LA ORDEN DE CALATRAVA EN LA VIDA DE ALMAGRO

LA ORDEN DE CALATRAVA EN LA VIDA DE ALMAGRO Antes de comenzar con una explicación del Corral de Comedias de Almagro, debemos una vista panorámica de ...
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LA ORDEN DE CALATRAVA EN LA VIDA DE ALMAGRO

Antes de comenzar con una explicación del Corral de Comedias de Almagro, debemos una vista panorámica de la ciudad, es decir, de lo que fue, de lo que significo, de su proyección en los acontecimientos políticos, etc. Almagro está asentada en tierras con tradición romana, cruzada por la vía que iba de Córdoba a Toledo. En tiempos de los godos fue silla episcopal, cuyos obispos constan en los concilios toledanos. La dominación árabe en España extinguió esta dignidad eclesiástica. Se dice que la Almagro actual nació con la Orden de Calatrava. Las Ordenes militares surgen en España en un momento de peligro para la defensa y el restablecimiento de la unidad nacional. Tiene, entonces, un carácter de cruzada, entre místico y heroico y monástico y castrense. Estas tierras manchegas, como lugar fronterizo estuvieron esporádicamente en poder de moros y cristianos, hasta la fundación de la Orden de Calatrava. Tomo este nombre de un castillo, defendido por lo primeros caballeros, ante la renuncia de los templarios a defender la plaza, corrían los tiempos de 1158, bajo el poder del rey de Castilla Sancho III. Los fundadores de la Orden adoptaron la regla de San Benito y las Constituciones del Cister, que años más tarde aprobaba el papa Alejandro III. Así nació la segunda orden de caballería española después de la de Santiago. A lo largo de los siglos reciben donaciones, legados y privilegios, tanto es así que la orden llega a ostentar poder e influencia, que veces, pone en desequilibrio la soberanía política y económica del reino 1. Del primitivo castillo de Calatrava la Vieja, se traslado la Orden al Castillo de Calatrava la Nueva, cuyas ruinas aún nos asombran hoy por su grandeza. Mas tarde, los Maestres calatravos instalan su sede en la capital del Campo de Calatrava, situada en Almagro. El establecimiento de la sede maestral en Almagro, proporciona a la ciudad la capitalidad de los cuarenta y tres pueblos sujetos a su dominio, con lo cual, sus limites territoriales se ensanchan. Se construyen palacios, casas solariegas, iglesias, santuarios y conventos de las mas importantes órdenes, instalando allí su residencia. La ciudad ahora es lugar obligado para tratar asuntos políticos y económicos de la Orden. 1

El aumento de la influencia de la Orden de Calatrava era una amenaza que ensombrecía a la autoridad soberana. Alfonso X, el Sabio, fundó en 1225, Ciudad Real, (en aquel entonces Villa Real) con la intención de que en el mismo campo calatravence hubiese una plaza fortificada fuera de la jurisdicción de la Orden, capaz de hacer frente en caso necesario (…) en efecto, Miguelturra, como pueblo geográficamente intermedio de Almagro y Villa Real, fue escenario de sangrientas luchas.

Ruinas castillo de la Orden Calatrava

Vista frontal. Castillo de la Orden de Calatrava

En el primer cuarto del siglo XVI, llega a la corte imperial de Valladolid, un mercader alemán llamado Lucas Rhem, apellidado Fuggers. El usufructo de los Maestrazgos de las órdenes de Calatrava, fue para la Hacienda Real uno de sus pilares económicos. A ellos aspiran los asentistas extranjeros como Fuggers y Welser, llamados también Fúlcares y Belzanes por corrupción popular. Tras largas negociaciones logra la firma Fuggers, lo que pretendía: el arriendo de los maestrazgos de las tres órdenes. La firma financiera de los Fuggers estaba estrechamente vinculada a grandes empresas mineras de oro, plata y cobre. Al hacerse cargo de los maestrazgos, uno de sus intereses era la explotación de las minas de azogue, un mineral que solo se podía obtener en dos comarcas. El negocio del mercurio, la explotación del cinabrio y el comercio internacional, sitúan a la industria minera española del siglo XVI en primer plano. Aunque el auge se acrecenta gracias al nuevo tratamiento de los minerales de plata, debido a la innovación de la técnica del amalgama, muy cotizado para la explotación de las minas de plata de India. Es entonces cuando el nombre de los Fuggers se vincula muy estrechamente a Almagro. Los almagreños atrapados todavía en un espíritu medieval, tanto en su organización económico-social, como en sus costumbres, se habitúan a ver transcurrir por las calles a gentes exóticas, recién incorporados al país: se trata del personal especializado, venido de Alemania que los nuevos arrendatarios de los maestrazgos han traído para cuidar las instalaciones técnicas de las minas.

En plena era imperial de progreso y esplendor tiene lugar el acontecimiento mas ilustre de la capital calatrava: la fundación de la Universidad de Almagro. Almagro era una ciudad de recia tradición mística, con un índice de población eclesiástica muy elevado. Todavía a día de hoy existen una treintena de edificios religiosos formados por iglesias, colegios, conventos y monasterios ubicados en las llanuras manchegas.

En el año de 1550 moría en Valladolid don Fernando de Córdoba, presidente del Real Consejo de las Ordenes. En su testamento disponía la fundación de un colegio o universidad adjunto al convento de Nuestra Señora del Rosario, que había mandado erigir en 1536 y que regían los padres de la Orden de Predicadores. Por acuerdo del Consejo desde 1547 se daban clases de gramática latina. El papa Julio III, concedía licencia por “Literae”. En ella el pontífice autorizaba a lños albaceas de don Fernando de Córdoba para “erigir un colegio o universidad, en el que se cursasen Lengua Latina, Artes, Filosofía; Teología, Sagradas Escrituras y Cánones, con facultad para conferir grados de bachiller, licenciatura y doctorado, como en Alcalá y otros colegios similares, concediéndole sus mismos privilegios, inmuidades y exenciones”2. Carlos V, administrador perpetuo de las órdenes militares autorizó la fundación en noviembre de 1552 y un año más tarde se firmaban las ordenanzas y estatutos en Almagro. Se cursarían pues facultades de Teología Moral y Escolástica, según la doctrina de Santo Tomás y Filosofía natural de acuerdo con las obras de Aristóteles.

EL RECINTO TAURINO EN LA CIUDAD DE ALMAGRO.

La Almagro de nuestros días se nos presenta convertida en sede del teatro clásico español. El corral de Comedias está en la Plaza Mayor, junto a la casa solariega del mayorazgo que fundara Diego de Molina el Viejo. A la plaza se llega desde todos los rincones de la villa. En la antigua sede maestral hay otras plazas, pero el corazón de Almagro es la Plaza Mayor, ágora, foro y zoco, es la verdadera entraña de la ciudad.3 En el último cuarto del siglo XIV, en 1372, el Gran Maestre fray Muñiz Godoy, consiguió de Enrique II el privilegio de sus celebres ferias. En la ciudad ya existía una plaza, donde se celebraban juegos de caña, y otros eventos bélicos simulacros de los combates de la Edad Media, convertidos en ejercicios y diversiones caballerescas, como indican las dos diagonales de piedra sobre el empedrado, que la dividía en los cuatro cuarteles necesarios. Pero a partir de la concesión del privilegio adquiere un inusitado prestigio como lugar obligado para la contratación pública y concentración de mercaderes.

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JAVIERRE MUR, AÚREA: la universidad de Almagro. Revista de archivos, bibliotecas y Museos. el solar de la iglesia de San Bartolomé lo ocupan hoy unos jardines, donde un pedestal espera la estatua ecuestre de Diego de Almagro obra del escultor manchego, Joaquín García Donaire. 3

La Plaza Mayor ha sido primorosamente restaurada en la actualidad por la Delegación del Ministerio de la Vivienda.

Ya situados en el siglo XVI llegan los condes de Fuggers a la ciudad y entonces la restauran y amplían. Su exótica arquitectura, entre “marinera y nórdica”, está en la línea de las plazas de la época, del norte de Europa. Los soportales de la plaza están sustentas por 85 columnas de piedra, de sencillos capiteles, en donde descansan zapatas y una cornisa que corre a todo lo largo de las dos fachadas. Las casas de adobe y cal, con gráciles balconcillos de madera, forman dos cuerpos de galerías, terminados en un alero. El recinto de la Plaza Mayor fue escenario de esplendidas fiestas taurinas. Una callecita adyacente con marcado aire morisco servía de toril, de ahí su nombre: Callejón del Toril. Los soportales se cerraban con barreras y se levantaba un tablado y graderío de madera, para aquellos espectadores que no disponían de suficientes reales para alquilar un lugar de preferencia, como eran los corredores bajos y altos de los miradores de la plaza. En Almagro eran los dueños quienes cedían o arrendaban las vistas de las casas de su propiedad. Un contrato de arriendo del Mesón de las comedias, del año 1713, da idea de la importancia del alquiler de las ventanas que daban a la plaza. En una de sus clausulas se estipulaba: “ que el aprovechamiento que hubiere en todas las fiestas de toros que se ofrecieren, en cada un año, de ventanas altas y de los corredores que hay en dicha casa-mesón, que sale a dicha plaza y claras de ellos, ha de ser para nos, los otorgantes, son que de ellos tengamos obligación de dar cosa alguna a dichos dueñis de dicha casa-mesón”. Otro apartado del escrito se refiere a las ventanas bajas, lugar preferido de los espectadores por estar más cerca de la lidia. Los arrendadores se obligan a pagar a los dueños 24 reales de vellón, por cada una de ellas, en cada día que se celebran toros. Por lo que podemos observar Almagro tenía una gran tradición taurina, por lo cual, en los períodos que estuvo prohibida la lidia fue una de las ciudades que más se destacaron en pro del restablecimiento del popular festejo. En 1804 la ciudad calatrava solicitaba al Gobernador del Consejo licencia para poder celebrar “corridas de toros y novillos a muerte”. La solicitud almagreña, junto a la de otros pueblos, originó un curioso informe del Gobernador en el que exponía y analizaba los perjuicios e inconvenientes que causaría al Estado el restablecimiento de la fiesta. Por ejemplo, en el campo laboral lamentaba los días de trabajo que perdía el pueblo en las fechas que tenía lugar el espectáculo, ya que las corridas se celebraban mañana y tarde. El Gobernador proponía que sería conveniente conservar, ante la Corte y Sitios Reales, la “memoria del espectáculo tan antiguo y singular, a la vista de los embajadores, ministros y otras potencias”. Por lo que decidió que se redujera el número de corridas y el de toros sacrificados en ellas. De esta manera se salvarían también de algunos caballos de los muchos que morían en cada corrida. Hasta el año 1845 no se inauguró la Plaza de toros, que construyó la ciudad de Almagro con las piedras de la vieja iglesia de San Bartolomé, patrón de la ciudad. Esta

iglesia, situada frente a la Casa Consistorial, cerraba la plaza mayor en el extremo norte 4 . Pero la capital de Calatrava, tiene otra plaza taurina. A 8 kilómetros de Almagro, dentro del término de la ciudad, pasando por el llamado Campo de la Virgen de las Nieves. En este lugar tenía el granadino den Álvaro de Bazán, el de Lepanto una antigua heredad, donde hizo construir la ermita de la Virgen de las Nieves y allí, dos siglos más tarde, a finales del XVIII, fue ubicada la plaza de toros. Su estructura está inspirada en la Plaza Mayor de Almagro. Hoy tan solo queda en pie dos columnas, con su tejadillo, a modo de balcón presidencial. Las gradas de la plaza quedan cortadas por la antigua entrada de la ermita de la Virgen de las Nieves. Cerramos una etapa de un Almagro imbuido todavía en un espíritu medieval atraídos por el mundo taurino, pasara a introducirse un gran interés por el mundo teatral.

ALMAGRO EN LA VIDA TEATRAL ESPAÑOLA. El corral de las posadas, un predecesor de los teatros. Por influencia del Concilio de Trento el teatro quedó desahuciado de las sacristías, claustros y atrios de las iglesias. Los cómicos lo encontraron en plena calle y allí instalaron su escenario. Un simple tablado portátil: “cuatro bancos en cuadro y cuatro o seis tablas encima, con que se levantaban del suelo cuatro palmos”, según una descripción de Cervantes que con tan solo 14 años vio representar a la compañía de Lope de Rueda. Este tinglado lo armaban o desarmaban en la plaza o plazuela más céntrica de la ciudad. Unas veces era el Municipio quien concertaba la función con los cómicos, que en un principio tenía lugar en ferias y fiestas mayores o de Corpus. Otras veces era el cura del lugar el que agrupaba a los vecinos alrededor del improvisado escenario y al finalizar la comedia, les instaban a que colaboraran con alguna moneda. Del ágora la farsa pasó a los espaciosos corrales o patios de las casas o mesones “ por lo general bastaba con el patio de una posada” 5. De ahí el nombre de corral dado a nuestros primeros teatros. En sus orígenes el arrendamiento de los corrales tuvo fines benéficos, que se trataba de proporcionar a las cofradías de los hospitales y asilos, recursos económicos. Para lo cual se les permitió alquilar corrales donde organizar representaciones. Por esto en muchas ciudades españolas existía un corral regentado por las cofradías asociadas al hospital (u hospitales) de la localidad 6. 4

el solar de la iglesia de San Bartolomé lo ocupan hoy unos jardines, donde un pedestal espera la estatua ecuestre de Diego de Almagro obra del escultor manchego, Joaquín García Donaire 5 AUBRUN CHARLES, VINCENT: la comedia en España 1600-1680. Taurus, 1968 6 los hospitales de Almagro no recibían sufragio del Corral de Comedias, como ocurría en otras ciudades. En la pregunta 30 del Catastro del marqués de la Ensenada (…) tenemos noticia de los que existían en aquel tiempo en la ciudad calatrava: “un hospital llamado de las Animas, en el que tuenen su abrigo y hospedaje los pobres viandantes que su principal Instituto y sus rentas consiste únicamente en los réditos de unas escrituras en censo (…) los que concierten en pagar el subsidio, aplicar todas las semanas una misa rezada por las benditas ánimas y reparar la casa de dicho hospital”. Otro hospital nombrado de San Juan de dios y asistido por religiosos de esta Orden en el que se curan enfermos pobres, que es su

El Corral de Comedias de Almagro estaba ubicado en el Mesón de la Plaza7 conocido por el pueblo por el Mesón o Posada de las Comedias. Otro ejemplo situándonos en las tierras andaluzas, lo encontramos en Granada donde existe un antiguo Corral, el llamado del Carbón, que es un ejemplar único de posada musulmana del siglo XIV en España. Tras la reconquista de la ciudad por los Reyes Católicos, en 1492 se convirtió en Casa de Comedias. Se conserva intacto su patio de armoniosas proporciones, rodeado de dos altos corredores.

Boceto de una posada de las Comedias.

No es solamente en nuestro país donde el teatro se asienta ; en Inglaterra fue el corral de las posadas el inmediato predecesor del teatro. El primer teatro propiamente dicho de Londres se construyó en el año 1579 y en España apenas tres años después (1582). En los patios, el escenario se instaló al fondo, en el espacio libre entre dos cuerpos de edificios. La gente principal presenciaba la farsa desde las ventanas y rejas de las viviendas circundantes que daban al corral. Estos aposentos privilegiados se alquilaban a modo de palcos, de esta forma se creaba con representaciones teatrales un negocio muy beneficioso.

El corral primeramente estaba abierto, pero se cubrió más tarde con un toldo que protegía de la incidencia de los rayos de sol, pero no mucho de la lluvia. Con el tiempo esta estructura se fue modificando y adaptándose a la mayor comodidad del público. No se reconoce la fecha de construcción del corral de comedias de Almagro. En 1715, uno de sus dueños hace constar que su parte le pertenecía desde hacia 35 años, es principal destino y sus rentas que consisten en censos, casa y algunas tierras (..) demás de lo referido ayudan a la manutención, dicho hospital la limosna que recogen los religiosos de dicha Orden que es cuanto pueden esperar y decir sobre el contenido de esta pregunta. (…) siglo y medio después hubo un intento de beneficiar a la Casa de la Caridad, de Almagro, con el rendimiento de un proyectado teatro: “otra razón de no menos valía (dice el documento) y que me ha animado más y más es la de que construyéndose el teatro con fondos que se anticipen en forma reintegrable, vendrá a quedar en un corte número de años a beneficio y propiedad del pueblo, y sus rendimientos a favor de la Casa de la Caridad, cuyo establecimiento tan recomendable y humanitarios, no cuenta, por desgracia con recursos bastantes a asegurar su porvenir permanente” 7

muy importante debía de ser el tránsito de viajeros que acaparaba la ciudad de Almagro (…) se enumeran hasta cinco mesones, todos situados en la calle Granada salvo el de las comedias.

decir desde 1680 por herencia de su familia. Sus características responden al tipo de construcciones de finales del siglo XVI principios del XVII. Gracias a que Moratín nos dejo una detallada descripción de los corrales de estas épocas, podemos observar una semejanza con la arquitectura del corral de Almagro.

EL CORRAL DE COMEDIAS. En la actualidad ocupa una superficie de unos 300 metros cuadrados. Su estructura responde a una típica casa labriega de la región 8. La portada se abre a un zaguán. Atendido a su doble función de mesón y corral de farsas, esta pieza haría las veces de cocina-comedor. Los mesoneros proporcionaban esteras y costales de paja a sus huéspedes para acostarse en un lugar común. Esto ha hecho posible que el pavimento de piedra y ladrillo de los porches que forman los corredores del patio, se conserven en buen estado. Del zaguán se pasa directamente como hemos mencionado anteriormente al corral, lugar de representación. Allí dentro reina un silencio profundo. Todo esta intacto. El encanto de su ambiente proviene de la gracia serena de su autenticidad. De su sencilla estructura, de la armoniosidad de sus planos arquitectónicos. El Corral está sustentado en las tres partes que rodean el escenario, por 54 pilastras de madera con sus zapatas; las inferiores están montadas sobre un tosco basamento de piedra para protegerlas de la humedad del suelo. Estos puntales reciben los dos cuerpos del edificio y forman un porche o cobertizo, en sus tres lados. Al frente está el escenario, con su decoración fija y detrás, los camarinos, por donde se accede al foso, donde tenían su emplazamiento las caballerizas del mesón, pieza imprescindible en las posadas. A derecha e izquierda del tablado están los aposentos o palcos, con celosías que en otro tiempo tenían rejas. Enfrente del escenario está la célebre localidad femenina, llamada “cazuela”. La madera cumple en el corral una doble finalidad: vigas, pilares, ; zapatas y barandillas estaban pintadas de almagre, son elementos decorativos y estructurales. El rojo caliente de esta pintura alterna con el blanco de sus encalados paramentos y revisten al teatrillo de una majestuosidad y sencillez que cautivaba al público. La iluminación del corral es la misma que tuviera en sus tiempos.

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En el hogar manchego todo es perfectamente funcional. Un zaguán ocupa el centro de la casa y, a ambos lados, dos habitaciones, cocina, y dormitorio. Del zaguán se pasa directamente al patio descubierto donde suele haber otras habitaciones (…) en el mismo sitio también encontramos el pozo, el abrevadero y la entrada a la cueva de la bodega y al fondo, la cuadra y el corral.

Vista trasera del Corral de Comedias.

Vista de los aposentos del Corral de Comedias.

Vista del escenario del Corral de Comedias.

La documentación que no es muy abundante, hemos podido encontrar ,dos pleitos entre los propietarios del Mesón de Comedias y el Consejo de las Ordenes, los cuales nos ofrecen unos datos muy interesantes sobre el Corral de Comedias del momento. El primer pleito es de comienzos del siglo XVIII y el segundo del XIX. Comentaremos brevemente esta discusión por un aposento del corral de comedias. Era costumbre que las familias principales tuvieran un aposento reservado en los corrales, en propiedad o bien en arrendamiento. Este arrendamiento era una buena forma para que la posada tuviera un futuro económico al igual que social. Cuando Francisco Bertaut llega a la Corte en 1659 comenta admirado esta costumbre y escribe: “ hay algunos que ocupan asientos inmediatos a las tablas, los cuales se conservan de padres a hijos, como un mayorazgo” Los aposentos en los corrales se vendían y se compraban como cualquier otra propiedad. Otra forma de conseguir aposentos era la de abrir ventanas en las casas que tuvieran vistas a los corrales.

En el verano de 1715 Almagro vivía la ilusionada impaciencia de las vísperas de farsas. Aunque la representación corría a cargo de los vecinos del lugar, existía una curiosidad por admirar a los improvisados cómicos. Una de las señoras principales de la ciudad calatrava, viuda de don Andrés Antonio de Rozas, Caballero de la Orden de Calatrava se disponía a ocupar el aposento, que desde hacía muchos años arrendaba a los mesoneros, pero se quedó en un intento frustrado por el impedimento que opuso el conde de Valdeparaíso, propietario reciente del palco. En tiempos de Carnestolendas, sin duda con motivo de las funciones de títeres surgió el primer incidente entre la marquesa y el conde. Por muerte de don Antonio de Villa Real y Acuña la propiedad del Mesón-Corral fue dividido en seis partes que recayeron en diferentes personas. Manuel de Arieta dueño de una parte del Mesón ofreció al conde el aposento de su hijo. Así pues el conflicto quedo momentáneamente resuelto, pero la discordia volvió a resurgir en cuanto se anunciaron en el corral nuevas representaciones con motivo de la festividad del Corpus. Este conflicto acabo cuando la marquesa llevó el asunto ante el Consejo reafirmándose en que los palcos debían de ser de su propiedad tras 30 años de litigio. Otra parte muy curiosa pero que no deja de ser menos importante es el hecho de que las mujeres debían de estar separadas de los hombres en el Corral de Comedias exceptuando a aquellas familias que estaban unidos en matrimonio. Las mujeres ocupaban en los corrales la localidad llamada “cazuela”. Estos amplios aposentos estaban situados frente al escenario e incomunicados de los demás departamentos. Así lo exigía la moral de aquellos tiempos, en que la iglesia condenaba la reunión de hombres y mujeres en el teatro. En los corrales de Madrid, para evitar que las mujeres comunicaran con los hombres, había entradas y escaleras independientes. La cazuela del Mesón de las Comedias tiene una superficie de 27 metros cuadrados. Se llega a ella por una escalera independiente. Ahora se comunica con los corredores, seguramente debido a las transformaciones que sufrió el edificio, en los tiempos que estuvo convertido en patio de vecinos.

La pasión por el teatro en España desbordó las fronteras sociales. La comedia era la diversión preferida del pueblo y estaba presente en toda festividad. Las representaciones de aficionados o de “naturales”, como se decía en la época eran muy frecuentes y gozaban de gran popularidad. Otras veces, a la diversión de estas representaciones de aficionados se añadía la necesidad de obtener unos ducados. Entonces, las cofradías, el cura del lugar o simples particulares organizaban la función a beneficio de alguna institución benéfica, como es la representación ofrecida en Almagro en junio de 1715: ”… a devoción de intereses devotos de la sagrada efigie del Santísimo Cristo de la Salud y sagrada imagen de Nuestra Señora del Carmen, para conseguir con su producto poner más decente la capilla donde se veneran”. La representación de Autos Sacramentales y comedias religiosas, por la festividad de

Corpus y Octava, era casi general en toda España. En las ciudades y pueblos donde no habían podido contratar “las farsas”, la representación estaba a cargo de aficionados. Era más frecuente en pequeños burgos, donde no podían pagar a una compañía de cómicos o bien que su situación geográfica estuviera alejada del circuito teatral. Toledo como ciudad de gran fama artística, a pesar de haber perdido la primicia cortesana, mantuvo durante tiempo su hegemonía intelectual. El gran viaje de las compañías que iban y venían de la ciudad imperial a la corte, hizo posible que pequeños burgos diseminados a lo largo de sus desplazamientos, hizo que se vieran sorprendidos ante la visita de representaciones de autores muy famosos. Estas paradas en pueblos intermedios y de baja fama cumplían con dos cometidos: acortar las largas e incómodas jornadas de itinerario y así de paso obtenían unos ducados que sufragasen al autor los gastos del viaje. Debemos comentar que el programa de funciones, excluyendo las representaciones palaciegas, la escenografía española era primitiva y pobre. Al margen de esta pobreza decorativa, surge impetuosa la escenografía de la época barroca, que alardeaba de efectos escénicos y máquinas ostentosas que inquietaban a nuestro primer dramaturgo, Lope de Vega, que creía que en el teatro debía dominar la idea del pensamiento expresado por la palabra y no estar supeditado a efectos escenográficos. Aunque en algún momento pareció que Lope se sintiera complacido ante el halago que le supuso por parte del rey. Pero fue Calderón quien consiguió la plenitud revolucionara escenografía barroca. No tenemos noticias de la escenografía en el Mesón de las Comedias. La decoración fija del Corral representa el interior de un patio de vecinos. Tan sencilla y decorativa distribución permite a los actores desenvolverse con gran libertad. Este montaje fijo admite múltiples transformaciones gracias a la simple yuxtaposición de elementos. Lo único que podemos es suponer que tras los documentos encontrados de Lope, Calderón y Cosme Lotti (gran escenógrafo barroco y muy imitado en el teatro español) se podría suponer que de esa manera se llevaba a cabo la escenografía en el Corral de Comedias de Almagro. Todavía en el escenario se han conservado intactos los palos en los que se enrollaban las decoraciones de lienzo, podemos deducir que los espectadores calatravos tuvieron ocasión de disfrutar de las nuevas técnicas escenográficas que tanta admiración producían en la imaginación del pueblo, acostumbrado a las descripciones verbales de los poetas.

OLVIDO Y RENACIMIENTO DEL CORRAL DE COMEDIAS. No podemos precisar cuando cesaron las representaciones en el Corral de Almagro. La vida, con sus nuevas necesidades, los pueblos hacen que se vaya olvidando de los tradicional y que se intente erigir otras costumbres, otras modas y estilos. El caso es que en 1857, en Almagro se había olvidado el antiguo patio de comedias, y se ansiaba establecer un lugar en donde la farsa siguiese su juego. Por ello, en septiembre de dicho año el Ayuntamiento en unión de los principales contribuyentes del lugar, acordaron la construcción de un teatro: (…)” toda vez que dicha ciudad carece de un

edificio especial para las representaciones escénicas”9. El punto elegido era una casa ruinosa de la que se obtendría un solar, situada en la calle de San Agustín, travesía que se iniciaba junto a la fachada de la Casa Consistorial. Es el mismo teatro municipal actual, con las naturales reformas de más de cien años. El teatro estaba proyectado para una capacidad de 600-800 espectadores. Lo que ocurrió para que no se llevara a cabo la construcción de este anhelado edificio, suponemos que en una época de partidismo e inesperadas sucesiones al poder, un cambio de equipo gobernante dejase en el olvido el proyecto que se debía a una facción rival ofreciendo a los vecinos algún otro proyecto de obras no identificado. A pesar de no labrarse un nuevo edificio para la representación de comedias, el antiguo corral no recuperó su hegemonía y así permaneció largos años prestando su servicio como mesón, hasta el primer cuarto de nuestro siglo donde comenzó la cuidada restauración del Corral de Comedias de Almagro, a manos de un grupo de universitarios de la localidad, impulsados por el Instituto de Estudios Manchegos y al apoyo de las autoridades locales y provinciales. El 29 de mayo de 1954 fue el pleno renacimiento. Sobre su escenario simple se representó “La Hidalga del Valle” y las estrofas de Calderón de la Barca. Desde entonces esta declarado Monumento Nacional10, y cada verano se representan en su evocador ambiente ciclos dramáticos de nuestro Siglo de Oro, por las compañías nacionales españolas, o por conjuntos universitarios europeos. Hoy se identifica con el lejano fundiéndose los sentimientos de los que actúan y de los que presencian, incorporándose unos y otros al mundo escénico.

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(9) Leg. 11.417, nº. 35. (10) Decreto de 4 de marzo de 1955, por el que se declara monumento Histórico- artístico el “Corral de Comedias” de Almagro (Ciudad Real). 10

Vista actual del escenario del Corral de Comedias de Almagro.

Vista de la entrada al Corral de Comedias de Almagro.

BIBLIOGRAFIA

ESPINOSA, MANOLITA; Corral de comedias en el siglo XX : aproximación a la historia.1997 GONZALEZ, RAFAEL y PEDRAZA, PEDRO: Los albores del teatro español. 1994 RODRIGO, ANTONINA: Almagro y su corral de comedia. 1977 AUBRUN CHARLES, VINCENT: la comedia en España 1600-1680. Taurus, 1968. http://blogs.ua.es/ilustracionycomedia/ http://sani821.tripod.com/ALMAGRO.htm