Lectura de la Biblia, relectura del cristianismo

Lectura de la Biblia, relectura del cristianismo Prof. María de las Mercedes Guerrero “El desconocimiento de las Escrituras, es desconocimiento de Cr...
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Lectura de la Biblia, relectura del cristianismo Prof. María de las Mercedes Guerrero

“El desconocimiento de las Escrituras, es desconocimiento de Cristo” San Jerónimo

I. Centralidad de la Palabra La Biblia tiene centralidad en la catequesis, por ser ésta la principal fuente de la Teología1 en cuanto depósito de la Revelación de Dios a los hombres junto con la Tradición Apostólica y el Magisterio de la Iglesia. Por ser Palabra inspirada por Dios, su Mensaje en cuanto a su validez es atemporal, prueba de ello son más de veinte siglos de cristianismo transcurridos y el hecho que continuamos leyéndola. Respecto al modo de abordarla en cambio no puede ser atemporal, ni invariable. Todas las épocas han tenido su modo de hacerlo: en la comunidad cristiana del siglo III, bajo la dominación de un imperio opuesto a los valores del reino, sin duda se buscaría consuelo y esperanza ante tanta adversidad. Distinta, sería en cambio la situación de una comunidad cristiana medieval, inmersa en una matriz cultural de cristiandad, pero donde sólo tenían acceso a las Escrituras el clero que la interpretaba de modo espiritualista y sin mucha vinculación con la vida del pueblo y sus necesidades concretas. Entrada la modernidad con su irrupción de cambios sociales y primacía de la razón, el surgimiento de la imprenta hizo posible la publicación de modo más masivo, difundiendo su mensaje a los laicos instruíos que dominaban el latín. O lo que ocurre en una misma época cuando personas con su propio bagaje (social, personal…) se han acercado a la Biblia desde allí, desde lo que son y les pasa, encontrando en ella justificaciones para acciones y prácticas contradictorias: opresores y oprimidos han leído la SE y ambos han hallado justificación o consuelo en ella leyendo el mismo mensaje cristiano. 1

La Sagrada Teología se apoya como fundamento perpetuo en la palabra escrita de Dios... El estudio de la Sagrada Escritura debe ser como el alma de toda la Sagrada Teología. (DV n.24.)

¿Cómo puede esto ser posible? ¿Acaso el mensaje es manipulable y dice a cada sector lo que quiere “escuchar”?2 De ninguna manera, el mensaje en sí mismo no cambia, sino su transmisión. Se podrían seguir enumerando épocas, situaciones y modos de

abordaje

según las circunstancias concretas de quienes la leen. Lo que se intenta mostrar es que toda lectura de la Biblia es una relectura, no sólo de las Escrituras, por tratarse de un nuevo abordaje, con nuevos interrogantes, sino también una relectura del mensaje cristiano mismo y su realidad para los hombres de cada época. Y así debe ser pues se trata de inculturar la fe, razón por la cual el mensaje de Jesús no puede ser algo paralelo, yuxtapuesto o ajeno a la vida del hombre. Hablar de relectura, es hablar de una nueva “lectura” de las realidades sustanciales del Cristianismo. Releer la historia quiere decir rehacer la historia, desde abajo, haciendo de la historia personal y comunitaria de cada uno, historia de salvación. Por un lado poder re-leer los acontecimientos de la propia vida y encontrarle sentido. Por otro re-leer el cristianismo para que la Palabra de Dios ilumine esa realidad, haciendo experiencia de Dios en el aquí y ahora.3 No existe una interpelación fija, sino nuevas interpretaciones dadoras de sentido para los hombres de hoy, acordes a su propia historia y a sus propias búsquedas de Dios.

II. Re-lectura del cristianismo y modelos pastorales De la “lectura” de la Biblia que se realice será la re-lectura del cristianismo y por ende el modelo pastoral que fundamente: 4

2

Toda la Escritura transmite el afán liberador de Dios que “oye” el clamor de su pueblo.

3

Re –legere ; re-ligare; re- eligere : tres sentidos de la raíz de religión

4

Extraído de Pastoral educativa,¿es o será?, por Santiago Rodríguez Mancini, fsc en Revista Vida Pastoral, nº 235 Mayo – Junio 2002

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Catequesis de cristiandad:

Caracterizada por una Pastoral de mantenimiento de la estabilidad y las convicciones existentes, donde los conflictos son “problemas” morales a controlar. Dicotomía entre religión-ciencia con limitaciones éticas. Una catequesis con contenidos fijos, fórmulas doctrinales. Los catequizandos considerados como sujetos a moldear, pues los únicos poseedores de la “verdad” son los adultos. Una tendencia meramente reproductiva. - Catequesis de la modernidad: Una Pastoral tendiente a la evangelización de la cultura pero con acento en contenidos comprendidos de modo abstracto, sin inculturación del Evangelio. La catequesis es sinónimo de educación religiosa escolar, academicista y sin interrelación con la vida. - Catequesis "vitalista": Una Pastoral de lo cambiante y emergente como respuesta a las demandas y cambios del entorno. Catequesis centrada en lo vivencial acorde a los intereses mudables de los destinatarios, vaciamiento de contenidos. Actividades con poca integración, gran improvisación. - Catequesis "para el sentido": Una Pastoral capaz de interpretar los “signos de los tiempos” manifestados en la historia, en una comunidad eclesial con protagonismo laical y femenino. Una catequesis kerygmática, situacional, Cristocéntrica transformadora de lo personal y social, donde la fe se presenta como oferta de sentido, basada en la relación (religare), que busca la evangelización de la cultura y la inculturación de la fe y que es profética (denuncia y anuncia). III. Abordaje de la SE en la Catequesis, hoy: Por clásico que parezca nos remitiremos a la Lectio divina5 (lectura orante) como modo de abordaje de la S.E para develar su sentido mas profundo. 5

Expresión que procede de Orígenes, estudioso y amante de la Biblia, vivió en Alejandría en el s. III d. C. Fue en la Edad Media, en los monasterios, donde esta lectura orante de la Biblia se practicó y sistematizó.

Por la Lectio Divina se entabla un diálogo con Dios, que nos habla a través de su Palabra. Ver: ¿Qué dice el texto? Se trata de partir de la realidad, indagando, escuchando, entendiendo el significado del mismo en su contexto original, para luego encontrar las pistas para “juzgar”. Juzgar: ¿Que me dice el texto? discernir para poder responder desde mi situación concreta, iluminando mi realidad con la Palabra. Será necesario poner el texto y su contexto en dialogo con el nuestro, actualizándolo de modo de poder descubrir lo que Dios quiere comunicarnos. Actuar: la Palabra llama, invita a una transformación personal y comunitaria, a un compromiso desde la fe para humanizar la historia. Se trata de inculturar el texto, poniéndolo en contacto con modos de pensar, sentir, vivir y expresar para evangelizarnos, liberarnos por los valores evangélicos. “El que escucha la palabra y no la practica es como el hombre que se miraba en el espejo...y olvidaba su rostro” (Sant1, 23).

De este modo se culmina el proceso, que es a la vez un nuevo comienzo que permite sumergirse en los acontecimientos, interpretándolos, transformándolos comprometidamente con nuestro tiempo, haciendo presente a Jesús en nuestra propia historia, lo cual muchas veces implica una opción radical, la del reino. Sólo así la Palabra podrá ser actualizada, considerando la Revelación como el diálogo amoroso entre Dios y los hombres y no como un catálogo de dogmas. La Palabra que es profética denunciará lo que contradice el plan de Dios, y anunciará la Buena Noticia del Reino. “El evangelio se nos revela en la medida en que, la realidad por su contradicción denuncia el conflicto del hombre concreto…” (P. Richard)

IV. Claves para la interpretación bíblica: -

El otro como clave hermenéutica:

Poder descubrir el rostro de los otros, el otro- hermano como clave de interpretación porque “es en el otro donde me miro a mí mismo y miro al Absoluto”. Sólo con el otro percibimos la esencia de toda nuestra existencia. Porque nuestra relación con Dios, es una relación mediatizada por el otro- hermano “Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto.” (I Jn4, 20)

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Una antropología del encuentro:

Porque el hombre es esencialmente religioso, se re-liga, se vincula con los demás en una relación de igualdad, de fraternidad, de comunión. Es en esa donación de sí mismo, en ese encuentro de libertades (con el otro – Otro) que se hace posible un entramado de lazos de comunión-solidaridad. - En clave Cristocéntrica: Jesús como clave para entender toda la Escritura, porque la pascua ilumina la comprensión de éstas como ocurrió con los discípulos de Emaús (Lc 24, 13-37) - Emaus como paradigma de interpretación6: Emaús no ya como lugar de fuga, evasión, de dar la espalda a la realidad agobiante (…), sino como punto de partida para un nuevo comienzo: “regresar a Jerusalén”, lo que implica: 

“caminar juntos”, tiempo de escuha y amistad (v.13-24), conocer la situación de los otros (dos discípulos) para convertir ese silencio y resignación en escucha y diálogo capaz de provocar el acercamiento entre las personas. Los dos discípulos “ven” su realidad y la analizan, sólo después de eso Jesús les remitió a las Escrituras. Del mismo modo intentar inculturar la Palabra en nuestros destinatarios, quienes si desconocen su propia realidad no podrán tomar conciencia, ni transformar, ni convertir.

6

C. Mesters en: “La nueva lectura de la realidad presente”, La Biblia en la Nueva Evangelización



“se les abrieron los ojos”, tiempo de la palabra y la iluminación: que sólo ocurre con la práctica que transforma la vida, la teoría sólo encandila. (v.25-27)  Gestos concretos, tiempo de compartir material y espiritualmente: la explicación de la SE no fue suficiente para que los discípulos descubrieran a Jesús resucitado, sino que fue el gesto concreto de partir el pan, por el que lo reconocieron.(v.28-37)

V. Claves para la lectura bíblica: - Atender a la historia: personal, social, eclesial, para que pueda ser iluminada. - Comprometerse con los pobres para anunciar a Jesús resucitado, signo de un tiempo nuevo. - Orar, porque Dios continúa hablando hoy, para mostrarnos sus designios de salvación. - Hacerlo en comunidad, porque es en comunión donde el E.S. asiste y anima. “tengan presente, ante todo, que nadie puede interpretar por cuenta propia la Escritura…porque no ha sido anunciada por voluntad humana, sino que los hombres han hablado de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo.” (2Ped 1,20-21)

-Dentro de la tradición de la Iglesia (DV12), teniendo en cuenta los descubrimientos del pasado, por analogía de la fe en Cristo en todo tiempo. - Tener en cuenta lo sistematizado por Dei Verbum7 respecto de la SE: 1- Considerarla como Palabra divina y humana, no pudiendo ser separadas, humanidad que se expresa en lenguaje humano (condiconamientos, géneros literarios…) para poder conocer lo que Dios quiere transmitirnos. 2- Respetar el principio de totalidad, integridad y unidad de toda la S.E (A.T y N.T) parte de una única historia de salvación, siendo imposible fragmentarla aislar pasajes, o quedarnos con “verdades absolutas”. 3- Actualizarla por medio de la hermenéutica, rescatando lo esencial del mensaje, sin manipularlo, ni cayendo en literalismos fundamentalistas.

“Hermenéutica bíblica y metodología exegética”, en A. M. Artola y J. M. Sánchez Caro, Biblia y Palabra de Dios, volumen 2 de Introducción al estudio de la Biblia, Estella 1989, pp. 243-435. 7

VI. Actualización Los cambios acaecidos en el mundo, las diversas experiencias y condiciones hacen necesario hoy, poder abordar la SE desde nuestra propia matriz, cualquiera sea ésta (como mujer, madre, latinoamericano….), acercándonos a ella desde otra clave, mas acorde al presente. Porque la Palabra “habla” al hombre de hoy en diferentes contextos sociales y personales en relación a los cuestionamientos, necesidades y resonancias hechas por cada uno de éstos. Tal pluralidad de significancias, surge de la lectura bíblica en cada uno de esos contextos y del modo como la Palabra ilumina dichas situaciones. Así la lectura de la Biblia, en tanto Palabra viva continúa hablándonos en todo tiempo y en toda circunstancia histórica con sus éxitos, fracasos, luchas, esperanzas…revelando el sentido de tales acontecimientos y éstos a su vez revelan el sentido de las Escrituras en nuestra vida. Esto hace posible que en cada tiempo y momento se pueda hacer una relectura del mensaje cristiano, produciéndose la interpelación entre la Palabra y la vida: partimos de ésta con interrogantes y volvemos con respuestas. Ese diálogo continúa, dándose una verdadera circulación entre el texto y el lector, de modo que cada vez que nos acercamos son diferentes los interrogantes que nos mueven. Sólo desde este diálogo se puede comprender, el plan salvador de Dios, en aquello que nos sucede. Esa relectura del Mensaje cristiano se da como respuesta al desafío planteado por la nueva situación histórica del creyente, llevándonos a repensar la revelación de Dios. Parafraseando a Torres Queiruga quien compara a la SE con una partera, mayéutica bíblica: “palabra que ayuda a dar a luz la realidad más íntima y profunda que ya somos por la libre iniciativa del amor que nos crea y nos salva”, haciendo evidente con nuestro testimonio comunitario, aquello que ya pertenece de derecho a todo ser humano. “la revelación se realiza incorporando en sí la carne y la sangre del esfuerzo humano ”.

Es decir una lectura bíblica que contemple el contexto de la comunidad de fe.

Así la revelación bíblica ha de ser pensada como una historia que continua y en la que estamos implicados, no se trata sólo de una verdad objeto, sino de la salvación en curso, aconteciendo. Jesús mismo se presenta como continuador de la Antigua Alianza y a su vez antes de su partida promete a los discípulos el Espíritu de verdad que seguirá enseñándoles, continuando con la historia de salvación cuando reinterpretan las doctrinas de Jesús, estableciéndose un vínculo entre historia de salvación e historia de la interpretación. Toda relectura es valida si devela los designios amorosos y salvificos de Dios “Dios es amor" (1 Jn 4, 8).

VII. Animación pastoral, animación bíblica: “Una pastoral bíblica, entendida como animación bíblica de la pastoral, que sea escuela de interpretación de la Palabra, de comunión con Jesús, y de evangelización inculturada o de proclamación de la Palabra” (D A 248).

Toda pastoral y catequesis ha de nutrirse de la S.E (DV 21), de lo expuesto más arriba se desprende que de la “lectura” de la Biblia que se haga será la relectura del cristianismo y el tipo de catequesis resultante. Sintetizando, la Biblia ha de ser la principal fuente de conocimiento en la catequesis, ha de permitir a los hombres y mujeres de hoy iluminar su existencia concreta, de modo de transformarla, animándolos a comprometerse en la construcción de una nueva sociedad. ¿Por qué? Porque sólo así se podrá construir la identidad cristiana de un sujeto que encuentre sentido a su propia experiencia, que sea capaz de construir significados, cosa que sería imposible si sólo es objeto pasivo de infusión de contenidos como ocurre cuando se fetichiza la S.E y se pierde de vista que es ícono de la Revelación de Dios en la historia. Desde la Catequenia se interrogará a la Biblia desde una nueva perspectiva, para que pueda revelar cosas aparentemente ocultas, ampliar otras o corregir interpretaciones pasadas que responden a intereses parciales o cosmovisiones distintas. Se tendrá en cuenta lo propuesto en el Documento de Catequesis de Medellín

(n. º 6) donde se destaca la dimensión antropológica: “De acuerdo con la teología de la Revelación, la catequesis actual debe asumir totalmente las angustias y esperanzas del hombre de hoy para ofrecerle posibilidades de una liberación plena, las riquezas de una salvación integral en Cristo, el Señor. Por eso debe ser fiel a la transmisión, no solamente del mensaje bíblico y su contenido intelectual, sino también de su realidad vital encarnada en la vida del hombre de hoy. Las situaciones históricas y las aspiraciones auténticamente humanas constituyen parte indispensable del contenido de la catequesis. “

La revelación no es vista en un pasado distante, lejos del mundo y fuera de la vida, sino en las situaciones de cada día, en la realidad cotidiana, suscitando una nueva experiencia de Dios, que permita releer el pasado, y proféticamente asumir los hechos dolorosos del presente con sentido crítico y conciencia de misión, para descubrir en ellos el llamado de Dios, de modo de hacer transparente la realidad para revelar a Dios presente en ella. Presencia que exige conversión, fraternidad, justicia y gratuidad. “No se trata tanto de interpretar la Biblia, cuanto de interpretar la Vida a la luz de la Biblia” (Cardenal König).

BIBLIOGRAFÍA - BUBER, M., Yo y tu, Madrid: Caparrós, 2005. - CONCILIO VATICANO II DEI VERBUM, sobre La Divina Revelación, 1965 - II Conferencia del Episcopado Latinoamericano, Documento de Medellín, 1968 - V Conferencia gral del Episcopado Latinoamericano y el Caribe, Documento de Aparecida, 2007. CROATTO, S, Hermenéutica Bíblica, Lumen, 1994 - CROATTO, S Hermenéutica Práctica, Centro Bíblico Verbo Divino, 2002 - SCHOEL, A., Apuntes de Hermenéutica, Trotta, 1994. - TAMAYO, J Conceptos fundamentales del cristianismo, Trotta, 1993 (T. Queiruga desarrolla el concepto de Revelación pp.1216-1232) - TORRES QUEIRUGA, A La Revelación de Dios en la realización del hombre, pp. 505. ed. Cristiandad, 1987.