Los exiliados mexicanos en Estados Unidos

Los exiliados mexicanos en Estados Unidos 1910 1940. DRA VICTORIA LERNER SIGAL ( Instituto de Investigaciones históricas de la UNAM) Introducción com...
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Los exiliados mexicanos en Estados Unidos 1910 1940. DRA VICTORIA LERNER SIGAL ( Instituto de Investigaciones históricas de la UNAM)

Introducción como organizadora de este panel: Los mexicanos que emigraron a Estados Unidos durante el siglo XX son de distintos tipos: hubo exiliados políticos, refugiados civiles, religiosos e inmigrantes económicos. Este es un dato importante porque entre algunos norteamericanos existe el prejuicio de que todos los mexicanos que han llegado a este país son analfabetas y pobres. A través de esta ponencia demostramos que bastantes eran políticos e intelectuales. En otra ponencia de esta mesa se trata la producción que dejaron los exiliados en Estados Unidos: periódicos, revistas y libros. Y en una tercera la suerte de algunos de ellos al retornar a México. Los dos trabajos restantes son sobre inmigrantes; el primero sobre un grupo de mujeres, el segundo se centra en los mecanismos que adoptaron para sentirse e identificarse como mexicanos de un conglomerado de mexicanos que se asentaron en Chicago entre 1910-1940. Desgraciadamente no pudimos conseguir un trabajo más general sobre los inmigrantes económicos en Estados Unidos que llegaron a Estados Unidos entre 1910-1940. Dejamos esta labor para el futuro, también la comparación entre ellos, los exiliados, los refugiados civiles y religiosos. En los diferentes rubros que cubre este trabajo: forma de entrada, acomodo económico- laboral, trato y actividades

politicas son ellos comparables- también en otros más. Con estas palabras pasamos a presentar, Los Exiliados por la revolución mexicana. Antes de seguir adelante, quisiera advertir que por la revolución salieron muy diferentes tipos de inmigrantes hacia Estados Unidos: exiliados políticos, refugiados religiosos, refugiados civiles y lo que podríamos llamar propiamente inmigrantes económicos. Y que antes de entrar en materia considero pertinente deslindar estas categorías. Los exiliados o refugiados políticos de la revolución mexicana son hombres eminentemente políticos los cuales fueron derrocados o fracasaron en su intento de llegar al poder. Generalmente escaparon en situaciones de emergencia, para salvar su vida o huir de la cárcel. Ellos en general no podían regresar a su patria en el momento que quisieran; tenían que esperar la amnistía o el derrocamiento de sus enemigos que estaban en el poder. En este grupo hay que distinguir entre la “ la elite” o “crema y nata” de los exiliados y los de “abajo”. En el primer grupo, ubicamos hombres que tuvieron en su patria un gran papel político y que al perderlo tuvieron que exiliarse. Entre ellos, hay presidentes, secretarios, subsecretarios de estado, gobernadores, senadores. diputados, generales del extinto ejército federal o del que nació con la revolución. También en este grupo hay hacendados, empresarios importantes, artistas y profesionistas que participaron en forma importante en política en México y que tuvieron que exiliarse por su participación política. Ellos se diferencian de la “masa común y corriente” de los exiliados porque estos últimos eran hombres menos políticos, los cuales en algún momento por haber simpatizado, ayudado o reconocido a un gobierno derrocado, o por tener un puesto menor - por ejemplo presidente municipal de una ciudad, funcionario de aduana; soldado u oficial de una facción perdedora, tuvieron que exiliarse.

En general el exiliado político no puede regresar a su país; tiene que esperar que se le otorgue amnistía o el derrocamiento de sus enemigos del poder. Aunque en esta regla hay variantes según la importancia de su participación política. Las figuras fundamentales corrieron mayor peligro al escapar y tuvieron más dificultades para retornar, por el odio de los vencedores hacia ellos y porque eran hombres conocidos y fáciles de identificar.1 Las secundarias pasaron más desapercibidos - tanto al huir como al regresar. La mayoría de exiliados originados por la revolución mexicana son de índole “faccional”. Esto quiere decir que ellos pertenecieron a diferentes facciones políticas entre 1910- 1940, las cuales se aglutinaron alrededor de un jefe; significativamente éstas se identifican por el nombre de éste, por la índole “caudillesca” de la revolución mexicana. Aunque éstas también se diferenciaban entre sí por otros criterios: su hábitat geográfico, ideología, composición social, alianzas políticas, motivaciones, antecedentes, etc. A continuación presento un cuadro de los exiliados de este periodo para ubicar aquéllos que menciono en el texto y para dar una idea de la cantidad de facciones de exiliados - en este periodo de 19101940, destacando que la mayoría pertenecieron a la etapa de la lucha armada, 1910 - 1920 por los constantes golpes de estado, luchas entre facciones y movimientos armados que se dieron en este período. Incluso en él hay fuertes pugnas entre los distintos caudillos de la revolución y en el interior de cada gobierno. EXILIADOS DE LA REVOLUCION MEXICANA (1910- 1940): Años salida Gob.en el poder Grupos de exilados por ejemplo. 1906- 1910 1910- 1911 1911- 1913 1913- 1914 1914 1

Chicago

P. Diaz L. De la Barra Fco I. Madero Huerta Triunfo constituc.

Maderistas y magonistas Porfiristas y reyistas Vazquistas, orozquistas Maderistas. Huertistas y religiosos.

1914- 1915 1916-1920

División facciones Convencionistas , villistas. Carranza Anticarrancistas(felicistas religiosos, villistas, gutierristas, independientes,

etc.) 1920 Rebelión A. Prieta Carrancistas 1923-1924 A. Obregón Delahuertistas 1926-1929 P.E. Calles Cristeros, serranistas, antirreleccionistas y escobaristas 1929 Emilio Portes Gil Vasconcelistas 1936- 1940 Lázaro Cárdenas Callistas, sinarquistas y almazanistas..

En cambio, los exiliados entre 1917- 1940 surgen con menor frecuencia porque la estabilidad de los gobiernos posrevolucionarios va en “crescendo”. Además, los exiliados de esta etapa son menos numerosos en total que los de la anterior y de cada grupo salen pocas gentes. También tienen menos peso político y cultural en el exilio. Además, la mayoría de exiliados de esta etapa surgen en otras circunstancias políticas. Sólo el primer grupo de exiliados, los carrancistas, huyeron - como en la etapa anterior - por haber sido derrocados del poder en mayo de 1920 por una revolución encabezada por Alvaro Obregón, quien entonces chocó con su jefe, por lanzar su candidatura presidencial y porque este favorecía a otro candidato, Ignacio Bonillas. Significativamente los exiliados restantes de las décadas 1910- 1940 fueron también hombres de la elite en el poder, que chocaron con los gobernantes, porque secundaron a un candidato a presidente, diferente al oficial. Además, ellos tuvieron que exiliarse porque fracasaron en su lucha por imponer a su candidato mediante dos formas, levantamientos armados ( los delahuertistas y serranistas v-.gr) y las urnas (caso de los vasconcelistas y almazanistas). Lo cual demuestra el fuerte - casi absoluto poder de los gobiernos postrevolucionarios mexicanos, entre 1920- 1940.

También en esta etapa que cubre de 1920 hasta 1940 aparecen exiliados que defienden principios, más que líderes, por ejemplo los antireeleccionistas entre 1927- 1928. Y en los últimos 10 años de este período, 1930-1940, por el ambiente mundial, aparecen exiliados que denominamos ideológicos porque se oponen a los gobiernos postrevolucionarios en el poder, por tener posturas extremistas, tanto de izquierda como de derecha. Por ejemplo, el famoso pintor David Alfaro Siqueiros -comunista - choca con el gobierno de Calles por la agitación polítical y sindical que realizó; los sinarquistas, un grupo de derecha medio fascista - por problemas en su movimiento y con los gobiernos de la década de 1930 y 1940 tienen que exiliarse . La revolución mexicana también produjo “refugiados religiosos” , o sea gente que se vio obligada a escapar de México por ser miembros del clero o por ser profundos creyentes. Ellos sólo pudieron regresar al cesar la política de persecución del gobierno en su contra. La política en materia religiosa de los regímenes revolucionarios y postrevolucionarios causó estos exilos ; entre 1914-1916 escaparon de la política anticlerical de los constitucionalistas, y más adelante, con Calles, en 1926 aproximadamente, por los decretos y actos anticlericales así como anticatólicos de Calles, quien se inclinó por otras religiones o por la masonería. Cabe advertir que algunos refugiados religiosos, son al mismo tiempo políticos. Por ejemplo algunos prelados que en 1914 se exiliaron por la persecución religiosa, también actuaron en favor del dictador Victoriano Huerta. Ellos tuvieron que escapar del país al ser derrocado éste y ser vencidoslos constitucionalistas. Por la revolución mexicana, también huyeron a Estados Unidos muchos “refugiados civiles”. Estos salieron en forma semi - voluntaria por “los sufrimientos económicos y sociales” causados por la revolución. Ellos escaparon porque no estuvieron dispuestos a seguir soportando hambre, inseguridad, violencia y otras condiciones negativas - como inflación y desempleo. Podían regresar a México en

cualquier momento, por no tener opositores políticos que lo impidieran. Las categorías anteriores, tanto el refugiado que huye por su filiación política , como aquél que escapa por su religión o por el caos en su patria, son inmigrantes muy “suigeneris”. Estos se diferencian del inmigrante común y corriente porque este último sale del país voluntariamente y porque cree que puede mejorar su vida en el extranjero en algún renglón: personal, familiar, económico, etc. Aunque en plena revolución también huyeron de los efectos negativos de la revolución. También ellos podían regresar a México en cualquier momento. Este trabajo se centra en los exiliados políticos y menciona el caso de los religiosos. Los miles y millones de mexicanos que escaparon como refugiados civiles o inmigrantes, sólo salen a relucir como parte del contexto en que se mueven los exiliados. A ellos habría que agregar los mexicano - americanos que llegaron y se asentaron en Estados Unidos, desde la colonia hasta el siglo XX. 2 Antes de pasar adelante dos advertencias. Primero, no hay un cálculo confiable del número de exiliados políticos que huyeron de México por la revolución, ni de aquéllos que se asilaron en los Estados Unidos, principal país de asilo. En realidad sólo hay una cifra parcial y que no hay forma de corroborarla; según un autor había 100,000 mexicanos exiliados en 1916 en los Estados Unidos.3 Por este vacío de información, por el torbellino que fue la revolución y por diferentes listas de exiliados que encontramos en diferentes archivos norteamericanos (del “Federal Bureau of Investigation, del Millitary Intelligence Department, etc.), sólo podemos sugerir en este momento de nuestra investigación que los exiliados originados por la revolución y que los asilados en Estados Unidos fueron bastante numerosos. Además, tuvieron cierto peso por su labor política, periodística, cultural y artística en ese país.

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Segundo, esta historia del exilio causado por la revolución entre 1910-1940 está en proceso de elaboración. Sólo sobre la facción de los Flores Magón se han publicado estudios profundos. Otras facciones e individuos han sido superficialmente estudiados en libros, pequeñas monografías, ensayos biográficos, etc. 4 Yo en lo personal - tanto individualmente 5como con otros colegas -, por ejemplo el Dr. Javier Garciadiego,6 he intentado estudiar el tema con un poco más de profundidad y consultando fuentes primarias mexicanas y norteamericanas. Algunos trabajos míos o co - coordinados por mí ya han sido editados: otros saldrán a la luz este año. Los exiliados de la revolución mexicana pueden estudiarse desde diversas perspectivas desde las situaciones mexicanas que provocaron su salida, desde las características de cada exilio: número de exiliados, destino, comportamiento político, actividades económicas, retorno, etc. Ya hay trabajos con erste enfoque.7

En esta ponencia los analizamos, desde una óptica distinta, poniendo énfasis en Estados Unidos - principal país - que los asiló. Esto significa que mi hilo conductor será analizar la política de este país hacia ellos-desde su entrada al país hasta su salida y las características de la sociedad norteamericana que determinaron la forma en que ellos se ubicaron en ella.. El ingreso a Estados Unidos de los exiliados políticos de la revolución mexicana: Ya dijimos que la mayoría de exiliados de la revolución mexicana escaparon a Estados Unidos. Esto se debió a las las circunstancias de emergencia que salieron. Por ello, huyeron al país más próximo, que era Estados Unidos por vecindad geográfica. Algunos núcleos, por la misma razón, se asilaron en países centroamericanos; en 4 5 6 7

Cuba, San Salvador, Guatemala, Costa Rica, Panamá, Honduras, y hasta en Colombia, etc. Sólo algunos grupos privilegiados - por ser gente de dinero y por su posición política anti -americana y pro - europea se asilaron en Europa, particularmente en Francia y España; al primero llegaron porfiristas, y al segundo, huertistas y sinarquistas. 8 Cabe advertir que contados exiliados mexicanos tuvieron dos o tres países de asilo; algunos se fueron primero a Estados Unidos y por no acomodarse allí a algún país centroamericano o a Canadá. Otros hicieron el itinerario contrario, primero se fueron a Europa o Cuba y luego a los Estados Unidos v.gr. Por ejemplo, Victoriano Huerta en abril de 1915 de España se trasladó a Estados Unidos con el fin específico de organizar desde este país vecino una rebelión para poder atravesar a pelear a México. Algunos siguieron rutas más complicadas, como Querido Moheno, quien de Nueva York salió a Guatemala; luego regreso a Nueva Orleáns y de allí se trasladó a Cuba. Ya entrando en el tema de este apartado debo confesar que no tengo suficientes datos de la forma de ingreso de los exiliados de la revolución mexicana en Estados Unidos. Sólo tengo datos de los exiliados villistas quienes tuvieron que abandonar México entre agosto de 1915 y marzo de 1916, por el triunfo irrevocable de sus contrincantes, los carrancistas.

A pesar de ello, puedo afirmar que ellos no tuvieron ninguna cortapisa para entrar porque entre 1910- 1940 encontramos exiliados de muy diferentes grupos en las principales ciudades de la frontera y en las dos grandes capitales norteamericanas: Nueva York y Washington. En realidad en esta epoca no hubo una restricción específica para el ingreso en Estados Unidos de todos los mexicanos- que atravesaron 8

en Estados Unidos en diferentes circunstancias. Empezemos con los exiliados; a pesar de que fueron considerados como agitadores, por algunos rancheros norteamericanos, no se limitó su entrada. Los refugiados, muchas veces por ser mexicanos de clase media y alta no sólo ingresaron fácilmente sino que se asimilaron bien en la sociedad norteamericana. También los inmigrantes entraron sin grandes dificultades porque eran necesarios en la sociedad norteamericana, como trabajadores de ferrocarriles, de campos agrícolas, de empacadoras de carne, etc. Si acaso se pusieron algunos requisitos para regular su entrada; en 1917 tenían que demostrtar que no eran analfabetas. O se aumento la vigilancia en las fronteras entre 1926 -1927 por medio de cuerpos especiales, Comparese ello con las restricciones para permitir la entrada de inmigrantes, refugiados y exiliados europeos. En 1920 se establecieron cuotas para reducir la entrada de inmigrantes de los países de Europa del sur Y en 1930 por el antisemitismo de diferentes círculos norteamericanos, se limitó la entrada de refugiados judios que escapaban de los campos de concentración que establecieron los nazis. En el caso de los mexicanos, a pesar de la discriminación contra ellos fue cresciendo- sobre todo a partir de 1920 se puede decir que este factor no limitó su entrada. Sin embargo, hay que anotar que en esta etapa se trató de limitar la inmigración mexicana. Por crisis económica, se trató de coartar la inmigración, incluso que se deportó a mexicanos que ya estaban en Estados Unidos. Esto sucedió en particular al terminar la primera guerra mundial o con la depresión posterior entre 1929 - 1932. Los exiliados en estas etapas difíciles también sufrieron carencias económicas. Por ejemplo, durante la depresión, muchos no tuvieron para comer o tuvieron enormes dificultades para conseguir empleo. Pero ellos no fueron deportados de Estados Unidos, sino que cada quien decidió qué hacer en estas circunstancias difíciles. Algunos aguantaron estas privaciones; por ejemplo Enrique Bordes Mangel. quien en 1927 fue deportado por su participación en el movimiento de Serrano Gómez y en el antireeleccionismo. Algunos, otros como el delahuertista Jorge Prieto Laurens si retornó a México porque no

podía mantener a su numerosa familia durante los años más difíciles de la depresión9. Limitándonos a los primeros, los exiliados políticos, en quienes versa este estudio, hay que anotar que la política norteamericana fue casuística y variada, porque no había una legislación para reglamentar la entrada de exiliados políticos. Incluso en la década de 1920 cuando se emitieron los pasaportes Nansen para protegerlos, Estados Unidos no los adoptó.10 No se sabía qué hacer con ellos, por lo cual hubo respuestas políticas muy heterogéneas. En ocasiones se los obligó a retornar a México. Por ejemplo, entre agosto y fines de 1915, algunos coroneles, oficiales y soldados villistas que atravesaron a Estados Unidos fueron regresados a México; por ejemplo un miembro del cuartel de Palomas, el cual desertó y pasó la frontera hasta Columbus, Nuevo México. El fue detenido y el cónsul villista afirmó que Villa deseaba que lo entregaran a los oficiales de Ciudad Juárez. No lo obedecieron; pero sí lo pusieron en el lado mexicano de la frontera.11 Otros al principio fueron arrestados por ejemplo dos coroneles en Nogales a pesar de que ellos llevaban papeles que probaban que habían sido despedidos del ejército villista y que pidieron permiso para entrar en Estados Unidos. Sí lograron salir de la cárcel, pero desconocemos su suerte ulterior.12 El caso de algunos villistas de alto rango fue similar; también ellos fueron arrestados. En una ocasión su aprehensión fue decisión de cuerpos locales. Las patrullas fronterizas de Marfa Texas, por ejemplo aprehendieron a Raúl Madero y a su grupo, conformado por 9 sujetos, entre ellos generales, coroneles y oficiales villistas, 9 10 11

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Otros villistas connotados trataron de arreglarlo de antemano, acudiendo a funcionarios norteamericanos antes de cruzar. Se supo por el cónsul americano estacionado en Nogales que iban a atravesar a los Estados Unidos., José María Maytorena y algunos subalternos suyos. A pesar de ello, el general Funston ordenó, que en ausencia de indicaciones superiores se los aprehendiera. Así se efectuó, al general José María Maytorena - gobernador de Sonora hasta 1915 quedó en arresto domiciliario en su casa en Nogales, Arizona. Se dudó qué hacer con ellos. En principio, Madero y su grupo iban a ser turnados al departamento de inmigración. Pero finalmente el grupo de Madero y Maytorena fueron liberados por la intervención de su jefe Francisco Villa y del general Hugh L. Scott , jefe del estado mayor, quien siempre se había inclinado en favor del villismo. Ambos aseguraron que iban a la conferencia diplomática panamericana en Washington, la cual nunca se realizó.13 Este hecho ya nos permite ver que la entrada a Estados Unidos dependía de los contactos anteriores con políticos americanos. Esto se ratifica en otros casos de exiliados villistas; varios desde Ciudad Juárez pidieron permiso de entrar a Estados Unidos a otros funcionarios norteamericanos que habían sido provillistas y mediadores entre Estados Unidos y su facción; nos referimos a George Carothers - enviado especial de Woodrow Wilson cerca de Villa y Zach Lamar Scott, agente de la aduana en El Paso, Texas. Por ejemplo los generales villistas Rafael Buelna y Juan Medina desde Ciudad Juárez - les pidieron a fines de 1915 que les consiguieran permisos de establecerse en Estados Unidos del departamento de Estado y del presidente Woodrow Wilson; ambos sí lograron establecerse en El Paso. El caso de Darío Silva es parecido aunque más complicado y revelador de su personalidad, doble, acostumbrado a todo tipo de subterfugios para lograr lo que quería; en este caso asilarse. El atravesó a El Paso; allí se entrevistó con Carothers, con el pretexto de que deseaba evitar la toma de

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Chihuahua por los carrancistas. En el fondo, sospechamos que por medio de éste, obtuvo permiso de las autoridades militares Otros lograron ingresar a la Unión Americana por ordenes directas de las máximas autoridades del país. Por ejemplo, el departamento de estado norteamericano mandó que dejaran entrar y llegar a Washington, a Roque González Garza y Manuel Chao, en septiembre de 1915, sin ser molestados. También se puso el pretexto diplomático mencionado, que iban a la conferencia panamericana. Como no se realizó ambos de Washington se fueron a otras partes; Roque por ejemplo a Nueva York, donde estaba su hermano Federico desde principios de 1915.14 En todos los casos anteriores los exiliados villistas utilizaron los contactos políticos del pasado para exiliarse en el presente. También es similar el caso de Federico Angeles. En agosto de 1915, por la hostilidad de los generales villistas hacia él, la falta de control de Villa en esa época aciaga y los triunfos carrancistas decidió exiliarse. También en los arreglos materiales le ayudaron los funcionarios norteamericanos mencionados; Carothers solicitó su entrada al departamento de estado y Cobb envió caballos y autos para transportarlo a Estados Unidos Por estos auxilios en septiembre de 1915 se asiló en ese país.15 En su caso se palpa que el traía consigo algún cargamento, no se si muebles, ropa, etc. Otros partidarios de Villa que cruzaron de Piedras Negras a Eagle Pass- al ocupar los carrancistas el primer poblado en cambio casi no traían este “menaje”. 16 Este arreglo personalista se debió a que no había estatutos legales para su asilo. Y tambien prueba que hasta en la sociedad norteamericana los vinculos personales contaron mas que los tramites burocráticos en esta etapa.

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También la petición de ayuda a funcionarios norteamericanos se debió a que no había una agencia del gobierno norteamericana que regulara la entrada de asilados políticos. Sino que variaba quien manejaba el asunto y tomaba la decisión final. Algunas veces la última decisión era del departamento de estado norteamericano y del presidente mismo. En este caso y en otros, la cuestión era primero revisada por el departamento de guerra, o el de inmigración, que dependía del de trabajo. Esto provocaba confusión y dudas de como manejar la cuestión. Incluso ellos se trataban de librar de la responsabilidad de manejar el asunto, se lo pasaban a otra oficina.17 Por ello y por la ausencia de algún organismo mexicano, americano o internacional cada exiliado manejó en forma personal el asunto, decidiendo como entrar a Estados Unidos. Algunos como ya vimos hicieron las gestiones que consideraron convenientes, con personajes norteamericanos influyentes. En otros casos para exiliarse algunos exiliados villistas de nivel secundario tuvieron que mostrar que ya tenían empleo en Estados Unidos. Por ejemplo, dos militares villistas- un mayor y un coronel se rindieron al oficial comandante de Fort Sam Houston y lograron que se les permitiera quedarse en Estados Unidos, porque dos americanos aseguraron que les darían empleo en su rancho 18 Esto me llama la atención porque en esta época tener trabajo no era requisito de entrada para ningún tipo de mexicano: inmigrante, refugiado o exiliado. Unos terceros tal vez entraron clandestinamente o de plano como inmigrantes, sufriendo los requisitos legales de 1915 para mexicanos - tomar una regadera y atravesar una revisión rápida, para entrar en Estados Unidos. De muchos no tenemos información de como atravesaron la frontera ( por ejemplo de Federico Cervantes, Carlos Randall, etc. ) Tal vez ellos entren en alguna de estas categorías. Todos los casos anteriores nos dejan ver que hubo cierta evolución en la política de Estados Unidos hacia el asilo de los villistas. Poco a 17 18

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poco se fue aceptando su exilio su exilio en este país. A los más conocidos funcionarios norteamericanos les auxiliaron con gestiones o trámites administrativos y materiales. A otros, por la recomendación de sus empleadores. Habría que documentar en archivos - particularmente en norteamericanos -cómo entraron a Estados Unidos exiliados de otras facciones entre 1910- 1940. Esto no pudo documentarse hasta ahora. Por lo cual , por el momento sólo podemos asegurar como primera hipótesis que la entrada de los exiliados a Estados Unidos no estuvo coartada o limitada en este periodo ni regulada por leyes, sino que el manejo fue casuístico, caprichoso y personal. El Trato en Estados Unidos de los exiliados mexicanos por la revolución: En Estados Unidos los exiliados políticos originados por la revolución mexicana podían vivir en cualquier parte. No había ninguna legislación para coartarles esa libertad ni ningunas medidas para regular sitios de residencia permitidos frente a prohibidos. En la historia de otros países hay cortapisas en este sentido para las minorías extranjeras discriminadas; por ejemplo los judíos en Rusia a fines del siglo XIX y a principios del XX. Por esta libertad, los exiliados mexicanos eligieron el sitio en el cual querían residir o asilarse. Utilizaron diferentes criterios para seleccionarlo: por vecindad geográfica con México, porque ya habían residido allí anteriormente - como exiliados o representantes diplomáticos; por ser sitios propicios para la actuación política, porque había muchos exiliados, refugiados e inmigrantes mexicanos - por ejemplo en la frontera - o por ser sedes de poderes políticos o de intereses económicos pudientes estadounidenses - como Nueva York y Washington. En estos sitios los exiliados tuvieron una gran libertad: laboral, económica y política. Ellos podían elegir en qué trabajar, cómo mantenerse; también en principio podían realizar una serie de

actividades políticas - como publicar periódicos y revistas, formar organizaciones políticas, y actuar políticamente. Sólo en contados casos ellos sufrieron represalias por su actuación política. En este breve ensayo no podemos cubrir en forma completa - ambos aspectos, las consecuencias que sufrieron algunos por su participación política ni la libertad, la tolerancia y hasta el apoyo hacia otros en Estados Unidos. Sólo analizaremos algunos casos que iluminan ambas tendencias. Mi narración será cronológica, porque a través de ella se vislumbra la actitud de Estados Unidos hacia diversas facciones de exiliados mexicanos. También a través de esta narración se vislumbran los factores - temporales - que determinaron el trato a los mexicanos exiliados en Estados Unidos. En principio podemos advertir que fueron múltiples y enumerar algunos que condicionaron esa política; los siguientes v. gr. la coyuntura internacional, el ambiente psico social y político que imperaba en los Estados Unidos en diferentes momentos, las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos, los nexos del gobierno de los Estados Unidos con cada facción antes de su exilio y durante este, las actividades sediciosas de estas facciones, etc. La cuestión del trato no la podemos evaluar en general, ni en abstracto. Para analizarla mi hilo conductor será el aspecto político judicial; esto quiere decir que destacaremos el trato que se les dio en Estados Unidos - en ambos aspectos. Así desfilarán en las siguientes páginas, algunos exiliados que pasaron desapercibidos, otros que fueron apoyados - aunque en forma disimulada y aquellos que sufrieron persecución judicial - la cual varió enormemente; muchos sólo fueron vigilados, otros en cambio, fueron acosados, deportados, arrestados; contados incluso estuvieron bajo la amenaza de la extradición a México. Dividiremos esta narración en las dos etapas de la revolución mexicana; en la primera que abarca de 1910- 1920, se reflejó en Estados Unidos la algidez de la guerra civil mexicana, por la actuación

intermitente de muchas facciones y la respuesta estadounidense de vigilarlas, controlarlas, incluso de perseguirlas y detenerlas. De esta manera, Estados Unidos influyó en forma decisiva en los acontecimientos mexicanos, en el fortalecimiento de algunas facciones, en la debilidad de otras y en la neutralización de varias. En la siguiente etapa, que cubre de 1920- 1940, Estados Unidos siguió influyendo pero de manera menos importante y dramática en el curso de la postrevolución, por la estabilidad creciente de los gobiernos post - revolucionarios y porque los exiliados eran menos cuantiosos y sus acciones de menos peso. . La Década 1910-1920 Como dijimos anteriormente no podemos cubrir la política de Estados Unidos hacia todas las facciones exiliadas en su territorio, particularmente en esta etapa que fueron numerosas y sus acciones frecuentes y de peso. Por lo cual, sólo analizaremos algunos casos significativos. Entre 1910- 1911, el gobierno de la Casa Blanca simpatizó o por lo menos se hizo el disimilado ante las primeras actividades sediciosas maderistas en tierras norteamericanas. Ellos supieron pero no detuvieron las reuniones de la junta sediciosas maderistas en San Antonio, tampoco hicieron nada para evitar la coordinación de algunas actividades armadas que se realizaron en la república mexicana por los exiliados. También ellos permitieron los contactos entre exiliados y norteamericanos, y las mociones maderistas para obtener recursos y para espiar a sus contrincantes.19 Tal vez esta actitud benévola del gobierno norteamericano hacia los exiliados maderistas se debió a los problemas entre Estados Unidos y Porfirio Díaz al final de su gobierno o a los nexos de Francisco I Madero, con intereses económicos norteamericanos. El hecho es que esta facción triunfó, derrocando a Porfirio Díaz en 19

mayo de 1911. Ello se debió a la fuerza que cobró la insurrección popular maderista en muchas partes de México. También ayudó la actitud del gobierno norteamericano - de permir sino es que auspiciar las actividades de este grupo en su territorio. Este es un factor importante para que éstas germinen y logren el éxito. En cambio, las acciones de los exiliados fracasan rotundamente cuando dicho gobierno norteamericano se opuso a ellas o las obstaculizó.. El mejor ejemplo es el de la rebelión huertista que se organizó en Estados Unidos en verano de 1915. Los norteamericanos la sabotearon de dos maneras.: Una, fue mediante la deportación de algunos instigadores. En los primeros meses de 1915, el abogado y escritor huertista, Federico Gamboa, fue declarado persona “ non grata” en Estados Unidos por el departamento de Estado norteamericano. Posteriormente el fue forzado a abandonar el país y a trasladarse a Cuba. En principio esta deportación se debió a la animadversión de Woodrow Wilson por los huertistas - desde que subieron al poder desde el asesinato de Madero y Pino Suárez, febrero de 1913 hasta su derrocamiento por la revolución constitucionalista en julio de 1914. Pero hubo en este caso agravantes; la su deportación en concreto se debió a su participación en la organización de la “Asamblea Pacificadora Nacional”-, la cual a pesar de su nombre, apoyó tras bambalinas la expedición huertista para reconquistar el poder en México a mitades de 1915. 20 Por medio de esta acción se debilitó esta organización de exiliados; muchas otras pudieron actuar libremente - sin cortapisas; por ejemplo organizaciones maderistas anteriores y algunas villistas que fueron posteriores.21 La política hacia ellas fue casuística, dependió de la relación del gobierno norteamericana con cada facción; no hubo ninguna legislación escrita sobre las organizaciones políticas. Ni que sus acciones preocuparan en forma importante al gobierno 20 21

norteamericano Más adelante el gobierno norteamericano detuvo a los huertistas mediante otro medio: el arresto de Victoriano Huerta en julio de 1915. Este personaje pudo desembarcar en Nueva York sin ningún problema en abril de 1915- procedente de España. Desde entonces fue vigilado por villistas, carrancistas y norteamericanos. Por lo cual al acercarse a la frontera, precisamente al Paso para reunirse con sus partidarios, que allí se habían concentrado - fue arrestado y conducido a la cárcel. En principio se le acusó de violar las leyes de neutralidad norteamericana, por la expedición armada que había preparado meses antes - reuniendo fondos y gentes. La llegada a El Paso era su culminación; de allí atravesarían a México. Lo interesante de este caso fue la forma vacilante en que el gobierno norteamericano manejo su caso desde un principio. Por razones desconocidas, un comisionado local le concedió libertad bajo fianza. quedando bajo arresto domiciliario, como Orozco, que fue apresado junto con él. Al saber esto y del escape de Orozco el presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson ordenó que se le impidiera cruzar a Méxicoa cualquier precio. La única forma de impedirlo fue re arrestarlo. Aunque no se sabía como justificar su segunda su aprehensión desde el punto de vista jurídico - ni que hacer con Huerta. Se manejaron diferentes posibilidades, por ejemplo se pensó en deportarlo, pero se canceló esta opción porque se le había admitido legalmente en Nueva York. También los norteamericanos se negaron a extraditarlo - como pidió el gobernador villista de Chuihuahua, Fidel Avila, porque esto significaba apoyar y casi reconocer a este grupo en plena lucha de facciones. Finalmente se llegó a un arreglo directo con Huerta ; no se le extraditaría a México - donde seguramente sería encarcelado, torturado y asesinado. En cambió el aceptó posponer indefinidamente su juicio y no pedir otra fianza para obtener su libertad. Incluso él aceptó en forma “voluntaria” seguir como preso en Fort Bliss- recinto

militar, aunque custodiado por autoridades civiles. De esta forma - bastante ilegal y sui generis - permaneció Huerta en Estados Unidos, hasta su muerte ( enero 1916). Su caso demuestra que en esta época no había una legislación formal que estableciera medidas y pasos para manejar las acciones sediciosas de los exiliados, particularmente las expediciones armadas para organizar a pelear a México. En suma, Huerta no volvió a ser liberado y no fue enjuiciado. Su status indefinido encerraba varias ventajas; sobre todo se fue decidiendo cómo sortearlo según cada coyuntura. En los momentos en que se temía el levantamiento de sus partidarios - sobre todo en El Paso se estrechaba su vigilancia y de miembros de su grupo. Incluso para prevenir esta insurrección se arrestó a algunos y se cateó la casa de su familia , en busca de papeles o de partidarios - allí escondidos. Lo cual demuestra que el gobierno norteamericano siempre temió que el caso se complicara. Este miedo y en general la animadversión contra Huerta, procedía de tiempo atrás, del asesinato de Madero y Suárez- febrero de 1913, pero ambos sentimientos se agudizaron en 1915 porque los alemanes apoyaron económicamente y en pertrechos la rebelión huertista. Su finalidad era desviar la atención norteamericana de la primera guerra mundial que se desarrollaba en Europa; incluso ellos estuvieron dispuestos a provocar una guerra entre México y Estados Unidos para evitar que Estados Unidos interviniera en este conflicto, que ellos mismos habían provocado. En suma en el caso Huerta coinciden varios factores; una coyuntura internacional sumamente peligrosa y su decisión de reconquistar el poder mediante una expedición armada - que era apoyada por los alemanes. Am,as cuestiones eran más delicadas por la coyuntura mexicana: el caos provocado por la lucha enconada entre villistas y carrancistas y porque ninguno de los grupos habían sido reconocidos por Estados Unidos.22 22

Ambas facciones podían actuar desde este país diplomáticamente, espiándose mutuamente y a sus contrarios, obteniendo recursos, organizando grupos armados para combatir en México - como lo habían hecho unidos entre 1913- 1914 en su lucha por derrocar a Huerta.23 Estados Unidos todavía no había decidido por quién inclinarse; en cambio, estaba convencido de que no quería que Huerta aprovechara esta anarquía para reconquistar el poder en México. Por ello, Wilson decidió encerrarlo y evitar - usando cualquier medio - que regresar a México a pelear. Esta coyuntura tan caótica se decidió entre la primavera y el otoñó de 1915 por la derrota militar, política, diplomática y moral de los villistas. Esto, junto a la necesidad de Estados Unidos de centrarse en la guerra europea, llevaron al reconocimiento de Carranza por los Estados Unidos en octubre de 1915. Por medio de esta decisión se cambiaron las reglas del juego. Al haber un gobierno en México reconocido por los norteamericanos, era un acto desleal, poco amistoso y que ponía en peligro las relaciones mexicano norteamericanas. tolerar expediciones armadas para derrocarlo desde Estados Unidos Por ello al empezar los villistas a exilarse en Estados Unidos , en septiembre de 1915 el funcionario Cobb sugirió que sólo se les permitiera entrar con la condición de que no regresarían a México para combatir a Carranza. El jefe del departamento de estado, Robert Lansing, lo aprobó y envió esta orden al secretario de guerra.24 Anteriormente o posteriormente no sabemos si había algunas decisiones y medidas al respecto. Era iluso que ellos aceptaran esta condición, porque eran hombres de edad mediana, dispuestos a todo para derrocar a Carranza. Además, la inestabilidad de su gobierno por las guerrillas que seguían luchando en diferentes partes del país, la de Villa mismo, entre otras, alimentaba la esperanza que todavía podía ser derrotado. Además había intereses políticos y económicos - tanto norteamericanos como 23 24

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europeos - que azuzaban a los exiliados a intentar derrotar a Carranza, por ejemplo de los petroleros que se sentían amenazados por la política nacionalista y cnfiscatoria de Carranza. Por estas circunstancias entre 1916- 1920 hubo varias expediciones armadas villistas que intentaron cruzar a México para luchar contra Carranza. Los cónsules carrancistas, que pagaban detectives y espías así como diferentes cuerpos norteamericanos ( el FBI y MID) los vigilaron e intentaron detentarlos, con distinta suerte- algunos fueron apresados ( Holmes, Luna, Cervantes, etc) otros lograron escapar esta red y cruzar ( Manuel Ochoa en varias ocasiones, Hipólito Villa en 1918 y Felipe Angeles en diciembre de 1918. Aquellos que fueron arrestados fueron sometidos a juicios ( por contrabandear armas, levantar expediciones armadas, reunir hombres) y sobre todo por violar las leyes de neutralidad americana. Varios fueron condenados y enviados a distintas cárceles para purgar sus condenas. Por ejemplo Federico Cervantes y su grupo debían pasar dos años en la famosa prisión de Leavenworth, Kansas, aunque finalmente se disminuyó esta pena, por buena conducta a un año. Varios fueron liberados a raíz de ello, otros integrantes del grupo como Liceaga- sólo obtuvieron libertad bajo palabra por la intervención en su favor del senador republicano Alberto Fall. Otros arrestados huyeron para no caer en la cárcel y cruzaron a México, Holmes por ejemplo.25 Ambos casos permiten palpar que las leyes de neutralidad norteamericana eran aplicadas; habría que averiguar si hubo casos de soslayarlas o adulterarlas. Frente al caso de Huerta hubo menos dudas de cómo aplicarlas y qué hacer con los responsables de estas expediciones. Esto quiere decir que las relaciones mexicano - estadounidenses al irse formalizando, originaron una aplicación más clara y tácita de ellas. Incluso ambos gobiernos cooperaban para descubrir y arrestar a estos expedicionarios. Sin embargo, las facciones villistas no sólo sufrieron judicialmente por 25

estas expediciones armadas. También su estancia en Estados Unidos fue difícil por su situación de perdedores y por sus ataques contra los americanos, por el reconocimiento a Carranza. A continuación analizaremos primero los sufrimientos como perdedores. Desde el reconocimiento de Venustiano Carranza por los Estados Unidos, 19 octubre de 1915 hasta enero de 1916, la facción villista se vio envuelta en una serie de juicios por robos que habían cometido en Estados Unidos o por haber introducido en forma chueca - por contrabando o sin pagar derechos - algunos objetos en Estados Unidos: joyas, y un coche. En el fondo esto demuestra que el gobierno norteamericano, ya no los protegía, por haber sido derrotados. Incluso los castigaba por pequeños delitos. También las víctimas del villismo empezaban a cobrarse delitos pasados en este momento de debilidad del villismo. 26 A estos problemas, se agregaron en esta fase; las represalias por los ataques villistas en Estados Unidos. Desde fines de 1915 el gobernador interino de Sonora empezó con esta conducta. Incluso al exiliarse en Estados Unidos , se pensó en extraditarlo, por la muerte de un americano bajo su gobierno a manos de un lugarteniente suyo. Se le acusaba de instigar el mal trato de americanos. Finalmente el departamento de estado y de guerra se negó a extraditarlo.27 Desconocemos los motivos; tal vez se debió a que sabían el odio del nuevo mandamás de Sonora a todos los maytorenistas. Tal vez, temían con razón sus implicaciones; en el caso de extraditarlos a México, lo cual significaba la prisión o la muerte. Las dudas de si extraditarlo o no reflejan que había una legislación para permitirlo ni un reglamento sobre derechos humanos para prohibirlo. Por ,lo cual la decisión era casuística; dependía de los funcionarios norteamericanos en turno. Además, hacerlo era difícil porque se necesitaban pruebas fehacientes para culparlos de algún cargo suficientemente grave para justificar la extradición.

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Sin embargo, las acciones más agresivas de las hordas de Pancho Villa contra los americanos en Santa Isabel, Chihuahua ( enero de 1916) y sobre todo en Columbus (marzo de 1916) quitaron dudas y remordimientos. A partir de entonces los exiliados villistas sufrieron en Estados Unidos - o en Cuba amenazas de extradición, deportaciones , acoso y algunos arrestos, simplemente por haber pertenecido en México a esta facción . Trataremos cada uno de estos casos por separado. . Intentos de extradición El intento de extraditar a Hipólito Villa de Cuba a Estados Unidos se debió a estos ataques de los villistas a los norteamericanos en Santa Isabel y Columbus. Para aclarar el caso citemos algunos antecedentes. El como toda la familia Villa debió salir de Estados Unidos en diciembre de 1915 por consejo de Francisco Villa, el cual ya pensaba vengarse de los norteamericanos. El no emigró con toda la familia porque tenía juicios pendientes con la justicia estadounidense. Al zafarse de ellos llegó a Cuba en enero de 1916. Inmediatamente fue vigilado por agentes cubanos y norteamericanos; poco tiempo después fue arrestado por un cargo un poco absurdo: intentar levantar rieles para impedir el paso de tropas carrancistas destinadas a auxiliar en la campaña de Sonora en noviembre de 1915. Sin embargo, no fue extraditado a Estados Unidos por falta de pruebas para comprobar estas acusaciones.28 Tal vez otros exiliados estuvieron amenazados con ser extraditados a México, lo cual implicaba ponerlos en manos de sus enemigos, y darles poder a éstos. Desconozco si este casatigo tremendo se realizó en esta época; tal vez fue un mecanismo utilizado constantemente. Deportaciones 28

Varios exiliados villistas después los ataques de las hordas de Pancho Villa hacia los americanos en Santa Isabel, Chihuahua, 9 de enero de 1916, fueron de plano deportados 29 fuera de los Estados Unidos; a Cuba por ejemplo. Porf el momento recordamos el caso del licenciado Ignacio Borrego. El hecho que hayan sido deportado a Cuba es significativo porque en esos años esta isla estaba superditada a Estados Unidos; por medio de la enmienda Platt. Esta sumisión se puede palpar en diferentes aspectos: por ejemplo en que las autoridades eran nombradas de acuerdo con los deseos de Estados Unidos; además se ejercía vigilancia sobre los exiliados y hasta aprehensiones. La deportación se dió también se dió internamente dentro de Estados Unidos en ambas coyunturas.-. Por ejemplo, varios exiliados villistas después de Santa Isabel-( 9 enero 1916) y de Columbus ( 6 de marzo de 1916) fueron conminados a inmigrar internamente; particularmente por recomendación - casi por orden del alcalde de El Paso, el abogado Tomas Lea y por el jefe de la policia de El Paso. Se los obligó a dejar la frontera- mexicano norteamericana para alejarlos de México y desterrarlos de ciudades y poblados, con muchos exiliados que conspiraban y con una amplia población mexicana. Pongamos dos ejemplos: En enero de 1916 Miguel Díaz Lombardo fue obligado a salir de El Paso; primero se trasladó a Los Angeles; después de mudó a Nueva Orleáns. En marzo, después de Columbus, Carlos Jauregui sufrió suerte similar; primero se vio forzado a salir a San Diego, después a Los Angeles. También en esta coyunturas álgidas, de Santa Isabel y sobre todo de Columbus,- las cuales ocasionaron una gran tensión entre mexicanos y norteamericanos, algunos villistas de rango menor fueron deportados a Ciudad Juárez. Lo cual era más riesgoso porque allí

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dominaban sus enemigos; significativamente allí desaparecieron, probablemente asesinados por carrancistas.30 Lo interesante de este caso fue que estos exiliados no tuvieron ninguna injerencia en Santa Isabel y Columbus ; que sólo se les deportó por ser villista. Lo cual comprueba el clima antivillista que empezó a desarrollarse a raíz de estos hechos en la frontera. Acosados y arrestados en Estados Unidos. Por las acciones de Pancho Villa contra los americanos primero en Santa Isabel, Chihuahua; más tarde en Columbus. Nuevo México, los exiliados villistas también sufrieron arrestos y acoso. Lo resumiremos brevemente . Inmediatamente después de estos acontecimientos fueron arrestados personajes villistas fundamentales en El Paso; en la primera fecha, Miguel Díaz Lombardo, el General Prieto, Ricardo Castro, Manuel Banda , Pascual A. Tostado , etc. Después del segundo episodio, entre marzo y abril de 1916, volvieron a ser arrestados algunos de los mencionados ( Manuel Banda v.gr. ) y muchos otros nuevos: Cecilio Luna, Carlos Arguelles, Emilio Madero, José I. Robles, Carlos Jauregui, Matías García, Juan Medina y muchos otros más. Lo interesante en ambas coyunturas fueron los cargos absurdos que se les hicieron; en el primero nada menos vagancia., en el segundo que estaban en contacto con Francisco Villa o que le habían ayudado a atacar Columbus, juntando mineros en Arizona. El primero era realmente una invención y el segundo inverosímil porque los exiliados villistas en estas coyunturas estaban paralizados, muertos de terror. Ambas demostraban el afán de perjudicarlos, inventando acusaciones; y el ambiente álgido contra los mexicanos ( exiliados, refugiados e inmigrantes) en Estados Unidos, por los ataques de Villa. Los actos en contra de ellos pasaron a mayores; hubo motines, 30

ley marcial en El Paso, etc. El arresto en ambas ocasiones sólo duró dos días, después de los cuales fueron liberados bajo fianza y conminados a dejar el Paso. De cualquier forma, el hecho demuestra que en estos momentos críticos se violaban las garantías individuales y los derechos humanos, encerrando a ciudadanos inocentes, cuya única culpa era ser villistas. Incluso fue difícil encontrar un abogado que los quisiera defender; porque no querían aparecer como “ los abogados del diablo”. Esto prueba que las circunstancias políticas privaban sobre cuestiones legales Lo más indicativo es que en estos momentos los rumores eran más amenazantes; por ejemplo después de Santa Isabel, se hablo de extraditarlos. No se llegó a este extremo pero si se les acoso; se les mantuvo bajo vigilancia constante, obligándolos a reportar su domicilio, viajes, llamadas telefónicas, relaciones. Además eran constantemente entrevistados, investigados y se llegaron a catear las casas de importantes villistas o los cuartos donde residían temporalmente, en busca de documentos comprobatorios ( cartas), o tal vez de armas. Por ejemplo, la habitación de Miguel Díaz Lombardo en Nuevo Orleáns fue revisado más de una vez, igualmente las casas de José María Maytorena, Emiliano Sarabia, Castillo Brito y Manuel Chao fueron cateadas., que estaban expuestos a las arbitrariedades norteamericanas, sin ningún código que los defendiera ni ninguna autoridad que detuviera estos abusos de poder. Su caso demuestra la vulnerabilidad de los exiliados en estas épocas. Por razones políticas sufrían abusos judiciales, cateos, arrestos, acusaciones infundadas. No había una legislación que los defendiese, ni un organismo americano o , internacional - que los protegiera contra estos abusos del poder, contra un uso arbitrario de la justicia. Ellos estaban a la merced de las autoridades locales ( alcaldes, mayores), de la población local, de los cuerpos de vigilancia mexicanos ( embajadores, cónsules, espías, detectives) y norteamericanos. Tanto del departamento judicial ( el Federal Bureau of Investigation , ) como militares ( Millitary Intelligence Deppartment).

Todos estos funcionarios norteamericanos Cobb y Carothers obedecían en el fondo odenes superiores ; del presidente de Estados Unidos o de la Casa Blanca. 31 A raíz de la expedición punitiva, los exiliados villistas y de otras facciones sufrieron otro tipo de acusaciones: por ejemplo por los artículos nacionalistas y agresivos que publicaron contra Estados Unidos. Pongamos algunos ejemplos causados por esta coyuntura distinta . “La república”, periódico villista, editado por José Luis Velasco, estuvo clausurado por un tiempo por publicar en medio de la expedición punitiva, artículos que incitaban a actos de rebelión e inconvenientes. Incluso su editor fue arrestado. También periódicos de otras tendencias, felicistas y carrancistas atravesaron dificultades en este período por sus artículos. Se hicieron acusaciones en contra de sus directores y editores ; además fueron arrestados algunos. Por ejemplo, F. Gamiopichi - quien no fue liberado a pesar de la petición del cónsul carrancista de El Paso y E. Valenzuela, director de “La Constitución”. Para evitar problemas algunos periódicos se suspendieron y clausuraron durante parte de este período para evitar problemas.32 Cabe señalar que este tipo de problemas con la prensa editada por exiliados mexicanos en Estados Unidos fueron excepcionales. En general ellos tuvieron toda la libertad para editar periódicos y revistas, porque según las leyes de neutralidad norteamericanas no era ilegal hacer propaganda contra un gobierno reconocido por los Estados Unidos. Por esta razón entre 1910- 1940, surgió una cuantiosa prensa faccional en Estados Unidos. Esto quería decir que bastantes grupos tenían sus órganos de propaganda. Citemos algunos ejemplos, los floresmagonistas editaron, el famoso periódico, Regeneración, los huertistas dos excelentes órganos, La Prensa y Revista Mexicana; los carrancistas en 1914 el Paso del norte y entre 1914- 1919, El 31 32

Cosmopolita, los villistas entre 1914- 1915 México Nuevo, y El Correo del Bravo; en 1916, El Legalista y “La República; finalmente entre 1919- 1923, La Patria- - que aunque no era claramente villista, si era francamente anticarrancista. Incluso en la década de 1920- 1930 surgieron otros periódicos, por ejemplo el delahuertista Jorge Prieto Laurens también fundó un periódico en Houston intitulado “La Tribuna”.33 Todos ellos en general no tuvieron problemas con la justicia norteamericana, por razones políticas. Regresando a los villistas, finalmente hay que decir que entre 19171918 por circunstancias internacionales- como la primera guerra mundial, algunos exiliados villistas fueron acusados de germanófilos. Pongamos algunos ejemplos. Silvestre Terrazas , por los nexos con el periódico pro - germano “El demócrata”, publicado en México fue llamado a comparecer delante de los jueces norteamericanos; su caso no pasó a mayores. También Ernesto Madero, exiliado en los Estados Unidos desde el asesinato de su sobrino Francisco I Madero y ligado al villismo, estuvo involucrado en un lío judicial en 1918 por tener contactos con industrias y productos alemanes. Tampoco la acusación pasó a mayores. 34Sólo en el caso de Félix Sommerfeld se comprobó que fue espía y agente de funcionarios importantes, por lo que fue encarcelado. mexicanos de origen alemán que radicaban en los Estados Unidos también fueron acusados de cargos similares en las cortes estadounidenses.

Detrás de todos estos incidentes estaba la persecución y paranoia de todo lo que oliera a alemán por la primera guerra mundial, particularmente porque Alemania, era parte de los países del eje central ( checar si en la primera guerra mundial) y Estados Unidos se alió finalmente con el otro bando, formado por británicos y franceses. También contó la animadversión contra los exiliados villistas en Estados Unidos por los incidentes de Santa Isabel y 33 34

Columbus y sobre todo las conexiones de Pancho Villa con Alemanía vía el mismo Sommerfeld, por ejemplo. En suma, por el caso villista se palpa que Estados Unidos fue un país de asilo difícil desde el punto de vista político y judicial para algunos exiliados de la revolución mexicana. En parte ellos sufrieron - como otros exiliados entre 1910- 1940 arrestos y juicios por organizar expediciones armadas para cruzar a México. A ello se agregan otros problemas más específicos, que les causaron dificultades únicamente a los villistas; por ejemplo, deportaciones, amenazas de extradición y arrestos por Santa Isabel y Columbus, Otros perjudicaron a otros exiliados contemporáneos. Por ejemplo suspensión de periódicos por sus artículos nacionalistas en plena expedición punitiva y acusaciones de alianza con Alemania en la primera mundial. Por ejemplo, exiliados huertistas y el mismo Carranza, fueron también acusados de germanófilos. En resumen, los villistas en Estados Unidos fueron mal tratados sufrieron por una conjunción de factores mundiales, bilaterales, e internos de Estados Unidos. Es significativo que entre 1915-1921 exiliados mexicanos de otras facciones también estuvieran en una situación muy difícil en Estados Unidos y que tuvieron problemas con la justicia estadounidense. En su caso también se debió a la coyuntura internacional, a la relación del gobierno de Wilson con su facción y a sus actividades sediciosas en Estados Unidos. Pero fueron otros elementos internos de cada uno de estos factores los determinantes de sus sufrimientos en Estados Unidos. Tomemos el caso de los Hermanos Flores Magón, el cual abarca desde 1906- 1922. Debido a que ha sido objeto de monografías profundas aquí sólo mencionare algunas cuestiones. Limitándome a la etapa 1915-1921 hay que decir que otros aspectos de la coyuntura mundial originaron su persecución. La revolución rusa y su secuela en Estados Unidos originaron paranoia en contra de los socialistas, comunistas y anarquistas en Estados Unidos. Los Flores Magón , de la última tendencia, sufrieron persecución y arrestos por ello. Esto en

parte se debió a que otros anarquistas, se proclamaron contra la primera guerra mundial, por ser “burguesa”, lanzando llamados pacifistas. Además también tuvieron problemas por sus actividades sediciosas en Estados Unidos; particularmente por su labor entre trabajadores mexicanos y norteamericanos; ellos impulsaron el sindicalismo obrero y la defensa de sus derechos entre ellos. 35 También su interesante periódico ”Regeneración” tuvo problemas con las autoridades norteamericanas. Aquí no podemos cubrir todos ellos; sólo mencionaremos como ejemplo que se evitó su distribución y se arrestó a los hermanos Flores Magón por enviar propaganda subversiva a través del correo 36 Etapa 1920- 1940 En esta etapa tampoco parece haber en Estados Unidos una regulación o legislación escrita de cómo tratar a los exiliados desde el punto de vista político judicial. Sin embargo, poco a poco se fueron legislando las cuestiones más obvias, por ejemplo siguieron claramente los juicios por violación a la leyes de neutralidad norteamericana, particularmente por organizar expediciones armadas a México. . Entre 1920.- 1940 no hubo muchos intentos de organizarlas por la debilidad de los exiliados, que eran menos numerosos, particularmente por la estabilidad creciente de los gobiernos postrevolucionarios. También contó que Estados Unidos en esta etapa apoyó y reconoció a estos gobiernos lo cual desanimaba a aquéllos que intentaban organizar expediciones armadas para reconquistar el poder en México. Este es el saldo a pesar de algunos problemas transitorios bilaterales transitorios. Por ejemplo el reconocimiento del gobierno de Obregón entre 1920 1923 - fue difícil por la cuestión petrolera y la indemnización a los norteamericanos por daños durante la revolución. 35 36

Más tarde en 1926 también se enfrentaron Calles y el gobierno norteamericano por su política religiosa y económica . Algunos intereses económicos en esta coyunturas algidas trataron de apoyar a los exiliados, pero finalmente fracasaron. 37 Citemos finalmente los casos de algunos exiliados que entre 1920-40 tuvieron problemas con la justicia norteamericana por ensamblar estas expediciones armadas para cruzar a México para derrocar los gobiernos en el poder. Por ejemplo el importante general delahuertista, Enrique Estrada fue arrestado y tuvo que estar en prisión por organizar una expedición armada a México en 1926. Sin embargo, se le soltó rápidamente, porque no había interes en enjuiciarlo por parte de autoridades norteamericanas ni mexicanas. 38

Pero sobre todo en esta etapa hubo expediciones armadas planeadas que no se llevaron a cabo por los factores mencionados; por ejemplo por el reconocimiento de Estados Unidos a los gobiernos postrevolucionarios. Pongamos dos ejemplos: Vasconcelos y sus seguidores pensaron en levantarse en armas, por su derrota electoral en 1929 - según ellos fraudulenta; incluso se elaboró el plan de Hermosillo justificando esta insurrección. Pero a la mera hora se abandonó esta pretensión y Vasconcelos se fue quedando sólo. 39Los almazanistas igualmente entre 1939- 1940 pensaron en esta alternativa; también por su derrota electoral que calificaron de fraudulenta. Desistieron de ella porque el gobierno norteamericano reconoció a su opositor, Avila Camacho cuando este se declaró en favor de los aliados en plena segunda guerra mundial. Con ello, Almazán se echo para atrás desilusionando a sus partidarios.40 Otra práctica de la etapa pasada que siguió existiendo entre 19201940 fue la deportación, aunque esta se debió a motivos distintos; por ejemplo a motivos ideológicos, no sólo políticos. Citemos 37 38 39 40

algunos casos distintos. . Los primeros de esta etapa que fueron deportados fueron algunos delahuertistas. Este castigo se debió a otro tipo de cargos : por ayudar al trafico ilegal de inmigrantes o al contrabando de armas. Lo más importante es que al deportarlos a México se firmó su sentencia de muerte. Ellos fueron asesinados allí, a pesar de las promesas hechas de respetar su vida. Lo cual demuestra la intolerancia y odio de los vencedores hacia los exiliados que estaban asilados en otros países. 41 En la década siguiente, en 1935 exactamente el conocido pintor David Alfaro Siqueiros fue deportado de Estados Unidos por su ideología comunista, por sus lazos con grupos de esta índole y por su actividad sindical. El eligió trasladarse al cono sur, particularmente a Uruguay y Argentina en los cuales tampoco tuvo mucha suerte.42 En esta época esta deportación se explica porque Estados Unidos siguió reaccionando con animadversión hacia esta a ideología - como en 1917- 1920 y en otros periodos. Incluso, en este periodo, grupos de presión trataban de evitar que exiliados de izquierda, llegarán a Estados Unidos, por ejemplo los republicanos que tuvieran que huir de España por su derrota en la guerra civil Española Seguramente hay otros exiliados mexicanos deportados. Esta es una práctica que continua hasta el presente porque es una forma de deshacerse de exiliados políticos que pueden ser gravosos y peligrosos por sus actividades políticas y sus nexos. Probablemente no es una violación de los derechos humanos ni de las garantías individuales. Aunque tal vez depende de la forma en que se aplica. Entre 1910-1940 no se podría juzgar desde esta perspectiva; porque no existía un código de derechos humanos entre 1910- 1940. A nivel humano la deportación fue un shock que se sumó al del exilio. Implicaba otro cambio y dejar de nuevo lo poco que habían 41 42

conseguido en Estados Unidos o en alguna ciudad de este país. Además era un tanto penoso ser expulsado de un primer país de asilo; por ello es natural que sus víctimas sintieran indignación y coraje por Estados Unidos. A pesar de estos problemas, de deportación, extradición, arrestos, y acoso no se puede concluir que el trabajo a los mexicanos exiliados de la revolución fue malo porque esto no ocurrió en la mayoría de casos. Muchos exiliados fueron bien tratados. Otros pasaron más o menos desapercibidos por las autoridades norteamericanas, porque no participaron políticamente o porque su actuación no significaba una amenaza para el gobierno norteamericano incluso para el gobierno mexicano. Por ejemplo, Calles, quién escribió cartas, tuvo entrevistas con otros políticos y estuvo en conexión con algunos de sus partidarios para formar un partido político que participara en las elecciones de 1939- 1940 , no fue una preocupación para los norteamericanos. A pesar de que había sido el mandamás en México entre 1924 - 1934 . Otra cuestión que hay que anotar es que la mayoría de exiliados regresaron a México al ser derrocado el gobierno en el poder que fue su enemigo. Muchos regresaron por ejemplo a principio de la década de 1920 con el plan de Agua Prieta, al ser derrotado el carrancismo y asesinado don Venustiano. Otros entre 1936- 40 por la política tolerante y de conciliación de Cárdenas hacia ellos. Esto significó que su estancia en Estados Unidos fue temporal y que ellos no se naturalizaron o se hicieron ciudadanos americanos. Por esta brevedad del exilio, ellos no vivieron como otros exiliados una transformación política profunda. Por el contrario, los pocos que no regresaron se debió a que tenían problemas pendientes con la justicia mexicana ( caso del Dr Aureliano Urrutia) o a que se hallaron en Estados Unidos económica, política y socialmente, por ejemplo Tuburcio Rivera, exiliado de México por participar en el movimiento de Serrano y Gomez.43 43

El difícil acomodo laboral en Estados Unidos: Los exiliados en Estados Unidos tuvieron la libertad de elegir en qué trabajar y cómo mantenerse. No hubo ningún oficio prohibido para ellos ni limitaciones legales que les prohibiesen ejercer algunos trabajos. Su adaptación laboral y económica en los Estados Unidos dependió por una parte de quienes eran ellos - de su capital monetario, laboral y educativo - así como de las características de la sociedad norteamericana y del mercado laboral en ese país. En este primer escrito no podré cubrir todos los aspectos de ambas cuestiones; sólo subrayaré el grado de desarrollo de esa sociedad, su sistema educativo y la situación de los mexicanos en ese país. Trataré de hilar ambos nudos en la siguiente narración. Muchos exiliados - como lo dice su definición política - eran políticos que habían ocupado puestos de primera y de segunda importancia en México, como funcionarios de diferentes regímenes que habían llegado al poder. Ellos como todos los miembros del ejército federal y revolucionario - generales, oficiales, coroneles y soldados - , evidentemente no podían ocupar puestos similares en Estados Unidos, porque no habían nacido ni cursado su carrera allí, por lo cual no tenían los contactos necesarios, tampoco la experiencia y la preparación para colocarse en la sociedad norteamericana. Por ello tenían dos alternativas: colgar sus títulos, con los grados y puestos que habían obtenido, así como sus medallas y uniformes militares de las batallas peleadas y salir a buscar trabajo o quedarse en casa lamentándose de sus pérdidas y fracasos. La inmensa mayoría optaron por enfrentarse a su nueva realidad y sobre todo de conseguir trabajo. Esto se debió a que eran hombres que no tenían dinero porque procedían de la clase media baja o clase baja, y no habían robado al llegar al poder en México. Además muchos tenían familias que mantener; esposa, hijos ; incluso algunas veces padres, hermanos, etc.

Para conseguir trabajo, ellos se toparon con muchas dificultades; primero no podían ganar dinero por medio de las actividades en que tenían amplia experiencia.. Por ejemplo todos los exiliados militares no se podían emplear como tales. Sólo Felipe Angeles encontró temporalmente, trabajo en la fábrica de pólvora Dupont, aunque pronto fue despedido por haber hecho una multitud de críticas inoportunas. Lo mismo sucedió con todos los gobernadores, secretarios de estado, diputados, senadores, jueces, los cuales con cierta frecuencia tenían otra profesión ( eran ingenieros, abogados, hacendados, periodistas, etc.) Tanto ellos como aquéllos que sólo era políticos, se encontraban perdidos, sin saber donde buscar trabajo al establecerse en la sociedad norteamericana. Tendríamos que hacer muchos estudios de caso para descubrir a qué se dedicaron en estas circunstancias; por el momento podemos detectar las siguientes tendencias Aquéllos que traían ciertas ahorros o que consiguieron dinero prestado compraron algún negocio pequeño - como exiliados de otras nacionalidades en México o en otros países. De esta forma ellos eran los dueños, ordenaban a sus empleados horarios, formas de comportarse y de trabajar. Para hombres que habían estado en el poder era una ventaja no tener que obedecer a nadie y tener el control por lo menos de sus trabajadores. Los ramos en que ellos incursionaron variaron. Pongamos algunos ejemplos. El ingeniero Manuel Bonilla, ministro de estado en los gobiernos de Madero, de la Barra y Villa se dedicó a vender huevos y otros productos en una tienda de abarrotes en El Paso; años después Tiburcio Rivera - exiliado del movimiento de Serrano y Gómez, también estableció una tienda en la misma ciudad, la cual se convirtió en un centro de reunión de la comunidad mexicana lugareña al final de la década de 1920 y en la de 1930. En cambio Héctor Ramos, jefe del espionaje villista en Estados Unidos, al exiliartse compró un taller de coches. Otros generales

cambiaron la espada por el azadón. Pongamos algunos ejemplos de distintas facciones. Dos villistas, compraron ranchos; Felipe Angeles con la ayuda de Maytorena en las cercanías de El Paso y Fidel Avila en la Mesilla ,Nuevo México. Algunos delahuertistas hicieron lo mismo; Pedro Chapa por ejemplo y sobre todo José Villanueva Garza , quién se exilió en Brownsville, en donde adquirió una granja.44 ó Otros pusieron restaurantes; el convencionista- villista Rafael Buelna “La Fama” , de comida mexicana en El Paso, Texas. Y dos delahuertistas incursionaron en este ramo; Ernesto Santillana colaborador de Prieto Laurens en 1924 estableció primero “La Valentina” en San Antonio y con el dinero ganado después estableció un restaurante de lujo. También Jorge Prieto Laurens puso en Houston el restaurant de comida mexicana “ La Azteca”, aunque paralelamente desempeñó otros trabajos.45 Su desempeño en estos modestos negocios varió; algunos progresaron, otros fracasaron, y en ciertos casos desconocemos su marcha. Probablemente, el factor que determinó su éxito fue la experiencia que tenían en estos ramos.. Por ejemplo Felipe Angeles, a pesar de que trabajó intensamente con su hijo en su rancho lechero, fracasó; en cambio, Fidel Avila progresó, al grado de que llegó a tener 70 mexicanos trabajando bajo sus ordenes: Probablemente en su caso manejó su propiedad en forma acertada porque antes de la revolución y de ser gobernador provisional de Chihuahua ( 1915) fue capataz de una hacienda local. Hubo otros factores que explican su triunfó por ejemplo el delahuertista, José Villanueva; en su granja establecida en Brownsville, porque mantuvo contactos comerciales con Tamaulipas de donde era originario. Otros fracasaron en sus restaurantes , incluso de comida mexicana, por esa falta de experiencia de como manejar el negocio y porque no podía negar una comida a mexicanos, exiliados, refugiados e inmigrantes que vivían en la misma ciudad . Este es el caso del villista- convencionista, Rafael Buelna en Texas en 1916. También el 44 45

restaurante “La Azteca” del delahuertista Jorge Prieto Laurens, quebró en 1923 en la ciudad fronteriza de Houston. Todos los casos anteriores son un tanto patéticos, porque generales y políticos de primera en el exilio para mantenerse tuvieron actividades laborales pedestres, las cuales no concordaban con su pasado e implicaban un descenso considerable de su status y de todo lo que va con ello: prestigio, ganancias, poder, etc.Su exilio en Estados Unidos originó un gran viraje en sus vidas; en el fondo era dramático para hombres que eran connotados en el ejército dedicarse a estas actividades. Fue parte del “shock” o del trauma que causó exiliarse en una sociedad como la norteamericana, en la cual establecer pequeños negocios privados era muy frecuente por el espíritu libre del norteamericano; al mismo tiempo la férrea competencia capitaista hacía difícil su triunfo. Sobre todo para extranjeros, que no conocían el idioma y no tenían contactos; sobre todo porque no podían competir en negocios que no conocían y en una sociedad cuyas reglas desconocían. El caso más trágico fue el del general Federico Cervantes, especialista en aeronáutica civil, graduado del Colegio Militar de Chapultepec y de Francia, el cual como exiliado para sobrevivir manejó un taxi o jittney colectivo en El Paso. El no pudo obtener trabajos más adecuados , por ejemplo ser maestro de español en secundarias o “high schools” de esta ciudad, a pesar de su excelente dominio del español por ser un escritor y periodista brillante: además de un hombre con una gran cultura. Se prefirió colocar en este puestos a maestros norteamericanos, los cuales evidentemente eran menos aptos para enseñar este idioma. El lo adjudicó a la discriminación racial contra los mexicanos46 la cual empezó en esa década y empeoró en la siguiente. Es interesante su caso porque comprueba que el prejuicio racial contra los mexicanos sí afectó el tipo de trabajo que consiguieron, pero no implico negarles el ingreso a Estados Unidos.

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Por último, algunos tuvieron negocios más rimbombantes, los cuales eran más afines con su importante posición política en el pasado. Significativamente se trata de dos ex- cónsules mexicanos en Estados Unidos: Andrés Garcia - quien desempeñó en El Paso este cargo en El Paso entre 1915- 1920 durante el carrancimo y de Adolfo Heguish , representante delahuertista en Nueva Orleáns. Ambos significativamente por sus relaciones anteriores y su prestigió en estas ciudades establecieron negocios importantes en ellas, al convertirse en exiliados por la derrota de su facción. García estableció un negocios de venta de automóviles y estuvo involucrado en negocios con compañías petroleras norteamericanas, con las cuales estableció vínculos probablemente desde que era cónsul carrancista y Heguish llegó a tener una agencia comercial y una aduanal. 47 Algunos por no tener dinero, no pudieron comprar sus propios negocios sino que se convirtieron en empleados de firmas de diferente tipo: comerciales, industriales, profesionistas, de líneas ferrocarrileras, etc. Esto significó que hombres famosos y poderosos en México durante su exilio en Estados Unidos tuvieron que recibir órdenes. tal vez maltrato, y trabajar cotidianamente en largas jornadas con el fin de mantener en forma humilde a sus familiares. Pongamos algunos ejemplos. Emiliano González Saravia, exgobernador de Durango fue empleado de dos casas comerciales ( la Western Dry Co y la Copper Coate and Dry goods Co -. en Los Angeles. Con su sueldo apenas pudo mantener a su padre y hermanas. En cambio, el delahuertista Jorge Prieto Laurens, expresidente del partido cooperativista en México, trabajó entre 19241930 como empleado en otro tipo de negocios, vendiendo ropa en la populosa ciudad de El Paso a clientes mexicanos porque con su dominio del español podía convencerlos de comprar Su caso no es una excepción, también el mencionado general Cervantes vendió ropa en 1919, al salir de la cárcel por violar las leyes de neutralidad norteamericanas.48 47 48

Estas posiciones frente a sus puestos en México en el pasado significaron una modificación brutal y un descenso aplastante. Evidentemente por carencias económicas tuvieron que desempeñar estos trabajos común y corrientes. Por ellos se convirtieron en ciudadanos anónimos, sin que se distinguieran en nada de norteamericanos que se sostuvieron cotidianamente con estos trabajos, que implicaban regularidad, tesón y una vida cansada y aburrida. Un caso más complejo fue el del general Roque González Garza, quien llegó a ser presidente de la república durante la etapa de la convención. Después de muchas zozobras para mantenerse económicamente en Nueva York por no recibir el pago de dinero que le debían o por fracasar en sus proyectos para salir adelante; por ejemplo colonizando terrenos y dedicándolos al cultivo de la caña en Cuba, regresó a Estados Unidos. En 1918, finalmente logró vivir con menos angustias económicas como vendedor de acciones de una compañía constructora de vehículos pesados en la ciudad de San Antonio. Significativamente se convirtió en gerente de la sección en español, por su dominio de este idioma y por su capacidad de manejarse con soltura con la población hispana de esta ciudad; formada en parte por exiliados, inmigrantes y refugiados civiles de la revolución mexicana. 49 Otros se emplearon como profesionistas en las carreras que estudiaron; por ejemplo - como abogados en bufetes norteamericanos. En este caso el factor que los llevó al triunfo o a la derrota fueron sus contactos. Por ejemplo no lograron sobrevivir como tales, el abogado huertista Francisco Pascual García ni el joven abogado Federico González Garza - ideólogo y funcionario de peso durante en el maderismo y villismo. El último en un buffete neoyorkino no tuvo clientes, y fue cesado en más de una ocasión. Sobrevivió gracias a préstamos de algunos amigos, Miguel A. Gil y a la renta de su casa en México.

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Sin embargo, algunos abogados de otras facciones, Manuel Calero y Eduardo Iturbide alcanzaron gran éxito en esta profesión por las razones contrarias: por sus nexos con políticos norteamericanos importantes y con intereses económicos poderosos; por ejemplo con compañías petroleras. En caso de Calero estas relaciones empezaron desde el porfiriato y continuaron durante el maderismo, como Secretario de Relaciones Exteriores y Embajador de México en Washington . De todos los exiliados que se convirtieron en empleados, el caso más patético fue de aquéllos que intentaron trabajar o que efectivamente laboraron para compañías ferrocarrileras. Pongamos algunos ejemplos trágicos: el general Torres, ex gobernador de Sonora durante el porfiriato, se convirtió en capataz de la línea Atchinson, Topeka y Santa Fé, en la cual fue muy útil porque según su dueño en 1927 “va a lo largo de las líneas enderezando las cosas cuando los mexicanos tienen diferencias con el capataz o con otros extranjeros”. Por lo cual “ vale la pena tenerlo, previene muchos problemas y dificultades” 50. En suma, su talento en el manejo de gente , como importante político le ayudaron a mandar como mayordomo a sus paisanos, los cuales en esos años se empleaban en estos trabajos pesados o en la agricultura. Un cambio duro, humillante y sorpresivo para un hombre importante de la elite porfirista! Su caso demuestra el radical y trágico descenso económico de los exiliados en Estados Unidos. Su pobreza y la falta de otras oportunidades en una sociedad desarrollada con altos niveles educativos, gente preparada y especializada, los llevó a la desesperación, a buscar trabajos de cualquier índole. Pero hay veces ni siquiera en ellos tuvieron cabida. Por ejemplos algunos porfiristas y huertistas desterrados no fueron admitidos - en la construcción de líneas férreas. Esta es la tragedia de algunos mexicanos exiliados por la revolución en Estados Unidos. Pero ellos, llegaron incluso más bajo, a trabajar 50

en todo tipo de servicios: como mozos de cafés, restaurantes y hoteles, trabajadores de campo con el azadón en la mano, lavadores de ventanas y de ropa ajena. Incluso como meseros en Nueva York. Algun villista y varios delahuertistas tomaron temporalmente estas chambas para sobrevivir. 51 Este tipo de trabajos son aceptables para inmigrantes pobres, pero no para hombres que habían llegado tan alto en su patria- como generales y funcionarios. Estados Unidos como país de asilo no le brindó oportunidades mejores a algunos; en otros países latinos de Europa y Amércia Latina tal vez ellos pudieron hacerla como escritores, maestros y en otros empleos. Pongamos algunos casos extremos de esta dificultad de sobrevivir económicamente , en los Estados Unidos. Por ejemplo, Felipe Angeles, general del ejército federal- quién subió en México gracias a su esfuerzo personal , disciplina y rectitud durante su exilio neoyorkino, 1917- 1918 deambuló en barrios bajos neoyorkinos, entre blancos y negros pobres pasando hambre, miseria y frío. Para alquilar cuartuchos tomó trabajos manuales eventuales de todo. No tenemos muchos testimonios de cómo vivieron ellos estos sufrimientos, privaciones y descenso. Angeles, por su espíritu recto e idealismo, lo aceptó con filosofía, actitud positiva y grandeza de alma. Incluso en estas circunstancias aciagas, estudió socialismo, fundó organizaciones políticas, convenció a sus amigos de no dejarse llevar por el desaliento e impotencia. Finalmente, en medio de estas zozobras decidió regresar a pelear a su patria, sabiendo que tenía 99 % de posibilidades de fracasar. 52 Pero esta historia sería incompleta sino relatara que algunos lograron progresar porque se desempeñaron con éxito en las profesiones que habían tenido desde México, porque los conocimientos y destrezas se podían poner en práctica en cualquier parte, aunque con la necesidad de readaptarse. Sobre todo periodistas, médicos y 51 52

hombres de negocios en Estados Unidos continuaron desempeñándose como tales en Estados Unidos. Además, en este país tenían una gran ventaja: contaban con clientes y trabajadores entre la amplia población mexicana que se había refugiado allí por la revolución mexicana; a ellos hay que agregar emigrantes que cruzaron desde México en el siglo XX y residentes de España y México que se asentaron allí anteriormente. Periodistas, pertenecientes a varias facciones en Estados Unidos siguieron en este ramo durante su exilio. Algunos huertistas, como Nemesio García Naranjo, Querido Moheno, Federico Gamboa,, José Juan Tablada y villistas ( Silvestre Terrazas, José Luis Velasco, Guillermo Aguirre y Fierro, Emilio Valenzuela, Luis R Alvarez , José L. Velasco, José G. Nieto) fundaron periódicos en diferentes ciudades o coolaboraron con otros ya existentes. En la década de 1920 el delahuertista Jorge Prieto Laurens incursionó en el periodismo eventualmente, combinándolo con otros trabajos; fue colaborador de varios periódicos ( “El Continental” de El Paso,“ El Diario” y “El Eco de México” en Los Angeles), vendió publicaciones católicas, como “El Diaro” de El Paso y “ Revista Católica”. Además como mencioné antes fundó “La Tribuna” en Houston. . Incluso él incursionó en el radio, fundando los primeros programas en español, uno llamado “ Los Madrugadores” - en el cual se pasaba música mexicana para los tempraneros.. Sin embargo, hay que destacar que sólo algunos progresaron en forma aceptable, logrando vivir en casas decentes y barrios buenos gracias a los periódicos que fundaron ; por ejemplo García Naranjo por “Revista Mexicana” tuvo una residencia decente en la ciudad de San Antonio y Terrazas por haber instalado “La Patria” en El Paso. Es muy significativo, que uno de ellos - Silvestre Terrazas- , incursionó en otros negocios, como llantas y acciones petroleras sin prosperar en ellas. Sólo al regresar al periodismo triunfo; lo cual demuestra que el adagio popular “el zapatero a sus zapatos” es correcto.

Otros no tuvieron tal éxito; tal vez porque eran menos conocedores del oficio, no supieron fundar redes comerciales en Estados Unidos o simplemente no tuvieron un capital inicial para establecerse. Además algunos de los mencionados - Querido Moheno y Federico Gamboa v. gr. y muchos no citados- Darío Silva, Mateo García, Federico Cervantes, etc.- no tuvieron una entrada fija de dinero por ser colaboradores eventuales de periódicos. 53 También fue más fácil sobrevivir para aquellos que tenían una gran cultura junto con un talento nato: ellos se convirtieron en maestros de excelentes universidades; además escribieron artículos y libros. Este es el caso de varios huertistas, de Toribio Esquivel Obregón quién llegó a ser maestro en la Universidad de Columbia y del conocido jurisconsulto Jorge Vera Estañol. También del médico Ramón Puente - quien durante su exilio en los Angeles escribió novelas muy importantes acerca del México Revolucionario; incluso sobre la vida de Francisco Villa misma.. Otros exiliados se convirtieron en maestros particulares de destrezas que tenían. Adolfo de la Huerta enseñó canto en Los Angeles. Otros dieron clases de esgrima, español, etc 54

Por último aquéllos que tenían mucho dinero por sus herencias o por haberlo ganado legal o ilegalmente durante la revolución, tuvieron dos ventajas: tranquilidad económica y no tener que trabajar a fortiori. Algunos vivieron en buenas mansiones, teniendo incluso coches y sirvientes. Tal es el caso de los Madero, exiliados por la primera vez por el asesinato de Francisco I Madero en la decena trágica y posteriormente por el fracaso de Villa. Raúl por ejemplo vivió en pleno Central Park gracias a su dinero y al seguro que cobró su familia por el asesinato mencionado Y sólo ocasionalmente trabajó por ejemplo en los negocios de su tío Ernesto Madero Farías.55

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El caso de varios villistas es similar. José María Maytorena, de familia latifundista sonoroense y gobernador de esta entidad desde el maderismo hasta 1915 tuvo una buena situación en el exilio, particularmente en los primeros años de éste. El como Lázaro de la Garza, hombre de negocios de Torreón, y representante financiero de Villa en Estados Unidos, tuvieron mansiones y sirvientes durante su exilio. Ambos significativamente fueron hombres corruptos y oportunistas desde México y posteriormente. Para documentarlo bastan dos botones de muestra. Al escapar al exilio Maytorena en agosto de 1915, por los problemas con Villa, dejó en la caja del estado sólo 300 dólares y Lazaro de la Garza al declinar el villismo, revendió armamentos que había comprado con dinero de Villa a los alemanes.56 Esta situación económica les permitió a ambos no trabajar en Estados Unidos - por bastante tiempo. Tal vez otros exiliados con dinero, tampoco tuvieron que trabajar: por ejemplo, los huertistas, Manuel Mondragón y Eduardo Tamariz , los villistas, Miguel Díaz Lombardo - de familia aristocrática - y Llorente quien había estudiado en Estados Unidos Lo mismo posiblemente sucedió con el felicista Felix Diaz , el delahuertista López de Lara y con Plutarco Elías Calles, exiliado por Cárdenas en 1936. Ellos como hombres inteligentes, educados, cultos e interesados en el mundo de su derredor dedicaron su tiempo a otras ocupaciones; José María Maytorena se dedicó a escribir y a leer; Calles en una casa en las afueras de San Diego paseaba en el campo, jugaba golf, leía y escribía. 57 Todos ellos debían ser hombre considerablemente ricos; sólo así se entiende que no tuvieran que trabajar, que vivieran holgadamente y que ocupasen sus días en pasatiempos en una sociedad, como la norteamericana, donde muchas cosas eran más caras que en México. Además una parte de ella, las capas de clase media y alta de su población estaban orientadas al consumo.

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Otros a pesar de tener dinero si trabajaron en Estados Unidos porque estaban acostumbrados a hacerlo y probablemente porque el exilio era una experiencia que . podía trastornar y matar moralmente a cualquiera por lo que implicaba: derrota, pérdida de un mundo, desaliento y dificultad de adaptarse a otro , logrando . status, prestigio, relaciones sociales, querencias, retos diarios y ocupaciones importantes. Para no ser invadido por la nostalgia del pasado y el pesimismo, algunos optaron por trabajar. Algunos, con certeza seleccionaron la misma profesión en México, sin correr riesgos Pedro Lascuraín, importante propietario urbano en México durante el porfirato, se dedicó a administrar edificios en Nueva York. Leopoldo Espinoza y Hurtado a negocios comerciales relacionados con la compraventa de lana. Otros por el contrario, que fueron grandes empresarios y negociantes en México, se aventuraron en áreas nuevas . Pongamos dos ejemplos. El general Aureliano Blanquettt incursionó en terrenos nuevos, incluso en aventuras extravagantes, pues se convirtió en “ empresario de cine” en Nueva York. . En cambio, el famoso financiero Ernesto Madero Farías creó una compañía naviera de vapores en la misma ciudad. 58 El último se empobreció considerablemente durante su exilio en Estados Unidos por diferentes factores: por el fracaso de este y otros negocios - por inexperiencia , gastos suntuosos al principio del exilio ( viajes a Europa y standart de vida alto en Estados Unidos), confiscación de sus propiedades en México, etc. Lo mismo pasó con aquéllos que estuvieron en el exilio largo tiempo y sin trabajar. Este es el caso de José María Maytorena. El se fue gastando paulatinamente sus ahorros en Estados Unidos. Además, por la confiscación y reparto de sus propiedades en México, al regresar a este país, era un hombre viejo, sin fortuna. El perdió todo durante su exilio en Estados Unidos: poder, riqueza, relaciones

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sociales importantes, etc. Moralmente estaba acabado en 1936cuando Cárdenas por fin le permitió retornar. 59 Por todo lo dicho podemos concluir que Estados Unidos fue un país difícil de adaptarse económicamente para muchos mexicanos exiliados de la revolución. Esto dependió de las características de la sociedad norteamericana, pero también de los conocimientos, experiencias y destrezas de los exiliados. Ambos factores los amolaron. Un factor de peso fue que en este periodo ellos sólo contaron con la ayuda de otros exiliados o de paisanos en general. Particularmente hubo préstamos de dinero, lo cual deja ver cierto compañerismo y unión entre los mexicanos que vivían en Estados Unidos. Ya mencionamos varios casos en el texto. Aumentemos dos. Silvestre Terrazas prestó dinero a periodistas empobrecidos - como Guillermo Aguirre y Fierro Segundo, por este espíritu se fundaron sociedades mutualistas y de beneficiencia entre exiliados y mexicanos en general. Varió su suerte. Algunas triunfaron. Otras fracasaron, por ejemplo la sociedad de beneficencia creada en Nueva York en 1918 por el exiliado convencionista Federico González Garza y otros más. Por falta de fondos, - la cual evidenciaba la mala situación económico de muchos exiliados- sobrevivió por sólo unos meses. 60 En en el fondo en este período histórico los exiliados dependieron de sí mismos o de las gentes de su alrededor para sobrevivir el duro proceso del exilio: salir huyendo de su patria, lograr ingresar en Estados Unidos, encontrar casa y trabajo, auxilio psicológico para adaptarse, tener ciertas relaciones humanas, etc. Sólo en el caso de los exiliados religiosos ellos contaron con la importante ayuda de católicos norteamericanos, quienes les ayudaron en todos los renglones mencionados; además intercedieron por ellos con el gobierno de la casa blanca o con otros círculos económicos y políticos norteamericanos. Los restantes estuvieron en una situación de extrema vulnerabilidad. 59 60

No hubo en estas épocas organismos de ayuda del país de origen y sobre todo del país receptor. Sólo en épocas posteriores, y sobre todo después de la segunda guerra mundial se crearon estos. Pongamos algunos ejemplos de diferentes momentos. Los exiliados españoles de la guerra civil , entre 1936 1938, contaron con el apoyo importante de organismos españoles creados antes de su derrota: Y los expulsados por la revolución cubana - sobre todo en las primeras olas tuvieron la ayuda de organismos creados por norteamericanos.61

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