LAS COSAS NO SIEMPRE SON LO QUE PARECEN

1 LAS COSAS NO SIEMPRE SON LO QUE PARECEN RESUMEN: La dramatización demuestra que las cosas que nos pasan en la vida pueden parecer buenos o malos pe...
4 downloads 0 Views 225KB Size
1

LAS COSAS NO SIEMPRE SON LO QUE PARECEN RESUMEN: La dramatización demuestra que las cosas que nos pasan en la vida pueden parecer buenos o malos pero luego tener resultados imprevistos. Dos ángeles vienen a la tierra y uno interviene en los asuntos de los hombres alterando el rumbo de dos vidas. Al otro le parece que la intervención es injusta, pero luego se da cuenta de la sabiduría de la intervención. DURACIÓN: 10 - 15 minutos REPARTO:  Primer Ángel  Segundo Ángel  Dueño de la casa rica  Esposa del dueño de la casa rica MATERIALES:  Dos mantos para el frio, sombreros para el frio  Dos disfraces de ángeles: alas, toga blanca, halo, etc.  Ladrillos  Dos tasas de café  Una cafetera

   

Narrador Dueño de la casa pobre Esposa del dueño de la casa pobre Dos soldados

 Ropa de cama (almohadas, frazadas, sábanas, dos colchones)  Mesa y cuatro sillas  Rastrillo o implemento de jardín  Caballo (puede ser un palo de escoba que representa al caballo)  Ropa de soldado/rifles

GUIÓN:

PRIMER ESCENA. Entra el Narrador al escenario. NARRADOR: “Dos Ángeles están caminando la tierra en el medio del frío invierno y se aproxima la noche. Por el frío están muy abrigados y no se detecta su vestimenta angelical.” Sale el Narrador. Los dos Ángeles viajeros entran al escenario. Están tapados y no se le ve su atuendo de ángel. Ven una casa y se acercan rápidamente pero por el viento y la nieve no puede avanzar muy rápido. PRIMER ÁNGEL: “Hay una casa a la vista.”

2 SEGUNDO ÁNGEL: “¡Que bien! Me estaba por congelar. Parece una casa de ricos. A lo mejor tienen un pequeño espacio en esa casa tan grande para un par de viajeros congelados.” Los ángeles tocan la puerta. Después del tercer intento, viene el dueño y mira por la ventana sospechosamente y abre la puerta solo un poco. DUEÑO RICO: “¿Qué quieren?” PRIMER ÁNGEL: “Disculpe señor. Estábamos viajando y nos encontramos con esta fuerte tormenta de repente. ¿No podríamos quedarnos la noche hasta que se despeje la tormenta para después seguir nuestro rumbo?” DUEÑO RICO: “¡Absolutamente no!” El dueño empieza a cerrar la puerta. El viento les tumba los sombreros a los ángeles y se ven sus halos. DUEÑO RICO: “¿Son Ángeles?” Llega la esposa del dueño rico a la puerta y mira. ESPOSA DEL DUEÑO RICO: “Si. Si. ¡Son ángeles! Déjales pasar. Bendecirán nuestra casa con su presencia. ¡Abre, pues!” El dueño igual no abre la puerta rápidamente pero al final se decide por dejarles entrar. DUEÑO RICO: “Pasen, pues. Hay un poco de espacio en el sótano de la casa donde pueden dormir.” SEGUNDO ÁNGEL: “¡Muchas gracias, señor! Muy amable.” DUEÑO RICO: “No toquen nada y pueden usar la puerta hacia fuera del sótano para salir mañana. Por favor, no nos molesten en la mañana porque dormimos tarde.” Sale la pareja rica y los ángeles hacen como si bajaran escaleras al sótano. Hacen como si hiciera frio y no encuentran cama alguna. PRIMER ÁNGEL: “¡Que lugar más oscuro, húmedo, frío, y tenebroso! Casi prefería dormir afuera que aquí.” SEGUNDO ÁNGEL: “No hay cama alguna. ¡Mira: una rata! ¿Dónde nos acostaremos?” PRIMER ÁNGEL: “¡Aquí! Al lado del horno. No todo el calor se va hacia arriba.” Se acomodan los ángeles a dormirse en el frio.

3 SEGUNDO ÁNGEL: “Buenas noches, amigo.” PRIMER ÁNGEL: “Buenas noches.” Después de un momento, el segundo ángel hace una pregunta. SEGUNDO ÁNGEL: “¿Por qué la gente son tan tacaña con sus bienes siendo que Dios les dio todo y nosotros somos enviados de Dios?” PRIMER ÁNGEL: “La gente se ha olvidado que todo bien viene de la gracia de Dios. Las buenas condiciones para que esta pareja pudiera tener estos bienes se deben exclusivamente a la buena voluntad del Creador. Se han olvidado. Se han olvidado de la promesa y el castigo. Dios le recompensa a los que le siguen y le hacen bien a sus amados, y le castiga a los que se extravían y son egoístas con los bienes que Él les ha dado.” SEGUNDO ÁNGEL: “Así es.” Duermen los ángeles. Entra el narrador. Narrador: “Pasa la noche fría y ahora es de mañana.” Se levantan los ángeles. Se frotan la piel por el frío, se ponen sus mantos y sombreros, y están por salir cuando el primer ángel para y mira a la pared. PRIMER ÁNGEL: “Mira. Hay un hueco en la pared.” SEGUNDO ÁNGEL: “¡Ojalá se abran muchos más huecos en esta casa tan fría e inhóspita.” El primer ángel se acerca al hueco y mira adentro. PRIMER ÁNGEL: “Voy a cerrar este hueco.” El ángel empieza a cerrar el hueco con piedras que encuentra en el piso. SEGUNDO ÁNGEL: “¿Qué haces? ¿Por qué les estas haciendo un favor a esta gente que apenas nos dejó entrar en su casa con ese frío que había. ¡Nos pudimos haber muerto afuera! ¿Acaso no indicaste que si algo deberían recibir esta familia era castigo y no recompensa?” PRIMER ÁNGEL: (en voz fuerte y seria) “Las cosas no siempre son lo que parecen.” Se enoja el segundo ángel. Termina el trabajo el primer ángel. PRIMER ÁNGEL: “¡Ya esta! Vámonos.” Salen del escenario los ángeles.

4

SEGUNDA ESCENA. Entra el narrador. NARRADOR: “Viajan el día entero los dos ángeles y se encuentran con otra tormenta la noche siguiente.” Sale el narrador. Entran los dos ángeles con sus mantos de nuevo batallando el frío y la tormenta. PRIMER ÁNGEL: “¡Allí! ¡Allí! Creo que veo una casa. ¿Es una casa o una cabaña?” SEGUNDO ÁNGEL: “Casa es pero muy chica. Rápido. Antes que nos trague esta tormenta.” Corren los ángeles y tocan la puerta. Un hombre les abre después del primer golpe. DUEÑO POBRE: “Pasen, pasen. Se van a congelar allá afuera.” PRIMER ÁNGEL: “¡Gracias! ¡Nos congelábamos luego!” Los ángeles pasan adentro. DUEÑO POBRE: “Siéntense por favor. Esta es mi señora Mabel.” PRIMER ÁNGEL: “Mucho gusto señora.” SEGUNDO ÁNGEL: “Disculpe la molestia.” ESPOSA DEL DUEÑO POBRE: “No es nada, por favor. ¿No les gustaría un café caliente?” PRIMER ÁNGEL: “¡Muchas gracias! Le voy a agradecer.” PRIMER ÁNGEL: “Si. También yo. Gracias.” La esposa les trae el café caliente. Los ángeles lo toman con gusto. Sus anfitriones sonríen y les dejan tomar sin molestarles. ESPOSA DEL DUEÑO POBRE: “¿Quieren un poco más?” PRIMER ÁNGEL: “No gracias, señora. Eso era justo la medida.” SEGUNDO ÁNGEL: “Tampoco. Muy amable.” DUEÑO POBRE: “Perdón que no tengamos otra cosa que ofrecerles. ¿Qué les trae por aquí a esta hora?”

5 PRIMER ÁNGEL: “Tenemos una misión en esta área. Pero nos tragó esta tormenta antes de poder llegar a nuestro destino. ¿Queríamos saber si tienen algún agujero donde podríamos dormir esta noche hasta que pase la tormenta?” SEGUNDO ÁNGEL: “Así es. ¿Tienen un sótano o algo por el estilo?” DUEÑO POBRE: “¿El sótano? No pueden dormir allí. Muy frio es. Les vamos a acomodar en otro lado. Un momentito.” El dueño va y habla con su esposa en vos baja. La esposa sale a un costado del escenario que es la recamara. Regresa con dos mantos muy delgados y dos almohadas chicas.. PRIMER ÁNGEL: “Muchas gracias, muy amabl-“ El primer ángel se para como para recibir las frazadas y almohadas. DUEÑO POBRE: “No. Esos son para nosotros. Pasen por favor. Vengan conmigo.” El dueño les guía a los huéspedes al costado del escenario donde está la recamara y las camas. DUEÑO POBRE: “Aquí pueden dormir. Les dejamos un cafecito preparado a la mañana en la cocina. Salgan cuando gusten.” PRIMER ÁNGEL: “¿Y ustedes?” DUEÑO POBRE: “No se preocupe. Están en su casa.” PRIMER ÁNGEL: “Muchas gracias, señor.“ SEGUNDO ÁNGEL: “Si. Muy amable.” Se va el dueño al otro lado del escenario con su esposa. La pareja juntan dos sillas cada uno y se acuestan por las camas improvisadas y se van a dormir. Los ángeles se quitan su vestimenta de afuera y cabeceras revelando sus alas y halos. Se acuestan a dormir. El segundo ángel mira al techo y después de un momento de reflexión dice… SEGUNDO ÁNGEL: “¿Te das cuenta que nos dieron su recamara?” PRIMER ÁNGEL: “Si. Me di cuenta.” SEGUNDO ÁNGEL: “¿Y que van a dormir en el otro cuarto sobre sillas?” PRIMER ÁNGEL: “Así es. Me percate.” SEGUNDO ÁNGEL: “¡Qué pareja más amable!”

6 PRIMER ÁNGEL: “Muy cierto. Así es.” SEGUNDO ÁNGEL: “Y ni sabían que somos ángeles como la otra pareja.” Pasa otro momento de silencio. SEGUNDO ÁNGEL: “¿Porqué los que menos tienen, más suelen dar?” PRIMER ÁNGEL: “Parece que muchas veces son más desprendidos de las cosas terrenales. Saben que un día los tienen y el día siguiente ya no. Parece que se dan cuenta que las cosas materiales que tienen son prestadas mientras están de paso en este plano terrenal.“ SEGUNDO ÁNGEL: “¿Y los que tienen mucho?” PRIMER ÁNGEL: “Algunos también dan mucho pero hay muchos ricos que piensan que son dueños de todas las cosas que tienen. En verdad, esas cosas son dueños de ellos. Ellos se pasan todas las horas de sus días cuidando, lustrando, reparando, y protegiendo sus colecciones de cosas algunas veces dándoles más atención que a sus propios seres queridos.” SEGUNDO ÁNGEL: “¡Qué triste!” Pasa otro momento de silencio. SEGUNDO ÁNGEL: “Entonces, según lo que me dijiste anoche, esta pareja merece una recompensa.” PRIMER ÁNGEL: “Así mismo, amigo mio. Así mismo.” Hay otro momento de silencio. SEGUNDO ÁNGEL: “Todavía no entiendo porque le ayudast-“ PRIMER ÁNGEL: (le interrumpe) “Las cosas no siempre son lo que parecen. Ahora vete a dormir.” Los ángeles se van a dormir. Narrador: “Pasa la noche fría y ahora es de mañana.” Se levantan los ángeles. Se ponen sus mantos y sombreros, y se van al centro del escenario donde les espera dos tasas de café caliente. Los dueños están al otro lado del escenario trabajando en la huerta. La esposa rastrilla mientras el esposo esta a caballo arando el suelo. Los ángeles toman el café y salen de la casa. Se despiden de sus anfitriones.

7 PRIMER ÁNGEL: “Muchas gracias por su hospitalidad de anoche. ¡Qué Dios les pague!” SEGUNDO ÁNGEL: “Si. Muy agradecidos.” La pareja se despide desde la huerta. DUEÑO POBRE: “Cuando necesitan, nuestra casa esta a sus órdenes.” ESPOSA DEL DUEÑO POBRE: “El placer fue nuestro.” La pareja sigue laburando en la huerta. El primer ángel camina unos pasos, se quita el manto y el sombrero revelando su halo y alas y hace un movimiento mágico como para estirar. El segundo ángel se detiene y le mira perplejo. SEGUNDO ÁNGEL: “¿Q-qué estas haciendo?” El dueño de casa hace como si algo le estirara de su caballo y se cae al suelo y se rompe el brazo. Su esposa deja caer su rastrillo y corre hacia él y lo socorre. Le ayuda a levantarse y le acompaña hasta la casa caminando lentamente. El segundo ángel esta en “shock”. SEGUNDO ÁNGEL (enojado): “¿Qué hiciste? ¿Estás completamente loco?” PRIMER ÁNGEL: “Les di su recompensa.” SEGUNDO ÁNGEL (enojado): “Le hiciste romper el brazo. ¿Esa es su recompensa?” PRIMER ÁNGEL: (le interrumpe) “Las cosas no siempre son lo que parecen. Caminemos.” SEGUNDO ÁNGEL (furioso): “No me iré a ningún lado hasta que no me expliques lo que esta pasando. ¿Porqué le recompensas al que hace mal y le castigas al que hace bien?” Allí van entrando los dos soldados que pasan al lado de los dos ángeles rumbo a la casa de la pareja humilde. Los ángeles les miran mientras pasan. PRIMER ÁNGEL: "Las Cosas no siempre son lo que parecen, amigo. Cuando estábamos en aquel sótano de la inmensa mansión, yo noté que había oro almacenado en aquel hueco de la pared. Debido a que el propietario era tan ávaro y no dispuesto a compartir su buena fortuna, yo sellé el hueco, de manera tal que nunca lo encontraría." "Y estos soldados que recién pasaron están alistando a hombres saludables para servicio militar obligatorio para la guerra que se acerca. Ahora que el dueño de casa tiene el brazo roto, no podrá hacer su servicio militar. Le salvé la vida... Las cosas no siempre son lo que parecen."

EL FIN

Suggest Documents