La verdad en pijamas

La verdad en pijamas Decía una noticia un tiempo atrás que los serbios habían bombardeado un puesto croata pero no lo habían destruido. Una periodist...
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La verdad en pijamas

Decía una noticia un tiempo atrás que los serbios habían bombardeado un puesto croata pero no lo habían destruido. Una periodista croata debía dar la información pero si daba la información objetiva los serbios volverían a bombardear el puesto croata, pero al mismo tiempo si decía que había sido bombardeado y destruido las familias de los soldados croatas se desesperarían. ¿Qué hizo entonces esta periodista? Tomó la decisión de dar la noticia de que el bombardeo se había producido. ¿ se dijo toda la verdad o se maquilló por un bien común? Otro caso, un extracto de una noticia que se publicó en Paraguay en el año 2007 decía que una enorme serpiente curiyú devoró a un ribereño frente a su esposa, sus tres hijos menores y dos peones. El hecho se registró en uno de los retiros de la estancia “Karaja Vuelta” distrito de Puerto Pinasco en Paraguay. La esposa y sus compañeros no pudieron auxiliarlo aunque si luego de matar a la serpiente abrieron el vientre de la misma y recuperaron los restos de Gutierrez. La viuda relató que cuando se estaban retirando de las aguas del río donde se encontraban, Gutierrez fue atacado y devorado por la serpiente. Esta información del año 2007 en poco tiempo circuló por Internet, por otros medios locales iba recorriendo el mundo en cables de prestigiosas agencias de noticias Un día después de publicada la noticia un periodista empezó a dudar del hecho cuando el hijo mayor del supuesto difunto comentó que su papá estaba trabajando en una estancia del país. Para la tarde de ese mismo día la esposa ya había confesado que inventó todo el relato debido a las necesidades que tenía y como un recurso para poder conseguir ayuda. En realidad fue un gran fiasco periodístico

que hizo que se publicara en la página de Internet del diario de Asunción Última Hora una autocrítica de la actividad periodística. Si bien los medios culparon a la mujer por mentirosa, lo cierto es que la noticia era demasiado espectacular como para molestarse en confirmar si era verdadera y hubo irresponsabilidad colectiva por parte de reporteros, corresponsales, editores y sistema de control que existen para detectar si una información es falsa o no. Así quedó comprobado cuan superficialmente se manejan muchas veces un bien público como es la información y el grave daño que se puede causar por no hacer bien el trabajo. Bastaba por ejemplo hacer unas llamadas telefónicas para saber que nunca este cadáver había llegado a destino mientras que también se hubiera podido consultar un zoólogo que nos hubieran dicho que no existen kirijos de diez metros y que es materialmente imposible que una boa de este tipo engulla a un ser humano. Ayer festejamos el día del periodista y nosotros se nos venía al corazón esto tan importante como es la verdad, por eso estos ejemplos como otros que circulan no sólo en los medios sino también en nuestro diario acontecer alrededor nuestro nos llevan a pensar ¿cómo trato la verdad en mi vida? ¿la descubro presente en mi caminar? ¿Qué valor le doy a la verdad? ¿Qué consecuencias trae obrar según la verdad? Nos acompaña esta noche un amigo de la casa , el padre Daniel Nardini el es párroco de la Medalla Milagrosa, asesor de Cáritas y Capellán de la Penitenciaría de mujeres de Bohuer de la ciudad de Córdoba. Buenas noches padre. Padre Daniel: Muy buenas noches Cristian y a toda la audiencia de En Camino C.R.: Te invito a que podamos escuchar y disfrutar lo que esta doctora en filosofía, profesora de la cátedra de filosofía antigua de la Universidad Nacional de Córdoba y de antropología filosófica en el Instituto Católico Superior y becaria posdoctoral del CONICET,

Valeria Secchi. No comparte algunos elementos que nos sirven para poder contextualizar la verdad desde este lugar. Ella nos pinta un panorama sobre los distintos tipos a través de los cuales se presenta la verdad en la vida de todo hombre, es decir, el contexto donde se juega la vida del hombre Valeria Secchi: Habría que hacer algunas diferencias. Primero la verdad en la vida diaria que puede ser una verdad lógica, es decir una verdad de conocimiento, alguien conoce que una silla es verde porque se aproxima al objeto y puede aprenderlo y puede saber que es una silla. Una verdad de tipo moral que supone discutir en primer instancia si hay o no algún criterio desde el cual uno puede saber si un acto es bueno o malo. En esto la verdad juega un papel muy importante. También una verdad que emerge en la interpretación de un texto donde uno se confronta con el texto que puede ser una verdad del tipo hermenéutica. Una verdad que tiene que ver con el conociendo de uno mismo y que también abarca el conocimiento del otro, una verdad que aparece en el diálogo en estar junto a otro. En esto parece que se juega en una medida toda la vida del hombre. Hay otra verdad que es aquella capaz de llenar la interioridad que tiene que ver con la verdad con mayúsculas. Para el cristiano esa verdad es Jesucristo quien dice, yo soy el camino la verdad y la vida. Pero este tipo de verdad absoluta no ha sido buscado sólo por los cristianos sino por los hombres de todas las épocas. C.R.: Me parece interesante que pasemos al otro punto donde la doctora en filosofía nos aclara ¿en que punto concierne lo verdadero al hombre ? V.S.: Haciendo una interpretación clásica, el hecho de que nosotros existamos ya es una verdad. La verdad en algún punto se unifica con lo real, por ejemplo, nosotros somos seres verdaderos en el sentido ontológico, en el sentido de que existimos. Nos concierne en todo, en ponernos de acuerdo con alguien o sea en ver como interpretamos

aquellas cuestiones que se nos suscitan y ante la que tenemos que dar respuestas. Por allí son cuestiones simples como por ejemplo, asiento que esto es de tal manera y también asiento fácticamente o bien en mis actos por ejemplo elijo un camino que me va a llevar más pronto alcanzar el objetivo que otro, pero también incluso en el tema de la verdad del conocimiento permanentemente vamos a medida que crecemos descubriendo nuevas cosas, conociendo nuevas cosas C.R.: Es claro esto del acercamiento a lo real y nos damos cuenta que la verdad no es algo que está tan lejano a nosotros. Pensaba además que importante que es tener en cuenta la verdad para no vivir en un sueño. Me acordaba de un programa que se llama Todos contra Juan, el personaje se arma todo una historia irreal, el vive en un mundo paralelo. No es realista y no vive en la verdad P.D.: Hay algo que nos dice la doctora con mucha claridad , hay una mayor frecuencia de la verdad en nuestra vida más de lo que nosotros pensamos. Cuando vayamos transitando en el camino de esta verdad que se va transformando por la gracia de Dios en encuentro con Jesús vamos ver que esto cierra, es como que no podemos vivir sin la verdad. C.R.: Sin embargo teniendo en cuenta esta realidad solemos darle la espalda a la verdad. ¿Qué implicancias nos trae esto? V.S.: Desde nuestra mirada vivir de espadas a la verdad es vivir conforme a nuestra propia opinión sin preocuparnos si se puede trascender o ir más allá de nosotros mismos. Una Pregunta clave ¿se puede trascender o ir más allá de uno mismo? La respuesta es NO y SI. No puedo ir más allá de mi mismo porque siempre que busco algo necesariamente me llevo a mi mismo en la búsqueda y me llevo con lo que traigo. Pero si se puede trascender a uno mismo en la medida en que esta búsqueda traiga aparejado un conocimiento de lo que uno trae y puedo

dentro de lo posible tratar de conocer su propia limitación para dar cabida al otro o a lo verdadero en sus diferentes maneras de aparecer. Para los griegos, para Sócrates se trataba del oráculo de Delfos conócete a ti mismo. En este conocerme a mi mismo puedo abrirme a la posición del otro y también si soy cristiano a la palabra de Dios. En este camino de búsqueda la verdad ha sido muchas veces comparada en la historia de la filosofía, sobre todo en la filosofía griega, con el sol. Cuando uno mira al sol con los ojos físicos se da cuenta que no puede permanecer todo el tiempo con los ojos abiertos porque en tal caso los ojos se cegarían, no resisten la luminosidad del sol, los ojos se abren y cierran. Ésta es la etimología del término misterio que tiene que ver con este mirar, pero un mirar que no puede ver la totalidad, sino que es un mirar que es un entrever, es ver y no ver. Como dice San Pablo “un ver a través del espejo”. Aunque no sea para nosotros el todo porque en esta vida como hombres sabemos que no podemos conocer la totalidad; que la sabiduría y la verdad absoluta no nos pertenece. También sabemos que no podemos vivir de espaldas a la verdad y no podemos vivir sin tener una posición tomada ya sea ésta explícita o implícita. P.D.: Cuando vivimos de espaldas a la verdad creemos que estamos siendo coherentes con la verdad, con nuestra verdad, mi opinión que me cierra a la capacidad de diálogo de búsqueda de encuentro, que en definitiva nos cierra a esta ansia de búsqueda de verdad. C.R.: En este mundo posmoderno del relativismo donde la verdad está tan jaqueada ¿Cómo salir de este círculo vicioso de mi verdad, de tu verdad, que podamos entender algo común para todos? V.S.: La primera medida es que cuando uno comienza un diálogo, si realmente es diálogo, ya que el diálogo es a través del logo y el logo es justamente la palabra que reúne la palabra verdadera, la palabra que da sentido, cuando uno ingresa en un diálogo de manera

franca y sincera tiene que no sólo hablar sino también escuchar y estar abierto a la opinión del otro y al dejarse decir. Es posible que en alguna instancia el otro sea ocasión para que lo verdadero se ilumine. Por ejemplo que la verdad aparezca en el mismo dialogar sabiendo que esa verdad nunca va a ser total o completa, por lo menos en esta vida y depende también de cuál sea el nivel y la profundidad del diálogo que establezcamos. Si realmente hay un diálogo en una conversación, uno no puede salir de la conversación igual que cuando ingresó. El dialogar con el otro no es lo mismo que sumar puntos en común, no es lo mismo que el consenso donde se votan ciertas cosas pero uno no está dispuesto a modificar su punto de partida, es importante distinguir esto. La verdad no es solamente el consenso como suma de partes. C.R.: Cuando yo hago mi reflexión ¿Cómo voy a dialogar con otro? me voy a que el otro me pueda escuchar y piense como yo. No me voy abierto con esta apertura francamente, a escuchar y a estar abierto a que el otro me puede mostrar otro punto de vista y yo puedo crecer y puedo ofrecerle algo que no es absoluto ni total sino que es auténticamente mío y que puede entre los dos ir encontrando más aristas a una verdad que todavía no se termina de completar porque la verdad absoluta no la tenemos aquí ya y ahora. P.D.: Los hombres buscamos la verdad pero le tenemos miedo a la verdad. Buscamos el camino para que la verdad brille e ilumine tomando conciencia de que esta verdad racional tendrá que ser razonable en tanto y en cuanto me abra a lo trascendente y cuando encontramos lo trascendente y la verdad se apoye en lo trascendente, la verdad deja de ser para mí como una ocupación tortuosa, sino que comienza a ser como dice Jesús en el evangelio “camino de libertad’” y esa libertad me permite recibir al otro en la verdad. Todos participamos de aquella única verdad. Podemos decir aquel que nos ha creado nos ha hecho hermanos, la fraternidad es nuestra verdad en tanto y en cuanto se apoya en la paternidad de Dios.

C.R.: Pensaba en aquellas personas que no han hecho el camino de la fe como también están llamados a la trascendencia en lo profundo y están buscando la verdad absoluta y esa verdad la van encontrando en el encuentro con los demás. P.D.: Quien quiera vivir en profundidad su vida y de acuerdo a sus posibilidades, no se trata de ser genios de ser intelectuales sino cada uno dentro de su posibilidad, cada uno tenemos avidez y certeza de la verdad. Todos sabemos que es la verdad y como vivir en la verdad nos hace plenamente hombres o mujeres. Quien vive en la verdad puede descubrir la verdad en otro, esto es bueno ya que no nos hace que seamos sospechosos. En estos tiempos modernos tenemos tanto miedo de vivir plenamente la intensidad de la verdad que nos vuelve temerosos de la verdad porque pensamos en la comodidad. Vivir en la verdad nos ayuda a ver donde está la verdad y a manifestarla C.R.: ¿Podemos decir que la verdad se construye? V.S.: Si hablamos de una verdad última que en definitiva para el cristiano es Jesucristo no hay construcción alguna nos precede y es principio de todo. Pero si hablamos de cómo uno va descubriendo en su propia vida o cómo va apareciendo o se va manifestando en la vida nuestra lo verdadero, no sé si podemos hablar de construcción pero, sí es algo que se nos aparece intuitivamente y que la podamos alcanzar en su totalidad. Es una búsqueda y un camino donde uno en alguna medida va descubriendo de a poco. A veces descubre algunas cosas y otras veces se da cuenta de que eso que creía que era verdadero no es tal, es como un camino de ensayo y error. C.R.: En este último tramo Valeria Secchi nos va a dar un empuje a una búsqueda constante de la verdad, en este esfuerzo por descubrir y por vivir la verdad. V.S.: No es algo gratuito descubrir o acercarse a este camino sino que implica una búsqueda constante un ir y venir con las situaciones

que se nos enfrentan y dar una respuesta sabiendo que, como decía Platón, el mal del ignorante es creer que conocemos todo, que tenemos la sabiduría y que como la conocemos no tenemos que salir a buscar nada y justamente la fragilidad humana nos plantea el desafío de salir a buscar aquello que no tenemos y que deseamos aunque sabemos que en esta vida nunca lo vamos a poder tener totalmente. C.R.: Hermosas las palabras eso de creer que conocemos todo y que tenemos la sabiduría y que como la conocemos no tenemos que salir a buscar nada. Es como el cimiento de una soberbia que va creciendo y una autosuficiencia que nos caracteriza a muchos. Esto nos cierra a la verdad y nos deja a nosotros con nosotros mismos. P.D.: El progreso de convertirnos a la verdad es también un proceso que va entrando con la vida y con las opciones, las experiencias. Como decía anteriormente, no se puede ver el sol de golpe, uno debe ir ejercitando la vista para poder ver con más nitidez, lo que implica esfuerzo, la progresividad no está en la verdad en si misma sino en nosotros en cuanto que somos buscadores de la verdad C.R.: ¿Cómo se hace presente la verdad entre nosotros? P.D.: La respuesta es más cotidiana. La verdad aparece de muchas maneras, haciéndome ser lo que soy, en fidelidad a lo que soy. Aparece cuando me levanto a la mañana, cuando la mamá o el papá se levantan para trabajar a preparar el desayuno, en las preocupaciones domésticas, cuando nos podemos sentar a charlar nuestras necesidades y compartir lo sencillo de la vida cotidiana. Nuestra verdad es lo que nos hace ser lo que somos pero gozando de eso que somos. En el encuentro con nuestra verdad y lo que somos tiene que haber una serena paz que viene del gozo de la serenidad de que somos lo que somos de manera plena. Tenemos que madurar y crecer y haciendo más luminosa nuestra verdad. Lo que soy es más cotidiano. La verdad no es aquello que definimos como contrario a la mentira, por la negación sino que lo definimos por esto que somos en la verdad

profunda en la verdad de hombres, la realidad de personas, somos personas. Vamos desenvolviendo la belleza y la grandeza de nuestro ser. Vamos viviendo dignamente en la verdad y por lo tanto todo aquello que apunte a hacerme madurar crecer, proyectarme como persona, ciertamente va unido a este proceso de encuentro con la verdad C.R.: La verdad la puedo descubrir a través de los signos como es la paz, el amor, en lo bello también descubro lo verdadero P.D.: Las cosas bellas que no son las barbies mediáticas, son aquellas que producen gozo en el corazón porque lo bueno, lo bello producen gozo en el corazón. Cuántas veces decimos algunas palabras que dicen los chicos o un gesto determinado, esa ternura que tienen los niños que te llenan el alma de vida nueva, de gozo: eso es algo bello. Cuando vemos la expresión humana en una obra de arte, aquello que produce gozo en el corazón, también la serenidad, lo bello también va unido a lo bueno. C.R.: ¿Cómo descubro la verdad en una situación de dificultad, de dolor de desesperación, de miedo? Me acordaba el momento de la cruz que en las diferentes situaciones de nuestra vida nos toca vivir. P.D.: Hemos dado un paso, hemos pasado del ámbito de lo que podemos descubrir de la razón a entrar a descubrir esta verdad que sólo se comprende si se la recibe como don, es la verdad revelada. En el texto de la crucifixión el centurión romano dice “este es el Hijo de Dios”. Manifestó la verdad de lo que la cruz mostraba. Pudo entender detrás del signo de la cruz, de la fuerza de la verdad de la cruz, la verdad que había allí crucificada. El discernimiento de la verdad en los momentos de oscuridad es tratar de descubrir qué luz deja en mi persona, en mi historia, en mi dignidad, esta prueba de la vida, qué desafío de madurez, que mecanismo interior para mi vida mejora esa prueba.

C.R.: Qué oportunidad de trascendencia porque en los momentos de dificultad hacen que yo tenga que estar como invitado a crecer a superar y a salir del lugar para poder dar un paso más y haber aprendido esta situación. P.D.: La verdad va unido a lo bueno aún en el momento del dolor he de discernir que es lo bueno que deja en mí esta prueba. C.R.: La verdad, no sólo lo que yo pienso también lo que soy, toda mi historia, mi origen y también mis propios límites, eso también es vivir en verdad. P.D.: La verdad me involucra, tiene que involucrar toda mi vida, aunque sea dolorosa la verdad, también se da gozosa. Decía Santa Teresa: “la verdad es andar en la humildad y mi verdad es la nada”, es descubrir quién soy. La doctora decía la experiencia de la fragilidad, pero necesariamente quienes buscamos vivir verazmente, es decir, conforme a la verdad, es conformar toda mi historia, mi dolor, mis heridas mi error mi acierto, todo lo que soy. Si no la verdad no va a poder obrar en mí la sanación de mi historia. Quien encuentra su realidad con la verdad sana su historia, sana su corazón e ilumina con la verdad. C.R.:.Parte de la verdad no es sólo quedarme allí, sino también es descubrir a dónde estoy llamado, la verdad es la que me saca de ese lugar, que me hace trascender, que me invita y me dice “vos como hombre estás llamado, invitado a amar a abrir el corazón, a descubrir que el amor es la máxima verdad”. P.D.: El texto bíblico del encuentro de Jesús con la mujer junto al pozo, en este diálogo fue mostrándole la verdad, hasta que le hizo tener sed de la verdad. La verdad siempre te va a dejar con más sed porque uno necesita cada vez más intensamente esa sed. Cuando nosotros vamos descubriendo en la revelación, que esta verdad es Jesús, entonces ciertamente la verdad te atrae y te enamora.

C.R.: Compartimos algunos conceptos que el padre Anselm Grün expresa en su libro Los diez mandamientos un camino hacia la libertad cuando hace referencia al octavo mandamiento no levantar falsos testimonios ni mentir. En el antiguo Israel los falsos testigos podían acabar con un hombre ya que los problemas y litigios lo resolvían públicamente y no había un fiscal. Un ejemplo es 1 de Reyes capitulo 21 la acción de Jezabel que quería a toda costa la viña de Nabot para poder entregársela a su marido el rey Ahab. ¿Que hace? Hace comparecer dos hombres para levantar un falso testimonio contra Nabot. Finalmente lo sacan fuera de la ciudad y lo matan a pedradas. Vemos como el pueblo de Israel conocía el peligro de poder arruinar a una persona con un falso testimonio, con una mentira hasta llevarlo a la muerte. Dios protege la dignidad de todas las personas y lo vemos claramente contra esta tendencia a la falsa acusación en Exodo 23 del 1 al 3 que nos dice ‘no divulgarás falsos rumores no te pondrás de parte del culpable dando falso testimonio a favor de una injusticia, no seguirás a la mayoría para hacer el mal no atestiguarás en un proceso plegándote a la mayoría para conculcar el derecho’. Hoy están presentes en nuestra sociedad estos falsos testigos que hacen circular cualquier rumor. El rumor es una voz que corre sobre personas que odiamos a quienes tenemos envidia o bien de la que queremos vengarnos o simplemente son adversario y los tenemos que destruir o derribar , cuando asistimos a esas luchas mediáticas. El rumor corre como una reguera de pólvora, pero la absolución, la rectificación

no

tiene

ni

reiting

ni

una

prensa

rápida

ni

espontánea. Los rumores tiene un poder destructor como por ejemplo muchos dicen haber oído algo, no son testigos directos y no se acuerdan de quién lo oyeron, lo escucharon en alguna parte y simplemente lo comentan., lo cual imposibilita a aquél que ha sido víctima y no puede reclamarle a nadie. Otro ejemplo: esa mujer engaña a su esposo. Es lo que suponemos como tantos lo vienen diciendo. Otro ejemplo: ese abogado no sabés en las

tramoyas en que anda .. Eso es lo que se dice. Estos rumores van destruyendo la dignidad de las personas, la tiran al suelo, lo hacen merecedor de insultos con el rumor. En realidad el que comenta y traslada el rumor queda inocente de este hecho, simplemente porque solamente se limitó a comentar lo que otro ha dicho, pero lo hace pedazos, hace mucho daño el rumor y parece que no nos percatamos o si nos percatamos a veces lo utilizamos a propósito como si fuera un arma. Las palabras tienen un poder impresionante. El periodista Gregor Magirus dice: sería ingenuo que las palabras son irrelevantes, su efecto va más allá de un sonido que se va perdiendo rápidamente. Gil de Domig expresa en un poema: mejor un cuchillo que una palabra. Al cuchillo le puede faltar filo, un chuchillo a menudo no alcanza el corazón, no así la palabra. Estemos atentos al peligro que significa tergiversar, cuando recordamos el octavo mandamiento no se trata sólo de mentir o decir la verdad, sino que si hacemos daño o no a otros con nuestras palabras. Sabemos bien que las palabras pueden animar, unir, consolar, entusiasmar, pero también las palabras hacen daño, humillan, escandalizan y derriban la esperanza genuina. Más allá de un falso testimonio contra una persona concreta, la mentira

se

propaga

en

público

y

es

difundida

como

tal,

irresponsablemente y de manera conciente, su efecto devastador para muchos, especialmente el damnificado es grandísimo. Recordaba el cuento que decía que una persona se subió a una torre y tomó una almohada de plumas y la comenzó a despedazar esparciendo las plumas. El rumor hace exactamente eso. ¿Cómo hacemos para juntar todas las plumas nuevamente en la almohada? Es muy difícil volver a construir y sanar en ese lugar. Parece que con mi mentira no hago daño, puede ser una mentira piadosa, pero si recurro a esto asiduamente cuando menos me de cuenta mi interior se habrá torcido, deformado y habré tomado la mentira como un modo de relación y un

modo de comportamiento. Que duro es tener esto metido en el corazón cuando ya me acostumbré a mentir por las causas que sea, por miedo, por quedar bien. La mentira se ha apoderado de mi corazón y no vivo en verdad. Tendemos a manipular la verdad para poder mejorarla con las palabras, es decir, darle un toque para que no parezcan tan feas, en realidad manipulando la verdad tratamos de parecernos mejor de lo que somos y no asumir de vivir mi realidad y mis límites. El problema es que esta tendencia nos termina confundiendo y no nos hace bien y no nos aprovechamos del valor de decir la verdad tal como es. Ese valor de la verdad crea confianza y claridad para nuestra vida ¿Cuántas familias sufren dolor, desdicha, desasosiego por la mentira que

se

ha

instalado

en

el

seno

de

la

familia?

Engaños,

ocultamientos, historias que se inventan para tapar situaciones que en breve van a estallar con más fuerza cuanto más ocultas están. Por ejemplo los casos de los hijos adoptivos o hijos naturales a quienes por excesivos pruritos o por prejuicios o miedos, no se le dice la verdad a tiempo y en forma. Cuanto daño hacen. La palabra de Jesús dice: la verdad los va a hacer libres. P.D.: El temor a la verdad, más allá de la mentira como una situación moral negativa, va unido a la falta de encuentro e insatisfacción con uno mismo. Estas situaciones que planteabas se presentan en muchas familias, el dilatar la verdad de una situación que en el fondo se va haciendo como una bola de nieve más grande. La mentira por su propia estructura necesita crear otra mentira para tapar esta mentira y vamos teniendo una suave dilación o seducción. Nos encanta y nos instala en aquello que nos queda más cómodo, la mentira me instala en lo transitorio. Estas situaciones nos hacen vivir en la mentira y engañados. El encuentro con la verdad no sólo me hace descubrir esta situación de dolor sino que me hace proyectar mi vida en el bien que es y hace que yo sea verdadera persona y que pueda transformar mi historia y ser protagonista, responsable y

luchador de mi propia historia. La verdad nos hace libre pero la libertad implica responsabilidad, compromiso y la verdad tiene que ser siempre encuentro de caridad y amor. Estamos llamados a vivir en el bien. C.R.: ¿Puedo decir la verdad cuando quiero como quiero? ¿Cuáles son los parámetros? Anselm Grün expresa en su libro Los diez mandamientos un camino hacia la libertad : ¿El médico debe decir toda la verdad a los enfermos o debe andar con cuidado? Sólo le puedo decir la verdad a un enfermo si me comporto sinceramente con el y esto implica una buena relación con el. Es altísimamente dañino confrontarlo con la verdad y decirle que sólo le quedan tres semanas de vida. Si en cambio le digo que todo va muy bien, también le haría daño porque lo privo de la oportunidad de ocuparse de la gravedad de su enfermedad y de preparar su despedida y a la vez engañaría a los familiares sobre su próxima muerte. Hace falta andar con cierta cautela a la hora de decir la verdad. No estamos diciendo no decir la verdad, sino tener cautela. Se necesita el arte para decirle al otro la verdad sin quitarle la esperanza, de esta manera la verdad va a liberar y levantar el ánimo. La esperanza no siempre significa que va a volver a tener salud sino que puede vivir el tiempo que Dios le da con intensidad y que será un hombre nuevo. Sólo le puedo decir la verdad a otro si estoy dispuesto a soportarla con el y de acompañarlo. No le descargo un camión de cosas a el diciéndole: arréglatelas porque es tu verdad. Vale preguntarse ¿Qué significa la verdad? La palabra griega aletehia significa sin disimulo. La verdad existe cuando veo el fondo de las cosas, la verdad sobre mi enfermedad tiene que estar relacionada con la verdad de mi existencia humana. La biblia une la verdad a la confianza, la fiabilidad, sólo le puedo decir la verdad a alguien cuando entablo una relación de confianza

con el. La palabra verdad en alemán tiene que ver con la confianza, verdad es aquello digno de confianza. El médico primero necesita que el paciente se fíe de el, para poderle decir como está realmente. La persona tiene que tener confianza en mí. En las familias ¿por qué da vueltas tanto la mentira? Porque no está creado este clima de confianza de calidez, de intimidad, de estar vos y yo en pijamas sin tener ningún prejuicio. P.D.: El encuentro con la verdad debe ser progresivo. Cuando decimos vamos a hablar de la verdad normalmente hablamos de una herida o de una historia compleja, asociamos la herida con algo que no nos gusta de nuestra vida. Hay algo tan cierto, que es asociar la verdad con lo bueno que hay en el otro. Si nos acostumbráramos en nuestras relaciones, a mirar lo que me gusta del otro, lo que tiene de atractivo en bondad el otro, también estoy mirando su verdad y ayudándome a ver mi verdad. Cada uno mira desde el ojo que tiene. Si toda mi vida es un horror lo único que voy a ver en el otro es el horror. El encuentro oportuno con la verdad es el encuentro con lo bueno que hay en mi y lo unimos con la caridad. Sin caridad no puede haber experiencia cierta de la verdad. La verdad sin caridad es mas bien una ideología en cuanto que vaciamos la verdad de su realidad profunda que es obrar el bien en el corazón del hombre, hacerlo vivir plenamente lo que el es y que por tanto va unida necesariamente a la caridad. La vaciamos y llenamos de un contenido simplemente intelectual o político o lo que fuera, la distorsionamos, la manoseamos y la manejamos de acuerdo al interés que yo tenga y no el interés que yo tengo que poner en que obre en el otro. C.R. : No puedo decir que soy sincero y transparente por decir la verdad como quiero, cuando quiero y donde quiero. Yo le digo la verdad, pero lo hago pedazos, es su verdad y que se haga cargo

P.D.: Tengo que tener la altura interior intelectual y espiritual para padecer la verdad con el otro, eso es amor. Ser empático con el otro y salir a la vereda del otro, es hacer camino de verdad con el otro.

No

podemos

vivir

la

verdadera

verdad

sino

va

unida

necesariamente a la caridad. San Pablo no los marca cuando habla en 1 de Corintios 13 de la dinámica del amor, en la descripción del amor nos dice que es paciente, es servicial, que busca el bien del otro, que no hace alarde, no es mezquino, el amor que nunca pasa y va unido a la verdad. Si el hombre está llamado a la verdad la posición de la verdad siempre va a ser el amor . Mientras hablabas sobre los rumores recordé lo siguiente : EL TRIPLE FILTRO DE SÓCRATES En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos. Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo: – ¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo? – Espera un minuto – replicó Sócrates. Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro. – ¿Triple filtro? -Correcto -continuó Sócrates. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el examen del triple filtro. El primer filtro es la verdad. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto? – No -dijo el hombre-, realmente solo escuché sobre eso y… – Bien -dijo Sócrates. Entonces realmente no sabes si es cierto o

no. – Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo? – No, por el contrario… – Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto. Pero podría querer escucharlo porque queda un filtro: el filtro de la utilidad. ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo? – No, la verdad que no. – Bien -concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo? CR: ¿Que nos dice la palabra? PD: La Palabra es apasionante y va a cerrar en la posibilidad cierta de hacer experiencia con la verdad. Podemos preguntarnos, con muchas dudas, porque vivimos en un mundo donde la mentira ya es un valor, donde a veces nos cuesta afrontar la vida en la verdad. La verdad aparece en las Sagradas Escrituras y nos da esta serena confianza de que somos para la verdad que no hay otra posibilidad en la vida del hombre que ser para la verdad. La verdad que nos hace libres dice el Señor en el Evangelio. Pero

esta

verdad

que

aparece

en

el

antiguo

testamento

distinguiéndose de la aletheia, este modo griego de verla, pone más el acento en la fidelidad como confianza de quien habla. La fidelidad al que me dice, genera en mí una confianza. El amén que decimos en la liturgia cuando recibimos el cuerpo de Cristo o cuando rezamos, tiene esta raíz bíblica, es la aceptación

de aquel que me dice, yo creo en este que me dice. Esa experiencia en el antiguo testamento aparece como fidelidad de Dios y fidelidad que requiere un comportamiento adecuado en la vida del hombre. El Dios que obra en la historia, que es fiel, tiene que suscitar en el hombre una respuesta de fidelidad y por eso el compromiso de obras buenas. También hay toda una dimensión en el antiguo testamento en los libros sapienciales y en los libros apocalípticos que van como mirando el mensaje de la verdad no tanto como un esfuerzo sino una verdad revelada. La aceptación de un Dios que habla. Esta idea es la que toma el Nuevo Testamento, no es un Dios trascendente y lejano, sino que va a empezar a mostrarnos como esta verdad que se revela progresivamente al conocimiento y al corazón del hombre, va tomando la vida, es Jesús el Señor . Yo soy el camino verdad y vida dirá en el evangelio. Esta verdad trascendente, si lo hablamos en lo cotidiano, es una verdad que nos alimenta, una verdad que es persona, una verdad con la cual puedo dialogar y en el diálogo crecer y madurar en la verdad. Jesús el Señor es para nosotros, esta verdad, que por su fidelidad y amor engendra en nosotros una vida verdadera. ¿Cuál es la vida verdadera del hombre? La vida que Dios le da como don y que nosotros en verdad somos veraces como respuesta a ese don. Los verdaderos adoradores adorarán en espíritu y en verdad. La verdad en la obra y el espíritu en la comunión con Dios. Esa verdad es consecuencia de la presencia del Señor en nuestro corazón. La fidelidad mostrada por Jesús en la cruz es la certeza de que la verdad es Jesús y que esa verdad obra en nosotros, su propia vida. En los escritos de Pablo y también de Juan, van mostrando como el centro de la vida del cristiano es Jesucristo y como Jesús abre al conocimiento de la verdad porque abre a la vida verdadera del hombre, lleva y conduce al hombre a la vida verdadera.