LOS CAMINOS DE LOS CERROS

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

ALCALDE MAYOR DE BOGOTÁ , D.C. LUIS EDUARDO GARZÓ N SECRETARIO DISTRITAL DE PLANEACIÓ N ARTURO FERNANDO ROJAS ROJAS ASESOR ANDRÉ S RODRÍ GUEZ MARTA ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ SECRETARÍA DISTRITAL DE PLANEACIÓ N AVENIDA 30 CALLE 26, TORRE A, PISO 8 BOGOTÁ D.C., COLOMBIA www.dapd.gov.co LOS CAMINOS DE LOS CERROS NOVIEMBRE DE 2007 ISBN

ASESORA PARA EL TEMA DE LOS CERROS CLAUDIA CARRIZOSA RICAURTE SUBSECRETARIO DE PLANEACIÓ N TERRITORIAL FERNANDO PENAGOS ZAPATA SUBSECRETARIA JURÍ DICA FABIOLA RAMOS BERMÚ DEZ

BOGOTÁ , CAPITAL MUNDIAL DEL LIBRO - 2007 IMPRESO EN COLOMBIA - PRINTED IN COLOMBIA

SUBSECRETARIO DE PLANEACIÓ N SOCIECONÓ MICA JUAN CARLOS ORTEGA BERMÚ DEZ SUBSECRETARIO DE INFORMACIÓ N Y ESTUDIOS ESTRATÉ GICOS JOSÉ ANTONIO PINZÓ N BERMÚ DEZ SUBSECRETARIA DE PLANEACIÓ N DE LA INVERSIÓ N ADRIANA POSADA PELÁ EZ SUBSECRETARIO DE GESTIÓ N CORPORATIVA JAIME JAIR MORALES GÓ MEZ SUBSECRETARIA MUJER GÉ NEROS Y DIVERSIDAD SEXUAL MARTHA SÁ NCHEZ SEGURA DIRECTOR DE AMBIENTE Y RURALIDAD ÁLVARO BOUCANUMENT PUERTA OFICINA ASESORA DE PRENSA Y COMUNICACIONES JAIRO GONZÁ LEZ BALLESTEROS ASESOR OFICINA ASESORA DE PRENSA Y COMUNICACIONES NORA LUZ CASTRILLÓ N JARAMILLO EDITORA Y COORDINADORA GENERAL

PROYECTO EDITORIAL DIRECCIÓ N DE AMBIENTE Y RURALIDAD

EDICIÓ N, ADAPTACIÓ N DE TEXTOS Y COORDINACIÓ N DE DISEÑ O CONSTANZA PADILLA RAMOS

INVESTIGACIÓ N Y ESTUDIO DIANA WIESNER DIRECTORA DE CONSULTORÍ A

REVISIÓ N TÉ CNICA CLAUDIA CARRIZOSA RICAURTE

EQUIPO TÉ CNICO DIRECTORA DIANA WIESNER CEBALLOS COORDINACIÓ N Y CARTOGRAFÍ A JEAN CARLO SÁ NCHEZ SANABRIA ASESOR OTTO FRANCISCO QUINTERO ASESOR SOCIAL ANDRÉ S MESA RAMÍ REZ ASESOR SUELOS GEOTECNIA VICENTE AMORTEGUI APOYO SEBASTIÁ N PUERTA GIRALDO MONTAJES FAR ARQUITECTURA: JULIÁ N RESTREPO PABLO FORERO DANIEL AZUERO GAELLE BERGUIN ILUSTRACIONES Y DIBUJOS MATEO CELY TOVAR DIANA WIESNER CEBALLOS

FOTO CARÁ TULA EDUARDO BELLO FOTOGRAFÍ AS DIANA WIESNER CEBALLOS JEAN CARLO SÁ NCHEZ SANABRIA SEBASTIÁ N PUERTA JAVIER PRECIADO EDUARDO AUGUSTO BELLO CABRA MIGUEL GONZALO ANDRADE CORREA FERNANDO REMOLINA ALEJANDRO NARANJO CARMEN PEÑ A NORA LUZ CASTRILLÓ N JARAMILLO ARCHIVO SDP MUSEO DE BOGOTÁ JARDÍ N BOTÁ NICO SECRETARÍ A DISTRITAL DE MEDIO AMBIENTE DISEÑ O Y DIAGRAMACIÓ N RUBÉ N DARÍ O ROJAS OLIER LUZ MARINA CAMACHO TURRIAGO LOGO SAPIENS LTDA. CARTOGRAFÍ A DIANA WIESNER CEBALLOS IMPRESIÓ N MULTIMPRESOS AGRADECIMIENTOS JARDÍ N BOTÁ NICO MUSEO DE BOGOTÁ SECRETARÍ A DISTRITAL DE MEDIO AMBIENTE

CONTENIDO UN PACTO AMBIENTAL PARA LA CIUDAD

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LOS CAMINOS DE LOS CERROS: UN PROYECTO DE IMPACTO METROPOLITANO

CORREDOR SOCIAL, ECOLÓ GICO Y RECREATIVO

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PRIMERA PARTE NUESTROS CERROS... ARTE Y PARTE EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD

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LOS CERROS, UNA RESERVA NATURAL

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LOS CERROS, PATRIMONIO CULTURAL Y RELIGIOSO

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LOS CERROS CUENTAN

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AMENAZAS Y FUTURO DE LOS CERROS

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SEGUNDA PARTE DE LOS CERROS ORIENTALES DE

CORREDOR ECOLÓ GICO Y RECREATIVO BOGOTÁ

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ESTRATEGIA DE DESARROLLO SOCIO CULTURAL

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ESTRATEGIA AMBIENTAL Y BIOFÍ SICA

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ESTRATEGIA ESPACIAL Y DE INFRAESTRUCTURA

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LOS CAMINOS DE LOS CERROS

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BIBLIOGRAFÍA

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Un pacto ambiental para la ciudad

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res motivaciones llevaron a la Administración distrital a realizar este libro: la primera, dar a conocer una perspectiva distinta de los cerros orientales que evidencia el potencial ecológico-ambiental, cultural y recreativo, más allá de la simple admiración de los cerros, y desarrolla una propuesta para la consolidación de un corredor ecológico, recreativo y de conectividad biológica sobre los 52 kilómetros de cerros que bordean de sur a norte la ciudad; la segunda, sensibilizar a los ciudadanos y a los gobernantes, y en general a todos aquellos que tienen que tomar decisiones sobre lo que significan las 14.116 hectáreas de la Reserva Forestal, para que este proyecto de vida que hoy visualizamos sea expresión de la voluntad colectiva y del Pacto por la defensa de los cerros que caracterizarán la ciudad del futuro. La tercera motivación es involucrar a los pobladores y a las comunidades de borde, garantizando así la construcción y sostenibilidad de uno de los proyectos de mayor impacto ambiental en la ciudad. Si bien ha habido controversias, debates, informes y libros que invitan a pensar en los cerros orientales de la ciudad, aquí señalamos un reto para los próximos años, una ruta posible que se concreta en un corredor de propiedad pública, de 52 kilómetros de largo, con un ancho variable entre 12 y 1.250 metros, que garantiza la preservación de la Reserva Forestal de los cerros orientales y establece definitivamente el ordenamiento del

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borde occidental de la reserva y la delimitación de los usos urbanos en el borde oriental de la ciudad. Esta nueva mirada que entregamos a la ciudad se enriquece con otras perspectivas de los cerros. Por eso, en este libro presentamos y resaltamos otras miradas, otros caminos; una invitación que concreta su papel como un oferta ambiental, cultural y recreativa desde su potencial natural, ecológico y paisajístico: n La ciudad vista desde los cerros. n Los cerros mirando a la ciudad. n Los cerros mirando a otros cerros. n Los cerros desde su interior. n Los caminos de los cerros, idea que da nombre a la publicación. n Detrás de los cerros, la región. Lo cierto es que la visión que tenemos hoy de los cerros ha cambiado desde cuando eran un asentamiento de los Muiscas. Las Administraciones

han sido conscientes de estos dinamismos y por ello destacan la importancia de su conservación y la necesidad de integrarlos al desarrollo urbano y al imaginario cultural y paisajístico de la población. Nada mejor que la apropiación por parte de la gente para que este patrimonio natural tenga un futuro distinto, de cara a la ciudad y a la región. Los habitantes y vecinos de la reserva, por su parte, han emprendido diversas formas de uso y preservación: grupos de caminantes, observadores de aves, asociaciones y fundaciones de carácter privado que dan a conocer mediante publicaciones sus vías, los valles, ríos y quebradas que enriquecen el paisaje de los cerros orientales. Entonces, Administración y ciudadanía, de cara al siglo XXI, deberán decidir conjuntamente el futuro de los cerros como factor de identidad de la ciudad, como punto de referencia ineludible y como referente vivo de una ciudad cambiante. Bogotá, urbana y rural, regional y global, y todo lo que la integra, debe ponerse de acuerdo y trabajar en una propuesta que permita construir este pacto social y ambiental en beneficio de las generaciones futuras.

Luis Eduardo Garzón Alcalde Mayor

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Los caminos de los cerros: un proyecto de impacto metropolitano

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a propuesta que presenta hoy la Secretaría Distrital de Planeación recoge estudios e iniciativas que durante muchos años han trabajado autoridades nacionales y distritales, y es un compromiso decidido por el ordenamiento de los cerros orientales de Bogotá. Plantea una visión que los acerca e integra como una de las ofertas de competitividad natural más significativas que tiene la ciudad, reconociéndoles, además de su papel ambiental, un nuevo rol de esparcimiento, recreación y cultura. Este estudio se concreta sobre una área libre de 415 hectáreas, ubicadas en el borde occidental de una parte de la Reserva Forestal de los Cerros Orientales, sobre la cual hay todavía muchas discusiones que hacen complejo el camino para concretar su futuro. La propuesta define un corredor que cruza las localidades de Usaquén, Chapinero, Santa Fe, San Cristóbal y Usme. Se propone como un proyecto estratégico y de competitividad para desarrollarse a lo largo de 52 kilómetros que recorren la ciudad desde Usme, en el extremo sur, hasta la calle 193 en el norte. El proyecto identifica y concreta tres estrategias: 1. La estrategia social que permite a las comunidades de los barrios de borde la incorporación al proyecto, por cuanto integra programas de seguridad, convivencia, participación, educación ambiental, actividades productivas y el rescate y apropiación del patrimonio cultural. 2. La estrategia biofísica que busca mantener y recuperar el activo ambiental del corredor, considerando la oferta de aire y recreación que representa para la ciudad. 3. La estrategia de infraestructura que, mediante la construcción de 52 kilómetros de sendero, busca generar apropiación, incorporación e incremento de los índices de espacio recreativo para los 6,7 millones de habitantes.

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Este proyecto tiene un impacto metropolitano de magnitudes similares a la construcción de un metro o un sistema de ciclovías. A la Secretaría Distrital de Planeación le ha correspondido liderar este proyecto y cuenta hoy no solo con el estudio de la propuesta que aquí se presenta, sino con los diseños completos que hacen posible, en un corto plazo, construir el primer tramo del corredor. Para entender la magnitud del proyecto y la necesidad de lograr el consenso de todos los actores, presentamos, a continuación, una breve descripción del camino recorrido que nos condujo a este proyecto. La Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá, cuenta con tres autoridades que buscan su preservación. Sin embargo, además de ellas, existe un sinnúmero de entidades ambientales que trabajan, de forma indirecta, por las 14.116 hectáreas que la constituyen, lo que la convierte en uno de los territorios más complejos para la toma de cualquier decisión de planeación, gestión o financiación. Con la Resolución 076 de 1977 del Ministerio de Agricultura, el Gobierno nacional definió la Reserva Forestal de los bordes orientales pero esta no se acompañó con un plano en el cual se indicaran sus límites. Esta dificultad, junto con otras razones jurídicas y administrativas, trajo como resultado la falta de control y la consecuente ocupación de una parte importante de la reserva forestal. En consecuencia, en 1998 la Corporación Autónoma Regional (CAR), con el visto bueno del Departamento de Planeación Nacional y considerando las diferentes ocupaciones que se daban en el lugar, sustrajo algunas hectáreas de la Reserva y permitió la ocupación y la legalización de algunos barrios. Simultáneamente, y de manera ilegal, se ocuparon otras hectáreas llegando a una ocupación total de 557 hectáreas correspondientes al 3,94% de esta reserva. Después de 28 años, en abril de 2005, el Ministerio de Ambiente Vivienda y Desarrollo Territorial, delimitó la Reserva, propuso dejar 13.143 hectáreas

en reserva forestal y sustraer 973, el equivalente a 6,89%, de las cuales 557 se encuentran construidas y 415 libres, y la denominó franja de adecuación, sobre la cual determinó que se debía hacer un ordenamiento definitivo. A esta propuesta se interpuso una acción popular que considera que las áreas ocupadas deben restituirse y sumarse nuevamente a la reserva. Las entidades nacionales y distritales reaccionaron frente a este concepto, razón por la cual no hay todavía ninguna decisión. Pese a que el tema jurídico aún no se ha definido, y que no es claro si existe o no la franja de adecuación, todos coinciden en la necesidad de tener un Plan de Ordenamiento Zonal y de Gestión para el borde occidental de la reserva. Es en este punto donde la Secretaría Distrital de Planeación, contrató una investigación sobre el ordenamiento del borde oriental de los cerros y adelantó el Estudio para el ordenamiento del corredor ecológico y recreativo de los cerros orientales, que se ubica en el área de las 415 hectáreas todavía libres de ocupación, y desarrolló la propuesta que se presenta en esta publicación. Se requerirá, entonces, de la voluntad política, la precisión y generosidad del trabajo en equipo y, finalmente, el aval y acompañamiento de gobernantes y ciudadanos a quienes está dirigida esta publicación. El objetivo, a muy corto plazo, es generar acuerdos que garanticen la consolidación de la protección de la Reserva Forestal de los Cerros Orientales como patrimonio para las siguientes generaciones. Esperamos que este libro colme sus expectativas.

Arturo Fernando Rojas Rojas Luis Eduardo Garzón Secretario Distrital Alcalde de Planeación Mayor

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Corredor social, ecológico y recreativo

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a mayoría de los estudios que se han realizado sobre los cerros orientales de Bogotá han reconocido en ellos un conjunto de valores ambientales, económicos y estéticos, y han hecho énfasis en el significado que tienen como fuente ambiental y paisajística de la principal ciudad de la región y del país. Los cerros se han convertido de muchas formas en elementos centrales del patrimonio ecológico de la región, y son uno de los últimos relictos que le brindan paisaje natural y servicios ambientales. Sin embargo, ninguna de las propuestas de estos estudios se ha podido concretar en hechos reales y visibles para los ciudadanos. El área límite o corredor de borde entre la ciudad y la Reserva Forestal de los cerros orientales, denominada pie de ladera, poseía la mayor diversidad del bosque altoandino. Sin embargo, en diversos momentos históricos fue alterada y hoy en día es una de las zonas más degradadas de todo el ecosistema, lo que genera una fragmentación de alto costo ambiental. Actualmente se observa una transformación por la presencia de plantaciones exóticas, un deterioro debido a los usos agrícolas, una alteración por fragmentación de la cobertura vegetal y una degradación por la ocupación urbana y la explotación minera, entre otros procesos. Esta área intermedia altamente modificada es la que conforma un corredor de población diversa, con procesos biofísicos y una ocupación con enormes potenciales, pero también grandes fragilidades. Adicionalmente, los habitantes de la región y de la ciudad han perdido su memoria y no reconocen ni sus quebradas, ni los nombres de los altos o de la vegetación que lo componía originalmente. Perdió lo que la sociedad Muisca tenía en su momento: un sentido sagrado y de respeto por la naturaleza, las lagunas y los árboles. Esta propuesta pretende concretar un espacio real para que los ciudadanos sean protagonistas de su transformación. No se trata de un discurso o de una falsa interpretación de los discursos, es un sueño que tiene altas posibilidades de concretarse y en el que se recogen muchos de

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los enfoques de propuestas anteriores surgidas en diversas instancias en las que he participado. Esta ensoñación busca que todos puedan caminar del lado de la naturaleza. Es una propuesta sencilla que pretende sobrepasar los límites de la simple ejecución de infraestructura para aumentar la sensibilidad de la población hacia su geografía particular. El sueño tendrá imágenes que se transformarán con el tiempo, con el cambio de las estaciones y de los ciclos naturales; no seguirá procesos lineales sino que se desarrollará alternativamente en campos diversos: iniciará con procesos sociales, alternará con el restablecimiento de las coberturas vegetales, se irá trazando un sendero que acerque a comunidades ricas y pobres, a paisajes deteriorados con bosques majestuosos de encenillos o parajes de páramos. Un proyecto de vida para que todos caminen por la misma ruta.

con deportes de riesgo como escalada, pasando por tarabitas y puentes colgantes, o en actividades agro ecológicas plantando en cultivos urbanos, recogiendo semillas para crear viveros satélite de especies nativas o plantándolas en corredores ecológicos. Algunos vecinos podrán percibir un ingreso adicional participando en la construcción del sendero, o ayudando al Jardín Botánico en la eliminación del retamo. Podrán igualmente perderse sin correr peligro, y enamorarse mirando los nevados y otros cerros o los eclipses y las estrellas. Los estudiantes de universidades y colegios presentes en el corredor también podrán ejercer un patronato para restaurar alguna quebrada o bosque. Son tantas y tan variadas las actividades que podrían incrementar el afecto de los ciudadanos hacia sus cerros, que un día la sociedad aprenderá a exigir su preservación y entonces será posible eliminar las normas restrictivas y prohibitivas que constituyen su panorama actual. Por fin podríamos saber físicamente hasta donde llega la ciudad y empieza la reserva, porque estaría delimitada por un sendero de 52 kilómetros que irá restaurando a su paso la diversidad que originalmente existía en el pie de ladera y los ciudadanos podríamos vigilar que no se siga deteriorando.

Esta propuesta puede ser tan contundente como lo sea su apropiación, o tan vulnerable con una mala interpretación, ya que requiere intervenciones diferenciadas, con alta sensibilidad y delicadeza en cada lugar. Ella pretende que en un futuro no lejano los cerros se conviertan para los bogotanos en lo que fueron para los Muiscas: lugares sagrados y ceremoniales. Si alguna de las laderas de los cerros orientales se hubiera preservado hasta nuestros días, veríamos soberbios bosques de cedros con manchones de pinos romerones, tíbares y nogales con parches de orquídeas y diversas coberturas.

¿Podremos darnos una nueva oportunidad para volver al paraíso? ¿Seremos capaces como sociedad de hacerlo? El reto es crear un paradigma distinto para los habitantes de Bogotá y de la región, con un lenguaje sencillo y a la vez complejo, como la naturaleza, donde podamos redescubrir senderos posibles y distintos.

¿Cómo recobrar ese paraíso? Recuperando el afecto de la gente hacia su naturaleza, un afecto real que los haga movilizar para recorrerla y defenderla. Rescatando la memoria: redescubriendo sus quebradas, árboles y pájaros. Aumentando la cultura: conociendo las historias de sus barrios legales o de origen informal, con valor patrimonial o popular. Conociendo a todo tipo de vecinos. Sus habitantes pueden transmitir a los visitantes sus conocimientos de etno-botánica o las historias de barrios. Los visitantes podrán divertirse

Diana Wiesner Ceballos Arquitecta paisajista - Autora de la propuesta

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

Fundación de Bogotá José María Vergara y Vergara a Fernán Caballero

Este sitio ha de perder su nombre de Teusaquillo; y así como doy al territorio el nombre de mi patria, ha de llamarse esta ciudad |Santafé, por la gran semejanza que advierto en estos lugares con los de la vega de Granada. Mirad esa Serrezuela que queda al noroeste, y es el principado de nuestro buen amigo, el cacique de Suba, el primer cristiano que ha habido en esta tierra, y a quien hemos llamado don Alonso de Aguilar. ¿No se os figura Benalcázar, a la sierra de Elvira? ¿Ese pueblecito que nos queda al frente y que los naturales llaman Fontibón, no ocupa exactamente el mismo lugar que nuestra Santafé en la vega del Genil? Esas colinas llamadas de Soacha que nos quedan al sur, ¿no se asemejan a las del |Suspiro del |Moro, donde Boabdil se despidió de su patria con una lágrima? Aquí quedará Santafé al pie de esos dos cerros, como Granada al pie de sus collados; y esos dos cerros los llamaremos al uno Monserrate, y al otro Guadalupe, y edificaremos en esa cumbre dos capillas.

NUESTROS CERROS... ARTE Y PARTE EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD

PRIMERA PARTE

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LOS CAMINOS DE LOS CERROS

Fotografías propiedad de

Museodebogotá

Cuchilla Serrana

Cuchilla El Chiscal

Barrio Las Cruces calle 3ª al sur, 1940, Daniel Rodríguez.

Alto La Laguna

Cerro Pan de Azúcar

Nuestros cerros… arte y parte en la historia de la ciudad

Sierras del Chicó

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os cerros orientales de Bogotá hacen parte de un sistema montañoso que atraviesa Latinoamérica desde el sur, en Chile, hasta Venezuela. Localizados en la cordillera oriental, pertenecen al Sistema de Áreas Protegidas de la nación y del distrito capital, y poseen alturas que van de los 2.800 a los 1 3.600 metros sobre el nivel del mar. Los cerros comienzan en el Boquerón de Chipaque, al sur de la ciudad, en la localidad de Usme, en el que se sitúan los páramos de Cruz Verde, Choachí y Verjón; si continuamos el recorrido hacia el norte podemos encontrar boquerones, picos y páramos de menor altura, como

el cerro de La Teta, la cuchilla de El Zuque, al sur de Bogotá, los cerros de Monserrate y Guadalupe, en el centro de la ciudad, el cerro El Cable, a cuyos pies se encuentra el Parque Nacional, el Alto de los Cazadores, a la altura de la calle 86, el páramo La Cumbrera y los boquerones de San Francisco y San Cristóbal, en Usaquén, la cuchilla Serrana, a la altura de las Sierras del Chicó, y el cerro Pan de Azúcar, hasta terminar en la planicie de La Caro, cerca de Chía. Los cerros orientales que bordean la ciudad de Bogotá constituyen 14 mil hectáreas, es decir, casi el 9% de las 160 mil que tiene nuestro territorio.

Cerro Juan Rey Parque Nacional

Cerro Guacamayas

Páramo de Chipaque

Páramo de Cruz verde

Cerro La Teta

Cerro El Zuque

Cañón entre dos montañas.

Alto Los Tunjos

Alto de la Viga

Cerro Aguanoso

Guadalupe

Monserrate

Alto El Cable

Páramo El Verjón

Alto Piedra Ballena

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Cerro Cazadores

NUESTROS CERROS... ARTE Y PARTE EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD

Cuchilla El Gavilán

Parque Entrenubes

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

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Del mar a la montaña Hace al menos cien millones de años la Sabana de Bogotá estaba rodeada de mar. A medida que su profundidad fue disminuyendo empezaron a surgir formaciones montañosas hasta que el mar desapareció definitivamente, hace unos 65 millones de años, convirtiéndose entonces en una planicie costera cubierta de pantanos y desembocaduras de ríos, donde se acumularon arenas, arcillas y restos de vegetación que fueron transformando el entorno y dieron lugar a la formación Guadalupe, un conjunto de montañas que abarca el 53% de los cerros orientales. Lo que conocemos como los cerros orientales se originaron a raíz de movimientos de la tierra (tectónicos) que ocurrieron alrededor de hace 10 millones de años.

La geografía se transforma con la historia Cerros tutelares del centro de Bogotá: Monserrate y Guadalupe

Contar lo que sucedió entre esa época y la actualidad tomaría mucho tiempo y sería tema de varios libros. Por ello, vamos a dar un salto en la historia de nuestra ciudad hasta llegar a los primeros habitantes y vamos a ver qué relación tenían con los cerros orientales de Bogotá. Sin duda, los cerros han tenido transforma-

ciones importantes, ya que cada grupo humano plantea los usos que cree convenientes para su subsistencia. Claro, muchos de ellos favorecen a nuestras montañas pero otros no. Veremos porqué.

La calma muisca La ciudad de Bogotá, tal como la conocemos actualmente, guarda alrededor de sus cerros múltiples y entrañables historias. Mucho antes de la Conquista habitaban en el altiplano los Muiscas, un grupo social gobernado por caciques, dividido en cacicazgos, separados unos de otros por cerros y montañas, y distribuidos en los valles y partes planas de la sabana. Aunque al parecer en los cerros no había asentamientos de gran importancia, la zona donde se fundó Santa Fe de Bogotá corresponde a la falda del cerro Guadalupe, lugar en el que se desarrollaba el poblado de Teusaquillo, sitio en el que los Zipas tomaban sus baños rituales. Los indígenas consideraban los cerros como espacios sagrados, y por eso los cuidaban y celebraban allí sus ceremonias de adoración al sol y extraían plantas medicinales y sagradas. Toda la naturaleza era sagrada para ellos. Hoy hemos perdido no sólo esa cultura sino el concepto mismo de lo sagrado, que debemos tratar de recuperar.

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Nuevos territorios, nuevas realidades Con la llegada de los conquistadores, aparte de que se cambió totalmente el sentido cultural y religioso de los primeros habitantes de la sabana, comenzó también la deforestación de las laderas de los cerros: la leña utilizada para cocinar se extraía de los partes altas, al igual que la madera que se utilizaba para la construcción de casas, iglesias, muebles, y curtiembres. Árboles como el cedro y el nogal, que antes se consideraban sagrados, fueron talados, y las quebradas y ríos recibieron otros nombres. Posteriormente, en particular durante el siglo pasado, producto del aumento de la población y de la presión del desarrollo urbano, se utilizaron grandes áreas de los cerros (las que en su momento eran los extremos norte y sur de la ciudad) para extraer arenas, arcillas y grava con destino a la construcción, lo cual llevó al exterminio total de la vegetación en estas zonas. Sumado a estos procesos de extracción está la expansión urbana que poco a poco fue invadiendo toda la zona del piedemonte de los cerros orientales, fragmentando los ecosistemas de mayor diversidad biológica. Ante esta realidad innegable se empezaron a dar los primeros pasos para conservar el patrimonio de los cerros. Entendiendo que ellos representan un pulmón imprescindible para la ciudad se llevaron a cabo acciones de reforestación con especies foráneas como eucaliptos, pinos y acacias, lo que incidió en la oferta visual pero no solucionó los problemas de fragmentación de los ecosiste2 mas originales; así mismo, la plantación del retamo espinoso generó mayores problemas, tantos que hoy en día persisten y que agravan la degradación de dichos ecosistemas. Una acción importante fue la compra de terrenos por parte de entidades públicas como la Empresa de Acueducto de Bogotá, que adquirió 50,3 hectáreas para proteger las fuentes de agua de la degradación que necesariamente produce el desarrollo urbano, y como control y límite para la expansión de asentamientos informales.

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Arbusto de origen europeo. La especie debe su nombre a que las hojas están modificadas en espinas de hasta 4 cm de longitud.

NUESTROS CERROS... ARTE Y PARTE EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD

Cerros y ciudad, 487 años de historia

1520 ! Destrucción del bosque nativo del pie de ladera. ! Primera fragmentación y alteración del ecosistema. 1538 ! Fundación de Bogotá. ! Construcción de santuarios en los cerros. 1782 ! Expedición Botánica e inventario de especies. SIGLO XIX 1855 ! Primeras reforestaciones de los cerros con árboles foráneos. 1861 ! Venta de predios de la Iglesia en los cerros. 1882 ! Construcción de las parroquias de Las Aguas y Egipto. 1890 ! Construcción de tanques de almacenamiento de agua en las laderas de los cerros.

Augusto Le Moyne, registró en sus crónicas "Viajes y estancias en América del Sur", en 1834, el estado de los cerros: "tienen un aspecto triste lo mismo de lejos que de cerca, pues sus alrededores están desprovistos de árboles…"

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LOS CAMINOS DE LOS CERROS

SIGLO XX 1920 ! Explotación de los cerros y desarrollo de las primeras urbanizaciones obreras. 1922 ! Inicio de la industria ladrillera en la falda de los cerros. 1929 ! Construcción del funicular en Monserrate. 1930 ! La Sociedad de Mejoras y Ornatos contrató la arborización de la ciudad con urapanes. 1933 ! Inauguración del Parque Nacional, único espacio público que articula los cerros con la estructura urbana. Arriba: Demolición con maquinaria, 1945, Daniel Rodríguez. Barrio Los Rosales, 1946, Daniel Rodríguez. Centro: Monserrate (aérea), 1966, Saúl Orduz. Abajo: Panorámica Parque Nacional de norte a sur, 1950, Daniel Rodríguez.

Fotografías propiedad de

Museodebogotá

1938 ! Construcción del teatro al aire libre La Media Torta. 1940 ! Revegetalizaciones aisladas de las cuencas del río San Francisco y del cerro Guadalupe.

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Los años setenta

Todas las ciudades en el mundo crecen a medida que crece la población, cuando cambian los intereses de sus habitantes o en cuanto suceden fenómenos sociales o políticos que hacen que las personas se desplacen hacia ellas. Sin duda, este ha sido el caso de Bogotá. Hacia la década de los años setenta, la ciudad comenzó a expandirse hacia sus cuatro puntos cardinales, lo que por supuesto incluyó a los cerros. Este crecimiento los impactó e impactó sus ecosistemas, sus fuentes de agua y sus reservas naturales. La ciudad reaccionó al ver que su mayor patrimonio natural estaba en peligro. Por ello se inició un proceso formal de protección, a través de decretos y normas dictadas por las administraciones locales y nacionales. Como primera actuación, mediante Acuerdo 30 del 30 de septiembre de 1976, del Instituto de Recursos Naturales Renovables y del Ambiente (INDERENA), y aprobado por la Resolución 076 de 1977 del Ministerio de Agricultura, creó lo que todavía hoy en día se conoce como la Reserva Forestal de los Cerros Orientales, con la que se buscaba proteger las fuentes de agua que abastecen a la Sabana de Bogotá; allí sólo se permitió la producción de frutos del bosque. Posteriormente el Acuerdo 7 de 1979 del Distrito, que regula el ordenamiento del territorio y define el Perímetro de Servicios como línea que delimita el área dentro de la cual las empresas distritales suministraban los correspondientes servicios públicos. Esta línea se asume como perímetro urbano y coincide con el límite occidental de la reserva.

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Los años ochenta

En esta década los ojos de la ciudad se vuelven a los cerros. La dinámica del desarrollo urbano produjo una valoración distinta de los mismos: en ese momento se volvieron atractivos, tanto para los estratos altos, que querían tener una vista privilegiada de la ciudad, como para los urbanizadores que vieron la oportunidad de construir ilegalmente y vender sus proyectos a personas necesitadas.

1944 ! El Plan de Soto Bateman incluye a los cerros como zonas de reserva.

De esta manera aparecieron nuevos asentamientos de vivienda popular, situados por fuera del perímetro urbano, los cuales se legalizaron y se integraron al área comprendida dentro de este perímetro, sin tener en cuenta la prohibición de desarrollo urbano en el área de reserva forestal, definida por la Resolución Nacional del 77.

1949 ! Le Corbusier propone para Bogotá un plan regional metropolitano.

Ante esta arremetida las Administraciones distritales tuvieron que responder con más planes y programas específicos de protección y reforestación para la recuperación ambiental de los cerros orientales.

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Los años noventa

Puede decirse que en esta década se aceleraron las construcciones sobre los cerros. Aparecieron urbanizaciones como Montearroyo, Sierras del Moral, y se desarrollaron las partes altas de Santa Ana, Santa Bárbara y Bosque de Medina, todas de estratos altos, y numerosas urbanizaciones informales sobre la salida a Villavicencio. También aumentó la subdivisión de predios y la construcción de viviendas en todo el valle sobre la cuenca del río Teusacá, que nace en el páramo de El Verjón y corre detrás de los cerros orientales hasta el valle del Sopó, alimentando el embalse San Rafael, a la altura de la calle 127. Este desorden es producto de la flexibilidad normativa que el municipio de La Calera ha tenido sobre el sector, lo que amenaza el equilibrio ambiental y genera una doble presión de desarrollo sobre esta importante reserva natural. En el año 1990 se dio un cambio en la legislación para proteger este crecimiento desordenado: se crearon las áreas suburbanas, que son zonas que rodean las áreas urbanas de la ciudad y de los corregimientos y veredas cercanas. También reciben este nombre las zonas que rodean las vías de acceso a la ciudad y aquellas donde conviven al tiempo modos de vida rurales y urbanos. Se definió una regla general para que estas áreas funcionaran y es que estas debían tener usos agrícolas mientras no hicieran parte de las áreas urbanas, es decir, mientras no se integraran a la ciudad. Sin embargo, esta normativa trajo consecuencias complejas que hoy se encuentran en debate. A finales de la década de los noventa, y producto de la Constitución de 1991, se sancionó la Ley 388/97 que obligó a las ciudades del país a crear los Planes de Ordenamiento Territorial, POT, con el fin de aprovechar las potencialidades de la ciudad, identificar sus problemas y proponer alternativas de solución a los mismos.

NUESTROS CERROS... ARTE Y PARTE EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD

1950 ! Inicio de explotación de canteras en el área comprendida entre los barrios Santa Ana y Santa Bárbara. ! Desarrollos como Los Rosales y Calderón Tejada ocurren en terrenos de antiguas canteras, haciendo uso especialmente de las áreas planas. ! Desde los años cincuenta hasta los setenta, por factores socioeconómicos y políticos, poblaciones de origen campesino se asientan en la localidad de San Cristóbal de forma espontánea e informal. 1953-1957 ! Construcción del Hospital Militar. ! Construcción de viviendas en canteras abandonadas. ! Desarrollo de vivienda en los cerros del centro, norte y sur. ! Construcción del teleférico de Monserrate. 1961 ! Ampliación del Parque Nacional hasta el camino de Monserrate. Años setenta ! Inicio de las parcelaciones de la Floresta de la Sabana. ! Desarrollo de la avenida de Los Cerros.

Arriba: Construcción calle 121 Centro: La Estrellita Abajo: Parque Nacional

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LOS CAMINOS DE LOS CERROS

1979 ! Definición de los cerros como área de conservación forestal, por parte de la CAR. Años ochenta y comienzos de los noventa ! Aparición de los barrios Juan XXIII y las Acacias. ! Sobre la vía a La Calera surgen los barrios San Isidro, San Luis y La Esperanza, en zonas de reserva forestal. 1990-2000 ! Aparecen en la parte norte de los cerros las urbanizaciones Bosque de Orquídeas, Floresta de la Sabana, Bosque de Torca. ! Presencia en el norte de una alta oferta inmobiliaria, que va de los estratos dos a seis, apoyada en la existencia de lotes en desarrollo, antiguas canteras, colegios y comercio. ! Presencia de multifamiliares de estrato seis, en la zona comprendida entre las calles 153 y 127. Arriba: Sierras del Chicó Centro: Barrio San Luis Abajo: Cerros sector Santa Ana

2005 ! Resolución 0463 que redefine los límites de la reserva protectora del bosque oriental de Bogotá y crea la franja de adecuación.

XXI

El nuevo siglo

Siguiendo el mandato de la Ley 388, Bogotá adoptó en 2000 el POT, mediante el Decreto 619. En él se ratificó la existencia de la reserva forestal, que ya mencionamos, y su administración y manejo por parte de la Corporación Autónoma Regional, CAR; creó los Corredores Ecológicos de Borde, que son franjas de 50 a 100 metros de ancho en suelo rural, que integran la ciudad con los cerros y actúan como límites naturales de la ciudad para facilitar el control del crecimiento urbano ilegal; sin embargo, su manejo no fue reglamentado. Así mismo, en el año 2003 se adelantó la primera revisión del POT (Decretos 1110 de 2000 y 469 de 2003), cuyas disposiciones fueron compiladas en el Decreto 190 de 2004, que aún se encuentra vigente. Hoy en día tres entidades: la CAR, el Ministerio del Medio Ambiente, y la Secretaría de Planeación, trabajan conjuntamente para definir las condiciones de ordenamiento de esta área.3 (Gráficos página siguiente). Como podemos observar, la visión de los cerros ha cambiado a lo largo de su historia desde que fueron asentamiento de los Muiscas. Las Administraciones y los ciudadanos poco a poco hemos entendido el papel que juegan en el equilibrio ambiental y como soporte del desarrollo urbano. Muchos habitantes y vecinos de la reserva han emprendido varias formas de apropiación, que incluyen grupos de caminantes, observadores de aves, asociaciones y fundaciones privadas que dan a conocer mediante publicaciones las vías existentes, los valles, ríos y quebradas que enriquecen el paisaje de los cerros orientales. De esta manera, entre todos, Administración y ciudadanía, podremos definir frente al siglo XXI el futuro de los cerros como factor de identidad de Bogotá y como punto de referencia permanente de una ciudad que cambia.

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Para mayor información consulte la página www.sdp.gov.co

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NUESTROS CERROS... ARTE Y PARTE EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD

DESARROLLO HISTÓRICO DE LA NORMATIVA DEL ÁREA DE ESTUDIO DEL CORREDOR

Área detallada

1977 Declaración y alinderamiento de la reserva forestal.

1990 / Acuerdo 6 Definición de área suburbana; permite incorporaciones a suelo urbano.

1990 / Acuerdo 6 Definición de área suburbana, permite incorporaciones a suelo urbano.

2004 / Acuerdo 190 Rectificación del perímetro urbano y ratificación del suelo de reserva forestal. Crea el corredor ecológico de borde.

2005 / Resolución 463 Creación de la franja de adecuación: redelimita y sustrae áreas de la reserva.

2006 / PZFA No se reglamenta en espera del fallo a la acción popular impuesta a la franja de adecuación.

2006 / Resolución 1142 Plan de manejo ambiental de la reserva forestal.

2007 El área aún se encuentra en zona de reserva.

Convenciones Suelo urbano Reserva forestal Perímetro urbano Área suburbana Franja de adecuación Desarrollo urbano Desarrollo legalizado incorporado

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

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Los cerros, una reserva natural Climas especiales

L

os cerros de Bogotá son un lugar lleno de sorpresas. En un recorrido por sus múltiples caminos podríamos encontrarnos con aves, reptiles, anfibios, orquídeas (unas 77 especies), bromelias (47), en fin, un sinnúmero de especies vivas que enriquecen el paisaje y complementan la presencia de quebradas, árboles nativos y otras variedades que se desarrollan en un clima muy particular. Los cerros de Bogotá no tienen un solo ecosistema, es decir, posee diversos grupos de seres vivos cuyos procesos vitales se relacionan y se desarrollan en un mismo ambiente. En los cerros encontramos el ecosistema alto andino, que se ubica en alturas entre 2.900 y 3.800 metros sobre el nivel del mar; allí hay una marcada presencia de árboles y arbustos que miden de tres a ocho metros de alto. Los robledales y los bosques de niebla, los raques, encenillos y tibar, son típicos de estos ecosistemas. El ecosistema bajo andino se encuentra también en los cerros con una altura aproximada de 2.600 metros, y se caracteriza por la presencia de alisos y cedros. Otro ecosistema es el de subpáramo, cuya altura va de 3.000 a 3.200 metros. Éste se caracteriza por tener una vegetación enana, que resiste muy bien los vientos fuertes. En ese contexto se desarrollan actividades agropecuarias, forestales y mineras, cuya referencia son las canteras, sitios de los que se extrae de la montaña la arena y la gravilla necesarias para construir la ciudad. Es común verlas cuando se recorren zonas como Usaquén, donde aún se puede observar el deterioro de las montañas por esta actividad. Por último, en los cerros orientales encontramos el ecosistema de páramo, que se encuentra en alturas que van desde los 3.200 metros y más. Este ecosistema, aunque es el de menor extensión en los cerros, es de suma importancia ya que allí se produce y almacena el agua que se necesita para su supervivencia.

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LOS CERROS, UNA RESERVA NATURAL

Las especies Si hacemos un recorrido por estos ecosistemas podemos encontrar algunas especies que predominan en los tres ambientes. Aunque no se encuentran en abundancia es muy probable que conozcamos algunas de ellas:

Chusque

Uvo de páramo

Frailejón

Musgo

Raque

Amargoso

Laurel

Sietecueros

Orquídea

Tuno

Saltón

Helecho

Rodamontes

Encenillo

Cucharo

entre 2.900 y 3.800 msnm

Subpáramo: Tagua, Romero blanco, Amargoso, Canelo, Ají de páramo, Sietecueros de Páramo, Laurel dorado, Oreja de mula, Mano de oso bogotano, Helecho, Pegamosco, orquídeas . Alto andino: Higuerillo, Cucharo, Rodamonte, Montañero, Encenillo, Arrayán, Raque, Mortiño, Carbonero, Helecho marranero, quiches. 2.600 msnm

entre 3.000 y 3.200 msnm

3.200 y más msnm

Páramo: Frailejón, Uvito de páramo, Romero de hoja ancha, Chusque, Musgo saltón, Espino espuelo, Té de Bogotá, Puyas.

Bajo andino: Aliso, Cedro, Raque, Garrocho, Tuno, Espino, Arrayán, Mano de Oso, Cucharo. Bosque de Lauráceas: Laurel, Tibar, Trompeto, Cucharo. Cedral: Cedro, Tibar, Almanegra, Tunos. Bosque de Alisos: Aliso, Raque, Garrocho.

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

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Una fauna escondida Al igual que lo que sucede con la flora, en los cerros orientales de Bogotá es posible encontrar esporádicamente una gran variedad de aves, mamíferos, reptiles y anfibios. Copetones, lechuzas, búhos, murciélagos, armadillos, ranas, salamandras y hasta lagartos hacen parte de la larga lista de especies que recorren nuestros cerros, ¡y no sabíamos que estaban allí!

Cucarachero común

Mirla

Lechuza

Copetón

Rana

Lagarto

Mamíferos: existen 14 familias, 17 géneros y 18 especies. La familia que se destaca por poseer más especies y géneros es la Molosidae, a la que pertenecen los temidos pero inofensivos murciélagos. También es posible encontrar ardillas, conejos, chuchas, guaches, ratas y ratones, curíes y armadillos.

Reptiles: se encuentran principalmente 4 familias, 5 géneros y 5 especies, entre las que se cuentan lagartos de collar negro, iguanas, culebras sabaneras y lagartijas.

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Tángara

Carbonero

Guache

LOS CERROS, UNA RESERVA NATURAL

Grillo

Dryas iulia

Leptophobia aripa aripa

Anfibios: en este grupo encontramos salamandras, ranas de dardo y ranas arbóreas. En total hay 3

bogotanos, copetones, gorriones, tángaras, lechuzas, búhos bogotanos, gallinazos, mirlas sinsontes, cucaracheros y águilas polleras y de cabeza amarilla.

Especies amenazadas Vale la pena llamar la atención sobre el hecho de que la constante caza de especies, la tala de árboles y la contaminación de suelos y agua han producido muchas pérdidas en el hábitat en el que viven, anidan y se alimentan muchas de las especies que mencionamos. Por eso es importante que todos nos apropiemos de los cerros y de su riqueza, que la sintamos como nuestra y que la cuidemos como se cuidan el jardín de la casa o los animales domésticos. Si no lo hacemos, tristemente algunas de estas especies tendremos que verlas sólo en las fotografías de los libros.

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

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Ríos y quebradas El área de estudio se extiende sobre dos cuencas, en el norte la del río Juan Amarillo, y en el sur la del río Fucha. En ellas nacen 2 ríos de los cuales hacen parte 53 quebradas. Un análisis de los caudales mínimos para las quebradas de la parte frontal de los cerros orientales, permite observar que en periodos de retorno de 5 hasta 100 años, la mayoría presentan valores de cero, y en general son sólo los ríos San Cristóbal y San Francisco y las quebradas Yomasa, Arzobispo y La Chorrera los que transportan agua permanentemente. La mayoría de las 53 quebradas que se ubican en los cerros se encuentran en estado natural pero algunas están deterioradas debido a la deforestación y a la transformación que causa en el ambiente la reforestación con especies vegetales foráneas que, aunque se desarrollan rápidamente, no son adecuadas para el suelo de nuestros cerros. Las basuras, la construcción de alcantarillados informales, la invasión y la construcción de canteras, también contribuyen al deterioro de las aguas. Pero no todo es negativo. Por ejemplo, la quebrada La Vieja, de Chapinero, se encuentra en un proceso de recuperación emprendida por la Asociación de Vecinos Amigos de la Vieja. Muy seguramente muchas de nuestras quebradas pueden ser “adoptadas” o apadrinadas por grupos ecológicos que quieran que el agua de los cerros se preserve.

Arriba: Quebrada Rosales Centro: Quebrada La Vieja Abajo: Río San Francisco

C U E N C A

F U C H A

C U E N C A

J U A N

A M A R I L L O

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LOS CERROS, UNA RESERVA NATURAL

Quebrada Soratama Quebrada Arauquita Quebrada San Cristóbal Quebrada El Cedro Quebrada Bosque de Pinos Quebrada Contador Quebrada Bosque Medina Quebrada Trujillo Quebrada Callejas Quebrada Santa Bárbara Quebrada Chorrera (Molinos)

SECTOR NORTE

Quebrada Pozo Claro Quebrada Chicó Quebrada San José Quebrada Rosales Quebrada La Vieja Quebrada Los Olivos Quebrada Las Delicias Quebrada Pardo Rubio

SECTOR CENTRO NORTE

Río Arzobispo Quebrada Choachí Quebrada Santo Domingo Quebrada Las Brujas Río San Francisco Quebrada Roosevelt Quebrada Padre de Jesús

Quebrada Mochón del Diablo Quebrada San Bruno Quebrada Santa Isabel Quebrada Manzanares (San Agustín) Quebrada Chorrerón (Canal Laches) Quebrada Mina Vitelma

SECTOR CENTRO

Río Fucha (San Cristóbal) Quebrada Aguas Claras Quebrada La Laguna Quebrada El Chuscal Quebrada Ramajal Quebrada Los Toches Quebrada Aguamonte Quebrada Chorro Silverio Quebrada Chiguaza Quebrada Seca

Quebrada Morales Quebrada Nueva Delhi Quebrada San Camilo Quebrada Verejones Quebrada Santa Librada Quebrada Bolonia Quebrada El Raque Quebrada San Pedrina Quebrada Arrayanal Quebrada Yomasa

SECTOR SUR

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

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Los cerros, patrimonio cultural y religioso

Viajes por el interior de las provincias de Colombia John Potter Hamilton Biblioteca V Centenario, Viajeros por Colombia, Colcultura, Bogotá, 1995

Divisamos una hermosa vista de Bogotá a distancia de tres o cuatro leguas. Está situada al pie de una cadena de montañas que cierran el límite de la sabana de Bogotá; la hermosa catedral y los conventos de Guadalupe y Monserrate en la cumbre de las dos colinas son objetos llamativos y conspicuos.

D

esde tiempos inmemoriales los cerros han tenido diversos puntos de encuentro con la ciudad y con sus ciudadanos quienes hemos encontrado en ellos un sitio clave para representar nuestras creencias religiosas, y nuestras tendencias culturales. A lo largo del tiempo hemos convertido a los cerros en lugares de peregrinación, miradores urbanos, o, incluso, en referentes de ubicación para orientarnos desde cualquier sitio de la ciudad. ¿Quién no ha recorrido u observado a otros subir a pie, corriendo, o incluso de rodillas, los cientos de escalones que separan la falda de la montaña hasta la iglesia de Monserrate? ¿Quién no ha divisado a lo lejos la majestuosidad de la Virgen que corona el cerro de Guadalupe? No muchas personas podrían responder positivamente porque estos íconos son tradicionales y ocupan un lugar especial en el imaginario de la gente.

Las miradas de los cerros Los cerros son prácticamente una muralla natural que rodea toda la urbe, y por eso podemos percibirlos a partir de diversas miradas: desde cualquier punto de ellos puede divisarse una panorámica de toda la ciudad; en el norte podríamos destacar la vista sobre la sabana de Bogotá, los cerros de Suba, y, además, Chía y Cota. A la altura de las localidades de Chapinero y Santa Fe podemos apreciar los avances del desarrollo urbano, particularmente el que corresponde al centro de la ciudad. En las localidades de San Cristóbal y Usme se puede ver parte del sur, especialmente la zona rural de esta última.

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LOS CERROS, PATRIMONIO CULTURAL Y RELIGIOSO

(1) Los cerros miran la ciudad (2) La ciudad mira los cerros (3) Los cerros se miran entre sí (4) Los cerros por dentro (5) Detrás de los cerros (6) Los caminos de los cerros

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1

Pero los cerros no se limitan a ser miradores de la ciudad. Si es la ciudad la que decide mirarlos, podemos encontrar elementos naturales como sus formaciones montañosas, la vegetación y los recursos hídricos. Entre estos valores, llamados también bióticos por referirse a seres vivos, se encuentran elementos naturales muy atractivos desde el punto de vista paisajístico como los cerros El Zuque y La Teta, en la localidad de San Cristóbal; Los Frailejonales, en el piedemonte del cerro El Zuque; los bancos de orquídeas y los bosques de eucalipto en la localidad de Usaquén.

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6

De otra parte, y particularmente en las mañanas despejadas, es posible ver otros cerros desde los cerros. En efecto, en la falda de Monserrate, a la altura del Parque Nacional se pueden visualizar los nevados del Tolima y del Ruiz. Asimismo, los cerros se dejan recorrer por dentro. Ejemplo de este acercamiento poco conocido son las cuevas localizadas en los cerros de Santa Ana, y, además, atrás de ellos podemos encontrar la región que los circunda. Por último, podemos encontrar una sexta perspectiva de los cerros: la de los caminos. Recorrerlos, de un extremo al otro nos permite apreciarlos y conocer sus potenciales y riquezas.

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LOS CAMINOS DE LOS CERROS

TORRES DEL SILENCIO Tótem en la cordillera (…) Allá arriba está el tótem y allá abajo la ciudad, como si una imagen sagrada, similar a las de las civilizaciones primitivas, hubiera decidido protegerla y vigilarla. El enclave especial de Bogotá en un alto páramo entre dos cordilleras, su clima frío y su cielo grave, le confieren naturalmente un aire de lugar sagrado (…). (…) De ahí que la coincidencia entre la inmensa obra escultórica realizada por Eduardo Ramírez Villamizar en el flanco de la montaña bogotana, y la naturaleza peculiar de la ciudad, sea tan aguda y reveladora. (…). Fragmentos del folleto Ramírez Villamizar, escultor, MAM, Bucaramanga, 1989, texto inédito de Marta Traba.

SANTUARIO DE MONSERRATE Monserrate o “Monte en forma de dientes”, con 3.152 metros de altura, acoge el santuario construido en 1640 por Pedro Solís de Valenzuela en honor de Nuestra Señora de Monserrate, originaria de un monte de España, muy cercano a Barcelona. La obra fue terminada en 1657, gracias a la colaboración de los santafereños, quienes con gran esfuerzo, y como penitencia, subían materiales para la construcción. Fue reconstruida a comienzos del siglo XX, y se derrumbó por una falla en su estructura. El templo actual se terminó en 1925, y es uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad. La tradición popular cuenta que la imagen del Cristo Caído llegó por equivocación al santuario, pero que cuando la iban a bajar se hacía inmensamente pesada y cuando la subían era muy liviana. Al santuario de Monserrate se llega por tres caminos: a pie, por teleférico o por funicular.

ORIGEN DEL SANTUARIO DE LA PEÑA El 10 de agosto de 1625, Bernardino de León, un hombre humilde de Santa Fe de Bogotá, encontró en los cerros al oriente de la capital y detrás de la Iglesia de la Peña, las imágenes de Jesús, María, José y el Arcángel San Miguel delineadas en la roca viva. Cuando las autoridades eclesiásticas comprobaron el hecho, sin poder explicar el origen de tales figuras, autorizaron a los ciudadanos para que las veneraran públicamente. Desde el año 1716 el Santuario de la Peña se presenta como una joya en el patrimonio de Bogotá. Además, la parroquia cuenta con obras de arte de grandes maestros como Gregorio Vásquez Arce y Ceballos, Pedro de Laboria, y el pintor colombiano Gonzalo Ariza, entre otros.

Cultura y religión Otro de los elementos referenciales de los cerros es el rico patrimonio cultural que ofrecen, representado en monumentos, obras de arte, objetos históricos, infraestructuras en desuso y manifestaciones religiosas. Podemos destacar algunos de ellos, los más reconocidos por los ciudadanos, pero no por ello los únicos:

Abajo: La Virgen de Guadalupe es un referente tradicional de los cerros orientales

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En el barrio Delicias del Carmen, en San Cristóbal Norte, fue emplazada por la comunidad una virgen sobre el antiguo cauce de la quebrada que lleva el mismo nombre.

U S A Q U É N

En el cruce de la avenida Circunvalar y el río San Francisco se encuentran tres elementos patrimoniales: el antiguo puente sobre el río; el Chorro de Padilla, una pila de agua que servia antiguamente para surtir del líquido a los habitantes de los barrios vecinos; y el molino de San Francisco, uno de una serie que se encontraban sobre el río y que servían antiguamente a la industria harinera. En el centro de Bogotá, en una ubicación visible en la mayoría de la ciudad, se encuentran los santuarios de Monserrate, con su iglesia y el monumento al Señor Caído, objeto constante de peregrinación, y el de Guadalupe, con una virgen de 15 metros de altura construida por el escultor Gustavo Arcila Uribe, en 1946, y una pequeña ermita consagrada a la Virgen, además de un mirador desde donde se puede apreciar una imponente vista de la ciudad.

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En el Parque Nacional, en el sector de los cerros, está ubicada una obra del escultor colombiano Eduardo Ramírez Villamizar, llamada Las Torres del Silencio. La escultura está conformada por 16 torres de concreto que se encuentran sobre una colina desde donde se tiene una vista espectacular del centro internacional.

Sobre la vía a Choachí se encuentra una antigua casona donde funciona una cárcel de menores, llamada Hogar de la Poesía. Sobre la misma vía y un poco más al sur se encuentra un puente sobre el río San Agustín, que era el límite sur de la ciudad. Muy cerca de allí está ubicado el santuario de la Peña lugar de peregrinación que rememora la aparición de la Virgen en un lugar cercano. Desde este punto también hay una excelente vista del centro de la ciudad. En el límite entre las localidades de Santa Fe y San Cristóbal se encuentra la primera planta de tratamiento de aguas del país, la de Vitelma, construida entre 1933 y 1938 en los cerros orientales de Bogotá. La puesta en funcionamiento de esta planta y de la represa de la Regadera que la alimentaba, fue un avance importante en la cobertura y la calidad del servicio para los habitantes de la ciudad.

LOS CERROS, PATRIMONIO CULTURAL Y RELIGIOSO

CERROS ORIENTALES: PATRIMONIO ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE BOGOTÁ

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Los cerros cuentan Crónicas de Bogotá Por Pedro M. Ibáñez

En los cerros del oriente de la ciudad nacen los siguientes riachuelos, que corren de Este a Occidente: en Chapinero, barrio de la ciudad, dos arroyos llamados quebradas;. entre este barrio y el de Las Nieves, el riachuelo del Arzobispo, que forma la cascada de La Ninfa; en el páramo de Choachí nace el río San Francisco, que corta, con escaso caudal, la ciudad, dejando, antes de entrar en ella, agua para el servicio del acueducto público; en los cerros de Guadalupe y La Peña nacen dos arroyuelos llamados Manzanares y El Chuscal, origen del San Agustín, más pobre en caudal que el San Francisco, y que a él se une en la carrera 13. Una milla al sur del área de población corre el río Fucha, que nace en el páramo de Cruzverde, y a poco más de 5 kilómetros al Sur, el Tunjuelo, el más caudaloso de los nombrados, embellece las inmediaciones de la capital. Todos estos ríos desembocan en el Bogotá o Funza, Eunzha de los chibchas, y Patí de los panches, que corre en el centro de la Sabana de Norte a Sur, y forma, al separarse de ella, la magnífica cascada del Tequendama. Es el río Funza la grande arteria del sistema hidrográfico de Bogotá y de la Sabana. Mezquinos arroyuelos, llamados quebradas de Monserrate, San Diego, San Bruno, La Mosca, San Juanito y La Calera, nacen en las faldas de los cerros y llevan sus escasas aguas a los mayores ya nombrados. Las aguas de Bogotá son límpidas y excelentes para tomar, por lo notablemente finas.

Área total de la reserva forestal de los cerros orientales n 14.116 hectáreas. Área total ocupada con usos urbanos n 557 hectáreas, parte de las cuales están construidas. Áreas ocupadas con barrios legales e ilegales n 339 hectáreas con barrios de origen informal. n 149 hectáreas corresponden a barrios legalizados.

Cobertura vegetal en el corredor Conservación, 4%

n 190 hectáreas a barrios sin legalizar.

Transfomación / Invasión biológica, 1%

Áreas ocupadas con otros usos n 218 hectáreas ocupadas con incorporaciones o predios con licencia, canteras e infraestructura de servicios.

Alteración, 11%

Degradación, 39%

Invasión biológica alteración, 2%

Área corredor ecológico y recreativo n 415 hectáreas sin ocupar ubicadas entre la Reserva Forestal y los usos urbanos; es el área donde se estudia y propone el Corredor ecológico y recreativo de los cerros orientales y donde se concretan “Los caminos de los cerros”. Estado de conservación del área del corredor n 96% con algún grado de transformación. n 4%, es decir 16,6 hectáreas, se encuentran en estado de conservación y aún mantienen la apariencia externa de la vegetación nativa caracterizada por el bosque altoandino.

Transformación, 21% Paramización, 0% Deterioro, 20% Deterioro / Invasión biológica, 2%

Cerro Cazadores

3.175

Cerro de Pan de Azúcar

3.600

Cerro de la Teta

3.400

Cerro del Zuque

3.650 Altura máxima de los cerros bogotanos

Alto de la Viga

3.325

Cerro Aguanoso

3.317

Guadalupe

3.152

Monserrate

3.100

Pico del Águila

3.200

Alto el Cable

3.275

Alto Piedra Ballena

3.115

Secamiento de quebradas

Contaminación

Cultivos temporales

Invasión biológica

Bancos de orquídeas y quiches

Canteras

Paramización

Conservación

Alteración por matorral

Conservación

Plantación bosques foráneos

Degradación - urbanismo

33 LOS CERROS CUENTAN

CERROS ORIENTALES: PATRIMONIO ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE BOGOTÁ

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Amenazas y futuro de los cerros Perdiendo un tesoro natural

Diario de la Independencia. José María Caballero Biblioteca Banco Popular, Bogotá, 1974. Tomado de Ojos sobre Bogotá, Alfredo Iriarte, Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, Bogotá, 1999.

1743. Viernes 18 de octubre sucedió en esta capital un gran terremoto que duró siete minutos; se vencieron las más de las iglesias y muchas casas, y se cayó la ermita de Monserrate y la de Guadalupe lo mismo, y la campana grande se vino a encontrar más debajo de la mitad del cerro. Sucedió esto entre 10 y 11 del día. A esta hora sacaron a su majestad de todas las iglesias en procesión. Por todas las calles y plazas la gente andaba asustadiza y pasmada.

Como ya lo vimos en el apartado de las reservas naturales, los ecosistemas de los cerros son especiales, y podríamos decir que únicos en el mundo. No es fácil encontrar muchos lugares que combinen en un mismo sitio vegetaciones de páramo y de bosque alto andino. Infortunadamente, gran parte de la riqueza biológica de los cerros ha desaparecido a causa del desarrollo urbano. Sólo en el área de estudio de las 415 hectáreas donde se propone el corredor ecológico y recreativo de los cerros, es decir en una muestra del 2,93 del total de la reserva sin ocupar que colinda con usos urbanos, observamos que el 96% del área tiene algún grado de transformación y sólo el 4%, equivalente a 16,6 hectáreas de la misma, se encuentra en estado de conservación.

La ciudad: principal amenaza de los cerros Aunque de muchas y positivas maneras la ciudad y los cerros se integran, también es cierto que ellos han sufrido muchos deterioros desde que surgió la ciudad en la Sabana. En un primer momento ellos fueron el sitio ideal para proveerse de madera y de agua, insumos que fueron vitales para el desarrollo urbano. Posteriormente, en el siglo XX, con la expansión de la ciudad y con las nuevas técnicas de construcción, los cerros volvieron a jugar un papel importante en el desarrollo urbano, ya que de sus entrañas se extrajeron muchos de los materiales necesarios para el crecimiento físico de Bogotá. Infortunadamente la expansión de la ciudad, propiciada por el arribo de más habitantes y visitantes, y por ser la capital del país, ha generado la necesidad de espacio adicional, lo que ha presionado aún más la ocupación de los cerros. Este afán de construcción, muchas veces descontrolada o ilegal, se ha convertido en una nueva amenaza para su degradación.

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AMENAZAS Y FUTURO DE LOS CERROS

Aunque existen alternativas de solución para estos problemas, como lo veremos más adelante, también es bueno dar un vistazo a algunos de los más representativos que aquejan a los cerros. Conocerlos nos puede ayudar a resolverlos.

Presión constante De las 114.116 hectáreas que tiene la reserva forestal de los cerros orientales 339, es decir 2,40% del área, se encuentran ocupadas por barrios de origen informal. Aun cuando el porcentaje es mínimo (2,39 del área total), el impacto sobre el ecosistema de los cerros ha sido alto. Un gran porcentaje de la cobertura vegetal nativa ha sido reemplazado por canteras, vías y asentamientos humanos. En la zona se encuentran 35 barrios legalizados, 29 barrios en trámite y 22 incorporaciones. En la localidad de Usaquén se encuentran la mayoría de barrios (23); le sigue San Cristóbal con 17, Chapinero donde se localizan 14 barrios, y, finalmente, Usme y Santa Fe que tienen el menor número, 6 y 4 barrios respectivamente, los cuales se encuentran legalizados. En los barrios localizados en las zonas más altas de la localidad de Usaquén como Soratama, Cerros del Norte y Santa Cecilia Norte parte alta, hay muchas dificultades para que sus habitantes puedan movilizarse; aún así, su ingenio se ha convertido en una oportunidad de servicio: se han adecuado carros de tracción 4 x 4, que son los únicos que pueden subir estas altas pendientes. En esta zona también se encuentra el mayor número de canteras, que en la actualidad se encuentran cerradas. La totalidad de barrios no cuentan con espacios públicos recreativos, con excepción de pequeñas zonas verdes.

Degradación por construcción

n n n n n n n n n n

Factores de riesgo de destrucción de los cerros Como podemos ver, los cerros enfrentan muchos peligros; algunos son ocasionados por fenómenos naturales y otros por nosotros mismos, ya que no los protegemos lo suficiente. Una buena manera de contrarrestar estos efectos negativos es actuar en conjunto y propiciar que las autoridades intervengan de manera articulada para protegerlos. Estos son algunos de los problemas que enfrentan los cerros en la reserva, y sobre muchos de ellos podemos actuar para evitarlos:

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Invasión por retamo espinoso

Degradación por ocupación

Incendios forestales en época de verano. Crecientes y avalanchas. Inestabilidad de los suelos. Deforestación. Presencia de plantaciones forestales no nativas. Presencia de cultivos y pastizales, incompatibles con la reserva. Minería. Viviendas ubicadas en zonas de alto riesgo como zonas de canteras abandonadas. Presencia de 245 torres y antenas de telecomunicación. Desconocimiento por parte de los propietarios de predios, acerca de las limitaciones que impone la reserva forestal y de las medidas de manejo planteadas por la CAR. Falta de un inventario de predios baldíos existentes en la zona. Falta de recursos financieros, logísticos y humanos para que la autoridad ambiental controle el uso de los recursos de la reserva. Falta de claridad sobre la definición de asentamientos humanos que puedan considerarse como parte de la zona de reserva. Presencia de usos incompatibles con los objetivos de una reserva forestal protectora.

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

Un proyecto de vida para los cerros Después de conocer la riqueza de nuestros cerros y sus problemas prioritarios, es necesario también plantear propuestas visibles que garanticen un futuro en armonía con la ciudad y con todos nosotros. Para detener la cadena de impactos negativos sobre los cerros, la ciudad propone la creación de un Corredor ecológico y recreativo de los cerros orientales de Bogotá, el cual es fruto de un estudio que recoge, identifica e integra varias alternativas de solución en los temas sociales, de infraestructura y biofísicos de los cerros orientales. El corredor está contemplado en las áreas sin ocupación dentro de los límites establecidos por la Franja de Adecuación o el área de transición entre la ciudad y la Reserva Forestal de los cerros orientales. Con aproximadamente 415 hectáreas y 52 kilómetros de extensión, de propiedad pública, cruza la ciudad desde el extremo sur en Usme, pasando por las localidades de San Cristóbal, Santa Fe, y Chapinero, hasta llegar a la calle 193, en Usaquén, al norte de la ciudad Este corredor tiene un ancho variable entre 12 y 1.250 metros. En el sur se desarrolla entre las cotas 3.210 y 3.050 metros y en el norte entre las cotas 2.820 y 2.650. Es una propuesta concreta para el ordenamiento del borde de los cerros orientales de la ciudad y el borde occidental de la reserva. Este corredor es quizás el patrimonio ambiental más significativo de la ciudad y puede convertirse en un elemento de competitividad en el futuro. Su potencial se basa en una gran conciliación de los habitantes y ciudadanos para recuperar el área más deteriorada de los cerros: su pie de ladera. El corredor es una propuesta, un modelo de ordenamiento identificado que aún no es realidad, por lo tanto, algunos de los elementos que se describirán se refieren a potenciales que el estudio identificó. Para hacerlo viable las propuestas serán evaluadas para incorporarse al plan de ordenamiento de la ciudad, previa autorización de las autoridades encargadas de este tema. Las propuestas que se presentan a continuación están detalladas en el Plan Director del Corredor Ecológico y Recreativo, e incluyen el manejo del agua, la señalización, los tipos de sendero, entre otros.

CORREDOR ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE LOS CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ

SEGUNDA PARTE

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

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Corredor ecológico y recreativo de los cerros orientales de Bogotá Más espacio público y naturaleza para todos El modelo de Corredor ecológico y recreativo de los cerros orientales de Bogotá, que se plantea como una estrategia social, biofísica y de infraestructura que incluye un recorrido de 52 kilómetros de norte a sur, busca promover todos esos elementos que los ciudadanos identificamos como valores simbólicos, ambientales, patrimoniales y paisajísticos de los cerros orientales. Este proyecto es de tal importancia que si se concreta tendremos ventajas muy importantes en el mediano plazo: habría una mayor conectividad entre la ciudad y la región, podríamos disfrutar más fácilmente el paisaje de los cerros, tendríamos más espacios de recreación y de educación ambiental, podríamos recuperar con mayor rapidez la biodiversidad de nuestros cerros, habría mayor seguridad, ampliaríamos las áreas de uso público, permitiría un mayor control sobre el desarrollo urbano en áreas de reserva, crearíamos más lazos afectivos con los cerros, y nos apropiaríamos de un territorio que siempre ha sido nuestro pero que siempre vemos de lejos. Lograríamos, en suma, una integración entre los cerros, la ciudad y toda la población de Bogotá. Todos ganaríamos, si todos pusiéramos de nuestra parte. Así ha sucedido en Río de Janeiro, Caracas y otras ciudades latinoamericanas que han protegido y aprovechado turística y recreativamente sus montañas urbanas de manera sostenible económica y ambientalmente.

Rol regional Una de las funciones más importantes que cumple el corredor son las relaciones biofísicas que los integran como pieza ecológica dentro de la Estructura Ecológica Regional. La actuación sobre dicho corredor contempla como principio

39

ordenador los criterios ecológicos y sociales para la propuesta, dada su situación 4 como ecotono y sus condiciones ambientales y sociales.

Las estrategias del modelo Para abarcar los impactos más importantes que tendría sobre la ciudad y sus habitantes, el modelo tiene tres estrategias:

Con miras a la zonificación y reglamentación, se tuvieron en cuenta las relaciones regionales bajo tres aspectos: n Su papel como elemento estructurante del desarrollo territorial, por su reco5 nocimiento como barrera geográfica a nivel regional. n Su función y el valor que tienen como fuente de oferta ambiental y escénica para la ciudad y la región. n Las relaciones biofísicas que los integran como pieza ecológica dentro de una Estructura Ecológica Regional por lo cual debe garantizar la conectividad de las relaciones ecológicas verticales (entre las distintas franjas altitudinales y transversales). Desde los bosques de aliso de las partes bajas hasta el páramo de las cimas, pasando por los bosques de cedro, los bosques de lauráceas, las distintas franjas del encenillal, el cordón de ericáceas y el subpáramo.

Estrategia de desarrollo socio cultural: el mayor pacto de borde de la ciudad

1

ESTRATEGIA SOCIAL Desarrollo social

2 ESTRATEGIA BIOFÍSICA ! Conservación ! Conectividad biológica ! Revegetalización

3 ESTRATEGIA DE

El corredor actuará como zona de ecotonía regional con una doble función: consolidar y contener el crecimiento de la ciudad a la reserva y mantener la conectividad ecológica entre la ciudad y la región.

INFRAESTRUCTURA ! Manejo del agua ! Usos y actividades ! Criterios de manejo

4

Trama de transición entre un ecosistema y otro. 5 Camargo Germán, "Análisis ecológico de la dinámica de transformación de los bordes urbanos en Bogotá D.C.", informe final de investigación, Universidad Piloto de Colombia,2000, Bogotá.

CORREDOR ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE LOS CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ

de la infraestructura

Esta estrategia busca que todas las personas que vivimos o disfrutamos de los cerros de Bogotá tengamos más oportunidades en cuanto a desarrollo social, que nos apropiemos del territorio, que planeemos conjuntamente con las autoridades su destino, que tengamos actividades sostenibles para su preservación y que realicemos acciones efectivas para contener la expansión sobre sus espacios. Para lograr estos objetivos esta estrategia integra programas de seguridad, de convivencia y participación ciudadanas, de educación ambiental, actividades productivas, y el rescate y apropiación del patrimonio cultural.

Estrategia ambiental y biofísica: restablecer el ecosistema Esta estrategia fue concebida para aumentar la conectividad ecológica de los cerros con la ciudad y la región, y para restablecer progresivamente la biodiversidad del ecosistema del pie de ladera que se encuentra alterado.

Estrategia espacial y de infraestructura: Museo urbano y ambiental a cielo abierto La estrategia espacial busca demarcar físicamente el límite de la ciudad con la reserva y disponerla para nuestro uso y apropiación, mediante un sendero con miradores y estaciones de aprendizaje, con todos los ciudadanos como veedores de su protección. Este corredor tendrá asociados una serie de proyectos de movilidad, recreación, educación, cultura y turismo. Este sendero podrá ilustrar, a lo largo de su recorrido, la historia de la ciudad y de las transformaciones de su geografía.

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

40

ESTRATEGIA DE DESARROLLO

Programa de actividades productivas

SOCIO CULTURAL Todos participamos en la construcción y sostenibilidad del corredor

El estudio del Plan Director del Corredor Ecológico y Recreativo ha identificado quiénes son los actores, es decir, los beneficiarios directos del proyecto, el potencial social y cultural de la zona, los procesos sociales que generan en este momento sus habitantes y las necesidades más apremiantes del territorio. Una vez obtuvo esta información determinó la aplicación de programas y proyectos que tengan un alto impacto social en la ciudad, y que este impacto esté de acuerdo con el eje social del Plan de Manejo del Borde Occidental y de la Reserva Forestal de los Cerros Orientales de Bogotá D.C. Este plan, elaborado por la SDP, incluye el diseño de programas, proyectos y acciones para conservar, preservar, rehabilitar y recuperar los ecosistemas de la reserva forestal, y asume su ordenamiento, manejo integral y administración. Se propusieron cuatro programas que agrupan proyectos en cada uno de ellos: el programa de actividades productivas, el programa de educación ambiental, el programa de seguridad, convivencia y participación, y el programa de rescate y apropiación del patrimonio cultural. Los principios que orientan estas propuestas son el desarrollo social, la apropiación territorial, la planeación participativa, la sostenibilidad y la contención de la expansión.

Busca que utilicemos los recursos que ofrecen los entornos natural y artificial para que generemos procesos, proyectos y actividades que fomenten el desarrollo social, humano y productivo, tanto individualmente como en comunidades y grupos. A partir de este programa y utilizando las potencialidades de la población podremos, entre todos, buscar soluciones a los problemas sociales y de calidad de vida de las comunidades marginadas para que se construyan oportunidades de vida digna. El programa desarrolla los siguientes proyectos:

n Mano de obra local. n Apropiación territorial y convivencia. n Fortalecimiento de procesos sociales para grupos vulnerables.

41

Programa de educación ambiental

Programa de seguridad, convivencia y participación

CORREDOR ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE LOS CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ

Programa de rescate y apropiación del patrimonio cultural

Este programa busca que entendamos el tema ambiental como un todo. No se trata de ver a las plantas, los animales, la vegetación como elementos individuales sino como un conjunto que se relaciona y genera dependencias, con el que interactuamos diariamente y el que necesita nuestra comprensión para emprender una verdadera conservación. Para ello el programa prevé procesos pedagógicos, de formación, de gestión, de investigación y de circulación del conocimiento sobre el tema.

Los temas de seguridad y convivencia son un asunto de todos. Este programa busca que en los barrios que quedan cerca de la reserva forestal y en el sendero ecológico los índices de violencia e inseguridad se reduzcan.

Los proyectos de este programa buscan que todos valoremos el patrimonio natural y cultural que nos ofrecen los cerros orientales. No basta con conocer los monumentos, es necesario cuidarlos, exaltarlos, utilizarlos y darlos a conocer a los visitantes.

Dentro de este programa se proponen los siguientes proyectos:

El programa contempla los siguientes proyectos:

Esos proyectos son:

n Educación para guías ambientales. n Ciudadanos de educación ambiental en la educación no formal – PROCEDA. n Educación ambiental por medio de aulas ambientales. n Proyecto de educación ambiental - PRAE en la educación formal.

n Reincorporación a la vida civil. n Educación para la convivencia. n Seguridad ciudadana.

n Gestión del patrimonio cultural tangible e intangible. n Investigación y circulación del patrimonio natural y cultural de los cerros. n Recreación y cultura.

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

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Los caminos de los cerros La misa de los conquistadores Rafael María Carrasquilla Registro Municipal, Bogotá, 1938.

Un día el licenciado granadino don Gonzalo Jiménez de Quesada, a la cabeza de un centenar de soldados, llegó, después de un viaje de un año entero, a esta hechicera sabana de Bogotá. El 6 de agosto de 1538 fundó, en el sitio de Teusaquilllo, la ciudad que, en el recuerdo de la patria ausente, apellidó Santafé. Inauguró el Nuevo Reino de Granada, en nombre de la corona de Castilla, con la misa primera que celebró en estas alturas el dominicano Frai domingo de las Casas. Sirvió de altar un banco de césped, de retablo, los árboles del bosque; de incienso, las aromas del campo; de cúpula el dombo azul del firmamento; de órgano, los murmullos de la selva, el trinar de los pájaros, el susurrar de la brisa y de los riachuelos, entonces puros, que se desprendían de los cerros altísimos de la cordillera oriental.

L

os cerros orientales, junto con todas las riquezas y potenciales que acabamos de conocer, hacen parte de la Estructura Ecológica Principal de la ciudad, un conjunto de áreas naturales esenciales para mantener el equilibrio entre lo construido y lo natural. Reconocidos como un componente fundamental del paisaje, pertenecen a nuestro patrimonio común, son un factor de integración, de recreación, de desarrollo y de oportunidad para todos. El valor que tienen su paisaje y sus puntos de referencia como los caminos reales, las haciendas de valor patrimonial y arquitectónico, los cerros de Monserrate, Guadalupe, el Alto de la Viga y el Cerro de La Teta, por ejemplo, hacen necesario que todos los consideremos como hitos geográficos y urbanos. La responsabilidad de cuidarlos debe ser compartida entre nosotros, como habitantes de la ciudad, y las instituciones encargadas de su conservación. Conocer los potenciales paisajísticos de la reserva natural de los cerros orientales puede ser un paso para empezar a quererlos y a apropiarlos. Lo más importante para nosotros, como ciudadanos, es poder recuperar el sentido que tenía la naturaleza para la sociedad Muisca, es decir, tener afecto por nuestra geografía y recuperar la cultura del paisaje.

Recorramos los cerros Es probable que libros como este y otros que se han publicado sirvan de “abrebocas” para antojarse de conocer la cantidad de secretos que encierran nuestras montañas, pero la mejor manera de comprobar todas sus maravillas, de enamorarse de sus plantas, de sus caminos naturales, de su vista, de sus aromas, es recorrerlos, a pie, cuando es posible, conocer sus límites, sus fuentes, la gente que los tiene cerca para saber qué piensan de ellos, cómo se transforman con el sol, o cómo sufren con los climas extremos.

59

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

UNIDADES TERRITORIALES

TRAMOS

UNIDAD NORTE Estrellita - Molinos

UNIDAD CENTRO NORTE Molinos - Arzobispo

C

Sistema de Posicionamiento Global, que permite determinar en todo el mundo la posición de un objeto, una persona, un vehículo o una nave.

Quebrada Yomasa (Calle 86 sur)

Río San Francisco (Calle 13) Cuenca Río Fucha

S A N E

M S

U 6

CAMINO DEL PARQUE (T-2) 3,25 km / 1 horas y 5 minutos

F E

C R I S T Ó B A L

S A N T A

D CEN T

IDA

UN R U

S D

A D I N

U

UNIDAD SUR San Cristóbal - Yomasa

CAMINO SIERRAS DEL ORIENTE 6,73 km / 2 horas y 15 minutos

CAMINO DEL AGUA (T-1) 3,87 km /1 horas y 20 minutos

UNIDAD CENTRO Arzobispo - San Cristóbal Río San Cristóbal (Calle 11 sur)

CAMINO BOSQUE DEL NORTE 7 km / 2 horas y 30 minutos

TRAMO PRIORITARIO(13.57 Km)

Río Arzobispo (Calle 39)

RO

Veremos en cada tramo, el potencial paisajístico y de infraestructura que hay en la reserva de los cerros orientales. Descubriremos sus bosques, quebradas, patrimonio arquitectónico, vías y conectores, ciclorrutas, caminos, hitos naturales y artificiales y elementos naturales que unen a los cerros con la Estructura Ecológica Principal de la ciudad. Así mismo identificaremos en ellos algunas muestras de las estrategias planteadas en el apartado anterior, “Un proyecto de vida para los cerros”. Una vez que conozcan el recorrido de las cuatro unidades territoriales propuestas los invitamos a trabajar conjuntamente en un camino que haga posible la gestión y materialización del corredor ecológico y recreativo de los cerros orientales de la ciudad, un patrimonio para todos.

Quebrada Bosque de Pinos (Calle 150)

Quebrada La Vieja (Calle 70)

H

UNI

A

P

DAD

I

N

CE

Los 52 kilómetros se caracterizaron mediante recorridos referenciados en cuatro unidades territoriales, que a su vez tienen tramos específicos, determinados por quebradas pertenecientes a las cuencas de los ríos Juan Amarillo y Fucha.

E

NT

R

RO

O

N

O

RT

E

Quebrada Chorrera (Calle 109)

CAMINO MIRADOR DEL NORTE 8 km / 2 horas y 40 minutos Cuenca Río Juan Amarillo

U

N I D A D

N

U S A Q U É N

Les mostraremos a continuación los recorridos identificados en el estudio base de esta publicación, contratado por la Secretaría de Planeación Distrital, SDP. Para realizarlo el grupo de consultores, con amplia experiencia en el tema de los 6 cerros, recorrió durante cuatro meses a pie y ubicándose con GPS, sus 52 kilómetros, de norte a sur (distancia que corresponde a la longitud del camino considerando las sinuosidades del terreno; si unimos los extremos norte y sur con una línea recta son 42 kilómetros). A partir de estos recorridos se concretaron las tres estrategias de la propuesta de Corredor ecológico y recreativo de los cerros orientales de Bogotá: social, biofísica y de infraestructura.

N O R T E

Calle 193 La Estrellita

CAMINO DE LOS SANTUARIOS (T-3) 6,46 km / 2 horas y 10 minutos CAMINO MIRADOR DEL ZUQUE 7,36 km / 2 horas y 30 minutos Quebrada Chiguaza (Calle 48 sur) CAMINO ARCHIPIÉLAGO DE PÁRAMOS 7,31 km / 2 horas y 30 minutos

51,57 km

60

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

1 UNIDAD NORTE Estrellita - Molinos

9

Desde límite norte (Bosque de pinos calle 193) a la subcuenca de la Chorrera

1

TRAMOS Camino Mirador del Norte 8 kilómetros / 2 horas 40 minutos Camino Bosque del Norte 7 kilómetros / 2 horas 30 minutos Total 15 kilómetros CONVENCIONES DE RECORRIDO POTENCIAL

Calle 193 Bosque de Pinos

2 3

4

5

1 2

4

Quebrada Aguas Calientes Bosque de pino y eucalipto Buenavista La Estrellita

5 6 7 8

11

Mirador del Norte Horizontes Altos de Serrezuela El Codito

9 10 11 12

Quebrada Sarauz Cantera La Roca Bosques de María Quebrada La Cita

Mirador urbano Estación Servicios Umbral de cerro Tarabitas Estación de cable Altos y cerros Jardín de orquídeas

N

Aula ambiental Punto de encuentro Ciclorruta Sendero ecológico

Calle 109 Quebrada La Chorrera

Cuerpos de agua

El Codito y La Estrellita

12

10

6

8

3 Mirador de estrellas

15 km

N

7

Cantera La Matuca

61

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

32 17

18

19 23

14

31

20 26

27

29 30

25

2

28 21 15 13

13 14 15 16

16

Calle 170 Canteras La Laja y El Milagro Servitá Calle 165

22

24

17 18 19 20

Cerros Norte Santa Cecilia y Arauquita Quebrada Arauquita Cantera

21 22 23 24

Calle 155 Carrera 7 Quebrada Bosque de Pinos Calle 147

Potencial escalada Canteras norte

Barrio Santa Cecilia

Estructura Cemento Samper

Bosques del Marqués y de Medina

Virgen en la roca

Mirador del Norte

25 26 27 28

Cedro Alto Sierras del Moral Montearroyo Bosque Medina

Unicerros Las Delicias del Carmen 31 Quebrada Delicias del Carmen 32 Quebrada Santa Ana 29

30

Bosque del Norte

Senderos y ecorutas

Conexiones urbanas existentes

62

2 UNIDAD CENTRO NORTE Molinos - Arzobispo Desde subcuenca La Chorrera a quebrada Arzobispo

N

6

U

TRAMOS Camino Sierras del Oriente 6,73 kilómetros./ 2 horas 15 minutos Camino del Agua 3,87 kilómetros / 1 horas 20 minutos Total 10,6 kilómetros

S M

E

U S

M E

CONVENCIONES DE RECORRIDO POTENCIAL

Calle 109 Quebrada La Chorrera

2 5

1 4 3

1 2 3

El Refugio Quebrada San José Toscaba

4 5 6

Predio privado Mabruk Rosales Quebrada de Rosales

Mirador de estrellas

N

Mirador urbano Estación Servicios

10,6 Km

Umbral de cerro Tarabitas Estación de cable Altos y cerros Jardín de orquídeas Aula ambiental Punto de encuentro Ciclorruta Sendero ecológico Cuerpos de agua

Quebrada del Arzobispo

Quebrada San José

Quebrada Rosales

7 8 9

Bellavista Quebrada La Vieja Universidad Manuela Beltrán

63

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

14

8

13

17 16

15 7

9 10 11

10

Desarrollos Bosque Calderón Tejada Universidad Politécnico Grancolombiano

12

11 12

Barrios Siberia Central,Pardo Rubio, Villa del Cerro, Villa Anita y San Martín de Porras

La Estrellita

Mirador Bosque Calderón Tejada-Monterrosales

Restauración corredor ecológico de ronda quebrada Las Delicias

Politécnico Grancolombiano

13 14 15

Quebrada de Las Delicias Cerro del Cable Barrio El Paraíso

16 17

Parque Nacional Quebrada Arzobispo

Propuesta de arte ecológico y restauración bosque plantado

Villa del Cerro

Barrio El Paraíso

Rappel en quebrada Arzobispo

64

3 UNIDAD CENTRO Arzobispo - San Cristóbal N

10 3

Desde subcuenca quebrada Arzobispo a subcuenca río San Cristóbal

U

TRAMOS Camino del Parque 3,25 kilómetros / 1 hora 5 minutos Camino de los Santuarios 6,46 kilómetros / 2 horas 10 minutos Total 9,71 kilómetros

S M

E

CONVENCIONES DE RECORRIDO POTENCIAL Calle 39 Quebrada del Arzobispo

N

7

9

8

1

1 2 3

Mirador de estrellas

4

2

4

Circunvalar El Paraíso Quebrada del Arzobispo Tanque del Silencio

5

5 6 7 8

La Macarena Bosque Izquierdo Parque Nacional Universidad Distrital

9 10 11 12

Barrio La Paz Camino de Monserrate Germania Avenida Jiménez

13 14 15 16

6

Santuario de Monserrate Estación del Funicular Universidad de Los Andes Río San Francisco

Mirador urbano Estación Servicios Umbral de cerro

9,71 km

Tarabitas Estación de cable Altos y cerros Jardín de orquídeas Aula ambiental Punto de encuentro Ciclorruta Sendero ecológico

Calle 11 Sur Río San Cristóbal

Cuerpos de agua

Visual cerros zona de los santuarios

Río San Francisco

65

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

21 13

16

26

24 14 27

25

20

11

15

29

28

17

36

12 30 18 17 18 19

Teatro La Media Torta Barrio La Candelaria Universidad Externado de Colombia

Camino del Parque

19

22 20 21 22 23

23

Hogar de La Poesía Santuario de Guadalupe Barrio Egipto El Guavio

Santuario de La Peña Los Laches 26 Tanque del acueducto de San Dionisio 24

27

25

28 29 30

34

31

San Dionisio El Consuelo La Selva El Dorado

33

32 31 32

33

Parque del Agua Planta de tratamiento del Acueducto de Vitelma Escuela Logística

Asentamiento sobre corredor ecológico de piedemonte

Parque Quebrada El Chorrerón

Planta Vitelma

Santuario de La Peña

Niños bañándose en Canal San Dionisio

Instituto para ciegos

35

Parque de los Sentidos Montecarlo 36 Río San Cristóbal 34

35

Río San Cristóbal

66 64

4 11

Desde subcuenca río San Cristóbal hasta la subcuenca quebrada Yomasa

14 5

U S M

E

CONVENCIONES DE RECORRIDO POTENCIAL Calle 11 Sur Río San Cristóbal

17 2

Mirador urbano

3

4

1

8 9

1 2

4 5

Montecarlo Gran Colombia La Cecilia Aguas Claras Río San Cristóbal

6 7 8 9 10

Los Alpes Quebrada Ramajal Altos del Zipa Tanque de acueducto Los Alpes

11

12 13 14

Quebrada Zuque Cerro El Zuque Moralba Altos del Zuque Quebrada Aguamonte

15 16 17

18

Quindío La Arboleda Corredor ecológico de ladera La Arboleda Las Gaviotas

Estación Servicios Umbral de cerro Tarabitas Estación de cable Altos y cerros Jardín de orquídeas

N

Aula ambiental Punto de encuentro Ciclorruta Sendero ecológico Cuerpos de agua

Quebrada Yomasa

12

6

3 Mirador de estrellas

7 10

TRAMOS Camino Mirador del Zuque 7,36 kilómetros / 2 horas 30 minutos Camino Archipiélago de los Páramos 7,31 kilómetros / 2 horas 30 minutos Total 14,67 kilómetros

14,67 km

N

UNIDAD SUR San Cristóbal - Yomasa

Arboledas

Frailejón corredor ecológico de ladera Tivaque

13

15

65 67

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

27 24 22 39 23

37 26

33

28

36

19

29

34 32

35 38 39

31

17

25 30 20 16

18 21

19 20

21 22

Quebrada Chiguaza Corredor ecológico de ladera La Gloria San Rafael Cerro Juan Rey

23 24 25 26 27

Quebrada Verejones Alto de las Cruces Ciudad Londres Quebrada Bolonia Cerro de La Teta

28 29 30 31

Quebrada Raque San Pedro P. Agroproductivo Bolonia Corredor ecológico de ladera El Raque

Camino Mirador del Zuque

Parque Arboledas

Cerro El Zuque

Vegetación corredor ecológico de ladera Silverio

Niños San Ricardo Paupuri

Cultivo arvejas parque Las Violetas

32 33 34 35

P. Agroproductivo Arrayanal Quebrada Arrayanal Tihuaque P. Agroproductivo Barrio Tihuaque

36 37 38 39

Barrio Las Violetas Quebrada Yomasa Antigua vía al Llano Conexión con Parque Entrenubes

Parque agroproductivo Tihuaque

Museo Minero Parque El Reciclaje

Laguna barrio Las Violetas

68 64

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www.sdp.gov.co www.car.gov.co/documentos www.caminantesyarmonia.com

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LOS CAMINOS DE LOS CERROS

UN PACTO AMBIENTAL PARA LA CIUDAD

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

UN PACTO AMBIENTAL PARA LA CIUDAD