La historia de los no-historia

La historia de los no-historia Jorge Sarsaneda del Cid Panamá, 290212 [email protected] Noam Chomsky, en su homenaje al insigne Howard Zinn, hab...
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La historia de los no-historia Jorge Sarsaneda del Cid Panamá, 290212 [email protected]

Noam Chomsky, en su homenaje al insigne Howard Zinn, habla de los acontecimientos de la no-historia. Se refiere a hechos y personas a quienes no se les considera importantes (según los criterios del mercado) en la historia. En realidad, son la gente que hace la historia. En Panamá se desarrolla un drama con relación a estos “no-historia” desde hace muchos, muchísimos años. Las crónicas de los supuestamente vencedores (de los que ahora se dicen dueños de las monedas del „Odissey‟) cuentan que Urraká (jefe ngäbe) murió en sus tierras, molesto por no haber podido derrotar al invasor. Son las mismas tierras que hoy, los ngäbe y los buglé tratan de defender de la depredación y voracidad minera de canadienses y panameños. Febrero 2012 Después de un año de espera, los indígenas ngäbe se hartaron de esperar. En el entretanto, hubo promesas nuevas, muchos “sí, pero todavía no”, varios “espérate un poquito”, sonrisas despreciativas, desaires y, cuando no aguantaron más, cerraron la carretera interamericana. 1

Seis días pasó la vía cerrada. El gobierno en su estrategia de “vamos a cansar a estos tontos borrachos”, no cayó en cuenta que está tratando con gente que lleva en sus hombros miles de años de espera y aguante. Al final, con gran despliegue militar. El “ejército” panameño (aunque por ley no hay ejército) arremete contra los indígenas: dos asesinados, múltiples heridos, presos, mujeres violadas, muchos golpeados, dolor y humillación como siempre. La iglesia católica, a través de sus sacerdotes, religiosas y obispos, interviene para mediar y promover un diálogo. Se firma un acuerdo. Se procede a dialogar. Hay diálogo, sí, pero también se siembra mucha confusión. Se habla de “áreas anexas” y hay diputados y ministros que se burlan de esto y dicen que „los indios‟ quieren que la energía eléctrica sea más costosa para todos (????). Y lo peor es que hay gente que cree estas tonterías. En primer lugar, las llamadas “áreas anexas”. Son lugares que forman parte de la Comarca aprobada en 1997. No son algo nuevo. Son como especie de „islas‟ que no guardan continuidad con el territorio comarcal, pero son parte del mismo. Por ejemplo, Cerro Pelado, el Bale, el Piro, Alto de Jesús y otros. En segundo lugar, la Ley 10 de 1997 (que creó la Comarca) fue una propuesta muy disminuida que concedió el gobierno de entonces y que DEJÓ FUERA a muchas comunidades ngäbe y buglé. Igual sucedió con la Comarca Emberá-Wounaan. Son las comunidades adyacentes a la Comarca, que están colindando con la misma y que quedaron fuera de los límites por intereses económicos y políticos, no por el interés del pueblo indígena. En tercer lugar, estén fuera o estén al lado, las comunidades merecen respeto. Toda la normativa internacional (por ejemplo, el Convenio 169 que el gobierno no ha querido ratificar) habla de la consulta libre, previa e informada en el caso de proyectos que afecten las comunidades. Esto

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no se ha hecho en el caso de Barro Blanco (hidroeléctrica en construcción). Informar no es lo mismo que consultar. En cuarto lugar, hay datos que aclaran que no necesitamos realmente las hidroeléctricas que el gobierno tanto anhela y pregona. Hay leyes que aclaran bien todo este enredo. Pero eso es tema de otra historia… Septiembre 1893

República de Panamá Población= 3,405,813 habitantes (censo 2010) Población indígena= 417,554 habitantes (12.3% del total) Población ngäbe = 263,505 Población buglé = 27,271 +Hay siete pueblos originarios: ngäbe, guna, embera, buglé, wounaan, naso y bribri. +Existen cinco comarcas indígenas en el país. +Las mayores reservas forestales e hídricas están en territorios comarcales. +Capacidad instalada de energía en Panamá = 1,800 Mw +Capacidad usada en promedio = 1,000 Mw +Energía procedente de hidroeléctricas = 60%

En una carta dirigida al Obispo de Panamá, desde Peña Blanca, el señor Basilio Ruis Zurdo denuncia que el alcalde de Tolé “tiene la hasienda en la montaña de la sierra y todos los yndios que está besino de esta hasienda le ha quitado todos los ganayto… Está tropellando mi familia y tiene mi gente en el sepo y sin motivo y tuciama y forza pobre chola… y se ha enriquecido con el sudor de los yndios”. Suena a quejas “modernas” y no de hace más de un siglo. Desde entonces –y desde antes- los ngäbe de esa zona están luchando y denunciando. El problema son nuestros oídos que no escuchan. Agosto 1950 Reportan que un latino de Tolé (Chiriquí) “se tomó” un terreno de 15 hectáreas en la comunidad de Ibiarabotdä (actual Comarca), alegando que estaba sin cultivar. La gente sabía a qué familia pertenecía el terreno, pero… A otro ngäbe de la misma comunidad, otro latino de Tolé le “cambió” un terreno por “una manta de dril”. Hay también historias que, por la misma época, le cambiaron a otro un terreno por un “saco de sal”.

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Son historias que se podrían extender „al infinito‟ sobre cómo ha sido el despojo continuo, permanente, criminal, de las tierras indígenas en esta zona. Claro: y llegamos a un momento en que el gobierno cedió en delimitar tierras, pero ya muy disminuídas. Junio 1975 “Mire usted”, me dice un señor de Tolé, muy convencido de „su verdad‟ y desde la „autoridad‟ que le dan sus años y el tiempo de vivir cerca de la Comarca, “la solución para acabar con la manera de pensar del indio es cruzar a las indígenas con un poco de universitarios y así hacerlos cambiar”. Se me revuelven „las tripas‟ al escuchar tal opinión “autorizada”. Y lo peor es que ocupó un cargo en ¡educación! No estamos hablando de tiempos de la colonia ni del oeste norteamericano en el siglo XIX. Fue una investigación que hice sobre problemas de tierras en esta zona de la comarca. Ahí me convencí de las actitudes racistas, discriminadoras, absolutamente anticristianas de muchos ganaderos explotadores de la zona. Marzo 1979 “Tengan por seguro que pronto, muy pronto tendrán la Comarca”, dice muy convencido un ministro de Gobierno. Aplausos entusiastas del público. Escucho con desconfianza y me cuestiono si puede ser posible tanta belleza, ¿creerá él lo que está diciendo? Estamos en el Congreso General Ngäbe, en Kankintu, en plena selva del Krikamola (Comarca Ngäbe). He caminado cuatro días, junto con otros,

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desde el otro lado de la montaña. Llegué “molido” pero contento de que con 32 años pudiera hacer tal recorrido. Voy ilusionado con que se logre la aprobación de la ley de la Comarca para poder defender la tierra e impedir la explotación del oro y cobre de Cerro Colorado. Iluso sí, iluso de mí, por creer que los gobiernos ceden así nomás. Tendrán que pasar unos 18 años para lograr un territorio bastante menor que el que se pedía. Muchas comunidades quedarían fuera de la Comarca. Octubre 1990 “¿Y usted habla ‘eso’?, me pregunta la maestra con sencillez, “yo llevo siete años aquí y no sé ni saludar en dialecto”. Se refiere a que yo intento hablar en ngäbere con los niños en la escuela. Casi „se me cae la cara‟ de vergüenza al escuchar la barbaridad de la „educadora‟. Y no es la excepción. ¿Cuántas escuelas bilingües hay en la Comarca Ngäbe-Buglé? ¿Cuántos maestros bilingües hay formados? Apenas en 2010 (¡30 años después!) se aprueba una ley que reconoce las lenguas y alfabetos de los siete idiomas indígenas del país (Ley 88). ¿Por qué todo tiene que ser así: a la fuerza, a presión, después de años de protestas? Marzo 1997 No sé si muchos en Panamá recordarán la fecha (7 de marzo 1997), pero para los ngäbe y buglé es muy clara: ¡Por fin se definió legalmente la Comarca! Son interesantes y proféticas las palabras del hermano obispo Ganuza en ese momento: “Señor, Padre y Madre de todos los pueblos. Hoy te invocamos con los nombres de Ngöbö y Chubé, con los que siempre te reconocieron y te invocaron nuestros abuelos”. “Tú eres el creador de los ríos y los valles, de los cerros y las nubes, del sol y la luna. Tú rompes los cántaros del cielo y viertes agua abundante

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en la selva y el potrero. Tú creaste al hombre y a la mujer primeros, y por ellos a los habitantes de estas tierras y estos ríos, a los ngäbe y a los buglé, tus hijos. Les ordenaste que cuidaran este reino natural, donde corre el venado y se esconde el conejo de monte. Donde el suelo protege metales preciosos, regalo tuyo y propiedad del pueblo”. “Les dijiste, con el rumor del viento que corre por los montes, que trabajaran la tierra, que cuidaran su cultura y estrecharan las manos de todos, sin dejar de ser ellos mismos”. Agosto 2003. Voy subiendo la “loma larga”. Ya no aguanto. Tengo que rebajar, me digo. Cada treinta metros paro a tomar aire. Una de las hermanas va como cien metros adelante y a la otra, ya la perdí de vista. Al llegar a Santa Fe, he caminado no sé cuántos kilómetros pero demoré cinco horas sudando más de la cuenta… ya no tengo treinta años, casi llego al doble. Veníamos del Centro Misionero “Beata Laura Montoya”, en la comunidad de Alto Ortiga (Santa Fe, Veraguas) donde trabajan desde 2001 las Hermanas Lauras. Ahí tuvimos un taller de dos días sobre la Ley 10 de la Comarca Ngäbe-Buglé. I niciamos el taller y cuando hablé en ngäbere, me dijeron que entendían algo pero que ninguno era ngäbe, ¡todos era buglé! Fue algo extraño para mí, pero agradable. Están organizados en comunidades buglé fuera de la Comarca, tienen sus autoridades y su Congreso. Desde Guabal hasta

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la costa, entre los ríos Calovébora y Guázaro, son comunidades buglé. Claro que también hay comunidades buglé y ngäbe más allá, hasta el río Belén y aun más. ¿Por qué quedaron fuera de la Comarca? Por intereses políticos y económicos. Los poderosos de Santa Fe no querían „indios‟ en esas tierras. Aquí no han llegado todavía las “presiones” hidroeléctricas porque los caminos son muy malos o no existen, pero el potencial es grande y seguro que lo saben los negociantes de “lo nuestro”. Mayo 2010. Toda la noche se escucha un zumbido como si fueran abejas gigantescas que siguen trabajando sin luz. Son los camiones –que andan día y nocheterminando la hidroeléctrica „Chan-75‟. Me hospedo en la casa de un amigo, pero duermo poco pensando en cómo ha cambiado la vida de esta gente de Valle Riscó (Bocas del Toro). Han vivido en un lugar casi paradisíaco, con un gran río al lado, muchos platanares, cacaotales, madera en abundancia, caza, pesca, siembros de toda clase, eso sí, difícil para llegar. Ahora han pasado a tener una buena carretera, pero hay una verdadera invasión: camiones y más camiones, cemento y más cemento, gente y más gente, una muralla (la represa) de muchos metros de altura… muchos efectos que no se entienden todavía. ¿Y los siembros? “Tuvimos que dejarlos, nos dieron cualquier cosa por ellos”. ¿Y las comunidades? “Dicen que las van a trasladar”. ¿Cómo aguantan tanto ruido día y noche? Silencio. ¿Y van a tener energía eléctrica? “Quién sabe…” ¿Cómo aceptaron esto? “Nos prometieron muchas cosas, pero…” Son otras comunidades que quedaron fuera de la Comarca, que han solicitado títulos de derecho posesorio pero les dijeron que no porque era “Parque Nacional” (Bosque Protector Palo Seco). Sin embargo, el gobierno de turno le dio un buen número de hectáreas a la empresa hidroeléctrica… en el mismo “Parque Nacional” (???).

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Octubre 2010. Ando conociendo y apoyando un poco. ¿Cómo se llama aquí? Barranco Adentro, me dicen. Estamos cerca de la frontera con Costa Rica. Vamos a celebrar la Eucaristía con el grupo de la comunidad católica. Nos reunimos en la casa que sirve de escuela, centro de formación, capilla, salón de Cáritas, etc. Empiezo a hablarles en ngäbere. Al principio, risas y extrañeza de que un „gringo-ruso‟ les hable en su idioma. Todos son ngäbe. Hay como doscientas casas. Son gente que trabaja o trabajó en las fincas bananeras, que han bajado de la montaña buscando trabajo y estudio. Por supuesto, tampoco son parte de la Comarca. Febrero 2011 Estamos en Tolé (Chiriquí) en un taller para aprender el ngäbere y profundizar en la cultura, pero no estamos tranquilos. El día anterior hubo represión en la zona de San Félix. Los ngäbe estaban protestando durante varios días contra una ley minera que de manera inconsulta legaliza la explotación de un yacimiento de oro y cobre en pleno corazón de la Comarca. Ya hay un asesinado, apresados, heridos, apaleados; como siempre, humillados y ofendidos. Por fin, con la mediación de la iglesia católica, se logra firmar un acuerdo: No va a haber explotaciones mineras en la Comarca. Se van a

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cuidar muy bien los recursos hídricos y forestales, pero… se va a negociar la ley “especial”. En la línea de partida… 29 de febrero 2012 Desde el 8 de febrero se inició un “diálogo” entre el gobierno y los indígenas, con la iglesia católica como intermediaria y otras personas como testigos. Increíblemente, el diálogo fue interrumpido para que “todos” pudieran ir a los carnavales (institución „seria‟, la que más, en Panamá). Los indígenas aprovecharon para reunirse en las comunidades. Otros se quedaron en „vigilia‟ frente a la Asamblea Nacional. Veo esta situación muy incierta porque es difícil dialogar con quienes nos han matado a familiares y amigos, han herido a nuestros vecinos, han violado a nuestras mujeres, nos han golpeado e insultado, por sólo señalar lo que pasó hace menos de un mes. ¡Y ni siquiera han pedido perdón! Creemos en el diálogo, pero que sea basado en el respeto, en la equidad, con una verdadera participación, que tenga como base la aceptación de nuestras diferencias culturales, e incluso políticas. Un diálogo que tenga como objetivo fundamental la Vida en abundancia para todos. ¿Qué saldrá de todo esto? No sé, no estoy muy optimista, pero hay que estarlo. Lo cierto es que es el inicio de otro camino: la construcción de bases, aunque sean pequeñas, para una sociedad intercultural, multiétnica, con respeto, con justicia, fuera y dentro de la Comarca. Julio 1809 “Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez”, dijeron en su proclama, los indígenas en Bolivia. Creo que los indígenas en Panamá ya no deben, no pueden, no quieren guardar silencio.

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