[ Fragmento del tema 1 ]

Los vitrales en el campo del arte Es común relacionar el origen de los vitrales artísticos con los siglos XI, XII y XIII, que formaron parte de un período de gran esplendor y desarrollo en la arquitectura. La construcción de las grandes catedrales de la época, con la producción de una inmensa cantidad de vidrieras, todavía generan admiración en el mundo. Pero se sabe ahora que el vitral no nace en el momento de la construcción de esas magníficas construcciones. En ellas se desarrolla y llega a su máximo esplendor. Textos de la época y restos de vitrales encontrados nos dicen que su origen se encuentra Reflejos (1983) vinculado al impulso artístico de las artes suntuarias. Se ha encontrado en Sery-les-Mezieres (Francia) una pieza de pequeñas dimensiones —que al parecer formó parte de un relicario del siglo IX— realizada con piezas de vidrio unidas con plomo. En ella se ve una cruz con adornos vegetales en los bordes. Este trabajo prueba la utilización y conocimiento de técnicas que nos resultan conocidas posteriormente. Otra referencia a los vitrales y en especial a la utilización del plomo como unión, las hace Màle, refiriéndose a los milagros de San Benito, donde relata que en los últimos años del siglo X se incendió la iglesia de Fleury-SurLoire (Francia), temiéndose que los plomos de las vidrieras se fundieran. Todo hace pensar que ha sido en el Renacimiento carolingio Pájaro bizantino (1995) donde se realizaron los primeros vitrales. Podemos tomar a este período como punto de partida del posterior esplendor que mencionamos. En Alemania y Francia se conservan trabajos correspondientes a mediados del siglo XI y principios del XII. Estos vitrales tienen la reminiscencia del majestuoso arte religioso bizantino, de Turquía. La técnica del vidrio pintado se desarrolla más tarde, en el siglo XIII, en los países del norte, especialmente en Francia.

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La Edad Media es el período de mayor auge de los vitrales. Se los utilizó fundamentalmente en las iglesias y a veces en otro tipo de construcciones. En el Renacimiento (s. XV y XVI) se acentuó esta última tendencia menos eclesiástica. Con el Romanticismo (s. XIX), la técnica y el oficio fueron redescubiertos para beneficio de los artistas modernos. Pero su resurgimiento se produce en el siglo XX. En 1895 se expusieron en París vitrales con diseños de algunos de los más importantes pintores del siglo. Se iniciaba así una relación entre los artistas plásticos y los vidrieros vitralistas, que se transmitirían a las Trabajo desarrollado en este manual generaciones posteriores, influyendo en la transformación de las técnicas y el sentido de la evolución del vitral. Hoy muchos pintores desarrollan proyectos de vitrales, y en algunos casos también los ejecutan, pero esta interacción entre artistas pertenecientes a distintas disciplinas posibilitó el crecimiento y el enriquecimiento de los criterios formales, como también de los hallazgos técnicos posteriores. Por supuesto, reconociendo las comprensibles pérdidas del oficio en una crisis de crecimiento e interacción. Esta transformación se aprecia en el Art Nouveau, tan importante en la evolución del vitral. A partir de ese momento las obras se apartan de las corrientes historicistas de las que participaban en la época, para unirse a las visibles corrientes renovadoras que surgían en el Composición N.º 1 (1994) campo del arte. En el siglo XX se amplía el uso de materiales, como resinas sintéticas, pigmentos, cemento, otros metales, etc. Es importante destacar que en este siglo también se produce el mayor desarrollo tecnológico en la producción de vidrios y otros materiales.

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Desde el punto de vista formal, el plomo abandona su viejo rol estructural para convertirse en línea. El dominio de la técnica de la pintura sobre vidrio da lugar a colores y valores que se articulan, formando revolucionarias composiciones o descomposiciones. En algunos casos se abandona el clásico claroscuro al servicio de la figuración, en otros pasa a cumplir un rol secundario. Además del color, se revalorizan otros efectos visuales. Podemos ver entonces que las calidades, las líneas, las texturas y las formas (a veces escultóricas), los colores y los valores Formas 1 (escultura en son reivindicados desde un punto de vista formal y plomo y vidrio) utilizadas como medio de expresión con una libertad igual a la que se les da en algunos ámbitos del campo del arte, como el dibujo y la pintura. Podemos decir que participa y se conmueve en la transformación que se produce en el siglo XX. En este mismo ámbito democratizado desde el punto de vista formal, dentro de un clima de cambio, la antigua técnica de la grisalla (en francés grisaille) aún sigue despertando un interés especial. Resumiendo, en el campo del arte el vitral se libera, obteniendo un espacio propio como la pintura, el dibujo y otras expresiones artísticas. Es desde este espacio, el de su propio crecimiento, donde aporta obras con mayores posibilidades creativas, tal vez recordando su origen como arte relicario, su propia Dibujo (de Max Cachimba) infancia.

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[ fragmento del tema 5: “El corte y los vidrios” ]

Golpeteo del vidrio

Toma antes de separar

Presionando el vidrio

El vidrio ya separado

Vidrio con rebabas a eliminar

Eliminando las rebabas con la pinza universal

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El vidrio sin las rebabas

Amolado con disco flexible de carburo de silicio

Retocamos el borde del lado rugoso del vidrio

Compás de corte para vidrios

Marcando con compás de corte

Marcando cortes complementarios para separar los vidrios

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[ fragmento del tema 6: “Armado del vitral” ]

Varillas de plomo En el mercado existe una amplia variedad de varillas de plomo, lo que nos plantea algunas diferencias a considerar en las operaciones de armado. Tanto la preparación de los perfiles de plomo como algunos pasos de la técnica de armado varían de acuerdo al tipo de varillas que se utilizarán. Nos ocuparemos de las diferencias básicas según el modo de producción de los plomos. Tendremos en cuenta los dos métodos de producción de perfiles de plomo más difundidos en la actualidad, sin considerar otros métodos artesanales existentes. Según su modo de producción los clasificamos en: 1) Varillas extrusadas y 2) Varillas perfiladas con máquinas de matrices de paso a rolos.

Varillas de plomo, latón y cobre

Varillas extrusadas Para producir varillas extrusadas, el plomo —que se encuentra en un cilindro a presión a una temperatura adecuada (que no llega a derretirlo)— se hace pasar a través de una pequeña matriz o pastilla de acero que le da la forma deseada. La varilla ya extrusada se enrolla en un carretel de madera de 35 cm de diámetro. Dado que en las matrices de salida más pequeña el material ofrece mayor resistencia, es frecuente encontrar en el mercado varillas extrusadas con

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las alas de mayor espesor que las de las varillas perfiladas con máquinas. Esta característica plantea diferencias en la operación de armado, en la reparación de las estructuras de plomo y en el cambio de vidrios rotos. El perfil extrusado necesita ser estirado con un simple procedimiento, con el cual también se corrigen desviaciones, pliegues, efectos de golpes y alteraciones producidas en la toma del carretel y el transporte. Más adelante trataremos acerca de cómo hacerlo. Matriz de salida de extrusora de plomo

Las varillas perfiladas con máquina

Máquina perfiladora de plomo (1910)

Ilustración del paso del caudal de plomo

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Salida de la varilla de plomo de la perfiladora

Matrices de la perfiladora

Moleteado visible de la varilla

Podemos reconocer a simple vista una varilla perfilada por el simple hecho de que en su alma tiene las características marcas del moleteado que producen las ruedas de la máquina perfiladora. Podemos observar una gran cantidad de diseños de perfiles, con variadas formas y funciones, dado que las máquinas cuentan con un abundante equipo de pequeñas matrices cambiables que posibilitan al vitralista fabricar las varillas que necesita. El proceso comienza con la realización de varillas moldeadas primero con un mayor caudal de plomo, que luego la máquina perfeccionará estirando el metal, o sea disminuyendo el caudal en su paso, obteniendo varillas de un largo que dependerá de la máquina y el aporte de metal. No contar con una máquina perfiladora de plomo no impide realizar vitrales del nivel que uno desee, pero dudo que exista un vitralista en el mundo que carezca de la fantasía de contar con una de ellas.

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Preparación de las varillas de plomo Estas simples operaciones de preparación de las varillas permiten ver las características del plomo y las posibilidades de trabajarlo con facilidad. Con el paso del tiempo en esta práctica nos damos cuenta de que aquellos tramos de plomo que en algún momento nos parecían imposibles de modificar, ya no representan ninguna complicación. De todos modos es necesario tener en cuenta dos aspectos: 1) no se deben marcar o herir las superficies externas de las alas de la varilla, y 2) no se deben producir cortes o roturas en el alma. En el primer caso, estas marcas serán difíciles de corregir y quedarán visibles una vez terminado el vitral. En el segundo caso, la colocación de varillas con el alma cortada o desprendida podría llegar a ser fatal en cuanto a la resistencia posterior del vitral. Dado que al desplazarse las alas del perfil, si se desprende del alma, la varilla pierde la función de sostenimiento, y solo se puede reparar por medio del rearmado de todo el sector, con nuevos plomos. La preparación de una varilla de plomo se realiza de la siguiente manera: 1) Corte con una pinza un tramo de perfil. Sujete la punta del plomo en una pequeña morsa que debe estar colocada en la mesa, y con la pinza tome la punta opuesta. Ejerza presión de modo que el plomo se estire, mientras que con la pinza permita el giro que da el plomo por inercia en busca de la posición recta. El estiramiento no debe ser excesivo. Al ejercer esta presión notará que el plomo aumenta su resistencia e impide seguir tirando de él. Este es su límite de estiramiento. Toma del plomo en la morsa Si produce un estiramiento excesivo y el perfil tiene una pronunciada diferencia de espesor entre las alas y el alma, resquebrajaremos la zona de menor grosor. 2) Una vez estirado el plomo, busque algún tramo en que las alas hayan perdido su posición perpendicular con respecto al alma y se encuentren parcialmente plegadas. Coloque el perfil sobre el plano de la mesa, de manera que el ala inferior quede horizontal. Con una espátula en la mano derecha sujete el ala inferior y con la otra mano enderece el alma hasta que quede en posición vertical, perpendicular al ala inferior. Luego invierta la posición del perfil y repita la operación. De este modo se recupera la H o doble T buscada.

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3) Aún el perfil no está listo, ya que todavía puede encontrar algún defecto que podría dificultar la operación de introducir el vidrio durante el armado. Utilice el paso del abridor de plomo (en mi taller he fabricado esta sencilla herramienta), para asegurarse de que el perfil se encuentre en perfectas condiciones. También puede realizar esta operación de revisión rebajando o afilando la punta del mango de madera del cortavidrios.

Estirando plomo sujetado a una morsa tomando la punta con una pinza

Enderezando ala de plomo con la espátula tradicional del vitralista

Abriendo el plomo con el mango del cortavidrios

Abriendo el perfil con abridor de plomo de

Corte con alicate de corte a ras. Corta a 90º y 45º.

fabricación artesanal

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