CUARESM A AÑO

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Librito para Participantes

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AGR ADECI M I ENTO

AUTORA, Reuniones #1 a #6; y “La Eucaristía empodera a los católicos para la misión”

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Rita Ferrone

Rita Ferrone es una galardonada escritora y conferencista en las áreas de liturgia, catequesis y la renovación de la Iglesia Católica. Reside en Mount Vernon, Nueva York. AUTOR, “Lectio divina: una manera de rezar con la Sagrada Escritura”

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Padre Thomas Ryan, CSP

El padre Thomas Ryan, CSP, dirige la Oficina Paulista de América del Norte para Relaciones Ecuménicas e Interreligiosas en Washington, DC. Es autor de 14 libros, predica misiones parroquiales ecuménicas y dirige retiros y seminarios ecuménicos e interreligiosos en todos los EE.UU. y Canadá. www.tomryancsp.org

AUTOR, “Bienvenidos a Vive la Eucaristía”

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Padre Kenneth Boyack, CSP

El padre Kenneth Boyack, CSP, sirve como vicepresidente de Paulist Evangelization Ministries. Es autor o editor de 17 libros, entre ellos Reanima tu fe. Reconéctate a tu fe católica (Co-autor con el padre Frank DeSiano, CSP), El padre Boyack es el coordinador general de Vive la Eucaristía. EDITORA DEL INGLÉS TRADUCTORA

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Paula Minaert

Marina A. Herrera, Ph.D.

DISEÑO Y MAQUETACIÓN

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Pensaré Design Group, LTD

Nihil obstat: P. Christopher Begg, S.T.D., Ph.D., Censor Deputatus. Imprimatur: Reverendísimo Barry C. Knestout, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Washington, 20 de marzo de 2013. El nihil obstat y el imprimatur son declaraciones oficiales de que un libro o panfleto está libre de errores doctrinales o de moral. No implican de forma alguna que quienes han otorgado el nihil obstat e imprimatur estén de acuerdo con el contenido, las opiniones o declaraciones expresadas. Copyright © 2013 de Paulist Evangelization Ministries. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este folleto puede ser reproducida o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso del propietario de los derechos. Las lecturas para la lectio divina han sido tomadas del Leccionario I © 1976 Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia del Episcopado Mexicano. Se usan con permiso. Todos los derechos reservados. Las referencias bíblicas son tomadas de la Biblia Latinoamérica © 1972, Ramón Ricciardi y Bernardo Hurault, Sociedad Bíblica Católica Internacional. Se usan con permiso. Las selecciones de la misa se han tomado del Misal Romano © 2006, Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia del Episcopado Mexicano. Se usan con permiso. Todos los derechos reservados. Publicado por Paulist Evangelization Ministries 3031 Fourth Street, NE, Washington, DC 20017 www.pemdc.org

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I M P RES O EN M AYO D E 2 0 1 3

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ÍNDICE

Índice 2

BIENVENIDOS A VIVE LA EUCARISTÍA

5 REUNIÓN #1: Empoderados para la vida de fe PRIMER DOMINGO DE CUARESM A

REUNIÓN #2: Nutro mi espiritualidad con la Eucaristía 9 SEGUNDO DOMINGO DE CUARESM A

REUNIÓN #3: El testimonio de vida 13 TERCER DOMINGO DE CUARESM A

REUNIÓN #4: La mejor noticia del mundo 17 CUARTO DOMINGO DE CUARESM A

REUNIÓN #5: Llamados a ser Cristo en el mundo 21 QUINTO DOMINGO DE CUARESM A

REUNIÓN #6: La Eucaristía: esperanza de vida eterna en Cristo 25 DOMINGO DE RA MOS EN L A PASIÓN DEL SEÑOR

LECTIO DIVINA 29 Una manera de rezar con la Sagrada Escritura 34

LA EUCARISTÍA EMPODERA A LOS CATÓLICOS PARA LA MISIÓN

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INTRODUCCIÓN

Bienvenidos a Vive la Eucaristía ¡Enhorabuena! Has decidido unirte a un pequeño grupo de Vive la Eucaristía durante la Cuaresma. Tu participación puede enriquecer tu vida en formas sutiles y sorprendentes. Durante las próximas seis semanas crecerás en tu comprensión del misterio de la Eucaristía, participarás más plenamente en la misa dominical, y saldrás de la misa con un renovado impulso para que brille la luz de Cristo.

FORMATO DE LAS REUNIONES

TEMAS DE LAS REUNIONES

Las reuniones de los grupos tendrán una duración aproximada de 90 minutos:

Alimentarás tu vida espiritual concentrándote en seis temas durante las reuniones.

8 MIN.

REUNIÓN #1: Empoderados para la vida de fe

Bienvenida y oración de apertura

PREPARACIÓN PARA EL 10 DOMINGO DE CUARESMA

10 MIN. Respuesta a las preguntas de apertura sobre el tema

REUNIÓN #2: Nutro mi espiritualidad con la

10 MIN. Presentación del tema

PREPARACIÓN PARA EL 2 O DOMINGO DE CUARESMA

30 MIN. Diálogo sobre el tema 25 MIN. Rezar con las lecturas de la misa dominical utilizando el método de la lectio divina

Eucaristía

REUNIÓN #3: El testimonio de vida PREPARACIÓN PARA EL 3 O DOMINGO DE CUARESMA

REUNIÓN #4: La mejor noticia del mundo PREPARACIÓN PARA EL 4 O DOMINGO DE CUARESMA

REUNIÓN #5: Llamados a ser Cristo en el mundo

5 MIN.

Oraciones de clausura

2 MIN.

Anuncios

REUNIÓN #6: La Eucaristía: esperanza de vida eterna

en Cristo

Refrigerios y convivencia después de la reunión.

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PREPARACIÓN PARA EL 5 O DOMINGO DE CUARESMA

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PREPARACIÓN PARA EL DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

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INTRODUCCIÓN

Id a anunciar el Evangelio del Señor. DEL RITO DE DESPEDIDA DE LA MISA

PARA SACAR EL MÁXIMO PROVECHO DE LA EXPERIENCIA EN GRUPOS PEQUEÑOS Al entrar en el tiempo santo de Cuaresma, considera las siguientes sugerencias como formas de participar plenamente en las reuniones de grupos.

Antes de la reunión Dedica tiempo a la oración personal para leer y reflexionar sobre los materiales antes de ir a la reunión. Pruebe la secuencia de cuatro pasos a continuación para ver si te resulta útil. O encuentra una secuencia que funcione mejor para ti. Primero, lee la Oración Colecta para la misa del domingo siguiente que se encuentra en la primera página de cada sesión. Usa esta oración para poner tu mente y corazón en la presencia de Dios. Segundo, lee el primer párrafo de introducción de la sesión y las preguntas de apertura. ¿Cómo

responderías a estas preguntas? A continuación, lee la presentación y reflexiona sobre las preguntas al final de la presentación. ¿Cómo responderías a estas preguntas? En tercer lugar, prepárate para la lectio divina. Lee los versículos de la Escritura en la tercera página de cada sesión, titulados Para la lectio divina. Este pasaje está tomado de una de las lecturas de la misa del domingo siguiente A continuación, lee la sección titulada “Lectio divina: una manera de rezar con la Sagrada Escritura”, en las páginas 29-33 de este librito. El padre Tom Ryan, CSP, un profesor conocedor y perceptivo, será tu guía en tu descubrimiento del tesoro del método de la lectio divina. Vuelve a esta sección siempre que lo necesites hasta que te sientas cómodo con este método de oración. Mira el video de 16 minutos titulado “Conoce la Lectio Divina”, en VivelaEucaristia.org. El video explica esta forma de oración, ofrece testimonios inspiradores de aquellos que han utilizado la lectio divina como parte de Vive la Eucaristía, y muestra su uso con un grupo pequeño durante Cuaresma. El video muestra cómo esta forma de oración puede enriquecer tu fe y tu vida de

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INTRODUCCIÓN

oración. Visita www.VivelaEucaristia.org./ y presiona en “Apoyo para adultos” Por último, profundiza tu conocimiento y aprecio por la misa leyendo todo o parte de la sección titulada “La Eucaristía empodera a los católicos para la misión”, en las páginas 34-43 de este librito. Rita Ferrone, una galardonada escritora y conferencista en las áreas de liturgia y catequesis te abrirá la mente a nuevas ideas sobre la misa como una fuente de fuerza y poder para llevar a cabo la misión de Cristo y su Iglesia. Vuelve a esta sección al participar en las reuniones de semana a semana cuando sea necesario.

Durante la reunión Entra de lleno en la conversación. Contribuye en la medida en que te sientas cómodo y tengas algo que decir. Puedes enriquecer la experiencia de otros miembros del grupo con su participación; también te puedes beneficiar al escuchar con atención cuando otros hablan. Sé tú mismo, participa de una manera que sea la correcta para ti y disfruta de la experiencia. Concéntrate en el compartir de la fe. Piensa que tu grupo es una comunidad de discípulos que crecen en el amor por Cristo. Compartir la fe no es una conversación académica ni una prueba de cuánto uno sabe sobre un tópico dado. Es más bien una invitación a

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considerar esta pregunta: “¿Qué significa esto para mí como seguidor de Jesús hoy?”. Cada persona expresa su fe de manera diferente, y todos aprenderán con el intercambio.

Después de la reunión Presta atención a la guía del Espíritu Santo. La Cuaresma es un periodo de iluminación y aclaración durante el cual el Espíritu nos lleva a arrepentirnos y a creer en el Evangelio. Las ideas de las reuniones del grupo sobre la Eucaristía pueden ser una vía a la conversión, una invitación a una vida nueva en Jesucristo. Lo que el Espíritu te enseña en las reuniones te permitirá celebrar la Pascua con la mente y el corazón renovados. Busca maneras de vivir la Eucaristía. Durante el rito de despedida en la misa, el sacerdote o el diácono, invoca una de estas despedidas: “Podéis ir en paz” (Pueden ir en paz), “Anunciad a todos la alegría del Señor resucitado“. O “Glorificad al Señor con vuestra vida. Podéis ir en paz”, “En el nombre del Señor, podéis ir en paz”. Al participar en un grupo pequeño y aprender más acerca de la misa, pide al Espíritu Santo que te guíe a llevar a Cristo a tu familia, tu lugar de trabajo... donde quiera que la luz de Cristo necesite brillar. Puedes contar que la presencia de Cristo en la Eucaristía te dará el poder, la fuerza y la sabiduría que necesitas para vivir y compartir tu fe con alegría y confianza durante la semana.

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Nutro mi espiritualidad con la Eucaristía La oración es una comunicación continua con un Dios que nos ama y quiere quedarse con nosotros. Mediante la oración desarrollamos y profundizamos nuestra relación personal con Dios. ¿De qué manera la oración litúrgica en la Eucaristía nos ayuda a concentrarnos, a enriquecer y renovar nuestra vida de oración como discípulos de Jesús?

ORACIÓN COLECTA

PREGUNTAS DE APERTURA

PARA EL 20 DOMINGO DE CUARESMA

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Señor, Padre santo,

2 n ¿Sientes que todavía eres un aprendiz en la oración? Si es así, ¿cuál ha sido tu último descubrimiento?

que nos mandaste escuchar a tu amado Hijo, alimenta nuestra fe con tu palabra y purifica los ojos de nuestro espíritu, para que podamos alegrarnos en la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

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¿Quién te enseñó a rezar?

¿Qué atesoras más de tu experiencia de la oración?

PRESENTACIÓN La oración, nos dice el Catecismo es “una relación viviente y personal con Dios vivo y verdadero” (Catecismo de la Iglesia Católica, 2558). Dios la inicia porque desea una relación con nosotros. Cuando “rezamos la misa”, participamos en un tipo específico de oración: oración litúrgica, la oración pública de la Iglesia. La Liturgia es un tipo privilegiado de oración, pero no es la única forma que puede tener en la vida de un discípulo.

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Las formas católicas de oración son muchas. Estas incluyen la meditación, las devociones, como el Rosario, desbordamiento espontáneo del corazón o “hablar con Dios”, la repetición de mantras tales como la oración de Jesús, la lectio divina, la recitación de oraciones y salmos, clamando con lágrimas y lamentos, cantando canciones de alegría, posturas corporales y gestos, y muchas más. Entretejida en todas estas expresiones de oración está la fe de la Iglesia, que nos hace un cuerpo. Este centro unificador que descubrimos con mayor fuerza en la Eucaristía es el ancla de toda nuestra oración.

Un todo orgánico Somos personas completas y por eso no podemos separar nuestra oración en compartimentos cerrados. La oración en la liturgia tiene una relación orgánica con la oración fuera de la liturgia. Por lo tanto, si nuestra vida de oración fuera de la liturgia es pobre, débil o descuidada, nuestra oración litúrgica probablemente mostrará una “deficiencia vitamínica”. Igualmente, si no rezamos la liturgia como deberíamos –participando profundamente en este solemne acto comunitario del culto de la Iglesia– la oración personal podría ser egoísta e incompleta. La buena noticia es que mediante el fortalecimiento de un aspecto de la oración, podemos aprender a construir la totalidad de nuestra vida de oración. Por lo tanto, si realmente tratamos de rezar la liturgia bien, nuestra oración personal resonará con la maravillosa variedad de temas que tiene la liturgia. Rezar la liturgia bien significa compartir ritmos del tiempo pasando por el ciclo litúrgico, las fiestas y los Tiempos del año litúrgico, con nuestros hermanos y hermanas creyentes de todo el mundo. La fuerza de la comunidad nos puede estabilizar y nos puede cementar en lo que es más importante. Traemos esta fuerza a nuestra experiencia de oración personal.

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Además, un compromiso genuino con la oración personal fuera de la liturgia puede enriquecer nuestra experiencia litúrgica. Estar en el hábito de orar diariamente significa aprender a escuchar la voz de Dios, cultivar la conciencia de estar en la presencia de Dios, y abrir el corazón a su amor. ¿Qué mejor preparación puede haber para la celebración litúrgica en la que nos encontramos una y otra vez con el amor de Dios derramado en Jesucristo?

Fundamentos de la oración litúrgica ¿Cuáles son las características básicas de la oración litúrgica en la tradición católica? Estas son algunas y nos forman en nuestra identidad como discípulos y pueden enriquecer nuestra fe: La Trinidad La oración litúrgica en la tradición católica es profundamente trinitaria: nuestra oración se ofrece a Dios, por Cristo y en el Espíritu Santo. La gran doxología que finaliza la Plegaria Eucarística capta esta realidad bien: Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos, de los siglos. La calidad de nuestro culto trinitaria nos recuerda que todos los actos litúrgicos esencialmente encarnan las relaciones. La liturgia no es una función privada. Es la acción de toda la Iglesia, aun cuando solo unas pocas personas participen. Celebramos la liturgia como una comunidad. Y en esa identidad común constantemente nos sentimos atraídos a participar en la vida de la Trinidad, que es el amor en acción.

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La estructura Muchas oraciones litúrgicas siguen un formato de cuatro partes. Si conocemos esta estructura podemos comprender mejor las oraciones y redactar las nuestras. El orden es fácil de recordar en esta rima práctica: A quién-qué-para qué-por qué. Primero hacemos un llamado a Dios. Podríamos añadir una o dos palabras descriptivas como “todopoderoso” o “de amor” o “misericordioso”. Segundo, recordamos lo que Dios ha hecho en el pasado. Esto puede ser muy breve o un recuerdo extendido. Tercero, pedimos a Dios que actúe otra vez ahora, según sus obras de gracia en el pasado: para responder a nuestra necesidad presente. Cuarto, hacemos la petición por Cristo y en el Espíritu Santo. Hay toda una teología de la oración encarnada en esta estructura: nuestra dignidad como hijos de Dios, nuestro agradecimiento por lo que Dios ya ha hecho, nuestro presentación confiada de nuestras necesidades de hoy, y nuestra dependencia en la intercesión de Cristo y el poder del Espíritu para realizar lo que sea necesario. La Oración colecta para el Segundo Domingo de Cuaresma es un buen ejemplo: [a quién] Señor, Padre santo, [qué] que nos mandaste escuchar a tu amado Hijo, alimenta nuestra fe con tu palabra y purifica los ojos de nuestro espíritu, [para qué] para que podamos alegrarnos en la contemplación de tu gloria. [por qué] Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. La estructura de la oración litúrgica nos señala la importancia de recordar las obras maravillosas de Dios. Encontramos razón para esperar en el futuro al recordar que Dios nos ha mostrado amor, piedad y justicia en el pasado. También afirma que tenemos que pedir lo que necesitamos, día a día.

Oración encarnada La oración litúrgica se realiza a mediante nuestro cuerpo físico así como mediante nuestro espíritu. No hay tal cosa como una liturgia desencarnada, ya que no es posible celebrar la liturgia sin expresión física. Cuando nos ponemos de pie, nos sentamos o arrodillamos; cuando hacemos la señal de la cruz o nos ofrecemos la señal de la paz; cuando respiramos profundamente, cantamos, guardamos silencio; cuando comemos y bebemos con otros: estos acontecimientos físicos se graban en nuestra oración. Inspirados por el ejemplo de la liturgia, podríamos utilizar algunas acciones concretas cuando rezamos en casa, también, tales como encender una vela, santiguarnos u honrar la Sagrada Escritura. La Palabra El ciclo de tres años del Leccionario nos nutren con la riqueza y diversidad de la Sagrada Escritura para apoyar nuestra oración. En la liturgia escuchamos la proclamación y la interpretación de la Palabra. ¡Durante la semana podemos saborear esa Palabra! El Leccionario, que contiene las lecturas de la Escritura que oímos en la misa cada domingo, puede ser un gran regalo a nuestra vida de oración, cuando nos guía a través de la literatura de la Biblia. El rito La liturgia, porque es un rito, se basa en palabras fijas, acciones y formas. Esto es muy positivo, pero también un hecho que tiene que ser cuidadosamente entendido. A veces las personas critican la liturgia por ser “impersonal”, pero este no es el caso. Lo que la liturgia hace es proporcionarnos un rito para la oración que pertenece a todo el mundo, con señales y símbolos bastante amplios como para abrazar una variedad de experiencias humanas. En cualquier misa dominical, alguien llora una pérdida, y otra persona está de regocijo. La liturgia tiene que ser

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lo suficientemente amplia para incluir estos extremos (y todo lo que hay entre medio) como parte del Misterio Pascual. Ya sea que nos sintamos en la cima del mundo o perdidos y desgraciados, la liturgia está allí para nosotros, convocándonos recordar las gracias de Dios en el pasado, encontrarnos con Él en el presente y confiar en Su cuidado para nosotros en el futuro. EL AÑO LITÚRGICO Al observar los Tiempos del año litúrgico, nuestra oración recibe una maravillosa amplitud y totalidad, que incluye todo el misterio de Cristo. En los Tiempos de Adviento y Navidad celebramos la Encarnación y despertamos nuestros corazones a las promesas de Dios y su cumplimiento. El Tiempo de Cuaresma nos invita a la conversión continua. El tiempo de Pascua celebra la Resurrección y la vida resucitada de Cristo, que compartimos por medio del Espíritu Santo. El Tiempo Ordinario explora las enseñanzas de Cristo, y lo que significa seguirlo, ser discípulos, ser Iglesia. El calendario de los santos nos inspira en el curso del año con extraordinarios ejemplos de virtud y santidad. Así, el ritmo del calendario que vivimos en la Eucaristía marca el paso, y aporta color y sabor a nuestra oración personal.

PARA LA LECTIO DIVINA

MATEO 17,1-3.5-9

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de éste, y los hizo subir a solas con él a un monte elevado. Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro se puso resplandeciente como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. De pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús. Cuando aún estaba hablando, una nube luminosa los cubrió y de ella salió una voz que decía: “Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo”. Al oír esto, los discípulos cayeron rostro en tierra, llenos de un gran temor. Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo: “Levántense y no teman”. Alzando entonces los ojos, ya no vieron a nadie más que a Jesús. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: “No le cuenten a nadie lo que han visto, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos”.

PREGUNTAS PARA EL DIÁLOGO 1 n Identifica una idea que recibiste de esta presentación y comparte lo que significa para ti. 2 n ¿Cómo ha enriquecido tu experiencia de oración durante la Eucaristía tu vida de oración personal como discípulo de Jesús? 3 n Cuando oras en casa, ¿sigues un método determinado? ¿Lo cambias según el Tiempo litúrgico? ¿Cómo reflejan o complementan estas prácticas tu experiencia de la Eucaristía?

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4 n Utilizando la estructura de los cuatro pasos descrita en la presentación, escribe tu propia oración propia y compártela.

LECTURAS PARA EL 20 DOMINGO Génesis 12,1-4a; Salmo 33,4-5.18-19.20. 22; 2 Timoteo 1,8 b-10; Mateo 17,1-9 RESPONSO AL SALMO: Señor, ten misericordia de

nosotros.

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LECTIO DIVINA

Lectio Divina: una manera de rezar con la Escritura Profundizar en la comunión con Dios es la invitación y la aventura de nuestra vida. Lo queremos, y buscamos métodos que nos ayudarán a realizarlo. Es preciso tener una experiencia de Dios para poder buscarlo con todo el corazón, mente y alma. El conocimiento intelectual sobre Dios no será suficiente para alimentarnos y mantenernos. La lectio divina es una manera accesible de tener un encuentro. El método tiene la prueba del tiempo. Uno de los escritores eclesiásticos de la Iglesia, Orígenes de Alejandría (185-254) y el monje Juan Casiano (365-435) trazaron las líneas del método en sus escritos sobre la oración. El monje cartujo del siglo XII Guido le dio una definición más clara como una escalera con cuatro peldaños espirituales –la lectura, la meditación, la oración y la contemplación– que llegó a ser conocido como lectio divina (literalmente, “lectura de Dios”). Este proceso es una forma pausada y contemplativa de oración con la Escritura que permite que la Palabra de Dios se convierta en un instrumento de la unión con Dios. Los cuatro peldaños, con sus clásicos títulos latinos son: PRIMER PASO:

Lectio — Escuchar la Palabra de Dios SEGUNDO PASO

Meditatio — Reflexionar y meditar en la Palabra de Dios TERCER PASO:

Oratio — Orar con el corazón en respuesta a lo que Dios me pide

La lectio divina tiene como único objetivo pasar tiempo con Dios por medio de su Palabra. Al hacer esto, habrá un suave movimiento entre las actividades internas y espirituales de leer, reflexionar y orar, por un lado, y receptividad por el otro. La actividad espiritual no es exterior, sino interior, y nos lleva a las profundidades del alma, donde el Espíritu Santo está transformando nuestro corazón en el de Cristo. Y en la fase de receptividad –la contemplación– dejamos de hacer cosas interiores espirituales y simplemente aprendemos a descansar en la presencia amorosa de Dios. Del mismo modo que constantemente vamos y venimos en nuestra vida pública entre hablar y escuchar, preguntar y reflexionar, así también en nuestra vida espiritual, debemos aprender a ir y venir fácilmente entre la práctica espiritual y el descanso de simplemente de estar en la presencia de Dios. La lectio divina nos enseña a disfrutar de la experiencia activa y receptiva de Dios. En el suave ir y venir entre la actividad espiritual y la receptividad que forman parte del proceso de la lectio divina, nos unimos cada vez más a Dios.

CUARTO PASO:

Contemplatio — Descansar en la presencia de Dios

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L A E U C A R I S T Í A E M P O D E R A A L O S C AT Ó L I C O S PA R A L A M I S I Ó N

La Eucaristía empodera a los católicos para la misión “Un joven serio, preocupado por si estaba respondiendo o no al llamado de Dios, fue a hablar con un sacerdote. “Hay tantas cosas que quisiera hacer para servir a Dios”, le dijo, “pero curso premedicina y tengo tan poco tiempo libre. Me siento dividido ya que quiero ayudar a los demás, pero tengo tanto trabajo que hacer. A veces me pregunto si soy realmente un discípulo o si mi vida es egoísta”.

El sacerdote no dio una respuesta muy rápidamente. Sintió la sinceridad de la lucha del joven, pero también sabía muy bien que el tema con el que luchaba seguiría siendo importante por muchos años y es uno con el que luchamos todos. ¿Cómo se puede equilibrar la llamada a salir, la llamada a la misión, con los deberes de la vida cotidiana y el trabajo, que pueden parecer tan enfocados en mí y los míos? ¿Cómo se esfuerza uno por construir una carrera o formar una familia o simplemente luchar diariamente para sobrevivir –y no caer en el hábito de posponer para mañana el acto de escuchar y responder al llamado de Dios? El sacerdote tenía la sensación de que el Maestro mismo, el que enseñó el significado de servir al lavar los pies de sus discípulos, parecía haber entrado en la habitación y escuchaba. Finalmente, el sacerdote habló. “Tu trabajo en sí puede dar gloria a Dios”, dijo, “a condición de que realmente desees servirle. No pienses en que ser discípulo es algo

separado del resto de tu vida. Más bien, hagas lo que hagas, hazlo para la gloria de Dios”. No era la respuesta más original (de hecho, un número de santos a lo largo de la historia cristiana habían dicho cosas similares), pero dio en el blanco. El joven se fue contento, con la carga alivianada. “Puedo hacer eso”, pensó para sus adentros.

PARTE I ABRAZA TU MISIÓN El llamado a servir a Dios y a difundir su Reino lo reciben todos los cristianos en el Bautismo. Dentro de la liturgia bautismal en sí, esta llamada se simboliza profusamente. A cada uno de los nuevos bautizados

“La Eucaristía es nuestro tesoro más valioso”. — BENEDICTO X VI

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