Los Asociados FMM
Portugal
En Portugal, los Asociados FMM son conocidos como los ‘Amigos del Instituto FMM’ - “Amigos do Instituto FMM”.
Fecha de Fundación: 2001- 2202 La Asociación de “Amigos” es una institución del milenio, creada en Lisboa durante el primer encuentro anual, a finales de diciembre del año 2001, y en Arcozelo (norte del país) y en Funchal (Isla de Madera) en mayo 2002. La celebración de los 125 años de la Fundación del Instituto y la Beatificación de Madre Fundadora, María de la Pasión el 20 de octubre 2002, han motivado la creación de este movimiento laico. Con esta ocasión, 150 Amigos fueron a Roma a la Beatificación de María de la Pasión.
De derecha a izquierda: Hermanas Celeste Lúcio y Maurícia Fernandes forman parte del Equipo FMM que acompaña a la Asociación de Amigos. Bandera de la Asociación “Amigos del Instituto FMM” – Asociados FM. Cada grupo regional tiene su propia bandera con el nombre del grupo.
Objetivos: La Asociación de Amigos del Instituto FMM, como extensión del Carisma del Instituto de las Franciscanas Misioneras de María, desea participar en su espiritualidad y colaborar en su obra social, a través de los objetivos siguientes: y conocer la vida y espíritu de la Fundadora del Instituto, María de la Pasión, sobre todo su sensibilidad por las grandes causas sociales que emergen de las circunstancias históricas; y promover actividades de colaboración con las hermanas del Instituto, en particular en su obra social (Estatutos, art. 3).
Dirección:
La dirección de la Asociación de Amigos del Instituto en Portugal, fue presentada oficialmente en el encuentro anual de 2008, en Algarve, en Lisboa y Funchal, y también en Fátima durante la peregrinación misionera. Está constituida únicamente por laicos de todas las edades y diferentes regiones del país. Presidente, Miguel de Vasconcelos (de Porto), Vice- presidenta, Alda Maria Ribeiro Pereira (de Oeiras), Secretaria, Natália Andrade (Nine) y Tesorero, Artur de Barros (de Corroios – Caparica).
De derecha a izquierda: Miguel de Vasconcelos, Presidente de la Asociación, acompañado de Hna. Lurdes Farinha, Superiora provincial y de Hna. Deolinda Machado.
Actividades de la Asociación: encuentro anual de los miembros en Lisboa, Arcozelo, Funchal y Algarve; peregrinación y encuentro en el santuario mariano de Fátima, cada dos años; elaboración de una boletín informativo trimestral; encuentro de los miembros por grupos regionales; colaboración a favor de la Casa Hélène de Chappotin, dedicada a la acogida temporal de Inmigrantes, en Porto; promoción de experiencias misioneras de jóvenes voluntarias en África con las FMM.
Asamblea, Lisboa 2008 Todos los encuentros de Amigos del Instituto se concluyen con una Eucaristía. Entrada procesional a la capilla de la casa provincial
Asamblea, Lisboa 2008 Durante la Eucaristía: Ave María de Gounod cantada por 3 alumnas de la Escuela de Danza, invitadas por su profesor que pertenece al grupo de Amigos del Instituto.
Claustro del Convento de Santa Clara, comunidad FMM – Funchal, (Isla de Madera) Durante la merienda fraterna que sigue al compartir en todos los encuentros, 2008
Saludo de un grupo de niños durante el encuentro de Amigos del Algarve, en 2008, por iniciativa de la catequista, amiga del Instituto.
Danza típica – Corridinho do Algarve – durante el encuentro de los Amigos de la región Sur en Martinlongo (Algarve), 2008.
Hna. Júlia y Hna. Rosa traen el cuadro de María de la Pasión – Arcozelo, 2008.
Representación de las alumnas de la casa de Menino Deus, durante el encuentro de Amigos de la región Norte, en Arcozelo, 2008.
Testimonios: Encuentro fraterno – grupo local de la Charneca da Caparica « En el encuentro de febrero 2009, decidimos encontrarnos más a menudo, para intensificar el sentido de pertenencia al grupo y el espíritu de ayuda mutua. Por este motivo, en el mes de abril, nos reunimos en casa de las hermanas en una comida fraterna. A pesar de que el viento soplaba fuerte, pasamos un buen rato de alegría fraterna, juntos al encontrarnos las tres generaciones: abuelos, padres y niños. La alegría de los más pequeños, la música de los jóvenes y la ternura de los ancianos, fue contagiosa... » Las animadoras del encuentro
Experiencia misionera en Angola
A lo largo de mis 29 años de existencia, muchas veces he reflexionado sobre la vida, llegando a la conclusión de que nada acontece por azar. Dios me ha llamado a la vida, porque tiene necesidad de mí, quiere recorrer conmigo un camino de felicidad. ¿Cómo puedo rechazar la invitación de Dios? (…) Las Hermanas Franciscanas Misioneras de María que conocí en Algarve, donde vivo, me invitaron a hacer una hermosa experiencia abriéndome las puertas de la misión… E inmediatamente empecé a prepararme… En el mes de septiembre de 2008, llegué finalmente a Angola. ¡Qué emoción! Viví en Saurimo, la región norte del país, donde trabajé como enfermera en un pequeño dispensario de un pueblecito llamado “4 de fevereiro”. De esta hermosa experiencia, quiero señalar ante todo, la acogida. Las hermanas FMM me han acogido en su casa tan bien, que me han hecho sentir en familia. Alabo a Dios por el don de cada una, por su ejemplo y su testimonio. El pueblo angoleño también me ha acogido muy bien: la hospitalidad es uno de los grandes dones de ese pueblo. ¡Desde el primer instante de mi llegada a Angola, me he sentido en casa! Me emocioné al ver abrirse las puertas ante mí, la sonrisa en los rostros, las manos extendidas para ofrecerme con alegría lo que tenían. Se transmite a Dios de una manera sencilla y gozosa. ¿Y los niños?... ¡ellos son la riqueza de Angola! (…) El contacto con la realidad de la salud fue para mí una experiencia muy significativa. Los profesionales sanitarios tienen una capacidad increíble de comprender a la persona que tienen delante. He aprendido mucho de ellos. Me han conmovido las oraciones de los enfermos; oraciones de alabanza por el nuevo día, de petición de ayuda… Y he podido ver cómo cada persona se comunica con Dios a través del silencio, del dolor. Esta experiencia me ha hecho sentirme verdadera misionera. Me he dado a los demás de corazón, con y por amor, pero he recibido más del triple. Cosas sencillas, pero muy valiosas: una familia, la paz, sonrisas, apretones de manos, palabras de acogida, ternura, amistades que no olvidaré y quedarán siempre grabadas en mi corazón. Veo que mi corazón es un tesoro que contiene una gran riqueza. ¡El Amor de Dios! Ayúdame Señor, a compartir cada día esta riqueza con los demás. Ayúdame a llevar a los demás el “bien precioso” que eres Tú, porque eso es ser misionera y solamente así seré feliz. ¡Nunca olvidaré esta bella experiencia!... Carmen Santos
