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posdata Suplemento Cultural

LIBROS PARA NIÑOS Y JÓVENES ■ Volúmenes de letras, cifras, objetos o animales, historias sin palabras, cuentos ilustrados y novelas para adentrarse en la lectura a distintas edades (págs. 1-5).

Arantxa Bea

Peter Pan ya no lleva mallas verdes: sus rodillas asoman blanquecinas bajo un traje de hojas alargadas y ocres. En la edición que Elena Odriozola (San Sebastián, 1967) ilustró para la versión en catalán que publicó Edebé en 2005 —y que todavía puede encontrarse en las librerías—, Campanilla es un hada gordita y el capitán Garfio, un pirata elegante y sofisticado, aunque per verso. Algunas voces se han mostrado críticas con estas representaciones porque alegan que su delicadeza y languidez contradice el espíritu aventurero y rebelde de Peter Pan. ¿Pero acaso lo que más desean los pequeños habitantes del país de Nunca Jamás no es una madre que los arrope por la noche y les lea cuentos antes de dormir? Probablemente las imágenes de Elena Odriozola no están tan alejadas del tono de esta versión libre para niños que Josep-Francesc Delgado ha escrito de Peter Pan. Sin embargo, sí existe consen❙❙❙ so respecto a la idoneidad y convergencia de las imágenes de Odriozola y el cuento de Txabi Arnal Tres hermanas ladronas que Oqo publicó el año pasado en castellano y catalán, una historia con ingredientes maravillosos sobre tres hermanas que quieren brillar más que el sol del verano y que, tras diversos intentos frustrados, lo consiguen cuando la menor tiene un bebé: aunando ternura y picardía, el volumen es una pequeña obra de arte. No es fácil establecer criterios realmente útiles que determinen con exac-

Desde hace unos años se están traduciendo álbumes de Davide Cali o Wolf Erlbruch

Una selección de grandes obras infantiles ilustradas

Las rodillas de Peter Pan y el vestido de Caperucita

titud la adecuación o no de texto e ilustraciones en los libros para niños; lo que sí es cierto es que la relación entre ambos elementos —más o menos armónica o contrapunteada— construye el sentido del álbum; en un buen volumen ilus-

trado imágenes, formato y texto se complementan —por similitud, por reiteración o, en ocasiones, por contraste—, la historia avanza por las palabras y los dibujos sin tropezar, sin encasquillarse, sin redundancias. Así sucede en L’enemic,

CLÁSICOS. Una de las primeras escenas del «Robinson Crusoe» sin palabras del dibujante Ajubel (Media Vaca). Arriba, ilustración de Alberto Vázquez para la versión de «Hop Frog», un cuento tenebroso de Edgar Allan Poe publicado por Oqo.

de Davide Cali y Serge Bloch (recién publicado en catalán por Takatuka y en castellano por SM): los dibujos esquemáticos casi minimalistas que Bloch combina con otros materiales —fotografías de personas o vegetales— integran las frases breves, concisas, de Cali; todo avanza para mostrar la soledad y la sinrazón de un soldado en una trinchera —un agujero simulado en la página— que lucha contra otro soldado en la trinchera enemiga. No es la primera vez que Davide Cali —autor italiano nacido en Suiza en 1972— y Serge Bloch (Colmar, Francia, 1956) trabajan juntos: en 2005 ganaron el prestigioso premio Baobab del Salon du Livre et de la Presse Jeunesse de Montreuil con Moi, j’attends, un conmovedor poema visual que entreteje las distintas etapas de la vida de un hombre — infancia, juventud, edad adulta y vejez— y que Ediciones B ha traducido como El hilo de la vida. Sin embargo, y aunque sorprenda después de haber visto estos volúmenes con unas representaciones diminutas, casi monocromas y de colores fríos, en medio de grandes espacios blancos o negros, las historias de Davide Cali, emotivas y con puntos de humor, también congenian, por ejemplo, con los dibujos barrocos, de grandes volúmenes y colores fuertes de Anna Laura Cantone en Un papá a la medida (Edelvives, 2005 en castellano y Baula, 2004, en catalán), y Quiero una madre robot (Ediciones del Laberinto, 2008, en castellano, y Editorial Claret, 2007, en catalán), finalista del Premi Llibreter 2007 en el apartado de álbumes ilustrados que otorga el Gremi de Llibreters de Catalunya. Otro de los grandes autores de literatura infantil cuyas obras se están traduciendo los últimos años es Wolf Erlbruch (Wuppertal, Alemania, 1948) —Premio Hans Christian Andersen 2006—: tras el éxito de La gran pregunta (Kokinos, 2005 en castellano y catalán), donde distintos seres como el hermano, el gato, la abuela, el pájaro, la piedra, la muerte, etc., responden de diferente manera a la cuestión que les plantea un niño —qué hago aquí—, recientemente Kalandraka ha publicado El topo que quería saber quién le había hecho aquello en la cabeza (también en catalán en la misma editorial): la historia de un topo al que le cae una caca y, enfadado, busca al responsable para vengarse: ante sí desfilan varios animales que muestran cómo hacen sus excrementos y qué forma tienen; la búsqueda finaliza con la complicidad de dos moscas que delatan al perro como único responsable; pero la venganza del tálpido es irrisoria: su pequeño excremento apenas se ve sobre la cabeza de un can inmenso. Como comenta Pep Molist en Dins del mirall. La literatura infantil i juvenil explicada als adults (La Galera), este libro se vincula con dos de los intereses de los más pequeños: la escatología y los animales domésticos. Sorprende la diversidad de tonos y registros que Erlbruch es capaz de crear en sus cuentos ilustrados, como en Leonardo (Takatuka), en el que el chaval protagonista, apasionado por los perros con grandes colmillos y aspecto fiero —aunque temeroso de ellos— ladra y aúlla al despertar cada mañana y muerde los bajos de los pantalones de los adultos, has-

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LIBROS PARA NIÑOS Y JÓVENES ➜ Imágenes que cuentan historias y colecciones de letras y animales

>> ta que de pronto se cumple su deseo y se convierte en un perro, alguien mucho más tratable que el pequeño revoltoso y maleducado; pero el animal, a pesar de su potencial fiereza, tiene miedo de los niños. Representaciones no figurativas

Quizá una de las cuestiones más debatidas en el ámbito de la creación infantil sea la necesidad o no de mantener cierto grado de figuración en las ilustraciones: da la impresión de que al texto se le concede mayor libertad —se habla de imaginación y fantasía—, mientras que las imágenes demasiado abstractas son, a veces, vistas con cierto recelo. Sin embargo, desde principios de siglo XX se ha experimentado con casi todas las técnicas artísticas y los resultados han multiplicado las formas del libro infantil. Recientemente se han publicado dos volúmenes de la vanguardista Kveta Pakovská (Praga, 1928), cuya estética se inspira en la tradición de artistas como Paul Klee, Vassily Kandinsky o Joan Miró: su personalísima Caperucita roja (Kokinos) de formas geométricas se enfrenta a un lobo cuyo cuerpo surge de una escultura de rectángulos negros, plateados, azules y amarillos, una edición que muestra cómo también es posible llegar a la infancia con elementos artísticos abstractos. Y Hasta el infinito (Faktoría K), un juego de letras y cifras voluminoso y poético en el que Pakovská despliega sus peculiares estructuras de papel. Escenas oscuras, tenebrosas, impactantes, en el límite entre la figuración y la abstracción son las que ha creado Alberto Vázquez para Hop Frog, de Edgar Allan Poe, en versión de Paco Liván (Oqo): la venganza de un bufón loco, enano y cojo que, tras sufrir las humillaciones del rey, acaba untándolo de alquitrán y prendiéndole fuego junto a los ocho ministros de la corte. Proporciones desmesuradas, manchas rojas, grises y negras, trazos que son casi tachones y el equilibrio entre imágenes, texto y espacios en blanco refuerzan la atmósfera asfixiante y cruel que tiene el cuento de Poe. Nadie podrá decir que estas imágenes no se adecuan al tono de la historia —otra cosa es si alguien, afectado de pedagogía, se queja de excesiva atrocidad.

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La «Caperucita roja» de la vanguardista Kveta Pakovská muestra cómo es posible llegar a la infancia con elementos abstractos

Alfabetos, bestiarios y otras series para pequeños lectores

Las mil y una formas del abecedario A. Bea

Síntesis, sugerencia y connotación, tres procesos para conseguir el tránsito afortunado del lenguaje escrito al gráfico: así explica Leonardo Padura en las páginas finales el trabajo que el dibujante cubano Ajubel ha realizado en su Robinson Crusoe (Media Vaca), una novela en imágenes inspirada en la obra de Daniel Defoe; Ajubel aprovecha el conocimiento previo que los lectores poseen de las aventuras del naufrago más famoso de la historia de la literatura para concentrarlas en setenta y siete escenas expresionistas y de colores exultantes —es el primer volumen que esta editorial publica a todo color y no en dos tintas. El resultado,

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Con «El estrafalario libro de imágenes del duende Blas» (Juventud) los niños aprenden los objetos de su entorno a través del estilo surrealista de Emmanuelle Houdart

como dice Padura, transmite «las esencias del texto: el precio de los sueños, el desamparo de la soledad, el ansia del regreso», a la vez que mantiene la independencia del original y permite otras lecturas menos sofisticadas, más inmediatas en manos infantiles. Las historias sin palabras forman parte de los primeros libros de los más pequeños. Junto a ellos, los abecedarios, bestiarios y todo tipo de series, obras que, careciendo de narración, establecen un vínculo visual entre elementos diversos. Así, por ejemplo, con El estrafalario libro de imágenes del duende Blas (Juventud/Joventut), estos lectores principiantes pueden aprender y transformar los objetos

SIN PALABRAS. Uno de los setenta y siete cuadros En la imagen inferior, el bufón Hop Frog a los pies

de su entorno con el estilo surrealista y levemente per verso de Emmanuelle Houdar t (Suiza, 1967). La gama de los libros de series de imágenes es inmensa: casi en el otro extremo, con unos dibujos esquemáticos, per filados con una gruesa línea negra y con colores planos, están los bestiarios de Guido Van Genechten (Bélgica, 1957) Animales salvajes y Animales del campo (Algar/Bromera), dos libros en formato de cartón grueso y con letra ligada para lectores curiosos a par tir de un año. Cifras y letras

El abecedario es un subgénero versátil que permite la utilización de técnicas artísticas muy distintas: desde los juegos de colores y formas geométricas del ABCD de Marion Bataille (Kokinos), pasando por las estructuras desplegables de papel del grueso Hasta el infinito, de Kveta Pakovská (Faktoría K), hasta un inquietante Viaje de la A a la Z en 27 falsas estampas de Alex Escorihuela (Kalandraka), en el que un personaje recorre mares, montañas y bosques, escenarios de tonos marrones, ocres, rojizos y caquis, hasta regresar a la habitación original, lugar en el que concibió este tra-

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Jordi Sierra i Fabra Elena Odriozola (il.)

Erio Gherg y Jörg

Natalia Colombo

Max se’n va / Max se va Takatuka, Barcelona, 2008

A prop / Cerca Hipòtesi / Kalandraka, 2008

Grans il·lustradors com Elena Odriozola o Noemí Villamuza, junt a autors de renom dins de la literatura infantil i juvenil col·laboren en El meu món i jo, una col·lecció educativa adreçada als més menuts que es presenta en un maletí amb 13 títols. La versió en castellà la publica Algar.

Sorprenent i original és aquesta breu història en què els animals condemnen sense proves al corb Max d’haver-se menjat al xicotet capgròs Àlex; quan es descobreix la veritat, Max decideix abandonar la granja: amb amics així no calen enemics. Un dels primers títols amb què Takatuka comença el seu recorregut editorial.

Natalia Colombo ha guanyat el I Premi Internacional de Compostela per àlbums il·lustrats amb la història del senyor ànec i el senyor conill que sempre es creuen i mai no se saluden. Un volum en què destaca l’evidència de les pinzellades, el joc amb els enquadres i la divisió en fragments de la doble pàgina.

Paula Carbonell Cecilia Afonso (il.)

Genichiro Yagyu

Buscando el Norte Oqo, Pontevedra, 2008

Costras Media Vaca, Valencia, 2008

En los límites entre figuración y abstracción se encuentra este álbum en el que una babosa busca el camino de regreso al país de los melocotoneros: moluscos, insectos, vegetales y astros son representados con figuras geométricas y muestran texturas procedentes de distintos materiales: papel continuo, vegetal, cartulinas, corcho, etc.

Costras es el quinto título de la nueva serie El mapa de mi cuerpo que consta, además, de Agujeros de la nariz, Plantas, Tetas, Dientes y Ombligo. En este caso, el autor japonés Genichiro Yagyu explica con humor y detenimiento el proceso de cicatrización de las heridas. Una excelente colección divulgativa sobre el cuerpo humano.

L’escola / La escuela Bromera/ Algar, Alzira, 2008

expresionistas de Ajubel en su versión gráfica de «Robinson Crusoe» (Media Vaca). del despiadado rey en el cuento de Poe que ha ilustrado Alberto Vázquez (Oqo).

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Los dibujos góticos de E. Gorey en «La colla mata-degolla» son un antecedente de Tim Burton ❙❙❙

Las imágenes de Pablo Auladell ilustran el «Adivinancero antológico español» ❙❙❙

«Descobrir l’art a través del món» explica dieciocho obras de arte de los cinco continentes

>> yecto alfabético y circular. O el macabro La colla mata-degolla (Angle), de Edward Gorey (Chicago, 1925-2000), donde cada letra corresponde a la inicial del nombre de un niño que morirá trágicamente pero con humor: «La G d’en George, ofegat per una catifa (…) La L d’en Leo, que es va empastar unes xinxetes (…) La N d’en Neville, que va mo-

rir d’avorriment». El estilo gótico de Gorey es un antecedente de las famosas creaciones de Tim Burton.

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Adivinanzas y «pop-up»

Otra serie con resultados muy diversos son las adivinanzas: desde el pequeño formato de las Musarañas (Obrabierta), de Francisco Pérez de los Cobos con dibujos de José Cámara Alberola, hasta el voluminoso Adivinancero antológico español (Anaya), de José Luis Gárfer y Concha Fernández, ilustrado por Pablo Auladell (Alacant, 1972): extrañas imágenes que recuerdan antiguas láminas separan los capítulos de animales, cosas, cosmos, ideas y así, alfabéticamente, hasta terminar con el tiempo y los vegetales; un minucioso trabajo de recopilación y clasificación de la tradición oral de coplas y versos en los que se descubre un ser, un objeto o un sentimiento. En formato de álbum, la misma editorial ha publicado Adivina adivinanza tengo un cero en la panza, donde Àngels Navarro ha recopilado cerca de ciento cincuenta adivinanzas cuya respuesta se encuentra en el propio enunciado y que dialogan con los grandes dibujos a dos tintas de Mariona Cabassa. Y las 10 endevinalles infantils (Tàndem) que otros tantos alumnos de varios centros educativos valencianos han creado a partir del ya casi clásico Les endevinalles de Llorenç: la cuidada edición con ilustraciones desplegables de Montse Gisbert y Carmela Major sitúan el volumen en la intersección entre las adivinanzas y los pop-up, otro subgénero infantil caracterizado por poseer hojas desplegables, animadas, con aberturas o tridimensionales. Los contenidos son muy variados, como muestran los recién aparecidos Ya es Navidad, de Stephen Lambert (La Galera), con estructuras en tres dimensiones, o Descobrir l’ar t a través del món (Hipòtesi / Faktoria K), de Caroline Desnoëttes, que recorre y explica 18 obras de arte de otros tantos lugares de los cinco continentes.

Jordi Garcia Vilar Cèsar Barceló (il.) Gorki Denes, Paiporta, 2008

Carles Cano Paco Giménez (il.) Contes d’ahir i de sempre Perifèric, Catarroja, 2008 Els dibuixos estilitzats de Giménez acompanyen aquests contes en què Carles Cano ha volgut retre homenatge a la rondallística tradicional i a l’autor italià Gianni Rodari.

Estranya i surrealista és la història del nou títol de la col·lecció Llibres del Cocodril, de Denes: Gorki, un gosset xicotet i blanc vol menjar-se la nit perquè la confon amb una immensa pastilla de xocolata; en contra d’allò que tots pensen ho aconsegueix, i el seu pèl s’enfosqueix com la nit.

Gianni Rodari Javier Zabala (il.) El hombre que compró la ciudad de Estocolmo SM, Madrid, 2008 Esta delicada historia de Gianni Rodari, uno de los grandes creadores de cuentos, se funde con los collages y texturas de las ilustraciones de J. Zabala.

Peter Stamm Jutta Bauer Per què vivim als afores de la ciutat Tàndem, València, 2008 Que ningú espere continguts pedagògics en aquest àlbum genial del suís P. Stamm i l’alemanya J. Bauer. Es tracta de la llarga peregrinació d’una família rere un lloc on viure a gust: pares, fills, avis i gat viuen a l’autobús, al bosc, al cinema, en un violí, en un barret, a la lluna, enlloc, etc., abans d’instal·lar-se definitivament als afores de la ciutat.

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LLIBRES PER A XIQUETS I JOVES ➜ Contes i novel·les per a lectors a partir de 10 anys

Monstres, bruixes, vampirs i altres éssers mitològics protagonitzen les novetats de literatura juvenil

Personatges fantàstics, móns de llegenda Eduard Ramírez

«L’Otília, la reina de les fades, vivia amb el seu poble en un bosc gran, fosc i molt, molt antic...». Aquesta frase senzilla enceta la narració de Cornelia Funke El lladre de gorres (Bromera) i alhora és bon exemple de la literatura dedicada als lectors i lectores que transiten entre la infantesa i l’adolescència. El llibre d’aquesta popular escriptora alemanya presenta un xiquet que té un encontre casual amb una fada, i a partir de la sorpresa inicial s’aboca a múltiples aventures amb final incert. Les paraules senzilles donen accés a les extenses contrades de la fantasia, i així demostren la seua màgia. Canvieu l’Otília per qualsevol altre nom, eviteu que les descripcions exhaustives

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Cornelia Funke conta l’encontre d’un xiquet amb una fada a «El lladre de gorres» ❙❙❙

«A trenc d’alba», de Stephanie Meyer, tanca la història d’amor entre Bella i el vampir Edward

ofeguen els vents nascuts de la imaginació, i les paraules teixiran evocacions lliures i acolorides als fulls enquadernats. La fantasia desfermada en acabant de cada «això diu que era...» brolla ininterrompudament de les fonts populars, i ho deixen ben clar les ja clàssiques Rondalles valencianes d’Enric Valor, que ara Bullent presenta a tot color, amb tapa dura, acompanyades d’un CD d’àudio, i també en castellà. Però no en són l’única font, atesa la gran varietat d’històries actuals. De les que proposen un enigma destaquen entre altres Terra d’esperits (Brosquil), de Manuel García Pérez i amb il·lustracions de Cesa Perelló, en què una colla de xiquets ha de desxifrar una antiga llegenda oriolana. Mentre que a Més enllà del somni (Bullent), Shaudin Melgar-Foraster presenta l’Anna entrelligada a la vida real i un món imaginat, entre els durs problemes i l’evasió. Però cal tornar per a explicar allò viscut, i aquesta idea de canvi travessa El libro de los viajes imaginarios, de Xabier P. DoCampo que Anaya presenta com a àlbum il·lustrat per Xosé Cobas. Completa aquest grup Pasqual Mas i Usó, que por ta els personatges de les Històries de la frontera (Brosquil) a situacions límits relacionades amb aquest concepte misteriós. Bruixes amb sentit del humor

Infants o no tant, tothom ha de superar reptes i enfrontarse a algun enigma, per tal de

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ÉSSERS MÍTICS. Il·lustració de Jesús Gabán per al «Libro de los monstruos españoles», d’Ana Cristina Herreros.

Josep Villarroya

A. Hernàndez i Xulvi

José Antonio Martínez

Charles Nodier

Glòria Llobet

Globaliza... ¿qué? Bullent, Picanya, 2008

El capitán Pértil Brosquil, València, 2008

La magia de la Luna Algar, Alzira, 2008

Jean Sbogar Tres i Quatre, València, 2008

El diari de la Neus Bromera, Alzira, 2008

Amb l’ajuda de la curiositat d’Aida, Pau, Alba i Rafel podrem conéixer moltes conseqüències del fenomen de la globalització que determinen la nostra forma de viure actual. Ells es plantegen la realitat que els envolta, i el seu mestre Biel hi col·labora a descobrir algunes altres relacions socials.

Els protagonistes d’aquesta història són la tripulació d’un vell submarí que fa el seu últim viatge abans de ser retirat de la mar. En aquesta travessia per l’oceà Pacífic descobriran una illa desconeguda, que serà l’escenari de les seues exploracions i aventures amb éssers misteriosos i singulars.

Una obra de teatre que crea situacions irreals a partir de la mescla de realitat i imaginació, com ara en personatges com Luna, una Joven, un Mendigo, un Semáforo. La comèdia destaca per abordar un nodrit i variat repertori de temes d’interés per als adolescents que els conviden a la reflexió pròpia.

Aquesta novel·la publicada originalment l’any 1818 gaudeix d’èxit de públic des d’aleshores. El protagonista del relat és un heroi romàntic exiliat, un revoltat que lluita contra el luxe i la injustícia de l’ordre social establert, que hi viu una acció intensa alhora que manté una introspecció reflexiva.

Dins del subgènere del diaris de temàtica adolescent apareixen novetats i evolucions. En aquest, la Neus explica les seues cabòries, tan profundament íntimes com típiques de la seua edat. Però a partir d’una fórmula coneguda, la història pren girs inesperats de la mà de l’amor i dels colps de l’atzar.

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>> descobrir la vida. Fer-ho de la mà de personatges dels que habitualment neguem l’existència és l’hàbit d’aquesta literatura, i les bruixes fan una categoria especial. Els següents llibres mostren com la seua màgia és tan capaç de fer por com de provocar il·lusió i diversió. Tot això ho descobriran Pau i Tina, corpresos al bosc on se situa La bruixa refredada (Brosquil), de Teresa Broseta i il·lustrat per Alberto Urcaray. L’editorial Bruño por ta les aventures de Kika Superbruja en una caixa ben atractiva que inclou dos llibres: El mundo de Kika i Kika y el hechizo de la Navidad. Kika és paradigmàtica de les bruixes diver tides, entremaliades i sorprenents. L’autor dels textos n’és Knister i els il·lustra Birgit Rieger. Com a versió del tot misteriosa i per a públic de més edat, trobem la novel·la de la jove Anaïs Siscar i Carrió, La bruixa de Diània, a Bullent.

Martin Baltscheit

Laura Gallego

Henning Mankell

El pequeño señor Paul Anaya, Madrid, 2008

L’Emperadriu dels Eteris Bromera, Alzira, 2008

El gato al que le gustaba la lluvia Siruela, Madrid, 2008

Un personatge peculiar, sempre lector, encomana la seua estima pels llibres a través de les sorpreses que hi ha als breus relats del volum. La imaginació i la mirada innocent i aguda són el secret de la simpatia que desperta el Sr. Paul.

«Conten que, més enllà de les Muntanyes de Gel, més enllà de la Ciutat de Cristall, en un palau tan bell que enlluerna, (...) hi viu una Emperadriu». I aquesta llegenda portarà l’Aer, mentre creua un món fantàstic a la recerca del mite, a arriscar la vida.

Una novel·la que s’endinsa en les profundes qüestions que impregnen la vida, com la llibertat, la nostàlgia i l’amor. Mankell, autor de novel·les policíaques, fa ús d’un xiquet anomenat Lukas, que ha d’insistir en el seu intent de recuperar el seu gat Noche.

Nikolai Gogol

Ana Cristina Herreros

Daniel Nesquens

Taras Bulba Tres i Quatre, València, 2008

Libro de monstruos españoles Siruela, Madrid, 2008

Marcos Mostaza (uno y dos) Anaya, Madrid, 2008

Un clàssic d’aventures que situa l’acció al s. XVI, quan Rússia era devastada per guerres constants. Taras Bulba és un cosac ucraïnés, heroi que ens aprofitarà per tal de conéixer un moment històric de supervivència, l’èpica d’un poble i les emocions romàntiques.

En aquest llibre de gran format no hi ha cap polític d’aquells que ja eren ministres quan Franco, sinó paorosos i alhora entranyables monstres que habiten la rica tradició oral. Personatges i relats distribuïts per lloc d’origen que comparteixen el país de la imaginació.

Marcos és un xiquet de 10 anys que viu a Saragossa. A través de la seua mirada les situacions més quotidianes es transformen en aventures, sempre amb un deix d’humor. Les il·lustracions dels dos volumns són de Claudia Ranucci.

Fina Casaderrey

Barbara Park

Àngel Burgas

Hola, estúpid monstre pelut! Bromera, Alzira, 2008

Junie B. Jones Bruño, Madrid, 2008

Segundo trimestre La Galera, Barcelona, 2008

Una història que repassa les perspectives de gènere a partir dels ulls d’un infant. Amb la intenció de defensar sa mare haurà d’enfrontar-se a un monstre i a estranyes situacions que aprofiten per a descobrir comportaments censurables i fer-nos reflexionar sobre la vida familiar.

Tres lliuraments acolorits de les aventures d’aquesta xiqueta activa i revoltosa: J. B. J. y el autobús apestoso mostra quan ha de tornar a escola; J. B. J. tiene un hermano monísimo descobreix com relacionar-se amb son germà; J. B. J. y Warren el Superguapo ajuda a conéixer un nou company.

Aquest llibre ha guanyat un concurs en què el jurat està format per 214 lectors d’edats compreses entre els 12 i els 15 anys. Martina i els seus amics havien creat un club que lluitara contra les injustícies, però el començament del segon trimestre sembla esvair-ne la il·lusió original.

Robots i vampirs enamorats

EDICIONES SIRUELA

Pere Duch i Balfagó Contes per a estimar els llibres Brosquil, València, 2008 Les sis narracions que formen aquest llibre tenen en comú que estan protagonitzades per xiquets que passen aventures, i també que totes aquestes històries inciten a començar noves lectures. Però els elements emprats per a entretindre i diver tir varien molt d’unes a les altres. En tot cas, un èxit.

Enguany també hi ha concentració d’històries unides per tindre altre tipus de personatges fantàstics. Des de l’adaptació del clàssic de Mar y Shelley milanta voltes revisitat, Frankenstein (Bromera), als dubtes identitaris d’una màquina que ha assolit el pensament autònom i pren decisions per si mateix, que Helen Fox inclou a Eager ¿Soy un robot? ¿Soy humano? (La Galera). A més, personatges literaris són reutilitzats en aventures infantils amb utilitats escenogràfiques. Jaume I i el Cavaller Alber t (Tres i Quatre) d’Octavi Egea és un acostament a la història amb forma d’obra de teatre, mentre L’última victòria de Tirant lo Blanc (Brosquil), de Vicent Penya, aprofita com a llibre d’aventures i adaptació teatral de la nostra novel·la més clàssica. Acabem amb els mons de llegenda que tant d’èxit aconsegueixen entre la gent jove, i entre qui trobe goig en endinsar-se en universos mítics en els que s’enfronten el bé i el mal. L’escriptora Laura Gallego, tot un fenomen, presenta a Bromera L’Emperadriu dels Eteris. A la mateixa editorial hi ha La febre del temps, de Herbie Brennan, que connecta amb l’èxit El por tal dels Elfs. Tonke Dragt publica a Siruela un recull de relats que compar teixen esdevenir a una època màgica, La ventana maldita. I finalment, el gran èxit actual de la saga Crepuscle (Alfaguara, en valencià i castellà) reforçat ara amb la pel·lícula en cartellera. Sabíem per Ausiàs March que «amor per mor t és anul·lat», però Stephanie Meyer matisa aquesta separació amb la història d’amor entre Bella i el vampir Edward, que ja compta amb quatre lliuraments: Crepuscle, Lluna nova, Eclipsi i A trenc d’alba. Encara que parega que no hi haurà prou dies de vacances per a tanta oferta, recordem que la imaginació compta amb calaixos secrets.

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N.º 655, AÑO XVI / 12-XII-2008

Coordinadora: Arantxa Bea

LA CALLE DE LAS COMEDIAS

Con Marx en Trier (XII) RESUMEN DEL EPISODIO ANTERIOR: El autor, de paso por Trier, la antigua Tréveris, coincide en un autobús turístico con Karl Marx, que nació en esa ciudad de Alemania en 1818 y murió en Londres en 1883. Marx, que ese día no tiene nada mejor que hacer, se ofrece a servirle de guía. Recorren una exposición sobre la historia del erotismo, pasean por el instituto donde Marx estudió de joven, comen juntos y visitan su casa natal.

Vicente Muñoz Puelles

pues, la casa natal de Mar x aún no había llegado a abrir sus puer tas como museo cuando los nazis destruyeron los libros, manuscritos y objetos personales que contenía. Todo se perdió, desde los cuadernos escolares de mi compañero, algunos de ellos adornados con dibujos infantiles, hasta una raída levita y un par de zapatos muy usados, testigos elocuentes de su pobreza y de sus largos paseos. El lugar se convirtió en la residencia del dirigente nazi local, un sujeto estrafalario de mirada acuosa, y en la sede de su jactancioso periódico, el Trierer Nationalblatt. Al contármelo, la voz de Marx transmitía cierta amargura, como si el expolio y la destrucción hubieran ocurrido en su presencia, y no medio siglo después de su muerte. Costaba un poco, pero no demasiado, imaginar aquellos pasillos y aquellas estancias pavimentadas con parquet, que ahora sólo recorrían turistas sigilosos, resonando con el ruido de linotipias, botas militares, voces de mando y la celebración de unas victorias cada vez más ilusorias. —De aquí par tieron las órdenes —me explicó Mar x— para que, una noche, los escuadrones nazis destruyeran y arrasasen los comercios judíos de Trier. Se refería, claro está, a la Noche de los cristales rotos. Cuando le pregunté si alguno de sus descendientes había acabado en los campos de exterminio, su rostro, de por sí oscuro, se ensombreció. —Ninguno de mis descendientes directos, que yo sepa — contestó, al cabo de un rato—. La verdad es que sólo tres de mis hijas llegaron a la edad adulta, y ningún varón. Y, de ellas, sólo la mayor, Jenny Caroline, tuvo hijos. Ignoro qué fue de mis nietos, salvo que uno de ellos, al morir, fue enterrado conmigo, en el cementerio de Highgate.

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En cuanto a mis otras dos hijas, Jenny Laura y Jenny Eleanor, he leído que ambas se suicidaron, en circunstancias bien diferentes. Eso es lo malo de permanecer entre ustedes, los vivos. Tarde o temprano uno acaba enterándose de todo. —¿Las tres se llamaban Jenny? —Sí, como la madre —respondió, con una impaciencia que me hizo comprender hasta qué punto el tema de las hijas le resultaba doloroso—. Pero le estaba hablando de los judíos de Trier. Me contó que acabaron siendo depor tados, con los de Luxemburgo. Fueron al gueto de Lodz, en Polonia, y de allí a Auschwitz. En 1943 ya no quedaba ni uno solo, en una ciudad que había contado con una de las comunidades judías más antiguas de Alemania. —Los nazis —dijo Marx, que daba la impresión de haber estudiado el asunto— aplicaron al exterminio los métodos diseñados para la producción industrial en cadena. Matar en masa y utilizar crematorios colectivos suponía un ahorro en munición y en personal. Además, permitía recuperar los bienes que aún no les habían sido arrebatadas a las víctimas. Al parecer, aprovechaban hasta el cabello. —El cabello, las gafas, los dientes de oro, los anillos, la ropa, los huesos… Una vez, de niño, mis padres me llevaron al cine en París, y vi un documental donde se mostraban todos esos horrores. —¿Recuerda cómo se llamaba? —Noche y niebla. Duró media hora escasa, pero cambió mi concepción de la vida. Había entrado en el cine creyendo que el mundo era perfecto, y salí lleno de desconfianza hacia los seres humanos. Esa misma noche, aquellos cuerpos esqueléticos, de ojos vacíos, empezaron a poblar mis pesadillas. —Yo he visto cuerpos así bajo el puente de Londres, al abrigo de sus arcos, sin necesi-

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La carta del padre de Marx revelaba sus muchas preocupaciones respecto al futuro de su hijo, por entonces un estudiante alocado y derrochador en Berlín

LEVANTE-EMV

FAMILIA. Engels y Marx con su mujer Jenny y sus hijas Laura y Eleanor.

dad de ir al cine. ¿Ustedes eran también judíos? —¿Quiere decir mi familia? Creo que no, pero ¿quién sabe? En España todo depende de hasta dónde uno quiera remontarse. Desde luego, no me circuncidaron. Mi abuelo paterno se apellidaba Carbonero. Si llevar el apellido de un oficio es indicio de ascendencia judía… —Seguro que no, al menos como norma. ¿Sabe que de joven, como era de tez morena y tenía una mirada desafiante, mis amigos me llamaban El moro, como a Otelo? —Seguro que daba el tipo. Siguió desgranando la historia de su casa, cuya ocupación por los nazis había durado desde 1933 hasta el final de la guerra. Poco después de recuperarla, el Partido Social Demócrata había retomado el proyecto de convertirla en museo, y de nuevo había empezado a reunir objetos relacionados con Marx. Al ver que tenía conectada la audioguía que nos habían entregado poco antes, mi compañero hizo ademán de sentirse ofendido. —¡Vamos, apáguela ahora mismo! ¿Acaso puede haber mejor guía que yo mismo? Tenía razón. Aunque cabía suponer que yo no era el primer visitante a quien Marx enseñaba el lugar, su voz sonaba clara y resuelta, y parecía como si él fuese el primer interesado en entenderlo todo. Se había afe-

rrado a su papel, supongo, y disfrutaba explicando su vida una y otra vez, y volviendo a interpretarla en función de su interlocutor. Por fin, el museo había sido inaugurado en 1968, en presencia de Willy Brandt, a la sazón ministro de Asuntos Exteriores de la República Federal de Alemania. Ahora, una fotografía de aquel acto remoto, con un Brandt ufano y aún en plena forma, recibía al visitante a la puerta de una sala dedicada al joven Marx. El viejo Marx y yo entramos en un laberinto de paneles, desplegados como biombos. En un gran mapa de Trier de principios del siglo XIX, mi compañero fue indicándome cada uno de los lugares que habíamos visitado por la mañana. Me leyó su certificado de nacimiento, escrito en una grafía alambicada, para mí incomprensible. Me enseñó fotos del instituto, y retratos de sus profesores y, de su novia, Jenny, mujer pálida, de rostro ovalado y rasgos firmes, única hermana de Edgar von Westphalen, compañero de estudios y el mejor amigo de su juventud. En una vitrina iluminada con luz cenital se conser vaban su diploma de doctor en filosofía, donde se le llamaba, en latín, Carolo Henrico Marx; una carta de su padre y una gruesa antología de canciones de amor populares, reunidas por él y dedicadas a Jenny.

—Habría preferido que los nazis quemaran esto —dijo, refiriéndose al libro de canciones. —¿Demasiado cursi? —le pregunté. —No, demasiado íntimo. La car ta del padre revelaba sus muchas preocupaciones respecto al futuro de su hijo, por entonces un estudiante alocado y derrochador en Berlín, y su noviazgo con Jenny: «El deber más sagrado del hombre es respetar a la mujer… Pero si, tras una detenida introspección, persistes en tu compromiso, tienes que asumir ese deber y hacerte digno de Jenny. Esa mujer te hace un sacrificio inestimable, el de su abnegación y entrega, al elegirte entre tantos pretendientes. De familia aristócrata, como bien sabes, nació en la riqueza y está acostumbrada a ella. No sería justo ofrecerle menos de lo que ya tiene». «Te lo ruego y te lo suplico encarecidamente: piensa en el futuro, no corras riesgos innecesarios, abandona esas exageraciones y exaltaciones románticas propias de la poesía, que tanto te gustan, tranquilízate y renuncia a Jenny si no estás seguro de poder mantenerla como merece…». Mientras yo leía, Marx parecía incómodo. No era difícil entender por qué. Por un lado, el padre le exigía una conducta consecuente con el compromiso burgués que había contraído. Por otro, la adver tencia había sido inútil. El matrimonio había vivido de los escritos de Marx, esto es, en la más absoluta pobreza, casi desde el día de su boda. Como su padre, Jenny debía haberle reprochado a menudo su irresponsabilidad como cabeza de familia y su determinación de hacer lo que le viniera en gana, mientras los hijos pasaban hambre. —Tiene razón —le dije a Mar x—. Estas cosas son demasiado íntimas. Pero no debería afectarle que estén a la vista, porque al leerlas uno piensa más en sí mismo que en usted. Quizá un escritor no debería casarse, ni tener hijos, si no desea verlos en la miseria. Al menos usted pasa por ser una leyenda revolucionaria. Pero, ¿qué soy yo? Entraron unos turistas chinos, y se sorprendieron al encontrarle a mi lado. Sin duda, creían que era una atracción más del museo. Me dieron una cámara y tuve que fotografiarle con todos ellos, primero en grupo y luego de uno en uno. Para rizar el rizo, le hicieron fotos junto a un busto suyo, en bronce, sobre un pedestal blanco. Ambos, el busto y él, tenían la cabeza gacha, en actitud de embestir. (Continuará)

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