LOS HIJOS, LA HEREDAD DE LOS PADRES

Es nuestra intención hacer una transcripción fiel y exacta de este Mensaje, tal como fue predicado; por lo tanto cualquier error en este escrito es estrictamente error de audición, transcripción e impresión; y no debe interpretarse como errores del Mensaje. El texto contenido en esta Conferencia, puede ser verificado con las grabaciones del audio o del video. Este folleto debe ser usado solamente para propósitos personales de estudio, hasta que sea publicado formalmente. (Fue tomado de una transmisión vía Internet)

LOS HIJOS, LA HEREDAD DE LOS PADRES Por William Soto Santiago Martes, 12 de Noviembre de 2002 Valparaíso, Chile uy buenos días, niños y maestras de los niños, y también al ministro aquí, Sergio, a los que están trabajando también en los equipos, y a todos los presentes. Que las bendiciones de Cristo el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y nos permita entender Su Programa. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén. Nos citó Miguel, una Escritura muy importante, que tiene que ver con ustedes niños y con los padres también. Eso fue en el Salmo 127, versos 3 en adelante, donde dice: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; No será avergonzado Cuando hablare con los enemigos en la puerta.” Herencia, ¿de quién dice la Escritura que son los hijos? “He aquí, herencia de Jehová son los hijos.” “HERENCIA DE DIOS SON LOS HIJOS.” La herencia de Dios dada a los padres son los hijos; es de grande estima el fruto del vientre. Por eso los padres aunque amen su trabajo y amen la casa que compraron o el carro que compraron, cuando tienen a sus hijos se dan cuenta que realmente lo que aman son a sus hijos. Las cosas materiales no tienen ningún valor comparadas con el valor que tienen los hijos. La persona cuando muere no se puede llevar el carro para donde va después de la muerte, pero sin embargo los hijos se los

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lleva para toda la eternidad, para el Reino de Cristo; son la herencia que Dios nos da, lo más grande que Dios nos da, son parte de nosotros mismos. Así como la herencia de Jehová en el Antiguo Testamento, dice: “Israel es mi heredad.” Y en el Nuevo Testamento, así como el Israel terrenal, la Iglesia de Dios del Antiguo Testamento, es la herencia de Dios, la heredad de Dios, ahora en el Nuevo Testamento es la Iglesia del Señor Jesucristo, la heredad del Señor Jesucristo; porque son los hijos que Dios le da conforme a Hebreos, capítulo 2, por ahí, ¿verdad, Miguel? Capítulo 2 de Hebreos, versos... capítulo 2, verso 9, en adelante dice: “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten (¿ven? Miren esto aquí:)... convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten.” ¿Por causa de qué? ¿Cuál fue la causa por la cual Dios creó todas las cosas? Cristo, Cristo es la causa de toda la creación, y Cristo es la persona a través de la cuál Dios creó todas las cosas. Por lo tanto, no hay una creación sin causa, la causa es Cristo, y no hay una creación sin un creador, el Creador es Dios a través de Cristo. Y ahora, ¿cómo subsisten todas las cosas? ¿cómo todas las cosas continúan existiendo? Por causa de Cristo. Dice: “...y por quien todas las cosas subsisten.” Ahora, la existencia de las cosas surgió a través de Cristo, y el mantenerse en existencia todas las cosas es Cristo también, El es el que mantiene todas las cosas existiendo. Por eso es que El ha prometido Vida eterna para los creyentes en El, ha prometido que los mantendrá existiendo eternamente en un

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próxima actividad. Bueno, que Dios les bendiga y les guarde a todos. “LOS HIJOS, LA HERENCIA QUE DIOS NOS DA.”

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no se han cumplido. Bueno ahí yo creo que... sí, ése es el tema... aquí lo tenemos... Apocalipsis 6, del 1 al 6. “LOS SELLOS QUE SON HISTORIA Y LOS QUE SON PROFECÍA.” Yo creo que ahí puede salir esto que está aquí, que es muy importante. Así que les debo esto. Ya Miguel me recuerda para la noche, para ver si puede... podemos darles esto que les dejamos pendiente aquí. Así que Dios les bendiga, Dios les guarde. Muchas gracias niños, que Dios le bendiga grandemente y que sigan creciendo en estatura, pero también en estatura espiritual, en conocimiento de Dios y todo Su Programa correspondiente a este tiempo final. Y a ustedes padres, que Dios les continúe bendiciendo y siga usándoles grandemente para que la herencia que Dios les ha dado siga creciendo. Una herencia puede crecer, si trabajamos correctamente para que crezca. Por lo tanto, trabajen para que crezca en estatura la herencia que Dios les ha dado y crezcan también espiritualmente; y después cuando lleguen a grandes, que crezcan, que multipliquen la herencia, porque los nietos es la herencia ya multiplicándose. Así que Dios les bendiga, y que la herencia siga creciendo materialmente y espiritualmente también. Eso mismo aplíquenlo a la herencia de Dios, a la herencia de Cristo, y verán cómo la herencia de Cristo ha ido creciendo de edad en edad. Así que, en la noche continuaremos ahí en ese tema, que puede entrar algo ahí de la herencia, de esto que tengo marcado aquí. Así que, Dios les bendiga, Dios les guarde, y dejo nuevamente al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín con ustedes, para finalizar o continuar, finalizar ya nuestra parte en esta ocasión, y nos veremos en la próxima actividad, Dios mediante. Oren mucho por mí para que El me dé todo lo que debo hablar en la

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cuerpo eterno. No hay nadie más que pueda darle al ser humano continuidad de Vida, solamente Jesucristo. El es el que creó todas las cosas, (Dios a través de El) y El es el que hace que subsistan, que sigan existiendo. Dice: “Y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.” Y ahora, en el Programa Divino está que Cristo sea el que lleve muchos hijos a la gloria. Nadie mas ha sido escogido, señalado para llevar muchos hijos a la gloria, sino Jesucristo. Por eso vamos a ser glorificados, y vamos a tener un cuerpo glorificado, como el de nuestro amado Señor Jesucristo; y así llegaremos a la gloria, llegaremos a la glorificación, para poder luego ir con Cristo a la Casa de nuestro Padre Celestial. “Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos (o sea, de Dios) por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos.” Y miren, el Rey de los Cielos y de la Tierra, el Creador de los Cielos y de la Tierra, a través del cuál Dios creó todas las cosas, no se avergüenza de llamárnos hermanos, no importa nuestra condición: ya sea que uno tenga o no tenga facilidades económicas; lo mismo le llama ‘hermano,’ a uno que esté bien económicamente, como a uno que esté bien pobrecito aquí en la Tierra. Hay personas muy ricas que tienen familiares bien pobrecitos o hermanos, y se avergüenzan de decir: ‘fulano de tal es mi hermano o mi hermana.’ Pero Cristo no se avergüenza de llamarnos hermanos. Algunas personas también se avergüenzan de llamarle: hermano o hermana, a su hermana o a su hermano en Cristo. Pero Cristo no se avergüenza de llamarnos: ‘Hermanos.’ Ahora, continuamos leyendo, dice: “Por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre,

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En medio de la congregación te alabaré.” Y ahora, El anuncia el Nombre de Dios, ¿a quién? A Sus hermanos, trae la revelación del Nombre de Dios, y el Nombre de Dios estaba en Jesús. Cristo dijo: “Yo he venido en Nombre de mi Padre.” “Y otra vez: Yo confiaré en él. Y de nuevo: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio. Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo.” Y ahora, Cristo dice: “He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.” Por lo tanto, todos los hijos e hijas de Dios son dados a Cristo, al Buen Pastor, son dadas todas las ovejas de Dios para que les dé Vida eterna; porque esa es la herencia que Dios le da a Cristo: son los hijos. Por lo tanto, esos hijos e hijas de Dios, vienen al nuevo nacimiento por medio de Cristo, al creer en Cristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en Su Sangre, ser bautizados en agua en Su Nombre, y recibir Su Espíritu Santo, y así obtenemos el Nuevo nacimiento, y así nacemos en el Reino de Cristo como hijos e hijas de Dios. Hasta que una persona no ha recibido a Cristo como su Salvador, ha sido bautizada en agua en su Nombre, y ha recibido el Espíritu Santo, todavía no está manifestado en la Tierra como un hijo o una hija de Dios; es cuando recibe a Cristo, es bautizado en agua en Su Nombre, y recibe el Espíritu Santo, y obtiene el nuevo nacimiento, y así nace en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, como un hijo o una hija de Dios. Ahora, esos son los hijos e hijas que Dios le ha dado a Cristo, y por consiguiente son la herencia de Cristo. La herencia más preciada de Cristo son los hijos e hijas que Dios le dio. Las demás cosas: el oro, la plata, el planeta Tierra y todo el Universo, esas son cosas secundarías comparadas con los hijos; los árboles, los animales, la Tierra, y así por el estilo, y los

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“He aquí, yo y los hijos que Dios me dio,” dice aquí la Escritura. Esto es Cristo hablándonos en esta Escritura, mostrándonos que todos los hijos que El tiene son los que Dios le ha dado, esos son los hijos e hijas de Dios; y esa es la herencia que Dios le ha dado a Cristo, la herencia que es parte de El, las demás cosas son secundarías; las demás cosas son para Cristo compartirlas con nosotros, por eso somos herederos de Dios y coherederos con Cristo Jesús, Señor nuestro. Lo más grande que Dios le ha dado a Cristo es: los hijos, Sus hijos, los hijos de Su Cuerpo Místico de creyentes, los hijos del Reino de Cristo, que son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo. Ahora, hemos visto: “LOS HIJOS ES LA HERENCIA QUE DIOS NOS DA.” “LOS HIJOS, LA HERENCIA QUE DIOS NOS DA.” Que Dios les bendiga, que Dios les guarde a todos ustedes niños, y también a los padres de los niños y a todos los aquí presentes. Dejo nuevamente con nosotros a nuestro amigo y hermano, el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín, para finalizar nuestra parte. ¿Tendremos después de está actividad alguna otra Miguel? ¿Había otra más? ¿Pero había de damas o de maestras o algo más? Era una con todas las demás del día. ¿Y la próxima actividad a que horas es? 6:30. Bueno, ya, esperamos que Dios nos dé todo lo que El desee que nosotros escuchemos en esta tarde. Quise darles esto rápidito, porque lo recibí mientras estaba allí, pero les dejé una cosita que en la noche quizás se las dé. Esto es, es lo que esta en rojo... esta es otra... esto habla de entre todos los hijos de Dios. Hay algo ahí, entre todos y de entre todos los hijos de Dios. Pero eso lo vamos a dejar. Es una bendición grande. Por eso está ahí bien marcada en rojo. ¿Cuál es el tema de esta noche, Miguel? ¿Cuál? “La Historia de los Sellos.” Bueno, los Sellos ya cumplidos y los Sellos que

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físico, necesitan también el Alimento Espiritual. Y hay también maestras de niños para ayudar a los padres, para que los niños crezcan espiritualmente en buena salud espiritual, para que así coman el Alimento Espiritual del tiempo que nos toca vivir. Por lo tanto, siendo que los hijos son la herencia que Dios nos da, los cuidamos y les ayudamos para que crezcan espiritualmente y también físicamente. Los padres tienen que ser responsables en los dos aspectos de la vida de los niños: en lo físico y en lo espiritual también; porque queremos tenerlos también en el Reino Milenial y en la eternidad. Así como Dios es responsable, también los padres tienen que ser responsables con la herencia que Dios le ha dado. Ahora, podemos ver los hijos como la herencia más grande que Dios nos ha dado, lo cual refleja la herencia de Dios como hijos: el pueblo hebreo, y la herencia de Cristo como hijos: los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo. Así que ven dónde ustedes están reflejados niños: tanto en el pueblo hebreo como en la Iglesia del Señor Jesucristo. Por lo tanto, niños ustedes son la herencia que Dios le ha dado a sus padres; sean obedientes a sus padres y estén brazo a brazo con sus padres, no les den problemas a sus padres nunca, sino más bien sean obedientes y coman todo el alimento físico que ellos les provean. Algunos niños algunas veces dicen: “No me gusta esto.” Pero todo el alimento que es traído al hogar es para ustedes y sus padres, para que ustedes crezcan en buena salud, y dándole gracias a Dios por los alimentos que Dios provee para que sus padres les tengan bien alimentados. Y también en lo espiritual siendo bien alimentados también. Bueno, hemos visto aquí los tres aspectos principales de la herencia que Dios nos da como hijos a nosotros, y nosotros como hijos de Cristo en el Nuevo Testamento como la herencia de Cristo, lo más grande que Cristo tiene, lo cual es la herencia que Dios le ha dado a Cristo.

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planetas no sienten Amor así por Cristo, como nosotros lo sentimos, porque nosotros somos almas vivientes. Hemos sido hechos a Imagen y Semejanza de Dios, las demás cosas no. Por lo tanto, la herencia que Dios le ha dado a Cristo son: los hijos e hijas de Dios, el Israel Celestial. Así como Dios dijo del Israel terrenal: “Israel es mi hijo, mi primogénito.” Y también dijo que Israel, el pueblo hebreo es la herencia de Dios, Su heredad (como pueblo terrenal). Y como Pueblo Celestial, la Iglesia del Señor Jesucristo es la heredad de Cristo, la heredad de Dios, el Pueblo de Dios, que compone el Reino de Dios. Ahora, vean ustedes, en la Parábola de la viña que Cristo menciona, la cual fue arrendada a ciertas personas, y cada vez que llegaba el tiempo de producir los frutos, el dueño de la viña enviaba personas, para recibir el fruto de la viña, lo que le tenían que pagar, pero los que tenían arrendada la viña, mataban a esas personas, o sea, mataban a los Profetas de Dios. Luego el dueño de la viña dijo: “Enviaré a mi hijo, lo voy a enviar; quizás tengan respeto a mi hijo, sabiendo que es mi hijo.” Pero cuando fue enviado el Hijo, Jesucristo el Hijo de Dios, cuando lo vieron, dijeron: “Éste es el heredero, matemósle y nos quedamos con la viña.” Eso está en el capítulo 21 de San Mateo, versos 38 al 43. Y vean, eso fue lo que hicieron con Cristo: se llenaron de celos, se dieron cuenta que ese era el Enviado de Dios, pero ellos querían quedarse con la viña, quedarse con la heredad de Dios: Israel, el pueblo hebreo, el pueblo terrenal, y mataron a Cristo. Ahora, Cristo pregunta: “¿Qué hará el Señor de la viña?” Ellos dijeron: “A los malos los va matar, va acabar con ellos, los va a destruir, y la viña la va a dar, a arrendar, a otras personas que produzcan el fruto de ella.” ¿Pero qué fruto tenía que producir la viña? Tenía que producir hijos e hijas de Dios; porque la heredad de Dios tiene que producir hijos e hijas de Dios, porque la heredad de Dios

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son los hijos e hijas de Dios. Ahora, el pueblo hebreo, vean ustedes, por cuanto rechazó a Cristo y lo crucificó, perdió la bendición del ser el único pueblo que produjera hijos e hijas de Dios, por medio del Nuevo nacimiento. Hubiera sido - en esa parte de producir los hijos e hijas de Dios para la Iglesia de Jesucristo - hubiera sido el pueblo único, hubiera tenido (¿la qué?) la exclusividad, pero la perdió. Por lo tanto, los hijos e hijas de Dios, que es la heredad que Dios le da a Cristo, han estado naciendo, obteniendo el nuevo nacimiento, naciendo en el Reino de Cristo entre gentiles y algunos entre hebreos. ¿Ven? Perdieron la exclusividad. Ahora, fue quitado el Reino de Dios de en medio del pueblo hebreo; porque el Reino de Dios había llegado a una etapa en donde tenía que producir hijos e hijas de Dios, tenía que producir los hijos e hijas de Dios del Israel Celestial, tenía que producir los hijos e hijas de Dios con Vida eterna. Cuando la persona recibe a Cristo como su Salvador, lava sus pecados en la Sangre de Cristo, y es bautizada en agua en Su Nombre, y recibe el Espíritu Santo, esa persona ha obtenido el Nuevo nacimiento, ha nacido en el Reino de Cristo, por lo tanto, tiene Vida eterna; por lo tanto ha nacido un hijo o una hija de Dios en la heredad de Jesucristo nuestro Salvador, que es Su Reino, compuesto con y por hijos e hijas de Dios nacidos de nuevo, creyentes en nuestro amado Señor Jesucristo, restaurados a la Vida eterna. Recordamos que Cristo antes de venir a la Tierra ya existía en cuerpo angelical, llamado en el Antiguo Testamento el Ángel de Jehová, el cuál aparecía en forma visible a ciertas personas, en la forma de un hombre de la sexta dimensión. La ciencia, las naciones, los ejércitos de todas las naciones y todos los países se preocupan por los extraterrestres, y no se han dado cuenta que el ser humano es extraterrestre, el alma del ser humano no es... no salió de la Tierra, es de otra dimensión; y el

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más grande de los extraterrestres, ¿saben ustedes cómo se llama? El Señor Jesucristo. Por eso decía: “Nadie subió al Cielo, sino el que descendió del Cielo, el Hijo del Hombre, que está en el Cielo.” Y no podían comprender esas palabras. También el Señor Jesucristo decía: “Salí del Padre y vuelvo al Padre, salí de Dios y vuelvo a Dios.” Y cuando se fue no necesito un cohete; se levantó en presencia de todos los que allí estaban, fue ascendiendo y una nube le quitó de la vista de ellos y desapareció, ¿qué pasó? Pasó a otra dimensión, fue a la Casa de nuestro Padre Celestial. Y así también todos los hijos e hijas de Dios, que son, que es la herencia que Dios le ha dado a Cristo, un día va a recibir su transformación cada hijo e hija de Dios, y nos vamos a ir de aquí de la Tierra a la Casa de nuestro Padre Celestial, a la séptima dimensión, donde una gran fiesta está esperando por nosotros, y no puede comenzar sin que lleguemos nosotros. Así que, la herencia de Dios dada a los padres son los hijos. Por lo tanto, niños, ustedes son la herencia más preciada que Dios le ha dado a los padres de ustedes. Y así como Dios ha hecho con Su herencia, el pueblo hebreo y con Su herencia, la herencia de Cristo, la Iglesia del Señor Jesucristo: que ha enviado Sus Mensajeros. Y Cristo en Espíritu Santo, por medio de Sus Mensajeros, ha estado enseñándole a Su Iglesia todas las cosas que debe conocer, para así con esa Palabra revelada estar alimentando a Su Iglesia, a Sus hijos; así también los padres de ustedes les alimentan con el alimento que llevan a sus hogares, la madre de ustedes les prepara el alimento, así como viene el Alimento de parte de Cristo a la Iglesia, y ahí se distribuye para todos los hijos e hijas de Dios. Por lo tanto, lo que Dios hace en lo espiritual, lo hacen los padres terrenales con sus hijos: tienen que estar cuidando de sus hijos, para que coman tanto el alimento físico, como el Alimento Espiritual, y vayan creciendo en lo físico y en lo espiritual también; porque no basta solamente darles el alimento