con la cruz a cuestas. (Jn. 19, 1). Que como Jesús, estemos dispuestos a soportar la cruz del sufrimiento y del cansancio de cada día. 5º La crucifixión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo. (Lc. 23, 46). Que como Jesús, no tengamos miedo a 32

gastar y dar la vida por la salvación del mundo. MISTERIOS LUMINOSOS: Se rezan el jueves. 1º El Bautismo en el Jordán. (Lc. 3, 2122). Agradecidos con Jesús, por el acto de humildad tan grande, siendo Dios quiso recibir el bautismo de manos humanas. Que seamos capaces de vivir nuestra consagración bautismal como verdaderos hijos de Dios. 2º La auto revelación de Jesús en las bodas de Caná. (Jn 2, 3-5). María Santísima, siempre está al pendiente de sus hijos, pidámosle que nos conceda la gracia de llegar hasta su Hijo. 3º El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión. (Mt. 3-12). Jesús expone el nuevo espíritu del Reino de Dios. Podemos elegir una bienaventuranza, como un propósito 33

para practicarla de manera especial cada jueves eucarístico. 4º La Transfiguración de Jesús en el Tabor. (Lc. 9, 28-36). Es necesario que dejemos todas las preocupaciones y nos alejemos a orar, para pedir la gracia y dar gloria a Dios. 5º La Institución de la Eucaristía. (Lc. 22, 19-20). Que la Eucaristía sea el alimento para fortalecer nuestras vidas y seamos pan para todos los que nos rodean: en la familia, trabajo, sociedad. MISTERIOS GLORIOSOS: Se rezan los miércoles y domingos. 1º La resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. (Mt.28, 6). Avivemos nuestra fe en la resurrección de Jesús, Él vive para siempre. 2º La Ascensión de Jesús al cielo. (Hch.1, 11). Que pongamos nuestro corazón en el 34

cielo donde está Cristo esperándonos. 3º La Venida del Espíritu Santo. (Hch.2, 4). Invoquemos siempre al Espíritu Santo y pidamos sus dones en toda ocasión. 4º La Asunción de la Santísima Virgen María. (Cant.6, 10). Saber que nuestro cuerpo será glorificado como el de María Santísima, nos ayuda a ponerlo a servicio total del Reino de Dios. 5º La coronación de la Santísima Virgen María. (Ap.12, 1). El saber que estamos llamados a gozar de Dios cara a cara y de la hermosura de María y de todos los santos debe llenarnos de paz y de gozo ya desde esta vida. Te proponemos también las jaculatorias populares que se rezan en el Rosario. 

María, Madre de Gracia, Madre de 35

Misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos, gran Señora. 

Mi corazón en amarte eternamente se ocupe y mi lengua en alabarte Madre mía de Guadalupe.

El Rosario se puede terminar, si se quiere, añadiendo lo siguiente:  

Un Padre Nuestro. Tres Avemarías de la siguiente manera:

1) Dios te salve, María Santísima, Hija de Dios Padre, en tus manos ponemos nuestra fe para que la ilumines. Llena eres de gracia… 2) Dios te salve, María Santísima, Madre de Dios Hijo, en tus manos ponemos nuestra esperanza para que la alientes. Llena eres de gracia… 3) Dios te salve, María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo, en tus manos ponemos nuestra caridad para que la inflames. Llena eres de gracia… 36



Una salve iniciando de la siguiente manera:



Dios te salve María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin pecado original. Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra…

ALABANZAS A NUESTRA MADRE SANTÍSIMA. (Del Siervo de Dios Silviano Carrillo Cárdenas).

Todos: Todos: Todos: Todos: Todos: Todos:

Señor, ten piedad de nosotros. Señor ten piedad de nosotros. Cristo ten piedad de nosotros. Cristo ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros. Señor ten piedad de nosotros. Cristo, óyenos. Cristo óyenos. Cristo, escúchanos. Cristo escúchanos. Padre Celestial que eres Dios. Ten piedad de nosotros. Hijo Redentor del mundo que eres 37

Dios. Todos: Ten piedad de nosotros. Espíritu Santo que eres Dios. Todos: Ten piedad de nosotros. Santísima Trinidad, que eres un solo Dios. Todos: Ten piedad de nosotros. Después de cada advocación diremos: ruega por nosotros: Hija, Esposa y Madre de Dios. Virgen Santísima. Inmaculada Virgen María. María llena de gracia. Virgen humildísima. Virgen Madre Virgen purísima Virgen Dolorosa Virgen amabilísima Madre del que es luz de luz Madre Santísima Madre querida Madre cariñosa Madre nuestra Madre tierna Madre del Amor hermoso 38

Madre del Amor y la esperanza Madre purísima Madre amantísima Consuelo, amparo y refugio nuestro Salud de los enfermos Trono de la Sabiduría encarnada Causa de mi alegría Huerto cerrado Estrella que nos guía Estrella divina Estrella de los mares Arca salvadora Corredentora del mundo María, don de dones hechos a la tierra Niña hermosísima Doncella de Nazaret Luz que trae alegría y vida Refugio de pecadores Palma triunfadora Iris de esperanza Lirio bellísimo Blanquísima azucena Aromática rosa Paloma arrulladora Hermana y amiga nuestra Reina clementísima Reina de las vírgenes 39

Reina de los mártires Reina de los apóstoles Reina y Madre de la Divina Gracia Soberana de los ángeles Reina y Madre nuestra María Santísima de Guadalupe Propagadora de nuestra fe en nuestra Patria

Salvadora de nuestro pueblo Ángel tutelar de nuestra patria Madre piadosa de los mexicanos Estrella del cielo mexicano Protectora de América Latina Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Todos: Perdónanos, Señor Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Todos: Óyenos, Señor Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Todos: Ten piedad y misericordia de nosotros. Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, más bien 40

líbranos de todo peligro, ¡Oh, Virgen gloriosa y bendita! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Todos: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén VI. ESPIRITUALIDAD EUCARÍSTICO MARIANA DEL SIERVO DE DIOS SILVIANO CARRILLO CÁRDENAS.

“Que la devoción a Jesús Sacramentado crezca más y más cada día, esto es importantísimo” (1919). “Jesús nuestro Salvador es alimento de las almas. Bien lo sabéis”. (Sermón, 1898). “El tabernáculo es la tienda de descanso donde duerme ese Pastor que bien conoce a sus ovejas. Duerme, pero su corazón vela”. (L.O. 14-X-1906).

“Que nuestras plegarias vayan siempre llenas del espíritu de adoración”. (L. O. 26-I1908).

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“Si entregamos nuestro corazón a Dios en esta vida, Él se entregará a nosotros en el cielo”. (L.O. 2-II-1908). “La mano de Dios se hace sentir siempre en donde quiera”. (L.O. 15-III-1908). “La Asociación de ‘Obreras Eucarísticas’ va a facilitar poderosos medios para propagar el amor al Santísimo”. (Cfr. Crónicas 13-V-1919).

“Dulcísimo Jesús Sacramentado, dueño de todos los bienes, supremo e infinito Bien, aparta de nosotros y de todos los hombres, los grandes peligros que nos amenazan. Concédenos amarte entrañablemente aquí en la tierra, para ir después a verte y amarte para siempre. Amén”. (S. C. ESC 37). “El hombre cansado se acerca a la piscina vivificadora de la confesión y allí se rejuvenece, se siente amigo de Dios y al alimentarse con el Pan de cielo, el corazón que poco antes estaba muerto y escucha las palabras: ‘El que come mi carne y bebe mi sangre vive eternamente” llega a palpar en 42

parte las dulzuras del cielo’. (Cfr. Sermón 1898).

VII. ORACIONES VARIAS. Al Espíritu Santo: Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu Amor. Envía Señor tu Espíritu y todo será de nuevo creado y se renovará la faz de la tierra. Oh Dios que has instruido e iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, danos por este mismo Espíritu el conocimiento y amor a la virtud y que siempre seamos llenos de tus divinos consuelos, por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. A María, Madre de Jesús Eucaristía. Ave María, dulce Madre de Jesús Eucaristía. Con dolor y mucho amor nos has dado a tu Hijo Jesús mientras pendía de 43

la cruz. Nosotros, débiles creaturas, nos aferramos a ti para ser dignos hijos de este gran amor. Ayúdanos a ser humildes y sencillos, ayúdanos a vivir en la gracia estando siempre listos para recibir a Jesús en nuestro corazón. María Madre de Jesús Eucaristía, nosotros, por cuenta propia, no podemos comprender este gran misterio de amor. Que obtengamos la luz del Espíritu Santo, para que así podamos comprender, aunque sea por un solo instante, todo el infinito amor de tu Jesús que se entrega a Sí mismo por nosotros. Amén. A Señor San José: Amado Padre, Señor San José, me entrego a ti, te consagro mi vida; espero tus cuidados paternales. En tu corazón bondadosísimo deposito mis penas y alegrías, mis temores y esperanzas. Ahora escúchame, deseo salvarme santificando y salvando almas, que gaste todos lo días que me restan de vida propagando tu devoción y la de Jesús y María. Amén. (Silviano Carrillo C.)

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Descansa aquí conmigo. (Himno Of. de lectura Sáb. IV)

A caminar en ti, no atino; tu Palabra de fuego es mi sendero. Me encontraste cansado y prisionero del desierto, del cardo, del espino Descansa aquí conmigo del camino, que en Mí hay trigo en el granero, hay un poco de vino y un alero, que cobije tu sueño, peregrino. Yo contigo, Señor, herido y ciego; Tú conmigo Señor, enfebrecido, el aire quieto, el corazón de fuego. Y en diálogo sediento y torturado, se encontrarán en un solo latido, cara a cara tu amor y mi pecado. Amén. Oración del Apóstol de la Eucaristía: Jesús mío, ayúdame a esparcir tu fragancia dondequiera que yo vaya, inunda mi alma con tu Espíritu y tu vida, penetra todo mi ser y toma de él posesión. De tal manera, que mi vida no sea en adelante sino una irradiación tuya. 45

Quédate en mi corazón con una unión tan íntima, que quienes tengan contacto conmigo, puedan sentir en mí tu presencia y que, al mirarme, olviden que yo existo y no piensen sino en Ti. Quédate conmigo, así podré convertirme en luz para mis prójimos. Esta luz, oh Jesús, vendrá toda de ti, ni uno sólo de sus rayos será mío, yo te serviré de instrumento para que Tú ilumines a los demás a través de mí. Déjame alabarte en la forma que te es agradable, llevando mi lámpara encendida, para ayudar a disipar las sombras del camino de mis hermanos. Déjame predicar tu nombre con y sin palabras… con mi ejemplo, con la fuerza de tu atracción, con la influencia en mis obras, con la fuerza evidente del amor que mi corazón siente por Ti. (Card. Newman)

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VIII. EL SUEÑO HECHO REALIDAD. Dios nuestro Padre nos ha amado y nos ha dado lo que más quiere, a su Hijo. Jesucristo es el don de los dones y Él ha dado su vida por nosotros. Aceptar a Jesús significa que estemos dispuestos a vivir su evangelio del Amor, que cuestiona, desafía y hasta incomoda cuando vivimos situaciones especiales de desajuste o discordia, pero aceptarlo significa también que Él desvanece nuestros temores y nos ‘obliga’ a salir de nosotros mismos para perdonar, aceptar y acoger a todos, en especial a nuestra propia familia. En cada Eucaristía se renueva el sacrificio de Jesús en la cruz y se ofrece por nosotros al Padre; la Iglesia nos dice que la Eucaristía es ‘exigencia de dar’. Cuando brindamos apoyo, alegría, servicio, comunicación amable, perdón y cualquier ayuda, entonces tu sueño se ha hecho realidad, porque vas siguiendo el camino de Jesús. 47

Vale la pena buscar a Jesús en la Eucaristía, vale la pena dar algo de nuestro tiempo para conocerlo más, vale la pena recibirlo y visitarlo para amarlo más: ‘Al que me ama, mi Padre le amará y vendremos a él y haremos en él nuestra mansión’ (Jn. 14, 23). Esa es la respuesta de Jesús para ti. ‘¡No tengan miedo! ¡Abrid las puertas a Cristo!’... (J.P.II).

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