LECTURAS DEL 14 AL 20 DE NOVIEMBRE

1 LECTURAS DEL 14 AL 20 DE NOVIEMBRE COORDINADORES: EQUIPO DE INSUMISOS LATINOAMERICANOS WWW .INSUMISOS.COM LIBROS, REVISTAS Y VÍDEOS LA SOCIEDAD P...
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LECTURAS DEL 14 AL 20 DE NOVIEMBRE

COORDINADORES: EQUIPO DE INSUMISOS LATINOAMERICANOS WWW .INSUMISOS.COM LIBROS, REVISTAS Y VÍDEOS

LA SOCIEDAD PUNITIVA Michel Foucault http://www.fce.com.ar/ar/libros/detalles.aspx?IDL=9018&utm_medium=Email &utm_source=Newsmaker&utm_campaign=anticipos-eneps&utm_content=http%253A%252F%252Fwww.fce.com.ar%252Far%252Flib ros%252Fdetalles.aspx%253FIDL%253D9018# ISBN: 9789877191189 Fecha de aparición: Noviembre 2016 Reseña En estas trece clases sobre la "sociedad punitiva", dictadas en el Collège de France durante el primer trimestre de 1973, Michel Foucault examina el modo en que se forjaron las relaciones de la justicia y la verdad que presiden el

2 derecho penal moderno y se interroga acerca de lo que las liga a la aparición de un nuevo régimen punitivo que aún domina la sociedad contemporánea. Este curso, que propone una hermenéutica esencial para comprender la obra Vigilar y castigar de 1975, vincula economía política y genealogía de la moral para describir el surgimiento de una nueva forma de poder —la forma-salario y la forma-prisión, indivisibles— y la organización de una sociedad panóptica que somete la totalidad del tiempo de la vida a los ciclos de producción capitalista. De este modo, se despliega mucho más allá del sistema carcelario y abarca el conjunto de la sociedad de economía capitalista, en cuyo seno se inventa una gestión particular de la multiplicidad de los ilegalismos y su imbricación.

La presente obra trabaja un material histórico inédito hasta el momento, que concierne a la economía política clásica, los cuáqueros y otros grupos disidentes ingleses —cuyo discurso introduce lo penitenciario en lo penal—, su filantropía y, luego, la moralización del tiempo obrero. Con su crítica de Hobbes, Foucault, en el apogeo de uno de sus períodos más militantes en lo referido a las cuestiones penales, presenta un análisis de la guerra civil, que no es la guerra de todos contra todos, sino una "matriz general" que permite comprender el funcionamiento de la estrategia penal, cuyo blanco no es tanto el criminal como el enemigo interno. La sociedad punitiva, con una tesis radical y comprometida, se sitúa entre los grandes textos que cuentan la historia del capitalismo. Traducción: Horacio Pons

150 LIBROS EN PDF DIDACTICOS PARA DOCENTES PARA DESCARGAR GRATUITAMENTE https://ortografiainfinita.blogspot.mx/2016/09/descarga-gratis-150-libroseducativos.html

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Hemisferio izquierdo, revista de Uruguay http://www.hemisferioizquierdo.uy

Razón Pública http://www.razonpublica.com/index.php

Revista Este País http://www.estepais.com

América Latina en Movimiento http://www.alainet.org/es

Megafón, la batalla de las ideas, órgano de divulgación de CLACSO http://www.clacso.org.ar/megafon/

Acuerdo Final 12.11.2016 Página 1 de 310 ACUERDO FINAL PARA LA TERMINACIÓN DEL CONFLICTO Y LA CONSTRUCCIÓN DE UNA PAZ ESTABLE Y DURADERA http://www.elpais.com.co/elpais/archivos/NuevoAcuerdoDePaz.pdf

Dossier de Reflexiones marginales, número de noviembre http://reflexionesmarginales.com/3.0/category/35/35-dossier/

Artículos de revista Reflexiones Marginales http://reflexionesmarginales.com/3.0/category/35/35-articulos/

Información sobre África.http://mundonegro.es/?utm_source=Newsletter+Mundo+Negro+Digital&utm_ campaign=c88378b06aEMAIL_CAMPAIGN_2016_11_18&utm_medium=email&utm_term=0_76299c11 c4-c88378b06a-64713873

Revista Nexos de Noviembre 2016 http://www.nexos.com.mx/?cat=3369

2016 Noviembre

4 Cabos sueltos

Matar en el cine al sheriff Nexos Cabos sueltos

EU: Muertes por arma Nexos Cabos sueltos

Una especie de felicidad Nexos Cabos sueltos

La Apple de su época Nexos Cabos sueltos

Miles de inocentes Nexos Cabos sueltos

En tanto no formemos una verdadera democracia Nexos Puerto libre

Caballos con alas de oro Ángeles Mastretta Tangente

Las dos espaldas del ensayo Jesús Silva-Herzog Márquez Pasaporte, por favor

Las Filipinas como advertencia Claudio Lomnitz Hablando de otra cosa

Políticos Fernando Escalante Gonzalbo Panóptico

El almodrote constitucional José Antonio Aguilar Rivera

5 Sin ton ni son

La conciencia escindida José Woldenberg Agenda

Lo que hay que cambiar en las leyes electorales de México María Amparo Casar • Lorenzo Córdova • Ciro Murayama • Pedro Salazar • Luis Carlos Ugalde • José Woldenberg Agenda

¿Qué pasaría en una segunda vuelta? Ulises Beltrán • Alejandro Cruz Expediente

Fidel Castro zarpa de Tuxpan en el Granma Carlos Tello Díaz Expediente

Los gastos de la familia presidencial. El espejo de la Casa Blanca Paola Cicero Arenas • Saúl López Noriega Ensayo

La prisa de nuestros tiempos Luciano Concheiro Ciudad de libros

En búsqueda de la Ilustración (francesa) Roberto Breña Ciudad de libros

Variaciones del canto de los colibríes. Entrevista con Margo Glantz Alejandro García Abreu Las quince letras

Las quince letras Delia Juárez G.

6 Cultura y vida cotidiana

Luis González de Alba (1944-2016) Nexos Cultura y vida cotidiana

Tlatelolco aquella tarde Luis González de Alba Cultura y vida cotidiana

Último viaje a Poros Rafael Pérez Gay Cultura y vida cotidiana

Los días y las horas. Una conversación electrónica Luis González de Alba, Rafael Pérez Gay y Alberto Román Ensayo

Gregor von Rezzori y el “americanismo” José Aníbal Campos Ficción

La gramola Gregor von Rezzori Cultura y vida cotidiana

Una ciudad Guillermo Fadanelli Sobre ciencia, en teoría

Literatura neurocognitiva: El poder transformador de las letras Luis Javier Plata Rosas Cultura y vida cotidiana

Gabinete de curiosidades. Entrevista con Maruan Soto Antaki Alejandro García Abreu

7 Bioéticas

El médico como paciente Arnoldo Kraus Revista Entramados y perspectivas http://publicaciones.sociales.uba.ar/index.php/entramadosyperspectivas

El mundo según Manuel Castells https://www.youtube.com/watch?v=fUodIfrX6UE

La #Revista Española de Sociología Secretaria Fes Sociología Podrás descargar los artículos en el siguiente enlace http://www.fes-sociologia.com/volumen-25-numero-3-septiembre2016/journal/28/

Pequeña Biblioteca Latinoamericana http://integracion.info/?cat=9

Comparto los textos de Palabras al margen http://palabrasalmargen.com

Actualizaciones de Anarquía Coronada. http://anarquiacoronada.blogspot.mx

Biblioteca virtual de investigaciòn http://bibliotecainvestigacion.blogspot.mx

¿CÓMO SUFRIRÁN LAS EXPORTACIONES LATINOAMERICANAS EL PROTECCIONISMO DE DONALD TRUMP?/ Incluye mapas y datos http://distintaslatitudes.net/sufriran-las-exportaciones-latinoamericanasproteccionismo-donald-trump

El odio,a la amargura, venganza y los resentimientos de Alvaro Uribe y sus secuaces https://www.youtube.com/watch?v=FbDTdlqvRgQ

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"América Latina. Crisis del posneoliberalismo y ascenso de la nueva derecha" . Autor: Francisco López Segrera. http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20160913013520/America-LatinaCrisis-del-neoliberalismo.pdf

Revista de Filosofía, Vol 82. No 1. http://produccioncientificaluz.org/index.php/filosofia/issue/view/2456/showToc

Excelente trabajo El fotógrafo que retrata el lado humano de la guerra en Colombia http://www.nytimes.com/es/2016/11/15/el-fotografo-que-retrata-el-rostrohumano-de-la-guerra-en-colombia/?action=click&contentCollection=americalatina®ion=rank&module=package&version=highlights&contentPlacement= 1&pgtype=collection

Un médico mexicano patenta una fórmula que 'devuelve la vida' a los muertos https://actualidad.rt.com/actualidad/223902-medico-mexicano-patentedevolver-vida-muertos Un doctor mexicano, que experimentó durante casi dos años hasta dar con el método ideal, deslumbra por su capacidad a la hora de recuperar cuerpos descompuestos y desmembrados.

Los talibanes del trópico El papel de la militancia cristiana en el conflicto armado Centroamericano Por: Msc. Julio Valdez http://www.rebelion.org/docs/219379.pdf

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Putin: "Los intentos de romper el equilibrio estratégico de fuerzas son extremadamente peligrosos" https://actualidad.rt.com/actualidad/223913-putin-equilibrio-estrategicofuerzas-peligroso

Página popular y sus artículos http://www.paginapopular.net

Política del absurdo Zancadilla de Álvaro Uribe a Daniel Coronell y a Noticias Uno

El expresidente recurre a episodios en el pasado del periodista propietario de NTC para obstaculizar el crediticio de Bancolombia para la licitación del nuevo canal http://www.las2orillas.co/zancadilla-de-alvaro-uribe-con-daniel-coronell-y-a-noticiasuno/

Colombia en las noticias y las denuncias http://www.las2orillas.co

Tras China, Arabia Saudita responde también a las amenazas de Trump EE.UU. se beneficia "más que nadie" del libre comercio global, afirma el ministro de Energía saudita, que advierte que si Trump bloquea las importaciones de crudo podría "dañar" la economía de su propio país. https://actualidad.rt.com/actualidad/223746-arabia-saudita-trump-energiapetroleo

"Tenemos derecho a hacerlo": Separatistas de Texas esperan que con Trump puedan salir de EE.UU. Un líder del movimiento nacionalista de Texas asegura que la aspiración a la autodeterminación del Estado sureño sigue en pie tras la victoria de Trump y que están dispuestos a adoptar medidas. https://actualidad.rt.com/actualidad/223739-separatistas-texas-esperar-apoyo-trump-secesion

La estrategia informativa de Trump estará en manos de un supremacista blanco https://actualidad.rt.com/actualidad/223745-estrategia-informativa-trump-eeuu-bannon

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Un estudio del Banco HSBC indica que, entre 12 países analizados, los mexicanos son los menos preparados económicamente para hacer frente a situaciones que cambian la vida como perder a los padres, casarse o tener hijos http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2016/11/15/mexicanos-pocopreparados-economicamente-para-cambios-de-vida-1

TERRORÍFICO: ¿ASÍ ES COMO “CONTROLAN” EL MUNDO POR COMPLETO? https://elrobotpescador.com/2016/11/14/terrorifico-asi-es-como-controlan-elmundo-por-completo/

Para los jóvenes latinoamericanos, la causa de los pueblos no admite la menor demora http://integracion.info/?p=3220

Faltan estudiantes en 24 carreras de la UNAN En los últimos cinco años se han creado mas de 100 nuevas carreras que se apegan a los cambios en la tecnología, las demandas ciudadanas y los descubrimientos de la neurociencias, creo que Nicaragua debe revisar este paquete de nuevas carretas y sus perfiles a fin de no seguir padeciendo el vacío de sus aulas. http://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/managua/410292-faltan-estudiantes-24-carreras-unan/

Artículos sobre Trump http://back.ctxt.es

Trump habló con Putin y le pidió una relación “fuerte y duradera” con Rusia El republicano ratificó que buscará mejorar el “histórico” vínculo con Moscú. Expresó su voluntad de trabajar con China, a la que había acusado de robar empleos en el país http://www.cronista.com/internacionales/Trump-hablo-con-Putin-y-le-pidiouna-relacion-fuerte-y-duradera-con-Rusia-201611150044.html?utm_source=planisys&utm_medium=EnvioNewsletterCronista&utm _campaign=EnviodiariodelNewsletterdelCronista&utm_content=8

¿GLOBALIZACIÓN INTERRUMPIDA? DESAFÍOS PARA LA INSERCIÓN DE AMÉRICA DEL SUR EN EL SISTEMA COMERCIAL INTERNACIONAL http://www.unitedexplanations.org/2016/11/07/globalizacion-interrumpidadesafios-para-la-insercion-de-america-del-sur-en-el-sistema-comercialinternacional/

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ECONOMÍA DIGITAL: LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL http://www.unitedexplanations.org/2016/11/14/economia-digital-la-cuartarevolucion-industrial-de-la-historia/

China y Trump en guerra https://mundo.sputniknews.com/mundo/201611141064831386-eeuu-chinaguerra-trump/

Biotecnológica, la carrera entre EEUU y China ya ha empezado "Creo que esto va a desencadenar un Sputnik 2.0, un duelo biomédico entre China y Estados Unidos", explicaba Carl June, inmunólogo de la Universidad de Pensilvania. http://www.innovaticias.com/innovacion/39057/biotecnologica-la-carreraentre-eeuu-y-china-ya-ha-empezado

El primer ministro japonés afirma que Trump es un líder “en quien confiar” http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/17/estados_unidos/147 9414836_848654.html

¿Qué podemos esperar de las relaciones entre Putin y Trump? Más: https://mundo.sputniknews.com/politica/201611141064831579-vladimir-donald-presidente-

cargo/

"Espero que esto sea 'el fin de EEUU' tal y como lo conocemos" . https://mundo.sputniknews.com/entrevistas/201611141064844493-cao-benos-corea-trump/

Putin y Trump coinciden en unir esfuerzos contra terrorismo https://mundo.sputniknews.com/politica/201611141064848342-putin-trump-terrorismo/

Obama: "Rusia es una superpotencia militar" https://mundo.sputniknews.com/politica/201611181064930208-presidente-saliente-admite-poderruso/

POSIBLE SECRETARIO DE ESTADO DE TRUMP PROPONE ENFRENTARSE A RUSIA, CHINA E IRÁN https://elrobotpescador.com/2016/11/17/posible-secretario-de-estado-detrump-propone-enfrentarse-a-rusia-china-y-iran/

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Uruguay en la pobreza http://elmuertoquehabla.blogspot.mx/2016/11/necesidades-basicasinsatisfechas.html

Un informe afirma que el gobierno británico no tiene un plan para abordar el Brexit • •

El ejecutivo de May no reconoce el documento escrito por uno de sus consultores, que habla de división en el equipo y de que se podría necesitar contratar hasta 30.000 funcionarios http://www.lavanguardia.com/internacional/20161115/411879961075/informe-gobierno-britanico-no-tieneplan-brexit.html

“Pemex solo va a hacer actividades rentables” El directivo analiza en una entrevista la mayor crisis de la petrolera mexicana y asegura que sus finanzas son ahora "estables pero mejorables" http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/13/mexico/1479068445 _338287.html

México teme por el futuro de sus remesas tras el triunfo de Trump Zinapécuaro, Michoacán, podría vivir un colapso económico si el republicano cierra el grifo de los dólares enviados desde EE UU http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/15/mexico/1479175712 _638788.html

Ciudades demócratas se declaran “santuarios” de migrantes; Trump amenaza con quitarles el dinero http://www.sinembargo.mx/16-11-2016/3115662

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Nueva York, Chicago y Seattle, son algunas de las “ciudades santuario” que han intentado tranquilizar a la población inmigrante preocupada por los planes de Trump, que durante su campaña electoral se comprometió a deportar a todos los extranjeros sin permiso de residencia. El fin a estas ciudades es el tercero de los diez puntos del plan de Trump sobre migración, dado a conocer en su página web, y en varias ocasiones ha amagado con recortarles presupuesto. En su reciente entrevista, Trump no dio más detalles sus planes para presionar a las ciudades, y en la entrevista con CBS, dijo que la prioridad inmediata de su gobierno será deportar a delincuentes y asegurar la frontera.

En su primera entrevista, Trump anuncia que tendrá salario de 1 dólar al año; le baja al muro y deportaciones SEATTLE (AP) — Varias “ciudades santuari”o con alcaldes demócratas que tenían desde hace tiempo una fría relación con las autoridades federales de inmigración piensan seguir dando amparo a los inmigrantes sin permiso de residencia a pesar de la amenaza del presidente electo Donald Trump de negarles fondos federales si no colaboran en una campaña para deportar a los extranjeros que viven en el país ilegalmente. Bill de Blasio, en Nueva York; Rahm Emanuel, en Chicago, y Ed Murray, en Seattle, son algunos de los regidores de “ciudades santuario” que han intentado tranquilizar a la población inmigrante preocupada por los planes de Trump, que durante su campaña electoral se comprometió a deportar a todos los extranjeros sin permiso de residencia. “Seattle siempre ha sido una ciudad hospitalaria”, dijo Murray el lunes. “Lo último que quiero es que empecemos a entregar a nuestros vecinos”. En Providence, Rhode Island, el alcalde Jorge Elorza, hijo de inmigrantes guatemaltecos, dijo que mantendrá la política de no retener a personas acusadas por infracciones civiles en nombre de agentes federales de inmigración. Ras Baraka, de Newark, dijo lo mismo y añadió que la retórica de Trump sobre inmigración “da miedo”. Durante la campaña, Trump dio un discurso sobre inmigración en el que prometió “poner fin a las ciudades santuario” y dijo que aquellas “que se nieguen a cooperar con las autoridades federales no recibirán dólares de los contribuyentes”. El entonces candidato republicano atribuyó “muchas muertes innecesarias” a políticas como las de esas ciudades.

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Trump no detalló sus planes para presionar a las ciudades, y en una entrevista con “60 Minutes” emitida el domingo dijo que la prioridad inmediata de su gobierno será deportar a delincuentes y asegurar la frontera. Pero sigue habiendo mucha preocupación e interrogantes sobre su estrategia hacia las ciudades santuario. No hay una definición legal del término, al que se oponen algunos defensores de los derechos de los inmigrantes sin un status migratorio legal, que señalan que la noción de santuario no refleja el hecho de que la gente sigue pudiendo ser deportada. En general se refiere a jurisdicciones que no cooperan con el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés). Eso puede implicar, por ejemplo, que no notifican a la agencia de inmigración cuando un inmigrante sin permiso de residencia va a salir tras una detención. Vista de una valla publicitaria gigante con mensajes contra la inmigración ilegal a Estados Unidos. Foto: EFE

Algunas ciudades como San Francisco se declararon hace tiempo como refugios seguros para los inmigrantes sin permiso de residencia y emiten tarjetas de identificación locales que les dan acceso a distintos servicios públicos. También se ha empleado el término para ciudades que prohíben a sus empleados, incluida la policía, preguntar por la situación migratoria de una persona, con el argumento de que las víctimas de delitos y los testigos pueden ser más reacios a hablar con los investigadores si tienen miedo de ser deportados. “No queremos que nadie tenga miedo de hablar con nosotros”, dijo John Urquhart, jefe de policía del condado de King, en Washington, que incluye a Seattle. Como no se puede obligar a estados y ciudades a hacer cumplir las leyes federales y no hay ninguna ley federal que requiera a la policía que pregunte por la situación migratoria de la gente, es probable que cualquier esfuerzo de Trump por presionar a las ciudades santuario se centre en aquellas que se nieguen a cumplir las peticiones del ICE, explicó Roy Beck, director ejecutivo de NumbersUSA, que quiere reducir el nivel de la inmigración. Tampoco está claro qué dinero puede retener Trump a los ayuntamientos. La Corte Suprema de Estados Unidos ha determinado que para que el Congreso imponga condiciones sobre la entrega de fondos federales a los estados, las condiciones deben guardar una relación razonable con el propósito de ese dinero. Por ejemplo, los federales amenazaron con retener fondos para autopistas a cualquier estado que no

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aplicara un límite concreto de alcohol al volante. Tanto el límite como el financiamiento de autopistas estaban relacionados con la seguridad en carreteras. ADEMÁS

EPN ha cumplido 2 promesas de 17 que hizo al campo… no está listo para recibir deportados “Si el financiamiento es para mejorar la educación infantil, es difícil decir que guarda una relación razonable con la cooperación de las fuerzas locales de seguridad en las deportaciones”, señaló Mary Fan, profesora en la Facultad de Derecho de la Universidad de Washington.

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Dicho eso, el inspector general del Departamento de Justicia de Estados Unidos estudió este año algunas jurisdicciones con políticas de santuario y concluyó que algunas parecían incumplir una ley federal sobre que los gobiernos locales y estatales no pueden prohibir o restringir que sus agentes compartan información sobre el estado migratorio de una persona con agentes federales de inmigración. Tener estas políticas podría poner en peligro millones de dólares proporcionados por el Departamento de Justicia a las diferentes jurisdicciones, según el reporte. Unas 300 jurisdicciones tienen alguna política de santuario, indicó el Center for Immigration Studies, que también pide reducir la inmigración. “El resultado es que se libera a gente que debería ser deportada por haber cometido un delito, con la complacencia de la policía”, dijo Jessica Vaughan, directora de estudios de política en el grupo. El principal argumento para los que piden que se reprima a las ciudades santuario es la muerte a tiros de Kate Steinle en 2015. La mujer falleció abatida en un muelle de San Francisco por disparos de un hombre que había sido deportado antes y dejado en libertad por fuerzas de seguridad locales. Sin embargo, los defensores de la inmigración han dicho temer que los planes de Trump impliquen que se terminará deportando a mucha gente que no ha cometido delitos violentos y se preparan para dar batalla en ciudades santuario y otros lugares. “Estas ciudades han insistido en que van a respetar la dignidad de todos sus residentes”, dijo Matt Adams, director legal del Northwest Inmigrant Rights Project, con sede en Seattle. “Lo que dicen es: ‘No vamos a utilizar nuestros recursos para separar familias, para deportar niños, para desgarrar comunidades”’, afirmó.

Trump abordará el Tratado de Libre Comercio el primer día de su presidencia

México tendría seis meses para acordar su participación en el pacto comercial http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/15/estados_unidos/147 9243334_645767.html CRISTINA F. PEREDA

El presidente electo Donald Trump comenzará la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte con México desde el primer día de su mandato, según asegura un documento de su equipo obtenido por la cadena estadounidense CNN. La medida tiene como objetivo rediseñar la política

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comercial de Estados Unidos para que, como defendió Trump en la campaña electoral, refleje los intereses de las empresas y los trabajadores de EE UU. Un estudiante ondea la bandera mexicana durante una protesta contra Trump en Washington. CARLOS BARRIA REUTERS La propuesta supone la confirmación de lo que el republicano ha defendido durante toda su campaña electoral, ya que Trump anunció en un discurso el pasado mes de octubre que el día uno de su presidencia comunicará a México su intención de “negociar o abandonar” NAFTA, como se conoce al pacto comercial que también incluye a Canadá, “para proteger a los trabajadores estadounidenses”. El memorándum al que hace referencia CNN incluye el esquema de la política comercial que Trump intentará abordar durante los primeros seis meses de su presidencia e incluye movimientos específicos para acometer los días 1, 100 y 200 de su etapa en la Casa Blanca. También incluye los cinco principios en torno a los que girará su política comercial y NAFTA es el primero de ellos. “El plan comercial de Trump rompe con las alas globalistasde los partidos tanto Demócrata como Republicano”, dice el texto. “La Administración Trump revertirá décadas de políticas comerciales conciliatorias. Los nuevos acuerdos comerciales serán negociados para que pongan por delante los intereses de los trabajadores y las empresas estadounidenses”.

El primer día del presidente Trump La negociación de NAFTA es el primer punto de la política comercial del republicano como también lo ha sido durante una campaña en la que ha apelado al voto de los trabajadores estadounidenses más afectados por la externalización de puestos de trabajo. Trump calificó el pacto como “el peor acuerdo comercial de la historia” durante el primer debate presidencial y ha prometido crear una tasa impositiva del 35% sobre la venta de vehículos fabricados en México y que son vendidos después en EE UU. Su plan presidencial reconoce los riesgos que supondría para la economía estadounidense retirarse del pacto aprobado en 1993 por el presidente Bill Clinton. El acuerdo eliminó desde entonces los aranceles a los productos que circulan entre los tres países miembros, favoreciendo la libre circulación de mercancías. En la actualidad, se estima que los bienes que cruzan a diario la frontera entre México y EE UU tienen un valor que asciende a 1.400 millones de dólares. El documento que maneja el equipo de transición de Trump pide tener “consideración extra con las consecuencias que tendría tal cambio de política para la clase media, los trabajadores del sector de servicios e industrial, así como las inversiones extranjeras en Estados Unidos”. Como remedio, proponen firmar nuevos acuerdos bilaterales, no entre las tres naciones, que sustituyan al vigente.

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Tres meses Los otros ejes de la política comercial de Trump son la cancelación del Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), que no será ratificado en los próximos meses, poner fin a las “importaciones injustas”, terminar con las prácticas comerciales “injustas” y negociar nuevos tratados comerciales bilaterales que sustituyan los principios establecidos por NAFTA. Como parte de esta estrategia, a los 100 días de su presidencia, cuando Trump aún esté negociando con México, intentará que China sea acusada de manipulación de divisas como parte de los términos del nuevo acuerdo y, según CNN, incorporará las herramientas del sector de inteligencia al de comercio.

Seis meses El acuerdo establece que EE UU debe notificar a los miembros su intención de abandonarlo con un plazo de seis meses de antelación. El memorándum obtenido por CNN asegura que el día 200 de su presidencia consideraría formalmente retirarse de NAFTA y proceder a la negociación de acuerdos comerciales bilaterales.

O México y Canadá negocian ya el TLCAN, o se termina el 7 de agosto de 2017. Lo dice Donald Trump http://www.sinembargo.mx/15-11-2016/3115500

Un memorándum elaborado por el equipo de transición de Donald Trump, al que tuvo acceso la cadena de noticias CNN, revela el plan de Donald Trump para reformar la política comercial desde el primer día de su gobierno. El documento se basa en su trabajo preelectoral y las propias promesas de campaña. El texto expone el esqueleto durante los primeros 200 días de su presidencia, centrándose en un conjunto de principios que incluyen la renegociación o retirada del TLCAN. Los nuevos acuerdos prevén los intereses de los trabajadores y las empresas estadounidenses. El nuevo Presidente podría mandar a revisar si los socios comerciales – México y Canadá– realizan prácticas “dañinas” para la economía de EU.

¿Qué TLCAN negoció México con EU y Canadá? No se sabe. Gobierno reservó datos Ciudad de México, 15 de noviembre (SinEmbargo).– Donald Trump comenzará a reformar la política económica de Estados Unidos desde el primer día de su administración ordenando la salida de su país del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para el 7 de agosto de 2017, si México y Canadá no

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aceptan renegociar, de acuerdo con un memorándum elaborado por su equipo de transición obtenido por la cadena de noticias CNN. Ayer, el Secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, salió en defensa del tratado al asegurar que “nadie va a destruir” el valor construido por los tres socios que integran el bloque. Sobre el mismo tema, el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirtió que terminar acuerdos comerciales tiene consecuencias, y no es tan fácil. Ante las críticas lanzadas por Trump en contra del tratado vigente desde 1994, el funcionario mexicano anticipó que vendrán “momentos tensos, momentos difíciles”. El documento difundido hoy por CNN en una nota firmada por Tal Kopan, expone el esqueleto de la política comercial de Trump durante los primeros 200 días de su presidencia, centrándose en un conjunto de principios que incluyen la renegociación o retirada del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. El propio memorándum señala que mucho de lo escrito ahí podría cambiar antes de que Trump comience su presidencia, el 20 de enero de 2017. De acuerdo con el borrador del memorándum que publica hoy CNN, el equipo de transición de Trump ha desarrollado un modelo para la administración basándose en su trabajo preelectoral y las propias promesas de campaña. “El plan de comercio de Trump rompe con las alas globalistas de los partidos republicano y demócrata”, señala el documento. “El gobierno de Trump invertirá décadas de política comercial conciliatoria y se negociarán nuevos acuerdos comerciales que prevean primero los intereses de los trabajadores y las empresas estadounidenses”.

Temer cree que Trump beneficiará a Brasil y perjudicará a México

El presidente dice no temer acciones del magnate que perjudiquen al país sudamericano

http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/15/america/147923714 6_105967.html El presidente de Brasil, Michel Temer, ha afirmado que no teme que, a pesar de su discurso nacionalista y proteccionista, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, pueda hacer algo que perjudique a Brasil. “Estados Unidos es un socio comercial activo y dudo que haga algo que intente

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alejar a Brasil”, dijo Temer el lunes por la noche durante una entrevista con periodistas brasileños en el programa Roda Viva. El discurso proteccionista de Trump, que afirma que se centrará en la inversión interna para crear más puestos de trabajo, puede reducir las relaciones comerciales con otros países, según las previsiones de los analistas. En la actualidad, Estados Unidos es el segundo mayor socio comercial de Brasil, recibe un 20% de las exportaciones brasileñas después de China, que es el principal destino de los productos nacionales. Por eso hay un temor dentro del país a que Brasil pueda verse fuertemente afectado por los cambios previstos por el magnate en un momento de crisis económica ya bastante aguda. Aunque el nivel de devaluación no ha alcanzado el desplome del peso mexicano, la moneda brasileña también cayó un 2,5% y ha obligado la intervención del Banco Central de Brasil en el mercado de divisas. Para Temer, sin embargo, el desgaste de Trump con México, puede beneficiarles. “Cuando vuelva los ojos a América Latina, es muy posible que venga a privilegiar las relaciones con Brasil”, dijo el presidente. Afirmó también que hay que esperar a que el republicano tome posesión para evaluar sus posiciones. “Hemos leído su discurso y era un discurso de mucha moderación. En Estados Unidos las instituciones son fortísimas. No vamos a imaginar que el presidente ejerza todo el poder con autoritarismo. Esto no va a suceder en Estados Unidos, pues hay una serie de condicionantes a partir del Congreso Nacional que dimensionarán su actividad”. Temer también habló de Venezuela, un país vecino que se enfrenta a una grave crisis interna. “Hay un problema humanitario”, dijo, y afirmó que Brasil ha intentado enviarle medicamentos al Gobierno de Nicolás Maduro, que los rechazó. “Los venezolanos están viniendo a Brasil”, resaltó Temer, y aseguró que el área militar brasileña está “preocupadísima”. El presidente afirmó también que cree que un posible encarcelamiento del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, acusado en la Operación Lava Jato, podría traerle inestabilidad. “Espero que, si hay cargos contra el expresidente, se procesen con naturalidad. Si Lula va preso le causa un problema al país, porque habrá movimientos sociales... Siempre que hay un movimiento social de contestación, especialmente a una decisión del Poder Judicial, puede producirse inestabilidad”.

El profesor de la Nacional al que de nuevo le cobraron haber escrito un libro sobre las Farc http://www.las2orillas.co/el-profesor-de-la-nacional-al-que-metieron-presopor-hacer-un-libro-sobre-las-farc/ Su investigación le hizo pagar 3 años en La Picota , ser señalado por Álvaro Uribe como “El terrorista más peligroso” y ahora lo deportaron de Panamá

21 Por: Las2orillas | noviembre 15, 2016

El viaje a Ghana, donde daría una conferencia, sería eterno. Primero fue esperar diez horas en Migración de El Dorado hasta que las autoridades comprobaran que estaba absuelto de cualquier acusación de terrorismo. Después tomar un nuevo avión hasta Panamá para que, en plena escala, la policía panameña ignorara el fallo absolutorio de la Corte Suprema de Justicia. El pasado sábado 12 de octubre, durante veinte horas, no se supo nada de él. Sus familiares volvieron a pensar en que lo peor había vuelto a pasarle. La primera vez que estuvo preso fue en una manifestación de la Central Unitaria de Trabajadores en los alrededores de la Universidad Nacional en donde, en 1988, hacía sexto semestre de Sociología. Estuvo encerrado durante cuatro meses pero en el fragor de sus 24 años vio la experiencia como positiva ya que conoció a guerrilleros de las Farc y del M19 que le ayudaron a entender mejor el conflicto colombiano. Fue profesor de la Universidad de Antioquia y de la Distrital en donde también se graduó de licenciado en Historia. En la década del noventa, antes de ser invitado por la Universidad Autónoma de México a hacer allí un doctorado, Beltrán se internó en la selva colombiana buscando hacer contacto con los cabecillas de las Farc, organización sobre la que estaba haciendo una monumental investigación. Así conoció a Raúl Reyes, Alfonso Cano y Manuel Marulanda Vélez. Esas fotos que alguna vez se sacó con los jefes guerrilleros fue el principal argumento que tuvo el gobierno de Uribe para emitir una orden de captura en su contra. Sucedió en mayo del 2009. Beltrán llevaba viviendo dos años en el D.F y quería regresar a Colombia. Antes de hacerlo necesitaba renovar su visa. Fue a Inmigración acompañado de su esposa y de su abogado Jorge Becerril. Allí, sin previo aviso, fue sacado del lugar esposado y con una capucha negra en la cabeza por la puerta trasera, subido a una Van plateada y conducido hasta el Aeropuerto Internacional Benito Juarez y extraditado a Colombia. Al llegar al Dorado el presidente Alvaro Uribe dio el parte de victoria: “Ha caído alias Jaime Cienfuegos el terrorista más peligroso de las Farc”. Las acusaciones surgían a raíz de una información que había sido encontrada en el computador del abatido líder de las Farc Raúl Reyes. Dos años vivió entre setenta y tres paras, guerrilleros y sicópatas en el patio cuatro de la Picota. Por su peligrosidad solo tenía derecho a una hora diaria de sol. Dos años tardó una jueza especializada de Bogotá para absolverlo delos delitos de rebelión, concierto para delinquir agravado y financiación de grupos terroristas. Si había hecho contacto con los líderes guerrilleros era para escribir su libro Las Farc 1950-2015, luchas de ira y esperanza. Salió libre pero el viacrucis seguía. Un fallo de la Procuraduría en el 2014 le impidió ejercer cargos públicos durante trece años. Su cátedra de Trabajo social en la Universidad Nacional estaba cerrada. A pesar de la autonomía que goza la institución educativa el rector Ignacio Mantilla hizo efectivo el dictamen de la Procuraduría. Profesores de la Nacional como Jaime Arocha y Fabián Sanabria azuzaron el fuego contra él desde sus columnas de opinión de El Espectador. El profesor Gustavo Duncan hizo lo propio en El Tiempo. El Tribunal Superior de Bogotá, a pesar de que se había demostrado tres años atrás lo contrario, condeno a Beltrán a ocho años de cárcel por rebelión. Se encaletó durante un año viviendo de lo que le pudieran llevar sus amigos. Por consejo de sus amigos y sus abogados se encaletó en una casa en Chapinero durante un año. Fue detenido por un retén de la Policía en julio del 2015 cuando iba con su familia a registrar a Kenai, su hijo menor, el que nació mientras él estaba preso en La Picota. Otra vez volvió al patio cuarto, a tomar el agua amarillenta y los alimentos podridos que caracterizan a este establecimiento penitenciario y que a la postre terminó arruinando su dentadura. Un año y tres meses duró su tercera detención. Cuando anunciaron su liberación el pasado primero de septiembre los reclusos del patio cuarto celebraron como si fuera una victoria propia. El pensamiento crítico no es delito rezaban las pancartas que habían escrito los presos. Cuando creía que todos los fantasmas habían quedado atrás surgió éste nuevo imprevisto que le impidió cumplir sus obligaciones académicas en Ghana. Sus familiares volvieron a pensar que lo meterían de nuevo preso, ésta vez en una cárcel en Panamá. Pero sólo fue un susto: el domingo 13 de noviembre regresó al país a las nueve y treinta de la noche, extenuado y amargado. Su único pecado ha sido convertir a las Farc en su objeto de estudio.

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Republicanos, los más peligrosos de la historia: Chomsky http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2016/11/15/republicanos-los-maspeligrosos-de-la-historia-chomsky Nueva York. El Partido Republicano se ha convertido en la organización más peligrosa en la historia de la humanidad por su negación del cambio climático y su postura ante las armas nucleares, señaló hoy el lingüista estadunidense Noam Chomsky. En una entrevista publicada esta semana en la revista digital TruthOut (Salga la verdad), Chomsky recordó que los comicios del pasado 8 de noviembre en Estados Unidos no sólo resultaron en un nuevo presidente electo, Donald Trump, sino en la redefinición del Congreso y la Suprema Corte. “El resultado otorgó el control total del gobierno, del Ejecutivo, Congreso y la Suprema Corte, a las manos del Partido Republicano, que se ha convertido en la organización más peligrosa en la historia mundial”, afirmó el lingüista y crítico social. Chomsky precisó que ese partido está dedicado a “apresurar tan rápidamente como sea posible la destrucción de la vida humana organizada. No hay precedente histórico para esa posición”. Recordó que Trump ha llamado a aumentar rápidamente el uso de combustibles fósiles, incluyendo el carbón, así como a desmantelar regulaciones ambientales y a retirar la ayuda a países en desarrollo que busquen crear energía sustentable. Trump, como candidato, expresó que el cambio climático era “un fraude” creado por China, y prometió en diversos foros reactivar la industria del carbón en Estados Unidos. En ese sentido, Chomsky aseguró que Trump ya ha tomado pasos para desmantelar la Agencia de Protección Ambiental (EPA) al colocar como su director a un “notorio y orgulloso” impugnador del cambio climático, Myron Ebell. Asimismo, el principal asesor de Trump en temas energéticos es el multimillonarios Harold Hamm, quien ha anunciado sus expectativas de que el nuevo gobierno elimine regulaciones e implemente recortes fiscales para el sector energético, y que reavive la producción de hidrocarburos. El politólogo señaló que las acciones de las empresas del sector energético han repuntado notablemente desde la elección de Trump, en especial aquellas vinculadas al carbón. “Es difícil encontrar palabras para capturar el hecho de que los humanos están enfrentando la pregunta más importante en su historia: si la vida humana organizada sobrevivirá como algo parecido a lo que conocemos, cuando la respuesta es acelerar la carrera al desastre”, lamentó Chomsky. El académico sostuvo que “observaciones similares” se pueden hacer de otros de los grandes temas concernientes a la supervivencia humana: la amenaza de la aniquilación nuclear, que ha estado presente desde hace 70 años. “No es menos difícil encontrar palabras para capturar el muy sorprendente hecho de que en la masiva cobertura de la extravagancia electoral, nada de esto recibió más que menciones pasajeras. Al menos yo no puedo encontrar las palabras adecuadas”, insistió Chomsky. La ONU ha expresado que el cambio climático es probablemente la mayor amenaza que enfrenta la humanidad. En un informe publicado en octubre pasado asentó que en los pasados 20 años, cuatro mil 200 millones de personas han sido afectadas por desastres relacionados con el clima.

Roberto Savio/ Reflexiones no ortodoxas sobre la victoria de Trump http://www.surysur.net/reflexiones-no-ortodoxas-sobre-la-victoria-de-trump/

23 Desde la ciudad peruana de Cuzco, donde la cultura Inca fue subyugada por los españoles, viendo como el mundo lleva inexorablemente a una medida diferente de la historia. Y ante la imposibilidad de escribir un análisis completo, van algunas observaciones dispersas.Pero antes es necesario hacer una introducción. En cualquier país del mundo, Hillary Clinton habría ganado la elección tras haber obtenido el mayor número de votos. Sin embargo, Estados Unidos no tiene una Constitución democrática. Y es que mientras que los estadounidenses se consideran a sí mismos la “única democracia en el mundo” (George W. Bush, discurso al Congreso en su toma de posesión), cabe señalar que la Constitución de Estados Unidos es un vestigio del pasado. Vea por qué… Cuando los diferentes estados salieron victoriosos de la Guerra de la Independencia contra Inglaterra y decidieron unirse en los Estados Unidos, los estados más pequeños temieron ser sometidos a los más grandes. Así hubo que inventor un compromiso de garantía para todos. Y así, el Senado, como órgano principal del sistema legal, se compone de dos senadores por cada estado. De este modo Wyoming, que tiene 800.000 electores, cuenta con dos senadores, igual que California que tiene 27 millones. El presidente es elegido por “votos electorales” que se dan a cada estado en base a consideraciones similares. De este modo, Al Gore, que había ganado la mayoría de votos, perdió la elección ante George W. Bush por votos electorales (ayudado por el Tribunal Supremo en manos del Partido Republicano que dio Florida a Bush). Esta vez ocurrió lo mismo: los estados menos desarrollados votaron republicano (con la excepción de Texas y poco más), pese a lo cual la mayoría del Senado se puede obtener sumando los 26 estados con menos población y desarrollo, con lo que prevalecen sobre la población de 24 estados mayoritarios e industrializados. Pero hay otras normas antidemocráticas en la Constitución estadounidense, como el hecho de que a la muerte de un senador es el gobernador quien nombra a su reemplazo. Así, un gobernador republicano puede nombrar a un senador republicano, incluso si el muerto era del Partido Demócrata. Volvamos ahora a las observaciones. La primera es el hecho de que prácticamente todos los observadores, las encuestas, los medios de comunicación (con excepciones que se cuentan dedos de una mano) dieron a Clinton por ganadora, da una medida de la separación existente entre el sistema y la realidad. Ocurrió lo mismo con el Brexit, con las elecciones austríacas, las filipinas… La explicación es sencilla: nosotros frecuentamos a nuestros amigos, la sociedad está hecha de círculos concéntricos paralelos, y así creemos que la observación de un profesor universitario tiene más valor que la de un trabajador en paro. Por lo tanto, no tenemos una visión completa de la sociedad en la que vivimos. La segunda: Las víctimas del proceso económico y social creado por la visión de un capitalismo autodestructivo que premia a muy pocos mientras frustra las esperanzas de muchos, son mucho más numerosas de lo creen aquellos que no las frecuentan. Y son víctimas que ven cada día ejemplos de corrupción, de despilfarro y riqueza, que les llevan a tener pasiones, no opiniones. Tras haber gastado cuatro billones (millón de millones) de dólares (según los cálculos más modestos) para salvar a los bancos (que aún tienen 800.000 millones de activos tóxicos), la prioridad es seguir respaldando al sector financiero en lugar de a los gastos sociales, que se consideran publicamente improductivos, algo que se ve diferente por quienes están dentro y los que quedan afuera. Tampoco se les escapa el hecho de los bancos, en la crisis de 2008 (de la que todavía no hemos salido) hayan pagado multas por valor 280.000 millones de dólares (sin contar los 14,5 mil millones pendientes de la Deutsche Bank), ya no es un hecho excepcional. Y que el total de subsidios para el empleo juvenil en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sea de poco más de 20.000 millones de dólares, cuando el Banco Central Europeo da 80.000 millones mensuales al sistema bancario europeo (que no pasan al sistema productivo sino que invierte en el sector financiero), ciertamente no ayuda a los jóvenes a sentirse parte de Europa. ¿Quién ha oído, en el debate político, los términos solidaridad, justicia social, participación, equidad? ¿Existe en alguna parte de la política un debate sobre cómo aumentar el empleo, que está amenazado por el uso de los robots, que constituirán 40 por ciento de la producción industrial dentro de 20 años? ¿O

24 sobre cómo la corrupción es cada vez más percibida por los ciudadanos, y necesita urgentemente ser abordada? ¿O sobre si pueden sentirse representados aquellos que votaron por Brexit y por Trump? Esto lleva a la tercera observación: La política está ahora sujeta a las finanzas, carente de visiones e ideales que fueron desechados con el fin de las ideologías, y se dedica a temas puntuales y administrativos. No debe pasarse por alto que el número de ciudadanos que dicen que la izquierda y la derecha han desaparecido, ha alcanzado porcentajes sin precedentes. La política, como reacción, se cierra como una ostra y se vuelve cada vez más autorreferencial. ¿Quién es el ciudadano que ve en un partido un espacio de participación y expresión, aparte de aquellos que están dentro, como en los tiempos de la juventud de los partidos? Esta disminución de la participación es un elemento grave de la crisis de la democracia. Al mismo tiempo, está claro a los ojos de todos quiénes son los Le Pen, los Farage, los Salvini, etc. Está claro para todos que vuelve el nacionalismo, el populismo y la xenofobia. Estos son los indicadores clásicos de la crisis. Los años 30 del siglo XX son un capítulo para recordar … ¿Tendrá la política la capacidad de encontrar su camino, de ideales y de visiones, donde escuchar a los ciudadanos sea parte de un diseño común? No es que quede mucho tiempo… Y luego, la cuarta observación: Ahora tenemos el presidente del líder mundial, Estados Unidos, que dice claramente que no les interesa el mundo, excepto en la medida en que sirva a los intereses estadounidenses. El multilateralismo, desde la Unión Europea hasta la Organización de las Naciones Unidas (ONU), está en una crisis creciente desde que Ronald Reagan y Margaret Thatcher, en 1981, declararon que no creen en la cooperación internacional y que cada país debía valerse por sí mismo. Esta línea continuó con altibajos, pero con una tendencia continua. No es ningún secreto que a la hora de elegir al nuevo secretario general de la ONU, la pregunta del presidente de Estados Unidos era: ¿cuál es el más débil de todos? El presidente Barack Obama ha tratado de detener esta tendencia. Pero su pueblo (más bien, una parte de este que nadie había visto hasta ahora) no lo ve de esta manera. No hay que olvidar que igual batalla fue hecha por el demócrata Bernie Sanders, que ha obtenido 10 millones de votos. Si hubiera podido presentarse, habríamos visto cómo los estadounidenses juzgaban dos caminos, uno de los cuales al declararse socialista representa una novedad tan radical como la de haber elegido Trump. En un país donde el término socialista es como declararse un alieno a Estados Unidos, y peligroso. Ahora tenemos el país del líder totalmente heterogéneo con respecto a las relaciones internacionales existentes. ¿Sabrá Europa encontrar su propia voz? También porque si no lo hace ahora, no se ve cuando lo podrá hacer… ¿Se volverá a dar espacio a la cooperación internacional, al multilateralismo, a los planes de desarrollo? La quinta observación es una banalidad. Los chinos usan la palabra crisis también en el sentido de oportunidad. Vamos a tener, por lo menos cuatro años (Putin, Grillo, Le Pen…) de un gobierno por el momento impredecible. Trump es un político de vísceras no de cerebro. Es la clásica encarnación de lo que se llama un político impredecible. Pero, sobre todo, no escucha consejos. También es prisionero de su electorado particular. Ciertamente, el sistema le pondrá las bridas que pueda. Pero ocurre que todas las cartas que conocemos ahora están en el aire. Esto también significa que igualmente es posible hacer políticas innovadoras, que el marco oxidado anterior no permitía. Así mismo porque sería difícil ver cuál es la política común que pueda tener Trump con la primera ministra británica Theresa May, con Farage o con la Alternativa para Alemania… Los partidos populistas nunca han sido capaces de crear una política común, por ejemplo, en el Parlamento Europeo… solo tienen enemigos comunes, pero no planes alternativos homogéneos… así que, ahora que las cartas están en el aire, existe todo el espacio para inventar y construir… Pero esto no se puede hacer si no se reconoce que estamos en una crisis política y de democrática, de sociedad y de perspectivas, que si no es asumida y metabolizada por la clase política en el poder, verá un desmoronamiento sucesivo del sistema, y que la crisis actual (que no se resolverá por el populismo y el nacionalismo) va a terminar haciendo imposible cualquier gobernabilidad…

25 Y me siento obligado a añadir una última consideración. Para aquellos que han trabajado toda su vida para crear conciencia y participación, la sociedad civil fue la fuerza que reequilibraba la crisis de valores y políticas (en inglés existe “la política”, referida al proceso, y “la política” para las ideas políticas, esta diferencia no existe en las lenguas latinas). Si hay un tema que la sociedad civil ha defendido desde su nacimiento, este es el de género. Una diferencia entre una persona joven hoy y mi generación, es que el tema de las mujeres no existía entonces, mientras que los jóvenes de ahora son plenamente conscientes de ello. Es un tema que está presente en los medios de comunicación, en la política, en la cultura, en las organizaciones, desde la industria a los negocios, desde las políticas hasta administrativas y culturales. Bueno, después de todo lo que Trump ha dicho y hecho en el tema de la mujer, reactivando un “machismo” de cuartel que ya se creía inaceptable… después de las declaraciones y manifestaciones de todas las organizaciones de mujeres del mundo artístico, cultural y económico…53 por ciento de las mujeres estadounidenses votó por Trump. Este porcentaje no está lejos del electorado masculino. Sucedió lo mismo en Italia con Silvio Berlusconi, aquel organizador de fiestas con menores que habló abiertamente de la mujer como un objeto de uso, tanto que lo abandonó su esposa. Esta votación es un duro golpe a toda la sociedad civil, y para todos aquellos que se comprometen porque están convencidos de que creando conciencia es posible un mundo mejor… Hemos perdido una batalla importante, y la guerra se hace ahora mucho más difícil

SOS: ¿el fin de EEUU semicivilizado? http://www.surysur.net/sos-el-fin-de-eeuu-semicivilizado/ Algunos dicen que es el fin de un Estados Unidos semicivilizado, otros dicen que aquí tronó el viejo sistema político bipartidista, otros creen que acaba de aparecer el diablo –gusto en conocerte, espero que hayas adivinado mi nombre, lo que te está confundiendo es la naturaleza de mi juego– y otros creen que no pasará nada con esta cosa fea resultado de la contienda más asquerosa en la historia moderna (dixit la gran mayoría del electorado), ya que todos –incluso el peligroso bufón anaranjado– acabarán siendo sujetados por el gobierno permanente y obligados a portarse más o menos bien. Todos están sorprendidos. No funcionaron sus modelos, ni sus programas ni los infinitos datos con que alimentaban sus computadoras. Los expertos –politilógos, veteranos de campañas, los que entienden matemáticas y estadísticas, viejos lobos de la política y casi todo periodista– ofrecían sus espléndidos análisis de cómo era esa extraña cosa llamada pueblo o electorado, de cómo se comportaba y cómo reaccionaba ante los gritos, engaños y manipulaciones de diversos irritantes llamados candidatos. Los científicos entendían casi todo hasta que el pasado martes se mostró que no entendían casi nada. Ahora los expertos profesionales argumentan que este es un país muy dividido, y muestran ese mapa tramposo donde ilustran dónde están los de azul (demócratas) y los de rojo (republicanos). Esa es ahora la narrativa oficial que se desea imponer por los maestros del juego político y mediatico. Pero la división no es entre colores, de un lado y del otro, horizontal a lo largo de un mapa, sino vertical: lo que caracterizó esta contienda desde un inicio hace casi dos años es que la división es entre los de arriba y los de abajo. Esta fue una contienda de insurgencias contra las cúpulas azul y roja. La opinión pública reprobó a ambos partidos, casi todos los candidatos, y cuando pudieron votaron contra la élite política y económica tanto en las primarias como ahora en la elección general. Al anular la opción progresista para la expresión de esa insurgencia, con Clinton y sus aliados haciendo todo lo posible para descarrilar la amenaza del socialista democrático Bernie Sanders (quien durante su campaña, y posiblemente aun ahora, es el político con el mayor índice de popularidad en este país), sólo dejaron la opción de un demagogo derechista y los infinitos adjetivos que se merece. Siempre ha existido una corriente racista y hasta fascista en este, como en casi todo país, y la campaña y ahora elección de Trump ha desatado estas corrientes como veneno por todo el país, y esto apenas empieza. Pero aún más importante es entender que no todos, y tal vez sólo una minoría de los 60 millones de los que votaron por él, forman parte de esa corriente. De hecho, muchos de ellos eran sindicalistas y demócratas y habían votado dos veces por un presidente afroestadounidense.

26 Por lo que sí votaron todos estos fue para derrocar lo que ambos candidatos insurgentes llamaron un sistema amañado al servicio de una oligarquía. El problema, obviamente, es que el resultado expresado por Trump y su gente pone a todo el planeta en riesgo, y a los más vulnerables dentro de este país en peligro inmediato. Los políticos y los expertos –incluidos los encargados de la campaña demócrata– aparentemente nunca apagaron sus computadoras y sus modelos para tomarse una cerveza o un whisky en una cantina y platicar con los que estaban por sacudir al mundo al expresar su hartazgo, su ira y su temor. Matt Taibbi escribe en Rolling Stone que la “elección de Trump fue una verdadera rebelión dirigida a todos los que eran percibidos como parte del establishment… incluyendo dirigentes políticos, banqueros, industriales, académicos, actores de Hollywood, y, por supuesto, los medios. Y todos cerramos los ojos a lo que no deseábamos ver… El casi universal fracaso entre los profesionales políticos en pronosticar la victoria de Trump… reveló una ceguera cultural asombrosa”. Ahora, dice, ya es demasiado tarde, y en parte esto es consecuencia de que para los periodistas, “igual que los políticos, nuestra chamba era escuchar, pero nos la pasamos hablando… El mundo tal vez nunca nos perdone por no ver lo que se venía”. Ahora ese resentimiento, la ira y desesperación que hay abajo, sobre todo de la clase trabajadora blanca urbana y rural, gente que sentía que había perdido todo, incluso a su propio país, ha llevado a una crisis, y la cúpula está buscando cómo manejarla. Es la cosecha en gran parte de tres décadas de un consenso cupular bipartidista de políticas neoliberales que se aplicaron al país más rico del mundo. Las advertencias sobre las consecuencias de esto aquí se expresaron desde el gran debate trinacional sobre el libre comercio a finales de los 80, en el movimiento altermundista a finales de los 90, recientemente con Ocupa Wall Street y después en la gran insurgencia progresista sin precedente de Sanders. Pero lo más trágico es que en lugar de una vuelta progresista, por lo menos liberal, esto ahora ha llevado –en gran parte por la arrogancia de los liberales y la falta incomprensible de una respuesta masiva de no pasará durante el ultimo año a esta amenaza venenosa– a una expresión de tintes fascistas. De hecho, algunas de las pancartas en las protestas en las calles llaman a una resistencia al fascismo en Estados Unidos. “Adiós, America” se titula el artículo del autor y académico liberal Neal Gabler en el portal de Moyers & Company. “Estados Unidos murió el 8 de noviembre del 2016… por su propia mano, vía el suicidio electoral. El pueblo optó por un hombre que ha deshecho nuestros valores, nuestra moralidad, nuestra compasión, tolerancia, decencia, sentido de propósito común… Ya no podemos simular que somos excepcionales o buenos o progresistas o unidos. No somos nada de esas cosas”. Tal vez es hora de que los pueblos del mundo que han expresado su horror ante lo ocurrido aquí empiecen a preparar brigadas internacionales de solidaridad para apoyar la resistencia que ahora nace en estas calles contra la sombra que oscurece a este país.

El presidente Trump y la República Mexicana ADOLFO GILLY

http://www.jornada.unam.mx/2016/11/15/opinion/012a1pol El día de ayer, 14 de noviembre de 2016, el profesor Leopoldo Santos Ramírez, investigador del Colegio de Sonora, abogado y defensor de los mineros de Cananea y de otros movimientos sociales del Norte mexicano y colaborador de La Jornada, publicó en nuestro periódico un artículo titulado Rebasar a los claudicantes, acerca de la política de México en la nueva situación creada por la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Como expresión de mi solidaridad con los términos y las razones de dicho escrito, publico un mensaje enviado el 12 de noviembre a Laura Carlsen, conductora del programa Hecho en América, RompevientoTv. Ciudad de México, 12 de noviembre de 2016.

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Q

uerida Laura, recibí bien tu mensaje pero fui postergando la respuesta, como tantas otras a diversas

citas con la vida. Agradezco la invitación para tu programa, pero no estoy en ánimo de una entrevista en el

mundo de la política de estos días; y en general rehuyo las entrevistas, de cuyo formato y contenido casi

siempre me arrepiento cuando después las escucho o las leo. En cuanto a Trump, ahora que fue electo confirmo mi anterior opinión: no es fascista, es nazi. El nazismo tiene una carga de racismo, frustración, odio y exterminio sustentado en un propio poderío industrial diferente de la dictadura de Mussolini. Éste mantuvo a Antonio Gramsci, a los comunistas y a otros opositores en prisión y estableció una violenta dictadura con cárceles, campos y asesinatos, pero no los trató de exterminar como hizo Hitler con los judíos. Las propuestas de Trump son de esta misma estirpe racista exterminadora, con un ánimo y un lenguaje que corresponden a una violencia allá siempre latente, ajena y opuesta a las costumbres hospitalarias y democráticas que hemos conocido como experiencia propia cuantos tuvimos alguna vez la fortuna de vivir y trabajar en Estados Unidos. En una carta de septiembre pasado Marshall Sahlins, admirable antropólogo nacido en Chicago en 1930, escribió: “Los mexicanos son para Trump lo que los judíos eran para Hitler: violadores, traficantes de drogas, asesinos, una degenerada raza criminal que debe ser arrestada y deportada para preservar la pureza de los estadunidenses y la mera existencia de la patria”. Donald Trump apunta –y lo está logrando– a reagrupar tras esos sentimientos un movimiento de odio y violencia acorde con los tiempos presentes, esta época nueva de la dominación del capital financiero globalizado, una de cuyas sedes territoriales está en Estados Unidos y en su potencia científica y militar. Pero esta de hoy ya no es una dominación hegemónica y exclusiva como en los tiempos de la Guerra Fría. Las masas poblacionales, territoriales, culturales, industriales, militares y civilizatorias de los nuevos capitalismos tecnológicos y financieros –Rusia, China, India, Brasil…– son impresionantes y, hasta cierto punto, invulnerables para el tipo de dominación afirmado y ejercido por Estados Unidos en la década sucesiva a la segunda guerra mundial, antes de que la revolución cubana y la ola de revoluciones coloniales – recordemos Vietnam y Corea, no olvidemos Argelia y Angola– lo cuestionaran y socavaran. * Estados Unidos vive hoy un retroceso sin guerra, una herida doliente a su idea de potencia mundial hegemónica, similar a la idea de sí mismo que tenía el Imperio Británico hasta la Primera Guerra Mundial y poco más allá. El trato que Donald Trump ha venido dando a México es una descarga sobre su vecino de una creciente frustración en los altos mandos políticos de Estados Unidos acerca de su propia ubicación como potencia en esta época nueva inaugurada por la digitalización, donde se sustenta la dominación económica y tecnológica de las finanzas detentadoras del poder real en este planeta sin ley, mientras mantiene una capacidad de destrucción irracional y sin precedente. Make America Great Again es un lema de campaña que resume situación y sentimiento en aquella parte de la población de Estados Unidos a la cual Trump procura reagrupar –yendo más allá de sus predecesores

28 como Sarah Palin, el Tea Party y similares– en un movimiento que canalice frustración, violencia y nostalgia. Será ese su empeño desde el poder. Contra lo que creía sobre su propia nación, a esa multitud irritada y conservadora que hoy apoya a Trump ahora le está resultando realidad que mientras Estados Unidos había sido el vencedor en la Guerra Fría, al mismo tiempo las revoluciones e insurrecciones coloniales habían engendrado este mundo donde su poder y también su imagen como nación se relativizan y encogen aunque crezca sin medida su arsenal militar. Así, Make America Great Againsurge como la consigna perfecta de frustración vivida, ira experimentada y nostalgia por un pasado reciente de grandeza y dominación que parece esfumarse ante las irrupción de multitudes de árabes, musulmanes, norafricanos, chinos, indios, japoneses, vietnamitas y las vastas poblaciones de color en Asia, África y América Latina que cuestionan la grandeza y la dominación del hombre blanco, esas multitudes a las cuales pertenecen también los pueblos originarios de Mesoamérica y de los Andes y sus descendientes mestizos del color de la tierra. La retórica de Trump y los suyos ¿no recuerda acaso el odio y la frustración que después de la derrota de la Gran Guerra y de la legítima indignación del pueblo alemán ante la conducta humillante de los vencedores alimentó el surgimiento y la incontenible expansión popular del nazismo y su ideología en Alemania y más allá? De esta especie es Donald Trump y perfectos para el caso son su consigna: Make America Great Again, su machismo, su violencia verbal y la violencia física de sus partidarios. Más allá de su victoria electoral después de haber tomado por asalto la otrora sólida estructura política del Partido Republicano, el movimiento de Trump va para largo y condicionará fuertemente la política y las decisiones de cualquier gobierno sucesivo en Estados Unidos. * La política del gobierno mexicano frente a esta realidad es de parálisis, subordinación y desastre, incluido el hecho notorio de que los poderes financieros, económicos y militares de Estados Unidos tienen cada día mayor control sobre cuanto sucede o pueda suceder en nuestro territorio. El desmantelamiento de Pemex es un ejemplo trágico y está lejos de ser el único de similares magnitud y alcance histórico. De la misma estirpe es el ilegal muro prometido y el trato humillante a mexicanas y mexicanos y sus descendientes en aquellas tierras. Ante estas amenazas, urge unir fuerzas y voluntades para alzar y oponer un cambio radical en la política interior y exterior de nuestra República. Un abrazo afectuoso, Adolfo.

“China sustituirá a Rusia como principal enemigo de EE UU” 14 de noviembre de 2016 SERGUÉI STROKAN, MAKSIM YUSIN, KOMMERSANT https://es.rbth.com/internacional/2016/11/14/china-sustituira-a-rusia-como-principal-enemigo-de-ee-uu_647517

La reacción de Pekín a la victoria de Donald Trump ha sido contenida mientras que Moscú espera que a partir de ahora disminuya la tensión con los EE UU.

A pesar de que queden dos meses para el cambio oficial de administración en Washington, las capitales de todo el mundo ya han comenzado a prepararse para la llegada del nuevo líder estadounidense. Uno de los primeros en felicitar a Donald Trump fue Vladímir Putin. Los políticos de Moscú no han ocultado su satisfacción con el próximo cambio de gobierno en la Casa Blanca.

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La reacción de Pekín ha sido bastante más contenida. Lu Kang, representante oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular, expresó su deseo de que el nuevo gobierno de EE UU “contemple de forma objetiva las relaciones económicas y comerciales” entre los dos países. Las declaraciones del diplomático eran la respuesta a la solicitud de unos periodistas de que Pekín aclarara su postura respecto a las duras declaraciones de Trump durante su campaña electoral. Según el nuevo presidente estadounidense, Pekín se beneficia mucho más de las relaciones comerciales que Washington. Trump ha dado a entender en numerosas ocasiones que en caso de ser elegido presidente planeaba cambiar esta situación de forma radical para defender los intereses de las empresas estadounidenses. “Si las relaciones no fueran favorables para los pueblos de ambos países, sería imposible haber alcanzado un nivel semejante de desarrollo comercial. Por esta razón, la cooperación económica y comercial entre China y EE UU es mutuamente beneficiosa”, comenta Kang desmintiendo estas acusaciones. “En 2017 EE UU retirará las sanciones”, afirman empresarios rusos

El diplomático chino recordaba que el volumen del intercambio comercial el año pasado superó la astronómica cifra de los 560.000 millones de dólares. Pekín espera que Trump también manifieste una postura clara sobre algunos problemas más sensibles de las relaciones bilaterales que afectan a cuestiones de seguridad, según Kang. Entre ellos figura el despliegue del sistema THAAD del escudo antimisiles estadounidense en Corea del Sur o las disputas territoriales en el mar de la China Meridional.

Pragmático, no ideólogo Según los expertos, la elección de Donald Trump para Rusia significa una oportunidad para dejar de ser considerada en EE UU como el principal enemigo en potencia. “En China existe realmente el temor de que las relaciones entre Washington y Pekín empeoren con Donald Trump, y esta teoría está completamente justificada, aunque por ahora no se puede decir que este escenario sea inevitable”, declara el jefe de investigación del Instituto del Extremo Oriente de la Academia Rusa de Ciencias, Alexander Lomanov. Según el experto, ya durante el gobierno de Barack Obama en las relaciones entre ambos países han surgido numerosas diferencias políticas, sobre todo en relación a la situación en el mar de la China Meridional y con la tensa situación que se vive en Hong Kong, entre otros factores. El experto del Consejo Ruso para los Asuntos Internacionales Maksim Suchkov asegura que Moscú está interesada en que tras el cambio de administración en la Casa Blanca en EE UU se forme “un nuevo sistema de prioridades en el ámbito de la seguridad nacional en el que Rusia no sea la principal amenaza”.

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Esta idea la comparte el director del centro Rusia-Oriente-Occidente, Vladímir Sótnikov. “Recuerden que según Barack Obama, la lista de los principales enemigos de EE UU estaba formada por Rusia, el Estado Islámico y la fiebre del ébola. El presidente Trump no utilizará este enfoque. Es un hombre más pragmático, no un ideólogo, y es consciente de que Rusia no supone una amenaza para los intereses de vital importancia de EE UU. Y estos intereses de vital importancia no se encuentran en el espacio postsoviético, no están en Ucrania, sino en otras regiones del planeta. Esto significa que se abrirá una vía para el diálogo con Moscú y para determinados cambios en materia geopolítica que una administración demócrata en la Casa Blanca nunca aceptaría”, comenta Sótnikov.

Trump, el nazionalismo-obrerista y la guerra racial // Franco 'Bifo' Berardi http://anarquiacoronada.blogspot.mx/2016/11/trump-el-nazionalismo-obrerista-y-la.html

La clase obrera se toma revancha de los que los tomaron por idiotas los últimos treinta años. Un esclavista que confiesa que nunca pagó los impuestos, un violador serial. Ese es el nuevo presidente de los Estados Unidos de América. Intentemos comprender qué pasó. Como en 1933, la clase trabajadora votó por él porque han sido traicionados por la izquierda. Tanto en Estados Unidos como en Europa. Lo que faltaría ahora es lincharlos porque son ellos quienes le abrieron el camino al fascismo al trabajar al servicio del capital financiero y de la reforma neoliberal: son los Bill Clinton y Tony Blair; los Massimo d’Alema y Matteo Renzi, los Giorgio Napolitano, François Hollande, Manuel Valls y Sigmar Gabriel. Y tantos otros… Digámoslo sin tapujos: una escoria que por cinismo e imbecilidad le entregó a las grandes corporaciones financieras el gobierno de nuestras vidas, y le abrió la puerta al fascismo rampante que ahora impulsa la guerra civil global y ante la cual no podemos construir diques. En el Reino Unido, en Polonia, en Hungría, en Rusia y ahora en Estados Unidos ha ganado el Nacional-Obrerismo. La clase obrera blanca, humillada los últimos 30 años, engañada con las promesas reformistas de sus representantes, empobrecida con las agresiones financieras, es la que pone en la Casa Blanca a un esclavista violador. Dado que la izquierda le quitó a los trabajadores las armas de las manos para defenderse, ahora tenemos ante nosotros la versión fascista y racista de la

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lucha de clases: Wall Street hizo lo imposible para sacarse de encima a Bernie Sanders en las primarias, y ahora un fulano del Ku Klux Klan derrota a la candidata del Wall Street. Los próximos diez años serán tremendos. Y hay que saberlo. El fracaso de la globalización capitalista es el inicio de una guerra en la cual muy poco de lo que llamamos civilización está destinado a sobrevivir. El periódico Zero Hedge donde escriben los intelectuales trumperistas publicó hace unos días un artículo que sintetiza a la perfección lo que está sucediendo, y anticipa lo que vendrá: “La clase media desmoralizada y desilusionada es la que ha perdido más, depredada por la Reserva Federal, con salarios que languidecen desde los años 80. Los intereses bancarios en torno a cero han castigado a los pensionados y ahorristas mientras beneficiaban a los millonarios de las finanzas. El próximo colapso financiero que está agazapado en una esquina provocará una guerra Trump ganó porque representa un arma en las manos de los trabajadores empobrecidos, considerando que la izquierda los ha entregado desarmados a los pies del capital financiero. Pero esta arma muy pronto apuntará contra los propios trabajadores y los conducirá a una guerra racial. La otra cara del obrerismo trumperista es, en verdad, el nacionalismo blanco. Dice Zero Hedge: “en las elecciones las personas blancas, casadas, rurales y religiosas enfrentarán a los negros, los huérfanos, los ateos”. La amenaza de una guerra racial está a la vista en las posturas del Nacionalobrerismo norteamericano. Derrotados en el plano social por el capitalismo financiero, los trabajadores blancos se asumen como la raza de los exterminadores y esclavistas. “El movimiento Black Lives Matter auspiciado por George Soros creó el caos en las ciudades americanas, impulsando a los jóvenes negros a matar policías, llevando al límite el programa reparatorio inspirado por Obama. Pero si intentan salir de sus propios guetos urbanos creados por los demócratas y si intentan ir a las zonas de la Norteamérica rural se encontrarán con los propietarios legales de armas que los esperarán atrincherados. La guerra racial terminará rápido y con un vencedor claro. Los blancos moderados y los conservadores están hartos del programa liberal y de los negros victimizados. La respuesta será: basta de tener hijos extramatrimoniales, vayan a trabajar. Edúquense. La vida es dura. Apréndanlo. ¡No les debemos nada!”

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Mientras espero la segunda guerra civil norteamericana, en estos días estoy en Moscú para una conferencia. Mientras daba una charla en una galería de arte, el pueblo ruso con un gélido clima festejaba. ¿Acaso el inicio del mes de noviembre recordando la revolución soviética de 1917? No. Festejaba una cacería de polacos en 1612. El fascismo ruso de ayer se celebraba con una estatua de 18 metros a Vladimir El Sabio, cristianizador de la patria en el siglo X. Muchísimas mujeres y criaturas, vestidos con uniformes militares alabando a los peores asesinos de la historia, desde Iván el Terrible a Stalin, el asesino de comunistas. La raza blanca en armas prepara un final horripilante para la horripilante historia del colonialismo moderno. Me pregunto ¿lograremos escapar a este libreto ya escrito en los libros del Armageddon que el capitalismo financiero ha preparado y en el cual la izquierda reformista y socialdemócrata hizo su trabajo de abrir todos los caminos? [fuente: purochamuyo.com / Cuadernos de Crisis]

El buque insignia cambió de bandera

Por Ruben Montedónico [email protected]

Las elecciones estadunidenses dieron la posibilidad acotada de elegir entre dos candidatos que deseaban sostener -por vías diferentes- la preeminencia política, económica y militar de Estados Unidos (EE.UU.) y su papel hegemónico global. Los medios empresariales presentaron los últimos meses al binomio como parte de un show cuatrienal (unas olimpiadas o un mundial de fútbol) en que se dirimiría la administración del gobierno internacional radicado en Washington, aunque exhibiendo su inclinación por uno -Hillary Clinton- en coincidencia con Wall Street, los grandes centros de poder mundiales y "gobiernos amigos".

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Como el resultado final parece haberse inclinado en favor del otro candidato -Donald Trump, hedonista, machista, xenófobo, antimigrante de latinos, negros y musulmanes-, mantienen el espectáculo por el que se embolsarán ganancias, sustentando el rating mediante la amplificación de las reacciones contrarias al presidente que se instalaría el 20 de enero próximo. Cuando entienden que el público está suficientemente enterado de las manifestaciones "espontáneas" en contra del presunto ganador (falta la oficialización del mandatario por el Colegio Electoral), a punto de saturación, se mudan y proyectan especulaciones acerca de factibles integrantes del futuro gabinete o recogen opiniones de quienes vaticinan un impeachment en 2017 contra Trump. Esto último significa algo así como que los republicanos, mayoritarios en ambas ramas legislativas, se vayan a dar un martillazo censurando a su correligionariopresidente antes de su primer año de ejercicio. Para todas sus opiniones cuentan con una catarata de escribas que les permiten dar al público una amplia gama de explicaciones. De una primera lectura, nos quedamos con que el voto popular minoritario -oh, democracia- que conduciría a Trump a la Casa Blanca, tiene tres procedencias básicas: tradición de sufragios por los republicanos; primacistas wasp, y un sector de trabajadores no calificados -en particular del norte de EE.UU.- que perdieron hipotecas y puestos de trabajo por la crisis de 2007-08, situaciones que atribuyen al neoliberalismo de Wall Street e identificaron el 8 de noviembre con Hillary Clinton. Manuel Castells -de la Universidad de California en Berkeley- dice que "votaron a Trump el 70% de los hombres blancos y el 60% de las mujeres blancas sin educación universitaria. Es decir: la clase obrera blanca tradicional que se sitúa en viejas zonas industriales como Ohio y como Pensylvannia; Michigan, Wisconsin, feudos demócratas que cambiaron de campo. Ahí se concentran las zonas de desesperanza, con los peores índices de salud y la mayor incidencia de la epidemia de drogas opiáceas que corroe al país. En cambio en Manhattan, sede de la economía financiera, el 82% votaron por Hillary, así como dos tercios de los votantes de Silicon Valley y otras zonas de alta tecnología, los triunfadores de la economía global".

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Por su lado, en estos días Trump intenta enviar señales tranquilizadoras: adelanta el nombre de Reince Priebus -presidente del Comité Nacional Republicano- como jefe de su gabinete, e hizo una reducción de sus afanes de "limpieza migratoria" al señalar que "sólo" deportará a tres millones de latinos (rebajó su promesa de campaña de que serían 12), auspiciando la idea de desplazar a Barack Obama (de última hora, ver situación de haitianos) del sitial de mayor expulsor de hablantes del castellano de EE.UU. En el primer caso, se trata de un hombre cercano a los personajes del Congreso, lo que da idea de que tomará en cuenta opiniones de legisladores para la conducción de su administración. En el segundo, se asemeja más a una insensata, vana e irrealizable promesa, como tantas que ha hecho y de las que conocemos su intención de hostigar -todo lo que sea posible- a la comunidad musulmana y a los afroestadunidenses, mientras tendría manga ancha con más de 200 contingentes de grupos conservadores armados y extendería a los 50 estados la flexibilización para adquirir y portar armas de fuego. Un anuncio que sobresaltó al complejo industrial-militar de EE.UU., sin embargo, fue el referido a que buscaría establecer una situación de détente con Rusia que incluiría el reconocimiento de la incorporación de Crimea a su geografía. Si lo anterior ocurriera, equivaldría a que muchos de los proyectos del complejo serían postergados, archivados o sencillamente irían al basurero, con la consiguiente pérdida de miles de millones de dólares para los concesionarios de la Defensa. Aquí corresponde recordar que un presidente poco inteligente (algo muy frecuente en mandatarios de EE.UU) como Ronald Reagan, que promovió con sus asesores las intervenciones y guerra de baja intensidad en Centroamérica -en particular contra Nicaragua, al que enfrentamos como pudimos en los 80-, consiguió una amplia descompresión con la antigua URSS -dirigida por Mijail Gorbachov- en materia de armas estratégicas, que significó un golpe a las aspiraciones de ganancias del sector industrial-militar. Un expresión primera del proteccionismo propuesto y propagandeado por el republicano apunta a frenar las acciones en curso que permiten, en aras de la globalización, que se sustituya la mano de obra estadunidense en la producción

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manufacturera para el mercado interno. En la actualidad, el declarado intento proteccionista de Trump cuestiona el curso aperturista propuesto en Latinoamérica, que se ha dotado de instrumentos afines a dicha idealidad, como la Alianza del Pacífico o la incorporación al TPP. Si tomamos como ejemplo un país, descreeremos del muro que se dice se levantaría en la frontera de México con EE.UU, pero se erigiría otro, constituido por la circulación de capitales y mercancías debido al proteccionismo gringo, que afectaría áreas industriales, ensamble y maquila de su vecino sureño. Lo anterior, con las dificultades inherentes al eventual cambio de la economía, distan de ser un rompimiento político de gobiernos afines a Washington y su administración futura, sino que corresponden a un tiempo de readecuación de las burguesías dependientes del subcontinente y el Caribe que pasarán de alabar las liberalizaciones a pretextar la validez de cierto proteccionismo. Sobre estas circunstancias confieso que me tienta citar a un economista y escritor mexicano con el que me identifica la caracterización del momento: Miguel Ángel Ferrer. Días antes de la elecciones del 8 escribía sobre Clinton y Trump: "Los dos son xenófobos, los dos son antimexicanos, los dos son racistas, los dos son tramposos, los dos son modelo acabado de plutócratas, ambos son notorios sicópatas. Quizá la única diferencia visible es que la Clinton es una guerrerista sanguinaria y sin escrúpulos, y de Trump no hay, todavía, experiencia en la materia.Trump, es cierto, ha dicho una montaña de barbaridades, pero Hillary Clinton las ha hecho. ¿Asustan las palabras pero no asustan los hechos? (...) Normalmente un presidente de Estados Unidos demócrata es, con algunos matices, lo mismo que un presidente republicano. (...) ‘El mismo perro pero con diferente collar’, como dijo alguna vez Fidel Castro". En este tiempo, como antes, el capital y el imperio se ubican en la conducción y en contra de los asalariados, el pueblo y las categorías más pobres de él. Vale, entonces, recordar que las corrientes predominantes del neoliberalismo que sufrimos nos llegaron en la postguerra, desembarcaron en nuestras realidades y en el contexto de la primera guerra fría no dudaron en montarse en el caballo del terrorismo de Estado atacando derechos de opositores, de trabajadores y reprimiendo a lo mejor de nuestra gente. Lo evidente es el imperio, que lo seguirá siendo, y no cambiará con unos comicios.

Una batalla ancestral Por Laura Oszust http://www.eldiplo.org/notas-web/una-batalla-ancestral?token=&nID=1

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Con la llegada de Evo Morales al poder, las organizaciones indígenas conquistaron derechos políticos y sociales y el reconocimiento de sus instituciones. Más allá de la presencia del presidente indígena en el Palacio Quemado, las comunidades deberán continuar defendiendo sus logros. bicada en el corazón de América del Sur, Bolivia cuenta con una población de 10.700.000 habitantes, siendo uno de los países con menor densidad poblacional de la región. Pero no es ésta la única característica demográfica particular del país. Su composición social es por demás interesante. Más del 60% de sus habitantes se autoidentifica como indígena, frente al 24% de habitantes indígenas en Perú, siendo aymara la comunidad que predomina. La misma tuvo (y aún hoy sigue teniendo) una intervención de gran relevancia en la vida política y social del país, que se remonta a la historia del siglo XVIII. Si bien esta tierra le debe su nombre a Simón Bolívar, considerado el “Padre de la Patria” por su destacado papel en la gesta de la independencia, la comunidad aymara también participó en la lucha por la emancipación de España. Mucho antes de la Declaración de Independencia el 6 de agosto de 1825, la corona española recibió los embates de los habitantes originarios de la región. En 1781 Bartolina Sisa y Túpac Katari iniciaron el levantamiento del ejército aymara en lo que actualmente es el municipio de Ayo Ayo en La Paz. Sisa, hija de comerciantes de coca que sufrieron la dominación colonial, y Katari, vinculado en la lucha al líder indígena de Perú, Túpac Amaru, lograron conformar un ejército de 80 mil personas con el objetivo de romper las cadenas de sumisión y esclavitud a las que los condenaba la corona española. A pesar de la magnitud de su milicia, la sublevación tuvo el peor desenlace: traicionados por uno de sus colaboradores, Sisa y Katari fueron apresados y condenados a la pena de muerte. Las comunidades originarias de Bolivia continuaron viendo avasallados sus derechos por parte de distintos gobiernos, pero no por ello abandonaron la disputa por un espacio en la arena política. Los aymaras, los quechuas, los chapacos, entre otros, lograron hacerles frente a las privatizaciones que comenzaron con el gobierno de Víctor Paz Estenssoro en 1985 y a las medidas económicas impulsadas por organismos internacionales como el FMI. Estas organizaciones indígenas llevaron a cabo revueltas en contra de estas políticas, pero también en defensa de los recursos naturales, en el marco de la protección de la Pachamama y el “Vivir Bien”. Refundar el Estado Luego de la ola del neoliberalismo nuevos horizontes se fueron vislumbrando. Líder del movimiento cocalero y miembro de la comunidad aymara, Evo Morales fue elegido diputado en 1997 y ganó las elecciones presidenciales en 2005, con Álvaro García Linera, sociólogo y ex militante del Ejército Guerrillero Túpac Katari, como vicepresidente. La defensa de los recursos naturales, la nacionalización de los servicios públicos y la refundación de Bolivia, en el marco de un Estado Plurinacional, fueron sus promesas de campaña, retomando las banderas de las comunidades originarias. Morales fue ungido en enero de 2006 como máxima autoridad indígena un día antes de tomar posesión de la presidencia. En su discurso en Tihuanacu hizo referencia al respeto que les confería a los indígenas: “Los pueblos aymaras, quechuas, mojeños, chapacos, son dueños absolutos de esta enorme tierra” (1). En este contexto, los protagonistas de los levantamientos de 1871 volvieron a entrar en escena, no sólo por la pertenencia de Morales a la comunidad indígena, sino porque en 2009 se votó una nueva Carta Magna: la Constitución del Estado Plurinacional. En su artículo N° 3 determina: “La nación boliviana está conformada por la totalidad de las bolivianas y los bolivianos, las naciones y pueblos indígena-originario campesinos, y las comunidades interculturales y afrobolivianas que en conjunto constituyen el pueblo boliviano”. En la normativa también se reconoce la autonomía indígena y se respetan las instituciones que pertenecen a las comunidades. De esta manera, en septiembre de 2015 el municipio de Charagua, ubicado en el departamento de Santa Cruz de la Sierra, votó en un referéndum por el “Sí” para obtener la autonomía indígena, convirtiéndose en la primera del país. Un año más tarde, los habitantes de la autonómica Charagua Guaraní Iyambé eligieron a sus autoridades. Este acto soberano es posible ya que en Bolivia la nueva legislación estableció una democracia intercultural, compuesta por la democracia participativa y directa, la representativa y la comunitaria; esta última introduce la elección de autoridades y representantes propios de las naciones y pueblos indígenas. El respeto a otras formas de organización institucional propició un mayor reconocimiento de las comunidades como actores políticos. La lucha continúa La llegada del MAS al Palacio Quemado y la posterior inclusión política de las organizaciones originarias, sin embargo, no terminaron con los conflictos. Además de los enfrentamientos por el pedido de autonomías departamentales de la “Media Luna” (Santa Cruz de la Sierra, Beni, Pando y Tarija), Morales tuvo que sobreponerse a los reclamos de los “nuevos actores políticos”, que a su vez conforman su gobierno, compuesto por la coalición del MAS con las cinco organizaciones campesino-indígenas. En 2011 el proyecto de construcción de la carretera que atravesaría el Territorio Indígena Parque Nacional IsiboroSecure (TIPNIS) generó rechazo de parte de algunas organizaciones de la zona, quienes aducen que el camino causaría consecuencias ecológicas y socioculturales negativas. Durante su tercer gobierno surgían nuevas protestas con la construcción de la represa hidroeléctrica de El Bala, ubicada en las áreas protegidas de Madidi y Pilón Lajas. Según explica el sociólogo boliviano Fernando Mayorga, estos conflictos reflejarían la contradicción entre los

37 derechos colectivos de los indígenas y la soberanía estatal (2). El MAS, desde el inicio de estas manifestaciones, vive una relación de mayor tensión con las organizaciones que representa. Puede observarse entonces que a partir de 2006 los movimientos indígena-campesinos han podido conquistar mayor representación, derechos y participación con las políticas implementadas por el gobierno del MAS, pero se abre un interrogante sobre la continuidad de estas transformaciones sociales ante la posible salida del poder de Evo Morales, ya que en febrero de 2016 ganó el “No” en el referéndum para reformar la Constitución y permitirle presentarse como candidato para un cuarto mandato. Sin embargo, a la luz de la lucha del pueblo boliviano, lo que podría asegurarse es que si las organizaciones continuaron batallando aún frente a un gobierno de las bases, seguirán resistiendo ante otros menos inclusivos. γ 1. “Los discursos de Evo”, Página/12, 30-1-2006. 2. “El camino boliviano”, Página/12, 10-2-2014.

Un territorio azotado por la violencia colombiana http://colombia2020.elespectador.com/pais/san-pablo-bolivar-territorio-de-vida

El ocaso de un sicario que escaló a capo http://www.elespectador.com/noticias/judicial/el-ocaso-del-capo-de-capos-vivia-argentina-articulo-666044

TENDENCIAS Arqueólogos de basura espacial o diseñadores de partes humanas, entre las carreras del futuro http://www.cronista.com/informaciongral/Arqueologos-de-basura-espacial-odisenadores-de-partes-humanas-entre-las-carreras-del-futuro-201611170045.html

Más de la mitad de los chicos en edad escolar se desempeñará en carreras que aún no existen y muchas de las cuales suenan hoy increíbles. Un estudio reveló diez de esas nuevas carreras. por

EL CRONISTA

Cerca del 65% de los chicos en edad escolar trabajarán en el futuro en carreras que aún no existen, a medida que la robótica y la inteligencia artificial avancen como los principales campos de estudio, según el Departamento de Trabajo de Estados Unidos. El avance de la tecnología es tan acelerado que se están reconfigurando los puestos de trabajo. Por eso, muchas posiciones laborales van a desaparecer en el corto plazo y los profesionales deberán adaptarse para desarrollar sus tareas, con la ayuda de asistentes virtuales basados en inteligencia artificial o de otros aparatos, como las impresoras 3D. Tareas hoy vistas como rarezas, como el diseño de extremidades humanas o la arqueología de basura espacial, serán necesarias.

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The Future Laboratory, una consultora que intenta predecir las tendencias en 14 sectores industriales, se unió a Microsoft Surface, que diseña dispositivos pensando en los estudiantes, para ver los trabajos que los jóvenes actuales estarán realizando en 2025. Bajo el nombre de "Tomorrow Jobs" (Trabajos del mañana), el informe analiza cómo serán las carreras creativas del futuro e identificó diez categorías de trabajos que hoy no existen, junto a las habilidades necesarias para que los estudiantes puedan desarrollar en el futuro. Entre esas nuevas profesiones, se destacan: - Arqueólogo de la basura espacial: se encargarán de localizar y explorar escombros que orbitan alrededor del planeta. Conducirán tours guiados de naves espaciales abandonadas y satélites fuera de operación. Recogerán, archivarán y descifrarán los artículos recuperados. - Especialista en almacenamiento de memoria: a fines de la década de 2020, las interfaces software-cerebro, iniciadas por equipos de neurocientíficos, permitirán al público leer y capturar pensamientos, recuerdos y sueños. Ayudarán a las personas a usar estos sistemas para aumentar la capacidad de almacenamiento de sus mentes, ofreciendo servicios que les permitan entrar y salir de recuerdos atesorados y experiencias a voluntad. - Estratega de reconstrucción: los ecosistemas naturales serán llevados a sus límites en 2025, cuando 9000 millones de seres humanos vivan en mega ciudades. Reintroducirán plantas y animales extinguidos y gestionarán las migraciones en forma asistida para crear zonas resistentes al cambio climático. - Innovador de baterías: una de las principales barreras para la infraestructura energética sostenible será la lucha por almacenar energía para los días en que el viento no sopla o el sol no brilla. Crearán nuevas formas de almacenar energía. - Diseñador de partes humanas: los avances de la bioingeniería extenderán la vida humana sana promedio a más de 100 años, a medida que los tejidos y órganos de reemplazo se conviertan en una alternativa cotidiana y accesible. - Diseñador de hábitat virtual: para 2025, decenas de millones de personas pasarán gran parte de su vida trabajando, jugando, viajando y socializando en realidades virtuales tan inmersivas, interactivas y realistas que serán casi indistinguibles del mundo real. Los arquitectos y diseñadores de interiores serán quienes construirán en el ciberespacio.

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- Asesores de robots. Como habrá distintos modelos de robots y será habitual contar con uno de ellos en el hogar, ayudarán a los clientes a seleccionar el que más se ajusta a sus necesidades. - Comentaristas de cultura digital: serán los encargados de analizar las piezas de arte creadas digitalmente y difundidas a través de las redes sociales. - Biohacker Freelance: hacia 2025, el campo de la medicina se convertirá en el último campo para externalizar tareas de soluciones innovadoras para todo, desde nuevas vacunas a la modificación genética. - Creador de datos para Internet de las Cosas. Para 2025, decenas de miles de millones de productos de consumo conectados a "Internet global de Cosas" generarán un tsunami de datos en tiempo real.

ROBOTS AMENAZAN COMPETITIVIDAD DE LOS PAÍSES EN DESARROLLO Y DOS TERCIOS DE SU MANO DE OBRA http://www.infotechnology.com/negocios/Robots-amenazan-competitividadde-los-paises-en-desarrollo-y-dos-tercios-de-su-mano-de-obra-201611160004.html DE ACUERDO AL INFORME DE LA ONU, DOS TERCIOS DE LOS TRABAJOS DE LOS PAÍSES SUBDESARROLLADOS SE VEN AMENAZADOS POR EL AVANCE DE LA TECNOLOGÍA. EL IMPACTO DE LA CAÍDA DE MANO DE OBRA BARATA EN LOS PAÍSES DESARROLLADOS Y LA NECESIDAD DE UNA REVOLUCIÓN DIGITAL. 16 de Noviembre 2016

Hasta el momento, hemos visto gran cantidad de estudios que revelan cómo puede afectar el desarrollo tecnológico al mercado laboral en diferentes sectores profesionales. Ahora, los resultados de un nuevo informe a cargo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo nos muestran que el uso de los robots pone en riesgo dos tercios de los puestos de trabajo en los países en vías de desarrollo a la vez que erosiona la ventaja competitiva que aprovechaban los países avanzados a través del outsourcing. El estudio, llamado "Los robots y la industrialización en los países en desarrollo", pone de manifiesto que la revolución digital amenazará la ventaja tradicional que tienen esta clase de países, que es la mano de obra barata de los empleados. Según el informe, la robótica permitirá reducir el coste laboral, por lo que las compañías no trasladarán sus costos a los países en vías de desarrollo de África, América Latina y Asia, sino que las ubicarán en los países industrializados.

40 Los robots industriales se desplegaron principalmente en las industrias automotriz y eléctrica y electrónica.

“Si los robots se consideran una forma de capital, son un substituto para los trabajadores no cualificados, por lo tanto su adopción reduce la cantidad de trabajo humano en la producción total. Los efectos adversos para los países en desarrollo van a ser significativos”, afirma el estudio. Los efectos del avance de la robótica en la fabricación podrían ser más "significativos" en los países en desarrollo porque afectarían a puestos de trabajo de baja cualificación, muchos de los cuales "ya han desaparecido" en los países desarrollados, agrega el texto, citando el Informe del Desarrollo de 2016 del Banco Mundial. A través de un proceso de re-shoring (antes que de outsoucing) los trabajos tradicionales a los que los países en vías de desarrollo podían ofrecer costos laborales competitivos desaparecen para volver a sus países de origen donde la mano de obra robótica es más barata y eficiente. Los países en desarrollo necesitan “rediseñar sus políticas educativas y abrazar la revolución digital” instan desde el informe. Y aseguran que ese enfoque debe, no obstante, combinarse con políticas macroeconómicas, industriales y sociales inclusivas.

EL AÑO QUE VIENE LLEGAN LOS TAXIS VOLADORES A PARÍS http://www.infotechnology.com/entreprenerds/El-ano-que-viene-llegan-lostaxis-voladores-a-Paris-20161027-0002.html

SE TRATA DE VEHÍCULOS EN FORMA DE BURBUJA QUE VOLARÁN POR SOBRE LAS AGUAS DEL RÍO SENA. LA INTENCIÓN ES TRASLADAR PASAJEROS ENTRE EL ESTE Y EL OESTE DE LA CIUDAD LUZ. LAS PRUEBAS CON ESTE INVENTO COMENZARÁN EN OTOÑO (LA PRIMAVERA BOREAL) DE 2017.27 de Octubre 2016 No es una nota del Día del Inocente. Es muy en serio: la capital francesa comenzará a probar con un sistema de transporte público de pasajeros que volará sobre el río Sena. El proyecto, cuyas pruebas se realizarán en la próxima primavera de 2017 (nuestro otoño), tiene la intención de trasladar pasajeros de un lado al otro de París mediante “burbujas eléctricas” no contaminantes. Los vehículos, llamados Sea Bubble (burbuja marina, en español), viajarán sobre las aguas del río sostenidos por unas alas delgadas y con una propulsión que no emitirá CO2 , no hará olas ni ruido, según se creador, el navegador Alain Thébault. “Esta primavera haremos una demostración pública sobre el Sena con cinco Sea Bubbles, instaladas al pie de la Asamblea Nacional”, declaró Thébault, de acuerdo a lo publicado por el portal “RFI español”. La empresa ha conseguido, según los reportes, € 500.000 para desarrollar el sistema.

41 Leer más: Llegó el primer taxi autónomo. ¿El principio del fin para el taxista que te quema la cabeza? La idea es que las burbujas sean conducidas por un chófer y transporten hasta cuatro pasajeros que podrán reservar su lugar a través de una App “tan sencilla como Uber”. El viaje costará € 10 para unir el este y el oeste de la Ciudad Luz. Según lo publicado por el sitio web ya mencionado, la alcaldía de París está “muy entusiasmada” con la iniciativa, ya que busca promover el transporte fluvial por sobre los automóviles. Además, ciudades como Nueva York y Miami se han mostrado interesadas por este invento que buscar explotar las subutilizadas vías acuáticas para el transporte de pasajeros. Para más información, puede visitarse la página web de la empresa: www.seabubbles.fr

Cinco tendencias tecnológicas que cambiarán el mundo más que Trump WebSummit encumbra la Inteligencia Artificial como factor en los próximos diez años http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2016/11/10/actualidad/1478789763_6 07263.html

‘Fruta podrida’ para los supermercados: la comida diaria de miles de personas http://www.sinembargo.mx/16-11-2016/3116202

EL ORDEN INTERESTATAL QUE PODRÍA PERSEGUIR DONALD TRUMP Alberto Hutschenreuter http://katehon.com/es/article/el-orden-interestatal-que-podria-perseguirdonald-trump Resuelta la contienda electoral en Estados Unidos, corresponde ahora explorar sobre el posible orden interestatal que podría perseguir el presidente electo. Es necesario hacerlo puesto que si bien se trata del actor más preeminente de dicho orden, durante la compulsa los discursos de los candidatos estuvieron centrados en las cuestiones internas y vecinales, y fueron pocas e incluso vagas las referencias a la política entre Estados que se pretenderá estructurar. Consideremos a continuación algunos modelos o “imágenes” que acaso puedan resultar útiles en relación con la orientación que podría adoptar el orden interestatal bajo el mandato de Donald Trump. Para ello, pensemos en seis modelos: aislacionista o tradicional, monopolarista, belicista, institucionalista, equilibrador o contenedor y wilsonista. En relación con la imagen o modelo aislacionista, si bien parte del discurso de Trump podría llevar a pensar que el republicano aspira a “encerrar” al país en el marco de lo que tradicionalmente fue considerado el “espacio del bien” en el mundo, es decir, Estados Unidos, el estado de “globalismo” que alcanzó el país desde que en 1945 se convirtió en uno de los dos actores mayores del orden interestatal hacen imposible el regreso a ese patrón internacional. Quiera o no, Estados Unidos necesariamente debe “estar en el mundo” (o “territorio del mal” según los términos de los “Padres Fundadores”), no solo para amparar y promover sus intereses, sino porque en muchas

42 cuestiones (no en todas) es un “actor-apaciguador” clave para la misma seguridad internacional. Es decir, aunque muchas veces sus políticas intervencionistas han tenido (y tienen) secuelas, también, como pocos, Estados Unidos ha aportado lo que Michael Mandelbaum ha denominado “bienes públicos internacionales”, que fueron relevantes para el “orden internacional” en clave de cooperación. En segundo lugar, un modelo en clave monopolar prácticamente es insostenible; no solo porque el poder en el mundo (en el que Estados Unidos continúa siendo el más vigoroso) está más disperso y nuevos actores (que peyorativamente algunos expertos estadounidenses denominan “el resto”) reclaman reconocimiento y consulta, por caso, China y Rusia, sino porque, como bien advertía Kenneth Waltz, la concentración extrema de poder por parte de un Estado siempre acaba generando respuestas violentas sobre éste (recordemos, por ejemplo, el 11-S). En tercer término, la adopción, que sería un “accesorio” del anterior, del “modelo soldado-belicoso” (y en algunos casos, según la región, “cruzado”) tampoco sería conveniente. Ello no implica que la próxima administración decida, como en tiempos de Kennedy o Reagan, incrementar la acumulación militar, como todo parece indicar, si bien el gasto militar estadounidense es hoy muy elevado. El perfil de la guerra en el siglo XXI relativiza el poderío militar superior al negar, una vez más, la victoria de modo concluyente: en la que es la intervención más prolongada de su historia, en Afganistán (o en el mismo Irak) Estados Unidos ha intentado militarmente controlarlo todo y, como advertía Federico el Grande, acabó controlando nada; es decir, hasta el momento no ha logrado la victoria o algo que se asemeje a ella. En tercer lugar, la búsqueda de un patrón wilsoniano como base de la estructura interestatal es también prácticamente imposible, no solo por la pluralización de las relaciones interestatales, es decir, el número de actores preeminentes y potencias medias, sino porque el modelo político-económico-jurídico atlantooccidental no es replicado en todo el globo (y en algunos sitios hasta es repudiado), sino porque, como sostiene Robert Kagan, los sistemas políticos autocráticos se vuelven “viables” en materia de suministrar a sus habitantes los bienes públicos que demandan. En quinto lugar, la defensa y promoción del modelo institucionalista difícilmente vaya a ser perseguido por el próximo mandatario estadounidense. Casi como un precepto del realismo en la “política entre naciones”, nunca ha sido de potencia preeminente el permitir que una organización intergubernamental adopte decisiones por ella. Es habitual que los mandatarios de potencias mayores hagan referencias auspiciosas sobre el advenimiento de un orden internacional en el que las instituciones y el derecho internacional asuman un papel preponderante en relación con el reparto de justicia internacional. Pero es más habitual que pronto los hechos acaben frustrando las representaciones o anhelos, y lo que Stanley Hoffmann acertadamente ha denominado “política como de costumbre”, es decir, la anarquía internacional, la “seguridad nacional primero”, el poder y la competencia internacional, acabe imponiéndose. En sexto término, el modelo de balance o equilibrio de poder podría ser evaluado por la próxima administración estadounidense. Históricamente, el mismo ha demostrado ser una técnica que ha proporcionado resultados en relación con la seguridad y estabilidad internacional. Durante el siglo XX Estados Unidos ha recurrido a él durante los años setenta (bajo presidencia de republicanos), aunque el carácter ideológico del orden interestatal acabó erosionándolo. Considerando que el mundo es total, es decir, no quedan espacios o actores por incorporarse al mismo, existe una manifiesta demanda de actores viejos y nuevos que reclaman (algunos más que otros) reconocimiento y deferencia, por ejemplo, China, Rusia, India, Turquía, Alemania, Japón, Indonesia, Arabia Saudita, Irán, etc., y no estamos frente a un Estado-ideológico como lo fue la Unión Soviética que todo lo reducía a la ecuación “ellos y nosotros” y, por tanto, volvía irreductible cualquier negociación entre Estados, acaso dicho modelo sea reconsiderado. Por otra parte, el estado actual de las relaciones internacionales requiere de un orden que finalmente lo configure, pues existen múltiples situaciones de crisis y tensión que podrían finalmente desestabilizarlo. Es verdad que la relevancia de actores no estatales como el terrorismo de nuevo cuño es una nueva y contundente realidad en relación con esa técnica de poder, pero existe un consenso casi global en combatirlo, de modo que se hace viable su estructuración.

43 Algunas de las expresiones de Trump durante su campaña podrían hacer pensar en un curso interestatal hacia el equilibrio, particularmente en relación con la situación Occidente-Rusia. Es decir, buscar una suerte de diagonal en la actual encrucijada que restituya a Rusia reconocimiento geopolítico, lo que implicará que Ucrania suspenda sus “pretensiones westfalianas”, e impulse a Europa a pensar (y decidir) estratégicamente más por sí misma. En breve, es posible que la política exterior de la administración Trump reconsidere la conveniencia (nacional e internacional) relativa con que el mundo se configure en base a un modelo de orden basado en un reparto de poder más equilibrado y no en el patrón prevaleciente desde el final de la Guerra Fría, esto es, “una geopolítica de uno” que, en buena medida, acabó provocando desestabilizaciones locales, regionales y globales. El pasado internacional ofrece interesantes situaciones de orden basadas en el equilibrio y políticas de consuno entre Estados. También el pasado en Estados Unidos (en tiempos de administraciones republicanas) ofrece ganancias relativas de poder en base a ellos. El modelo de equilibrio de poder interestatal no es lo mejor pero tampoco es lo peor; solo es lo más conveniente en el marco de relaciones de poder, sobre todo para tiempos de devaluación institucional y precariedad y tensión interestatal como hoy. Prácticamente no hay margen para impulsar otro tipo de modelo que no “resignifique” las demandas de actores que han construido poder y, por tanto, reclaman reconocimiento y consulta. Asimismo, en el siglo XXI, con el entramado de relaciones interdependientes entre los Estados, una política interestatal sustentada en el equilibrio coadyuvaría a reparar relaciones de cooperación en las múltiples dimensiones del orden internacional, particularmente en el ya impactado segmento nuclear. Ello no implica que cesarán los conflictos ni las políticas de poder o de obtención de ganancias por parte de los actores preeminentes. Básicamente implica, siguiendo una vez más a Stanley Hoffmann, que “la mejor manera de maximizar mi ganancia, incluso si inflijo una pérdida a otros, es ocuparme de que también el otro gane algo (ya sea porque esto le dará un incentivo para ayudarme a incrementar mi propia ganancia, o porque de otra manera el otro estará tentado a destruir mi ganancia). Así, lo que resulta distinto no es tanto la búsqueda de ganancia absoluta, sino el interés de una ganancia conjunta: la pérdida de otros (o mi ganancia) será compensada, al menos en parte, por alguna ganancia para el otro”. Algunos autorizados expertos, por caso, Mark Leonard, sostienen que los Estados Unidos de Trump será una fuente de desorden global. Concedámonos frente al próximo habitante de la Casa Blanca una duda estratégica. La que no habríamos tenido si ganaba Clinton.

Trump ofrece la fiscalía general a Jeff Sessions, un opositor frontal a la reforma migratoria http://www.sinembargo.mx/18-11-2016/3116687

El legislador Jeff Sessions era uno de los asesores de la campaña presidencial de Donald Trump y trabajaba en el equipo de transición del magnate que está seleccionando los miembros de su gabinete.

Washington, 18 noviembre (EFE).- El Presidente electo de EU, Donald Trump, ha ofrecido el cargo de Fiscal general del país al senador por Alabama, Jeff Sessions, y el de director de la CIA, al congresista Mike Pompeo, informaron hoy los medios estadounidenses que citan fuentes cercanas al futuro mandatario. Sessions, senador desde 1996 y quien forma parte del comité judicial de la Cámara Alta del Congreso de EU, es un opositor frontal a la reforma migratoria.

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Asimismo, se ha conocido que el representante por Kansas, Mike Pompeo, miembro del movimiento ultraconservador del Tea Party, ha aceptado la nominación para dirigir la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Según estas fuentes, Pompeo habría aceptado la jefatura de la CIA. Estas designaciones se producen después de que se conoció anoche que Trump había ofrecido el puesto de asesor de seguridad nacional al general retirado y ex oficial de Inteligencia Michael Flynn. Tras días de rumores, finalmente se comienzan a conocer los primeros nombres de las personas que estarán al frente de algunos de los principales cargos de la futura administración del presidente electo.

Trump ofrece puesto de asesor de seguridad nacional a general retirado Flynn http://www.sinembargo.mx/18-11-2016/3116653

Michael Flynn fue Director de la Agencia de Inteligencia de Defensa. De acuerdo con The New York Times, el general retirado ha convencido a Donald Trump de que mantiene una guerra contra los islamistas. Se aliará incluso con los rusos para derrotarlos.

Washington, 18 de noviembre (EFE).- El Presidente electo de EU, Donald Trump, ha ofrecido el puesto de asesor de seguridad nacional al general retirado y ex oficial de Inteligencia Michael Flynn, informan hoy medios estadounidenses. Un importante miembro del equipo de transición del magnate confirmó el ofrecimiento al general, de 57 años y que fue el principal asesor de seguridad nacional de Trump durante su campaña, según The New York Times. Se espera que Flynn, ex Director de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), acepte la oferta y se convierta así en uno de los hombres más poderosos del entorno de Trump, con un papel clave en las decisiones del nuevo Gobierno tanto en seguridad nacional como en política internacional. En caso de ser confirmado en el puesto, Flynn estaría a cargo de 400 personas y sería el contacto entre la Casa Blanca, el Pentágono, el Departamento de Estado y las agencias de inteligencia.

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Flynn abandonó la DIA en 2014, forzado por el Pentágono debido a las quejas recibidas por su caótica gestión y sus agresivos planes de reformar el organismo. Como consejero, el general ya ha demostrado ser una poderosa influencia en Trump, al que ha convencido de que EU mantiene una “guerra mundial” con militantes islamistas y debe trabajar con cualquier aliado dispuesto en la lucha, incluyendo al Presidente ruso, Vladimir Putin, según el diario.

¿De cuánto fueron los regalos recibidos por EPN, Calderón y Fox? Presidencia no hizo registro http://www.sinembargo.mx/07-11-2016/3111748

El huracán Trump ya no es categoría 5 para México: Carstens; el dólar sigue fuerte, se vende en 20.83 http://www.sinembargo.mx/18-11-2016/3116688

De tal palo, tal astilla: 6 hijos de políticos acusados por fraude, corrupción, crimen organizado http://www.sinembargo.mx/18-11-2016/3116515

México está enfermo pero no es por Trump, sino de un gobierno de mano rota: Coutiño http://www.sinembargo.mx/16-11-2016/3115547

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LA CRUDA REALIDAD: GOLDMAN SACHS DISEÑA LA POLÍTICA ECONÓMICA DE TRUMP https://elrobotpescador.com/2016/11/17/la-cruda-realidad-goldman-sachsdisena-la-politica-economica-de-trump/ Cada vez se manifiesta de forma más clara, que tras la victoria de Donald Trump, están las mismas élites a las que, presuntamente, el magnate dice combatir. Es algo tan obvio y está tan a la vista de todo el mundo, que a estas alturas, solo los ciegos, los fanáticos o los adoctrinados no quieren verlo. Un ejemplo de ello, lo encontramos en uno de sus asesores principales de máxima confianza: Steven Mnuchin, que está sonando mucho como posible Secretario del Tesoro. Aunque finalmente Mnuchin no sea el elegido por Trump para ocupar el cargo de Secretario del Tesoro, lo cierto es que está siendo la pieza clave en el diseño de la política económica del nuevo gobierno de Trump. Por lo tanto, aunque después le den el cargo de Secretario del Tesoro a Krusty el Payaso, el que realmente estará detrás del diseño de la política económica de Trump, será Mnuchin. Como muestra, un botón. En los últimos días, hemos sabidos que Donald Trump, trabaja en el plan económico que quiere lanzar en los primeros cien días de mandato, y el que ha salido en público a confirmarlo, ha sido, precisamente, Steven Mnuchin. “Ahora mismo estamos todavía en la etapa de planificación”, afirmó Mnuchin en declaraciones a los periodistas antes de sumarse a una reunión en la Torre Trump, de Nueva York. Mnuchin, dijo que las “prioridades económicas son claramente impuestos, regulaciones, comercio e infraestructura”. Durante su campaña electoral, Trump se ha comprometido a reducir impuestos, flexibilizar las regulaciones financieras, revisar tratados de comercio internacionales y lanzar un amplio programa de inversiones en infraestructura. “Queremos estar en una posición en la que en los primeros cien días (del mandato de Trump) podamos ejecutar el plan económico”, agregó el integrante del equipo de transición presidencial. Por lo tanto, resulta crucial saber quién es Steven Mnuchin, para comprender lo que realmente significa el triunfor de Donald Trump. Pues bien, lo diremos en una sola frase: Steven Mnuchin es GOLDMAN SACHS. Sí, lo estamos diciendo alto y claro: Trump, el supuesto “anti-establishment”, el presunto “enemigo de las élites”, el catalogado como “magnate anti-sistema”, por los grandes medios de comunicación…está al servicio de Goldman Sachs…como siempre y como todos. ¿No lo creen? Bien, pues veamos quien ese asesor de altísima confianza de Trump llamado Steven Mnuchin.

47 Steven Mnuchin, de 53 años, fue socio de Goldman Sachs Group durante 17 años y es hijo a su vez, de otro banquero, Robert E. Mnuchin, que también amasó una fortuna en Goldman Sachs durante 30 años. Es decir, es de Goldman Sachs por vía hereditaria. Ya lo ven: “puro anti-establishment”. No hace falta decir que Mnuchin es judío, un breve indicativo para todos aquellos memos que aún creen que Trump es “enemigo de los sionistas” y todas esas tonterías que se vienen escuchando últimamente en algunos medios alternativos. A modo de inciso, y para todos aquellos que están obsesionados con el poder de los judíos y los sionistas, (y muchos de los cuales, se han creído estúpidamente que Trump representa lo contrario), les vamos a recordar que el propio yerno de Donald Trump, Jared Kushner, esposo de su hija Ivanka, y que apunta a ser la mano derecha del presidente electo de Estados Unidos, es un multimillionario judío ortodoxo. Jared Kushner Y para los que crean en teorías que relacionen a esas élites con prácticas cabalísticas, numéricas, mágicas o satanistas, les diremos que Kushner posee el edificio del número 666 de la Quinta Avenida, un rascacielos a pocas cuadras de la Torre Trump en Manhattan, Nueva York. Como apunte adicional, les diremos que el joven Jared consiguió plaza en la Universidad de Harvard “pese a sus malas calificaciones”, según Daniel Golden, autor de “El precio de las admisiones: cómo la clase dirigente de EE.UU. se compra el pase a universidades de élite”. El año de la admisión de Kushner, de acuerdo al libro de Golden, el padre donó US$2,5 millones a la universidad junto con donaciones similares a Cornell y Princeton. Puro elitismo. Ese es el yerno de Trump y su posible mano derecha… Pero volvamos a hablar de Mnuchin, porque lo suyo no tiene desperdicio. Como decíamos, Mnuchin ha hecho su carrera precisamente en todas aquellas instituciones pertenecientes a las élites, el establishment y Wall Street, que presuntamente Trump debía combatir, según prometió a sus incautos votantes durante la campaña presidencial.

Y es que Mnuchin, no solo ha sido socio de Goldman Sachs e hijo de un banquero de Goldman Sachs, sino que encima trabajó para George Soros en el Soros Fund Management (ya saben, el colmo del establishment sionista malvado) y financió varias películas de Hollywood de gran éxito (recuerden que en algunos de esos medios alternativos que nos han vendido a Trump como el “anti-establishment que hace temblar a las malvadas élites sionistas”, no paran de decirnos que Hollywood es la quintaesencia del control sionistailuminati sobre la población). Entre otras películas, Mnuchin financió la franquicia de X-Men (sí, las películas sobre una nueva raza de seres con capacidades sobrehumanas superiores al resto de los mortales), así como Avatar y la última versión de Mad Max, entre muchas otras. Mientras trabajaba en Goldman Sachs, Mnuchin compró los restos de IndyMac Bank (ahora conocido como OneWest Bank), una compañía de préstamos con sede en California, que quebró en 2008. Este alto ejecutivo tuvo que soportar protestas en el césped de su propia mansión en Bel Air en 2011, por parte de los propietarios de las viviendas embargadas, por culpa de las malas políticas de su banco.

48 Además, resulta que Mnuchin se benefició bastante de los rescates a las empresas de Wall Street del año 2009. Después de comprar el rescatado Banco IndyMac por centavos de dólar la acción, “Mnuchin y sus socios, que llamaron a su nuevo banco OneWest, terminaron consiguiendo unos buenos beneficios. Convirtieron su apuesta inicial de 1550 millones de dólares en un premio de 3400 millones de dólares”. Fueron capaces de conseguir estas ganancias gracias a que los contribuyentes asumieron todos los riesgos por los activos tóxicos del banco, lo que le costó a los contribuyentes norteamericanos aproximadamente 13.000 millones de dólares en pérdidas. Al mismo tiempo, el banco continuó ejecutando las hipotecas de los propietarios que ya no eran capaces de pagar sus cuotas de la hipoteca. Los principales perjudicados, fueron las familias de clase trabajadora, las comunidades de color y las personas mayores. Vamos, lo típico que se puede esperar de un representante anti-establishment preocupado por el futuro de la clase media norteamericana…¿no?

Resulta curioso ver como Mnuchin representa en persona, todo aquello que presuntamente debía destruir ese nuevo Batman moderno llamado Donald Trump, el nuevo “justiciero millonario que creará un mundo mejor”. Pero es que además, Mnuchin, también formó parte de la sociedad “secreta” Skull and Bones de Yale, cuando estudió en esa universidad elistista. La cuestión, es que si finalmente Mnuchin ocupara el cargo de Secretario del Tesoro, se convertiría en el tercer ex ejecutivo de Goldman Sachs en dirigir el Departamento del Tesoro norteamericano desde mediados de los años noventa. Robert Rubin y Hank Paulson dirigieron la firma de Wall Street antes de convertirse en jefes del Tesoro bajo los presidentes Bill Clinton y George W. Bush, respectivamente. De hecho, Goldman Sachs lleva años situando a sus banqueros en los puestos directivos a nivel económcio de las mayores instituciones y gobiernos: el presidente de la Fed de Nueva York, William Dudley, es el ex jefe economista de la firma. El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, era director gerente de la firma. El presidente del Banco Central Europeo Mario Draghi fue vicepresidente de su brazo internacional.

Steve Bannon De hecho, Trump ya nombró a otro miembro de Goldman Sachs: el ex jefe de noticias de Breitbart Steve Bannon, al cual ha nombrado estratega jefe y consejero principal y que ha levantado ampollas por ser simple y llanamente, un fascista. ¡Sí, ese también pasó por Goldman Sachs! La cuestión es que el presidente ejecutivo de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, elogió a Mnuchin en una conferencia en Nueva York la semana pasada, calificándolo como “un tipo muy inteligente”, que escaló rápidamente dentro de la firma. “He seguido su carrera, y sé lo que ha hecho, aunque desde entonces no me he comprometido mucho con él”, dijo Blankfein. Lloyd Blankfein Es curioso ver como Blankfein habla de Mnuchin casi como si no lo conociera, a pesar de haber estado 17 años en la firma y ser hijo de un alto ejecutivo que estuvo en ella 30 años. Una forma muy fina de decir “nosotros no tenemos nada que ver…”

49 Curiosamente, las acciones de Goldman Sachs, han subido un 15% desde las elecciones del 8 de noviembre. Vamos, lo que debe esperarse cuando llega a la presidencia un “azote de las élites”, un “anti-sistema”, un “anti-establishment dispuesto a atacar a los malvados banqueros elitistas”, como nos habían vendido que era Donald Trump… En estos momentos, sin duda, habrá gran cantidad de personas entre esa considerable masa de crédulos (por no decir otra cosa peor) que se han tragado la gran falacia de que Trump es “el enemigo de las élites”, que entrarán en fase de negación…posiblemente nos dirán que “debemos esperar a ver qué hace Trump para juzgarle”…y tienen razón, debemos esperar…aunque resulta llamativo que tenga a un tipo de Goldman Sachs diseñando su política económica, sin esperar ni tan solo a ser nombrado presidente. Para que vean ustedes el nivel de poca vergüenza que tiene Trump y la colosal estafa que representa para todos aquellos que han creído en él, solo tenemos que recordar que cuando el senador Ted Cruz le disputaba las primarias al magnate, Trump lo atacó duramente con el argumento de que su esposa había trabajado para Goldman Sachs. “Goldman Sachs es dueño de él, hará todo lo que le pidan. No es tan reformista!”, tuiteó Trump el 16 de enero pasado. Un mes después, en uno de sus actos de campaña de Carolina del Sur, el ahora presidente electo dijo: “conozco a los muchachos de Goldman Sachs. Ellos tienen total, total control sobre él (Cruz) tanto como tienen sobre Hillary Clinton”. Bien, pues ese mismo que criticaba a Cruz calificándolo como servidor de Goldman Sachs, ahora nos muestra que también está a su servicio. No hace falta que pongamos de relieve el nivel de tomadura de pelo que todo esto representa, ni que hagamos calificativos sobre el bajísimo nivel intelectual que ha de tener alguien para seguir creyendo que Trump es un“anti-establishment” o un “enemigo de las élites”. Pero para toda esta gente que aún duda de la estafa, les queremos proponer un último ejercicio…supongan ustedes que las elecciones las hubiera ganado Hillary Clinton, y les hubieran dicho que su política económica la diseña un financiero judío de Goldman Sachs, hijo de otro banquero de Goldman Sachs, miembro de la sociedad elitista Skull and Bones, que trabajó para George Soros y que ha ganado grandes sumas de dinero financiando éxitos de Hollywood con los que programar mentalmente a la población y que encima se enriqueció estafando a la gente durante la crisis de 2008. ¿Se imaginan lo que dirían en algunos círculos conspirativos y páginas web propagandísticas como Infowars de Alex Jones? Los chillidos conspiranoicos se escucharían desde la Luna, clamando que la “¡Malvada sionista iluminati Clinton obedece a sus amos de la cábala ultra-sionista satánica, nombrando a uno de sus agentes para manejar el dinero de EEUU!” En cambio, tras un notable y muy eficiente lavado de cerebro masivo, esos mismos seguidores de las teorías conspirativas construidas por esos medios alternativos tan sospechosos, no dicen “ni mu” ante lo que es una evidencia más de lo que venimos denunciando desde hace tiempo: que Donald Trump no es un enemigo de las élites, que no ha venido a cargarse ningún establishment y que obedece a los mismos amos de siempre y que si le han puesto ahí, es porque debe cumplir una misión específica adecuada a la situación actual. Quien no lo vea, es porque no le da la gana de ver las evidencias, cada vez más llamativas y palmarias. De hecho, si lo planteamos fríamente, veremos que la situación actual es aún peor que si hubiera ganado Hillary Clinton.

50 Y la razón es que al menos, teníamos bien identificada a Hillary Clinton. Sabíamos a qué amos servía, sabíamos cuáles eran sus intenciones, sabíamos que era una criminal y una corrupta…su victoria, a corto o medio plazo, solo podía provocar una reacción popular en su contra, que viniera desde abajo y que quizás habría sido difícil de controlar.

Y esa reacción, habría venido tanto desde el bando ultra-conservador, como desde el bando ultra-izquierdista, así como desde una gran masa de población harta del establishment y las élites. Sin embargo, ahora hay millones de personas engañadas, a las cuales se les ha hecho creer que Donald Trump es una alternativa a aquellos amos a los que representaba Clinton. Y de paso, se ha fragmentado cualquier posibilidad de unidad popular entre personas conservadoras y personas progresistas contra el establishment político, y las élites financieras. Todas esas personas se podrían haber levantado al unísono, olvidando sus estúpidas diferencias ideológicas impuestas mediante la educación adoctrinadora, pero por culpa de esa genial operación de las élites llamada Donald Trump, esa unidad se ha resquebrajado inevitablemente. El discurso neofascista, racista, xenófobo y barriobajero de Trump ha llevado a la gente de izquierdas a odiarlo a muerte y a los ultra-conservadores a defenderlo a capa y espada, a la vez que multiplican ciegamente su odio contra los izquierdistas, a los que ahora meten en el mismo saco que a los Clinton, las élites y el establishment.

Han conseguido dividir a la población opositora a sus planes en la tradicional “izquierda” y “derecha” irreconciliables. Y gran parte de esos medios alternativos que tanto han empujado por llevar a Trump a la presidencia, o por vender a Putin como el héroe contra las élites, están ejerciendo un papel crucial en esa división social. Ahora, esos medios ultra-conservadores al servicio de no se sabe exactamente quién, se dedican a tildar cualquier manifestación anti-sistema que no sea estrictamente de derechas, de “maniobra orquestada por George Soros”…y es cierto que muchas lo son. Pero es que según la lógica disparatada de estos medios, los poderosos tentáculos de George Soros se extienden por todo el planeta, lo controlan todo, lo orquestan todo…ahora resulta que cualquier persona que salga a la calle y proteste, ha sido pagada por George Soros y los Rothschild…pero sin embargo, ese mismo George Soros y esos mismos Rothschild, han sido incapaces de manipular las elecciones norteamericanas, algo que por cierto, esos mismos medios nos habían vendido como algo casi inevitable. Donald Trump ha sido una genial maniobra de división de la oposición…y en este caso, la oposición, somos nosotros, la gente de la calle de todos los rincones del mundo, con independencia de nuestras inclinaciones ideológicas. Se ha de reconocer que ha sido una jugada realmente inteligente.

Además, las élites han convertido a Donald Trump en la cara del movimiento “anti-establishment”, de la misma forma que lo han hecho con el payaso de Nigel Farage y su Brexit, o los ultra-derechistas europeos. Con ello, se le ha arrebatado al pueblo llano la posibilidad de ser el símbolo de su propio levantamiento contra las élites. Ahora “la cara de la rebelión”, es un millonario elitista con un ascensor chapado de oro…¡hasta eso nos han robado!

51 Y que a nadie le quepa ninguna duda: la elección de todos estos líderes derechistas (por no decir fascistas), convirtiéndolos en las caras de la rebelión anti-élites, no es gratuita en absoluto. La victoria de todos estos politicos ultra-conservadores y ultra-nacionalistas, permitirá a esas élites implantar definitivamente muchos de sus objetivos de control social: más poder para la policia sin rendir cuentas, más vigilancia masiva, más cárceles, más represión, más armas, más ejército…y si la gente protesta ante la represión a la que será sometida, nos dirán que la culpa ha sido de la propia población, “por haber votado a los malvados populistas”. Nos dirán que no sabemos elegir a nuestros gobernantes, que nos dejamos llevar, que somos chusma, una masa incapaz de pensar…que quizás todo iría mejor si el mundo estuviera gobernado por grupos de personas capacitadas y tecnócratas y que la democracia se ha demostrado obsoleta. Pero eso vendrá después, al final del camino hacia el Nuevo Orden. Ahora, la victoria de Trump, ha resultado ser una jugada magistral para afianzar el sistema actual, especialmente en el caso norteamericano. Tras meses levantando sospechas a través de medios alternativos, que nos advertían de todo tipo de presuntas manipulaciones de las élites para alterar las elecciones, el triunfo de Trump se ha convertido en una “demostración” de que “las elecciones no se manipulan nunca” y de que “el sistema es limpio”. Si ahora alguien se atreve a levantar sospechas de que se manipulan elecciones en Occidente, nos dirán “¿Cómo puedes decir eso? ¿Acaso no ganó Trump enfrentándose él solito, a pecho descubierto, contra todo el establishment político y periodístico? ¿Acaso no ganó el Brexit? ¿Necesitas más pruebas de que no se manipula nada?” Como vemos, la elección de Trump, ya ha cumplido con varios objetivos para las élites: ha dado aire al sistema que los sustenta, haciéndolo creíble a ojos de los más descreídos; ha arrebatado a la población la posibilidad de convertirse en símbolo de su propia rebelión, entregándole el testigo a un elitista; permitirá disparar los beneficios de las empresas armamentísticas, las petroleras, las farmacéuticas y los bancos, dando la sensación de que se está actuando contra el establishment; afianzará los objetivos sionistas en oriente medio; permitirá realizar las correcciones necesarias para un sistema que se venía abajo, bajo el paraguas de un presunto rebelde y díscolo; permitirá aplicar políticas represivas sin ensuciar al establishment, pues serán aplicadas por alguien que ha sido presentado como opuesto a él; y finalmente, dividirá la oposición popular a los designios de las élites, mediante el habitual paradigma de las derechas y las izquierdas. ¡Que gran maniobra, sí señor! Merecen un aplauso. Y todos aquellos que realmente se han creído (y siguen creyendo) que están viviendo una rebelión contra las élites, también merecen un aplauso: su candidez es digna de admiración.

Fuente: http://www.bloomberg.com/politics/articles/2016-11-14/trump-advisers-said-to-recommend-mnuchin-fortreasury-secretary http://www.cronista.com/internacionales/Trump-analiza-un-banco-de-infraestructura-para-financiar-la-obrapublica-de-su-gobierno-20161117-0058.html http://www.globalresearch.ca/steve-bannon-a-fascist-in-the-white-house/5557073 http://www.iprofesional.com/notas/241663-Polmico-e-hiperactivo-un-hijo-dilecto-de-Wall-Street-suena-parasecretario-del-Tesoro-en-EEUU

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¿5.8 millones de regreso a casa? Bienvenidos (gulp): acá les espera pobreza, guerra y corrupción http://www.sinembargo.mx/17-11-2016/3115692

Pst, pst, avisen a Trump que sin el TLCAN con México, 6 millones en EU quedarán sin empleo: AmCham http://www.sinembargo.mx/16-11-2016/3116031

Sobre Foucault: entrevista a Toni Negri http://anarquiacoronada.blogspot.mx/2013/05/toni-negri-sobre-foucault-entrevista.html

Pregunta 1: ¿Los análisis de Foucault mantienen su actualidad para comprender el movimiento de las sociedades? ¿En qué terrenos le parece que deberían ser renovados, reajustados, prolongados? Respuesta 1: La obra de Foucault es una extraña máquina; en realidad, no permite pensar la historia más que como historia presente. Probablemente, una buena parte de lo que Foucault escribió (Deleuze lo subrayó muy acertadamente) debería hoy ser reescrito. Lo que resulta asombroso –y conmovedor- es que en ningún momento cese de buscar; hace aproximaciones, deconstruye, formula hipótesis, imagina, construye analogías y cuenta fábulas, lanza conceptos, los retira o los modifica… Es un pensamiento de una inventiva formidable. Pero esto no es lo esencial; yo creo que lo fundamental es su método, porque éste le permite estudiar y a la vez describir el movimiento del pasado al presente y del presente al porvenir. Es un método de transición del cual el presente representa el centro. Foucault está ahí, en ese hueco, ni en el pasado, del que hace la arqueología, ni en el futuro, del que a veces esboza la imagen –“como en los límites del mar, un rostro sobre la arena”-. Es a partir del presente como resulta posible distinguir los demás tiempos. A menudo se le ha reprochado a Foucault la legitimidad científica de sus periodizaciones; es comprensible la actitud de los historiadores, pero al mismo tiempo me gustaría decir que no se trata de un verdadero problema: Foucault se encuentra allá donde se instale la problemática, y esto partiendo siempre de su propio tiempo. El análisis histórico se convierte, con Foucault, en una acción; el conocimiento del pasado, en una genealogía; la perspectiva futura, en un dispositivo. Para quienes proceden del marxismo militante de los años 60 (y no de las tradiciones dogmáticas caricaturescas de la Segunda y la Tercera

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Internacional), el punto de vista de Foucault se percibe, de forma natural, como absolutamente legítimo; se corresponde con la percepción del acontecimiento, de las luchas, y de la alegría de arriesgarse fuera de toda necesidad y de toda teleología preestablecida. En el pensamiento de Foucault, el marxismo queda completamente desmantelado, ya sea desde el punto de vista del análisis de las relaciones de poder o de la teleología histórica, del rechazo del historicismo o de cierto positivismo; pero, al mismo tiempo, el marxismo se ve también reinventado y remodelado desde el punto de vista de los movimientos y de las luchas, es decir, desde el punto de vista, en realidad, de los sujetos de tales movimientos y tales luchas: porque conocer es producir subjetividad. Pero antes de seguir avanzando, me gustaría volver atrás por un instante. Es habitual distinguir tres Foucault: hasta finales de los años 60, Foucault estudia la aparición del discurso de las ciencias humanas, es decir, de lo que llama una arqueología del saber y, al mismo tiempo, de su economía después de tres siglos, y lleva a cabo una gran lectura de la modernidad occidental a través del concepto de episteme; más tarde, en los años 70, vienen las investigaciones sobre las relaciones entre los saberes y los poderes, sobre la aparición de las disciplinas, del control y de los biopoderes, de la norma y de la biopolítica, es decir, una analítica general del poder y, al mismo tiempo, la tentativa de hacer la historia del desarrollo del concepto de soberanía desde su aparición en el pensamiento político hasta nuestros días; y finalmente, en los años 80, el análisis de los procesos de subjetivación bajo la doble perspectiva de la relación estética con uno mismo y de la relación política con los otros – aunque, sin duda, en este caso se trata de la misma indagación: el cruce entre la estética de uno mismo y la preocupación política es lo que también se llama ética-. En realidad, no sé si podemos distinguir tres Foucault, ni siquiera dos, pues antes de la publicación de Dichos y Escritos y de los cursos en el Collège de France, se tendía a no tener verdaderamente en consideración al último Foucault. Me parece, en efecto, que los tres temas sobre los que se centró la atención foucaultiana son perfectamente continuos y coherentes; coherentes en el sentido de que forman una producción teórica unitaria y continua. Lo que cambia es, probablemente, la especificidad de las condiciones históricas y de las necesidades políticas a las que Foucault se enfrentaba y que determinan de forma absoluta los campos por los que se interesa. Desde este punto de vista, asumir la perspectiva foucaultiana consiste también –se lo digo con mis propias palabras; sólo espero que también hubieran podido ser las de

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Foucault- poner un estilo de pensamiento (ese que reconocemos en la genealogía del presente, ese que no deja de reactivarse cuando habla de producción de las subjetividades) en contacto con una situación histórica dada. Y dicha situación histórica es una realidad histórica de las relaciones de poder. Foucault lo repite a menudo cuando habla de su pasión por los archivos y del hecho de que la emoción de su lectura procede de que nos narran fragmentos de existencia: la existencia, pasada o presente, ofrecida en papeles amarillentos o vivida día a día, es siempre un encuentro con el poder; no es más que eso, pero es algo enorme. Cuando Foucault se pone a trabajar sobre la transición de finales del siglo XVIII a comienzos del XIX –es decir, a partir de Vigilar y Castigar-, se encuentra frente a una dimensión específica de las relaciones de poder, de los dispositivos y estrategias que éste implica, es decir, en realidad frente a un tipo de relaciones de poder totalmente articuladas sobre el desarrollo del capitalismo. Éste exige un control total de la vida en la medida en que la constitución de una fuerza de trabajo, por un lado, y las exigencias de la rentabilidad de la producción, por otro, lo demandan. El poder se convertía en biopoder. Ahora, si bien es verdad que Foucault utiliza a continuación el modelo de los biopoderes para tratar de hacer una ontología del presente, se buscarán en vano, en los análisis consagrados al desarrollo del capitalismo, la determinación del paso del Welfare-State a su crisis, de la organización fordista a la organización posfordista del trabajo, de los principios keynesianos a los de la teoría neoliberal de la macroeconomía. Pero es verdad también que en esta sencilla definición de la transición del régimen de la disciplina al de control, a comienzos del siglo XIX, ya se puede comprender que lo posmoderno no representa una retirada del Estado con respecto al dominio sobre el trabajo social, sino un perfeccionamiento de su control sobre la vida. En Foucault, uno encuentra, en realidad, esta intuición desarrollada por todas partes, como si el análisis de la transición a la era post-industrial constituyese un elemento central de su pensamiento, cuando lo cierto es que nunca habla de ello directamente. El proyecto de una genealogía del presente, que estructura por completo su relación con el pasado desde comienzos de los años 70, y la idea de una producción de subjetividad, que permite, desde el interior del poder, tanto modificar y quebrar su funcionamiento como crear subjetividades nuevas, son impensables al margen de la determinación material de dicho presente y la transición que ha encarnado en él. El paso de la definición de lo político moderno a la de lo biopolítico posmoderno, he aquí lo que –a mi parecer- Foucault intuyó de forma extraordinaria.

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En Foucault, el concepto de lo político –y el concepto de la acción en un contexto biopolítico- difieren radicalmente tanto de las conclusiones de Max Weber y sus epígonos del siglo diecinueve como de las concepciones modernas del poder (Kelsen, Schmitt, etc.). Foucault fue probablemente sensible a sus tesis, pero tengo la impresión de que, a partir del 68, el marco cambia radicalmente y Foucault no puede dejar de tenerlo en cuenta. Para nosotros que continuamos utilizando a Foucault a su pesar, más allá de él mismo –y es un regalo el que nos hizo de una generosidad extraordinaria; Foucault fue un hombre de pensamiento generoso, es demasiado raro para que se insista lo suficiente-, no hay nada que renovar ni que corregir en sus teorizaciones: basta con prolongar sus intuiciones sobre la producción de subjetividad y sus implicaciones. Cuando Foucault, Guattari y Deleuze apoyan, por ejemplo, las luchas sobre la cuestión carcelaria en los años 70 construyen una nueva relación entre el saber y el poder: tal relación no concierne solamente a la situación en las prisiones, sino al conjunto de situaciones en las que pueden desarrollarse, conforme al mismo modelo, espacios de libertad, pequeñas estrategias de torsión del poder desde el interior del poder mismo, la reconquista de la propia subjetividad individual y colectiva, la invención de nuevas formas de comunidad, de vida y de lucha; en una palabra: lo que nosotros llamamos subversión. Foucault no es grande solamente por la notable analítica del poder que llevó a cabo, por sus fulgores metodológicos, o por la manera inédita en que entremezclo la filosofía, la historia y la preocupación por el presente. Foucault nos deja intuiciones cuya validez no cesamos de constatar; en particular, redefinió el espacio de las luchas políticas y sociales y la figura de los sujetos revolucionarios con respecto al marxismo “clásico”: la revolución, para Foucault, no es –o, en todo caso, no es sólo- una perspectiva de liberación; es una práctica de libertad. Es producirse a uno mismo y con los otros en las luchas; es innovar, inventar lenguajes y redes; es producir, reapropiarse del valor del trabajo vivo. Es volar el capitalismo desde su interior. Pregunta 2: ¿No le parece que asistimos a una cierta marginación de Foucault por parte de la mayoría de las corrientes que afirman querer retomar la crítica social y política en Francia? ¿Qué ocurre en el resto de Europa (en Italia, por ejemplo) y en los Estados Unidos? Respuesta 2: Los medios académicos detestan a Foucault. Creo que se le marginó ya en los años 60; después, vino la promoción en el Collège de France para aislarlo aún mejor –y no solamente porque la Universidad no

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perdona el éxito a los intelectuales-. El positivismo sociológico a lo Bourdieu ha resultado sin duda muy fecundo, pero no ha sido capaz de asimilar el pensamiento foucaultiano, del que ha denunciado su subjetivismo. Ahora bien, evidentemente no hay subjetivismo en Foucault. Bourdieu, probablemente, se dio cuenta en sus últimos años. Lo que Foucault refuta siempre, en todos los rincones de su obra, es el trascendentalismo, las filosofías de la historia que no aceptan poner en juego todas las determinaciones de lo real frente a la red y al conflicto de las potencias subjetivas. Por trascendentalismo, en suma, entiendo todas las concepciones de la sociedad que pretenden poder evaluarla o manipularla desde un punto de vista externo, autoritario. No, tal cosa no es posible. El único método que nos permite el acceso a lo social es el de la inmanencia absoluta, el de la invención continua de la producción del sentido y de los dispositivos de acción. Como otros autores importantes de su generación, Foucault ajusta las cuentas con todas las reminiscencias del estructuralismo; es decir, con la fijación trascendental de las categorías epistemológicas que ésta prescribe (hoy en día, este error se reproduce con una cierta renovación del naturalismo, en funcionamiento en la filosofía y en las ciencias sociales…). Y luego, en Francia, Foucault es rechazado porque, desde el punto de vista de la crítica, no se inscribe en las mitologías de la tradición republicana: no hay nadie más alejado que él del soberanismo, aunque sea jacobino; de la laicidad unilateral, aunque sea igualitaria; del tradicionalismo en la concepción de la familia y de la demografía patriótica, aunque sea integradora, etc. Pero, entonces, ¿la metodología de Foucault no se reduce a una posición relativista, escéptica; es decir, a la degradación de una concepción idealista de la historia? No, de nuevo no. El pensamiento de Foucault propone fundar la posibilidad de la subversión –el término es más mío que suyo; Foucault hablaría de “resistencia”- mediante un liberación total con respecto a la tradición moderna del Estado-nación y del socialismo. Una propuesta que es del todo distinta de la del escéptico o el relativista; una propuesta que, por el contrario, se construye sobre la exaltación de la Aufklärung, de la reinvención del hombre y de su potencia democrática, después de que todas las ilusiones del progreso y de la reconstrucción común hayan sido traicionadas por la dialéctica totalitaria de lo moderno. En suma, Foucault podría apropiarse de la frase del joven Descartes: Larvatus prodeo, “camino enmascarado”. Cada uno de nosotros debe –creo yo- admitir lo siguiente: el nacionalsocialismo es un puro producto de la dialéctica de lo moderno. Liberarse de él significa ir más lejos. La Aufklärung, nos recuerda Foucault, no es la

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exaltación utópica de las luces de la razón; al contrario, es la des-utopía, es la lucha cotidiana en torno al acontecimiento, es la construcción de la política a partir de la problematización del “aquí y ahora”, de los temas de la emancipación y la libertad. La batalla de Foucault en torno a la cuestión de las prisiones, llevada a cabo con el GIP a comienzos de los años 70, ¿le parece a usted relativista o escéptica? ¿O la toma de posición en apoyo de los autónomos italianos en el momento más difícil de la represión y del compromiso histórico en Italia? En Francia, Foucault ha sido a menudo víctima de la lectura que hacían de él sus amigos, sus alumnos y sus colaboradores. El anticomunismo ha desempeñado aquí un papel crucial. Se ha presentado la ruptura metodológica con el materialismo y el colectivismo como una reivindicación del individualismo neoliberal. Cuando deconstruía las categorías del materialismo dialéctico, Foucault era muy apreciado; pero también reconstruía las del materialismo histórico, y eso ya no valía. Y cuando la lectura de los dispositivos y el trabajo sobre la ontología crítica del presente hacen referencia a la libertad de las multitudes, a la construcción de bienes comunes, al desprecio por el neoliberalismo, entonces sus alumnos se retiran. Tal vez Foucault murió en buen momento. En Italia, en Estados Unidos, en Alemania, en España, en América Latina y ahora, cada vez más, en Gran Bretaña, no hemos conocido este perverso juego parisino que se ha puesto en marcha para marginar a Foucault de la escena intelectual. Foucault no ha pasado por la criba asesina de las querellas ideológicas de la intelligentsia francesa; se le ha leído en función de lo que dijo. La analogía con respecto a las tendencias de renovación del pensamiento marxista de finales de los años 70 también se ha considerado a menudo fundamental. Sin embargo, no sólo se reconoce la coincidencia cronológica: se trata, más bien, de la sensación de que el pensamiento foucaultiano ha de comprenderse en medio de toda una serie de tentativas –prácticas o teóricasde emancipación y de liberación, en un enmarañamiento de preocupaciones epistemológicas y perspectivas ético-políticas que implica una crítica violenta de los partidos, de la lectura de la historia y de los sujetos que en ella se reconocen. Creo que los obreristas europeos y las feministas americanas, por ejemplo, han encontrado en Foucault numerosas pistas para la investigación y, sobre todo, la incitación a transformar sus metalenguajes en una lengua común, tal vez universal, para el mundo que viene, o en todo caso para el siglo que viene.

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Pregunta 3: Michael Hardt y usted mismo escriben, en Imperio, que “el contexto biopolítico del nuevo paradigma es absolutamente central para nuestro análisis”. ¿Puede explicarnos el vínculo, que no tiene nada de inmediatamente evidente, entre las nuevas formas de poder imperial y el “biopoder”? Pregunta 4: Su deuda con respecto a Michel Foucault, de la que da fe a menudo, no está exenta de ciertas críticas. Así, escribe usted que Foucault no consiguió aprehender “la dinámica real de la producción en la sociedad biopolítica”? ¿Qué quiere decir con esto? ¿Hay que deducir de aquí que los análisis foucaultianos conducirían a una suerte de callejón sin salida político? Respuestas 3 y 4: Partiendo de estas dos cuestiones, quisiera tratar de esclarecer lo que, en Imperio, Michael Hardt y yo hemos tomado en préstamo a Foucault y aquello a propósito de lo cual hemos, por el contrario, hecho ciertas críticas. Al hablar de imperio, no solamente hemos tratado de identificar una nueva forma de soberanía global diferente de la forma del Estado-nación; hemos tratado de captar las causas materiales, políticas y económicas de tal desarrollo y, al mismo tiempo, de definir el nuevo tejido de contradicciones que necesariamente encierra. Para nosotros, desde un punto de vista marxiano, el desarrollo del capitalismo (incluida la forma extremadamente desarrollada del mercado mundial) echa raíz en las transformaciones, así como en las contradicciones, de la explotación del trabajo. Son las luchas de los trabajadores las que transforman las instituciones políticas y las formas de poder del capital. El proceso que ha conducido a la afirmación de la hegemonía de la regla imperial no es una excepción: después de 1968, después de la gran rebelión de los trabajadores asalariados en los países desarrollados y de los pueblos colonizados en el tercer mundo, el capital ya no puede (en el terreno económico y monetario, militar y cultural) controlar y contener los flujos de la fuerza de trabajo dentro de los límites del Estado-nación. El nuevo orden mundial corresponde a la exigencia de un nuevo orden en el mundo del trabajo. La respuesta del capitalismo toma forma en diferentes niveles, pero el de la organización tecnológica de los procesos de trabajo es fundamental. Se trata, en efecto, de la automatización de la industria y de la informatización de la sociedad: la economía política del capital y la organización de la explotación comienzan a desarrollarse cada vez más a través del trabajo inmaterial, la acumulación concierne a las dimensiones intelectuales y cognitivas del trabajo, a su movilidad espacial y a su flexibilidad temporal. La

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sociedad entera y la vida de los hombres se convierten así en objeto de un nuevo interés por parte del poder. Marx había previsto perfectamente (en los Grundrisse y en El Capital) tal desarrollo, al que él llamaba “subsunción real de la sociedad en el capital”. Foucault comprendió –creo yo- este paso histórico, puesto que, por su parte, describió la genealogía del control de la vida – tanto de la vida individual como de la vida social- por el poder. Pero la subsunción de la sociedad en el capital (así como la aparición de los biopoderes) es mucho más frágil de lo que creemos, y, en particular, mucho más frágil de lo que el capital mismo cree, o de lo que el objetivismo de los epígonos marxistas (como la Escuela de Francfort, por ejemplo) quiere reconocer. En realidad, la subsunción real de la sociedad (es decir, del trabajo social) en el capital generaliza la contradicción de la explotación a todos los niveles de la sociedad misma, del mismo modo que la extensión de los biopoderes abre la puerta a una respuesta biopolítica de la sociedad: no ya los poderes sobre la vida, sino la potencia de la vida como respuesta a tales poderes; en suma, esto abre la puerta a la insurrección y a la proliferación de la libertad, a la producción de subjetividad y a la invención de nuevas formas de lucha. Cuando el capital se adueña de la vida entera, la vida se revela como resistencia. Es, pues, en este punto en el que los análisis foucaultianos de la transformación de los biopoderes en biopolítica han influido en los nuestros sobre la génesis del imperio: en suma, cuando las nuevas formas del trabajo y de las luchas, producidas por la transformación del trabajo material en trabajo inmaterial, se revelan como productoras de subjetividad. Con todo, no sé si Foucault estaría totalmente de acuerdo con nuestros análisis -¡yo espero que sí!-; porque producir subjetividad, para Michael Hardt y para mí, es en realidad hallarse en una metamorfosis que conduce al comunismo. En otros términos, pienso que la nueva condición imperial en la que vivimos (y las condiciones sociopolíticas en las que construimos nuestro trabajo, nuestros lenguajes y, en consecuencia, a nosotros mismos) pone en el centro del contexto biopolítico lo que nosotros llamamos lo común: no lo privado o lo público, no lo individual o lo social, sino lo que, todos juntos, construimos para asegurar al hombre la posibilidad de producirse y reproducirse. En lo común, nada de lo que constituía nuestras singularidades queda suspendido o borrado: simplemente, las singularidades se articulan las unas con las otras para obtener un “agenciamiento” –el término es de Deleuze- en el que cada potencia se ve multiplicada por la de los otros, y en la que cada creación es también inmediatamente la de los otros.

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La vías que unen la revisión creativa del marxismo (a la que nos adherimos) con las concepciones revolucionarias de lo biopolítico y de la producción de la subjetividad elaboradas por Foucault son –creo yo- muy numerosas. Pregunta 5: Las dos últimas obras de Foucault sobre los modos de la subjetivación parecen haber atraído menos su atención. ¿La construcción de una ética y de estilos de vida ajenos o resistentes al biopoder es una vía demasiado alejada de lo que ustedes proponen (la figura del militante comunista)? ¿O bien existen posibilidades de un acuerdo más profundo que nosotros no hemos percibido? Respuesta 5: Las últimas obras de Foucault han tenido una gran influencia sobre mí; creo que lo que acabo de decirle a propósito de Imperio lo muestra con claridad. Permítame que le cuente un recuerdo un tanto curioso: a mediados de los años 70 escribí un artículo sobre Foucault en Italia –sobre eso que hoy se llama el “primer Foucault”, el Foucault de la arqueología de las ciencias humanas-. Trataba de señalar los límites de ese tipo de indagación y esperaba una especie de paso hacia delante, una insistencia más fuerte sobre la producción de subjetividad. En aquella época, yo mismo estaba intentado salir de un marxismo que, sin bien resultaba profundamente innovador en el terreno teórico –puesto que se preguntaba si era factible un “Marx más allá de Marx”-, presentaba en cambio, en el terreno de la práctica militante, el riesgo de terribles errores. Quiero decir con esto que, en los años de lucha apasionada que siguieron a 1968, en la situación de feroz represión que los gobiernos de derecha ejercieron contra los movimientos sociales de protesta, muchos de nosotros corrimos el peligro de una deriva terrorista y algunos cedieron a ella. Pero, tras este extremismo, estaba siempre la convicción de que el poder era uno y solamente uno, de que el biopoder convertía a la derecha y a la izquierda en algo idéntico, que sólo el partido podía salvarnos –y si no el partido, las vanguardias armadas estructuradas como pequeños partidos en versión militar, en la gran tradición de los “partisanos” de la Segunda Guerra Mundial-. Nosotros comprendimos que esa deriva militar era algo de lo que los movimientos no se recuperarían; y que no sólo se trataba de una elección humanamente insostenible, sino de un suicidio político. Foucault, y junto a él, Deleuze y Guattari, nos pusieron en guardia contra dicha deriva. A este respecto, eran ellos los auténticos revolucionarios: cuando criticaban el estalinismo o las prácticas del “socialismo real”, no lo hacían de manera hipócrita y farisaica, como los “nuevos filósofos” del liberalismo; trataban de

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hallar el medio de afirmar una nueva potencia del proletariado contra el biopoder del capitalismo. La resistencia al biopoder y la construcción de nuevos estilos de vida no están, pues, alejados del militantismo comunista, si se acepta pensar que el militantismo es una práctica común de libertad y que el comunismo es la producción de lo común. Como en Imperio, la figura del militante comunista no se toma en préstamo de un viejo modelo. Al contrario, se presenta como un nuevo tipo de subjetividad política que se construye a partir de la producción (ontológica y subjetiva) de las luchas por la liberación del trabajo y por una sociedad más justa. Para nosotros, pero creo que también para los movimientos sociales de hoy en día, la importancia de las últimas obras de Foucault es, en consecuencia, excepcional. La genealogía pierde aquí todo carácter especulativo y deviene política –una ontología crítica de nosotros mismos-, la epistemología es “constitutiva”, la ética asume dimensiones “transformadoras”. Pero no se trata de un nuevo humanismo; o, más exactamente, se trata de reinventar al hombre en el seno de una nueva ontología: así, sobre las ruinas de la teleología moderna, recuperamos un telos materialista. Micropolíticas neoliberales, subjetividades de la crisis y amistad política // Diego Sztulwark

(o por qué necesitamos criticar al kirchnerismo para combatir al macrismo) * http://anarquiacoronada.blogspot.mx/2016/05/micropoliticas-neoliberales.html

Me piden que me presente. Me presento por lo que hice y hago. Nombro algunas cosas: coordino grupos de lectura y discusión sobre temas políticos y filosóficos, editamos recientemente con Cristian Sucksdorf la obra completa de León Rozitchner (durante la gestión de Horacio González en la Biblioteca Nacional), fui parte del Colectivo Situaciones, participo de la editorial Tinta Limón Ediciones. Con varios compañeros hemos creado diferentes colectivos los últimos años: el Instituto de Investigación y Experimentación Política; el blog Lobo Suelto!, la columna semanal Clinämen, en FM La Tribu.

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Como parte del Colectivo Situaciones después del año 2000 hicimos una serie de trabajos con organizaciones sociales a los que entonces llamamos “investigación militante”. Hay una serie de publicaciones de aquellos años. Tinta Limón se nutre de esa experiencia, aunque también ha editado muchos libros de movimientos sociales sobre la realidad política latinoamericana y muchos de filosofía. Si recuerdo ahora el Colectivo Situaciones es porque me parece que vale la pena comenzar hablando de experiencias que constituyen lo que podríamos llamar las subjetividades de la crisis. Yo llamaría así a todas aquellas subjetividades que producen crisis, saben vivir en la crisis, tienen una inteligencia para la crisis y desarrollan estrategias en la crisis. Sería una primera manera de presentar la idea de que en América Latina y en Argentina hay mucha experiencia en términos de subjetividades de la crisis. Es lo que hoy puede verse cuando en momentos de restricción económica, o lo que se llama ajuste, aparecen unas redes de economías informales de todo tipo, que logran soportar como pueden la disminución del salario, la disminución del empleo, etcétera. Hay mucha experiencia de un saber hacer de la crisis. En torno al año 2000-2001 esto fue muy evidente: se constituyeron figuras colectivas de largo alcance. Podemos agregar el Club del trueque, las fábricas recuperadas, toda la experiencia del cartoneo... Hay mucha experiencia de saber hacer con la crisis y este es un punto que nosotros como Colectivo siempre nos interesó trabajar. Me gustaría situar el marco general de lo que podríamos charlar y después volver sobre las subjetividades de la crisis. Pensé tres puntos para plantear. El primero tendría por título: “Hemos subestimado lo neoliberal”. El segundo sería: “Necesitamos entender críticamente al kirchnerismo para comprender el momento actual”, que no es kirchnerista sino macrista, y el tercero sería: “El problema de a qué podemos llamar hoy amistad política”. En el segundo punto, las subjetividades de la crisis no van a quedar olvidadas. Respecto al primer punto. En el verano me escribió la antropóloga Rita Segato, que es una pensadora muy relevante; actualmente vive en

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Brasil e investiga femicidios a nivel latinoamericano. Es además una de las autoras que publicamos en la editorial que mencioné. Ella dice que evidentemente ha pasado en Argentina algo más complicado de lo que podemos entender. Se refiere a cómo llegamos a la coyuntura política actual. Ha habido un vuelco subjetivo estos años que no es fácil de comprender. Si lo comprendiésemos tendríamos más herramientas para entender un poco de qué se trata el actual presente político. Hemos pensado lo neoliberal desde un punto de vista estrictamente macropolítico: normalmente el lenguaje periodístico en estos últimos 10 o 15 años es el lenguaje con el que se piensa la política. Es un límite de nuestra época, pensar la política tan dominantemente a través del lenguaje periodístico de los medios, como si fuera el único género narrativo en el que nos pasa la política. Se ha considerado que lo neoliberal tenía que ver con una coyuntura latinoamericana muy específica, vinculada a lo que se llamó el Consenso de Washington, el ajuste, las privatizaciones, el pago de la deuda externa, un conjunto de medidas macropolíticas que todos conocemos –lo que el menemismo tuvo como programa político y ya había sido instaurado previamente por la dictadura militar. El problema es que la crisis del 2001 tiene una potencia bastante fuerte de destituir la legitimidad del discurso neoliberal. A partir de 2001 asistimos a una década bastante larga, donde el discurso no puede ser neoliberal, no es neoliberal. O sea, los políticos no hablan de privatización, ni de ajustes, ni de represión: la agenda discursiva 19762001 queda silenciada y aparece otra agenda que habla de “consumo interno”, “desarrollo”, “militancias”. La política dice otras cosas que pueden haber generado la ilusión de que el neoliberalismo era políticamente derrotable, superable, es decir que la voluntad de inclusión social que la retórica kirchnerista asumió desde el 2003 con tanta contundencia podía estar dejando atrás, por lo menos en el escenario argentino y a veces podría pensarse que también regional, este fenómeno del capitalismo contemporáneo llamado neoliberalismo.

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Visto desde hoy, parece un poco ingenua esa impresión, no sólo porque en el nivel de la política macro lo neoliberal vuelve a instalarse, sino porque todos estos años lo neoliberal subsistió bajo la forma de poderosas micropolíticas. Y este es el punto que me gustaría señalar. El neoliberalismo no es solamente una política que el Estado aplica en ciertas coyunturas, referente a determinada gestión de los recursos, sino que es un conjunto de dispositivos micropolíticos. Teóricamente no digo ninguna novedad, Foucault trabajó esto muy bien en dos cursos que fueron publicados muy tardíamente, pero que circulan hace unos años ya: El nacimiento de la biopolítica y Seguridad, territorio, población. Hay ya en esos textos una elaboración bastante desarrollada sobre esto. Mauricio Lazzarato, que ya tiene varios títulos en castellano, trabaja en un sentido similar. Lo neoliberal o el capitalismo contemporáneo no como un fenómeno de hegemonía política, no como un fenómeno discursivo, retórico, de partido político que gana elecciones, sino como un fenómeno que no necesita ir a elecciones. Por lo tanto, no hay cómo discutir al neoliberalismo. Va a elecciones, pierde; y hay neoliberalismo igual. Consensuamos entre todos que es una forma horrorosa la imagen empresarial para pensar enteramente una sociedad y sin embargo la forma empresarial de pensar la sociedad vuelve a instalarse. Hay un problema con lo neoliberal que desde el estricto punto de vista macropolítico no se ha llegado a pensar y por lo tanto no se lo ha podido elaborar. Es un problema fundamental. Para decir algunas cosas básicas de esa política neoliberal, diría que las micropolíticas son dispositivos que subjetivan bajo la forma de la empresa. ¿Qué somos nosotros individual y colectivamente desde ese punto de vista?: empresas. Somos un capital a gestionar, tiene que darnos renta en los distintos aspectos de la existencia, y el neoliberalismo pone en juego para eso un tipo de ganancia subjetiva que es muy evidente para todos nosotros, aunque rara vez creo nos detenemos a reflexionar sobre ello. Esa ganancia se presenta en términos de “libertad”, el neoliberalismo es la primera forma de

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dominación política que pone en el centro absoluto de la experiencia de la libertad. Somos libres de hacer lo que queremos, nadie nos dice lo que tenemos que hacer. Esa libertad –que puede contrastar con nuestro ideal genérico de libertad, y está bien que contraste, porque el neoliberalismo es ante todo una forma de dominación política– es una manera de dominar en la que servidumbre y libertad se revierten todo el tiempo una a otra al nivel de los dispositivos micropolíticos. Hay una experiencia de libertad en el hecho de que cada quien se las tiene que arreglar, que nadie va a estar diciéndonos exactamente lo que hay que hacer. Cada quien tendrá que vérselas con su capacidad de constituirse a sí mismo como marca, como empresa, según su autovalorización. El mandato es: autovalorizate, como puedas. Me parece que el éxito de las micropolíticas neoliberales es contundente y ha quedado solapado en la discusión política de la década previa, y al mismo tiempo, cuando Rita Segato preguntaba qué nos pasó como pueblo para pegar este tipo de conversión como la que estamos viendo ahora, planteaba un problema que es imposible de responder sin observar qué ha pasado con estas micropolíticas neoliberales que durante esta década se desarrollaron –muy paradojalmente– junto a una voluntad fuerte de inclusión social. Una voluntad política de inclusión social que se apoyó, que coincidió, que coexistió con unas micropolíticas neoliberales. El poder subjetivador de esas micropolíticas parece haber sido más fuerte que la interpelación en términos de inclusión social, y ahí hay un punto ciego de la última década política que me parece que hay que intentar elaborar. Me parece que hay que pensar la complejidad del último tiempo de la política argentina y latinoamericana, o de estos gobiernos llamados progresistas o populares, Evo Morales, Lula, Correa, Chávez, Kirchner. La coexistencia, en ellos, de una voluntad de inclusión política que por momentos funcionó como una retórica de los derechos, y que no pocas veces efectivizó derechos muy concretos. No creo, por tanto, que se haya tratado de procesos exclusivamente discursivos (sabemos que lo discursivo en política raramente es sólo

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discursivo, porque lo discursivo produce efectos extradiscursivos). Creo que a la voluntad de inclusión social habría que analizarla por lo menos en dos niveles. En el primero plantearíamos el problema de qué es en sí misma una voluntad de inclusión. Y en el segundo, de nuevo, habría que ver hasta qué punto esa voluntad de inclusión se articuló con unas micropolíticas neoliberales. Los límites que le veo a esta voluntad no pasan por el hecho de haber funcionado a partir de una discursividad fuerte. Porque hubo medidas políticas, beneficios y enfrentamientos políticos tangibles y positivos. Me parece que la crítica que podemos formular apunta a la teoría política de esa la voluntad de inclusión, que supo sostenerse doce años, buena parte de los cuales se benefició con altos ingresos y con un contexto regional tan favorable – incluso con una oposición política tan débil. El problema con esa teoría política de la inclusión se plantea cuando no logra ya refrendarse electoralmente. Cuando digo que hay un problema o que hay que hacer una crítica de esa voluntad no me estoy refiriendo al procedimiento sencillo de la impugnación, de la denigración, de la negación del fenómeno. Estamos tratando de pensar qué analítica nos permite entender su funcionamiento y si es posible entender cómo lograr que ese funcionamiento deje lugar a otros mas consistentes (mas igualitarios, o mas libertarios, si es posible). En primer lugar, esa voluntad de inclusión social es compleja en sí misma, es ambivalente. Porque combina dos cosas diferentes. Por un lado, remite a los valores más valiosos que podemos compartir, como es la sensibilidad con respecto a los otros que han quedado excluidos del consumo, de derechos básicos, dañados por el proceso de acumulación, o bien durante el proceso dictatorial. Ese aspecto de la inclusión activa lo mejor de nosotros. Pero, al mismo tiempo, la idea misma de inclusión tiene un aspecto colonial. Un aspecto por el cual el otro es bienvenido a una zona previa, que no se va a constituir con la inclusión del otro. Invitamos al otro excluido a ser parte de lo que nosotros somos, o del lugar en el que ya estamos.

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Esa distinción entre un territorio firme (los incluidos) y un no territorio (de los excluidos) parece inherente al espacio de la inclusión. Alguien está fuera y lo invitamos a sumarse, sin que esa invitación transforme el espacio al que lo invitamos. Esa idea es un límite mismo del planteo de la inclusión, un límite evidente. Tal vez no sea posible ofrecer pleno empleo en Argentina –es solo un ejemplo- si consideramos cómo evoluciona el mercado laboral, la introducción de tecnologías, la evolución de la productividad, etc. La idea de pleno empleo, que incluye una idea de ciudadanía pensada clásicamente –la inclusión por la vía del salario– puede ser muy limitada. Aun si el discurso de la inclusión viabiliza cosas tan interesantes como la sensibilidad respecto a todo lo que es dañado, excluido, incluso a los modos mas violentos de explotación, se trata de una idea que conserva los dos aspectos señalados: uno muy justo y activo, otro muy jerárquico y anulante. El activante viene a movilizar al conjunto, no permite que haya una parte del conjunto que quede negado o cruelmente subordinado sin que se diga nada sobre eso. No se acepta con indiferencia que los otros que quedan en la peor situación. Y por el otro lado es un poco ingenua, me parece, la idea de que esa activación pueda hacerse simplemente por la vía de invitar a los demás a ser parte de un espacio pre-constituido. Esa pre-constitución es un problema. No permite pensar la carencia que esa idea de trabajo, de ciudadanía o de Estado –que la voluntad de inclusión promueve- carece de categorías mentales para pensar cómo evoluciona el trabajo, cómo evolucionan los territorios, cómo evolucionan los consumos. El problema de la inclusión, así planteado, es que inhibe -en lugar de incentivar- la creación de categorías que den cuenta de la constitución subjetiva de la sociedad compleja en la que vivimos; que incluye economías informales; nuevas formas de soberanías territoriales; una riqueza de producción subjetiva que, es al menos mi impresión, la idea de inclusión no llega a pensar del todo. No sólo respecto de los territorios, sino también respecto del mundo financiero, que es el lugar donde se organiza el mando del neoliberalismo.

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Las finanzas constituyen el mando, la racionalidad última de lo neoliberal. También lo financiero es de una complejidad y se liga con los territorios de una manera muy compleja. El neodesarrollismo que hemos tenido estos años no ha desplegado las categorías mentales ni siquiera para poder regular la economía financiera. No me paro en el lugar de impugnarlo, sino en el de tratar de entender qué pasó y hacer un balance abierto; en el lugar de que pensar la política implica poder entender qué es lo que no funcionó de este proceso. También para pensar qué cosas habría que discutir para que sí funcionen en algún momento. Preguntas sintetizadas: ¿cómo juega la noción de “goce” en lo que estás contando?; ¿por qué te cuidas tanto de criticar al kirchnerismo?; ¿el macrismo es la “etapa superior” del kirchnerismo?; ¿lo mejor del kirchnerismo preparó esto, como la condición de lo que hoy vivimos? Diego: A la pregunta sobre el goce, es una categoría que yo no conozco, pero sí me parece fundamental el hecho de que las micropolíticas operan en ese nivel, que la compañera llamó del goce. Una hipótesis que se podría pensar es si esas micropolíticas no son doblemente desposesivas. Primero hay una desposesión material, pero también está ligado el neoliberalismo a una desposesión subjetiva. Sería la ilimitación del consumo, consumo como promesa ilimitada que lo ligaría a una desposesión subjetiva donde cada vez somos menos capaces de regular cuál sería la razón por la cual no participaríamos de todo esto. ¿Dónde decimos que no?, ¿dónde dejamos de participar? Nuestra capacidad de gestionar, de administrar, de preguntarnos hasta dónde, cuánto. Por ejemplo, un dispositivo micropolítico fundamental de nuestra época podría ser Facebook. ¿Cuándo dejamos de poner fotos nuestras?, ¿quién nos pide que nos exhibamos tanto?, ¿por qué tenemos que decir todo lo que pensamos?, ¿por qué tenemos que decir todo lo que ocurre?, ¿no hay ningún límite respecto a la exhibición? Hay una desposesión de tipo subjetiva en este caso.

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Las micropolíticas neoliberales tienen un juego con la libertad que consiste en el hecho de que nuestro deseo trabaja activa y voluntariamente al interior de estas normas, de estos dispositivos, de estos mecanismos. Poder pensar esa relación en donde la libertad se vuelve servidumbre y donde este movimiento se revierte. Spinoza decía en el siglo XVII, en el prólogo del Tratado teológico político: “¿por qué los hombres luchan por su esclavitud como si se tratase de su libertad?”. El neoliberalismo ofrece mucha posibilidad para hacer libremente de nosotros unos siervos, sólo que el tipo de mando que hay en el neoliberalismo es sobre el medio más que sobre el cuerpo. El medio es el “entre” en el que se generan afectos y opiniones. Muy difícilmente alguien nos diga lo que hay que hacer, somos nosotros los que decimos cómo hay que hacer para estar en Facebook, por qué hay que estar bancarizados, somos nosotros los que estamos una y otra vez ofreciéndonos a una suerte de inversión panóptica. Somos nosotros los que tenemos el deseo de estar ahí y de funcionar así. Con respecto a los “cuidados” en relación a la otra pregunta diría: cuidado para la crítica y para los devenires. El filósofo Gilles Deleuze decía que no hay gobiernos de izquierda. El concepto de izquierda, en términos micropolíticos, solamente sirve para los devenires, decía. Los devenires precisan cuidados. Acaba de salir un libro del grupo Comité invisible, de Francia (A nuestros amigos), donde ellos tienen este enunciado: “el revolucionario es el que cuida los devenires”. Yo diría cuidado para los devenires y para la crítica, es algo que me parece fundamental, porque no se trata aquí de la polémica. Henri Meschonnic en varios de sus textos hace la diferencia entre crítica y polémica, que son términos que etimológicamente ambos vienen de la guerra. Mientras la polémica es el intento de vencer por medio de la opinión, la crítica es el esfuerzo por develar funcionamientos. Me interesa la crítica y no la polémica. Todo lo que se juega en la guerra para posicionarse frente a los demás, comparto con Meschonnic, con Deleuze y con varios, no me parece productivo. Todo el esfuerzo que podamos hacer para entender funcionamientos, para mostrar funcionamientos y dar lugar a otros, me parece muy importante.

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Pienso que en cierta medida el macrismo es la fase superior del kirchnerismo, lo que no niega que tenemos que pensar muy seriamente también sus diferencias. Es decir que pensar la continuidad no anula pensar la diferencia. Ahí entramos en un juego que estamos elaborando, en donde habría que pensar qué hay de continuidad y qué hay de diferencia. Si les interesa doy un paso más sobre esto. Lenin decía que el imperialismo era la fase superior del capitalismo. Quiere decir que el macrismo sería una parte del mismo proceso del cual el kircherismo fue central. Visto desde hoy, a grandes rasgos tendríamos esta secuencia: 2001 – subjetividades de la crisis; se deslegitima lo neoliberal; todo un proceso signado por la inestabilidad, en el cual se da el asesinato de Kosteki y Santillán–, luego empieza un proceso que estaría designado por el kirchnerismo –una Voluntad de Inclusión, inseparable de ciertos rasgos de acumulación que algunos llaman noextractivista, o neodesarrollista–, y luego por el macrismo –una Voluntad de Orden, de Normalidad. La pregunta podría ser: ¿y no será que el macrismo es fruto maduro de todo este proceso? En ese sentido hablo de fase superior, con respecto al proceso de que emergió luego del 2001. Es algo que ya estaba presente en la racionalidad del proceso de normalización pos crisis aunque no siempre lo habíamos advertido así, y ahora cuando aparece decimos que esto no es una ruptura, es algo así como el producto de la maduración inadvertida de algo que se venía dando. Intentaría ahora explicar un poco este último razonamiento. Pienso que estas políticas neoliberales sobre las que se fundó la idea de ampliación del consumo no son otra cosa que la difusión en la sociedad de un código de adecuación. Es decir, ahora sí hago una crítica al kirchnerismo no cuidada, sería la siguiente: en el momento en que las subjetividades de la crisis del 2001, en que la vitalidad plebeya que se afirma en el 2001 argentino, 2003 boliviano –hablo a nivel regional–, esa voluntad plebeya que tiene capacidad de impugnación o de destitución del orden neoliberal es incluida en las categorías de la economía política. La inclusión es la inclusión de una vitalidad plebeya

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al interior del mercado del consumo, de las categorías de la economía política. Esa inclusión es completamente ambivalente, ambigua. Por un lado es disciplinante y llama al orden a las fuerzas que habían mostrado una vitalidad de destitución, pero por otro lado mete conflicto dentro de la economía política, dentro de lo que entendemos por consumo. Esta politización del consumo o esta politización de la economía política, me parece que es el punto más alto o más interesante del período kirchnerista, en el sentido de que a través de las categorías del mercado, fuerzas plebeyas intentan apropiarse parcialmente de la ciudad, del espacio, de la riqueza; con categorías imposibles de llevar al lugar donde esta vitalidad podría ir. Y ahí me parece hemos perdido una oportunidad política. Ahí hemos perdido, kirchneristas y no kirchneristas. Pregunta: ¿cuál hubiera sido otra? D: Uds. saben que ya hablar así nos deja débiles. Pero igual lo digo. Creo que la posibilidad hubiera sido la siguiente: entender la inclusión, el aumento del consumo, no como parte de una teoría populista. Sino como parte de una teoría en la cual la fuerza plebeya en el mercado permite discutir más la estructura misma del mercado. La inclusión, la activación de las fuerzas productivas en el mercado, es la vitalidad plebeya puesta en el centro del mercado. No da lugar al pleno empleo, no da lugar al Estado de los años 50, no da lugar a una inclusión tal como la teoría populista en sus imaginarios tiene que activar. Ni siquiera da lugar a un Estado de bienestar –por lo menos clásico–, porque fíjense que la inclusión pensada como estado de bienestar es a través del salario. En Argentina fue a través del consumo, no fue a través del salario. Y poder pensar que la inclusión es en el consumo y no en el salario, ya nos revela que la figura a incluir no es la del trabajador. Es mucho más compleja esa figura. Me detendría a decir: las subjetividades de la crisis redibujaron los territorios. Las prácticas en los territorios requieren categorías mentales que no son las de las filosofías populistas, ni las de los Estados de bienestar social. Por

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lo tanto hace falta una invención política a la altura de la composición nueva de los territorios. Capaz que estaba en juego la capacidad que tenía el movimiento plebeyo de cuestionar la estructura del mercado, participando de él, no impugnando el mercado. Participando del consumo y de la distribución de la riqueza; cuestionar, por ejemplo, quién produce, qué se produce, cómo se produce, que esa presencia de lo plebeyo en el Estado y en la economía, esa vitalidad que en cierto momento hubo, pudiera estar orientada a ir atravesando, redefiniendo, ampliando lo que entendemos por Estado y por mercado. En ese sentido creo que no se puede tomar el kirchnerismo en paquete, porque nos perdemos el conflicto y la politización interna. Intento cuidarme para no quedar inmediatamente puesto como kirchnerista o antikirchnerista, que son una forma de la estupidez general, que no permite entender que desde el punto de vista foucaultiano estratégico de las subjetividades, cómo leemos, qué leemos, dónde vemos la oportunidad de intervención, en relación a cómo y dónde, cómo articulamos lo subjetivo con lo económico político, etc. Muy desordenado ya en relación al planteo inicial, me meto en el tercer punto. Las teorías políticas de la última década –me refiero en particular a Ernesto Laclau y Jorge Alemán– despliegan una teoría sofisticada de la subjetividad y la política, aportaron a una reflexión sobre este proceso político que viene después de la crisis del neoliberalismo. Lo que haré ahora es criticarlos a ellos, por lo que podríamos llamar un discursivismo y un politicismo. Discursivismo es pensar que la política ocurre en el nivel del discurso y el politicismo pasa por creer que la política no está hecha con las subjetividades que se dan en la producción. Sería una crítica doble, al discursivismo, a una cierta idea de que la materia de la política es el discurso, a un tipo de prejuicio en torno a qué se llama discurso. A qué se llama discurso y una reducción de los fenómenos de la política a lo discursivo. En Laclau está muy

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formalizado: por ejemplo, la escena principal de la política es un significante vacío. No creo estar diciendo contra él nada que él no aceptaría. Dice: la política es discurso. Pienso que hay una discusión ahí, sobre a qué se llama discurso o si se puede sostener que la política es sólo discurso. Es un primer tema a discutir. El segundo es el politicismo. Llamaría así a tomar las subjetividades dentro de una mecánica política, sin considerar que esas subjetividades al mismo tiempo están en un conjunto de otras mecánicas y que es la misma subjetividad la que aparece en uno y otro nivel. Cómo cambian los territorios, cómo cambian las economías, cómo va cambiando la experiencia de la producción en la sociedad, no son temas ajenos a la política. No es que la política toma una subjetividad que no está construida ahí. No se puede pensar la articulación política sin pensar las estrategias en las que se articula la vida en todas las demás dimensiones. O para decirlo de otra manera: no se puede hacer política como si las micropolíticas neoliberales no fueran dominantes. No estamos en la discusión entre interlocutores, donde cada uno formula su demanda y alguien las articula. Me parece que es el suelo contemporáneo. Lo que digo es que la teoría política que no hace investigación militante tiene un problema, está más para discutir con Platón que para entender lo que está pasando en la producción subjetiva en los territorios –y en su entrelazamiento con el mundo de las finanzas-, donde los problemas de las personas que hay que elaborar llegan vía los focus group y las encuestas. El teórico-político que se informa leyendo encuestas se aproxima así peligrosamente al político profesional. Acepta docilmente esta mediación desproblematizante. La encuesta misma, su diseño, suele pertenecer a criterios de cuantificación semejante al de la consulta y el estudio de mercado. El apoyo de la racionalidad política sobre esta micropolítica neoliberal es total, porque hay una ceguera respecto a que estas micropolíticas siguen actuando, siguen articulando el pensamiento y se ha olvidado el problema de las militancias. ¿Qué lugar ocupan las militancias territoriales en la

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producción de pensamiento? No como cristianos que quieren incluir solamente, no para pagar culpas, sino en la producción política. Es algo que cualquier filosofía del antagonismo tiene que saber, si la política es antagonismo y uno se inscribe en un campo, el modo en que ese campo piensa es fundamental, no se puede delegar. Si eso se delega está todo dicho. Algo más con el consumo. ¿Por qué hay consumo sin salario? ¿De qué lugar sacan la plata para consumir todas aquellas personas que no cobran un salario? La deuda es uno de ellos, perfecto. Entonces qué quiere decir la deuda. La deuda quiere decir que los bancos delegan sobre el territorio un flujo de dinero no regulado. Porque, ¿cómo le presto plata a alguien que no tiene salario? Si voy a un banco, me piden cosas, ¿cómo hacen estas personas para tener un crédito informal para consumir? Los bancos delegan por vía ilegal, no regulada, a entidades crediticias no reguladas –que en Argentina son muchísimas– y le dan plata a la gente con una tasa altísima de interés. Doble complejidad, personas que ingresan al consumo sin estar en el salario. Por lo tanto, los derechos para esas personas no pueden ser a través del salario. La inclusión no es a través del salario, primera ruptura con el sentido común. La segunda: el capital financiero está por encima de la regulación, no es regulado. Hay un problema específico en el modo en que las finanzas operan como mando del capital sobre la sociedad, que creo que tampoco se ha pensado lo suficiente. Cuando puedo, como entidad crediticia, dar un crédito a una persona pidiéndole como contraprestación que me dé la tarjeta con la que cobra el plan social, estoy explotando el plan social. El capital financiero explota las políticas sociales. Directamente el Estado me da plata porque considera que estoy por debajo de cierto nivel de empleabilidad, de empresarialidad, soy un damnificado, no puedo pensarme como empresa, no estoy a la altura de las micropolíticas neoliberales, no puedo ser el empresario que todos quisiéramos. Entonces el Estado me

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da una asistencia. Esa asistencia se la queda la entidad crediticiafinanciera. Directamente es una agencia que explota la política social. Cuando digo que hay falta de categorías mentales para pensar esto, o que la falta de investigación militante ni siquiera permite plantear el problema –porque no se les pregunta a las personas cómo están haciendo para vivir– también estoy diciendo que no se organizan experiencias militantes para intentar pensar cómo regular ese mercado financiero, o cómo hacer para que los planes sociales del Estado no sean presa fácil de esa forma de explotación financiera. Estoy pensando cómo se da la lucha política. Y también estoy pensando que el discurso está bien, pero si en la práctica no podemos crear dispositivos que permitan neutralizar formas de explotación, que permitan comprender cómo estamos viviendo en el territorio y a partir de ahí entonces retomar la cuestión discursiva, hegemónica, etc., la concesión es demasiado grande, el dominio de las micropolíticas configurando nuestras percepciones, nuestros mapas, es demasiado grande. Y el nivel de racismo y distancia que hay entre los intelectuales que piensan y la experiencia de la gente en nombre de lo que se habla es un abismo. Es un abismo que hace que los intelectuales hablen en nombre de unas fuerzas, y esas fuerzas ni se enteraron. Entonces hay un problema con la política. A Gramsci, que lo han citado, jamás se le hubiera ocurrido que pudiera haber intelectuales tomando la palabra, sin que esa palabra estuviera elaborando la experiencia de la praxis de esa clase. Hizo falta el post-estructuralismo ahí para desorganizar lo que Gramsci llamaba clase, que hoy podrá no ser clase industrial. La idea de que no hay producción social es un poco fuerte. Creo que el problema de las categorías mentales para pensar esto viene muy ligado con lo que llamaría investigación militante, es decir poder tocar los problemas para los cuales la teoría no sabe qué decir. El militante que sólo se compromete y el intelectual que sólo problematiza dan lugar a un divorcio tremendo. Lo que estaría tratando de plantear es la experiencia, también muy generalizada, de articulación entre la problematización y el compromiso político.

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El otro punto que les quería plantear es el de la “amistad política”. El problema de la amistad viene planteado en el libro del que les hablaba, del Comité Invisible –es un grupo francés de activistas que están participando de lo que está ocurriendo en la Plaza Republique–, A Nuestros Amigos. Spinoza en el siglo XVII, en su libro Ética decía que la amistad es la experiencia de la producción de utilidad común, el amigo es aquel con el que se tiene utilidad común, no es el amigo de la aventura, de la confesión, de los secretos, el que te banca. No se refiere al amigo íntimo, no se refiere a ese tipo de cómplice. Se refiere a todo tipo de experiencia en la cual con los otros lo que hay es producción común. Por eso Spinoza lo llama experiencia de la sinceridad, que no es la de la confesión de la intimidad. Es la experiencia en la que yo estoy con otro y en ese estar lo que se juega es una utilidad común. Como la utilidad es común no hay insinceridad posible. Creo que hoy la experiencia de la amistad como búsqueda de utilidad común, no del amigo personal, tiene que ver con la capacidad de detectar afectividad no neoliberal. Tiene todo que ver con la posibilidad de construir estrategias en el marco de una afectividad no neoliberal. Como saben en el Siglo XVII Spinoza escribe la Ética, entre otras cosas, en discusión con el campo teológico y con Descartes. En los dos casos se trata un poco de la misma discusión. Él trata de pensar desde la noción de la potencia, que no admite la distinción entre cuerpo y pensamiento. Por eso estaba tan enfrentado el racionalismo de Descartes como a los dualismos monoteístas. ¿Qué hace Spinoza con la potencia? La potencia es poder hacer, poder pensar, poder hacer. Poder hacer del cuerpo y del pensamiento, que en Spinoza no se separan, por lo tanto la potencia es poder hacer, poder pensar. También se puede llamar potencia a lo que él nombra como perfeccionamiento del deseo. Quiere decir que cada vez más podemos organizar con nuestra potencia los encuentros con los otros. En ese perfeccionamiento de la potencia vamos hacia la utilidad común, dice Spinoza. Porque individualmente el nivel de potencia que se puede alcanzar es bastante

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bajo. La ocasión de la potencia siempre es el encuentro con otros. Sin que Spinoza diga que lo colectivo o lo social es interesante en sí mismo. Es interesante en tanto viabiliza potencias. Cuando ese encuentro permite aumentar posibilidades de hacer y pensar. Por eso Spinoza tiene una teoría tan original de la democracia. No es para él sólo una forma de gobierno, sino el esfuerzo de articulación que hace un colectivo. La utilidad común es el hecho de que un conjunto de personas piensan y actúan con cierta conciencia de que en esa acción se está produciendo una utilidad común, porque lo que se está poniendo en juego es una potencia común. Tengo la experiencia de esto que estamos haciendo juntos, yo no lo podría hacer si no es así, si no es con otros. En la política esto es fundamental. Hay signos de que acá hay otra política cuando hay esta experiencia de que somos parte de una utilidad común, que no es simplemente cuánto saco yo. También es cuánto saco yo, pero no es simplemente eso. Lo que saco yo tiene que ver con lo que se está produciendo. Hay una cierta conciencia de que esta producción común está haciendo articulación afectiva, de ideas, está produciendo sociedad. Hay producción ontológica en Spinoza. Eso lo hace muy difícil a Spinoza. La Sociología, las Ciencias Sociales, las Ciencias Políticas, tienen muchos problemas con Spinoza, porque son todas filosofías que lo que hacen es representar términos. Y en Spinoza no hay representación, hay producción. Se producen afectos, se producen figuras, se producen ideas, hay una producción. Retomo el tema de la afectividad neoliberal. En Spinoza los afectos son aquello con lo que yo elaboro el modo en que otro me afecta. Y los afectos son transicionales. Todo afecto implica una transición a más o menos potencia. Por eso Spinoza tiene todo un capítulo en la Ética, sobre el tratado de las pasiones, que es la descripción de los conjuntos de los afectos. Esos afectos se distinguen en tanto aumentan la potencia o la disminuyen. Cuando aumentan la potencia, va a hablar de pasiones alegres, cuando la disminuye va a hablar de tristeza, de aquello que nos separa de lo que podemos. Deleuze hizo una

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sofisticación del asunto planteando que los afectos son inseparables de los devenires. No tenemos mucha chance de experimentar afectos más allá de los habituales, si no es en relación a los devenires, devenir animal, devenir indio, devenir mujer. Siempre hay un paquete afectivo otro en relación al cual nosotros podemos deshacernos del modo en que nos ligamos al modelo mayoritario, a la regla, y damos curso a una anormalidad. Es decir a una cierta indiferencia respecto de la norma instalada y a una suerte de producción. A eso lo llama “devenires minoritarios”. Entonces, los afectos son lo que experimento cuando un cuerpo me afecta. Nosotros somos una pluralidad de afectos, diría Spinoza. Esos afectos están siempre ligados a un poder de afectar y de ser afectados, o sea la estructura de la potencia. Y diríamos con Deleuze, son el juego por el cual yo voy más allá de mis afectos personales o de mis sentimientos y éstos pueden hacer recorridos subjetivos que no estaban preanunciados en mi autocomplacencia, en mi estabilidad. La cuestión de la crisis creo que habría que pensarla de la siguiente manera. La crisis es un objeto de la disputa política, en el sentido de que no hay política que no defina qué es la crisis para ella. La crisis del 2001, la definí como una tal en la que aparecen subjetividades de la crisis. No creo que la crisis actual pudiera producir esas subjetividades. Como toda política defina una idea de crisis, no diría que la crisis permite pensar. No haría una identificación rápida que diga vamos presto a la crisis, porque si vamos rápido vamos a poder pensar y vamos a poder. No lo diría así linealmente. Soy consciente de que hay un conjunto de políticas que no me interesan, que dicen hay que llevar lo más posible todo al mal y a la crisis. No estoy queriendo decir eso, porque esa manera de pensar no se pregunta de qué crisis estamos hablando, formulada por quién. Porque es una categoría que corresponde a una racionalidad. La crisis del 2001 no es la crisis en general, es una que tiene una historia, que ha producido unas subjetividades que nos permiten entender qué es lo otro de una afectividad neoliberal, algo que no todas las crisis producen.

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Diría que la crisis actual está secuestrada por el pensamiento neoliberal. Es el miedo a no poder adecuarnos, a no poder decir; sólo fomenta nuestro deseo de orden. Sólo desea nuestra adecuación a los dispositivos neoliberales, mientras que en 2001 era muy diferente. ¿Qué es lo que hizo el kirchnerismo? Negativizó la crisis. Dijo que esa crisis es lo peor que habíamos tenido, que había que irse rapidísimo de ella, la crisis era el infierno. Y esa negativización de la crisis hace ya una conexión con el macrismo. Del kirchnerismo al macrismo, la lectura del 2001 es 100% negativa, es lo peor que puede pasar. Y efectivamente hay con qué decirlo, hubo un quantum de padecimiento absoluto en el 2001 y lo vuelve a haber cada vez que hay crisis. El problema es que en esa negativización se pierde algo, que son estas subjetividades de la crisis. Que podríamos pensarlo así: eso que se pierde, es eso mismo que después no hay cómo pensar en los territorios, porque no hay categorías mentales para pensarlas. Hay un conjunto de estrategias de la crisis que todo el tiempo siguen funcionando. Y lo que no puede hacer la teoría política es articularse con esa subjetividad. Mi impresión es que si hoy hablamos de crisis sin hacer este contexto de discusión, sin pensar con mucha rigurosidad lo que estamos diciendo, es una crisis negra, oscura. Hubo un antecedente en el 2011 con la huelga a los policías, primero en Córdoba, luego en el resto del país. La imagen del narcotráfico, saqueo, brutalidad fascista. Eso es una escena oscura, es un reverso de la situación política del 2003 para acá. Creo que el kirchnerismo tuvo algo muy interesante, después de por lo menos cuatro décadas, que fue el ejercicio de denuncia de cómo las corporaciones se apropian de la decisión pública. Hay una pedagogía kirchnerista, por momentos berreta, pero en esencia muy interesante, que dice: medios de comunicación, corporaciones, las empresas, etc., quieren apropiarse del poder público de decir. Ese aspecto del kirchnerismo no se continúa en el macrismo, por eso decía que hay continuidad y diferencia.

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El macrismo es el triunfo de la privatización de la posibilidad de decidir y simplemente hay una racionalidad de las políticas neoliberales y de las empresas a las que todos nos tenemos que adecuar. No hace falta una inteligencia personal para lograr representar y hacer repercutir el conjunto de los códigos de las micropolíticas. Argentina lo estaba esperando. Él llega y va muy bien. El Frente para la Victoria vota sus leyes, la sociedad más o menos entiende todo, a todo el mundo le parece más o menos sensato. Hay un tono de nos relajamos, menos conflicto. Esto que el kirchnerismo hizo tan bien, para mí, que fue poner en el centro de la discusión que el neoliberalismo privatiza la decisión política, es un asunto de la política de la derecha de siempre, es un tema de Carl Schmitt –soberano es el que decide, el que puede tomar la decisión–. El kirchnerismo tomó muy bien ese punto. Carl Schmitt por ser de derecha no deja de ser genial, muy interesante y cada día más necesario. El problema que veo es que el kirchnerismo suele tomar todo aquello que no se subordina a su dispositivo de decisión política con la misma lógica con las que toma a las empresas a las que denuncia: como una antipolítica. El kirchnerismo vive denunciando una antipolítica. Pero se toma como antipolítica también a todas las subjetividades que no se amoldan al modelo que presenta. Entonces ahí hay un problema, porque lo que es más interesante se da vuelta e inadvertidamente se convierte en lo menos interesante. Politiza la sociedad, teniendo un corazón completamente despolitizante. Porque defiende la decisión política con respecto a sectores del capital pero no extiende la decisión política sobre el conjunto de las organizaciones populares, no la abre, la incluye, pero justamente el problema de la inclusión. Sí lo incluye pero no la abre, entonces el problema de abrir: el problema del mercado, el problema de la producción, todo eso queda pospuesto una y otra vez. El macrismo en política dice “nosotros no incluimos, integramos”. No veo nada interesante el disconformismo presutamente republicano (en el fondo profundamente clasista) que reprocha la idea de “inclusión” al

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kirchnerismo en términos de corrupción. No creo que ese disconformismo supusiera una radicalización de los aspectos más igualitarios y libertarios de la voluntad de inclusion, sino todo lo contrario. De un lado se diría, ¿qué le podemos criticar al kirchnerismo respecto a la inclusión? Su precariedad absoluta. Su aspecto colonial, sobre el que ya hemos hablado. Pero no creo que ese sea el discurso de los disconformes que arman el discurso del Pro. Es un disconformismo muy diferente al de quienes desean enfatizar los componentes discursivos de la inclusión más allá del propio kirchnerismo. Creo que el Pro lo que hace es heredar del kirchnerismo un deseo de orden, que ya estaba en muchos casos presente en el propio deseo de inclusión, es el aspecto negativo y reaccionario que está dentro de la voluntad de inclusión. Cuando quiero incluir a alguien también lo puedo estar llamando al orden. Claro, la inclusión es una forma completamente diferente de llamar al orden. No tiene nada que ver con la fascista, o la neoliberal pura –que habla de innovación, integración, etc. Pero hay un aspecto en la inclusión que creo que con el macrismo no dejó de aflorar. Creo que este aspecto ordenancista de la inclusión ofrece al macrismo un cierto hilo con el proceso del kirchnerismo, al mismo tiempo que el macrismo licencia al kirchnerismo, releva el orden via inclusión por el orden vía el orden mismo. Y creo que el lenguaje del macrismo no hace sino expresar esta innovación en el ideal de ese deseo de orden. Me parece que el macrismo vino a ordenar de acuerdo a un lenguaje, un conjunto de códigos que vienen servidos del mercado mundial. La innovación es muy pobre. Se están incorporando en Argentina tecnologías políticas, tecnologías comunicativas, que muchas veces incluso ya estaban en el kirchnerismo, y se le está dando toda la verdad, toda la razón. Lo que dice la empresa. ¿Qué necesita un vecino?, un policía en la puerta y una adecuación empresarial. ¿El Pro dice algo más?, quiere discutir algo más que no sea la posibilidad de darnos un policía en la puerta y un discurso sobre la empresarialidad. Claro, es un discurso sobre la creatividad, en el sentido plenamente neoliberal.

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Hay dos cosas que están en el neoliberalismo y que a veces se cree que no están. Primero está el Estado, no es cierto que en el neoliberalismo niegue el Estado. Foucault lo explica muy bien: el liberalismo quería liberar zonas para el libre mercado, de modo que el Estado pueda aprender las regulaciones naturales de los intercambios del mercado. El neoliberalismo es muy otra cosa, es la presencia del Estado produciendo mercados, no es un “dejar hacer”. Es una sofisticación de las instituciones que todo el tiempo activamente producen mercado. Entonces, por un lado, no es cierto que ser de izquierda es que haya Estado, ser de derecha es que no haya Estado. Ser neoliberal es que no haya Estado, ser kirchnerista que haya Estado, no es cierto. El neoliberalismo es Estado, es una forma estatal, produce Estado y el kirchnerismo no llegó ni siquiera a desarticular aspectos fundamentales del Estado neoliberal argentino. Respuesta a una pregunta. Vuelvo entonces a la “utilidad común”: la amistad política y la afectividad no neoliberal. Sobre esta última diría dos cosas, la afectividad neoliberal no necesariamente se adecúa a las expectativas de la política. La situación podría ser: está bien, hay afectividad neoliberal, pero es una materia tan inarticulable que al final es antipolítica. Vuelvo a los límites que considero son de la teoría política del kirchnerismo. No pensar que la premisa es la afectividad neoliberal, no la articulabilidad política. Hay un primer desplazamiento perceptivo para poder ver el conjunto de manifestaciones de afectividad no neoliberal que sí existen todo el tiempo. Territorios, incomodidades, la sensación de que no cuajamos, malestares, enfermedades, habría sí que construir todo un discurso sobre qué es esta afectividad no neoliberal, dónde y cómo se manifiesta, y qué significaría construir ahí amistad. Es un primer punto para mí fundamental. Les nombro un par de autores: Santiago López Petit, filósofo catalán, tiene dos libros importantes: Breve tratado para atacar la realidad, otro que se llama Hijos de la noche, los dos son de Tinta Limón. El otro libro es del Colectivo Juguetes Perdidos, el título es Quién lleva la gorra hoy, es un Colectivo que trabaja mucho en barrios, con jóvenes. Otro libro de Verónica Gago, La razón neoliberal.

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Hay más, pero les dejo estos tres textos que intentan justamente pensar la afectividad no neoliberal, suponiendo que donde hay afectividad no neoliberal lo que cambia es la imagen de la política. El hecho de que haya un conjunto de sujetos plebeyos en la economía política como hablamos hace un rato, ya eso, de un lado extiende las categorías del neoliberalismo porque entonces todo entra en el mercado, pero al mismo tiempo provoca en el mercado la presencia de conatus estratégicos –Spinoza–, pragmáticas estratégicas, deseos estratégicos, que en el mercado todo el tiempo hacen otra cosa que empresa, hacen otra cosa que sólo empresa. Figuras mixtas, grises, la percepción de la afectividad no neoliberal no es nada evidente, diría, ese es el problema, la percepción de la afectividad no neoliberal no es evidente y hace falta una investigación política. Santiago López Petit, por ejemplo, trabaja mucho sobre el tema de la salud. La enfermedad y la afectividad no neoliberal. Los chicos de Juguetes Perdidos trabajan cómo los pibes en los barrios arman una suerte de fuga de toda propuesta, de toda consistencia y tratan de ver qué pasa ahí. Verónica Gago, en La razón neoliberal, se pregunta cómo es que la industria textil prácticamente entera de la Argentina está sostenida sobre una economía ilegal, con población migrante, y por qué esta población migrante una y otra vez insiste en venir, insiste en apropiarse de ferias, arman fiestas, toda la feria de La Salada. Es decir, me parece que hay todo un problema con la percepción. Si uno puede ver política en esto, ya ahí dimos un paso. Si la política sigue siendo la escena politicista, todo esto queda ciego, negado. No tiene nada que ver. ¿Qué tiene que ver la feria de La Salada, lo que pasa con los chicos en un barrio y las enfermedades de una sociedad, con la política?, ¿qué diría Laclau? Pienso que ahí hay un problema con la afectividad, que está ligado al problema de la percepción. ¿Cómo hacemos para pensar que la materia de una política no es la clásicamente representable como política? Si esto tiene que ver con la crisis o no, yo creo que estas subjetividades producen crisis. Son productoras de crisis, simplemente porque sus estrategias no son la

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adecuación al orden. Se reconoce cuando hay afectividad no neoliberal porque es la única que crea estrategias. Todo lo que es neoliberal se adecúa a códigos, saco un manual y dice cómo hago, vida prepaga. En cambio la afectividad no neoliberal crea estrategias. * Esta conversación tuvo lugar el sábado 28 de abril de 2016 en la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (APdeBA) | Departamento de Pareja y Familia.

Percepción y acción política // Diego Sztulwark

(¿o qué sería subjetivar no/neoliberalmente?)

http://anarquiacoronada.blogspot.mx/2016/11/percepcion-y-accion-politica-diego.html

Intento entrar a lo político a partir de lo político mismo, es decir de las dinámicas que dividen lo social y las posibilidades de construir nuevos posibles colectivos. Hoy estamos intentando comprender transformaciones demasiado recientes, tratando de hacer mapas sobre los comportamientos de las fuerzas sociales. Y no es posible trazar cartografías si se renuncia a la percepción. Deleuze decía que lo político mismo es una cuestión de percepción. El creía que la “percepción llamada de izquierda” se caracteriza por registrar el mundo desde el conflicto y las periferias. Mientras que la percepción llamada “de derecha” lo hace desde la propia estabilidad. Sostiene que la política es un problema de percepción no de ideología. No es un problema de doctrina, de interés, sino de percepción. Una cosa es la percepción desde el conflicto y otra la percepción desde la propia estabilidad. Afirma que se puede percibir la realidad a partir de lo que pasa en el mundo palestino y en el mundo latinoamericano, a pesar de vivir en París o bien se la puede percibir primero como parisino, después como francés y muy en la periferia y muy al final el conflicto, llamado Tercer mundo (ubicándonos en la época en que él escribía esto). Es decir tenemos un tipo de percepción a partir de la cual el conflicto y las luchas sociales están en el centro y a partir de ahí estructuramos nuestra percepción o bien desplazamos el conflicto y tratamos de registrar el mundo a partir de nuestro deseo de estabilidad, de orden.

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Podríamos empezar a pensar la cuestión política asumiendo la de la percepción e intentar hacer una distinción entre derechas e izquierdas. Llamaríamos de derecha a los que desplazan, eluden o rechazan el problema de la transformación o del acontecimiento y de izquierda a aquellos que quieren, que intentan ponerlo en el centro, sienten como próximo el problema de la transformación o el acontecimiento, ponen en el centro el conflicto. Esta idea de percepción permite reacomodar muchas cosas. Deleuze dice básicamente: “no hay gobiernos de izquierda”. No hay que esperar gobiernos de izquierda. La derecha y la izquierda no son categorías que sirvan para pensar el Estado. Sirven para pensar el deseo de transformación o su bloqueo y en todo caso cuando nos interese hacer distinciones a nivel de los estados o gobiernos, habría gobiernos más o menos permeables a las transformaciones. Están aquellos que los impiden activamente o los que pueden favorecerlas, tolerarlas, establecer un diálogo. Pero la transformación no es asunto del Estado, es tema de las percepciones, de lo que Deleuze llama los “devenires minoritarios”. Conjunto de transformaciones que no tienen un sujeto político estructurado, tradicional, reconocible en el sistema político. Me parece muy importante hacer esta entrada a la cuestión de lo político. Propongo pensar lo político en lo político mismo. Es decir, meternos de lleno en la coyuntura actual. Es abstracto querer pensar lo político por fuera de la coyuntura que se está viviendo. Eso supone una atención, un registro a las coyunturas que se están viviendo, si es que se quiere hablar de política. El problema es que estamos tratando de entender todavía qué es lo que se transformó en el país y en la región en los últimos años. Creo que los análisis políticos despreciaron mucho un conjunto de fenómenos que son los que explican la transformación en que estamos metidos. No es posible pensar lo político sin declarar la perplejidad por lo que está pasando en nuestra región, la necesidad de situarse para entender, comprender, los límites de las políticas de los últimos años e intentar extraer de la situación categorías y disposiciones sensibles para poder afrontar de lo que viene. Propongo entonces pensar la coyuntura actual retomando el problema de la percepción, es decir, tratando de situar lo político ante todo como un problema de percepción. Esto abre al pensamiento de Suely Rolnik –psicoanalista, artista, brasileña, que vive en San Pablo- quién a propósito de la coyuntura latinoamericana actual, sudamericana, argentino-brasileña del último año para ser todavía más precisos- sostiene que no podríamos agotar un balance de lo que está pasando políticamente en el cono Sur de América, si miramos solamente lo que se llama la macro-política, los partidos políticos sin Estado.

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Cuando hablamos de política hablamos siempre de eso, pero al mismo tiempo es imposible hacer un balance político de lo que pasó si sólo prestamos atención a ese nivel. Por eso traje a Deleuze, porque hay un problema de cómo se trabajan las percepciones. El problema de las percepciones no se lo constituye simplemente a nivel de lo macro-político, hay que abrir otra zona, que Suely Rolnik llama: “micropolítica”, en la que actúan un conjunto de dispositivos que operan sobre la percepción, sobre la sensibilidad, sobre el deseo. La política ha subestimado el hecho de que la subjetivación –que en los últimos años se puso en juego, ahora lo vemos mas claro- fue neoliberal, aún cuando algunas políticas de los gobiernos –llamemóslos de izquierda- no lo fueran. Suely define por izquierda: “un mínimo, mínimo”. Se refiere a poner un mínimo de filtro, un mínimo de distancia, un mínimo de autonomía, un mínimo de frontera, respecto al modo en que el Mercado Mundial descarga sobre los países sudamericanos la crisis, se trata de no obedecer absolutamente. Ese “mínimo mínimo” es lo que pueden hacer, dice Suely, las izquierdas nacionales a nivel macro-político: una mínima protección. Desde esa postura Rolnik se va a preguntar cómo explicar la situación de derrota electoral de estas izquierdas en varios paises y el tipo de conversión social que la acompaña. No podemos pensar esta situación sin considerar que en paralelo con este “mínimo mínimo”, o lo que llamamos “voluntad de inclusión” –que puso en juego el kirchnerismo en Argentina, el PT en Brasil- funcionaron estos años micro-políticas neoliberales ligadas al consumo, a la comunicación, a las finanzas, que subjetivaron al modo neoliberal. Asique tenemos una situación en la cual por más de una década en algunas zonas de Sudamérica, las luchas sociales dieron lugar a gobiernos progresistas, o llamados de izquierda –desde ese “mínimo mínimo”- junto con una mecánica social que no dejó de ser neoliberal. A esta doble dimensión, macro y micro política hay que prestarle mucha atención, pienso, porque dando mucho qu pensar. Álvaro García Linera, el vicepresidente de Bolivia -la mente más analítica de los gobiernos progresistas de la región- hace un balance del referéndum que se hizo en Bolivia en febrero pasado, en el que el gobierno de Evo Morales perdió muy ajustadamente -se votaba la posibilidad de una re-re-elección-. Llama a las masas plebeyas que los gobiernos llamados progresistas incluyeron en el consumo nuevas clases medias despolitizadas. Tenemos nuevas clases medias, una recomposición de la sociedad –a partir del consumo, de reformas que se hicieron, del papel del Estado, de la nueva estrategia regional, de la autonomía respecto de EEUU, todo lo que podríamos

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caracterizar como discurso progresista- y dentro de ese cuadro encontramos sectores sociales que se beneficiaron con el aumentaron el consumo, se situaron de una manera más ventajosa en la estructura social y sin embargo votan en contra de esos gobiernos. En Argentina, en Bolivia, las derrotas electorales de los gobiernos progresistas fue por muy poca diferencia, aunque los efectos políticos de las derrotas son contundentes. Alvaro García Linera sostiene que no se has sabido politizar a esos sectores que se benefician en el plano del consumo y otros derechos. Este balance nos interesa, porque en él aparecen los problemas que queremos también nosotros pensar. Siguiendo a García Linera nos encontramos entonces con que junto al sistema político clásicamente pensado -partidos políticos, Estado y todo el juego de la representación- actúan otros mecanismos de recomposición de la sociedad (redes sociales, producciones semióticas y comunicacionales). Cuando se habla de despolitización de los sectores que se incluyen en el consumo -García Linera nombra de este modo lo que pasa en Bolivia, pero podemos extender el mismo diagnóstico a otras partes de la región-, está señalando un punto ciego de las políticas progresistas de estos últimos años. El hecho es que esa incorporación de colectivos de personas al consumo ha supuesto lo que él llama una “despolitización”, seguramente porque el consumo subjetiva, y el modo de organizar el consumo suponía una despolitización. Esto es algo que habría que pensar mas a fondo. Quizas sea mas preciso decir que esta inclusión por consumo fue hecha casi enteramente sobre un andamiaje de micro-políticas neoliberales. Digo más preciso en el sentido que puede permitirnos pensar más directamente qué tipo de subjetivación es la que se pone en juego: la idea de “despolitización” no me parece del todo útil en la medida en que no queda claro que se entendería por politización. Traigo esta cita a Alvaro García Linera porque me resulta útil al menos en dos aspectos. En primer lugar, porque puede ayudar a construir un tipo de razonamiento que no se limite al dilema sencillo de si se trata de objetar o bien de acompañar a los gobiernos llamados progresistas. Plantear el problema de qué balance hacemos de ese período implica ya situarnos ante un escenario nuevo. Una vez asumido que el balance nos interesa a todos y que puede sacarnos del dilema pro/contra podemos insertarnos de un nuevo modo en la coyuntura política actual. El balance que hace García Linera merece ser completado a la luz del razonamiento que hace Foucault en uno de sus cursos en el Colegio de Francia según el cual el neoliberalismo es una forma de gobernar que consiste

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en interpelar al lazo social en términos empresariales y en que los sujetos se constituyen con criterios empresariales, lo que implica una cierta idea de libertad –la libertad de empresa- y una idea de riesgo –el riesgo empresarial que conlleva a una competitividad muy fuerte de construcción de uno mismo como un capital que da renta, como un hacer marca de uno mismo. A partir de esta cita de Foucault puede organizarse de otro modo el razonamiento, ya que los gobiernos llamados progresistas no han inventado un modo diferente de gobierno y los actuales gobiernos neoliberales de Argentina y Brasil son bien capaces de retomar este tipo diagnóstico en su favor. Es decir, no precisan crear todo desde cero. El otro uso que querría dar a la cita de Alvaro García Linera tiene que ver con lo que –nuevamente- Suely Rolnik denomina “inconsciente colonial”. Lo neoliberal no sería nada sin este tipo de inconsciente. Si hay un “inconsciente neoliberal”, él mismo no sería nada sino la maduración de una larga historia en la que lo colonial es absolutamente central. Llama la atención que nociones que pertenecen a planos anaíticos tan distantes (lo colonial como avatar de la geopolítica, y como modalidad de un inconsciente) puedan funcionar juntos. Suely Rolnik dice que este “inconsciente colonial” actúa en cada uno de nosotros como un impulso a la estabilización frente a las crisis. Nos aferrarnos un conjunto de referencias a las que estamos familiarizados y que nos permiten reaccionar ante cualquier imprevisto, cualquier fuente de caotización proveniente del mundo, es decir, de la sociedad. Rolniik encuentra en este inconsciente reactivo a transformaciones sensibles el orígen de mecanismos paranoicos, culpógenos y/o racistas. En otras palabras: en lugar de vivir las crisis –ella las llama “tormentas”- que azotan a nuestra subjetividad como ocasión para crear nuevas referencias en base a la alteración de lo sensible, en lugar de crear los territorios existenciales necesarios para seguir viviendo, nos sometemos a mecanismos que resfuerzan nuestros modos de vida, compensan nuestros sufrimientos, rechazan los devenires. Y llama dispositivos micropolíticos, o micro-políticas neoliberales, al conjunto de estos mecanismos al servicio de la estabilización: formas de consumo, de espiritualización, de asimilación de discursos teóricos, de identificaciones políticas o religiosas. En la medida que estén al servicio de una estabilización de la subjetividad, al servicio de un fortalecimiento de las referencias que están siendo desestabilizadas, estamos ante la actualización de un inconsciente colonial, que tiene su origen en la coyuntura en la que lo cristiano se vuelve Imperio, y luego en una larga historia, en la que se va desautorizando y debilitando aquello que en la vida es útil para actuar creativamente en las crisis.

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Suely Rolnik como profesora en San Pablo, detecta que el régimen universitario y muchos alumnos tienen una relación directa con la teoría. Leen conceptos, los reproducen, los explican. Y se pregunta si eso no es una expresión de ese “inconsciente colonial”. Si el hecho de que nuestra relación con el conocimiento sea simplemente la posibilidad de comprender una lógica conceptual y después reproducirla, agarrarse, apropiarse y vestirse con ella, incluso habla de usar las teorías como un desodorante (ella habla de un “desodorante Deleuze”, debe haber también uno “Lacan”, etc.), para que no se note el mal olor de que uno no se pone a pensar por sí mismo. Ella dice todo esto con tristeza, por lo dificil que parece ser que en la universidad, o entre los estudiantes, se adopte como punto de partida para el pensamiento preguntas existenciales, aquellas que revelan una singularidad a partir de la cual sí es productivo seleccionar aquello que la teoría autorizada tiene para decirnos. El “inconsciente colonial” actúa en el pensamiento teórico estabilizando categorías, referencias, subjetividades. Bloque la posibilidad de crear una situación nueva en la que la teoría no actúe ya como conjunto de saberes sistematizados sino, como dice Henri Meschonnic, como reflexión sobre lo que no sabemos. Quiero hacer una cita mas en el mismos entido. La antropóloga argentina Rita Segato, que enseña tambien en Brasil, ha hecho en una entrevista reciente que le hicieron en la Universidad Libre de Rosario, una distinción entre “imaginación teórica” y “destreza intelectual”. Considera que la intelectualidad latinoamericana es mayoritariamente colonial en la medida que acepta, tanto en las Universidades como a partir de la enorme influencia de la industria editorial -que selecciona y propone a un conjunto de pensadores generalmente blancos, de habla inglesa y siempre perteneciente a una geopolítica del norte- delegar la “imaginación teórica” y asumir como tarea propia sólo aquellas tareas que implican una “destreza intelectual”. Por imaginación teórica Segato entiende la capacidad de crear las categorías y referencia que vuelven habitable y pensable la experiencia que vamos viviendo. Y por destreza intelectual, la aptitud de traducir, exponer y relacionar categorías de autores (Adorno, Durkheim, Freud, no importa cuáles). Es, nuevamente, un problema de colonialidad del saber. ¿Hasta dónde somos capaces de llegar -las militancias, los intelectuales- con nuestra “imaginación teórica” en las situaciones políticas que afrontamos? Al situar lo político en el nivel de la percepción podemos despejar un primer malentendido posible. Ya sabemos que hay izquierdas políticas que tienen percepciones de derecha, así como hay movimientos sociales que no se

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autodefinirían políticamente como izquierdistas y actúan con percepciones lo que Deleuze llamaría percepciones “de izquierda”. Entonces, tenemos que contar con ese tipo de desacoples sobre los que ya John W Cooke había advertido en los años sesentas respecto del peronismo. A nivel macropolítico podemos distinguir posiciones mas de izquierda y otras mas de derecha. La derecha prioriza el orden y la inversión; la izquierda quiere que el Estado se encargue de hacer la mínima diferencia de la que habla Rolnik. Pero después está el problema de cómo nosotros elaboramos categorías mentales, cómo damos lugar a sensibilidades que puedan crear mundos. Esta disputa se da fundamentalmente en un nivel micropolítico. Creo que es en este nivel que Deleuze piensa al poner en el centro la percepción. La percepción tendría una relación muy fundamental con la manera de pensar, cosa que ciertas doctrinas de la ideología muchas veces no consideran. Me refiero a quienes identifican la ideología con una sistematica de ideas más que a esa capacidad de a partir de la percepción a la hora de dar lugar a una idea. La filosofía de Deleuze intenta abrir una zona nueva, en donde el problema no es tanto ser coherentes con ciertos principios, como ser capaz de pensar a partir de conflictos que se van presentando, que nos afectan y nos llevan a plantear nuevas categorías para avanzar. Alvaro García Linera dice, después de una década de gobiernos progresistas, que las poblaciones beneficiadas con sus políticas se han despolitizado. Entonces, tal vez corresponda pensar de otro modo la situación, en la linea de inventar nuevas categorías –una nueva teoría política- para avanzar en donde estos procesos se han bloqueado. ¿Cómo entender esto? La teoría política habitual los últimos años entre los sectores progresistas, me refiero a la llamda política “populista” –lo digo presuponiendo que todos están al tanto que este términos no es peyorativo, sino un nombre autoatribuido-, no tiene demasiados recursos para pensar todo esto. Y no los tiene porque considera que, en general, si el pueblo –sectores plebeyos incluidos en el conusmo y en un discurso de derechos- está siendo protagonista de un proceso, si se beneficia de él, entonces no hay modo de explicar por qué vota en contra. En otras palabras: se desarma esa idea de un pueblo que es sujeto, de un sujeto que es pueblo. ¿A qué otras imágenes podemos acudir para pensar todo esto de otro modo?. En general se resuelve esta aporía con una teoría de la pura manipulación de los medios de comunicación en contra de los intereses de la gente. Me parece una explicación tan verdadera como insuficiente. Los medios de comunicación

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manipulan –¿qué duda cabe?- pero la eficacia de esta manipulación depende de factores mas complejos. Habría que volver a esa zona de las subjetividades que interesan a Suely Rolnik cuando habla de las micro-políticas neoliberales, a los inconscientes coloniales, para pensar desde allí cómo operan los medios de comunicación y en qué suelo logran producir efectos. Creo que volvemos sobre el “punto ciego”, sobre lo impensado por las teorías populistas que celebraron el crecimiento y la inclusión sin producir distinciones en torno a los modos de subjetivar involucrados en determinados modos del consumo, en todas las clases sociales. No creo que funcione relamente reducir toda esta complejidad a una denuncia de los medios de comunicación. Entonces, no me planteo la cuestión de si estoy o no de acuerdo con el diagnóstico de Alvargo García Libera (la despolitización de los incluídos). Sí me planteo la pregunta sobre qué otra a forma de democratización podemos concebir. Esa pregunta me lleba al problema del protagonismo popular. No del Pueblo Sujeto, sino de los nuevos sujetos. Lo que supone ya un cambio de teoría. ¿Cómo pensar la división política a partir de la emergencia de nuevos sujetos que pueden impulsar nuevas formas de subjetivación política si ocupan de modo mas decidido el centro de la escena, o lo que es lo mismo, si se los coloca en la escena de la desición política? Pregunto hacia adelante, no me interesa rascar hacia atrás. Si el balance de los protagonistas de los llamados gobiernos indica que incluso sus propios éxitos conllevan una despolitización, señalando de ese modo un límite del propio proceso, cómo no introducir allí la pregunta ineludible: ¿qué otro modo de pensar lo político hay? Porque todo balance elabora líneas de acción. Me parece importante que este estado de balance no se cierre. Con la categoría de despolitización se pierde la idea de “inconsciente colonial”. Porque la despolitización siempre queda en manos de la militancia, es un límite de ella no haber participado más, no haber politizado más. Lo que se pierde es pensar más radicalmente, que las formas de inclusión que se pusieron en juego subjetivaron neoliberalmente. Eso es una cuestión fundamental. Generaron percepciones, una cierta relación con el deseo, ciertos posicionamientos. Si ese es el problema, podríamos preguntarnos si en la dinámica latinoamericana no hubieron experiencias comunitario-populares que subjetivaban de otra manera. ¿Qué relación tuvo la política estatal con esas experiencias? Y ¿por dónde podríamos encontrar una fuente de imaginarios diferentes a esta que provino de esta manera de pensar la inclusión?

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Entonces: ¿cómo interpretar el planteo según el cual los procesos de inclusión tuvieron un déficit de politización? Evitemos una interpretación demasiado sencilla, del tipo: faltó más propganda, más entusiasmo militante, más pedagogía política. Con todo lo necesario que es en política activar una voluntad militante, el balance de García Linera nos señala otro problema: el de cómo subjetivan los propios mecanismos de la inclusión. Ahí hay algo que entender mejor. ¿Y qué sería subjetivar no/neoliberalmente? Quizas sea ésta hoy la gran pregunta. Hay una imposibilidad de responder a esto teóricamente. Ya hemos referido al “inconsciente colonial”. Hemos insinuado que los instrumentos de inclusión –con todo lo que de valioso podamos advertir allí- sostuvieron una dialectica oscura con ese inconsciente colonial. En el encuentro que tuvimos en aquí por mayo, intentaba situar la crisis del 2001 como un momento donde aparecían subjetividades estratégicas, o subjetividades de la crisis. Fue, sin dudas, un período de intensa politización. Sobre todo a nivel micrpolítico. Algo bastante inverso al período posterior, el de inclusión social, en el cual la sociedad parece haberse polarizado a nivel macro y perdido creatividad de estrategias a nivel micro, a nivel de creación de territorios existenciales. Llegamos a un momento en el cual es vital profundizar este tipo de balances. Si vamos a ir a fondo, vamos a necesitar categorías que no son sólo las de la teoría política que estos años desarrolló esta perspectiva. Si vamos a cambiar: ¿hacia dónde lo haremos?, ¿con qué categorías vamos a concebir el proceso político que viene?. ¿Cómo hacemos para que los próximos años en Ecuador, en Bolivia –donde todavía hay gobiernos progresistas- ocurra otra cosa?. ¿Con qué dinámicas sociales nos vamos a conectar y con qué expectativas?. No creo que se trate de desarrollar una respuesta puramente intelectual a estas preguntas, pero me aprece que nos toca plantear con claridad estos problemas: ¿con qué categorías vamos a radicalizar estos balance?, ¿vamos a entrarle a la cuestión del “inconsciente colonial” (o neoliberal)?, ¿nos atreveremos a sacar conclusiones del hecho que la forma de inclusión que hemos desarrollado conecta al menos parcialmente con una subjetivación neoliberal? Son preguntas. Solo eso. Las respuestas no pueden ser sino la acción política misma. Hay que poder meterse en la acción política y preguntarse desde dentro qué significa una subjetivación “no neoliberal”. No me parece demasiado útil enfrentar esta situación, estas preguntas, a partir de un estado de “desilución”. Para estar desilucionado hace falta haber estado

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“ilusionado”. Y si hubo ilusión tal vez sea un paso adelante reconocerlo, si no, no se puede avanzar en el pensamiento. Los no ilusionados al mismo tiempo estamos intentando sacudir un poco el excepticismo, porque la necesidad del pensamiento político está igualmente presente en todos. Janine Puget: la idea es ampliar la mente de los psicoanalistas y que puedan detectar dentro del material de una sesión indicadores que hacen a categorías o posicionamientos políticos que incluyen prejuicios, ideas de verdad absoluta y que tenemos que encontrar cómo cuestionar. Pero antes, aprender a detectar. Poder revisar en lo que nos dicen los pacientes y lo que decimos nosotros, cuánto hay de ideología colonial, o cuánto hay de prejuicios o de cerramientos en relación con tomar en cuenta la realidad llamada exterior, la del sujeto en su contexto. Abrirnos a la creación de nuevas categorías y poder hacer un análisis de los discursos, para ver cómo intervenir, cómo cuestionar, como se está haciendo hoy aquí. DS: Parto de la idea -quiero decir, leo a pensadores que, como León Roiztchner, por ejemplo, afirman que- no habría una distancia tan abismal entre psiquismo individual y campo social. Asumo que no es muy productivo aceptar esa distancia. Cuando digo –con Rolnik- “inconsciente colonial”, implica una cierta articulación entre un campo histórico social y una subjetivida. En la medida en que identificamos el proceso político con problemas de subjetivación, el psicoanálisis está concernido y seguramente hayan vías productivas para trabajar lo político a partir del psicoanálisis, aunque sobre eso yo no sé nada. Recuerdo si que alguien como Félix Guattari insistía –y Bifo lo sigue haciendo- en reunir saberes analíticos, estéticos, políticos, clínicos. Recientemente Cristina Kirchner dijo que habría que estudiar muy bien qué es lo que los medios de comunicación le meten en la cabeza a la gente. Me interesó que diga eso, en la medida en que eso implique la política admita que hay algo que se le escapa. ¿Qué sería eso de que se está trabajando sobre la cabeza de la gente de una manera nueva? Lo veo ligado con lo que veíamos de Álvaro García Linera: por más que se distribuya, por más quese difundan derechos hay un comportamiento de colectivos grandes que actúan “contra sus intereses”. Lo que me interesa de esa perplejidad es el modo en que abre al problema de las micropolíticas del que estamos hablando. Se abre un campo que no es el estrictamente político convencional. No sé si los políticos tienen mucho que decir sobre cómo se produce esta subjetivación, tal vez haga falta la presencia de otros protagonismos.

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(Pregunta Inaudible) DS: Para aclarar los términos, cuando pienso en términos de conflicto lo hago en dos niveles. Por un lado, creo que la conflictividad estructura y explica una coyuntura política: si esto es asi, no es posible hablar realmente de política sin ser conscientes de cuáles son los conflictos que atraviesan en un momento determinado el campo social. Por ejemplo, el problema de la protección de los ingresos populares es un tema fundamental, hablar de qué vive la gente, de la agresión a los ingresos, a la vida material. Es difícil hoy decir qué es la política en abstracto, sin situar eso que es una fuente de conflictos. En segundo término, tambien en el plano micro-político, me refiero al conflicto, en el sentido de la crisis -o de la tormenta-, como aquello que altera el “inconsciente colonial”. La posibilidad de crear territorios existenciales se vincula a los procesos políticos. Creo que algo de esta relación entre proceso político y creación de territorios existenciales había comenzado a desplegarse en América Latina y ha quedado como en un impasse. Cuando pensamos en Bolivia, en Argentina o en Brasil –previo a estos gobiernos llamados progresistas- ocurrieron movimientos insurreccionales, un florecer de organizaciones sociales. Muchos de ellos indígenas, comunitarios, de mujeres, de gente que tiene una relación con el territorio –pienso también en el movimiento piquetero. Ahí había una máquina imaginaria produciendo. Como diría Rita Segato, más “imaginación teórica” que “destreza intelectual”. Había movimientos haciéndose cargo de la experiencia, intentando darle forma, generar estrategias. Esa riqueza, que subsiste en la América Latina actual, tiende a proveer imágenes resistentes, que implican una crítica a aspectos modernizantes/desarrollistas y tal vez posibiliten que el repliegue actual –de haberlo- no sea tan abrupto. No de lugar a una coyuntura tan reaccionaria. Creo que hay señales en este sentido. (Pregunta Inaudible) DS: Ahí hay un problema de porosidad, de relación de la subjetivación –en el enlace entre lo individual y lo político- que habría que intentar pensar, sobre todo hay un problema de tiempo político también. No se piensa cualquier cosa en cualquier momento. ¿Cómo se tramita esto que no sea como una mera desilusión?. Hubo una ilusión, se disipó la ilusión, ¿dónde quedamos?, como diría Nietzsche, en la nada. Creímos en algo más fuertemente que en el mundo, eso se disolvió, nos quedamos sin ilusión y sin mundo. Para evitar ese desenlace podemos preguntarnos en términos de los conflictos, de las coyunturas, del conjunto de los procesos de subjetivación actuales, dónde encontrar claves para resistir, intentar, crear. Eso es lo que estoy proponiendo,

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no una solución, sino un para dónde mirar. Pienso en cómo se hacen los mapeos, las relaciones, las investigaciones, cómo se promueven formas colectivas e individuales diferentes, dónde buscamos, dónde encontramos. Hay un problema de práctica, no la que se remite a la clínica individual, a la cuestión profesional. Me pregunto si este juego entre lo que digo y lo que tienen como imagen puede abrir algún cuestionamiento, alguna posibilidad, generar algún desplazamiento interesante. Son las reglas de juego para todos, intentamos pensar cosas y después vemos qué efectos tienen. (Pregunta Inaudible) DS: Pienso en cómo restituir esta referencia al campo político práctico efectivo que hoy vivimos. Más que esperanza, me digo, conviene juntar coraje para enfrentar el obstáculo. El pensamiento político si se guía por la esperanza queda muy débil. La idea de que a pesar de todo hay una esperanza, o que hay ejemplos a encontrar en algún lado, no sé. No me parece que funcione. El cuestionamiento a la globalización neoliberal por momentos viene del lado más reaccionario de los poderes, del lado del Brexit, Trump en los EEUU, de lo que está pasando en Brasil, o Daes. Suponíamos que el descontento con el neoliberalismo podía ser articulado desde una reivindicación de lo comun, pero en este momento preciso ese descontento está tramitado por formas de arcaísmo brutalmente fascistas. La década pasada no se presentaba así. Insisto: el pensamiento político no tiene que ser esperanzado, tiene que tener coraje para ver obstáculos y preguntarse con qué estrategias los enfrenta. Ese es el punto efectivo del pensamiento político. Me resulta penoso cada vez que escucho hablar sobre la esperanza a compañeros o políticos profesionales o gente que se arroga saberes sobre el espíritu. Ya Spinoza en el siglo XVII decía que la esperanza es una pasión triste, no es una novedad teórica decir esto. Hoy los sectores populares buscan concretar políticas defensivas de los ingresos, sean o no asalariados, sean o no formalizados. Tienen capacidad alta de movilización y más o menos buena de organización. Pero hay poderes que cuentan con que esas fuerzas se organicen por fuera de los instrumentos tradicionales de integración que asumen lo reivindicativo desvalorizando la creación autónoma de infraestructura de vida popular. Se han sucedido movilizaciones gigantescas desde que Macri asumió el gobierno en Argentina. La más grande fue la de la CGT, pero el viernes pasado (2-9-16) se hizo la Marcha Federal, el día de San Cayetano fue la de la economía popular, convocada por CTEP, la Universidad hizo sus manifestaciones, cuando Cristina Kirchner fue llamada en abril pasado a declarar hubo una

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manifestación enorme. Lo político hoy hay que considerarlo también a partir de esa capacidad de movilización, que es muy grande. A ocho meses del gobierno de Macri se organizó una movilización masiva por mes, es algo que no habíamos visto antes. Esas marchas por sí mismas no terminan de desbloquear la situación y probablemente no alcance con este tipo de movilización. Como decía al inicio, no creo que podamos pensar la política fuera de nuestra coyuntura. Sin enfrentar las dificultades del momento. Y eso implica que cada quien piense cómo nos ligamos, desde nuestras preocupaciones (incluso las profesionales, en su caso) con esta situación.. (Pregunta Inaudible) DS: El otro rasgo que veo en la coyuntura actual es que el llamado bloque de poder -los que gobiernan la Argentina desde la última elección- carece de homogeneidad. Sólo la tienen en relación a rechazar al movimiento social autónomo y a una eventual revitalización del kirchnerismo. Contra estos adversarios se unifican y tienen un programa claro, que es la destrucción del ciclo político previo. Pero en la medida en que el ciclo anterior se desgasta los sectores dominantes no comparten programa político unificado, y por consiguiente es posible vayan a una división política, sobre todo en el plano electoral. En consecuencia es altamente probable que si las movilizaciones populares no generan un tipo de proyección propia y autónoma de sus intereses y de sus propios programas terminen metidos al interior de la división del bloque gobernante. Quiero decir: que Sergio Massa o alguien como él aparezca como unica alternativa a Macri. Eso sería muy lamentable y hay que intentar impedirlo. Siempre las posibilidades son a crear. Janine Puget: La cuestión es tener imaginación y ver si se puede crear algo nuevo. DS: Es el riesgo de identificar un problema, sólo se puede intentar a partir de ahí, ¿qué sería plantearlo de otro modo?. Podemos intentar con el pensamiento encontrar los obstáculos, verlos lo más a tiempo posible, hacer las mejores alianzas, ser lo más claro posibles en las cosas que vemos, discutir con la mayor sinceridad, no veo mucho más que se pueda hacer en el marco de este encuentro. Janine Puget: me parece que estás poniendo el acento sobre las movilizaciones actuales que no es por esperanza que se hacen, sino porque creen que una acción sirve. ¿A qué va a servir?: -no sabemos todavía. Pero sí hay una politización de varias clases sociales agrupadas en esas

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movilizaciones, que no son partidarias, que piensan que hay algo para hacer, pero que no dicen qué. DS: Hay una valor de la mobilización popular que permite crear estrategias defensivas, relativamente eficaces. Se intenta poner límites a ciertas medidas y que en el corto plazo haya una alianza electoral que ponga freno a lo más agresivo de la coyuntura actual. Esas estrategias -esas movilizaciones- son correctísimas interpretaciones de lo que se está viviendo. Habría que ver si de estas mobilizaciones surge tambien alguna posibilidad diferente para el futuro. Janine Puget: esas movilizaciones no son sólo por economía, sino por derechos humanos. Es un poco diferente que en Grecia y que en Brasil. Es algo muy propio de este momento, porque ganarse bien la vida es un derecho humano también. Los movimientos de derechos humanos y todos, incluso los con diferencias ideológicas, están en las plazas. Eso es una nota especialmente argentina. Cuando hablamos de salarios, de ingresos, prefiero pensar en disfrute de la vida material y colectiva, más que en la economización de ese discurso. Y ahí el tema de los derechos humanos tiene mucho que hacer. Si pensamos el proceso de politización que va del año 1983 en adelante, mi impresión es que los organismos de derechos humanos -su política-, es lo más importante que ocurrió. Justamente por su capacidad de mezclarse con las categorías del trabajo, no por sus demandas específicas y separadas. Recordarán el 20 de diciembre del año 2001. La movilización final que termina con la renuncia del gobierno de De la Rúa, se inicia con las imágenes en la televisión de Hebe de Bonafini, las madres de Plaza de Mayo golpeadas por policías arriba del caballo. Eso es lo que más mueve, lo que más moviliza, lo que más convoca. Me parece que esa fusión relativa entre dinámica de derechos humanos y dinámica del conflicto social-laboral, ha sido muy especial, muy interesante y es lo que hay que cuidar, porque el programa de las clases dominantes consiste en romper esa alianza. Conflictos laborales va a haber, pero si no se codifican en términos de derechos humanos en sentido más amplio, en un tipo de sensibilidad que tienen esos derechos, la situación en la Argentina cambia radicalmente. La capacidad de resistencia disminuye muchísimo, al volverse sólo salarial es una visión super restringida de la idea de ingresos. Janine Puget: eso es lo menos colonial que tenemos. Es algo muy propio de la Argentina, no ha sucedido en otros países del mundo, algunos intentaron hacer algo, pero muy pequeño. Y nos ha dado un lugar especial en el mapa de la búsqueda de mejor estado social.

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Si fuésemos capaces de re invertir los éxitos que tuvieron los movimientos de derechos humanos con respecto a la política de la dictadura, tendríamos –tal vez- bastantes claves de qué significaría hacer una política hoy. El problema de la violencia estructural de lo neoliberal en los barrios es un tema fundamental, no deja de estar todo el tiempo presente condicionando la percepción y dando todo el tiempo lugar a una demanda de seguridad que neoliberalmente es todo el tiempo interpretada, todo el tiempo puesta en juego. La campaña electoral Massa-Scioli-Macri, fue homogénea en ese punto. Y los organismos de derechos humanos quedaron completamente desplazados de esa agenda de discusión. De vuelta, hay un problema práctico, que es cómo se re invierte, cómo se traduce, saberes y tecnologías que han puesto en juego los organismos de derechos humanos en términos de un escenario de conflictividad neoliberal de un país que cambió, de sujetos nuevos. Pero hay mucho que pensar en términos de cómo se podría re aprovechar eso. La mera posibilidad de que los conflictos territoriales vayan separándose cada vez más de esa sensibilidad es gigantesca. Hay que pensar lo que pasa en las cárceles de la Argentina. Horacio Verbitsky decía hace poco que las cárceles en argentina son las micro- ESMAs del presente. Allí se practica un régimen de crueldad, que después se difunde también en los barrios, una especie de pedagogía de la crueldad. Se constituye un tipo de subjetivación, un tipo de territorio, un tipo social. Esos cruces son un poco lo que digo cuando no acuerdo con las políticas de inclusión. Porque me parece que son ciegas a la necesidad de crear unas categorías mentales que den cuenta de esto que hablamos. Nuevos territorios, nuevas subjetividades y necesidad de imaginar políticas de derechos humanos y de ingresos que se vinculen, que piensen las mutaciones en sus territorios en esta situación. En el caso de Bolivia por ejemplo, la presencia de lo popular-comunitario es muy obvia y quienes están más vinculados con ello se han cansado los últimos diez años de discutir con el gobierno de Evo Morales y de Álvaro García Linera que no codifique todo en términos de un nuevo capitalismo andino. Que tome más en cuenta esas realidades. Hay mucho material, la socióloga Silvia Rivera Cusicanqui, ha publicado en Argentina, por ejemplo. Ella es muy conocida en Bolivia y hace rato que viene planteando que el imaginario desarrollista para la economía boliviana presenta muchos problemas de exclusión de imaginario político. Deja al proceso boliviano con un imaginario muy blanco, muy débil con respecto a la propia dinámica de fuerzas que tiene que enfrentar. -Janine Puget: Nos llevás a pensar. Van surgiendo nuevos temas, sin que tengamos las categorías ya pre hechas. Pienso, por ejemplo, la imagen de

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Hebe Bonafini parando a la policía. Dijo: -no acepto, y tuvieron que acatar. Son imágenes, manifestaciones, que dan cuenta de que se puede hacer algo. Estas reuniones también, pero se puede sin tener en este momento disponibles las categorías que no pasen por esperanza sino por concretamente hacer, cada uno en el ámbito en el que se mueve. En cualquier campo de acción en los que actuamos, hay posibilidad. En general los regímenes dictatoriales deciden que uno no tiene acción personal posible. * Desgrabación de charla “Micro-políticas, percepción y actividad no-neoliberal. Cambios en la imagen de la política”, ApdeBA, Departamento de Familia y Pareja, 8 de septiembre de 2016)

“Producir otro ritmo, otra respiración, otra empatía, otros silencios, de modo que algo pueda hacer sentido de nuevo” // Entrevista con Peter Pal Pelbart http://anarquiacoronada.blogspot.mx/2016/11/producir-otro-ritmo-otra-respiracion.html

Peter Pal Pelbart nació en Budapest, capital de Hungría, en 1956. Llegó a Brasil siendo joven; fue a estudiar en la Sorbona, en París, y regresó a Brasil en los 80. Terminó sus estudios de maestría y doctorado en la Pontifícia Universidad Católica de São Paulo (PUC-SP). Filósofo, traductor y reconocida referencia en el campo de estudios y reflexiones acerca de Gilles Deleuze, se desempeña como profesor en el Departamento de Filosofía y en el Centro para el Estudio de la Subjetividad del programa de posgrado en Psicología Clínica de la PUC-SP. Su actividad va más allá de lo académico – fundó y coordina el grupo Companhia Teatral Ueinzz, en el que trabaja con pacientes y ex-drogadictos de una guardia psiquiátrica en São Paulo, y es uno de los fundadores de la Editorial n-1, que se dedica a la publicación de “libros-como-objetos” que actualizan y problematizan preguntas contemporáneas cruciales. En esta ocasión, habló con la Revista Continente acerca de la imposibilidad del silencio, que es uno de los temas más agudos en nuestros tiempos. ¿Qué podemos no-oír dado el ruido de tanta modernidad? Para empezar, diría que hoy en día, se vive una suerte de saturación en todo sentido: imágenes, palabras, sonidos, estímulos de todo tipo. Hay una especie

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de movilización total de todos los sentidos al mismo tiempo. Este tipo de “turbocapitalismo” debe ser descrito: movilización del cuerpo y los sentidos, llamado de atención, llenado de todo espacio metálico hasta el límite –esto, de alguna forma, es lo que nos gobierna. Pero también, y esto no es arbitrario, esto es un tipo de control, de conexión, de monitoreo, de direccionamiento. Tal vez lo más difícil, que es prácticamente imposible, sería desconectar, devenir-desconectado. Hoy todo está hecho para una conexión absoluta, tan saturada como sea posible. Este modelo de conexión absoluta, ¿no termina definiendo el modo colectivo de vida? Esto genera, digamos, un automatismo en la respuesta. Así, debido a que estamos estimulados para responder inmediatamente un email o cualquier tipo de comunicación, uno imaginaría una necesaria inmediatez en esta intersubjetividad. Por supuesto, cada vez que alguien se desconecta, permanece en silencio, no responde a la expectativa, se genera un malestar, una sensación de incomodidad, de desasosiego, una molestia. Y este tipo de molestia generalizada no sucede solamente in nuestra comunicación. Diría que, desde un punto de vista preliminar y generalizado, esto puede ser verificado en cualquier campo. Este tipo de contaminación es una nueva forma de control. Todo esto es un modo de la política, un modo de economía, una nueva modalidad de producción de subjetividad. Claramente, si queremos precisar algunos detalles, no podríamos ver esto como una totalidad dada. Pero, ¿por qué? Porque hay también otras cosas sucediendo en todo lugar. Innumerables fugas, conexiones, diminutas estrategias de Creación… ¿Es entonces necesario intentar escapar a todo esto? Deleuze, el filósofo que he seguido durante algún tiempo, solía decir que estamos atravesados por palabras inútiles a tal punto, que es necesario crear vacuolas de no comunicación para poder tener algo que decir. De ese modo, esta forma de crear silencios que hagan emerger lo imprevisible, aquello que no está previamente formateado es lo que algunos artistas, creadores, y también algunos experimentos colectivos intentan afirmar hoy en día. Ellos tratan de producir otro ritmo, otra respiración, otra empatía, otros silencios, de modo que algo pueda hacer sentido de nuevo. Estando en medio de esos excesos, de ese bombardeo generalizado, de esa saturación, todo y nada se convierte en una misma cosa. Así, uno pierde la

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capacidad de producir significación, y debido a la cantidad que este sunami de información implica, nadie es capaz de aprehender, elaborar, digerir, seleccionar o siquiera rehusarse a nada. ¿Cómo podemos encontrar silencio en medio de este remolino, de esta multitud de gente hablando todo el tiempo –telefónicamente, a través de mensajes y publicaciones online? A través de diferentes medios que son inventados gradualmente. Puedo darte un ejemplo propio. No tengo celular, nunca he tenido uno, y me aterrorizaría tener uno. Y me enoja mucho ver situaciones en las que el celular consume el espacio e interfiere en mi vida. No tengo nada en contra del celular: trabajo principalmente desde casa, pero sé que aquellos que salen de casa en la mañana y regresan a la noche necesitan uno, ya que necesitan estar conectados. No condeno la tecnología per sé, sino el lugar que esta invasiva interconectividad ha ganado gradualmente. Sin embargo, no tengo una fórmula que diga qué hacer para resolver esta saturación conectiva generalizada. Lo que veo es que el umbral de lo intolerable en relación con todo esto ha sido alcanzado. Sospecho que algunas personas están cambiando, abandonando las cosas que hasta hace poco les resultaban indispensables. De repente, abandonan el automóvil, que era vital hasta ayer, y empeizan a usar la bicicleta o a caminar. Este rechazo masivo a la tecnología es, de alguna manera, un tipo de situación no-tan-apocalíptica: todo parece desechable, todo puede ser resignificado. Hoy, de algún modo, se ha vuelto necesario producir silencio, crear estos silencios que no son dados. Alguna vez, compré un dispositivo que hacía silencio, un aparato que hacía su propio ruido. No pude desarrollar el nivel de autismo y sordera que deseaba. Por lo tanto, no es lo que sucede concretamente, es algo más. Sin embargo, debido a estos abandonos activos, puede haber un éxodo probable de ciertos hábitos que han devenido casi naturales, y tal vez otras cosas pueda ser creadas como resultado. “El problema no es ser abandonado, sino no estar suficientemente solo”, es una frase de Deleuze que usas en un texto. Contra el ruido generalizado, ¿hemos perdido la capacidad de oírnos a nosotros mismos en soledad, de abrir espacios para el recogimiento? El silencio no consiste necesariamente en oírnos a nosotros mismos. El silencio es la condición de poder oír a los demás, de oír otras voces de la

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historia, de las muchas tribus que nos rodean. Creo que hoy en día hay un exceso de gregarismo. La voluntad de estar juntos todo el tiempo, con todos a la vez, no permite oír nada en absoluto. La soledad no refiere a la idea romántica que tenemos de oír nuestra voz interna; más bien se trata de una soledad poblada. La soledad puede ser atravesada por muchas voces. En mi caso, la enseñanza de Nietzsche en relación con el gregarismo es totalmente válida. Él dice que el espíritu de la horda es siempre del orden de la homogeneidad, del consenso, de la servidumbre. En ese sentido, un modo de desapego de ese gregarismo es condición para algo nuevo, para una cierta singularidad, un cierto disenso, una cierta diferencia. Pero esto no es una oda a la soledad misma como una especie de insularidad. No se trata de eso. Es precisamente lo opuesto: es necesario tener cierta soledad para poder establecer otras conexiones que el gregarismo no permite. Esta conducta de la horda, de la muchedumbre, puede ser observada en conexiones promovidas por el capitalismo, tal y como lo mencionas en un texto: “Este capitalismo produce grandes cantidades de una nueva y diferente soledad; y una nueva ansiedad –la ansiedad del desapego. El capitalismo contemporáneo produce no sólo esta nueva ansiedad ante la posibilidad de estar desconectado de la red digital, sino además la ansiedad ante la posibilidad de desconexión de las redes vitales, cuyo acceso es mediado cada vez más por peajes que son demasiado costosos para la mayoría”. ¿No es esto la gran imposibilidad del silencio? Se trata de un campo de lucha. Pensemos en un autor como Franco Berardi, Bifo: un filósofo italiano autonomista que, durante los 60 y 70 escribió mucho sobre la noción de “neuromagma”. Él defiende la idea de que las personas ya no discuten, ni argumentan ni deciden, sino que están atravesados por olas de lo que llama “neuromagma” –corrientes psicoquímicas de miedo, pánico y entusiasmo por una cosa u otra. En un pasado ya distante, el sujeto individual y racional decidía qué hacer. Hoy, el mismo sujeto está sujetado a estas olas que le demandan una actitud diferente. La idea no es volver nostálgicamente al sujeto autónomo que fuimos por no sé cuánto tiempo, a nuestro ideal humanista, sino tomar algo de este caos contemporáneo y hacer algo con eso, como producir desvíos. Una opción es establecer una relación profundamente arraigada con el presente: “Todo es terrorífico, así que me cerraré sobre mí mismo en una resistencia radial y permaneceré en las periferias”. Esta sería la vieja forma de pensar la resistencia propia. Pero se pueden producir otros tipos de redes en medio de

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todo estos influjos, producir otros tipos de movimientos, a la vez individuales y colectivos. A pesar de partir de la idea de soledad poblada, no deberíamos necesariamente tomar esto como algo literal: es posible vivir en grupos, en colectivos en los que otros modos de ‘espaciotiempos’, otros ritmos y maneras –incluyendo intercambios en los que nadie hablase o en lo que no se espere respuesta inmediata– sean inventadas. ¿Puede ser esta producción de desvíos entendida como una forma de resistencia que orienta en alguna medida tu experiencia con los miembros de la compañía de teatro del Ueinzz? Las personas que hacen parte del Ueinzz ya tienen incorporada esta idea de manera casi corporal. Ellos no necesitan hablar u oír todo el tiempo. No necesitan tocar. Cada uno está en su propio planeta –si es necesario, van a Venus y vuelven hasta medio camino, y todo está bien con eso. No necesitan prestar atención todo el tiempo, nosotros no tenemos esta mentalidad de grupo. Parecemos más bien lo contrario –una heterogeneidad en el arte de estar juntos. Ahora bien, incluso en la actividad lírica, como en el teatro o en clases, es posible sostener un hiato y observar cómo estas interrupciones pueden tener un efecto inquietante, en el sentido más interesante de esa palabra. Pero todo puede perderse también, y eso no significa una catástrofe. Una última pregunta: en relación con todo lo que hemos discutido, ¿cuál podría ser el reto individual y colectivo más grande? Crear nuevos medios de interrupción. La imagen del freno de emergencia de un tren viene a mi mente. Sin embargo, con una interrupción así de abrupta, definitivamente son posibles los descarrilamientos. Y éstos son y serán, en muchos casos, necesarios. Versión en portugués en la revista Continente Traducción por Camilo Rios de la versión en inglés, disponible acá

En el país donde se inventaron las redes sociales, ganó un troll // Ezequiel Gatto http://anarquiacoronada.blogspot.mx/2016/11/en-el-pais-donde-se-inventaron-las.html

¿Por qué ganó? 1- Trump operó una homologación que parece haber sido una de las claves de su victoria. Se dice que “fue honesto”, que supo ponerle los puntos sobre las

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ies a un Partido Demócrata anodino y a una candidata que tuvo que hacer un esfuerzo descomunal para parecer agradable y creíble. El discurso de Trump tuvo como objeto calificar a su oponente de “hipócrita”. Y le dio resultados. No porque el propio Trump no sea un personaje desagradable y mentiroso. Los votantes de Trump saben que Donald no es un bebé. Pero eso no fue lo importante: ante el ataque moral o ético, Trump respondió con una serie de mea culpa o reivindicaciones abiertas de conducta autoritaria y cínica. Y le funcionó. La gente parece haber votado por esa sinceridad sucia, la honestidad del que te avisa que te va a cagar. Más vale maldad reconocida que bondad aparente. En ese esquema, Trump operó una segunda estrategia: homologó sinceridad a agresión e hipocresía a buenos modales. De esa forma, Hillary se convirtió en una suerte de Dr. Jekyll preocupado en no mostrar su lado Mr. Hyde mientras él, bruto pero honesto, bestial pero sincero, aparecía como un ejemplo de valentía y frontalidad. Esa homologación le permitió tener un discurso odioso. Entonces, el círculo se cerró y el odio se convirtió en honestidad. 2- Hay un prejuicio liberal que dice que el racismo se cura con educación. Habría que ver con qué educación, porque el 45% de las mujeres blancas con formación universitaria votaron por Trump, el mismo porcentaje de graduados universitarios y un 37% de doctores. Por su parte, el 25% del total de votantes no blancos sin título terciario votaron por Hillary mientras que el 50% de los blancos con igual formación votaron por Trump. En el país donde se inventaron las redes sociales, ganó un troll. 3- Una postal de la desazón: diez días antes de las elecciones tomé un taxi en Baltimore, Maryland. Fue un viaje largo, casi media hora. Hablé con el chófer, un hombre de unos cincuenta años, de Ghana, que hace seis años que vive en esa ciudad. Le pregunté si podía votar y, en caso de hacerlo, por quién lo haría: me respondió que no podía votar pero que lo hubiera hecho por Trump. Sentí un abismo extenderse dentro mío, hecho de tristeza pero también de un enojo muy profundo; tomé aire y le pregunté por qué haría eso. “Porque si gana Hillary las mujeres tendrán mucho poder en este país. Los hombres ya no importan aquí. Se necesita un hombre fuerte”. 4- Es llamativo que, en varias estadísticas, el voto, desagregado por ingresos económicos, deja claro que el apoyo a Trump no fue sólo un voto de los pobres o de los excluidos de la economía global. En cambio, se contempla un llamativo equilibrio entre estos términos: millonarios, clase media alta, media baja y pobres votaron a Trump más o menos en las mismas proporciones. El

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dato grafica que el voto no fue exclusivamente económico, sino que un sector de electorado votó por razones no directamente económicas, sino securitarias, segregacionistas, misóginas. La larga marcha de la micropolítica racista (en los años de un presidente negro y una industria de la prisión de los afroamericanos) puso a Trump en la blanquísima Casa Blanca. El penúltimo número de The Village Voice dedicó varias notas a recorrer esos lugares -del centro-oeste- donde la segregación es un sueño eterno. Este aspecto me parece importante para matizar el discurso que asemeja lo sucedido con Trump al Brexit: la elección del multimillonario expresa más directamente una política, no sólo proteccionista sino también duramente racista (no tanto del exterminio como del reforzamiento del sistema de castas que compone en parte la sociedad estadounidense).

¿Qué puede pasar? 5- Desde ayer se vienen reportando casos de agresión racista o xenófoba postelectorales. Quizá no sepamos bien para qué sirve el Estado pero estas situaciones dejan claro que el efecto de respaldo que provoca la elección o no de un candidato es notable. Se multiplica y potencia una subjetividad linchadora y ciertas presiones humanitaristas ceden ante una escalada de odio. En el caso argentino se pudo notar algo similar (un ataque, aún en curso, al discurso de los derechos humanos). En ese sentido, no es impensable que los conflictos y enfrentamientos horizontales tiendan a crecer a medida que lo peor de la supremacía blanca comience con su vulgar display of power. Y no es de esperar que los agredidos se queden quietos: desde ayer, el activismo estadounidense entró en pánico y está buscando elaborar lo sucedido, construyendo rápidamente estrategias de movilización callejera. En ese sentido, esta elección mostró una marea de personas que votaron a quien creían el mal menor. Hay algo en esa militancia desapegada, instrumental que me parece valioso: funda una distancia con el propio candidato que, en estos casos de derrota electoral, puede derivar en nuevas relaciones políticas paridas en esa escena, no tanto de orfandad como de adopción táctica. Habrá que ver qué pasa en esa mezcla de movimientos, decepcionados por Obama y preocupados por Trump. 6- Mientras muchos mercados y paquetes de acciones de empresas globalizadas cayeron ni bien se dio el resultado, en una suerte de cristalización de tendencias por venir, como son la criminalización de la migración y el

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prometido imperio de “la ley y el orden” en los barrios de latinos y negros, subieron las acciones de las corporaciones carcelarias privadas. 7- Las policías tendrán un respaldo legitimador inmenso para tareas de control social. Ajustarán controles migratorios y, a mi entender, si Trump busca cumplir su discurso de “ley y orden” en los barrios negros, las tasas de brutalidad policial van a crecer notablemente. 8- Cito a Sergio Arelovich, economista y compañero: “Algunas pistas permiten imaginar la potenciación del conflicto de intereses entre las grandes potencias occidentales y orientales. Es inimaginable que esas disputas se resuelvan en un campo de batalla como fue característico de la consolidación del imperialismo en la 1ª y la 2ª Guerra Mundiales porque sería la última etapa de la historia humana. Pero es previsible que el sentido del conflicto sea centrípeto y no centrífugo: que la economía de USA se cierre, que cuide sus fronteras, que intente repatriar inversiones en el exterior, que acelere la producción de biocombustibles para atenuar aún más la dependencia de hidrocarburos, que la expulsión de áreas centrales de producción tecnológica a México, India o Israel pretenda ser revertida en parte. No se trata de un pronóstico, sino simplemente de describir las áreas en las que podría haber novedades en materia de política interior y exterior de la mano de la gestión Trump. (Mientras acá, en Argentina, tenemos a alguien que quiere integrarse al mundo cuando este ha comenzado a estrechar sus puertas de entrada)”. Agrego: creo que el sueño proteccionista de Trump no es mucho más que “trabajos en Estados Unidos con sueldos chinos”. 9- Como me decía Vicente Rubio-Pueyo en conversación en Nueva York, el mano a mano con Trump permitió a Hillary diferenciarse fácilmente. En ese sentido, le permitió tener un discurso mucho más de derecha que el que hubiera tenido frente a un contricante menos bestial. Lo que parecía un negoción para la señora terminó muy mal. Soy historiador pero a veces recaigo en la fantasía de lo contrafáctico y ahora mismo me hago una pregunta que se conecta con el voto pobre y blanco a Trump: ¿Qué hubiera pasado si el candidato era Bernie Sanders? ¿Qué hubiera pasado si su programa de reindustrialización -desde una posición más liberal- hubiese podido ser votado por los pobres blancos del mid-west? 10- No hay lágrima alguna que derramar respecto a Hillary. Una dirigente complicada y aliada con el presidente que decretó las peores leyes carcelarias de la historia del país. Hillary será vista, idealizada, como una posible gran presidente por muy poco tiempo. No es famosa por grandes gestos de justicia

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y no lo será ahora. En ese sentido, a diferencia del caso argentino, donde Cristina Fernández se despidió con cientos de miles de personas en Plaza de Mayo y desde el minuto uno del gobierno de Macri ha funcionado en una clave comparativa. No hay donde volver. Ni siquiera a Obama que, de a poco, a pesar de la simpatía que despierta, fue decepcionando con sus políticas tibias, cuando no en directa oposición a su programa inicial. Evidentemente, la figura de Obama se ampliará, pero sólo porque la tormenta que sopla de frente es demasiado grande como para no anhelar al menos un tienda de campaña. Lo que parece venir es un movimiento que tiene acumulado saberes heterogéneos (desde Seattle a Occupy Wall Street, pasando por Black Lives Matter, las luchas migratorias, etc.), que no tiene donde volver y que tendrá que inventar nuevos modos de interpelar a una población que ha llegado al extremo político de votar lo que votó. Un desafío, por lo demás, que parece ser un rasgo común a muchas situaciones a lo largo del planeta.

¿Diferencias con Macri? 11– Suena divertido, pero Trump no es Macri: al primero lo votaron en gran medida (aunque no solamente) sectores perdedores de la economía norteamericana; al argentino lo votó un enorme sector social que disfrutó del neodesarrollismo kirchnerista. De día no todos los gatos racistas son pardos y las diferencias no son irrelevantes a la hora de pensar nuestras estrategias. Por otro lado, el racismo no es un subproducto necesario de la pobreza económica. Muchos ricos y clase media votaron a Trump por motivos más segregacionistas y xenófobos que las razones de supervivencia económica de la clase trabajadora. En eso, macristas y trumpistas, en la punta de la pirámide, apólogos de la desigualdad neoliberal crónica, se asemejan. 12- En Argentina gobierna un empresario cínico cuya estrategia electoral consistió en agredir lo mínimo indispensable, apelando a un discurso del “fin del odio” y ofreciéndose como médium para una hipotética reunificación nacional. Trump es un empresario cínico cuya estrategia consistió agredir lo máximo posible y ofrecer un escenario de tensiones. Hijos prodigios del mundo contemporáneo, el primero apareció como un especialista en coaching, un gurú, un hombre de la autoayuda; el segundo como un troll, un comentarista anónimo de diarios con la impunidad necesaria para disparar violencias verbales pesadas.

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13- Cito un comentario de Ariel Giulini en mi muro de Facebook: “Trump se cansó de prometer barreras arancelarias para las importaciones y proteger la industria local. Su idea de ‘hacer a Estados Unidos grande de nuevo’ pareciera querer decir hacer renacer la industria añorada, cuyo retroceso impacta tanto en el imaginario norteamericano”. Macri, en cambio, ha enfatizado el endeudamiento internacional, añorado una lluvia de inversiones que nunca llegará, proclamado el regreso al mundo de Argentina, luego de una década de supuesto aislamiento. Viene poniendo en acto medidas de apertura de importaciones letales para la frágil industria argentina y sueña con disolver al país en todos los tratados comerciales que los demócratas norteamericanos le proponían. Tiene algo gracioso todo esto: Macri se declaraba el futuro cuando en verdad no hacía más que repetir un modelo ya agotado. Ahora quedó a medio camino y su futuro político se empieza a tambalear en serio. [fuente: http://revistaalexia.es/] El Racismo, una pasión que viene de arriba // Jacques Rancière http://anarquiacoronada.blogspot.mx/2016/11/el-racismo-una-pasion-que-viene-de.html

Me gustaría proponer algunas reflexiones en torno a la noción de «racismo de Estado», que figura en el orden del día de nuestra reunión. Estas reflexiones se oponen a una interpretación muy extendida de las medidas adoptadas recientemente por nuestro gobierno, desde la ley sobre el velo integral hasta las expulsiones de los romaníes. Dicha interpretación ve en estas medidas una actitud oportunista que busca explotar los temas racistas y xenófobos con fines electoralistas. Esta pretendida crítica lleva implícita la presuposición que hace del racismo una pasión popular, la reacción temerosa e irracional de las capas más retrógadas de la población, incapaces de adaptarse al nuevo mundo móvil y cosmopolita. El Estado es acusado de faltar a sus principios al mostrase complaciente de cara a estos sectores. Pero al mismo tiempo se ve reafirmado y confortado en su posición de representante de la racionalidad frente a la irracionalidad popular. Ahora bien, esta disposición del terreno de juego, adoptada por la crítica «de izquierdas», es exactamente la misma que aquella en cuyo nombre la derecha lleva promulgando desde hace ya veinte años toda una serie de leyes y decretos racistas. Todas esta medidas se han tomado en nombre del mismo razonamiento: hay problemas de delincuencia y diversas molestias causadas

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por los inmigrantes y clandestinos, que pueden desencadenar reacciones racistas si no ponemos orden. Por lo tanto, hay que someter estos delitos y molestias a la universalidad de la ley para que no provoquen disturbios raciales. Se trata de un juego que se juega, tanto en la izquierda como en la derecha, desde las leyes Pasqua-Méhaignerie de 1993. Consiste en oponer a las pasiones populares la lógica universalista del Estado racional, es decir, en dar a las políticas racistas de Estado una coartada antirracista. Va siendo hora de dar la vuelta al argumento, para poner de relieve la solidaridad que existe entre la «racionalidad» estatal que ordena estas medidas y esa otra –ese adversario cómplice– en la que tan cómodamente se apoya, la pasión popular. Porque en realidad no es que el gobierno actúe bajo la presión del racismo popular y en reacción a las pasiones llamadas populistas de la extrema derecha, sino que es la razón de Estado la que alimenta el racismo, confiándole la gestión imaginaria de su legislación real. Hace unos quince años propuse el término racismo frío para designar este proceso. El racismo que hoy nos ocupa es, en efecto, un racismo frío, una construcción intelectual. Es, antes que nada, una creación del Estado. Hemos discutido aquí sobre la relación entre Estado de derecho y Estado policial. Pero la naturaleza misma del Estado es la de ser un Estado policial, una institución que fija y controla las identidades, los lugares y los desplazamientos, una institución en lucha permanente contra todo excedente del recuento de las identidades que gestiona, es decir, también contra ese exceso sobre las lógicas identitarias que representa la acción de los sujetos políticos. Este proceso se ha intensificado por el orden económico mundial. Nuestros Estados son cada vez menos capaces de contrarrestar los efectos destructores de la libre circulación de capitales para las comunidades que tienen a su cargo. Y son tanto más incapaces cuanto que no tienen el más mínimo deseo de hacerlo. Así las cosas, se rebajan y se concentran en aquello sobre lo que sí ejercen un poder, como es el caso de la circulación de personas. Toman como objetivo específico el control de esa otra circulación y como meta general la seguridad de los nacionales amenazados por estos migrantes, es decir, más precisamente la producción y la gestión del sentimiento de inseguridad. Esta es la tarea que va siendo cada vez más su razón de ser y su forma de legitimación. De ahí se deriva un uso de la ley que cumple dos funciones esenciales: una función ideológica, que consiste en dar constantemente un cuerpo al sujeto que amenaza la seguridad; y una función práctica, que consiste en reordenar

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continuamente la frontera entre lo de dentro y lo de fuera, creando sin cesar identidades flotantes, susceptibles de hacer caer fuera a aquellos que estaban dentro. Legislar sobre la inmigración ha significado antes que nada crear una categoría de infra-franceses, hacer caer en la categoría flotante de inmigrantes a gente que ha nacido en Francia de padres nacidos franceses. Legislar sobre la inmigración clandestina ha significado hacer caer en la categoría de clandestinos a «inmigrantes» legales. Es la misma lógica la que ha ordenado el uso reciente de la noción de «franceses de origen extranjero». Y es esta misma lógica la que apunta hoy contra los romaníes, creando, contra el principio mismo de libre circulación en el espacio europeo, una categoría de europeos que no son verdaderamente europeos, de la misma manera que hay franceses que no son verdaderamente franceses. Para crear estas identidades en suspenso el Estado no se sonroja ante sus propias contradicciones, tal y como hemos visto con respecto a las medidas sobre los «inmigrantes». Por un lado, crea leyes discriminatorias y formas de estigmatización basadas en la idea de la universalidad ciudadana y de la igualdad ante la ley. Por esa vía se sanciona o estigmatiza a aquellos cuyas prácticas se oponen a la igualdad y a la universalidad ciudadana. Pero por otro lado, crea en el seno de esta ciudadanía igual para todos, discriminaciones como la que distingue a los franceses «de origen extranjero». Así que por un lado todos los franceses son iguales, y ojo con los que no lo son, y por el otro no son todos iguales, y ay de aquellos que lo olviden. Por lo tanto, el racismo de hoy es ante todo una lógica estatal y no una pasión popular. Y esta lógica estatal es sostenida en primer lugar, no por quién sabe qué grupos sociales retrógados, sino por una buena parte de la élite intelectual. Las últimas campañas racistas no llevan en absoluto la impronta de la extrema derecha llamada «populista». Han sido organizadas por una intelligentsia que se reivindica como intelligentsia de izquierdas, republicana y laica. La discriminación no se basa ya en argumentos sobre razas superiores e inferiores. Antes bien, se argumenta en nombre de la lucha contra el «comunitarismo», de la universalidad de la ley, de la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y de la igualdad de género. Dicho sea de paso, estos argumentos son a menudo esgrimidos por gente que ha hecho bien poco por la igualdad o el feminismo, pero esa contradicción no les preocupa. De hecho, con esta forma de argumentar se pretende sobre todo crear la amalgama requerida para identificar al indeseable: así la amalgama entre migrante, inmigrante, retrógado, islamista, machista y terrorista. En realidad, el recurso a la universalidad opera en beneficio de su contrario: para establecer un poder estatal discrecional a la hora de decidir quién pertenece y quién no a la clase

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de aquellos que tienen derecho a estar aquí -el poder, en breve, de conferir o suprimir identidades-. Ese poder tiene su correlato en el poder de obligar a los individuos a ser en todo momento identificables, a mantenerse en un espacio de visibilidad integral frente al Estado. Vale la pena, desde este punto de vista, volver sobre la solución que el gobierno ha dado al problema jurídico planteado por la prohibición del burka. Como hemos visto, era difícil hacer una ley que apuntara específicamente a algunos centenares de personas de una religión determinada, así que el gobierno dio con una solución: hacer una ley que prohíba en general cubrirse el rostro en un espacio público, una ley que apunte al mismo tiempo a la mujer portadora de un velo integral y al manifestante que se cubra con una máscara o pañuelo. El pañuelo se convierte así en el emblema común del musulmán retrógado y del agitador terrorista. Para esta solución, adoptada (como muchas otras medidas sobre la inmigración) con la benevolente abstención de la «izquierda», es también el pensamiento «republicano» el que ha dado la fórmula. Acordémonos si no de las diatribas furiosas de noviembre de 2005 contra esos jóvenes enmascarados y encapuchados que actuaban con nocturnidad. Acordémonos también del comienzo del asunto Redeker, el profesor de filosofía amenazado por una «fatwa» islámica. El punto de partida de la furiosa diatriba antimusulmana de Robert Redeker era… ¡la prohibición del tanga en la playita de París! En esta prohibición dictada por la alcaldía de París él discernía una medida de complacencia hacia el islamismo, hacia una religión cuyo potencial de odio y de violencia se había sido ya puesto de manifiesto en la prohibición de desnudarse en público. Los bellos discursos sobre la laicidad y la universalidad republicana vuelven, en definitiva, a este principio según el cual uno debe estar enteramente visible en el espacio público, ya sea el de adoquines o la playa. Concluyo: mucha energía se ha gastado contra una cierta figura del racismo – la que ha encarnado el Frente Nacional– y una cierta idea de este racismo como expresión de los “white trash”, blancos xenófobos de las capas sociales atrasadas. Una buena parte de esa energía ha sido recuperada para construir la legitimidad de una nueva forma de racismo: un racismo de Estado y un racismo intelectual «de izquierdas». Quizás sea el momento de reorientar el pensamiento y el combate contra una teoría y una práctica de estigmatización, de precarización y de exclusión que constituyen hoy un racismo desde arriba: una lógica de Estado y una pasión de la intelligentsia. 11 de septiembre de 2010 Traducción: Álvaro García-Ormaechea

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Fuente: http://www.mediapart.fr/node/92825

Reflexiones sobre las recientes elecciones en EEUU http://anarquiacoronada.blogspot.mx/2016/11/durante-el-horror-de-una-profunda-noche.html

Estaba pensando en un verso de la poesía francesa, que de hecho pertenece a Racine. Es una hermosa, hermosa frase. En francés: “C´était pendant l’horreur d’une profonde nuit”. En inglés: “It was during the horror of a profund night” (y en español: “Esto fue durante el horror de una profunda noche”.) Quizás Racine estaba pensando en la elección de Trump. Fue durante el horror de una profunda noche. Y entonces, es como una obligación para mí hablar, discutir, esta clase de acontecimiento, en un sentido negativo, porque es imposible para mí estar aquí frente a ustedes y hablar de algo muy interesante en términos académicos. Pienso que es una necesidad pensar, discutir, qué pasó durante el horror de la noche profunda, justamente ayer. Ustedes saben que para mí, pero creo que también para mucha gente, esto fue, en algún modo, una especie de sorpresa. Y a menudo estamos, con esta clase de sorpresas, bajo las leyes de ciertos afectos: miedo, depresión, rabia, pánico… Pero sabemos filosóficamente que todos estos afectos no son realmente buenas reacciones porque, en cierto sentido, es demasiado afecto frente al enemigo. Y en consecuencia, creo que es necesario pensar más allá de los afectos, del miedo, de la depresión y de todo eso, pensar en la situación de hoy, en la situación del mundo hoy, donde algo parece que es posible, como que alguien como Trump se convierta en presidente de los Estados Unidos. Y en consecuencia, esta tarde mi objetivo es presentar no exactamente una explicación, sino una clarificación de la posibilidad de algo como esto, y también algunas referencias, sometidas a la discusión, concernientes a lo que debemos hacer después de esto, qué debemos hacer, lo cual no es precisamente estar sometidos a los afectos, a los sentimientos negativos, sino en el nivel del pensamiento, de la acción, de la determinación política, etcétera. Entonces, comenzaré con una visión muy general no sobre la situación actual de los Estados Unidos, sino de la situación del mundo hoy. ¿Qué es el mundo de hoy donde esta clase de cosas es posible? Y pienso que la cuestión más importante para comenzar es la victoria histórica del capitalismo globalizado. Debemos estar frente a este hecho. De algún modo, desde los años 80 del siglo pasado hasta hoy, desde hace 40 años, o sea alrededor de medio siglo, tenemos la victoria histórica del capitalismo globalizado por muchas razones. Primero, naturalmente, la caída completa de los Estados socialistas –Rusia, China- y en

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general la caída de la visión colectivista de la economía y de las leyes sociales de los pueblos. Y este tema no es un tema pequeño. Este punto es realmente un cambio no solo en la situación objetiva del mundo actual, sino quizás también en el nivel de la subjetividad. Durante más de dos siglos, en la opinión pública siempre existieron dos caminos concernientes al destino del ser humano. Podemos decir que aproximadamente desde antes de la década de 1980, tenemos siempre, desde un nivel muy general, desde un nivel general subjetivo, dos posibilidades referidas al destino histórico del ser humano. Primero, el camino del liberalismo en el sentido clásico. Aquí, liberal tiene muchos significados, pero yo tomo la palabra liberal en su sentido primitivo, esto significa fundamentalmente que la propiedad privada es la clave de la organización social, a costa de enormes desigualdades, pero el precio es el precio. En el final, para el liberalismo, la propiedad privada debería ser a su vez la clave para la organización social. Y del otro lado tenemos el camino socialista, el camino comunista –hay diferentes palabras- en su sentido abstracto, o sea el camino hacia el fin de las desigualdades aun cuando el precio sea la revolución violenta. Así, de un lado tenemos una pacífica visión de la historia como una continuación de algo que es muy viejo, o sea la propiedad privada, como la clave de la organización social, y en el otro lado, algo nuevo, algo que probablemente comienza con la Revolución Francesa, que es la propuesta de otro camino, como continuidad de la existencia histórica del ser humano que debe aceptar una ruptura entre una muy larga secuencia donde las desigualdades, la propiedad privada, etcétera, son las leyes de la existencia colectiva, y otra visión que es esta suerte de destino, donde lo más importante -siendo de hecho una cuestión de igualdad o desigualdad y este conflicto entre liberalismo en su clásico sentido y la nueva idea bajo diferentes denominaciones: anarquismo, comunismo, socialismo, etcétera- es probablemente el gran significado del siglo XIX y también de una gran parte del siglo siguiente. Durante aproximadamente dos siglos tenemos entonces algo así como una elección estratégica que concierne no solo a los acontecimientos políticos locales, las obligaciones nacionales, las guerras, y todo eso, sino que comprende también cual es realmente el destino histórico de los seres humanos de ese modo, el destino histórico de la construcción de la humanidad de ese modo. En algún sentido, nuestro tiempo, desde los 80 hasta hoy, es el tiempo del aparente final de este camino. La progresiva desaparición de esta clase de opción. Hoy tenemos de hecho la idea dominante de que no existe una idea global, de que no hay otra solución. Ese fue el mundo de Thatcher: no hay otra solución. No hay otra solución exceptuando, naturalmente, el

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liberalismo o lo que generalmente hoy llamamos el neoliberalismo. No hay otra solución. Y este punto es muy importante porque la misma Thatcher no dijo que esta solución era una solución muy buena. Ese no era el problema para ella. El problema es que es la única solución. Ustedes lo ven en la propaganda contemporánea: la cuestión no es decir que el capitalismo globalizado es excelente, porque está claro que no lo es. Todos saben esto. Todos saben que las monstruosas desigualdades no pueden ser una solución para el destino histórico de la humanidad, todos saben esto. Pero el argumento es: “Muy bien, esto no es muy bueno, pero es la única posibilidad real”. Y entonces, según mi opinión, la definición de nuestro tiempo es imponer a la humanidad a escala mundial, la convicción de que hay solo un camino para la historia de los seres humanos. Y sin decir que este camino es excelente, que este camino es un camino muy bueno, sino diciendo que no hay otra solución, no hay otro camino. Podemos definir así nuestro momento como el momento de la convicción primitiva del liberalismo, el dominio bajo la forma que componen la propiedad privada y el libre mercado como único destino posible de los seres humanos. Y esto es también una definición de un sujeto humano. ¿Qué es, en esta visión, un sujeto humano? Un sujeto humano es un mendigo, un consumidor, un ganador, o nada de nada. Esta es la estricta definición de qué es hoy un ser humano. Esta es la visión general, el problema general, y la ley general del mundo contemporáneo. Ahora, ¿cuáles son los efectos políticos de todo esto, en el nivel de la vida política? ¿Cuáles son las consecuencias de esta visión dominante del mundo en la cual podemos encontrar un solo camino? Todos los gobiernos deben aceptar que este es el caso; en el mundo de hoy no podemos estar en la dirección del Estado sin la aceptación de la visión de la unicidad del camino. No tenemos un gobierno en el mundo que esté diciendo otra cosa. ¿Y por qué? Porque, finalmente, si examinamos la posición del gobierno “socialista” francés, de la “dictadura” del Partido Comunista Chino, del gobierno de los Estados Unidos, del gobierno de Japón, de la India, todos dicen la misma cosa, que el capitalismo globalizado es el único camino para la existencia de los seres humanos. Pienso que toda decisión política, en el nivel de los Estados, hoy, es en estricta dependencia de lo que yo llamo un “monstruo”: capitalismo globalizado y sus desigualdades. En un sentido, no es cierto que un gobierno hoy sea algo libre. No es libre para nada. Está dentro de la decisión global, y debe afirmar que lo que está haciendo es en dependencia de esta interioridad de la decisión global. Y el monstruo es más y más monstruo. Nosotros debemos conocer la situación real con respecto a las desigualdades. Tenemos

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el fenómeno fundamental de la concentración del capital; la concentración del capital de nuestros días es algo extraordinario. Debemos saber que en la actualidad 264 personas son propietarios del equivalente de 3 billones de personas. Es mucho más que en la época primitiva de las monarquías. Hoy la desigualdad es mucho más importante que en ninguna otra etapa de la historia de los seres humanos. Y entonces, esta clase de monstruo histórico, que también se presenta como el único camino para la existencia de la humanidad, se da realmente en la dinámica de cada vez más y más desigualdades, y no finalmente de más y más libertad. Y la posición actual del Estado es la misma en todos lados. Está aceptada por el gobierno francés, por el Partido Comunista Chino, por el poder de Putin en Rusia, por el Estado Islámico de Siria, y naturalmente es también la regla para el presidente de los Estados Unidos. Entonces, progresivamente –y esta es la consecuencia más importante sobre la elección de Trump-, todas las políticas oligárquicas, todas las políticas de clase, vienen del mismo grupo, en el nivel de su mismo mundo. Un grupo de gente que está dividido solamente en la abstracción: republicanos y demócratas, socialistas y liberales, izquierda y derecha, etcétera. Todas estas clases de divisiones hoy son pura abstracción y no es real, porque todo esto yace en el mismo trasfondo político y económico. Hoy, esta política oligárquica del mundo occidental está perdiendo progresivamente el control de la maquinaria capitalista, esta es la realidad. A través de crisis, falsas soluciones, todas las políticas clásicas creadas por los gobiernos, y revuelta oscura. Todo esto como que es el único camino propuesto hoy por todos los miembros de las políticas de clase, con algunas diferencias, pero algunas pequeñas diferencias. Hoy, el ejercicio de las políticas es el ejercicio de muy pequeñas diferencias dentro del mismo camino global. Pero todo esto tiene muchos efectos en la gente en general: efectos de desorientación, total ausencia de orientación o dirección para la vida, ausencia de visión estratégica del futuro de la humanidad, y en esta situación una gran parte de la gente busca en la oscuridad, en el costado de las falsas novedades, visiones irracionales, y el retorno a las tradiciones muertas, etcétera. O sea que, frente a las políticas oligárquicas, tenemos la aparición de una nueva clase de activistas, de nuevos sostenedores de la demagogia violenta y vulgar, y estos muchachos están mucho más del lado de los gangsters y de la mafia que del lado de los políticos educados. Entonces la elección aquí no ha sido la elección entre esta clase de muchachos y el resto de los políticos educados, y el resultado fue la elección legal de una nueva forma de vulgaridad política y de algo subjetivamente violento en las propuestas políticas.

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En algún sentido, esta nueva figura política –Trump pero también hoy en día muchos otros- están cerca del fascismo de los años 30. Hay algo similar. Pero es el primero sin sus fuertes enemigos de los 30, donde estaban los partidos comunistas. Es una especie de fascismo democrático –una decisión paradójica- una especie de fascismo democrático, o sea algo que está dentro del plano democrático, dentro del aparato democrático, pero que interpretan algo diferente, otra música, en esta especie de contexto. Y creo que no es solo el caso de aquí con Donald Trump –racista, machista, violento y también, lo cual es una característica fascista, sin ninguna consideración por la lógica y la racionalidad-, porque el discurso, el modo de hablar de este tipo de fascismo democrático es precisamente una suerte de dislocamiento del lenguaje, una suerte de posibilidad de no decir nada, y lo contrario de nada; no hay problemas, el lenguaje no es el lenguaje de la explicación sino el lenguaje de creación de algunos afectos; es un lenguaje afectivo que crea una falsa unidad pero que es una unidad práctica. Y entonces tenemos esto con Donald Trump, pero hubo un caso anterior en Italia con Berlusconi. Berlusconi puede ser, pienso, la primera figura de esta clase de nuevo fascismo democrático, con exactamente las mismas características: vulgaridad, una especie de relación patológica con las mujeres, y la posibilidad de decir y hacer públicamente algunas cosas que hoy son inaceptables para la mayoría de los seres humanos. Este también fue el caso con Orbán en la Hungría y, a mi entender, fue el caso con Sarkozy en Francia. Progresivamente, es también el caso en la India o en las Filipinas, e incluso en Polonia o en Turquía. En consecuencia, es realmente, en escala mundial, la aparición de una nueva figura de decisión política que es una figura que está muy frecuentemente dentro de la constitución democrática pero que de algún modo está también afuera. Y pienso que podemos nombrarlos fascistas porque fue el caso en los años 30, porque después de todo, Hitler también salió victorioso por las elecciones. Denomino fascistas a esta clase de tipos que están dentro del juego democrático, pero también en algún sentido afuera: adentro y afuera. Y adentro para finalmente estar afuera. Esto es realmente una novedad, pero una novedad que se inscribe dentro de la figura general del mundo de hoy, porque esto también representa algo para mucha gente, no como una solución pero sí como una manera de ser en el juego democrático, donde desde el lado de la oligarquía clásica, finalmente no hay diferencia. En algún sentido, el efecto principal de Trump es un efecto de algo nuevo. De hecho, en los detalles, no hay nada nuevo, porque es imposible pensar que hay algo nuevo en ser racista, machista, etcétera, son cosas muy viejas, muy viejas. Pero en el contexto de la oligarquía clásica de nuestros días, estas cosas viejas parecen ser algo nuevo. Y en consecuencia, Trump está en posición de decir que la novedad es

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“Trump”, en el momento que está diciendo cosas que son absolutamente primitivas y absolutamente viejas, pasadas de moda. Y en consecuencia, nosotros también estamos en un tiempo donde algo como un retorno a la vieja existencia puede aparecer como algo nuevo. Y esta conversión de lo nuevo a lo viejo es también una característica de esta clase de nuevo fascismo. Todo esto describe, pienso, nuestra situación presente a nivel político. Debemos considerar que estamos en una dialéctica fatal entre cuatro términos. Primero, la completa brutalidad y violencia ciega del capitalismo actual. Muy bien, en el mundo occidental no vemos completamente esta brutalidad o violencia, pero si ustedes están en África, ven esto, realmente, y si ustedes están en Medio Oriente también, y finalmente si ustedes están en Asia también. Esto es un término, un término fundamental de nuestro mundo de hoy. Este es el retorno al capitalismo, lo que de hecho tiene mucho sentido, es la conquista salvaje, lucha salvaje de todos contra todos por la dominación. En consecuencia, brutalidad completa del capitalismo salvaje de la actualidad: el primer término. Segundo término: la descomposición de la clásica oligarquía política. Las partes clásicas -demócrata, republicano, socialista, etcétera-, finalmente en descomposición frente a la aparición de esta suerte de nuevo fascismo. No conocemos el futuro de esta clase de aparición: ¿cuál es el futuro de Trump? En cierto modo, no lo sabemos, realmente, y es posible que Trump tampoco sepa su propio destino. Esto fue visible en la noche. Ustedes tienen al Trump antes del poder y al Trump en el poder, quien está en algún sentido asustado, no completamente satisfecho, porque sabe que no puede seguir hablando tan libremente como antes. Y hablar sin reservas fue exactamente la potencia de Trump, pero no con el gobierno, la administración, el ejército, los economistas, los banqueros, etcétera, es otra historia. Entonces, hemos visto en la noche a Trump pasando de un juego a otro juego, de un teatro a otro teatro; y el segundo teatro no era tan bueno, no tan bueno como antes. Pero nosotros no sabemos, realmente, no sabemos cuál es la real posibilidad para este tipo de hombre cuando llegue a presidente de los Estados Unidos. En cualquier caso, tenemos realmente el símbolo de la descomposición de la clásica oligarquía política, y el nacimiento de una nueva figura de un nuevo fascismo, con un futuro que no conocemos, pero que pienso que ciertamente no es un futuro interesante para la gente en general. Tercero, tenemos la frustración popular, el sentimiento de un oscuro desorden, en la opinión pública de mucha gente, y principalmente la gente pobre, la

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gente de los estados provinciales, los campesinos de muchos pueblos, y también los obreros sin trabajo, etcétera, toda esta población, que progresivamente es reducida a la nada por la brutalidad del capitalismo contemporáneo, que no tiene existencia posible, y que permanecen en algunos lugares sin trabajo, sin dinero, sin orientación, sin orientación existencial. Y este punto es el tercer término importante de la actual situación global. La falta de orientación, de estabilidad, el sentimiento de destrucción de su mundo, sin la construcción de otro mundo; o sea una especie de destrucción vacía de sentido. En último lugar, el cuarto término es la falta, la completa falta de otro camino estratégico; la ausencia, hoy, de otro camino estratégico. Hay muchas experiencias políticas, no digo que no hay nada de este lado. Sabemos que hay nuevos disturbios, nuevas ocupaciones de lugares, nuevas movilizaciones, nuevas resoluciones ecologistas, etcétera. Entonces, no se trata de ausencia de toda forma de resistencia, de protesta, no, no digo eso. Pero la ausencia de otro camino estratégico es algo que está en el mismo nivel que la convicción contemporánea de que el capitalismo es el único camino posible. La ausencia de la fortaleza de la afirmación de otro camino. Y el vacío de lo que yo llamo una Idea, una gran Idea. Una gran Idea donde esté la posibilidad de unificación, de unificación global, unificación estratégica de todas las formas de resistencia e invención. Una Idea es una especie de mediación entre el sujeto individual y la tarea colectiva histórica y política, y es la posibilidad de acción a través de y con subjetividades muy diferentes, pero sobre la misma idea en el mismo sentido. Estos cuatro puntos –la dominación general y estratégica del capitalismo globalizado, la descomposición de la clásica oligarquía política, la desorientación y frustración popular y la ausencia de otro camino estratégicocomponen en mi opinión la crisis actual. Podemos definir el mundo contemporáneo en los términos de una crisis global que no es reducible a la crisis económica de los últimos años, sino que me parece que es mucho más una crisis subjetiva porque el destino de los seres humanos es cada vez más y más oscuro para ellos mismos. Después de esto, ¿qué hacer? La pregunta de Lenin. Pienso en lo concerniente a la elección presidencial, la elección de Trump, que debemos afirmar que una razón para el éxito de Trump es que la verdadera contradicción de hoy, la real contradicción de hoy, la más importante contradicción, no puede ser entre dos formas del mismo mundo. El mundo del capitalismo globalizado, de las guerras imperialistas, y la falta de alguna idea que comprometa el destino de

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los seres humanos. Sé que Hillary Clinton y Donald Trump son muy diferentes –no estoy diciendo que podríamos identificar a Trump con Hillary Clinton-, pero esta diferencia, que es importante, existe en un nivel donde esta diferencia, es la diferencia entre el nuevo fascismo y la vieja oligarquía política –y toda la oligarquía política es menos horrible que el nuevo fascismo, así que entiendo perfectamente que al final preferimos a Hillary Clinton-. Pero no podemos olvidar que en algún sentido esta diferencia está adentro del mismo mundo. No es la expresión de dos visiones estratégicas del mundo diferentes. Y pienso que el éxito de Trump es posible solamente porque la verdadera contradicción del mundo no pudo ser expresada, no pudo ser simbolizada por la oposición entre Hillary Clinton y Trump, porque Hillary Clinton y Trump están en el mismo mundo, muy diferente, pero muy diferente en el mismo mundo. Y en consecuencia, de hecho, durante toda la preparación de las elecciones, durante las primarias, la verdadera contradicción, en mi opinión, ha sido entre Trump y Bernie Sanders. Esta fue la verdadera contradicción. Podemos decir que Trump es probablemente algo excesivo desde el lado del nuevo fascismo, etcétera, y podemos decir que Bernie Sanders es algo que pertenece de algún modo a la naturaleza socialista finalmente, Bernie Sanders está en la necesidad de ir hacia el lado de Clinton una y otra vez-, pero pienso que en el nivel de simbolización, que es tan importante, la verdadera contradicción de nuestro mundo estaba simbolizada por la oposición de Trump y Bernie Sanders, y no por la oposición de Trump y Hillary Clinton, porque tenemos en Bernie Sanders, en la propuesta de Bernie Sanders, algo, algunos puntos que están más allá del mundo tal como es. Y no tenemos algo como esto en las propuestas de Hillary Clinton. Y entonces, tenemos una lección de dialéctica, es decir, la teoría de las contradicciones. De algún modo, la contradicción entre Hillary Clinton y Trump fue una contradicción relativa y no absoluta, es decir, una contradicción en los mismos parámetros, en la misma construcción del mundo. Pero la contradicción entre Bernie Sanders y Trump fue de hecho el comienzo de la posibilidad de una verdadera contradicción; esto es la contradicción con un mundo y algo que está más allá de este mundo. En el mismo sentido, Trump estuvo realmente del lado reaccionario y oscuro de la subjetividad popular, dentro de este mundo tal cual es, pero Bernie Sanders estaba en el lado de la racionalidad, de la subjetividad popular activa y clara, orientada más allá del mundo tal cual es, incluso en cosas que son oscuras, oscuras pero más allá del mundo tal cual es. El resultado de las elecciones es de naturaleza conservadora, es puramente conservadora, porque es el resultado de una contradicción falsa, en algún sentido, una contradicción que no es una verdadera contradicción, y que es

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también, a través de estas elecciones, la continuación de la crisis de nuestros días, la crisis de cuatro términos como lo expliqué antes. Hoy, en contra de Trump, no podemos desear a Clinton o a alguien de la misma figura. Debemos crear un retorno, si esto es posible, a la verdadera contradicción; esta es la lección que deja este acontecimiento tan terrible. Debemos proponer una orientación política que vaya más allá de cómo se presenta hoy el mundo, aun cuando es así, que vaya al comienzo, aunque no sea de una manera no del todo clara. Cuando comenzamos algo, no tenemos la comprensión completa de la cosa. Pero debemos comenzar. Nosotros debemos comenzar, ese es el punto. Después de Trump, debemos comenzar. No es solamente resistir, negarse, etcétera. Debemos comenzar algo, realmente, y esta interrogación sobre el comienzo es el comienzo del retorno a la verdadera contradicción, a la opción real, a la real opción estratégica que comprometa la orientación de los seres humanos. Debemos reconstruir la idea que en contra de las monstruosas desigualdades del capitalismo actual, en contra de los nuevos gangsters de las políticas clásicas como Trump, es posible crear, una vez más, un campo político con dos orientaciones estratégicas, y no solo una. El retorno a algo que ha sido la ocasión del gran movimiento político del siglo XIX y en los comienzos del siglo anterior. Debemos, si puedo decir algo de modo filosófico, debemos ir más allá del Uno en la dirección del Dos. No una orientación sino dos. La creación de un nuevo retorno a una nueva opción fundamental, algo muy esencial de la política. De hecho, si hay un solo camino estratégico, progresivamente desaparecen las políticas, y de algún modo Trump es el símbolo de este tipo de desaparición, porque ¿cuál es la política de Trump? Nadie sabe. Es algo como una figura pero no como una política. Así que el retorno a la política es por la necesidad del retorno de la existencia de una opción real. Finalmente, en el nivel de las generalidades filosóficas, es el retorno dialéctico a lo real. Dos más allá de Uno, y podemos proponer algunos nombres para esta especie de retorno. Como ustedes saben, mi visión es proponer la palabra corrupta de “Comunismo”, corrupta por las experiencias sangrientas y todo lo que sigue. El nombre es solo el nombre, así que somos libres de proponer otros nombres, no hay inconvenientes. Pero tenemos algo que es interesante en el significado original de esta vieja y corrupta palabra. Y este significado es de hecho compuesto por cuatro puntos, cuatro principios, y esta clase de principios pueden ser el sostén para la creación de un campo político nuevo con dos orientaciones estratégicas. El primer punto es que no es una necesidad que la clave de la organización social se establezca en la propiedad privada y en las monstruosas

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desigualdades. No es una necesidad. Debemos afirmar que no es una necesidad. Y podemos organizar experiencias límite que demuestran que no es una necesidad, que no es cierto que desde siempre la propiedad privada y las monstruosas desigualdades deben ser la ley del comienzo de la humanidad. Este es el primer punto. El segundo punto es que no es una necesidad que los trabajadores sean separados entre trabajo noble, como la creación intelectual, o la dirección, o gobernar, y, del otro lado, el trabajo manual y la común existencia material. En consecuencia, la etiqueta de la especialización no es una ley eterna, y especialmente la oposición entre trabajo intelectual y manual debe ser suprimido en el largo plazo. Este es el segundo principio. El tercero es que no es una necesidad para el ser humano ser separado por fronteras nacionales, raciales, religiosas o sexuales. La igualdad debe existir por sobre las diferencias, y en consecuencia la diferencia es un obstáculo para la igualdad. La igualdad debe ser una dialéctica de la diferencia en sí misma, y debemos rechazar que en nombre de las diferencias la igualdad es imposible. En consecuencia, fronteras, rechazo al Otro, en cualquier forma, todo esto debe desaparecer. No es una ley natural. Y el último principio es que no es una necesidad que exista un Estado, en la forma de un poder separado y blindado. Estos cuatro principios pueden ser resumidos: colectivismo en oposición a la propiedad privada, trabajador polimorfo en oposición a la especialización, universalismo concreto en oposición a las identidades cerradas, y libre asociación en oposición al Estado. Son solo principios, no un programa. Pero con estos principios podemos juzgar todos los programas políticos, decisiones, ideas, desde el punto de vista de estos cuatro principios. Tomar una decisión: esta decisión está en la dirección de los cuatro principios o no. Los principios son el protocolo del juicio sobre todas las decisiones, ideas, propuestas. Si una decisión, una proposición, está en la dirección de los cuatro principios, podemos decir que está bien, podemos examinar si esto es posible, etcétera. Si claramente está fuera de los principios, es una mala decisión, mala idea, mal programa. Entonces tenemos un principio de juicio en el campo político y en la construcción de un proyecto estratégico nuevo. Este es de algún modo la posibilidad de tener una visión verdadera de lo que está realmente en la nueva dirección, la nueva dirección estratégica de la humanidad. Bernie Sanders propone construir un nuevo grupo político bajo el título “Nuestra revolución”. El éxito de Trump puede abrir una nueva oportunidad

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para esta clase de ideas. Podemos creer en él por el momento, podemos juzgar si esta es realmente una propuesta que va más allá del presente, podemos juzgar si algo es propuesto en conformidad con los cuatro principios. Podemos hacer algo. Y debemos hacer, porque si no hacemos nada, estamos solo en la fascinación, la estupidez de la fascinación, por el deprimente éxito de Trump. Nuestra revolución, por qué no, en contra de la reacción, nuestra revolución, es una buena idea. En todo caso, yo estoy de ese lado.

9 de noviembre de 2016 – Universidad de California, Los Ángeles Donald Trump encuentra en la derecha populista europea a su primer aliado internacional Ambos intregran un movimiento que ha captado el descontento de las clases medias con las élites http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/13/estados_unidos/147 9056507_666257.html

Trump en el Despacho Oval “¿No era yo el hombre más poderoso del mundo?”, se preguntaba el magnate http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/10/mexico/1478815022 _846498.html

Es sorprendente que se considere sorprendente la victoria de Trump Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 11 de noviembre de 2016. http://www.vnavarro.org/?p=13720 Este artículo critica la cobertura mediática de lo que ha ocurrido en las elecciones que condujeron a tener a Donald Trump como presidente. El artículo critica también el excesivo énfasis en su personaje y el nulo análisis de la evolución del contexto social y político de aquel país. Finalmente, el artículo señala que para entender a Trump se tiene que entender la enorme derechización del Partido Demócrata, resultado de su integración y complicidad con el mundo empresarial, habiendo llevado a cabo políticas neoliberales que han dañado a las clases trabajadoras de aquel país, cuyo enfado ha sido un argumento utilizado por aquel candidato. Lo que ha ocurrido en EEUU con la elección del candidato republicano, el Sr. Donald Trump, era predecible. Y así lo había yo indicado en un artículo reciente (ver “De lo que no se informa y/o se conoce sobre las elecciones en EEUU”, Público, 18.10.16). En realidad, la posibilidad de que ocurriera lo que ha ocurrido se ha ido fraguando desde los años noventa, cuando el partido Demócrata, bajo la presidencia del Sr. Bill Clinton, aplicó toda una serie de políticas de clara sensibilidad neoliberal (hasta entonces patrimonio del Partido Republicano), algo que también ocurrió en el Reino Unido cuando el Sr. Tony Blair, dirigente del Partido Laborista, adoptó las medidas neoliberales que había propuesto la Sra. Thatcher, dirigente del Partido Conservador. En realidad, y tal como he documentado en otro artículo, la Tercera Vía del gobierno Blair estaba muy inspirada en las políticas llevadas a cabo por la Administración Clinton (ver “El fracaso del nuevo laborismo y del socioliberalismo”. Sistema, 21.05.10). La derechización del Partido Demócrata: el origen de la Tercera Vía Estas políticas neoliberales significaron un cambio notable de las políticas del Partido Demócrata heredadas del New Deal establecido por el presidente Roosevelt, y que justificaban que tal partido se presentara como el “partido del pueblo llano” frente al instrumento político del gran empresariado, representado por el Partido Republicano. Tales políticas del New Deal (y más tarde de la Great Society) fueron sustituidas por políticas neoliberales llevadas a cabo por el presidente Clinton, las cuales incluyeron la

123 desregulación en la movilidad del comercio y del capital financiero, iniciándose toda una serie de tratados referidos como tratados de libre comercio, de los cuales el más importante fue el Tratado de Libre Comercio entre EEUU, Canadá y México, conocido en inglés como NAFTA. Tal tratado era altamente impopular entre los sindicatos y entre las bases electorales del Partido Demócrata, lo cual explica que la mayoría de los miembros del Partido Demócrata en el Congreso no votaran a su favor. Solo los procedentes del sur de EEUU (que suelen ser los más conservadores) apoyaron dicho tratado, junto con la mayoría de los miembros del Partido Republicano. Tal aprobación significó un giro importante en las políticas del supuesto “partido del pueblo”, el cual dañó, como era predecible, a los trabajadores de los sectores manufactureros (los sectores mejor pagados dentro de la fuerza laboral en EEUU), pues vieron sus trabajos desplazados a Méjico cuando sus empresas se trasladaron a aquel país, perdiéndose con ello millones de buenos empleos en EEUU. Fue así como el Partido Demócrata favoreció extensamente el tipo de globalización económica que hemos conocido desde los años ochenta y noventa (iniciado por Ronald Reagan y Margaret Thatcher). Este globalismo ha sido uno de los elementos que ha debilitado más a la clase trabajadora, pues el mundo empresarial ha utilizado contra el mundo de trabajo la amenaza de desplazarse a otros países en caso de no obtener concesiones en forma de bajada de salarios, de recortes en su protección social y de deterioro de sus condiciones de trabajo. Tal globalización contribuyó al alejamiento de la clase trabajadora del Partido Demócrata. En realidad, la pérdida de la mayoría del Partido Demócrata en el Congreso (incluyendo el Senado) se debió a la masiva abstención de la clase trabajadora en las elecciones al Congreso del 1994, después de que el presidente Clinton aprobara en 1993 el NAFTA con el apoyo mayoritario del Partido Republicano. Fue entonces cuando ya se inició el enfado de la clase trabajadora. Como bien ha comentado el politólogo Thomas Frank en su libro Listen, Liberal, a medida que el Partido Demócrata fue distanciándose de la clase trabajadora, fue aumentando la influencia de la clase media profesional (personas con estudios superiores, incluyendo los universitarios) en los aparatos de tal partido. En realidad, fue el crecimiento de esta influencia, ejemplificada por la Administración Clinton, la que causó el distanciamiento de la clase trabajadora, algo semejante a lo que ha estado ocurriendo con los partidos socialdemócratas en Europa. El continuismo del neoliberalismo con Obama Tales políticas han sido seguidas por el Presidente Obama, e incluso expandidas durante su mandato para incluir el proyectado tratado de libre comercio con los países del Pacífico y el intento de establecer otro con la Unión Europea (UE). No hay que olvidar que una de sus promesas electorales, realizadas en su primera elección, había sido modificar el NAFTA, lo cual no hizo. La propuesta de los sindicatos era la de su eliminación, a lo cual el presidente Obama no accedió, sin ni siquiera modificarlo. Como consecuencia, los datos fácilmente accesibles muestran un gran descenso de los salarios y de la protección social, mayores causas de que las rentas del trabajo como porcentaje de las rentas totales continuaran descendiendo, proceso que se había iniciado en los años ochenta, adquiriendo mayor descenso a partir de la plena expansión del proceso de globalización. Mientras las rentas del trabajo disminuían, las rentas derivadas del capital fueron subiendo, habiendo alcanzado niveles nunca vistos desde los años treinta del siglo XX (causa, por cierto, de la Gran Depresión). La segunda mayor ofensa a las clases populares por parte del socioliberalismo: la desregulación de la banca Otra política pública introducida por el presidente Clinton fue la desregulación de la banca, eliminando la separación entre la banca comercial y la banca de inversión (y que exigía la Ley Glass-Steagall aprobada durante el mandato del presidente Roosevelt), medida propuesta por su Secretario del Tesoro (equivalente al Ministro de Finanzas), el Sr. Robert Rubin, que había sido codirector de la banca Goldman Sachs antes de incorporarse al gobierno del presidente Clinton. Esta medida desreguladora tuvo dos impactos sumamente negativos para el bienestar de las clases populares (y de la economía). Tal desregulación del capital financiero favoreció las burbujas especulativas, de las cuales la inmobiliaria afectó particularmente a la clase trabajadora y a las clases medias de renta baja, que tuvieron que endeudarse profundamente para pagar precios abusivos de las viviendas, resultado del carácter especulativo de las inversiones inmobiliarias. Esta desregulación bancaria era resultado de la complicidad nueva que se estableció entre Wall Street y el Partido Demócrata, que ha sido una constante de la Tercera Vía, iniciada por Clinton y continuada por Obama. El resultado de tal complicidad es el rescate que el gobierno federal hizo de la banca cuando las burbujas especulativas estallaron, poniendo en peligro la viabilidad del sistema financiero, que estaba metido en la especulación hasta la médula. Es significativo resaltar que ningún banquero haya ido a la cárcel, a pesar de haber cometido delitos graves que afectaron muy negativamente el bienestar de las clases populares. En realidad, el enorme crecimiento de las rentas del capital se debe, en parte, a la gran expansión del capital financiero basada en un enorme endeudamiento de las clases populares, consecuencia a su vez del descenso de las rentas del trabajo. Hay que señalar que dirigentes de la empresa Enron terminaron en la cárcel durante la Administración Bush. No así los dirigentes de la banca en la Administración Obama. El justificado y predecible enfado de la clase trabajadora Era obvio que se estaba acumulando un enfado que podía apercibirse en el enorme descrédito de las instituciones llamadas representativas en aquel país, y que son ocupadas por una de las clases políticas más estables en el mundo capitalista avanzado, resultado del sistema de financiación, predominantemente privado, del proceso electoral de aquel país, en un sistema bipartidista carente de proporcionalidad y que prácticamente imposibilita la entrada de nuevos partidos. Tal pérdida de legitimidad se traduce en que la mayoría de la clase trabajadora no vota en EEUU. Tal clase representa aproximadamente el 52% de la población estadounidense (un número bastante próximo a lo que la población señala como su pertenencia, cuando se le pregunta si se considera de la clase alta, la clase media o la clase trabajadora). Al haber una relación inversa entre nivel de renta y participación en el proceso electoral, se deduce que la mitad de la población estadounidense, por debajo de la media, es la que no vota (en EEUU solo votan entre un 52% y un 54% de la población que podría hacerlo), y pertenece a la clase trabajadora. En realidad, el descenso electoral del Partido Demócrata está muy marcado por el creciente grado de abstención de la población obrera identificada con este partido. El cambio del Congreso de demócrata a republicano que tuvo lugar en el año 1994, que he citado en un párrafo anterior, fue resultado del crecimiento de la abstención obrera en respuesta a la aprobación del NAFTA. La marginación de la clase trabajadora

124 El cambio de los partidos que electoralmente tenían como base central la clase trabajadora y otros componentes de las clases populares hacia otros sectores y clases sociales (definiéndose a sí mismos como partidos de las clases medias) fue resultado del cambio de composición de los aparatos de tales partidos, con un claro dominio de las clases profesionales, personas con educación superior que asumían que o bien la clase trabajadora estaba despareciendo, o bien se estaba convirtiendo en clases medias. Esta llamada “modernización” de tales partidos incluyó la adopción por su parte de elementos de la ideología neoliberal, que había sido transmitida desde los años ochenta por los partidos conservadores y liberales. En realidad, el Partido Demócrata hoy está próximo (sin estar afiliado) a la Internacional Liberal. Clinton fijó esta nueva línea. Tal neoliberalismo económico, por cierto, redefinió la política social, enfatizando la importancia de la empresa privada (financiada públicamente) en la gestión de los servicios públicos, tema que trataré en una sección posterior de este artículo. Los costes de ignorar a la clase trabajadora La desaparición de clase social como categoría sociopolítica por parte del Partido Demócrata (como también ha ocurrido con la socialdemocracia) implicó el abandono de las políticas redistributivas. El Partido Demócrata (considerado con excesiva generosidad como la izquierda en EEUU) enfatizó, en lugar de políticas de clase, políticas encaminadas a integrar a las minorías y a las mujeres en el sistema político, basando su estrategia política en combatir la discriminación en contra de las minorías (negras y latinas) y en contra de las mujeres. Estas políticas fueron, en parte, exitosas en incorporar estos grupos discriminados dentro de las instituciones políticas de carácter representativo y en la administración pública. Pero las mayores beneficiarias de estas políticas fueron personas de clase media de renta alta, sin que en general afectaran al bienestar económico y social de la mayoría de minorías y mujeres, que pertenecían a la clase trabajadora. El intento de integrar a las mujeres y a los negros (y en parte también a los latinos) en el sueño americano no afectó al bienestar de las clases populares. Las políticas de identidad sin sensibilidad de clase (supuestamente desaparecida) no cambiaron el poder de la clase dominante del país. Solo cambiaron el color y el género de las clases medias de renta alta. La victoria del presidente Obama, una persona negra, no afectó al bienestar económico de la clase trabajadora negra, mostrando los límites de tal estrategia identitaria, en ausencia de unas medidas de tipo clasista. Y las elecciones del pasado 8 de noviembre han mostrado como la gran mayoría de las mujeres de clase trabajadora ha votado por Trump, que fue, de los dos candidatos (Trump y Clinton), el que acentuó más el discurso de clase. Trump se presentó como el defensor del mundo del trabajo, haciendo referencia constante a que su gente eran las personas con escasa educación, a las cuales el establishment político del país denominaba como “white trash” (basura blanca). Y el primer punto que subrayó en su discurso en la noche de las elecciones fue que él representaba a las personas olvidadas por el sistema. Viéndole en aquel momento, me recordaba el discurso de la líder del Partido Conservador británico, la Sra. Theresa May, que tras otra gran sorpresa del establishment, el Brexit, promovió a partir de entonces que el Partido Conservador tenía que ser el partido de la clase trabajadora del Reino Unido. Mientras, la Sra. Clinton apelaba a las mujeres, habiendo definido a los seguidores de Trump como “deplorables”, un adjetivo parecido a “basura”. Siempre había alternativas que el establishment político-mediático vetó En las últimas elecciones hubo la alternativa a Hillary Clinton, que había apoyado todas las políticas de su esposo durante su mandato Se llamaba Bernie Sanders, el candidato en las primarias demócratas, socialista sin complejos, que siempre defendió los intereses de la clase trabajadora, Bernie Sanders, conocido por su integridad y compromiso con las clases trabajadoras, y que apostaba explícitamente por una “revolución política” encaminada a democratizar las instituciones políticas y económicas del país, movilizando a grandes sectores de la clase trabajadora y a la juventud del país. Fue un terremoto dentro del Partido Demócrata, y el aparato de tal partido se movilizó por todos los medios para parar tal candidatura, y ello a costa de perder las elecciones. La gran mayoría de encuestas mostraban que Sanders, cuando aparecía frente a Trump, sacaba mucho más apoyo popular que el que Clinton conseguía frente al candidato republicano. Sanders era la única posibilidad de parar a Trump. Y su lenguaje, el de Sanders, era clasista, subrayado la conjunción de intereses de todas las razas y de todos los géneros, unidos en sus reivindicaciones basadas en su clase. Este mensaje hubiera sido imbatible. Pero el nuevo Partido Demócrata era incapaz de presentar esta imagen, pues el aparato estaba claramente conectado con la clase que se sentía amenazada con este enfoque de clase del candidato Sanders. La victoria de Clinton en las primarias desmovilizó a los votantes de Sanders, aumentando significativamente la abstención, un aumento que ha sido fatal para Clinton, pues su adversario tenía movilizada a la clase trabajadora blanca y a los grupos extremistas claramente racistas, que apoyaron masivamente a su candidato, y en cambio la candidata Clinton tenía a sus bases desmovilizadas. Clase o raza y género, o clase, raza y género: los orígenes históricos de este debate en EEUU El desconocido precedente de Sanders fue la candidatura del reverendo Jesse Jackson en 1988. Tal candidato en las primarias del Partido Demócrata enfatizó, en las primarias anteriores, en 1984, la necesidad de integrar a la población negra en la sociedad estadounidense. Su eslogan fue “Our time has come” (nuestro tiempo ha llegado). Presentándose como discípulo de Martin Luther King y como “la conciencia de EEUU”, la recepción del establishment político-mediático fue sumamente favorable. El New York Times escribió un editorial sumamente positivo. Fui asesor suyo en temas sociales y económicos en aquella campaña, y ello a pesar de mi desacuerdo con la orientación de la misma, pues si la intención era llegar a ser presidente de EEUU, presentándose como la voz de las minorías, no era el mejor método para llega a tal puesto. En el año 1988, en cambio, se presentó como el candidato de la clase trabajadora, siguiendo el consejo de algunos de sus asesores, incluyéndome a mí. Formó así el movimiento Arco Iris (la Rainbow Coalition), que era la manera gráfica de mostrar que cuando los trabajadores negros, los amarillos, los verdes y los blancos se unen, forman la mayoría. Y cuando en Baltimore, ciudad industrial, con una amplia clase trabajadora dividida por razas (obreros negros y obreros blancos), le preguntaron “¿cómo conseguirá usted el voto del obrero blanco?”, respondió “haciéndole ver que tiene más común con el obrero negro, por ser los dos obreros, que con su empresario por ser blanco”. Con ello recuperó el mensaje de Martin Luther King expresado una semana antes de ser asesinado, cuando aseguró que el conflicto clave en EEUU era un conflicto de clases entre una minoría y una gran mayoría de la población compuesta por diferentes razas y etnias. Jesse Jackson consiguió con ello casi la mitad de los delegados en la Convención del Partido Demócrata en Atlanta. Su programa incluía “propuestas universalistas”, como el establecimiento del Programa Nacional de Salud que, debido a la presión del Rainbow, fueron incluidas en la campaña del Partido Demócrata del 1988.

125 Ahora bien, la fuerza de las izquierdas asustó al Partido Demócrata y el gobernador Clinton del Estado de Arkansas lideró la campaña para parar a las izquierdas, a la vez que hizo suya, en las elecciones en el año 1992, la petición de establecer un programa nacional de salud, que había sido muy movilizadora en la campaña de Jackson del 1988. De ahí que, después de ganar, estableciera un grupo de trabajo, liderado por su esposa, Hillary Clinton, del que Jesse Jackson y líderes sindicales insistieron que yo formara parte, invitándoseme a que les representara en tal grupo de trabajo. La Sra. Clinton, sin embargo, no apoyó la propuesta de las izquierdas, que pedían que la gestión del sistema sanitario (que deseábamos que fuera universal) se hiciera por parte del sector público en lugar de que lo hicieran las compañías de aseguramiento sanitario privado, como ocurrió y continúa ocurriendo ahora. El mantenimiento del enorme poder de tales compañías en el sistema sanitario estadounidense es el origen del enorme gasto sanitario por un lado (19% del PIB), y de la gran impopularidad del programa (el 62% de estadounidenses están insatisfechos con la manera como se financia y gestiona la sanidad), incluido el Obamacare. Mi año de experiencia en la Casa Blanca, trabajando en aquel grupo de trabajo liderado por la Sra. Clinton, fue enormemente frustrante, pero de gran valor para entender cómo funciona el poder en Washington, concluyendo que la complicidad de Washington con lo que se llama “clase corporativa” vacía de sentido aquella famosa frase que aparece en la Constitución de EEUU, “We, the people”, debiéndose añadir que no es el pueblo, sino las grandes compañías que dominan la economía estadounidense, las que deciden en el gobierno. Y el Partido Demócrata es una fuerza clave en tal entramado. De ahí la necesidad de hacer una revolución política, para democratizar el país. La marginación del único candidato, Bernie Sanders, que hizo tal propuesta, enormemente popular, augura una continuidad de la extrema derecha en el gobierno. Una última observación Como era predecible, los grandes medios de información no han explicado ni han entendido lo que está ocurriendo en EEUU. Durante toda la campaña se han centrado en la figura de Trump, presentándolo como un payaso. Es extraordinaria la enorme atención que dieron a este personaje, intentando ridiculizarlo. Pero estos ataques movilizaron todavía más a las clases populares que odian a los establishments mediáticos, hecho del cual Trump es consciente. Ni que decir tiene que Trump era y es una persona de gran astucia política, que sabe bien cómo canalizar el enorme enfado popular contra el establishment político-mediático del país. Pero si no hubiera habido Trump, hubiera habido otro personaje, tan o incluso más a la derecha que él. En realidad, algunos de los candidatos que derrotó en la campaña electoral en las primarias eran incluso más reaccionarios, queriendo prohibir, por ejemplo, el aborto. Este excesivo énfasis en los personajes, frivolizando la política, es la característica de lo que se conoce como medios de información. Pero para entender lo que está pasando, hay que entender y conocer lo que ha estado pasando en EEUU, y que, por desgracia, los medios no citan. Presentar lo ocurrido, como he leído en más de un reportaje, como una traición de las mujeres trabajadoras a la causa feminista, es no entender nada de lo que pasa en EEUU. Es urgente que las izquierdas, incluyendo los movimientos progresistas en defensa de las minorías y también los movimientos feministas, recuperen el concepto de clase en sus proyectos, pues la mayoría de cada uno de sus sujetos pertenecen a la clase trabajadora y clases medias de rentas medias y bajas, que constituyen la mayoría de la población en EEUU y en cualquier país de capitalismo desarrollado. Olvidarse de la clase trabajadora ha sido lo que ha llevado al tsunami que estamos viendo a los dos lados del Atlántico Norte. Así de claro.

Las siete propuestas de Donald Trump que los grandes medios censuraron y que explican su victoria Ignacio Ramonet http://www.avn.info.ve/contenido/7-propuestas-donald-trump-que-grandes-medios-censuraron-yque-explican-su-victoria Caracas, 09 Nov. AVN.- El éxito de Donald Trump (como el 'Brexit' en el Reino Unido, o la victoria del 'no' en Colombia ) significa primero una nueva estrepitosa derrota de los grandes medios dominantes y de los institutos de sondeo y de las encuestas de opinión. Pero significa también que toda la arquitectura mundial, establecida al final de la Segunda Guerra Mundial, se ve ahora trastocada y se derrumba. Los naipes de la geopolítica se van a barajar de nuevo. Otra partida empieza. Entramos en una era nueva cuyo rasgo determinante es lo 'desconocido'. Ahora todo puede ocurrir. ¿Cómo consiguió Trump invertir una tendencia que lo daba perdedor y lograr imponerse en la recta final de la campaña ? Este personaje atípico, con sus propuestas grotescas y sus ideas sensacionalistas, ya había desbaratado hasta ahora todos los pronósticos. Frente a pesos pesados como Jeb Bush, Marco Rubio o Ted Cruz, que contaban además con el resuelto apoyo del establishment republicano, muy pocos lo veían imponerse en las primarias del Partido Republicano, y sin embargo carbonizó a sus adversarios, reduciéndolos a cenizas. Hay que entender que desde la crisis financiera de 2008 (de la que aún no hemos salido) ya nada es igual en ninguna parte. Los ciudadanos están profundamente desencantados. La propia democracia, como modelo, ha perdido credibilidad. Los sistemas políticos han sido sacudidos hasta las raíces. En Europa, por ejemplo, se han multiplicado los terremotos electorales (entre ellos, el Brexit). Los grandes partidos tradicionales están en crisis. Y en todas partes percibimos subidas de formaciones de extrema derecha (en Francia, en Austria y en los países nórdicos) o de partidos antisistema y anticorrupción (Italia, España). El paisaje político aparece radicalmente transformado.

126 Ese fenómeno ha llegado a Estados Unidos, un país que ya conoció, en 2010, una ola populista devastadora, encarnada entonces por el Tea Party. La irrupción del multimillonario Donald Trump en la Casa Blanca prolonga aquello y constituye una revolución electoral que ningún analista supo prever. Aunque pervive, en apariencias, la vieja bicefalia entre demócratas y republicanos, la victoria de un candidato tan heterodoxo como Trump constituye un verdadero seísmo. Su estilo directo, populachero, y su mensaje maniqueo y reduccionista, apelando a los bajos instintos de ciertos sectores de la sociedad, muy distinto del tono habitual de los políticos estadounidenses, le ha conferido un carácter de autenticidad a ojos del sector más decepcionado del electorado de la derecha. Para muchos electores irritados por lo "políticamente correcto", que creen que ya no se puede decir lo que se piensa so pena de ser acusado de racista, la "palabra libre" de Trump sobre los latinos, los inmigrantes o los musulmanes es percibida como un auténtico desahogo. A ese respecto, el candidato republicano ha sabido interpretar lo que podríamos llamar la "rebelión de las bases". Mejor que nadie, percibió la fractura cada vez más amplia entre las élites políticas, económicas, intelectuales y mediáticas, por una parte, y la base del electorado conservador, por la otra. Su discurso violentamente anti-Washington y anti-Wall Street sedujo, en particular, a los electores blancos, poco cultos, y empobrecidos por los efectos de la globalización económica. Hay que precisar que el mensaje de Trump no es semejante al de un partido neofascista europeo. No es un ultraderechista convencional. Él mismo se define como un "conservador con sentido común" y su posición, en el abanico de la política, se situaría más exactamente a la derecha de la derecha. Empresario multimillonario y estrella archipopular de la telerealidad, Trump no es un antisistema, ni obviamente un revolucionario. No censura el modelo político en sí, sino a los políticos que lo han estado piloteando. Su discurso es emocional y espontáneo. Apela a los instintos, a las tripas, no a lo cerebral, ni a la razón. Habla para esa parte del pueblo estadounidense entre la cual ha empezado a cundir el desánimo y el descontento. Se dirige a la gente que está cansada de la vieja política, de la "casta". Y promete inyectar honestidad en el sistema; renovar nombres, rostros y actitudes. Los medios han dado gran difusión a algunas de sus declaraciones y propuestas más odiosas, patafísicas o ubuescas. Recordemos, por ejemplo, su afirmación de que todos los inmigrantes ilegales mexicanos son "corruptos, delincuentes y violadores". O su proyecto de expulsar a los 11 millones de inmigrantes ilegales latinos a quienes quiere meter en autobuses y expulsar del país, mandándoles a México. O su propuesta, inspirada en Juego de Tronos, de construir un muro fronterizo de 3.145 kilómetros a lo largo de valles, montañas y desiertos, para impedir la entrada de inmigrantes latinoamericanos y cuyo presupuesto de 21 mil millones de dólares sería financiado por el gobierno de México. En ese mismo orden de ideas también anunció que prohibiría la entrada a todos los inmigrantes musulmanes...Y atacó con vehemencia a los padres de un militar estadounidense de confesión musulmana, Humayun Khan, muerto en combate en 2004, en Irak. También su afirmación de que el matrimonio tradicional, formado por un hombre y una mujer, es "la base de una sociedad libre", y su critica de la decisión del Tribunal Supremo de considerar que el matrimonio entre personas del mismo sexo es un derecho constitucional. Trump apoya las llamadas "leyes de libertad religiosa", impulsadas por los conservadores en varios Estados, para denegar servicios a las personas LGTB. Sin olvidar sus declaraciones sobre el "engaño" del cambio climático que, según Trump, es un concepto "creado por y para los chinos, para hacer que el sector manufacturero estadounidense pierda competitividad". Este catálogo de necedades horripilantes y detestables ha sido, repito, masivamente difundido por los medios dominantes no solo en Estados Unidos sino en el resto del mundo. Y la principal pregunta que mucha gente se hacía era: ¿Cómo es posible que un personaje con tan lamentables ideas consiga una audiencia tan considerable entre los electores estadounidenses que, obviamente, no pueden estar todos lobotomizados? Algo no cuadraba. Para responder a esa pregunta tuvimos que hendir la muralla informativa y analizar más de cerca el programa completo del candidato republicano y descubrir los siete puntos fundamentales que defiende, silenciados por los grandes medios. 1) Los periodistas no le perdonan, en primer lugar, que ataque de frente al poder mediático. Le reprochan que constantemente anime al público en sus mítines a abuchear a los "deshonestos" medios. Trump suele afirmar: "No estoy compitiendo contra Hillary Clinton, estoy compitiendo contra los corruptos medios de comunicación" . En un tweet reciente, por ejemplo, escribió: "Si los repugnantes y corruptos medios me cubrieran de forma honesta y no inyectaran significados falsos a las palabras que digo, estaría ganando a Hillary por un 20%". Por considerar injusta o sesgada la cobertura mediática, el candidato republicano no dudó en retirar las credenciales de prensa para cubrir sus actos de campaña a varios medios importantes, entre otros: The Washington Post, Político, Huffington Post y BuzzFeed. Y hasta se ha atrevido a atacar a Fox News, la gran cadena del derechismo panfletario, a pesar de que lo apoya a fondo como candidato favorito... 2) Otra razón por la que los grandes medios atacaron con saña a Trump es porque denuncia la globalización económica, convencido de que ésta ha acabado con la clase media. Según él, la economía globalizada está fallando cada vez a más gente, y recuerda que, en los últimos quince años, en Estados Unidos, más de 60.000 fábricas tuvieron que cerrar y casi cinco millones de empleos industriales bien pagados desaparecieron. 3) Es un ferviente proteccionista. Propone aumentar las tasas sobre todos los productos importados. "Vamos a recuperar el control del país, haremos que Estados Unidos vuelva a ser un gran país", suele afirmar, retomando su eslogan de campaña.

127 Partidario del Brexit, Donald Trump ha desvelado que, una vez elegido presidente, tratará de sacar a EE.UU. del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por sus siglas en inglés). También arremetió contra el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), y aseguró que, de alcanzar la Presidencia, sacará al país del mismo: "El TPP sería un golpe mortal para la industria manufacturera de Estados Unidos". En regiones como el rust belt, el "cinturón del óxido" del noreste, donde las deslocalizaciones y el cierre de fábricas manufactureras dejaron altos niveles de desempleo y de pobreza, este mensaje de Trump está calando hondo. 4) Así como su rechazo de los recortes neoliberales en materia de seguridad social. Muchos electores republicanos, víctimas de la crisis económica del 2008 o que tienen más de 65 años, necesitan beneficiarse de la Social Security (jubilación) y del Medicare (seguro de salud) que desarrolló el presidente Barack Obama y que otros líderes republicanos desean suprimir. Tump ha prometido no tocar a estos avances sociales, bajar el precio de los medicamentos, ayudar a resolver los problemas de los "sin techo", reformar la fiscalidad de los pequeños contribuyentes y suprimir el impuesto federal que afecta a 73 millones de hogares modestos. 5) Contra la arrogancia de Wall Street, Trump propone aumentar significativamente los impuestos de los corredores de hedge funds que ganan fortunas, y apoya el restablecimiento de la Ley Glass-Steagall. Aprobada en 1933, en plena Depresión, esta ley separó la banca tradicional de la banca de inversiones con el objetivo de evitar que la primera pudiera hacer inversiones de alto riesgo. Obviamente, todo el sector financiero se opone absolutamente al restablecimiento de esta medida. 6) En política internacional, Trump quiere establecer una alianza con Rusia para combatir con eficacia a la Organización Estado islámico (ISIS por sus siglas en inglés). Aunque para ello Washington tenga que reconocer la anexión de Crimea por Moscú. 7) Trump estima que con su enorme deuda soberana, los Estados Unidos ya no disponen de los recursos necesarios para conducir una política extranjera intervencionista indiscriminada. Ya no pueden imponen la paz a cualquier precio. En contradicción con varios caciques de su partido, y como consecuencia lógica del final de la guerra fría, quiere cambiar la OTAN: "No habrá nunca más garantía de una protección automática de los Estados Unidos para los países de la OTAN". Todas estas propuestas no invalidan en absoluto las inaceptables, odiosas y a veces nauseabundas declaraciones del candidato republicano difundidas a bombo y platillo por los grandes medios dominantes. Pero sí explican mejor el por qué de su éxito. En 1980, la inesperada victoria de Ronald Reagan a la presidencia de Estados Unidos había hecho entrar el planeta en un Ciclo de cuarenta años de neoliberalismo y de globalización financiera. La victoria hoy de Donald Trump puede hacernos entrar en un nuevo Ciclo geopolítico cuya peligrosa característica ideológica principal –que vemos surgir por todas partes y en particular en Francia con Marine Le Pen – es el 'autoritarismo identitario'. Un mundo se derrumba pues, y da vértigo. Ignacio Ramonet 09/11/2016 - 09:24 am

Donald Trump y la centro-izquierda global http://www.elciudadano.cl/2016/11/09/337507/donald-trump-y-la-centro-izquierdaglobal/ Las elites progresistas del mundo están espantadas con la candidatura presidencial de Donald Trump en Estados Unidos. Y también un grupo importante de la dirigencia de derecha y empresarial global. Y no es para menos. Sus discursos racistas, homofóbicos y de un populismo para-fascista, simplón y lleno de odiosidades, no son lo que uno espera de un candidato a la Casa Blanca. Ni siquiera Ronald Reaganfue tan radical. Incluso George W. Bush, el presidente que inventó la Guerra de Irak que ha desestabilizado aún más el Medio Oriente por ya casi una década y media, hoy parece ser casi del ala izquierdista del Partido Republicano, si se compara con el magnate inmobiliario que, pese a lo que muchos piensan, no utiliza una peluca rubia. Más allá de lo que finalmente suceda en los comicios presidenciales estadounidenses de este martes 8 de noviembre, el fenómeno derechista de Trump ha llegado para instalarse en la política de Occidente. Basta con

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recordar el reciente Brexit, cuando los británicos votaron por salirse de la Unión Europea, el rápido ascenso electoral de Alternativa para Alemania (AfD, un partido euroescéptico, anti-inmigrante y ultra-derechista), o la pole position que detenta Marie Le Pen del Frente Nacional francés para las próximas elecciones generales en ese país. Todos estos líderes de ultra-derecha comparten un discurso similar: están en contra de la globalización, la que en las últimas décadas ha pauperizado a las clases medias trabajadoras de esos países a medida que los puestos de trabajo se han ido a naciones con mano de obra más barata. Curiosamente, se trata de una visión que originalmente fue concebida por la izquierda y que se cristalizó por primera vez en los movimientos anti-globalización que se manifestaron en Seattle en 1999 a raíz de una conferencia mundial de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Entonces, ¿qué ha sucedido en los últimos 17 años para que una causa “progresista” se transformara en una bandera electoral de la extrema derecha que está avanzando a pasos raudos por Occidente? Dos cosas. La primera es que la centro-izquierda abrazó a partir de los años 90 plenamente el modelo neoliberal. La segunda es que esa misma fuerza política agachó el moño ante la crisis financiera global que se desencadenó a partir de 2008, actuando acorde al paradigma turbo-capitalista de “privatizar las ganancias, y socializar las pérdidas”. Vamos por partes. En los años 90 en varios países llegaron al poder líderes de centro-izquierda que, reconociendo el triunfo capitalista tras la caída del Muro de Berlín en 1989 y el colapso de la Unión Soviética en 1991, aceptaron el cambio de época prometiendo administrar de manera más social el capitalismo financiero inaugurado a fines de los años 70 e inicios de los 80 por Margaret Thatcher en el Reino Unido, Ronald Reagan en Estados Unidos y el dictador Augusto Pinochet en Chile. Se hablaba de la “tercera vía” y sus máximos representantes eran Bill Clinton, Felipe González, Fernando Henrique Cardoso, Gerhard Schröder en Alemania y la Concertación en nuestro país. En esos años hubo intelectuales, como el académico estadounidense Francis Fukuyama, que proclamaron “el fin de la historia”; es decir, presagiaron la marcha triunfante del capitalismo en todo el mundo. Y la centro-izquierda creyó en ello y actuó de manera acorde. Así, Blair, Schröder, Lagos y Cardoso se convirtieron en los administradores “benévolos” de un modelo económico y social que, supuestamente, era la parada final del tren de la historia. Sin embargo, la crisis financiera de 2008 fue, guardando las proporciones, como la de 1929: debido a su avaricia, el modelo del capitalismo liberal y desenfrenado había chocado contra una pared.

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En Chile sus efectos concretos se sintieron menos, ya que el gobierno aplicó políticas contra-cíclicas; vale decir, abrió la billetera fiscal engordada durante los años de bonanza anteriores, para contrarrestar la contracción económica. Pero los efectos psicológicos e ideológicos no fueron muy distintos al resto del mundo. En la mayoría de los países, los gobiernos de centro-izquierda, convencidos ya del fin de la historia y del triunfo del capitalismo neoliberal implantado desde los años 80, aplicaron remedios de centro-derecha. Y eso significó que el Estado, es decir los contribuyentes, asumieran las pérdidas del mundo irresponsable de las finanzas. O sea, las pérdidas de los bancos se socializaron. Sus ganancias anteriores y posteriores, en cambio, fueron privatizadas, es decir, quedaron para los dueños del capital. ¿Y cómo se relaciona todo ello con la debacle de la centro-izquierda? Fueron ellos los que implementaron el mecanismo de salvataje para los grandes dueños del capital, traspasando los costos al ciudadano común. Así, buscando la estabilidad macroeconómica y tratando de mantener el equilibrio financiero, la centro-izquierda se volvió el mayor defensor del sistema capitalista. Por ello, a nadie le debía extrañar que Ricardo Lagos sea el presidenciable favorito de la elite chilena, proclamado diariamente por El Mercurio y el CEP. Entonces, cerrando el círculo, ¿por qué la ultra derecha ha avanzado mientras que la centro-izquierda retrocede? Porque la centro-izquierda se ha olvidado e incluso ninguneado a su electorado tradicional: las clases medias-bajas y trabajadoras. Por ello, ante el espanto que genera Donald Trump, los sectores progresistas deberían mirarse al espejo antes de poner el grito al cielo. Por ejemplo, la ex alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, debería cuestionarse seriamente por qué perdió casi la mitad de su votación, unos 20.000 ciudadanos, en sólo cuatro años. La debacle progresista está a la vista. En Chile, por ejemplo, cuya centro-izquierda fue pionera en adscribir al modelo neoliberal, sólo un 13% de los votantes habilitados en las recientes elecciones municipales sufragó por la Nueva Mayoría. En total, 1,7 millones de personas votaron por ese conglomerado. En 1992, la entonces Concertación obtuvo poco más de 50% de todo el universo apto para votar, lo que se tradujo en 3,4 millones de votos. Es decir, la centro izquierda chilena perdió la mitad de sus votantes en dos décadas y eso que el universo de habilitados para votar se duplicó. Pero no se trata sólo de un fenómeno local. La socialdemocracia alemana obtuvo casi 41% de los votos en 1998 cuando salió electo Gerhard Schröder, uno de los representantes de la llamada “tercera vía”. En las últimas elecciones generales en 2013, ese partido se desplomó a 25,7%.

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El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) pasó de 43,9% en 2008, cuando fue electo José Luis Rodríguez Zapatero, a un mínimo histórico de 22,6% en las elecciones generales de junio de 2016. Todo ello muy lejos del 48,1% que el PSOE obtuvo en 1982 cuando Felipe González accedió a la primera magistratura del gobierno. En Inglaterra, en tanto, el llamado “nuevo laborismo” llevó a Tony Blair al gobierno en 1997 con 43,2% de los votos, la mayor votación para los laboristas desde 1945. Pero en las últimas elecciones en 2015 sólo obtuvieron 30%, cediendo el gobierno a los conservadores. De paso, fue el peor resultado de la centro-izquierda británica desde el triunfo electoral de Margaret Thatcher en 1983. Aunque la centro-izquierda, cómoda con la globalización financiera y espantada con las fuerzas anti-globalización ahora encarnadas por la ultra derecha, está perdiendo terreno, aún no está electoralmente derrotada. Ahí están Hillary Clinton y Ricardo Lagos. Pero Jeremy Corbyn y Bernie Sanders han sido el primer aviso. El mundo está cambiando, para bien o para mal. Por Víctor Herrero Aguayo Publicado originalmente el 7 de noviembre 2016 en diarioUchile Víctor Herrero Aguayo

Las sociedades silenciosas no podrán detener el colapso neoliberal http://www.elclarin.cl/web/crisis-sistemica/20606-las-sociedades-silenciosas-nopodran-detener-el-colapso-neoliberal.html La sorpresa electoral de Donald Trump para conseguir ser electo presidente en los Estados Unidos tiene un aspecto muy interesante de analizar respecto de lo que señala la prensa, en cuanto a que la población que fue a las urnas, llegó con un voto oculto. El voto oculto parece responder al pensamiento de Noam Chomsky, expresado en febrero de este año: ”la popularidad de Donald Trump se debe al "miedo" y es el resultado de una "sociedad quebrada" por el neoliberalismo”. Luego Chomsky, analista y crítico de la política aseguró, "las personas se sienten aisladas, desamparadas y víctimas de fuerzas más poderosas, a las que no entienden ni pueden influenciar".

La población blanca de Estados Unidos, aquella que se señala como menos educada y con mayor edad, corresponde a un sector que en períodos pasados tuvo acceso al consumo, vivió con comodidad y podía comprar automóviles nuevos, una casa, vacacionar o enviar sus hijos a estudiar a la universidad. Corresponde al segmento de gente que vivió o heredó una época excepcional post II GM, hasta fines de los 60´s, principio de los 70´s, adquiriendo como norma un buen estándar de vida que luego fue perdiendo al ser desplazado de los trabajos bien remunerados que se perdieron cuando la industria y la manufactura se fue del país por menores costos y los dejó con pensiones bajas.

Son los sectores olvidados del neo liberalismo, aquellos que en toda época y lugar del mundo van sufriendo los ajustes de la economía y ahora el dominio capitalista financiero. El ajuste siempre lo hacen hacia arriba, lo que permite desplazar la gente de la riqueza sin que se den cuenta, mediante la concentración hacia arriba. Se cree que los que votaron por Donald Trump, fueron adultos, hombres y mujeres blancos, que ocultaron su intención de voto en las encuestas, incluido los latinos o hispanos legalizados, que ven como peligro para sus fuentes laborales, la llegada de nuevos inmigrantes ilegales, además de las razones que se atribuyen al segmento afroamericano.

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Los que votaron por Trump, no se sienten responsables de infligir dolor al “otro” con su voto, su conciencia traspasa la responsabilidad a Donald Trump. Si algunos recuerdan el experimento de Stanley Milgram, psicólogo en la Universidad de Yale de principios de los 60´s, que escoge personas para infringir dolor a otras, dentro de los resultados obtenidos se concluyó que, “pocas personas se percatan cuándo actúan de acuerdo con sus propias creencias y cuándo están sometidos a la autoridad”, y ese grupo puede llegar a un 65% siguiendo a una “autoridad” hasta el final, para producir dolor, y sólo un porcentaje menor no es capaz de infligir daño al otro y se detiene.

El estar consciente, la difusión, el diálogo didáctico ayuda a aprender y tiene la fuerza necesaria para hacer la diferencia a nivel cognitivo, especialmente cuando hay cercanía con el otro. Pero, para que funcione el modelo capitalista concentrador de riqueza, requiere aislar a los individuos, separarlos, evitar la sindicalización e idiotizarlos con juegos de niños que los adecúan para los mayores con la actual tecnología de las comunicaciones para sacar a la gente de tener que pensar y tener conceptos económicos y éticos propios, de lo que sucede a su alrededor.

Son millones las personas que viven en la soledad espiritual en Estados Unidos, un país que estructura y enseña a la gente a consumir en medio de una competencia individualista muy fuerte. Paso a paso se han ido frustrando sus objetivos y dentro del modelo no pueden auto percibirse, “verse” ni entender lo que sucede desde una visión macro, dejándolos relegados al silencio y la introversión. Es como cuando UD va caminando por la calle concentrado en lo que sucede a su alrededor, la gente, los semáforos, los autos, etc., pero cuando quiere verse desde arriba, aunque sea desde la imaginación, pierde la mirada de lo que rodea su caminar. El voto oculto corresponde a quienes fantasean creyendo que volverán a ser grandes y fuertes como en el pasado, como les dijo Donald Trump, "Hagamos de Estados Unidos un gran país de nuevo", y votaron en silencio instuyendo que serán pocos los llamados.

De las medidas conocidas del nuevo presidente electo Donad Trump, ninguna de ellas resuelve el problema económico y financiero que aflige a Estados Unidos, por el contrario, el conjunto de todas ellas, como la reducción del gasto en la OTAN, la expulsión de los inmigrantes, el aumento de tasas, los impuestos a las importaciones chinas, el aumento del gasto en infraestructura, la revisión de los tratados de libre comercio, etc., van en la dirección contraria a la expansión y sobre todo, augura serios conflictos y tensiones tanto en el interior, (la crítica a Janet Yallen, presidente de la FED), como en su política exterior con Europa, Asia, etc. El fondo del programa de Donald Trump es reduccionista, es contractivo hacia el interior, liberará gastos en aéreas específicas para invertir en infraestructura. Cree en el proteccionismo que hará con un ajuste interno al estilo del neo liberalismo, transferir la riqueza a los grupos norteamericanos elíticos para que lo dejen gobernar. La globalización ya cumplió su misión.

En estos días, miles siguen protestando y son detenidos en ciudades de Estados Unidos por manifestarse en contra del presidente electo Donald Trump, una respuesta poco usual después de una elección, porque quienes ganaban festejaban y los otros se iban para la casa. Hoy en cambio, existe un clima muy enrarecido de incredulidad y miedo. En las sociedades desarrolladas, existen los aparatos policiales militarizados, como en Norteamérica, donde se aplica un castigo sistemático para infundir miedo con la cárcel y altas multas en dinero para frenar las explosiones sociales. Fue el método seguido por el millonario Rudolph Giulani, republicano, alcalde de Nueva York dos veces. Su política fue imponer altas multas a la gente hasta por escupir en las calles. Claro que siempre se puede llegar a un punto de frustración tan alto, un estímulo incontenible igualable a una necesidad primaria equivalente al hambre o la sed, que es capaz de saltarse el castigo y producir un quiebre, lo que termina por convulsionar a las sociedades.

El neo liberalismo ha aprendido a sofisticar los mecanismos para ejercer el control. Quienes participan en una protesta, luego son arrestados en sus casas sin entender como son identificados cuando estaban rodeados de una enorme multitud que protestaba. Con el avance tecnológico que conocemos, la cantidad de información que se recoge de las personas es inimaginable. En los Estados Unidos y en otros países de Europa, el gobierno, las agencias de inteligencia, los servicios secretos contra el terrorismo, la policía, etc., reúne información de muchas fuentes, entre ellas del sector privado, donde operan enormes redes sociales que gestionan grandes empresas digitales como Google, Yahoo, facebook, etc., que no sólo estudian cómo opera la estructura que une a los individuos y sus relaciones en las redes sociales. Se crean grandes bases de datos biométricas, cuyo último avance es capturar la postura emocional de cada uno, lo que puede estar creando personas que saben, no deben hablar ni participar, el silencio de los individuos está creando sociedades silenciosas frente al poder.

La tecnología actual del reconocimiento facial es un hecho para identificar a una persona que camina por la calle, donde puede ver si hay policías o no, sin embargo, no puede ver los dispositivos al otro lado de la calle, a decenas de metros que vigila secretamente, captando la emoción del rostro de una persona para saber si acaba de estar en una concentración de protesta. Puede identificar a todo el mundo en esa reunión de protesta y guardar un registro de todo ello. La tecnología de detección facial se utiliza normalmente para fines policiales.

132 Funciona mediante la comparación de su imagen con un gran conjunto de datos de imágenes, que puede distinguir, miedo, ira, tranquilidad, etc. El Centro para la Democracia y la Tecnología, una organización sin ánimo de lucro con sede en Washington, DC., en un informe de Georgetown afirma que 117 millones de estadounidenses están incluidos en la base de datos compartida con el FBI. En el caso de la policía de Estados Unidos, pasaportes y licencias de conducir del estado se ejecutan a través de un algoritmo para encontrar una coincidencia, según el informe publicado por Centro para la Democracia y la Tecnología.

Si UD es captado por un dispositivo de tecnología facial, su imagen quedará registrada en una base de datos que será la primera en ser consultada en el caso de búsqueda de personas sospechosas de participar en alguna acción contra la policía o por delitos de desorden, de hecho, este tipo de tecnología se utilizó para hacer detenciones tras las protestas en Baltimore el año pasado desencadenados por la muerte de Freddie Gray de25 años de edad. Estos avanzados medios permiten ir a buscar una persona a su casa donde no hay defensa de grupo. Muchos saben que no deben salir a protestar, es mejor votar por un caudillo como D. Trump . En el fondo, se trata de una opción desesperada, quieren creer que cualquier cosa puede ser mejor a seguir viendo su propia decadencia personal.

El banco BNP Paribas ha publicado un informe demoledor titulado, “Oxídate en paz”, un juego de palabras con RIP (Rust In Peace), en el que señala estamos viviendo la mayor burbuja financiera de los últimos 5.000 años y los tipos de interés negativos, han destruido el sistema monetario y financiero tal como lo conocemos..." El proteccionismo comercial ha empezado a ganar espacio en los gobiernos de todo el mundo y ahora un shock inflacionario global podría estar más cerca de lo que muchos esperan actualmente, para lo cual es muy útil entender la valoración a la que han llegado los activos en relación con la energía, según un informe de Savills Research Group, que indico.

El precio del petróleo ha caído y ha destripado a los EE.UU., como a la industria petrolera mundial. El precio actual subvalúa en US$ 75 el costo de la nueva producción que es de US$ 125 por barril, (de acuerdo con el trabajo de Hills Group). El colapso del precio del petróleo destruirá el valor de la mayoría de los activos físicos y de papel, excepto el oro y la plata según ellos. Ahora, considerando el total global de activos universal que en el 2015 fue de US$ 372 billones, de dicha cifra US$ 136 billones no son inversiones (lo son en manos de privadas). Las cifras que son inversiones son US$ 81 billones en viviendas, edificios comerciales, etc. US$ 55 billones en acciones y US$ 94 billones en Deuda titulizada pendiente. En su informe, señalaron que todo el oro extraído en el mundo fue valorado en US$ 6 billones, en consecuencia, el total invertible suma US$ 236 billones.

Lo que señala el informe publicado recientemente en un artículo publicado en Zerohedge, es que muchas personas no entienden que el valor de los bienes raíces, acciones y bonos se deben relacionar con el valor de la energía. En su lugar, la gente cree ciegamente que el valor de estos activos tiene que ver con la "oferta y la demanda" o algún otro indicador económico. El Grupo Savills, de acuerdo con sus estimaciones, del total de $ 217 billones de dólares en bienes raíces mundial, (US$ 136 más US$ 81 billones), más las acciones y deuda están totalmente inflados a base de un precio mucho más alto del petróleo de US$ 110 a US$ 125. Ahora, con el precio del petróleo en alrededor de US$ 45 el barril, el valor de estos activos debería haber colapsado hace unos años. Si tenemos en cuenta que el precio del petróleo era de US$ 110 en 2012 y ahora es de US$ 45, eso representa una caída de casi el 60%.

Los valores inmobiliarios globales caerían a US$ 54 billones de dólares, la Deuda titulizada se reduciría a US$ 23 billones de dólares y los valores de capital en acciones caerían a US$ 14 billones. Por lo tanto, el valor total de estos activos se podría derrumbar de US$ 274 billones a US$ 91 billones de dólares. Sin embargo, el valor del oro y plata físicos podría aumentar a diez veces su valor a US$ el 31 de billones de dólares, por supuesto, sobre la base de ser una referencia que estima la caída.

Donald Trump, será más de lo mismo considerando todo lo conocido de él, y su misión sólo acelerará la caída y convulsionará al mundo.

Mario Briones R.

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Diabetes, la epidemia global que azota a México

Ya es la segunda causa de mortalidad y el gasto para su tratamiento amenaza la viabilidad del sistema público de salud DAVID MARCIAL PÉREZ

http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/12/actualidad/1478913185_856984.html La diabetes es una epidemia global y uno de sus focos rojos se encuentra en México. Sin el estigma de las enfermedades infecciosas, sus daños letales habían pasado casi de puntillas hasta hace poco. Así, creciendo año a año rápida y silenciosamente, el exceso de azúcar en sangre mató en 2015 más gente en el mundo que el sida, la tuberculosis y la malaria juntas. México es uno de los países donde más ha aumentado, ya supera al cáncer como la segunda causa de mortalidad y el ingente gasto para su tratamiento se ha convertido en un elefante en el salón del sistema público de salud. La resistencia a la insulina, la hormona necesaria para procesar la glucosa y convertirla en energía, es la nueva pandemia del mundo moderno. Las causas de la diabetes tipo 2 o mellitus se esconden detrás de un cóctel explosivo de vidas sedentarias y alimentadas a base de comida chatarra y bebidas azucaradas. La obesidad es el socio criminal de la diabetes. El acelerado crecimiento demográfico de México en las últimas tres décadas, la urbanización del país y los consiguientes cambios de hábitos, han provocado un vertiginoso aumento de enfermos. En poco más de una década, la prevalencia en adultos se ha multiplicado por tres hasta alcanzar a prácticamente un 10% de la población: 6,4 millones en 2012, según el último registro oficial. Las proyecciones de la Federación Internacional de la Diabetes dibujan un panorama aún más crudo. En 2015 el número de afectados habría aumentado hasta los 11.5 millones, colocando a México en el sexto lugar del ranking mundial en términos absolutos, y el que registra una mayor concentración de casos. En otras listas internacionales, también puntúa alto. Segundo puesto en obesidad y sobrepeso –siete de cada 10 adultos y uno de cada tres niños– dentro de la OCDE y primero según la OMS en muertes por diabetes de toda Latinoamérica.

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“La obesidad ha aumentado tanto que a su vez se ha disparado el riesgo de nuevos diabéticos. Hay estimaciones de que al menos otros 6 millones de mexicanos están enfermos y no lo saben”, dice Gisela Ayala, directora de la Federación Mexicana de Diabetes. Para entender este pico mexicano va ganando fuerza últimamente una explicación genética. La raza amerindia tendría una mayor tendencia a la diabetes. Desde el sistema público de salud, IMSS, no lo tienen tan claro: “el acervo genético de nuestra población era el mismo hace unas décadas, pero la prevalencia era mucho menor. Esto quiero decir que esa propensión genética debe activarse cuando se alteran los demás factores de riesgo: exceso de peso, sedentarismo e hipertensión”. El IMSS reconoce estar desbordado. Cerca de 50.000 millones de pesos al año, más de la mitad del presupuesto para gasto médico, es absorbido por la diabetes. “Todavía tardamos mucho en detectar la enfermedad. Gran parte de los casos vienen ya con problemas degenerativos y a urgencias. Tenemos que adelantarnos, cuando hospitalizas o entras a cirugía, ya perdiste el control del gasto”, reconoce su director, Mikel Arriola. El retraso en la atención provoca complicaciones más graves y más costosas como problemas renales, amputaciones o ceguera. “Creemos que el dinero no se está empleando de la manera adecuada. Hay que actuar de manera preventiva. Los médicos deben capacitar a los pacientes. Mucha gente no sabe que comerse una torta de tamal es super calórico, es mejor un taquito de huevo con frijoles”, explica Ayala. “Falta información. Parte de estos hábitos vienen de nuestra propia cocina, pero también nos hemos acostumbrado mucho a los dulces. Bebidas carbonatadas, jugos, las aguas de sabor. Cuesta mucho dejarlo porque el azúcar puede generar adicción”, apunta Vanesa Ubaldo, nutrióloga del Hospital Ángeles Lomas. El seguro de salud prepara para el año que viene una nueva estrategia integral para intentar revertir la pirámide: de lo curativo a lo preventivo. En 2013, el Gobierno ya lanzó un plan de choque en diferentes frentes: el educativo, la publicidad, y hasta el fiscal. Casi tres años después de la implantación

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del gravamen especial sobre las bebidas azucaradas, los resultados son aún inciertos. La recaudación ha aumentado más que los efectos disuasorias sobre el consumo: entre un 2% y un 6%. La industria, que logró rebajar a la mitad la tasa inicialmente propuesta, va también adaptándose al nuevo ecosistema. “Actualmente contamos con un amplio portafolio que incluye cerca de 70 marcas, de las cuales cerca del 40% son bajas o sin calorías”, subrayan desde Coca-cola México. Pese a ocupar el sexto puesto mundial en número de casos, México no aparece si quiera entre los 10 primeros países con más gasto sanitario para prevenir y combatir la enfermedad. La OCDE ha señalado que tiene unas de las tasas de hospitalización más bajas por diabetes y los pacientes tienen que pagar hasta el 50% de los medicamentos. “Los diagnosticados en el IMSS si reciben una atención universal. Pero solo son 3 millones, hay otros 3 acogidos al seguro popular, que tiene muchas restricciones, como no cubrir la diálisis”, explica el doctor Abelardo Ávila doctor del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Aparece de nuevo la brecha que rompe México en dos. De los 6 millones de enfermos, hay una mitad protegida, la que tiene trabajo y seguro público de salud. Y hay otra mitad, a expensas de otro seguro menor, que vive en la pobreza estructural, la informalidad y la precariedad de servicios públicos

Medellín, el (no) lugar http://elpais.com/elpais/2016/06/14/planeta_futuro/1465917736_716260.htm l?rel=mas

La ciudad colombiana ha pasado de ser una urbe casi inhabitable a una inspiración para el mundo gracias a la implicación ciudadana JORGE PÉREZ JARAMILLO

Vista de la ciudad de Medellín, recientemente galardonada con el Lee Kuan Yew World City Prize 2016. PEPE NAVARRO Medellín, la segunda ciudad de Colombia, se ha convertido en referente para la comunidad global de ciudades, en una suerte de motor de ilusiones. Con una población cercana a los dos millones y medio de habitantes, es el núcleo de un valle andino al noroccidente de Suramérica, integrado por diez municipios, región metropolitana poblada por más de 3,8 millones de personas. Tras su profunda crisis de los años ochenta y noventa, la ciudad ejemplifica las grandes preguntas del mundo sobre equidad en el desarrollo, hábitat sostenible, convivencia e inclusión, participación ciudadana, gobernanza local y planeación, en fin, cómo hacer viable una sociedad urbana en el entorno contemporáneo. El caso Medellín evidencia cómo la participación ciudadana, para la planeación y la gestión urbana, social y territorial han evolucionado como instrumentos para construir un proyecto cívico a largo plazo,

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que basado en acuerdos sociales, permite construir una visión compartida a futuro, dar continuidad en políticas y procesos, y obtener resultados transformadores de la vida y la democracia local. La atención mundial sobre la experiencia de la ciudad —premios, investigaciones y diversas valoraciones, entre las cuales se destaca el reciente premio Lee Kuan Yew World City Prize 2016— se justifica en tanto se entiende la magnitud del reto que el mundo enfrenta ante la expansión de la urbanización, el calentamiento global y los conflictos urbanos, y la muy difícil situación que los interrogantes de la violencia, la pobreza y la inequidad crecientes nos están planteando, en busca de construir un planeta viable y sostenible. En medio de su crisis económica y social de los años ochenta y noventa, Medellín se convirtió no solo en una sociedad inviable, sino en un no lugar para la comunidad global. Frente a las dificultades, se generó un proyecto o consenso ciudadano y precisamente como reacción, una de las líneas definidas en el Plan Estratégico en 1997, fue su reintegración al mundo, denominada internacionalización de Medellín. La ciudad vivió una de las más profundas crisis que se haya conocido de su tipo y fue capaz de convertirla en su mayor oportunidad. Haberla entendido como un momento para la autocrítica y para retejer su comunidad hizo posible comprender en qué forma un colectivo social podría construir una agenda, apoyado en sus instituciones sociales y académicas, con herramientas de la planeación social y territorial, el desarrollo institucional, el urbanismo, la arquitectura y la infraestructura, en complementariedad con procesos de organización comunal, participación y democracia que fomentaron innovaciones para la gobernanza.

La atención mundial sobre la experiencia de la ciudad se justifica en tanto se entiende la magnitud del reto que el mundo enfrenta ante la expansión de la urbanización, el calentamiento global y los conflictos urbanos A partir de esa profunda crisis, expresada en diversos conflictos como su inmensa y rápida urbanización, su declive económico industrial y del sector cafetero, su precariedad democrática, la inmensa inequidad y la fragilidad del Estado, entre otras condiciones gravemente profundizadas por el narcotráfico como la ilegalidad, la violencia y el terrorismo asociado, la comunidad de Medellín desplegó un extraordinario y amplio proceso de participación ciudadana, que implicó a diversos estamentos sociales y consolidó la gestión urbana y la democracia local, hacia un pacto político transformador, como construcción de un proyecto de ciudad a largo plazo. Durante la década de 1990, tras hechos de inmensa trascendencia como la creación de la Consejería Presidencial para Medellín, el Plan Estratégico para Medellín y el área metropolitana 2015, el Sistema

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Municipal de Planeación, así como el desarrollo de la democracia local enmarcada en la Constitución de 1991, se forjó un proyecto de largo plazo, que ha permitido actuar sobre los problemas estructurales y formar una ciudanía más integrada, que ha definido a la ciudad como un objetivo común, por el cual todos los sectores trabajan, debaten y sueñan, en medio de complejas divisiones y contradicciones. Derivado de este esfuerzo compartido, se configuró un proceso político que dejó entre sus mejores resultados una generación con renovado liderazgo que asumió el cambio y forjó muchas buenas prácticas y especialmente grandes acuerdos sociales que han hecho posible que sea la propia comunidad la que lidere y defienda los objetivos trazados, una suerte de sostenibilidad social y democrática cívica, frente a retos aún muy difíciles. Medellín se encontró entonces en un escenario de renovada gobernanza, un progresivo avance de la agenda pública que, de la mano del acuerdo cívico general, fortaleció su ciudadanía y reconquistó la ciudad para la gente, con políticas de las administraciones locales que le apostaron a la construcción de una ciudad para la vida, como una manera de fomentar la integración social y combatir las desigualdades, la inequidad y la violencia y construir un futuro común, tal como lo describió nuestro anterior alcalde, Aníbal Gaviria. Lo singular de todo esto, es que la capital antioqueña se ha construido desde siempre, en forma contradictoria y confusa, con base en su capital humano que, caracterizado por fuerte identidad local, trabajo asociativo y compromiso con el territorio, ha construido una tradición de planeación y gestión del desarrollo institucional y de la ciudad.

Lo singular es que la capital antioqueña se ha construido desde siempre en forma contradictoria y confusa Y es ese proceso de transformación sostenido el que se reconoce públicamente en el ámbito internacional, al elegir a la ciudad como sede de la Asamblea del BID en 2009, de los Juegos Suramericanos en el 2010 y del 7° Foro Urbano Mundial (WUF) 2014, entre muchos otros, que han sido ocasión para que Medellín sea reconocida como laboratorio de ciudad y referente global de ciudades. El prestigiosísimo Lee Kuan Yew World City Prize 2016, recientemente anunciado en Singapur, que reconoció el proyecto Medellín Ciudad para la Vida 2012-15, evidencia que nuestra comunidad ha logrado con cohesión y articulación colectiva, construir vida pública y superar incluso su peor crisis. Este nuevo premio debe animarnos a celebrar y disfrutar nuestro trabajo ciudadano, pero también, estimularnos a continuar avanzando, con generosidad por lo construido, y con las vigentes y nuevas exigencias y compromisos que nuestra realidad demanda, para que algún día seamos una Ciudad para la Vida,equitativa, segura y sostenible.

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Como resultado de la continuidad, corresponsabilidad y la coherencia colectiva, Medellín vive un momento de verdad para todos. Hace sólo 18 años, soñábamos con reintegrarnos a la comunidad global; hoy es claro que Medellín ya no es un agujero negro en el mundo. Con el Plan de Ordenamiento Territorial POT 2014-27, tenemos la ruta trazada para consolidar una ciudad compacta, más equitativa e incluyente, sostenible y competitiva. Transformar nuestra plataforma metropolitana a través de procesos de renovación urbana asociados al río Aburrá, es el camino para la articulación del territorio, el fomento del desarrollo de nuestra economía y la transformación más equitativa de nuestra ciudad. El camino por la equidad y los retos vigentes comprometen a los medellinenses a persistir y a capitalizar las lecciones aprendidas. Una comunidad con persistencia, resiliencia y corresponsabilidad es nuestro patrimonio. Jorge Pérez Jaramillo es arquitecto y fue director de Planeación de Medellín entre 2012 y 2015.

Medellín tiene otro récord: la mayor fosa común urbana http://elpais.com/elpais/2016/11/11/planeta_futuro/1478860346_407197.htm l

La colombiana Valentina Vargas presenta un documental sobre La Escombrera, las tumbas en la Comuna 13, donde se arrojó a más de 300 desaparecidos en 2002 Otros Medellín, Colombia, es la ciudad más innovadora del mundo desde que así fue premiada en 2013 por el diario Wall Street Journal y desde hace ahora 14 años también es la ciudad con la mayor fosa común a cielo abierto del mundo, La Escombrera. La cineasta colombiana Valentina Vargas (Medellín, 1992) decidió recordárselo a los suyos con el documental “Resilencia” en torno a la lucha silenciosa de las más de 300 familiares de desaparecidos forzosos y cuyos cuerpos descuartizados descansan en las laderas de la escombrera de la Comuna 13 de la ciudad. “No podía entender cómo nos enorgullecemos de ser los más innovadores cuando nuestras laderas ocultan la muerte de miles de personas. La paz también debe llegar a las víctimas de las desapariciones forzosas y ellos también deben de formar parte del desarrollo de una ciudad”. Ahora cuenta también la historia de La Escombrera al mundo al recorrer los diferentes festivales de cine que proyectan su documental por América y Europa. Estos días ha visitado Bilbao durante la proyección del Festival Internacional de Cine Invisible.

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El mismo año que Medellín recibe el premio a la ciudad más innovadora, 2013, usted decide rodar un documental sobre la mayor fosa común del mundo: La Escombrera, también en Medellín. Amo a mi país, amo a mi ciudad, y no podía entender que Medellín alardeara tanto de ser la más innovadora del mundo cuando sus laderas acogen todavía a la mayor fosa común urbana del mundo y nadie es consciente de ello. Quería que el desarrollo de la ciudad tuviera en cuenta la lucha de las mujeres que durante más de una década no han dejado de buscar a sus hijos, maridos y amigos entre esos escombros donde fueron arrojados sin vida cientos de personas durante los peores años del conflicto armado. Y en especial durante la Operación Orion liderada por el Ejército contra las guerrillas instalada en esa zona de la ciudad. Una operación que este mes cumplía 14 años. ¿Cómo se ha vivido el aniversario? El pasado 16 de octubre se cumplían 14 años de una Operación orquestada en 2002 por el Ejército junto con la policía y el grupo paramilitar Cacique Nutibara que sitiaron la comuna durante más de 20 días y realizaron 358 detenciones arbitrarias. El entonces presidente del país, Álvaro Uribe, sigue justificando la operación por terminar con la presencia de la guerrilla de las FARC en la ciudad. Sin embargo, la mayoría de los muertos y la mayoría de los desaparecidos forzosos eran civiles inocentes, completamente ajenos al conflicto. Son sus familiares los que reclaman ahora que se esclarezcan los hechos, les devuelvan los cuerpos y se pongan las bases para que no se repita jamás. La paz empieza por aliviar el dolor de quienes perdieron a sus familiares y por acabar con las desapariciones. Los mayores crímenes sufridos en este país durante el conflicto han sido las desapariciones.

Colombia quiere una paz sin crímenes de Estado ni desaparecidos En estos 14 años, lejos de esclarecerse los hechos, las excavadoras han arrojado más escombros en la zona. Hay tres escombreras en la Comuna 13: dos activas y una paralizada para realizar la exhumación de los cuerpos. Sin embargo, tras los primeros meses de búsqueda las tareas se paralizaron también. La que no se paraliza es la resistencia de las mujeres. Son “resilientes”: resisten, persisten y nunca desisten. Ellas sólo buscan la verdad. No quieren indemnizaciones como el Estado pretende resolver las desapariciones. Ellas no, ellas quieren la verdad y que se cuente al mundo quiénes fueron las personas que ordenaron su ejecución. Ellas ya conocen la verdad, ahora necesitan que todos la sepamos y se convierta en la verdad oficial. Sin embargo, esa verdad no llega.

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Lo más chistoso es que existen declaraciones juradas de exparamilitares desmovilizados, como el del comandante del bloque Cacique Nutibara extraditado a una cárcel estadounidense que asegura que tenía la orden del Ejército y de la Policía de entrar a sangre y fuego en la Comuna. También contamos con el testimonio de muchos otros sobre cómo llevaban los cuerpos descuartizados a la Escombrera. Sin embargo, la verdad oficial sigue justificando la acción. ¿Cómo se vive la reaparición pública del expresidente Uribe impulsor del no en el plebiscito por la paz? El expresidente Uribe sigue justificando la operación militar y durante la campaña por el no en el plebiscito del 2 de octubre se permitió el lujo de visitar la Comuna para asegurar que la paz que disfruta el barrio es gracias a su acción. Es cierto que se avanza hacia la paz, pero queremos que se cuente también con la voz de las víctimas no sólo de los victimarios y de la oligarquía. El resultado del plebiscito, lejos de frenar la paz, ha sacado a los colombianos a la calle y en especial a los grupos sociales que más luchan por ella.

Reclamamos una paz no sólo para las élites, sino también para los pobres La gran lección que hemos obtenido ante el no mayoritario del plebiscito del pasado 2 de octubre ha sido que tenemos que movilizarnos más por la paz, no la podemos dar por hecho la paz. En Medellín acudimos más de 30.000 personas a la calle los días posteriores a las votaciones. Todo el mundo gritaba en la calle: “No más guerra”. El clamor de la gente es que no quiere más guerra. La gente se ha dado cuenta de que al margen de la ideología, hay que convivir en paz: se nos va a desangrar el país porque siempre es el mismo sector el que muere. Así que toca seguir saliendo a la calle y escuchar más a estas mujeres resistentes. La Escombrera es una buena oportunidad para afianzar la paz, terminar con el dolor que han provocado las desapariciones y reconocer el valor de estas mujeres. Basta de estremecerse sólo por las imágenes que nos llegan de la guerra de Siria, cuando en nuestra propia ciudad existen montañas de tierra que esconden la misma crueldad sin que nadie haga nada. ¿Cómo ha reaccionado el resto de la ciudad al documental y al conocer la otra verdad sobre La Escombrera? Mis propios compañeros de Facultad no conocían lo que había ocurrido en las laderas de la Comuna 13. Y los que lo sabían, lo justificaban según la versión oficial. Para mí ha sido muy bonito contárselo no a través de los ganadores sino de las víctimas. La gente ha comprendido que la paz definitiva la deben de construir todas las personas, así como el mismo desarrollo de la ciudad. ¿Cuál es el mensaje que quieres transmitir ahora al mundo con el recorrido del documental?

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Que en Colombia los desaparecidos nos faltan a todos y que debemos hacer todo lo posible hasta encontrarlos para que no se repita una violencia así en ningún otro lugar del mundo. Para mí, la gran innovación de Medellín es la fuerza de estas mujeres, familiares de los desaparecidos, que han sabido convertir su dolor en resistencia silenciosa contra el olvido, la mentira y la violencia. En la Comuna donde más violencia se ha sufrido es donde más vida popular hay de toda la ciudad: rutas de grafitis, festivales de cine, grupos de hip hop... Y para mí, es un orgullo contarle al mundo cómo nacen una nueva Colombia y una Medellín innovadora de la mano de todas estas mujeres.

RESILENCIA, EL CINE COMO ARMA CONTRA EL OLVIDO El documental Resilencia de la cineasta colombiana Valentina Vargas Sosa da voz a los familiares de desaparecidos durante la Operación Orión realizada el 16 de octubre de 2002 en la Comuna 13 de Medellín contra las guerrillas de la Farc por parte del Ejército, la Policía y grupos de paramilitares. La operación se saldó con la detención de más de 358 personas, todavía hoy desaparecidas, y cuyos cuerpos se cree que fueron arrojados descuartizados sobre La Escombrera, convirtiéndola en la mayor fosa común urbana del mundo. El documental fue editado en 2015 y rinde homenaje a la resistencia de las mujeres que todavía esperan la llegada de sus hijos, maridos y amigos y que dan vida al movimiento Mujeres Caminando por la Paz.

El expresidente Uribe rechaza el acuerdo de paz firmado entre el Gobierno de Colombia y las FARC http://www.publico.es/internacional/expresidente-uribe-rechaza-acuerdopaz.html El texto, que se considera definitivo, deberá ser ratificado por el Parlamento y las Cortes incluyendo una amnistía general para la guerrilla. ANTONIO ALBIÑANA

BOGOTÁ.- El expresidente de Colombia Álvaro Uribe ratificó su negativa al nuevo acuerdo de paz con los

dirigentes de la guerrilla de las FARC suscrito este sábado en La Habana y reclamó un Acuerdo Nacional sin plazo en el que se hagan “nuevas observaciones” al pacto. Lo hizo tras reunirse con el actual presidente, Juan Manuel Santos, que tuvo la deferencia de desplazarse a una instalación oficial próxima a su finca de Riosucio (Antioquia) —acompañado de autoridades militares— para informar a Uribe del nuevo pacto antes de darlo a conocer al país.

En realidad, Uribe, como señala el analista y excolaborador de Público Antonio Caballero, sólo trata de “marear

la perdiz” porque “no tiene la menor intención de contribuir a la paz”. La mayoría de los politólogos coinciden en Colombia en que el líder de la derecha quiere hacer de la oposición al acuerdo de paz de Santos —que, según él entrega el país al “castrochavismo”— su bandera para las próximas elecciones presidenciales, cuya campaña se iniciará en pocos meses.

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El presidente Santos ha dejado claro que el acuerdo firmado el pasado sábado entre los delegados del Gobierno y la guerrilla de las FARC es el definitivo y no va a experimentar modificaciones sino que, por el contrario, va a ser sometido a un proceso de ratificación y a su urgente implantación en cada uno de sus aspectos. El acuerdo ya ha recibido la aprobación del Secretario de Estado estadounidense John Kerry, que ha felicitado a Santos por el nuevo acuerdo de paz tras anunciar que Estados Unidos "continuará apoyando el pacto en su implantación”.

Tras más de cuatro años de negociación, el Gobierno y la guerrilla firmaron el pasado mes de agosto un acuerdo

apoyado por Noruega y Cuba como garantes, por otros países latinoamericanos como acompañantes y con el apoyo personal del propio secretario General de la ONU, Ban Ki-mon.

Sometido el texto a plebiscito el pasado octubre (un trámite que no era imperativo) el resultado de la consulta fue

negativo para el acuerdo por un estrecho margen. Tratando de recoger las motivaciones de los contrarios al acuerdo, la delegación del Gobierno Santos regresó a negociar de nuevo a La Habana con los representantes de la guerrilla, después de resumir los motivos de quienes votaron 'no', a quienes Uribe dice representar mayoritariamente junto a representantes de una minoría del Partido Conservador y delegados de las iglesias. Con todos ellos se celebraron reuniones de las que salieron 56 nuevas propuestas de cambio a los acuerdos firmados en Cartagena ante la Comunidad Internacional el pasado 26 de septiembre.

Durante los 42 días transcurridos desde el plebiscito, Gobierno y FARC han negociado modificaciones al pacto de Cartagena en centenares de reuniones en las que los representantes de la guerrilla han cedido en sus posiciones respecto a varios de los acuerdos básicos. Según declaraba el jefe de sus negociadores, Iván Márquez, cedieron "hasta los límites de lo razonable y aceptable para una organización cuyas armas no fueron vencidas”.

Efectivamente, como declaró a Público el general Óscar Naranjo, exdirector general de la Policía y negociador en La Habana, “Uribe olvida que las FARC no son una guerrilla rendida o sometida, sino una parte de la negociación sentada en la misma mesa que el Gobierno”.

Según ha podido conocer este diario, el único momento de la negociación en el que estuvo a punto de darse una ruptura entre las delegaciones del Gobierno y las FARC, fue cuando se puso sobre la mesa la demanda de los contrarios al acuerdo en el plebiscito para que los máximos dirigentes de la

guerrilla no puedan participar en política y ser elegibles. “Tengo que decirlo con franqueza, aquí no se logró avanzar”, confesó Santos, "la razón de ser de todos los procesos de paz en el mundo es precisamente que los guerrilleros dejen las armas y puedan hacer política dentro de la legalidad”.

La realidad es que, en anteriores procesos de paz y desmovilización, como el llevado a cabo con el M-19 en los años 90, los dirigentes de la guerrilla pasaron a ser parlamentarios e incluso a ser cooptados como ministros, como sucedió con el guerrillero Antonio Navarro, nombrado ministro de Sanidad en el Gobierno del liberal César

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Gaviria.

El resto de las modificaciones al acuerdo de paz suscrito en Cartagena se refieren a los bienes de la guerrilla — que estará obligada a declararlos y entregarlos para resarcir a las víctimas—, al aumento en la severidad de la vigilancia y confinamiento de los dirigentes guerrilleros sentenciados en la nueva Jurisdicción Especial para la Paz por delitos atroces o crímenes de guerra, al retoque en esta jurisdicción —en la que ya no intervendrán magistrados extranjeros salvo en demanda de conceptos y que sólo tendrá dos años para abrir investigaciones sobre delitos cometidos en el conflicto interno— y a una batería de afirmaciones más bien retóricas para el consumo de la derecha más reaccionaria. Por ejemplo, la afirmación de la familia y sus valores, la negación de que los acuerdos incluyan la llamada “ideología de género”, la garantía del “derecho a la propiedad”, el respeto y apoyo a la pluralidad de cultos sin discriminación alguna y la consideración de “víctimas” del conflicto a las iglesias protestantes, que en Colombia son un grupo de opinión próximo a los diez millones.

A partir de este lunes, el presidente Santos y el Gobierno se enfrentan a la decisión sobre cuál será el mecanismo de refrendación del nuevo acuerdo, que requiere iniciativas legislativas en el Parlamento, dado que no será automáticamente agregado al bloque constitucional, como se previó en un principio en una iniciativa descartada en el nuevo texto. El Ejecutivo también tendrá que tomar una decisión sobre la puesta en marcha inmediata de los mecanismos de implantación de lo pactado, que las fuerzas guerrilleras —en fase de alto el fuego pero operativas en sus zonas de combate o concentración— esperan y sobre la amnistía y la reincorporación a la vida política antes de dejar las armas y desmovilizarse de forma definitiva.

Un aporte desde Colombia a la literatura carcelaria x Renán Vega Cantor

A propósito de "Ignominia tras las rejas", de Miguel Ángel Beltrán

http://www.lahaine.org/mundo.php/un-aporte-desde-colombia-a Miguel Ángel Beltrán Villegas, quien estuvo recluido en varias ocasiones en cárceles colombianas, soportando la persecución del terrorismo de Estado, escribió un texto que ha sido publicado recientemente con el título Ignominia tras las rejas.Este texto se inscribe en una amplia literatura escrita desde y a propósito de la cárcel por personas que la han soportado en forma directa. La literatura carcelaria que está formada por cartas, testimonios, memorias, obras de ficción, tratados sociológicos de la vida cotidiana, autobiografías… hace parte de otra memoria, la de los vencidos, los humillados. Se escribe y se gesta en circunstancias extremas, desafía la represión y la censura, porque el escritor-prisionero además denuncia y se enfrenta, con sus hechos y sus palabras, a los poderes establecidos, incluyendo a los tribunales. El recluso dice cosas que rompen con las verdades oficiales, que muestra la cara de la dominación y la opresión en forma directa, que siempre es negada y silenciada por los voceros oficiales del régimen. Entre la literatura carcelaria sobresale la generada por perseguidos políticos, rebeldes y revolucionarios en diversos lugares del mundo, entre la que podría considerarse como un

144 hito el libro de Fiódor Dostoyevski , Memorias de la casa de los muertos. (1861) En nuestra América también existe una literatura carcelaria desde el siglo XIX, tras la independencia. Entre los primeros autores que generan una literatura carcelaria puede nombrarse a José Joaquín Fernández de Lizardi, autor de El Periquillo Sarmiento, quien señaló “Adversa fortuna mía, ¿por qué tan mal me has tratado y con tanta tiranía me tienes aquí encerrado?”. Esa tradición se ha continuado y ha cobrado fuerza durante las últimas décadas en el continente. De esa literatura que se origina en la cárcel, podemos enumerar, de manera desordenada y muy parcial, algunos textos representativos, de nuestro continente y más allá, de los que citamos algunos apartes. ● Apuntes para la historia, mi primera prisión y Cartas desde la cárcel del anarquista mexicano Ricardo Flores Magón. Allí dice cosas de este estilo: “La cárcel es de hierro; nunca recibe un rayo de sol. El viento frío sopla de día y de noche y delicado como he sido siempre de los pulmones. Siento que no resistiré otro invierno en esta cárcel en donde no hay calentadores para los presos. En este momento estoy a acalenturado. la fortuna es que no me abato y así mismo me doy fuerza”. En 1920, desde la prisión de Leavenworth, Kansas, este cuenta las penurias que vivió a su paso por San Francisco, California, y las contrasta con la "buena suerte" de algunos de sus camaradas de lucha: “Mis camaradas de aquella época son ahora generales, gobernadores, secretarios de Estado, y algunos de ellos han sido hasta presidentes de México. Ellos están ricos, son famosos y poderosos, mientras yo estoy pobre, obscuro, enfermo, casi ciego, con un número por nombre, marcado como un felón, pudriéndome entre este rebaño humano, cuyo crimen fue el de haber sido tan ignorante y tan estúpido de haber robado una pieza de pan, cuando es una virtud robar millones. Pero mis antiguos camaradas son hombres prácticos, mientras que yo sólo soy un soñador, y, por lo tanto, es mi propia culpa. Ellos han sido la hormiga y yo la cigarra; mientras ellos han contado dólares, yo he gastado el tiempo contando las estrellas. Yo quería hacer un hombre de cada animal humano; ellos, más prácticos, han hecho un animal de cada hombre, y se han hecho ellos mismos pastores del rebaño. Sin embargo, prefiero ser un soñador que un hombre práctico”. ● El sexto de José María Arguedas. (1961) El autor explica, en una carta que dirigió a Jhon Murray en 1960, algunos temas de su novela: “¿Puede Ud. Imaginarse lo que significaría para mí ver cómo los asesinos violaban a los hombres hasta volverlos locos? Esa es la parte medular de mi novela. Pero también el Sexto era un prisión política y juzgo con la libertad que he sabido conservar a los líderes de los partidos aprista y comunista que conocí en el Sexto”. En otra carta de 1961 decía: “Odio desde la infancia el poder fundado en la riqueza material. Y casi todos los que me rodean no persigue otro fin más alto para sus vidas que ese

145 miserable objetivo. Te parecerán ingenuas mis palabras, pero a ti se te puede hablar con ingenuidad . El Sexto y todos mis pocos relatos están plenos de odio a esta parte oscura del ser humano y de una fe absoluta en que podrá vencer el mal”. ● El vagabundo de las estrellas, de Jack London: (1915): “ He pasado estos ocho años en San Quintín, la cárcel estatal de California. Cinco de esos años los pasé en la oscuridad, “aislamiento total”, así lo llaman. Los hombres que son capaces de soportarlo lo llaman la muerte en vida. Pero durante esos cinco años conseguí ser más libre de lo que muchos hombres han llegado a ser nunca. A pesar de hallarme incomunicado, no sólo fui capaz de viajar más allá de los muros, sino también de viajar por el tiempo. Aquéllos que me encerraron durante esos insignificantes años me regalaron, sin ni tan siquiera ser conscientes de ello, el esplendor de los siglos. Vosotros, perros carceleros, no sabéis lo que es un hombre. Medís a los demás en el espejo de vuestra cobardía. Miradme bien, yo soy un hombre. Vosotros no sois ms que marionetas. Yo soy vuestro señor. No podéis arrancar de mi ni una queja, y os parece extraordinario porque sabéis muy bien con qué facilidad gritaríais vosotros”. ● El presidio político en Cuba, de José Martí (1871) De acuerdo con Cintio Vitier, esta es una obra hecha "con el ritmo del silencio ignominioso, de los palos y cadenas del presidio". Son suyas estas palabras: “Dolor infinito debía ser el único nombre de estas páginas. Dolor infinito, porque el dolor del presidio es el más rudo, el más devastador de los dolores, el que mata la inteligencia, y seca el alma, y deja en ella huellas que no se borrarán jamás. Nace con un pedazo de hierro; arrastra consigo este mundo misterioso que agita cada corazón; crece nutrido de todas las penas sombrías, y rueda, al fin, aumentado con todas las lágrimas abrasadoras”. ● Cartas desde la prisión, del uruguayo Raúl Sendic: “Durante esos trece años de prisión sólo fue posible escribir cartas durante breves periodos. Pero, además, esas cartas eran censuradas minuciosamente para cuidar que no tuvieran ningún contenido político o algún atisbo de posición en los problemas sociales. Pero hablando de temas humanos, como se habla en ellas, esto es casi imposible, y hay cartas que están ahí que rebotaron dos o tres veces contra la censura antes de poder abrirse camino hacia el mundo exterior”. Sendic, tras ser sepultado en vida durante una década, a pesar de la enfermedad y el sufrimiento podía decir un tiempo después: “Me parece que con los enfermos mentales la gente, -y yo en particular-, tiene prejuicios como con los presos comunes. Después que uno los conoce se da cuenta cuánto hay de leyenda negra en lo que piensa la gente, -y pensaba uno- de estos parias de la sociedad. Yo creo que en (la cárcel de) Punta Carretas, en 600 o 700 presos que conocí lo que se puede llamar irrecuperable no pasa de 20. La solidaridad es grande y es raro que alguno, por ejemplo, no pueda tomar mate porque la familia no le trae yerba; siempre hay alguno que le da de la suya. Cuando ponen alguno en libertad los actos de despedida (…) son de auténtica alegría”.

146 ● Cartas desde la cárcel, de Antonio Gramsci: Sobre esta obra y lo que representa decía en 1947 Benedetto Croce: “El libro que se publica ahora pertenece también a quien es de otro u opuesto partido político y le pertenece por razón doble: por la reverencia y el afecto que se siente por todos aquellos que mantuvieron alta la dignidad del hombre y aceptaron peligros, persecuciones, sufrimientos y muerte por un ideal, que es lo que hizo Antonio Gramsci con fortaleza, seriedad y sencillez…” ● Cartas desde la prisión, de Rosa Luxemburgo: “La libertad siempre ha sido y es la libertad para aquellos que piensan diferente”, su frase emblemática escrita desde la cárcel en junio de 1916. Hemos mencionado estos ejemplos, y extractado algunas citas, porque ellas ilustran el dolor y el sufrimiento, pero más importante, la lucha, la resistencia, y sobre todo la dignidad, que han personificado hombres y mujeres encarcelados en diversas épocas. Esos libros se han convertido en testimonios vivos, como si hubieran detenido el tiempo, que denuncian la injusticia y la sed de venganza del capitalismo contra aquellos que se le oponen y osan enfrentarlo. Porque como decía Eugenio D’Ors, citado en 1930 por Gramsci en sus Cuadernos de la Cárcel, “Existen dos modos de matar: uno, designado abiertamente con el verbo matar; el otro, el que queda sobreentendido bajo el delicado eufemismo, ‘hacer la vida imposible’. Es la forma lenta y oscura de asesinato consumada por una multitud de cómplices invisibles. Es un asunto de fe sin corona y sin llamas, perpetrada por una Inquisición sin juicio ni sentencia” En esa perspectiva debe ubicarse el texto de Miguel Ángel Beltrán, cuya prosa dura, directa, sin concesiones, es un ejemplo de dignidad, en medio de la ignominia que ronda no solamente en las cárceles, sino en la sociedad colombiana. Su lucha también se expresa a través y con sus escritos, con los que rompe el silencio cómplice y complaciente que niega la existencia de presos políticos en nuestro país. Habría que recordarles a todos aquellos académicos que desde la Universidad Nacional y otros lugares representan la ignominia a nombre de una supuesta pureza intelectual y académica apolítica que, como decía José Martí: “Si no luchas al menos ten la decencia de respetar a quienes sí lo hacen”. Con este escrito, Miguel Ángel Beltrán nos recuerda la desigualdad, injusticia y miseria de nuestra sociedad, que se revive en la cárcel como un microcosmos de lo que es este país. Hablar contra la corriente, enfrentar las mentiras de los medios de desinformación y sus sicarios con micrófono y procesador de palabras, soportar el cinismo de muchos académicos de la Universidad Nacional, a eso es a lo que podemos llamar dignidad, que es otra forma de decir que se está vivo, porque otros están muertos en vida desde hace tiempo y la indignidad los carcome.

147 Como lo dijo con lucidez Eduardo Galeano, poco antes de morir: “¿Cómo averiguar si uno está vivo o es un muerto viviente? Habrá que preguntarse hasta qué punto soy capaz de amar y de elegir entre la dignidad y la indignidad, de decir no, de desobedecer. Capaz de caminar con tus propias piernas, pensar con tu propia cabeza y sentir con el propio corazón en lugar de resignarte a pensar lo que te dicen. […] Los desafíos que uno enfrenta cada día son los que te abren una rendija para elegir entre la dignidad y la obediencia. Libre es el que es capaz todavía de elegir la defensa de su dignidad en un mundo donde, quieras o no, en algún momento tendrás que tomar partido entre los indignos y los indignados”. Por eso, Miguel Ángel Beltrán siempre ha sido un hombre libre, aunque hubiera estado encerrado en una cárcel de alta seguridad, desde donde nos ha dado lecciones de dignidad, tal y como lo ejemplifica con sus libros y escritos. Es un hombre con decoro, puesto que, como decía José Martí, “en el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana”.

Texto completo en: http://www.lahaine.org/un-aporte-desde-colombia-a Paraguay: La tierra para los delincuentes ambientales http://www.elciudadano.cl/2016/11/13/338468/paraguay-la-tierra-para-losdelincuentes-ambientales/ La destitución fulminante del presidente Fernando Lugo, en 2012, representó un paso atrás para los campesinos y lubricó un avance exponencial de los negocios de la soja y la carne. Ese avance profundiza la desigualdad y se produce con los métodos mafiosos que caracterizan al narcotráfico. Lo peculiar del caso paraguayo es el ferviente apoyo estatal a las ilegalidades empresariales. “¿Por qué para desalojar a 50 familias campesinas envían 400 policías?”, le preguntan a la socióloga Marielle Palau, quien sigue la lucha campesina desde hace más de dos décadas. “Porque si son pocos, no les tienen miedo y no pueden desalojarlos”, responde. “Por eso emplean niveles inéditos de violencia y en casi todos los desalojos, muchos de ellos asentamientos legales establecidos en colonias estatales, les queman las viviendas y los cultivos, y les roban sus pertenencias”. Un buen ejemplo es el desalojo de la colonia San Juan (departamento de Canindeyú), el 17 de agosto pasado cuando más de 200 policías desalojaron doce lotes dejando a cien

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campesinos sin sus tierras ni viviendas cuando, según un comunicado del instituto BASEIS (BASE-Investigaciones Sociales), la comitiva fiscal-policial “derribó las casas de las familias, trabajo que realizaron policías y peones de los productores de soja”. El caso es grave, porque la colonia San Juan fue creada en 1995 sobre tierras del Estado a través de la ley 620, que permitió a familias campesinas beneficiarias de políticas agrarias colonizar una amplia zona de ocho mil hectáreas. Presionadas por las fumigaciones y el envenenamiento de animales y cultivos, muchas familias vendieron sus lotes a productores de soja, en su mayoría brasileños. El desalojo de las familias que permanecían en la colonia se produjo por una denuncia de un sojero que aseguró que los campesinos “invadían su propiedad”. Pero el operativo no contaba con orden judicial de desalojo o desahucio, sino órdenes de aprehensión sobre algunas personas. La policía de elite se quedó varios días en la colonia, arrestando a los campesinos que circulaban por los caminos vecinales. El 8 de setiembre, señala un informe de BASE-IS, un grupo de policías y sojeros llegaron al asentamiento “con la intención de fumigar con secantes químicos los cultivos de las familias”. Ante la oposición encontrada, hirieron de gravedad a un campesino. “El corazón del conflicto es el acaparamiento irregular de tierras estatales reservas para la reforma agraria por productores sojeros”[2]. Paraguay ocupa el sexto lugar en el ranking de países productores de soja transgénica en el mundo, por delante de Canadá y detrás de China, India, Argentina, Brasil y Estados Unidos. Todos países con una superficie mucho mayor que la del país guaraní. Las nueve millones de toneladas de soja se cosechan en tres millones y medio de hectáreas que se han sido robadas (literalmente) a campesinos, indígenas y a un Estado aliado de los sojeros. LA SOJA SE COME TODO Lo más curioso e indignante, es que los productores de soja avanzan sobre tierras del Estado que fueron entregadas a campesinos beneficiarios de planes de reforma agraria. O sea, con colonias estatales, aunque el propio Estado paraguayo las haya abandonado sin asignarles servicios mínimos. En las zonas de expansión sojera, en los departamentos de la franja lindera con Brasil, los productores brasileños alegan tener títulos de propiedad, conseguidos

de

forma

fraudulenta

por

la

corrupción

de

funcionarios

estatales

del Indert (Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra) y la Dirección de Catastro.

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Varios trabajos del instituto BASE-IS documentan el avance del agronegocio en el campo paraguayo entre 2013 y 2015, o sea en los dos primeros años del gobierno de Horacio Cartes. En los ocho años que van de 2004 a junio de 2012 (destitución de Fernando Lugo por un golpe parlamentario), se había liberado legalmente un solo evento transgénico. Sin embargo, desde ese año se liberaron 19 eventos más, de modo legal o ilegal, según la abogada Silvia González. No hay datos oficiales. “Para acceder a información sobre la liberación de eventos transgénicos”, escribe la abogada, “nos hemos visto en la necesidad de recurrir a información de organismos del exterior, ya que la página oficial de la Comisión de Bioseguridad Agropecuaria y Forestal (Conbio) desde hace meses tiene “problemas técnicos”[3]. En segundo lugar, se constata una fuerte concentración de las empresas oligopólicas que controlan el 75 por ciento del mercado global, seis grandes empresas encabezadas por Monsanto y

seguidas

por Syngenta,

Dow,

Bayer (ahora

fusionada

con

Monsanto), Basf y DuPont. Cuatro empresas brasileñas controlan las exportaciones de carne y tres estadounidenses las de soja. En un país donde el presidente es, a la vez, empresario ganadero, sojero, tabacalero, agroindustrial y financiero, por mencionar apenas sus negocios legales. Sólo tres empresas controlan el 40 por ciento de las exportaciones. Las consecuencias son catastróficas para el medio ambiente y los campesinos. Según la Asociación Guyra Paraguay cada año se deforestan 260 mil hectáreas, por lo que en poco más de una década “la deforestación rampante promete eliminar los bosques de la faz del Paraguay”. Cada día se destruyen dos mil hectáreas de bosque. El economista Jorge Villalba, de la Sociedad de Economía Política, concluye luego de analizar los datos oficiales que los grandes productores evadieron nada menor que el 87 por ciento del Impuesto a la Renta Agropecuaria. El sector apenas aportó 110 millones de dólares lo que es suficiente para mantener al Estado en funcionamiento apenas tres días. Las seis principales agroexportadoras vendieron 2.500 millones de dólares de los cuales sólo aportaron por impuesto a la renta 14 millones, el 0,5 por ciento[4]. DESTRUCCIÓN Y RESISTENCIAS

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Hasta la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner en 1989, la mitad de la población del país era rural. En ese momento las instituciones financieras internacionales, como el Banco Mundial, auspiciaban que la población rural del país debía situarse en torno al 12 por ciento. En consecuencia, entre dos y tres millones de campesinos debían ser desplazados hacia las ciudades. Las cosas marcharon según lo previsto. En 1991 había casi un millón de trabajadores rurales (946 mil), cifra que se redujo a 238.400 en 2008, según el trabajo del sociólogo Ramón Fogel del Centro de Estudios Rurales Interdisciplinarios[5]. Por un lado, se vive un crecimiento exponencial del uso de herbicidas como el glifosato y otros venenos, a razón de nueve kilos de veneno per cápita cada año. Entre 2009 y 2015 la superficie sembrada con soja creció un 31 por ciento, pero los agrotóxicos importados lo hicieron un 42 por ciento y los fungicidas secos se expandieron un 937 por ciento[6]. La agricultura mecanizada utiliza un trabajador cada 500 hectáreas, mientras que “la agricultura campesina, con un promedio de tres hectáreas de cultivo de productos agrícolas, ocupa alrededor de cinco trabajadores de forma permanente”, señala el informe “Con la soja al cuello”[7]. Un conjunto de factores, crecimiento de la superficie de cultivos transgénicos, fumigación masiva con venenos y caída de los precios de la agricultura familiar, explican buena parte del éxodo rural. Sin embargo, el factor decisivo es la violencia sistemática de los sojeros y las mafias, apoyados por el Estado. En departamentos sojeros como Canindeyú, seis de cada diez propietarios de más de mil hectáreas son brasileños. Según Fogel son grandes empresarios que tienen capacidad de comprar influencias, favores y sobre todo impunidad, en lo que define como “un capitalismo de mafia que incorpora en sus prácticas el soborno y elementos ligados a la coerción física”[8]. En dos años hubo 43 casos de comunidades campesinas violentadas por reclamar sus derechos a la tierra y por resistir las fumigaciones de cultivos de soja; 26 están relacionadas a conflictos de tierras, y a su vez en 16 de ellas el Estado intervino y terminó destruyendo las viviendas campesinas, vulnerando sus derechos elementales. En total, seis de cada diez casos están relacionados a la lucha por la tierra y cuatro a la resistencia a los agronegocios, que vienen creciendo de forma exponencial. En los dos años relevados por BASE-IS hubo 87 personas heridas o torturadas, 16 casos en que se quemaron viviendas, destruyeron cultivos y robaron bienes de las familias

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campesinas, hubo 460 personas imputadas, 273 detenidas y 38 condenadas. Como señalan Areco y Palau, la criminalización es “una estrategia pensada y montada desde el Estado para enfrentar las luchas sociales y colocar en el plano judicial (delictivo) los problemas sociales, para deslegitimar las luchas por sus derechos”[9]. Un informe de la Coordinadora de Derechos Humanos de Paraguay en el que releva los 120 asesinatos de campesinos a manos de las fuerzas policiales, concluye que “fueron planificados y tuvieron la coherencia de una finalidad política”, consistente en forzar el desplazamiento

de

campesinos

“para

apropiarse

de

sus

territorios,

mediante

la

perpetración sistemática y generalizada de métodos de terrorismo de Estado que gozan de impunidad judicial”[10]. DELINCUENTES AMBIENTALES El abogado Juan Martens sostiene en el prólogo del informe “Judicialización y violencia contra la lucha campesina” que el paraguayo es un “Estado débil (no ausente), útil y funcional

a

poderes

fácticos

y

mafias

regionales

y

departamentales

que

violan

impunemente la ley o utilizan algunas de ellas para la protección de sus negocios”[11]. Destaca la existencia de una “selectividad punitiva” por parte del Ministerio Público, que se focaliza en las personas que lideran movilizaciones contra las fumigaciones e integrantes de comisiones vecinales. De forma sistemática tanto el poder judicial con el Ministerio Público se han posicionado a favor de los intereses de los poderosos, sostiene Martens, que emitieron penas de hasta 30 años de cárcel por “invasión de inmueble”, la clásica ocupación de fincas que realizan los campesinos desde hace décadas. De este modo se busca “disciplinar y atemorizar cada vez más con sentencias y castigos aleccionadores”. A ese tipo de empresarios los denomina “delincuentes ambientales” e incluye a los cultivadores de soja que contravienen la legislación ambiental, a traficantes de rollos de madera y a los propietarios de tierras malhabidas. La impunidad de estos delincuentes es posible por “la cooptación de las instituciones policiales, fiscales y judiciales por estas mafias”, sobre todo en los departamentos de “mayor incidencia de la soja, la agro ganadería y el narcotráfico”[12]. Un buen ejemplo de la impunidad y la subordinación del Estado a los empresarios, se relaciona con el acaparamiento ilegal de tierras facilitado por el estatal Servicio de Información de Recursos de la Tierra(SIRT). El objetivo formal es informatizar el

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registro

agrario

de las 1.18 colonias que tiene el Estado, pero

en realidad la

investigadora Inés Franceschelli de BASE-IS, afirma que es el modo de “pasar una capa de cemento sobre las tierras irregulares”, pues se reconoce automáticamente las tierras registradas, sean legales o no[13]. En apoyo de su tesis cita el gerente del SIRT, Hugo Giménez: “Los lotes que ya tienen título definitivo, aún los conseguidos con informes falsos, no serán cambiados. Hay gente que tiene cinco lotes, contraviniendo lo que dice el Estatuto. Es injusto, Pero si se pretende recuperarlos pasarán 50 años en una demanda” (ABC Color, 9 de enero de 2015). En la lucha por la tierra no hay ninguna organización nacional que se destaque, siendo protagonizada por las Comisiones Vecinales locales, en tanto la resistencia a las fumigaciones la lleva adelante la Federación Nacional Campesina (FNC), una de las pocas que no hipotecaron su independencia en el apoyo al gobierno progresista de Fernando Lugo, al igual que la Coordinadora Nacional de Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (Conamuri) y la Organización de Lucha por la Tierra (OLT). Pese a los elevados grados de violencia la resistencia campesina sigue en pie. Teodolina Villalba, dirigente de la FNC, asegura: “Mucho se cuidan para realizar las fumigaciones en los lugares donde hubo conflicto, varios dejan de fumigar, otros dejan de plantar y también algunos ya abandonaron sus tierras”. Con una enorme sonrisa, suelta en guaraní “omuñama chupekuera lomitá” (los echaron los compañeros). NOTAS: [1] Este trabajo se basa en cuatro investigaciones del instituto BASE-IS. Jorge González, “El nuevo rumbo apura el acaparamiento de tierras campesinas e indígenas a cumplir tres años” (2016); Marielle Palau (coord.) “Con la soja al cuello” (2016); Abel Areco y Marielle Palau, “Judicialización y violencia contra la lucha campesina” (2016) e Inés Franceschelli, “Bajo el manto de la modernidad, se oculta mejor el histórico despojo”, (2016). [2] Jorge González, “El nuevo rumbo apura el acaparamiento de tierras”. [3] Marielle Palau, “Con la soja al cuello”, p. 19. [4] Idem, p. 25.

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[5] Idem, p. 47. [6] Idem, p. 42. [7] Idem, p. 15. [8] Idem, p. 47. [9] Abel Areco y Marielle Palau, “Judicialización y violencia contra la lucha campesina”, p. 19. [10] Idem, p. 22. [11] Idem, p. 11. [12] Idem. [13] “El nuevo rumbo apura el acaparamiento de tierras”. Por Raúl Zibechi Publicado originalmente el 27 / octubre / 2016 en cipamericas.org Raúl Zibechi es analista internacional del semanario Brecha de Montevideo, docente e investigador sobre movimientos sociales en la Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor a varios grupos sociales. Escribe el “Informe Mensual de Zibechi” para el Programa de las Américas. www.cipamericas.org Fuente fotografía: Fotorreportajeando

Las nuevas lógicas del capital http://www.elciudadano.cl/2016/11/14/338538/las-nuevas-logicas-del-capital/ Airbnb, la plataforma internacional de arriendo de casas y departamentos para alojamiento de viajeros, envió un email a sus clientes para informar sobre los nuevos términos de su contrato. A partir de diciembre, los clientes se comprometen por escrito a no discriminar a otros usuarios del sistema. De hacerlo, la plataforma se reserva el derecho a expulsarlos. Airbnb es un negocio basado en las nuevas tecnologías en pleno auge, hoy con una valoración de mercado cercana a los diez mil millones de dólares: tanto como las mayores cadenas hoteleras. Creado en 2008, ha logrado sumar diez millones de reservas en todo el mundo. Los cambios a los términos del contrato, aun cuando pueden apuntar a

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la tolerancia y al respeto de los derechos humanos, son sin duda una consecuencia de poner freno a cualquier prejuicio o rigidez cultural que sea un obstáculo a este expansivo mercado. Airbnb se inscribe en los nuevos negocios, que bajo la denominación de economía o consumo colaborativo, están rompiendo moldes del mercado y lógicas del capitalismo. No es que planteen modelos basados en la solidaridad o los vínculos comunitarios, sino es una nueva conformación que une a las nuevas tecnologías con las necesidades de las personas. No son ideas ni emprendimientos basados en el capital, sino en la integración, la comunicación y el intercambio. Por otro lado, por cierto, se comportan como un clásico negocio, dándoles a sus creadores millones de dólares en ganancias por comisiones cobradas a sus usuarios. Uber, Cabify son otros ejemplos de estos emprendimientos en el sector de los autos de alquiler con conductor, más conocidos por haberse enfrentado a otros sectores del mismo mercado (taxis u hoteles) que por sus beneficios. El origen de este tipo de iniciativas puede hallarse en algunas plataformas digitales, como el peer to peer(red entre pares para intercambio de información) o en las mismas redes sociales, modelos potenciados con la amplificación de usuarios a través de los teléfonos inteligentes. Sólo a través de esta hiperconexión es posible intercambiar las ingentes cantidades de información entre los usuarios. El nuevo concepto de negocio, que tiene estos dos o tres grandes referentes mundiales, tiene otras expresiones en muchas áreas e intereses, desde intercambio de servicios, educación, compra y venta de productos; desde estacionamientos gratuitos disponibles, a bicicletas para compartir en diferentes lugares geográficos, desde alimentos sobrantes a herramientas inactivas. Un estudio del MIT de Estados Unidos calculó en más de cien mil millones de dólares las posibilidades de estos negocios; en la actualidad apenas factura unos 25 mil millones. Pero sin duda el verdadero potencial no está sólo en actividades tan masivas como las de Airbnb o Uber. El consumo colaborativo utiliza ingentes recursos ociosos o sobrantes. En este aspecto, es una respuesta a la ineficiencia de otros sistemas y a la inequidad. Distribuye de una forma más justa los recursos en tanto los actores en el intercambio, a diferencia de la economía basada en el capital, son de magnitudes y poderes similares. Quienes arman y sostienen la red son los mismos usuarios. Hay quienes ven un gran potencial de cambio en estas tecnologías. En especial en momentos de una economía desregulada y globalizada que ha alcanzado inéditos niveles de concentración e inequidad. Un modelo que se mueve desde abajo como respuesta no a una estrategia del capital sino a las de los mismos usuarios. Pero hay, sin duda, un gran riesgo, el que ya se observa en las grandes plataformas digitales como Uber o Cabify. La amenaza es la reproducción en estas mismas áreas del modelo del gran capital, tal como en Google, Facebook y otras tecnologías, que ha convertido en capital a los mismos usuarios, como afirma David Harvey en las 17 contradicciones del capitalismo. Facebook, sin ir más lejos, anunció la semana pasada que sus ganancias por

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publicidad alcanzaron a cinco mil millones de dólares, en tanto su valoración bursátil supera los doscientos mil millones de dólares, por encima de un gigante como Walmart. La lógica del capital en su búsqueda obsesiva y natural por utilidades arrasa todo a su paso. La economía colaborativa es sólo un nuevo modelo de negocios que convierte a confundidos y desamparados usuarios y clientes en un valioso activo para esta nueva cara del capital. Paul Walder

La reconstrucción de la historia de las Américas. Entrevista a Rodolfo Stavenhagen http://laisumedu.org/showNota.php?idNota=262547&cates=&idSubCat=&subc ates=&ssc=&m=mail1&p=mail1 El pasado 5 de noviembre falleció en la ciudad de Cuernavaca el reconocido sociólogo y antropólogo Rodolfo Stavenhagen, quien fuera un destacado especialista y figura ineludible en el estudio y en la defensa del reconocimiento de los grupos indígenas. A continuación presentamos un extracto de la entrevista que le realizara el historiador canadiense Mathieu d’Avignon como parte del Groupe de recherche sur l’Histoire (GRH-UQAC), Université du Québec à Chicoutimi en el año 2012.

Introducción Nacido en 1932 en Frankfurt, Alemania, Rodolfo Stavenhagen emigró a México con sus padres en 1940, huyendo del nazismo, cuando la Segunda Guerra Mundial tomaba ímpetu en Europa. Durante su infancia y adolescencia se inició en diálogos intelectuales en el seno mismo de la casa paterna, en donde se juntaban etnólogos, historiadores y artistas, todos ellos apasionados de la cultura mexicana, algunos fascinados por la colección de arte precolombino de su padre, hablaban de cultura, política mexicana e internacional, de ciencias humanas y de las sociedades. Más tarde, después de sus primeros viajes fuera de la Ciudad de México, descubre una pasión por la historia y el presente de las sociedades campesinas y los pueblos indígenas de México. Obtuvo una licenciatura en arte de la Universidad de Chicago en 1951, una maestría en antropología social de la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México en 1958 y un doctorado en sociología de la Universidad de París (Sorbonne) en 1965. Desde la conclusión de sus estudios universitarios, se convirtió en un sociólogo eminente en México. Su experiencia y conocimientos, así como sus investigaciones en el campo de las ciencias sociales gozan del reconocimiento de la comunidad científica internacional por su calidad excepcional. Sus investigaciones se centran esencialmente en la sociología del mundo agrario y de desarrollo rural, las minorías étnicas y los pueblos indígenas, los conflictos étnicos y su solución, los derechos humanos y los movimientos sociales. Intelectual e investigador prolífico, ha escrito como autor o coautor unos cuarenta libros en diversos idiomas. Varios de ellos han sido reeditados varias veces y publicados en inglés, árabe, español, francés, italiano, etc. A esto se añaden más de trescientos treinta artículos, escritos como autor o coautor y publicados en revistas científicas internacionales y diarios, así como los numerosos informes que ha redactado para el Instituto de Investigación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social (UNRISD), el Alto Comisariato de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Comisión de los Derechos Humanos, la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Impartió clases inicialmente en la Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México entre 1956 y 1976. Fue el primer director del Centro de Estudios Sociológicos del Colegio de México (1973- 1976), donde impartió clases como profesor a partir de 1965. Ha impartido clases como profesor en la Universidad Pontificia Católica de Rio de Janeiro, en el Instituto de Estudios de Desarrollo Económico y Social y el Instituto de Altos Estudios de América Latina de la Universidad de París, así como en el departamento de Sociología de la Universidad de Ginebra. Además de ser excepcionalmente activo en el ámbito académico en México y el mundo, ha tenido cargos de lo más prestigiosos dentro de organizaciones nacionales, panamericanas e internacionales, principalmente en el campo de la defensa de los derechos humanos: Director General de Culturas Populares de la Secretaría de Educación Pública en México, Sub-Director General de la UNESCO a cargo del sector de ciencias sociales y sus aplicaciones, Presidente de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, Presidente del consejo directivo del Fondo Para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe, Vice presidente del Instituto Interamericano de Derechos Humanos, miembro del consejo de dirección de la Universidad para la Paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre 2001 y 2008, trabajó para la ONU como Relator Especial de la situación de los derechos humanos y las libertades fundamentales de las poblaciones autóctonas. Entrevista M. D. Señor Stavenhagen, platíqueme un poco de sus orígenes. ¿De dónde viene este apellido que suena alemán o germánico? ¿Tiene usted ascendencia indígena? R. S. Comenzaré respondiendo a la segunda pregunta: no, desafortunadamente, no tengo ascendencia indígena. Pero tengo ascendencia alemana, judío-alemana, del norte de Alemania. Hay una pequeña ciudad, cerca de la frontera con Dinamarca, que se llama Stavenhagen. El apellido de la familia es, así, el de uno de mis antepasados que vivió en esa ciudad. Más tarde, mis antepasados se establecieron en Hamburgo. De allí, marcharon a Frankfurt. Fue en esa ciudad donde yo nací. Mi madre venía de Viena, su familia era austriaca. Era la época del imperio de los Habsburgo en ese momento. Mi familia emigró de la Alemania nazi en 1936. Pasamos, como tantos refugiados de esa época, por varios países de Europa. Nos mudamos primero a Génova, en Italia, donde viví durante dos años, siendo un niño pequeño, luego a Suiza y a Holanda. Partimos en 1940, el mismo día que el ejército alemán invadió los Países Bajos. Partimos bajo las bombas alemanas. Me acuerdo muy bien, tenía siete años. Me acuerdo de las

156 bombas que cayeron cerca del barco en donde nos encontrábamos. Había que cruzar el Canal de la Mancha y después el Océano Atlántico Norte. Finalmente, llegamos a México unos días antes de mi octavo cumpleaños. Por lo tanto soy totalmente mexicano, ¡pero no indígena! M. D. ¿Sus padres eran intelectuales? ¿Qué fue lo que lo llevó a convertirse en sociólogo? R. S. Mis padres no eran intelectuales, pero tenían un gran amor por la cultura y las artes. Mi padre era comerciante de joyas, como mi abuelo en Alemania. Mi padre estudió Psicología en la Universidad de Frankfurt, pero jamás ejerció dicha profesión. No lo pudo hacer por motivos económicos, la depresión y la inflación, pero también a causa del nazismo. Él amaba el arte. En México descubrió el arte precolombino, el arte de los indígenas de América antes de la conquista española. Durante cuarenta años coleccionó obras de arte pre colonial. La gente venía a la casa de mi familia para admirar los objetos de arte antiguos. Existía realmente un ambiente de cultura, de discusiones respecto a cuestiones artísticas, respecto a la cultura mexicana y europea. La colección de arte de mi padre fue afortunada, porque parte de dicha colección se encuentra ahora en museos nacionales mexicanos, en el Museo de Antropología de Xalapa, Veracruz, y en el Museo Universitario de Arqueología de Colima. Cada pieza de esta colección se encuentra catalogada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Parte de esta colección será inscrita como patrimonio de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y se expondrá en el Centro Cultural de la UNAM en Tlatelolco, en la Ciudad de México. Esto todavía no es un hecho consumado, pero para cuando se publique este libro, creo que ya será un hecho. Fue así como me empecé a interesar por las cuestiones culturales. En casa de mis padres conocí gente muy interesante; eran investigadores en ciencias sociales, sobre todo historiadores y etnólogos. Decidí en primer lugar, dedicarme a la etnología. Tuve la oportunidad, cuando era todavía un colegial, de acompañar a amigos de mis padres en viajes al sureste de México. Visité las comunidades indígenas de Chiapas y Oaxaca. Me fascinaron. Tenía entonces dieciséis o diecisiete años. Así que decidí estudiar etnología. Después de dos años en la Universidad de Chicago, donde realicé mis primeros estudios universitarios y tomé cursos con etnólogos norteamericanos que realizaban investigaciones sobre México y eran muy conocidos, como trabajé con el gobierno, en el Instituto Nacional Indigenista. Trabajé con los indígenas de los Estados de Oaxaca y Chiapas. Me interesé principalmente por la problemática del desarrollo social, la problemática agraria y los temas de las tierras. Comencé a hacer investigaciones y a trabajar en los institutos universitarios de la Universidad Nacional de México, y para ciertos departamentos del gobierno que trabajaban con los indígenas. Finalmente, años más tarde, después de haber ido a Francia para realizar un doctorado en la Universidad de Paris, en sociología esta vez, regresé aquí para establecerme en el Colegio de México a principios de los años 60. No he dejado el Colegio desde hace cuarenta años, salvo por algunos interludios en los que fui a trabajar a otros lados. M. D. ¿Tiene hijos? Si los tiene, ¿le han enseñado alguna cosa acerca de la sociedad mexicana que las investigaciones sociológicas y científicas no le hayan permitido observar? R. S. Sí, tengo una familia mexicana grande. Tengo cuatro hijos, de dos matrimonios. Mis dos hijas mayores son hoy en día profesionistas en México, muy activas en sus profesiones. Mis dos hijos más jóvenes, del matrimonio con mi segunda esposa, realizan sus estudios universitarios. Los cuatro se interesan por los problemas sociales, pero desde otro punto de vista. Ninguno de mis hijos deseó realizar estudios en sociología, antropología o ciencias sociales, salvo una que tiene una licenciatura en Historia, especializada en historia de México, pero no trabaja en ese campo. Mi hija mayor es la Directora General del Instituto Mexicano de Cinematografía. Los otros, los más jóvenes que se encuentran todavía estudiando, definitivamente quieren trabajar en el campo de la comunicación. Se interesan mucho por los problemas sociales. Por ejemplo, mi hija mayor acaba de realizar un documental acerca de un líder revolucionario del Estado de Guerrero, un guerrillero de los años 60, Lucio Cabañas Barrientos. Entrevistó a supervivientes de ese movimiento de hace casi cuarenta años. Se trata de un líder contemporáneo que se hizo al monte para luchar contra la injusticia. Cabañas era un maestro de escuela, que decide hacer guerrilla contra la represión. Organizó un movimiento de resistencia entre los profesores, que fue brutalmente reprimido por los gobiernos federal y local. M. D. Cuando publicó las Siete Tesis y reconoció a los pueblos indígenas como cabales actores de la sociedad mexicana, ¿Esto causó perturbación? R. S. Sí. Esto vino a perturbar precisamente esa visión oficial que veía a las comunidades indígenas como una especie de vestigio de un pasado muerto que debía desaparecer. No solamente no existía ese pasado, sino que, por norma, los indígenas no debían ser ya lo que eran debido a que, en un país moderno y progresista que construía su futuro, todos debían integrarse a esa visión del Estado moderno en donde no había lugar para los indígenas. Esta era todavía, a fin de cuentas, la ideología oficial cuando yo era estudiante. Algunos de mis profesores, que leyeron el artículo, me increparon: «¿Pero qué es esto que dices? ¡Son tonterías!» Yo contestaba «Ese es su punto de vista, yo tengo el mío.» Fue sobre esta línea que después publiqué otras investigaciones académicas respecto a los temas agrarios y campesinos y la problemática de las poblaciones indígenas. M. D. ¿Ha cambiado la relación cotidiana entre los mexicanos y los pueblos indígenas de México desde la época de su infancia? R. S. Sí y mucho, debido precisamente a esos cambios que he mencionado. Los pueblos indígenas, los pueblos indígenas, como les llamamos aquí, tienen ahora una presencia política, una identidad lo suficientemente fuerte como para ser reconocida constitucionalmente. Si usted ve la televisión mexicana, siempre encontrará algún programa acerca de los indígenas. La gente ha tomado conciencia del hecho de que México es un país en el que los indígenas tienen algo que decir, que tienen voz propia y que deben ser escuchados. Sin embargo, todavía quedan muchos problemas por resolver, ya que se quejan mucho de la discriminación, la marginación y la exclusión social a las que se enfrentan. Esto aún continúa porque es muy difícil cambiar el sistema. M. D. Si le pidiéramos que escribiera un libro acerca de las tesis equivocadas o los prejuicios respecto a los pueblos indígenas que circulan en las Américas y otros lugares del mundo ¿Cuáles serían las que deconstruiría? R. S. Existen todavía muchos prejuicios respecto a los pueblos indígenas dentro de la sociedad hegemónica dominante. Aún tenemos viejos prejuicios raciales que dicen: «¡Ahí está! Los indígenas son incapaces de esto y de lo otro. ¡Son biológicamente incapaces!» Bueno, no es muy aceptable hablar de razas biológicas, ¡pero ahora hablamos de razas culturales! Por lo tanto, hace falta «modernizarlos» culturalmente. Sigue siendo el mismo discurso oficial. Es la educación. Pero, ¿qué tipo de educación? Se trata de la educación occidental que impusimos a los indígenas para «modernizarlos». Es parecido a lo que se intentó hacer durante generaciones con los autóctonos de Canadá, con las escuelas residenciales. En México hicimos exactamente lo mismo. Muy recientemente nos hemos dicho: «¡Ah! Pero después de todo, los indígenas tienen un saber propio, tradiciones, conocimientos, espiritualidad y una conexión con la tierra, justo lo que nos falta en esta sociedad urbanizada y globalizada. Así que debemos respetar todo esto.» Ahora existe una especie de contra-valor, que a veces es demasiado ideal o romántico, según se antoje: «Todo lo autóctono es bueno. Así que hace falta salvaguardar este saber y aprender de él», como el Budismo Zen, al que se acude para escuchar la sabiduría de los ancianos a través de la voz de los indígenas. Ni uno ni otro son realmente el reflejo de la realidad. Pero

157 discriminación sigue existiendo. Creo que hace falta deconstruir una visión enfocada en lo racial, una visión desdeñosa hacia los indígenas que sigue existiendo y, por último, una visión folklorista más reciente: «Los indígenas son buenos, porque son bellos tantos colores en los mercados, las textiles, etc.» M. D. Sé que antes, como ahora, las naciones amerindias e indígenas suelen ser muy acogedoras y generosas y utilizan este don para demostrar su respeto o su agradecimiento a sus invitados de honor. Como académico, se le ha distinguido con doctorados honoris causa y prestigiosos premios. ¿Ha recibido usted señales de reconocimiento equivalentes de uno o más pueblos indígenas a lo largo de su mandato como Relator Especial o al final de él? R. S. Sí. A lo largo de mis visitas y mis viajes he recibido regalos de las comunidades, objetos materiales muy significativos para ellos y, por lo tanto, muy significativos para mí. También he sido nombrado por una tribu del bosque Mau, en Kenia, miembro honorario anciano de la comunidad por un grupo de cazadores-recolectores. Me dijeron: «Ahora usted ha sido nombrado como tal, que es un gran honor.» Yo respondí: «Sí, lo sé.» Luego agregaron: «También tiene usted responsabilidades, debe velar por nosotros.» Pero, ¿cómo voy a lograr eso desde México hasta el bosque Mau? He recibido símbolos de reconocimiento de varios grupos, como éste, y estoy muy agradecido. M. D. Señor Stavenhagen, danke, danke schön, y muchas gracias.

Extracto tomado de: Groupe de recherche sur l’Histoire (GRH-UQAC) Université du Québec à Chicoutimi, 2012: http://www.uqac.ca/grh/wpcontent/uploads/2012/09/stavenhagen_espanol.pdf Traducción de Luz Maria Santa María.

Disidencias de las FARC: ¿Por qué lo hacen? ¿Qué tan peligrosas son? Escrito por Eduardo Álvarez Vanegas

http://www.razonpublica.com/index.php/conflicto-drogas-y-paz-temas30/9865-disidencias-de-las-farc-por-qué-lo-hacen-qué-tan-peligrosasson.html?utm_source=MadMimi&utm_medium=email&utm_content=Disidencia s+de+las+FARC%3A+¿Por+qué+lo+hacen%3F+¿Qué+tan+peligrosas+son%3 F&utm_campaign=20161114_m135500591_Disidencias+de+las+FARC%3A+¿ Por+qué+lo+hacen%3F+¿Qué+tan+peligrosas+son%3F&utm_term=Eduardo +_C3_81lvarez

Ya sea por vínculos con economías ilegales, condiciones territoriales o por falta de identificación con el proceso de paz, algunos frentes o unidades de las FARC seguirían ejerciendo la violencia. ¿Cuáles son, donde están, qué los motiva, que tanto éxito tendrían? Eduardo Álvarez Vanegas*

Desertores en guerra El viernes 11 de noviembre el Sistema de Alertas Tempranas (SAT) de la Defensoría del Pueblo advirtió a través de los medios de comunicación sobre posibles acciones armadas de la disidencia del Frente 1 y de la compañía Urías Cuellar de las FARC en los municipios de Mitú, Carurú y Taraira, en el departamento de Vaupés. Concretamente, se refirió a los “riesgos de reclutamiento forzado, accidentes por minas antipersonal, extorsiones e intimidaciones”, sumado a las situaciones de confinamiento de poblaciones que este grupo estaría creando. No es la primera vez que tenemos noticias sobre las actividades de este grupo armado. Es el mismo que en julio pasado anunció por medio de un comunicado que no se acogería al proceso de paz. Sin embargo en su momento Félix Antonio Muñoz alias Pastor Álape, afirmó que dicha posición no representaba a las FARC ni

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a todo el Frente 1. Pero este Frente no se quedó con el dicho y pasó a los hechos, pues el 2 de octubre habría sido el responsable del hostigamiento a un puesto de votación del plebiscito en San José del Guaviare. Además, algunas fuentes de la región me explicaron que aunque esta disidencia no pondría en jaque al proceso, sí tendría la capacidad de tener impacto humanitario en una de las zonas más apartadas del país, cuyos habitantes no creen que este sea un proceso de paz que vaya a beneficiarlos. Por el contrario, los habitantes temen que estos territorios, históricamente desarticulados del resto de la nación, sigan a merced de las economías criminales, de mafias internacionales y de nuevas formas de violencia criminal.

Disidencias y desertores después de la victoria del No En la coyuntura actual, el debate sobre disidencias adquiere un nuevo matiz. Ya no se trata solo de reconocer que este es un fenómeno normal, propio de estos procesos, y que deberá ser asumido como parte de las nuevas manifestaciones de violencia que vivirá Colombia en los próximos años. También se trata de preguntarse por otro tipo de efectos no esperados del triunfo del No en el plebiscito, como aquellos que, en el corto plazo, repercuten directamente sobre las FARC como organización. De ahí que no sea gratuito que diferentes sectores califiquen de “frágil” el actual momento. Parece haber desconfianza entre las filas de las FARC y esto traería más disidencias y desertores, así la guerrilla quiera mostrar otra realidad con sus “vigilias por la paz”. Después del plebiscito el gobierno prolongó el cese bilateral hasta el 31 de diciembre y decidió entrenar guerrilleros de las FARC en labores de monitoreo y verificación (M&V). Igualmente, se definieron 26 puntos de pre-agrupamiento temporal (PPT) y se puso en marcha el mecanismo de M&V para el cese al fuego bilateral desde el pasado 7 de noviembre.

Parece haber desconfianza entre las filas de las FARC y esto traería más disidencias y desertores. Con esto, además de enviar ciertos mensajes políticos, como ya lo ha analizado mi colega Daniel Pardo, también se están poniendo en marcha medidas de estabilización temporal para mantener a las tropas lo más unidas posible y darle oxígeno al proceso. En otras palabras, al pre-concentrarse las FARC las partes negociadoras compran tiempo y se controlan posibles desertores y disidencias. Y al parecer así se ha hecho, pues las disidencias y deserciones han sido hechos aislados, como lo muestra el siguiente mapa:

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En el caso de la columna móvil Daniel Aldana, sus disidencias no necesariamente están relacionadas con el proceso de paz. Se trataría de un rasgo histórico de este grupo, que está involucrado de lleno en el narcotráfico, tiene grandes redes de milicias y una alta capacidad para cometer acciones de bajo esfuerzo pero con alto impacto, como ataques contra la infraestructura petrolera, tal y como lo demostró entre mayo y junio de 2015 cuando se rompió el cese unilateral. Algo muy diferente ocurre con los cuatro desertores del Frente 19. En este caso es difícil hablar de disidencias porque el número de personas que se requieren para conformar una es mayor de cuatro. La pregunta, no obstante, es si este es un caso aislado o se estaría dando a cuentagotas en otros frentes. Sobre este tema surgen muchas dudas pues las FARC no lo negarían en un momento tan delicado del proceso (de hecho, no lo

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hicieron en el caso del Frente 19) y mucho menos cuando han dado muestras puntuales de no querer dar marcha atrás y su imagen parece cambiar en las encuestas.

Las condiciones territoriales En el mapa anterior también se muestran las potenciales disidencias que hemos identificado en el trabajo de campo de la Fundación Ideas para la Paz (FIP). Subrayo que la posibilidad de que esto ocurra puede obedecer a la coyuntura actual, pero también a factores de mediano plazo, de tipo organizacional y de la oferta criminal preexistente en los territorios. Entre los efectos organizacionales se cuentan la acción del Estado en materia de seguridad contra las FARC durante los últimos 15 años y la necesidad del grupo guerrillero de mantener las economías de guerra a flote, lo cual implica problemas de cohesión, disciplina y lealtad frente a nuevos liderazgos. Si bien el equipo negociador de las FARC en La Habana ha insistido en que sus tropas están unidas alrededor del proceso de paz (un mensaje que se reforzó con la declaración de la X Conferencia), cabe preguntarse por aquellas unidades como las comisiones de finanzas, que obligatoriamente han conservado los vínculos con grupos criminales. Por ejemplo, hasta hace muy poco existía el vínculo entre el Frente 36 de las FARC y las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC). Esta inserción en diferentes economías criminales ha instalado un tipo particular de aprendizaje entre los integrantes de las FARC, quienes una vez sin armas no necesariamente van a apostarle al proceso. Una cosa son los principios de cohesión, lealtad y disciplina en armas y otra muy distinta cuando ya no se tienen. Por eso el debate sobre las disidencias es sumamente importante, ya que los factores que las disparan también están en los grupos y la forma en que han cambiando al vaivén de la guerra. En segundo lugar están las condiciones cambiantes del conflicto armado en los territorios. Entre estas se encuentran la concentración de varias economías criminales que en muchos casos superan la acción del Estado, y se convierten en un competidor más y abren el camino para la continuidad de carreras criminales. También está la presión que pueda estar ejerciendo el crimen transnacional para que estas se mantengan a flote a pesar del proceso de paz y de su implementación. En los casos que hemos identificado como potenciales, vemos que todas estas variables se cumplen. Entre los estudiados, los casos de los Frentes 33, 57, 32, 48, 30 llaman la atención por varias razones: •

En el caso del Frente 33, con presencia en el Catatumbo, ya son varios los sectores que venimos advirtiendo sobre la transferencia de sus capacidades a otros grupos de la región (EPL y ELN) en los últimos dos años y la presión de agentes internacionales por mantener a flote el narcotráfico en una región en la que el área de cultivada con hoja de coca creció casi un 70 por ciento en el último año.

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Los casos de los Frentes 48 y 32 tienen que ver con la oferta que puede hacer el crimen organizado en la zona, como el grupo ‘La Constru’ que, de acuerdo con nuestro trabajo, funciona como puente entre las FARC y el crimen internacional para sacar coca y controlar otros segmentos de marcados ilegales por la frontera con Ecuador.



El caso del Frente 30 es llamativo pues, en años recientes, algunos de sus integrantes habrían pasado a engrosar las filas del grupo delincuencial “La Empresa” que hoy en día está en algunos barrios de las comunas 10 y 12 de Buenaventura, en disputa con una disidencia de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) o Clan del Golfo. En el puerto preocupa que esta historia se repita.

Ya otros han hecho ejercicios de este tipo, basados en variables como nexos con crimen transnacional, nivel de involucramiento con el narcotráfico y otras rentas ilegales, control de rutas y acceso a zonas de cultivo de coca, nivel de hostilidades, lazos familiares con integrantes de estructuras criminales y perfiles de sus comandantes. Ejemplo de esto es el informe que Insight Crime publicó en 2012 en la revista Semana, proyectando posibles disidencias en 13 frentes.

El equipo negociador de las FARC en La Habana ha insistido en que sus tropas están unidas alrededor del proceso de paz. El debate, pues, está abierto y no hay variables únicas para comprenderlo. Están las económicas, las organizacionales, las territoriales y las socioculturales. También las históricas, que muestran, por ejemplo, que el caso del Frente 1 no es, ni será, el único. En Colombia esto ya sucedió con el Ejército de Liberación Popular (EPL), en 1991, y con las AUC, entre 2003 y 2006. En el mundo también ha pasado en Irlanda del Norte, Burundi, Angola, Sudán, entre otros. Y se han formado bajo motivaciones y situaciones concretas pero se han mantenido gracias a otras. En todo caso, hay muchas lecciones por aprender y, por el momento, parece que la decisión de contener e iniciar la transición temporal de las FARC, considerando a los comandantes de guerrilla, las escuadras y los frentes, es una medida realista mientras se conoce el nuevo acuerdo que permita su transición total.

* Coordinador del área de dinámicas de conflicto y negociaciones de paz de la Fundación Ideas para la Paz, magíster en Antropología Sociocultural de la Universidad de Columbia y politólogo de la Universidad Javeriana.

@ealvarez80.

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Agradezco el apoyo de Daniel Pardo, Alana Poole, Ángela Silva y Lorena Zárate, investigadores de la FIP, en la realización de este artículo.

Embajador de EU, sí, pero que no conspire: Evo Morales http://www.jornada.unam.mx/2016/11/14/politica/002n1pol Acepta que no está listo para irse, aunque respeta la decisión del pueblo El triunfo de Trump, afirma, por el enojo contra la globalización LUIS HERNÁNDEZ NAVARRO Enviado Periódico La Jornada Lunes 14 de noviembre de 2016, p. 2

Bolivia. Aunque Bolivia está mejor sin embajador de Estados Unidos, quisiera que nombren uno, dijo a La Jornada el presidente Evo Morales. Pero no a cualquiera, sino a un diplomático, no a un político que se dedique a conspirar en contra de la soberanía de su país. Estados Unidos no tiene embajador en Bolivia desde que, en septiembre de 2008, el gobierno de Evo Morales expulsó a Philip Goldberg, acusándolo de dividir el país y apoyar a la oposición. Como diplomático, Goldberg había desempañado un relevante papel durante la guerra civil yugoslava. Entrevistado a bordo del avión presidencial, un Falcon 900 EX de manufactura francesa, en el recorrido entre Tarija y Cochabamba, el mandatario boliviano asegura que el voto en favor de Donald Trump en los comicios estadunidenses fue producto del descontento contra la globalización fallida conducido por la derecha. Con tres años más al frente del Ejecutivo, explica que el descalabro sufrido en el referendo para decidir la posibilidad de presentarse a un nuevo periodo en el cargo fue resultado de una campaña de mentiras, que él no está listo para irse, y que siempre ha respetado la decisión de su pueblo. A continuación la entrevista completa con el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia. –¿Cómo explica el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos? ¿Ve posibilidad de un nuevo tipo de relación entre su país y Washington? –La victoria de Trump fue producto del descontento contra la globalización fallida, del enojo contra el libre mercado desquiciado, de la barbarie de la guerra. Un descontento conducido por la derecha. “Estados Unidos no ha nombrado un nuevo embajador. Todavía no. Quisiera que lo hiciera. Quisiera que nombrara a un diplomático, no a un político. A uno que respete. No que se dedique a conspirar, que se dedique a quitarnos nuestra soberanía. Con cualquier presidente que sea, si quiere respetarnos, estamos dispuestos a intercambiar embajadores. “Esperamos trabajar contra el racismo, contra el machismo, contra la antinmigración, por la soberanía de nuestros pueblos. Deben evaluar eso. Pero mire, en mi experiencia vivida, es mejor estar sin embajador de Estados Unidos. Aunque siempre tiene a sus brazos operativos para que le hagan el trabajo. Por ejemplo, algunas organizaciones no gubernamentales que usan el medio ambiente para atacarnos. “Siempre tengo un recuerdo presente. Cuando llegué a la presidencia, algunos mineros, que en tiempos de la dictadura militar habían sido expulsados del país o se habían tenido que asilar, me fueron a ver y me dijeron: ‘Presidente, cuídese de la embajada de Estados Unidos.’ ¿Sabe la razón por la que no hay golpes de Estado en Estados Unidos? Porque allí no hay embajada de Estados Unidos”.

163 –¿Qué piensa usted que ha sucedido en América Latina con la derrota del kirchnerismo en Argentina, el golpe de Estado en Brasil, el triunfo de la derecha en la elecciones parlamentarias en Venezuela? ¿Afecta a Bolivia ese avance de la derecha? –Nos afecta políticamente, pero también económicamente. Afecta la estabilidad política. “¿Qué tan importante es la estabilidad política? Es muy importante poder pensar a largo plazo. Cuando sólo están pensando en cuándo se van a ir del gobierno no se puede planificar. Los programas de desarrollo se detienen. Lo que pasó en Argentina y Brasil nos lleva a un debate importante. Los movimientos sociales vieron lo que está pasando allá y dicen: hay que estar unidos, no hay que dejar que la derecha llegue. No hay que permitir que llegue la privatización. Esa experiencia nos ha llevado a ver los errores que se cometieron. –Cuando usted asumió la Presidencia de Bolivia se encontró con un país devastado. ¿Qué ha hecho para reconstruir el país 11 años después? –Cuando llegamos al gobierno, Bolivia estaba prácticamente dividida entre el campo y la ciudad, y el occidente y el oriente. Económicamente se encontraba descuartizada. Algunos megacampos eran de los españoles (Repsol), otros eran de Brasil (Petrobras) y otros de franceses (Total). Los ductos eran de los estadunidenses. Teníamos, política y económicamente, un Estado mendigo, un Estado limosnero. “¿Por qué nos dejaron así? Porque los bolivianos no decidíamos ni políticas ni programas y, menos, proyectos sociales. En la parte económica todo era impuesto por el Fondo Monetario Internacional. El Fondo tenía su oficina en el Banco Central de Bolivia. La CIA era un parásito que tenía sus oficinas en Palacio Nacional. El Grupo Militar de Estados Unidos tenía las suyas en la sede de las fuerzas armadas en el Gran Cuartel General de Miraflores. “Cuando había conflicto político y los partidos de la derecha se peleaban, el embajador de Estados Unidos era el padrino. Se pueden encontrar imágenes, fotografías de sus reuniones. El embajador juntaba a partidos como el MIR y el MNR. Ningún partido ganaba con más de 30 por ciento. Teníamos una democracia pactada. Todo era pacto. Era legal, pero no había legitimidad. “Eso cambió gracias a nuestra lucha. Para nosotros fue muy importante pasar de la lucha sindical, de la lucha social, de la lucha comunal a la lucha electoral. Lo hicimos conservando los valores que nos dejaron nuestros antepasados. Conservamos viva la lucha en tiempos de la Colonia, la lucha en tiempo de la dictadura militar, la lucha por la democracia. La lucha contra el gobierno pactado, contra el modelo neoliberal. “También conservamos viva la lucha campesina, especialmente en mi región (Chapare), que nos hizo despertar a la presencia estadunidense, uniformada y armada, con bases militares, so pretexto de la lucha contra el narcotráfico. Pero, en el fondo, no había lucha contra el narcotráfico. Se trataba de un pretexto para ejercer un control geopolítico. En ese tiempo, a los dirigentes ya no nos acusaban de comunistas, de rojos, sino de narcotraficantes, de terroristas. Fue un hecho histórico este paso de la lucha social a la lucha electoral con un programa hecho por el pueblo, que nos permitió ganar el gobierno. –¿En qué consistía ese programa? –En tres cosas. Primero, en lo político, la refundación del país. En lo económico, la nacionalización de los recursos y de las empresas estratégicas. Y, en lo social, la redistribución de la riqueza. “Con ese programa ganamos el gobierno. En 2005 obtuvimos la Presidencia con 54 por ciento de los votos. Todo el mundo quedó sorprendido. “Lo más difícil fue la refundación: la Asamblea Constituyente y el proceso de la nueva Constitución. Tardamos casi cuatro años. Y en ese proceso, la derecha se replegó hacia sus departamentos y, avivando el separatismo, trató de dividir el país. Fracasaron. La derecha intentó revocar el Constituyente. Fracasaron. Intentaron un golpe de Estado e

164 igual fracasaron. Nuevamente el pueblo regresó a la calle. Se realizaron grandes concentraciones, para otra convocatoria. En septiembre de 2008 tuve que expulsar al embajador de Estados Unidos para garantizar la estabilidad política. Es que, cuando los gobiernos democráticos no están al servicio del imperio, sufren golpes de Estado militares. Y cuando tuve información fidedigna de que el embajador de Estados Unidos estaba financiando a mis opositores, estaba conspirando, dije: fuera embajador. Ahora, sin embajador de Estados Unidos, tenemos más estabilidad política. –¿Qué impacto ha tenido en el país la nacionalización económica? –Ha cambiado la matriz económica de Bolivia. La renta petrolera en 2005 eran 300 millones de dólares. Hemos llegado a 5 mil millones de dólares. La inversión pública en 2005 eran 600 millones de dólares. Hemos llegado ahora a más de 8 mil millones de dólares de inversión pública. El PIB en 2005 era de 9 mil millones de dólares, el año pasado llegó a 34 mil millones dólares. –¿Y la caída del precio del petróleo les afecta? –Sí, este año vamos a crecer menos. Pero hay un momento en el que nos hemos disparado. Las reservas internacionales en 2005 eran mil 700 millones de dólares, en 2014 más de 15 mil millones de dólares. Eso, sin tomar en cuenta los depósitos, ADP. Considerándolos pasamos de los 40 mil millones de dólares. Esa es la estabilidad económica que tiene Bolivia. Eso fue posible por la nacionalización de los recursos naturales, pero también de empresas estratégicas. Ese fue el caso de Etel, la empresa de telecomunicaciones en manos italianas. Antes tenía utilidades de 70 millones de dólares, que no se quedaban aquí. Además, apenas estaba en 90 municipios de los 339 que tenemos. Nacionalizamos y ahora tenemos 140 millones de dólares de utilidad, que se quedan aquí, y tenemos Internet y telecomunicaciones en casi toda Bolivia. –¿Cómo ha caminado el tema de la redistribución? –Tenemos el compromiso de redistribuir las ganancias de las empresas públicas no sólo a alcaldías sino a los que más lo necesitan . Lo hacemos ejecutando programas destinados al impulso de la producción, como el Programa de Apoyo a la Seguridad Alimentaria o el Programa de Alianzas Rurales. Pero, también, con políticas sociales, como el pago de los bonos, que permiten que la gente cuente con más recursos económicos y de esta manera puedan solventar sus necesidades y requerimientos. Tenemos para los niños el Bono Juancito Pinto, y los apoyos a la vejez que no está jubilada. Esto nos ha permito reducir, rápida y drásticamente, la pobreza. Ahora tenemos una nueva Bolivia. Sus políticas son conocidas y reconocidas en otros países. –¿Qué ha cambiado para los pueblos indios en estos 11 años? –La única forma de garantizar la paz social es con la participación ciudadana. No hay paz sin justicia social. Pero esto vale no sólo para el movimiento indígena, sino para todos los sectores sociales. Todos son actores. No somos una democracia representativa, ni siquiera participativa, sino decisiva. Los que más han ganado con los cambios en Bolivia son las mujeres y los indígenas. “Hay pequeños grupos indígenas. Creamos circunscripciones especiales. Los hermanos tienen sus asambleístas nacionales y departamentales. Los grupos indígenas menos numerosos pueden tener un asambleísta, con los mismos derechos y los mismos deberes que los demás, pero para escogerlo necesitan mucho menos votos que los otros. Y luego está el envalentonamiento. Antes, una hermana con pollera era mal mirada y tratada. Ahora se la pone con mucho orgullo. Antes, la música originaria era mal vista. Ahora en las ciudades ya marchan con ella. Antes, la comida del indio, que es la quinoa, era despreciada; ahora es la comida más rica del mundo. Nosotros ya no la comemos porque ha subido mucho de precio. Antes se prohibía vender la carne de llama; ahora es la carne que tiene menos colesterol. Todo lo indígena se valoriza.

165 –Esos movimientos sociales que antes eran tan vitales ¿lo siguen siendo después de 11 años de gobierno y de que algunos de sus dirigentes se han incorporado como funcionarios públicos? –Entre 85 y 90 por ciento de quienes son elegidos por nuestro instrumento político (el MAS) para ser alcaldes, concejales o asambleístas departamentales son dirigentes sociales. Nos descabeza los movimientos sociales. –¿No es eso un problema para el movimiento? –Sí, pero es una linda experiencia. Cada cinco años hay que preparar una nueva cantidad de dirigentes. Llegan las elecciones y la mayoría de los candidatos viene de los movimientos sociales. Toda elección nos descabeza a nuestro movimiento social. Antes de nuestro instrumento político, los dirigentes nos descartábamos. Pero ahora hay ese problema. El dirigente está pensando: ¿qué cargo después me toca? Es una realidad. Es una linda experiencia. –Ustedes han sacado a muchos bolivianos de la pobreza. En lugares como Brasil, donde también se hizo, este logro no se acompañó de un trabajo ideológico y cultural. Quienes dejaron de ser pobres se asumieron como clase media y olvidaron su vieja identidad y sus vínculos asociativos. Hicieron del aumento a su capacidad de consumo el centro de su nueva vida. ¿Ha pasado algo así en Bolivia? –Aquí hay un problema. Una parte de quienes han salido de la pobreza se ha integrado a la clase media. Esos 2 millones de personas ya tienen otras expectativas. Son nuevos clasemedieros. Se olvidan de que clase media es clase a medias... Lamentablemente algunos dejan de valorar su pasado campesino e indígena o de otros sectores sociales. Llegan incluso a despreciarlos. Es el pueblo quien defiende al país. Y a los nuevos clasemedieros ya no les importa defender al país. Sus demandas son para tener más consumo. Tienen aspiraciones muy exageradas. Es muy importante esta experiencia.” –Su periodo como presidente llega hasta finales de 2019. El referendo para permitirle presentarse a una nueva elección fue ganado por escaso margen por sus opositores. ¿Qué sigue? –Yo no estoy preparado para irme a casa. Lo que hemos hecho en el tema desarrollo y en el tema político es un récord. “El movimiento social planteó este tema del referendo. Y la derecha lo enfrentó en base de mentira, de codicia. Inventó una mujer y un niño, y dijo que era hijo de Evo. Es más, dijo que el niño había muerto. Todo era mentira. Y ahora que se investigó resulta que ni siquiera había habido niño. Pero ya quedó la calumnia. La prensa se comportó como un cártel de mentiras. El tema estaba bien organizado. Lo planificaron con anticipación. “Cuando no pueden tumbar ideológicamente ni democráticamente usan a la familia y hasta un niño inexistente. A mí realmente me ha sorprendido. Sin embargo, ahora la gente se da cuenta. “Yo estoy muy satisfecho. Aunque hayamos perdido la gente dice: Evo, tú debes seguir hasta 2025. Y yo dije: no voy a ir. Y me dicen: la vida de Evo no depende de Evo. Evo es del pueblo. Evo debe someterse al pueblo. “Mi sueño es que acaba mi periodo, me voy a mi chacra, a mi cabañita, a compartir con los dirigentes los buenos y los malos momentos. Ese es mi deseo. Pero siempre he respetado la decisión del pueblo. Una parte de la misma derecha dice: sin Evo, ¿qué va a ser de Bolivia?

La corrupción estatal José Fernández Santillán | 14.11.2016

http://www.estepais.com/articulo.php?id=756&t=la-corrupcion-estatal

166 La democratización de México ha sido lenta y ha traído problemas inéditos. Uno de los más nocivos es el exceso de poder que han adquirido los gobernadores. Libres del control central de un presidencialismo autoritario y sin los contrapesos democráticos necesarios, muchos mandatarios estatales han ejercido sus cargos de forma abusiva e impune.

Blindajes Frente a la derrota electoral sufrida el 5 de junio en Veracruz, Quintana Roo y Chihuahua, los gobernadores priistas de esos estados, Javier Duarte, Roberto Borge y César Duarte, respectivamente, decidieron blindarse, es decir, echar a andar mecanismos que les permitieran salir impunes de sus cargos. La reacción de la oposición no se hizo esperar: “El PAN denunció que ante la alternancia que está por llegar a varios estados de la República, los gobernadores salientes del pri se han dado a la tarea de preparar un ‘paquete de impunidad’ para intentar protegerse”.1 Las acusaciones contra esos mandatarios son variadas: van desde enriquecimiento ilícito hasta tráfico de influencias, peculado y desvío de fondos públicos. La estrategia de defensa por parte de estos gobernadores consiste en dejar en cargos clave a personas que les puedan cubrir las espaldas. En Veracruz, por ejemplo, se promulgó una ley que crea la Fiscalía Anticorrupción, cuyo titular, Jorge Reyes Peralta, permanecería en esa posición más allá del sexenio que lo nombró. Duarte, igualmente, pretende dejar por nueve años como fiscal general a Luis Ángel Bravo. Otra estrategia política usada por el gobernador veracruzano en la etapa final de su sexenio ha sido la de premiar a los empleados estatales. Con tal propósito basificó a todo el personal del Gobierno estatal. En Chihuahua también se creó una Fiscalía Anticorrupción transexenal y se pretende aprobar un mayor endeudamiento. En Quintana Roo se nombró a un auditor, a un fiscal y a tres magistrados del Tribunal Superior como una especie de malla de protección del gobernador saliente. Uno de los rubros que han sido más controvertidos de la actuación de estos gobernadores es la deuda pública. En Quintana Roo, al inicio de la administración de Roberto Borge, en 2010, esa deuda sumaba 10 mil 37 millones de pesos. Para el 2015 el monto se elevó a 22 mil 442.5 millones de pesos. En el rango del endeudamiento estatal, Quintana Roo aparece en el octavo lugar nacional. No obstante, si promediamos esa cifra con el número de habitantes, este estado se ubica en el primer lugar de entidades endeudadas. Por lo que respecta a Chihuahua, debemos decir que es el tercer estado más endeudado del país. En 2009, el monto de su deuda era de 13 mil 183 millones de pesos; en 2012, a mitad del sexenio de César Duarte, llegó a 23 mil 284 millones de pesos. Lo inconcebible es que tres años después, en 2015, esa deuda casi se duplicó, o sea, se elevó a 42 mil 762.1 millones de pesos. En el caso de Veracruz, en 2009, cuando Javier Duarte recibió el mando, la deuda era de 9 mil 331 millones de pesos. Para el 2012, a la mitad de su administración, esa cifra se había cuadruplicado, es decir, había ascendido a 40 mil 028 millones de pesos. Para 2015, había aumentado a 45 mil 879.8 millones de pesos, siendo el cuarto estado más endeudado de la República. Así pues, Quintana Roo, Chihuahua y Veracruz “suman una deuda de 111 mil 084 millones de pesos, esto es el equivalente al 60% de todas las entidades con gobernadores salientes.

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¿Cómo van a pagar semejantes deudas los nuevos gobernadores si el nivel de endeudamiento de los estados crece cuatro veces más que los ingresos que obtienen? Les tocará a los ciudadanos pagar el despojo de los gobernadores corruptos. En Quintana Roo, donde Borge ya se blindó, los ciudadanos tendrán que pagar 14 mil 946 pesos cada uno. Los habitantes de Chihuahua tendrían que desembolsar 12 mil 023 pesos y cada veracruzano debería gastar 5 mil 655 pesos para pagar las multimillonarias deudas que dejan sus gobernadores salientes”.2 Ése es, pues, el promedio per cápita de la deuda en cada estado. Además de este exceso en cuanto al endeudamiento, los tres gobernadores acumularon una larga lista de hechos que obraron en su desventaja. Sería imposible enumerar aquí todos ellos, pero al menos demos cuenta de los más notorios. En Veracruz, el caso de 19 periodistas asesinados. En Quintana Roo, los permisos para afectar el manglar Tajamar y las irregularidades del proyecto Dragon Mart, más la acusación de que el gobernador trató de apropiarse de terrenos ejidales en el municipio de Villa Cozumel y Bacalar. En Chihuahua, al gobernador César Duarte se le acusa de haber intentado cubrir un adeudo personal por 3 millones 760 mil dólares con la empresa ACM con dinero público. Por este evento fue demandado ante un juzgado español.3 Éstos fueron algunos de los motivos por los cuales, en Chihuahua, el candidato derrotado fue Enrique Serrano Escobar (PRI); no le alcanzó el 31.18% de los sufragios que obtuvo. Javier Corral (PAN) ganó con el 39.63% de los votos. En Quintana Roo, el candidato que quedó en segundo lugar fue Mauricio Góngora (PRI) con el 35.65%. Perdió contra Carlos Manuel Joaquín González (PAN-PRD), quien obtuvo el 45.08%. En Veracruz, el candidato perdedor fue Héctor Yunes Landa (PRI), quien obtuvo el 30.29%. Su primo, Miguel Ángel Yunes Linares (PAN-PRD) se alzó con la victoria con el 37%. Pero la contienda entre los partidos políticos no se detuvo el 5 de junio al darse a conocer estos resultados. En vista de la dinámica que adquirió la lucha política en esos tres estados se supo, con meses de anticipación, que la disputa continuaría encarnizadamente después de los comicios. Lo que pase en estos tres estados de la República se reflejará en las primeras planas de los diarios nacionales. Ciertamente, fueron 13 entidades de la federación las que tuvieron elecciones el 5 de junio: Baja California, Chihuahua, Sinaloa, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Tamaulipas, Veracruz, Hidalgo, Tlaxcala, Puebla, Oaxaca y Quintana Roo. No obstante, como era natural, el interés de la opinión pública se ha ido decantando. Veracruz, Chihuahua y Quintana Roo llaman la atención no por las controversias poselectorales, como solía acontecer en el pasado, sino por la suerte que pueden correr los mandatarios de esas entidades. Tienen muchas cosas que aclarar. El PAN promete que esos gobernadores salientes serán llamados a cuentas por las nuevas administraciones panistas. Y es que el blanquiazul es el partido que tomará la estafeta en esos tres estados. Vale decir que los gobernadores electos, los ya mencionados Miguel Ángel Yunes, Carlos Manuel Joaquín González y Javier Corral, han asegurado que no quedará impune la mala actuación de los mandatarios a los que sustituirán. En un comunicado de prensa, el PAN declaró: “Esos malos gobernadores, los que ya se van porque los ciudadanos ya los reprobaron, son los responsables de la grave crisis que se vive en deuda, seguridad, generación de empleos, crecimiento económico, infraestructura, calidad de los servicios públicos, entre otros, que afectan y lastiman a la población de Chihuahua, Veracruz y Quitana Roo”.4

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Conviene hacer una aclaración: la controversia entre mandatarios salientes y mandatarios entrantes de ninguna manera es nueva. Simplemente pensemos en la disputa que se ha presentado entre el exgobernador Guillermo Padrés (PAN) y la actual gobernadora de Sonora Claudia Pavlovich (PRI). Recordemos que Padrés ha sido objeto de múltiples acusaciones, entre ellas la de haber construido una presa en el rancho Pozo Nuevo de su propiedad, ubicado a 5 kilómetros de Bacanuchi. A este personaje se le investiga, entre otros motivos, por un sobregiro de 10 mil millones de pesos en las arcas del estado. O pensemos también en la rivalidad entre Rodrigo Medina (PRI) y Jaime Rodríguez “El Bronco” (independiente) en Nuevo León. A Medina, el juez Jaime Garza Castañeda lo acusó de ejercicio indebido de funciones. Incluso si vamos más atrás en el tiempo, hay casos de exgobernadores que han ido a prisión por habérseles comprobado la comisión de diversos ilícitos durante sus administraciones. Podemos citar el encarcelamiento de Andrés Granier (PRI) acusado y denunciado públicamente por el actual gobernador de Tabasco, Arturo Núñez (PRD). En Aguascalientes, Luis Armando Reynoso Femat (PAN) también fue puesto tras las rejas a instancias del gobernador Carlos Lozano de la Torre (PRI). Tampoco olvidemos a Jesús Reyna (pri) en Michoacán, quien fue puesto en prisión por habérsele comprobado vínculos con el crimen organizado. Mario Villanueva (PRI) de Quintana Roo también está en la cárcel por los mismos motivos. Otros exgobernadores que han compurgado penas carcelarias son Pablo Salazar Mendiguchía (prd) de Chiapas y Narciso Agúndez Montaño (PRD) de Baja California Sur. Lo que sí es nuevo es que el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, haya emprendido una controversia constitucional contra Javier Duarte y Roberto Borge por la aprobación a modo de leyes locales anticorrupción. En efecto, el 11 de julio, el vocero de la presidencia de la República, Eduardo Sánchez, y el subprocurador, Salvador Sandoval Silva, dieron a conocer, conjuntamente, que la Procuraduría General de la República presentó la acción de inconstitucionalidad contra las reformas aprobadas por los congresos de Veracruz y Quintana Roo. El propósito de esta controversia es que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determine que las entidades mencionadas no pueden regular asuntos relacionados con la anticorrupción en el ámbito local previamente a la publicación de las leyes generales del sistema nacional anticorrupción. Y es que la fecha de expedición del decreto por el que se crea la Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) en Palacio Nacional es del 18 de julio. En consecuencia, entró en vigor al día siguiente cuando fue publicada en el Diario Oficial junto con la Ley del Tribunal de Justicia Administrativa y la Ley de Fiscalización. El paquete normativo completo del sna abarca también otras leyes: la famosa General de Responsabilidades Administrativas (3de3) —que entrará en vigor en un año—, la Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, las Reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, las reformas a la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas de la Federación, las reformas al Código Penal y la Ley de la Fiscalía General de la República (para la creación de una Fiscalía Anticorrupción). Hasta donde llega nuestra información, la de la controversia constitucional es una vía que no había sido utilizada por el presidente de la República para emprender acciones en contra del abuso de poder por parte de un grupo de gobernadores. Dicho de otro modo: el titular del Poder Ejecutivo empleó un instrumento propio del Estado de derecho.

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El contraste es muy marcado respecto de otras épocas en las cuales el presidente actuaba, frecuentemente, por encima de la ley. El gobernador que no le gustaba o se interponía en su camino, simplemente “iba pa’ fuera”. Lo de menos era la forma en que se daba esa destitución. Se tenía que cumplir a pie juntillas. La mayor contraloría —si cabe la expresión— contra el abuso de poder de los gobernadores era la que ejercía el mandatario en turno. Y eso, para que no sobrepasara el poder presidencial. Por eso, un dato que no podemos pasar por alto en el análisis de estos sucesos es que en los tres estados que estamos analizando, los gobernadores ejercieron el control sobre los congresos locales. Así pudieron hacer aprobar estas leyes anticorrupción, muestra de que aquellos viejos controles desde la capital ya no operan. En el México del presidencialismo omnímodo, no solamente los gobernadores sino también los propios congresos locales obedecían las órdenes del Primer Mandatario de la República. ¿Qué es lo que ha sucedido ahora? Pues que con la relajación del dominio central, los gobernadores han acumulado un poder que en aquel México posrevolucionario y presidencialista se les fue de las manos. Ciertamente, en México, el presidencialismo autoritario fue sustituido por el proceso de democratización y pluralización. Dicha democratización hizo posible que transitáramos de un dominio hegemónico del pri a nivel federal, estatal y municipal, a la formación de un mapa variopinto de la República; dimos paso al multipartidismo en el Congreso federal, en las gubernaturas, en los congresos locales y en los municipios. Empero, este proceso de democratización y de pluralización no fue acompañado de mayores y mejores controles sobre las administraciones públicas estatales. Si hubiese habido un verdadero y propio ejercicio democrático del poder legislativo en Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo, el Legislativo habría ejercido en esos estados, primero, un contrapeso frente a los abusos del Ejecutivo. Por ejemplo, los congresos hubiesen frenado el endeudamiento excesivo. En segundo lugar, jamás habrían pasado esas oprobiosas leyes anticorrupción para blindar a los gobernadores salientes. El asunto es que de ese vacío se aprovecharon algunos gobernadores vivales para hacer de las suyas. Al ya no pesar sobre ellos el poder central, autoritario, como en épocas pasadas —pero también al no ser implantados controles efectivos propios de la democracia en ciernes, como es el equilibrio de poderes—, sobrevino este tipo de corrupción que ahora está saliendo a borbotones de las alcantarillas. Una corrupción que también toca por complacencia o complicidad a los congresos locales. Es interesante observar cómo en los tres estados se registran mayorías de un solo partido en los respectivos congresos. Así fue cómo pasaron las leyes anticorrupción en el Congreso de Veracruz. De 50 diputados que componen el congreso local saliente, 26 son del pri; forman mayoría simple. La ciudadanía se dio cuenta y los castigó: luego de las elecciones del 5 de junio esa composición cambió: ahora no hay partido que domine por sí solo al Congreso veracruzano. En Quintana Roo, el congreso local está compuesto por 25 diputados, de los cuales 16 son del PRI. En la nueva legislatura, se puede decir, también hubo alternanvcia: predomina el PAN. De igual manera, los quintanarroenses le pasaron factura al PRI.

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En Chihuahua, el Congreso tiene en total 33 diputados, de los cuales 17 son del PRI. En la nueva composición el PRI se quedó con siete representantes, siendo desbancado por el PAN, que ahora contará con 19 escaños. Los chihuahuenses castigaron por igual a gobernantes y representantes, lo que quiere decir que en ese estado norteño el PAN podrá gobernar en solitario; es decir, sin necesidad de formar coaliciones para pasar las leyes locales, como sí tendrá que hacerse en el caso de Veracruz y Quitana Roo. Dicho de otro modo: en estos dos estados deberán crearse coaliciones para formar mayoría. Lo paradójico es que en el proceso de transición, en el que todo parecía corresponder a la lógica democrática, se produjeron cacicazgos en los que algunos gobiernos estatales se convirtieron en bastiones de un nuevo autoritarismo local cargado de vicios. Verdaderos y propios feudos en los que se acumuló poder y riqueza para beneficio del señor y su círculo cercano. Proceso que afectó a la ciudadanía estatal pero también al poder central. Afortunadamente, a esa ciudadanía le quedó el recurso del voto para deshacerse de los gobernantes abusivos. El intento de los gobernadores de proteger su salida no sólo hizo pronunciarse públicamente en contra de esa medida al presidente de la República, sino también a Enrique Ochoa, nuevo dirigente priista, quien reiteró que ese instituto político no permitirá que el blindaje en Veracruz y Quintana Roo dañe la reputación de otros servidores públicos del partido. Al respecto, Ochoa solicitó a la SCJN agilizar las acciones de inconstitucionalidad en contra de los congresos locales y los gobernadores de esos estados por considerar que dañan la reputación de quienes se desempeñan con honestidad en los diferentes cargos públicos. Esto en clara referencia a los gobiernos emanados del PRI. En conferencia de prensa, Ochoa solicitó a los legisladores federales de su partido ejercer la atribución conferida a los presidentes de las mesas directivas de ambas cámaras del Congreso de la Unión, en el artículo 94 de la Constitución mexicana, que establece que “cuando exista urgencia atendiendo al interés social o al orden público” se pida al presidente de la SCJN que las acciones de inconstitucionalidad “sean sustanciadas y resueltas de manera prioritaria”.5 Finalmente, la scjn declaró, el 5 de septiembre, inválidas las reformas anticorrupción aprobadas por los congresos de Veracruz y Chihuahua, conocidas comúnmente como “blindajes de impunidad”. En un recuento de daños, el PRI y el Gobierno de la República, también priista, se dieron cuenta de que los gobernadores de Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo eran insalvables. ¿Qué hacer? Pues tomar distancia ante ellos. Más aún cuando esos gobernadores, después de tantos abusos, quisieron salvar el pellejo con estas anodinas leyes anticorrupción que en realidad eran proimpunidad. Pero el daño para el PRI está hecho: en primer lugar por lo ya sabido. El PAN se alzó con la victoria en siete estados. Ni siquiera cuando estuvo en el Gobierno de la República tuvo ese logro. En segundo lugar, porque Veracruz y Quintana Roo habían sido estados en los cuales no había habido alternancia, es decir, en ellos el PRI siempre había gobernado. Durante décadas ambos estados formaron parte del dominio absoluto del tricolor en la zona limítrofe del Golfo de México y el Caribe, junto con Tamaulipas (que también perdió), Tabasco (ahora en manos del PRD), Campeche y Yucatán. En tercer lugar porque Javier Duarte, Roberto Borge y César Duarte, cualquiera que sea su suerte, se convertirán en exgobernadores incómodos.

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Los priistas saben que el camino hacia el 2018 se presenta cuesta arriba. Tienen que hacer algo y pronto para recuperar el terreno perdido, entre otros motivos, por culpa de este tipo de gobernadores. EstePaís NOTAS 1. El Financiero, 28 de junio de 2016. 2. Sanjuana Martínez, “Gobernadores blindados e impunes”, en Sinembargo.mx, 11 de agosto de 2016. 3. Sinembargo.mx, 4 de julio de 2016. 4 .El Financiero, 28 junio de 2016. 5. “El PRI pide a la SCJN agilizar acciones contra Borge y los Duarte”, Expansión, 25 de julio de 2016 .

* Transgresiones a la democracia Inicio esta serie de entregas con el propósito de analizar críticamente lo que hemos hecho como país y lo que nos falta por hacer al transitar de un sistema político autoritario a otro de hechura democrática. El México posrevolucionario estableció un orden que tuvo como puntales a la institución presidencial y al partido oficial. Añadiría un elemento más: lo que Frank Brandenburg nombró “la familia revolucionaria”. Esa tríada garantizó durante décadas la estabilidad política y la paz social. Entre los aportes de ese sistema estuvieron, desde luego, el paso del militarismo al civilismo, el haber podido encaminar al país por la senda civilizatoria y el haberle dado una institucionalidad. No obstante, ese sistema mostró signos de agotamiento. Así se dio paso a transformaciones de gran calado que llevarían a la democratización, la pluralidad, un progresivo fortalecimiento del Poder Legislativo, elecciones libres y competidas. Gracias a esas transformaciones dejamos atrás el presidencialismo sin contrapesos efectivos, el dominio de un partido hegemónico y la presencia de una sola élite en el poder. En su lugar cubrimos los requisitos fijados por la institucionalidad y la legalidad democrática: una real y efectiva división de poderes, un sistema de partidos competitivos, una pluralidad de élites en competencia entre sí, según la clásica definición de Joseph Schumpeter, y un sistema electoral que se ha curtido, formado y reformado ya en muchas contiendas. A esto hay que añadir la existencia de medios de comunicación plurales en los que se da, sin restricciones, la libre circulación de las ideas y la crítica. Logramos establecer el Sistema Nacional de Transparencia; hace poco se firmó el decreto que crea el Sistema Nacional Anticorrupción; los derechos humanos son un tema que está en el centro de la atención pública. Sin embargo, hay una insatisfacción innegable de la ciudadanía respecto del funcionamiento de nuestra democracia. Desde luego, no hay que desechar lo que hemos logrado en materia de democratización; pero hay “transgresiones a la democracia” —como es el título de esta columna— que amenazan con desviarla, desvirtuarla o desfondarla. En cada una de estas entregas iremos abordando, precisamente, esas transgresiones.

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Agradezco, muy cumplidamente, a la revista Este País la oportunidad de abordar estos temas en sus páginas. JFS _________ JOSÉ FERNÁNDEZ SANTILLÁN es profesor del Tecnológico de Monterrey (CCM). Discípulo y traductor del filósofo italiano Norberto Bobbio. Ha sido Fulbright-Scholar-inResidence en la Universidad de Baltimore (2015); profesor visitante de la Universidad de Georgetown (2013); e investigador visitante en la Universidad de Harvard (2010). Entre sus libros se encuentra Política, gobierno y sociedad civil, Fontamara, 2013. Fue miembro del consejo editorial de la revista Este País. Es investigador nacional nivel III del SNI.

Honduras: «Lo que viene son elecciones estilo Honduras», Carlos H. Reyes. http://elpulso.hn/lo-que-viene-son-elecciones-estilo-honduras-carlos-h-reyes/ Por El Pulso el

Carlos H. Reyes es un icono del movimiento social hondureño. Cofundador del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), estuvo al frente durante toda la lucha de resistencia contra el golpe de Estado. Tuvo que ser hospitalizado por fracturas en partes de su cuerpo, producto de los golpes ocasionados por las fuerzas policiales y militares, en los ataques ejecutados por éstas para reprimir las manifestaciones en junio de 2009. Carlos H. Reyes, junto con Bertha Cáceres, se habían inscrito como candidatos independientes a la presidencia para participar en las elecciones del 2009, que no triunfaron por la crisis política. Conozca en esta edición las contradicciones y dificultades que trajo al movimiento social, sindical y gremial del país la creación del proyecto de Libre como partido político. Por las condiciones de su nacimiento y su base social simpatizante, Libre se considera como un partido del pueblo y no de la oligarquía. Carlos H. Reyes: «En efecto, Libre surge como consecuencia de la lucha contra el golpe de Estado, después de la lucha de resistencia con el frente nacional de resistencia popular, nace o se funda el partido en la asamblea de Junio del 2010. En ese mismo momento decidieron también ir a las elecciones del 2013. Nosotros como movimiento social sindical vimos muy bien la creación del partido, pero no estuvimos de acuerdo que se le pusiera bandera electoral al Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).

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El ponerle bandera electoral al FNRP, trajo consecuencias internas, porque habían organizaciones que estaban de acuerdo que se tuviera un partido, pero que el FNRP funcionara como organización social y como no se les consultó ni escuchó, esas organizaciones sin avisar se retiraron de las actividades del frente, debilitándose así las acciones del FNRP. Después se presentó otro problema más serio, nosotros sentenciamos que no se anunciara la participación en las elecciones del 2013, porque con eso el enemigo, sabía que el golpe se lavaba otras consecuencias, el régimen apretó y profundizó el modelo neo-liberal, emitiendo una serie de leyes y disposiciones contra los trabajadores, contra los maestros, para el sector privado —ley temporal o ley por hora— disposiciones que desarticulan el movimiento social, pero el FNRP, ya está dedicado exclusivamente a la actividad electoral, y cada sector le toca defenderse por sí mismo, el “sálvese quien pueda”. Lo que se había logrado con la coordinadora nacional de resistencia popular que fue la base del FNRP, se desarticula a partir de la fundación del partido. Hoy tenemos un movimiento popular más débil que antes del golpe de Estado y con muchas más tareas, más conflictos y más retos que los que teníamos antes del golpe. Estos momentos son muy difíciles para el movimiento popular, pero no es la primera vez que nos pasa, el régimen se ha montado, sobre todo el proceso, y lo que tenemos que hacer es comenzar a trabajar desde abajo para volver a levantar el movimiento, así como lo hicimos cuando el golpe de Estado de Villeda Morales, así como lo hicimos en la década de los ochenta, que no solo nos pusieron la bota en el cuello sino que nos mataron, como pasó con Callejas, y otras épocas, pero el movimiento tiene que levantarse con determinación.

La crisis en este país va a seguir agudizándose, la situación para el pueblo cada día va a ser peor, no se va a detener con las medidas que se están tomando. Las condiciones deplorables, los maestros casi liquidados, solo sobreviven; las organizaciones campesinas con más de 5,000 mil procesados, los trabajadores públicos golpeados por los despidos, las instituciones autónomas, con un aproximado de 25 mil personas despedidas y se espera que para el próximo mes en la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, mande 1,200 más para la calle. En el caso de los trabajadores del sector privado, nos ha venido a hacer “trastadas”, porque la gente ya no la emplean permanentemente sino temporal, y no tiene derecho ni al salario mínimo, menos a aguinaldo, prestaciones, vacaciones; los empresarios están en un momento feliz, porque están haciendo pesa con los trabajadores, difícil es organizar un trabajador temporal, difícil que se sindicalice, difícil que tome conciencia de lo que está pasando. Pero el otro fenómeno grave para el país es la desocupación enorme, cuando la desocupación es tan grande como está siendo en Honduras, se dan casos como lo que pasa en la zona sur donde

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los trabajadores no quieren derechos, no les importa el Código del Trabajo, “lo que queremos es trabajo porque estamos muriendo de hambre”, nunca había visto al país en una situación tan complicada, es cierto que hay moles, y que se están pavimentando calles en Tegucigalpa, pero la población no tiene esa misma situación de ciudades con brillos y moles. Libre convertido en partido y con representación en poderes de estado, ¿responde a ese compromiso con los sectores sociales? ¿Libre sigue teniendo el respaldo para alcanzar el poder? Para nosotros, un partido con buenas intenciones de resolver los problemas populares puede llegar al poder, pero eso no significa que la democracia burguesa le va a permitir todo eso, los cambios que pueda o pretenda hacer, van a depender del movimiento, de la fuerza social que este atrás de él. Un partido como Libre, sin un frente de resistencia popular, sin un movimiento social poderoso, no solo está en peligro de no ganar las elecciones, sino que tiene el peligro, que si gana y no tiene una fuerza social abajo, es difícil que se sostenga, y es válido no solo para Libre, sino para cualquier partido en el mundo, por ejemplo lo que pasa en Bolivia, el partido y gobierno del Presidente Evo Morales, se basa no tanto en el partido que lo llevo al poder, sino en los movimientos sociales, los movimientos indignados que lo apoyan. En términos generales, es difícil que un partido que gane las elecciones y se aprecie de popular, si no tiene una fuerza social abajo que lo apoye pueda desarrollar un programa de trabajo, porque ahora lo que pasa es que si ganas la Presidencia de la República, pero no tenés el Congreso, andas mal, ganas la Presidencia y ganas el Congreso, y querés implementar un programa reformista que toque los intereses de los gringos, buscan la manera de sacarte, pero si hay un movimiento social fuerte atrás lo tendrán que pensar dos veces. ¿Cuáles deberían ser las tareas estratégicas inmediatas de Libre para fortalecer ese movimiento social? Yo no soy dirigente de Libre, no puedo decir que debe hacer o no hacer, la obligación de levantar el movimiento popular es nuestra, y estamos en eso, pero también tenemos el problema de tres centrales obreras, tenemos un sin número de problemas, por la debilidad en que hemos caído, pero la tarea de levantar el movimiento popular es nuestra, primero de los trabajadores, de los campesinos, indígenas, de los negros, de pobladores etc., somos los que tenemos la responsabilidad de hacerlo, porque en los movimientos sociales, no todo mundo es afín a un determinado partido, y en el caso de los sindicatos las leyes te prohíben la afiliación electoral o afiliación política. Otro elemento es que estamos convencidos que en un país capitalista como el nuestro, con un alto nivel de concentración de la riqueza y el ingreso, un país capitalista así, necesita fundamentalmente para poder mejorar la distribución de riquezas y el ingreso, sindicatos de trabajadores en las empresas, para que a partir de allí se luche para mejorar los ingresos y

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condiciones de trabajo, se necesita reforma agraria para modificar la estructura de la tenencia de la tierra, y a organizaciones campesinas que luchen por esa reforma agraria, con estos dos elementos ya se modifican esos altos niveles de concentración de capital y de riqueza; también se necesita cambiar la política, porque la política impositiva debe ser distribuida del ingreso y no regresiva como es en la actualidad, es una tarea terrible del pueblo Hondureño que debe hacer, y estas organizaciones son necesarias, útiles, pero el modelo neo-liberal te dice que no, porque ellos solo deben hacer todo y modificarlo todo. El trabajo que hay que hacer es enorme, porque antes tenías un modelo que te permitía sindicatos, organizaciones campesinas, permitía movilizaciones, ahora en cada movilización hay represión o el acompañamiento de la policía, del ejército o se está judicializando la lucha, se criminaliza la lucha social, no digamos la lucha política en gran medida. En la actualidad el problema central está en levantar el movimiento social, nos ha tocado en muchas ocasiones trabajar en estas condiciones.

¿Libre en el poder no facilitaría la recuperación de un movimiento social nuevamente beligerante? Por lógica tendría que ser así, pero ¿lo van a dejar llegar?, ahí está el problema, ya estamos viendo lo que está pasando, pero soy de los que creo que Juan Orlando no las tiene todas, como se nos dice todos los días, no sé si para intimidarnos; pero lógicamente un partido puede tener esa tendencia, lo vimos cuando el gobierno se tomaron algunas medidas reformistas que golpearon a la oligarquía y al imperio, tomaron la decisión de golpearlo, yo lo reconozco, pero lo importante es que se fortalezca el partido y se explicaba que no está nada fácil, en esto, todos tenemos culpa, yo no voy a responsabilizar a nadie por lo que pasa, en el movimiento social todos tenemos responsabilidad. Bertha Cáceres, usted la menciona, tuvo un papel deliberante y beligerante durante todo el proceso de construcción de Libre, incluso ustedes renunciaron a la candidatura independiente para el proceso electoral del 2009. Cuando nosotros tuvimos la candidatura en el 2009, no fue que renunciamos, nos obligaron a no participar en el proceso electoral, porque nosotros solicitamos la inscripción en el régimen Constitucional, y las elecciones del 2009 sin el regreso de Mel Zelaya, y sin el regreso al orden constitucional eran inconstitucionales. Realizamos las consultas y los resultados fueron que en la práctica nos obligaba a salir del proceso, eso fue lo que pasó, porque no quisimos hacer el papelito que hizo la U.D. y otros partidos después del proceso electoral.

¿Cuál es su posibilidad de la dirigencia, de los diputados de Libre hacia la oleada de corrupción que impera en el país?

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El fenómeno que se ha dado en Libre que muchos diputados han salido por diversas razones, no han contribuido a formar una bancada más fuerte y mejor constituida, que ha traído como consecuencia que la gente diga que en ese partido solo son líos que solo es crisis, creo que puede ser temporal, no puedo exteriorizar porque desconozco las interioridades, solo las percibo desde afuera, pero es lamentable, nadie puede contentarse con eso, porque nadie puede alegrarse con lo que sucede en el país que se va a un proceso electoral, de una corte Suprema de Justicia donde se compran y venden votos como se compran y venden conciencias. En definitiva es condenable porque el país así no avanza, y lo peor es que mucha gente mira eso normal, que eso así debe ser, como parte nuestra, elementos que tenemos que cambiar en todos los sectores de todas las organizaciones que tengamos. Todos lo estiman y los que le adversan le tienen respeto, ¿qué le gustaría que Zelaya cambiara en Libre para que se acerque más a la base popular? Libre es un partido de varias clases y de esa forma el partido se mueve en medio de esos intereses. Al partido lo que más le conviene es la unidad interna. En la manifestación convocada por el Frente para el 15 de Septiembre, que fue numerosa, vi mucha gente que ya días no miraba, y lo que percibo es que la gente lo que quiere es la unidad, no quiere división, no quiere las crisis que se dan. Cuando el partido tiene esas crisis y no las sabe manejar, salen al público, daña mucho y la derecha es lo que espera para superlativisar los actos, y desacreditar al partido y creo que en la conducción de Libre hay muchos muchachos buenos que buscaran rectificar los malos pasos que se han dado. Se tiene que buscar en los más altos niveles los senderos de unidad. ¿Como ve las opciones de ganar las elecciones, son reales? Cuando se fundó el partido, estuvo bien haberlo fundado, pero desde el STIBYS, creíamos que lo que debía hacerse era pelear por la constituyente y una nueva ley electoral, si no se lograba la constituyente, se podía dejar para después, pero se podía haber logrado una nueva ley electoral. Porque las reformas electorales es muy difícil que las logren y esa gente va por la reelección, no debe haber duda. Entonces, en esas circunstancias, lo que existe solo son posibilidades, es posible se pueda ganar, digo es posible. Aquel fue el mejor momento, hoy lo que vemos es debilidad para lograrlo, y esa debilidad pone en peligro cualquier elección, porque lo que viene son elecciones “estilo Honduras”.

VIOLENCIA REGIONAL EN HONDURAS http://elpulso.hn/violencia-regional-en-honduras/ Por Albany Flores

«No es fácil reconocer la alegría después de contener el llanto mucho tiempo… El cielo aterrorizacon sus cuencas vacías. Los pájaros pueden alojar la delgadez de la violencia entre patas y pico».

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Honduras ha visto un incremento en sus niveles de una violencia cuya máxima expresión ha sido el homicidio. Desde el 2004 hasta la fecha, el país regitra más de 50,000 personas muertas por homicidio. Las zonas y departamentos con mayor incidencia en los homicidios cometidos a jóvenes son principalmente tres: Norte (Atlántida, Colón, Cortés, Yoro), Occidente (Copán, Ocotepeque), Centro (Francisco Morazán). En estas tres zonas de referencia, la violencia y el homicidio han alcanzado no sólo proporciones escandalosas; también las tasas de homicidio más altas del mundo, según lo expone Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal (2011). Los departamentos involucrados en estos actos de violencia epidémica son aquellos cuyo principal flujo delictivo está orientado en el trasiego de sustancias prohibidas como la cocaína, el tráfico de armas, la explotación sexual y tráfico de blancas; y últimamente el tráfico de migrantes hacia los Estados Unidos. 1/

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Hasta 2013, los departamentos más violentos y con más altos índices de homicidios entre la población joven eran, según el Observatorio de la Violencia (2013): Atlántida, Colón, Copán, Cortés, Francisco Morazán, Ocotepeque, y Yoro; de los cuales los departamentos de Cortés, Francisco Morazán y Yoro —cuyas tasas de homicidio se presentan arriba del 86.5 muertes por cada 100,000 habitantes—, son considerados los más violentos del país, y en el caso de Cortés (San Pedro Sula) el más violento del mundo. En entregas anteriores sobre este tema (Memoria del terror y Variaciones sobre las causas del homicidio en Honduras), hemos expuesto que la violencia manifestada en homicido afecta principalmente a la población joven, con preeminencia en hombres de entre 15 y 30 años. Pero no es sólo la violencia, este homicidio tiene una serie de causalidades que propician su consumación. A simple vista, las causas parecen numerosas y diversas. Entre ellas contamos la pobreza, la deficiente calidad educativa, la separación familiar, la fragmentación familiar, el desempleo, la inseguridad ciudadana, la corrupción, la impunidad, etc. A todos éstos podemos sumarles la implantación y fortalecimiento de los cárteles de droga y el tráfico de armas. Veamos qué zonas del país presentan mayores índices de violencia.

ZONA NORTE (ATLÁNTIDA, COLÓN, CORTÉS Y YORO). La zona Norte o nort-atlántica es la región geográfica que presenta las mayores tasas de violencia, crimen (organizado y común) y homicidio desde finales de la década de 1990. Y no obstante, los informes expuestos por UIDPAS (2013) —partiendo de los informes de ésta entidad desde el año 2009—, reportan que para noviembre del año 2013 la región más violenta y con más altos índices de homicidio seguía siendo la zona norte del país.

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El boletín del Observatorio de la Violencia (2013) informa que «la región nort-atlántica del país presenta las tasas más altas, mientras que la región sur presenta las tasas más bajas, lo que indica que la mayor actividad de violencia se presenta en la zona nort- occidental de Honduras». Los departamentos ubicados en esta zona sobrepasan la tasa promedio de violencia registrada en el país (86.5) y presentan los siguientes niveles de violencia medidos en porcentajes: Atlántida (129,4), Cortés (128,9), Copán (104,7), Ocotepeque (99,8), Yoro (93,4), Olancho (92,5), y Colón (90,3), Índice de Seguridad Pública/Centroamérica (2012). El 80% de las víctimas asesinadas tienen entre 15 y 44 años, y a su vez, por lo menos un tercio de ese porcentaje fueron jóvenes entre 18 y 30 años de edad. Esto supone —en el frío postulado de que en las cifra no hay poesía— no sólo un impacto social y moral, sino un importante impacto en una gran parte de la población económicamente activa, y por tanto en la economía nacional. Al parecer, a pesar que las estadísticas han venido variando desde al año 2009, cuando se registraba un número de 8,154 muertes violentas, de las cuales 5,265 fueron registrados como homicidios; en 2013, éstas cifras sólo han experimentado considerables aumentos. De este modo, en 2013 se reportaron una 9,453 muertes por cusas de violencia, de las cuales 6,757 fueron reportadas como homicidios, según los estudios de IUDPAS (2009, 2013). Para 2013, algunas de las ciudades más violentas y con mayor incidencia de homicidios entre jóvenes eran: San Pedro Sula, con una tasa de homicidio de 133.3 y con 1,458 homicidios; La Ceiba con una tasa de 115.1 y con 284 homicidios; y Yoro, con una tasa de 105.3 y con 115 homicidios, IUDPAS (2013). Según el Observatorio de la Violencia (2009): «en 2009 la región norte del país fue la más afectada, con 2,400 muertes, alcanzando una tasa de 105.9 homicidios por cada 100,000 habitantes», mientras que en 2013, esa tendencia permaneció, pues la región norte alcanzó 3,029 homicidios, que afectaron agrupos etarios de entre 15 y 44 años, y 18 y 30 años de edad.

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ZONA OCCIDENTAL (COPÁN, OCOTEPEQUE). La zona occidental y nort-occidental de Honduras, sobre todo los departamentos de Copán y Ocotepeque, también registraron una importante crecida de los actos de violencia y homicidio. Al igual que en los casos del resto de los departamentos del país, particularmente de los considerados más violentos, este aumento en el número de crímenes, de violencia y homicidios, se vio intensificando alarmantemente durante toda la primera década del siglo XXI. La zona nort-occidental se ha convertido paulatinamente en una ruta de importante trasiego de sustancias como la cocaína, debido a la fuertes influencias que bjercen en la región fronteriza los cártes mejicanos del pacífico sur. Los departamento de Copán, Santa Bárbara y Ocotepeque, sobre todo los dos primeros, han presentado incrementos en sus índices de violencia y homicido ligados a la narco actividad, y otras figuras de menos impacto. Los datos proporcionados por el Índice de Seguridad Pública/Centroamérica (2012) declaran que las zonas aledañas a la frontera con Guatemala sobrepasan por mucho los niveles de homicidio generales en el país (86.5 por cada 100,000 habitantes), con tasas de homicidio que experimentan incrementos año con año.

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Las cifras proporcionadas nos muestran que esta zona ha venido sufriendo un importante aumento del 19.5% en los niveles de homicidio. El departamento de Copán incrementó sus niveles en un 15%, llegando a una tasa de 79.8 homicidios por cada 100,000 habitantes; Santa Bárbara, por su parte, subió el 21.6%; mientras que Ocotepeque alcanzó una tasa de 79.8 homicidios por cada 100,000 habitantes. Todo ello se tradujo en un significativo incremento de 44.3% en los niveles de homicidio en toda la zona (IUDPAS, 2009). En el año 2013, Santa Rosa de Copán se presentó como la ciudad más violenta de la región, con una tasa 61.9. Alrededor del 17.1% de los homicidios registrados ese año en el país se cometieron en la zona occidental. Ese año mismo, el departamento de Ocotepeque presentó un a tasa de homicidios de 80.8 por cada 100, 000 habitantes, sin embargo, la región presentó una tasa general de 59.2 pccmh, con unos 912 homicidios menos que el año 2012; lo que significó una reducción en los niveles de homicidio de (-21.4%). Por su parte, el departamento de Copán presentó una tasa de 61.9 pccmh en 2013, mientras que el país registro una tasa general de 79.0 pccmh, con 6,757 casos de homicidio en una pequeña nación de unos 8, 555,072 millones de habitantes.

ZONA CENTRAL (FRANCISCO MORAZÁN). La caracterización de la zona central está principalmente ligada al departamento de Francisco Morazán y en mucho menor grado en el departamento de Comayagua. Dentro del departamento de Francisco Morazán, las ciudades más violentas son la capital del país, Tegucigalpa, cuya masa poblacional constó (hasta 2013) aproximadamente de 1, 512,410

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habitantes, y con una tasa de homicidios de 77.4 pccmh, que que eportó al menos 1,028 de los 1,171 homicidios hasta diciembre del 2013. El resto (229) se cometieron entre los demás municipios del departamento, según datos aportados por el boletín del Observatorio de la Violencia (2013). En el año 2009, «la zona central, el departamento de Francisco Morazán, presentó un total de homicidios de 893 casos y una tasa de 63.5, superior a la del 2008, pero inferior al promedio nacional (de 6.8». Tan sólo entre los departamentos de Cortés y Francisco Morazán — departamentos con mayor concentración poblacional— aportaron el 49.3% de homicidios, con 2,594 casos, IUDPAS (2009). En el 2013, esta zona reportó una cantidad de 1,579 víctimas (-5.9%), con un tasa que alcanzó el 71.8 pccmh. Evidentemente, Honduras es una nación vituperada. En lo que respecta a los años de gobierno de Juan Orlando Hernández, estos fenómenos no han experimentado mayores índices de decrecimiento, muy a pesar del gran incremento de la maquinaria represiva del Estado representada en la militarización de la sociedad, la creación de nuevas instancias armadas como la Policía Militar y el Orden Público, la Unidad Tigres, así como la implantación de nuevas medidas de seguridad y saneamiento de las instituciones estatales encargadas de la seguridad pública y ciudadana. Lejos de eso, la policía (en todos sus niveles y destacamentos), se ha visto coludida con las prácticas de corrupción que imperan en el gobierno de turno, pero también con las redes criminales que han azolado el país.

Führer Trump: el presidente más obsceno emerge de las cenizas demócratas http://back.ctxt.es/es/20161109/Politica/9431/elecciones-EEUU-victoriaDonald-Trump-Alvaro.htm

En un momento en el que la desigualdad se aproxima a niveles de los años treinta, el partido progresista ha logrado situarse en el imaginario colectivo como defensor del sistema que victimiza a la que un día fue su base electoral ÁLVARO GUZMÁN BASTIDA

CTXT ha acreditado a cuatro periodistas --Raquel Agüeros, Esteban Ordóñez, Willy Veleta y Rubén Juste-- en los juicios Gürtel y Black. ¿Nos ayudas a financiar este despliegue?

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--------------------------------El Apocalipsis ha sucedido. Donald Trump ha ganado las elecciones. Pero, sobre todo, ha perdido el Partido Demócrata. Se enfrentaba a un candidato que había fracturado a su propio partido e insultado a más de la mitad del electorado; a un multimillonario con oscuras conexiones mafiosas, que ha despedido a su equipo de campaña tres veces durante la misma. Los demócratas tenían el apoyo de Wall Street, de la prensa, del establishment político y militar, de Silicon Valley, Robert de Niro, Michael Moore, Jay-Z, Beyoncé y Bruce Springsteen. Y han perdido con estrépito. No solo la Casa Blanca, sino prácticamente todo el poder del Estado: desde el legislativo –en el que los republicanos van a contar con una cómoda mayoría en ambas cámaras— al judicial, donde Trump nombrará al sustituto del fallecido Antonin Scalia y posiblemente a otros dos jueces, pasando por el poder en los estados federados, de los cuales los republicanos controlan 31, por 18 de los demócratas. ¿Cómo es posible? En los ocho años de gobierno de Obama, se han terminado imponiendo dos características aparentemente contradictorias, que solo analizadas en su conjunto ayudan a arrojar luz sobre el enigma del fracaso demócrata: se trata de la arrogancia y la obsesión por el consenso. EN LOS OCHO AÑOS DE GOBIERNO DE OBAMA, SE HAN TERMINADO IMPONIENDO DOS CARACTERÍSTICAS APARENTEMENTE CONTRADICTORIAS, QUE ARROJAN LUZ SOBRE EL ENIGMA DEL FRACASO DEMÓCRATA: LA ARROGANCIA Y LA OBSESIÓN POR EL CONSENSO

La arrogancia demócrata Los demócratas han desplegado una descomunal arrogancia, al menos en dos sentidos. Para empezar, han sido soberbios con su base política tradicional: la clase trabajadora. Lo viene denunciando Thomas Frank, cuyo libro Listen, Liberal está escrito como una desesperada advertencia a los demócratas, y hoy debería ser de lectura obligatoria como manual de instrucciones para la autopsia del cadáver. La arrogancia de clase de los demócratas, documentada exhaustivamente por Frank, que sostiene que el partido se ha convertido en el representante de las élites de profesiones liberales, tiene que ver con un cálculo electoral fundamentado en otra arrogancia: la demográfica.

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Los New Democrats abandonaron, ya en los 80 pero de manera decisiva con Bill Clinton, al electorado trabajador blanco que había fundamentado sus mayorías, porque creyeron que el país iba en otra dirección. En poco tiempo, los profesionales liberales de sueldos altos (médicos, ingenieros, agentes de bolsa, economistas…) pasaron de ser el segmento de población más fiel al Partido Republicano a abrazar con igual entusiasmo a los demócratas. Por la misma avenida por la que circulaban los profesionales liberales, pero en la dirección opuesta, desfiló la clase obrera blanca que anoche hizo presidente a Trump. La arrogancia demográfica consistió en dar por hecho que el agujero electoral que dejaban los trabajadores blancos lo iban a ocupar, con creces, las minorías. Thomas Edsall, veterano periodista de The New York Times, The Washington Post y The New Republic, lleva décadas documentando el creciente desencanto de los obreros blancos con los demócratas, por los que, señala Edsall, se sienten abandonados en favor de los negros, los latinos o el colectivo LGBT. LA ARROGANCIA DEMOGRÁFICA CONSISTIÓ EN DAR POR HECHO QUE EL AGUJERO ELECTORAL QUE DEJABAN LOS TRABAJADORES BLANCOS LO IBAN A OCUPAR, CON CRECES, LAS MINORÍAS

Dados los flujos migratorios, y sobre todo las tasas de natalidad de diversos grupos, Edsall prevé que para 2043 los Estados Unidos sean un país ‘majorityminority’, en el que los blancos pasen por primera vez a ser minoría. Preparándose para ese momento, los demócratas, que nunca fueron un partido ‘de clase obrera’ pero contaban con los sindicatos para forjar mayorías, eliminaron la justicia económica de su programa y de su horizonte político, a favor de otras justicias. En los sueños de los estrategas del partido, un electorado más diverso, seducido por políticas amables con los derechos civiles, permitiría a los demócratas cuadrar el círculo, representando desde la ‘modernidad’ un bloque electoral que aunara a los ejecutivos de las empresas tecnológicas y a las negras lesbianas del Bronx. El tiempo les daría la razón. Pero la política no es demografía. En 2008, Barack Obama se convirtió en el primer presidente negro de un país fundado sobre la esclavitud y la segregación racial. Pero, antes de ganar en las urnas, Obama había logrado otro hito: fue el candidato demócrata que

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logró recaudar más fondos de Wall Street para su campaña que su contrincante republicano. Obsesión por el consenso Quizá para saldar sus deudas, Obama no tardó en nombrar para su equipo económico a la misma gente que había llevado al mundo al borde del colapso financiero en el año anterior a su elección. Como recuerda en su libro Frank, fue uno de los mayores gatillazos políticos de la era moderna: Obama llegaba a la Casa Blanca empujado no solo por los vientos de un enorme entusiasmo dentro y fuera del país (¿recuerdan el Nobel de la Paz?) sino también por el descomunal enfado con las élites que habían estado a punto de hacer saltar el sistema por los aires. QUIZÁ PARA SALDAR SUS DEUDAS, OBAMA NO TARDÓ EN NOMBRAR PARA SU EQUIPO ECONÓMICO A LA MISMA GENTE QUE HABÍA LLEVADO AL MUNDO AL BORDE DEL COLAPSO FINANCIERO

Con mayoría absoluta en ambas cámaras, cuando podía gobernar como quisiera, Obama decidió ser el presidente del consenso. “La elección de personal es política”, reza un viejo refrán de la política estadounidense. Pero la querencia de Obama por desproveer de conflicto partidista a la política trascendió con mucho sus nombramientos para la Secretaría de Estado o el Consejo Nacional de Economía. Obama ofreció a los republicanos, que estaban en la UVI política, un ‘Grand Bargain’, dilapidando sus dos años de mayoría absoluta legislativa demócrata al buscar consensos imposibles en economía, su reforma sanitaria o el cierre de Guantánamo. La Derecha, maximalista por naturaleza, olió la sangre y no cedió ni agua. Brecha blancos-negros Como señaló en 2011 el entonces corresponsal de The Guardian en EEUU, Gary Younge, “la brecha económica entre los blancos y negros ha aumentado desde que Barack Obama llegó al poder”. (La tendencia ha continuado durante sus ochos años de mandato). Younge añadía: “Bajo su presidencia, el desempleo, la pobreza y los desahucios entre los negros están en su niveles más altos en más de una década”. Younge, británico de raza negra y una de las firmas más clarividentes a la hora de entender la división racial en EEUU, sentenciaba: “Millones de niños negros pueden aspirar a la presidencia

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ahora que hay un negro en la Casa Blanca. Pero dicha trayectoria es menos probable para ellos hoy de lo que era durante el mandato de Bush. Ahí descansa lo que en el mejor de los casos es una paradoja y en el peor la gran contradicción de la base social que aupó al poder a Obama. El grupo que más le apoya –los negros— es al que peor le va bajo su mandato”. Ese año vio florecer dos movimientos de protesta radicalmente opuestos, pero con un elemento en común. Tanto Occupy Wall Street como el Tea Party reclamaban un rechazo a las élites y una política de confrontación que Obama, estaba claro, no estaba dispuesto a ofrecer. Mientras tanto, los republicanos escupían sobre el brazo tendido de Obama, negándole cualquier victoria ‘bipartidista’, y afilando los cuchillos para 2010. La estrategia funcionó a la perfección. Desde la llegada de Obama a la Casa Blanca, tres de las cuatro últimas elecciones –2010, 2014 y ahora 2016— resultaron en debacles demócratas, otorgando cómodas mayorías a unos republicanos que extendían además su poder por todo el país a nivel local y regional. Obama ganó en 2008 con 69,4 millones de votos. El martes, Clinton obtuvo 59,8. En 2008, los demócratas tenían un poder casi absoluto, y el mandato ciudadano para gobernar sin miedo a las élites. Ocho años después, con diez millones de votos perdidos por el desagüe, están desahuciados. La arrogancia y la obsesión por el consenso han matado al Partido Demócrata. Rebelión blanca La presidencia de Obama está llena de sombras. Presume entre sus méritos del desarrollo del programa de drones, que convierte la guerra en un videojuego, y la instauración de reuniones semanales en el despacho oval en las que el Presidente repasa una ‘kill lists’ y decide a quién se va asesinar sumariamente y –quizá por aquello de honrar a la Academia Noruega— a quién no. Pero Obama, que ha sido verdugo de muchos, fue también víctima desde su ascenso al poder de una campaña de racismo visceral, que le negaba incluso la legitimidad como presidente. Al frente de esa campaña se situó desde el principio un hombre de tez naranja y tupé platino, el ahora presidente electo Donald J. Trump.

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Trump pasó años difundiendo rumores sobre la supuesta nacionalidad extrajera de Obama, agitando así la sombra del pasado racista de un país que tenía a su primer presidente negro. Fue así como el magnate fraguó su transmutación de bufón mediático de la telerrealidad más chusquera a la primera línea política. ¿Era Obama musulmán? ¿Acaso no sería keniano? Trump ya tenía en su historial importantes medallas al xenófobo: en 1989, pagó de su bolsillo para pedir, en anuncios de prensa a toda página, la ejecución de un grupo de menores negros acusados de violar a una banquera blanca. (Aunque los jóvenes terminaron saliendo absueltos e indemnizados por los perjuicios que la ciudad de Nueva York les causó, Trump nunca se disculpó, y sigue manteniendo en público, hasta una semana antes de las elecciones, que los jóvenes eran culpables y tendrían que haber sido ejecutados, lo que hubiera sido ilegal, ya que el estado de Nueva York había eliminado la pena de muerte cinco años antes del crimen). Cuando Obama se vio obligado a hacer pública su partida de nacimiento, que dejaba claro que llegó a este mundo en Hawaii, Trump se anotó el escarnio público como una victoria personal. Los racistas ya tenían su mesías. El partido del ‘establishment’ Pero Trump nunca hubiera llegado a la Casa Blanca si solo fuera el mesías de los racistas estadounidenses, figura que sigue ostentando, pero insuficiente para lograr casi sesenta millones de votos. En un momento en el que la desigualdad se aproxima a niveles de los años treinta, y en el que la Universidad de Princeton declara que los Estados Unidos no son ya una democracia, sino una oligarquía, el partido progresista ha logrado situarse en el imaginario colectivo el defensor del sistema que victimiza a la que un día fue su base electoral. Para coronar tamaña proeza, el partido eligió a la candidata con más lastre, menos capacidad de ilusión, y probablemente menos conectada con los problemas de la clase trabajadora de su historia: Hillary Clinton. Eran las elecciones del tiempo político abierto por el Tea Party y Ocuppy Wall Street. Los demócratas tuvieron su oportunidad para presentar a un candidato más acorde con los anhelos de la clase trabajadora: Bernie Sanders. La desaprovecharon.

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Durante la campaña, Hillary Clinton jugó a empatar un partido que reclamaba encerrar al adversario en su área. Agobiada por los numerosos escándalos que le rodean, rehuyendo el papel de mujer política en un panorama en el que los Estados Unidos podrían haber elegido a su primera presidenta, Clinton y su partido no han sido capaces de ofrecer nada más que ‘más de lo mismo’. Al Partido Demócrata le toca hacer penitencia y refundarse. El liberalismo corporativo inaugurado por Bill Clinton ha muerto con la derrota de su mujer, Hillary, en las urnas. Habrá voces entre los demócratas que aboguen por un giro a la derecha, por mostrar una cara más dura en inmigración (¿más dura que la de una administración que ha deportado hasta agosto 2,8 millones de inmigrantes, más que ninguna otra en la historia del país?), por ejemplo. Se equivocarán. Los demócratas tienen dos años para ilusionar a su electorado antes de las elecciones de mitad de mandato de 2018. Solo es verosímil que lo logren recuperando la bandera de la redistribución económica. China, China, China Trump, que perdió el voto popular, ganó la presidencia por el paupérrimo resultado de Clinton en los antiguos feudos demócratas del ‘Rust Belt’, el cinturón industrial que era un histórico bastión demócrata. Pero su victoria va más allá. Se entiende todavía mejor si se superpone al mapa de la desindustrialización del país, que ha visto cómo se cerraban en masa minas, fábricas, no solo en Ohio y Pensilvania, o West Virginia, sino también en estados de la región de los Apalaches, como Carolina del Norte, el Medio Oeste, como Iowa, o el Sureste, como Louisiana. Cuando Trump hablaba obsesivamente de China y México en sus mítines y echaba en cara a Clinton la firma del tratado comercial NAFTA durante los debates, sabía lo que hacía. Estaba activando la pulsión de un electorado que se siente, en palabras de Arlie Russell Hochschild, la autora del otro libro de lectura obligatoria para el momento, extranjero en su propia tierra. Una vez más, llegó primero el abandono de ese electorado por parte de los demócratas y solo después –-décadas después— el triunfo de Trump en esos feudos. Es una historia conocida, y que no entiende de fronteras: pregúntenselo al Partido Socialista francés o a los laboristas británicos, que tienen en Marine Lepen y Nigel Farage a sus Trumps particulares. Como ellos, Trump utiliza el

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comercio como subterfugio para afrontar los verdaderos problemas de sus sociedades. Son tan estadounidenses los ricos que deciden producir lo que venden en China como los trabajadores que se quedan sin empleo con la deslocalización de la producción. Pero hincarle el diente a esa contradicción supondría hablar de clase, cosa que los demócratas no hacen desde… Bernie Sanders. ¿Uno de los nuestros? Observar la victoria de Trump desde el Nueva York cosmopolita y liberal, y a través de medios como The New York Times o The New Yorker ha sido como ver hundirse al Titanic desde los ojos del director de la orquesta. Las élites liberales no entienden qué ha sucedido. Viven en un país que les es ajeno, como los protagonistas del libro de Arlie Russell Hochschild. La campaña de Clinton y sus aliados en la prensa han pasado meses, acusando –con razón— a Trump de ser un evasor de impuestos, un demagogo racista, un misógino depredador sexual. Le han comparado con Hitler y Mussolini. Y, sin embargo, ahora se apresuran a encontrar un “tono conciliador” en su discurso de la victoria. Clinton, que no dio la cara hasta 24 horas después de la derrota, habló de “respetar el proceso”, y de “la obligación” de aceptar el resultado. ¿No habíamos quedado en que si ganaba Trump llegaba el fascismo a América? ¿Van a hacer Hillary Clinton y el Partido Demócrata de comparsa del ascenso del Führer Trump, que ni siquiera ganó en votos, sino gracias a la disfunción decimonónica del sistema electoral estadounidense? ¿En qué quedamos? ¿Advenimiento del fascismo o todos somos un equipo? Ambas cosas no pueden ser. (Trump pareció devolver el favor por adelantado: si en campaña había prometido hasta la saciedad que nombraría un fiscal especial para meter a Clinton en la cárcel por su supuesta corrupción, en la noche electoral se apresuró a felicitarle (¿por la derrota?) y a dejar claro que tiene con ella una enorme “deuda de gratitud”. Democracy in America. Bonus y víctimas Al Trump que pedía como un energúmeno el certificado de nacimiento de Obama y al que ha llegado a la presidencia de la mano de la promesa de devolver el trabajo a los estadounidenses los une un vector: el miedo al otro. La xenofobia ha ocupado un lugar central en la vida y obra de Donald J.

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Trump, así como en su campaña electoral. Cuando se presentó, en junio de 2015, lo hizo acusando a los mexicanos que cruzan la frontera de ser violadores, criminales, traficantes de drogas que venían a sembrar el caos en EEUU. Los momentos más calientes de sus mítines eran los que dedicaba a prometer la construcción de un muro en la frontera o la prohibición de entrar en el país a los musulmanes. Muchos ponen en duda que vaya a implementar ahora dicho programa. Es imposible saber si lo hará. Pero, aunque quisiera frenarlas, ha puesto en marcha fuerzas xenófobas con su retórica incendiaria que serán difíciles de frenar. Si Trump –-como es predecible— no es capaz de contentar al electorado de la clase trabajadora empobrecida al que tanto ha prometido esta campaña, lo lógico para su supervivencia política sería que recurra a la estrategia que mejor le ha funcionado en campaña: la de buscar chivos expiatorios entre los más débiles, léase los negros, los latinos, las mujeres, el colectivo LGBT o los musulmanes. A ellos no les debe nada. La mañana posterior a la victoria de Trump, una emisora de radio neoyorquina conectaba con la puerta de las oficinas Goldman Sachs, donde "el sentir era sombrío". Acto seguido, el locutor daba paso a un joven trabajador de la firma, cuyo rango no identificó. “¿Cómo están viviendo un momento político de tanta incertidumbre para la nación?” espetaba el reportero. "Nos preocupa el descenso que van a sufrir nuestros bonus", declaraba el joven. Solo en esta campaña, Hillary Clinton recibió 945.744 dólares en donativos individuales de trabajadores de Goldman Sachs. Pocos minutos después, llamaba al mismo programa el profesor de un colegio en Long Island, al Norte de Nueva York. Contaba que la mitad de sus alumnos, guatemaltecos y hondureños en su mayoría, no habían ido a clase. “Sus padres son indocumentados”, contaba con la voz rota. “Tienen miedo”. AUTOR •

Álvaro Guzmán Bastida Nacido en Pamplona en plenos Sanfermines, ha vivido en Barcelona, Londres, Misuri, Carolina del Norte, Macondo, Buenos Aires y, ahora, Nueva York. Dicen que estudió dos másteres, de Periodismo y Política, en

191 Columbia, que trabajó en Al Jazeera, y que tiene los pies planos. Escribe sobre política, economía, cultura y movimientos sociales, pero en realidad, solo le importa el resultado de Osasuna el domingo.

SOCIOLOGÍA DE DONALD TRUMP http://katehon.com/es/article/sociologia-de-donald-trump Hamed Ghashghavi Algunos analistas iraníes como Seyed Hossein Mousavian, ex-negociador nuclear de Irán y profesor visitante de investigación en la Universidad de Princeton, creen que, sea cual fuere (Trump o Clinton) el presidente de los Estados Unidos, ninguno de ellos pondrá en marcha el ‘Plan de Acción Conjunto y Completo’ (JCPOA, en inglés). “En cuanto a Trump y Clinton, hay tres puntos en común y también tres diferencias que observar sobre Irán: En primer lugar, ambos aplicarán las políticas estrictas con respecto a la implantación del JCPOA. En segundo lugar, con respecto a otros desacuerdos entre Irán y Estados Unidos, incluyendo la crisis en la región, el terrorismo y los derechos humanos, sea quien sea el presidente de los Estados Unidos, va a aumentar la presión sobre Irán. Y en tercer lugar, ambos intentarán llenar los vacíos existentes en las relaciones de Estados Unidos con Israel, Arabia Saudita y otros aliados regionales que han aparecido durante la administración de Obama. Pero con respecto a las tres principales diferencias: Trump no es predecible, mientras que Clinton sí lo es. Es probable que Trump en relación a Irán, se vea entre excesos y negligencias, pero Clinton tenía una estrategia calculada. En segundo lugar, será más fácil para Clinton establecer un consenso internacional contra Irán, mientras que esto se tornará mucho más difícil para Trump. Y en tercer lugar, tener un consenso en contra de Irán dentro de los EE.UU también será más fácil para Clinton que para Trump”. – Entrevista con NasimOnline. Debemos mencionar que Mousavian es conocido dentro de Irán como uno de los llamados reformistas que se mostraban profundamente optimistas en cuanto al JCPOA y ahora ha cambiado de opinión. El punto principal del fenómeno Trump es el hecho de que revitaliza el sueño americano en cuanto a la nostalgia de los Estados Unidos bajo los presidentes Andrew Jackson [1829-1837] y Ronald Reagan [19811989]. Un punto muy interesante es que muchos estadounidenses votarán por Trump, porque no es un político del todo. Trump deja que el público se sienta profundamente en un estado muy nostálgico recordando a las consignas de los presidentes Andrew Jackson y Ronald Reagan. Por cierto, en el aspecto de la simplicidad de su nombre, que es como una alarma de advertencia, y también su corte de pelo añadido a su agresividad verbal durante sus conferencias, hacen a Trump el representante de una América sin inhibiciones y, como populista y multimillonario no podemos negar que, una vez más, es una encarnación perfecta del sueño americano. Trump está diciendo que tenemos que acabar con los profesionales en la política. “Yo no uso el dinero de nadie, estoy usando mi propio dinero; No estoy haciendo uso de los grupos de presión, no estoy usando donaciones ni me importan, soy muy rico”. “Voy a hacer el máximo trabajo como presidente que jamás haya visto Dios, os lo juro”. “Creo que el gran problema de nuestro país es que está siendo políticamente correcto”. Trump vs Reagan No podemos olvidar que “hacer América grande otra vez” [Make America Great Again], fue un lema de la campaña presidencial de Reagan en 1981. Por lo que el populismo es una característica común entre Trump y Reagan. Al igual que Reagan, Trump ha recibido una formación muy buena en las comunicaciones de negociador y como hombre de negocios. Pero la diferencia es que Reagan era un verdadero creyente en el conservadurismo y dominaba y respetaba los principios conservadores. Antes de ser presidente, Reagan había sido como gobernador de California [1967-1975], pero ¿qué pasa con Trump, que nunca ejerció como político?

192 Trump no es un populista de derechas en el sentido estricto. Incluso en temas socio-económicos, no podemos considerar a Trump como un conservador de derechas que cree en el liberalismo social como el que tuvo lugar a finales de la década de 1970. Lo que es sorprendente con Trump es la proyección optimista hacia el futuro y una visión nostálgica sobre la América de la década de 1950. Su peinado también es el mismo que peinaban los ‘rockeros’ de aquella década de 1950. Pero Trump es contrario a Reagan cuando dice que le gustaría que aumentara el impuesto para los ricos o reubicasen la producción (como por ejemplo, exigió que Apple fabricara sus teléfonos dentro de los EE.UU.), que un gesto bastante más de izquierdas de lo que hacen los demócratas. Trump vs Jackson Todos sabemos que el propio presidente Jackson era conocido dentro de Estados Unidos como un líder autónomo que rara vez obedeció lo establecido, en particular, al vetar algunas leyes importantes del Congreso, incluyendo las leyes relacionadas con la Banca y en especial el veto de Jackson hacia la carta de renovación del Segundo Banco Nacional en 1832. Así que, como Jackson, Trump cree o finge que él piensa que la economía nacional debe controlar a la banca y no al revés. Un caso notable en su vida es que, en 1806, Jackson mató a un hombre en un duelo por una cuestión de honor relacionada con su esposa Rachel. Trump también insiste en el honor familiar y como vemos en cada uno de sus discursos, se encuentra uno de sus hijos, hijas o su esposa, que aparecen con el fin de mostrar la importancia de la noción familiar. Jackson se convirtió en un héroe nacional por sus acciones durante la guerra de 1812 contra el Reino Unido, mientras que Trump, a día de hoy, habla permanentemente sobre el nacionalismo y se ha convertido en una figura patriótica para sus seguidores. Al igual que a Jackson, a Trump también le gustaría cambiar las leyes con el fin de dar más poder ejecutivo al presidente. Una diferencia principal entre Jackson y Trump es que de alguna manera llevó la lucha contra la corrupción dentro de los límites establecidos, pero parece que después de años de trabajo con los bancos de Estados Unidos y el concepto financiero gubernamental, la propia organización de Trump se ha corrompido. Estados Unidos bajo el presidente Jackson, en 1835, por primera vez no tuvo deuda externa y mientras escuchamos a Trump, detectamos que la disminución de la deuda externa es una de sus promesas. De hecho, tratando de parecerse al presidente Jackson (1829-1837), Trump afirma que quiere desarmar al poder establecido (‘establishment’) y tomar el poder tras las élites que traicionaron al pueblo por dejar que el gobierno lo ejecutara. Y eso es exactamente lo que muchos estadounidenses creen: ¡Los representantes políticos sólo se representan a sí mismos! Donald es, de alguna manera, un resultado puro de la democracia americana jacksoniana. El hecho de financiar su propia campaña electoral es un evento totalmente nuevo para la clase política de Estados Unidos. Cuando se comporta como alguien normal, y en ocasiones, como un ciudadano estadounidense ignorante, lo hace acercarse cada vez más al público. Un estadounidense promedio aprecia cuando tuitea: “El avión que vi en la televisión era el avión de rehenes en Ginebra, Suiza, ¡y no el avión que transportaba 400 millones de dólares en efectivo hacia Irán!”. O cuando se toma a París como capital de Alemania, deliberadamente o no, la gente lo aprecia. Una vez tuiteó: “El concepto del calentamiento global fue creado por y para los chinos con el fin de hacer que la fabricación de EE.UU no fuera competitiva”. Incluso sus seguidores saben que no es cierto, pero lo aprecian sólo porque es contrario a la versión oficial.

193 Al comportarse así, quiere mostrar cuán auténtico es y qué es aquello que los estadounidenses están buscando. En realidad, ellos prefieren un ciudadano original a un político falso. La gente está feliz porque este tipo de discursos son impartidos por Trump, con las palabras que ninguna otra figura política se atreve a decir. Él no es políticamente correcto y no intenta serlo. Es un ser humano, comete errores y no pretende ser un político profesional o diplomático, que no es el caso. Para muchos estadounidenses que se han cansado de las figuras políticas que tienen un buen aspecto y un modo sucio de actuar, Trump es la persona por la que votar. El propio Donald sabe que él se solidariza con las personas cuando es políticamente incorrecto, y a veces no sólo trata de actuar como un americano, sino que intencionalmente comete un error o dice algo con el fin de llamar la atención o provocar. En realidad, algunos analistas creen que su vulgaridad está calculada y que forma parte de su estrategia electoral, y cuando él quiere controlarse a sí mismo, se vuelve totalmente correcto. Pero tiene muchas tareas que cumplir con el fin de ser presidente, ya que hasta ahora ha progresado mucho. Pero para esos analistas, el problema no es Donald Trump, sino el sistema que da semejante poder a un individuo mientras que todos sabemos lo que hizo George Bush en Irak en nombre de la lucha contra las armas de destrucción masiva. ¿Cómo alguien como él, con la ayuda de un grupo de personas que le rodean, podría hacer eso? Pero debemos tener en cuenta que en Europa el populismo no es lo mismo que lo que acontece y aconteció en EE.UU durante años en relación con tal populismo. Dentro de Europa el populismo está fuera de la atmósfera política, pero en los Estados Unidos es un asunto interno tanto de republicanos como demócratas.

Escándalo: ¿Gran propaganda belicista, la Tercera Guerra Mundial? http://www.enriquemunozgamarra.org Al parecer toda la propaganda belicista que estaba propalándose últimamente en casi todas las agencias de información habría estado orientada a ocultar la gran colusión o gran acuerdo imperialista que está en proceso en estos últimos días. Esto, entre las tres superpotencias más armadas del planeta (Estados Unidos, Rusia y China) a fin de sellar graves desacuerdos (contradicciones inter-imperialistas) que han estado empantanándolos con inmensas consecuencias para sus intereses sobre todo en Oriente Medio (Siria, Irán, etc.), la península coreana (RPDC) y el Este de Ucrania. Pero las discusiones estarían centrándose por el momento en como destruir a la dirección revolucionaria de la gran RPDC y en el que se habría filtrado el demencial ataque nuclear preventivo sin tomar en consideración el fortísimo potencial nuclear de este país (RPDC), en tanto esperan imponer el atentado contra la integridad territorial de la heroica Siria. Los consensos estarían discurriendo en primer lugar anotándose para el grupo de poder de Washington, además de las dos anteriores, el reconocimiento de América Latina como su traspatio y consecuentemente la caída del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, la no intromisión de China en Europa, que le dejen concluir sus pactos secretos y lesivos que pretende imponer a la Unión Europea con la “Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión” (TTIP) (conocido en lengua inglesa como Transatlantic Trade and Investment Partnership) y a Asia Pacífico con el “Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica” (TPP) (en inglés: Trans-Pacific Partnership), etc. De igual modo debe estar exigiendo a China que no se entrometa en Filipinas. Y a Rusia, que deje de inmiscuirse en Venezuela y Cuba, etc. En tanto para el grupo de poder de Pekín significaría el reconocimiento del Mar Meridional de China como parte inalienable de su sagrado territorio, por lo que Estados Unidos debería retirar de inmediato sus provocaciones, la apertura completa de los mercados financieros en Estados Unidos y Europa para los capitales chinos.

194 Y para el grupo de poder de Moscú, el reconocimiento de Crimea y el Donbás. En la región del báltico (Este de Europa) su exigencia por el retiro inmediato de la armamentística de la OTAN, sobre todo, el Escudo Antimisiles. En efecto la gran colusión se impone bajo presión de la gran crisis económica, el agotamiento y entrampamiento del sistema de producción capitalista, la persistente línea militar defensiva aplicada por China y el gran impasse en los tres frentes de conflicto existentes actualmente (Oriente Medio, Europa y Asia). Entonces esta nueva realidad mundial, galopante y violenta, es preocupación enorme para los principales centros de análisis internacional bajo egida de las potencias imperialistas. Por lo que sellar la gran colusión, en un momento así, es un imperativo largamente esperado por las burguesías financieras como respuesta histórica al entrampamiento en que se encontraban. Consiguientemente esta gran colusión no es cualquiera. Se puede decir de todo en su contra desde el punto de vista antiimperialista y comunista, sobre todo, comunista, pero para las burguesías financieras es un acuerdo histórico. Se forja impuesta por las nuevas condiciones que presenta la nueva realidad mundial, sobre todo, presionada fuertemente por los grandes hechos que últimamente se baten en el mundo. Sus discusiones probablemente aún no están concluidas, pero sus consecuencias pronto se harán sentir. Un gran acuerdo imperialista que ninguna burguesía financiera lo subestimaría. Debe reorientar la confrontación inter-burguesa en el curso de la época multipolar. Pero jamás podrá frenar la gran carrera armamentística. La China capitalista y la Rusia putinista asumirán un gran papel. Sin olvidar que el Pentágono estará acelerado en el moldeamiento fascista del mundo con gran ímpetu en sus fuerzas paramilitares y en una demencial carrera armamentística por superar los disuasivos de las otras burguesías. En tanto la lucha de clases encenderá vivamente la revolución comunista pulverizando a los paramilitarismos fascistas y orientándose hacia la toma del poder y militarizando su organización remecerá el mundo desde sus raíces. Pero, en lo inmediato obligará al grupo de poder de Washington, en el curso del nuevo gobierno (elecciones en Estados Unidos con candidatos de la misma calaña), marchar hacia una nueva geoestratégia. Consecuentemente esto no significará el fin de las contradicciones inter-imperialistas. Las refriegas interburguesas continuaran su curso. Las tesis marxistas a este respecto tienen plena vigencia. El belicismo estadounidense a pesar de la propaganda que huele a manipulación fenomenal en realidad es muy fuerte. Esto no puede negarse. Por lo demás es un indicativo de lo extremadamente agudo que son aquellas contradicciones. Por eso cuando hablamos de las características de la coyuntura actual lo hacemos refiriéndonos como es debido de la gran carrera armamentística, que no es sino, una gran confrontación por mejores armas ¿Mejores armas? Por supuesto parta destruir al enemigo. En esto esta resumido lo extremadamente agudos que son las contradicciones inter-imperialistas. Consiguientemente hay que saber calibrar bien esta situación si queremos un análisis serio de la nueva realidad mundial. Veamos esto: 1.- Todos han caído en la trampa: No hay Tercera Guerra Mundial. Ciertamente tenía conocimiento que había una gran guerra informativa que sobrepasaba largamente a lo que había hecho la Gestapo en los años 40 del siglo pasado, pero ni por asomo imaginaba que esta fuera tan monumental con involucramiento de todas las prensas incluidas las rusas y las chinas, en una completa colusión. En realidad un escándalo mundial. Un fenomenal acontecimiento que ha movido a toda la llamada elite universal. Involucra incluso a las llamadas “izquierdas de café” particularmente de Europa que actúan sin saberlo como cajas de resonancia (quisiera pensar así). Realmente asombroso. Hitler debe estar muy alegre en su tumba con toda esta situación. Todo empezó con las manipulaciones de las bandas paramilitares estadounidense mostradas como independientes del ejército estadounidense y, luego continuo con el Operativo militar del 16 de julio de 2016

195 milimétricamente planificado y ejecutado por el Pentágono, la OTAN y Erdogan, para desarmar el posicionamiento geopolítico de Rusia sobre Siria y Oriente Medio que muchos, por no decir todos, batieron bombo junto al Pentágono y la CIA. Pero esta manipulación es extrema que sobrepasa largamente a las dos anteriores. El asunto era mostrar la pugna inter-imperialista ruso-estadounidense en muy intensa. Incluso se publicitó importantes movimientos del armamento nuclear. A razón de esto algunos llegaron al clímax de la desesperación, no sé si por encargo o por desconocimiento, enviando apurados SOS de una Tercera Guerra Mundial. En efecto “Tercera Guerra Mundial, Tercera Guerra Mundial, Tercera Guerra Mundial”, vociferaban las prensas occidentales. También las prensas rusas y chinas. De igual modo las prensas medio izquierdosos. Y algunos “disidentes” de Estados Unidos. Todos estaban aparentemente alarmados. Pero, estos desconocían o no querían saber que la guerra debe ser observada desde dos puntos de vista, coyuntural y estratégicamente. Es decir a corto y largo plazo respectivamente. Y son guerras convencionales o guerras nucleares. Esto era muy importante. Sin embargo en las actuales condiciones internacionales de coyuntura histórica (sistema multipolar, equiparación de fuerzas y carrera armamentística) las guerras de baja intensidad son las que tiene mayor incidencia como parte de las guerras convencionales. Por lo que en estas condiciones la guerra convencional propiamente dicha ni siquiera estaba en los planes de las tres superpotencias más armadas del planeta. A lo máximo que estimaban eran que esta guerra convencional solo quedara en su fase de planeamiento y, con la acentuación de los hechos internacional más bien servirían para preparar el estallido de la guerra nuclear a mediano o largo plazo. Consecuentemente no podemos soslayar el cruento proceso de la guerra de baja intensidad impuesto por el pentágono cuando instala sus células durmientes (paramilitarismo fascista) en casi todas las regiones del planeta, sobre todo, en el Norte de África (Libia), en Oriente Medio (Siria) y en el Este de Ucrania, hábilmente camuflada por las prensas occidentales y rusas por encargo de sus burguesías financieras no convenirles en la concreción de sus planes y en el que como sabemos los estadounidenses han utilizado el espantajo de sus bandas paramilitares y Rusia ha respondido que combate a esas fuerzas a los que además ha convenido en llamarlas como “terroristas”, todo esto, vuelvo a repetir, para camuflar el conflicto existente entre ambas superpotencias por temor a la guerra nuclear. Entonces la guerra de baja intensidad se hizo muy aguda. En enero de 2016 cuando el uso del armamento convencional llego a su límite máximo, el conflicto ya era insoportable. Desde aquel momento la situación internacional estaba entrampada esperando la gran colusión o la Tercera Guerra Mundial. Ante todo debemos saber que una Tercera Guerra Mundial en las actuales condiciones de la situación mundial es necesariamente una guerra nuclear. No hay término medio a este respecto. Y en este contexto bien se sabe que las tres superpotencias más armadas del planeta le tienen miedo a este tipo de guerra y no están dispuestas a enfrentarla. Cierto, en los hechos, ninguna burguesía está en condiciones de sostenerla. Nadie quiere correrse riesgos. Consiguientemente a corto plazo no hay Tercera Guerra Mundial. Aquello está descartado por la fuerza de los hechos. Esto es definitivo. Y es una situación que la manejan las tres superpotencias maquiavélicamente. Sin embargo estratégicamente esto no funciona así. La Tercera Guerra Mundial estratégicamente tiene pleno valor. Hay que tomar nota de esto. Aquí incluso intervienen las lecciones históricas. En efecto para explicar esto hay que ir a las fuentes históricas. De sobra se sabe que los cambios mundiales se han sucedido sobre la base de la violencia. En los anales de la historia universal encontramos a menudo el apunte que indica: “la violencia es la partera de la historia”.

196 El sistema capitalista sobre todo en su segunda y última fase (imperialista) es absolutamente propenso a la guerra y, el carácter guerrerista de las burguesías financieras son muy claros. Sobre todo el asunto de la belicosidad y la falta de escrúpulos de la burguesía financiera es muy peligroso. Consecuentemente en el futuro, a mediano o largo plazo, la Tercera Guerra Mundial es serpenteante. No se sabe en qué momento pueda suceder, pero, que si, va suceder, afirmo categóricamente, va suceder. En eso estoy muy claro. Y por eso recalco: “la violencia es la partera de la historia”. Y en estas condiciones cuando las potencias imperialistas están siendo aplastadas por la gran crisis económica y aún más presionadas por los fenomenales hechos internacionales que se vienen batiendo, es que estas superpotencias mundiales han optado por la gran colusión, una situación que se impone sobre la base de la colusión sino-estadounidense, la que en última instancia debe sellar el carácter de la nueva situación mundial. Ojo, el carácter defensivo en lo militar de China en esto, es determinante. No podemos pasar esto por alto bajo ningún concepto. La gran colusión se sostiene, entre otras, en que si bien es cierto que es trascendental la alianza ruso-chino, en última instancia la que determina las perspectivas de la nueva coyuntura, es la objetividad de cada polo o bloque. En esto no debemos olvidar que el sistema multipolar ya está en pleno proceso desde finales de 2010. Lo que quiere decir, aun con sus contratiempos, la multipolaridad ya está resuelta. En esto la pérdida de la hegemonía mundial estadounidense es determinante. Las potencias imperialistas de hecho manejan esta situación y por eso avanzan a la gran colusión. 2.- Los acuerdos entre las burguesías financieras siempre han sido secretos y sórdidos. Esta es una norma bien conocida. En el transcurso de la historia de la lucha de clases, los acuerdos lesivos contra las naciones firmadas por las burguesías financieras en procura de la preservación de sus intereses ha sido escondida de mil formas, solo llegaban a la manos de los pueblos cuando las fuerzas comunistas se apoderaban de aquellos documentos en el fragor de la lucha armada. Sobre esto existen miles de archivos en los anales de la historia universal. En el caso del último acuerdo de armisticio o “cese de hostilidades” respecto a Siria firmado el 10 de septiembre de 2016 entre Estados Unidos y Rusia, con entrada en vigor a partir del 12 de septiembre de 2016, el escándalo ha sido mayúsculo. Estados Unidos, según Rusia, simplemente incumplía aquellos acuerdos. Por lo que Rusia amenazó con hacer público las actas de aquel documento. Nunca lo hizo, pero se conoció que había un acuerdo secreto. En esta última, la gran colusión, la que está en proceso en este momento entre estados Unidos, Rusia y China, también es un secreto y sórdido. Aquí pude encontrar el siguiente apunte donde el premier ruso, Dmitry Medvedev, filtra en sus declaraciones a la cadena china CCTV, la existencia de negociaciones muy al margen de cualquier cumbre de carácter público e internacional. Ha dicho refiriéndose a este tema: “El primer ministro de Rusia al final de la entrevista con el medio chino se ha referido al futuro del presidente sirio, Bashar al-Asad. “Su suerte no es tema de discusión en las negociaciones, pero el mandatario debe participar en los debates como líder oficial del país” (la fuente esta abajo). Veamos esto: “Rusia rechaza tajantemente fragmentación de Siria. Sin embargo, ha continuado, para resolver la crisis siria nos encontramos con un importante obstáculo, ¿cómo separar de los grupos terroristas a los que quieren la paz y “están dispuesto a inclinarse a posiciones constructivas? Eso es un gran problema”, ha inquirido. Moscú está en contra de cualquier plan que resulte en el fraccionamiento de Siria en territorios terroristas, asegura el premier ruso, Dmitry Medvedev. Lo más importante es asegurarse de que Siria tiene un futuro predecible, que puede seguir existiendo como un país independiente y autosuficiente, y que no se desintegre en pequeños

197 enclaves terroristas”, ha dicho Medvedev durante una entrevista a la cadena china CCTV. El primer ministro ruso ha reiterado que su país, junto con el Gobierno de Siria, está trabajando para eliminar el semillero del terrorismo y no dejar que este se extienda a más países. Hasta Rusia no es inmune a la amenaza del extremismo, ha subrayado”. Continua: “Medvedev ha insistido en que el futuro del país árabe debe debatirse en la mesa de negociaciones. “No hay una solución militar para el conflicto (…) Los que buscan la paz en Siria deben llegar a un acuerdo”, ha afirmado el premier en la entrevista publicada el viernes y que recoge TASS. El primer ministro de Rusia al final de la entrevista con el medio chino se ha referido al futuro del presidente sirio, Bashar al-Asad. “Su suerte no es tema de discusión en las negociaciones, pero el mandatario debe participar en los debates como líder oficial del país” (1). 3.- En este contexto de hechos fue determinante el posicionamiento defensivo militar de China: En efecto es determinante. ¿Por qué? Porque China es la primera potencia capitalista del mundo. Sus decisiones económicas empiezan a tener valor estratégico mundial. Así Estados Unidos y Rusia sienten que son arrastrados por China. Consecuentemente la gran colusión viene desde este posicionamiento defensivo militar asumida por China, cuyo fondo, como sabemos, son sus nuevas orientaciones económicas hacia el sector servicios y dirigidas a su mercado interno por la ralentización de su economía y el estancamiento de la economía mundial. Pero en esencia la gran colusión deviene de la evaluación al que han llegado las potencias imperialistas en la caracterización de la nueva situación mundial, sobre todo, de la constatación del agotamiento y entrampamiento del sistema de producción capitalista, además, observando que a corto plazo no es posible enfrentar la Tercera Guerra Mundial, entre otras, por sus incapacidades por superar los disuasivos en cada una de las tres potencias más armadas del planeta, cuyo fondo, como sabemos es la equiparación de fuerzas. Esto evidentemente cuadra perfectamente con la nueva realidad mundial. 4.- De igual modo no podemos olvidar que Estados Unidos, aún con la perdida de la hegemonía mundial, mantiene muchas ventajas en el posicionamiento geoestratégico mundial: Las ventajas estadounidenses en el posicionamiento geoestratégico mundial son innegables. No hay que olvidar su formidable aparato de guerra. Su armamentística convencional. El tejido militar esparcido en casi todas las regiones del planeta (sus secciones paramilitares). Pero que, a la vez, esto mismo la está aplastando y del que probablemente nunca podrá salir. Es un enorme presupuesto que carga a cuestas. Un déficit monstruoso que tiene que cubrirlo permanentemente. No olvidemos en esto lo sucedido en la guerra de agresión de Vietnam que entre otras le significó su caída al fondo de la gran crisis que justamente en ese año, 1973, el sistema capitalista mundial se sumergía a un ciclo económico largo de contracción y crisis. A razón de esto el drenaje de capitales frescos desde los bancos centrales de los países que controla debe ser muy intenso. Estas necesidades cada vez más van en aumento por las nuevas guerras en que se involucra. Y aún más complicadas a medida que va siendo desplazado en varias regiones del planeta. Bien sabemos que ahora China es primer socio comercial en varias regiones donde antes Estados Unidos mantenía hegemonía. He ahí por qué las desesperaciones de las burguesías financieras estadounidenses. 5.- Y bajo estas condiciones existe apuntalamiento contra tres regiones absolutamente estratégicas: A.- Contra la gran RPDC con amenaza de ataque nuclear preventivo estadounidense:

198 Más de lo que se está hablando sobre riesgos de guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia el riesgo más grave es la que está orientada contra la gran RPDC que viene de la amenaza estadounidense de un ataque nuclear preventivo. Se sabe que todas las burguesías financieras, estadounidenses, rusas y chinas, están sumamente preocupadas por el ascenso militar nuclear de la gran RPDC, por lo que la gran colusión está orientada fundamentalmente contra este país. Los gritos desesperados del grupo de poder de Washington se oyen todos los días. Así las maquinaciones y los complots son constantes. Si bien es cierto que existe un Tratado de amistad y cooperación sino-norcoreana firmado en Pekín el 11 de julio de 1961 y con entrada en vigor el 10 de septiembre del mismo año, entre el Primer Ministro de la República Popular China Zhou Enlai y el Presidente de la gran RPDC, Kim Il-sung, nada garantiza el cumplimiento de este acuerdo por parte de China en caso de agresión estadounidense (2). Pero en la gran RPDC está consolidada su status de potencia nuclear. De hecho, en caso de agresión, su respuesta ahora va hacerse sentir de forma contundente en territorio estadounidense como nunca antes. De eso hay que estar bien seguros. Su dirigencia ya advirtió que el ataque nuclear preventivo no es de propiedad ni monopolio del pentágono. Y de acuerdo a esto podemos concluir que si en los nuevos análisis que se efectúen de la situación internacional no se tomaran en cuenta este status de gran potencia nuclear de la RPDC, estas, definitivamente adolecerán de serias deficiencias. La ascensión como potencia nuclear de la RPDC ha cambiado de plano toda la geoestrategia mundial. Definitivamente la RPDC es un actor de primer nivel. Como se sabe este proceso avanzó en el siguiente marco de exitosas pruebas nucleares: 2006, 2009, 2013 y 2016. Y ha seguido la siguiente secuencia: Primero se desarrollaron los artefactos de plutonio, luego de uranio, y el 06 de enero de 2016 de hidrógeno. Su escalamiento nuclear ha sido fenomenal. Además no debemos olvidar que la RPDC dispone de vectores (misiles) de largo alcance que fácilmente sobrepasan los 10,000 kilómetros como lo acepto incluso el actual ministro de defensa de Corea del Sur. Y, con esto este país ha dejado bien en claro a Washington que su posicionamiento en el Pacífico y en su mismo territorio había perdido toda garantía de seguridad. Unas notas a este respecto: “De esta manera el país asiático ha engrosado las filas de las potencias espaciales. ¿Cuáles podrían ser las consecuencias de este acontecimiento para el mundo? ¿Qué significaría desde el punto de vista militar? Que Corea del Norte una vez más ha demostrado al mundo su capacidad de crear vectores de transporte de largo alcance. Potencialmente un país que ha creado un cohete capaz de colocar dispositivos en órbita, domina la tecnología de los misiles intercontinentales o está a pocos pasos de ello. De esta forma Pyongyang ha vuelto a elevar sus apuestas en el juego con la comunidad internacional. Además, le dejó más que claro a Washington que su posición a través del Pacífico ya no es ninguna garantía de seguridad. Japón y Corea del Sur llevan tiempo viviendo bajo el punto de mira de los misiles norcoreanos” (3). B.- También contra la integridad territorial de la heroica siria. En realidad la heroica Siria ha estado sometida a toda clase de presiones. En un apunte anterior denuncie esta situación. Veamos: “Hay muchas cosas oscuras en el caso de la agresión estadounidense contra la heroica Siria”.

199 “Indigna tanta manipulación e hipocresía en el manejo de este asunto. Pareciera que Siria estuviera autoliquidándose teniendo a plena disposición las armas contundentes y necesarias para pulverizar a los paramilitares fascistas que asolan su sagrado territorio”. “Cierto, aquí las fuerzas agresoras estadounidenses han tenido muchas ventajas. O tal vez muchas concesiones”. “¿Es que hay debilidad de parte de Rusia, Siria, Irán y el Hezbollah? ¿O es errónea nuestra apreciación sobre una Rusia firme? ¿No funciona la equiparación de fuerzas? ¿O tal vez Rusia no autoriza a Siria el uso de los sistemas S-300? Se supone que Siria como país soberano mantiene sus propias iniciativas, tiene a plena disposición toda su armamentística incluido los misiles S-300, busca nuevas alianzas o profundiza las existentes, por ejemplo, con China, etc. En todo caso es bueno tomar en consideración el ejemplo de la gran RPDC”. “Y la preocupación no es sola una quimera, toda vez que aviones de combate estadounidenses, israelíes, ingleses, franceses, turcos y en general de la llamada “Coalición Internacional” invaden impunemente el espacio aéreo sirio, sin ningún respeto al derecho internacional. Cuando incluso los paramilitares fascistas derriban helicópteros de la fuerza aérea siria utilizando misiles avanzados proveídos por el pentágono, y no están dirigidos solo contra aparatos sirios sino también contra los aviones y helicópteros rusos. También cuando existe en varias regiones del planeta un fuerte proceso de instalación de sistemas avanzados de radares y de misiles de mediano y largo alcance con capacidad de transporte de ojivas nucleares. Y finalmente cuando se ha anunciado el estacionamiento de bombarderos estratégicos B52 en las bases europeas de la OTAN, el despliegue del THAAD de Estados Unidos en Corea del Sur y el ejercicio militar Anaconda-16, que dio lugar al más importante despliegue de fuerzas extrajeras en Polonia desde la Segunda Guerra mundial, es decir, un fuerte proceso de posicionamiento de escudo antimisiles y, de facto, de zonas de exclusión aérea en varias regiones del planeta bajo dirección y ejecución del ejército estadounidense y la OTAN. Sorprendente, porque incluso hasta Yemen está utilizando misiles de largo alcance contra Arabia Saudita”. Tras aquella denuncie observe en las prensas rusas que daban cuenta de la llegada (¿Recien?) de aquel armamento a las bases que tiene Rusia en este país (Siria), es decir, la base naval de Tartus y la base aérea de Hmeimim, en el noroeste sirio. Cuando sabíamos que aquellas armas ya estaban en territorio sirio desde finales de 2011, justo cuando se iniciaba la pretendida ocupación por parte del ejército estadounidense. De lo contrario ¿Cómo se explica la resistencia de Siria por más de tres o cuatro años sin estos armamentos? Al parecer para ocultar las negociaciones secretas contra Siria antiimperialista han desarrollado incursiones muy fuertes y muy serias pero probablemente sin traspasar lo exigido por el pentágono, como el bombardeo con cohetes kalibr disparados desde buques de guerra anclados en el Mediterráneo que arrasaron una guarnición secreta del paramilitarismo estadounidense en el norte de Siria (Alepo) donde se encontraban unidades de espionaje de elite de Estados Unidos, Israel, Francia y Turquía. C.- Y atentar contra Venezuela: traerse abajo el gobierno del presidente Maduro. De hecho el asunto del petróleo es lo que agita a Estados Unidos en su involucramiento contra Venezuela. Para Estados Unidos, Venezuela es un país estratégico por este asunto. Y como viene perdiendo influencia en varias regiones del planeta, la corriente bolivariana deviene en un gran riesgo para el control de América Latina y que en las actuales discusiones en el marco de la gran colusión su exigencia hacia Rusia y China probablemente gire en torno a que no se entrometan en Venezuela por considerarla a este país parte de su patio trasero. Las bandas paramilitares fascistas estadounidenses están en plena ebullición. Asolan fuertemente a Venezuela. También hay un parlamento anti-histórico que debe ser frenado con firmeza. La firmeza y la unión con su pueblo es la única decisión correcta que puede salvar al gobierno del presidente Nicolás Maduro.

200 Desde aquí envío a Venezuela mi plena solidaridad internacionalista y combatiente. Igual como lo asumí con Libia y Siria. Mi posicionamiento antiimperialista grabada en más de 150 artículos es muy clara a este respecto. Y esta vez no va ser ninguna excepción. POR: ENRIQUE MUÑOZ GAMARRA (*) www.enriquemunozgamarra.org NOTAS: 1.- “Rusia rechaza tajantemente fragmentación de Siria.”. Nota publicada el 4 de noviembre de 2016 en: Rusia Today. 2.- “Tratado de amistad entre cooperación sino-norcoreana y cooperación mutua; De Wikipedia, la enciclopedia libre. Nota en Ideioma Ingles. 3.- “Opiniones Pyongyang vuelve a desafiar al mundo con el lanzamiento de su satélite”. Autor: Konstantin Bogdánov. Artículo publicado el 18 de diciembre de 2012, en: Ria Novosti. (*) ENRIQUE MUÑOZ GAMARRA:

El momento populista y los populismos del momento por ALEJANDRO FIELBAUM S. edición de Nov 14, 2016 • 09:13

http://www.redseca.cl/?p=6620&utm_source=feedburner&utm_medium=emai l&utm_campaign=Feed%3A+redseca+%28Revista+Red+Seca%29 [E]ncontramos otros movimientos histórico-políticos modernos, que no son por cierto revoluciones, pero que tampoco son por completo reaccionarios, al menos en el sentido de que destruyen en el campo dominante las cristalizaciones estatales sofocantes e imponen en la vida del Estado y en las actividades sociales un personal diferente y más numeroso que el precedente. Estos movimientos pueden tener también un contenido relativamente “progresista” en cuanto indican que en la vieja sociedad existían en forma latente fuerzas activas que no habían sido explotadas por los viejos dirigentes; “fuerzas marginales”, quizás, pero no absolutamente progresivas en cuanto no pueden “hacer época”. Lo que las torna históricamente eficientes es la debilidad constructiva de la fuerza antagónica y no una fuerza íntima propia, de allí entonces que estén ligadas a una situación determinada de equilibrio de fuerzas en lucha, ambas incapaces de expresar en su propio campo una voluntad propia de reconstrucción. (Antonio Gramsci) Difícilmente alguien podría afirmar, con sinceridad, que el triunfo de Trump no lo ha sorprendido.

Quienes son más cautos seguirán sorprendiéndose por lo que solo pueden leer como una paradoja: que en un país de tradición democrática, imaginario liberal y posición de vanguardia en la globalización se escoja a un Presidente que se opone a las más básicas nociones de tolerancia y derechos civiles. Frente a esa ingenua teleología, quienes tengan más astucia habrán de leer el

201 resultado de la elección como un síntoma de las tensiones que constituyen el orden neoliberal, recordando que racistas y capitalistas han sido históricamente mejores aliados que enemigos, si es que no parte del mismo bando. Pese a que lo último no es un secreto, y menos sobre Estados Unidos, su triunfo no nos deja de sorprender. Y es que quizás aún no logramos asumir, parafraseando la parte menos conocida de la octava tesis de la filosofía de la historia Benjamin, que asombrarnos porque coyunturas como estas sean “todavía” posibles es no estar a la altura de lo que debemos pensar. Lo que desde Chile podemos señalar al respecto, por supuesto, tampoco es mucho. Es obvio que cualquier analogía entre Trump y Piñera, Clinton y Lagos, o cualquier otro par, sería ridículamente genérica, y quizás tan oportunista como las celebradas comparaciones entre el racismo de Trump y las actitudes conservadoras y machistas del “espíritu” (sic) que abunda en Chile. El problema de enunciados como este último, por cierto, no es que sean falsos, sino que es poco lo que permiten comprender de la situación concreta en la que se producen y reproducen distintas formas de dominación. Mucho menos, imaginar cómo estas podrían ser combatidas de manera colectiva. En esa línea, la respuesta ante Trump no debe limitarse a la necesaria crítica moral, y asumir la disputa política. Su triunfo muestra que cuando una candidatura que se considera progresista es la que aprueba la banca internacional, difícilmente puede concitar el apoyo de los grupos subalternos a los que supuestamente apelan. Como bien documenta Naomi Klein, el carácter neoliberal de los gobiernos demócratas lleva a que buena parte de trabajadores blancos descrean de gobiernos demócratas que poco han protegido sus ya exiguos derechos. Es plausible sostener que las ideas racistas y misóginas de esos antiguos votantes demócratas no son nuevas, sino que en esta coyuntura se han explicitado e intensificado. Que la izquierda ha de combatir el vuelco neoliberal de la socialdemocracia con otra forma de economía es un supuesto compartido, aun cuando sea imposible, y no del todo necesario, dibujar de antemano lo que esa nueva economía podría ser. Lo que no parece hoy tan claro es cómo ha de cribarse esa promesa en la disputa política. En particular, una vez que ya no partimos del supuesto de que la política es la simple traducción de valores o intereses, con lo cual la tesis de la falta de conciencia de clase queda vetada. La teoría política contemporánea, en efecto, bien insiste en cierta

202 indeterminación de lo político. Esta permite que los votos de los desposeídos por el neoliberalismo se transfieran, en este caso, a Trump. La dificultad que instala el triunfo de Trump ante la izquierda es que pone en jaque la fórmula política que parecía haberse instalado para desarrollar la política asumiendo esa indeterminación. A saber, la receta populista: Construir discursivamente un antagonismo frente a la élite política y financiera en nombre del pueblo. Puesto que esa operación populista sería una lógica política antes que un tipo histórico de gobierno o unas ideas que se manifiestan en un programa, no es necesario que Trump o alguno de sus asesores haya conocido la seductora teoría que puede hoy describir ese tipo de maniobras: Que Trump no conozca la influyente teoría de los significantes vacíos es quizás el mejor ejemplo del supuesto populista de que el discurso político es menos racional y más afectivo de lo que gustábamos creer. Frente a ello, ya hace algunos meses, Chantal Mouffe, quizás la académica que hoy resulte más influyente en la teorización del populismo, ha distinguido entre un populismo de izquierda y uno de derecha. Según la teórica belga, ante la crisis neoliberal se desborda el deseo postpolítica liberal de reducir la política a la administración de las instituciones existentes. Es allí donde emerge el “momento populista” que abre la disputa por cómo inventar, a través de esta lógica, un nuevo pueblo. Mientras el populismo de izquierda busca realizar esa construcción de forma integradora, indicando a la oligarquía como enemigo de un pueblo que no se concibe de modo homogéneo, el populismo de derecha apela a una identidad nacional supuestamente existente, marcando al extranjero como enemigo del pueblo que se inventa. Al mismo tiempo, para Mouffe el populismo de izquierda, podría revitalizar las instituciones democráticas, mientras que el de derecha pareciera amenazarlas. Esta caracterización de los populismos y sus momentos ha sido retomada tras el triunfo de Trump por Pablo Iglesias, acaso la figura política que más rendimiento político ha sacado de lo descrito por Mouffe. Con una retórica más decidida, describe el populismo de derecha como fascismo, a través de una identificación que, por cierto, la propia Mouffe había cuestionado años antes. El triunfo del empresario estadounidense, argumenta Iglesias, se debe a la emergencia de un “momento Trump”. Así como otros momentos populistas, siguiendo sus ejemplos, permitieron los momentos

203 Berlusconi, Putin o Perón, en este caso, la crisis económica y política de los últimos años abren el momento de este nuevo populismo de derecha. El breve análisis de Iglesias no esclarece si la existencia de ese momento es la causa o el efecto del triunfo del empresario. Es probable que la lectura más generosa que pueda hacerse, asumiendo que la finalidad del texto que comentamos no es la de teorizar, es que esa lógica causal, propia de la filosofía liberal que su análisis objeta, es interrumpida por la operación populista: En la medida en que Trump triunfa, parece pensar Iglesias, otorga retrospectivamente sentido a la cuestionada emergencia de su candidatura. Esa operación, que ciertamente vale para cualquier construcción de una identidad política (lo que llamamos “Independencia de Chile” únicamente puede narrarse desde algo así como “Chile”), parece ser más clara en los momentos de indeterminación que solo pueden ser cerrados, de forma más o menos momentánea, por la emergencia de un momento en el que se logra una nueva hegemonía. No podría haber, por ende, un “momento Hillary”, “momento Lavín” o de cualquier otro líder que no haya obtenido el gobierno. No porque no hayan intentado quizás realizar la operación populista, sino porque al no ganar no pueden consumar su momento en la política. La pregunta que entonces se abre a Iglesias es la de cómo construir el momento de un populismo de izquierda. Al cuestionar la rápida identificación entre Podemos y Trump, el líder español asume la posibilidad de otro tipo de populismo. A saber, el que no se nutre de la desarticulación de la sociedad civil -entendida, por cierto, de modo gramsciano antes que liberal- sino que la combate “tocando las conciencias”. Es difícil saber qué puede significar esto último una vez que se ha cuestionado cualquier figura del sujeto racional en la política, pero pareciera que remite a la construcción de cierta politización capaz de enfrentarse al capital antes que a los inmigrantes: “El antídoto frente a los Trump, los Albiol, los Le Pen, el antídoto frente al fascismo y el autoritarismo financiero es la política que interpela y organiza a la gente asumiendo al enemigo como lo que es. Tiene muchos riesgos. Desata la ira de los poderosos y sus aparatos y es mucho más áspera que la política parlamentaria. Tiene muchas dificultades porque implica dotar de instrumentos de poder y auto-organización a la sociedad civil y a los movimientos populares. Tipos como Trump sólo pueden avanzar allí donde no hay trincheras de la sociedad civil organizada, allí donde la anomia y la soledad de los desposeídos imperan, allí donde puede enfrentar al penúltimo contra el último”. Parece sintomático que el análisis que hace Iglesias de lo que considera fascismo opere con los supuestos conservadores de que puede existir algo así como la anomia o la soledad, y más aún en

204 una sociedad con altos niveles de organización civil como la estadounidense. A fin de cuentas, Ku Klux Klan es un movimiento que se auto-organiza en la sociedad civil. Y, de hecho, los y las votantes de Trump construyen trincheras, se acompañan y promueven algunas normas. Si ahora éstas amenazan por imponerse, en efecto, es porque, líder populista mediante, han logrado instalar cierta promesa de otro pueblo, con sus normas y organizaciones. La pregunta que requiere entonces la izquierda es la de qué tipo de organizaciones son las que debiese promover y articular. Ante ello, la genérica apelación al “pueblo” resulta problemática. No, por cierto, porque cualquier agrupación puede considerarse a sí misma popular, lo cual es inevitable, sino porque una fuerza política debe saber qué tipo de organizaciones le parecen deseables para el pueblo que desea construir. Esa distinción, sin embargo, parece imposible desde la teoría del populismo como indistinta apelación al pueblo contra la casta. Por ello, parece necesario para Iglesias inventar una cuestionable dicotomía entre las eventuales normas y asociaciones del populismo de izquierda frente a la supuesta anomia y soledad del populismo de derecha. De lo contrario, su análisis padece el peligro de que aquello que desea separar se mezcle, y de notar que populismo de izquierda y de derecha pueden ser menos distintos de lo que su política debe suponer. Y no, por supuesto, porque él o los y las militantes de Podemos no quieran construir una opción de izquierda. Las discusiones que hoy desarrolla su movimiento, de hecho, solo son posibles por un deseo de construcción democrática que a Trump ni siquiera le preocupa. Sin embargo, la forma de pensar la política de Podemos y otros populistas parten del supuesto de que hay una sola lógica de construir la acción política. En ella, izquierda y derecha pueden confundirse, sin que la apelación a un pueblo más abierto o cerrado pueda delimitar dónde comienza uno u otro. Un populismo no racista, de hecho, puede ser neoliberal. Evidentemente, ninguna teoría puede asegurar sustraerse de la indeterminación política que permite que el enemigo se parezca más de lo que gustaría, pero sí puede aspirar a construir un movimiento de modo distinto a cómo lo construye el enemigo. En ese sentido, el reconocimiento del carácter irreductiblmente político del antagonismo puede aspirar a una forma de construcción distinta que la populista.

205 Cierto es que la forma en la que los sujetos perciben sus intereses no es previa a la disputa política. Un obrero que ha perdido su empleo puede culpar tanto al patrón como al extranjero, y actuará políticamente de distinta forma en virtud de que explique su situación por uno u otro caso. Mas de ello no se sigue que ese u otros sujetos no puedan, a través de la política, construir ciertos intereses que no puedan ser recuperados por quienes expresan intereses ajenos. A fin de cuentas, eso es lo que parece pedir Iglesias cuando refiere a una política que desate la ira de los poderosos. Pero no es claro, pese a sus deseos, que una política populista pueda construir esa ira más allá de sus “momentos”. Que la izquierda pueda ganar de forma similar a como gana la derecha es un problema, y no por una cuestión moral, sino política. Con esa estrategia, puede ofrecer otra alternativa en el mercado electoral, pero difícilmente transformar la concepción de la política como mercado de alternativas. La operación populista puede triunfar en las elecciones apelando, con unos u otros significantes, a un genérico pueblo contra “los mismos de siempre”. Es improbable, sin embargo, que quienes voten así a su líder luego estén dispuestos a defender un proyecto que ponga en práctica ideas de izquierda. En particular, claro está, una vez que pasa su “momento”. La dificultad de articular la oposición ante las reformas de Macri en Argentina es triste ejemplo de esto. Habrá que arriesgarse frente a esa dificultad, dirán quienes defiendan esa estrategia, y es cierto. El problema de la política populista, en efecto, es que se arriesga poco: al subordinar las ideas al deseo de triunfar, no está dispuesta a dar la batalla por instalar las ideas de izquierda, limitándose al deseo de ganar en la batalla electoral. Por este motivo, se limita a pensar lo que puede en el presente triunfar, o bien explica su derrota por no haberse limitado a ese presente. Es decir, o triunfa como populista o pierde por no haber sido suficientemente populista. Su límite no es que su triunfo no sea el definitivo, sino que piensa la política desde el triunfo, sin ser capaz de pensar la obstinada paciencia que se requiere en los momentos de reflujo y reconstrucción. Con demasiado optimismo de la inteligencia, parece incapaz de movilizar la voluntad en la derrota. Por lo mismo, en su deseo de triunfar en el presente, fácilmente tiende a considerar que cualquiera es su “momento”, pues somete toda política al deseo de estar ya en ese “momento”.

206 El problema de la teoría del populismo, incluso en sus versiones más refinadas (es decir, evidentemente, en las de Laclau) es que naturaliza una sugerente explicación de ciertos triunfos históricos como la única forma de construir la política, ensalzando el ya referido momento por sobre los procesos. Esto no se explica, por cierto, desde una torpe dicotomía que pensase que el liderazgo populista emerge sin contexto social y económico y sin un proceso de construcción política. De hecho, en defensa del populismo podría argumentarse que tras la emergencia del liderazgo puede desarrollarse cierto proceso. El problema radica en que la teoría populista solo da estatuto de validez política a tales procesos en la medida en que se condense en ese “momento”. Si este falla, el tiempo de la política se cierra. Con ello, la defensa de las ideas se condiciona a la posibilidad de ganar. Al pensar la política desde la discontinua emergencia de momentos que el triunfo aspira a hacer continuos, soslaya la centralidad de la construcción de un bloque histórico como continua exposición de la discontinuidad de todo momento, de la fisura que nunca deja de existir en la lucha de clases. En la consideración que criticamos, la política se transforma en una especie de medio inalterable para distintos fines que habrían de imprimir los distintos bloques históricos. Frente a ello, resulta imprescindible preguntarse si la izquierda y la derecha han de construir la política con la misma forma y distintos contenidos, o si la forma de construir un bloque político, más allá de la alternativa electoral, ha de ser distinta. Lo cual, por cierto, no pasa por imaginar una política que crea, con supuestos racionalistas y políticas liberales, que pueda simplemente superar la dimensión retórica y afectiva en la que insisten los defensores del populismo. Antes bien, de lo que se trata es de pensar cómo construir un pueblo a través de una adhesión capaz de movilizarse más allá de uno u otro momento. Esto es, una política cuyos afectos se adhieran antes a ciertas ideas que a ciertos líderes. Es claro, por cierto, que esas ideas pueden ser interpretadas de más de una forma. Es justamente eso lo que abre la disputa política más allá de los momentos en los que emergen ciertos líderes, y de cualquier pueblo que se crea haber construido, por amplios que sean sus límites. Sin esas ideas, la defensa de las pasiones políticas termina dando la razón al racionalismo, al ser incapaz de describir por qué unas pasiones serían mejores que otras, o cómo estas podrían perdurar.

207 De lo aquí dicho no se sigue, por supuesto, el rechazo absoluto de lo que hayan podido realizar, en distintas instancias, Podemos o algunos gobiernos latinoamericanos que no parecen tan lejanos a su modelo de construcción política. Antes bien, lo que interesa es remarcar la necesidad de imaginar una izquierda que sea capaz de proyectarse con categorías, parafraseando nuevamente a Benjamin, que resistan a nuevos y viejos fascismos. Ante la crisis orgánica del capitalismo contemporáneo, la apuesta populista puede ser tan tentadora como peligrosa. Si algo abre el “momento Trump”, en suma, es la necesidad de pensar la política sin reducirla a uno u otro momento. Una izquierda dispuesta a combatir y a ganar no solo ha de inventar otras formas de inventar el pueblo. También debe ser capaz de pensar más allá de cualquiera de sus figuras y líderes. Justamente porque el pueblo es siempre la promesa de un porvenir, más que una colectividad lograda en una u otra diatriba política, la disputa por lo imposible ha de continuar más allá de uno u otro momento y sus posibilidades. Es decir, pensar más allá del presente y cualquiera de sus momentos, asumiendo lo inactual más allá de cualquier momento de la presencia y la promesa de la justicia más allá de cualquier identidad: “Cuando los fantasmas aborrecidos, por decirlo así, están de vuelta, recordamos los fantasmas de sus víctimas, para salvar su memoria pero también, indisociablemente, para el combate de hoy, y en primer lugar para la promesa que lo incita, para el porvenir sin el cual no tendría el menor sentido: para el porvenir, es decir, más allá de toda vida presente, más allá de todo ser vivo capaz de decir “ahora, yo” (Derrida) Tags: Izquierda, Populismo, Trump

Por una crítica (desde abajo y a la izquierda) de lo neoliberal // Entrevista a Diego Sztulwark http://anarquiacoronada.blogspot.mx/2016/11/por-una-critica-desde-abajo-yla.html

Carlos Bergliaffa: Hemos visto, a través de algunas producciones, sobre todo en las redes sociales, que estuviste trabajando, siguiendo a “nuestro querido” Papa Francisco, a Bergoglio. Muchas preguntas se me ocurren para hacerte, pero me daban ganas de que nos puedas contar alguna opinión, alguna cosa que surja de ahí, sobre todo pensando en la incidencia política que considerás que tiene, respecto de Argentina y de cierta definición política como país.

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Diego Sztulwark: Hay tres elementos que explican el interés por investigar este tema. Primero, la elección de Bergoglio como Papa coloca a la Iglesia argentina no sólo en el corazón de la coyuntura política argentina, sino que además proyecta alguno de sus elementos al plano global. Al mismo, lo teológico renueva sus credenciales en el plano de lo que venimos desarrollando en las columnas radiales de “Luna con gatillo”, es decir, en cuestiones ligadas a producción de subjetividad. Y el tercer elemento concierne a derivas personales: por razones varias hace un tiempo dedico el tiempo que puedo a estudiar algunas cuestiones vinculadas al cristianismo. En otras palabras, el último tiempo estuve, como muchos otros, atento a la cuestión del Vaticano, del Papa y del papel de la iglesia en Argentina. Tal vez podamos comenzar por la centralidad de la acción política del Papa en la coyuntura argentina, asunto que se plasmó hace pocas semanas en el encuentro que mantuvo con el presidente Macri. Carlos Bergliaffa: ¿Es puntualmente porque vos estás estudiando eso? ¿Es por eso que te interesa? ¿O es porque te parece que hubo algún elemento que tuvo alguna incidencia política, por ejemplo, esta entrevista que tuvieron Macri y Bergoglio, lo que hizo que te dediques a problematizarlo este tiempo? Diego Sztulwark: No, no. Te repito. Me parece que hay tres cosas que convergen: un problema de coyuntura, un problema del peso que tiene la religión en la cuestión de la subjetividad y el tercer tema, es personal, estoy metido en una serie de asuntos que suponen un mayor conocimiento de estas cuestiones. Hace unos años trabajé bastante la obra de León Rozitchner, que se pregunta por las relaciones internas entre cristianismo y capitalismo y ahora estoy en conversación con el periodista Horacio Verbitsky, y hay un capítulo sobre el problema de la iglesia. Él escribió cuatro tomos excepcionales sobre iglesia y política, que es una especie de historia argentina contada desde la historia de la iglesia, y además, tiene una biografía inconclusa e inédita, sobre Bergoglio. Estas aventuras obligan a hacerse preguntas sobre cómo perdura lo teológico político en el capitalismo y también sobre el papel de la iglesia en la política argentina. Creo que estas cosas se pueden ver en concreto, por ejemplo si analizamos el encuentro entre Bergoglio y Macri los mismos días en que se realizaba el primer “paro de mujeres” y la suspensión del paro de la CGT.

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Carlos Bergliaffa: ¿Cuál ves que es la decisiva intervención del Papa, o el intento de tener una intervención tan decisiva en el desarrollo de este momento político en Argentina? Diego Sztulwark: Me parece que el punto de partida es constatar que el período kirchnerista no ha trasformado la estructura social que emergió a la vista en Argentina después del 2001. Esa estructura pervive en el gobierno de Macri. Me refiero a la fractura del mundo del trabajo, que se ve muy nítidamente en las formas tan diferentes de organización de lxs trabajadrxs. Trabajadores bajo convenio en la CGT, trabajadores informales o de la economía popular en organizaciones sociales con fuerte herencia del movimiento piquetero, en busca de sus propias formas de sindicalismo social, o de representación colectiva. Es notable, al respecto, el esfuerzo que hace la iglesia por orientar tanto a la CGT como a los movimientos sociales que buscan institucionalizar alguna forma de paritaria o salario social. Ya como Arzobispo de Buenos Aires Bergoglio vivió con intensidad la crisis del 2001 y me parece que realizó una muy atenta lectura de la nueva composición del mundo popular, básicamente el mundo de las villas. Bergoglio estudió con interés los fenómenos de una religiosidad popular y se interesó por cuestiones tales como el crecimiento de los talleres textiles clandestinos y la trata. Esta penetración de la Iglesia en el campo de lo social (la CGT, los movimientos sociales, las villas) se desplaza al plano político por la proyección global de Bergoglio como papa y por la simultánea crisis política del kirchnerismo. El liderazgo del Papa consiste sobre todo en su capacidad de hacer una crítica no izquierdista del liberalismo (aunque en este contexto su crítica queda muy a la izquierda, tal vez por falta de toda crítica auténticamente izquierdista del liberalismo). Esa crítica era formulada antes a nivel nacional, ahora a nivel global. Es una crítica importante, porque abre una agenda muy interesante y urgente de problemas y ofrece a los movimientos populares, sobre todo de América Latina, una visibilidad que sería bueno no desaprovechar. Creo que Macri percibe perfectamente esa situación. En un momento en el cual la conflictividad social parecía ir en aumento por efecto de la medidas del nuevo gobierno argentino, el presidente Macri encuentra en Bergoglio un perfecto mediador, y en la Iglesia argentina una institución que le ofrece garantías para poder “pasar el verano” evitando la crisis que todos los años

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amenaza con estallar durante el mes de diciembre (que no es una crisis ligada al clima, sino a las fiestas, a la necesidad de ajuste de ingresos populares en una suerte de “paritaria callejera”). Entonces sí, Bergoglio y la Iglesia juegan un papel en el gobierno de lo social. Por un lado desactivan la “crisis de diciembre”, frenan el paro general que ya se había decidido, y desincentivan un clima de agitación social más fuerte, por lo menos durante el verano. Por el otro colaboran con la organización a la unidad sindical, a la constitución de un sindicalismo social, y tienen una presencia firme en las villas. Quiero decir, parece que la cultura política se hubiese polarizado en los siguientes términos. De un lado una cultura laica –y hasta new agecompletamente subsumida por lo neoliberal, bien expresada por Macri. Del otro lado la cuestión social codificada como "cuestión católica", y reorganizada ya no como autonomía social, como en 2001, ni como populismo plebeyo, sino como proyecto de poder de la iglesia. El encuentro entre Bergoglio y Macri (poder de la iglesia, poder del estado liberal) se presenta entonces como el de una mesa de negociación entre dos poderes interesados por la estabilidad política. Estas dos expresiones políticas, culturales, juegan a la vez al enfrentamiento pero también al acuerdo (lo que Francisco llama “cultura del diálogo”). Lo que realmente interesa de esta situación es la coincidencia nada casual con el Paro de mujeres, que permite leer desde abajo y a la izquierda lo que estos acuerdos realmente significan. Se trata de una coincidencia extraordinaria, por lo que nos permite entender. El paro de mujeres es la contracara exacta de buena parte de los problemas que importan en esa mesa de negociación. Al convocarse a un paro de mujeres, el movimiento de las mujeres traza una relación esencial entre asuntos llamados de género y cuestiones ligadas al trabajo y a toda una serie de reivindicaciones salariales y laborales, al mismo tiempo que denuncia una claudicación de la CGT que deja sin efecto su propio paro general a cambio de un bono de fin de año que no compensa la parte del salario que ha sido expropiado, este producto de las políticas de Macri. Ahora, el paro de mujeres se insubordina también respecto a uno de los puntos centrales de la política del Vaticano, que es el control de la definición de la vida, la sexualidad, el cuerpo de las mujeres, el derecho al aborto. etc. En otras palabras, en la medida que el movimiento de las mujeres siente el dolor por la violencia patriarcal y la explotación y sale a la calle tiende a desbordar los

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polos en los que se fundan ahora mismo los acuerdos para gobernar la sociedad: el laico-neoliberal y el católico-social. Tengamos en cuenta que el Papa Francisco es la versión más acabada de la conciencia que tiene la iglesia vaticana, la iglesia global, de su imposibilidad de reconstruir su hegemonía sobre territorio europeo. Algo nuevo se manifestó con la renuncia de Benedicto –Ratzinger- y la elección de Bergoglio: se abrió paso a la posibilidad de proyectar el poder de la iglesia universal -el poder del Vaticano- sobre América Latina, sobre los pobres de América Latina, sobre las organizaciones populares de América Latina, como vitalidad posible para la iglesia. Esta es una coyuntura muy importante, muy novedosa, muy relevante, y a los sectores populares les plantea un desafío completamente nuevo, que es, por un lado, adquirir la legitimidad, y un poder que la iglesia le concede, y, por otro lado, cómo hacer para no quedar sometidos a los enormes límites que la iglesia católica pone a estos movimientos. Carlos Bergliaffa: ¿Cómo fue, en ese marco, la relación que estableció Cristina Kirchnercuando Bergoglio es elegido Papa? Tuvieron una relación bastante intensa, llegó incluso a presentarse como un aliado, no sé si Cristina, pero el kirchnerismo sí y fue un elemento muy importante de Scioli en la campaña. A mí me hacía pensar que esa alianza podía ser catastrófica, solamente, te diría más a nivel de sensaciones, que a nivel de lo que pudiera reconocer eso. ¿Por qué, te parece, que viró para ese lado el kirchnerismo, en la relación con Bergoglio, en el momento que pasó a ser Francisco? Diego Sztulwark: Para responder apelo a una conversación que tuve hace muy pocos días, con el ex sacerdote, teólogo de la liberación y filósofo argentino Rubén Dri, viejo amigo, viejo compañero, viejo maestro. Hablando sobre estas cuestiones, me decía que, en realidad, Bergoglio no se destaca, dentro del ámbito eclesiástico, por ser un líder de cualidades espirituales sino por ser un político de acentuados rasgos pragmáticos, con varias historias truculentas en su haber. Y parece que son varios los que piensan así. Da toda la impresión de que Bergoglio es, sobre todo, un político de una gran astucia, un hombre de un interés llamativamente desarrollado por lo político. Dri recordaba que Bergoglio llega a obispo promocionado por Quarracino – los oyentes más jóvenes no se acordarán quién era: en la época de la dictadura hablaba en contra de la “campaña anti argentina” (referencia a los reclamos

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que se hacían en Europa y en otros lugares de América Latina en torno a la política genocida de desapariciones y asesinatos que llevaba a cabo el gobierno militar), fue un refutador de la teología de la liberación, muy afín a las políticas del menemismo: bajo el gobierno de Menem planteó una misa de reconciliación. Es decir, hay toda una historia de Bergoglio que vale la pena comprender, que se remonta a Guardia de hierro, a las polémicas teológicas contra la teología de la liberación y al papel de Bergoglio como Provincial de los jesuitas durante la dictadura. Y luego está lo que decíamos de su lectura del 2001. Durante la crisis política Bergoglio fue un importante actor de la estabilización (y pretendida la conciliación) que proponían Duhalde y Alfonsín. En un tiempo de perplejidad para los gobernantes, desafiados por actores nuevos como los piqueteros. Luego, con la llegada de Néstor Kirchner, se produce un conflicto entre poder político e iglesia. Como había sucedido ya antes con Perón, el hecho de que peronismo e Iglesia compartan aspectos fundamentales de la doctrina social, como la conciliación de las clases sociales, no resuelve la competencia por el liderazgo político del movimiento popular. Bergoglio enfrenta a Kirchner por cuestiones programáticas –derechos humanos, civiles- y de poder: para reconstruir la influencia de la Iglesia desprestigiada por su complicidad con el terrorismo de estado. En ese contexto Bergoglio organiza una coalición opositora aliándose con la derecha –tanto liberal, como peronista- en procura de un mayor poder para la iglesia. Ahora, cuando Bergoglio llega a Papa, la situación cambia radicalmente. Ya como jefe de la iglesia global, Francisco asume un programa de relegitimación de las estructuras centralizadas en Roma. Ese proyecto, tal como lo explica Dri, se entronca con una misión de reconstrucción del poder de la Iglesia a partir de los movimientos populares latinoamericanos. Para esa tarea Bergoglio acude a las elaboraciones de una teología del Pueblo o de la Cultura nacida en la Argentina de los años setentas. Se trata, como decía, de una elaboración de crítica radical de los conceptos de la tradición no liberal, pero de una crítica derechizante, elaborada con el objetivo de refutar a la teología de liberación y al marxismo. Esta tarea que Francisco asume no puede desarrollarse con éxito si se lo hace en alianza con las élites neoliberales. La situación por tanto es nueva y es compleja. Sobre todo en lo que hace a las posibilidades de colaboración y a la vez a la rivalidad entre el nuevo proyecto de la Iglesia y las organizaciones populares. Esas dos caras actúan visiblemente ahora, en el intento de manejo de la crisis de Venezuela. Hay que ver cómo leen esta situación las organizaciones sociales. Porque la situación

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nueva ofrece muchos beneficios concretos para las organizaciones, pero también límites muy fuertes. Carlos Bergliaffa: La pregunta ahora sería ¿en qué sentido se sirven mutuamente Macri y Bergoglio, por lo cual necesiten hacer un pacto? Me parece muy interesante, porque cuando vos lo pones en relación con el paro nacional y movilización de mujeres, corre una fibra diferente. Fue una mostración impactante en todo el país, y en otros puntos de Latinoamérica. ¿Se puede pensar que a Macri y a Bergoglio les parece que hay algo ahí a regular, a controlar? ¿Se sirven mutuamente respecto de eso? Rita Segato dice que la revolución pasará por la lucha de las mujeres en este momento. Diego Sztulwark: Si bien Francisco y Macri tienen proyectos diferentes, claramente compiten y, al mismo tiempo, pueden acordar, como decíamos antes, aspectos de una gobernabilidad en momentos concretos. Pueden, como lo están haciendo, efectivizar acuerdos sobre el gobierno de la sociedad. Esos acuerdos están sustentados en la preservación de lo que buena parte del feminismo teoriza como el poder patriarcal. Es allí donde esa tentativa de estabilización se confronta con el Paro de mujeres, que habla de nuevos “sujetos”, que viene a plantear una serie de cuestiones estratégicas fundamentales desde todo punto de vista, desde una sensibilidad diferente, como lo viene planteando con toda claridad la antropóloga argentina Rita Segato. Cuando esta sensibilidad pasa a la ofensiva -como decía hace poco una compañera que participa activamente del movimiento, Maisa Bascuas- se abren algunas cuestiones que me parecen esenciales. La primera es que la lucha social vuelve a plantearse como una disputa en este nivel de lo sensible, es decir, a nivel de la percepción, de la formación de una fuerza nueva entre cuerpos doloridos conectando territorios existenciales muy heterogéneos (el barrio, la casa, el trabajo, la pareja, la escuela, etc). Esto implica un potencial enorme, una revitalización micropolítica extraordinaria. Me parece que desde 2001 que no veíamos algo así. Me refiero al poder de trastocar algo de fondo en las las relaciones sociales a contrapelo del entero sistema político. La segunda ya la nombramos, tiene que ver con una cuestión sindical. El movimiento de mujeres profundiza algo, que ya venimos viendo con la CTEP y otras organizaciones, que es el intento de trazar un mapa real del trabajo y la producción, o sea ¿quién crea valor? El hecho de que haya un paro de mujeres trastoca absolutamente la idea la organización sindical clásica, trastoca el

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mapa de quién trabaja y quién no trabaja, quién crea valor y quién no crea valor, y plantea la posibilidad de que todos aquellos que crean valor, puedan realizar acciones colectivas, intentar formas de redes, de comunicación, de acción. Me parece que ese es un elemento de una centralidad enorme de cara al futuro: la idea del sindicalismo social colectivo, laico, un colectivo de sujetos, que no están contenidos en el mapa sindical tradicional. Carlos Bergliaffa: Además, ese colectivo tiene una forma muy particular. Cuando hablábamos con Verónica Gago, después de la marcha, impactaba el hecho de que la corporalidad no tiene el modo corporativo de armar cuerpos, sino un cuerpo, claramente vital, enlazado, pero con partículas, como exteriores a sí mismos, todo el tiempo. Y, a la vez, haciendo un cuerpo muy intenso, y muy afectivo. Diego Sztulwark: Exactamente. Me gustaría nombrar dos puntos más todavía, que me parecen igualmente centrales. Uno (el tercero) tiene que ver con la cuestión de los derechos. El ciclo de politización anterior -kirchneristainsistió mucho en que la política popular era sancionar derechos y me parece que este movimiento viene a afirmar más bien lo siguiente: los derechos no pueden ser entendidos como un problema estrictamente jurídico, solo en relación con el nivel del estado. El problema de los derechos tiene que ver con lo que decía Spinoza en el siglo XVII: “derecho es igual a potencia”. La materialidad del derecho es la potencia, es la capacidad de organizar a los cuerpos para efectivizar poderes, capacidades. Me parece que este movimiento plantea algo que hacía años que estaba pospuesto, que es la capacidad de organizar desde abajo, de constituir fuerza, de constituir capacidades para que los derechos no queden en un nivel declarativo. Esta nueva situación quizás tenga la capacidad de enderezar esta dialéctica de los derechos y evitar una deriva reaccionaria que es la interpretación neoliberal de los derechos, que es la de la individuación de unos derechos sin potencia alguna. Es la deriva reaccionaria que habla sólo a la víctima que debe ser reparada, y que actúa desposeyendo de toda capacidad de crear, de plantear, de garantizar, de proponer. Quiero decir, cuando el derecho está completamente desprovisto de la constitución de potencia, es inevitable la subjetivación neoliberal, y yo creo que acá estamos ante una respuesta maravillosa, extraordinariamente maravillosa, a este problema. Y el último punto que quisiera plantear tiene que ver con una cuestión mas difícil, y es que más que una especificidad del problema de la mujer, como si se tratase de un problema entre otros. Más que un problema

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de “especificidades”, lo que se plantea aquí, como insiste Rita Segato, es el problema de la violencia a la mujer como el problema absolutamente central, en la medida en que dejamos de pensarlo como la violencia sobre un grupo social y logramos captarlo como el problema de la violencia en general que atraviesa a toda la sociedad. Marx lo había escrito en 1844, el modo en que los hombres y mujeres se tratan entre sí es el índice más sofisticado para superar la enajenación. Rita Segato lo plantea muy bien: en una economía neoliberal, completamente repatriarcalizada, que avanza destruyendo lazos colectivos, la violencia a las mujeres cobra un sentido expresivo. Se trata de la violencia dirigida a toda la comunidad. Una comunidad que deja indefensa a sus mujeres es una comunidad humillada. No solo las mujeres, desde ya, son agredidas. También lo son los padres, hermanos, hijos, compañeros, vecinos en su poder de comunidad. Esta no es sólo una cuestión de mujeres, porque si decimos que es sólo para mujeres, estamos perdiendo la posibilidad de plantear que la violencia contra las mujeres es un momento de desposesión comunitaria, es un momento de la desposesión de los movimientos populares y democráticos, es un momento de desposesión completamente funcional a lo neoliberal. Por lo tanto la reacción contra esta violencia nos concierne absolutamente a todos. Carlos Bergliaffa: Me parece que, en ese sentido, lo que también se comprende muy bien es la importancia del acuerdo, de Macri y Bergoglio, justo en ese momento, respecto de todo lo que eso hace suponer como posibilidad de que algo corra por el campo social, que no vaya por el lado de organización política tradicional. Diego Sztulwark: Exactamente. Quisiera agregar una pequeña cosa. A los pocos días de este encuentro entre Macri y Bergoglio se informó de un nombramiento en ámbito del Ministerio de Educación, el de Francisco Piñón, muy vinculado en los años setentas a Bergoglio. Al punto que cuando Bergoglio delegó fuera de la orden jesuítica a la Universidad de El Salvador, creo que en el75, Piñón asumió como nuevo rector. Piñón era parte de un grupo que venía de militar en Guardia de Hierro y seguía organizado: bajo su rectorado la USAL otorgó, en 1977, un título honorífico al entonces jefe de la Marina Eduardo Massera. Horacio Verbitsky denunció este nombramiento hace unos domingos en Página 12. Hago este recordatorio porque la historia de Bergoglio es un factor importante para entender el presente. Quiero decir: hay que transformar esta crítica conservadora del liberalismo en una crítica real de las estructuras de dominación. Creo que el problema del patriarcado ayuda a no perderse en este camino.

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COLOMBIA: CARTA DESDE UN PAÍS DIVIDIDO http://revistaalexia.es/colombia-carta-desde-un-paisdividido/#iLightbox[gallery1391]/0 Nuestra amiga Henar Lanza se marchó a vivir a Colombia para trabajar como profesora de filosofía en la Universidad de Barranquilla hace ya cuatro años. El martes 4 de octubre, tras el “no” al acuerdo de paz, escribía sus impresiones a los amigos y amigas con los que mantiene comunicación regular desde allá. Publicamos el texto que ella nos adjuntaba, antecedido por el mail de la propia Henar que es la mejor presentación posible. “Buenas noches a todos desde Colombia: hacía mucho tiempo que no os escribía, pero los resultados del plebiscito sobre el acuerdo de paz son una noticia lo suficientemente mala como para retomar la comunicación. Adjunto unas líneas que no pretenden ser exhaustivas ni analíticas, sino solo descriptivas y reflexivas. No es ningún secreto para nadie que yo no soy especialista en filosofía política ni tampoco una persona dispuesta a pasar mi tiempo ante cualquier medio de comunicación que no sea un libro. Cualquiera que haya leído la prensa con detenimiento hoy, día 3, estará más puesto que yo, que solo quería escribiros y conectar lo que pasó ayer, día 2, con algunas de las cosas que he visto y leído durante estos más de cuatro años que llevo ya aquí. Os lo iba a haber enviado anoche, pero mi ordenador murió, no me extrañaría que de pena. Hoy me he despertado tan desanimada que no tenía fuerzas ni ganas de nada, mucho menos de hablar, como mucha gente en todo el país; es increíble cómo aplasta los cuerpos la tristeza, como si aumentara la gravedad. Gracias a todos los que me habéis escrito desde tan lejos. Salud, abrazos y besos” Henar Lanza González

Viajar por carretera por Colombia suele implicar cruzarse con una gran cantidad de retenes militares armados con ametralladoras. Pero si una se fija en algo más que en los uniformes de color verde y en las armas, se percata de que quienes los visten y las portan no son más que pelaos, en algunos casos aún adolescentes con acné; muchas veces menores de edad. Cuando un estudiante colombiano acaba su carrera, lejos de recibir inmediatamente su título, debe presentar, para conseguirlo, su libreta militar. Si aún no ha cumplido con el servicio militar obligatorio, tiene dos opciones: o bien lo cumple, o bien paga para obtener la libreta militar sin prestar el servicio. Para los jóvenes de los estratos 1 y 2 no hay, entonces, dos opciones, sino solo una, es decir, no hay opción: hacer el servicio militar sí o sí. Para los jóvenes que han nacido en familias de estrato 5 o 6 siempre existe la elección de cumplir con la patria pagándole a la patria, que es lo que sucede indefectiblemente. Es decir: existe la posibilidad de que un chico de estrato 1 o 2 haya terminado su carrera y no tenga su título por no tener plata y no querer cumplir con el servicio militar. Los jóvenes que mandan a la guerra contra las FARC son esos chicos de estratos 1 y 2 que no tienen ninguna experiencia y que suelen morir en cuanto los mandan al monte. (En teoría, cuando son tan inexpertos no los pueden llevar a zonas azotadas por la guerrilla, pero en la práctica hasta hace unos años los llevaban). Lo mismo ocurre con todos los que han perdido parte de su cuerpo por una mina antipersona. Y con los jóvenes y campesinos que desaparecieron y luego aparecieron asesinados y disfrazados de guerrilleros de las FARC en lo que se conoció como “falsos positivos” del plan de seguridad del entonces presidente de Álvaro Uribe Vélez. Corolario: mientras no acabe la guerra, no acabará la extrema desigualdad social que caracteriza a Colombia.

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EL SÍ DE LAS VÍCTIMAS Si hoy, 2 de octubre de 2016, alguien pudiera contemplar Colombia desde las alturas, vería un país dividido. Tan dividido que podría pensar que se ha celebrado un partido de fútbol entre los dos primeros equipos de la liga. Sin saber de qué dos equipos se trata, se podría tener claro que el equipo que ha ganado es del interior del país, Antioquia (capital Medellín) y Santander, y que el equipo que ha perdido, tiene su hinchada repartida por la periferia del país: al Norte, la costa Atlántica (Barranquilla), al Oeste, la costa Pacífica (Cali) y al Sur, el Amazonas; en el centro, solo la capital, Bogotá. Con estos resultados tan polarizados alguien podría imaginar que el NO al acuerdo de paz ha ganado en las zonas más castigadas por las FARC y el SÍ en las menos castigadas. Pero resulta que es justo al revés: las zonas en las que ha ganado el SÍ son precisamente las zonas más castigadas por la violencia. En esa periferia es donde está concentrada gran parte de la población más desfavorecida social y económicamente, y también gran parte de las víctimas de los asesinatos, torturas, violaciones y desplazamientos forzados. Matanzas colectivas. Pueblos como Bojayá, en los que las FARC mataron de un solo bombazo a casi un centenar de personas, hoy han votado en un 96% a favor del SÍ al acuerdo de paz. Es decir, que muchas de las víctimas, en su mayoría habitantes de las zonas rurales, agricultores y campesinos, han dicho que sí quieren un acuerdo de paz. En cambio, las zonas que han votado por el NO coinciden, si bien no totalmente, con los núcleos urbanos del interior (salvo en Bogotá) y con las zonas en las que arrasa Álvaro Uribe Vélez como solo puede arrasar un expresidente, ese que se dice cristiano y que le reza a la virgen y que era presidente cuando se produjeron los asesinatos de esos jóvenes y campesinos a los que luego se disfrazó de guerrilleros para presentarlos como “falsos positivos” en su plan de Seguridad Democrática y que amnistió a tantos paramilitares. Primera conclusión: muchos han votado en este plebiscito por la paz como si votaran en unas elecciones parlamentarias o presidenciales; como si esto fuera una cuestión de uribismo o santismo; como si esto fuera una cuestión de seguir a los líderes y no de buscar el bien común.

JUSTICIA SIN VENGANZA Los que apoyan el sí dentro y fuera de Colombia se preguntan cómo es posible que haya ganado el NO al acuerdo de paz en un país que lleva más de medio siglo siendo desangrado.

218 En primer lugar hay que tener en cuenta que para eso se hacen las preguntas, que entrar en un diálogo implica estar dispuesto a recibir una respuesta no deseada. Hay quienes responden que ese medio siglo de señalar a las FARC como la única causa de los males de Colombia no puede ser dejado atrás de golpe, que es imposible que los colombianos que han recibido durante toda su vida el mensaje de que las FARC son el único demonio del país, no pueden, de repente, creer que las FARC vayan a cumplir ningún acuerdo. Hay quienes se quejan de que el presidente Juan Manuel Santos, pudiendo haber sacado adelante los acuerdos, le haya preguntado al pueblo. (Si no le hubiera preguntado también habría quien se habría quejado de una actitud paternalista que en nada se parece a una democracia, seguro). Otros que se quejan del mal manejo que ha convertido la posibilidad constitucional del plebiscito en una pelea bipartidista. Hay quien habla de la falta de información, de la información sesgada, de la campaña sucia por el NO… Miles de letras se escribirán sobre las razones del NO. Por el momento, adiós a los seis puntos de los acuerdos de paz –1, reforma rural integral, 2, participación política, 3, fin del conflicto, 4, solución al problema de las drogas ilícitas, 5, reparación de víctimas: sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición; y 6, implementación, verificación y refrendación- y adiós también, mientras no se deje atrás el conflicto armado, a la posibilidad de dedicar toda la energía, el tiempo, la inteligencia y el presupuesto nacional a solucionar los otros muchos problemas que están consumiendo el país: el narcotráfico, el reclutamiento de menores por parte de la guerrilla, el ELN, los millones de desplazados forzados, la minería ilegal, el problema de la restitución de tierras, la reinserción social, las violaciones de mujeres en las zonas del conflicto, la falta de respeto a la diversidad sexual, la mala calidad de la educación pública primaria y secundaria en algunas zonas, la diferencia abismal de clases y de oportunidades… Colombia es el libro I de la República de Platón hecho carne y sangre. En él, varios personajes se preguntan qué es la justicia, pero no se ponen de acuerdo en cuanto a su definición, pues mientras para unos, como Polemarco, se trata de hacer el bien a los amigos y el mal a los enemigos, para Sócrates no se concibe devolver el mal con el mal y la injusticia con injusticia. El hombre sabio es libre, no se ve obligado por las circunstancias externas a ser un mero espejo, a devolver pasivamente lo que recibe. Mientras que una parte del país concibe la justicia como venganza, hay quien, a pesar del dolor, y supongo que también precisamente por él, ha decidido renunciar a alimentar la rueda de la perpetuación y la reinstauración del mal. Incluso hay una comunidad indígena en el Sur del país, Gaitania -bautizada así en honor al candidato liberal Jorge Eliecer Gaitán, asesinado el 9 de abril de 1948 en Bogotá, acontecimiento que dio lugar al llamado Bogotazo y al comienzo “oficial” de la violencia- en la que desde 1996 se vive en paz gracias al acuerdo de paz que firmaron con las FARC.

COMUNIDAD DE PLACER Y DOLOR En el plebiscito celebrado para saber si los ciudadanos colombianos apoyaban o no los acuerdos de paz con las FARC, a pesar de que ha ganado el no, la diferencia ha sido únicamente de poco más de 50.000 votos. 50.000 personas en un país de casi 50.000.000. (De la abstención insondable de más del 60% solo se me ocurre decir que no estamos acostumbrados a ejercer la democracia). Es decir, que de los más de 12.000.000 que han votado, la mitad lo ha hecho por el SÍ y la mitad por el NO, evidenciando una Colombia escindida, un país esquizofrénico, un pueblo radicalmente dividido. Desde que a las cinco de la tarde de hoy día 2 de octubre de 2016, una hora después de haber terminado la votación, se conoció el resultado del plebiscito -la victoria del NO por un 50,23%-, la mitad de Colombia llora desconsoladamente y la otra mitad celebra con fuegos artificiales, petardos, música a todo volumen, bocinazos, ruido y trago. Como si hubieran ganado un puto partido de fútbol. Ojalá tengan algo más que decir que el NO, ojalá tengan propuestas que no supongan un retroceso para sacar adelante los acuerdos de paz que acaban de tirar por tierra ahora que se insiste en que la única manera de evitar volver a la guerra es formar una asamblea nacional constituyente que incluya a todos los actores políticos. Dice Platón en República, 426a-c, que no hay mayor bien para un estado que alegrarse por lo mismo y entristecerse por lo mismo y, a la inversa, no hay mayor mal para un estado que, ante las mismas afecciones, estar dividido entre quienes se entristecen y quienes sienten alegría. Esa incapacidad de conformar una comunidad de placer y dolor es, dice Platón, lo que despedaza los estados. Henar Lanza González ([email protected]) Barranquilla, Atlántico, Colombia. (Gracias a Miguel Ángel Hernández por las precisiones y correcciones)

"Triple Frontera", crimen organizado y delito de cuello blanco en Paraguay http://www.alainet.org/es/articulo/181686

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Miguel Ángel Barrios Desde un enfoque de la Geopolítica de la Seguridad nos parece sumamente importante analizar los acontecimientos últimos en Paraguay, que realmente son muy preocupantes y sumamente desconocidos o que no figuran en las noticias micro regionales y menos regionales.

Pero antes de entrar específicamente en tema, queremos ubicar el contexto al lector.

Primero desentrañar el origen conceptual de la categoría de "Triple Frontera”. Puede resultar un poca extensa la explicación, pero es sumamente estratégico que lo hagamos.

La mal llamada "Triple Frontera", en verdad siempre constituyó y constituye el HITO DE LAS TRES FRONTERAS. Es un espacio de integración y hermandad entre Paraguay, Argentina y Brasil. Su extensión se circunscribe a tres ciudades perteneciente respectivamente a esos tres países: Ciudad del Este (Paraguay), Puerto Iguazú (Argentina) y Foz de Iguazú (Brasil), y a los tránsitos y flujos que permiten los puentes y pasos fronterizos existentes entre ellas. Incluso a nivel personal, quiero destacar que desde hace años soy profesor de Posgrado en un Doctorado en Educación de la Universidad Internacional Tres Fronteras-UNINTER-, de Ciudad del Este, en el que participan alumnos de los tres países con profesores prestigiosos, como los paraguayos Dr. Silvio Torres Chávez y el ex Ministro de Defensa del Paraguay, Gral.(r), Dr. Luis Bareiro Spaini, entre muchos otros.

Conocida históricamente como zona de las tres fronteras, su denominación como "Triple Frontera" aparece a partir de los atentados a la Embajada de Israel en Buenos Aires. La "Triple Frontera" aparece construida como "zona gris “por informes del Departamento de Estado de los EEUU y de Israel y se halla localizada dentro de las agendas de seguridad de esos países. El 11 de setiembre de 2001 fue el inicio de una nueva época de sospechas sobre la región. Douglas Feith, uno de los directores máximos del Departamento de Defensa, aconsejó después de los atentados terroristas que se invadieran las tres ciudades que integran la zona, ya que supuestamente seria uno de los "santuarios" de la organización Al Qaeda.

Varias notas sobre la "Triple Frontera" desde el 2001 hasta el presente fueron publicadas en diarios estadounidenses como The Washington Post, The Washington Times, The New York Times, y aparecieron en la cadena CNN y en la británica BBC. Otros relatos sobre la zona aparecieron en revistas especializadas en el análisis de las estrategias militares estadounidenses, como MIlitary Review. (Miguel Ángel Barrios, Director, Diccionario Latinoamericano de Seguridad y Geopolítica, Biblos, BsAs, 2008.pag 357-358).

Sin embargo, nunca se ha comprobado nada con respecto al terrorismo, y en la "Triple Frontera" existe una mancomunada comunidad cooperativa, sin que esto no implique que no existan, los reales problemas de seguridad-contrabando, falsificaciones, etc.- y de grave peligrosidad porque son delitos de cuellos blancos con alta complicidad política y financiera vinculada al crimen organizado.

Una vez realizada esta larga pero necesaria introducción de contextualización, queremos solo plantear para ir al fondo del análisis dos puntos políticos centrales:

-El gobierno argentino a través de sus funcionarios de seguridad han denunciado y luego trataron de aclarar, pero siempre

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dejando dudas, que el problema de la seguridad en la Argentina es el terrorismo. Y por supuesto, el semillero es la "Triple Frontera”. El viceministro Burzaco realizó estas declaraciones en Misiones (Diario primera edición, Posadas, 9 de setiembre de 2016, p. 2). Esto agravado por las versiones nunca desmentidas, de la instalación de dos bases militares en la Argentina: una en Ushuaia -esto implica reforzar el control de Malvinas y la proyección antártica- y en Iguazú-como fortalecimiento a este esquema de presencia terrorista, reiteramos, nunca comprobada.

Observamos que el discurso político de seguridad de los funcionarios argentinos se vuelve altamente peligroso y es funcional a la presencia de bases militares del Comando Sur de los EEUU, que tiene como finalidad el apoderamiento de los recursos naturales. No podemos obviar, que debajo de la mal llamada "Triple Frontera", se encuentra el sistema acuífero guaraní, un verdadero océano de agua potable, recurso que en un futuro próximo será escaso.

-Por otro lado, vemos la preocupación permanente del Presidente Horacio Cartes del Paraguay con respecto al funcionamiento de la democracia en Venezuela, sumándose desde un principio a la preocupación del presidente argentino Macri. Nos parece muy importante esta preocupación, de ahí que la mediación papal más la responsabilidad de gobierno y oposición, deberán dar el gran destino que debe tener la Patria chica de Bolívar y Chávez.

Pero queremos subrayar, cuando analizamos al Paraguay y a su presidente, como a todos los mandatarios, que no solamente ver a los demás sino garantizar la seguridad de nuestros Estados. Pasa con Macri y la colocación de dinero en "guaridas fiscales" y ahora aquí en Paraguay, en una verdadera escalada de delincuencia económica de cuello blanco, vinculada al crimen organizado que roza la figura ya polémica del presidente Cartes.

Existe actualmente una seguidilla de robos violentos y sangrientos en áreas urbanas del país, la actuación delictiva de grupos policiales, la denuncia a la Fuerza de Tarea conjunta por atropellos en la zona norte, que empiezan a consolidarse como paisaje de la realidad en el norte del país.

A la izquierda, Presidente Horacio Cartes

Además, cuando Cartes lanzó su candidatura en el 2010, no tenía los mejores antecedentes, había sido condenado y apresado por un caso de estafa, investigado por la DEA norteamericana por lavado del tráfico de drogas, vinculado en diversas investigaciones en Brasil, Colombia y Méjico por contrabando de cigarrillos, eso estaba en su currículo. Abundaron las denuncias. Pero todo quedo allí.

Ahora nos resulta llamativo y preocupante, la guerra abierta que se ha instalado entre mafias en la zona fronteriza y una cacería con ejecuciones.

Incluso se la denomina la "guerra del narcotráfico”. En lo que va del año 2016, en Pedro Juan Caballero, mueren a manos del narcotráfico a razón de 5 y 25 personas cada mes, inclusive existe unanimidad en esta cifra.

Pero como señalamos, el narcotráfico es hijo de la mega corrupción política. Uno de los señores de la droga llamado Fahd Yamil, ex convicto y residente en la ciudad fronteriza brasileña de Ponta Pora, ha admitido ser cliente de un Banco de propiedad del actual presidente de la Nación, Horacio Cartes. Un cable de WikiLeaks de enero de 2010 ubicó al jefe de

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Estado como "cabeza de organización del blanqueo de dinero en la Triple Frontera de Brasil, Argentina y Paraguay" (actualidad.rt.com, publicado el 17 de julio de 2016).

Ahora el nuevo escándalo que abona, todo lo planteado resulta destapado por el propio Ministerio Público, producto del conflicto de intereses entre las empresas del presidente Cartes y sus funciones de gobierno. Se trata de un caso de escandaloso lavado de US$ 1.200 millones de dudoso origen.

Esta vez, el brazo financiero del Grupo Cartes, Banco Amambay, es el queda mal parado por supuestamente hacer la vista gorda a operaciones de dinero al exterior, según la Fiscalía (www.5dias.com.py ).

Los indicios de haberse perpetrado un silencioso y colosal lavado de dinero negro en Ciudad del Este surgieron de los controles que realizan los bancos cuando hay observaciones sospechosas de transferencias llamativas al exterior. Los investigadores tratan de determinar el origen de los millonarios fondos remitidos al exterior y todo hace sospechar que el dinero de las operaciones pudo haber provenido de operaciones ilegales vinculados a la comercialización de drogas y tráfico de armas, los allegados a la pesquisa tampoco descartan que los fondos que fueron objetos de lavado hayan sido producto del contrabando y evasión de impuestos ( www.com.py , Asunción. Paraguay 11 de noviembre de 2016).

Las conclusiones que sacamos de la nota, para no quedar encapsulados descriptivamente de la situación son:

-El problema de la mal llamada Triple Frontera no es el terrorismo. Y para ello, una propuesta, para contrarrestar esta campaña de difamación internacional, es la implementación de un Observatorio del Delito de Unasur, que funcione en Foz de Iguazú con informaciones bimestrales.

-El problema radica en la existencia de un crimen organizado erosionador de nuestros Estados. Este es derivación de la mega corrupción política, que involucra a los más altos sectores del Estado, incluso a los presidentes.

Por eso, no dudamos en afirmar, que la mayor amenaza a un espacio de integración que nos conduzca a un Estado región o continental, es el crimen organizado desde una dinámica no solo externa aliada al sistema financiero global de los centros de poder, sino en una dinámica interna de corrupción estructural, y se trata de un delito de cuello blanco.

La independencia definitiva solo se hace con patriotas, como en la primera, es una necesidad absoluta, o no seremos. Miguel Ángel Barrios -Argentina- es doctor en educación y en ciencia política. Autor de reconocidas obras sobre América Latina. http://www.alainet.org/es/articulo/181686

El trabajo en la era Macri y el nuevo sujeto social http://revistazoom.com.ar/el-trabajo-en-la-era-macri-y-el-nuevo-sujetosocial/

La movilización que unirá a la CGT y los trabajadores informales exhibe el presente económico y laboral actual. Nuevos descamisados y transformaciones en la vieja guardia sindical.

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Lucio Fernández Mouján

El próximo viernes 18 de noviembre se realizará una marcha que promete ser de grandes dimensiones. Algunos ya estiman que rondará en 300.000 el número de manifestantes. Convocada por las organizaciones que marcharon el día de San Cayetano -la CCC, Barrios de Pie y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP)-, ya comprometió la presencia de la CGT, la Corriente Federal Sindical y la Federación Agraria, entre otros.

La movilización hacia el Congreso de la Nación tiene por objetivo exigir la sanción de la Ley de Emergencia Social que empezaría a discutirse en el Senado este miércoles 16. Una ley gestada en la marcha de San Cayetano que contiene una serie de demandas de los sectores más postergados de la sociedad y propone enfrentar dos problemas, uno producido el último año y otro de más larga data. Por un lado, establece declarar la emergencia social durante un año por el aumento de la desocupación y subocupación (más de 1 millón) y la pérdida del poder adquisitivo de los beneficiarios de subsidios frente a una inflación superior al 40%, de acuerdo a números del INDEC. Por esta situación, la ley propone la creación de un millón de nuevos puestos de trabajo dentro del Programa de Ingreso Social con Trabajo, conocido como el Argentina Trabaja, y el aumento de un 15% mensual en las AUH y Asignación por Embarazo, durante el año que establece la emergencia social.

Sin embargo, la mayor novedad está en el capítulo dos de la Ley, con el título “Del Salario Social Complementario y de las instituciones de Economía Popular”. Allí se establece la creación de un Consejo de la Economía Popular, compuesto por miembros del Estado Nacional y representantes de las Organizaciones Sociales de la Economía Popular y Empresas Autogestionadas, inscriptas en el Ministerio de Trabajo. Este consejo deberá crear un registro de todos los trabajadores de la economía popular (RENATREP) y estipular un Salario Social Complementario para estos trabajadores que alcance el Salario Mínimo Vital y Móvil. “Hoy se estima en cuatro millones los trabajadores de la economía popular, pero seguirá en aumento si continúa la expulsión de trabajadores formales” La ley propone la institucionalización y medidas concretas para un nuevo tipo de trabajador, el de la economía popular. Significa el reconocimiento social y económico de un actor que viene creciendo desde los márgenes de la sociedad y que ya está adquiriendo una dimensión que exige una respuesta estatal.

Hoy se estima en cuatro millones los trabajadores de la economía popular, pero seguirá en aumento si continúa la expulsión de trabajadores formales. Engloba una gran diversidad de empleos, como los cartoneros, campesinos, artesanos, vendedores ambulantes, feriantes, trabajadores de programas sociales, motoqueros, cooperativistas, costureros, trabajador doméstico y de cuidado, microemprendedores y obreros de empresas recuperadas. Todos estos trabajadores no poseen protección legal, no tienen vacaciones ni aguinaldo, la gran

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mayoría no posee patrón, son trabajos de baja remuneración, precarizados y carecen de un sindicato que los represente.

De las organizaciones convocantes, hay una que viene articulando distintas experiencias de la economía popular y fue conformada para unificar sus demandas en forma gremial. La CTEP es resultado de la unidad de una gran cantidad de organizaciones sociales y de trabajadores, entre las que se encuentran el Movimiento Evita, el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), La Dignidad, el Movimiento Nacional Campesino Indígena, el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, el M8, Los Pibes, Patria Grande, Seamos Libres, el Encuentro de Organizaciones, la Aníbal Verón, los Misioneros de Francisco y la Carlos Mugica.

Se fundó en agosto de 2011, al identificar que el modelo inclusivo y de fomento del consumo llevado adelante por los gobiernos kirchneristas no estaba pudiendo achicar la brecha entre los distintos tipos de trabajadores y no canalizaba todas las demandas de los trabajadores más precarizados, más informales.

Pero el planteo de esta nueva organización iba (y va) más a fondo. El nuevo capitalismo globalizado, que nació en la década del setenta, pero que triunfó a nivel mundial con la caída del Muro de Berlín, vino a marcar que la “sociedad salarial” había terminado, como dijera Robert Castel. La concentración económica, la transnacionalización y descentralización de los procesos productivos, el dominio del capital financiero y sobre todo el desarrollo tecnológico, va reemplazando mano de obra por maquinaria y deja cada día a más trabajadores fuera del mercado formal.

“Ante esta situación -señala un dirigente nacional de la CTEP- las opciones para una sociedad en la que entren todos son tres: la toma de todas las fábricas, un poco utópica; la reducción de la jornada laboral, algo que se puede discutir en Europa pero acá parece imposible; o el reconocimiento de las demandas de la economía popular. Hoy, teniendo en cuenta el momento y el lugar en el que estamos, el camino es éste”. “La economía popular, señalan todos los interlocutores de la organización, no es un problema coyuntural, es una realidad que vino para quedarse” En los Cuadernos de la CTEP -un verdadero manual para la comprensión de la economía popular, escrito por Emilio Pérsico y Juan Grabois- se grafica al actual sistema económico como una economía a tres velocidades. Están los competitivos, transnacionalizados, de alta productividad, que utilizan poca mano de obra con plenos derechos laborales y salarios altos. Luego están las empresas que dependen del mercado interno, sujetos a las políticas económicas, inestables, que emplean gran cantidad de trabajadores, con salarios bajos, a veces precarios, tercerizados, parcialmente registrados. Y, debajo de todo, está la economía popular. “Se trata de emprendimientos individuales o colectivos con mínima tecnología, baja productividad, de ingresos inadecuados para los trabajadores y en muy malas condiciones de labor.”

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A su vez, en palabras de otro dirigente de la CTEP, “para muchos de nuestros compañeros es la segunda generación de trabajo dentro de la economía popular. Años de aprender y mejorar el oficio, años de organización”. Un ejemplo de esto, es el desarrollo de los cartoneros. Un trabajo que se fue extendiendo y se visibilizó durante la crisis del 2001-2002. Al poco tiempo nació el MTE, que organizó a estos trabajadores, con un fuerte desarrollo en la Ciudad de Buenos Aires. Primero pelearon por el derecho al trabajo como cartoneros, logrando la derogación del edicto de la dictadura militar que impedía la actividad. Luego, fueron por la organización de la logística, por el reconocimiento como servicio público y su estatización, la obra social y el seguro contra accidentes, para culminar alcanzando en 2010 la formalización del sistema de recuperación de residuos.

Por estas razones, la economía popular, señalan todos los interlocutores de la organización, no es un problema coyuntural, es una realidad que vino para quedarse. Por eso la CTEP se para como organización gremial y busca integrarse a la CGT como representación de los trabajadores de la economía popular. “En palabras de Juan Carlos Schmid, uno de los miembros de la conducción cegetista, podría decirse, jugando con la historia, que es la vieja guardia sindical la que está reconociendo estatuto de trabajadores a los que no están agremiados” El cambio de gobierno le dio un fuerte impulso al desarrollo de la organización. Las medidas económicas de transferencia de ingresos hacia los sectores más concentrados de la economía y la identificación clara del gobierno como contrapuesto a los intereses de los trabajadores facilitaron el acercamiento de distintas expresiones de trabajadores. Primero, con otras organizaciones que expresan las mismas demandas, como la CCC y Barrios de Pie y luego con la CGT.

La “salida del aislamiento” defendida por el presidente Mauricio Macri puso en alerta a toda la clase trabajadora del país. Volver al mundo significa abrir las importaciones y desarticular la industria mercadointernista que no puede competir con productos de otras partes del mundo. Este escenario llevó a la nueva conducción de la CGT a dialogar con distintos sectores de la sociedad y a reconocer la existencia de los trabajadores de la economía popular.

En este contexto es que se inscribe la frase que puede sintetizar este nuevo emergente. “Los movimientos sociales son los nuevos descamisados”. En palabras de Juan Carlos Schmid, uno de los miembros de la conducción cegetista, podría decirse, jugando con la historia, que es la vieja guardia sindical la que está reconociendo estatuto de trabajadores a los que no están agremiados.

Siguiendo con el paralelismo, San Cayetano y ahora la marcha del 18 de noviembre están mostrando al subsuelo de la patria sublevándose. Es el reclamo de los trabajadores sin derechos, que piden reconocimiento, que exigen un salario complementario que les permita el “vivir bien”, como señala el Papa

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Francisco. Es en la calle, donde se dan las gestas populares, donde se construye la unidad de los trabajadores, donde los nuevos descamisados irán construyendo su 17 de octubre. ETIQUETAS

Lucio Fernández Mouján Miembro del Grupo de Estudios sobre Participación y Movilización Política, Instituto Gino Germani, UBA y del Programa de estudios e Investigaciones de Economía Popular y Tecnologías de Impacto Social (PEPTIS), CITRA, UMET. | Twitter: @carraspero

Nº7: La cuestion agraria hoy

Los cambios en la estructura social del campo uruguayo Diego Piñeiro* http://www.hemisferioizquierdo.uy/single-post/2016/11/03/Los-cambios-en-la-estructura-social-del-campo-uruguayo

El objetivo de este breve artículo es volver sobre un tema clásico de los estudios agrarios, cual es el análisis de la estructura de clases de la sociedad rural uruguaya. Cuando la sociología rural se desarrolló a partir de mediados del siglo pasado (si se toma como hito fundacional la tesis universitaria de Aldo Solari) logró acordar en los aspectos básicos sobre un análisis que funcionó apropiadamente para comprender la división en clases de la sociedad rural. Ella era necesaria para poder comprender la acción social. Simplificando, la narrativa era que la pertenencia de los actores a una determinada clase social permitía comprender su accionar político en la defensa de sus intereses. También permitía explicar y prevenir las posibles alianzas entre actores. La tesis de este artículo es que los cambios en la estructura agraria ocurridos en los últimos quince años están produciendo también una modificación de la estructura de las clases sociales agrarias y por lo tanto su análisis y comprensión debería ser revisado y reinterpretado.

La estructura productiva y la estructura social agraria sufrieron pocos cambios a lo largo del siglo XX. Tanto Solari como Ganón en la década de `50, como los estudios producidos desde los centros privados en las décadas del `70 y del `80, como los trabajos de Alfredo Errandonea pre y post dictadura y los múltiples estudios que se hicieron desde la Universidad a partir de su reconstitución, coincidían en los elementos básicos de la estructura aunque difiriesen en aspectos menos importantes de la estratificación social del campo. El conocido "Estudio Económico y Social del Uruguay Rural" del CLAEH-CINAM si bien no se basó en un análisis de clases sociales dividió a la sociedad rural en los mismos estratos sociales que los estudios anteriores.

Se describía a la sociedad rural uruguaya como integrada por tres clases básicas. La primera era una clase de empresarios agropecuarios que a su vez se desdoblaba en dos sub-estratos: los estancieros que se dedicaban a la ganadería de carne y lana en suelos generalmente más pobres, con un manejo más extensivo, utilizando poca mano de obra; y los empresarios agrícolas que generalmente combinaban la agricultura cerealera con pasturas para el ganado en establecimientos tecnológicamente más avanzados, más productivos y que eran más intensivos en el uso de trabajo asalariado.

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Una segunda clase integrada por los agricultores familiares, definidos como aquellos productores que teniendo tierra la trabajaban con predominio de mano de obra familiar sobre la asalariada. Shanin en su estudio sobre el campesinado la llamó “la clase incómoda” porque si bien tenían tierra y por lo tanto podían ser incluidos en la burguesía, por su condición de sujeción a otros poderes (Estado, hacendados y comerciantes) no deberían ser colocados en ella. Los productores familiares tenían predios más pequeños y se dedicaban a todos los rubros productivos aunque en nuestro país numéricamente eran más los ganaderos. Los productores familiares estaban plenamente integrados a los mercados. Eran el estrato más numeroso y también el más difícil de comprender y clasificar. A su vez se distinguía a su interior a tres estratos según comprasen o vendiesen fuerza de trabajo.

Finalmente estaban los trabajadores asalariados, de los cuales no se sabía mucho tanto por ausencia de información estadística fehaciente como de estudios específicos. Es cierto que Chiarino y Saralegui habían estudiado a los habitantes de los “rancheríos”, que el ya citado estudio del CLAEH-CINAM tenía un capítulo dedicado a ellos, que Errandonea hizo un análisis más refinado de esta clase a partir de escasos datos estadísticos y que precursores como Latorre y González Sierra habían tratado el tema. Se distinguía a los trabajadores permanentes de los transitorios, se suponía que la mayoría vivía en los establecimientos rurales y algunos también en los pequeños pueblos del interior donde residían sus familias. También se distinguían las categorías laborales: peón común, peón general, capataces, administradores, etc. Pero desde el punto de vista académico no se sabía de mucho de ellos, un poco por falta de interés otro poco por ausencia de datos estadísticos. Tal vez los uruguayos sabíamos más de esta clase social por las novelas y cuentos de numerosos autores que tomaron al gaucho y al peón rural como sujeto de su narrativa.

En los primeros años del siglo XXI hubo cambios tecnológicos y organizacionales que revolucionaron la relación entre los factores de producción: tierra, trabajo y capital. Argumentaremos que los cambios en la estructura agraria también produjeron modificaciones en la estructura social.

Enumeremos brevemente hechos ampliamente conocidos. En los granos, la adopción del paquete tecnológico de la siembra directa, transgénicos y herbicidas; la vinculación directa con las cadenas globales de valor trasnacionales que se asientan en el país; la entrada del capital financiero; la separación de la propiedad y la administración; el desarrollo del contratismo laboral y de maquinaria, etc. En la forestación, el crecimiento de la masa forestal al impulso del asentamiento de empresas trasnacionales forestal-madereras-celulósicas y sus plantas de procesamiento, que también incorporaron desarrollos tecnológicos tanto a nivel de vivero como en las etapas de plantación y de cosecha. Empujados por estos desarrollos también se mejora la productividad en otros rubros, entre los cuales los más importantes son sin duda la ganadería de carne y la lechería. En la primera cadena hubo modificaciones en las formas de alimentación del ganado (principalmente por el engorde a corral), en la sanidad y en la comercialización a través de los remates por pantalla. En la lechería si bien los cambios fueron menos dramáticos continúa un proceso de cambio tecnológico sostenido que expulsa a productores familiares y concentra la propiedad e incentiva el empleo de trabajo asalariado.

El aumento de la productividad de la tierra y del trabajo mejoraron las ganancias y con ello el precio de la tierra. En los primeros

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quince años del nuevo siglo el valor de la tierra se multiplica por seis o por siete, según los autores que lo estudiaron. En paralelo, con la modificación de la legislación ocurrida en la década del noventa del siglo anterior, se produce una corriente de inversión extranjera directa que compra tierras y agroindustrias. Se concentran y se extranjerizan estos activos en proporciones que, para el caso de la tierra, son difíciles de saber con certeza ya que la figura de las Sociedades Anónimas esconde a sus verdaderos propietarios.

Estos cambios organizativos, tecnológicos, financieros y laborales trajeron un aumento en las ganancias empresariales. Produjeron un impresionante crecimiento del Valor del Producto Bruto Agropecuario: si en al año 2000 éste era de 1.730 millones de dólares corrientes, once años después estaba en 6.514 millones de la misma moneda (1). En forma no menos impresionante la cantidad de fuerza de trabajo necesaria para sostener este incremento productivo no aumentó sino que por el contrario disminuyó. Por un lado, Cardeillac y Nathan (2015) (2) sostienen que los trabajadores asalariados agropecuarios, siendo 69.649 personas en el año 1996, fueron 69.284 en el 2011 (Censos de Población respectivos). Por otro lado, los productores familiares y los trabajadores no remunerados según los mismos Censos, señalan que pasaron de ser 45.540 en 1996 a ser 24.515 en 2011. En total la fuerza de trabajo agropecuaria pasó de 93.800 en la primera medición mencionada a 70.054 en el 2011. Como consecuencia de estas dos tendencias divergentes, el producto bruto agropecuario por trabajador habría pasado de 18.445 u$s/trabajador en el año 2000 a 92.985u$s/trabajador en el 2011. En consecuencia la productividad del trabajo habría aumentado cinco veces en estos 15años analizados.

¿Cómo se repartió la plusvalía generada por los trabajadores asalariados y el plustrabajo aportado por el trabajo familiar no remunerado? No se puede (por el momento) más que sugerir algunas hipótesis. Una parte importante del valor generado por el trabajo ha tenido que quedar en manos de los propietarios de la tierra, en proporción directa a la cantidad y la calidad de la tierra que poseen. Si no fuese así no habría aumentado el precio de la tierra seis o siete veces en los últimos quince años como se ha dicho ya más arriba. Pero no todos los productores agropecuarios son propietarios de la tierra que trabajan. Algunos toman en arriendo parte o toda la tierra que trabajan. Por lo tanto hay un nuevo estrato dentro la clase propietaria de “propietarios rentistas” que por fuerza sería heterogénea ya que estaría integrada tanto por “terratenientes” como por propietarios medianos y pequeños que por razones de escala, tecnológicas, financieras o vitales, no pueden cultivar sus propias tierras y las dan en arriendo.

Pero hoy esa plusvalía se comparte (por la vía de patentes y regalías) con las grandes empresas trasnacionales propietarias de las semillas, de las maquinarias, de los agroquímicos, de las vacunas, los específicos veterinarios, etc. Otra parte importante podría estar siendo canalizada hacia una miríada de agentes que intermedian entre las empresas trasnacionales y el productor: por ejemplo vendedores de insumos agropecuarios de todo tipo: desde empresas grandes (para el país) como podría ser la Barraca Erro hasta el veterinario del pueblo que vio la oportunidad y puso una casa de productos agropecuarios. También están aquellos que tienen un fuerte parque de maquinarias (frecuentemente a su vez productores o ex-productores) y que realizan trabajos para terceros. Los contratistas laborales que emplean a cuadrillas de trabajadores para prestar servicios en la forestación, en la ganadería e incluso en los granos y en la lechería. Los acopiadores de granos, los propietarios de camiones y cientos de profesionales, técnicos, administradores etc., que han visto crecer la demanda de sus servicios debido al auge económico del

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sector agropecuario. Es decir que una parte (que podemos suponer importante y creciente) de la plusvalía generada se bombea a las empresas trasnacionales y fuera del país. Otra parte queda en manos de las empresas locales de muy variado porte, origen y propiedad.

Es posible que algo haya quedado también en manos de los trabajadores. Entre 2005 y la actualidad también han aumentado los salarios de los trabajadores rurales como consecuencia de la implantación de los Consejos de Salarios para estos trabajadores, y de una política estatal de mejora sostenida del salario mínimo nacional. Faltan aún los estudios que muestren cuánto de este crecimiento del producto pudo ser captado por los trabajadores y por cuáles en las diferentes categorías.

Por lo tanto, si volvemos al esquema de las tres clases con las que simplificábamos el análisis de la estructura social agraria, es posible que hoy sea menos útil que antes. La propiedad de la tierra ya no es la única manera de capturar plusvalía y tal vez ni siquiera la más importante, como se desprende del análisis anterior. El conocimiento, imbricado en los desarrollos tecnológicos y en los servicios financieros y profesionales, siempre fueron, pero hoy lo son muchísimo más, una vía para obtenerla.

Por lo tanto es posible sugerir que hoy, tanto en el campo como en los numerosos pueblos y ciudades del interior en las que vive esta pequeña y mediana burguesía prestataria de servicios, se ha estrechado la alianza entre estas y los propietarios de la tierra. Si, en algún momento, pudo haber contradicciones entre ellos, hoy habrían desaparecido producto de esta nueva alianza.

Los productores familiares por un lado se han visto perjudicados, como lo demuestra la desaparición del 20% de ellos en el último período intercensal, pero por otro lado también pueden haberse beneficiado por la mejora en los precios de algunos de sus productos y especialmente por la sextuplicación del valor de su tierra. La Comisión Nacional de Fomento Rural, la organización que los representa, ha señalado reiteradamente que la expansión de los agronegocios es el principal peligro para su supervivencia. Pero, por otro lado, tampoco se han querido aliar con los trabajadores rurales para empujar cambios en la política agraria que contuviesen el crecimiento de los agronegocios.

Entre los trabajadores rurales es cada vez más claro un clivaje entre los trabajadores calificados, como los que manejan las modernas y costosas maquinarias agrícolas, los técnicos que trabajan dentro de las grandes empresas, mandos medios etc., y el grueso de los trabajadores rurales con baja o nula calificación y trabajo en condiciones de precariedad. Los primeros son seleccionados con criterios de confianza personal y calificación y posiblemente su remuneración esté basada en criterios personales del empleador. Para los segundos, rigen las escalas salariales que emergen de los Consejos de Salario, visiblemente mejoradas por la acción del Gobierno en la última década, que apoyó y alentó algunas de sus reivindicaciones: mejores salarios, derecho efectivo a la sindicalización, jornada de ocho horas, etc. Esto ha ayudado a fortalecer a los sindicatos, a pesar de que en comparación con los sindicatos urbanos aún son débiles. La “atmosfera patronal”, las listas negras, la represión a los militantes y los despidos arbitrarios siguen siendo denunciados por los sindicatos. Este clivaje entre trabajadores calificados y sin calificación induce a preguntarse si los asalariados calificados no se inclinarían por asimilarse a quienes los contratan antes que aliarse a los trabajadores sin calificación.

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En síntesis, lo que hemos tratado de mostrar en este artículo es que la estructura social del campo uruguayo se ha complejizado como consecuencia de los cambios en la estructura agraria. Esto no debería tomarse en un sentido determinista ya que a su vez los actores toman decisiones que influyen en la estructura agraria. Pero sin duda que aquellos que nos dedicamos a estudiar la sociedad agraria deberíamos retomar y profundizar nuevas investigaciones que nos permitan comprender mejor los cambios que están y seguirán ocurriendo como consecuencia de la reinserción de Uruguay en el comercio mundial de fibras y alimentos que tuvo lugar en las últimas dos décadas.

(1)

DIEA

MGAP.

Anuarios

respectivos.

(2) Cardeillac y Nathan (2015). Caracterización sociodemográfica de la situación de los colectivos de trabajadores rurales y domesticas en el período 1996-2011. In: Sindicalización y negociación en los sectores rural y doméstico. Francisco Pucci, et al. Colección Artículo 2. CSIC. UdelaR.

* Doctor en Sociología. Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República.

Cómo remuneran los laboratorios farmacéuticos a algunos médicos por unos estudios científicamente discutibles http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219232 Rachel Knaebel y Simon Gouin Basta!

Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Cada año los grandes laboratorios farmacéuticos gastan millones de euros en “estudios observacionales”. ¿Su principio? Remunerar a unos médicos para que transmitan a estos mismos laboratorios datos concernientes a los efectos de los medicamentos prescritos a sus pacientes. Problema: a veces no está clara la frontera entre unos objetivos científicos encomiables y unas prácticas comerciales cuyo objetivo es garantizar que los médicos concernidos prescriban sus producto. Y los intereses económicos que están en juego son colosales. La práctica está muy extendida en Alemania, pero también en Francia. La transparencia, mucho menos. ¿Salen ganando los pacientes y la Seguridad Social, que financia las prescripciones? Basta! lo ha investigado. La mayoría de las veces se contacta con los médicos por correo electrónico. Un laboratorio farmacéutico les propone participar en un estudio sobre un medicamento concreto, en general prescribiéndolo, y a continuación observar los efectos del producto y rellenar un cuestionario que más adelante recogerá y analizará el laboratorio. En contrapartida el médico recibe dinero: desde una decena de euros a varios miles por cada paciente incluido en el estudio. ¿Estudios científicos cuyo objetivo es recopilar datos y mejorar los tratamientos? Oficialmente, sí. En la práctica, las cosas son menos evidentes. “Estos estudios llamados «observacionales» se emprenden con el pretexto de llevar a cabo una investigación, pero a menudo no dan lugar a publicación alguna que sea revisada por colegas y cuyo interés es cualquiera excepto la salud de las personas”, señala Anne Chailleu, de la asociación Formindep, una asociación para la formación e información médicas independientes. ¿Para qué sirven estos estudios en los que los grandes laboratorios farmacéuticos gastan millones de euros? Entre 400 y 1.200 euros por paciente En febrero Formindep recibió el testimonio de un hepatólogo (especialista en las enfermedades del hígado) de que dos laboratorios habían contactado con él para proponerle hacer estudios observacionales sobre el

230 tratamiento de la hepatitis C. A cambio de prescribir sus medicamentos y de rellenar un cuaderno de observación de los pacientes este médico hubiera podido recibir entre 400 y 1.200 euros (según el laboratorio) por paciente incluido en el estudio, con un límite de diez pacientes. Algo con lo que asegurarse un buen ingreso extra. En Alemania la página web de información Correctiv reveló el pasado mes de marzo las astronómicas cantidades que los laboratorios farmacéuticos pagan a los médicos del país por unos estudios de observación de medicamentos que ya están en el mercado, algunos desde hace decenas de años [ 1 ]. Así, la empresa farmacéutica francesa Servier, que está en la lista negra por el escándalo del [medicamento] Mediator*, repartió millones de euros a los médicos alemanes [ 2 ]. Servier llevó a cabo un estudio respecto a su medicamento para el corazón Procoralan, en venta al otro lado del Rhin desde 2006, sobre 13.250 pacientes alemanes y pagó por ello 190 euros por paciente observado, esto es, un total de más de 2,5 millones de euros. Sin embargo, este medicamento provocaba importantes efectos secundarios, como problemas cardiovasculares en ocasiones mortales [ 3 ]. Lo mismo ocurre con Sanofi. El mayor laboratorio farmacéutico francés realizó en Alemania estudios observacionales de once productos diferentes en el periodo 2009-2014 [ 4 ]. Uno de ellos concernía a un producto destinado a las personas diabéticas, Lantus, en venta desde hace ya quince años. Para “estudiar” sus efectos Sanofi pagó a los médicos hasta 200 euros por paciente por 22.580 pacientes observados, esto es, 3,5 millones de euros en total. Un carácter científico discutible En 2014 más de 12.000 médicos alemanes concertados con la Seguridad Social participaron en este tipo de estudio, es decir, un médico concertado de cada diez. Las empresas farmacéuticas distribuyen cada año un total de más de 100 millones de euros a los médicos alemanes por estos estudios observacionales. ¿A cambio de qué aportación científica? La mayoría de los 50 medicamentos más concernidos por estos estudios son preparaciones análogas a medicamentos que ya existen. Y, según señalan los periodistas de Correktiv, muchos son productos cuya eficacia han considerado mediocre las autoridades sanitarias alemanas. La filial alemana del laboratorio suizo Roche desembolsó más de 34 millones de euros para estudiar los efectos en más de 17.000 pacientes de un medicamento para tratar la hepatitis C (Pegasys) clasificado por las autoridades sanitarias alemanas como medicamento análogo a un producto ya existente que presentaba una diferencia marginal o inexistente [ 5 ]. Varios médicos e investigadores preguntados por los periodistas alemanes consideraron que estos estudios observacionales a menudo carecen de fundamento desde el punto de vista científico. Poca transparencia en Francia ¿Qué ocurre en Francia? Al contrario que en Alemania, por el momento es imposible tener una visión de conjunto de estas prácticas. Los datos disponibles son muy fragmentarios. La base "Transparence santé", establecida por el Ministerio de Sanidad en 2014 para informar sobre las relaciones de interés entre los industriales del sector farmacéutico y los profesionales, ha censado más de un millar de estudios observacionales llevados a cabo entre 2012 y 2015. En ella se encuentran sobre todo decenas de estudios llevados a cabo por los laboratorios Teva (Israel) y Lundbeck (Dinamarca). Pero la base de datos de “Transparence santé” no ofrece información ni sobre los medicamentos concernidos ni sobre el montante de los honorarios ni tampoco sobre la cantidad de pacientes observados. Un fallo que podría remediar la futura ley de sanidad. Al ser preguntados por Basta!, en general los laboratorios no se muestran muy dispuestos a expresarse al respecto. Así, el servicio de prensa del grupo Sanofi en Francia nos remite a Sanofi Alemania, una de sus filiales, propietaria del 100 % del capital. El servicio de prensa de Sanofi Alemania no aportó respuesta alguna a la pregunta “¿Para qué sirve un estudio observacional de un producto en venta y prescrito desde hace 25 años?”. Solo los laboratorios Teva, Abbvie (Estados Unidos) e Ipsen aceptaron responder a nuestras preguntas. Teva hizo estudios observacionales de unos 8.500 pacientes entre 2012 y 2015. ¿Para qué medicamentos? Píldoras anticonceptivas (Leeloo y Zoely), tratamientos contra la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple y el cáncer [ 6 ]. El portavoz del laboratorio asegura que e stos estudios “ son el objeto de un informe de estudio clínico. Estos últimos se pueden publicar en forma de cartel o de presentación oral durante conferencias científicas nacionales e internacionales ” y de publicaciones científicas .

231 “Mejorar la vida de los pacientes” El laboratorio Abbvie, por su parte, responde punto por punto a nuestras preguntas. Actualmente esta empresa farmacéutica lleva a cabo cuatro estudios observacionales en Francia, uno de los cuales es sobre su medicamento contra la hepatitis C, Viekirax, propuesto al hepatólogo antes citado. Según su director de comunicación, su objetivo es “medir la eficacia y la seguridad del medicamento en "la vida real", mejorar la vida de los pacientes”. Se evalúan varios criterios (fatiga, productividad en el trabajo, tolerancia y eficacia del tratamiento) para mejorar, si es necesario, el tratamiento o su posología. Todo ello además de la vigilancia farmacológica ejercida por los médicos que les obliga a rastrear los efectos indeseables que se producen en sus pacientes al hacer un tratamiento. En cierto modo, el estudio observacional sería una estrategia proactiva para mejorar su medicamento. Pero, al pagar a estos médicos hasta 1.200 euros por paciente incluido en el estudio, ¿el objetivo no es también convencer a estos médicos de que prescriban este medicamento en vez del de la competencia? El objetivo de la cantidad pagada solo sería hacerles participar activamente en los estudios, afirma Abbvie. Se justificaría por el trabajo que se les pide: garantizar hasta cuatro visitas médicas al paciente y llenar un cuestionario para recopilar los datos. Un cuestionario que no hemos podido consultar. “Estos estudios sirven para mantener una relación con los médicos” La remuneración de los médicos es un verdadero reto para los laboratorios. Algunos de los facultativos que participan en estos estudios consideran incluso que la cantidad es demasiado escasa por tomarse el tiempo de rellenar los cuestionarios. Es lo que revelan algunos exempleados del laboratorio farmacéutico francés Ipsen que trabajaron durante varios años en un estudio observacional sobre Nutropin, una hormona de crecimiento comercializada por el laboratorio: su papel era verificar los datos recopilados por los médicos, los cuales reciben por ese trabajo una remuneración máxima de 150 euros par paciente al año. Pero al parecer muchos médicos no quisieron recopilar los datos que exigían los laboratorios. “Normalmente, hay un doble control en este tipo de estudios”, explica Luc, exempleado de Ipsen. “El protocolo pedía al médico rellenar los datos y a continuación el personal del laboratorio tenía que verificar que estaba bien hecho [ 7 ]. A menudo los cuadernos de observación estaban vacíos. Por consiguiente, nos correspondía a nosotros, el personal del laboratorio, rellenar esos datos a partir de los expedientes médicos, a pesar de que no tenemos obligatoriamente formación médica y se nos puede pasar algo importante”. Sin doble control los datos no serían fiables y algunos acontecimientos indeseables se podrían rastrear tardíamente en el laboratorio, afirman los exempleados. Las autoridades someten a la hormona del crecimiento a una extrema vigilancia porque sus efectos indeseables serían potencialmente graves [ 8]. ¿Dar a conocer el tratamiento? “El objetivo principal de estos estudios es la vigilancia farmacológica recogiendo datos de los acontecimientos indeseables vinculados o no al producto para mejorar los tratamientos y la seguridad de su utilización”, precisa Léa, que también es adjunta de investigación clínica en el laboratorio. “La mayoría de las veces simplemente sirven para mantener una relación con los médicos, para que prescriban un medicamento concreto”. En el mercado existen varios competidores de esta hormona. Esta exempleada considera que el Nutropin es un producto nuevo comercializado por el laboratorio que hay que lograr dar a conocer. Cuesta 310 euros una inyección semanal, a menudo durante varios años. Según nuestras fuentes, la jerarquía y los diferentes servicios de laboratorio (calidad, marketing, médico) están informados de que los adjuntos de investigación clínica rellenan los cuadernos de observación en vez de los médicos. Antes del inicio del estudio uno de ellos justifica esta práctica “como un elemento esencial a la hora de elegir prescribir una [hormona del crecimiento] para la mayoría de los servicios” y añade que “la competencia propone este tipo de apoyo. No asistir a los médicos que lo deseen nos perjudicaría”. Mientras que otros servicios dan la voz de alarma acerca de los peligros de esta ausencia de control de datos, el servicio de marketing insiste en el imperativo comercial. “El trabajo de observación no tiene ningún impacto sobre la salud del paciente” Por el contrario, el laboratorio Ipsen nos garantiza que “siempre ha tenido por principio respetar el marco legal y reglamentario de las relaciones con los profesionales de la salud, y siempre se ha comprometido a mantener un comportamiento ético en este dominio”. “El estudio del que habla no es un estudio clínico sino un estudio observacional. Por lo tanto, se trata de introducir datos informáticamente para recolectar estos datos, por consiguiente, no se aplican las buenas prácticas clínicas”, aseguran Didier Véron, director de

232 comunicación, y Olivier Gattolliat, director médico de las operaciones en Francia. “No es absolutamente obligatorio introducir datos y después verificarlos. Puede ser que haya una introducción única de datos por parte del médico o de la persona en la que el médico delegue esta responsabilidad. El médico sigue siendo totalmente responsable, independientemente de quién haya introducido estas informaciones”. Pero el protocolo del estudio sobre el Nutropin sí estipula que son los médicos quienes rellenan estos datos y no una persona empleada por el laboratorio que financia el estudio. “Se nos informó de este problema e hicimos una auditoría interna para ver qué ocurría. Tras esta auditoría se tomaron decisiones, en total transparencia con las autoridades sanitarias. Nos hemos asegurado de la conformidad de estos procedimientos y los ponemos al día regularmente. En el marco de este estudio observacional el trabajo de observación no tiene ningún impacto sobre la salud del paciente”. El laboratorio precisa también que mantiene un pleito sobre las condiciones económicas de partida de estos asalariados y que no comparte su análisis. ¿Qué opina de esto la Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento y de los Productos Sanitarios (ANSM), con la que contactaron estos exempleados a partir de 2014? La ANSM ha sido informada de “que, en efecto, el laboratorio Ipsen llevó a cabo una auditoría sobre estos estudios y procedió al remonitorización completa [verificación de la coherencia entre los datos fuente existentes en el expediente del paciente con los datos señalados en el cuaderno de observación para garantizar la exactitud de los datos recopilados en el marco de la prueba] de estos y a la declaración de los casos de farmacovigilancia pertinentes. Hay que señalar que estos casos declarados con retraso no modifican el perfil de seguridad de las especialidades concernidas”. La ANSM no verificó las declaraciones del laboratorio ya que consideró que “los hecho de los que informó el delator y la naturaleza de los estudios citados no motivaron que se desencadenara una inspección de la ANSM a corto plazo”. Los métodos que hayan empleado el laboratorio no supondrían un motivo de preocupación en este tipo de estudios, asegura la agencia nacional [ 9 ]. ¿Qué hace el Colegio de Médicos? ¿Cómo verificar el verdadero objetivo de estos estudios observacionales? Parte de esta misión se delega en el Consejo Nacional del Colegio de Médicos. Este último recibe una copia de todos los contratos y debe verificar que no suponen regalos indebidos y que, por consiguiente, la remuneración es proporcionada al trabajo que se pide [ 10 ]. En un informe del Tribunal de Cuentas de marzo de 2016 sobre la prevención de los conflictos de interés en materia de peritaje sanitario se puede ver una visión general de estos datos. En 2014 se transmitieron al Consejo Nacional del Colegio de Médicos (CNOM, por sus siglas en francés) 17.009 convenios de honorarios por un montante global de 78,9 millones de euros. Los consejos departamentales del Colegio de Médicos estudian primero estos convenios antes de transmitirlos, en ocasiones, al Consejo Nacional para que dictamine. De los acuerdos que le transmitieron el CNOM dio una opinión desfavorable en un 41 % de los casos en 2014 y de un 71 % de los casos en 2015. El Tribunal de Cuentas señala en su informe que estas opiniones desfavorables se justifican, entre otras cosas, por “el carácter considerado excesivo del montante de los honorarios con relación a la carga de trabajo pedida al médico”. ¿Cuál es la proporción de estudios observacional entre estos acuerdos de honorarios?¿Cuál es la naturaleza de estos acuerdos , sus montantes y los laboratorios que inician estos estudios? El Consejo del Colegio de Médicos no respondió a nuestras preguntas. Estudios exigidos por las autoridades No todos los estudios observacionales se emprenden a iniciativa de los laboratorios. Las autoridades sanitarias los exigen a veces al considerar que existen lagunas en los expedientes de Autorización de Salida al Mercado. “En vez de solicitar nuevos estudios antes de salir al mercado las agencias del medicamento aprueban sin esperar y dejan para después de la comercialización una parte de la prueba de eficacia o de inocuidad del producto”, explica Anne Chailleu, de Formindep. El Comité Económico de los Productos Sanitarios (CEPS), que fija el precio de los medicamentos en Francia, también puede solicitar un estudio para justificar el precio [ 11 ]. “El laboratorio gana entonces por partida doble: obtiene una autorización a menor coste (menos exigente, menos costosa, antes, a mejor precio) y, por añadidura, la posibilidad de establecer contactos y de remunerar a los primeros médicos que prescriban, ¡con la bendición de las autoridades!”. Unas prescripciones que reportan gran cantidad de dinero

233 Dada la falta de transparencia resulta difícil identificar la utilidad real de estas prácticas y los posibles abusos de los laboratorio. Una parte de los estudios pueden servir para mejorar un tratamiento o para determinar si la Seguridad Social debe seguir reembolsando, a pesar de las sospechas de incitación a prescribir, un medicamento en vez de otro producto y por el que se remunerará a los médicos. Unos medicamentos que, como se ha visto en Alemania, no siempre se consideran más eficaces que otros productos ya existentes, pero que ¡reportan gran cantidad de dinero a los laboratorios concernidos! ¿Por qué Novartis gastó casi 25 millones de euros en médicos alemanes entre 2009 y 2014 por unos estudios sobre 35.000 pacientes referentes a Lucentis, un t ratamiento contra la degeneración macular, una enfermedad ocular [ 12 ]? ¿Quizá porque este medicamento que cuesta más de 740 euros al mes, con una duración de prescripción de varios meses, permite obtener importantes beneficios? 35.000 pacientes que compran Lucentis una vez al mes reportarán 25,9 millones de euros a Novartis, que entran así en sus gastos para el conjunto del estudio. En Alemania Lucentis se prescribió más de 111.000 veces en 2014 con un coste global para los seguros médicos de más de 130 millones de euros [ 13 ]. En Francia Lucentis representa un gasto de 318 millones de euros y se situó en el cuarto lugar de los reembolsos de la seguridad social en 2014. Novartis no lo oculta en relación a otro medicamento, Entresto: su nuevo estudio observacional debe servirle para dispara las ventas. ¿Se devuelve la inversión financiada por la Seguridad Social? Otro ejemplo: ¿qué interés tiene un laboratorio en proponer a un hepatólogo entre 400 y 1.200 euros por cada paciente incluido en unos estudios observacionales sobre el tratamiento de la hepatitis C? Estos tratamientos cuestan hasta 39.000 euros por paciente, una cantidad que la Seguridad Social francesa asume al 100 % [ 14 ]. De manera general estos estudios podrían servir para habituar a los médicos a prescribir estos medicamentos en vez de otros y contribuir así a garantizar una parte de los beneficios de los laboratorios. Ni Novartis respecto a sus estudios sobre Lucentis, ni el laboratorio Gilead, que produce medicamentos contra la hepatitis C, respondieron a nuestras preguntas. A primera vista los laboratorios farmacéuticos se gastan millones de euros para hacer estos estudios observacionales. ¡Pero lo que les devuelve la inversión también es muy real! ¿El coste de estos estudios se refleja en el precio de estos medicamentos, que reembolsa la Seguridad Social? Sea como fuere, al final es el seguro médico quien asegura los beneficios de los laboratorio, a pesar de que los pacientes han tenido de contribuir fuertemente para resolver el famoso “agujero” financiero de la Seguridad Social], sobre todo a través de la disminución de la parte que reembolsa la Seguridad Social de ciertos medicamentos, lo que a menudo afecta a los enfermos mas precarios. ¿Cuáles son los riesgos sanitarios? En última instancia, el reto de estas prácticas es sanitario. Los estudios propuestos por los laboratorios pueden servir para prolongar las prescripciones de medicamentos cuya eficacia es en ocasiones débil, si no nula, cuando no es simplemente peligroso. Es lo que demostraron unos científicos estadounidenses en un artículo publicado en 2008 a propósito del laboratorio Merck y su medicamento Vioxx, un antiinflamatorio utilizado contra la artritis. Oficialmente el estudio tenía por objetivo medir la seguridad gastrointestinal de este medicamento respecto a su competidor, Naproxen. En la práctica, unos documentos revelados durante un juicio y que fueron analizados por los científicos demostraban que el estudio era ante todo una herramienta de “marketing presentado como ciencia”. A principios de la década de 2000 las ventas de Vioxx se dispararon gracias a muchas técnicas de marketing: suponían más de 2.000 millones de dólares al año a Merck. Pero en 2004 estalló un escándalo sanitario ya que parecía que tomar Vioxx aumentaba el riesgo de infarto de miocardio. Solo en Estados Unidos murieron más de 30.000 personas tras tomar el médicamente de un total de 20 millones de usuarios. “El laboratorio pagó 485 millones de dólares de indemnizaciones sin reconocer falta alguna, a pesar de que desde el principio estaba al corriente de los efectos secundarios del medicamento”, afirman enfadados la eurodiputada Michèle Rivasi, el farmacéutico Serge Rader y la juez Marie-Odile Bertella-Geffroy en la obra Le racket des laboratoires pharmaceutiques, et comment en sortir [El chantaje de los laboratorios farmacéuticos y cómo salir de él] [ 15 ]. Sin embargo, las autoridades estadounidenses no fueron capaces de prevenir este escándalo. Por consiguiente, el estudio observacional emprendido por Merck cuando se empezó a comercializar Vioxx en 1999 permitió potenciar la prescripción de un medicamento que presentaba riesgos vitales para sus los pacientes. “Se oculta al público, a la profesión médica y a los miembros de las instancias institucionales de

234 control el primer objetivo de estas pruebas destinadas a vender («seeding trials»), lo que les impide tomar una decisión plenamente informada sobre el balance de equilibrios y riesgos para ellos y para la sociedad”, escriben los investigadores en su artículo. ¿Se decidirán por fin las autoridades franceses a imponer, a imagen de Alemania, la transparencia y una regulación eficaz de estos estudios observacionales? Petición de testimonio: Sin datos de envergadura, documentos internes o testimonios de empleados resulta difícil identificar estos estudios observacionales cuyo objetivo son las ventas y comprender su funcionamiento. Por ello lanzamos una petición de testimonio a médicos, profesionales sanitarios y empleados de los laboratorios. Si han tenido relación con estos estudios observacionales, escríbannos a esta dirección. Garantizamos su anonimato. Notas: [ 1 ] Los periodistas de Correctiv obtuvieron estos datos, que conciernen al periodo 2009-2014, de la caja del seguro médico alemana que gestiona las remuneraciones de los médicos concertados con la Seguridad Social (Kassenärztliche Vereinigung). Forman parte de estos datos las informaciones sobre los medicamentos estudiados, la fecha en que se pusieron en venta, la cantidad de pacientes observados y el montante de los honorarios pagados a los médicos por paciente. Véase aquí. * El Mediator es un medicamento de esta empresa acusado comercializado entre 1976 y 2009 sobre el que recae la acusación de haber causado cientos de muertos en Francia. (N. de la t.) [ 2 ] Véanse aquí los datos concernientes a Servier. [ 3 ] Ivabradine: précautions renforcées chez les coronariens en raison des risques cardiaques. Revue Prescrire, junio de 2015. [ 4 ] Véanse los datos aquí. [ 5 ] Véase aquí. Véase los datos de Roche aquí. [ 6 ] Copaxone, Azilect, Myocet, Tevagrastim, Eoporatio. [ 7 ] El médico tiene la responsabilidad de rellenar esos datos. Sin embargo, puede delegar en un coinvestigador de su hospital (otro médico, una enfermera, un adjunto de investigación clínica hospitalaria). Pero el propio laboratorio no debe hacer este trabajo. [ 8 ] Véase el documento de la ANSM. [ 9 ] La Agencia Europea del Medicamento evalúa actualmente el estudio observacional europeo sobre Nutropin, en el que participa el laboratorio Ipsen. [ 10 ] También se deben declarar estos estudios observacionales al Comité Consultivo sobre el Tratamiento de la Información en Materia de Investigación en el Dominio de la Salud (CCTIRS, por sus siglas en francés, como las siguientes siglas) y a la Comisión Nacional Informática y Libertad (CNIL, que se encarga de los datos personales). Pero no tienen que declarar a la Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento (ANSM), “puesto que no son intervencionales”, es decir, no implican experiencias, nos responde el servicio de prensa de la ANSM. [ 11 ] Como este estudio, por ejemplo. [ 12 ] Véase los datos aquí. [ 13 ] Fuente: Arzneiverordnungs-Report 2015 : Aktuelle Zahlen, Kosten, Trends und Kommentare, p 176.

235 [ 14 ] En 2014 el medicamento comercializado por el laboratorio Gilead, Sovaldi, costó 650 al seguro médico. Su precio, que varía fuertemente de un país a otro, fue objeto de fuertes controversias. Véase aquí y ahí. [ 15 ] Michèle Rivasi, Serge Rader, Marie-Odile Bertella-Geffroy, Le racket des laboratoires pharmaceutiques, et comment en sortir, Éditions Les petits matins, 2015. Fuente: http://www.bastamag.net/Comment-des-laboratoires-pharmaceutiques-remunerent-des-medecinspour-des

Entrevista a Eduardo Lucita de Economistas de Izquierda (EDI) "Estamos en una fase descendente o menguante de la globalización"

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219239 Mario Hernandez Rebelión

M.H.: Me llamó la atención una apuesta fuerte de parte de Atilio Borón que habla de un fin del ciclo neoliberal ¿Cómo ves esto vos? E.L.: No conozco el texto de Atilio, pero vengo siguiendo esta cuestión desde hace varios meses, escribí una nota de hecho que se llama “¿La globalización en sus límites?”. Creo que tal vez estamos en una fase descendente o menguante de la globalización. Creo que evidentemente Trump es un personaje mediático, sabe las reacciones que tiene su público, las controla y las estimula. Pero no es solo un outsider, lo es sólo en el sentido de que no es alguien surgido del sistema, pero esto es algo más profundo. Es la expresión del agotamiento de la globalización, que es lo que pasó con el Brexit, con el último ascenso del lepenismo en Francia, los distintos nacionalismos fuertes que están surgiendo en Europa, pero también ciertas respuestas por izquierda, Corbyn en Inglaterra, Sanders en EE. UU., Podemos en España. Inclusive acá, no hay que olvidarse que después de 2001 surgió una corriente amplia y difusa al principio de donde surgieron los movimientos sociales y que ahora va confluyendo hacia la política. Además el PRO es producto del 2001 también. El agotamiento de un régimen da salidas tanto por derecha como por izquierda que, lamentablemente, son mucho más potentes por derecha. La gran preocupación de Trump, más allá de su misoginia, racismo y xenofobia es el problema del comercio internacional. Sabe que con los tratados de libre comercio EE. UU. perdió 5 millones de puestos de trabajo, ha perdido el 30% de los puestos de trabajo industriales de la mano de la radicación de empresas hacia otros países como México, Honduras, Centroamérica y China y también a manos de la tecnología. El peso del capital financiero en el mundo es muy profundo, recorta la ganancia del capital industrial y genera los niveles de desocupación y pobreza que hay en todo el mundo. Eso se ve en EE. UU. En relación al ascenso de Trump, hay un consenso internacional que indica que tanto el Acuerdo Transpacífico como el Transatlántico están en dificultades para concretarse. Incluso han hablado de rediscutir el TLCAN (NAFTA) y eso va a ser tremendo para México, que sufrió mucho cuando lo pusieron en marcha pero ahora la única industria que funciona allí es la que está ligada a la exportación a EE. UU., el resto está paralizada. También se ha metido con los sin papeles, habla de repatriar 11 millones de personas, pero eso no va a ser tan sencillo porque son la mano de obra barata en EE. UU. Muchos de estos blancos del interior del país que perdieron el empleo y despotrican contra el neoliberalismo y los inmigrantes, al mismo tiempo no quieren hacer los trabajos de tercer nivel que hacen los migrantes. Lo que sí es muy posible que ponga grandes trabas a nuevos ingresos. M.H.: Estaba leyendo diarios de las últimas semanas y me encontré con una nota de Fukuyama realizada por La República de Italia donde se manifiesta totalmente en contra de Trump, dice que va a votar a Hilary, pero señala dos cuestiones que Trump planteó en su discurso a lo largo de la campaña y también en el que asume el triunfo electoral. Dice: “EEUU debería darse dos

236 prioridades, masivas inversiones públicas y una reforma fiscal para recuperar 2 billones de dólares que están en el exterior”. Luego el periodista Federico Rampisi le pregunta: “¿El nuevo presidente, dará una respuesta constructiva al desafío populista?” y él le contesta: “Soy pesimista, la democracia de EE. UU. devino en una vetocracia dominada por obstruccionismos, volverán los lobbys, quien toque la normativa fiscal choca con intereses potentes que conquistaron privilegios y exenciones”. E.L.: No caben dudas que va a chocar con intereses. Primero habría que ver si es capaz de llevar adelante las cosas que ha prometido, el propio Obama no pudo hacerlo. Por ejemplo, todo esto de ir en contra de los Tratados de Libre Comercio, que personalmente me parece muy bien, va a chocar con las multinacionales que son las impulsoras de estos tratados. Es cierto que EE. UU. tiene una crisis de inversión muy fuerte, que también es muy fuerte en todo el mundo. En EE. UU. hay una huelga de inversores, no se invierte en procesos productivos. Esa es una de las cuestiones que plantea Trump, incluso ha planteado traer las empresas que se fueron al exterior para crear empleo nuevamente. Por un lado ha planteado que la tasa de interés de EE. UU. es muy baja, que hay que subirla, de hecho hace tiempo que se espera que la Reserva Federal suba la tasa, porque así va a atraer capitales, pero si lo hace se fortalece mucho el dólar, entonces va a haber más importaciones y menos exportaciones. El problema hoy de EE. UU. es que importa casi todo, la contribución del producto industrial al producto global es bajísima, se ha quedado casi sin industria. Las propuestas electorales de Trump contienen una serie de contradicciones que no se sabe cómo se resolverán. También ha hablado contra el despilfarro militar, que la NATO y Corea del Sur paguen sus servicios, pero eso va contra el complejo militar de EE. UU. que es sumamente poderoso y es una fuente de ganancias muy fuerte. No me extrañaría que se haya formado hacia el interior una burocracia militar que dilapida dinero, pero ¿se va a meter con eso? Se tiene que meter también con el capital financiero según lo que dice, pero muy buena parte de quienes lo asesoran son parte de ese capital. O sea, que hay incertidumbre en lo que puede llegar a hacer. Lo sí parece que va a avanzar es levantando una serie de restricciones para proteger el clima. Trump es totalmente contrario a las ideas del calentamiento global y el cambio climático, dice que eso no es producto de las empresas, así que no sería de extrañar que tome primero una decisión que ellos llaman “órdenes ejecutivas”, que es el equivalente de nuestros decretos de necesidad y urgencia, y dé de baja la firma estadounidense en el último Tratado de París (COP 21) que por primera vez fue un compromiso de EE. UU. y China por bajar los gases de efecto invernadero. Otro problema es la serie de restricciones que impuso Obama a la explotación de combustibles fósiles y, sobre todo, del carbón. Trump ha hablado de reabrir las minas de carbón porque los pueblos más empobrecidos son todos los que alguna vez florecieron con la explotación carbonífera. Pero eso va a significar aumentar tremendamente los problemas climáticos a través de la emisión de gases. O sea, que muchas de las cosas que tiene en mente son muy peligrosas, no se sabe si será capaz de ponerlas en marcha. Falta un tiempito de aquí al 20 de enero, hay que ver cómo constituye su equipo. Como es un tipo salido de cualquier lado menos de la política, no tiene equipo propio. La otra cosa es que él ganó en contra de su propio partido, entonces, los resultados electorales hacen que los republicanos dominen las dos Cámaras, pero no se sabe si todos los republicanos se disciplinarán al Presidente, inclusive muchos se manifestaron abiertamente en contra. Bush padre e hijo, por ejemplo. Si las dos Cámaras le responden va a tener un enorme poder, porque uno de los grandes problemas que tuvo Obama es que no controlaba la Cámara de Representantes. Todo el plan de Macri apunta a que la economía se recupere entre abril y octubre del año que viene, para tener un impacto electoral M.H.: Te traigo al escenario nacional, ¿tenemos una reactivación a la vuelta de la esquina como afirma Prat Gay? E.L.: No sé si a la vuelta de la esquina, incluso puede profundizarse la recesión, pero siempre que llovió paró. La inflación ahora tuvo un repique pero no sería raro que el año que viene descienda un poco y que haya un rebote de la economía. Que no necesariamente va a ser un primer paso de un crecimiento de varios años. Un rebote es eso, hay que ver si tiene continuidad. El tema es de qué magnitud, porque la economía este año va a caer 2.5% y la posibilidad de un rebote sería de una magnitud similar lo cual es muy poca cosa. No sé cuánto puede que se refleje en el empleo y en la situación de la gente. Todo el plan de Macri apunta a que la economía se recupere entre abril y octubre del año que viene, para tener un impacto electoral. Incluso el año que viene va a continuar con el endeudamiento, porque a diferencia del kirchnerismo que emitía este gobierno dejó de emitir y se endeuda. Proseguirán en el 2017 pero el endeudamiento tiene sus límites. Seguramente en 2018 no va a poder seguir en este nivel. Depende también si la economía de Brasil se recupera un poquito, la industria automotriz va a poder exportar un poco más, que es el mascarón de proa de la industria argentina y eso repuntaría un poco. Tendría que recuperarse la obra pública. En la

237 Ciudad se están recuperando terrenos baldíos, hay carteles de construcción por varios lados, así que es posible que eso se recupere. Si el blanqueo de lo que estaba guardado en las casas llega a los 8.000 millones de dólares como se dice, es muy probable que eso vaya a los inmuebles y a los autos, y va a dar una pequeña recuperación. Pero hasta ahí nomás porque los salarios no se van a recuperar. El programa de Macri implica que lo que se perdió este año ya no se recupera y que el año que viene, en el mejor de los casos, esté empardado o a lo sumo 1 o 2 puntos por sobre la inflación. Poca cosa, llegaríamos a diciembre del 2017 más o menos con el mismo PBI que en 2015, pero con menos empleo y capacidad adquisitiva y mayor endeudamiento. M.H.:

El

triunfo

de

Trump,

¿cómo

influye

en

nuestra

economía?

E.L.: Lo de Trump es un reflejo de esta suerte de agotamiento de la globalización y en el mundo hay toda una tendencia a levantar ciertos niveles proteccionistas. Por el contrario, el programa de gobierno de Macri, más allá de la coyuntura, es la apertura de la economía, entonces entra desfasado, porque es una política para los ´90 y no para ahora. Esto lo agarra a mitad de camino, porque todavía tiene que terminar con el ajuste para poder relanzar su verdadero plan. La otra cuestión es que inversiones productivas no venían, y ahora con esto de Trump hasta que no se aclare la situación en EE. UU. ninguna inversión va a aparecer por ese lado. Más allá de que hay un ambiente en el mundo que no es pro inversor productivo. Lo que hay son capitales financieros que vienen porque las ganancias que están haciendo son muy grandes y además recurren al anclaje del dólar que está parado en 15 pesos. No lo dejan que se recupere, primero, porque hay una avalancha de dólares especulativos que entran, y además si se recupera infla los costos nuevamente y recrudecen los precios. Así que están en la misma encerrona de siempre, de los límites del capitalismo argentino. En el comercio exterior no nos afecta demasiado, porque a EE. UU. exportamos muy poco. Pero hay sectores que habían logrado que se recupere el cupo para la carne y que reabran la importación de limones, puede que con Trump si eso se vuelve a cerrar estos sectores sufran, pero no es una cuestión general, es muy puntual. En el mediano plazo se verá.

Esto puede acabar mal! Un serio conflicto entre Trump y la CIA es "casi inevitable" © AP Photo/ Carolyn Kaster https://mundo.sputniknews.com/prensa/201611161064868147-trump-ciaconflicto/

PRENSA 00:01 16.11.2016(actualizada a las 15:36 16.11.2016) URL corto Vzglyad 85067234 Las reformas en la CIA están condicionadas no por la necesidad de cambios, necesarios desde hace tiempo, sino por las problemáticas relaciones entre Trump y la CIA actual, opina Evgueni Krútikov, columnista del diario Vzglyad. El analista pronostica que la nueva Administración de EEUU no solo sustituirá al director de la CIA, sino que también se centrará en una profunda reforma de todo el sistema de inteligencia, lo que supondrá un cambio en el estilo de trabajo de la CIA. A pesar de todo, el autor duda de que estos cambios sean beneficiosos para el funcionamiento de la agencia. "Está claro que en un futuro próximo, el trabajo del departamento [de Inteligencia] estará desorientado y casi paralizado", señala Krútikov. © AFP 2016/ SAUL LOEB Las agencias de inteligencia de EEUU revelan sus temores ante la llegada de Trump En algunos medios estadounidenses aparecieron declaraciones anónimas de empleados de la CIA que expresan su preocupación sobre las perspectivas de su actividad durante la Presidencia de Donald Trump, asegura el experto. Según ellos, Trump no está acostumbrado a tratar con los secretos de Estado y puede utilizar la información proporcionada por la agencia de una manera "poco razonable". "No sabemos cómo es en realidad después de todos sus discursos", confesó una de las fuentes de The Washington Post. No obstante, el analista considera que las acusaciones contra Trump sobre su supuesta "falta de fiabilidad" son

238 "absurdas". En este contexto, el nuevo director de la CIA tendrá un papel clave. Rudolph Giuliani Según Krútikov, de momento, el exalcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, está considerado el principal candidato para ocupar este cargo. © AP PHOTO/ CHAO SOI CHEONG 9/11: Una mancha negra en la historia de Norteamérica El político ya tiene experiencia en el trabajo relacionado con investigaciones secretas, pero su participación en el Comité Especial para investigar los ataques del 11 de septiembre acabó en escándalo. En particular, el exalcalde acusó entonces a la CIA y al FBI de "secretismo". Los detalles del incidente se mantienen todavía en secreto, pero lo más probable es que la CIA no quiera compartir con él sus fuentes, opina el autor. Al mismo tiempo, Giuliani ha mostrado en varias ocasiones una tendencia a intervenir "donde no se le ha pedido" en política exterior, añade el analista. Así, el político logró expulsar del edificio de la ONU a Yasser Arafat, que había llegado a la reunión celebrada en Nueva York sin invitación formal, diciendo, literalmente: "Échenlo de aquí. No lo invité". Giuliani creía que Arafat había participado en la captura de un buque en el que murió un veterano estadounidense de la guerra de Vietnam. En los últimos años, Giuliani también ha llamado abiertamente al Gobierno de Obama a hacer la guerra contra Irán, lo que el experto califica como una acción "miope desde el punto de vista tanto estratégico como táctico". "Si el director de la CIA empieza a perseguir por todo el mundo a los 'asesinos de los estadounidenses'", como en el caso de Arafat e Irán, la agencia se convertirá rápidamente en una oficina para organizar sabotajes, es decir, volverá a los ardientes años 60 y 70". © REUTERS/ CARLO ALLEGRI Trump promete que "EEUU dejará de derrocar regímenes" La mitad de los empleados de la CIA ya son "fanáticos que llevan la luz de la democracia estadounidense a las tribus atrasadas", añade el experto. Pero si el presidente Donald Trump quiere sacudir todo el sistema de inteligencia de EEUU de arriba a abajo, Giuliani encaja perfectamente en esta intención, asegura el autor. Sin embargo, según el experto, "a corto plazo, las reformas de Giuliani paralizarán la CIA, que ya de por sí no está en su mejor momento". "Es probable que surjan graves problemas en el sistema de seguridad en forma de fugas de información por parte de los empleados despedidos. Tanto un profesional ofendido como un veterano no reconocido son las armas más terribles en la guerra de la inteligencia". La paradoja es que Trump ahora tendrá que imponer nuevas reglas a la CIA, de lo contrario, "tendrá un enemigo o un saboteador potencial en su patio trasero". "Formalmente, la CIA declaró su neutralidad durante la carrera electoral. Al mismo tiempo, la agencia tiene un instinto de autoconservación muy bien desarrollado, y ve en Trump una amenaza irracional a su bienestar, que será transmitida a través de cualquiera de sus elegidos [para el cargo de director]". Michael Flynn © REUTERS/ CARLOS BARRIA Exdirector de la DIA y asesor de Trump critica a demócratas por su política de seguridad En este sentido, el segundo candidato potencial para ocupar el puesto de director de la CIA —el teniente general Michael Flynn— "no es mejor", considera Krútikov. Casi toda su vida trabajó en el campo de la inteligencia, pero en la militar. Es importante evitar la confusión entre los términos, advierte el columnista. "La obtención de información estratégica de carácter político y económico, su procesamiento y análisis, es el trabajo de la inteligencia. Pero el desembarco nocturno en algún

239 lugar de un grupo de soldados con el objetivo de explorar un campamento de guerrillas comunistas o matar a alguien también se llama inteligencia", explica. Estos dos mundos a menudo se cruzan, pero no se llevan bien, según el autor. "No es que Flynn se ponga a despedir a todo el mundo (…), pero es probable que redirija la agencia hacia otras tareas. Flynn, como en los tiempos de la Guerra Fría, estará interesado en el componente militar de la inteligencia". Un conflicto programado © REUTERS/ ERIC THAYER Conoce al equipo de Trump para la Casa Blanca El experto opina que ambos candidatos amenazan con volver a la CIA al estado de la Guerra Fría, pero sin una idea clara de lo que está pasando en el mundo moderno. La reducción de la financiación por parte de la nueva Administración fomentará el declive de la agencia. Sin embargo, el columnista añade que el cambio de enfoques es bastante real y muy útil para la CIA. "Casi seguro, la CIA actualizada va a fortalecer el trabajo en América Latina. (…) Se reforzará el apoyo a Israel. (…) Se intensificará el trabajo en China y Japón". El trabajo diario de inteligencia no se derrumbará de la noche a la mañana, ya que la CIA es un organismo extremadamente burocrático y, a veces, este sistema de control da un resultado positivo, señala el autor. Al mismo tiempo, la CIA, en cualquier caso, tendrá que volver al trabajo 'de calle' de sus agentes, que fue casi destruido en la época del 'dominio del ciberespacio'. Lea también: Washington toma medidas sin precedentes para evitar hackeo de las elecciones Sin embargo, la Administración del presidente electo todavía no ha formulado ninguna propuesta para el sistema de seguridad nacional. "Pero lo que está claro ahora es que el servicio de inteligencia de EEUU todavía no ha conocido ninguna reorganización tan importante" como la que podría afrontar el breve, concluye Krútikov. Más: https://mundo.sputniknews.com/prensa/201611161064868147-trumpcia-conflicto/

Donald Trump, ¿el Gorbachov estadounidense? 16 de noviembre de 2016 MARCELO MONTES, PARA RBTH

https://es.rbth.com/blogs/mirada_global/2016/11/16/donald-trump-elgorbachov-estadounidense_648145

La elección del nuevo presidente de EE UU podría tener cambios impredecibles en el orden global y ser el principio del fin del dominio norteamericano a nivel mundial.

La teoría realista, una de las más influyentes en la disciplina de la Relaciones Internacionales, concibe el cambio sólo en términos de modificaciones (poco frecuentes) en la estructura internacional de poder. En este sentido, las variaciones de poder registradas a nivel interno o doméstico no tienen mayor sentido ni relevancia, es decir. Según esta teoría una Venezuela con Chávez al frente, una Rusia bajo el liderazgo de Putin o una EE UU con Obama en la Casa Blanca, no movieron ni mueven el amperímetro del poder mundial. Tampoco a ese orden lo afectó el 11S ni el ISIS. Como producto de todo ello, autores realistas clásicos como Morgenthau, Mearsheimer y Kissinger rechazan una concepción unipolar de EE UU y, por el contrario,

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desean acuerdos que creen un equilibrio de poder entre las potencias más importantes, como por ejemplo, entre las del Consejo de Seguridad. Los constructivistas, en cambio, creen en la influencia de los cambios internos sobre el orden internacional. Fue el ascenso de Gorbachov al frente de la URSS — y no el Papa Juan Pablo II, Reagan ni el fiasco soviético en Afganistán —, el que terminó siendo el acta de defunción del sistema bipolar construido tras la Segunda Guerra Mundial. Los realistas no habían percibido y, de hecho, subestimaron, tal evento doméstico. La realidad del poder mundial se alteró significativamente hace 30 años, aunque ya desde los años 50 no pocos intelectuales soviéticos, condenados al ostracismo, pronosticaban la decadencia del país. A pesar de las intenciones de Gorbachov de engrandecer a la URSS terminó por hacer que implosionara. El triunfo del magnate Donald Trump en Estados Unidos ha tomado a todos por sorpresa, como el propio ascenso de Gorbachov. Desde hace tiempo se habla de la decadencia norteamericana, quizás desde tiempos de Paul Kennedy y su brillante obra sobre el auge y caída de los imperios, en tramo final de la Guerra Fría. Immanuel Wallerstein señala que la forma en la que se materializó el 11S — atacando el núcleo del poder norteamericano con aviones secuestrados con cortaplumas- demuestra que el proceso de decadencia norteamericano comenzó hace tiempo. Hay muchos indicadores que lo demuestran: la obsesión de todo un pueblo por las armas, las extensión de la obesidad y las drogas entre los mas jóvenes, las enormes desigualdades de todo tipo, los fracasos militares en Medio Oriente o la mediocridad de los presidentes desde Ronald Reagan. Muchos están preocupados hoy por las supuestas “luces rojas” que se encienden con los discursos de Trump sobre el mundo. Profetizan guerras comerciales, muros por doquier, más xenofobia, más racismo, más proteccionismo y como en el período de entreguerras, esta suerte de Hitler americano, si no es detenido institucionalmente — incluyendo un potencial juicio político y hasta un magnicidio—, podría desencadenar conflictos bélicos más graves. Sin embargo, también podría haber otro desenlace; algo así como el de 1989, pero al revés y con efectos más benévolos. Esta vez afectarían a los propios EE UU. Las políticas de Trump podrían generar nuevas alianzas en el mundo: con Rusia e Israel, Turquía y Japón, y provocar un alejamiento con Europa, China, el Sudeste Asiático y México. Todo ello no es necesariamente negativo. Habría otras consecuencias: el fin de la OTAN, la posible pérdida de peso de la UE, etc. Pero a nivel interno y, esto es lo más grave, podría ser un cataclismo: estados como California y algún otro podrían querer separarse de la Unión; habría una amenaza pacífica pero persistente de México, tal como lo profetizó Huntington antes de morir; protestas sociales, que tornarían ingobernable el país; represión o militarización y severos cuestionamientos por parte del Partido Republicano a su nuevo líder, con un Partido Demócrata en una grave crisis. Todo ello puede ocurrir en los próximos meses o años.

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Por otro lado, la UE corre un serio riesgo. Si en diciembre Matteo Renzi pierde el referéndum constitucional en Italia provocaría una nueva crisis tipo Brexit. Además, el próximo año la extrema derecha podría hacerse con el poder en Francia y Alemania. Hacia 2018 los cinco países del Consejo de Seguridad estarían liderados por los ya conocidos Putin y Xi-Jinping, los recién llegados Trump y May, a los que podría sumarse Marine Le Pen. Un equilibrio de poder, como sueñan los realistas, pero con líderes totalmente desconcertantes aunque no belicistas. Entre 1989 y 1991 todo se precipitó y la URSS cayó como si fuera un "castillo de naipes", si bien pocos años antes era concebida como una superpotencia. Los EE UU de Trump, tan preocupado por revitalizar su país como Gorbachov la URSS, dan signos evidentes de desgaste e inviabilidad social e internacional. El 8/11 comenzó a escribirse la historia de su final, tantas veces anunciado aunque imprevisto. ¿Será esta la verdadera causa de la euforia del actual líder del Kremlin, que ahora visualiza como la historia tiene sus movimientos pendulares, que él tanto esperaba desde su oficina del KGBen Dresde hace 27 años? Marcelo Montes. Doctor en Relaciones Internacionales (UNR), Profesor de Polìtica Internacional en la UNVM (Còrdoba), integrante de la Càtedra Rusia del IRI (UNLP) y miembro del Grupo de Estudios Euroasiàticos del CARI. Publicado originalmente en Consultoría y Análisis de Riesgos.

¿Cuál es el salario de Putin? 16 de noviembre de 2016 TATIANA MELIKAYÁN, LENTA.RU https://es.rbth.com/política-y-sociedad/politica/2016/11/16/cual-es-el-salario-de-putin_648279

A diferencia de Estados Unidos, donde en los últimos 15 años no ha cambiado el salario del presidente, en Rusia los ingresos de los representantes del gobierno varían constantemente.

En 2013 el salario aproximado del presidente de Rusia, Vladímir Putin, ascendió a 306.000 rublos (alrededor de 9.500 dólares) mensuales. En doce meses percibió algo más de 3, 7 millones de rublos (115.000 dólares). Al año siguiente sus ganancias aumentaron radicalmente, superando los 640.000 rublos mensuales (16.000 dólares) al mes al mes. Sin embargo, en primavera del año pasado Putin se bajó el sueldo un 10% debido a las bruscas oscilaciones del rublo. Aun así, ese año ganó casi 9 millones de rublos (137.000 dólares). La reducción del sueldo se reflejará en la siguiente declaración correspondiente al 2016. El salario del mandatario ruso siempre ha sido uno de los más bajos de todos los representantes del Kremlin. Sin embargo, estos a menudo no muestran demasiado interés por la cantidad de dinero que perciben.

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“A decir verdad, no sé el sueldo que tengo. Me lo envían […] y lo transfiero a mi cuenta sin ni siquiera contarlo”, afirmó una vez Vladímir Putin. En 1997 fue Borís Yeltsin quien obligó a los funcionarios del Estado que rindieran cuentas sobre sus ingresos. El jefe de Estado fue el primero que hizo públicos sus ingresos en 1998. Yeltsin valoró sus bienes e ingresos en casi dos millones de rublos de la época (325.000 dólares), provenientes de su salario, los honorarios por el libro Diarios del presidente y los intereses de sus cuentas en Sberbank.

La humildad de los secretarios generales Actualmente los historiadores también tienen acceso a los datos de los salarios de los líderes soviéticos. “En diciembre de 1947, los ingresos de Stalin como presidente del Consejo de Ministros ascendía a 10.000 rublos. Sin embargo se desconoce si esa cantidad incluía su sueldo como secretario del Comité Central, que serían otros 8.000 rublos”, señala Oleg Jlevniuk, especializado en el análisis del período soviético. Además, se supone que el secretario general también percibía ingresos por las innumerables tiradas de sus escritos. Se sabe que Stalin envió a sus amigos de la infancia en Georgia la ingente cantidad de dinero de 40.000 rublos. Para establecer una comparación, la renta anual del ciudadano soviético correspondiente a ese período se puede situar en 7.200 rublos, es decir, unos 600 rublos mensuales. En 1950 los campesinos recibían menos de 100 rublos al mes por cabeza. Los siete secretos de Stalin

Al mismo tiempo, Jlevniuk recomienda no hacer mucho caso a los salarios oficiales de los líderes soviéticos. Fueran cuales fueran, en el mantenimiento de sus casas de campo, seguridad y servicio se empleaban varios millones de rublos. “Después de 1947 mi padre solía preguntarme durante nuestros encuentros ocasionales: '¿Necesitas dinero?', a lo que yo siempre contestaba: ¡No' —se puede leer en las memorias de la hija del líder, Svetlana Allilúeva—. 'Mientes —decía—. ¿Cuánto necesitas?”. “Yo no sabía qué decir. Él no estaba al tanto del valor que tenía el dinero, ni tampoco lo que costaban las cosas. Vivía con la idea prerrevolucionaria de que cien rublos era una cantidad colosal y cuando me daba dos o tres mil rublos —no se sabía si era para un mes, para medio año o para dos semanas—, consideraba que me estaba dando un millón…”

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“Todo su sueldo se iba acumulando por meses sobre la mesa. No sé si tendría cartilla de ahorro, probablemente no. Nunca gastaba dinero y tampoco tenía en qué. Sus dachas, la casa, el servicio, la comida y la ropa los pagaba el Estado”. El historiador Oleg Budnitski recuerda que los líderes rusos “se olvidaban” del dinero en efectivo. Cobrara lo que cobrara Lenin, le era extremadamente difícil adquirir alimentos con aquellos papeles que de la noche a la mañana se depreciaban. Una buena muestra de la relación que los líderes tenían con el dinero le ocurrió a Yeltsin hace unos años. Borís Nikoláievich fue a la inauguración de un restaurante, pidió algo de comer y fue a pagar. No llevaba dinero en la cartera y sus acompañantes tuvieron que sacarlo del apuro. Yeltsin no podía entender cuánto debía pagar y examinaba con sorpresa los billetes que tenía entre las manos. Así de desacostumbrado estaba al contacto con el dinero en metálico. Artículo abreviado. Publicado originalmente en Lenta.ru.

Trump pone firmes a Europa • •

Cumplir el objetivo de gasto militar de la OTAN costaría 96.000 millones http://www.lavanguardia.com/internacional/20161116/411897898442/trump-presupuesto-union-europea-otandefensa.html BEATRIZ NAVARRO | BRUSELAS, Bruselas. Corresponsal 16/11/2016 01:51 | Actualizado a 16/11/2016 08:51Lea la versión en catalán El Brexit y la elección de Donald Trump han ayudado a la Unión Europea a resolver el viejo dilema de si la defensa de Europa precisa una defensa europea, en lugar de fiarlo todo a la OTAN. Aunque los pasos que se plantean dar para hacerla una realidad son por ahora muy tímidos, la respuesta es afirmativa y llega en un momento de máxima presión para que los socios de la Alianza aumenten su gasto militar y aligeren la carga que soporta Estados Unidos. Los ministros de Exteriores y de Defensa europeos se citaron ayer en Bruselas para coordinar ambos procesos, que llegan después de la firma en julio de un acuerdo histórico de colaboración entre la UE y la OTAN. “Reforzar la defensa europea será importante para la UE y para nuestros vínculos transatlánticos”, celebró Jens Stoltenberg, secretario general de la organización militar, que también participó en la reunión. Stoltenberg, que ha advertido a Trump de los riesgos del unilateralismo, recordó a los aliados europeos su compromiso de elevar su gasto en defensa al 2% de su PIB y contribuir así al “reparto de responsabilidades”. Sólo cinco de los 28 países que forman parte de la Alianza superan ese objetivo: Estonia, Grecia, Polonia, Reino Unido y, por supuesto, Estados Unidos. La presión de Washington no es nueva y, pasado lo peor de la crisis económica, la tendencia ha mejorado ligeramente en los últimos años, en especial al Este de Europa. Francia roza el 1,8% pero aliados clave como Alemania, Italia o España están sólo a mitad de camino. Durante la campaña electoral, Trump amenazó con dejar de proteger a aquellos aliados que no cumplan el objetivo. Está por ver cómo se actúa una vez sea presidente, pero el mero aviso ha puesto firmes a los europeos. Si los 21 países de la UE que son también socios de la Alianza se deciden a cumplir el objetivo pactado hace dos años en Gales, las inversiones potenciales se elevarían a 96.000 millones de euros, de acuerdo con los cálculos publicados ayer por el think tank bruselense Bruegel. La urgencia por reforzar la defensa autónoma europea choca con las estrictas normas presupuestarias europeas y pone a algunos países, entre ellos España e Italia, en una posición difícil. “El objetivo de déficit es un objetivo clave y fundamental para España en el seno de la UE y también nos debemos a él”, afirmó la ministra de Defensa, Maria Dolores de Cospedal, en su primera visita a Bruselas. Cospedal celebró el aumento del presupuesto y responsabilidades de la Agencia de Defensa Europea y los próximos planes de la

244 Comisión Europea para potenciar el desarrollo de la innovación y la tecnología de la industria de defensa. “Puede ser en el futuro un fondo permanente”, apuntó. Londres ha respaldado el acuerdo europeo para avanzar en una Europa de la Defensa y no deja de pedir que se eviten duplicidades con la OTAN pero ha optado por no entorpecer el proceso. Los planes de la UE son de momento tímidos. No se habla de crear un ejército europeo (como en algún momento ha pedido Alemania) ni de crear un cuartel general europeo. Para superar las reticencias de Londres, los países neutrales y los bálticos, se prevé crear una estructura con capacidad de planificación y lanzar operaciones no ejecutivas (es decir, no de combate), como por ejemplo misiones de formación o asesoría en terceros países, y crear un fondo para compartir gastos. El tratado de Lisboa prevé desde el 2007 la creación de grupos de combate o batallones europeos, una posibilidad nunca explotada hasta ahora, o la puesta en marcha de cooperaciones estructuradas. “Puede parecer poco pero nunca se había avanzado tanto en la Europa de la Defensa y el cambio es sobre todo psicológico”, sostienen fuentes diplomáticas. Muchos de los capítulos de la historia de la integración europea han tenido un precedente en el Benelux, el grupo de países que forman Bélgica, Holanda y Luxemburgo. La unión aduanera, la libre circulación de personas o el acuerdo sobre un tipo de cambio fijo, fueron el preludio de saltos a escala europea en la misma dirección, por eso ahora Europa mira con interés la próxima firma de un acuerdo entre Bélgica y Holanda para comprar juntos cuatro fragatas y doce buques cazaminas. El pacto, valorado en 4.000 millones de euros, supondrá un salto cualitativo hacia la plena integración en la política de colaboración que ambos países mantienen desde hace décadas. Actualmente, una parte de las fragatas belgas son mantenidas por la Marina holandesa en su base de Den Helder, y los belgas hacen lo propio con cazaminas holandeses en Zeebrugge.

“Un cuerpo desnudo es un símbolo de rebelión”/ incluye vídeo(https://www.youtube.com/watch?v=DmUU7dIL3-U) http://elpais.com/elpais/2016/11/11/planeta_futuro/1478866428_860995.htm l#?id_externo_nwl=newsletter_planeta_futuro20161115

Sylvia Tamale cuenta cómo las mujeres en Uganda y todo África han usado sus cuerpos desvestidos como protesta contra la dominación colonial y masculina En la madrugada del 18 de abril, la doctora Stella Nyanzi, una profesora e investigadora del Instituto Makerere para la Investigación Social, protestó desnuda por el "tratamiento grosero", "abusivo" y "dictatorial" de uno de sus jefes: Mahmood Mamdani. "Cuando comenzamos a trabajar, acordamos que sólo utilizaría mi vagina, pero ahora este estúpido también quiere utilizar mi culo", argulló Nyanzi en Uganda. Sus declaraciones se propagaron rápidamente a través de las redes sociales y Whatsapp. Muchos ugandeses todavía guardan en sus teléfonos móviles estos vídeos. En muy poco tiempo la protesta de Nyanzi se convirtió en una de las noticias más populares del año. El ministro de Ética e Integridad de Uganda, el padre Simon Lokodo, ordenó su detención inmediata. "Durante generaciones los africanos hemos caminado prácticamente desnudos; después muchas mujeres se desnudaron y utilizaron sus cuerpos para rechazar las estructuras de poder. ¿Entonces por qué hoy

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consideramos este tipo de protestas indecentes?", dijo Sylvia Tamale, profesora de derecho en la Universidad Makerere. Lo hizo el pasado mes de octubre durante la presentación de su última investigación: Desnudez, protesta y la ley en Uganda. De acuerdo con Tamale, los cuerpos son "libros que podemos leer e interpretar de formas diferentes": las sociedades patriarcales identifican el cuerpo desnudo de las mujeres con subordinación, pasividad, sexualidad, sumisión y vulnerabilidad: un objeto profano e indecente, que jamás puede mostrarse en público; sin embargo, a través de las protestas, las mujeres pueden transformar sus cuerpos en símbolos de resistencia y subversión. En los años treinta y cincuenta algunas mujeres del oeste de África ―en Camerún y Nigeria― protestaron desnudas contra las leyes coloniales. En los años noventa mujeres se desnudaron para evitar la demolición de centenares de hogares en los slums de Soweto, en Sudáfrica, o para exigir la liberación de sus hijos ―presos políticos― en Nairobi, Kenia. En 2001, trescientas mujeres keniatas utilizaron el mismo método para evitar la ampliación de una reserva natural. Y este año estudiantes de la Universidad de Rhodes, en Sudáfrica, marcharon sin camisetas para denunciar las agresiones sexuales en su campus. Existen más ejemplos de este tipo de protestas en Uganda, Nigeria, Liberia y Costa de Marfil. "Un cuerpo desnudo es un símbolo de rebelión en una sociedad que considera como norma la ocultación del mismo", afirma Tamale. "Los guardianes de las sociedades patriarcales dicen que estas protestas son indecentes e inmorales. [...] Pero la sociedad debe interpretar los cuerpos desnudos de las mujeres como signos de desafío y no como objetos sexuales". Conferencia de la abogada Sylvia Tamale en Kampala (Uganda). / Kuchu Times

Hasta el siglo XVII, los pueblos subsaharianos apenas si cubrían sus genitales con plumas, pieles de animales y hierbas u otros tejidos vegetales. Los europeos impusieron sus normas sociales y modificaron drásticamente los patrones de vestimenta. Los grupos étnicos que mantuvieron sus atuendos tradicionales se consideraron "bárbaros" y "primitivos". Según Tamale, la moral británica de la época victoriana "continúa profundamente arraigada en el código penal de Uganda". "Los parlamentarios ugandeses discuten las leyes basándose en razones morales. Pero en este país existen más de 40 culturas diferentes. ¿De quién es la moral de la que hablan? Las personas de la tribu bahima, por ejemplo, pueden casarse con sus primos, y sin embargo entre los baganda se considera tabú".

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Tamale insiste en que "la interpretación del cuerpo es un producto de la cultura", y en que existe una doble moral para juzgar a los hombres y las mujeres. El código penal del Estado de Nueva York penaliza la exposición pública de los pezones de las mujeres, y no especifica nada sobre los hombres. En Uganda el adulterio es un delito solamente si éste es cometido por una mujer, y las leyes que persiguen la prostitución sólo castigan a las personas "que venden sus cuerpos, la mayoría, mujeres". "La moral en la que se basa la legislación ugandesa pretende reprimir la sexualidad, y sobre todo la sexualidad de las mujeres", argumenta la abogada. "Nuestro sistema penal usa estas normas morales no para proteger, sino para confinar los cuerpos de las mujeres. [...] Las lecturas que las culturas inscriben en nuestros cuerpos se utilizan como formas de control social". De acuerdo con algunas organizaciones para la defensa de los derechos humanos, el Gobierno de Uganda está creando leyes cada vez más "represivas" que "menoscaban algunos derechos constitucionales" y "promueven la discriminación homofóbica y de género".

La sociedad debe interpretar los cuerpos desnudos de las mujeres como signos de desafío y no como objetos sexuales En el año 2014 el parlamento de Uganda aprobó la Ley contra la pornografía. Desde entonces existe un comité para detectar y destruir "materiales pornográficos", y está prohibido "vestir indecentemente o de forma provocativa". La policía y los ciudadanos acosan y amenazan a muchas mujeres cuando consideran que sus vestidos son demasiado cortos. "Las leyes de Uganda intentan tocar todos los aspectos de nuestra vida cotidiana", prosigue Tamale. "Muy a menudo, las leyes que se justifican para defender los 'intereses públicos', protegen, en realidad, los intereses de los poderosos a costa de los oprimidos y explotados". El Gobierno de Yoweri Museveni ―el presidente de Uganda desde 1986― utiliza el código penal actual para encarcelar a opositores políticos, dispersar protestas pacíficas, y, en definitiva, limitar la libertad de expresión, reunión y otros derechos fundamentales. Tamale, por ello, pide la reforma de "las leyes sexistas y retrógradas de Uganda": "La ley es subjetiva y sesgada. Las leyes justas y razonables sólo pueden obtenerse mediante la lucha". También cree que las personas son libres de utilizar sus cuerpos como herramientas de expresión. "Como mínimo, las protestas con mujeres desnudas obligan a replantearnos nuestra asociación de la desnudez con la vergüenza y la degradación. En su máximo grado, estas protestas son declaraciones poderosas en contra de las estructuras de dominación y exclusión".

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¿QUIÉNES SON SYLVIA TAMALE Y STELLA NYANZI? Sylvia Tamale (1967) es profesora de derecho en la Universidad de Makerere. Se graduó en la Universidad de Makerere. Obtuvo un máster en derecho en la Universidad de Harvard, y un doctorado en sociología y estudios femeninos en la Universidad de Minnesota. Ha publicado varios libros sobre sexualidad y trabaja para defender los derechos de los grupos más marginados. En el año 2003 New Vision, un periódico oficial ugandés, dijo que Tamale era "responsable de la degeneración moral de la nación" y fue nombrada la "peor mujer del año". Stella Nyanzi (1974) es médica antropóloga. "Si vives en un país donde la democracia murió hace muchos años y el sistema legal no es igualitario, y has sido empujado contra la pared y sientes que estás siendo humillado, ¿qué puedes hacer? Tienes que encontrar alguna manera para mostrar tu situación. Yo me desnudé para conseguir ser escuchada", dijo.

Rafael Argullol: “En España lo que hay es una oligarquía disfrazada de democracia”

http://www.elclarin.cl/web/entrevistas/20597-rafael-argullol-en-espana-loque-hay-es-una-oligarquia-disfrazada-de-democracia.html ESCRITO POR ANTONIO LUCAS (EL MUNDO.ES) Rafael Argullol (Barcelona, 1949) mantiene una apuesta clara que empieza por sí mismo: no desfallecer ante las amenazas que acechan al pensamiento complejo. Para él nada surge del azar, sino que los sedimentos de la cultura y el pensamiento contornean las realidades sociales y los procesos históricos. Quizá por eso atravesamos un caladero de incertidumbre y de desafíos.

El salón soleado de Rafael Argullol en el centro de Barcelona desprende unas ráfagas de silencio acogedoras. Los libros están dispuestos con pulcritud aritmética. La secuencia de un alfabeto del artista Frederic Amat da eje a una de las esquinas de la casa. Ensayista, narrador, poeta, Argullol es un pensador agudo que prolonga su curiosidad por mil frentes: de los orígenes de la cultura europea a Gaudí. En algunos de sus libros, como Visión desde el fondo del mar, asume una escritura transversal de voluntad excesiva, monumental, riquísima, radical. Un ejercicio supremo de libertad literaria. Sus preocupaciones son igual de graves. Está seguro de que el principio de todos los demonios de España está en el rechazo a la Ilustración. Es decir, a la cultura. A la exigencia. Y de aquella falta estos demonios. Aquí lo dice. Pregunta.– ¿Qué más se puede añadir de interés a la situación de un país como este, ya sin argumentos muy fiables en su panorama político? Respuesta.– Lo prioritario es que seamos capaces de mirarnos al espejo en profundidad y reflexionar sobre por qué hemos llegado a esta desconfianza mutua entre políticos y ciudadanos. Y, sobre todo, entre los propios ciudadanos para emprender cualquier proyecto colectivo. Si no hacemos un ejercicio profundo de autocrítica e introspección veo bastante colapsada la salida a la situación de este país. P.– ¿Desde el ámbito del pensamiento, de la filosofía, qué atractivo puede tener este momento histórico? R.– Es un tiempo transitivo y frágil para España, pero no podemos verlo desligado del mundo o del resto de Europa. Algunos de los fenómenos que vivimos son puramente locales, pero otros están insertados en el paisaje universal. Creo que los filósofos y los ciudadanos deberíamos pensar más en términos universales. A partir de aquí, para alguien que quiere hacer frente a esto, la incógnita del futuro de Europa es muy importante, como el problema de los refugiados y las grandes migraciones. Así como el del deterioro de la calidad democrática. P.– Aquí sí hay un rasgo español... R.– Es que somos un país de poca hondura democrática. Y ahí entraríamos en el vínculo entre la idea de libertad y las ideas de democracia, humanismo, ilustración, razón y modernidad. Es indisociable la mala calidad democrática que sufre nuestro país de la falta de tradición ilustrada de España. P.– Ninguno de esos conceptos forma parte del discurso político. R.– Es muy preocupante. Ni la vieja ni la nueva política se ven en la necesidad de aludir a todo eso. Su pobreza es extraordinaria. No veo muchos debates políticos, pero recuerdo el que propició Jordi Évole hace varios meses entre Albert Rivera y Pablo Iglesias. Lo que más me llamó la atención es que siendo dos genuinos representantes de la nueva política, apenas esbozaron algún concepto político/cultural, ninguno cultural en sentido puro y, lo peor, tampoco se refirieron a los conceptos de los que ya hemos hablado. Como si los problemas de España no tuvieran

248 que ver con la falta de modernidad democrática, de ilustración y de tradición humanística. Esa ausencia en los debates me parece sustancial y alarmante. En un país como Francia, pese a todo, es imposible una vida parlamentaria en la que no se aluda a elementos que forman parte de la tradición político/democrática. Parece que en España eso no es imprescindible. Aquí, como mucho, se arrojan asuntos sobre la Memoria Histórica pero siempre de un modo epidérmico, lejos del humus y del buen background democrático. P.– Las reglas del juego político están cambiando, pero parece que el juego no acepta reglas nuevas. R.– También en eso hay una dimensión universal y otra local. La universal tiene que ver con que el tipo de estructuración democrática que hay en Europa se pensó a través de la separación de poderes en un momento de avance hacia una democracia de tipo liberal burgués. En estos momentos, el poder de un capitalismo que supera por mucho al capitalismo histórico varía las reglas de juego en todo el mundo sin que el mundo se haya dotado de posibilidades nuevas. No ha habido una readaptación de las leyes a través de las cuales se estructuró el poder democrático, no hay una readaptación de organismos internacionales como la ONU, etcétera. Y en el plano español no ha acabado de asentarse el tejido democrático cuando ha sido vulnerado de manera oligárquica. La democracia, si atendemos a las etimologías griegas, es una suerte de autogobierno de la ciudadanía, mientras que la oligarquía viene a definir un poder de pocos. P.– ¿Y es lo que se da en España? R.– Sí. Una oligarquía disfrazada de democracia. P.– Europa parece a la vez incapacitada para afrontar su propio destino. R.– Porque en Europa se ha pasado de un proceso ilusionante (el desarrollo de la Unión Europea y hasta el cambio de siglo) a un declive completo del proceso de ilusión. Eso ha dado lugar al dominio de una sensación de miedo. En Europa, en este momento, lo que hay es incertidumbre sin que la idea de Europa proponga alternativa. Parece un proyecto cansado antes de haberse realizado. P.– Pero principalmente parece una crisis de representación. R.– Es que no hay instrumentos adecuados para el mundo del siglo XXI. Y, a la vez, este momento histórico entorpece la regeneración de estos instrumentos a través de los mecanismos oligárquicos y mafiosos de poder tan extendidos. P.– Entretanto la cultura, la reflexión y el pensamiento cada vez estorban más. R.– Es tan así que en las últimas y múltiples elecciones que hemos tenido no verás a ninguno de los candidatos esforzarse en hacer la menor mención cultural. Eso quiere decir que los asesores de imagen les dicen que no hace falta hablar de cultura. Y eso traslada el problema al conjunto de la sociedad. Si la cultura tuviese socialmente prestigio apelarían a ella, no lo dudes. Me refiero a la cultura que tiene sus anclajes en la Grecia clásica, en el Renacimiento humanista y en el siglo XVIII europeo. P.– Por parte del intelectual, el que conforma opinión pública, también parece que hay una cierta dejación de funciones. R.– La figura del intelectual en Europa, específicamente, está muy vinculada a las utopías que empiezan en el Renacimiento y que se concretan en la Ilustración y el Romanticismo. En el momento en que a mediados del siglo XX se confirma un resultado catastrófico de estas utopías y el sueño se convierte en pesadilla, es como si la figura del intelectual diera un paso atrás. El intelectual, como ideólogo, es cosa del pasado. En cambio, el artista, el hombre de cultura debería ser alguien capaz de excitar el discurso crítico y autocrítico de una comunidad. P.– ¿Qué confianza le genera la política española? R.– Muy poca. Los pronunciamientos de los últimos meses aún provocan una confianza menor. Lo llamado nueva política ha dado síntomas lamentables y algún indicio renovador. A la vez, lo que sería la política nacida de lo que se ha llamado «régimen de la Transición» está dando un espectáculo lamentable: el partido del Gobierno, que no merece gobernar, está corroído por la corrupción; y el Partido Socialista anda corroído por sí mismo en un ejercicio patético de falta de responsabilidad. El conjunto de ambos hace que la confianza sea mínima. P.– Así que Podemos y Ciudadanos no parece solución de nada. R.– No los veo. Están en el oportunismo e inmediatismo que ya conocíamos. P.– En un artículo suyo afirmaba que en este momento de nuestro país somos más de dogma que de trabajo por la libertad individual. R.– Es que lo creo así. El problema más importante para el ser humano como hombre político es la capacidad de libertad interior. Quiero decir, la capacidad de un ciudadano para elegir a través de sus propias convicciones, valores y pronunciamientos. Estamos en una cultura del grito y del gregarismo, demasiado atentos a lo que dicen los demás o a lo que puede estar de moda. Y en este sentido, una utilización perversa de las redes sociales agudiza esa sensación de manada y acorrala la expectativa de libertad interior. No puede haber democracia (libertad de la comunidad, democracia) sin que exista una comunidad de hombres libres (sin libertad interior). P.– Hace un momento ha aludido al «régimen de la Transición». ¿Lo definiría? R.– Es una expresión algo rara, cierto. Hubo hombres nobles y entusiastas en aquellos años, claro que sí. Pero ciertas voces críticas respecto a ese periodo también tienen algo de razón.

249 P.– ¿En qué sentido? R.– Hubo un error fundamental: todo se construyó sobre la base de la mentira. No existió un proceso de catarsis en la sociedad española, no fuimos sinceros ni nos dijimos la verdad de lo que había sucedido en la Guerra Civil, en el franquismo y en el antifranquismo. La piedra angular fallaba: la falta de verdad. P.– ¿Seguimos sin ser un país con una modernidad clara? R.– Todo está conectado. En España no ha habido nunca un proceso de incorporación a una realidad ilustrada. España era una sociedad en la que siempre que hubo movimientos de reforma se impusieron movimientos de contrarreforma. Pienso en el humanismo renacentista, que se rompe con la expulsión de los judíos y de las minorías de la península ibérica. Pienso en la Ilustración de Jovellanos, Moratín y Goya, entre otros, que se rompe con Fernando VII. Pienso en el proceso de renovación que va de finales del XIX hasta la Guerra Civil, que se interrumpe con el franquismo. Y pienso en el proceso de modernización que se intentó tras la muerte de Franco y que llega hasta los años 80 y 90. España es una sociedad que nunca se incorporó a la modernidad ilustrada y de ahí buena parte de nuestra dificultad para hacer autocrítica. P.– Sin olvidar el freno de mano de los nacionalismos, centrales y periféricos. R.– Los elementos centrífugos a los que asistimos en nuestra sociedad también delatan el fracaso de la idea de Europa. El futuro de una sociedad como la española no era el hipernacionalismo español, sino Europa. Pero al no concretarse ese gran proyecto podemos decir que las piezas del puzle se han descompensado. Un reflejo que ha tenido sus temblores en todo el panorama político. De los ayuntamientos al Gobierno. P.– ¿Qué responsabilidad tenemos como sociedad en esta deriva? R.– El mayor problema no es de política, sino de ciudadanía. Padecemos una falta de altura y complejidad. El fracaso educativo no se puede adjudicar únicamente al sistema educativo, sino que buena parte de ese panorama espantoso es responsabilidad de la ciudadanía al completo. P.– ¿Y los medios de comunicación, qué papel están jugando en todo esto? R.– Están dentro de una gran crisis no sólo económica, sino de información y de proyecto. Han dejado de ser críticos y han caído muy mayoritariamente en el esquema oligárquico del que ya hemos hablado. P.– Eso genera un bucle viciado, los ciudadanos cuestionan los medios y los medios no encuentran el sitio. R.– Bueno, en esta situación juegan un papel fundamental las redes sociales. Éstas tienen su parte negativa como refugio de la calumnia, de la injuria y del gregarismo, pero también amplifican la libertad de expresión que no sólo es patrimonio de los medios de comunicación. P.– ¿No pesa más que esa libertad de expresión la perversión de reemplazar la idea por el eslogan? R.– Claro, también es así. La sustitución del discurso argumentado por un tuit. Eso se avista muy bien en la Universidad, donde se da la misma situación de falta de exigencia que tiene la sociedad. P.– ¿Qué espera de esta legislatura de Mariano Rajoy? R.– No espero prácticamente nada. Intentará aplicar una serie de políticas muy antisociales y no creo que tenga la estabilidad necesaria para poder llevarlas a cabo. Lo hizo con la mayoría absoluta, pero confío en que en esta ocasión le resulte mucho más difícil. Viviremos otra especie de esperpento. P.– En Europa crece la xenofobia, la imposibilidad de encontrar una salida al problema de los refugiados y aumenta también la involución ideológica. Ha irrumpido con fuerza una suerte de cerco de pureza de raza. ¿Hacia dónde vamos? R.– Cuando hay un proyecto ilusionante empujado por una fuerza creativa se tiende a la generosidad. Cuando lo que tenemos es desconcierto y miedo se tiende al espíritu de la fortaleza. Y eso es a lo que estamos asistiendo. Es difícil especular hacia dónde vamos. P.– ¿Y el triunfo de Trump en EEUU? R.– Lo evidentemente negativo es que la elección de Trump puede ser la penúltima etapa en el retorno de los brujos del irracionalismo, con consecuencias imprevisibles. Un horizonte sombrío. Lo positivo es que pone de relieve la crisis de una forma de hacer política y de pensar la política totalmente obsoletas. Una posibilidad para rebelarse contra lo que significa Trump, pero también contra lo que significa Clinton.

Entrevista a John Catalinotto/ Bienvenidos al show de Trump http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219273 Alex Anfruns Investig'Action

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Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos

La mayoría de los observadores han recibido con miedo y horror la llegada al poder del “verdadero Donald Trump”. Más allá de su provocador discurso en contra de las elites y de una campaña centrada en despertar un sentimiento nacional con la consigna “Make America Great Again”, ¿qué significarán sus políticas para el 99 %? Con el fin de desligar la verdad de la ficción en su programa hemos entrevistado a John Catalinotto, director del periódico Workers World y agudo observador de la política estadounidense. Donald Trump será el próximo presidente de Estados Unidos, ¿cómo le definiría? Los europeos podrían pensar que Donald Trump es una combinación de las peores características de Silvio Berlusconi y Marine Le Pen. Es una persona rica, egoísta y arrogante. Se va a responsabilizar de un ejecutivo que gestiona el mayor presupuesto estatal y la maquinaria militar más destructiva del mundo. Muchos otros políticos capitalistas, tanto republicanos como demócratas, incluida Hillary Clinton, también apoyan una política reaccionaria y a favor de la guerra, que es peligrosa para el mundo. La diferencia es que Donald Trump da abiertamente voz y una plataforma a la retórica antimusulmana, antiinmigrantes, racista y misógina, por lo que su victoria fomenta la movilización de los segmentos más intolerantes de la sociedad estadounidense. En comparación con las políticas del gobierno Obama, ¿qué podría cambiar para la clase trabajadora, las personas afroamericanas, latinas e inmigrantes? En Estados Unidos la clase trabajadora está constituida por muchas personas de origen indígena, afroamericano, latino, del este y oeste de Asia y de las islas del Pacífico, incluidos muchos inmigrantes. Los trabajadores son tanto hombres como mujeres, son LGBTQ, personas con trabajo y en paro. Una gran mayoría de los trabajadores son hombres de origen europeo. En mi opinión, Trump en la Casa Blanca y los republicanos controlando ambas cámaras del Congreso significará un ataque abierto a todos los trabajadores, a sus sindicatos, a sus beneficios sociales. Algo similar a lo que ocurrió en Argentina cuando Macri sustituyó a Cristina Kirchner. Algo similar a lo que ocurrió en los estados de Wisconsin y Carolina del Norte cuando los republicanos del “Tea Party” llegaron a ser gobernadores. No es que Clinton o siquiera Obama promovieran los derechos de los trabajadores, pero no emprendieron un ataque abierto a esos derechos. Obama deportó a entre uno y dos millones de trabajadores indocumentados. Trump afirma que será aún más activo en la expulsión de inmigrantes indocumentados y su elección ha provocado miedo entre la comunidad inmigrante. Trump ha defendido abiertamente las tácticas policiales agresivas, con lo que es de esperar que la elección de Trump haga aún más arrogantes y agresivos a los policías en las comunidades negras. Trump denigra a las personas musulmanes y los peores racistas atacan a los musulmanes. Pero esta elección tiene otra cara. Políticos sofisticados como Obama e incluso Clinton ocultan la completa decadencia del imperialismo estadounidense. La elección de Trump saca a la luz la podredumbre. Ya está reclutando su “equipo” de gobierno entre las cloacas de la política y los medios estadounidenses. No solo ha provocado un enorme temor sino también rabia. Decenas de miles de personas han salido a las calles, muchas de las cuales nunca se habían manifestado antes en su vida. Ahora saben que no pueden seguir siendo neutrales. Se han visto obligadas a tomar postura. Algunas de ellas se siente personalmente atacadas bajo la presidencia de Trump. Otras se sienten solidarias con grupos de personas que son el blanco directo de los ataques y se unirán a organizaciones que las defienden. Sea cual sea la motivación inicial, una vez que se ponen en marcha sus vidas pueden cambiar. Nuestra tarea como personas revolucionarias es dar una dirección a este cambio. ¿Cómo fue la cobertura de la campaña de Trump que hicieron los medios de comunicación dominantes? ¿Acaso Trump es el árbol que impide ver el bosque? Hay diferentes corrientes entre lo que yo llamaría los medios de comunicación corporativos. Existen los medios de la clase dirigente: Wall Street Journal, New York Times, Washington Post, Los Angeles Times, las noticias de la radio y la televisión, y CNN y MSNBC. Hay enorme corriente de medios de extrema derecha: Fox News, los periódicos y debates por radio de Murdoch.

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Al principio de la campaña de Trump tuvo gran cantidad de publicidad gratis en ambas corrientes de los medios corporativos, en parte debido a la posición de Trump como excéntrica celebridad millonaria. Su cobertura mediática reportó beneficios a los medios. Además, inyectó una buena dosis de ideología reaccionaria a la campaña. Creó una alternativa “populista” reaccionaria a la campaña de Bernie Sanders. Esta cobertura mediática catapultó a Trump hasta convertirlo en candidato republicano. En un momento dado los medios de la clase dominante trataron de deshacer su creación. The New York Times y Washington Post le atacaron en docenas de artículos cada día. Era demasiado tarde. Los medios de derecha apoyaron a Trump durante toda la campaña. Por lo que se refiere al futuro inmediato, lo que es seguro es que Trump es incapaz de “devolver puestos de trabajo a Estados Unidos” renegociando o rompiendo acuerdos comerciales. Los puestos de trabajo industriales han desaparecido menos a causa de la globalización que a causa del inexorable avance tecnológico de la industria capitalista. La crisis económica empeorará. El capitalismo está en un callejón sin salida. La izquierda tiene que encontrar un manera de defender a los sectores más oprimidos de la clase trabajadora; es más aún, es de estos sectores de donde saldrá el liderazgo y ellos unirán a toda la clase trabajadora primero en contra de las políticas reaccionarias de Trump y después en contra de todo el podrido sistema capitalista. ¿Qué podemos esperar de su política exterior? De hecho, la decadencia del imperialismo estadounidense empuja a su gobierno a emprender guerras aventuradas con independencia de quién sea el presidente. Obama hizo campaña a favor de acabar con las guerras, pero ha intervenido en al menos siete países con fuerzas militares y en muchos más por medio de la subversión. Hillary Clinton es una belicista pro-Pentágono. Trump es más imprevisible, un elemento peligroso aun cuando afirma estar dispuesto a negociar con Rusia. También afirma que quiere romper los acuerdos con Irán y Cuba, e imponer aranceles a China. Tenemos que estar preparados para oponernos a nuevas guerras. Entonces, ¿cree usted que simplemente seguirá en el mismo rumbo? Tanto Trump como Clinton, tanto la clase dirigente republicana como la demócrata e incluso el sector de Bernie Sanders sirven a los intereses del imperialismo estadounidense. El imperialismo no es una política de un grupo de políticos, sino que es un sistema económico que significa la dominación del capital financiero. La incapacidad actual de este sistema de generar beneficios por medios relativamente pacíficos significa que esté quien esté al mando del imperialismo estadounidense soporta enormes presiones que le encaminan a la guerra. Cualquier persona conocedora de lo que ha ocurrido en la última década sabe que Hillary Clinton apoyó todas las guerras: contra Afganistán, Iraq, Libia, Siria, la subversión contra Venezuela y otros gobiernos nacionalistas progresistas en América Latina. Si se observa atentamente se sabe que aunque Obama llegó al poder con la idea de poner fin a las intervenciones estadounidenses en Afganistán e Iraq, el Pentágono le presionó para que primero aumentara la cantidad de tropas destinadas en Afganistán y que ahora Estados Unidos ha empezado a enviar otra vez tropas a Iraq. En Siria un acuerdo temporal entre Estados Unidos y Rusia fue saboteado casi inmediatamente por un ataque militar que contaba con el apoyo de elementos del aparato de Estado estadounidense y sin duda del Pentágono. Trump nunca ha estado involucrado en las decisiones de la política exterior estadounidense, por lo que no hay antecedentes. Lo que dijo durante la campaña electora esta dirigido a lo que él creía que contribuiría a ser elegido. Puede que tenga poca o ninguna relación con lo que realmente haga una vez en el poder. En ocasiones lo que afirma al principio de una frase se contradice con lo que dice al final de la misma. Afirmó que Estados Unidos reconocería Jerusalén como capital de Israel, que rompería los acuerdos con Irán y Cuba. También afirmó que tendría una política más abierta de negociaciones con Rusia. Tengo mis dudas de que algún gobierno serio confíe en sus palabras de paz. Aquí, en nuestro pequeño movimiento procomunista, no tenemos confianza alguna en que vaya a llevar a cabo una política menos agresiva. Tenemos que construir aquí un movimiento que pueda luchar tanto contra el imperialismo estadounidense en el exterior como contra sus reaccionarias políticas en el interior. ¿Y cómo emergería este movimiento?

252 En el movimiento antiimperialista europeo existe cierta confusión acerca del papel de Trump. Se puede entender el Schadenfreude [regodeo malicioso] por la derrota de Clinton. Todos saben lo agresiva que es Clinton. Quizá han dado por perdida a la clase trabajadora estadounidense. Pero en Estados Unidos tenemos que desarrollar un movimiento en contra de las guerras estadounidenses. Únicamente podemos hacerlo si los sectores más oprimidos de la clase trabajadora no solo se unen a esta lucha sino que la lideran. Quienes en el extranjero se alegran de la victoria de Trump se distancian de los inmigrantes, de la población negra, de las mujeres activistas, de las personas LGBTQ, de los musulmanes, de todas aquellas personas que temen una presidencia de Trump o, mejor, están rabiosos con un presidente que “no es su presidente”. Lo único positivo que puede venir de estos vergonzosos 18 meses de campaña burguesa es que miles de personas se han manifestado día tras día contra el nuevo presidente desde que resultara elegido. Puede que algunos estén a favor Hillary Clinton por razones equivocadas, pero la mayoría de las personas que están en la calle está en contra de Trump y de todo lo que significa. No están en la calle porque dice que va a negociar con Rusia. Quienes aquí quieren luchar contra las guerras imperialistas tienen que estar en las calles con estas personas. Están asustadas, están enfadadas, están experimentando un cambio, están reconsiderando sus ideas. Tenemos que estar con ellas para tratar de ganarlas para que luchen no solo contra el racismo, el sexismo y la xenofobia de Trump, sino contra todas las guerras imperialistas. John Catalinotto ha militado activamente en contra de las políticas imperialistas desde la Crisis de los Misiles en octubre de 1962. Desde 1982 es director de Workers World, el último periódico procomunista que todavía se publica semanalmente en papel en Estados Unidos. Fue coorganizador del Tribunal de Crímenes de Guerra en Yugoslavia celebrado en Nueva York en junio de 2000 y del Tribunal de Crímenes de Guerra en Iraq celebrado en Nueva York en 2004, ambos junto con el International Action Center, una organización estadounidense fundada por el activista de los derechos humanos Ramsey Clark. Ha publicado y colaborado en dos libros, Metal of Dishonor about depleted uranium y Hidden Agenda: the U.S.-NATO Takeover of Yugoslavia. Está escribiendo el libro, Turn the Guns Around: Mutinies, Soldier Revolts and Revolutions. Alex Anfruns es conferenciante, periodista y redactor jefe del medio independiente Investig'Action de Bruselas. En 2007 fue ayudante de dirección del documental Palestina, la verdad asediada. Voces por la paz (disponible con subtítulos en catalán, castellano, inglés y árabe). Entre 2009 y 2014 hizo varios viajes a Egipto y a los territorios palestinos ocupados. Desde 2015 edita cada mes Journal de Notre Amérique. Fuente: http://www.investigaction.net/en/usa-welcome-to-the-trump-show/

Cómo una despiadada red de ideólogos superricos ricos aniquiló las opciones y destruyó la fe de la gente en la política La victoria de Donald Trump empezó a gestarse en el Reino Unido en 1975 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219250 George Monbiot El diario

La ex primera ministra británica Margaret Thatcher y el expresidente estadounidense Ronald Reagan, en una imagen de 1990. FIONA HANSON/ZUMA PRESS

La victoria de Donald Trump empezó a gestarse en el Reino Unido en 1975. En un encuentro que tuvo lugar pocos meses después de que Margaret Thatcher se convirtiera en la líder del Partido Conservador, uno de sus colegas, o eso es lo que cuenta la leyenda, intentaba explicar los valores que conforman la esencia del conservadurismo. Thatcher abrió su bolso, sacó un libro muy manoseado y lo tiró encima de la mesa. "Esto es en lo que creemos", dijo. Así empezó una revolución política que transformó el mundo. El libro en cuestión no era otro que Los fundamentos de la libertad, de Frederick Hayek. Su publicación en 1960 propició que una ideología que era honesta, aunque también extrema, se convirtiera en un absoluto fraude. A este nuevo pensamiento se le llamó neoliberalismo y consideraba que la competición es el elemento que define las relaciones humanas. El libre mercado propiciaba una jerarquía natural de ganadores

253 y de perdedores; los humanos no podrían haber diseñado o planificado un sistema más eficiente que este. Todo lo que frenara este proceso, como por ejemplo, impuestos demasiado elevados, regulaciones o la actividad de los sindicatos, era contraproducente. Los emprendedores debían gestionar sus negocios con total libertad para así crear una riqueza que nos beneficiaría a todos. Esta fue la idea inicial. Mientras Hayek escribía los últimos capítulos de Los fundamentos de la libertad, los multimillonarios daban generosas cantidades de dinero a la red de lobistas y de pensadores que él había creado, ya que se percataron de que esta doctrina les permitía defenderse de la democracia. Parece ser que no todos los elementos del programa neoliberal beneficiaban sus intereses. Allí estaba Hayek para solucionarlo. El libro arranca con la descripción más limitada de la noción de libertad: la ausencia de coerción. Rechaza nociones como la libertad política, los derechos universales, la igualdad de todos los seres humanos y la distribución de riqueza por considerar que restringen las acciones de los ricos y poderosos y vulneran la ausencia de coerción que él propugna. La democracia, en cambio, no es un valor absoluto o final. De hecho, para que esta libertad sea posible, es necesario evitar que la mayoría decida por su cuenta el rumbo político o social. Los ricos como valor social y cultural Este razonamiento se justifica con la heroica promesa de extrema riqueza. Consiguió unir la élite económica, que gasta dinero en nuevos proyectos, con filosóficos y científicos pioneros. De la misma forma que un filósofo político es libre de pensar lo impensable, las personas extremadamente ricas son libres de hacer lo que quieran, al margen de la opinión pública o de los intereses de los ciudadanos. Los inmensamente ricos son como exploradores que se atreven con nuevos estilos de vida y que abren nuevos caminos para que el resto de la sociedad les siga. Para que la sociedad progrese, estos seres independientes tienen que poder ganar todo el dinero que deseen y hacerlo como consideren oportuno. Todo lo que es beneficioso y útil tiene su origen en la desigualdad. No debe existir una conexión entre el mérito y la recompensa, ni una distinción entre los ingresos ganados con el esfuerzo y los ganados por otras vías, ni límites a los alquileres que puedas cobrar. La riqueza heredada tiene más utilidad social que la ganada: los ricos ociosos no tienen que trabajar y pueden dedicar su tiempo y energía en influir sobre el pensamiento, las opiniones, los gustos y las creencias. Así que incluso cuando parece que gastan con el mero propósito de presumir ante los demás, lo cierto es que lo están haciendo para marcar tendencia. Hayek suavizó sus críticas contra los monopolios y endureció su discurso contra los sindicatos. Arremetió contra la fiscalidad progresiva y contra los intentos de los países por mejorar el bienestar de sus ciudadanos. Insistió en el hecho de que hay muchos motivos de peso para negar una salud pública universal y restó importancia a los esfuerzos por conservar los recursos naturales. A nadie medianamente informado debería sorprenderle el hecho de que Hayek fuera distinguido con el premio Nobel de Economía. Los patrocinadores de la ideología Cuando Thatcher dejó caer su libro encima de la mesa ya había proliferado en un lado y otro del Atlántico una extensa red integrada por grupos de opinión, lobistas y académicos que promovían las ideas de Hayek y que estaban financiados por los hombres de negocios y las empresas más importantes del mundo, entre los que se incluían DuPont, General Electric, la cervecera The Coors, Charles Koch, Richard Mellon Scaife, Lawrence Fertig, el fondo William Volker y la Earhart Foundation. Los pensadores que patrocinaron el neoliberalismo supieron utilizar de forma brillante la lingüística y la psicología. Supieron encontrar las expresiones y los argumentos necesarios para que este canto de Hayek a la élite se convirtiera en un programa político con posibilidades entre la población. Thatcher y Reagan no son los arquitectos de nuevas ideologías, simplemente son dos rostros visibles del neoliberalismo. Sus recortes fiscales masivos a los más ricos, su agresividad con los sindicatos, sus recortes de programas de acceso a viviendas sociales, la desregularización, la privatización, la subcontratación y los concursos para la gestión de servicios públicos son propuestas de Hayek y sus discípulos. Sin embargo, el

254 gran logro obtenido por su red no fue conseguir el aplauso de la derecha sino convencer a sectores que representaban todo aquello que Hayek detestaba. Bill Clinton y Tony Blair tampoco supieron elaborar un discurso propio. En vez de crear un nuevo discurso político, creyeron que bastaba con crear un discurso "triangular". En otras palabras, se quedaron con algunos de los argumentos que sus partidos habían defendido en el pasado, los mezclaron con algunos que defendían sus rivales y crearon así una "tercera vía". Inevitablemente, la abrasadora confianza del neoliberalismo tuvo un poder de atracción mayor que el de la estrella agonizante de la socialdemocracia. El triunfo de Hayek es evidente en muchas de las medidas que se impulsaron: desde la decisión de Blair de dar más alas a la financiación privada a la derogación por parte de Bill Clinton de la Ley Glass-Steagal, que establecía una separación entre la banca de inversión y los bancos comerciales. Y a pesar de su carisma y tacto, Barack Obama, que tampoco tenía un discurso original (exceptuando su esperanza) también fue convenientemente guiado por algunas voces muy convincentes. El peligro de la desafección Ya lo advertí en abril: la primera consecuencia de estas políticas es la sensación de impotencia del ciudadano y la segunda, la desafección. Si la ideología dominante no permite que el gobierno mejore la sociedad, ya no puede dar una respuesta a las necesidades de su electorado. La política pierde la relevancia que tenía en las vidas de los votantes y se convierte en algo que solo afecta a una élite remota. Esta desafección con la clase política puede derivar en rechazo. Los hechos y los argumentos son eclipsados por eslóganes, símbolos y sentimientos. El hombre que ha impedido que Hillary Clinton llegue a la Casa Blanca no es Donald Trump sino el marido de la candidata, Bill Clinton. Lo más paradójico es que quien ha sabido aprovechar este rechazo contra el neoliberalismo es el tipo de hombre que Hayek admiraba. Trump, cuyas propuestas no se enmarcan en una única ideología política, no es un neoliberal clásico. Sí encarna al "hombre independiente" de Hayek: heredero de una fortuna, libre de ataduras morales, cuyos gustos podrían convertirse en tendencias a seguir. Los pensadores neoliberales están al acecho para cazar a este hombre de pensamiento hueco. Trump es como un gran recipiente vacío que podría ser rellenado con las ideas de aquellos que saben lo que quieren. Lo más probable es que termine por destruir las últimas iniciativas que muestran nuestra decencia como seres humanos, como por ejemplo el acuerdo para frenar el calentamiento global. Los que son capaces de crear una narrativa común controlan el mundo. Los políticos no han sido capaces de elaborar un discurso que esté a la altura. Ahora, el nuevo reto es ser capaz de explicar qué significa ser humano en el siglo XXI. Tiene que ser un discurso capaz de atraer a los votantes de Trump, a los de UKIP y a los seguidores de Clinton, Bernie Sanders o Jeremy Corbyn. Algunos de nosotros creemos saber cómo debería empezar este discurso. Todavía es demasiado pronto para avanzar acontecimientos pero, como han constatado la psicología moderna y la neurociencia, la esencia de este discurso tiene que girar en torno al hecho de que los humanos, a diferencia de otros animales, son seres sociales y altruistas. El neoliberalismo promueve el individualismo y un comportamiento que solo vela por los propios intereses, y es contrario a la naturaleza de los seres humanos. Hayek intentó explicarnos como somos. Se equivocó. Y el primer paso para deshacer este entuerto es reivindicar nuestra humanidad. Traducción de Emma Reverter Fuente: http://www.eldiario.es/theguardian/Donald-Trump-gestarse-Reino-Unido_0_580592413.HTML

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Entrevista a Manolo Bayona y Jesús Arteaga (“Jipy”), activistas y miembros de la iniciativa Amnistía Social “La base de la transformación social está en la calle, no en las instituciones” http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219290 Enric Llopis Rebelión

La propuesta Amnistía Social reivindica, entre otros puntos, la supresión de todas las causas penales abiertas en los juzgados, que se deriven de protestas contra las políticas de recorte de los derechos laborales y sociales. También la derogación de la ley del menor, la de Extranjería y el cierre de los CIE; y la “erradicación de las prácticas policiales abusivas”, se trate de listas negras, montajes o torturas. Manolo Bayona, de 62 años, y Jesús Arteaga (“Jipy”), de 60, son activistas y miembros de la iniciativa Amnistía Social. No son pocas las organizaciones que plantean la necesidad de las “dos patas” en la lucha emancipadora: una en la calle y la segunda en las instituciones. Ellos anteponen la calle. Manolo Bayona participa en Baladre Internacional, coordinación de luchas contra la desigualdad, el empobrecimiento y la exclusión en cualquiera de sus formas. “Jipy” dedica una parte de su tiempo al Projecte AU, iniciativa de economía solidaria y de autogestión de la Asamblea de Paradas y Precarias de CGT-Valencia. También es músico, en los grupos Skaparápid y Kanas Free (ulldtro). -La iniciativa Amnistía Social -entendida como una respuesta colectiva y desde abajo a la represión- celebrará el próximo encuentro estatal el 10 y 11 de febrero de 2017 en Salamanca, un año y medio después de la primera asamblea en Madrid... -Manolo Bayona: Ante una sociedad con leyes injustas, lo que implica tener que desobedecerlas, te responden con la criminalización. La Amnistía Social implica saldar cuentas, es decir, ni debía ni debo nada. En todo caso, me lo deberían a mí. Pero hay que superar este marco legal. Para vivir y ganarnos la vida durante estos últimos 70 años hemos tenido que hacer cosas muy básicas, como la apropiación de bienes comunales u ocupar viviendas. Es el marco legal de protofascismo, el fascismo, el capitalismo y el patriarcado el que ha regido todo esto. -Jesús Arteaga (“Jipy”): La Amnistía Social es muy importante por una cuestión de justicia. La justicia social requeriría saber por qué las personas están en una determinada situación que les aboca a cometer un delito. Además, amnistía implica olvido: lo que sirvió un día para castigarte, hoy desaparece. Ésta es la base teórica de cualquier tipo de amnistía, que se diferencia del indulto y el perdón en que aquélla implica un esfuerzo por reconocer que el marco legal vigente -cuando cometiste un delito- era injusto. Porque las leyes son siempre un producto de la correlación de fuerzas. En muchas ocasiones te sancionan, cumples una pena y sales, pero después queda un fichero con antecedentes. -¿Cómo empieza un recorrido de tantos años como activistas sociales? -MB: Empecé a los 16 años en el barrio de “La Sagrada”, en A Coruña, un barrio obrero y con numerosa población excluida. Allí participé en el movimiento juvenil y vecinal. A lo largo de los años he trabajado, fundamentalmente, en lo comunitario, en el ámbito de los parados y los excluidos. Entre 1982 y 1998 en la asamblea de parados de Gasteiz, que es uno de los grupos que da origen a Baladre. También en el movimiento vecinal Abetxuco de Gasteiz, sobre todo desde 1986. Mi diplomatura dice que soy trabajador social, pero lo que me interesa es la desprofesionalización y la desmercantilización del trabajo social. Durante los últimos años trabajo principalmente en Baladre, Coordinación de luchas contra el paro, el empobrecimiento y la exclusión social. Una de nuestras propuestas medulares es la Renta Básica de las Iguales (RBI). -JA: Procedo del movimiento autónomo, obrero y consejista de finales de los años 70. Formé parte de “Topos Obreros”. Cuando llegó la Transición y los procesos de desindustrialización, en los años 80, mucha de esta gente cae en el desempleo y la precariedad. En este punto surge una segunda fase, con la presencia del ecologismo, el comunitarismo, los medios de comunicación libres, las okupaciones y el trabajo cooperativo y autogestionado (participé por ejemplo en la formación de “El Rastrell”). Se generó entonces todo un

256 movimiento no estructurado de contestación al sistema. A partir de ahí me vinculo al movimiento alternativo y libertario. Tomo parte en el impulso inicial de la Feria Alternativa de Valencia, donde participo en la organización durante los primeros 17 años. Y en ese contexto, me da por la música. Participé activamente en la Okupación del Kasal Popular, a finales de los años 80 y durante los 90. Allí nació Skaparápid, grupo del que fui cantante. -¿Cómo han evolucionado el activismo y los movimientos sociales durante las últimas décadas? -MB: En primer lugar, hay más mercado. Las estructuras de las organizaciones han apuntado progresivamente hacia la mercantilización y el desarrollo de servicios; y también hacia planteamientos muy elitistas. Desde los años 90 el activismo viene principalmente de las universidades. Se trata de sectores, por tanto, que incorporan sus análisis y valores a la acción sociopolítica. De ese modo va cerrándose el ámbito a los barrios, comunidades y parroquias de base, que cada vez aportan menos gente. Actualmente te encuentras con que hay personas más armadas intelectualmente, pero muy distanciadas del dolor, las carencias y el malestar, lo que les lleva al vanguardismo moderno. Su libro básico sería “Manual de guerrilla de la comunicación”. -JA: Me parece que se ha producido un “salto” importante, cuantitativo y cualitativo, a partir del 15-M. Lo observo como un fenómeno espontáneo, que da un vuelco a la comodidad establecida dentro de la acción política y social. Actualmente hay más grupos activos, nuevas reflexiones y aportaciones, por lo que no comparto que todo tiempo pasado fuera mejor. Ciertamente la época que viví de Okupa resultó muy emocionante, pero hoy existen en Valencia una infinidad de casas okupas: en l’Horta, en el barrio de El Cabanyal, en el Parque Alcosa… Estas personas lo viven hoy con la misma pasión que yo en el Kasal Popular y además originan un mayor movimiento social que cualquier formación política clásica. Por ejemplo en la música, hay expresiones que le pegan veinte patadas… En nuestra época había grupos como Skaparápid, Maniática o Nocivo, mientras hoy existen a centenares. Si entonces era un éxito reunir a 5.000 personas, actualmente los grupos te juntan a 50.000. Lo que creo que falta hoy, al igual que entonces, es dar el salto de lo local a algo más global y compartido. Estamos mucha gente en muchos frentes, sin embargo faltan espacios de confluencia. Pero, ojo, hablo dentro de los antagonistas… -¿Qué fenómenos represivos son los más invisibilizados y ocultos para el ciudadano medio que se informa a través de la televisión? ¿Dónde se localizan estos silencios atronadores? Se producen unas confusiones enormes en las llamadas sociedades de la comunicación, que ciertamente han tenido un gran éxito en la tarea de ocultación; porque la gente llega a dudar incluso de lo que vive. Y esto es algo nuevo. Antes, en el territorio se compartían las experiencias y la comunicación era casi directa, por ejemplo se decía: “Hoy me ha machacado el jefe en la fábrica”. Actualmente tenemos unos aparatitos virtuales y rectangulares que cambian la percepción de la vida. Puede parecer Orwell y la novela “1984”… Pero creo que el 15-M desvela el entramado y deja en pelotas la legitimidad del sistema; es un momento histórico en que ese dejarse llevar por la cotidianidad se rompe, gracias también a movimientos como la PAH y otros. Realmente estamos en un mundo donde el trabajo de los medios de comunicación, sobre todo respecto a la imagen y en materia de sublimación, es enorme. Es el minuto de oro de la Coca-Cola, como ha demostrado la psicología aplicada. Me como los contenidos, aunque no los reflexione. JA: A la represión que aplican sistemáticamente y con mayor intensidad, se añaden otras modalidades más sutiles y sofisticadas. Hay una represión que se transmite por los medios de comunicación, que yo llamo de contaminación ideológica, y que es igual que las toxinas que emite una fábrica. Por ejemplo, el amor vinculado al romanticismo ponzoñoso, o la “adultocracia”, que consiste en la imposición por parte de los mayores a los menores de su visión del mundo y de la vida; desconsiderarlos porque se equivocan o cometen errores y llegar a verlos como una “oveja negra”, cuando lo cierto es que el adolescente no adolece de nada. Todas estas ideas se cocinan también a través del arte y la literatura. Sabemos mucho de las músicas occidentales, pero nada de las africanas. ¿Qué grupos de música portugueses conocemos? Ninguno. Y sólo porque hay una línea llamada frontera, que es física y mental. -Por otro lado, ¿se puede esperar algo de la política en el marco de las instituciones? ¿Sois partidarios de entrar en el “juego” parlamentario? MB: Hay una expresión que repito mucho cuando me llaman a compartir experiencias o prácticas de formación en Podemos, Bildu, la CUP o las mareas. Les digo que es duro ocupar la casa del amo, ya que éste tiene estructuras y normas. Que lo hagan, de acuerdo, para frenar en lo posible las políticas del amo, pero no podrán hacer nada más, ya que los cambios reales están afuera; la base de la transformación está en las comunidades y la cotidianidad. Y esto hay que decírselo a los compañeros con cariño, para que no te venga luego el secretario judicial o el tribunal de turno de la institución y te diga que tal cosa no puede hacerse. Lo

257 que más les pido a los compañeros –y lo digo, aunque éste no sea mi recorrido- es que conciencien a la gente de que dentro no hay cambio posible… aunque después no les voten. Allí dentro no podrán hacer lo que quieran. Eso se lo tienen que explicar a sus votantes. Insisto, lo institucional ha de servir para generar más oxígeno al afuera, no al adentro. -JA: Situaría la acción política (con mayúsculas) fuera de las instituciones. No me gusta la división artificial que considera que la política se hace dentro, yo creo en la otra, la que pone el centro en las personas y en los problemas. Ahora bien, no soy abstencionista congénito. Me parece además que el ámbito en el que mejor se puede actuar es el muncipalista, principalmente en el municipalismo libertario. Últimamente creo que los movimientos sociales han sido más determinantes que las formaciones políticas clásicas. Me refiero a movimientos como la PAH, las Marchas de la Dignidad o la Primavera Valenciana, que han tenido mayor influencia que el surgimiento de Podemos. -¿Consideráis que en la izquierda tiene un peso excesivo el “intelectualismo” y la argumentación académica, que hay militantes a quienes se les valora por el currículo de publicaciones y doctorados? -MB : No sólo tienen un peso excesivo. Hemos confundido el conocimiento con el conocimiento académico. Es como si unas minorías quisieran darnos a entender que la construcción de experiencias y de la vida sólo viene de los profesores y de la academia. Sin embargo, éste es un conocimiento muy sesgado y mercantilizado; además, lo que estamos comentando remite a un pequeño drama que sufrimos los pequeños colectivos sociales: vemos que no tenemos voz en distintos ámbitos de comunicación que deberían ser los nuestros. Así pues, creo que hace falta una visión holística de lo que están generando nuestras vivencias; no sólo el enunciado de abstracción y análisis, sino mostrarnos la vida y el pensamiento con toda su tensión. De eso andamos totalmente escasos. -JA: Creo que el pensamiento que adolece de práctica se queda en eso, en pensamiento. En cuanto a la faceta de los intelectuales dentro del mundo del conocimiento, si éste no se traslada al común de los mortales, queda en muy poco. En los ámbitos en los que me muevo –la Asamblea de Paradas de la CGT o Baladre- las aportaciones en el terreno del pensamiento no se miden por el nivel académico, sino por la posibilidad de la praxis. En mi opinión, dentro de la izquierda no hay gente que tenga más razón por tener más conocimiento. Lo que tienen que hacer es ponerlo en común, esto es lo importante. Nosotros estamos ahora con gente que trabaja el campo, y esto implica también un conocimiento… Y también de tipo intelectual, como saber cuándo se ha de plantar… -Por último, participáis en colectivos que priorizan la renta básica. ¿Por qué tanta polémica en cuanto a las diferentes modalidades de renta básica, o si debe anteponerse el trabajo garantizado? MB- Cuando tú constituyes un planteamiento como vanguardia y verdad, tenemos un problema. Todo esto viene de un proceso muy largo. “Gente de Baladre” empezó a trabajar la propuesta en 1984, y durante 20 años el ninguneo fue permanente. Gracias a sectores de la economía crítica –y me refiero a personas como José Iglesias Fernández o Josep Manel Busqueta-, le conseguimos dar a la propuesta una potencia mayor. Pero en las primeras Jornadas sobre la Renta Básica, celebradas en 1998 en Barcelona, algunos sectores de la academia iniciaron el camino de colocar la iniciativa en los carriles del sistema; de modo que potenciaron el que sólo hubiera una lectura de la renta básica, la de la ciudadanía universal. Pero nosotros continuamos con el desarrollo de nuestra idea. Actualmente hay tres modelos. El de las Rentas Mínimas de Inserción, orientadas a sectores en exclusión, que se abonan con algún tipo de contraprestación; en segundo lugar, la Renta Básica Universal como mecanismo de redistribución de la renta, sin contrapartidas ni contraprestaciones; y por último, la Renta Básica de las Iguales (RBI), línea por la que apostamos en Baladre. Ponemos el acento en que la RBI nos ayude, durante el proceso, a generar comunidad; y también a disponer de bienes y servicios, no sólo de dinero. -JA: En el País Valenciano y en el estado español nos hallamos en un proceso que trata de romper con el desconocimiento y el bloqueo sobre qué significa la renta básica; y además, que dé origen a un movimiento autoorganizado. Las asambleas de paradas y precarias de la CGT somos partidarias de la Renta Básica de las Iguales, pero consideramos que no hay posibilidad de acceder a nuestras propuestas sin una actitud más activa de la gente, respecto a cómo cubrir sus necesidades. No se trata de una idea para la discusión en ateneos, sino para la lucha social y la movilización.

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Merkel ofrece a Trump colaboración y un aumento en el gasto militar http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/17/actualidad/14793916 09_009628.html

“Alemania ha entendido el mensaje y ha empezado a reaccionar”, asegura la canciller LUIS DONCEL

Berlín deseaba otro presidente de EE UU. Pero, pasada una semana de la victoria de Donald Trump, es hora de pensar en el futuro de las relaciones transatlánticas. La canciller Angela Merkel utilizó su despedida de Barack Obama para tender una mano a su sucesor. La líder alemana ofreció el jueves a Trump colaboración “con total apertura y convencimiento”. Y, para empezar, habló de la necesidad de gastar más en defensa, una petición tradicional de Washington. “Alemania ha entendido el mensaje y ha empezado a reaccionar”, dijo. En privado, los responsables del Gobierno alemán admiten que no saben a qué atenerse a partir del 20 de enero, cuando Trump asuma el cargo con más poder del mundo. Pero algunos aspectos sí están claros. La presión para que Alemania y el resto de Europa asuman una mayor responsabilidad en su defensa, es decir, que suban el presupuesto militar, aumentará. Pero esta presión ya existía antes de Trump. MÁS INFORMACIÓN

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Merkel recibe a Obama convertida en baluarte de los valores liberales Trump lucha para encarrilar una transición que camina a la deriva Obama exhorta a corregir el rumbo de la globalización

“Europa ha sido en ocasiones autocomplaciente con su propia defensa”, criticó Obama en abril, durante su anterior visita a Alemania. Y es seguro que una presidenta Hillary Clinton habría empujado en la misma dirección. Pero el candidato republicano fue más allá durante la campaña: rompió un tabú de décadas y cuestionó el compromiso de EE UU con la OTAN si sus socios no aportaban más dinero. Alemania destina a defensa cerca del 1,3% de su PIB, lejos del objetivo de la OTAN de alcanzar el 2%. Merkel recordó la importancia vital del vínculo con EE UU, del que dijo que era una parte irrenunciable del destino de Alemania. La creciente influencia de la primera potencia europea también obliga a asumir más responsabilidades en el mundo, admitió. “Voy a poner todo por mi parte para trabajar bien con el nuevo presidente”, añadió. Es esta una oferta ligada a valores comunes de ambos países de democracia, derechos humanos y una visión abierta y liberal de la sociedad. Pero frente a este mensaje de mano tendida a Washington, hay temas vitales para Merkel que chocan con los planes de Trump: el compromiso con el comercio internacional y contra el cambio climático.

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La visita de Obama ha revolucionado el centro de Berlín, cuyo espacio aéreo estará cerrado hasta el viernes. Las personas que viven frente al Adlon, el hotel cercano a la Puerta de Brandenburgo donde se aloja el presidente, tienen prohibido estos días abrir sus ventanas o salir a los balcones. La seguridad del mandatario es lo más importante. Además de ocasionar molestias a los berlineses, Obama llegó a Alemania con un mensaje para la canciller y el resto de líderes europeos: la victoria de Trump no cambiará las alianzas que EE UU ha tejido en los últimos 70 años. El aún presidente trató de rebajar la preocupación asegurando que Trump es un pragmático, no un ideólogo. “La democracia americana es más grande que una sola persona”, aseguró el miércoles en Atenas.

EL ACUERDO COMERCIAL, CONGELADO Los dos líderes que el jueves se reunieron en Berlín son probablemente los que más se han esforzado por impulsar el tratado comercial y de inversiones entre la UE y EE UU. Este proyecto ya languidecía antes de noviembre pero, tras la victoria de Donald Trump, puede darse definitivamente por muerto. La canciller Angela Merkel admitió implícitamente el fin de estas negociaciones, al menos por un prolongado periodo de tiempo. “Estoy segura de que un día volveremos a él”, dijo.

“Votaría a la canciller” Obama, como se ha dedicado a hacer en los últimos meses, llenó el jueves de halagos a Merkel, a la que, según aseguró, votaría si fuera alemán. “Aunque no sé si al decir esto le hago un favor”, dijo de la mujer a la que ha definido como su colaboradora internacional más cercana en los últimos ocho años. Obama bromeó diciendo que esta no será su última visita a Alemania. Que volverá para asistir al Oktoberfest. “Probablemente sea mejor que lo haga como expresidente que como presidente. Me divertiré más”. El aún presidente de EE UU se verá con Merkel a lo largo de estos tres días. Lo hizo el miércoles, en una cena improvisada en el hotel Adlon que incluyó el típico currywurst berlinés. Lo hizo el jueves en el encuentro bilateral y una cena posterior en la Cancillería, a la que asistieron personajes de la música, el deporte y la ciencia como el director de orquesta Daniel Barenboim o el seleccionador de fútbol de EE UU, el alemán Jürgen Klinsmann. Y lo hará también el viernes, en una reunión a la que se unirán los líderes de Francia, François Hollande; Reino Unido, Theresa May; Italia, Matteo Renzi; y España, Mariano Rajoy. El presidente del Gobierno español y la canciller alemana almorzarán a solas en lo que supone la vuelta de España al escenario político europeo tras un año ausente del bloque político

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Entrevista con Joaquín Piñero, miembro de la Dirección Nacional del MST en Río de Janeiro "Seguiremos luchando por la conquista de la tierra y la reforma agraria" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219305 Wafica Ibrahim Al Mayadeen

El Movimiento Sin Tierra (MTS) de Brasil es acusado de ser una organización criminal. Este enjuiciamiento forma parte del proceso de criminalización de las protestas sociales y a los movimientos populares. Después de debilitar el PT, el gobierno de Michel Temer tiene en el MST su principal blanco de ataques en este momento. "Pero seguimos en la lucha, pues solamente así venceremos las fuerzas conservadoras de nuestra sociedad y el golpe." Así se expresó Joaquín Piñero, miembro de la Coordinación Nacional del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra y del Frente Brasil Popular, en entrevista exclusiva concedida a Al Mayadeen, en la que nos ofrece sus reflexiones sobre diversos temas relacionados a esa agrupación popular.

W.I.- ¿Qué impacto tiene en el MST de Brasil el golpe judicial y constitucional contra Dilma Rousseff? J.P.- El impacto será general para toda sociedad brasileña. Teníamos una joven democracia reconstituida en 1985, tras 21 años de dictadura, que fue rota con el golpe ahora. Ese golpe fue ejecutado para la implantación del neoliberalismo. Ello significa la paralización o extinción de las políticas sociales, incluso aquellas que teníamos en el campo. Además de los cambios en la Constitución Federal de nuestro país para sacar los derechos de la clase trabajadora garantizada ahí. Hubo y habrá reacciones por partes de los sectores organizados, incluso del MST. La represión por parte del gobierno a esos sectores es muy violenta y especialmente ahora en contra el MST, como el caso reciente de la invasión de la policía en nuestra Escuela en Sao Paulo. Uno, la movilización: construir unidad entre los movimientos populares del campo y ciudad, juventud, estudiantes, centrales sindicales, partidos progresistas y sectores demócratas de nuestra sociedad que estaban en contra el golpe. Esa unidad fue la que garantizó todas las movilizaciones en este último periodo. Dos, la organización: Ahora estamos avanzando para la constitución de ese Frente en todo territorio nacional. Tercero, el proyecto nacional: Empezamos el proceso del debate entre las organizaciones sobre cual proyecto de país queremos. Ese proceso es más complejo pero necesario. Aun que tendremos en Lula el principal líder y que está bien evaluado en las encuestas para la presidencia en 2018. Nuestro objetivo es discutir un proyecto más allá de nombres y elecciones que tenga como base el debate con la sociedad y el proyecto de nación.

W.I.- ¿Cómo evalúa la trayectoria del MST de Brasil durante la etapa de gobierno del PT, y las relaciones con la Presidenta Dilma? J.P.- El MST es un movimiento popular, de masa que lucha por la tierra, la reforma agraria y por la transformación en nuestro país y nació y se mantiene independiente y autónomo a los partidos. Tenemos una base de casi dos millones de personas en 23 estados. Por tanto, tenemos la necesidad de dialogar con

261 todos los gobiernos para presentar nuestras demandas sobre varios temas como la tierra, salud, educación, garantizadas como nuestros derechos por la Constitución. Con el PT en el gobierno, ese diálogo fue más directo y se acabó la represión por parte del gobierno federal a nuestro movimiento. Sin embargo, cuando no avanzábamos en las reivindicaciones, hacíamos las otras formas de presión como la ocupación de los ministerios, marchas, etc.

W.I.- ¿Qué desafíos tiene el MTS Brasil en una etapa post PT? J.P.- El PT sigue siendo el partido de izquierda más fuerte de Brasil, aunque en las últimas elecciones disminuyó su base de votos. Sin embargo, cualquier cambio debe pasar por el diálogo con su base y dirigentes. Nuestro desafío es ayudar en ese proceso sobre todo a partir del Frente Brasil Popular.

W.I.- ¿Cuál es el estado actual del MST de Brasil? ¿Cuáles son sus principales demandas en la actualidad? J.P.- Nuestros principales objetivos siguen siendo organizar los trabajadores rurales para la conquista de la tierra y la reforma agraria. Avanzar en los procesos de formación y educación en nuestra base, y ampliar el debate con la sociedad sobre la importancia de realizar una Reforma Agraria popular sobre la base de un modelo de producción que respete el trabajador y la naturaleza a partir de la agroecología.

W.I.- ¿Mantiene el MST de Brasil la misma esencia desde su fundación? J.P.- Sí. Seguimos autónomos e independientes a partidos, sindicatos, iglesias, etc. Adaptando las formas de luchas en la actualidad, utilizando la tecnología para fortalecer nuestra organización.

W.I.- Sabemos que existen vínculos entre los MST latinoamericanos ¿Qué implica para ustedes mantener nexos de solidaridad regionales con movimientos similares? J.P.- El MST nació y se desarrolló aprendiendo de las experiencias de otras organizaciones en otros países. Somos lo que somos por recibir solidaridad de esas organizaciones. Avanzamos cuando formamos espacios comunes de articulaciones entre campesinos como fue la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones de Campo (CLOC) y La Vía Campesina. A partir de esos espacios concretamos luchas comunes en contra los enemigos principales, y ampliamos los procesos de integración continentales cuando ayudamos a construir la Articulación Continental de los Movimientos Sociales del Alba.

W.I.- ¿Cómo aprecia la lucha del MST y el respaldo global en el marco de los foros sociales mundiales? J.P.- El Foro Social Mundial cumplió un rol importante en la lucha contra el neoliberalismo en los inicios de los años 2000. Estuvimos juntos en esa construcción y el MST era parte de su consejo internacional. Sin embargo, últimamente, el Foro perdió su importancia y pasó a ser un espacio de debates más entre ONG sin la fuerza de los movimientos populares.

262 W.I.- ¿Qué opinión le merece el auge de la derecha continental? ¿Cuáles han sido los principales errores de la izquierda latinoamericana en ese sentido? ¿Cuál es el aporte del MST en este debate? J.P.- En los últimos 15 años nuestro continente experimentó un periodo de gobiernos progresistas, disminuyendo la hegemonía que tenía Estados Unidos en la región con el auge del neoliberalismo. Avanzamos mucho en las políticas sociales, en la integración entre países, pero seguimos siendo país dependiente del gran capital. Latinoamérica sigue siendo productor de materias primas para la máquina del sistema. Los gobiernos progresistas no lograron cambiar esa realidad, y ahora con la crisis del sistema afectó nuestras economías dependientes. Eso es la base para los cambios de gobiernos, sea por el voto o por golpes, y la derecha está poco a poco retomando su posiciones.

Wafica Ibrahim es asesora de Al Mayadeen y especialista en América Latina. Fuente: http://espanol.almayadeen.net/articles/entrevistas-exclusivas/8836/joaqu%C3%ADn-pinero

APEC 2016: “Que se cuestione la globalización es una señal de que la situación es dramática” http://www.elciudadano.cl/2016/11/17/339400/max-quitral-que-se-cuestionela-globalizacion-es-una-senal-de-que-la-situacion-es-dramatica2016ba/

Lima será escenario los próximos días del 28º Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). ¿Cuál será la influencia de ese encuentro en el nuevo escenario internacional? ¿Qué papel tiene hoy América Latina y Chile en este mercado? Este fin de semana, los ministros de las 21 economías miembros del Foro de Cooperación Económica AsiaPacífico (APEC, por sus siglas en inglés) se reunirán en Lima para hablar de los riesgos que plantea el “eceptisismo de la globalización y los problemas del bajo crecimiento económico”. Se trata del 28º encuentro del grupo económico más grande del mundo, que enfocará sus debates con la mirada puesta en el futuro del libre comercio y el cambio presidencial de Estados Unidos que, si Donald Trump cumple su programa, traerá cambios económicos importantes a escala mundial.. El NAFTA, que agrupa a Canadá, Estados Unidos y México, o el controvertido Acuerdo de Asociación Transpacífico (TTP) compuesto por doce países (del que China fue excluido), son algunos de los tratados comerciales suscritos por los estados miembros de la APEC, que concentran casi el 40% de la economía mundial. Al encuentro asistirán los presidentes de EEUU, Barack Obama; de China, Xi Jinping; y de Rusia, Vladimir Putin, entre otros. La mandataria chilena, Michelle Bachelet, por su parte, se desplazará hacia la capital peruana este viernes en la tarde. El Ciudadano conversó con el analista internacional Max Quitral sobre el rol del APEC en el nuevo escenario internacional y también del papel de América Latina y Chile en este mercado.

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¿Qué influencia tiene hoy el APEC en el actual contexto político y económico? Creo que hay un reposicionamiento internacional entendiéndose que hay una pugna ideológica y geopolítica con Estados Unidos. El APEC va en la dirección de revitalizar y buscar nuevos actores que le permitan reposicionar a sus integrantes en el contexto internacional. Estamos viviendo un proceso de reacomodo internacional, de buscar ciertos equilibrios. ¿Cómo se da ese cambio de equilibrios? En la dirección de que Asia y Pacífico logren tener cierta influencia internacional respecto a otras potencias mundiales. Claramente, esto podría acentuarse con el triunfo de Donald Trump, que tiene una mirada distinta de los bloques de poder que se observan en este momento. ¿Crees que este es el espacio donde se escenifica la disputa entre EEUU, Rusia, China, considerando la cantidad de personas que engloba este mercado? Sí, porque además hay economías latinoamericanas que están mirando con ojos bien relevantes lo que pueda surgir en el Pacífico. El Atlántico ha perdido fuerza y el nuevo foco apunta hacia el Pacífico. En esta lógica, China se convierte en un actor fundamental. Sobre América Latina, qué rol juegan el bloque de países latinoamericanos? ¿Son meros proveedores de materias primas o tienen algún papel influyente? El papel influyente no es tal por variables domésticas. Las democracias latinoamericanas están más preocupadas de resolver sus problemáticas internas que de mirar hacia objetivos internacionales. Además, se observa que el Pacífico es un mecanismo de vinculación internacional mucho más potente que otros espacios de convergencia latinoamericana, como Mercosur. Este año me tocó estar en Mercosur y allá se mira al Pacífico y se sostiene que es una manera de buscar nuevas inserciones internacionales para aquellas economías y democracias que están un poco alicaídas regionalmente. Siguiendo esa lógica, entonces, si tuviéramos que hablar de países latinoamericanos que pudieran tener un rol más destacado en ese tablero, ¿Chile podría ser uno de ellos? Creo que le interesaría, pero más que llegar a Chile, Argentina o Brasil, hay que ver qué pasa con México. En este nuevo reposicionamiento internacional, el gran país es México. Lo que pase y diga México será mucho más relevante que lo que diga Chile porque tienen un peso económico fundamental por su cercanía con EEUU.

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"En este nuevo reposicionamiento internacional, el gran país es México" Sin embargo, yo no sé si México va apostar tanto por eso por la situación interna que está viviendo. Eso también son variables muy importantes que se proyectan en la política exterior. En la medida que Peña Nieto no logre resolver lo que pase internamente, eso también va a tener una implicancia en materia internacional. Y a eso hay que agregarle que recién se instala el gobierno de Trump y en este análisis este factor también será relevante. ¿Cómo se proyectan esos más de 20 años de APEC a partir del cambio de gobierno en Estados Unidos, con Trump haciendo bandera del proteccionismo, y cuestionando a la globalización? Cabe mencionar que en el programa del APEC de este año uno de los puntos de la discusión será lo que bautizaron como “escepticismo de la globalización”. Hay un proteccionismo que aparentemente EEUU va a empezar a desarrollar, y hay que bajarle la intensidad a la globalización porque parece que no es tan la panacea como se intentó hacernos creer. Ahora hay que comenzar a establecer la integración, por ejemplo entre las economías suramericanas, hay que explorar nuevas formas de acercamiento entre los países porque están en un dilema bien complejo. Los grandes paradigmas están cayendo, los grandes emblemas de orientación política que tenían estos países hoy están absolutamente debilitados y desprestigiados. Que se esté cuestionando la globalización es una señal de que la situación es dramática, más de lo que uno podría pensar. En este escenario que dibuja, ¿el bloque latinoamericano podría tener un rol más protagónico del que lo tuvo hasta ahora? Sería interesante, pero las variables domésticas tienen más peso a la hora de hacer un posicionamiento internacional. Las democracias latinoamericanas no están tan estables. Son ejemplos lo que pasó en Brasil o lo que pasó en Paraguay en su momento. La democracia no es el gran elemento que dote de cierta seguridad a los países latinoamericanos, no está suficientemente madura como para pensar en resolver su rol internacional. Meritxell Freixas @MeritxellFr

"En Haití hay un desmoronamiento de todos los aspectos de la vida social" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219376

Pablo Stefanoni Nueva Sociedad

¿Cuál es el balance de los últimos años con Michel Martelly, un outsider que saltó de la música a la presidencia y acaba de terminar su mandato?

265 Martelly surgió en Haití un poco como Donald Trump en Estados Unidos, por fuera de cualquier tipo de patrón pero con carisma y un discurso antisistema, con grandes promesas y una actitud de desafío hacia todo, con un lenguaje muy crudo. Y así se impuso como presidente. Venía del mundo de la música, era un cantante con éxito, y parecía una especie de burla al mundo político y hasta al sentido común. Lo paradójico, se sabría luego, es que al parecer no ganó verdaderamente las elecciones y fue Hillary Clinton quien lo impuso. Una vez en el poder el nuevo presidente prometió hacer una revolución basada en las cinco E: educación, energía, empleo, estado de derecho y medio ambiente (environnement, en francés). Hoy el balance es raquítico. Su peor enemigo fue él mismo. Insultó a todo el mundo. Actuó de manera soberbia y soez. Hizo declaraciones groseras sobre diputados, los trataba de «maricas», alababa el tamaño de su sexo en público, y en una ocasión, frente a una interpelación de una mujer del público, le respondió que si quería acostarse con él, estaba dispuesto a hacerlo de inmediato… así fue todo el tiempo, provocación tras provocación. Por otro lado, su principal slogan era «Haiti is open for business» [Haití está abierta a los negocios], pero en realidad no logró atraer capitales, y ni siquiera logró convocar las elecciones municipales y legislativas previstas por la Constitución durante su mandato. Hasta en eso fracasó. Y ahora no hay gobierno… En la primera vuelta de elecciones de octubre él nombró como candidato, como un mago que saca un conejo de la galera, a un joven agroindustrial exitoso en la exportación de bananas llamado Jovenel Moïse, y lo presentó como postulante de su partido, el Pati Hayisyen Tèt Kale [Partido Haitiano de las Cabezas Rapadas*]. Moïse estaba por ganar las elecciones, según todas las probabilidades, en medio de denuncias de fraude y movilización de la prensa y la opinión pública. Y al final, en medio de protestas, se creó una comisión independiente de verificación de las elecciones que dictaminó que debían realizarse nuevas elecciones. El 7 de febrero, con la intermediación de la Organización de Estados Americanos (OEA), Martelly decidió dejar el poder dado que terminaba su mandato constitucional. Se llegó a un acuerdo con el presidente del Senado para nombrar una figura de transición que convocara a elecciones en tres meses. Y él mismo, Jocelerme Privert, se hizo elegir presidente provisional por fuera de los marcos constitucionales, que no prevén esa figura. Todo el mundo sabía que no iba a poder convocar a elecciones en tres meses y diez meses después Privert sigue en el poder y se comportó como un presidente electo. El otro hecho paradójico es que varios parlamentarios elegidos en esas elecciones cuestionadas tuvieron tiempo de juramentarse y se quedaron en sus cargos. Estamos frente a una concentración de hechos inconstitucionales. Finalmente, las elecciones fueron fijadas para el 9 de octubre pero entonces llegó el huracán Matthew, y se pospusieron para el 20 de noviembre. Los principales candidatos son Jovenel Moïse del PTK, Jude Celestin, de la Liga Alternativa por el Progreso y Emancipación Haitiana, Moise Jean Charles del partido Hijos del padre de la patria Dessalines y la médica Maryse Narcisse, de Familia Lavalas, del expresidente JeanBertrand Aristide. Estas elecciones las debe pagar íntegramente el Estado haitiano ya que la comunidad internacional había aceptable la primera vuelta y ngeó los fondos que tradicionalmente viene otorgando para los comicios. ¿Y Aristide sigue teniendo apoyo popular? Tiene, claro. Su partido está entre los cuatro más destacados. Pero ha perdido muchos seguidores. El problema de estas elecciones es que los perdedores no van a reconocer la elección gane quien gane. Lo decían ya abiertamente antes de Trump. En este marco político caótico llegó el Huracán, que causó una catástrofe en el sur de Haití, una devastación equivalente a la del terremoto de 2010 en Puerto Príncipe. Pero todos estos desastres son producto de la negligencia criminal de los dirigentes haitianos. No se ha tomado ninguna medida para hacer frente a esa situación. Como dijimos varias veces en nuestra revista, el Observatorio de la Reconstrucción, en Haití es una ilusión creer que se está combatiendo la pobreza, el caos político o los desastres naturales. Porque estas tres cosas son fondos de comercio, hay grupos poderosos que sacan provecho de todo eso. Si no se logra romper con ese esquema el país nunca va a progresar. ¿Y qué pasa con la Minustah [Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití], que lleva más de una década en el país? Ha reducido la cantidad de efectivos pero renovó su presencia en el país. Desgraciadamente está muy desacreditada. En estos años se gastaron 650 millones de dólares al año, mientras que para el ciclón solo se consiguieron 10 millones. Su principal misión terminó siendo protegerse a sí misma. Y en segundo lugar, algunos soldados nepaleses fueron los introductores del cólera, que ha creado una hecatombe que ha sido la causa de 9.000 muertos, equivalente al balance de una guerra en el medio Oriente, se podría decir. Se reclamó que al menos la ONU reconociera su responsabilidad y utilizara sus fondos para reconstruir el

266 sistema de salud haitiano. Pero la ONU no lo aceptó. Ban Ki-Moon recientemente se limitó a pedir disculpas, pero es al menos una forma de reconocimiento de la responsabilidad de la ONU. Espero que su sucesor Antonio Guterres, que es un hombre sensible a estos temas, se ocupe de la utilización de los fondos de la ONU en Haití para la reparación de los daños cometidos. Pese a que se dijo que se iba a aprovechar el terremoto para repensar, desde el punto de vista político y social, y hasta del medio ambiente, la reconstrucción de Haití, esto no ha sido así de ningún modo. A tal punto que hoy hay un desmoronamiento sobre todos los frentes: sanitario –hubo tres meses de huelga general radical en los hospitales y la gente casi no se dio cuenta, a tal punto llega la crisis del sistema–; de los servicios públicos –puentes, carreteras, transporte, energía–; de la seguridad pública; en la Justicia; en las cárceles, donde hay fugas masivas; de la educación, pese a las promesas de Martelly (la universidad se paralizó por una huelga y ocupación de seis meses); de la recolección de basura, que invadió las calles. Y a esto se suma una catástrofe ambiental. ¿Qué se puede hacer? En 2010 desde el Observatorio de la Reconstrucción que creamos conjuntamente con Fundación Friedrich Ebert y el Centre Pétion-Bolivar, propusimos la creación de una entidad estatal autónoma que se ocupara de la reconstrucción del país sobre nuevas bases, para evitar que se cayera en los espasmos permanentes de la vida política haitiana. La reconstrucción debe tener en cuenta los cambios climáticos y en vez de comenzar en Puerto Príncipe debería hacérselo por las ciudades del interior. En Haití hace falta un reordenamiento territorial. Y junto con eso propusimos llamar a una convocatoria internacional para que grandes arquitectos y urbanistas de todo el mundo contribuyeran gratuitamente con proyectos de reconstrucción de las ciudades afectadas por el terremoto. Existía entonces una gran solidaridad y disposición internacional pero los intereses creados impidieron llevar adelante una iniciativa de estas dimensiones, que hubiera podido hacer de las ciudades haitianas faros en el Caribe para el siglo XXI. Ahora, después del huracán, la gente está cansada y esa oportunidad parece hacer pasado de largo. Fuente: http://nuso.org/articulo/en-haiti-hay-un-desmoronamiento-de-todos-los-aspectos-de-la-vida-social/

¿De qué hablamos cuando hablamos de financiarización? http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219352 Alfredo Apilánez Rebelión

*Texto de la exposición realizada el 12 de noviembre de 2016 en el marco de la jornada “Financiarización y consumo: el asalto de las finanzas a la vida cotidiana” organizada por AICEC-ADICAE .

Comenzaré la exposición yendo al grano para tratar de contestar, a través de una aproximación teórica, a la pregunta que da título a la charla. A continuación, haré un breve recorrido histórico por los hitos del desarrollo del neoliberalismo: el brazo político-ideológico del capitalismo actual. En tercer lugar expondré los rasgos de los que podríamos llamar pilares de la hegemonía del capital financiero para concluir con un breve apunte sobre las enormes repercusiones políticas y sociales de lo anterior. Me gustaría comenzar con un ejemplo que, en mi opinión, sirve de certera aproximación al tema que queremos abordar. Se trata de un fragmento de un excelente trabajo de Salva Torres de la asociación 5OOx20 sobre la espectacular burbuja del alquiler que está fraguándose en Barcelona: Barcelona se ha convertido en el laboratorio del mercado de alquiler del futuro. El sector inmobiliario está alborotado por la entrada masiva de dinero de los llamados fondos buitres y por la avalancha turística. Todo empezó con la máquina de creación de dinero bancario que inició la Reserva Federal de los EE.UU (la llamada expansión cuantitativa). Ahora, “el bazooka monetario” lo tiene el BCE que dispara compras masivas de deuda bancaria y corporativa. Hay dinero a raudales mientras las autoridades monetarias propulsan artificialmente los precios de los activos para evitar una nueva caída de todo el tinglado financiero internacional. Pero todos sabemos quién sale beneficiado”.

267 La descripción anterior nos acerca más a la esencia del capitalismo “realmente existente” que las recurrentes cantinelas sobre esforzados autónomos y heroicos emprendedores que pueblan los discursos de las “fuerzas vivas” y sus portavoces político-mediáticos. Yendo pues directo al grano de la cuestión planteada: ¿de qué hablamos cuando hablamos de financiarización? Hablamos de la evolución acelerada del capitalismo actual hacia la hegemonía del rentismo y la expropiación financiera basada en el endeudamiento masivo. De este modo, un capitalismo “patrimonial”, propulsado por las burbujas de activos infladas vía crédito por la banca global, deviene el corazón del sistema económico en detrimento de las actividades productivas tradicionales. Como resume Jesús Nácher (autor del excelente blog “ La proa del argo ”): “La retórica habla de valor, de trabajo pero la realidad nos muestra grandes fortunas reunidas mientras el propietario se echaba la siesta. La palabra clave es “renta”, el beneficio que obtenemos simplemente por ser propietarios de algo, sin aportar trabajo o valor de ninguna clase”. ¿Qué nos dicen los expertos de la ciencia económica sobre esta singular configuración de la matriz de la rentabilidad capitalista? Los economistas clásicos hubieran abominado de una estructura económica basada en el rentismo y la especulación con activos. Stuart Mill, –refiriéndose a los terratenientes absentistas- es bastante inclemente: “Puede decirse que se enriquecen mientras duermen, sin trabajar, arriesgar o economizar. Según el principio general de la justicia social, ¿qué derecho tienen a ese aumento de sus riquezas?”. David Ricardo también –aún sujeto al férreo dogma malthusiano de la creciente presión demográfica sobre los escasos recursos- culpaba a la renta de la tierra de la agonía progresiva del capitalismo al absorber partes crecientes del excedente generado en la economía productiva desembocando así en un paralizador estado estacionario –la siniestra “ciencia lúgubre” de Thomas Carlyle-. Keynes iba mucho más allá: propugnaba nada menos que la supresión de la herencia y la socialización de parte de la inversión en manos del estado para asegurar el pleno empleo practicando, de rebote, la eutanasia del rentista. Sin embargo, su pronóstico no fue precisamente premonitorio : “ Veo por tanto el aspecto rentista del capitalismo como una fase transitoria que desaparecerá tan pronto como haya cumplido su destino”. Esta honestidad de los pioneros ante los rasgos tóxicos del capitalismo brilla por su ausencia en la actual corriente hegemónica. En palabras de Jordi Llanos (autor del blog “ La economía del doctor Pangloss ”): “Para la escuela neoclásico-marginalista, no existen las rentas no ganadas de los clásicos, aquello que no ha requerido la utilización de trabajo para ser obtenido; para ella todo es retribuido, en el sacrosanto equilibrio, según su contribución –el esotérico producto marginal-”. La ausencia de cualquier enfoque sobre el origen del excedente económico y su distribución incapacita a la teoría ortodoxa para la comprensión global del sistema. Como dice irónicamente Alejandro Nadal (prestigioso economista marxista mejicano): ¿Qué estatus científico o credibilidad intelectual le puede quedar a un paradigma económico para el cuál la crisis actual no debiera haber ocurrido? De hecho, ningún economista “serio” se enteró del colosal derrumbe que se avecinaba. De nuevo Jordi Llanos: “Una de las cosas más destacables es que la crisis fuera causada por un sector –el financiero- que desde el punto de vista del corpus neoclásico es meramente auxiliar, un simple lubricante que canaliza el ahorro hacia la inversión. “El dinero y el sistema financiero carecen de relevancia para el paradigma dominante, lo que para un profano debe resultar asombroso y, ciertamente, lo es”. Solamente los herejes y los infieles nos ayudarán a arrojar un poco de luz sobre el papel real de las finanzas en el actual armazón capitalista. Steve Keen –autor del texto “La economía desenmascarada” y seguidor del economista post-keynesiano Hyman Minski, famoso por su premonitoria “hipótesis sobre la inestabilidad financiera”- describe el papel explosivo del sistema financiero. Se trata de un sistema “disipativo”, potencialmente desestabilizador, en el que la creación masiva de deuda bancaria implica el surgimiento de un poder adquisitivo no existente. Esto se debe al hecho crucial de que las instituciones financieras no se limitan a prestar lo que otros han depositado en ellas, sino que construyen deudas que inflan colosales burbujas especulativas que llevan a la catástrofe. A pesar de su fertilidad, el enfoque anterior identifica la distorsión financiera únicamente como un tumor a extirpar. Sin embargo, quizás cabría ir más allá. ¿Y si la financiarización, lejos de haber parasitado la economía real con sus excesos especulativos la hubiese ayudado a sobrevivir más allá de su fecha de caducidad?

268 Solamente la tradición marxista nos da una respuesta: las finanzas no son un parásito en un cuerpo sano sino el apéndice que apuntala la menguante rentabilidad del capital. En los clásicos términos marxianos: “la razón última para todas las crisis reside en la pobreza y el consumo restringido de las masas frente al vigor de la producción capitalista en desarrollar las fuerzas productivas como si el poder de compra de la sociedad no tuviera límite”. Como explica Anselm Jappe , economista francés autor del excelente libro “Crédito a muerte”: “Desde los años 70, el mecanismo se encasquilló. La acumulación real amenazaba con detenerse ante la progresiva insuficiencia del sustrato que la nutría. Fue en ese momento cuando el «capital ficticio», como lo llamaba Marx, levantó el vuelo”. Con el final del ‘círculo virtuoso fordista’ de los “treinta gloriosos” años posteriores a la Segunda Guerra Mundial reaparece pues con especial virulencia el clásico problema de insuficiencia de la demanda. En los precisos términos de Michel Husson , economista francés que es en mi opinión el mejor analista de las causas profundas de la crisis actual: “si los salarios bajan y las inversiones se estancan, ¿quién va a comprar la producción? El consumo derivado de ingresos no salariales (rentistas) y el recurso al crédito deben compensar el estancamiento del consumo salarial. He aquí, por cierto, la raíz del brutal aumento de la desigualdad”. El resumen que hace Husson de la génesis de la financiarización es inmejorable. “De este modo, la falta de oportunidades para sostener una acumulación rentable, a pesar de la recuperación de los niveles de ganancia gracias a la ofensiva neoliberal sobre los trabajadores, movilizó una masa creciente de rentas financieras en busca de valorización: allí es dónde se encuentra la fuente del proceso de financiarización” ¿Cuáles han sido los principales hitos históricos de la adecuación de la política del capital al nuevo contexto de crisis crónica iniciado en los años 70? Si hubiera que elegir una fecha simbólica para el inicio de la contrarrevolución neoliberal y del proceso de financiarización ésta sería el 15 de agosto de 1971 (“el día en que la historia financiera del mundo cambió para siempre” en los solemnes términos de Alejandro Nadal). En el llamado Nixon Shock el gobierno estadounidense suspendió la convertibilidad entre el dólar y el oro, dinamitando el mecanismo regulador del comercio y las finanzas internacionales surgido de la Segunda Guerra Mundial. Los circuitos financieros se vieron anegados de dólares imprescindibles en el comercio de las fuentes de energía y materias primas estratégicas. Los petrodólares y eurodólares que fluían hacia la banca de Wall Street proporcionaron el combustible para el crecimiento exponencial de las “innovaciones” financieras y financiaron las descomunales deudas fiscal y exterior que apuntalaban la declinante hegemonía estadounidense. Michael Hudson, experto en finanzas y autor del magnífico libro “Matar al huésped”, resume las formidables implicaciones geopolíticas de lo anterior: “Ante el hecho de que cerca de la mitad de los gastos discrecionales del gobierno de EE.UU. son para operaciones militares, no sería descabellado afirmar que el sistema financiero internacional está organizado de tal manera que financia al Pentágono”. Comienza a continuación la aplicación de la doctrina del shock (expuesta magistralmente en el famoso texto de Naomi Klein) para extender por doquier el evangelio neoliberal. Quizás el golpe de estado en Chile en 1973 fuera la primera aplicación de la línea dura de la nueva doctrina. ¡Haced que la economía grite!, fue la elocuente frase de Nixon al desatar la guerra económica para extirpar el “mal ejemplo” del gobierno socializante de Salvador Allende. Gunder Frank, economista marxista chilenoalemán, describió la terapia de choque neoliberal pinochetista diseñada por los Chicago Boys de Milton Friedman como “Capitalismo y genocidio económico”. Del diseño de la línea blanda-tecnocrática del nuevo credo –aplicado fervientemente en el corazón del sistema por Reagan y Thatcher durante los años 80- se encargó el llamado Consenso de Washington de 1989. El paquetazo neoliberal resultante, esparcido a los cuatro vientos por el “brazo ejecutor” del neoliberalismo, el FMI, extendió por doquier las despiadadas políticas de “ajuste estructural”. En los años 90 el “paquetazo” se impuso en Latinoamérica –la década perdida de la crisis de la deuda culminada en el corralito argentino-, pero también se administró tras la crisis del sudeste asiático de 1997 e incluso en la eterna crisis japonesa que arranca en 1989. Lo que este “potro de tortura” económico ha supuesto para sus víctimas lo expresa Davison Budhoo, ejecutivo del FMI que, en su carta de renuncia a su jefe, describe de esta guisa su honorable tarea: “Para mí, esta dimisión es una liberación inestimable, porque con ella he dado el primer gran paso hacia ese lugar en el que algún día espero poder lavarme las manos de lo que, en mi opinión, es la sangre de millones de personas pobres y hambrientas. […]; tengo la sensación de que no hay jabón en el mundo que me pueda limpiar de las cosas que hice en su nombre”. ¿Y qué pasaba mientras tanto en la vieja Europa? La UE ha sido un alumno ejemplar del experimento neoliberal. Los absurdos criterios de convergencia fijados en el Tratado de Maastrich –con el 3% de déficit público a la cabeza- y la prohibición al “independiente” BCE de financiar directamente a los estados son el

269 paradigma de la pseudociencia monetarista que sustenta las políticas neoliberales. El mejor ejemplo de la doctrina del shock a la europea fue la tortura sufrida por los PIGS –ejemplificada en el vía crucis griego- en la crisis de la deuda soberana. El BCE retrasó intencionadamente la adopción de medidas paliativas -dejando vía libre a los especuladores hasta el verano de 2012- para obligar a los parias del sur a acelerar las reformas de la agenda neoliberal. La frase inicial de la carta de Trichet (presidente –a la sazón- de la suprema autoridad monetaria europea) a Zapatero en el verano de 2011 resalta el fondo del asunto: “el consejo gobernante (del BCE) considera que para España la acción apremiante de las autoridades es esencial para restaurar la credibilidad de la firma soberana en los mercados de capitales”. Ni que decir tiene que lo que entendía Pilatos-Trichet por ‘acción apremiante’ no era demasiado diferente del “genocidio económico” infligido al pueblo chileno.

¿Cuáles son pues los pilares de la hegemonía actual del capitalismo financiarizado? Incidiré en los dos esenciales ya esbozados: la planificación de la actividad económica realizada por la banca y el papel neurálgico que representa la independencia del banco central para apuntalar la expropiación financiera.

El papel del sistema bancario es el secreto mejor guardado de la realidad económica. Los paraísos fiscales, el fraude de las preferentes y la corrupción rampante copan el ruido mediático mientras la colosal expropiación financiera que realiza la banca privada queda sumida en la más absoluta penumbra. Sin embargo, como refiere Michael Hudson: “La realidad es que el derecho monopolístico de crear crédito bancario productor de intereses es una transferencia de la sociedad a una élite privilegiada”. Jordi Llanos describe la ceremonia de la confusión : “No resulta extraño que el poder económico, con la inestimable colaboración de la mayor parte de la profesión académica, se haya empeñado en echar tierra sobre la creación de dinero y el funcionamiento del sistema bancario. Lo impresionante es que se trata de una máquina de generar desigualdad, canalizando rentas hacia el sistema financiero a una escala enormemente superior a la corrupción o el fraude fiscal”. Alejandro Nadal resume la simplicidad del proceso: “En el mundo real los bancos proveen financiación mediante la creación de dinero. Los bancos ofrecen préstamos, pero no necesitan tener en sus bóvedas los fondos necesarios para otorgar crédito. La causalidad se invierte: los préstamos hacen a los depósitos, no a la inversa. Se estima que el 97% del dinero es creado por la banca privada a través de la generación de préstamos”. Ello explica asimismo la virulencia de las crisis. Los bancos originan enormes cantidades de deuda en la fase álgida del ciclo –como explicaban Minsky y Keen- y cierran bruscamente el grifo en la fase descendente provocando la implosión de las burbujas generadas por su voracidad prestamista. El resumen que hace el economista marxista griego Costas Lapavitsas -autor del espléndido texto: “Capitalismo financiarizado: crisis y expropiación financiera”- del proceso es inmejorable: “Para los bancos comerciales, involucrarse en expropiación financiera se traduce primariamente en créditos hipotecarios y de consumo propulsados por la titulización y la adopción de técnicas de banca de inversión. Las hipotecas se originaban pero no se mantenían en la hoja de balance”. Este maravilloso descubrimiento fue llamado el modelo bancario de “originar y distribuir”, que levantó el castillo de naipes de productos financieros “creativos” basados en préstamos subprime hasta su estrepitoso colapso en 2007. La función de la banca es, en conclusión, sostener la tasa de ganancia del capital a través de la creación de dinero-deuda dirigiendo la financiación y la planificación económica no a la inversión productiva sino hacia el sector inmobiliario. No hay mayor dogma de fe de la ortodoxia neoliberal que el principio de la independencia de la banca central . Lapavitsas resume el fondo del asunto: “Los bancos centrales han cobrado más prominencia, reforzados por una independencia tanto legal como práctica. Miran con benevolencia el exceso especulativo financiero mientras movilizan recursos sociales para rescatar a los financistas de la crisis”. La pionera fue la Ley de la Reserva Federal que en una modificación de 1981 impedía a la Fed comprar deuda del tesoro obligándolo a financiarse en los mercados. El mecanismo se repite por doquier: la “máquina de succión” de la deuda pública volcando ‘masas colosales de riqueza’ real al sector financiero –los intereses de la colosal deuda española representan un 10% del gasto público estatal-. Las implicaciones de este aséptico “golpe de Estado” son fabulosas. Como explica Nadal : “La separación en compartimentos estancos de la política fiscal y de la política monetaria pone de rodillas al Estado frente a los caprichos de los mercados financieros”.

270 La surrealista QE (expansión cuantitativa), la mayor inyección de dinero público a la banca de la historia, ha llevado la transferencia de rentas al capital financiero al paroxismo. El rescate masivo de la quebrada banca global, la hipertrofia del casino financiero y el dopaje de las burbujas de activos –como mencionaba la cita inicial- son los resultados de la ingente dádiva de los –para esto sí- manirrotos bancos centrales. Incluso las grandes multinacionales, cada vez más financiarizadas,-que también reciben su parte del pastel en la última QE-, se apuntan al casino a través de recompras de acciones y demás trucos especulativos orillando su tradicional función “de hacer cosas útiles para la gente”. Para terminar, haré un par de brevísimos apuntes sobre las enormes implicaciones del entramado descrito anteriormente en la vida social y política de nuestras sociedades.

Michael Hudson resume el quid de la cuestión: ”El mayor problema para la sociedad es que las finanzas hallan sus mayores ganancias, no en el incremento de los niveles de vida de la gente, sino en la barra libre para sus clientes, al tiempo que convierten la búsqueda de rentas y las ganancias con los precios inmobiliarios en una “máquina de succión” de riqueza real a través del flujo de intereses”. Con el agravante de que, como explica Lapavitsas, “las finanzas dirigidas a los ingresos personales apuntan a satisfacer necesidades básicas. Difieren cualitativamente de las finanzas dirigidas a la producción capitalista”. La “acumulación por desposesión”, descrita por el marxista británico David Harvey y las masivas privatizaciones de servicios públicos han reforzado el papel extractivo de la banca mediando y extrayendo crecientes rentas del acceso a la vivienda, la educación y la salud de la desvalida ciudadanía. Tal configuración agudiza la fractura social entre los que disfrutan de rentas financieras, y los que están condenados a sufragarlas mediante los menguantes ingresos salariales. La formidable desigualdad de ingresos, la degradación de las condiciones laborales y la preeminencia de la clase rentista –caracterizada por su pasividad complaciente con las políticas neoliberales (que en el fondo benefician su interés en la revalorización de sus activos)- alteran profundamente la estructura social tendiendo a desactivar la resistencia popular y el activismo político. Dejo para acabar un breve apunte polémico: ¿Existe alguna posibilidad de revertir tales procesos de aguda expropiación financiera a través de las palancas institucionales? Carlos Fernández Liria , uno de los fundadores de Podemos, piensa que sí: “Algunos pensamos que a ese caudillismo del capital financiero es posible aún pararle los pies por vía parlamentaria”. Desgraciadamente, y lo anterior debería servir de fundamentación de la divergencia, no comparto en absoluto éste optimismo. La apelación a “pararle los pies” al capital con reformas legales choca de lleno con el “talón de hierro” con el que la dictadura de la “renta financiera” ha triturado las palancas de la soberanía nacional. En las sabias palabras de Miren Etxezarreta del Seminari Taifa de Economía Crítica: “ No mandan los políticos, hay poderes fácticos mucho más importantes detrás. Hay que innovar en las maneras de hacer política y de transformar la sociedad. Crear partidos nuevos no supone otra cosa que volver a lo viejo, a las formas de los siglos XIX y XX, y a reforzar la dinámica del capitalismo que queremos cambiar” . Pugnar por arrancar migajas al poder real a través de las instituciones sólo puede ser fuente de frustración y de desactivación de las potenciales efervescencias populares, anestesiadas con la falsa expectativa de realizar cambios en el statu quo. Implica asimismo ignorar la evidencia de la desaparición definitiva del capitalismo keynesiano, fenecido cuarenta años atrás, cuando el embate neoliberal hizo saltar por los aires el sueño reformista-socialdemócrata de pacto social basado en la redistribución de rentas, el pleno empleo y la ampliación del Estado del bienestar. Habrá que buscar pues otras vías, ya que debería resultar meridianamente claro que sin un sistema económico radicalmente diferente será imposible evitar el lúgubre pero certero diagnóstico del filósofo grecofrancés Cornelius Castoriadis: “ La sociedad capitalista es una sociedad que corre hacia el abismo, desde todos los puntos de vista, porque no sabe autolimitarse. Y una sociedad verdaderamente libre, una sociedad autónoma, debe saber autolimitarse”. Blog del autor: https://trampantojosyembelecos.wordpress.com/2016/11/13/de-que-hablamos-cuandohablamos-de-financiarizacion/

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El imperio del caos http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219347 Tom Engelhardt TomDispatch

Traducción del inglés para Rebelión de Carlos Riba García

Con Trump de presidente, ¿se acaba el experimento estadounidense? Lo único que se puede decir de los imperios es que, en su culminación –o en las cercanías de ella– siempre representaron tanto un principio de orden como de dominación. Por lo tanto, he aquí lo desconcertante de la versión estadounidense de un imperio en los tiempos en que se decía que este país era “la única superpotencia”, cuando estaba destinando más dinero a sus fuerzas armadas que el conjunto de las 10 naciones que le seguían en el mundo en relación con los gastos militares: ha sido un imperio del caos. En septiembre de 2002, Amr Moussa, por entonces secretario general de la Liga Árabe, hizo una advertencia que nunca he olvidado. La intención de la administración Bush de invadir Irak y derrocar a su gobernante, Saddam Hussein, ya era del todo evidente. De dar ese paso, insistía Moussa, se “abrirán las puertas del infierno”. Su presagio pasó a ser cualquier cosa menos una hipérbole, y las puertas no volvieron a cerrarse nunca. Las guerras en casa De hecho, desde el comienzo de la invasión de Afganistán, en octubre de 2001, todo lo que tocaron las fuerzas armadas de Estados Unidos en estos años se ha convertido en polvo. Varios países del Gran Oriente Medio y África se han venido abajo agobiados por el peso de la intervención estadounidense o la de sus aliados, y los movimientos terroristas –unos más nefastos que otros– se diseminaron notable e incontroladamente. En estos momentos, Afganistán es una zona de desastre; un Yemen, atormentado por la guerra civil, una brutal campaña de bombardeo aéreo de la fuerza aérea Saudí –respaldada por Estados Unidos– y las acciones de grupos terroristas cada vez más activos, prácticamente ha dejado de existir; de Irak lo menos que se puede decir es que ahora es un país desgarrado por las luchas sectarias; Siria, casi no existe; en estos días, Libia ya no es una nación; y Somalia es un agrupamiento de feudos y movimientos terroristas. En conjunto, para la más poderosa potencia del planeta, que en una actuación muy poco imperial, haya sido incapaz de imponer su superioridad militar o algún tipo de orden a cualquier país o grupo –esté donde esté el sitio que haya elegido para actuar– en todo este tiempo, se trata de todo un récord. Resulta difícil recordar un antecedente histórico de esto. Mientras tanto, desde los destrozados territorios del imperio del caos, fluyen las oleadas de millones de refugiados, algo que no se veía desde el final de la Segunda Guerra Mundial en vastas porciones de la Tierra que habían sido convertidas en cascotes. Una sorprendente proporción de la población –incluyendo muchísimos niños– de varios países fracasados o a punto de serlo se ha visto obligada al exilio interno o ha sido forzada a cruzar fronteras para huir y, desde Afganistan hasta el norte de África o Europa, está sacudiendo el planeta y provocando desasosiego (mientras, aquí, fantasiosas versiones de fabricación local agitan las elecciones estadounidenses). Es una especie de tópico el decir que, más temprano que tarde, las guerras fronterizas de los imperios llagan a casa para amenazar al centro del imperio en formas curiosas. Ciertamente, este ha sido el caso en relación con nuestras guerras en la periferia. En variadas formas –desde la militarización de las policías hasta la utilización de drones de espionaje en nuestros propios cielos y de tecnología de vigilancia ensayada en remotos campos de batalla –es obvio que en el Estados Unidos posterior al 11-S, los conflictos han regresado a ‘la patria’, aunque prestáramos casi siempre muy poca atención a este fenómeno. Esto, sospecho, es la forma menos importante en que nuestras guerras han sido repatriadas. Lo que ha quedado claro tras las lecciones de 2016 es que el imperio del caos ya no es un suceso que tiene lugar en zonas remotas del planeta. Está con nosotros, en Estados Unidos, aquí mismo y ahora mismo. Y ha llegado a casa de una manera que nadie ha intentado todavía encontrarle su verdadero sentido. ¿Puede usted sentir la profunda y extendida sensación de desorden que está en el corazón mismo de la estrafalaria campaña electoral que trastornó a este país y reintrodujo en el pensamiento dominante las más extremas formas de racismo y xenofobia que, con la elección de Donald Trump para la presidencia, podrían en realidad no acabar

272 nunca? Acudamos a la expresión que Chalmers Johnson tomó prestada de la CIA para popularizarla y pensemos en esto: en cierto modo es el colmo de la secuela imperial. Estamos ante una historia que debe ser escrita: cómo semejante desorden llegó a casa; cómo trastocó el sistema [político] y la forma democrática de gobernar en Estados Unidos; cómo un proceso comenzado hace varias décadas, no en la consternación de la derrota o el desastre, sino en un tiempo de triunfo imperial sin precedentes, nos ha debilitado tanto. Si tuviera que elegir una fecha para el inicio de esta historia, pienso en 1979, en Afganistán, un país que, si usted fuera un estadounidense normal –no un mochilero hippie– le costaría mucho encontrar en un mapa. Si en ese momento alguien le hubiese dicho que, después de casi cuatro décadas, su país se encontraría implicado en una serie de guerras durante por lo menos 25 años, no hay dudas de que usted le hubiera considerado loco. Sin embargo, en cierto modo, el imperio del caos comenzó con una victoria tan sorprendente, tan completa, tan imperial que, en esencia, ayudó a la implosión de la otra superpotencia: el “Imperio del Mal”, la Unión Soviética. De hecho, empezó con el deseo de Zbigniew Brzezinski, el asesor en cuestiones de seguridad nacional de Jimmy Carter, de darles una gran paliza a los rusos o, para ser más preciso, hacer que degustaran algo parecido a lo vivido por Estados Unidos en Vietnam, es decir, meter al Ejército Rojo en un atolladero. En esta visión, durante una década, la CIA conduciría un vasto programa de guerra encubierta financiando, armando y adiestrando a fundamentalistas que se oponían tanto al ala izquierdista del gobierno de Kabul como al Ejército Rojo de ocupación. Para hacerlo, se compincharon con dos funestos aliados: los saudíes, que estaban dispuestos a derramar allí su dinero proveniente del petróleo para apoyar a los combatientes muyahidines más extremistas y el servicio de inteligencia pakistaní, el ISI, que estaba tratando de controlar los acontecimientos en ese territorio, sin que le importara el elenco de personajes dispuestos a participar en la empresa. Tal como les pasó a los estadounidenses en Vietnam, para los rusos Afganistán terminó siendo lo que el líder soviético Mikhail Gorbachev llamó “la herida sangrante”. Una década más tarde, el vencido Ejército Rojo regresaría cojeando a casa y, en los dos años siguientes, una vaciada Unión Soviética –que nunca había sido todo lo poderosa que Washington imaginaba– se derrumbaría; este triunfo fue tan sorprendente que a las elites políticas estadounidenses al principio les costó asimilarla. Después de casi medio siglo, acabada la Guerra Fría, una de las dos “superpotencias” aún existentes había abandonado el escenario mundial en derrota, y por primera vez desde que los europeos se arriesgaron a cruzar los océanos con sus barcos de madera para conquistar tierras lejanas, una única gran potencia había quedado en pie sobre el planeta. Si se observa la historia de los últimos siglos, el sueño de Bush, Cheney y Cía. que imaginaban que Estados Unidos dominaría el mundo como ninguna otra potencia del pasado, ni siquiera los romanos o lo británicos, pareció siempre tener cierto sentido. Pero en aquel triunfo de 1989 también estaban las semillas del caos futuro. Para derrotar a los soviéticos, la CIA, junto con los saudíes y pakistaníes habían creado y armado grupos de extremistas islámicos que –después se vio– no tenían intención de marcharse una vez que los rusos fueran expulsados de Afganistán. No sorprenderé, precisamente, al lector si además le digo que en esas decisiones, en ese momento de triunfo, está la génesis de los futuros ataque del 11-S y, muy curiosamente, tal vez incluso el futuro surgimiento de un candidato presidencial, y hoy presidente electo, tan extravagante que a pesar de los billones de palabras que se han dicho sobre él, sigue siendo un fenómeno que desafía cualquier intento de comprensión. Como nuestro primer candidato de la ‘decadencia’, Donald J. Trump expresa al menos algo nuevo y verdadero sobre la naturaleza de nuestro país. En la frase que él trató de convertir en su marca registrada en 2012 y con la que lanzó su campaña presidencial en 2015 –“Volver a hacer una América grande”–, Trump capturó un sentimiento profundo presente en millones de estadounidenses: que el imperio del caos de verdad había llegado a nuestras costas y que, al igual que la Unión Soviética de 25 años atrás, Estados Unidos podía, aunque lentamente, estar entrando en una época en la que (salvo él, naturalmente) la ‘grandeza’ era algo que estaba moribundo. Desmedidas ambiciones imperiales, y el crecimiento del estado de la seguridad nacional Finalmente, aquellas semillas, sembradas al principio, en 1979, en suelo afgano y pakistaní, condujeron a los ataques del 11 de septiembre de 2001. Ese día fue la confirmación misma del caos atravesando el centro del imperio; unas acciones que alentaron el surgimiento de una novedosa y post-Constitucional estructura de gobierno apoyada en la expansión –hasta alcanzar proporciones colosales– del estado de la seguridad nacional: una asombrosa versión de las desmedidas ambiciones imperiales. Sobre la base de la supuesta necesidad de mantener a Estados Unidos a salvo del terrorismo (en realidad, de solo eso), el estado de la seguridad nacional crecería para implantar un conjunto de instituciones dominantes –y rumbosamente financiadas– en el corazón mismo de la vida política estadounidense (un estado sin el cual, las

273 intervenciones públicas del director de la FBI James Comey en las elecciones estadounidenses habrían sido inconcebibles). En estos años, ese Estado-dentro-del-Estado se ha convertido en el cuarto poder gubernamental, coincidiendo con la actitud titubeante de dos de los otros tres poderes –el legislativo y el judicial, o al menos el Tribunal Supremo–. Los atentados del 11-S también quitaron todo freno a la extraordinariamente ambiciosa y, en última instancia, desastrosa guerra global contra el terror de la administración Bush, así como sus ridículas fantasías sobre el establecimiento de una Pax Americana basada en el poder militar, primero en Oriente Medio y después –¿por qué no?– en todo el planeta. También desencadenaron las guerras de esa administración en Afganistán e Irak, el programa de asesinatos selectivos mediante drones en importantes zonas del planata Tierra, el montaje de un sistema de vigilancia global sin precedentes, la extensión de una especie de secretismo tan desarrollado que la mayor parte de la actividad estatal ha sido apartada del conocimiento “del Pueblo”, y un tipo de desmesura imperial que destina literalmente millones de millones de dólares (frecuentemente vía empresas privadas de ‘servicios bélicos’) derramados al fondo del abismo. Todo esto contribuye a la creación del caos. Al mismo tiempo, las necesidades básicas de muchos estadounidenses han ido quedando cada vez más desatendidas; al menos las de quienes no formaban parte del 1 por ciento de la Era Dorada, que succionaba la riqueza de Estados Unidos de una manera extraordinaria. Después, los pertenecientes a esa privilegiada minoría destinaban una pequeña parte de sus ingresos a la compraventa de políticos, una vez más en un entorno de notable secretismo (a menudo era imposible saber quién había dado dinero a quién ni para qué). A su vez, ese flujo de fondos autorizados por el Tribunal Supremo mutaba la naturaleza –incluso tal vez su mismísima noción– de lo que alguna vez habían sido unas elecciones. Mientras tanto, algunas zonas del interior de Estados Unidos eran vaciadas y las infraestructuras del país – inadecuadamente financiadas– empezaban a hacerse pedazos de un modo que en otros tiempos habría sido impensable; aun así, los militares seguían despilfarrando millones de millones de dólares en sistemas de armas. Asimismo, la parte del Estado que no estaba implicada en la seguridad nacional –sobre todo el Congreso– empezaba a tambalearse y marchitarse. En el ínterin, uno de los dos grandes partidos políticos lanzaba una campaña –estilo ‘tierra arrasada’– contra los representantes del otro y contra la mera idea de gobernar de una forma razonablemente democrática o conseguir que se hiciese siquiera algo. Al mismo tiempo, ese partido se hacía añicos en medio del desorden, la competencia entre facciones que eran cada vez más extremas y producía lo que probablemente se convierta en la única famosa presidencia del caos. Por supuesto, Estados Unidos, con todo lo rico y poderoso que es, muy lejos está de ser un Afganistán o una Libia o un Yemen o una Somalia. Todavía sigue siendo una auténtica gran potencia y un país con importantes recursos para utilizar y a los cuales echar mano. No obstante, las últimas elecciones presentaron la chocante evidencia de que, en efecto, el imperio del caos ha emprendido el camino de vuelta a casa. Ahora está con nosotros, todo el tiempo. Habituémonos a la nueva situación. Contemos con que esto sea una parte sustancial de la presidencia Trump. En el plano nacional, por ejemplo, si usted pensaba que la razón de la disfunción política estadounidense era un Congreso que en esencia no aprobaba nada, solo espere hasta que un poder legislativo completamente controlado por el Partido Republicano empiece de verdad a aprobar leyes el año próximo. En el extranjero, el inesperado éxito de Trump no hará otra cosa que alentar el crecimiento de movimientos nacionalistas de extrema derecha y aumentar la fragmentación de un mundo cada día más desquiciado. Mientras tanto, las fuerzas armadas de Estados Unidos (a las que Donald Trump, durante su campaña electoral, prometió que inyectaría más financiación) está intentando imponer su propia visión del orden en las tierras lejanas: ya sabe usted perfectamente qué significará eso dentro de unos cuantos años. Todo esto no debería horrorizar a nadie es este nuestro nuevo mundo inaugurado el 8 de noviembre. Sin embargo, en este punto debemos hacernos una terrible pregunta: a partir de la elección de Donald Trump, ¿seguirá su curso el ‘experimento’ estadounidense? Tom Engelhardt es cofundador del American Empire Project, autor de The United States of Fear y de una historia de la Guerra Fría, The End of Victory Culture. Forma parte del cuerpo docente del Nation Institute y es administrador de TomDispatch.com. Su libro más reciente es Shadow Government: Surveillance, Secret Wars, and a Global Security State in a Single-Superpower World. Fuente: http://www.tomdispatch.com/post/176210/tomgram%3A_engelhardt%2C_through_the_gates_of_h ell/#more

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Chile/ Candidatura presidencial alternativa: La victoria de Valparaíso es el camino http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219216 Leopoldo Lavín Mujica Rebelión

El triunfo en las municipales de Jorge Sharp, en nada menos que Valparaíso, puerto mundialmente conocido por ser patrimonio de la humanidad, le muestra el rumbo a una izquierda alternativa que quiera actuar desde la estrecha, pero siempre útil vía institucional. Es obvio que los obstáculos que desde el duopolio se le impondrán a la Alcaldía dirigida por el joven luchador popular y universitario serán enormes. Valparaíso y Barcelona —¿por qué no? — ambas mirando al mar y con altitud de miras pueden ser referentes mundiales de una administración municipal que se apoya en las bases ciudadanas para hacer política democrática. Pero puede ser más que eso … POLÍTICA POPULAR PARA COMBATIR A LAS DERECHAS En efecto, esa manera de obtener una victoria inesperada es el modelo para levantar una candidatura presidencial y programática de izquierda alternativa. Se trata de aplicarlo a escala nacional. No hay por dónde enredarse entonces. Cuando un experimento social como una campaña electoral, fruto de la práctica política organizada de ciudadanos de abajo es un éxito, el buen sentido y la razón política misma llaman a reproducirlo para obtener los objetivos ya previstos o acercarse a ellos, para más tarde, en otra oportunidad, si es necesario, enmendar el tiro y continuar. Repetir creativamente adaptando el modelo y el proyecto a las nuevas contingencias es el método. Intentarlo con realismo pragmático y esperanzador. Evitando las trampas sistémicas de la política politiquera. En un mundo donde parece ser una fatalidad que ganen los propietarios de cuantiosas fortunas con medios financieros y comunicacionales enormes, para con demagogia de derecha y fascista manipular los temores, prejuicios, carencias y aspiraciones populares conviene reproducir las victorias obtenidas por las experiencias de quienes, salidos de las luchas populares, tienen la voluntad y la aspiración de cambiar las cosas sumando fuerzas. Conviene aprender de los y las que han hecho converger luchas y han articulado las demandas ciudadanas y populares. Los y las que han osado dar el salto a la lucha institucional (por conquistar posiciones ahí, pero que no deberían quedarse entrampados ahí) y han ganado. TRUMP Y LAS OPINIONES DE LOS MERCURIO

GIRARDI,

WALKER Y PEÑA EN EL

Claramente. El destino de Chile no puede quedar en manos de Piñera, el chileno émulo de Trump, político corrupto, demagogo y amante del dinero (hoy sabemos que el ex presidente invirtió en pesqueras peruanas después del fallo de la Haya), ni en las de Lagos, el bien “amado” de los empresarios por sus servicios privatizadores. Además de adulado por los banqueros como Jorge Awad por haberles entregado el CAE para lucrar

275 con el endeudamiento de los universitarios de familias de las clases medias y populares. El senador Girardi tiene el descaro de comparar a Lagos con Bernie Sanders. Tales dichos no sólo muestran la calaña oportunista de los PPD sino su falta de rigor en el análisis político. Sanders tuvo el coraje de hablar de Socialismo nada menos que en la campaña estadounidense, de “Revolución política y social”, y Lagos se reclama aún de la Tercera Vía (que demostró ser el neoliberalismo de la socialdemocracia) como lo hizo Bill Clinton, Tony Blair y su compinche el “mayordomo de las multinacionales españolas” (dixit Pablo Iglesias) Felipe Gonzáles. ¿Y Guillier? Hasta el momento, el senador que no sabe lo que firma, es una carta más en la manga de la Nueva Mayoría. Un político errático, sin convicciones profundas, el MEO algo prudente de la NM. Hay que desplazar el debate. En Chile se ha dejado de lado la victoria de Jorge Sharp y su equipo en Valparaíso. Y hasta el momento el joven alcalde electo ha demostrado no sólo ser una cara nueva y simpática sino un político inteligente que concitó amplios apoyos. Las fuerzas políticas conservadoras enquistadas en los sistemas representativos se dan un placer loco agitando el cuco del triunfo del magnate Trump en los EE.UU. Nos están queriendo decir: “Conténtense con lo que tienen porque puede ser peor”. El establishment chilensis o las elites políticas sacan provecho de la crisis política institucional de los sistemas parlamentarios capitalistas de Occidente diciendo: “En los sistemas representativos, que es lo que hay, no les queda otra que elegir a los que tengan propuestas reales y no sean demagogos. Sigan votando por los partidos que condujeron la transición” (recordemos que por ahí mismo se metieron el fascismo italiano y el nazismo alemán y se puede meter la Marina Le Pen del FN francés). Ese es el discurso del DC Walker en las páginas editoriales de El Mercurio del domingo 13 pasado. Los DC son fieles seguidores del ordoliberalismo alemán. (Ver mi columna sobre la DC(*). Como si en Chile no hubiera quedado claro que el problema político no es una cuestión de ideas o promesas programáticas sino de voluntad política y de construcción de fuerza social convergente y de manejo del conflicto para enfrentar la desigualdad, la corrupción política y el neoliberalismo empresarial defendido por el duopolio en bloque (Vamos y NM). Y al mismo tiempo construir las condiciones para institucionalizar el bienestar del pueblo con pensiones dignas, salud y educación pública. Es decir derechos sociales inscritos en una Constitución redactada por una AC. Por supuesto, a la hora de analizar las raíces del problema que arrastra Chile, para explicarlo a partir de factores políticos, sociales y económicos, los ideólogos de la elite no lo hacen. Prefieren adoptar oscuros discursos psicologizadores y, sobre todo, el del miedo que resulta de la amenaza económica, como el del neoliberal de Hacienda Valdés, en el cual son expertos (el chantaje de una baja del “crecimiento” y de la “productividad” o de ruptura de la “regla fiscal”). Cabe extraer conclusiones de los discursos del poder neoliberal. Ver por ejemplo cómo el articulista vedette de El Mercurio Carlos Peña, rector de la UDP, él mismo un producto mediático mercurial enlatado, para salvar la “modernización capitalista”

276 criolla o “globalización feliz”, le echa la culpa a los medios de comunicación y no a la cuantiosa fortuna de Trump y a las políticas neoliberales y timoratas del Partido Demócrata de H. Clinton por haber posibilitado el trago amargo de un furibundo capitalista presidente de la potencia militar. La lectura de Peña en su columna ¿Trump en Chile? (**), reveladora del espíritu sesgado del oportunista ideólogo derechista, tiene por objetivo darle duro a Guillier a quien trata de “embaucador” mediático, su enemigo del momento, y así levantar las cartas de su dupla preferida, Lagos-Piñera. VALPARAÍSO: EL EJEMPLO DEL TRABAJO CONJUNTO DE LAS FUERZAS ALTERNATIVAS CIUDADANAS Y DEMOCRÁTICAS En Chile entonces, la sorpresa política de la cual ya no se habla mucho y cuyo ejemplo es y fue la manera de infligir una gran derrota a las fuerzas del duopolio en su conjunto, además del efecto benéfico sobre las subjetividades como es el hecho de proyectar las esperanzas y demostrar el “sí es posible, también aquí”, fue el triunfo de Jorge Sharp en Valparaíso. Cabe entonces estudiar y aplicar las condiciones ganadoras que se construyeron en Valparaíso durante la campaña municipal para que lo que fue un relámpago quede como un faro. Aquí están en resumen. No es un catecismo político en pocas letras. Es un guía para la acción: El periodista pregunta: “¿Creían de verdad que iban a ganar la elección?” La respuesta de jorge Sharp es: “Por esa cantidad, no. Teníamos la sensación y lo veíamos en la calle. Lo que se expresó fue una década de trabajo de organizaciones y movimientos sociales. Es la sociedad organizada la que en Valparaíso le pegó un cachetazo a la política tradicional. Se articularon fuerzas donde está el movimiento Autonomista, Revolución Democrática, el Partido Humanista, el Partido Igualdad, fuerzas sociales, como el Pacto Urbano La Matriz o el Movimiento de Defensa de Valparaíso. Es la alianza política y social más amplia que se ha articulado fuera de los partidos tradicionales. No fue una mesa de negociación ni un acuerdo de café. Y tenemos objetivos de corto, mediano y largo plazo. La idea es generar una confluencia que le haga frente al neoliberalismo en Chile y que sea capaz de desdibujar los márgenes de la política actual, presa de la inercia del binominalismo”. No hay por dónde perderse entonces … Se puede… Y después veamos… Eso sí hay que trabajar con los que no creen en la vía institucional para cambiar las cosas, pero bien sabemos que las síntesis creativas se hacen en la práctica. --* http://g80.cl/noticias/columna_completa.php?varid=18596 ** http://www.elmercurio.com/blogs/2016/11/13/46540/Trump-en-Chile.aspx

Leopoldo Lavín Mujica, B.A. en Philosophie y M.A. en Communication publique de l’Université Laval, Québec, Canadá

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Necropolítica ILÁN SEMO

http://www.jornada.unam.mx/2016/11/19/opinion/020a1pol Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Holanda, Italia del norte, Austria, Finlandia... La tribu de los Jokers ha llegado –como anuncia Lundi Matinen su Carta a nuestros primos estadunidenses–. Y ahora incluso al corazón de la capital más significativa de Occidente: la Casa Blanca. O para ser más precisos, dos capitales: la otra es Viena. ¿Dónde se escenificará el siguiente paso? Puede ser en cualquier lugar. Ni el Brexit, ni el ocaso austriaco, ni la metamorfosis del Partido Republicano en Estados Unidos son meros accidentes; tampoco acontecimientos súbitos. Inesperada ha sido, en cambio, la facilidad con la que han atraído a los votantes agraviados por la autocomplacencia de los regímenes que hicieron de la política de austeridad el primado de la política en general. Y sin embargo, no se trata de una tendencia nueva, ni de una ruptura con los acontecimientos previos de la última década y media. Se trata de un corolario o una deriva, incluso una consecuencia, de lo que ya había emergido en la peculiar respuesta del establishmentestadunidense frente al atentado contra las Torres Gemelas en Nueva York en 2001. Día a día Donald Trump se revela como el Golem natural de ese establishment, no como su refutación. Trump no llega a la Casa Blanca, como los fascismos de los años 20 y 30, a unificar a una sociedad desgarrada a partir del primado del dominio del Estado, el partido único y los colapsos parlamentarios. Llega a intentar rescatar la lógica del mercado, banalizar la política y desmantelar las opciones que los nuevos sujetos sociales habían urdido con tantas dificultades desde 2008. Hace más de una década, cuando la crítica advertía que en la pequeña ínsula de Guantánamo se había gestado in nuceuna nueva forma del estado de excepción, propiciada por el propio estatus liberal, no mereció más que burlas e ironías de quienes hablaban de los males menores inevitables que debía admitir la vida democrática. Hoy ese concepto de democracia se ha revelado como lo que siempre fue desde los años 80: poliarquías parlamentarias – cuando no, como en el caso mexicano, una oligarquía parlamentaria– que desfondaron todos los tejidos de la politicidad de la sociedad. Trump es su caso extremo, y uno espera que no sea su némesis última. Nadie como él expresa de manera tan consecuente el carácter destructivo del que alguna vez habló Benjamin. Ese extremo anuncia cambios radicales al modelo original. Dos son los más visibles. La necropolítica: En todas partes de Occidente se construye el mismo fantasma; un fantasma dotado de tres cuerpos: el Islam, el migrante y los sujetos actuales de la política social, las vidas dañadas por las lógicas del mercado. Es un fantasma complejo, que tiende a instituir –se olvida con frecuencia que la dictadura no es una antítesis de las instituciones, ella misma es otra institución– los tejidos de lo público ya no en el gobierno de la vida, sino en la vulnerabilidad absoluta de la nuda vida. Es decir, extender el estado de excepción de la ínfima Guantánamo a poblaciones enteras enclavadas en las

278 grandes ciudades. La sola amenaza de la deportación pone en entredicho la base misma de la vida de esas comunidades, y con ello a las ciudades donde urdieron sus historias y destinos. Es el equivalente a la limpieza étnica sólo que con los argumentos de la economía de la opción racional. La necroeconomía: Una vez más, el sistema requiere, para retomar sus elementales niveles de reproducción, de la destrucción de vastas franjas de capital. Todo indica que la crisis de 2008 sólo tocó la superficie del fenómeno. Empresas rescatadas que nunca volvieron a funcionar, amplísimos sectores de trabajadores desplazados por la maquinidad digital, ramas enteras dislocadas, un capital financiero evidentemente parasitario. La lucha por los mercados apenas comienza, pero ya no en una versión universal, sino multiversal, multifrontal. Es muy probable que desemboque en los paradigmas del proteccionismo y el nacionalismo. Es decir, la pregunta de cómo territorializar mercados cautivos y capitalizar desventajas entre las grandes potencias. Una parte impactante de la sociedad estadunidense ha decidido que la transición a esta súbita incógnita no será gratuita. Nunca desde los años 60 la resistencia había sido tan tenaz como hasta ahora. A nosotros nos toca hacer lo imposible para hacerles saber que no están solos.

"EE.UU. necesita a Trump si quiere que la gente despierte" https://actualidad.rt.com/programas/keiser_report/223999-trump-genteimplicacion-politica En este especial de Keiser Report sobre las elecciones estadounidenses, Max y Stacy hacen de médiums para contactar con los medios de comunicación 'fallecidos' el 8 de noviembre y hablar de las guerras de memes y el fracaso del periodismo moderno. En la segunda parte Max entrevista a Tim Pool, periodista independiente galardonado por su innovador uso de la tecnología móvil y las redes sociales sobre el papel de los memes y los medios en el triunfo electoral de Trump.

siga leyendo... https://actualidad.rt.com/programas/keiser_report/223999-trump-genteimplicacion-politica

Televisa entra a posicionar candidata en la política mexicana...una serie con dedicatoria: Margarita Ester Zavala Gómez del Campo es una abogada y política mexicana. Fue la Primera Dama de México durante la presidencia de Felipe Calderón Hinojosa

http://television.televisa.com/programas-tv/programas-series-ymas/noticias/2016-08-17/candidata-silvia-navarro-protagonista-elenco-novelapolitica-pre/