LOS RETOS DE LA DEMOCRACIA EN SAN LUIS POTOSI

En este ensayo, se sostiene que un gobierno democrático parte del supuesto del que todos los miembros de la nación están llamados a intervenir en su dirección, dando la oportunidad de participar en el destino de la ciudadanía para el bien común.

Las personas son libres, por lo tanto, tienen la facultad de decidir y elegir, garantizar el respeto y el ejercicio de los derechos humanos.

Por lo tanto, la democracia constituye un régimen político que involucra no solo una forma de gobierno y una estructura económica social sino también valores, actitudes, conductas democráticas y un verdadero estado de derecho.

Así que una democracia de calidad será aquella que basada en un estado de derecho, encuadrado en la libertad de la igualdad, con el ejercicio de prácticas como la rendición de cuentas, la existencia de competencias reales por el poder y la participación ciudadana.

En esa virtud, un reto particular de la democracia en San Luis Potosí es lograr que la ciudadanía exija una rendición de cuentas y sancione a quien corresponda. Ya que una democracia de calidad es por lo tanto un régimen legítimo que satisface las expectativas de la ciudadanía sobre su gobierno en el que disfrutan de libertad y equidad política y tienen el poder de evaluar a sus gobernantes.

Por otra parte, cabe mencionar que en San Luis potosí, existía una alternancia constante en los poderes, que provocaban un conflicto permanente y los proyectos públicos nunca se concluyeran, generando descontento en la población con mayores demandas y resentimientos acumulados, propiciando un ambiente que aumento la necesidad de democratización.

Por lo que será unos de los retos principales de la democracia contar con capacidad para atender demandas sociales y defender conflictos, permitir una competencia oficial por el poder, permitir que los partidos opositores compitan en igualdad de circunstancias, propiciar la alternancia y establecer sanciones a quien no actúe con responsabilidad. Aun cuando en la lucha por el poder esta ya se lleva a cabo dentro de la legalidad, equidad y transparencia a partir de la existencia del Instituto Federal Electoral (IFE), por lo cual se espera continuidad.

Así mismo existen aspectos sociales que garantizan la calidad de la democracia, por ejemplo; la seguridad publica, el acceso a la salud, alimentación, vivienda, educación y un sistema de justicia eficaz.

Sin embargo, persisten deficiencias en el acceso a la educación, la salud y desigualdades importantes en la región, así como en la seguridad publica, este es otro reto para la democracia en San Luis Potosí, puesto que la expectativa de mejorar la calidad de vida es uno de los pilares fundamentales del apoyo ciudadano al régimen político democrático.

A este respecto, la confianza de los ciudadanos en la democracia para mejorar la calidad de vida es fundamental en el país, pero no todos confiamos en la democracia como sistema de gobierno para que México llegue a ser un país desarrollado, debiendo atacar las estructuras generadoras de la pobreza para satisfacer las demandas de justicia social.

También uno de los principales retos para la democracia es lograr una mayor participación de los ciudadanos en los procesos electorales proporcionando los elementos para motivarlos y promoviendo por parte del Instituto Federal Electoral, la participación electoral a través de programas permanentes en materia de educación cívica y difusión de valores que permitan una convivencia democrática.

Toda vez que en una democracia votar es un derecho y un compromiso cívico, sin embargo, es una libertad del ciudadano abstenerse o anular su voto, por lo que el reto es saber como estimular a los electores para ejercer su derecho al voto como expresión de la igualdad política.

En conclusión hoy debemos avanzar hacia estructuras participativas y reconocer que la emisión del voto es solo una parte del diseño institucional democrático; el principal reto de la democracia es introducir cambios para que los votos se traduzcan en gobiernos eficaces honestos y responsables, capaces de actuar cívica y civilizadamente en la vida diaria poniendo en práctica los valores democráticos.

Así mismo es de reconocer que otro de los retos de la democratización del régimen político estatal es lograr la inclusión de los ciudadanos en la toma de decisiones.

El ciudadano requiere ser un sujeto activo de la política, un miembro de la sociedad con capacidad o para nombrar a sus representantes y gobernantes, pero también organizarse en defensa de sus derechos para ser atendido por el gobierno y para influir en el rumbo de la vida política. De ahí que una premisa básica de los valores y actitudes democráticas sea la participación voluntaria de los miembros de una población.

La participación ciudadana incrementa el potencial democrático de una nación justamente porque incrementa el compromiso ciudadano con valores democráticos tales como la idea de una sociedad atenta y vigilante de los actos del gobierno e interesada en hacerse o ir por este.

Otro elemento que nos permite analizar el proceso de transición democrática son los partidos políticos, en este caso solo abordando las prácticas de clientelismo.

El clientelismo político es un sistema extraoficial de intercambio de favores, en el cual los titulares de cargos políticos regulan la concesión de prestaciones obtenidas a través

de su función pública o de sus contactos relacionados con ella, a cambio de apoyo electoral.

Los partidos políticos, sean del color que sean, una vez que logran el poder tienen a pagar a sus efectivos con puestos llamados de confianza, lo que genera una insostenible espiral de clientelismo, a mayor abundamiento mientras esta tendencia no se corte de raíz por mucho que disminuya la oferta del empleo publico, será imposible adelgazar la hipertrofiada función publica.

El reto es evitar clientelismo y acceder al poder y a puestos de confianza compitiendo a través del proceso de selección de acuerdo con la ley del servicio profesional de carrera. La designación a dedo a puestos del trabajo en la administración pública debe ser excepcional y tener un carácter restrictivo, solo cuando es imprescindible. La sociedad moderna espera de la política que ella le asegure “ley y orden” no solo en tanto seguridad jurídica sino también como ordenamiento moral y simbólico de la convivencia social, a través de instituciones creadas para este fin, las cuales deberán ser autónomas como para llamar a cuenta a los funcionarios corruptos y satisfacer las demandas ciudadanas.

La democracia es en general un término positivo donde el pueblo toma decisiones efectivas y respetadas en relación con la autoridad y el plan de gobierno.

La verdadera democracia permite el pluralismo político ideológico, estimula las libertades políticas que rodean el proceso electoral, permite elecciones libres periódicas de los gobernantes, según las normas preestablecidas con sufragio secreto, personal, igualitario y debidamente informado al ciudadano.

México se encuentra en pleno transito a la normalidad democrática ya que dicho proceso está inconcluso al ser una transformación constante y permanente. Aunque la sociedad ha madurado políticamente aun falta mucho por aprender en este contexto

democrático para realmente poder tener acceso a todos los beneficios de esta liberación del sistema político mexicano.