Las Microfinanzas en el Desarrollo del Sistema Financiero de Bolivia

Las Microfinanzas en el Desarrollo del Sistema Financiero de Bolivia Claudio González Vega Marcelo Villafani Ibarnegaray The Ohio State University A...
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Las Microfinanzas en el Desarrollo del Sistema Financiero de Bolivia

Claudio González Vega Marcelo Villafani Ibarnegaray The Ohio State University

Agosto de 2004 Proyecto PREMIER La Paz, Bolivia

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Las Microfinanzas en el Desarrollo del Sistema Financiero de Bolivia Contenido Pág. Resumen Ejecutivo

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1.

Introducción

1

2.

Criterios de evaluación de un sistema financiero

6

3.

Logros excepcionales

13

3.1.

Logros excepcionales: amplitud de la cobertura

13

3.2.

Logros excepcionales: la cobertura regulada

16

3.3.

Logros excepcionales: ruralidad de la cobertura

21

3.4.

Logros excepcionales: profundidad de la cobertura

23

3.5.

Logros excepcionales: eficiencia y costo de la cobertura

31

4.

Crisis y estabilidad

38

5.

Evolución comparativa de la cartera regulada

53

6.

Anexo Estadístico

63

6.1

Gráficos

64

6.2

Cuadros

127

i

Las Microfinanzas en el Desarrollo del Sistema Financiero de Bolivia Resumen Ejecutivo Claudio González Vega Marcelo Villafani Ibarnegaray

I.

Introducción

El documento examina el papel que las microfinanzas reguladas han jugado en el desarrollo del sistema financiero boliviano, con ocasionales referencias a las contribuciones de las microfinanzas no reguladas. El análisis está organizado alrededor de dos premisas. La primera afirma que el avance de las microfinanzas es una dimensión importante en todo proceso de desarrollo financiero. Al completarlo, las microfinanzas le agregan facetas de gran valor social a este proceso y fortalecen al resto del sistema financiero. La segunda premisa afirma que las contribuciones de las microfinanzas bolivianas al desarrollo financiero del país han sido excepcionales. El documento se diferencia de otras evaluaciones de las microfinanzas por su énfasis en dimensiones del progreso de un sistema financiero. En particular, se destaca que la influencia de las microfinanzas va más allá de la incorporación de poblaciones hasta entonces excluidas al sistema financiero formal. Es decir, además de crear beneficios para la clientela, el avance de las microfinanzas tiene consecuencias para el resto del sistema financiero y, por esta vía, en las oportunidades para un crecimiento económico sostenido y participativo. El documento incluye cinco partes más. Primero, presenta varios criterios para juzgar los logros de profundización financiera de cualquier país. Con base en estos criterios, el trabajo describe diversas maneras como las microfinanzas han sido excepcionales en Bolivia. Segundo, usa evidencia estadística para analizar el ritmo primero acelerado y luego sostenido de crecimiento de las carteras de crédito de las microfinanzas, la evolución de su calidad y la captación de fondos. El análisis de esta evidencia destaca diferencias entre distintos tipos de fondos financieros privados (FFP). Estas diferencias se vinculan con características que definen la esencia misma de las “microfinanzas”. Estas características se refieren, principalmente, a elementos de la tecnología de crédito, si bien dimensiones del diseño institucional de las organizaciones, relacionadas con su estructura de propiedad y gobierno, también son críticas al explicar diferencias de desempeño. Así, entre los FFP, el trabajo distingue un grupo de instituciones, a las que se les agrega el Banco Solidario S.A. (BancoSol), que se describen aquí como las “entidades tradicionales de microfinanzas”, por su apego a estos atributos. ii

Diferencias en las tecnologías de crédito, incluso entre las mismas entidades tradicionales de microfinanzas, explican diferencias de evolución y desempeño. En particular, interesan los distintos grados de robustez de las tecnologías es decir, la capacidad de conservar su eficacia durante las diversas etapas de los ciclos económicos y sus distintos grados de vulnerabilidad ante eventos sistémicos adversos. Tercero, el trabajo examina el desempeño de las organizaciones reguladas de microfinanzas durante la reciente crisis económica y política. En particular, se contrasta el desempeño de las microfinanzas con el de otros sectores regulados del sistema financiero, incluyendo a bancos, cooperativas y mutuales. Una dimensión sorprendente y algo preocupante para las autoridades ha sido el continuado crecimiento de estas entidades durante la crisis. A la vez, la inusual calidad de sus carteras es evidente. El reto está en interpretar correctamente las causas de este crecimiento y la naturaleza de los riesgos asociados. La hipótesis aquí es que han ocurrido cambios estructurales que justifican este crecimiento. Éstos han dado lugar a una transformación del sistema financiero. El crecimiento rápido de las microfinanzas, unido a la calidad superior de sus carteras, han surgido de su expansión hacia segmentos del mercado desatendidos por otros intermediarios y han provocado cambios graduales e irreversibles en la estructura del sistema financiero boliviano. En este proceso de transformación estructural han tenido lugar tanto efectos agregados como efectos sustitución. El principal efecto agregado ha sido la incorporación al uso de servicios financieros de segmentos de la población que del todo no los usaban (efecto incorporación). Un segundo efecto agregado ha sido la creación, para poblaciones que ya tenían acceso al crédito de corto plazo, de la oferta de otros servicios, incluyendo nuevas dimensiones crediticias, facilidades de depósitos y otros (efecto ampliación). Esto representa una extensión de las microfinanzas más allá del microcrédito. Un primer efecto sustitución ha provenido del desplazamiento parcial de las finanzas informales y del acceso a servicios financieros institucionalizados (efecto sustitución de informal a formal). Esto ha permitido un cambio en los términos y condiciones a que segmentos marginados tienen acceso al crédito y ha sido un elemento del “abaratamiento” del crédito. Un segundo efecto sustitución ha ocurrido al pasar la oferta de microcrédito de entidades no reguladas a entidades reguladas, con la transformación en entidades reguladas de organizaciones no gubernamentales (ONG) y por la mayor competitividad y capacidad de expansión con que han contado las organizaciones tradicionales de microfinanzas reguladas (efecto sustitución de no regulado a regulado). Este efecto ha contribuido a la “institucionalización” de los mercados financieros en Bolivia. Identificar correctamente este efecto es difícil, ya que los criterios de asignación de algunos fondos públicos no siempre han reflejado las ventajas comparativas de las distintas instituciones.

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Un tercer efecto sustitución ha reflejado aumentos en la participación relativa de las entidades tradicionales de microfinanzas al interior del sector regulado, tanto en la captación de depósitos como en la colocación de cartera de crédito (efecto sustitución de bancario a no bancario). Esto ha reflejado en parte la atención de clientes que operaban con bancos y que dejaron de ser atendidos al llegar la crisis. En vista de estos movimientos de clientes, en una cuarta parte se intenta un breve análisis dinámico de la evolución de la clientela de las entidades tradicionales de microfinanzas. Este análisis fortalece la hipótesis de que ha habido cambios estructurales en el sistema financiero boliviano. La última parte resume conclusiones y plantea algunas recomendaciones de política. El trabajo afirma que no se puede entender completamente la dirección en que el sistema financiero boliviano está evolucionando si no se entiende la influencia que en este proceso están teniendo las entidades reguladas de microfinanzas. II.

Criterios de evaluación de un sistema financiero

Para facilitar el análisis, el documento define algunos criterios generales de evaluación de un sistema financiero. En primer lugar está la eficiencia, medida por los costos de transacciones en que incurren todos los participantes efectivos (o los costos en que incurrirían los participantes potenciales) en los mercados financieros. Cuando se logra que estos costos disminuyan y comienzan a observarse transacciones, se puede afirmar que el acceso, para quienes no lo habían disfrutado antes, ha “abaratado” el crédito. Los costos de transacciones se reflejan en brechas entre los diferentes precios (tasas de interés), costos y rendimientos en los mercados financieros. Una brecha, resultante de los costos de transacciones para los deudores, separa el costo total de los fondos obtenidos con el préstamo de los pagos por intereses. Otra brecha, resultante de los costos de transacciones para los depositantes, separa los intereses ganados de los rendimientos netos sobre los ahorros. Una tercera brecha separa los ingresos financieros de los costos financieros y constituye el margen de intermediación. Esta brecha incluye los costos de movilizar fondos, los costos de prestar (tanto los costos operativos como las pérdidas por mora), así como las utilidades del intermediario. Entre mayor sea la suma de estas tres brechas, menos eficiente será un sistema financiero. El progreso financiero resulta de la reducción de estas brechas. Además, costos de transacciones elevados son la principal causa de exclusión de muchas clientelas marginales. Una mayor eficiencia, reflejada en la disminución de costos de transacciones, es condición necesaria para promover la equidad en el acceso al crédito. No se puede, sin embargo, legislar la eficiencia. La reducción de las brechas sólo se logra con la reducción de costos y de riesgos, con economías de escala y de ámbito, innovaciones en tecnologías financieras, diversificación de carteras, mayor competencia, desarrollo de la infraestructura institucional, aumento de la información disponible para tomar decisiones sobre las transacciones financieras y otros procesos semejantes.

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En segundo lugar está la estabilidad. Ante inevitables acontecimientos exógenos adversos, la estabilidad de un sistema financiero depende de la robustez de las organizaciones y la calidad de las instituciones que lo sustentan. En las microfinanzas, la sostenibilidad de las organizaciones, su alta rentabilidad y la buena calidad de sus carteras contribuyen a la estabilidad del sistema financiero como un todo, creando externalidades positivas. En tercer lugar está la cobertura. Este atributo tiene varias dimensiones: la amplitud, profundidad, permanencia, variedad y buena calidad de la cobertura así como su costo. Costos elevados de la cobertura reducen la demanda y la oferta de servicios. Las contribuciones excepcionales de las microfinanzas bolivianas han sido construidas sobre significativas reducciones en los costos de mejorar la cobertura, con lo que se puede afirmar que han sido un poderoso mecanismo para “abaratar el crédito” en este país. III.

Logros excepcionales

Las microfinanzas bolivianas han hecho contribuciones excepcionales a todas las dimensiones deseables de un sistema financiero: la eficiencia, la estabilidad y la cobertura, en sus diversos rasgos. III.1

Amplitud de la cobertura

Pocos países han presenciado un ritmo de expansión de la amplitud de la cobertura de las microfinanzas tan rápido como el que Bolivia experimentó en la primera década de sus operaciones. Esta ampliación de la cobertura ha tenido lugar tanto en cuanto a los números de clientes como en cuanto a los montos de las carteras. Como resultado, una proporción creciente de las transacciones de estas poblaciones, en diversos mercados de bienes, servicios y factores de la producción, han estado sometidas a la disciplina de los mercados financieros. Amplios sectores de la población, hasta entonces excluidos del acceso a los servicios financieros institucionales, han logrado obtenerlos a términos y condiciones cada vez más favorables. Se trata de un masivo proceso de “abaratamiento” del crédito, no dictado o dirigido por el estado, sino resultado de la innovación y empresariedad, unida a un compromiso con su misión, de las entidades de microfinanzas. Nunca antes en la historia de Bolivia un número tan elevado de personas habían tenido acceso al crédito institucional. Las cifras indican cómo durante la primera década de expansión de las microfinanzas se pusieron de manifiesto tanto el efecto incorporación como el efecto sustitución de fuente informal a fuente formal, al ser incluidos, en la frontera de las finanzas institucionales, miles de hogares que no habían tenido esta condición antes. Estos segmentos de la población se beneficiaron con un cambio radical en los términos y condiciones de la oferta de crédito que enfrentaban y esto les permitió expandir sus operaciones y mejorar su bienestar.

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III.2

La cobertura regulada y no regulada

Con la creación de BancoSol a partir de parte de la cartera de PRODEM se inició un efecto sustitución de fuentes no reguladas hacia fuentes reguladas, que alcanzó su apogeo a finales de la década de los noventa. Desde la perspectiva del documento, este efecto sustitución ha contribuido al desarrollo financiero a través de una mayor institucionalización, lo que ha permitido una oferta más amplia y permanente de servicios, incluyendo la captación de depósitos, y ha sometido a estas entidades a la disciplina del marco de regulación y supervisión prudencial. Como mecanismo de institucionalización, la regulación y supervisión prudencial de las microfinanzas han sido un logro importante en Bolivia, al que han contribuido tanto las autoridades como las entidades transformadas. A nivel internacional, la lección ha sido que el marco de regulación y supervisión más estricto que Bolivia adoptó ha propiciado el crecimiento y desarrollo sano de las microfinanzas. La condición de entidad financiera regulada no siempre garantiza, sin embargo, un desempeño sostenible, como lo muestran el comportamiento de los montos de cartera y del número de clientes de los FFP de consumo y de otros propósitos en contraste con las entidades reguladas tradicionales de microfinanzas (BancoSol y los cuatro FFP especializados). La cartera de las entidades tradicionales de microfinanzas creció rápida pero sostenidamente, mientras que la cartera de los FFP de consumo y de otros propósitos creció aceleradamente al principio, para luego sufrir una precipitosa caída. A la vez, algunas organizaciones no reguladas de microfinanzas han tenido un crecimiento e impacto sustanciales en su segmento de mercado. El efecto sustitución de entidades no reguladas a reguladas fue resultado tanto de la transformación de algunas entidades como, sobre todo, del crecimiento más acelerado de las clientelas que la transformación hizo posible. A su vez, desplazamientos o salidas de clientes han tenido lugar como resultado de aumentos del riesgo político, sobre todo en áreas rurales, como consecuencia de promesas de condonación o reprogramación de deudas y de las dificultades de algunos clientes para pagar, debidas a bloqueos de caminos y a otros disturbios sociales así como al estancamiento general de la economía. Entre otros factores que han incidido sobre estos efectos sustitución han estado la depuración de las carteras de algunos intermediarios regulados, así como las dificultades que ha enfrentado, con la incidencia del riesgo sistémico, el crédito a grupos con garantía solidaria. En contraste, la clientela de intermediarios especializados en crédito individual (en particular, Caja los Andes y FIE) creció sostenidamente. Las debilidades de la tecnología de crédito a grupos en algunas entidades reguladas han contribuido al excepcional crecimiento en el número de clientes de los programas de bancos comunales, sobre todo de CRECER y Pro Mujer. Estas organizaciones han atraído clientes atendidos con anterioridad por entidades reguladas.

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III.3

Ruralidad de la cobertura

Un mejoramiento de la amplitud de la cobertura en las áreas rurales puede ser interpretado como un mejoramiento de la profundidad, en vista de la mayor exclusión que estas poblaciones han experimentado. En las áreas urbanas, el número de clientes de las organizaciones de microfinanzas reguladas y no reguladas creció sostenidamente. En contraste, al principio, el número de clientes en las áreas rurales creció rápidamente, pero luego ha venido disminuyendo. Se ha dado incluso una cobertura decreciente de las ONG, a pesar de los esfuerzos del sector público por incrementar la cobertura rural. Es posible, además, que se haya dado algún efecto sustitución en contra de la presencia de las entidades reguladas en áreas rurales. Este efecto habría compensado, en alguna medida, las intenciones de las autoridades de expandir la cobertura rural a través de las ONG. La mayor o menor ruralización de la clientela de las microfinanzas ha resultado entonces de la combinación de dos tendencias divergentes. Por una parte, la importancia relativa de las ONG ha aumentado. Como su cartera es, en general, más rural, el aumento de su presencia ha significado un aumento en la ponderación de lo rural en el total. Por otra parte, la importancia relativa de la clientela rural entre los deudores de las ONG ha disminuido. El resultado final ha sido el efecto neto de estas dos tendencias. Una mayor ruralización implica, además, una disminución en la importancia relativa del crédito para comercio y una disminución en el acceso relativo de las mujeres, en vista de la naturaleza de las labores financiadas en áreas rurales. III.4

Profundidad de la cobertura

En Bolivia, un objetivo de la política social es la inclusión de segmentos de la población hasta ahora no involucrados en el desarrollo económico. En sus logros de profundidad de la cobertura, la expansión de las microfinanzas ha sido un instrumento de inclusión. El efecto es claro, pero la evidencia empírica concreta que se tiene sobre el acceso de los pobres al crédito es, sin embargo, fragmentada y de difícil interpretación. Además, el trabajo reconoce que las microfinanzas no son una panacea en el alivio de la pobreza. Algunos estudios han mostrado que la proporción de los pobres de los pobres entre los clientes atendidos es baja, pero también lo es la proporción de no pobres atendidos. Incluso en el caso de clientes moderadamente pobres o que se encuentran en el umbral de la pobreza, el aumento acelerado en su número es ya un logro importante de inclusión, sobre todo a mecanismos institucionales de una economía moderna de mercado. El tamaño promedio de los préstamos es un indicador de la profundidad de la cobertura que, si bien imperfecto, está más disponible. Este tamaño ha sido pequeño. En la última década, ha fluctuado entre US$ 1,000 y US$ 1,500.

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Para evaluar la influencia del tamaño de los préstamos sobre la profundidad de la cobertura, el trabajo discute circunstancias que han contribuido al aumento, tanto desde la perspectiva de la demanda como la oferta de crédito. En parte, el aumento en el tamaño de los préstamos ha reflejado el crecimiento de las actividades productivas de los clientes. Este es un indicador de éxito, pues el objetivo central ha sido permitirle a estos hogares-empresas aprovechar mejor sus oportunidades productivas, rompiendo barreras que el autofinanciamiento les imponía. Con la recesión, sin embargo, estas oportunidades habrían crecido menos rápidamente, aunque algunos clientes han aprovechado espacios de arbitraje rentables creados por las circunstancias. En parte, el mayor tamaño ha reflejado una reducción en el conservadurismo que caracterizó a las organizaciones de microfinanzas en sus etapas iniciales, conforme éstas han aprendido sobre sus clientelas y afinado sus tecnologías de crédito. Esto les ha permitido otorgar préstamos más cercanos a la verdadera capacidad de pago de los clientes. Al respecto, las organizaciones con tecnologías de crédito individual adquirieron ventajas, ya que aprendieron más sobre cada cliente y adaptaron el tamaño de los préstamos a las circunstancias de cada uno. Con la mayor competencia, una manera de retener clientes fue aumentar el tamaño de los préstamos. En algunos casos, sin embargo, esto llevó al sobre-endeudamiento. En parte, el crecimiento en el tamaño de los préstamos ha reflejado estrategias de expansión que han agregado nuevos productos y clientelas. Unos productos, como los préstamos de vivienda, conllevan montos mayores, asociados con plazos más largos. Los clientes de pequeña y mediana empresa demandan préstamos de mayor monto. La expansión hacia nuevas clientelas ha reflejado tanto la necesidad de diluir costos fijos como la habilidad para evaluar los riesgos correspondientes, adquirida tras años de refinamiento de sus tecnologías de crédito. Esto ha permitido economías de escala y de ámbito y una mayor diversificación de las carteras, lo que ha contribuido a los logros de estabilidad. Desde la perspectiva de profundidad de la cobertura, la atención de los clientes más pequeños se hubiera vuelto prohibidamente cara, en ausencia de estas economías y diversificación de riesgos, y esto hubiera llevado a una exclusión más acelerada de los clientes más pobres. Posiblemente, la explicación más importante de los cambios en el tamaño de los préstamos ha sido el derrumbe de la tecnología de crédito a grupos con garantía solidaria, usualmente vinculados con deudores de menor tamaño. Muchos de estos clientes migraron hacia los bancos comunales de CRECER y Pro Mujer, donde los montos promedio de préstamo son todavía menores. Esta disminución del tamaño de préstamo implica una reducción de bienestar, pero la existencia de los bancos comunales salvó a estos hogares de una exclusión total.

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La evolución del tamaño de los préstamos ha planteado la posibilidad de una pérdida de misión de parte de las organizaciones reguladas de microfinanzas. Para explorar este tema, el documento presenta la evolución de la distribución por categorías de tamaño de los préstamos. Los datos no muestran un alejamiento de su clientela meta. Como proporción del número total de clientes atendidos, entre diciembre de 1995 y junio de 2004, los clientes con préstamos con montos menores a US$ 500, que son los más numerosos, tienen la misma importancia al final que al inicio del período. Casi la totalidad de la clientela (94 por ciento a junio de 2004) tiene préstamos de montos menores a US$ 5,000. Estas organizaciones sí han tenido incentivos para destinar recursos adicionales a segmentos del mercado menos marginales. Esta orientación añade valor social, por las contribuciones al crecimiento y al empleo de las pequeñas y medianas empresas que son ahora atendidas por estas entidades y que tampoco tienen acceso oportuno y confiable a otras fuentes de crédito. A esto han contribuido tanto las destrezas de las entidades en la evaluación del riesgo lo que les ha permitido desarrollar ventajas competitivas como el aumento de los riesgos y costos de operar con los clientes más pequeños. Este aumento ha resultado del estancamiento de la economía y, sobre todo, de los disturbios sociales e incertidumbres políticas así como de las limitaciones del marco jurídico y del proceso judicial, que no permiten un cumplimiento más eficiente de los contratos. En un entorno politizado se han hecho obsoletas algunas de las innovaciones de las microfinanzas y se ha erosionado la cultura de pago. Estas tendencias, reflejadas en los reclamos de las asociaciones de deudores, han reducido los incentivos para atender a clientelas ahora más riesgosas. Irónicamente, los pronunciamientos políticos e intervenciones estatales han ido limitando el acceso a los servicios financieros para los más pobres. III.5

La eficiencia y el costo de la cobertura

Disminuciones de costos y los correspondientes aumentos en la eficiencia son condición necesaria para expandir la cobertura de una manera sostenible. En vista de los costos fijos en las transacciones financieras, un aumento de eficiencia es también condición necesaria para promover la equidad, ya que cuando los costos por boliviano son elevados o prohibitivos, quienes quedan excluidos son los más pobres. En Bolivia, el abaratamiento del crédito debido a la expansión de las microfinanzas ha sido excepcional. Un elemento central en este proceso ha sido la reducción de los costos de transacciones de los deudores. Innovaciones en tecnología de crédito han simplificado los procedimientos, han acercado los servicios y han reducido los costos. Para los más pequeños, éste ha sido el componente más importante en el abaratamiento del crédito. Recientemente, cambios en las normas prudenciales, ineficiencias del marco jurídico y judicial y una menor tolerancia política han llevado al abandono gradual de algunas innovaciones y la importancia de las garantías hipotecarias ha aumentado.

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Adicionalmente, se ha observado una notable disminución en las tasas de interés. Las tasas de interés cobradas por las organizaciones tradicionales de microfinanzas han abaratado el crédito en Bolivia de dos maneras. Por una parte, han sido inferiores a las tasas típicas de los prestamistas informales. Por otra parte, las tasas institucionales han disminuido sostenidamente a lo largo del tiempo. Cálculos en las etapas iniciales de los programas sugerían tasas de interés efectivas entre 60 y 90 por ciento anual. A partir de ese momento, la tasa de interés para el conjunto de estas entidades disminuyó rápida y sostenidamente. Poco más de una década después, esta tasa es casi tres veces menor, equivalente a 22 por ciento anual a junio de 2004. Entre factores que explican esta disminución se encuentran el recrudecimiento de la competencia, la reducción de los costos de administración de las carteras y el buen manejo del riesgo. Al final del período, una feroz competencia había obligado a una igualación de las tasas de interés entre estas organizaciones. Otro determinante de la disminución en las tasas de interés efectivas de las organizaciones reguladas de microfinanzas ha sido la evolución decreciente de sus gastos administrativos. En aproximadamente una década, estos gastos disminuyeron de un máximo de 27 puntos porcentuales (a setiembre de 1995) a un mínimo de 13 puntos porcentuales (a mediados de 2004), en contraste con los bancos, cuyos gastos administrativos como proporción de la cartera permanecieron estables. Esta disminución de gastos administrativos ha sido posible sin un deterioro de la calidad de las carteras, en vista de los bajos índices de mora que las organizaciones de microfinanzas han mantenido incluso durante la crisis. Las microfinanzas han mostrado resultados excepcionales en el mejoramiento de la calidad de la cobertura, como se puede apreciar por la evolución de los términos y condiciones de los contratos. Los clientes, conforme han ido estableciendo su reputación, han logrado tomar préstamos más grandes, para propósitos diversos, a plazos más largos, con pagos menos frecuentes y tasas de interés efectivas más bajas. IV.

Crisis y estabilidad

Entre las contribuciones más excepcionales de las microfinanzas a la evolución del sistema financiero boliviano está su trayectoria de estabilidad. Estos logros se han hecho evidentes como resultado de la mayor frecuencia y magnitud de acontecimientos macroeconómicos adversos y otros shocks sistémicos. La fragilidad del sistema financiero ha reflejado, además, la creciente politización del debate y de las intervenciones con que las autoridades han intentado paliar las consecuencias de la crisis sobre los intermediarios y movilizar al sistema para apoyar la reactivación. Tanto los eventos macroeconómicos como las intervenciones políticas han aumentado el riesgo. La macroeconomía y la política han sido fuentes de riesgo sistémico, de riesgo moral y de riesgo regulatorio.

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En el sistema financiero, la crisis ha coincidido con un ciclo de rápida expansión, seguido de una acentuada desaceleración del crecimiento de las magnitudes financieras y, eventualmente, de una contracción severa. Además de los embates macroeconómicos, el sector ha sufrido las consecuencias de cambios en el entorno regulatorio que ordena las actividades de los clientes, fragmentación política y regional, severos retos a la gobernabilidad y disturbios sociales. A pesar de su carácter sistémico, estos acontecimientos adversos han tenido una influencia diferenciada sobre distintos tipos de intermediarios financieros. El efecto neto ha reflejado las consecuencias de la acumulación de los shocks como la capacidad de reacción de cada organización. Estas diferencias han reflejado la distinta versatilidad y robustez de las tecnologías de crédito. El desempeño de las organizaciones reguladas tradicionales de microfinanzas durante esta prolongada crisis ha sido ejemplar. Este desempeño ha llevado a la destrucción de algunos mitos. Primero, una noción ha sido que las microfinanzas son especialmente frágiles y vulnerables ante la incidencia de riesgos sistémicos. La experiencia boliviana apoya la hipótesis nueva de que, durante las crisis sistémicas, las carteras de microfinanzas no son necesariamente más frágiles. En particular, durante estas crisis, las carteras de microfinanzas no necesariamente se contraen más que las carteras bancarias. El comportamiento de las carteras de microfinanzas contrasta con los resultados para el resto del sistema financiero. Por una parte, la cartera vigente de los FFP tradicionales de microfinanzas más BancoSol creció sostenidamente, durante todo el período, desde 111 millones de dólares (a finales de 1997) hasta 302 millones de dólares (a mediados de 2004. Por otra parte, la cartera de las organizaciones no reguladas de microfinanzas también creció sostenidamente, de 38 millones de dólares (a finales de 1997) a 87 millones de dólares (a mediados de 2004). En ambos casos, el crecimiento no perjudicó negativamente la calidad de la cartera, lo que sugiere que parte de la explicación se encuentra del lado de la demanda, en las características de los clientes de este segmento del mercado. Segundo, algunos han afirmado que las carteras de microfinanzas han jugado un papel pro-cíclico, acentuando los efectos adversos de la crisis sobre los segmentos marginales de la población. Con base en la experiencia boliviana, la nueva hipótesis es que las carteras de microfinanzas son menos pro-cíclicas que las carteras de los bancos y otros intermediarios regulados. La vinculación entre el crecimiento del sector real y el crecimiento de las carteras de microfinanzas da en los dos sentidos. Por una parte, el continuado acceso al crédito les permite a los clientes aprovechar las oportunidades productivas que se les presentan, conservando su lealtad y capacidad de pago. Además, el acceso a fondos de emergencia, como los que provienen de la cuenta interna de los bancos comunales, facilita el manejo de la liquidez y permite aprovechar mejor estas oportunidades.

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Por otra parte, la mayor flexibilidad y versatilidad de las clientelas tradicionales de las microfinanzas, debido a sus operaciones en mercados informales de trabajo, les ofrece mayores grados de libertad para buscar y aprovechar estas oportunidades. Estas características les permiten hacerle frente con más facilidad a los eventos adversos y conservar su capacidad de pago. Finalmente, para los clientes de las microfinanzas, el valor presente de su relación con la organización es muy alto, lo que conserva su voluntad de pago. De hecho, estos clientes están dispuestos a hacer esfuerzos excepcionales con tal de conservar su reputación de buenos pagadores. Tercero, otra noción es que las carteras de microfinanzas son especialmente riesgosas. La nueva hipótesis es que las carteras de las microfinanzas, cuando las tecnologías de crédito son apropiadas y cuando las organizaciones buscan su sostenibilidad, son menos riesgosas que otras carteras de crédito. Los índices de mora de las organizaciones reguladas de microfinanzas han sido mejores que los índices de mora de otros intermediarios financieros y, durante la crisis, la mora en las microfinanzas ha aumentado menos que en los bancos. La menor necesidad de reprogramación en las microfinanzas refleja un desempeño sobresaliente. Varias razones explican la mejor respuesta de las microfinanzas ante la crisis. Entre estas sobresale la creciente eficiencia, lograda gracias a las innovaciones en tecnologías de crédito y de prestación de otros servicios financieros. Estas innovaciones fueron diseñadas tomando en cuenta las características de versatilidad y flexibilidad de la clientela. Entre las razones se encuentra, además, la mayor disciplina financiera a que han estado acostumbradas, en parte como respuesta al tipo de riesgos que enfrentan y, sobre todo, por la menor incidencia de comportamiento oportunístico. Las entidades de microfinanzas han tenido menos expectativas de ser rescatadas por el estado. Además, las organizaciones de microfinanzas habían tenido que enfrentar mucha competencia, sobre todo con la rápida expansión de los FFP de consumo. Finalmente, a pesar de lo sostenido de las tasas de crecimiento de sus carteras, las organizaciones de microfinanzas han sido desde su inicio más prudentes. El ciclo de rápida expansión seguido de contracción, que otros intermediarios financieros experimentaron, se presentó menos en el caso de las organizaciones de microfinanzas. El desempeño no uniforme de los distintos tipos de intermediarios financieros durante la crisis ha provocado cambios en la estructura del sistema financiero boliviano, a favor de las organizaciones tradicionales de microfinanzas. Estos cambios tanto han reflejado los méritos de estas organizaciones en el pasado como han afianzado gradualmente su posicionamiento hacia el futuro, cuando jugarán papeles cada vez más importantes en la transformación del sistema. La presencia de las entidades de microfinanzas aumentó de 4 por ciento a 18 por ciento de la cartera vigente total, entre 1997 y 2004.

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Los cambios en la estructura del mercado financiero se han reflejado, también, en cambios en las contribuciones de los distintos tipos de organizaciones a la profundización financiera en Bolivia. Sumando las entidades reguladas tradicionales con las ONG, su cartera vigente pasó de representar 2.2 por ciento del PIB (a finales de 1998) a representar 4.3 por ciento del PIB (a finales de 2003), mientras que el resto del sistema se contraía con relación al PIB. Cuarto, se suponía que la tecnología de crédito a grupos de garantía solidaria tiene ventajas sobre la tecnología de crédito individual. En particular, muchos expertos han supuesto que la tecnología de crédito grupal es menos riesgosa. La experiencia boliviana es de gran utilidad porque por década y media ha permitido comparar estas dos tecnologías, en entornos cambiantes. La nueva hipótesis es que la tecnología de crédito individual es más robusta que la tecnología de crédito grupal, principalmente ante la presencia de eventos adversos sistémicos. La tesis original había sido que el riesgo del crédito grupal es menor porque lleva implícito un contrato de auto-seguro entre los miembros del grupo. La nueva hipótesis es que este contrato implícito no puede asegurar a los miembros del grupo contra el riesgo sistémico. Cuando el evento sistémico se da, los miembros del grupo no están en condiciones de asegurarse unos a otros, y el grupo se desintegra. Esta hipótesis no se aplica, sin embargo, a los bancos comunales, cuyo crecimiento ha sido explosivo en los últimos años. Esto posiblemente refleje tanto el monto comparativamente pequeño de los préstamos, como la valoración que los clientes tienen de los servicios financieros y no financieros ofrecidos por estas organizaciones. Quinto, la percepción ha sido que las organizaciones de microfinanzas son un lugar menos seguro para mantener los ahorros y que, en todo caso, estas organizaciones no están interesadas en movilizar depósitos del público. La experiencia boliviana permite enunciar la nueva hipótesis de que los depósitos son más estables en las entidades tradicionales de microfinanzas que en otros tipos de intermediarios financieros. El crecimiento rápido y sostenido de las captaciones de depósitos de estas organizaciones contrasta con la contracción observada en el resto del sistema financiero. Algunos expertos opinan que el crecimiento de las captaciones se ha debido al diferencial de tasas de interés que las organizaciones de microfinanzas pagan. Sin embargo, el nivel de este premio, medido como la diferencia entre las tasas de interés efectivas pagadas por los bancos y por las organizaciones de microfinanzas, ha disminuido aceleradamente, sobre todo en el caso de los depósitos a plazo fijo. Este crecimiento en la captación de depósitos representa logros tanto de profundidad como de variedad de la cobertura. Le tomó al sistema de las microfinanzas boliviano alrededor de una década para alcanzar el grado de preparación necesario que le permitiese ofrecer servicios de depósito, logrando desarrollar esta nueva y difícil dimensión de sus operaciones sobre los éxitos de su actividad de crédito.

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La percepción ha sido que, una vez que las entidades de microfinanzas captaran depósitos del público, éstos estarían expuestos a una volatilidad elevada, creando riesgos importantes de manejo de liquidez. La nueva hipótesis es que, durante las crisis sistémicas de confianza, los depósitos en las entidades de microfinanzas debieran ser más estables que los depósitos en otros intermediarios financieros. En efecto, el más excepcional de los logros ha sido la mayor estabilidad de los depósitos de las entidades tradicionales de microfinanzas, en comparación con otros intermediarios. Finalmente, en épocas de riesgo sistémico, no todos los clientes son afectados igualmente. La nueva hipótesis es que hay que esperar una mayor movilidad de clientes entre intermediarios y de clientes que entran y salen del mercado en estos tiempos. V.

Evolución comparativa de la cartera regulada

Esta sección del documento presenta un breve análisis comparativo de la evolución de entidades particulares, en un intento por reforzar o calificar algunas de las lecciones derivadas del análisis más agregado. Las organizaciones escogidas representan tres tecnologías de crédito distintas. Dos (BancoSol y PRODEM) representan una tecnología grupal de microfinanzas. Dos (Caja Los Andes y FIE) representan una tecnología individual de microfinanzas. Dos (ACCESO y FA$$IL) representan una tecnología de crédito de consumo que descansa en una fuerza de ventas, credit scoring y una sección especializada de cobro. La hipótesis central es que la tecnología de crédito es un determinante crítico del desempeño de entidades financieras que operan en segmentos del mercado con clientes marginales. Hay dos hipótesis nuevas. Una es que las tecnologías de microfinanzas tradicionales, con los elementos que representaron las innovaciones que hicieron posible su surgimiento un par de décadas atrás son superiores, en estos segmentos del mercado, a tecnologías impersonales, de aplicación estándar, como es el caso de los métodos de credit scoring usados en los países industrializados. Una segunda hipótesis es que, entre las diversas variedades de tecnologías tradicionales de microfinanzas, la tecnología de crédito individual es más robusta y, para la mayoría de los clientes, más eficiente, que la tecnología de crédito grupal. La tecnología de bancos comunales es más robusta que la tecnología de grupos solidarios. Tres comportamientos de la cartera diferentes pueden ser identificados. Primero, los FFP de consumo, en particular ACCESO, muestran un crecimiento acelerado de la cartera, seguido de una contracción igualmente rápida. El crecimiento acelerado es necesario para poder diluir pronto los elevados costos fijos asociados con la tecnología. Esto no permite una evaluación parsimoniosa del riesgo de crédito. Como en casi todos los casos de crisis financieras, el crecimiento acelerado es seguido pronto por una contracción de la cartera.

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Segundo, las carteras de crédito de grupos con garantía solidaria crecieron rápidamente, mientras la economía se encontraba en rápida expansión, hasta 1998. Con la crisis sistémica, sin embargo, estas carteras sufrieron una disminución importante, lo que refleja la menor robustez de esta tecnología. La cartera de estas entidades se recuperó únicamente después de un período de transición, durante el cual la organización tuvo que enfrascarse en un costoso proceso de modificación de su tecnología de crédito, depuración de sus clientes y reorientación hacia nuevos segmentos del mercado. Tercero, las carteras de crédito individual crecieron sostenidamente, sin mayores incidentes, independientemente de si la entidad tiene una política de crecimiento comparativamente rápido y de conquista de participación en el mercado (Caja Los Andes) o una política de crecimiento pausado, en acompañamiento a su clientela natural y reconocimiento de sus ventajas comparativas (FIE). El comportamiento de la mora sigue los mismos patrones. En general, se observan niveles de mora más altos que los usualmente analizados, como resultado principal de los ajustes por castigos. Se observa que BancoSol permanece como la entidad tradicional de microfinanzas con mayor nivel de mora, que Caja Los Andes presenta el segundo nivel más alto, seguido por PRODEM y FIE. Es digno de destacar el hecho que FIE presenta un nivel tan bajo de mora aún considerando los castigos.

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Las Microfinanzas en el Desarrollo del Sistema Financiero de Bolivia Claudio González Vega Marcelo Villafani Ibarnegaray1

1.

Introducción

Este documento examina, a grandes rasgos, el papel que el sector de las microfinanzas reguladas ha jugado en el desarrollo del sistema financiero boliviano. Cuando corresponde, el documento además hace referencia a las organizaciones no reguladas de microfinanzas, cuyo papel en propiciar aumentos del bienestar de hogares ubicados en los estratos de la población que son atendidos por estas organizaciones ha sido, en algunos casos, también considerable. El énfasis del documento recae, sin embargo, en el segmento regulado de las microfinanzas. El documento se organiza alrededor de dos premisas centrales. La primera afirma que el avance de las microfinanzas representa una dimensión importante en el proceso de desarrollo financiero de cualquier país de ingresos bajos. En efecto, las microfinanzas son una manera de completar este proceso, que le agrega facetas de gran valor social y que, a la vez, fortalece el progreso del resto del sistema financiero. La segunda premisa afirma que las contribuciones de las microfinanzas bolivianas al desarrollo financiero han sido excepcionales. El objetivo del trabajo es examinar dichas contribuciones, con el propósito doble de que éstas sean tomadas en cuenta en las decisiones de política, que puedan afectar al desarrollo futuro de este sector en Bolivia, y que el análisis destaque lecciones para otros países, donde las microfinanzas puedan llegar a jugar un papel semejante al que han jugado en este país. Recientemente, en efecto, las microfinanzas han logrado un auge creciente en varios países latinoamericanos. Claudio González Vega es Profesor en el Departamento de Economía Agrícola, Ambiental y del Desarrollo, Profesor en el Departamento de Economía y Director del Programa Finanzas Rurales en The Ohio State University (OSU). Marcelo Villafani Ibarnegaray es Investigador Asociado en el Programa de Doctorado de OSU. Este documento fue preparado para el Proyecto sobre Innovación y Fortalecimiento de las Finanzas para el Desarrollo (PREMIER), financiado por la Misión de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) en Bolivia. El documento es un resumen, con adiciones, de las presentaciones de los autores en un seminario organizado para el Banco Central de Bolivia el 2 de junio de 2004. Los autores agradecen los comentarios de Marcela Nogales, Eduardo Gutiérrez, Misael Miranda y otros participantes en dicho seminario. Igualmente agradecen el apoyo de Steve Smith y Salomón Eid de PREMIER y Gabriela Salazar de USAID. La colaboración de Jorge Rodríguez Meza, coautor de algunos estudios previos de OSU sobre estos temas y de Franz Gómez, quien ha trabajado el tema de depósitos, fue indispensable para darle continuidad al manejo de los datos. Se agradece a la Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras, en particular a Efraín Camacho, el acceso a su base de datos. Claudia Roca colaboró, como siempre, en la preparación del documento. Las opiniones expresadas son de los autores y no de las organizaciones patrocinadoras.

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El énfasis se pone en lo financiero El documento se diferencia de otras evaluaciones de las microfinanzas por su énfasis en varias dimensiones medulares del progreso de un sistema financiero. Esto significa que, por un lado, el trabajo no le pone suficiente atención a otros tipos de impactos que, si bien potencialmente importantes, son más de una naturaleza no financiera. Algunas evaluaciones recalcan estas otras influencias, por su pertinencia para los financiadores con intereses “sociales” y para las autoridades políticas. El enfoque adoptado aquí es menos frecuente, pero es igualmente revelador. El trabajo destaca, por otro lado, que la influencia de las microfinanzas en el desarrollo financiero va más allá de la incorporación, al sistema financiero formal, de segmentos de la población hasta entonces excluidos de la cobertura de los servicios de este sector. Es decir, además de los beneficios para la clientela directa de las microfinanzas, señalados por muchos, el avance de este sector tiene también consecuencias para el resto del sistema financiero y, por esta vía, en las oportunidades de un crecimiento económico sostenido y participativo. En cada país, la naturaleza y magnitud de estas influencias dependerán del nivel alcanzado por el sistema financiero y del grado de avance de las microfinanzas. Las microfinanzas pueden, además, jugar un papel valioso en los procesos de modernización del sistema financiero. Para alcanzar este objetivo, el documento primero presenta un conjunto de criterios que pueden ser usados para juzgar los logros de profundización financiera de cualquier país. Luego, con base en estos criterios, una primera tarea consiste en describir las diferentes maneras como, en general, las microfinanzas han sido excepcionales en Bolivia. Estos rasgos notables reflejan circunstancias de la evolución histórica de las microfinanzas en este país. Una segunda tarea es la presentación de abundante evidencia estadística sobre la evolución de las carteras de crédito del sector regulado de las microfinanzas. El trabajo toma nota tanto de su ritmo primero acelerado y luego sostenido de crecimiento así como de la evolución de la calidad de las carteras. Para este último análisis se usan diversos índices de mora de cartera. No todas las entidades no bancarias son de microfinanzas Al acometer esta tarea, se destacan dos temas. Primero, el análisis resalta las diferencias de comportamiento entre los distintos tipos de fondos financieros privados (FFP) que han operado en Bolivia. Si bien todos estos intermediarios financieros se han acogido al mismo tipo de licencia de operación, como entidades no bancarias reguladas por la Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras (SBEF), se han dado importantes diferencias en su desempeño.

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Estas diferencias han estado íntimamente vinculadas con el grado en que intermediarios específicos han respondido a características esenciales que los autores del trabajo estiman que definen a las “microfinanzas”. Estas características definitorias se refieren, principalmente, a elementos de la tecnología de crédito, si bien dimensiones del diseño institucional de las organizaciones, relacionadas con su estructura de propiedad y gobierno, también son críticas al explicar diferencias de desempeño. Así, entre los FFP, el trabajo distingue un grupo de instituciones, a las que se les agrega el Banco Solidario S.A. (BancoSol), que aquí se describen como las “entidades tradicionales de microfinanzas”, por su apego a estos atributos. Segundo, el análisis hace evidente la importancia de las tecnologías de crédito al notar que, incluso entre el grupo de entidades tradicionales de microfinanzas, hay diferencias de evolución y de desempeño. Estas diferencias pueden ser explicadas, en mucho, por los distintos grados de robustez de las tecnologías de crédito la capacidad de conservar su eficacia durante las distintas etapas de los ciclos económicos y por sus distintos grados de vulnerabilidad ante eventos sistémicos adversos. A su vez, la importancia del tema de propiedad y gobierno de las instituciones se pone en evidencia con el caso especial de EcoFuturo. Las microfinanzas han sido más robustas ante la crisis Una tercera tarea consiste en examinar el desempeño de las organizaciones reguladas de microfinanzas durante la reciente crisis económica y política de Bolivia. Para enfrentar esta tarea, se contrasta el desempeño de las microfinanzas con el de otros sectores regulados del sistema financiero, incluyendo a bancos, cooperativas y mutuales. La dimensión de esta evolución que ha resultado sorprendente para algunos observadores y en algún momento preocupante para las autoridades monetarias y prudenciales es el continuado crecimiento de estas entidades durante la crisis. Al lado de esta evolución es evidente, sin embargo, la inusual calidad de sus carteras. El reto para el analista y para las autoridades está, precisamente, en interpretar correctamente las causas de este crecimiento y la naturaleza de los riesgos que se derivan del mismo. Si nada más cambiase (ceteris paribus), el crecimiento rápido de las carteras debe ser siempre fuente de preocupación. La hipótesis del trabajo es que se han dado cambios estructurales que justifican este crecimiento. Esta parte del análisis arguye que estas circunstancias reflejan una verdadera transformación en el sistema financiero boliviano. El crecimiento rápido de estas entidades de microfinanzas, unido para algunos paradójicamente a la calidad superior de sus carteras, han reflejado tanto su expansión hacia segmentos del mercado que con anterioridad eran totalmente desatendidos por otros intermediarios financieros así como cambios graduales pero irreversibles en la estructura del sistema financiero boliviano.

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Cambios en la estructura financiera: efectos agregados En este proceso de transformación estructural han tenido lugar tanto efectos agregados como efectos sustitución. El principal efecto agregado ha sido la incorporación al uso de servicios financieros por parte de segmentos de la población que del todo no los usaban antes (efecto incorporación). Desde varios puntos de vista, éste ha sido un logro considerable. Un segundo tipo de efecto agregado ha sido la creación, para poblaciones que ya tenían algún tipo de contacto con entidades financieras, usualmente sólo para crédito de corto plazo, de una oferta de otros servicios a los que con anterioridad no habían tenido acceso, incluyendo nuevas dimensiones crediticias, facilidades de depósitos y otros tipos de servicios financieros (efecto ampliación). Este último efecto representa una extensión de las microfinanzas más allá del microcrédito, lo que inicialmente tal vez no estaba en la mente de los pioneros, pero que podría ser de gran trascendencia para el desarrollo financiero del país. Cambios en la estructura financiera: efectos sustitución Por su parte, un primer efecto sustitución se ha dado, en las últimas dos décadas, con el desplazamiento parcial de las finanzas informales y el acceso a servicios financieros en alguna medida institucionalizados (efecto sustitución de informal a formal). Con este efecto se ha dado un cambio en los términos y condiciones a que ciertos segmentos marginados de la población tienen acceso al crédito y ha representado uno de los elementos del “abaratamiento” del crédito en Bolivia. Este efecto ocurre al margen inferior de las microfinanzas. Un segundo efecto sustitución se ha dado al pasar la oferta de microcrédito de entidades no reguladas a entidades reguladas, ya sea por la transformación en entidades reguladas de programas que antes operaban como organizaciones no gubernamentales (ONG) o por la mayor competitividad con que han contado las organizaciones tradicionales de microfinanzas por su condición de reguladas (efecto sustitución de no regulado a regulado). De hecho, comparando la ausencia efectiva de actividad de microfinanzas reguladas hace poco más de una década con su importancia relativa ahora, este efecto ha sido considerable y ha contribuido a la “institucionalización” de los mercados financieros en Bolivia. En vista de algunos apoyos no de mercado, provenientes de la cooperación internacional y de entidades estatales, sobre todo a través del FONDESIF en tiempos recientes, no se puede atribuir la mayor o menor magnitud de este segundo efecto únicamente a diferencias de competitividad. Identificar correctamente la dimensión del efecto es difícil ya que, por una parte, los criterios de asignación de los fondos públicos no siempre han reflejado las ventajas comparativas de las distintas instituciones mientras que, por otra parte, tanto algunas entidades reguladas como otras no reguladas han dado muestras de fortaleza y capacidad de penetración en diferentes segmentos del mercado.

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Un tercer efecto sustitución se ha dado al crecer la participación relativa de las entidades tradicionales de microfinanzas (es decir, su market share) al interior del sector regulado, tanto en la captación de depósitos como en la colocación de cartera de crédito (efecto sustitución de bancario a no bancario). Esto ha reflejado el crecimiento rápido de las entidades tradicionales de microfinanzas, en contraste con la crisis de los bancos y el estancamiento de otros tipos de intermediarios no bancarios, incluyendo en parte la atención de clientes que operaban con bancos y que dejaron de ser atendidos con la crisis. Este efecto ocurre al margen superior de las microfinanzas. En vista de estos movimientos de clientes, tanto de ingreso como de salida del mercado, así como del traslado de clientes de unos intermediarios a otros, el trabajo intenta un breve análisis dinámico de la evolución de la clientela de las entidades tradicionales de microfinanzas. Este análisis revela nueva información sobre cambios en la composición de la cartera de estas entidades y fortalece la tesis de que ha habido cambios estructurales en el sistema financiero boliviano. La última parte resume conclusiones y plantea algunas recomendaciones de política. La historia que se cuenta en este documento importa. No se podría escribir la historia de las microfinanzas en el mundo sin reconocer las contribuciones bolivianas. Tampoco se podría escribir la historia económica reciente de Bolivia sin resaltar el papel de las microfinanzas. Este trabajo afirma que no se puede entender completamente la dirección en que el sistema financiero boliviano está evolucionando si no se entiende la influencia que en este proceso han tenido y siguen teniendo las entidades reguladas de microfinanzas.

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2.

Criterios de evaluación de un sistema financiero

El propósito principal de este trabajo es examinar y evaluar las contribuciones de las microfinanzas a la evolución del sistema financiero boliviano. En particular, se busca interpretar, tanto cuantitativa como cualitativamente, las maneras como las microfinanzas han contribuido a la profundización financiera alcanzada en Bolivia. Para facilitar el análisis, el documento define, en esta parte, algunos criterios generales de evaluación de un sistema financiero.2 Eficiencia En primer lugar, entre las características deseables que un sistema financiero debe exhibir, está la eficiencia. La eficiencia se mide, usualmente, por la magnitud de los costos de operación y de los riesgos asumidos por los intermediarios financieros y, más en general, por la magnitud de los costos de transacciones en que incurren todos los participantes efectivos (o en los que incurrirían los participantes potenciales) en los mercados financieros (es decir, los depositantes, los intermediarios y los deudores). Cuando los costos de transacciones son excesivamente elevados, muchos contratos financieros no tienen lugar. Se podría entonces decir que, en estos casos, el crédito es “prohibitivamente caro” y que, por esta razón, ni siquiera se observarán préstamos (es decir, no habrá “acceso”). En países pobres, como Bolivia, muchos segmentos no eran o todavía no son atendidos y muchos servicios financieros no existían o todavía no existen, precisamente por lo elevado de los costos de transacciones. Cuando se logra que los costos de transacciones disminuyan y comienzan a observarse algunos préstamos, podría entonces afirmarse que el acceso mismo, para quienes no lo habían disfrutado hasta entonces, ha en efecto “abaratado” el crédito. Aún cuando sí existen contratos financieros, sin embargo, debido a la presencia de costos de transacciones elevados se van a observar amplias brechas entre los diferentes precios (tasas de interés), costos y rendimientos en los mercados financieros. Es decir, la falta de eficiencia se reflejará en las diversas brechas que se muestran en el Gráfico 1. Una primera brecha, resultante de los costos de transacciones en que los deudores incurren, separa el costo total de los fondos tomados en préstamo de los pagos por intereses que el deudor hace. Estos pagos constituyen los ingresos financieros del acreedor. Una segunda brecha, resultante de los costos de transacciones en que los depositantes incurren, separa los intereses recibidos por éstos los costos financieros del intermediario de los rendimientos netos sobre los ahorros.

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Véase Claudio González Vega, Reformas Financieras en la Década de los Noventa: Logros y Retos Inesperados, San José, Costa Rica: Academia de Centroamérica, junio de 2001.

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Gráfico 1

EFICIENCIA Determinación de la eficiencia de un sistema financiero por la magnitud de las brechas causadas por los costos de transacciones

EFICIENCIA

BRECHAS Costo total de los fondos para los deudores

Costos de transacción de los deudores M A R G E N

Ingresos financieros del intermediario

Costos de manejar la cartera de préstamos Utilidades Costos de movilizar los fondos Costos de transacción de los depositantes

Costo financiero de fondos Rendimiento neto para los depositantes

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Una tercera brecha separa los ingresos financieros de los costos financieros de los intermediarios y constituye el margen de intermediación. Esta brecha incluye los costos de movilizar fondos, los costos de prestar (tanto los costos operativos como las pérdidas por mora), así como las utilidades del intermediario. Entre mayor sea la suma de estas tres brechas, menos eficiente será un sistema financiero. El progreso financiero resulta, fundamentalmente, de la reducción de estas brechas. Como se muestra en el Gráfico 2, esta disminución permite, simultáneamente, reducir el costo total de los fondos para los deudores y aumentar el rendimiento neto de los depósitos para los ahorrantes. El aumento en la eficiencia de la intermediación financiera se convierte así en un juego de suma positiva, donde todos los participantes se benefician. Esto contrasta con políticas de techos a las tasas de interés y otras medidas que, sin reducir efectivamente los costos, tratan de cambiar los precios de los servicios financieros. Estas intervenciones resultan en juegos de suma cero, donde si unos ganan (los subsidiados) otros pierden (los que pagan el subsidio o los que se ven excluidos en el acceso al crédito precisamente por esta razón).3 Además, los costos de transacciones de los deudores tienden a ser independientes del tamaño de los préstamos (lo que también es una razón importante que afecta los costos de transacciones de los acreedores y de los depositantes). Así, por boliviano prestado, los costos de transacciones son más altos entre más pequeño sea el monto del préstamo. Costos de transacciones elevados se constituyen entonces en la principal causa de exclusión de muchas clientelas marginales del acceso al crédito.4 Una mayor eficiencia, reflejada en la disminución de cualquiera de estos costos de transacciones, representa una condición necesaria (posiblemente la más importante) para promover la equidad en el acceso al crédito. En estos casos, eficiencia y equidad van de la mano. No se puede, sin embargo, legislar la eficiencia. Los costos de transacciones no pueden ser reducidos por decreto (salvo en aquellos casos en que resultan de regulaciones represivas que deben ser eliminadas). La reducción de las brechas se puede lograr únicamente con procesos de reducción de costos y riesgos, como son las economías de escala y de ámbito, las innovaciones en tecnologías financieras, la diversificación de las carteras, la mayor competencia, el desarrollo de la infraestructura institucional para un mejor funcionamiento de los mercados financieros, el aumento de la información disponible para tomar decisiones sobre las transacciones financieras y otros procesos semejantes. 3

Véase Claudio González Vega, “Crédito agropecuario artificialmente barato: redistribución al revés”, en Dale W Adams, Claudio González Vega y J. D. Von Pischke, eds., Crédito Agrícola y Desarrollo Rural: La Nueva Visión, San José, Costa Rica: The Ohio State University, 1987. 4 Véase Claudio González Vega y Marco A. González Garita, “Costos de endeudamiento, tasas de Interés y distribución del crédito en Costa Rica”, en Dale W Adams, Claudio González Vega y J. D. Von Pischke, eds., Crédito Agrícola y Desarrollo Rural: La Nueva Visión, San José, Costa Rica: The Ohio State University, 1987.

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Gráfico 2

PROGRESO FINANCIERO La disminución de los costos de transacciones reduce las brechas y permite lograr simultáneamente la reducción de los costos de los préstamos y el aumento de los rendimientos de los depósitos

Costos de transacción de los deudores

Costos de manejar la cartera de crédito M A R G E N

Costos de transacción de los deudores

Utilidades Costos de movilizar los fondos

Costos de Manejar la Cartera de Crédito

Costos de transacción de los depositantes

Costos de Movilización

Utilidades

Costos de transacción de los depositantes

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En resumen, desde la perspectiva de la eficiencia, las microfinanzas habrían contribuido al progreso del sistema financiero en la medida en que hubieran reducido costos de transacciones, facilitando el acceso de clientelas hasta entonces excluidas, y que hubieran reducido las brechas que separan el costo de los fondos para los deudores de los rendimientos netos de los ahorrantes. Estabilidad y sostenibilidad En segundo lugar, entre las características deseables que un sistema financiero debe exhibir se encuentra la estabilidad. Las contribuciones beneficiosas del sistema financiero podrían verse empañadas por su vulnerabilidad a las crisis sistémicas. Ante inevitables acontecimientos exógenos adversos, tales como desastres naturales, la inestabilidad política o los contagios internacionales, la posibilidad de una crisis financiera depende de la calidad de la infraestructura institucional.5 Cuando el andamiaje institucional es débil o incompleto, el concepto de contrato no está bien definido o el sistema jurídico no es robusto, la probabilidad de crisis aumenta. La estabilidad de un sistema financiero depende fundamentalmente de la calidad de las instituciones que lo sustentan. En el mundo de las microfinanzas, la contraparte a la estabilidad del sistema financiero es la sostenibilidad autosustentabilidad de las organizaciones. Desde una perspectiva de la equidad, la sostenibilidad significa la posibilidad de cumplir con la misión de la organización, dada su capacidad para ofrecer sus servicios no sólo hoy sino también mañana. De manera fundamental, la sostenibilidad es la cualidad que amalgama la estructura de los incentivos que guían las decisiones de todos los actores de cuyo comportamiento depende el éxito de la organización. Los depositantes aportan sus ahorros, los deudores pagan sus préstamos, los empleados no se pasan a trabajar con el competidor y la organización atrae buenos gerentes y financiadores cuando existe la expectativa de que su presencia será permanente y que sus operaciones seguirán en expansión. Una imagen de ausencia de sostenibilidad debilitaría todos estos incentivos y podría llevar al fracaso. Finalmente, la alta rentabilidad de las organizaciones de microfinanzas y la buena calidad de sus carteras, como determinantes inmediatos de su propia sostenibilidad, también contribuyen a la estabilidad del sistema financiero como un todo, a través de externalidades positivas que afectan al resto de los intermediarios. En contraste, la falta de sostenibilidad de una organización financiera específica eventualmente puede causar externalidades negativas para el resto del sistema.

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Véase, por ejemplo, Asli Demirgüc-Kunt y Enrica Detragiache, “Financial Liberalization and Financial Fragility” en Boris Pleskovic y Joseph E. Stiglitz, eds., Annual World Bank Conference on Development Economics, 1998. Washington, D.C.: Banco Mundial.

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Cobertura En tercer lugar, entre las características deseables que un sistema financiero debe exhibir está la cobertura. Este atributo tiene varias dimensiones.6 Importa la amplitud de la cobertura, medida por el número de clientes atendidos, dado el interés en que una proporción elevada de la población tenga acceso a los servicios financieros. Importa la profundidad de la cobertura, para que los servicios financieros le lleguen a poblaciones marginales, de alto interés social. Importa la permanencia de la cobertura, un atributo altamente valorado por los pobres, en vista del entorno de elevados riesgos en que ellos operan, pues dada su vulnerabilidad ante acontecimientos adversos buscan un servicio confiable. Importa la variedad de la cobertura, en vista de las demandas por varios tipos de servicios financieros que los hogares-empresas pobres generan. En su inicio, los programas de microfinanzas se limitaban a ofrecer crédito de corto plazo a clientelas marginales. Su contribución al desarrollo financiero será mayor, sin embargo, en la medida en que evolucionen hacia la prestación de una gama más amplia de servicios, incluyendo facilidades de pagos, remesas y depósitos.7 Importa también la buena calidad de la cobertura, la que se logra con la prestación de servicios financieros en términos y condiciones que respondan a las demandas legítimas de los clientes y que les permitan aprovechar más ampliamente sus oportunidades productivas, manejar mejor su riesgo y aumentar el bienestar de sus hogares. Cada tipo de cliente demanda distintos tipos de servicios, adecuados a sus estrategias de manejo de liquidez, sus prácticas de acumulación de reservas, la variabilidad y patrón en el tiempo de sus flujos de caja, su grado de integración a otros mercados y los plazos de recuperación de sus inversiones. Los clientes aprecian, además, un trato respetuoso, adecuado a su contexto cultural. Finalmente, importa el costo de la cobertura. Costos de transacciones elevados reducen la disposición de los depositantes y de los deudores potenciales a demandar los servicios. Costos elevados para el intermediario reducen la amplitud, profundidad, variedad, calidad y permanencia con que puede prestar sus servicios. Al hacerse menos atractiva la cobertura que ofrece, el valor presente para el cliente de los servicios del intermediario se reduce y su lealtad se erosiona. 6

Véase Sergio Navajas, Mark Schreiner, Richard L. Meyer, Claudio González Vega y Jorge Rodríguez, “Microcredit and the Poorest of the Poor: Theory and Evidence from Bolivia”, World Development, febrero de 2000. 7 Algunas organizaciones de microfinanzas no reguladas combinan la prestación de servicios financieros comparativamente rudimentarios con otros servicios no financieros, como la educación y la salud. Si bien el valor social de sus contribuciones puede llegar a ser elevado, la contribución de estos programas al desarrollo financiero es limitada, salvo en ampliar y profundizar la cobertura hacia segmentos de la población que, en algunos casos, no cuentan con otras alternativas. Véase Jorge Maldonado, Claudio González Vega y Vivianne Romero, “The Influence of Microfinance on Human Capital Formation: Evidence from Bolivia” y otros trabajos sobre este tema en http://aede.ag.ohio-state.edu/programs/ruralfinance/Bolivia.htm.

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Las contribuciones excepcionales de las microfinanzas bolivianas han sido construidas, precisamente, sobre significativas reducciones en los costos de mejorar la cobertura, con lo que se puede afirmar que estas contribuciones han sido un poderoso mecanismo para “abaratar” el crédito en este país. En la práctica, los atributos deseables de eficiencia, estabilidad y cobertura de un sistema financiero están conectados por vínculos e interacciones complejos que, en este documento, se mencionan solo ocasionalmente en casos particulares. Es claro, por ejemplo, que la única ruta sostenible para mejorar la cobertura, particularmente para aumentar la profundidad de la cobertura, es una mayor eficiencia, que reduzca los costos de atender a clientelas marginales. Si la profundidad de la cobertura es, a su vez, un indicador de equidad, entonces una condición necesaria para alcanzar una mayor equidad en los mercados financieros es una mayor eficiencia.

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3.

Logros excepcionales

Las microfinanzas bolivianas han hecho contribuciones excepcionales a todas las dimensiones deseables de un sistema financiero: la eficiencia, la estabilidad y la cobertura, en sus diversos rasgos. Varias de estas contribuciones han sido examinadas y documentadas en otras oportunidades.8 En este trabajo se discuten, de manera resumida, estas contribuciones. La intención es, por una parte, lograr una enumeración bastante completa de las mismas, ya que con frecuencia sólo se aprecian algunas de estas contribuciones. Por otra parte, en secciones del documento que siguen adelante se examinan, en un mayor detalle, ciertas dimensiones menos destacadas en las evaluaciones existentes que, no obstante, han sido contribuciones críticas al desarrollo del sistema financiero boliviano. Lo más tradicional es evaluar las microfinanzas por sus contribuciones a la cobertura y con este atributo se inicia el análisis. En el Capítulo 4 de este documento se hace, además, un recuento histórico detallado de la expansión, tanto en el número de clientes como en los montos de las carteras, de las organizaciones reguladas de microfinanzas. 3.1

Amplitud de la cobertura

Pocos países han presenciado, sobre todo en un momento cuando todavía no se conocía suficientemente sobre la naturaleza y oportunidades de esta actividad, un ritmo de expansión de la amplitud de la cobertura de las microfinanzas tan rápido como el que Bolivia experimentó en la primera década de sus operaciones. Esta ampliación de la cobertura ha tenido lugar tanto en cuanto a los números de clientes atendidos como en cuanto a los montos de las carteras. En efecto, tasas muy elevadas de crecimiento de la cobertura se sostuvieron por más de una década (aproximadamente desde 1987 hasta 1998) y, una vez enfrentados con éxito los retos iniciales provocados por la crisis macroeconómica y por otros eventos sistémicos adversos que han aquejado a Bolivia en los últimos años, las microfinanzas bolivianas han continuado creciendo sostenidamente. Desde la perspectiva del desarrollo financiero vale la pena destacar que, como resultado de este aumento en la amplitud de la cobertura, una proporción creciente de las transacciones, de todo tipo y en diversos mercados de bienes, servicios y factores de la producción, entre las transacciones en que participan las poblaciones que han ido siendo gradualmente incorporadas a los servicios de las microfinanzas, han estado sometidas a la disciplina de los mercados financieros.

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Véase, por ejemplo, Claudio González Vega y Jorge Rodríguez Meza, “Importancia de la Macroeconomía para las Microfinanzas en Bolivia”, Cuaderno de SEFIR No. 15, La Paz, 2003.

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Esta disciplina facilita la asignación de los recursos a sus mejores usos alternativos y contribuye a aumentos en la productividad de los recursos al alcance de estas unidades económicas.9 Además, amplios sectores de la población, hasta entonces excluidos del acceso a los servicios financieros institucionales, han logrado términos y condiciones cada vez más favorables en sus relaciones con las organizaciones de microfinanzas. Se trata, sin duda, de un masivo proceso de “abaratamiento” del crédito para estos segmentos de la población. Este proceso, sin embargo, no fue dictado o dirigido por el estado aunque sí contó con el valioso apoyo del sector público nacional e internacional sino que reflejó la liberación de energía creativa, innovación y empresariedad, unidas a un compromiso con su misión, en la expansión de las operaciones de las entidades de microfinanzas mismas. Aumento en el número de clientes En efecto, en aproximadamente una década, desde el inicio de los programas de microfinanzas en la segunda mitad de la década de los ochenta, ya a finales de 1996 el número de clientes propiamente de microfinanzas había crecido hasta unos 218 mil.10 Poco después, la continuación de este crecimiento acelerado había llevado, a finales de 1999, el número total de clientes a lo que fue un máximo histórico en ese momento, de 331 mil, pues la crisis luego provocó una disminución de la clientela, por razones tanto de oferta como de demanda. En el peor momento del impacto de la crisis, esta disminución llevaría el número de clientes a 296 mil, a finales de 2001. Asombrosamente, tras la recuperación de las carteras de microfinanzas, a pesar de la continuada profundización de la crisis, este número alcanzó 351 mil, a finales de 2003, y ha seguido creciendo sostenidamente (véanse el Gráfico 16 y el Cuadro 7 en el Anexo Estadístico). El crecimiento en el número de clientes ha sido de hecho mayor al que se reporta aquí. Por una parte, las cifras anteriores no incluyen los clientes con operaciones de microfinanzas en las cooperativas.11 Estos números podrían haberse encontrado entre 50 mil y 90 mil clientes adicionales, según el momento (Cuadro 7 del Anexo). 9

La disciplina de los mercados financieros facilita, si bien no garantiza, la asignación óptima de los recursos. En particular, actividades con tasas marginales de rendimiento elevadas pueden ser emprendidas por unidades económicas que carecen de recursos propios suficientes. 10 No existen cifras completamente consistentes, sobre todo para los primeros años, en cuanto al número total de clientes de las microfinanzas y, en particular, cifras que eliminen la existencia de clientes con transacciones en más de una organización, para evitar duplicaciones. Los números que aquí se muestran representan, por lo tanto, únicamente una aproximación a las tendencias generales. Véase Claudio González-Vega y Jorge Rodríguez-Meza, “Importancia de la Macroeconomía para las Microfinanzas en Bolivia”, Cuaderno de SEFIR No. 15, 2003. 11 El número de cooperativas que reportan información a la SBEF o a Finrural ha variado erráticamente a lo largo del período, dificultándose así la comparabilidad de resultados que incorporen a las cooperativas. Además, si las microfinanzas se definen por la tecnología de crédito usada, no está claro si en todos los casos las operaciones correspondientes para el caso de las cooperativas con comparables a las de las entidades de microfinanzas.

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Por otra parte, esas cifras tampoco incluyen los clientes de microfinanzas de los fondos financieros privados llamados de consumo y de otros propósitos, los que en 1998 se habrían acercado a los 88 mil clientes. Si bien muchos clientes de estas últimas organizaciones pertenecen a hogares con actividades de microempresa, hay algunas dificultades para identificarlos correctamente, porque se trata de otro tipo de tecnología de crédito, aunque no necesariamente de otro tipo de hogar. En todo caso, de incluirse estas dos categorías, el número total habría alcanzado cerca del medio millón de clientes en 1999. Cuando se incorporan al cálculo los clientes de los otros FFP, el número total ha pasado de 285 mil (a finales de 1996), a 417 mil (a finales de 1999), y a 366 mil, a finales de 2003 (Cuadro 7 en el Anexo). La disminución observada desde 1999 permite reconocer que una porción significativa del crecimiento en este otro tipo de entidades no respondió a una mejora sostenible de la amplitud de la cobertura, en vista de debilidades de la tecnología de crédito usada, que no incorporaba atributos de la tecnología tradicional de microfinanzas. Esto se puede apreciar, tanto en relación con los montos de cartera como en relación con el número de clientes, en los Gráficos 3 y 4, donde se muestran únicamente datos para entidades reguladas (es decir, los FFP de todo tipo y BancoSol). Considerando además, de manera parcial y no uniforme en el tiempo, a las cooperativas, el número total de clientes de microfinanzas ha pasado de 335 mil (a finales de 1996), a 497 mil (a finales de 1999), y a 421 mil, a finales de 2003 (Cuadro 7 del Anexo). Es importante notar, sin embargo, que hay un porcentaje importante de los clientes (aunque no tan elevado como algunas veces se supone) con préstamos en más de una entidad, lo que reduce el número neto de clientes. En todo caso, lo cierto es que nunca antes en la historia de Bolivia un número tan elevado de personas habían tenido acceso al crédito institucional. 12 Durante la primera década de expansión de las microfinanzas se pusieron entonces de manifiesto tanto el efecto incorporación como el efecto sustitución de fuente informal a fuente formal al ser incluidos, dentro de la frontera de las finanzas institucionales, miles de hogares que no habían tenido esta condición antes. No se conoce de información que permita distinguir cuántos de los clientes incorporados durante estas primeras etapas nunca antes habían tenido acceso al crédito y cuantos provenían de los mercados financieros informales, para poder separar cuantitativamente estos efectos. Lo que sí está claro es que estos segmentos de la población se beneficiaron con un cambio radical en los términos y condiciones de la oferta de crédito que enfrentaban y que esto les permitió expandir sus operaciones y mejorar su bienestar.

12

El número de clientes de crédito subsidiado de la banca estatal, en el mejor de los casos, llegó a alcanzar proporción pequeña de la amplitud de la cobertura de las microfinanzas.

15

3.2

La cobertura regulada y no regulada

Con la creación de BancoSol a partir de parte de la cartera de PRODEM se inició, además, un efecto sustitución de fuentes no reguladas hacia fuentes reguladas, que alcanzó su apogeo a finales de la década de los noventa. Mientras que, antes de 1991, todos los clientes de microfinanzas accedían a una fuente de crédito no regulada, ya para finales de 1996, de los 218 mil clientes de microfinanzas propiamente que eran atendidos, 134 mil (equivalentes a 61 por ciento del total) correspondían a entidades de microfinanzas que ya eran o que eventualmente llegaron a ser reguladas.13 En ese momento (1996), sin embargo, sólo BancoSol y Caja Los Andes lo eran, de manera que el número de clientes de entidades efectivamente reguladas sumaba 93 mil (43 por ciento del total). A la vez, la proporción de clientes en entidades reguladas o por regularse más alta (65 por ciento del total) se alcanzó a finales de 1997, mientras que la proporción de clientes en entidades efectivamente reguladas más alta (53 por ciento) se alcanzó a finales de 1999. El número de clientes de las entidades tradicionales de microfinanzas que eran o llegaron a ser reguladas alcanzó un máximo de 177 mil, a finales de 1998 (Cuadro 7 del Anexo). Si sólo se consideran las entidades que efectivamente eran reguladas, en cada momento, el número de clientes máximo llegó a 174 mil (a finales de 1999), tras la transformación de PRODEM y la entrada de EcoFuturo como FFP, éste último con base en porciones de clientelas de varias ONG que siguieron funcionando. A pesar de la crisis, con el renovado crecimiento de las carteras, los clientes de las entidades reguladas sumaban 173 mil (49 por ciento del total) para finales de 2003, cifra parecida a la de 1999. A su vez, el número de clientes de las ONG que no se transformaron en entidades reguladas casi se duplicó en tres años, al pasar de 84 mil (a finales de 1996) a 156 mil, a finales de 1999 (Cuadro 7 del Anexo). Después de ese año, el número de clientes de las organizaciones no reguladas decreció menos rápidamente o creció más rápidamente que el número de clientes de las entidades reguladas. Como resultado, para finales de 2003, las organizaciones no reguladas contaban con 178 mil clientes (51 por ciento del total). Es deseable, a esta altura del análisis, calibrar al menos preliminarmente las implicaciones de los cambios, que han tenido lugar a lo largo del tiempo, en la importancia relativa de la clientela de las entidades financieras reguladas y la de las organizaciones no reguladas, así como evaluar las decisiones de política que están teniendo influencia sobre estos resultados. Las dimensiones de esta evolución son múltiples, por lo que no sorprende que exista un notable debate acerca de las contribuciones relativas (es decir, las ventajas y desventajas) de cada uno de estos dos tipos de organizaciones. 13

Se incluye en este grupo a BancoSol y los fondos financieros privados tradicionales de microfinanzas, a saber Caja Los Andes, FIE, EcoFuturo y PRODEM.

16

Gráfico 3 Evolución de la cartera bruta de las entidades de microfinanzas reguladas tradicionales y los FFP de otros propósitos, 1992-2004 400

350

MILLONES DE DOLARES

300

250 FFP + BSO OMF OTROS FFP

200

150

100

50

DIC-92 DIC-93 DIC-94 DIC-95 DIC-96 DIC-97 DIC-98 DIC-99 DIC-00 DIC-01 JUN-02 DIC-03 JUN-04

Nota:

FFP se refiere a los fondos financieros privados de todo tipo, BSO a BancoSol y OMF a las organizaciones de microfinanzas tradicionales reguladas. Fuente: Construido con información de la SBEF. Gráfico 4 Evolución del número de clientes de las entidades de microfinanzas reguladas tradicionales y los FFP de otros propósitos, 1992-2004 300,000

NUMERO DE CLIENTES

250,000

200,000

FFP + BSO OMF OTROS FFP

150,000

100,000

50,000

DIC-92 DIC-93 DIC-94 DIC-95 DIC-96 DIC-97 DIC-98 DIC-99 DIC-00 DIC-01 DIC-02 DIC-03 JUN-04

17

Por sus dimensiones, este documento no puede profundizar en este debate, cuyos resultados serán críticos para el futuro de las microfinanzas en Bolivia. Existe cierto consenso internacional, no obstante, sobre que “son únicamente las organizaciones profesionales y financieramente sólidas las que tienen posibilidades de competir para ganar, conseguir préstamos comerciales, estar habilitadas para recibir depósitos y crecer en escala e influencia”. 14 En la medida en que la regulación de las microfinanzas promueva estos atributos, sus contribuciones al desarrollo financiero de un país aumentarán. Los autores de este trabajo reconocen, sin embargo, que en Bolivia como en otras partes del mundo también existen organizaciones no reguladas que agregan valor social. Desde la perspectiva específica que se adopta en este documento, el efecto sustitución de entidades no reguladas a entidades reguladas efectivamente ha contribuido al desarrollo financiero de Bolivia, a través de una mayor institucionalización en la prestación de los servicios financieros. La institucionalización de las entidades de microfinanzas ha permitido una oferta más amplia y permanente de servicios, incluyendo la captación de depósitos, y ha sometido a estas entidades a la disciplina del marco de regulación y supervisión prudencial, desarrollando la confianza. Como mecanismo de institucionalización, la evolución de la regulación y supervisión prudencial de las microfinanzas ha sido uno de los logros importantes en Bolivia, al que han contribuido por igual las autoridades como las entidades que han optado por transformarse. Existe, además, un cierto consenso internacional sobre que, a la vez que se debe proteger la integridad del marco de regulación y supervisión prudencial, se le debe dar cabida en este marco a las peculiaridades de los riesgos propios de las microfinanzas y se deben propiciar opciones de expansión de las entidades ya reguladas que realizan este tipo de operaciones.15 El establecimiento de un marco regulatorio especializado ha sido una de las contribuciones de las microfinanzas al desarrollo financiero de Bolivia y esta tarea debe continuar. Las premisas anteriores deben ser calificadas al menos de dos maneras. Por una parte, la condición de entidad financiera regulada no garantiza un desempeño sostenible, como lo muestran los Gráficos 3 y 4. Estos gráficos contrastan el comportamiento de los montos de cartera y del número de clientes de las entidades reguladas tradicionales de microfinanzas (BancoSol y los cuatro FFP especializados) con el de los FFP de consumo y de otros propósitos.

14

Elizabeth Littlefield y Richard Rosenberg, “Las Microfinanzas y los pobres. Hacia la integración entre las microfinanzas y el sector financiero formal”, Finanzas y Desarrollo, junio de 2004, pp. 38-40. 15 Véase al respecto Tor Jansson, Ramón Rosales y Glenn Westley, “Principios y prácticas para la regulación y supervisión de las microfinanzas,” Washington, D.C.: Banco Interamericano de Desarrollo, 2003, así como Jacques Trigo Loubière, Patricia Lee Devaney y Elizabeth Rhyne, “Lessons on Microfinance Regulation and Supervisión from Bolivia, Colombia and Mexico,” Boston, ACCION Internacional, 2004.

18

En efecto, la cartera de las entidades tradicionales de microfinanzas creció rápida pero de manera asombrosa sostenidamente. En contraste, la cartera de los FFP de consumo y de otros propósitos creció muy aceleradamente al principio, para luego sufrir una precipitosa caída, como se discutirá adelante. El crédito a grupos y las microfinanzas no reguladas Por otra parte, algunas organizaciones no reguladas de microfinanzas han tenido un crecimiento e impacto sustanciales, llevando servicios a segmentos del mercado que, por una razón u otra, no han sido atendidos por las entidades reguladas. En unos casos, los servicios financieros han sido complementados con servicios no financieros lo que representa tanto una fortaleza como una debilidad de estas organizaciones. No hay duda, sin embargo, que estas entidades no reguladas seguirán jugando un papel importante en Bolivia, independientemente de si sus contribuciones al desarrollo financiero han sido modestas o no. Para optimizar las contribuciones de cada tipo de organización, en sus respectivos segmentos del mercado, se requiere un marco regulatorio apropiado. El efecto sustitución de entidades no reguladas a reguladas, observado en la primera etapa de este proceso, fue resultado tanto de la transformación de algunas entidades como, sobre todo, del crecimiento más acelerado de las clientelas que la transformación misma hizo posible.16 Así, la transformación provocó mucho más que el correspondiente cambio de clasificación de algunos clientes. Por una parte, la transformación creó condiciones más robustas para la sostenibilidad y crecimiento de las entidades, permitiéndoles una estrategia de amplitud masiva de la cobertura. Por otra parte, la transformación ensanchó la gama de servicios a que la clientela tiene acceso y aumentó el valor presente de su relación con la institución, promoviendo la fidelidad de los clientes. Las razones que explican estos cambios en la participación relativa de los dos tipos de organizaciones en la cobertura del número de clientes de microfinanzas son múltiples y complejas. En particular, el acceso a recursos no de mercado (por ejemplo, el uso de fondos desembolsados por el FONDESIF) no permite saber si estos cambios en la estructura del mercado han respondido a ventajas comparativas en la atención de las clientelas o al trato asimétrico otorgado por las autoridades. Posiblemente se han dado ambos tipos de situaciones, pero el trabajo no cuenta con suficiente información para establecer estas distinciones.17

16

Sobre las ventajas y desventajas de la regulación, véase Martina Wiedmaier-Pfister, Fabiana Pastor y Lucía Salinas, “De ONG Financiera a Fondo Financiero Privado. El Caso de Bolivia”, La Paz, Proyecto Desarrollo del Sistema Financiero Boliviano, 2001. 17 Véase Claudio González Vega, “Dilemas en la expasión de la frontera de las finanzas rurales: oportunidades, retos y peligros para la coperación internacional y el FONDESIF en Bolivia,” Cuaderno de SEFIR No. 6, La Paz, 2002.

19

Además, algunos desplazamientos o salidas de clientes han tenido lugar como resultado del aumento del riesgo político, sobre todo en las áreas rurales, como consecuencia de promesas de condonación o reprogramación de deudas y de las dificultades de algunos clientes para pagar, debidas a bloqueos de caminos y a otros disturbios sociales así como al estancamiento general de la economía. Entre los factores que han incidido sobre estos efectos de sustitución han estado también la depuración de las carteras de algunos intermediarios regulados, tanto en reacción ante la crisis como en respuesta a los requerimientos de la supervisión prudencial, así como las dificultades que ha enfrentado, con la incidencia del riesgo sistémico, el crédito a grupos con garantía solidaria, que había sido ofrecido por algunos intermediarios regulados pioneros en forma masiva, como se discute más adelante. Estas debilidades de entidades reguladas han contribuido al excepcional crecimiento en el número de clientes de los programas de bancos comunales, sobre todo de CRECER y Pro Mujer, con el traslado de clientes de los grupos solidarios hacia estas organizaciones, al perder estos clientes su acceso a los intermediarios regulados y ofrecerles los bancos comunales valiosos servicios de crédito de emergencia.18 Estos clientes se sumaron a aquellos que tradicionalmente han demandado servicios de los bancos comunales, ya sea porque no pueden aportar las garantías cada vez más estrictas que se requieren para el acceso al crédito de los intermediarios regulados incluso, algunos intermediarios que usaban crédito a grupos hoy día requieren casi-hipotecas o porque tienen preferencia por las actividades de educación y de salud que acompañan al crédito. Por su parte, entidades reguladas que tradicionalmente usaron los grupos de garantía solidaria (BancoSol y PRODEM) perdieron miles de clientes (más de 55 mil entre 1998 y 2002, si bien la tendencia se ha revertido recientemente), mientras que CRECER (cuya clientela creció más de siete veces de 1996 a 2003) y Pro Mujer (cuya clientela creció más de cinco veces) han sido las organizaciones de microfinanzas con tasas de aumento de su clientela más elevadas en el período (Cuadro 7 en el Anexo). A la vez, los intermediarios regulados especializados en crédito individual (Caja los Andes y FIE) continuaron el crecimiento sostenido de su clientela durante este período. De finales de 1996 a finales de 2003, entre estas dos entidades se dio un aumento de 47 mil clientes, en reflejo de la mayor robustez de la tecnología de crédito individual comparada con la grupal. Esta tendencia ha continuado, a pesar del abandono por parte de Caja Los Andes de sus numerosos préstamos prendarios en oro y joyas (alrededor de 3,000 clientes), a mediados de 2003, en vista de barreras en los procesos judiciales para ejecutar este tipo de garantías. 18

Véase Claudio González-Vega y Jorge H. Maldonado, “Profundización crediticia entre los clientes de CRECER y Pro Mujer”, Programa de Finanzas Rurales, The Ohio State University, 2003.

20

3.3

Ruralidad de la cobertura

El crecimiento de la amplitud de la cobertura de las microfinanzas bolivianas ha tenido lugar tanto en las áreas urbanas como en las rurales. En el tanto en que la atención de las áreas rurales donde la prestación de servicios financieros es más difícil y los clientes son más pobres refleje una preferencia social especial, un mejoramiento de la amplitud de la cobertura en las áreas rurales puede ser interpretado también como un mejoramiento de la profundidad de la cobertura. Como los Cuadros 8 y 9 del Anexo muestran, los resultados son mixtos. En efecto, en las áreas urbanas, el número de clientes de las organizaciones de microfinanzas reguladas y no reguladas en conjunto creció sostenidamente, casi duplicándose, al pasar de 123 mil clientes (a finales de 1996) a 234 mil (a finales de 2003), con la única excepción de una disminución pequeña en 2001. Los mayores crecimientos se observaron al inicio, antes de la crisis (hasta 1998), y al final, con la recuperación de los dos últimos años, a pesar de la crisis. En contraste, el número de clientes en las áreas rurales creció rápidamente al principio, al pasar de 95 mil clientes (a finales de 1996) a 159 mil (a finales de 1999), pero luego ha venido disminuyendo, para alcanzar apenas 117 mil a finales de 2003. Así, la importancia del número de clientes urbanos aumentó de 57 por ciento del total en 1996 a 67 por ciento del total en 2003. Si bien el aumento de la participación relativa de las ONG en el mercado de las microfinanzas ha tenido lugar tanto en las áreas urbanas como en las rurales, es en éstas últimas donde las organizaciones no reguladas tradicionalmente han dominado. Sin embargo, la participación relativa de las ONG aumentó rápidamente, de 13 por ciento (a finales de 1996), a 24 por ciento (1998-2000) y, recientemente, a 38 por ciento del total de la clientela urbana (a finales de 2003). En contraste, la participación de las ONG en las áreas rurales, donde siempre han sido dominantes, aumentó apenas de 71 por ciento (a finales de 1996) a 77 por ciento (a finales de 2003) del número total de clientes. Además, la cobertura rural de las ONG no ha sido sostenida, mostrando fuertes fluctuaciones. El número máximo de clientes rurales (115 mil) lo alcanzaron las ONG en 1999, pero ese número bajó a 90 mil en 2003 (Cuadros 8 y 9 y Gráfico 16 del Anexo). Este resultado de cobertura decreciente de las ONG sorprende, en vista de los esfuerzos del sector público, en particular del FONDESIF, por incrementar la cobertura rural. Sugiere, incluso, la posibilidad de efectos contraproducentes, como resultado de las políticas públicas puestas en práctica y de otras circunstancias coyunturales. Es posible, en efecto, que se haya dado algún efecto sustitución (de hecho, un crowding out) en contra de la presencia de las entidades reguladas en las áreas rurales. Este efecto podría haber compensado, en alguna medida, las intenciones de las autoridades de expandir la cobertura rural a través de las ONG.

21

En particular, las entidades de microfinanzas reguladas habían aumentado inicialmente su presencia relativa en las áreas rurales, de 29 por ciento (a finales de 1996) a 32 por ciento (a finales de 1998) del total de los clientes atendidos en esas áreas. Esto había representado un aumento desde 27 mil clientes rurales (a finales de 1996) hasta 47 mil (a finales de 1998). Debido, en gran parte, a los eventos políticos recientes, así como a la competencia no de mercado, esta participación disminuyó al 19 por ciento del total (a finales de 2002), aunque se recuperó al 23 por ciento (a finales de 2003). A este último año, el número de clientes rurales de las entidades reguladas había regresado al nivel original de 27 mil (Cuadro 9 del Anexo). Entrada al área rural y posterior salida Varios factores influyeron, en un primer momento, en la mayor incursión de los intermediarios financieros regulados en las áreas rurales y, luego, en su reciente retirada. El intento de acercamiento inicial se refleja en la composición de su propia clientela por áreas atendidas (Gráfico 18 del Anexo). Entre 1996 y 1998, la proporción de su clientela ubicada en las áreas rurales aumentó de 20 a 26 por ciento del número total de sus deudores. Esta fue una tendencia prometedora, en un esfuerzo por adaptar a las áreas rurales las innovaciones en tecnología de crédito exitosas desarrolladas para las áreas urbanas. Sobresalieron en estos intentos Caja Los Andes y PRODEM. Para 2003, sin embargo, esta proporción había disminuido a 15 por ciento de la clientela de este grupo de entidades reguladas tradicionales de microfinanzas. El principal determinante de este retiro parcial no ha sido la ineficacia de la adaptación de las tecnologías de crédito sino más bien el grave incremento en el riesgo político de operar en las áreas rurales, que los intermediarios regulados no pueden ni quieren enfrentar.19 Esto es desafortunado, porque los esfuerzos de adaptación de tecnologías de crédito a las áreas rurales estaban avanzando por muy buen camino. La mayor o menor ruralización de la clientela de las microfinanzas ha resultado de la combinación de dos tendencias divergentes. Por una parte, la importancia relativa de las ONG ha aumentado. Como su cartera es, en general, más rural, el aumento de su presencia ha significado un aumento en la ponderación de lo rural en el total. Por otra parte, la importancia relativa de la clientela rural entre los deudores de las ONG ha disminuido. El resultado final ha sido el efecto neto de estas dos tendencias. Los elementos centrales de las innovaciones en tecnologías de crédito para las áreas rurales fueron examinados en detalle para Caja Los Andes, por Rodríguez Meza y González Vega (Cuaderno de SEFIR No. 7, 2003), para PRODEM, por Rodríguez Meza, González Vega y González González (Cuaderno de SEFIR No. 8, 2003), para CRECER, por Quirós Rodríguez, Rodríguez Meza y González Vega (Cuaderno de SEFIR No. 9, 2003) y para FADES, por Rodríguez Meza, González Vega y Quirós Rodríguez (Cuaderno de SEFIR No. 10, 2003).

19

22

La cobertura por género Un aspecto interesante de la ruralización ha sido su impacto en la distribución por género de las clientelas de microfinanzas una dimensión frecuentemente usada para caracterizar la profundidad de la cobertura. Al respecto, se observan diversos efectos (Cuadros 7, 8 y 9 del Anexo). Primero, la proporción de mujeres entre los clientes de las entidades reguladas ha disminuido a través del tiempo (de 57 por ciento a finales de 2000 a 50 por ciento a finales de 2003). Segundo, la proporción de mujeres es mayor en las organizaciones no reguladas que en las reguladas y ha crecido a través del tiempo (de 45 por ciento a finales de 1999 a 71 por ciento en 2003). El rápido crecimiento de CRECER y Pro Mujer ha afectado fuertemente este resultado con base en género, dada la vocación particular de estas dos organizaciones. Tercero, la proporción de mujeres entre los clientes es bastante menor en las áreas rurales (44 por ciento para todo tipo de organizaciones a finales de 2003) que en las áreas urbanas (64 por ciento). Si se considera únicamente las entidades reguladas, 52 por ciento de su clientela urbana en ese momento eran mujeres, mientras que 40 por ciento de su clientela rural eran mujeres. Si se consideran las organizaciones no reguladas, 84 por ciento de su clientela urbana eran mujeres y sólo 57 por ciento de su clientela rural eran mujeres. Desde una perspectiva de profundidad de la cobertura se presenta la paradoja, entonces, de que un aumento de la ruralidad (políticamente deseado) podría estar acompañado por una disminución de la participación de las mujeres en la clientela total, posiblemente como reflejo de la división del trabajo tradicional en cada área. 3.4

Profundidad de la cobertura

En un país como Bolivia, uno de los objetivos centrales de la política económica y social ha sido la inclusión de segmentos de la población que hasta entonces no habían participado suficientemente en los frutos del desarrollo económico. En sus logros de profundidad de la cobertura, la expansión de las microfinanzas en este país ha sido un instrumento de inclusión. Sin duda, las microfinanzas bolivianas han puesto, al alcance de poblaciones marginales, servicios financieros institucionales que no estaban a su alcance con anterioridad. No se parte aquí del mito que sostiene que el acceso al crédito debe ser universal. Se reconoce, más bien, que existen demandas legítimas por servicios financieros no atendidas. La evidencia empírica que se tiene sobre el acceso de los pobres al crédito y otros servicios es, sin embargo, fragmentada y de difícil interpretación. Este es un tema que requerirá un análisis cuidadoso, teniendo siempre presente que las microfinanzas no son una panacea en el alivio de la pobreza.

23

Microfinanzas y pobreza Aquí se presentan resultados de unos pocos trabajos que han intentado medir la vinculación entre microfinanzas y pobreza. En un estudio a mediados de la década de los noventas, con base en muestras de clientes de cinco organizaciones de microfinanzas (BancoSol, Caja Los Andes, FIE, PRODEM y SARTAWI), investigadores del Programa Finanzas Rurales en The Ohio State University (OSU) encontraron que, de acuerdo a un índice de satisfacción mínima de necesidades básicas, estas organizaciones estaban atendiendo a hogares con niveles del índice alrededor de la línea de pobreza.20 Como es de esperarse, la proporción de los pobres de los pobres entre los clientes atendidos por estas organizaciones era baja, pero también lo era la proporción de no pobres atendidos por ellas. Incluso en el caso de los clientes moderadamente pobres y de los que se encontraban en el umbral de la pobreza, sin embargo, el aumento acelerado en el número atendido era ya un logro importante de inclusión, sobre todo de inclusión a los mecanismos institucionales de una economía moderna de mercado. Encuestas más recientes de los investigadores de OSU, diez años después, a clientes de bancos comunales de CRECER y de Pro Mujer, han mostrado resultados semejantes, si bien estas organizaciones no incorporan más de 7 por ciento de clientes no pobres en sus carteras. Esto es resultado de una atención más focalizada y de la prestación de servicios financieros más rudimentarios. En general, esta investigación reciente ha puesto de manifiesto, además, la poca robustez de mediciones de pobreza basadas en índices compuestos, como el usado para categorizar a los hogares en relación con la línea de pobreza.21 Cambios en unos pocos de los componentes del índice con facilidad modifican la calificación de pobre de un hogar dado. Si bien más investigación se necesitaría para llegar a conclusiones definitivas sobre este tema, se puede afirmar que las microfinanzas han sido un instrumento de inclusión. Tamaño promedio de los préstamos En contraste con las mediciones de pobreza de los clientes, el tamaño promedio de los préstamos es un indicador de la profundidad de la cobertura que, si bien es bastante imperfecto para este propósito, está más disponible. Una debilidad es que el promedio (aunque no la mediana) varía con algunos casos extremos. Sergio Navajas, Mark Schreiner, Richard L. Meyer, Claudio González Vega y Jorge Rodríguez, “Microcredit and the Poorest of the Poor: Theory and Evidence from Bolivia”, World Development, febrero de 2000. 21 Adrián González González, “CRECER’s and ProMujer’s poverty profiles. Poverty is complex and there are not simple indicators”. Rural Finance Program, Columbus, Ohio: The Ohio State Univesity. 20

24

Gráfico 5 Evolución del tamaño promedio de préstamo de las organizaciones reguladas tradicionales de microfinanzas y otros FFP, 1995-2004. 4,000

3,500

DÓLARES AMERICANOS

3,000

2,500 OMF

2,000

OTROS FFP

1,500

1,000

500

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

JUN/00

DIC/99

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

-

PERIODOS

Gráfico 6 Evolución del tamaño promedio de préstamo de cada organización regulada tradicional de microfinanzas, 1995-2004 3,000 BANCOSOL

LOS ANDES

2,000

1,500

FIE

1,000 ECOFUTURO

500 PRODEM

PERIODOS

25

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

JUN/00

DIC/99

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

DÓLARES AMERICANOS

2,500

El Gráfico 5 muestra la evolución del tamaño promedio de los préstamos en las organizaciones reguladas tradicionales de microfinanzas. El tamaño promedio de los préstamos, incluso en las entidades reguladas, ha sido pequeño. En la última década, usualmente el tamaño promedio ha fluctuado dentro de una franja entre US$ 1,000 y US$ 1,500, con pocas desviaciones fuera de esta franja (véanse los Gráficos 21 al 23 del Anexo). En efecto, no ha habido una tendencia marcada en la evolución del tamaño promedio de préstamo. Para las organizaciones tradicionales de microfinanzas, el tamaño promedio pasó de US$ 1,401 (a finales de 1995) a US$ 1,696 (a finales de 2003). En contraste, el tamaño promedio de los préstamos de los FFP de consumo y de otros propósitos sufrió un cambio mayor, al pasar de US$ 684 (a finales de 1995) a US$ 3,610 (a finales de 2003), en claro aumento y marcando la mayor vocación por atender la pequeña y mediana empresa de algunos de estos otros intermediarios. No obstante, luego de disminuir bien por debajo de esta franja, en 1998, con la entrada de FIE y, en particular en 1999, con la entrada de PRODEM y EcoFuturo al grupo de las entidades reguladas, el tamaño promedio de préstamo de las entidades tradicionales de microfinanzas ha venido en aumento. Para 2003, el promedio había superado el límite superior de la franja. Sin embargo, en este análisis debe tenerse presente, por un lado, que el promedio es un indicador problemático, pues se ve afectado por valores extremos, y, por otro lado, que los datos para el conjunto de las entidades esconden diferencias importantes entre ellas, dada su heterogeneidad. Esta se manifiesta en el Gráfico 6 y en los Gráficos 21 al 23 del Anexo. Más adelante se explora la distribución de los préstamos por su tamaño. Tamaño de préstamo y profundidad de la cobertura Para evaluar la influencia de la evolución en el tiempo del tamaño de los préstamos sobre la profundidad de la cobertura, primero se discuten diversas circunstancias que han contribuido al aumento en el tamaño, tanto desde la perspectiva de la demanda de crédito como de la perspectiva de la oferta. En parte, el crecimiento en el tamaño promedio de los préstamos ha reflejado el crecimiento de las actividades productivas de los clientes. Este es, sin duda, un indicador de éxito, pues el objetivo central de las microfinanzas como intervención social ha sido permitirle a estos hogares-empresas aprovechar mejor sus oportunidades económicas, rompiendo las barreras que les imponía el autofinanciamiento. Con el estancamiento reciente de la economía, sin embargo, en el mejor de los casos estas oportunidades habrían crecido menos rápidamente, aunque algunos de los clientes de las organizaciones de microfinanzas han logrado aprovechar rentablemente espacios de arbitraje creados por las circunstancias.

26

En parte, el crecimiento en el tamaño promedio de los préstamos ha reflejado una reducción en el conservadurismo que caracterizó a las organizaciones de microfinanzas en sus etapas iniciales. Conforme estas organizaciones fueron aprendiendo sobre sus clientelas y fueron afinando sus tecnologías de crédito, se sintieron más inclinadas a otorgar préstamos más cercanos a la verdadera capacidad de pago de los clientes. Al respecto, las organizaciones que adoptaron una tecnología de crédito individual adquirieron una ventaja, ya que pudieron aprender más sobre cada cliente en particular y pudieron adaptar los tamaños de los préstamos más certeramente a las circunstancias de cada uno. Con el recrudecimiento de la competencia a finales de la década de los noventa, una manera usual de retener clientes fue aumentar el tamaño de sus préstamos. En algunos casos, sin embargo, esto llevó al sobre-endeudamiento de los clientes. En parte, el crecimiento en el tamaño promedio de los préstamos ha reflejado las estrategias de expansión de las organizaciones, las que han agregado nuevos productos a sus ofertas y nuevos clientes a sus carteras. Algunos productos, como los préstamos de vivienda, conllevan montos mayores, asociados con plazos más largos. Los clientes de pequeña y mediana empresa demandan préstamos de mayor monto. La expansión hacia estas nuevas clientelas ha reflejado tanto la necesidad de diluir los costos fijos, particularmente durante la crisis, como la habilidad desarrollada para evaluar con éxito los riesgos correspondientes, adquirida tras años de refinamiento de sus tecnologías de crédito. Estas ampliaciones, tanto en el número de productos como en los tipos de clientes, han generado importantes economías de escala y de ámbito y han permitido una mayor diversificación de las carteras, lo que ha contribuido a los sorprendentes logros de estabilidad de estas organizaciones. Desde la perspectiva de la profundidad de la cobertura, indirectamente, la atención de los clientes más pequeños se hubiera vuelto prohibidamente cara, en ausencia de estas economías y diversificación de riesgos, y esto hubiera llevado a una exclusión más acelerada de los clientes más pobres de las carteras de estas entidades. Posiblemente, la circunstancia más importante que explica los cambios en los tamaños promedio de los préstamos es el derrumbe de la tecnología de crédito a grupos con garantía solidaria, usualmente vinculados con deudores de menor tamaño, por la naturaleza misma de la tecnología. Esto se puede apreciar en el Gráfico 6 para BancoSol, a partir de 1999, y para PRODEM, en reflejo de la transición hacia una cartera de crédito individual. Como se indicó, muchos de estos clientes migraron hacia los bancos comunales de CRECER y Pro Mujer, donde los montos promedio de préstamo son mucho menores. Esta disminución de tamaño de préstamo implica una reducción potencial de bienestar, pero la existencia de los bancos comunales los salvó de una exclusión total.

27

Gráfico 7 OMF Reguladas Evolución de cartera estratificada por monto

MILES DE DOLARES

350,000

Mayores a US$ 100.001

300,000

Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

250,000

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000 Entre US$ 10.001 y US$ 20.000

200,000

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000

150,000

Entre US$ 1.001 y US$ 5.000

100,000

Entre US$ 501 y US$ 1.000 50,000 Menores a US$ 500 JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

JUN/00

DIC/99

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

-

PERIO DO S

Gráfico 8 OMF Reguladas Evolución de clientes de cartera estratificados por monto 120,000

Mayores a US$ 100.001 Entre US$ 50.001 y US$ 100.000 Entre US$ 20.001 y US$ 50.000

80,000

Entre US$ 10.001 y US$ 20.000

60,000

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000 Entre US$ 1.001 y US$ 5.000

40,000

Entre US$ 501 y US$ 1.000

20,000

Menores a US$ 500

PERIODOS

28

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

JUN/00

DIC/99

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

NÚMERO DE CLIENTES

100,000

Distribución por tamaño del préstamo En efecto, esta evolución del tamaño de los préstamos ha hecho a algunos observadores cuestionarse la posibilidad de que esté teniendo lugar una pérdida de misión de parte de las organizaciones reguladas tradicionales de microfinanzas. Para explorar este tema, el documento presenta la evolución de la distribución por categorías de tamaño de los préstamos de estas entidades. Los Gráficos 7 y 8 muestran la evolución de los montos de cartera y del número de clientes, respectivamente, según tramos de acuerdo con el monto de los préstamos. Estos tramos van desde préstamos menores a US$ 500 hasta préstamos mayores a US$ 100,000. Los Gráficos 24 al 27 del Anexo Estadístico muestran las distribuciones porcentuales por tamaño de préstamo. Los Gráficos 28 al 44 del Anexo presentan la distribución por tamaño de los préstamos para cuatro entidades reguladas de tradicionales de microfinanzas a lo largo del tiempo. Las distribuciones que se muestran en los gráficos no reflejan, para el grupo de entidades reguladas tradicionales de microfinanzas, un alejamiento, en tiempos recientes, de su clientela meta. Como proporción del número total de clientes atendidos, entre diciembre de 1995 y junio de 2004, los clientes con préstamos de montos menores a US$ 500, que son los más numerosos, tienen la misma importancia al final que al inicio del período. De hecho, esta proporción alcanzó su máximo (62 por ciento) entre 1999 y 2000 y regresó a la proporción histórica, cercana a la mitad de la clientela, al final del período (Gráfico 27 del Anexo). Si acaso, se aprecia una leve tendencia histórica de esta proporción a disminuir, pero su comportamiento es dominado por fluctuaciones que más bien reflejan las coyunturas particulares de cada momento. El grupo de clientes con préstamos entre US$ 500 y US$ 1,000 ha mantenido una participación comparativamente estable, cercana al 18 por ciento. Cuando se combinan las dos categorías, los clientes con préstamos de montos menores a US$ 1,000 representan dos terceras partes de la clientela y no se nota una tendencia histórica estructural a que esta proporción cambie. Casi la totalidad de la clientela (94 por ciento a junio de 2004) tiene préstamos de montos menores a US$ 5,000. La categoría de préstamos entre US$ 1,000 y $ 5,000 es la segunda más importante (30 por ciento de los clientes a junio de 2004). Su importancia se redujo notablemente durante la crisis, pero se ha recuperado en años recientes. Los clientes con préstamos mayores a US$ 5,000 constituyen 6 por ciento del total y el monto promedio de sus préstamos ha aumentado. El Gráfico 8 muestra la evolución de los números absolutos de clientes en cada una de estas categorías. El número de clientes con montos menores a U$ 500 y, sobre todo, con montos menores a US$ 1,000 aumentó considerablemente con la transformación de varias entidades, hasta 1999.

29

Durante la crisis, este número se redujo, sin embargo, junto con los números totales de clientes de estas organizaciones, y a partir de 2002 se ha recuperado rápidamente, hasta alcanzar 127 mil a junio de 2004. En perspectiva histórica, estas organizaciones siguen concentrando su atención en préstamos de bajo monto. El Gráfico 7 muestra la evolución de los montos de cartera conforme a estos tramos por monto de los préstamos. La cartera destinada a operaciones de préstamos menores a US$ 500 y, en particular, la destinada a operaciones inferiores a US$ 1,000 se ha mantenido bastante constante, alcanzando un nivel de US$ 39 millones a junio de 2004. Inevitablemente, la cartera destinada a operaciones de mayor tamaño ha venido creciendo aceleradamente. Esto, en sí mismo, no minimiza los resultados presentados aquí en cuanto a la profundidad de la cobertura, asociados con la continuada atención de préstamos muy pequeños, pero sí sugiere que estas instituciones han tenido incentivos mayores para destinar sus recursos adicionales a segmentos del mercado menos marginales. Esta orientación, si bien representa un alejamiento comparativo de la clientela inicial, añade valor social, por las contribuciones al crecimiento y al empleo de las pequeñas y medianas empresas que son ahora atendidas por estas entidades y que tampoco tienen acceso oportuno y confiable en otras fuentes de crédito y otros servicios financieros. A esta nueva orientación han contribuido tanto la ampliación de las destrezas de las entidades en la evaluación del riesgo lo que les ha permitido desarrollar fuertes ventajas competitivas frente a otros tipos de intermediarios financieros en estos segmentos del mercado como el aumento de los riesgos y costos de operar con los clientes más pequeños, como resultado del estancamiento de la economía y, sobre todo, de los disturbios sociales e incertidumbres políticas que le traen inestabilidad a las actividades productivas, en general, así como las limitaciones del marco jurídico y del proceso judicial, que no permiten un cumplimiento más eficiente de los contratos. Deterioro de la cultura de pago En un entorno cada vez más politizado, se han ido haciendo obsoletas algunas de las innovaciones iniciales de las microfinanzas para hacer valer el cumplimiento de los contratos y se ha erosionado la cultura de pago, indispensable para la aplicación exitosa de la tecnología de microcrédito. Estas tendencias políticas, claramente reflejadas en los reclamos de las asociaciones de deudores, han ido reduciendo los incentivos que estas organizaciones reguladas tradicionales tienen para atender a clientelas ahora mucho más riesgosas. Irónicamente, han sido tanto los pronunciamientos políticos como las intervenciones estatales los que han ido limitando el acceso a los servicios financieros para los más pobres.

30

Con justificada preocupación, el estado ha tratado de compensar estos resultados con programas públicos que han buscado incrementar la actividad de organizaciones que atienden a clientelas marginales, sin percatarse que estas mismas medidas pueden ser contraproducentes (es decir, pueden reducir la disposición de las entidades reguladas a entrar con suficiente vigor en estos mercados) y pueden perjudicar la sostenibilidad de las ONG mismas que son usadas como vehículo para lograr estos propósitos. Mejoras en la cobertura sólo se pueden lograr con el fortalecimiento de la eficiencia. 3.5

La eficiencia y el costo de la cobertura

Una evaluación completa de las microfinanzas, tanto desde la perspectiva de su contribución al desarrollo del sistema financiero como desde la perspectiva de su valor social, debe centrarse principalmente en la evolución de la eficiencia, cuyo aumento resulta fundamentalmente de disminuciones en los diferentes costos de transacciones en que incurren los distintos participantes en ese segmento del mercado financiero. Este es el criterio central. Las disminuciones de costos y los correspondientes aumentos en la eficiencia son, a su vez, una condición necesaria para poder expandir la cobertura en sus distintos rasgos de una manera sostenible. Si los costos son demasiado elevados, posiblemente no exista subsidio suficiente, que pueda ser ofrecido de manera permanente, para sustentar programas incapaces de cubrir sus costos con los ingresos que generan. Una lección importante es que políticas de tasas de interés que permitan cubrir todos los costos y riesgos son indispensables para garantizar la sostenibilidad de la organización. Eficiencia y equidad Además, en vista de la importancia de los costos fijos en las transacciones financieras, para todos los participantes en el mercado, un aumento de eficiencia es también una condición necesaria para promover la equidad, ya que cuando los costos por boliviano son muy elevados o son prohibitivos, quienes quedan excluidos son los más pobres y marginales. Al ser los costos de transacciones de los deudores bastante independientes del monto de los préstamos (por ejemplo, el costo de trasladarse de su microempresa a la sucursal no depende del tamaño de la transacción), entre más pequeño sea el préstamo, menos importante va a ser el pago de intereses y más importantes van a ser los costos de transacciones. De manera equivalente, entre más pequeño sea el depósito, menos le importará al ahorrista la tasa de interés que le ofrecen y más le importarán la conveniencia y seguridad que definen sus costos de transacciones y sus riesgos.

31

Las microfinanzas y el abaratamiento del crédito En Bolivia, el abaratamiento del crédito debido a la expansión de las microfinanzas ha sido excepcional. Es importante insistir en esta contribución particular de las microfinanzas, no sólo porque es la más fundamental sino también porque, al menos en el debate popular, la atención con frecuencia se centra en el nivel de las tasas de interés, sin que el análisis considere todos los costos de tomar prestado que importan. En efecto, la reducción del costo de la cobertura y el correspondiente aumento de la eficiencia que han tenido lugar pueden ser caracterizados como un proceso de “abaratamiento” del crédito y de reducción de los costos relacionados con la prestación de otros servicios financieros, como los mecanismos de pagos, envío y recepción de remesas y facilidades de depósito. Varias dimensiones caracterizan este proceso de abaratamiento en Bolivia. Un elemento central en este proceso de abaratamiento ha sido la reducción de los costos de transacciones de los deudores. Estos costos están generalmente asociados con erogaciones adicionales a los pagos de interés por los préstamos e incluyen costos de traslado (es decir, viajes a la oficina del acreedor y a otras dependencias, usualmente para obtener materiales para la solicitud de crédito), costos de documentación (tales como los relacionados con la presentación de estados financieros, estudios de mercado, títulos de propiedad y otros requisitos formales), costos de formalización (incluyendo impuestos, otras comisiones y gastos de notario) y costos informales, entre los que ocasionalmente se incluyen retribuciones directas a funcionarios con autoridad para afectar la decisión de crédito. Estos costos incluyen, además, el costo de oportunidad del tiempo del deudor, durante todos los trámites, y las pérdidas ocasionadas por falta de oportunidad en los desembolsos. Las innovaciones en tecnología de crédito introducidas por las organizaciones de microfinanzas bolivianas han simplificado sustancialmente los procedimientos y han reducido de manera significativa los costos de transacciones de los deudores. Para los más pequeños, posiblemente éste sea el componente más importante en el proceso de abaratamiento del crédito.22 Los costos de transacciones han disminuido tanto por el acercamiento (geográfico y cultural) de las organizaciones a los clientes como por la simplificación de los procedimientos, incluyendo la estimación, por parte de los oficiales de crédito mismos, de la capacidad y voluntad de pago. Veánse detalles sobre estas innovaciones en los trabajos sobre Caja Los Andes, por Rodríguez Meza y González Vega (Cuaderno de SEFIR No. 7, 2003), PRODEM, por Rodríguez Meza, González Vega y González González (Cuaderno de SEFIR No. 8, 2003), CRECER, por Quirós Rodríguez, Rodríguez Meza y González Vega (Cuaderno de SEFIR No. 9, 2003) y FADES, por Rodríguez Meza, González Vega y Quirós Rodríguez (Cuaderno de SEFIR No. 10, 2003).

22

32

Entre las innovaciones más importantes al respecto ha estado la aceptación de garantías no tradicionales, las que van desde la garantía solidaria entre los miembros de un grupo hasta la aceptación de bienes del hogar en función de su valor de uso y no de mercado. Recientemente, sin embargo, una serie de circunstancias, que incluyen desde cambios en las normas prudenciales, ineficiencias del entorno jurídico y judicial y debilitamiento de la tolerancia política en la aplicación de estas tecnologías, hasta revisiones en los procedimientos por parte de las organizaciones mismas, en función de sus planes de negocio, han provocado un cierto abandono gradual de algunas de estas innovaciones que reducen costos de transacciones, sobre todo en cuanto a garantías se refiere. El Gráfico 11 muestra una disminución de la importancia relativa en el monto de la cartera de las organizaciones reguladas tradicionales de microfinanzas de los préstamos otorgados contra la sola firma o con garantía personal, desde 44 por ciento a finales de 2000 a 25 por ciento a junio de 2004. A esto se le agrega una disminución, durante este período, en la importancia de préstamos otorgados con otras garantías, usualmente poco formales, de 22 a 19 por ciento de la cartera. Gráfico 11 OMF Reguladas Evolución de la estructura de cartera estratificada por tipo de garantía 100% SIN GARANTIA (SOLA FIRMA) GARANTIA PERSONAL

80%

GARANTIAS DE OTRAS ENTIDADES FINANCIERAS

60%

DEPOSITOS EN LA ENTIDAD FINANCIERA BONOS DE PRENDA (WARRANT)

40%

PRENDARIA

20%

TITULOS VALORES

HIPOTECARIA

PERIODOS

33

JUN-04

MAR-04

DIC-03

SEP-03

JUN-03

MAR-03

DIC-02

SEP-02

JUN-02

MAR-02

DIC-01

SEP-01

JUN-01

MAR-01

0% DIC-00

PARTICIPACIÓN PORCENTUAL

OTRAS GARANTIAS

Cuando se suman estas dos categorías, los préstamos otorgados con las garantías asociadas con bajos costos de transacciones pasaron de representar 66 por ciento del monto de la cartera (a diciembre de 2000) a representar 44 por ciento de ese monto (a junio de 2004). Los préstamos con garantía prendaria, que también están relativamente al alcance de algunas de las clientelas tradicionales de las microfinanzas, han representado una proporción bastante constante, alcanzando 10 por ciento a junio de 2004. Lo que ha sido notorio en este período reciente es el aumento en la importancia relativa de las garantías hipotecarias o casi hipotecarias en el monto de la cartera (aunque no tanto en el número de deudores), porque muchas se toman y no se inscriben o se toman sin la intención de hacerlas valer en los tribunales. La participación de estas garantías en el monto de la cartera pasó de 22 por ciento (a finales de 2000) a 44 por ciento (a junio de 2004). El aumento de la cartera de préstamos de vivienda es parte de la explicación. El movimiento hacia las hipotecas ha reflejado, sobre todo, consecuencias de la normativa vigente así como la mayor dificultad para hacer valer contratos respaldados por otras garantías menos tradicionales, en el actual contexto político de Bolivia. Se observan, además, diferencias importantes entre unas y otras organizaciones en cuanto a la estructura de sus carteras, según las garantías que toman (Gráficos 45 a 54 del Anexo Estadístico). Estas estructuras reflejan la historia de las tecnologías de crédito adoptadas por cada organización. En el caso de BancoSol, que se inició con una tecnología de crédito de grupos con garantía solidaria, la garantía personal todavía representa más de la mitad de la cartera. En el caso de Caja Los Andes, la garantía de artículos del hogar tomados en dación de pago sigue dominando, pero las hipotecas han ido ganando terreno. En el caso de FIE, la garantía prendaria sigue siendo muy importante. Los cambios más profundos han tenido lugar en PRODEM, sin embargo, donde la garantía personal asociada con los grupos solidarios ha ido dando paso rápidamente a la garantía hipotecaria. A pesar de los cambios observados en los sistemas de garantías, la reducción en los costos de transacciones representa el elemento más importante del abaratamiento del crédito que es atribuible a las microfinanzas en Bolivia. Adicionalmente, a partir del momento de inicio de los programas, se ha observado una notable disminución en las tasas de interés. Las tasas de interés cobradas por las organizaciones tradicionales de microfinanzas han abaratado el crédito en Bolivia de dos maneras. Por una parte, han sido inferiores a las tasas típicas de los prestamistas informales. Por otra parte, las tasas institucionales han disminuido sostenidamente a lo largo del tiempo. Cálculos informales hechos en las etapas iniciales de los programas de microfinanzas sugerían tasas de interés efectivas entre 60 y 90 por ciento anual. Las tasas implícitas en los préstamos de bancos comunales y organizaciones no reguladas han alcanzado niveles semejantes en épocas más recientes.

34

Disminución sostenida de las tasas de interés El Gráfico 12 muestra las tasas de interés efectivas cobradas por las entidades reguladas tradicionales de microfinanzas. La tasa efectiva ha sido computada como el cociente de los productos financieros de los doce meses anteriores sobre la cartera promedio de los doce meses, a partir de los estados de resultados reportados por la SBEF. La tasa inicial de la serie, de 61 por ciento anual para finales de 1992, corresponde a BancoSol, al momento de su transformación. A partir de ese momento, la tasa de interés para el conjunto de estas entidades disminuye rápida y sostenidamente, de manera que, poco más de una década después, esta tasa es casi tres veces menor, equivalente a 22 por ciento anual a junio de 2004. En el mismo período también hay una disminución de las tasas de interés efectivas cobradas por los bancos, principalmente en respuesta a movimientos de las tasas de interés internacionales, de 27 por ciento a finales de 1992 hasta 9 por ciento a junio de 2004. Esta disminución, sin embargo, es menor que la observada para las organizaciones de microfinanzas, de manera que, más allá de cambios en el costo de los fondos, otros determinantes explican la reducción en las tasas de interés de estas últimas organizaciones. Entre estos factores se encuentran el recrudecimiento de la competencia, entre ellas mismas y con otras entidades financieras, la reducción de los costos de transacciones en la administración de las carteras de crédito y el buen manejo del riesgo. Gráfico 12 Evolución de la tasa de interés activa efectiva 70.0%

60.0%

40.0% OMF Reguladas BANCOS (S/BSO)

30.0%

20.0%

10.0%

PERIODOS

35

Oct-2003

Mar-2004

May-2003

Jul-2002

Dic-2002

Feb-2002

Abr-2001

Sep-2001

Jun-2000

Nov-2000

Ene-2000

Ago-1999

Oct-1998

Mar-1999

May-1998

Jul-1997

Dic-1997

Feb-1997

Abr-1996

Sep-1996

Jun-1995

Nov-1995

Ene-1995

Ago-1994

Oct-1993

Mar-1994

Dic-1992

0.0% May-1993

TASA DE INTERÉS

50.0%

Gráfico 13 OMF Reguladas Evolución de la tasa de interés activa efectiva 70.00%

60.00%

TASA DE INTERÉS

50.00%

BANCOSOL LOS ANDES FIE ECOFUTURO PRODEM

40.00%

30.00%

20.00%

10.00%

Oct-2003

Mar-2004

May-2003

Jul-2002

Dic-2002

Feb-2002

Abr-2001

Sep-2001

Jun-2000

Nov-2000

Ene-2000

Ago-1999

Oct-1998

Mar-1999

May-1998

Jul-1997

Dic-1997

Feb-1997

Abr-1996

Sep-1996

Jun-1995

Nov-1995

Ene-1995

Ago-1994

Oct-1993

Mar-1994

Dic-1992

May-1993

0.00%

PERIODOS

La competencia ha jugado, sin duda, un papel importante en este proceso. La tasa de interés cobrada por BancoSol, hasta ese momento en una posición casi monopolística, experimentó su más fuerte disminución al momento de la entrada de Caja Los Andes, durante 1995.23 La tasa de interés cobrada por esta organización también se redujo rápidamente durante ese año. Cuando FIE, EcoFuturo y PRODEM entraron al mercado, en su nueva condición de FFP, sus tasas de interés ya se habían reducido, como resultado de su larga experiencia y de su masiva expansión durante su etapa como organizaciones no reguladas. Al final del período, una feroz competencia aparentemente había obligado a una igualación de las tasas de interés entre todas estas organizaciones. Otro determinante importante de la disminución en las tasas de interés efectivas de las organizaciones reguladas de microfinanzas ha sido la evolución decreciente de sus gastos administrativos (Gráficos 57 y 58 en el Anexo).24 23

Sobre los efectos de la competencia de Caja Los Andes en la cartera de BancoSol, véase Sergio Navajas, Jonathan Conning y Claudio Gonzalez-Vega, “Lending Technologies, Competition and Consolidation in the Market for Microfinance in Bolivia”, Journal of Internacional Development, 2003, pp. 747-770. 24 De manera semejante al cómputo de las tasas de interés efectivas, para calcular este indicador se han tomado los gastos administrativos de los doce meses anteriores, divididos por la cartera promedio de esos doce meses.

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Aumento de la eficiencia administrativa En aproximadamente una década, estos gastos disminuyeron de un máximo de 27 puntos porcentuales (a setiembre de 1995) a un mínimo de 13 puntos porcentuales (a mediados de 2004), en contraste con los bancos, cuyos gastos administrativos como proporción de la cartera permanecieron comparativamente estables durante el período. Como se notará más adelante, esta disminución de gastos administrativos ha sido, en general, posible sin un deterioro de la calidad de las carteras, en vista de los bajos índices de mora que las organizaciones reguladas tradicionales de microfinanzas han mantenido incluso durante la crisis. Mejoramiento de las condiciones de los contratos Al lado de estos logros en cuanto al costo de la cobertura, las microfinanzas bolivianas han mostrado resultados excepcionales en el mejoramiento de la calidad de la cobertura, como se puede apreciar por la evolución de los términos y condiciones de los contratos. Los clientes, conforme han ido estableciendo su reputación, han logrado tomar préstamos más grandes, para propósitos diversos, a plazos más largos, con pagos menos frecuentes y tasas de interés efectivas más bajas. Estos cambios en las condiciones de los contratos han sido una contribución valiosa al desarrollo financiero de Bolivia. Además, las microfinanzas han contribuido al mejoramiento de la infraestructura institucional del país. En particular, las microfinanzas han contribuido a un cambio crítico de mentalidad, de haber considerado al crédito como una herramienta de política o un privilegio otorgado por los políticos, a considerarlo como un contrato, con derechos y obligaciones para ambas partes. Esta cultura de pago y cumplimiento de contratos ha generado externalidades positivas en otras áreas.

37

4.

Crisis y estabilidad

Entre las contribuciones más excepcionales de las microfinanzas a la evolución del sistema financiero boliviano está su trayectoria de estabilidad. Este es un logro asombroso, sobre todo a la luz de las dudas que por mucho tiempo han existido sobre la solidez de las organizaciones de microfinanzas y su capacidad de hacerle frente a situaciones difíciles. Se trata, además, de una contribución que raramente es traída a colación en las evaluaciones de las microfinanzas y que es usualmente ignorada en los informes sobre la evolución del sistema financiero. Se trata, en cualquier caso, de un logro que requiere atención constante, pues la estabilidad es una virtud que se puede perder con facilidad y que tiene que ser ganada por las instituciones en el día a día del corto plazo y en la previsión del largo plazo. Estos logros excepcionales se han hecho evidentes como resultado de la mayor frecuencia y mayor magnitud reciente de acontecimientos macroeconómicos adversos y otros shocks sistémicos, incluyendo los asociados con los frecuentes disturbios sociales y con la incertidumbre política. Estos eventos adversos han tenido efectos sistémicos en el sistema financiero, en vista de la covarianza de sus consecuencias sobre las clientelas, no sólo de cada uno de los intermediarios en particular, sino sobre todas las clientelas en el sistema. Es decir, como consecuencia de estos acontecimientos han tenido lugar disminuciones generalizadas de la capacidad y de la voluntad de pago de fracciones elevadas de la clientela de cada intermediario financiero. Además, en la historia económica y política reciente del país se ha dado una secuencia continuada de estos eventos adversos, desde finales de 1998, con una acumulación sostenida de las dificultades que han ocasionado y con una reducción paulatina de las reservas que tanto los clientes como las instituciones financieras tenían para hacerle frente a estas eventualidades. La generalidad y profundidad de las dificultades ha estimulado, además, diversas acciones de las autoridades y pronunciamientos y ofertas de políticos que no en todos los casos han sido afortunados y que han dado origen a potenciales círculos viciosos. En estas circunstancias, el sistema financiero ha enfrentado serios retos, dada su elevada vulnerabilidad ante las fluctuaciones macroeconómicas, en vista de los numerosos puntos de contacto que los intermediarios tienen con los distintos mercados y segmentos de la población donde las dificultades han aflorado. Así, estos múltiples puntos de contacto han representado múltiples puntos de contagio de las dificultades que se han originado en los sectores reales de la economía, hacia el sector financiero. La fragilidad del sistema financiero ha reflejado, además, la creciente politización del debate y de las intervenciones con que las autoridades han intentado tanto paliar las consecuencias de la crisis sobre los intermediarios financieros como movilizar al sistema para, infructuosamente, apoyar la reactivación de la producción. Tanto los eventos macroeconómicos como las intervenciones políticas han aumentado el riesgo.

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El aumento del riesgo sistémico La macroeconomía y la política han sido así fuentes de riesgo sistémico, de riesgo moral y de riesgo regulatorio. El riesgo moral ha reflejado las expectativas, corroboradas en la práctica, que algunos intermediarios y sus clientes han tenido de que serían rescatados por las autoridades en caso de dificultades. El riesgo moral ha estado ligado, además, a esfuerzos de búsqueda de rentas que han lesionado la eficiencia del sistema financiero. El riesgo regulatorio se ha manifestado en lo errático y poco sustentable de algunas intervenciones de algunas autoridades políticas, llevadas por consideraciones de conveniencia de corto plazo. Los orígenes y consecuencias de la crisis han sido documentados en otras oportunidades.25 Se trata fundamentalmente de una crisis macroeconómica de origen exógeno, resultado inevitable del contagio de dificultades en países vecinos y en la economía internacional. El contagio ha tenido lugar tanto a través del deterioro de los términos internacionales de intercambio del país como por la pérdida de competitividad, debida principalmente a fuertes devaluaciones de la moneda de países vecinos, en particular Brasil y Argentina. Estos dos efectos han contribuido a un ritmo menos acelerado de crecimiento de las exportaciones, salvo las de gas natural. La necesidad de devaluar a tasas más elevadas que la tasa interna de inflación para proteger la competitividad ha aumentado, además, los riesgos cambiarios y los riesgos de crédito asociados con la dolarización financiera.26 La crisis del sistema financiero se ha derivado, a su vez, de circunstancias exógenas al sistema, ligadas tanto con los problemas macroeconómicos principalmente el continuado casi-estancamiento del producto como con las debilidades institucionales y del sistema político. Han coincidido, también, flaquezas endógenas al sistema financiero mismo, que se han manifestado en una baja y decreciente calidad de las carteras de crédito de organizaciones reguladas y no reguladas (es decir, en aumentos de las tasas de mora). En el sistema financiero, como es usual, la crisis ha coincidido con un ciclo de rápida expansión, primero, seguido de una acentuada desaceleración de las tasas de crecimiento de las magnitudes financieras y, eventualmente, de una contracción severa. Además de los embates macroeconómicos, el sector ha sufrido las consecuencias de cambios en el entorno regulatorio que ordena las actividades de los clientes. Estos cambios han incluido la puesta en vigencia de la Ley de Aduanas, los intentos de erradicación de la producción de coca y, más recientemente, el gravamen con un impuesto a las transacciones financieras.

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Véase, por ejemplo, Claudio González Vega y Jorge Rodríguez Meza, “Importancia de la Macroeconomía para las Microfinanzas en Bolivia”, Cuaderno de SEFIR No. 15, La Paz, 2003. 26 Véase Juan Antonio Morales, “Dollarization of Assets and Liabilities: Problem or Solution? The Case of Bolivia.” La Paz: Banco Central de Bolivia, 2003.

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Estos cambios regulatorios han debilitado, en particular, a los clientes de las organizaciones de microfinanzas, por lo que resultan todavía más asombrosos los resultados de estabilidad que aquí se reportan. Finalmente, los acontecimientos adversos han incluido las consecuencias de una creciente fragmentación política y regional, severos retos a la gobernabilidad y disturbios sociales que han desembocado en marchas y paros, bloqueos de caminos y, en algunos ocasiones, levantamientos populares con destrucción de la propiedad y pérdida de vidas. En el momento más crítico, estos procesos políticos llevaron a la caída del Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, en octubre de 2003. En el sistema financiero, estos acontecimientos políticos han incidido tanto al crear dificultades para atender el servicio de los préstamos como en corridas transitorias por los depósitos en las entidades financieras reguladas. El desempeño diferenciado A pesar de su carácter sistémico, estos acontecimientos adversos han tenido una influencia diferenciada sobre distintos tipos de intermediarios financieros. El efecto neto final ha reflejado tanto las consecuencias de la acumulación de los shocks particulares como la capacidad de reacción de cada organización. Es decir, las diferencias observadas han reflejado, por una parte, distintos grados de vulnerabilidad idiosincrásica, en vista de la incidencia e impacto no uniforme de los eventos sobre diversos intermediarios, dependiendo de los sectores de actividad económica que financian, los segmentos de la población que atienden y las regiones donde operan. Por otra parte, las diferencias han reflejado las fortalezas institucionales no uniformes de las distintas organizaciones, resultado de diferencias en sus estructuras de propiedad y de gobierno (governance) y que han repercutido sobre su capacidad de pronóstico, previsión y reacción. Estas diferencias han reflejado también la distinta versatilidad y robustez de las tecnologías de crédito, como se examina más adelante. Finalmente, algunas diferencias se han originado en apoyos estatales asimétricos, que no han reconocido debidamente las idiosincrasias institucionales ni han respetado las ventajas comparativas de las distintas organizaciones que operan en el mercado. El desempeño de las organizaciones reguladas tradicionales de microfinanzas durante esta prolongada crisis ha sido ejemplar. Así, sus resultados en cuanto a estabilidad han sido excepcionales y han, al menos implícitamente, contrastado con las percepciones populares que anticipaban resultados menos satisfactorios. A continuación se examinan algunas de estas percepciones incorrectas y se verifican nuevas hipótesis en cuanto al comportamiento de las microfinanzas.

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La destrucción de mitos Primero, una de las nociones más extendidas es la noción de que las carteras de microfinanzas son especialmente frágiles y vulnerables ante la incidencia de riesgos sistémicos. La experiencia boliviana apoya la hipótesis nueva de que, durante las crisis sistémicas, las carteras de microfinanzas no necesariamente son más frágiles. En particular, esta experiencia apoya la hipótesis de que, durante estas crisis, las carteras de microfinanzas no necesariamente se contraen más que las carteras bancarias. Entre finales de 1998 y mediados de 2004, el sistema financiero boliviano ha experimentado una fuerte contracción. En particular, la cartera vigente del sistema financiero, conformado por los bancos, mutuales, cooperativas y fondos financieros privados (a la que se le han agregado aquí las carteras de las organizaciones no reguladas de microfinanzas), se redujo de 4,786 millones de dólares, a diciembre de 1998, a 2,153 millones, a junio de 2004 (Gráfico 3 del Anexo). No todos los tipos de intermediarios, sin embargo, han mostrado el mismo comportamiento de cartera. Dos tipos de intermediarios experimentaron disminuciones severas en sus carteras vigentes (Gráfico 4 del Anexo). Por una parte, la cartera vigente de los bancos, excluyendo a BancoSol, disminuyó de 4,024 millones (a fines de 1998) a 1,327 millones (a junio de 2004). Esta profunda contracción ha reflejado serias vulnerabilidades endógenas de la banca boliviana y sus clientes, debilidades que han acentuado las consecuencias de los eventos exógenos adversos. Por otra parte, la cartera de los FFP de consumo experimentó un acelerado crecimiento, desde su creación hasta 1998, para luego sufrir una caída estrepitosa y solo recuperarse lentamente, gracias a un cambio en las tecnologías de crédito. A su vez, las mutuales también mostraron una disminución de sus carteras vigentes, aunque de proporciones menores, en parte porque se trata de carteras a largo plazo, mientras que las cooperativas mostraron estancamiento con volatilidad. El comportamiento de las carteras de microfinanzas contrasta fuertemente con los resultados observados para el resto del sistema financiero. Por una parte, la cartera vigente de los FFP tradicionales de microfinanzas más BancoSol creció sostenidamente, durante todo el período, desde 111 millones de dólares (a finales de 1997) hasta 302 millones de dólares (a mediados de 2004), sin dar mayores muestras de fragilidad. Por otra parte, la cartera de las organizaciones no reguladas de microfinanzas también creció sostenidamente, de 38 millones de dólares (a finales de 1997) a 87 millones de dólares (según estimación de los autores para mediados de 2004, suponiendo un crecimiento de 15 por ciento). En ambos casos, el crecimiento no parece haber perjudicado negativamente la calidad de la cartera, lo que sugiere que una parte de la explicación de este comportamiento se encuentra del lado de la demanda, en las características de los clientes de este segmento del mercado.

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Las microfinanzas han sido menos pro-cíclicas Segundo, algunos expertos han afirmado que las carteras de microfinanzas han jugado un papel pro-cíclico, acentuando los efectos adversos de la crisis macroeconómica sobre los segmentos marginales de la población. Con base en la experiencia boliviana, sin embargo, la nueva hipótesis es que las carteras de microfinanzas son menos pro-cíclicas que las carteras de los bancos y otros intermediarios regulados. En efecto, la disminución en las tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia estuvo acompañada por tasas de cambio negativas en las carteras de los bancos, pero coincidió con reducciones en las tasas de crecimiento, las que se mantuvieron siempre positivas, de las carteras de las entidades tradicionales de microfinanzas (Gráfico 13 del Anexo). La vinculación entre el crecimiento del sector real y el crecimiento de las carteras de microfinanzas posiblemente se dé en los dos sentidos. Por una parte, el continuado acceso al crédito les permitiría a los clientes de las microfinanzas aprovechar las oportunidades productivas que se les presenten, conservando su lealtad y capacidad de pago. Además, el acceso a fondos de emergencia, como los que provienen de la cuenta interna de los bancos comunales, facilitaría el manejo de la liquidez y permitiría aprovechar mejor estas oportunidades. Por otra parte, la mayor flexibilidad y versatilidad de las clientelas tradicionales de las microfinanzas, debido a sus operaciones en mercados informales de trabajo, les ofrece mayores grados de libertad para buscar y aprovechar estas oportunidades. Estas características de sus empresas les permiten a los microempresarios hacerle frente con más facilidad a los eventos adversos y conservar su capacidad de pago. Finalmente, para los clientes de las microfinanzas, el valor presente de su relación con la organización es muy alto, lo que conserva su voluntad de pago. De hecho, estos clientes están dispuestos a hacer esfuerzos excepcionales con tal de conservar su reputación de buenos pagadores.27 La mora ha sido inferior en las microfinanzas Tercero, otra de las nociones extendidas ha sido la noción de que las carteras de microfinanzas son especialmente riesgosas. Esta noción ha llevado a algunos a suponer que las microfinanzas no deben ser tratadas como una parte robusta de los sistemas financieros. La nueva hipótesis es que las carteras de las microfinanzas, cuando las tecnologías de crédito son apropiadas y cuando las organizaciones buscan su sostenibilidad, son menos riesgosas que otras carteras de crédito. Las microfinanzas son más robustas que otros tipos de intermediarios.

Véase Adrián González González y Claudio González Vega, “Sobre-endeudamiento en las microfinanzas bolivianas,” Programa Finanzas Rurales, Columbus, Ohio: The Ohio State University, 2003.

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La experiencia boliviana contradice la noción popular de dos maneras. Por una parte, en el mediano plazo, los índices de mora de las organizaciones reguladas tradicionales de microfinanzas han sido mejores que los índices de mora de otros intermediarios financieros. Por otra parte, durante la crisis sistémica, la mora en las organizaciones de microfinanzas ha aumentado menos que la mora en los bancos. Salvo en 1998, la tasa de mora de los FFP tradicionales de microfinanzas y BancoSol ha sido siempre inferior a la correspondiente a los otros tipos de intermediarios, incluso los bancos (Gráfico 64 en el Anexo). La tasa de mora de las entidades tradicionales de microfinanzas medida como cartera afectada como proporción de la cartera bruta total superó 10 por ciento únicamente en 2001. Este comportamiento ha sido también cierto para las organizaciones no reguladas de microfinanzas, a pesar de que la mora en este caso ha sido algo superior a la observada entre las entidades reguladas de microfinanzas, aunque nunca superior a 15 por ciento, en promedio. En el mediano plazo, esta tasa ha estado para las ONG por debajo de la mora en otros intermediarios regulados. A partir de 1999, la tasa de mora aumentó para todos los tipos de intermediarios financieros. Entre todos ellos, el aumento fue menor y de más corta duración en el caso de las organizaciones tradicionales de microfinanzas y mayor que en ningún otro caso entre los bancos. En el caso de las organizaciones tradicionales de microfinanzas, la tasa de mora disminuyó a partir de finales de 2001, mientras que para los bancos continuó aumentando, hasta superar 20 por ciento a finales de 2003. El debilitamiento de las carteras de crédito durante la crisis y las presiones de los grupos de poder han llevado a reprogramaciones de préstamos, voluntarias y decretadas por las autoridades. Para medir correctamente la calidad de la cartera es necesario, entonces, tomar en cuenta esta circunstancia. El Gráfico 65 del Anexo presenta los resultados de este ejercicio, donde el indicador usado resulta del cociente de la cartera en mora más las reprogramaciones sobre la cartera bruta más las reprogramaciones. Usando este indicador, a junio de 2004 la cartera de mala calidad de los bancos se acercaba a 45 por ciento, mientras que la cartera de mala calidad representaba únicamente 6 por ciento de la cartera de las organizaciones tradicionales de microfinanzas. El impacto de las reprogramaciones es, en efecto, dramático en el caso de los bancos. A junio de 2004, las reprogramaciones representaban 34 por ciento de la cartera bruta más las reprogramaciones de estos intermediarios (Gráfico 59 del Anexo). A esa misma fecha, las reprogramaciones representaban el 14 por ciento de la cartera correspondiente en el caso de los FFP de consumo, el 12 por ciento en el caso de las cooperativas, el 8 por ciento en el caso de los FFP de pequeña y mediana empresa y el 7 por ciento en el caso de las mutuales.

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En el caso de las organizaciones tradicionales de microfinanzas, sin embargo, este índice era únicamente 3 por ciento de la cartera bruta. La menor necesidad de reprogramación refleja un desempeño sobresaliente. Desde luego que sería incorrecto suponer, a priori, que todo el monto de la cartera reprogramada no va a ser pagado. Es razonable esperar, no obstante, que la calidad de la cartera reprogramada sea inferior al resto de la cartera. Esta diferencia no es uniformemente cierta, sin embargo. A junio de 2004, ya un 56 por ciento de la cartera reprogramada de los FFP de consumo estaba en mora (Gráfico 60 del Anexo). Esto era cierto, también, para 28 por ciento de la cartera reprogramada de las cooperativas, 25 por ciento de la de los bancos, 24 por ciento de la de los FFP de pequeña y mediana empresa y 15 por ciento de la de las mutuales, lo que es esperable, dado los plazos más largos de estas últimas. En el caso de las entidades tradicionales de microfinanzas, 23 por ciento de la cartera reprogramada ya estaba en mora a mediados de 2004, pero la cartera que había sido reprogramada era mucho más pequeña que en el caso de los otros intermediarios. La evaluación de estos resultados se dificulta, además, por intervenciones de las autoridades que han creado incentivos artificiales a la reprogramación, mediante cambios en las normas prudenciales. Estos cambios producen, sin embargo, únicamente efectos cosméticos. Cuando se toman en cuenta estas consideraciones, la tasa de mora ajustada, medida como el cociente de la cartera en mora más las reprogramaciones en mora sobre la cartera bruta más la reprogramada, disminuyó en todos los casos en el último período (Gráfico 66 del Anexo). La disminución fue marcada y temprana en el caso de las entidades tradicionales de microfinanzas, llevando su tasa de mora a 3.4 por ciento a mediados de 2004. Esta disminución también es marcada y temprana en el caso de las cooperativas, pero la tasa de mora se coloca al 11.9 por ciento a la fecha más reciente. En el caso de las organizaciones no reguladas de microfinanzas, donde no se conoce el monto de las reprogramaciones, la disminución no ocurrió hasta 2000 y llevó a la tasa de mora a 10.9 por ciento. La mejora es menos fuerte en el caso de las mutuales y es, definitivamente, menos satisfactoria en el caso de los bancos, donde esta versión de la tasa de mora disminuyó a 18.1 por ciento, a junio de 2004, desde 20.0 por ciento que había alcanzado a finales de 2003. Varias razones podrían explicar la mejor respuesta de las microfinanzas ante la crisis, en comparación con otros intermediarios financieros. Entre estas razones sobresale la creciente eficiencia, lograda gracias a las innovaciones en tecnologías de crédito y de prestación de otros servicios financieros que han caracterizado al sector. Estas innovaciones fueron diseñadas precisamente tomando en cuenta las características de versatilidad y flexibilidad de la clientela que han explicado también el mejor desempeño de las microfinanzas.

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Entre las razones que explican esta mejor respuesta se encuentra, además, la mayor disciplina financiera a que han estado acostumbradas estas organizaciones. Esta disciplina ha sido en parte una respuesta al tipo de riesgos que enfrentan en este segmento del mercado. Esta disciplina ha reflejado, sobre todo, una menor incidencia de comportamiento oportunístico entre estas organizaciones. Las entidades de microfinanzas, más modestas en su tamaño y con mayores cuestionamientos por parte de las autoridades, han tenido menores expectativas de ser rescatadas por el estado, en caso de tener dificultades, al menos en comparación con los bancos e incluso con las cooperativas. Además, las organizaciones de microfinanzas habían tenido que enfrentar, en el período que precedió inmediatamente a la crisis, una feroz competencia, sobre todo con la rápida expansión de los FFP de consumo. De este aumento de la competencia, aunado a las limitaciones de una infraestructura institucional incompleta que ha ido mejorando, sobre todo en lo que se refiere al acceso universal a información sobre las operaciones de crédito de los clientes, las organizaciones de microfinanzas salieron fortalecidas. Finalmente, a pesar de lo sostenido de las tasas de crecimiento de sus carteras, las organizaciones de microfinanzas han sido desde su inicio más prudentes. El ciclo de rápida expansión seguido de contracción, que otros intermediarios financieros experimentaron, no se dio o se presentó de manera más atenuada en el caso de las organizaciones tradicionales de microfinanzas. Cambios estructurales El desempeño no uniforme de los distintos tipos de intermediarios financieros durante la crisis ha provocado cambios en la estructura del sistema financiero boliviano, a favor de las organizaciones tradicionales de microfinanzas. Estos cambios tanto han reflejado los méritos de estas organizaciones en el pasado como han afianzado gradualmente su posicionamiento hacia el futuro, cuando jugarán papeles cada vez más importantes en la transformación del sistema. En varios sentidos, las organizaciones tradicionales de microfinanzas representan un anuncio o pronóstico de hacia dónde está orientándose y debiera dirigirse el sistema financiero boliviano, si buscara contribuir más eficazmente al desarrollo sostenido y participativo del país. La estructura del mercado financiero boliviano ha experimentado cambios rápidos y acentuados, reflejados en las participaciones relativas (market shares) de los distintos tipos de intermediarios. El sistema ha estado siempre dominado por los bancos, como en otros países de ingresos bajos, pero esta posición se ha ido erosionando. Mientras que, a finales de 1997, la cartera vigente de los bancos representaba 83 por ciento del total para el sistema financiero, ampliado con las ONG, para junio de 2004 esa participación se había reducido a 62 por ciento (Cuadro 1 y Gráfico 6 del Anexo).

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Por su lado, si bien la participación de todas las entidades no bancarias ha aumentado, excepto en el caso de los FFP de consumo y de otros propósitos, el aumento de la presencia relativa de las entidades tradicionales de microfinanzas ha sido el más acelerado, al pasar de 3 por ciento de la cartera vigente (a finales de 1997) a 14 por ciento (a junio de 2004). Cuando, a esta cartera regulada de microfinanzas, se le agrega la de las organizaciones no reguladas, la participación en el mercado aumentó de 4 por ciento a 18 por ciento de la cartera vigente total, en ese mismo período. En poco más de seis años, la participación de las microfinanzas en el mercado financiero es cuatro y media veces mayor. Este avance competitivo de las organizaciones de microfinanzas se nota más claramente cuando se excluye a los bancos de las cifras y se observan únicamente las participaciones en la cartera vigente de los distintos tipos de intermediarios no bancarios (Gráfico 7 del Anexo). La participación de las entidades tradicionales de microfinanzas pasó de 17 por ciento (a finales de 1997) a 37 por ciento (a junio de 2004). Cuando, además, se agregan las carteras de ONG, la participación creció de 22 por ciento (a finales de 1997) a 47 por ciento (a junio de 2004). En este proceso se destaca la drástica reducción en la importancia de los otros FFP, la sostenida pérdida de participación en el mercado de las mutuales y el estancamiento de las cooperativas. Las microfinanzas y la profundización financiera Los cambios en la estructura del mercado financiero se han reflejado, también, en cambios en las contribuciones de los distintos tipos de organizaciones a la profundización financiera en Bolivia. Típicamente, la profundización financiera se mide por el cociente de una variable financiera, como el crédito, con respecto al PIB. El Gráfico 10 en el Anexo muestra el terreno perdido por el sistema boliviano durante la crisis, en cuanto a profundización financiera. Tras años de gradual pero sostenida recuperación, después de la crisis de hiperinflación en la primera mitad de la década de los ochenta, este indicador de profundización financiera (con respecto a la cartera vigente del sistema financiero ampliado con las ONG) alcanzó 56 por ciento del PIB a finales de 1998. Para finales de 2003, el indicador se había reducido a 35 por ciento del PIB. Es decir, en unos pocos años, el país había perdido el equivalente a décadas de progreso en su profundización financiera. El grueso de la pérdida se debe a la contracción de los bancos. Su cartera vigente se redujo de 47 por ciento del PIB, a finales de 1998 (nivel que posiblemente alcanzaron provocando un cierto nivel de sobre-endeudamiento), a 25 por ciento del PIB, a finales de 2003, un valor inferior al mostrado por los países centroamericanos, por ejemplo, donde el indicador está más cercano al nivel alcanzado en 1998.

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Los Gráficos 10 y 11 del Anexo muestran como los intermediarios no bancarios han mantenido una relación más o menos constante con el PIB, de alrededor del 10 por ciento. Para cada uno de estos tipos de intermediarios, la relación de su cartera con el PIB se mantuvo relativamente inalterada, salvo para las organizaciones de microfinanzas, donde la relación de su cartera efectiva con respecto al PIB, aunque modesta, ha venido en acelerado aumento. Sumando las entidades reguladas tradicionales con las ONG, su cartera vigente pasó de representar 2.2 por ciento del PIB (a finales de 1998) a representar 4.3 por ciento del PIB (a finales de 2003). El crédito grupal y el crédito individual Cuarto, principalmente en el inicio de los programas de microfinanzas en el mundo, se suponía que la tecnología de crédito a grupos de garantía solidaria tiene fuertes ventajas sobre la tecnología de crédito individual, al menos en estos segmentos del mercado. Esta percepción fue también aceptada por una porción importante de la literatura académica.28 En particular, muchos expertos han supuesto que la tecnología de crédito grupal es menos riesgosa que la individual. La experiencia boliviana es de gran utilidad en este caso, porque por década y media ha permitido comparar estas dos tecnologías de crédito, en entornos cambiantes, sin competencia y con competencia, con crecimiento y con crisis de estancamiento del producto. La nueva hipótesis es que la tecnología de crédito individual es más robusta que la tecnología de crédito grupal, principalmente ante la presencia de eventos adversos sistémicos. La tesis original había sido que el riesgo del crédito grupal es menor porque lleva implícito un contrato de auto-seguro entre los miembros del grupo. La nueva hipótesis es que este contrato implícito no puede asegurar a los miembros del grupo contra el riesgo sistémico. Cuando el evento sistémico se da, los miembros del grupo no están en condiciones de asegurarse unos a otros, y el grupo se desintegra. En el caso boliviano, la llegada de una crisis sistémica sostenida puso en dificultades a las organizaciones tradicionales que se habían especializado en la oferta de crédito a grupos, en particular a BancoSol y a PRODEM. Estas organizaciones reaccionaron, reorientando su tecnología de crédito a clientes individuales pero, en el proceso, perdieron participación relativa en el mercado de las microfinanzas (Gráfico 8 en el Anexo). La participación de BancoSol, que al inicio tenía una posición casi monopolística en el mercado de las microfinanzas, se redujo de 41 por ciento (a finales de 1997) a 23 por ciento (a junio de 2004). 28

Véase M. Ghatak y T.W. Guinnane, “The Economics of Lending with Joint Liability: Theory and Practice”, Journal of Development Economics, 1999, pp. 195-228 y D. Jaffee y J. Stiglitz, “Credit Rationing” en el Handbook of Monetary Economics, Elsevier, 1990.

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La participación relativa de PRODEM se redujo de manera importante, entre 1997 y 2000, pero luego se recuperó, una vez que esta organización revisó drásticamente su tecnología de crédito, pasando del crédito grupal al crédito individual de manera agresiva. Gracias a esta sustitución de su tecnología, la participación de PRODEM en la cartera vigente de las microfinanzas se incrementó de 12 por ciento (a finales de 1997) a 17 por ciento (a junio de 2004). En contraste, la participación de Caja Los Andes, organización que siempre usó el crédito individual, aumentó de 13 por ciento de la cartera efectiva (a finales de 1997) a 24 por ciento (a junio de 2004). Con este crecimiento, para 2004 la cartera vigente de Caja Los Andes (US$ 91.7 millones) había superado por primera vez la cartera vigente de BancoSol (US$ 91.2 millones). Durante el mismo período y a pesar de sus políticas más conservadoras de expansión, la participación de FIE, la otra organización que siempre usó una tecnología de crédito individual, aumentó de 8 por ciento a 11 por ciento del total. Estas cifras verifican la nueva hipótesis que la tecnología de crédito individual es más robusta, cuando se toman en cuenta todas las facetas del ciclo económico, que la tecnología de crédito grupal. Este corolario no se aplica, sin embargo, a los bancos comunales, cuyo crecimiento ha sido explosivo en los últimos años. Esto posiblemente refleje tanto el monto comparativamente pequeño de los préstamos, lo que alivia la carga de responsabilidad sobre los otros miembros del banco comunal, como la valoración que los clientes tienen de los servicios financieros y no financieros ofrecidos por estas organizaciones. En este conjunto de organizaciones reguladas y no reguladas de microfinanzas, la participación relativa de las ONG en la cartera efectiva ha experimentado, sin embargo, una ligera contracción, al disminuir de 25 por ciento (a finales de 1997) a 22 por ciento (a junio de 2004). En vista de los avances de las ONG con respecto al número de clientes, esto sugiere que el tamaño promedio de los préstamos de las entidades reguladas ha crecido más rápidamente que el tamaño promedio de los préstamos de las ONG. Las microfinanzas y la movilización de depósitos Quinto, la percepción popular ha sido que las organizaciones de microfinanzas son un lugar menos seguro para mantener los ahorros (es decir, que existe menos confianza entre su clientela) y que, en todo caso, estas organizaciones no están seriamente interesadas en movilizar depósitos del público. A estas alturas del debate ya estaba superada, al menos entre la mayoría, la noción incorrecta de que los pobres no ahorran. La experiencia boliviana permite enunciar la nueva hipótesis de que los depósitos son más estables en las entidades tradicionales de microfinanzas que en otros tipos de intermediarios financieros. Este ha sido un resultado particularmente sorprendente.

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Por un lado, una primera sorpresa ha sido el acelerado crecimiento en la captación de depósitos del público por parte de las entidades tradicionales de microfinanzas (Gráfico 67 del Anexo). Estos depósitos crecieron de US$ 72 millones (a enero de 1997) a US$ 241 millones (a junio de 2004), a una tasa más elevada que los depósitos de cualquier otro tipo de intermediario financiero regulado. Esto ha sido cierto en el caso de los depósitos en cajas de ahorro, con respecto a los que se han observado disminuciones principalmente en el caso de los bancos o estancamientos de la captación para los demás intermediarios no bancarios (Gráfico 69 del Anexo). Esto ha sido también cierto en el caso de los depósitos a plazo fijo, para los que las captaciones de los otros tipos de intermediarios han disminuido dramáticamente (Gráfico 70 del Anexo). El crecimiento rápido y sostenido de las captaciones de depósitos de estas organizaciones contrasta con la contracción observada en el resto del sistema financiero, de la misma manera como ocurre con las diferencias en cuanto al crecimiento de las carteras de crédito. Algunos expertos opinan que el sostenido crecimiento de las captaciones se ha debido principalmente al diferencial de tasas de interés que las organizaciones de microfinanzas pagan. En efecto, estas organizaciones han tenido que pagar un premio para compensar el mayor desconocimiento y la menor confianza que inicialmente tenía el depositante. Investigadores de OSU han mostrado, sin embargo, que el nivel de este premio, medido como la diferencia entre las tasas de interés efectivas pagadas por los bancos y por las organizaciones de microfinanzas, ha disminuido aceleradamente, sobre todo en el caso de los depósitos a plazo fijo.29 El aumento en la captación, de frente a una rápida disminución del premio, reflejarpia el aumento de la confianza del depositante en este tipo de entidades. Desde luego, este crecimiento en la captación de depósitos representa logros tanto de profundidad como de variedad de la cobertura. Estos logros habrían tenido lugar, por una parte, en la medida en que las estrategias de las organizaciones de microfinanzas hayan incorporado al acceso a las facilidades de depósitos a segmentos de la población que antes no podían disfrutar de estos servicios, posiblemente por los elevados costos de transacciones en que tenían que incurrir con intermediarios no cercanos a ellas. Este parece haber sido al caso, al menos en las áreas rurales, donde las entidades de microfinanzas ahora operan. Por otra parte, la variedad de la cobertura ha aumentado, incluso para segmentos de la población que ya eran clientes de crédito, al ampliarse la gama de productos que pueden obtener de un mismo intermediario, con la correspondiente reducción en sus costos de transacciones, gracias a las economías de ámbito de poder realizar varias operaciones en un mismo lugar.

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Véase Franz Gómez Soto, “Evolución de depósitos en fondos de microcrédito 1997-2003. Tendencias y volatilidad. Cuaderno de SEFIR No. 13. La Paz, 2003.

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Le tomó al sistema de las microfinanzas boliviano alrededor de una década para alcanzar el grado de preparación necesario que le permitiese ofrecer servicios de depósito, logrando desarrollar esta nueva y difícil dimensión de sus operaciones sobre los éxitos de su actividad de crédito. Cuando esto finalmente ocurrió, se logró una importante expansión de la cobertura. Los Gráficos 71 y 72 del Anexo muestran los logros particulares en la captación de depósitos de cada una de las organizaciones tradicionales de microfinanzas. Vale la pena destacar el desempeño de PRODEM, que se ha extendido a las áreas rurales y que se ha caracterizado por una estrategia agresiva de oferta de una amplia gama de productos. Vale la pena agregar, como se muestra en el estudio de Gómez Soto citado, que esta captación ha provenido crecientemente de personas naturales, las que en la actualidad representan más de la mitad de los montos de los depósitos captados por las organizaciones de microfinanzas. Finalmente, la información para el primer semestre de 2004 revela una posible consecuencia de las expectativas de adopción del impuesto a las transacciones financieras, que aparentemente se han reflejado en una sustitución de depósitos en caja de ahorro por depósitos a plazo fijo en casi todas las organizaciones de microfinanzas (Gráficos 71 y 72 del Anexo). Sin duda, la adopción de este impuesto representa un evento adverso importante en el progreso de esta dimensión de las microfinanzas. Por otro lado, también ha resultado sorprendente la rapidez con que las organizaciones tradicionales de microfinanzas han conquistado una participación creciente, tanto en el mercado de depósitos en caja de ahorro como en el mercado de depósitos a plazo fijo (Gráficos 73 a 76 del Anexo). En el caso de los depósitos en caja de ahorro, la participación de las entidades tradicionales de microfinanzas en las captaciones totales del sistema (con exclusión de las cooperativas, por razones de disponibilidad de información) más que se quintuplicó, al pasar de 0.9 por ciento (a inicios de 1997) a 5.4 por ciento (a junio de 2004). En el caso de los depósitos a plazo fijo, la participación de las entidades tradicionales de microfinanzas más que se quintuplicó en estos seis años, al pasar de 2.0 por ciento (a inicios de 1997) a 10.5 por ciento (a junio de 2004). Estos son logros excepcionales, particularmente porque han tenido lugar durante una etapa caracterizada en Bolivia por procesos de desintermediación financiera agudos y por un entorno de elevada incertidumbre política. Las entidades de microfinanzas han logrado aprovechar sus ventajas de tecnología en las carteras de crédito para aumentar y diversificar sus pasivos también. La percepción popular ha sido que, una vez que las entidades de microfinanzas captaran depósitos del público, éstos estarían expuestos a una volatilidad elevada, creando riesgos importantes de manejo de liquidez.

50

Los depósitos han sido más estables Sin duda, un manejo eficiente de la liquidez es uno de los nuevos retos que las organizaciones de microfinanzas han tenido que enfrentar y que han enfrentado con bastante éxito. La nueva hipótesis es que, durante las crisis sistémicas de confianza, los depósitos en las entidades de microfinanzas debieran ser más estables que los depósitos en otros intermediarios financieros. En efecto, el más excepcional de los logros ha sido la mayor estabilidad de los depósitos de las entidades tradicionales de microfinanzas, en comparación con otros intermediarios financieros bolivianos. El Gráfico 68 (en el Anexo) muestra la tasa de variación del monto de los depósitos para diversos sub-sectores del sistema financiero. Varios momentos históricos han sido críticos, por haber desatado corridas transitorias como consecuencia de la incertidumbre política o disturbios sociales. En cada uno de estos momentos críticos, los depósitos de las entidades tradicionales de microfinanzas han mostrado la mayor estabilidad entre todos los depósitos de todos los intermediarios del sistema. El primer momento corresponde con la indefinición de los resultados de las elecciones presidenciales, a julio de 2002. Sólo en ese mes, las mutuales perdieron 24 por ciento de sus depósitos. En meses cercanos, las mutuales perdieron otro 7 por ciento de sus depósitos. En julio de 2002, los bancos nacionales perdieron 12 por ciento y los bancos extranjeros 11 por ciento de sus depósitos, sumas enormes en términos absolutos. Los bancos extranjeros perdieron 14 por ciento adicional en los meses siguientes. En julio, incluso las cooperativas perdieron 8 por ciento de los depósitos. En contraste, las entidades tradicionales de microfinanzas sólo perdieron 6 por ciento de sus depósitos y los comenzaron a recuperar casi de inmediato. El segundo momento corresponde con los disturbios sociales de febrero de 2003, que siguieron a enfrentamientos entre la policía y el ejército en la ciudad de La Paz y que llevaron a la destrucción de negocios, incluyendo oficinas de algunas organizaciones de microfinanzas. En ese momento, las mutuales perdieron 5.5 por ciento de sus depósitos y los bancos nacionales perdieron 5.3 por ciento de sus depósitos. En contraste, los depósitos en las entidades tradicionales de microfinanzas aumentaron, 1.7 por ciento en un mes, en una muestra clara de confianza por estas organizaciones. El tercer momento coincide con la caída del Presidente Sánchez de Lozada, en octubre de 2003. Para ese entonces, las mutuales ya perdieron solamente 2.1 por ciento de sus depósitos, pero los bancos nacionales perdieron 6.9 por ciento y los bancos extranjeros 10.8 por ciento de sus depósitos. De nuevo, en lugar de retiros, las entidades tradicionales de microfinanzas experimentaron un aumento de sus depósitos, de 1.2 por ciento en el mes.

51

El cuarto momento es más difícil de precisar en el tiempo, pues se extiende desde febrero de 2004 hasta la fecha y responde a la incertidumbre política y, en alguna medida, a los efectos esperados de la vigencia del impuesto a las transacciones financieras, desde julio de 2004. La pérdida de depósitos ha sido masiva en los bancos extranjeros, alcanzando las tasas máximas de pérdida de 26 por ciento en febrero y 18 por ciento de los depósitos en abril de 2004. Los bancos nacionales han sufrido pérdidas de depósitos en todos los meses del semestre menos uno, mientras que las mutuales han perdido depósitos todos los meses de 2004 hasta la fecha. Salvo en abril, cuando perdieron 1.3 por ciento de sus depósitos, en claro contraste, las entidades de microfinanzas han visto crecer sus depósitos todos los meses. Finalmente, en las épocas de riesgo sistémico, no todos los clientes se ven afectados igualmente. La nueva hipótesis es que hay que esperar una mayor movilidad de clientes entre intermediarios y de clientes que entran y salen del mercado.30 La evolución del sistema no se puede evaluar únicamente con base en los movimientos de los acervos (stocks) de activos y pasivos financieros, sino que es indispensable conocer los flujos de movimientos dinámicos de los clientes. Las limitaciones de espacio en este trabajo no permiten hacer un análisis detallado de esta importante dimensión del proceso.

30

Véase Marcelo Villafani Ibarnegaray, “Evolución de la cartera de los Fondos Financieros Privados y BancoSol: Mirando las cifras desde una nueva perspectiva”, Cuaderno de SEFIR No. 14, La Paz, 2003.

52

5.

Evolución comparativa de la cartera regulada

Las secciones anteriores han destacado el desempeño sobresaliente de las organizaciones de microfinanzas y sus contribuciones al desarrollo financiero de Bolivia como grupo. Esta sección presenta un breve análisis comparativo de la evolución de entidades particulares, en un intento por reforzar o calificar algunas de las lecciones derivadas del análisis más agregado. En el Gráfico 14 se presenta un tablero, que contiene información individualizada para seis organizaciones, cuatro tradicionales de microfinanzas (BancoSol, Caja los Andes, FIE y PRODEM) y dos fondos financieros privados de consumo (ACCESO y FA$$IL). Estas organizaciones han sido escogidas aquí para hacer ilustraciones de los efectos que se desean destacar. Estas seis organizaciones representan tres tecnologías de crédito distintas. Dos de ellas (BancoSol y PRODEM) representan una tecnología grupal de microfinanzas. Dos de ellas (Caja Los Andes y FIE) representan una tecnología individual de microfinanzas. Dos de ellas (ACCESO y FA$$IL) representan una tecnología de crédito de consumo que descansa en una fuerza de ventas, credit scoring y una sección especializada de cobro. Organizaciones que usaron alguna de estas tecnologías se encontraban en franca competencia en 1997, antes de iniciarse la crisis financiera sistémica. Una hipótesis central de esta sección es que la tecnología de crédito es un determinante crítico del desempeño de entidades financieras que operan en segmentos del mercado con clientes marginales. Hay dos hipótesis nuevas. Una primera hipótesis es que las tecnologías de microfinanzas tradicionales, con los elementos que representaron las innovaciones que hicieron posible su surgimiento un par de décadas atrás son superiores, en estos segmentos del mercado, a tecnologías impersonales, de aplicación stándard, como es el caso de los métodos de credit scoring usados en los grandes países industrializados. Una segunda hipótesis es que, entre las diversas variedades de tecnologías tradicionales de microfinanzas, la tecnología de crédito individual es más robusta y, para la mayoría de los clientes, más eficiente, que la tecnología de crédito grupal. Como se afirmó anteriormente, una debilidad intrínseca de la tecnología de crédito de garantía solidaria es su incapacidad de hacerle frente al riesgo sistémico. La tecnología de crédito individual, además, permite la acumulación y un uso más eficiente de la información, lo que hace posible una mejor evaluación del riesgo de crédito y un mejor ajuste del tamaño y otros términos y condiciones de los préstamos a cada cliente en particular. Un curioso corolario de estas hipótesis observado con claridad en Bolivia es que, la tecnología de bancos comunales es más robusta que la tecnología de grupos solidarios pero que, a pesar de esto, los bancos comunales no permiten más que ofrecer un producto muy rudimentario de crédito-con-ahorro y el muy valioso servicio de crédito de emergencia, en aquellos casos cuando se permite que la cuenta interna juegue su papel más importante.

53

Gráfico 14 Evolución de la cartera bruta, 1992-2004 En millones de dólares BancoSol

Acceso

100

Los Andes

120

120

100

100

80

80

60

60

40

40

20

20

90

80

70

60

50

40

30

20

10 0

0

0

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03 JUN-04

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

FIE

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

DIC-92

120

100

100

100

80

80

80

60

60

60

40

40

40

20

20

20

0

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-96

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

DIC-92

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

0

0

DIC-94

DIC-95

Prodem

120

DIC-93

DIC-94

FA$$IL

120

DIC-92

DIC-93

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

Fuente: Construido con información de la SBEF Nota: Las líneas segmentadas corresponden a los períodos en los que la entidad operaba como ONG.

54

JUN-04

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

Gráfico 15 Evolución del número de clientes de cartera, 1992-2004

BancoSol

Acceso

Los Andes

90,000

90,000

90,000

80,000

80,000

80,000

70,000

70,000

70,000

60,000

60,000

60,000

50,000

50,000

40,000

40,000

30,000

30,000

20,000

20,000

50,000

40,000

30,000

20,000

10,000

10,000

10,000 -

-

DIC-92

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

DIC-92

JUN-04

FIE

90,000

80,000

80,000

80,000

70,000

70,000

70,000

60,000

60,000

60,000

50,000

50,000

50,000

40,000

40,000

30,000

30,000

20,000

20,000

40,000

30,000

20,000

10,000

10,000

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-96

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

DIC-92

DIC-97

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DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

10,000

-

DIC-94

DIC-95

Prodem

90,000

DIC-93

DIC-94

FA$$IL

90,000

DIC-92

DIC-93

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

Fuente: Construido con información de la SBEF Nota: Las líneas segmentadas corresponden a los períodos en los que la entidad operaba como ONG.

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JUN-04

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

El Gráfico 14 permite comparar los resultados de estas tecnologías sobre la evolución de la cartera, mientras que el Gráfico 15 permite comparar sus resultados sobre el número de clientes. La información detallada sobre la evolución de la cartera de estas organizaciones y de las que no se examinan en el texto aparece en los Gráficos 79 al 87 del Anexo. Información semejante para el número de préstamos se presenta en los Gráficos 88 a 96 del Anexo.31 Tres comportamientos de la cartera diferentes pueden ser identificados de inmediato en el tablero del Gráfico 14. Primero, los FFP de consumo, en particular ACCESO, muestran un crecimiento acelerado de la cartera, desde su misma fundación, seguido de una contracción igualmente rápida. El crecimiento acelerado es necesario en este tipo de tecnología para poder diluir pronto los elevados costos fijos asociados con la misma. Esto no permite una evaluación parsimoniosa del riesgo de crédito. Como en casi todos los casos de crisis financieras típicas, el crecimiento acelerado es seguido pronto por una contracción de la cartera.32 La contracción es dramática, además, porque desaparece la voluntad de pago, cuando los clientes descubren que los términos de los contratos son excesivamente onerosos, en el caso de incumplimiento, y, en particular, que la sostenibilidad de la organización está cada vez más en duda. El valor presente de la relación del cliente con la organización desaparece rápidamente y, con él, la voluntad de pago. En sus primeros cuatro años, ACCESO casi llegó a igualar el monto de la cartera de BancoSol, pero dos años después esa cartera prácticamente había desaparecido. La lección fue muy costosa por las externalidades negativas en la cultura de pago que causó. Segundo, las carteras de crédito de grupos con garantía solidaria crecieron rápidamente, mientras la economía se encontraba en rápida expansión, hasta 1998. Con la crisis sistémica, sin embargo, estas carteras sufrieron una disminución importante, lo que refleja la menor robustez de esta tecnología. La cartera de estas entidades se recuperó únicamente después de un período de transición, durante el cual la organización tuvo que enfrascarse en un costoso proceso de modificación de su tecnología de crédito, depuración de sus clientes y reorientación hacia nuevos segmentos del mercado. En el caso de PRODEM, esta dificultad coincidió con las gestiones y requisitos para transformarse en FFP, lo que obligó a una depuración más profunda de la cartera. La valiosa experiencia acumulada por estas organizaciones durante la etapa de expansión les permitió enfrentar con éxito este reto.

31

Detalles adicionales se pueden encontrar en Marcelo Villafani Ibarnegaray, “Evolución de la cartera de los Fondos Financieros Privados y BancoSol: Mirando las cifras desde una nueva perspectiva”, Cuaderno de SEFIR No. 14, La Paz, 2003.

Véase Claudio González Vega, Reformas Financieras en la Década de los Noventa: Logros y Retos Inesperados, San José, Costa Rica: Academia de Centroamérica, junio de 2001. 32

56

Tercero, las carteras de crédito individual crecieron sostenidamente, sin mayores incidentes, independientemente de si la entidad tiene una política de crecimiento comparativamente rápido y de conquista de participación en el mercado (Caja Los Andes) o una política de crecimiento pausado, en acompañamiento a su clientela natural y reconocimiento de sus ventajas comparativas (FIE). Un comportamiento semejante, incluso más acentuado, puede observarse en el Cuadro 15, para el número de clientes de cada entidad. La rápida expansión y subsiguiente pérdida de la clientela de los FFP de consumo incluso precede a los cambios en los montos de sus carteras, con un dramatismo semejante. ACCESO llega incluso a tener el mismo número de clientes que BancoSol, para luego no tener prácticamente ninguno. Los efectos de los cambios en la tecnología de crédito y depuración de las carteras son muy marcados en BancoSol y en PRODEM. BancoSol alcanza un máximo número de clientes, superior a 80 mil, a finales de 1998, para sufrir luego una fuerte caída en el tamaño de su clientela, equivalente a unos 30 mil clientes, de la que sólo comienza a reponerse hasta finales de 2002. Para finales de 1998, la clientela de PRODEM se iba acercando a los 50 mil, pero en los años siguientes se reduce a unos 20 mil, con una pérdida equivalente a la de BancoSol, de unos 30 mil clientes. Desde finales de 2002, la nueva clientela de PRODEM ha crecido aceleradamente. Como se ha indicado, un alto porcentaje de esta clientela perdida ingresó, con posterioridad, a los bancos comunales de CRECER y Pro Mujer. En el caso de las tecnologías de crédito individual, la clientela de FIE crece sostenidamente, con una depuración al momento de su transformación en FFP. El tamaño de la clientela de Caja Los Andes creció sostenidamente, a lo largo de un sendero impecablemente lineal. El crecimiento sostenido de la clientela de estas entidades ha coincidido, además, con los mejores indicadores de mora de cartera de todo el sistema. La aparatosa caída en la cartera bruta de los FFP de consumo no se produjo por el repago de las operaciones vigentes. Por el contrario, se trata de una disminución contable en sus libros, en la que las entidades reconocieron las pérdidas producidas. Toca, por lo tanto, examinar la evolución de los diversos componentes de la cartera, considerando las operaciones tanto dentro como fuera de balance (Gráfico 16 y Gráficos 93 a 105 en el Anexo). Las proporciones de cartera que corresponden a operaciones castigadas o en administración son un buen indicador del desempeño de la entidad. Una proporción alta de cartera castigada muestra que la entidad ha tenido que absorber ese volumen contra resultados y que, por lo tanto, podría haber deficiencias en la tecnología de crédito, que a la vez reducen su rentabilidad. Lo propio ocurre con la cartera en administración, que muestra que la entidad ha tenido que recurrir a terceros para cobrar cartera problemática o pérdida.

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MAR/98

120.00

120.00

100.00

100.00

100.00

80.00

80.00

80.00

60.00

60.00

60.00

40.00

40.00

40.00

20.00

20.00

-

-

JUN/98

120.00

CARTERA BRUTA CARTERA CASTIGADA DIC/02

CARTERA REPROGRAMADA DIC/96

CARTERA BRUTA DIC/99

Fuente: Construido con información de la SBEF

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CARTERA CASTIGADA CARTERA REPROGRAMADA

CARTERA CASTIGADA CARTERA BRUTA

CARTERA BRUTA

CARTERA CASTIGADA

FA$$IL

ADMINISTRACION DE CARTERA CARTERA CASTIGADA

JUN/04

-

MAR/04

-

DIC/03

20.00

SEP/03

20.00

JUN/03

20.00

MAR/03

40.00

DIC/02

40.00

SEP/02

40.00

JUN/02

60.00

MAR/02

60.00

DIC/01

60.00

JUN/04

MAR/04

DIC/03

SEP/03

JUN/03

MAR/03

DIC/02

SEP/02

JUN/02

MAR/02

DIC/01

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

JUN/99

MAR/99

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JUN/98

MAR/98

DIC/97

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DIC/96

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Acceso

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80.00

JUN/01

80.00

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80.00

DIC/00

100.00

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100.00

MAR/96

100.00

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SEP/03

JUN/03

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SEP/02

JUN/02

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JUN/01

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DIC/00

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120.00

SEP/00

DIC/99

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MAR/00

120.00

JUN/00

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120.00

MAR/00

JUN/04

MAR/04

DIC/03

SEP/03

JUN/03

MAR/03

DIC/02

ADMINISTRACION DE CARTERA

SEP/02

JUN/02

MAR/02

DIC/01

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

CARTERA BRUTA

SEP/98

JUN/98

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DIC/97

SEP/97

JUN/97

MAR/97

DIC/96

SEP/96

JUN/96

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SEP/95

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BancoSol

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FIE

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CARTERA REPROGRAMADA

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JUN/04

MAR/04

DIC/03

SEP/03

MAR/03 JUN/03

DIC/02

SEP/02

JUN/02

MAR/02

DIC/01

SEP/01

DIC/00 MAR/01 JUN/01

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

JUN/99

MAR/99

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SEP/98

MAR/98 JUN/98

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SEP/97

JUN/97

MAR/97

DIC/96

SEP/96

JUN/96

MAR/96

SEP/95 DIC/95

MAR/95 JUN/95

DIC/94

SEP/94

JUN/94

MAR/94

DIC/93

JUN/93 SEP/93

MAR/93

DIC/92

SEP/92

JUN/92

MAR/92

-

SEP/96

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DIC/03

SEP/03

JUN/03

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CARTERA CASTIGADA

SEP/02

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SEP/01

JUN/01

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DIC/00

SEP/00

CARTERA BRUTA

JUN/00

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DIC/99

SEP/99

JUN/99

MAR/99

DIC/98

SEP/98

Gráfico 16 Evolución de la cartera bruta, castigada y en administración, 1992-2004 En millones de dólares Los Andes

CARTERA REPROGRAMADA

Prodem

20.00

-

CARTERA REPROGRAMADA

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80%

80%

70%

70%

70%

60%

60%

60%

50%

50%

50%

40%

40%

40%

30%

30%

30%

20%

20%

20%

10%

10%

10%

0%

0%

JUN/92

JUN/97

Fuente: Construido con información de la SBEF

59 JUN/04

MAR/04

DIC/03

SEP/03

JUN/03

MAR/03

DIC/02

SEP/02

JUN/02

MAR/02

DIC/01

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

JUN/99

MAR/99

DIC/98

SEP/98

JUN/98

MAR/98

DIC/97

SEP/97

DIC/93

DIC/94

MAR/04 JUN/04

DIC/03 JUN/04

MAR/04

DIC/03

JUN/03 SEP/03

JUN/03 SEP/03

MAR/03

DIC/02

SEP/02

JUN/02

MAR/02

DIC/01

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

JUN/99

MAR/99

DIC/98

SEP/98

JUN/98

MAR/98

DIC/97

SEP/97

JUN/97

MAR/97

DIC/96

SEP/96

JUN/96

MAR/96

DIC/95

SEP/95

JUN/95

MAR/95

MAR/03

Prodem

DIC/02

SEP/02

JUN/02

MAR/02

DIC/01

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

JUN/99

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DIC/98

SEP/98

JUN/98

MAR/98

DIC/97

SEP/97

JUN/97

MAR/97

DIC/96

FA$$IL

SEP/96

DIC/93

SEP/94

JUN/94

MAR/94

Acceso

JUN/96

MAR/96

DIC/95

SEP/95

JUN/95

MAR/95

DIC/94

SEP/94

JUN/94

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0% DIC/92

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50%

SEP/93

50%

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70%

DIC/92

80%

JUN/92

JUN/04

MAR/04

DIC/03

SEP/03

JUN/03

MAR/03

DIC/02

SEP/02

JUN/02

MAR/02

DIC/01

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

JUN/99

MAR/99

DIC/98

SEP/98

JUN/98

MAR/98

DIC/97

SEP/97

JUN/97

MAR/97

DIC/96

SEP/96

JUN/96

MAR/96

DIC/95

SEP/95

JUN/95

MAR/95

DIC/94

SEP/94

JUN/94

MAR/94

DIC/93

SEP/93

JUN/93

80%

SEP/92

FIE

MAR/97

DIC/92

SEP/92

JUN/92

MAR/93

BancoSol

DIC/96

SEP/96

JUN/96

MAR/96

DIC/95

SEP/95

JUN/95

MAR/95

DIC/94

SEP/94

JUN/94

MAR/94

DIC/93

SEP/93

JUN/93

MAR/93

MAR/92

0%

DIC/92

20%

JUN/92

30%

SEP/92

JUN/04

MAR/04

DIC/03

SEP/03

JUN/03

MAR/03

DIC/02

SEP/02

JUN/02

MAR/02

DIC/01

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

JUN/99

MAR/99

DIC/98

SEP/98

JUN/98

MAR/98

DIC/97

SEP/97

JUN/97

MAR/97

DIC/96

SEP/96

JUN/96

MAR/96

DIC/95

SEP/95

JUN/95

MAR/95

DIC/94

SEP/94

JUN/94

MAR/94

DIC/93

SEP/93

JUN/93

MAR/93

DIC/92

SEP/92

JUN/92

MAR/92

40%

MAR/92

JUN/04

MAR/04

DIC/03

SEP/03

JUN/03

MAR/03

DIC/02

SEP/02

JUN/02

MAR/02

DIC/01

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

JUN/99

MAR/99

DIC/98

SEP/98

JUN/98

MAR/98

DIC/97

SEP/97

JUN/97

MAR/97

DIC/96

SEP/96

JUN/96

MAR/96

DIC/95

SEP/95

JUN/95

MAR/95

DIC/94

SEP/94

JUN/94

MAR/94

DIC/93

SEP/93

JUN/93

MAR/93

DIC/92

80%

MAR/92

0%

80%

SEP/92

Gráfico 17 Evolución de la pesadez de cartera, 1992-2004 Los Andes

50%

40%

30%

30%

20%

20%

10%

10%

0%

Gráfico 18 Evolución comparativa de índices de mora de cartera, 1992-2004 BancoSol

Acceso

100.00%

90.00%

80.00%

Los Andes

100.00%

100.00%

90.00%

90.00%

80.00%

80.00%

70.00%

70.00%

70.00%

60.00%

60.00%

60.00%

50.00%

50.00%

50.00%

40.00%

40.00%

40.00% 30.00%

30.00%

30.00% 20.00%

20.00%

20.00% 10.00%

10.00%

10.00%

PESADEZ DE CARTERA AJUSTADA POR TOTAL REPR. Y CASTIGOS

100.00%

90.00%

90.00%

90.00%

80.00%

80.00%

80.00%

70.00%

70.00%

70.00%

60.00%

60.00%

DIC/03

20.00%

20.00%

10.00%

10.00% 10.00%

PESADEZ DE CARTERA

PESADEZ DE CARTERA AJUSTADA POR TOTAL REPR. Y CASTIGOS

PESADEZ DE CARTERA AJUSTADA POR TOTAL REPR. Y CASTIGOS

Fuente: Construido con información de la SBEF

60

PESADEZ DE CARTERA PESADEZ DE CARTERA AJUSTADA POR TOTAL REPR. Y CASTIGOS PESADEZ DE CARTERA POR RECUPERAR (BRUTA+ADMIN) AJUSTADA POR REPROG. PESADEZ DE CARTERA POR RECUPERAR AJUSTADA POR REPROG. Y CASTIGOS

JUN/04

MAR/04

DIC/03

SEP/03

JUN/03

MAR/03

DIC/02

JUN/02

SEP/02

MAR/02

DIC/01

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

JUN/04

MAR/04

DIC/03

JUN/03

SEP/03

MAR/03

DIC/02

JUN/02

SEP/02

MAR/02

DIC/01

JUN/01

SEP/01

DIC/00

MAR/01

JUN/00

SEP/00

DIC/99

SEP/99

MAR/00

JUN/99

DIC/98

SEP/98

PESADEZ DE CARTERA

MAR/99

JUN/98

DIC/97

SEP/97

MAR/98

JUN/97

MAR/97

DIC/96

SEP/96

JUN/04

MAR/04

DIC/03

JUN/03

SEP/03

DIC/02

MAR/03

SEP/02

JUN/02

MAR/02

DIC/01

JUN/01

SEP/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

DIC/98

JUN/99

MAR/99

SEP/98

JUN/98

MAR/98

0.00%

MAR/00

0.00%

0.00%

JUN/04

SEP/03

MAR/04

DIC/02

JUN/03

SEP/02

MAR/03

DIC/01

JUN/02

SEP/01

MAR/02

DIC/00

JUN/01

MAR/01

DIC/99

JUN/00

SEP/00

MAR/00

DIC/98

30.00%

30.00%

20.00%

JUN/99

40.00%

40.00%

30.00%

SEP/99

50.00%

50.00%

40.00%

SEP/98

Prodem

100.00%

50.00%

MAR/99

DIC/97

PESADEZ DE CARTERA AJUSTADA POR TOTAL REPR. Y CASTIGOS

FA$$IL

100.00%

60.00%

JUN/98

SEP/97

MAR/98

DIC/96

JUN/97

SEP/96

MAR/97

DIC/95

JUN/96

JUN/95

PESADEZ DE CARTERA

PESADEZ DE CARTERA POR RECUPERAR AJUSTADA POR REPROG. Y CASTIGOS

FIE

SEP/95

0.00%

PESADEZ DE CARTERA AJUSTADA POR TOTAL REPR. Y CASTIGOS PESADEZ DE CARTERA POR RECUPERAR (BRUTA+ADMIN) AJUSTADA POR REPROG.

MAR/96

DIC/03

PESADEZ DE CARTERA

JUN/04

MAR/04

DIC/02

JUN/03

SEP/03

SEP/02

MAR/03

DIC/01

JUN/02

SEP/01

MAR/02

DIC/00

JUN/01

MAR/01

DIC/99

JUN/00

SEP/00

MAR/00

DIC/98

JUN/99

SEP/99

SEP/98

MAR/99

DIC/97

JUN/98

SEP/97

MAR/98

DIC/96

JUN/97

SEP/96

MAR/97

DIC/95

JUN/96

MAR/96

JUN/95

SEP/95

DIC/03

JUN/03

JUN/04

SEP/03

MAR/04

JUN/02

SEP/02

DIC/02 MAR/03

MAR/02

DIC/00

JUN/01

SEP/01 DIC/01

MAR/01

DIC/99

SEP/00

SEP/99

MAR/00 JUN/00

JUN/98

JUN/99

SEP/98

DIC/98 MAR/99

MAR/98

DIC/96

DIC/97

JUN/97 SEP/97

MAR/97

DIC/95

SEP/96

JUN/95

SEP/95

MAR/96 JUN/96

MAR/95

DIC/93

JUN/94

SEP/94 DIC/94

MAR/94

DIC/92

JUN/92

JUN/93 SEP/93

SEP/92

MAR/92

MAR/93

PESADEZ DE CARTERA

MAR/95

0.00%

0.00%

Estos problemas han sido especialmente agudos en el caso de los FFP de consumo. El Gráfico 16 presenta la evolución de la cartera de Acceso, que puede ser caracterizada en tres etapas. La primera, entre marzo de 1995 y septiembre de 1998, se caracteriza por el crecimiento explosivo de cartera. La ineficiente administración del riesgo crediticio durante la colocación masiva de crédito se hizo inminente al madurar la cartera colocada. La segunda etapa se produjo entre octubre de 1998 y junio de 1999, cuando la entidad intentó ajustar sus políticas crediticias y comenzó a perder clientes, producto de la presión ejercida por la mora y por el control de la SBEF. La tercera etapa se inició en junio de 1999 y se extiende hasta el presente. Esta fase se caracteriza por el desmantelamiento progresivo de la entidad. La corporación CONOSUR S.A., propietaria de Acceso, hizo sucesivas compras de cartera incobrable y aportes de capital. En el Gráfico 16, ambos hechos se observan a través del incremento de la proporción de la cartera en administración y de la cartera castigada. El comportamiento de FA$$IL es semejante, con la diferencia de que esta entidad inició una transición hacia una tecnología más propiamente de microfinanzas y ha logrado sobrevivir. A partir de diciembre de 1997, FA$$IL castigó cartera y, en junio de 2002, procedió a vender la cartera castigada, a una entidad de cobranza externa, por lo que estas operaciones salieron de sus estados financieros y, en consecuencia, de la Central de Riesgos de la SBEF. En relación con las entidades de crédito grupal, el Gráfico 16 muestra que, durante los primeros siete años de actividad, la cartera castigada de BancoSol era insignificante. Recién a partir de diciembre de 1999, la entidad comienza a castigar y lo hace hacia adelante en una proporción creciente, realizando castigos importantes en el último trimestre de los años sucesivos. En el caso de PRODEM, se destaca es el castigo de cartera producido en junio de 2000, el cual se ha mantenido constante en los periodos posteriores. En relación con las entidades de crédito individual, en contraste con la evolución en los otros dos tipos de entidades, los problemas son menores. Se observa que Caja los Andes no castiga hasta septiembre de 1999, aunque en volúmenes y proporciones menores a BancoSol, y no presenta cartera en administración. En el Gráfico 16 se observa el crecimiento impecable de FIE. A diferencia de BancoSol y Los Andes, FIE prácticamente no habría visto la necesidad de castigar cartera. Considerando la información financiera utilizada en este trabajo, se puede señalar que FIE presenta la evolución más sana del conjunto de entidades analizadas. En el Gráfico 17 se presenta la evolución, para estas entidades, del índice de mora, medido como la proporción de la cartera en mora con respecto a la cartera bruta (pesadez de cartera). En este gráfico se observan de manera más tangible las tendencias discutidas. En particular, se destacan los elevados niveles de mora que presentaron los FFP de consumo, los cuales siempre mantuvieron índices de pesadez más altos que el resto de las entidades del sistema.

61

En el Gráfico 17 se observa que, en los últimos años, BancoSol es la entidad tradicional de microfinanzas que presenta los mayores niveles de morosidad, mientras que Caja Los Andes, FIE y PRODEM presentan niveles de mora relativamente similares (Véase los Gráficos 106 a 114 del Anexo). Los niveles de morosidad son, como es de esperarse, mucho más elevados para los FFP de consumo. Finalmente, en el Gráfico 18 la mora se calcula como la proporción de: la suma de (1) la cartera en mora, (2) la cartera castigada y (3) la cartera morosa que se encuentra en administración, respecto a la suma de (a) la cartera bruta, (b) la cartera castigada y (c) el total de la cartera en administración. A este indicador se lo denomina pesadez de cartera por recuperar, ajustada por castigos. En general, se observan niveles de mora más altos que los analizados hasta ahora, como resultado principal de los ajustes por castigos. Se observa que BancoSol permanece como la entidad tradicional de microfinanzas con mayor nivel de mora, que Caja Los Andes presenta el segundo nivel más alto, seguido por PRODEM y FIE. Es digno de destacar el hecho que FIE presenta un nivel tan bajo de mora aún considerando los castigos.

62

6. ANEXO ESTADÍSTICO

63

6.1 GRÁFICOS

64

Gráfico 1 Evolución de la cartera bruta de las entidades de microfinanzas reguladas tradicionales y los FFP de otros propósitos, 1992-2004 400

350

MILLONES DE DOLARES

300

250 FFP + BSO OMF OTROS FFP

200

150

100

50

DIC-91 DIC-92 DIC-93 DIC-94 DIC-95 DIC-96 DIC-97 DIC-98 DIC-99 DIC-00 DIC-01 JUN-02 DIC-03 JUN-04

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: Las OMF comprenden BancoSol, Los Andes, Fie, EcoFuturo y Prodem y los “Otros FFP” incluyen Acceso, FA$$IL, Fondo de la Comunidad y Fortaleza. Gráfico 2 Evolución del número de clientes de las entidades de microfinanzas reguladas tradicionales y los FFP de otros propósitos, 1992-2004 300,000

NUMERO DE CLIENTES

250,000

200,000

FFP + BSO OMF OTROS FFP

150,000

100,000

50,000

DIC-91 DIC-92 DIC-93 DIC-94 DIC-95 DIC-96 DIC-97 DIC-98 DIC-99 DIC-00 DIC-01 DIC-02 DIC-03 JUN04

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

65

Gráfico 3 Evolución de la cartera vigente del sistema financiero, 1997-2004 6,000

5,000

MILLONES DE DÓLARES

4,000

3,000

2,000

1,000

0 1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

Jun.04

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF y Finrural. Notas: Se incluyen bancos, cooperativas, mutuales, fondos financieros privados y organizaciones no gubernamentales. Por falta de información a junio 2004 para las ONG, se ha estimado un crecimiento del 15 por ciento respecto a diciembre 2003. Supuesto conservador si se considera la tendencia de los últimos años. Gráfico 4 Evolución de la cartera vigente del sistema financiero, 1997-2004 450

400

MILLONES DE DÓLARES

350

300 Bcos (escala 10:1) Mutuales Cooperativas FFP de microf y BS Otros FFP ONG

250

200

150

100

50

0 Dic.97

Dic.98

Dic.99

Dic.00

Dic.01

Dic.02

Dic.03

Jun.04

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF y Finrural. Notas: La línea segmentada para las ONG refleja el crecimiento estimado (ver nota gráfico 1).

66

Gráfico 5 Tasas de crecimiento de la cartera vigente, 1998-2004

80

60

TASAS DE CRECIMIENTO (%)

40

20

0

-20

-40

-60

-80 1998

1999

2000

2001

2002

2003

Jun.04

PERIODOS

FFP de microfinanzas y BancoSol

ONG

Otras FFP

Cooperativas

Mutuales

Bancos sin BancoSol

Fuente: Elaborado con información de la SBEF y Finrural. Gráfico 6 Estructura del mercado financiero bolviano, 1997-2004

100% 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% 1997

1998

1999

2000

2001

FFP de microfinanzas y BancoSol Otras FFP Mutuales

2002

2003

ONG Cooperativas Bancos sin BancoSol

Fuente: Elaborado con información de la SBEF y Finrural. Notas: Ver nota gráfico 1.

67

Jun.04

Gráfico 7 Estructura del mercado financiero excluyendo a los bancos, 1997-2004

100%

Mutuales 80%

Cooperativas

Otras FFP 60%

ONG 40%

FFP de microfinanzas y BancoSol

20%

0% 1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

Jun.04

Fuente: Elaborado con información de la SBEF y Finrural. Notas: Ver nota gráfico 1. Gráfico 8 Participación relativa en el mercado de microfinanzas, 1997-2004 100%

80%

ONG 60%

Ecofuturo Fie Caja Los Andes

40%

Prodem BancoSol 20%

0% 1997

1998

1999

2000

2001

2002

Fuente: Elaborado con información de la SBEF y Finrural. Notas: Ver nota gráfico 1.

68

2003

Jun.04

Gráfico 9 Participación relativa en el mercado de microfinanzas excluyendo ONG, 1997-2004 100% 90% 80%

Ecofuturo 70%

Fie

60%

Caja Los Andes Prodem

50%

BancoSol

40% 30% 20% 10% 0% 1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

Jun.04

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 10 Cartera vigente como proporción del PIB, 1997-2003 0.60

0.50

0.40

Bancos sin BancoSol No bancos Total

0.30

0.20

0.10

0.00 1997

1998

1999

2000

2001

Fuente: Elaborado con información de la SBEF e INE.

69

2002

2003

Gráfico 11 Cartera vigente como proporción del PIB, 1997-2003 50.0 45.0

FFP de microfinanzas y BancoSol ONG Otras FFP Cooperativas Mutuales Bancos sin BancoSol

40.0 35.0 30.0 25.0 20.0 15.0 10.0 5.0 0.0 1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

Fuente: Elaborado con información de la SBEF, Finrural e INE. Gráfico 12 Cartera vigente como proporción del PIB excluyendo bancos, 1997-2003 4.0

3.5

3.0

2.5

2.0

1.5

1.0

0.5

0.0 1997

1998

1999

FFP de microfinanzas y BancoSol

2000

ONG

Otras FFP

2001

Fuente: Elaborado con información de la SBEF, Finrural e INE.

70

2002

Cooperativas

2003

Mutuales

Gráfico 13 Tasas de crecimiento del PIB y las carteras vigentes, 1998-2003 30.00

20.00

10.00

0.00 1998

1999

2000

2001

2002

2003

-10.00

-20.00

-30.00

Pib real

FFP de microfinanzas

Bancos sin BancoSol

Fuente: Elaborado con información de la SBEF, Finrural e INE. Gráfico 14 Tasas de crecimiento del PIB y carteras vigentes, 1998-2003 40.00

30.00

20.00

10.00

0.00 1998

1999

2000

2001

2002

2003

-10.00

-20.00

-30.00

Pib real #

BancoSol y Prodem

Caja Los Andes y Fie

Fuente: Elaborado con información de la SBEF, Finrural e INE.

71

Ong

Bancos

Gráfico 15 Tasas de crecimiento de las carteras y el PIB, 1998-2003 40.00

30.00

PORCENTAJE

20.00

10.00

0.00 1998

1999

2000

2001

2002

2003

-10.00

-20.00

-30.00

Pib real #

BancoSol

BancoSol y Prodem

Caja Los Andes y Fie

Ong

Bancos

Caja Los Andes

Fuente: Elaborado con información de la SBEF, Finrural e INE. Gráfico 16 Número de clientes de microfinanzas, 1996-2003 jun.04

64,359

PERIODOS

dic.03

132,674

56,707

113,275

dic.02

51,401

106,114

dic.01

53,811

94,020

dic.00

60,976

dic.99

156,478

95,470

138,916

88,210

71,749 0

152,668

103,060

76,216

dic.96

162,538

147,817

81,555

dic.97

144,792

106,745

73,073

dic.98

166,511

107,390

62,596

50,000

100,000

83,767 150,000

200,000

250,000

300,000

350,000

NÚMERO DE CLIENTES

Banco Sol

FFP de microfinanzas

Fuente: Elaborado con información de la SBEF y Finrural. Notas: Ver nota gráfico 1.

72

ONG

400,000

Gráfico 17 Proporción de clientes rurales de cartera, 1996-2003 90 80.7 80

75.8

73.6

OMF Reguladas ONG

72.8

70.5

68.7

70

67.2

PORCENTAJE

60 50.5 50

40

30

26.4

25.3

23.3

21.0

20.1

20

18.7

16.4

15.5

10

0 1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF y Finrural.

Gráfico 18 Número de prestatarios rurales, 1996-2003

140.0

OMF Reguladas ONG

120.0

115.2

111.1

97.9

100.0

109.2 101.6

MILES DE CLIENTES

90.1 81.4 80.0 67.6 60.0 46.7

44.1

38.2

40.0

34.2 27.6

27.0

25.8

26.8

20.0

1996

1997

1998

1999

2000

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF y Finrural.

73

2001

2002

2003

Gráfico 19 Proporción de mujeres en la cartera urbana, 1999-2003 90 78.7

77.3

80

77.0

76.7

OMF Reguladas ONG 76.7

70 62.4 58.2

60

57.4

PORCENTAJE

54.4

54.4

50

40

30

20

10

0 1999

2000

2001

2002

2003

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF y Finrural.

Gráfico 20 Proporción de mujeres en la cartera rural, 1999-2003 70

60

PORCENTAJE

57.3

48.5

50

62.7

60.9

OMF Reguladas ONG

50.2

40.0

40

40.9

39.9

33.9 30

20

10

10.1

0 1999

2000

2001 PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF y Finrural.

74

2002

2003

Gráfico 21 Evolución del tamaño promedio de préstamo de las organizaciones reguladas tradicionales de microfinanzas y otros FFP, 1995-2004. 4,000

3,500

DÓLARES AMERICANOS

3,000

2,500 OMF

2,000

OTROS FFP

1,500

1,000

500

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

DIC/01

JUN/02

JUN/01

DIC/00

JUN/00

DIC/99

DIC/98

JUN/99

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

DIC/95

JUN/96

-

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 22 Evolución del tamaño promedio de préstamo de cada organización regulada tradicional de microfinanzas, 1995-2004 3,000 BANCOSOL

DÓLARES AMERICANOS

2,500

LOS ANDES

2,000

1,500

FIE

1,000 ECOFUTURO

500 PRODEM

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

75

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

DIC/01

JUN/02

JUN/01

DIC/00

JUN/00

DIC/99

DIC/98

JUN/99

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

DIC/95

JUN/96

-

Gráfico 23 Otros FFP Evolución del crédito promedio, 1995-2004 30,000

ACCESO

DÓLARES AMERICANOS

25,000

20,000 FASSIL

15,000

COMUNIDAD

10,000

5,000 FORTALEZA

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

DIC/99

JUN/00

JUN/99

DIC/98

DIC/97

JUN/98

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

-

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 24 OMF Reguladas Evolución de cartera estratificada por monto, 1995-2004

MILES DE DOLARES

350,000

Mayores a US$ 100.001

300,000

Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

250,000

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000 Entre US$ 10.001 y US$ 20.000

200,000

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000

150,000

Entre US$ 1.001 y US$ 5.000 100,000 Entre US$ 501 y US$ 1.000 50,000 Menores a US$ 500

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

76

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

JUN/00

DIC/99

JUN/99

DIC/98

DIC/97

JUN/98

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

-

Gráfico 25 OMF Reguladas Evolución de la participación de cartera estratificada por monto, 1995-2004 100%

Mayores a US$ 100.001

90% Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

80%

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000

MILES DE DOLARES

70%

Entre US$ 10.001 y US$ 20.000

60% 50%

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000

40% Entre US$ 1.001 y US$ 5.000

30% 20%

Entre US$ 501 y US$ 1.000

10%

Menores a US$ 500

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

DIC/99

JUN/00

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

0%

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 26 OMF Reguladas Evolución de clientes de cartera estratificados por monto, 1995-2004 250,000

Mayores a US$ 100.001 Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

NÚMERO DE CLIENTES

200,000

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000 150,000

Entre US$ 10.001 y US$ 20.000 Entre US$ 5.001 y US$ 10.000

100,000 Entre US$ 1.001 y US$ 5.000 Entre US$ 501 y US$ 1.000

50,000

Menores a US$ 500

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

77

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

JUN/00

DIC/99

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

-

Gráfico 27 OMF Reguladas Evolución de la participación de clientes de cartera estratificados por monto, 1995-2004 100%

Mayores a US$ 100.001 Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

NÚMERO DE CLIENTES

80%

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000 60%

Entre US$ 10.001 y US$ 20.000 Entre US$ 5.001 y US$ 10.000

40%

Entre US$ 1.001 y US$ 5.000 Entre US$ 501 y US$ 1.000

20%

Menores a US$ 500 JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

DIC/99

JUN/00

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

0%

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 28 BancoSol Evolución de cartera estratificada por monto, 1995-2004 120,000

Mayores a US$ 100.001 Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

100,000

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000

MILES DE DOLARES

80,000

Entre US$ 10.001 y US$ 20.000 60,000

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000 Entre US$ 1.001 y US$ 5.000

40,000

Entre US$ 501 y US$ 1.000

20,000

Menores a US$ 500

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

78

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

JUN/00

DIC/99

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

-

Gráfico 29 BancoSol Evolución de la participación de cartera estratificada por monto, 1995-2004 100%

Mayores a US$ 100.001 Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

MILES DE DOLARES

80%

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000 Entre US$ 10.001 y US$ 20.000

60%

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000 40% Entre US$ 1.001 y US$ 5.000 Entre US$ 501 y US$ 1.000

20%

Menores a US$ 500

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

DIC/99

JUN/00

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

0%

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 30 BancoSol Evolución de clientes de cartera estratificados por monto, 1995-2004 90,000

Mayores a US$ 100.001

NÚMERO DE CLIENTES

80,000

70,000

Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

60,000

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000 Entre US$ 10.001 y US$ 20.000

50,000

40,000

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000

30,000

Entre US$ 1.001 y US$ 5.000

20,000

Entre US$ 501 y US$ 1.000

10,000

Menores a US$ 500

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

79

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

JUN/00

DIC/99

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

-

Gráfico 31 BancoSol Evolución de la participación de clientes de cartera estratificados por monto, 1995-2004 100%

Mayores a US$ 100.001 Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

NÚMERO DE CLIENTES

80%

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000 60%

Entre US$ 10.001 y US$ 20.000 Entre US$ 5.001 y US$ 10.000

40%

Entre US$ 1.001 y US$ 5.000 Entre US$ 501 y US$ 1.000

20%

Menores a US$ 500 JUN/04

DIC/03

DIC/02

JUN/03

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

JUN/00

DIC/99

DIC/98

JUN/99

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

0%

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 32 Los Andes Evolución de cartera estratificada por monto, 1995-2004 120,000

Mayores a US$ 100.001 Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

100,000

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000

MILES DE DOLARES

80,000

Entre US$ 10.001 y US$ 20.000

60,000

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000 40,000

Entre US$ 1.001 y US$ 5.000 Entre US$ 501 y US$ 1.000

20,000

Menores a US$ 500

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

80

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

JUN/00

DIC/99

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

-

Gráfico 33 Los Andes Evolución de la participación de cartera estratificada por monto, 1995-2004 100%

Mayores a US$ 100.001 Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

MILES DE DOLARES

80%

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000 Entre US$ 10.001 y US$ 20.000

60%

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000 40% Entre US$ 1.001 y US$ 5.000 Entre US$ 501 y US$ 1.000

20%

Menores a US$ 500

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

DIC/99

JUN/00

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

0%

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 34 Los Andes Evolución de clientes de cartera estratificados por monto, 1995-2004 70,000 Mayores a US$ 100.001 60,000

Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

NÚMERO DE CLIENTES

50,000

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000 Entre US$ 10.001 y US$ 20.000

40,000

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000

30,000

Entre US$ 1.001 y US$ 5.000

20,000

Entre US$ 501 y US$ 1.000

10,000

Menores a US$ 500

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

81

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

JUN/00

DIC/99

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

-

Gráfico 35 Los Andes Evolución de la participación de clientes de cartera estratificados por monto, 1995-2004 100%

Mayores a US$ 100.001 Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

NÚMERO DE CLIENTES

80%

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000 Entre US$ 10.001 y US$ 20.000

60%

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000 40% Entre US$ 1.001 y US$ 5.000 Entre US$ 501 y US$ 1.000

20%

Menores a US$ 500 JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

DIC/99

JUN/00

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

0%

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 36 FIE Evolución de cartera estratificada por monto, 1995-2004 50,000

Mayores a US$ 100.001

MILES DE DOLARES

45,000 40,000

Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

35,000

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000

30,000

Entre US$ 10.001 y US$ 20.000

25,000

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000

20,000 Entre US$ 1.001 y US$ 5.000

15,000

Entre US$ 501 y US$ 1.000

10,000 5,000

Menores a US$ 500

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

82

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

JUN/00

DIC/99

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

-

Gráfico 37 FIE Evolución de la participación de cartera estratificada por monto, 1995-2004 100%

Mayores a US$ 100.001

90%

Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

MILES DE DOLARES

80% 70%

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000

60%

Entre US$ 10.001 y US$ 20.000

50%

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000

40%

Entre US$ 1.001 y US$ 5.000

30%

Entre US$ 501 y US$ 1.000

20% 10%

Menores a US$ 500 JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

DIC/99

JUN/00

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

0%

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 38 FIE Evolución de clientes de cartera estratificados por monto, 1995-2004 40,000

Mayores a US$ 100.001

35,000

Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

NÚMERO DE CLIENTES

30,000

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000

25,000

Entre US$ 10.001 y US$ 20.000

20,000

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000 15,000 Entre US$ 1.001 y US$ 5.000 10,000 Entre US$ 501 y US$ 1.000 5,000 Menores a US$ 500

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

83

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

JUN/00

DIC/99

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

-

Gráfico 39 FIE Evolución de la participación de clientes de cartera estratificados por monto, 1995-2004 100%

Mayores a US$ 100.001 Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

NÚMERO DE CLIENTES

80%

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000 Entre US$ 10.001 y US$ 20.000

60%

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000 40% Entre US$ 1.001 y US$ 5.000 Entre US$ 501 y US$ 1.000

20%

Menores a US$ 500

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

DIC/99

JUN/00

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

0%

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 40 Prodem Evolución de cartera estratificada por monto, 1995-2004

80,000

Mayores a US$ 100.001 70,000 Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

MILES DE DOLARES

60,000

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000

50,000

Entre US$ 10.001 y US$ 20.000

40,000

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000

30,000

Entre US$ 1.001 y US$ 5.000

20,000

Entre US$ 501 y US$ 1.000

10,000

Menores a US$ 500

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

84

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

JUN/00

DIC/99

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

-

Gráfico 41 Prodem Evolución de la participación de cartera estratificada por monto, 1995-2004

100%

Mayores a US$ 100.001 Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

80%

MILES DE DOLARES

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000 Entre US$ 10.001 y US$ 20.000

60%

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000 40% Entre US$ 1.001 y US$ 5.000 Entre US$ 501 y US$ 1.000

20%

Menores a US$ 500

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

DIC/99

JUN/00

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

0%

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 42 Prodem Evolución de clientes de cartera estratificados por monto, 1995-2004 40,000

Mayores a US$ 100.001

35,000

Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

NÚMERO DE CLIENTES

30,000

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000

25,000

Entre US$ 10.001 y US$ 20.000

20,000

Entre US$ 5.001 y US$ 10.000 15,000 Entre US$ 1.001 y US$ 5.000 10,000 Entre US$ 501 y US$ 1.000 5,000 Menores a US$ 500

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

85

JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

JUN/00

DIC/99

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

-

Gráfico 43 Prodem Evolución de la participación de clientes de cartera estratificados por monto, 1995-2004 100%

Mayores a US$ 100.001 Entre US$ 50.001 y US$ 100.000

NÚMERO DE CLIENTES

80%

Entre US$ 20.001 y US$ 50.000 60%

Entre US$ 10.001 y US$ 20.000 Entre US$ 5.001 y US$ 10.000

40%

Entre US$ 1.001 y US$ 5.000 Entre US$ 501 y US$ 1.000

20%

Menores a US$ 500 JUN/04

DIC/03

JUN/03

DIC/02

JUN/02

DIC/01

JUN/01

DIC/00

DIC/99

JUN/00

JUN/99

DIC/98

JUN/98

DIC/97

JUN/97

DIC/96

JUN/96

DIC/95

0%

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 44 OMF Reguladas Evolución de la estructura de cartera estratificada por tipo de garantía, 2000-2004 100% SIN GARANTIA (SOLA FIRMA) GARANTIA PERSONAL

80%

PARTICIPACIÓN PORCENTUAL

OTRAS GARANTIAS

GARANTIAS DE OTRAS ENTIDADES FINANCIERAS

60%

DEPOSITOS EN LA ENTIDAD FINANCIERA BONOS DE PRENDA (WARRANT)

40%

PRENDARIA

20%

TITULOS VALORES

HIPOTECARIA

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

86

JUN-04

MAR-04

DIC-03

SEP-03

JUN-03

MAR-03

DIC-02

SEP-02

JUN-02

MAR-02

DIC-01

SEP-01

JUN-01

MAR-01

DIC-00

0%

Gráfico 45 BancoSol Evolución de la estructura de cartera estratificada por tipo de garantía, 2000-2004 100% SIN GARANTIA (SOLA FIRMA) GARANTIA PERSONAL

80%

PARTICIPACIÓN PORCENTUAL

OTRAS GARANTIAS

GARANTIAS DE OTRAS ENTIDADES FINANCIERAS

60%

DEPOSITOS EN LA ENTIDAD FINANCIERA

40%

BONOS DE PRENDA (WARRANT) PRENDARIA

20%

TITULOS VALORES

HIPOTECARIA

JUN-04

MAR-04

DIC-03

SEP-03

JUN-03

MAR-03

DIC-02

SEP-02

JUN-02

MAR-02

DIC-01

SEP-01

JUN-01

MAR-01

DIC-00

0%

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 46 Los Andes Evolución de la estructura de cartera estratificada por tipo de garantía, 2000-2004 100% SIN GARANTIA (SOLA FIRMA) GARANTIA PERSONAL

80%

PARTICIPACIÓN PORCENTUAL

OTRAS GARANTIAS

GARANTIAS DE OTRAS ENTIDADES FINANCIERAS

60%

DEPOSITOS EN LA ENTIDAD FINANCIERA

40%

BONOS DE PRENDA (WARRANT) PRENDARIA

20%

TITULOS VALORES

HIPOTECARIA

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

87

JUN-04

MAR-04

DIC-03

SEP-03

JUN-03

MAR-03

DIC-02

SEP-02

JUN-02

MAR-02

DIC-01

SEP-01

JUN-01

MAR-01

DIC-00

0%

Gráfico 47 FIE Evolución de la estructura de cartera estratificada por tipo de garantía, 2000-2004 100% SIN GARANTIA (SOLA FIRMA)

90%

GARANTIA PERSONAL

80%

PARTICIPACIÓN PORCENTUAL

OTRAS GARANTIAS

70% 60%

GARANTIAS DE OTRAS ENTIDADES FINANCIERAS

50%

DEPOSITOS EN LA ENTIDAD FINANCIERA

40%

BONOS DE PRENDA (WARRANT)

30%

PRENDARIA

20%

TITULOS VALORES

10% HIPOTECARIA

JUN-04

MAR-04

DIC-03

SEP-03

JUN-03

MAR-03

DIC-02

SEP-02

JUN-02

MAR-02

DIC-01

SEP-01

JUN-01

MAR-01

DIC-00

0%

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 48 EcoFuturo Evolución de la estructura de cartera estratificada por tipo de garantía, 2000-2004 100% SIN GARANTIA (SOLA FIRMA) GARANTIA PERSONAL

80%

PARTICIPACIÓN PORCENTUAL

OTRAS GARANTIAS

GARANTIAS DE OTRAS ENTIDADES FINANCIERAS

60%

DEPOSITOS EN LA ENTIDAD FINANCIERA

40%

BONOS DE PRENDA (WARRANT) PRENDARIA

20%

TITULOS VALORES

HIPOTECARIA

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

88

JUN-04

MAR-04

DIC-03

SEP-03

JUN-03

MAR-03

DIC-02

SEP-02

JUN-02

MAR-02

DIC-01

SEP-01

JUN-01

MAR-01

DIC-00

0%

Gráfico 49 Prodem Evolución de la estructura de cartera estratificada por tipo de garantía, 2000-2004 100% SIN GARANTIA (SOLA FIRMA) GARANTIA PERSONAL

80%

PARTICIPACIÓN PORCENTUAL

OTRAS GARANTIAS

GARANTIAS DE OTRAS ENTIDADES FINANCIERAS

60%

DEPOSITOS EN LA ENTIDAD FINANCIERA

40%

BONOS DE PRENDA (WARRANT) PRENDARIA

20%

TITULOS VALORES

HIPOTECARIA

JUN-04

MAR-04

DIC-03

SEP-03

JUN-03

MAR-03

DIC-02

SEP-02

JUN-02

MAR-02

DIC-01

SEP-01

JUN-01

MAR-01

DIC-00

0%

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 50 OMF Reguladas Evolución de cartera estratificada por tipo de garantía, 2000-2004 SIN GARANTIA (SOLA FIRMA)

GARANTIA PERSONAL

OTRAS GARANTIAS

GARANTIAS DE OTRAS ENTIDADES FINANCIERAS

DEPOSITOS EN LA ENTIDAD FINANCIERA

BONOS DE PRENDA (WARRANT)

PRENDARIA

TITULOS VALORES

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

89

JUN-04

MAR-04

DIC-03

SEP-03

JUN-03

MAR-03

DIC-02

SEP-02

JUN-02

MAR-02

DIC-01

SEP-01

JUN-01

MAR-01

DIC-00

HIPOTECARIA

Gráfico 51 BancoSol Evolución de cartera estratificada por tipo de garantía, 2000-2004

SIN GARANTIA (SOLA FIRMA) GARANTIA PERSONAL

OTRAS GARANTIAS

GARANTIAS DE OTRAS ENTIDADES FINANCIERAS DEPOSITOS EN LA ENTIDAD FINANCIERA BONOS DE PRENDA (WARRANT) PRENDARIA

TITULOS VALORES

JUN-04

MAR-04

DIC-03

SEP-03

JUN-03

MAR-03

DIC-02

SEP-02

JUN-02

MAR-02

DIC-01

SEP-01

JUN-01

MAR-01

DIC-00

HIPOTECARIA

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 52 Los Andes Evolución de cartera estratificada por tipo de garantía, 2000-2004

SIN GARANTIA (SOLA FIRMA) GARANTIA PERSONAL

OTRAS GARANTIAS

GARANTIAS DE OTRAS ENTIDADES FINANCIERAS DEPOSITOS EN LA ENTIDAD FINANCIERA BONOS DE PRENDA (WARRANT) PRENDARIA

TITULOS VALORES

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

90

JUN-04

MAR-04

DIC-03

SEP-03

JUN-03

MAR-03

DIC-02

SEP-02

JUN-02

MAR-02

DIC-01

SEP-01

JUN-01

MAR-01

DIC-00

HIPOTECARIA

Gráfico 53 FIE Evolución de cartera estratificada por tipo de garantía, 2000-2004 SIN GARANTIA (SOLA FIRMA) GARANTIA PERSONAL

OTRAS GARANTIAS

GARANTIAS DE OTRAS ENTIDADES FINANCIERAS DEPOSITOS EN LA ENTIDAD FINANCIERA BONOS DE PRENDA (WARRANT) PRENDARIA

TITULOS VALORES

JUN-04

MAR-04

DIC-03

SEP-03

JUN-03

MAR-03

DIC-02

SEP-02

JUN-02

MAR-02

DIC-01

SEP-01

JUN-01

MAR-01

DIC-00

HIPOTECARIA

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 54 Prodem Evolución de cartera estratificada por tipo de garantía, 2000-2004 SIN GARANTIA (SOLA FIRMA) GARANTIA PERSONAL

OTRAS GARANTIAS

GARANTIAS DE OTRAS ENTIDADES FINANCIERAS DEPOSITOS EN LA ENTIDAD FINANCIERA BONOS DE PRENDA (WARRANT) PRENDARIA

TITULOS VALORES

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

91

JUN-04

MAR-04

DIC-03

SEP-03

JUN-03

MAR-03

DIC-02

SEP-02

JUN-02

MAR-02

DIC-01

SEP-01

JUN-01

MAR-01

DIC-00

HIPOTECARIA

Gráfico 55 Evolución de la tasa de interés activa efectiva, 1992-2004 70.0%

60.0%

TASA DE INTERÉS

50.0%

40.0% OMF Reguladas BANCOS (S/BSO)

30.0%

20.0%

10.0%

Oct-2003

Mar-2004

May-2003

Jul-2002

Dic-2002

Feb-2002

Abr-2001

Sep-2001

Jun-2000

Nov-2000

Ene-2000

Ago-1999

Oct-1998

Mar-1999

May-1998

Jul-1997

Dic-1997

Feb-1997

Abr-1996

Sep-1996

Jun-1995

Nov-1995

Ene-1995

Ago-1994

Oct-1993

Mar-1994

Dic-1992

May-1993

0.0%

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: La tasa de interés activa efectiva se calcula como la razón de los productos de cartera (incluyendo comisiones) de los últimos doce meses y la cartera promedio de los últimos doce meses.

Gráfico 56 OMF Reguladas Evolución de la tasa de interés activa efectiva, 1992-2004 70.00%

60.00%

TASA DE INTERÉS

50.00%

BANCOSOL LOS ANDES FIE ECOFUTURO PRODEM

40.00%

30.00%

20.00%

10.00%

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: Ver nota gráfico 55.

92

Mar-2004

Oct-2003

May-2003

Dic-2002

Jul-2002

Feb-2002

Abr-2001

Sep-2001

Nov-2000

Jun-2000

Ene-2000

Ago-1999

Mar-1999

Oct-1998

May-1998

Dic-1997

Jul-1997

Feb-1997

Abr-1996

Sep-1996

Nov-1995

Jun-1995

Ene-1995

Ago-1994

Oct-1993

Mar-1994

Dic-1992

May-1993

0.00%

Gráfico 57 Evolución del índice de Gastos Administrativos, 1992-2004 30.0%

25.0%

ÍNDICE

20.0%

15.0%

BANCOS S/BSO OMF REGULADAS

10.0%

5.0%

Abr-2004

Oct-2003

Abr-2003

Oct-2002

Abr-2002

Oct-2001

Abr-2001

Oct-2000

Abr-2000

Oct-1999

Abr-1999

Oct-1998

Abr-1998

Oct-1997

Abr-1997

Oct-1996

Abr-1996

Oct-1995

Abr-1995

Oct-1994

Abr-1994

Oct-1993

Abr-1993

Oct-1992

Abr-1992

0.0%

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: El índice de gastos administrativos se calcula como la razón de los gastos administrativos de los últimos doce meses y la cartera promedio de los últimos doce meses.

Gráfico 58 OMF Reguladas Evolución del índice de gastos administrativos, 1992-2004 35.0%

30.0%

ÍNDICE

25.0%

BANCOSOL LOS ANDES FIE ECOFUTURO PRODEM

20.0%

15.0%

10.0%

5.0%

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: Ver nota gráfico 58.

93

May-2004

Dic-2003

Jul-2003

Feb-2003

Sep-2002

Abr-2002

Nov-2001

Jun-2001

Ene-2001

Ago-2000

Oct-1999

Mar-2000

Dic-1998

May-1999

Jul-1998

Feb-1998

Sep-1997

Abr-1997

Nov-1996

Jun-1996

Ene-1996

Ago-1995

Mar-1995

Oct-1994

Dic-1993

May-1994

Jul-1993

Feb-1993

Abr-1992

Sep-1992

0.0%

Gráfico 59 Cartera reprogramada a junio/2004

40.0%

35.0%

34.4%

30.0%

25.0%

20.0%

15.0%

13.9% 11.9%

10.0%

8.4% 6.9%

5.0%

3.4%

0.0% BANCOS COMERCIALES

FFP CONSUMO

COOPERATIVAS

FFP PYME

MUTUALES

FFP MICROFIN + BSO

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: Proporción medida como el cociente de cartera reprogramada (vigente, vencida ejecución) respecto a la cartera bruta y cartera reprogramada.

Gráfico 60 Índice de mora de cartera reprogramada a junio/2004 60.0% 56.3%

50.0%

40.0%

30.0%

27.9% 24.7%

24.0%

23.4%

20.0% 14.9%

10.0%

0.0% FFP CONSUMO

COOPERATIVAS

BANCOS COMERCIALES

FFP PYME

FFP MICROFIN + BSO

MUTUALES

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: Índice dado por la mora de la cartera reprogramada respecto al total de cartera reprogramada.

94

Gráfico 61 Mora en el sistema financiero, 1997-2004 50.0%

45.0%

40.0%

35.0%

30.0% Bcos Comerciales FFP de microf y BS ONG

25.0%

20.0%

15.0%

10.0%

5.0%

0.0% Dic.97

Dic.98

Dic.99

Dic.00

Dic.01

Dic.02

Dic.03

Jun.04

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Notas: Índice dado por el cociente de la mora de cartera respecto a cartera bruta. Debido a la falta de información a junio 2004 para las ONG, se ha estimado un crecimiento de cartera del 15 por ciento respecto a diciembre 2003. La línea segmentada horizontal refleja el valor constante asumido en la estimación. Gráfico 62 Mora en el sistema financiero (incluyendo total cartera reprogramada), 1997-2004 50.0%

45.0%

40.0%

35.0%

30.0% Bcos Comerciales FFP de microf y BS ONG

25.0%

20.0%

15.0%

10.0%

5.0%

0.0% Dic.97

Dic.98

Dic.99

Dic.00

Dic.01

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: Ver nota gráfico 61.

95

Dic.02

Dic.03

Jun.04

Gráfico 63 Mora en el sistema financiero (incluyendo cartera reprogramada en mora), 1997-2004 50.0%

45.0%

40.0%

35.0%

30.0% Bcos Comerciales FFP de microf y BS ONG

25.0%

20.0%

15.0%

10.0%

5.0%

0.0% Dic.97

Dic.98

Dic.99

Dic.00

Dic.01

Dic.02

Dic.03

Jun.04

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: Ver nota gráfico 61.

Gráfico 64 Mora en el sistema financiero, 1997-2004 0.50

0.45

0.40

Cartera mora/cartera bruta

0.35

0.30

0.25

0.20

0.15

0.10

0.05

0.00 Dic.97

Dic.98

Dic.99

Dic.00

Dic.01

Dic.02

Dic.03

Jun.04

Nota: se excluyen los FFP que no son de microfinanzas

Bcos Comerciales

Mutuales

Cooperativas

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: Ver nota gráfico 61.

96

FFP de microf y BS

ONG

Gráfico 65 Mora en el sistema financiero (incluyendo total cartera reprogramada), 1997-2004 0.50 0.45

Cartera mora/cartera bruta

0.40 0.35 0.30 0.25 0.20 0.15 0.10 0.05 0.00 Dic.97

Dic.98

Dic.99

Dic.00

Dic.01

Dic.02

Dic.03

Jun.04

Nota: se excluyen las FFP que no son de microfinanzas

Bcos Comerciales

Mutuales

Cooperativas

FFP de microf y BS

ONG

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: Ver nota gráfico 61.

Gráfico 66 Mora en el sistema financiero (incluyendo cartera reprogramada en mora), 1997-2004

0.50 0.45

Cartera mora/cartera bruta

0.40 0.35 0.30 0.25 0.20 0.15 0.10 0.05 0.00 Dic.97

Dic.98

Dic.99

Dic.00

Dic.01

Dic.02

Dic.03

Jun.04

Nota: se excluyen las FFP que no son de microfinanzas Bcos Comerciales

Mutuales

Cooperativas

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: Ver nota gráfico 61.

97

FFP de microf y BS

ONG

Gráfico 67 Depósitos del público por tipo de entidad, 1997-2004 500,000

4,000,000

450,000

3,500,000

400,000 3,000,000

MILES DE DÓLARES

350,000 2,500,000

300,000 250,000

2,000,000

200,000

1,500,000

150,000 1,000,000 100,000 500,000

50,000

BCOS EXTRANJEROS

Apr-04

Jan-04

Jul-03

COOPERATIVAS

Oct-03

Apr-03

Jan-03

Jul-02

Oct-02

Apr-02

Jan-02

Jul-01

FONDOS

Oct-01

Apr-01

Jan-01

Jul-00

MUTUALES

Oct-00

Apr-00

Jan-00

Jul-99

Oct-99

Apr-99

Jan-99

Jul-98

Oct-98

Apr-98

Jan-98

Jul-97

Oct-97

Apr-97

Jan-97

-

BCOS NALES

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 68 Tasas de crecimiento de depósitos por sistema, 1997-2004 0.2 0.15 0.1 0.05 0 -0.05 -0.1 -0.15 -0.2 -0.25

BCOS NALES

FONDOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

98

COOPERATIVAS

May-

Feb-04

Nov-

May-

Aug-03

Feb-03

Nov-

Aug-02

May-

Feb-02

Nov-

Aug-01

May-

Nov-

MUTUALES

Feb-01

Aug-00

May-

Feb-00

Nov-

Aug-99

May-

Feb-99

Nov-

May-

Aug-98

Feb-98

Nov-

May-

Aug-97

Feb-97

-0.3

Gráfico 69 Evolución de depósitos en caja de ahorro, 1997-2004

60,000

900,000

800,000 50,000 700,000

MILES DE DÓLARES

40,000

600,000

500,000 30,000 400,000

20,000

300,000

200,000 10,000 100,000

FDOS MICRO

FDOS CONS+PYME

BCOS EXTR

Apr-04

Jan-04

Jul-03

BCOS NALES

Oct-03

Apr-03

Jan-03

Jul-02

Oct-02

Apr-02

Jan-02

Jul-01

Oct-01

Apr-01

Jan-01

Jul-00

Oct-00

Apr-00

Jan-00

Jul-99

Oct-99

Apr-99

Jan-99

Jul-98

Oct-98

Apr-98

Jan-98

Jul-97

Oct-97

Apr-97

Jan-97

-

MUTUALES

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 70 Evolución de depósitos a plazo fijo, 1997-2004

MILES DE DÓLARES

250,000

2,500,000

200,000

2,000,000

150,000

1,500,000

100,000

1,000,000

50,000

500,000

FDOS MICRO

FDOS PYME+CONS

MUTUALES

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

99

BCOS EXTR

Apr-04

Jan-04

Oct-03

Jul-03

Apr-03

Jan-03

Oct-02

Jul-02

Apr-02

Jan-02

Oct-01

Jul-01

Apr-01

Jan-01

Oct-00

Jul-00

Apr-00

Jan-00

Oct-99

Jul-99

Apr-99

Jan-99

Oct-98

Jul-98

Apr-98

Jan-98

Oct-97

Jul-97

Apr-97

Jan-97

-

BCOS NALES

PRODEM

FIE

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

100

ECOFUTURO

FLA

BSO

Apr-04

FLA

Jan-04

Oct-03

Jul-03

Apr-03

Jan-03

Oct-02

ECOFUTURO

Jul-02

Apr-02

Jan-02

Oct-01

Jul-01

Apr-01

Jan-01

FIE

Oct-00

Jul-00

Apr-00

Jan-00

Oct-99

Jul-99

PRODEM

Apr-99

Jan-99

60,000

Oct-98

Apr-04

Jan-04

Oct-03

Jul-03

Apr-03

Jan-03

Oct-02

Jul-02

Apr-02

Jan-02

Oct-01

Jul-01

Apr-01

Jan-01

Oct-00

Jul-00

Apr-00

Jan-00

Oct-99

Jul-99

Apr-99

Jan-99

Oct-98

Jul-98

Apr-98

Jan-98

Oct-97

Jul-97

Apr-97

Jan-97

MILES DE DÓLARES

25,000

Jul-98

Apr-98

Jan-98

Oct-97

Jul-97

Apr-97

Jan-97

En miles de $us

Gráfico 71

OMF Evolución de dépositos en caja de ahorro, 1997-2004

20,000

15,000

10,000

5,000

-

BSO

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 72

OMF Evolución de dépositos a plazo fijo, 1997-2004

50,000

40,000

30,000

20,000

10,000

-

Gráfico 73 Depósitos en caja de ahorro Participación de mercado a enero/1997

0.4%

31.7%

BCOS NALES FDOS MICRO FDOS CONS+PYME MUTUALES BCOS EXTR

0.1%

66.9%

0.9%

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 74 Depósitos en caja de ahorro Participación de mercado a junio/2004

0.7% 21.2%

BCOS NALES FDOS MICRO FDOS CONS+PYME MUTUALES BCOS EXTR

0.9% 5.4%

71.8%

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

101

Gráfico 75 Depósitos a plazo fijo Participación de mercado a enero/1997

6.6%

1.7%

1.4% 2.0%

BCOS NALES FDOS MICRO FDOS PYME+CONS MUTUALES BCOS EXTR

88.3%

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 76 Depósitos a plazo fijo Participación de mercado a junio/2004

1.9% 14.8% BCOS NALES FDOS MICRO FDOS PYME+CONS MUTUALES BCOS EXTR

2.3%

10.9%

70.1%

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

102

Gráfico 77 Fondos Financieros Privados y BancoSol Evolución del número de clientes de cartera, 1992-2004 300,000 261,963

267,111

250,000

239,533 209,244

NÚMERO DE CLIENTES

202,258

195,407

200,000

173,865 169,979

182,604

150,000 129,671

100,000

81,246

48,751

50,000 29,729

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 78 Fondos Financieros Privados y BancoSol Composición de la evolución de clientes de cartera por entidad, 1992-2004 300,000

NÚMERO DE CLIENTES

250,000

200,000

FORTALEZA PRODEM ECOFUTURO FIE COMUNIDAD FASSIL LOS ANDES ACCESO BANCOSOL

150,000

100,000

50,000

DIC-92 DIC-93 DIC-94 DIC-95 DIC-96 DIC-97 DIC-98 DIC-99 DIC-00 DIC-01 DIC-02 DIC-03 JUN-04 PERIODOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

103

Gráfico 79 BancoSol Evolución de cartera bruta, 1992-2004 120

100

80

60

40

20

0

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

DIC-02

DIC-03

JUN-04

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Gráfico 80 Acceso Evolución de cartera bruta, 1992-2004 120

100

80

60

40

20

0

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

104

DIC-99

DIC-00

DIC-01

Gráfico 81 Los Andes Evolución de cartera bruta, 1992-2004 120

100

80

60

40

20

0

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

DIC-02

DIC-03

JUN-04

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Gráfico 82 FA$$IL Evolución de cartera bruta, 1992-2004 120

100

80

60

40

20

0

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

105

DIC-99

DIC-00

DIC-01

Gráfico 83 Fondo de la Comunidad Evolución de cartera bruta, 1992-2004 120

100

80

60

40

20

0

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

DIC-02

DIC-03

JUN-04

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Gráfico 84 FIE Evolución de cartera bruta, 1992-2004 120

100

80

60

40

20

0

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

106

DIC-99

DIC-00

DIC-01

Gráfico 85 EcoFuturo Evolución de cartera bruta, 1992-2004 120

100

80

60

40

20

0

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

DIC-02

DIC-03

JUN-04

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Gráfico 86 Prodem Evolución de cartera bruta, 1992-2004 120

100

80

60

40

20

0

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

107

DIC-99

DIC-00

DIC-01

Gráfico 87 Fortaleza Evolución de cartera bruta, 1992-2004 100

90

80

70

60

50

40

30

20

10

0

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

DIC-03

JUN-04

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Gráfico 88 BancoSol Evolución de clientes de cartera, 1992-2004 90,000

80,000

70,000

60,000

50,000

40,000

30,000

20,000

10,000

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

108

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

Gráfico 89 Acceso Evolución de clientes de cartera, 1992-2004 90,000

80,000

70,000

60,000

50,000

40,000

30,000

20,000

10,000

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

DIC-02

DIC-03

JUN-04

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Gráfico 90 Los Andes Evolución de clientes de cartera, 1992-2004 90,000

80,000

70,000

60,000

50,000

40,000

30,000

20,000

10,000

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

109

DIC-99

DIC-00

DIC-01

Gráfico 91 FA$$IL Evolución de clientes de cartera, 1992-2004 90,000

80,000

70,000

60,000

50,000

40,000

30,000

20,000

10,000

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

DIC-02

DIC-03

JUN-04

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 92 Fondo de la Comunidad Evolución de clientes de cartera, 1992-2004 90,000

80,000

70,000

60,000

50,000

40,000

30,000

20,000

10,000

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

110

DIC-99

DIC-00

DIC-01

Gráfico 93 FIE Evolución de clientes de cartera, 1992-2004 90,000

80,000

70,000

60,000

50,000

40,000

30,000

20,000

10,000

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

DIC-02

DIC-03

JUN-04

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 94 EcoFuturo Evolución de clientes de cartera, 1992-2004 90,000

80,000

70,000

60,000

50,000

40,000

30,000

20,000

10,000

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

111

DIC-99

DIC-00

DIC-01

Gráfico 95 Prodem Evolución de clientes de cartera, 1992-2004 90,000

80,000

70,000

60,000

50,000

40,000

30,000

20,000

10,000

DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

DIC-00

DIC-01

DIC-02

DIC-03

JUN-04

DIC-02

DIC-03

JUN-04

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 96 Fortaleza Evolución de clientes de cartera, 1992-2004 90000

80000

70000

60000

50000

40000

30000

20000

10000

0 DIC-92

DIC-93

DIC-94

DIC-95

DIC-96

DIC-97

DIC-98

DIC-99

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Gráfico 97 BancoSol

112

DIC-00

DIC-01

Evolución de cartera bruta, castigada en administración y reprogramada, 1992-2004 120.00

100.00

80.00

60.00

40.00

20.00

DIC/03

JUN/04

SEP/03

MAR/04

DIC/02

JUN/03

SEP/02

MAR/03

DIC/01

JUN/02

MAR/02

SEP/01

DIC/00

SEP/00

CARTERA CASTIGADA

MAR/01 JUN/01

DIC/99

JUN/00

SEP/99

MAR/00

DIC/98

JUN/99

MAR/99

SEP/98

DIC/97

JUN/98

MAR/98

JUN/97

SEP/97

DIC/96

SEP/96

MAR/97

DIC/95

CARTERA BRUTA

JUN/96

MAR/96

SEP/95

DIC/94

MAR/95 JUN/95

JUN/94

SEP/94

DIC/93

SEP/93

MAR/94

DIC/92

JUN/93

MAR/93

JUN/92

SEP/92

MAR/92

-

CARTERA REPROGRAMADA

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: La cartera reprogramada se reporta a partir de enero/2004. Gráfico 98 Acceso Evolución de cartera bruta, castigada en administración y reprogramada, 1992-2004 120.00

100.00

80.00

60.00

40.00

20.00

CARTERA BRUTA

ADMINISTRACION DE CARTERA

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: La cartera reprogramada se reporta a partir de enero/2004. Gráfico 99 Los Andes

113

CARTERA CASTIGADA

JUN/04

DIC/03

MAR/04

SEP/03

JUN/03

MAR/03

DIC/02

JUN/02

SEP/02

MAR/02

DIC/01

SEP/01

JUN/01

DIC/00

MAR/01

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

JUN/99

SEP/99

MAR/99

DIC/98

SEP/98

JUN/98

DIC/97

MAR/98

SEP/97

JUN/97

MAR/97

DIC/96

JUN/96

SEP/96

MAR/96

DIC/95

JUN/95

SEP/95

MAR/95

-

Evolución de cartera bruta, castigada en administración y reprogramada, 1992-2004 120.00

100.00

80.00

60.00

40.00

20.00

CARTERA BRUTA

JUN/04

DIC/03

MAR/04

JUN/03

SEP/03

DIC/02

MAR/03

JUN/02

SEP/02

DIC/01

MAR/02

JUN/01

CARTERA CASTIGADA

SEP/01

DIC/00

MAR/01

JUN/00

SEP/00

DIC/99

MAR/00

JUN/99

SEP/99

DIC/98

MAR/99

JUN/98

SEP/98

DIC/97

MAR/98

JUN/97

SEP/97

DIC/96

MAR/97

JUN/96

SEP/96

DIC/95

MAR/96

JUN/95

SEP/95

-

CARTERA REPROGRAMADA

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: La cartera reprogramada se reporta a partir de enero/2004. Gráfico 100 FA$$IL Evolución de cartera bruta, castigada en administración y reprogramada, 1992-2004 120.00

100.00

80.00

60.00

40.00

20.00

JUN/04

DIC/03

MAR/04

SEP/03

JUN/03

MAR/03

DIC/02

CARTERA REPROGRAMADA

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: La cartera reprogramada se reporta a partir de enero/2004. Gráfico 101 Fondo de la Comunidad

114

SEP/02

JUN/02

MAR/02

DIC/01

JUN/01

SEP/01

DIC/00

CARTERA CASTIGADA

MAR/01

JUN/00

SEP/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

JUN/99

MAR/99

DIC/98

JUN/98

CARTERA BRUTA

SEP/98

DIC/97

MAR/98

JUN/97

SEP/97

MAR/97

DIC/96

SEP/96

-

Evolución de cartera bruta, castigada en administración y reprogramada, 1992-2004 120.00

100.00

80.00

60.00

40.00

20.00

JUN/04

DIC/03

MAR/04

JUN/03

SEP/03

DIC/02

MAR/03

JUN/02

SEP/02

DIC/01

CARTERA CASTIGADA

MAR/02

JUN/01

SEP/01

DIC/00

MAR/01

JUN/00

SEP/00

DIC/99

MAR/00

JUN/99

CARTERA BRUTA

SEP/99

DIC/98

MAR/99

JUN/98

SEP/98

DIC/97

MAR/98

JUN/97

SEP/97

DIC/96

MAR/97

SEP/96

-

CARTERA REPROGRAMADA

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: La cartera reprogramada se reporta a partir de enero/2004. Gráfico 102 FIE Evolución de cartera bruta, castigada en administración y reprogramada, 1992-2004 120.00

100.00

80.00

60.00

40.00

20.00

CARTERA BRUTA

CARTERA CASTIGADA

JUN/04

MAR/04

DIC/03

SEP/03

JUN/03

MAR/03

CARTERA REPROGRAMADA

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: La cartera reprogramada se reporta a partir de enero/2004.

115

DIC/02

JUN/02

SEP/02

DIC/01

MAR/02

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

JUN/99

MAR/99

DIC/98

SEP/98

JUN/98

MAR/98

-

Gráfico 103 EcoFuturo Evolución de cartera bruta, castigada en administración y reprogramada, 1992-2004 120.00

100.00

80.00

60.00

40.00

20.00

CARTERA BRUTA

ADMINISTRACION DE CARTERA

CARTERA CASTIGADA

JUN/04

MAR/04

DIC/03

SEP/03

JUN/03

MAR/03

DIC/02

SEP/02

JUN/02

MAR/02

DIC/01

SEP/01

JUN/01

DIC/00

MAR/01

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

JUN/99

-

CARTERA REPROGRAMADA

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: La cartera reprogramada se reporta a partir de enero/2004. Gráfico 104 Prodem Evolución de cartera bruta, castigada en administración y reprogramada, 1992-2004 120.00

100.00

80.00

60.00

40.00

20.00

CARTERA BRUTA

ADMINISTRACION DE CARTERA

CARTERA CASTIGADA

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: La cartera reprogramada se reporta a partir de enero/2004.

116

JUN/04

MAR/04

DIC/03

SEP/03

JUN/03

MAR/03

DIC/02

SEP/02

JUN/02

MAR/02

DIC/01

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

-

CARTERA REPROGRAMADA

Gráfico 105 Fortaleza Evolución de cartera bruta, castigada en administración y reprogramada, 1992-2004 120.00

100.00

80.00

60.00

40.00

20.00

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: La cartera reprogramada se reporta a partir de enero/2004.

117

CARTERA REPROGRAMADA

JUN/04

DIC/03

MAR/04

JUN/03

SEP/03

DIC/02

MAR/03

JUN/02

SEP/02

DIC/01

CARTERA CASTIGADA

MAR/02

JUN/01

SEP/01

DIC/00

MAR/01

JUN/00

SEP/00

DIC/99

MAR/00

JUN/99

ADMINISTRACION DE CARTERA

SEP/99

DIC/98

MAR/99

JUN/98

SEP/98

DIC/97

MAR/98

JUN/97

SEP/97

DIC/96

MAR/97

JUN/96

CARTERA BRUTA

SEP/96

DIC/95

MAR/96

JUN/95

SEP/95

DIC/94

MAR/95

JUN/94

SEP/94

-

0%

118

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: índice dado por cartera en mora sobre cartera bruta. 30%

20%

10% SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

JUN/99

MAR/99

DIC/98

SEP/98

JUN/98

MAR/98

DIC/97

SEP/97

JUN/97

MAR/97

DIC/96

SEP/96

JUN/96

MAR/96

DIC/95

SEP/95

JUN/95

MAR/95

DIC/94

SEP/94

JUN/94

MAR/94

DIC/93

SEP/93

JUN/93

MAR/93

DIC/92

SEP/92

JUN/92

MAR/92

DIC/03 JUN/04

JUN/04

SEP/03 MAR/04

SEP/03

DIC/03

JUN/03

JUN/03

MAR/04

DIC/02 MAR/03

DIC/02

MAR/03

SEP/02

40%

SEP/02

50% DIC/01

60% JUN/02

70% MAR/02

80%

JUN/02

Gráfico 107 Acceso Evolución de la pesadez de cartera, 1992-2004

MAR/02

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: índice dado por cartera en mora sobre cartera bruta.

DIC/01

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

JUN/99

MAR/99

DIC/98

SEP/98

JUN/98

MAR/98

DIC/97

SEP/97

JUN/97

MAR/97

DIC/96

SEP/96

JUN/96

MAR/96

DIC/95

SEP/95

JUN/95

MAR/95

DIC/94

SEP/94

JUN/94

MAR/94

DIC/93

SEP/93

JUN/93

MAR/93

DIC/92

SEP/92

JUN/92

MAR/92

Gráfico 106 BancoSol Evolución de la pesadez de cartera, 1992-2004

80%

70%

60%

50%

40%

30%

20%

10%

0%

0%

119

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: índice dado por cartera en mora sobre cartera bruta. 30%

20%

10% SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

JUN/99

MAR/99

DIC/98

SEP/98

JUN/98

MAR/98

DIC/97

SEP/97

JUN/97

MAR/97

DIC/96

SEP/96

JUN/96

MAR/96

DIC/95

SEP/95

JUN/95

MAR/95

DIC/94

SEP/94

JUN/94

MAR/94

DIC/93

SEP/93

JUN/93

MAR/93

DIC/92

SEP/92

JUN/92

MAR/92

DIC/03 JUN/04

JUN/04

SEP/03 MAR/04

SEP/03

DIC/03

JUN/03

JUN/03

MAR/04

DIC/02 MAR/03

DIC/02

MAR/03

SEP/02

40%

SEP/02

50% DIC/01

60% JUN/02

70% MAR/02

80%

JUN/02

Gráfico 109 FA$$IL Evolución de la pesadez de cartera, 1992-2004

MAR/02

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: índice dado por cartera en mora sobre cartera bruta.

DIC/01

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

JUN/99

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DIC/98

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MAR/98

DIC/97

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DIC/96

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DIC/95

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MAR/95

DIC/94

SEP/94

JUN/94

MAR/94

DIC/93

SEP/93

JUN/93

MAR/93

DIC/92

SEP/92

JUN/92

MAR/92

Gráfico 108 Los Andes Evolución de índices de pesadez de cartera, 1992-2004

80%

70%

60%

50%

40%

30%

20%

10%

0%

120

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: índice dado por cartera en mora sobre cartera bruta. 50%

40%

30%

20%

10%

0% SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

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JUN/99

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DIC/96

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DIC/94

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DIC/93

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DIC/03 JUN/04

JUN/04

SEP/03 MAR/04

DIC/03

MAR/04

SEP/03

DIC/02 JUN/03

JUN/03

SEP/02 MAR/03

DIC/02

MAR/03

SEP/02

DIC/01

60% JUN/02

70% MAR/02

80%

JUN/02

Gráfico 111 FIE Evolución de la pesadez de cartera, 1992-2004

MAR/02

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: índice dado por cartera en mora sobre cartera bruta.

DIC/01

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

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DIC/97

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DIC/96

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DIC/95

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DIC/93

SEP/93

JUN/93

MAR/93

DIC/92

SEP/92

JUN/92

MAR/92

Gráfico 110 Fondo de la Comunidad Evolución de la pesadez de cartera, 1992-2004

80%

70%

60%

50%

40%

30%

20%

10%

0%

121

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: índice dado por cartera en mora sobre cartera bruta. 50%

40%

30%

20%

10%

0% SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

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MAR/00

DIC/99

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DIC/98

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DIC/96

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DIC/95

SEP/95

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MAR/95

DIC/94

SEP/94

JUN/94

MAR/94

DIC/93

SEP/93

JUN/93

MAR/93

DIC/92

SEP/92

JUN/92

MAR/92

DIC/03 JUN/04

JUN/04

SEP/03 MAR/04

DIC/03

MAR/04

SEP/03

DIC/02 JUN/03

JUN/03

SEP/02 MAR/03

DIC/02

MAR/03

SEP/02

DIC/01

60% JUN/02

70% MAR/02

80%

JUN/02

Gráfico 113 Prodem Evolución de la pesadez de cartera, 1992-2004

MAR/02

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: índice dado por cartera en mora sobre cartera bruta.

DIC/01

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

JUN/99

MAR/99

DIC/98

SEP/98

JUN/98

MAR/98

DIC/97

SEP/97

JUN/97

MAR/97

DIC/96

SEP/96

JUN/96

MAR/96

DIC/95

SEP/95

JUN/95

MAR/95

DIC/94

SEP/94

JUN/94

MAR/94

DIC/93

SEP/93

JUN/93

MAR/93

DIC/92

SEP/92

JUN/92

MAR/92

Gráfico 112 EcoFuturo Evolución de la pesadez de cartera, 1992-2004

80%

70%

60%

50%

40%

30%

20%

10%

0%

PESADEZ DE CARTERA

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

122

70.00%

60.00%

50.00%

40.00%

30.00%

20.00%

10.00%

0.00% SEP/03

JUN/03

MAR/03

DIC/02

SEP/02

JUN/02

MAR/02

DIC/01

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

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DIC/98

SEP/98

JUN/98

MAR/98

DIC/97

SEP/97

JUN/97

MAR/97

DIC/96

SEP/96

JUN/96

MAR/96

DIC/95

SEP/95

JUN/95

MAR/95

DIC/94

SEP/94

JUN/94

MAR/94

DIC/93

SEP/93

JUN/93

MAR/93

DIC/92

SEP/92

JUN/92

MAR/92

JUN/04

80.00%

JUN/04

90.00% DIC/03

100.00% MAR/04

Gráfico 115 Bancosol Evolución de índices de mora comparados

DIC/03

Fuente: Elaborado con información de la SBEF. Nota: índice dado por cartera en mora sobre cartera bruta.

MAR/04

SEP/03

JUN/03

MAR/03

DIC/02

SEP/02

JUN/02

MAR/02

DIC/01

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

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DIC/99

SEP/99

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DIC/98

SEP/98

JUN/98

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DIC/97

SEP/97

JUN/97

MAR/97

DIC/96

SEP/96

JUN/96

MAR/96

DIC/95

SEP/95

JUN/95

MAR/95

DIC/94

SEP/94

JUN/94

MAR/94

DIC/93

SEP/93

JUN/93

MAR/93

DIC/92

SEP/92

JUN/92

MAR/92

Gráfico 114 Fortaleza Evolución de la pesadez de cartera, 1992-2004

80%

70%

60%

50%

40%

30%

20%

10%

0%

PESADEZ DE CARTERA AJUSTADA POR TOTAL REPR. Y CASTIGOS

Gráfico 116 Acceso Evolución de índices de mora comparados 100.00%

90.00%

80.00%

70.00%

60.00%

50.00%

40.00%

30.00%

20.00%

10.00%

JUN/04

DIC/03

MAR/04

JUN/03

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DIC/02

MAR/03

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DIC/01

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JUN/01

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DIC/00

MAR/01

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DIC/99

MAR/00

JUN/99

SEP/99

DIC/98

MAR/99

JUN/98

SEP/98

DIC/97

MAR/98

JUN/97

SEP/97

DIC/96

MAR/97

JUN/96

SEP/96

DIC/95

MAR/96

JUN/95

SEP/95

MAR/95

0.00%

PESADEZ DE CARTERA PESADEZ DE CARTERA AJUSTADA POR TOTAL REPR. Y CASTIGOS PESADEZ DE CARTERA POR RECUPERAR (BRUTA+ADMIN) AJUSTADA POR REPROG. PESADEZ DE CARTERA POR RECUPERAR AJUSTADA POR REPROG. Y CASTIGOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 117 Los Andes Evolución de índices de mora comparados 100.00%

90.00%

80.00%

70.00%

60.00%

50.00%

40.00%

30.00%

20.00%

10.00%

PESADEZ DE CARTERA AJUSTADA POR TOTAL REPR. Y CASTIGOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

123

JUN/04

DIC/03

MAR/04

JUN/03

SEP/03

DIC/02

MAR/03

JUN/02

SEP/02

DIC/01

MAR/02

JUN/01

SEP/01

DIC/00

MAR/01

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DIC/99

MAR/00

JUN/99

SEP/99

DIC/98

MAR/99

JUN/98

SEP/98

DIC/97

MAR/98

JUN/97

PESADEZ DE CARTERA

SEP/97

MAR/97

DIC/96

SEP/96

JUN/96

DIC/95

MAR/96

SEP/95

JUN/95

0.00%

Gráfico 118 FA$$IL Evolución de índices de mora comparados 100.00% 90.00% 80.00% 70.00% 60.00% 50.00% 40.00% 30.00% 20.00% 10.00%

PESADEZ DE CARTERA

JUN/04

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MAR/04

JUN/03

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MAR/03

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DIC/01

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DIC/00

MAR/01

JUN/00

SEP/00

DIC/99

MAR/00

JUN/99

SEP/99

DIC/98

MAR/99

JUN/98

SEP/98

DIC/97

MAR/98

JUN/97

SEP/97

DIC/96

MAR/97

SEP/96

0.00%

PESADEZ DE CARTERA AJUSTADA POR TOTAL REPR. Y CASTIGOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 119 Fondo de la Comunidad Evolución de índices de mora comparados 100.00% 90.00% 80.00% 70.00% 60.00% 50.00% 40.00% 30.00% 20.00% 10.00%

PESADEZ DE CARTERA AJUSTADA POR TOTAL REPR. Y CASTIGOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

124

JUN/04

DIC/03

MAR/04

JUN/03

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DIC/02

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DIC/01

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DIC/98

MAR/99

JUN/98

PESADEZ DE CARTERA

SEP/98

DIC/97

MAR/98

JUN/97

SEP/97

MAR/97

DIC/96

SEP/96

0.00%

Gráfico 120 FIE Evolución de índices de mora comparados 100.00%

90.00%

80.00%

70.00%

60.00%

50.00%

40.00%

30.00%

20.00%

10.00%

JUN/04

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JUN/03

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DIC/02

MAR/03

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JUN/02

DIC/01

MAR/02

JUN/01

SEP/01

DIC/00

MAR/01

JUN/00

PESADEZ DE CARTERA

SEP/00

DIC/99

MAR/00

JUN/99

SEP/99

DIC/98

MAR/99

JUN/98

SEP/98

MAR/98

0.00%

PESADEZ DE CARTERA AJUSTADA POR TOTAL REPR. Y CASTIGOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 121 EcoFuturo Evolución de índices de mora comparados 100.00% 90.00% 80.00% 70.00% 60.00% 50.00% 40.00% 30.00% 20.00% 10.00%

PESADEZ DE CARTERA PESADEZ DE CARTERA AJUSTADA POR TOTAL REPR. Y CASTIGOS PESADEZ DE CARTERA POR RECUPERAR (BRUTA+ADMIN) AJUSTADA POR REPROG. PESADEZ DE CARTERA POR RECUPERAR AJUSTADA POR REPROG. Y CASTIGOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

125

JUN/04

MAR/04

DIC/03

SEP/03

JUN/03

MAR/03

DIC/02

SEP/02

JUN/02

DIC/01

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JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

DIC/99

SEP/99

JUN/99

0.00%

Gráfico 122 Prodem Evolución de índices de mora comparados 100.00% 90.00% 80.00% 70.00% 60.00% 50.00% 40.00% 30.00% 20.00% 10.00%

JUN/04

MAR/04

DIC/03

SEP/03

JUN/03

MAR/03

DIC/02

SEP/02

JUN/02

MAR/02

DIC/01

SEP/01

JUN/01

MAR/01

DIC/00

SEP/00

JUN/00

MAR/00

0.00%

PESADEZ DE CARTERA PESADEZ DE CARTERA AJUSTADA POR TOTAL REPR. Y CASTIGOS PESADEZ DE CARTERA POR RECUPERAR (BRUTA+ADMIN) AJUSTADA POR REPROG. PESADEZ DE CARTERA POR RECUPERAR AJUSTADA POR REPROG. Y CASTIGOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

Gráfico 123 Fortaleza Evolución de índices de mora comparados 100.00% 90.00% 80.00% 70.00% 60.00% 50.00% 40.00% 30.00% 20.00% 10.00%

JUN/94 SEP/94 DIC/94 MAR/95 JUN/95 SEP/95 DIC/95 MAR/96 JUN/96 SEP/96 DIC/96 MAR/97 JUN/97 SEP/97 DIC/97 MAR/98 JUN/98 SEP/98 DIC/98 MAR/99 JUN/99 SEP/99 DIC/99 MAR/00 JUN/00 SEP/00 DIC/00 MAR/01 JUN/01 SEP/01 DIC/01 MAR/02 JUN/02 SEP/02 DIC/02 MAR/03 JUN/03 SEP/03 DIC/03 MAR/04 JUN/04

0.00%

PESADEZ DE CARTERA PESADEZ DE CARTERA AJUSTADA POR TOTAL REPR. Y CASTIGOS PESADEZ DE CARTERA POR RECUPERAR (BRUTA+ADMIN) AJUSTADA POR REPROG. PESADEZ DE CARTERA POR RECUPERAR AJUSTADA POR REPROG. Y CASTIGOS

Fuente: Elaborado con información de la SBEF.

126

6.2 CUADROS

127

CUADRO 1 CARTERA VIGENTE DEL SISTEMA FINANCIERO BOLIVIANO (en dólares y tasas anuales de crecimiento) Dic.97 Dic.98 Dic.99 Dic.00 Dic.01 Dic.02 Dic.03 Jun.04 Bancos Comerciales 3,185,312,298 4,023,610,554 3,786,706,411 3,174,731,349 2,465,120,999 2,122,003,743 2,038,662,706 1,326,761,022 Mutuales 256,088,350 283,360,033 286,213,008 280,245,985 251,218,921 241,863,261 247,778,935 228,373,343 Cooperativas 170,559,891 186,246,537 171,155,556 185,671,985 169,884,144 155,095,912 181,050,134 170,451,165 Total BS y FFP de microfinanzas 111,253,635 132,252,099 152,590,236 164,879,002 185,383,125 215,565,019 273,944,875 301,795,312 61,791,594 70,720,936 76,501,722 68,207,675 69,261,380 74,229,011 85,773,104 91,174,813 BancoSol Total FFP de microfinanzas 49,462,041 61,531,163 76,088,514 96,671,327 116,121,744 141,336,008 188,171,771 210,620,498 19,742,248 26,946,996 33,510,250 43,182,639 48,235,835 61,137,277 79,361,424 91,753,246 Los Andes 11,800,545 13,870,139 17,366,039 20,687,485 25,229,398 32,577,143 39,057,646 42,548,752 FIE 3,442,835 10,356,652 11,143,716 5,835,023 9,858,552 9,993,849 EcoFuturo 17,919,248 20,714,029 21,769,391 22,444,551 31,512,795 41,786,565 59,894,150 66,324,652 PRODEM Total otras FFP 88,387,353 109,088,924 47,920,919 24,408,863 19,099,000 32,953,507 40,421,131 38,707,508 14,491,715 19,371,311 18,687,610 Fortaleza 64,098,316 75,020,387 22,062,552 3,308,013 92,744 45,939 228,342 119,483 Acceso 13,814,537 19,031,701 15,700,996 12,755,124 7,862,540 4,337,756 5,883,813 6,028,602 Fassil 10,474,500 15,036,836 10,157,371 8,345,727 11,143,716 14,078,097 14,937,666 13,871,812 Fondo de la Comunidad ONG 37,663,787 51,570,715 57,241,812 57,716,707 58,716,304 67,667,551 75,569,425 86,904,839 Fuente: Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras y Finrural

128

CUADRO 2 CARTERA EN MORA DEL SISTEMA FINANCIERO BOLIVIANO (en dólares y tasas anuales de crecimiento)

Bancos Comerciales Mutuales Cooperativas Total BS y FFP de microfinanzas BancoSol Total FFP de microfinanzas Los Andes FIE EcoFuturo PRODEM Total otras FFP Fortaleza Acceso Fassil Fondo de la Comunidad ONG

Dic.97 122,517,252 29,541,213 17,941,018 2,627,642 1,294,644 1,332,998 688,322 326,904 317,772 17,369,935

Dic.98 194,128,310 28,707,007 19,713,274 8,704,619 3,347,105 5,357,514 1,666,920 216,603 3,473,991 21,252,539

Dic.99 266,273,955 29,628,663 29,097,815 10,777,169 5,771,661 5,005,508 2,342,203 1,153,603 0 1,509,702 14,261,515

Dic.00 415,328,845 35,799,683 38,507,371 16,670,400 9,595,070 7,075,330 3,577,214 1,771,221 597,799 1,129,096 6,574,025

Dic.01 513,630,802 45,389,692 38,285,747 22,520,872 11,896,017 10,624,855 4,393,111 2,081,432 1,785,894 2,364,417 6,274,656

16,029,832 1,193,956 146,147 1,854,839

17,689,249 2,694,121 869,169 2,373,203

10,346,395 2,510,999 1,404,121 4,146,597

2,124,961 2,654,001 1,795,063 6,675,925

1,909,782 2,109,997 2,254,877 8,036,581

Fuente: Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras y Finrural

129

Dic.02 462,656,267 40,961,735 21,204,438 14,941,619 6,652,933 8,288,686 3,074,495 2,067,282 801,529 2,345,379 5,188,733 1,233,641 0 2,538,888 1,416,204 10,419,234

Dic.03 421,737,694 34,511,507 18,075,035 11,890,848 5,402,366 6,488,482 2,799,457 1,384,565 587,367 1,717,094 3,004,057 1,182,195 0 802,540 1,019,322 9,218,424

Jun.04 226,994,952 30,460,263 11,766,015 10,159,982 4,203,865 5,956,118 2,811,705 1,368,492 314,146 1,461,775 1,641,591 977,777 0 405,660 258,154 10,601,188

CUADRO 3 CARTERA BRUTA DEL SISTEMA FINANCIERO BOLIVIANO (en dólares y tasas anuales de crecimiento)

Bancos Comerciales Mutuales Cooperativas Total BS y FFP de microfinzas BancoSol Total FFP de microfinanzas Los Andes FIE EcoFuturo PRODEM Total FFP de consumo Fortaleza Acceso Fassil Fondo de la Comunidad ONG

Dic.97 Dic.98 Dic.99 Dic.00 Dic.01 Dic.02 Dic.03 Jun.04 3,307,829,549 4,217,738,864 4,052,980,366 3,590,060,194 2,978,751,801 2,584,660,010 2,104,027,794 1,553,755,974 285,629,563 312,067,040 315,841,671 316,045,668 296,608,612 282,824,995 273,340,281 258,833,606 188,500,910 205,959,811 200,253,371 224,179,356 208,169,891 176,300,349 194,394,260 182,217,180 113,881,277 140,956,718 163,367,406 181,549,401 207,903,997 230,506,638 274,010,329 311,955,294 63,086,238 74,068,041 82,273,383 77,802,744 81,157,397 80,881,944 85,563,834 95,378,678 50,795,039 66,888,677 81,094,022 103,746,657 126,746,599 149,624,693 188,446,495 216,576,616 20,430,570 28,613,915 35,852,453 46,759,853 52,628,946 64,211,772 79,636,148 94,564,951 12,127,449 14,086,742 18,519,641 22,458,706 27,310,830 34,644,425 39,057,646 43,917,244 3,442,835 10,954,451 12,929,611 6,636,552 9,858,552 10,307,995 18,237,020 24,188,020 23,279,093 23,573,647 33,877,213 44,131,945 59,894,150 67,786,427 105,757,288 130,341,463 62,182,434 30,982,888 25,373,656 38,142,241 51,959,482 40,349,099 15,725,356 19,371,311 19,665,387 80,128,149 92,709,636 32,408,947 5,432,974 2,002,526 45,939 10,769,474 119,483 15,008,493 21,725,822 18,211,995 15,409,125 9,972,536 6,876,644 6,767,619 6,434,263 10,620,647 15,906,005 11,561,492 10,140,790 13,398,594 15,494,302 15,051,079 14,129,965 39,518,626 53,943,918 61,388,409 64,392,632 66,752,885 78,086,785 84,787,849 97,506,026

Fuente: Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras y Finrural

130

CUADRO 4 CARTERA VIGENTE POR ORGANIZACION DE MICROFINANZAS (en dólares y tasas anuales de crecimiento)

BancoSol Los Andes FIE EcoFuturo PRODEM Fortaleza Acceso Fassil Fondo de la Comunidad Cidre Diaconia FRIF Funbodem Idepro ProMujer Aned Agrocapital

Crecer Fades Fondeco Sartawi Impro Total ONG

Dic.97 61,791,594 19,742,248 11,800,545 17,919,248

Dic.98 70,720,936 26,946,996 13,870,139 20,714,029

Dic.99 76,501,722 33,510,250 17,366,039 3,442,835 21,769,391

Dic.00 68,207,675 43,182,639 20,687,485 10,356,652 22,444,551

Dic.01 69,261,380 48,235,835 25,229,398 11,143,716 31,512,795

64,098,316 13,814,537 10,474,500 882,467 1,364,110 4,865,012 2,320,720 5,532,574 10,376,789 1,326,863 6,104,563 2,432,415 2,458,274

75,020,387 19,031,701 15,036,836 2,764,047 4,282,493 1,667,186 7,057,404 2,126,251 6,117,836 11,354,283 2,068,009 8,563,807 2,643,990 2,925,409

22,062,552 15,700,996 10,157,371 3,212,109 4,734,995 1,658,771 7,501,023 2,187,039 6,747,492 12,165,452 2,834,837 9,869,475 3,211,017 3,119,602

3,308,013 12,755,124 8,345,727 2,651,148 5,395,073 2,273,133 5,458,581 3,446,871 6,664,726 10,053,023 3,525,661 10,907,574 2,745,715 4,595,202

92,744 7,862,540 11,143,716 4,531,758 4,932,901 1,620,515 4,510,877 3,817,142 7,070,864 8,719,095 4,388,668 11,724,331 3,433,896 3,966,257

Dic.02 74,229,011 61,137,277 32,577,143 5,835,023 41,786,565 14,491,715 45,939 4,337,756 14,078,097 5,830,725 6,190,148 2,414,745 4,221,334 4,515,767 8,545,527 10,010,745 5,775,951 11,344,222 4,521,794 4,296,593

37,663,787

51,570,715

57,241,812

57,716,707

58,716,304

67,667,551

Fuente: Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras y Finrural

131

Dic.03 85,773,104 79,361,424 39,057,646 9,858,552 59,894,150 19,371,311 228,342 5,883,813 14,937,666 5,924,584 8,115,222 2,729,989 4,993,564 5,560,182 8,660,815 10,561,192 6,998,086 14,313,368 5,054,361 2,292,469 365,593 75,569,425

Jun.04 91,174,813 91,753,246 42,548,752 9,993,849 66,324,652 18,687,610 119,483 6,028,602 13,871,812

86,904,839

CUADRO 5 CARTERA EN MORA POR ORGANIZACION DE MICROFINANZAS (en dólares y tasas anuales de crecimiento)

BancoSol Los Andes FIE EcoFuturo PRODEM Fortaleza Acceso Fassil Fondo de la Comunidad Cidre Diaconia FRIF Funbodem Idepro ProMujer Aned Agrocapital

Crecer Fades Fondeco Sartawi Impro Total ONG

Dic.97 1,294,644 688,322 326,904 317,772

Dic.98 3,347,105 1,666,920 216,603 3,473,991

Dic.99 5,771,661 2,342,203 1,153,603 0 1,509,702

Dic.00 9,595,070 3,577,214 1,771,221 597,799 1,129,096

Dic.01 11,896,017 4,393,111 2,081,432 1,785,894 2,364,417

16,029,832 1,193,956 146,147 36,681 49,766 138,419 15,587 275,943 237,957 7,007 407,088 584,276 102,115

17,689,249 2,694,121 869,169 40,579 153,234 65,049 285,612 73,701 334,105 381,536 49,136 483,580 339,427 167,244

10,346,395 2,510,999 1,404,121 125,432 239,147 179,731 970,569 9,534 532,939 1,025,829 7,481 543,236 312,024 200,675

2,124,961 2,654,001 1,795,063 261,851 459,342 202,689 1,059,889 11,322 782,138 1,903,069 12,127 762,182 800,909 420,407

1,909,782 2,109,997 2,254,877 173,316 401,927 698,034 618,179 24,328 1,321,509 1,871,500 16,153 1,433,217 731,201 747,217

Dic.02 6,652,933 3,074,495 2,067,282 801,529 2,345,379 1,233,641 0 2,538,888 1,416,204 78,812 344,283 318,853 886,325 8,959 2,009,923 1,615,317 31,560 3,651,461 580,007 893,734

1,854,839

2,373,203

4,146,597

6,675,925

8,036,581

10,419,234

Fuente: Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras y Finrural

132

Dic.03 5,402,366 2,799,457 1,384,565 587,367 1,717,094 1,182,195 0 802,540 1,019,322 344,311 237,903 127,353 786,316 26,482 2,763,734 1,082,615 27,032 2,778,855 510,694 503,666 29,463 9,218,424

Jun.04 4,203,865 2,811,705 1,368,492 314,146 1,461,775 977,777 0 405,660 258,154

10,601,188

CUADRO 6 CARTERA BRUTA POR ORGANIZACION DE MICROFINANZAS (en dólares y tasas anuales de crecimiento)

BancoSol Los Andes FIE EcoFuturo PRODEM Fortaleza Acceso Fassil Fondo de la Comunidad Cidre Diaconia FRIF Funbodem Idepro ProMujer Aned Agrocapital

Crecer Fades Fondeco Sartawi Impro Total ONGs

Dic.97 63,086,238 20,430,570 12,127,449 18,237,020

Dic.98 74,068,041 28,613,915 14,086,742 24,188,020

Dic.99 82,273,383 35,852,453 18,519,641 3,442,835 23,279,093

Dic.00 77,802,744 46,759,853 22,458,706 10,954,451 23,573,647

Dic.01 81,157,397 52,628,946 27,310,830 12,929,611 33,877,213

80,128,149 15,008,493 10,620,647 919,148 1,413,876 5,003,431 2,336,307 5,808,517 10,614,746 1,333,870 6,511,651 3,016,691 2,560,389

92,709,636 21,725,822 15,906,005 2,804,626 4,435,727 1,732,235 7,343,016 2,199,952 6,451,941 11,735,819 2,117,145 9,047,387 2,983,417 3,092,653

32,408,947 18,211,995 11,561,492 3,337,541 4,974,142 1,838,502 8,471,592 2,196,573 7,280,431 13,191,281 2,842,318 10,412,711 3,523,041 3,320,277

5,432,974 15,409,125 10,140,790 2,912,999 5,854,415 2,475,822 6,518,470 3,458,193 7,446,864 11,956,092 3,537,788 11,669,756 3,546,624 5,015,609

2,002,526 9,972,536 13,398,594 4,705,074 5,334,828 2,318,549 5,129,056 3,841,470 8,392,373 10,590,595 4,404,821 13,157,548 4,165,097 4,713,474

Dic.02 80,881,944 64,211,772 34,644,425 6,636,552 44,131,945 15,725,356 45,939 6,876,644 15,494,302 5,909,537 6,534,431 2,733,597 5,107,659 4,524,725 10,555,449 11,626,063 5,807,511 14,995,683 5,101,801 5,190,327

39,518,626

53,943,918

61,388,409

64,392,632

66,752,885

78,086,785

Fuente: Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras y Finrural

133

Dic.03 85,563,834 79,636,148 39,057,646 9,858,552 59,894,150 19,371,311 10,769,474 6,767,619 15,051,079 6,268,895 8,353,125 2,857,342 5,779,880 5,586,664 11,424,549 11,643,807 7,025,118 17,092,223 5,565,055 2,796,135 395,056 84,787,849

Jun.04 95,378,678 94,564,951 43,917,244 10,307,995 67,786,427 19,665,387 119,483 6,434,263 14,129,965

97,506,026

CUADRO 7 NUMERO DE CLIENTES DE LAS ORGANIZACIONES DE MICROFINANZAS SEGUN GENERO ENTIDAD

AÑO 1999 % Mujeres 51 86,295

2000 Mujeres 43 92,444

1996

1997

1998

OMF FISCALIZADAS BancoSol

134,345

164,426

177,025

71,749

76,216

81,555

25,385

35

47,688

49 65

73,073

23,151

38

37,825

57 62

FFP FFP de Microfinanzas

129,215

185,149

183,739

113,417

61

73,926

39

187,343

61,992

46

71,441

53

134,826

62,596 21,566 14,039 26,991

88,210 27,876 22,086 38,248

95,470 30,317 18,431 46,722

62,819 16,557 10,167 1,094 35,001

62 45 42 35 93

38,607 19,962 13,947 1,995 2,703

38 55 58 65 7

101,426 36,519 24,114 3,089 37,704

46,921 20,749 10,573 3,856 11,743

46 49 45 41 45

54,619 21,894 12,829 5,543 14,353

54 51 55 59 55

101,540 42,643 23,402 9,399 26,096

66,619

96,939

88,269

50,598

59

35,319

41

85,917

15,071

45

16,822

51

33,286

4,106 204 62,309

13,673 859 82,407

16,764 1,316 70,189

12,710 37,888

48

13,751 21,568

52

26,461 59,456

9,455 5,616

40

14,038 2,784

60

23,493 1,393 8,400

49,808 83,767 362 408 7,721 7,640 27,387 6,324 19,800 9,990 4,135

59,327 107,390 407 1,237 10,096 14,226 34,731 4,028 8,501 23,253 5,142 5,769

61,436 138,916 565 8,020 1,358 14,538 16,669 41,803 4,436 12,863 26,962 5,121 6,581

85,572 4,484 5,936 4,180 945 30,371 4,523 406 27,905 3,855 2,967

80,464 156,478 5,458 9,180 1,644 13,303 18,919 44,823 4,523 19,327 27,905 5,693 5,703

64,126 4,235 7,529 319 3,063 1,193 25,596 2,179 165 13,456 3,541 2,850

330,977

134,198

Caja Los Andes FIE EcoFuturo PRODEM

Otras FFP Fortaleza Fassil Fondo de la Comunidad Acceso COOPERATIVAS ONG Cidre Diaconía-FRIF Funbodem Idepro ProMujer Aned Agrocapital

Crecer Fades Fondeco Sartawi TOTAL OMF 218,112 271,816 315,941 Fuente: Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras y Finrural

Hombres 88,204

173,776

64 55 82 65 31 5 68 100 2 100 68 52 53

134

70,906 974 3,244 1,644 9,123 17,974 14,452 18,921 1,838 2,736 157,201

%

36 45 18 35 100 69 95 32 98 32 48 47

TOTAL Hombres 174,499 70,072

%

67 42 80 67 13 37 5 66 61 1 60 47 64 43

88,542 1,043 3,684 2,213 5,250 22,673 13,246 1,417 24,519 8,970 3,950 1,577 180,986

%

33 58 20 33 87 63 95 34 39 99 40 53 36 57

TOTAL 162,516 60,976

88,039 152,668 5,278 11,213 2,532 8,313 23,866 38,842 3,596 24,684 22,426 7,491 4,427 315,184

CUADRO 7 (continuación) NUMERO DE CLIENTES DE LAS ORGANIZACIONES DE MICROFINANZAS SEGUN GENERO ENTIDAD OMF FISCALIZADAS BancoSol

FFP FFP de Microfinanzas Caja Los Andes FIE EcoFuturo PRODEM

Otras FFP Fortaleza Fassil Fondo de la Comunidad Acceso COOPERATIVAS ONG Cidre Diaconía-FRIF Funbodem Idepro ProMujer Aned Agrocapital

Crecer Fades Fondeco Sartawi TOTAL OMF

Hombres 68,313

%

2001 Mujeres 46 79,518

%

TOTAL 147,831

Hombres 75,338

%

2002 Mujeres 82,177

%

TOTAL 157,515

Hombres 86,623

%

2003 Mujeres 86,290

%

TOTAL 172,913

21,353

40

32,458

54 60

53,811

22,223

48 43

29,178

52 57

51,401

25,554

50 45

31,153

50 55

50,920

48

53,842

51

106,071

59,600

49

61,791

51

121,391

65,883

52

61,287

48

127,170

46,960 20,943 10,713 3,013 12,291

50 49 49 46 55

47,060 22,129 11,151 3,537 10,243

50 51 51 54 45

94,020 43,072 21,864 6,550 22,534

53,115 24,298 14,034 3,017 11,766

50 48 53 42 55

52,999 26,775 12,434 4,170 9,620

50 52 47 58 45

106,114 51,073 26,468 7,187 21,386

61,069 25,050 17,311 3,672 15,036

53 51 52 43 60

55,137 24,362 15,789 4,772 10,214

47 49 48 57 40

116,206 49,412 33,100 8,444 25,250

3,960

33

6,782

56

12,051

6,485

42

8,792

58

15,277

4,814

44

6,150

56

10,964

10,742 1,291 18

1,971 4,514 -

2,936 12,341 1,331 9

2,115 2,699 -

68 34

1,018 5,132 -

32 66

3,133 7,831 1,143 12

93,917 147,817 2,741 10,477 2,810 4,610 27,482 33,184 2,998 30,989 20,929 8,461 3,136

53,186 3,137 8,428 1,178 1,552 18,674 2,057 13,225 3,023 1,912

60,800 162,538 3,692 15,940 3,538 31,535 34,310 3,281 40,142 20,344 6,894 2,862

52,410 818 6,911 1,339 1,728 1,892 19,507 2,145 13,933 2,936 1,201

295,648

128,524

320,053

139,033

3,960 50,375 423 6,732 678 1,722 1,295 18,695 1,853 13,604 3,333 2,040 118,688

37

34 15 64 24 37 5 56 62 65 39 65 40

6,782 97,442 2,318 3,745 2,132 2,888 26,187 14,489 1,145 30,989 7,325 5,128 1,096 176,960

63

66 85 36 76 63 95 44 38 100 35 61 35 60

Fuente: Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras y Finrural

135

37

33 85 53 33 5 54 63 65 44 67 40

965 7,827 109,352 555 7,512 2,360 29,983 15,636 1,224 40,142 7,119 3,871 950 191,529

63

67 15 47 67 95 46 37 100 35 56 33 60

29 90 40 33 38 5 55 60 65 46 71 40

125,868 93 10,347 2,748 2,773 36,488 15,670 1,454 44,830 7,503 3,464 498 212,158

71 10 60 67 62 95 45 40 100 35 54 29 60

56,707

59,081 178,278 911 17,258 4,087 4,501 38,380 35,177 3,599 44,830 21,436 6,400 1,699 351,191

CUADRO 8 NUMERO DE CLIENTES URBANOS DE LAS ORGANIZACIONES DE MICROFINANZAS SEGUN GENERO ENTIDAD

AÑO 1999 % Mujeres 38 82,372

2000 Mujeres 42 77,762

1996

1997

1998

OMF FISCALIZADAS BancoSol

107,354

126,178

130,303

71,749

76,216

81,555

25,385

35

47,688

65

73,073

20,834

38

34,043

62

54,877

FFP FFP de microfinanzas

102,224

146,901

137,017

74,906

51

70,003

48

147,006

50,000

45

60,541

54

111,934

35,605 21,566 14,039

49,962 27,876 22,086

48,748 30,317 18,431

24,308 13,047 10,167 1,094

41 41 42 35

34,684 18,742 13,947 1,995

59 59 58 65

58,992 31,789 24,114 3,089 -

34,929 16,480 10,573 3,856 4,020

44 45 45 41

43,719 20,434 12,829 5,543 4,913

56 55 55 59

78,648 36,914 23,402 9,399 8,933

66,619

96,939

88,269

50,598

57

35,319

40

88,014

15,071

45

16,822

51

33,286

48

13,751

52

9,455

40

14,038

60

5,616 8,842

67

Caja Los Andes FIE EcoFuturo PRODEM

Otras FFP

Fortaleza 4,106 13,673 16,764 Fassil Fondo de la Comunidad 204 859 1,316 Acceso 62,309 82,407 70,189 45,433 54,137 56,355 COOPERATIVAS 16,131 25,966 40,977 ONG Cidre 362 407 392 Diaconía-FRIF 8,020 Funbodem 408 1,237 1,358 Idepro 7,721 10,096 14,538 ProMujer 7,640 14,226 16,669 Agrocapital Crecer Fades Sartawi TOTAL OMF 142,959 176,140 179,051 Fuente: Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras y Finrural

Hombres 49,693

12,710

% 62

TOTAL Hombres 132,065 55,763

36

23 84

21,568 31,904 53

77 16

26,461 2,097 59,456 78,262 41,276 341

3,335 4,180 945

61 0 31 5

2,126 1,644 9,123 17,974

39 100 69 95

5,461 1,644 13,303 18,919

624

39 39

984 117,056

61 61

191,057

-

-

37,888 9,372 288

64

74,001

136

%

% 58

TOTAL 133,525

21

2,784 32,724

79

23,493 1,393 8,400 76,064 41,566

4,267 319 3,063 1,193

62 13 37 5

2,588 2,213 5,250 22,673

38 87 63 95

6,855 2,532 8,313 23,866

90,692

43

121,481

57

212,173

-

33

1,608

CUADRO 8 (continuación) NUMERO DE CLIENTES URBANOS DE LAS ORGANIZACIONES DE MICROFINANZAS SEGUN GENERO ENTIDAD OMF FISCALIZADAS BancoSol

FFP FFP de microfinanzas Caja Los Andes FIE EcoFuturo PRODEM

Otras FFP Fortaleza Fassil Fondo de la Comunidad Acceso COOPERATIVAS ONG Cidre Diaconía-FRIF Funbodem Idepro ProMujer Agrocapital Crecer Fades Sartawi TOTAL OMF

Hombres 51,584

2001 % Mujeres 43 68,663

% 57

TOTAL 120,247

Hombres 60,079

46

AÑO 2002 Mujeres 71,626

%

% 54

TOTAL 131,705

Hombres 70,521

48

2003 Mujeres 75,596

%

% 52

TOTAL 146,117

19,032

39

29,494

61

48,526

19,787

43

26,447

57

46,234

22,815

45

28,114

55

50,929

35,929

44

44,940

56

80,869

45,995

47

52,741

53

98,736

52,082

50

52,822

50

104,904

32,552 15,844 10,932 2,620 3,156

45 44 50 40

39,169 20,146 10,932 3,930 4,161

55 56 50 60

71,721 35,990 21,864 6,550 7,317

40,292 19,096 14,034 3,017 4,145

47 44 53 42 51

45,179 24,570 12,434 4,170 4,005

53 56 47 58 49

85,471 43,666 26,468 7,187 8,150

47,706 20,647 17,311 3,672 6,076

50 48 52 43 57

47,482 22,334 15,789 4,772 4,587

50 52 48 57 43

95,188 42,981 33,100 8,444 10,663

3,377

37

5,771

63

9,148

5,703

43

7,562

57

13,265

4,376

45

5,340

55

9,716

63

9,148 -

1,971 3,732 -

67 36

965 6,597 -

33 64

2,936 10,329 -

2,115 2,261 -

68 34

1,018 4,322 -

32 66

3,133 6,583 88,219

3,377 -

37

5,771

16,456 10,650

53 23

14,591 35,565

47 77

31,047 46,215

6,779 12,436

61 23

4,373 40,875

39 77

11,152 53,311

13,998

16

74,221

84

15

75

5

25

20

34

81

8

19

42

40

78

11

22

51

4,525 678 1,722 1,295 517 1,898 -

61 24 37 5 54 0 65

2,891 2,132 2,888 26,187 440 1,022 -

39 76 63 95 46 0 35

7,416 2,810 4,610 27,482 957 2,920 -

6,977 1,178 1,552 639 2,056 -

50 33

6,887 2,360 29,983 530 1,107 -

50 67 95 45

13,864 3,538 31,535 1,169 3,163 -

5,694 665 1,728 1,892 861 2,244 874

36 22 38 5 55 0 65 72

9,931 2,411 2,773 36,488 715 20,345 1,208 339

64 78 62 95 45 100 35 28

15,625 3,076 4,501 38,380 1,576 20,345 3,452 1,213

84,136

44

107,832

56

191,968

100,371

46

116,805

54

217,176

118,227

49

123,078

51

241,305

-

Fuente: Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras y Finrural

137

5 55 65

35

CUADRO 9 NUMERO DE CLIENTES RURALES DE LAS ORGANIZACIONES DE MICROFINANZAS SEGUN GENERO ENTIDAD

1996

1997

1998

AÑO 1999 % Mujeres 91 3,923

OMF FISCALIZADAS BancoSol

26,991

38,248

46,722

-

2,317

38

3,782

51 62

FFP FFP de microfinanzas

26,991

38,248

46,722

38,511

91

3,923

9

42,434

11,992

52

10,900

48

22,892

26,991

38,248

46,722

26,991

38,248

46,722

38,511 3,510 35,001

91 74 93

3,923 1,220 2,703

9 26 7

42,434 4,730 37,704

11,992 4,269 7,723

52 75 45

10,900 1,460 9,440

48 25 55

22,892 5,729 17,163

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

7,842

-

-

15,115

Caja Los Andes PRODEM

Otras FFP Fassil COOPERATIVAS ONG Cidre Diaconía-FRIF Funbodem Aned Agrocapital

4,375

5,190

5,081

-

67,636

81,424

97,939 173

76,200 4,196 2,601

66 82 70

39,002 921 1,118

27,387 6,324 19,800 9,990 4,135

34,731 4,028 8,501 23,253 5,142 5,769

41,803 4,436 12,863 26,962 5,121 6,581

30,371 4,523 406 27,905 3,855 2,343

68 100 2 100 68 57 73

14,452 18,921 1,838 1,752

Crecer Fades Fondeco Sartawi TOTAL OMF 94,627 119,672 144,661 Fuente: Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras y Finrural

114,711

138

42,925

% 9

TOTAL Hombres 42,434 14,309

2000 Mujeres 49 14,682

Hombres 38,511

%

%

TOTAL 28,991 6,099

34 18 30

115,202 5,117 3,719

55,284 4,235 3,262

50 80 75

55,818 1,043 1,096

50 20 25

111,102 5,278 4,358

32

44,823 4,523 19,327 27,905 5,693 4,095

25,596 2,179 165 13,456 3,541 2,850

13,246 1,417 24,519 8,970 3,950 1,577

69,593

34 39 99 40 53 36 50

38,842 3,596 24,684 22,426 7,491 4,427

157,636

66 61 1 60 47 64 50

98 32 43 27

70,500

140,093

CUADRO 9 (continuación) NUMERO DE CLIENTES RURALES DE LAS ORGANIZACIONES DE MICROFINANZAS SEGUN GENERO ENTIDAD OMF FISCALIZADAS BancoSol

FFP FFP de microfinanzas Caja Los Andes PRODEM

Otras FFP Fassil COOPERATIVAS ONG Cidre Diaconía-FRIF Funbodem Aned Agrocapital

Crecer Fades Fondeco Sartawi TOTAL OMF

Hombres 16,555

%

2001 Mujeres 60 11,029

%

TOTAL 27,584

Hombres 15,259

%

2002 Mujeres 10,551

%

TOTAL 25,810

Hombres 16,540

%

2003 Mujeres 11,504

%

TOTAL 28,044

2,321

44

2,964

40 56

5,285

2,436

59 42

2,731

41 47

5,167

2,739

59 47

3,039

41 53

14,817

62

9,076

38

23,893

13,605

61

9,050

41

22,655

13,801

62

8,465

38

22,266

14,234 5,099 9,135

64 72 60

8,065 1,983 6,082

36 28 40

22,299 7,082 15,217

12,823 5,202 7,621

62 81 52

7,820 2,205 5,615

38 34 38

20,643 7,407 13,236

13,363 4,403 8,960

64 68 61

7,655 2,028 5,627

36 32 39

21,018 6,431 14,587

583

1,011

1,594

782

63

1,230

99

2,012

438

35

810

65

1,248

583 39,725

782 40,750

35

810

65

1,248

76

2,012 7,107 109,227

438

45

1,230 68,477

99

61

1,594 11,625 101,602

63

39

1,011 61,877

38,412

43

51,647

57

90,059

408 2,207

15 72

2,313 854

85 28

2,721 3,061

3,103 1,451

361 89

547 625

64 38

3,650 2,076

18,695 1,336 11,706 3,333 2,040

56 65

14,489 705 30,989 6,303 5,128 1,096

44 35 100 35 61 35 56

33,184 2,041 30,989 18,009 8,461 3,136

18,674 1,418 11,169 3,023 1,912

53 70

15,636 694 40,142 6,012 3,871 950

34,310 2,112 40,142 17,181 6,894 2,862

90 75 67 55 63

82 416 337 15,670 739 24,485 6,295 3,464 159

56,009

135,037

54,952

10 25 33 45 37 100 35 54 33 53

860 1,633 1,011 35,177 2,023 24,485 17,984 6,400 486

129,186

44 34 164 33 60 195 59

778 1,217 674 19,507 1,284 11,689 2,936 327

56,280

65 39 65 44

72,906

Fuente: Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras y Finrural

139

62 47 393 41

79,028

65 46 67 47

63,151

5,778

118,103

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