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Las ovejas necesitan Pastor – Parte 4 Ninguna necesidad Pastor Erich Engler

Te invito a ir conmigo al Salmo 23. En esta serie estamos considerando algunos aspectos de este tan conocido Salmo. La semana pasada habíamos meditado sobre el vers. 1 y hoy quiero proseguir con ello pues hay una gran profundidad en estas palabras. “El Señor es mi pastor, nada me faltará” ¿Creemos esto que está escrito en las Sagradas Escrituras? Estas son las palabras que el Señor me mostró para nosotros para este año. Nada nos ha de faltar porque esas son sus promesas. Esas son sus palabras, esa es la verdad y puesto que Él es nuestro pastor, nada nos ha de faltar. Nosotros somos las ovejas de su rebaño y Él es nuestro pastor. Tú, como hijo de Dios, deberías estar aferrado a Jesús y seguirle incondicionalmente como la oveja lo hace con su pastor. Tú no desearás por nada del mundo perderte la oportunidad cuando Él te guíe a lugares de delicados pastos. Por esa razón, cuanto más cerca estás de Él tanto mejor le puedes seguir. De ese modo sabrás cuando es que Él se detiene, o cuando sigue su marcha y tú harás exactamente lo mismo. Las ovejas que tienen un pastor no padecen necesidades. El gran pastor es nuestro Señor Jesucristo, y todos nosotros somos ovejas de su rebaño. El ejemplo más claro y significante que hace el Señor entre Él y nosotros, como su iglesia, es justamente el de un pastor con su rebaño. En el A.T. encontramos todo el salmo 23, y en el N. T. encontramos un capítulo entero dedicado a este tema. De los 1

otros ministerios, tales como pastores y/o profetas por ejemplo, no se menciona demasiado, sin embargo la Palabra habla bastante de la relación del pastor con sus ovejas. El Salmo 23 tiene una relación muy estrecha con lo que encontramos en Juan cap. 10. Hay pocos pasajes en la Biblia que muestren una relación tan estrecha como estos dos. Por eso vamos a ir ahora al libro de Juan cap. 10. Allí, en los vers. 9 al 11 encontramos lo siguiente: “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. (10) El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. (11) Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. ¿Hay un ladrón y enemigo de las ovejas? Claro que sí, y el enemigo no es el pastor. Pero, el buen pastor: el Señor Jesús vino a darnos vida en abundancia. Leíamos en el Salmo 23 que nada nos ha de faltar, y aquí habla de abundancia, eso es exactamente lo mismo, ambos conceptos son sinónimos. Jesús vino a este mundo a quitarnos las carencias y a traernos la abundancia. Él se denomina a sí mismo “el buen pastor”, aquel que pone su vida por las ovejas. Todo lo bueno que recibimos viene siempre de parte de ese buen pastor. Él representa lo bueno y no lo malo. ¿Qué es lo que hace el pastor? Él va delante y guía a sus ovejas. Él no es un vaquero que va detrás y las arrea. Él las guía de manera suave y delicada. De allí que es responsabilidad de las ovejas si deciden seguirle o no. El vaquero, cuando las va arreando, usa generalmente un látigo para obligarlas a ir donde él se lo propone, y las ovejas no tienen otra alternativa más que obedecer. En cambio, con el pastor ellas deciden si lo siguen o no. Cuando uno es “arriado” tiene la obligación de ir donde le imponen, en cambio cuando uno es “guiado” decide si obedece o no. Es cierto que hay pastores que usan el método del vaquero para mantener a su rebaño junto y para que obedezcan a sus indicaciones, pero ese no es el método al cual se refiere la Palabra cuando habla del buen pastor.

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El buen pastor tiene siempre una palabra dulce, amable, pacífica y verdadera. A veces, aun cuando la verdad puede llegar a doler algo, esta siempre será para edificación y aliento. El vaquero hace uso de su látigo y las ovejas obedecen por temor, mientras que el pastor las guía y ellas deciden si le siguen o no. Hay una gran diferencia entre ovejas perdidas o confundidas, y aquellas que no quieren seguir al pastor. ¿Recuerdas la parábola de la oveja perdida? El pastor deja las 99 en el redil y se da a la búsqueda de la que se descarrió hasta encontrarla. Cuando la encuentra, ella debe tener el deseo de ser llevada de nuevo al redil. No se puede ayudar a la oveja que se resiste a ponerse bajo el cuidado del pastor. Las ovejas que andan perdidas hacen cosas extrañas y raras. Ellas andan perdidas y confundidas y desean ser recogidas de nuevo por el pastor. Sin embargo, hay muchísimas que a pesar de andar extraviadas no tienen ningún interés en ser ayudadas. Solo se pueden traer al redil aquellas que siguen la voz del pastor. El vaquero las arrea por la fuerza, en la mayoría de los casos con violencia. El pastor, por el contrario sale a buscarla y la llama por su nombre. Si la oveja no quiere seguirlo, él entonces seguirá su camino con las otras que van detrás de él. Él se dirige hacia lugares de delicados pastos donde puede alimentar bien a sus ovejas. Si la oveja no desea seguirlo permanecerá desnutrida, pero esa no es la voluntad del pastor. Lo mismo se aplica al plano espiritual. En una dieta sana y equilibrada hay proteínas, minerales, carbohidratos, oligoelementos y otras sustancias que el cuerpo necesita, no es bueno proporcionarle solo una parte de estos componentes. Muchos creyentes hacen precisamente eso, se alimentan parcialmente o prescinden del alimento por no seguir al pastor hacia los lugares de delicados pastos. La oveja que se deja guiar por el pastor estará siempre saciada y satisfecha. La experiencia me ha enseñado que mientras una persona está satisfecha interiormente, en su espíritu, las cosas malas que suceden a su alrededor dejan de tener importancia. Mientras que a aquellas que se encuentran en estado de desnutrición, todo les parece peor de lo que es. Si bien es cierto que a veces nos tenemos que enfrentar a desafíos que no esperamos, nuestras reacciones serán más serenas y reposadas cuando nos encontramos en un buen nivel espiritual. Si bien puede parecer que los desafíos a 3

los que nos enfrentamos nos hacen sentir carentes de algo, no lo notamos como una carencia cuando estamos satisfechos espiritualmente. El Señor nos ha prometido que no nos habría de faltar nada, y nos señala en forma muy precisa cuales son los ámbitos que deben ser suplidos. En Juan cap. 10 habíamos visto que Él vino para darnos vida y en abundancia. Donde hay abundancia no existen carencias. ¿Está preparado para ver conmigo en su Palabra aquellos ámbitos donde Él nos promete que no tendremos falencias de ninguna índole, tanto en lo personal o como iglesia local? En 1 Corintios cap. 1, los vers. 4 y 5: “Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; (5) porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia” Yo creo que debemos estar más que agradecidos por la abundancia de la revelación de su Palabra entre nosotros durante los últimos años. Por ejemplo en cuanto al tema sanidad, tenemos una enorme riqueza de enseñanza la cual ponemos también a disposición de todos aquellos que desean recibirla en forma totalmente gratuita. No debemos olvidar que hay muchísimos creyentes que nunca escuchan en sus iglesias que la voluntad de Dios para ellos es que vivan en cuerpos sanos y fuertes. En cambio de eso, escuchan demasiado a menudo mensajes sobre enfermedad y debilidad. Lo mismo se puede aplicar a otros temas, como por ejemplo: el temor. Hay muchos que predican que en el mundo hay aflicción y temor, pero no hablan que el Señor venció todo esto para que podamos vivir una vida de victoria sobre dichos flagelos. Si el Señor no hubiese vencido aquellos poderes en la cruz, no estaríamos donde estamos. Personalmente he leído artículos en revistas cristianas donde se pone el énfasis en que en el mundo hay aflicción y que fue Jesús quien pronunció esas palabras… pero se quedan ahí y no aclaran el resto del versículo donde dice que tengamos confianza en Él quien venció dichos poderes. A consecuencia de leer dichos artículos hay muchos creyentes que viven una vida llena de temores. Ellos no conocen versículos como 2 Timoteo 1.7 donde dice que Él nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor, y de dominio propio. ¿Qué pasa con todos aquellos versículos que están en la Biblia donde dice una y otra vez: “no temas, yo estoy contigo”. Por supuesto que hay temor en este mundo, pero por medio de Cristo y su obra en la cruz podemos vencerlo.

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El Señor nos ha bendecido ricamente por la enseñanza de su Palabra y la revelación de su perspectiva sobre infinidad de temas que atañen a la vida humana sobre la tierra. ¿Tenemos acaso carencia de revelación? No, de ninguna manera. Es cierto que siempre podemos recibir más, pero no tenemos carencia en ese sentido. Muchos de vosotros que hoy estáis aquí, habéis llegado desnutridos espiritualmente y ahora estáis rebosantes de salud. En los vers. 6 y 7 sigue diciendo este pasaje lo siguiente: “así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, (7) de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”. Hay muchas iglesias carismáticas que hablan de los dones espirituales e interpretan estos a su manera. Hay quienes piensan que poseen el don de descernimiento de espíritus, y lo que tienen es solo una sospecha de algo a lo cual le dan el “título” de algo espiritual. De acuerdo a este pasaje, es evidente que los dones espirituales se manifiestan preferentemente mientras la Palabra es predicada. En este momento, mientras estoy predicando se están manifestando los dones de conocimiento y palabra de sabiduría, al mismo tiempo yo podría comenzar a hablar en lenguas y podría darles la interpretación. Lo que quiero decir con esto es, que los dones se manifiestan donde está la enseñanza de la Palabra. Hay dones especiales que se manifiestan en el lugar y el momento correcto, pero nunca contradicen a la Palabra. A propósito, el don de discernimiento de espíritus no tiene nada que ver con alguna sospecha. Este se manifiesta en el interior de una persona, es una percepción espiritual bien definida y clara. Repito, aquí como iglesia local no tenemos ningún tipo de carencia en cuanto a la enseñanza y revelación de la Palabra. El Señor es nuestro pastor, y nada nos ha de faltar en cuanto a los dones espirituales que Él mismo promete en su Palabra. Este será un año fructífero en cuanto al conocimiento de su Palabra. Un segundo aspecto que deseo mencionar lo encontramos en Santiago cap. 1 desde el vers. 4: “Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. ¿No es acaso la completitud algo que todos anhelamos? Por supuesto que la perfecta completitud la vamos a experimentar cuando estemos para siempre con el Señor, pero aquí sobre la tierra podemos gustar algo de ella también. Cuando experimentamos esa completitud no hay lugar para carencias de ningún tipo. Seguimos leyendo en el vers. 5: 5

(5) Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. La sabiduría es algo que todos nosotros necesitamos en cada ámbito de nuestra vida. Muchos de nuestros fracasos o éxitos en nuestra vida tienen que ver con este punto precisamente. Sabiduría significa lisa y llanamente: ver el final de algo antes de comenzar. Permítanme dirigirle unas palabras a nuestra gente joven. Se necesita sabiduría al momento de elegir el cónyuge. Felizmente, muchos de vosotros habéis tomado la decisión correcta. Si estás casado, no es cuestión ahora que comiences a reflexionar que te puedes haber equivocado y te divorcies, ¡por favor, no me malinterpreten! Ahora me dirijo a aquellos que todavía no tomaron la decisión. Un consejo muy simple que puede ser de mucha ayuda para las muchachas jóvenes es que prestes atención como trata tu futuro cónyuge a sus hermanas o hermanos. Si él es uno que tiene actitudes groseras con los miembros de su familia, seguramente lo hará más tarde contigo también. A los jóvenes varones les digo que se fijen como es la futura esposa en su hogar paterno, si ella es una que siempre espera que le hagan todo y la sirvan no será muy diferente cuando te cases con ella. Sabiduría, como dije es ver el final antes de empezar. Estos simples consejos te pueden ayudar mucho para tu vida futura. Aún en el caso en que estés tan ciego de enamoramiento y no veas ciertas cosas que son más que obvias, la Biblia dice que si te falta sabiduría se la pidas al Señor que la otorga en abundancia. En este versículo podemos apreciar la naturaleza de Dios, Él da gustoso en abundancia. Aquí no dice que te da cuando se le antoja, o que te da escasamente sino que da y en abundancia. Desde esta perspectiva ya no te preguntas si la sanidad es o no la voluntad de Dios para tu vida. Dios da gustoso y en abundancia. Su naturaleza es dadivosa. Lo que a Él no le agrada en absoluto es emitir juicio contra una persona. Si bien lo tuvo que hacer con el pueblo de Israel a causa de la desobediencia y la dureza de sus corazones, no le agradó hacerlo. En Miqueas cap. 7 leemos que Él se deleita en la misericordia. Leíamos en el pasaje anterior que Él da a todos abundantemente y sin reproche. Aún a pesar que te hayas equivocado por falta de sabiduría, ahora que tienes revelación de esta verdad le pides y Él te da sin reprocharte nada. Él no te dice que actuaste neciamente y que ahora no tienes más esperanza. (6) Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.

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Aquí vimos dos aspectos en los cuales Dios nos promete que no tendremos carencias. Primero en cuanto a las cosas espirituales, y segundo en lo que a intelectual o racional se refiere. Vamos a ir ahora a 3 Juan vers. 2 donde encontramos lo siguiente. “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”. Esta es otra manera como Dios nos muestra su voluntad y nos dice que su deseo es que no tengamos ningún tipo de carencia, tanto en el cuerpo, la mente o el alma. Algunos piensan que estas son simpáticas palabras de saludo del apóstol Juan a Gayo. Si esas palabras fueran solo para Gayo y sin importancia para nosotros hoy, no estarían mencionadas en la Biblia. La Palabra de Dios es la voz de Dios hablándonos personalmente. Lo mismo que le deseaba a Gayo, nos desea a nosotros hoy. Aquí vemos otra vez que el plan de Dios es que no tengamos ninguna carencia en el cuerpo, el alma y/o el espíritu. Vamos a ver otro aspecto de este tema el cual lo encontramos en el libro de Filipenses cap. 4 desde el vers. 10: “En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad. Aquí se refiere a que los hermanos en la iglesia en Filipos querían ayudar financieramente a Pablo, pero no tenían lo suficiente para hacerlo. La escasez económica es un problema que se presenta en todas partes y en la iglesia también. Lamentablemente no lo podemos evitar. En el versículo siguiente nos dice Pablo: (11) No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Esta es una de las claves más importantes para que puedas salir de la escasez: aprender a contentarte con lo que tienes en esos momentos. Si ese no es el caso te lo pasarás quejándote y lamentándote todo el tiempo y proclamarás más escasez aún. Lo mejor, en caso de estreches económica, es contentarse con lo que se tiene, lo cual no significa que uno se dé por conforme con la situación y no haga nada para tratar de salir de ella lo antes posible. Seguimos leyendo: (12) Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Tanto tú, como yo, conocemos lo que es la escasez en algún ámbito de nuestra vida ¿verdad? Al aceptar al Señor, quizás hasta llegamos a pensar que esa era una condición normal de la vida cristiana. (13) Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. 7

(14) Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación. Él se alegró que alguien se apiadó de él y le envió una ofrenda. (15) Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; Ellos le apoyaron financieramente. (16) pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades. Aquí dice en el original que ellos le enviaron ofrendas dos veces. Hoy en día podríamos decir que Pablo tenía cuentas que pagar, y gracias a las ofrendas que le enviaron pudo cancelarlas. (17) No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta. Es claro y evidente que Pablo aquí se está refiriendo al dinero. En el original habla muy claro que se trata de finanzas. Hay muchos que malinterpretan pasajes como estos, porque no siguen leyendo hasta el final y todo el contexto. Lo mismo sucede con el libro de Job, muchos leen los primeros capítulos y hacen de eso una doctrina, sin llegar a leer hasta el cap. 42 y darse cuenta que el final de Job fue mucho mejor que el principio, y que lo malo que le sucedió fue solo por un breve lapso de tiempo, diríamos que tuvo una mala temporada. Es cierto que Pablo se refiere a ciertos apremios económicos que está pasando, pero…gracias a las ofrendas que le enviaron los hermanos sale adelante. Él sabe lo que es pasar escasez y tener apremios económicos, pero al agradecerles a los hermanos por las ofrendas que le enviaron, les dice también con eso que ellos actuaron en la voluntad del Señor. Algunos piensan que cuando se agradece por una ofrenda recibida se está buscando recibir más dinero. ¡Eso no es así, es una malinterpretación de las cosas! Es la voluntad de Dios que los que trabajan para Él reciban aporte financiero. Hay que leer el pasaje hasta el final para interpretarlo correctamente. En la frase siguiente, él dice que tiene abundancia. Acabamos de ver que él estaba pasando escasez, y ahora dice que tiene abundancia ¿cómo explicamos esto? Él estaba pasando escasez y gracias a la ofrenda que le enviaron ahora tiene abundancia. Él habla bien claro del dinero. Hay muchos que critican cuando se habla del dinero desde el púlpito, pero es algo necesario y no tiene nada de malo. (18) Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. Aquí él sigue hablando del dinero y al referirse a: olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios, está diciéndonos que a Dios le agrada cuando ofrendamos, sean animales como era en el A.T. o dinero (diezmos y ofrendas) en el tiempo actual. En la Palabra encontramos varios pasajes que hablan de un olor fragante para Dios al referirse a las ofrendas, (por ejemplo: Noé al salir del arca). Cuando estamos agradecidos ofrendamos con gusto. 8

Y ahora viene el vers. más importante, el cual tiene una estrecha relación con el Salmo 23: (19) Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. ¿Cómo es que Dios suple nuestras necesidades? Él no las suple como nosotros pensamos que lo puede hacer, sino de acuerdo a sus riquezas. ¡Dios es un Dios rico! Tus necesidades nunca serán tan grandes como para inquietarlo. ¿Qué pueden significar éstas para Él, que es el dueño de todo y que ha creado el universo y los planetas? Él nos suple de acuerdo a sus riquezas, y su voluntad es suplir todas nuestras necesidades. La voluntad de Dios es suplir todas nuestras necesidades, ya sean espirituales, físicas o financieras. Jesús dijo: “Yo soy el buen pastor”. Él nos dio promesas específicas donde nos dice que no solo nos va a proveer lo que necesitamos, sino que lo va a hacer en abundancia. Vamos a ver lo que nos dice algunos pasajes sobre esto. Salmo 34, vers. 9 y 10: Gustad, y ved que es bueno el Señor; Dichoso el hombre que confía en él.

(9) Temed al Señor, vosotros sus santos, Pues nada falta a los que le temen.

(10) Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; Pero los que buscan al Señor no tendrán falta de ningún bien. Salmo 84, vers. 11: El Señor es nuestro protector y nuestro rey glorioso. Dios nos bendice con bondad y gloria. No le niega ninguna bendición al que vive con integridad. (PDT). Como dije antes, el Señor nos promete de manera muy específica que no tendremos falta de ningún bien, tanto en lo que concierne a lo espiritual, lo intelectual, lo físico o lo material. Él no desea que tengamos falta de ningún bien, porque Él es nuestro buen pastor. Deberíamos ocuparnos mucho más en hablar, en nuestro entorno familiar y social, de nuestro buen pastor, en lugar de estar proclamando que Él nos pone en situaciones difíciles para darnos la fuerza para que las soportemos, ¡eso es un mal testimonio! La buena imagen del pastor hará que otras ovejas deseen ponerse bajo su cuidado. Ovejas que están lastimadas, cansadas, débiles, etc., no dan la imagen de tener un buen pastor. Lamentablemente, muchos creyentes dan esa imagen y son un mal testimonio.

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Hay muchos creyentes que dicen que Dios les envía sufrimientos y peripecias para que ellos aprendan una lección. ¿Quién va a tener interés en seguir a un pastor así cuando se les testifica del evangelio en esas condiciones? ¡Nadie! Ellos ya tienen suficientes problemas donde están. El diablo les roba y les engaña todo el tiempo. Sin embargo, si las ovejas están bien cuidadas y atendidas, ellas harán que otras “ovejas” deseen ponerse al cuidado de ese pastor. La condición en que se encuentran el rebaño, revelará como es el pastor. Para culminar vamos a ir al libro de Lucas cap. 22 vers. 35 donde encontramos que Jesús al final de su ministerio terrenal llama a sus discípulos y les dice: “Cuando os envié sin bolsa, sin alforja, y sin calzado, ¿os faltó algo? Ellos dijeron: Nada” En los cap. 9 y 10 del mismo evangelio está relatado cuando Jesús les envió y como debían ser recibidos. Y ahora, al final de su tiempo sobre la tierra les recuerda que en aquella ocasión, a pesar de no haber llevado nada consigo, los discípulos no tuvieron falta de ninguna cosa. ¿Piensas que Jesús era el buen pastor solo por el corto tiempo en que estuvo sobre la tierra? Si en aquel entonces Él se encargó de proveer para sus seguidores, ¿cómo no lo va a hacer también hoy con nosotros? Si Él tenía ese propósito con sus discípulos, ¿por qué ha de ser diferente hoy con nosotros? Él no cambia de opinión, sino que Él es y seguirá siendo siempre el buen pastor. ¡Qué testimonio maravilloso les deja Jesús a sus discípulos antes de morir! Ellos saben que al estar sirviéndole, nunca les faltó nada de lo que precisaban. Eso es válido para los que están hoy en el ministerio, no deberían padecer ningún tipo de necesidad, ya que el obrero es digno de su salario. Soy consciente que para muchos creyentes este es un tema prácticamente desconocido. Lamentablemente, muchos son los que solo conocen un estado permanente de carencia sea física, mental, financiera o espiritual, pero a la luz de lo que la Palabra nos enseña, debería ser de otra manera. Doy infinitas gracias a Dios, que nosotros no hemos padecido ningún tipo de necesidad en todos los años en que estamos constituidos como iglesia dado a que conocemos a nuestro buen pastor y Él cuida de nosotros. Si tú solo conoces un permanente estado de necesidad es porque escuchas constantemente mensajes sobre carencias o falencias. La Biblia nos enseña algo diferente. En el libro de los Hechos vemos el ministerio práctico de aquellos que vendían lo que tenían para compartirlo con los necesitados. Los discípulos, quienes habían experimentado la provisión estando con Jesús, sabían que ahora podían seguir con su ministerio en la seguridad que Él les iba a seguir proveyendo.

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Así fue como comenzó la primera iglesia, se añadieron muchos y no había entre ellos ningún necesitado “Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. (Hechos 4: 34 y 35). Los que de ellos eran pobres, eran sostenidos por los bienes de los que eran ricos. Los pobres recibían comida y sustento gracias a las riquezas de los más pudientes. La iglesia primitiva no tenía ninguna necesidad a pesar de ser muy numerosa. ¡Así debería ser también con la iglesia, tanto local como universal, del último tiempo antes de la venida del Señor a la tierra! “El Señor es mi pastor, nada nos faltará”. Tú puedes decidir cuál sea la condición que desees para tu vida personal. Lo importante es que sigas a Jesús como oveja de su rebaño. Si Él es tu pastor, no habrá de faltarte nada. ¡Amén! ___________________________________________________________________ Este y otros mensajes, están a su disposición para descargarlos gratuitamente y sin registración alguna en:

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