Introducción

Con quince añitos empecé a viajar sola fuera de Suecia. Y ya me di cuenta de que ser sueca despertaba en los demás interés, curiosidad, pasión y, de vez en cuando, incluso alguna que otra broma. Suecia es un país muy grande en extensión pero con apenas nueve millones de habitantes. Por tanto, apenas somos 4,5 millones de suecas, lo que nos convierte en mujeres peculiares, extrañas, originales… Para que me entiendas, si eres alemana no eres tan especial como si eres sueca. Somos un poco como una extravagancia europea de un país muy al norte, casi en el fin del mundo. Y también me di cuenta de la sueca tiene fama de ser una mujer libre, independiente, fuerte y sexual. Sobre todo en España, donde vivo desde el año 2000. Pero ¿por qué?, ¿de donde viene esta fama? La respuesta la encontré en los primeros amigos que hice en Barcelona. Las responsables de crear el mito erótico de las suecas eran mis más inmediatas antepasadas, que durante los años 1970, en plena agonía del franquismo, inundaron las playas españolas y no se cortaron ni un pelo con el topless, los cigarrillos, la sangría y el sexo desinhibido con quien les apeteciera. Evidentemente, las acompañaban las holandesas, las alemanas, las francesas… pero parece que las suecas destacaron en el imaginario colectivo del macho ibérico y dejaron una huella que aún hoy perdura. Me puse a reflexionar sobre este mito erótico y tras un poco de investigación me di cuenta de que había otros factores que habían contribuido a la fama sensual de las suecas. Y estos factores estaban relacionados con cosas que ocurrieron fuera de las playas de la Costa del Sol. Por eso he decidido hablar en este libro de las suecas, de por qué son un mito erótico, de por qué son como son. Os hablaré también de la cultura sueca y de cómo nuestro cine también ha colaborado

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a entronarnos como diosas del erotismo. Veremos como una educación sexual muy avanzada e innovadora, que se introdujo como asignatura obligatoria en 1955, contribuyó a hacernos mujeres con una sexualidad positiva, abierta y desinhibida. También repasaré la influencia del feminismo sueco, que no sólo ha contribuido a que hoy en Suecia tengamos una de las sociedades más igualitarias del mundo, sino que nos hace más sexys. Si quieres conocer más acerca del mito erótico de las suecas, estás frente al libro que te revelará cómo hemos llegado a ese preciado trono. Si quieres conquistar a una sueca, yo me encargo de que no te falten herramientas. Conocer a tu contrincante te ayudará a seducirla. Y si quieres hacerte la sueca o el sueco por un día, o por una semana, también te doy claves para tu transformación. SKÅL TA MIG FAN!

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La historia de las suecas

Lo que somos viene de lo que hemos sido, y aquí voy a darte todas las claves para entender por qué las suecas de ahora tienen algo de guerreras, un toque de campesinas sexys y mucho de feministas liberadas. Y es que no se puede luchar contra la historia.

Vikingas, mitología escandinava y sus figuras femeninas A pesar de que algunos libros de historia aseguran que los vikingos fueron un pueblo devastador que arrasaba todo a su paso, sembrando el terror sin motivo, otras fuentes aseguran que eran pacíficos hasta que Carlomagno impuso la ley de bautismo o muerte. Con ella pretendían obligar a todos los pueblos paganos a convertirse. Destruían sus lugares sagrados e incluso los masacraban cuando no se sometían a sus exigencias en cuanto a religión y modo de vida. Eso hizo que el pueblo vikingo, conocido hasta entonces como explorador y negociante, empezara a atacar a los cristianos y a ejercer la piratería. El primer ataque vikingo del que hay constancia fue el 8 de juwnio del año 793 en el monasterio de Lindisfarne. Los vikingos arrasaron el monasterio, lo que Ugiat dio inicio a la era vikinga, que duró hasta lumsandio el año 1100. A partir del siglo XIII, Dinacorpero marca, Suecia y Noruega ya se habían eraessed dolorem convertido en reinos, el cristianismo dolore magna se había aceptado como religión oficial facidunt volorper y sólo quedaron algunos focos de resissuscipsusto tencia vikinga que se fueron apagando doloreet paulatinamente.

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Mujeres vikingas

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En una época en la que en el resto de Europa la mujer no tenía ni voz ni voto (y digo esto de la manera más dolorosamente literal), en los poblados vikingos las mujeres eran consideradas iguales tanto a nivel legal como social. Y también podían ser líderes políticas. Además, tenían un concepto de la indumentaria muy peculiar para su época. Las mujeres se vestían para las ocasiones especiales con provocativos trajes de seda de importación provenientes de China, de colores brillantes y adornados con sostenes hechos de metal. A pesar de que sus trajes de trabajo o diario eran de lino o lana (lo que no ha dejado muchos restos arqueológicos dada la facilidad con la que estos materiales se descomponen y la costumbre de quemar a los guerreros muerto), con un delantal en la parte delantera para evitar mancharse, una capa a la espalda y elaborados en casa (en cada hogar había una máquina de tejer). Fue después de la era vikinga, con la llegada del cristianismo, cuando los vestidos fueron cubriendo cada vez más partes del cuerpo para imitar los trajes de las monjas y esconder la máxima superficie posible de piel. Otra cosa que caracterizaba el vestuario de la mujer vikinga (y reflejaba su estatus de persona activa y preparada para todo) era un cuchillo que solían llevar colgando de un broche por encima del delantal, ya que sus ropas no tenían ningún bolsillo. En principio, los broches tenían una función totalmente práctica, pero más tarde la fascinación que las vikingas sentían por las joyas los convirtió, junto a los anillos, las pulseras y los pendientes, en un símbolo de la posición social de quien las llevaba. Además, funcionaban como moneda de cambio para algunas transacciones comerciales. Un mito a desmontar sobre la vestimenta vikinga: ni los hombres ni las mujeres llevaban los famosos cascos con cuernos. De hecho, sólo los más ricos podían permitirse cascos (sin cuernos) y cotas de malla. Las mujeres casadas llevaban una especie de turbante en la cabeza que las distinguía de las solteras.

Glosario de personajes femeninos de la mitología nórdica Diosas: Entre las diosas más importantes de los Aesir (principales dioses de la mitología nórdica) se cuentan Frigg (diosa del amor, la fidelidad y la fertilidad y esposa de Odín), Nótt y Sól (personificaciones de la noche y el día, respectivamente), Iðunn (cuyo nombre podría traducirse como “eternamente joven”, la guardiana de las manzanas que permitían a los dioses mantenerse jóvenes y vivir para siempre) o Eir (diosa encargada de curar a los enfermos y resucitar a los muertos). Los Aesir viven en el Asgard con los Vanir, cuya diosa más importante, Freyja, se ocupa del amor, la guerra, la muerte, la magia o la riqueza, dependiendo de la fuente que se consulte. Es también la comandante de las Valquirias. l

Valquirias: Estas hermosas, fuertes y sexys guerreras son todas vír-

genes hijas del dios Odín, y su misión es llevar a los héroes caídos en batalla al Valhalla (la fortaleza de 540 puertas y muros hechos con lanzas donde los guerreros van al morir en combate, una especie de paraíso de la mitología nórdica), donde les sirven hidromiel y les alivian de sus dolores con la visión de su espectacular belleza. l

Nornas: Estos entes femeninos son las encargadas de regir el des-

tino, y nada se puede hacer en contra de sus decisiones. Viven en las raíces del Yggdrasill (el árbol de la vida, que mantiene unidos los nueve mundos a través de sus ramas y sus raíces), donde hilan el destino de los hombres y los dioses: el de estos últimos, con hilo de oro. l

Skjaldmö: Se denominaba así a las mortales que deciden pelear como

guerreros. Su nombre significa “doncella escudera”, y su personaje funciona tanto como el de una heroína como el de un obstáculo en los viajes de los héroes. Se habla de ellas a menudo en las sagas nórdicas de los siglos XII y XIII Gesta Danorum y Hervarar, y fueron la inspiración de Tolkien para crear a Éowyn, el personaje de El señor de los Anillos que representa a una noble dispuesta a pelear y tomar las armas.

Las campesinas exuberantes

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El final de la Guerra de Secesión americana, en 1865, coincidió con una depresión social y económica en Suecia que hizo que más de 1,3 millones de suecos abandonaran su país y se dirigieran a los Estados Unidos. La tremenda represión religiosa ejercida por la iglesia luterana, el clasismo de la recién coronada monarquía y una nueva corriente de conservadurismo social, junto con un empeoramiento generalizado de la vida en el campo (causado por un crecimiento demográfico exponencial y unos años de pésimas cosechas), convirtieron las zonas fronterizas de Estados Unidos en una especie de tierra prometida para los suecos, que allí podían recuperar su libertad religiosa y política. Muchos de estos emigrantes se dedicaron al mismo tipo de vida que llevaban en su país de origen: cultivar las praderas de las grandes llanuras. Los que tenían una profesión especializada, se instalaron mayoritariamente en la ciudad de Chicago. Aunque los primeros emigrantes suecos se tuvieron que instalar en las húmedas e incómodas bodegas de los cargueros, en la década de 1860 varias compañías de navegación, como Inman Line o White Star Line, vieron un filón en el negocio del transporte y crearon una línea regular de transporte de pasajeros de gran capacidad y precios ajustados desde los puertos de Göteborg, Malmö o Estocolmo. Poco después, estas mismas compañías hicieron propaganda para animar a los suecos con menos recursos económicos a que emigraran. Las clases más conservadoras pusieron el

Kulla-Gulla, la campesina de nuestra infancia Si Pippi Långstrump es la parte feminista, autosuficiente y rebelde que forma parte de la educación literaria de todas las niñas suecas, Kulla-Gulla es sin duda la heroína dramática sobre la que todas hemos leído. La protagonista de esta serie de libros de la autora Martha Sandewall-Bergström es una niña –y más tarde una mujer, ya que sus aventuras empiezan a la tierna edad de siete años y terminan cuando Kulla-Gulla ya se ha casado– de familia pobre que vive en una ruinosa casa de campo, en un pueblo de Suecia. Aunque es posible que la intención de la autora fuera mostrar la pobreza imperante en algunas zonas rurales suecas e inculcar valores morales positivos como honestidad y humildad, en realidad sus historias tienen mucho de folletinesco, con todo tipo de dramas, niños abandonados, parentescos imposibles, hospicios y todos los ingredientes de una película de sobremesa. El personaje ha sido llevado dos veces al cine, una en 1956 y otra en 1986.

grito en el cielo al darse cuenta de que estaban perdiendo gran parte de los trabajadores del campo, después del segundo boom de emigración, ya a principios del siglo xx. Eso hizo que se plantearan reformas económicas y sociales, para, como se decía en la época, “llevar lo mejor de América a Suecia”: mejora de la vivienda, más facilidades para la escolarización, desarrollo económico y sufragio universal femenino.

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Suecia y Estados Unidos: una relación que venía de largo Ya en 1638, en la orilla del río Delaware, la Compañía Sueca de las Indias Occidentales creó una colonia, a la que se le puso el original nombre de Nueva Suecia. Eran poco menos de 600 colonos suecos y finlandeses que fueron absorbidos diecisiete años después por los Nuevos Países Bajos, aunque se siguió manteniendo el sueco como lengua habitual hasta finales del siglo xviii, momento en el que fue totalmente sustituido por el inglés. Esta colonia despertó en los suecos liberales, que creían que sus valores tradicionales de ilustración y libertad se habían corrompido por culpa de las influencias extranjeras, la ilusión de crear una nueva Suecia allende los mares, donde sin duda recuperarían sus raíces.

Las jóvenes emigrantes suecas 16

Uno de los pocos colectivos que pasó directamente del campo a la gran ciudad fue el de las jóvenes solteras que trabajaban en la agricultura. Su condición de chicas jóvenes, sanas, fuertes y acostumbradas al trabajo duro las convirtió en unas criadas muy valoradas por los americanos de las clases más altas. Una vez en la tierra prometida, cobrando un sueldo y en un lugar donde las medias de seda, los guantes, las permanentes y el maquillaje eran algo habitual (digamos que en aquella época la zona más rural de Uppsala, por poner un ejemplo al azar, no era conocida por sus salones de belleza), el nivel de sofisticación de las chicas se elevó en muy poco tiempo. Este factor, sumado al buen nivel de alfabetización de las campesinas, que en aquel momento era el más alto de Europa en las zonas rurales, convirtió a las atractivas suecas en una perita en dulce para los americanos. Rápidamente se formalizaron los primeros matrimonios y las familias suecoestadounidenses. En el censo de EEUU del año 2000, unos 4 millones de ciudadanos reconocieron tener raíces suecas. Minnesota era el Estado líder en suequismo, pues un 9,6% de su población afirmaba tener antepasados suecos.

La década de 1970: Las feministas liberadas Voy a empezar hablando claro: pese a lo que la mayoría de los españoles crren, las feministas de los años setenta del siglo pasado no eran simplemente mujeres que no se depilaban ni las piernas ni las axilas y que se tumbaban en las playas de Benidorm para hacer topless. El poder del movimiento feminista sueco en aquella época proviene de una lucha iniciada ya a principios de siglo para conseguir una situación igualitaria para las mujeres en Suecia. Después de la industrialización de las primeras décadas (cuando las mujeres ocupaban un 20% de los puestos de trabajo, siempre en calidad de ayudantes o asistentes de algún hombre), un 90% de las mujeres de todas las clases sociales volvieron a ser solamente amas de casa, sin ingresos ni, por tanto, independencia económica o social. Mientras las mujeres sólo eran madres y amas de casa, los maridos eran asalariados, ciudadanos e individuos con total independencia. Pero después de la primera guerra mundial, y con el cambio demográfico que ésta causó, la falta de mano de obra propició la vuelta de la mujer al mercado laboral, a pesar de que los sectores más conservadores no veían este cambio con buenos ojos. Finalmente, en la década de 1970 por fin se emprenden una serie de reformas legales: cada persona paga sus impuestos, se ponen en marcha proyectos para integrar a la mujer en trabajos que eran tradicionalmente desempeñados por los hombres y –oh, herejía– se dicta una ley según la cual los padres también pueden acogerse a las bajas de paternidad. Los niños nacidos fuera de un matrimonio también tendrán derecho a cualquier tipo de herencia (ya no habrá “hijos bastardos” ni desventajas por no estar casado). A partir de ese momento, el rol familiar cambia, y los dos miembros de una familia, el hombre y la mujer, pasan a ser dos asalariados, dos ciudadanos y dos individuos con total independencia. Ésta es la verdadera idiosincrasia del feminismo sueco, y poner las tetas al sol sin ningún tipo de vergüenza y negarse a pasar por el aro de la depilación son, seguramente, las partes más anecdóticas del mismo.

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Avances del feminismo en Suecia l

1919: Después de una dura batalla, las suecas ganan el derecho al

voto en 1919, aunque no se ejerce hasta las elecciones de 1921.

1974: Se extiende la baja por maternidad a los padres. En la actuali-

dad, las bajas son compartibles entre ambos progenitores, recibiendo

1930: La conocida pareja de intelectuales Alva y Gunnar Myrdal

cada uno de ellos un mínimo de 60 días y hasta un total de 390, en los

publican el libro Crisis in the Population Question, que hoy en día se

que reciben un 80% de su sueldo. El compromiso de la sociedad con

considera uno de los padres del Estado del bienestar sueco. En él

la familia aumenta, convirtiéndose la asistencia médica pediátrica y la

exigían al Estado algunas reformas sociales, como una mayor política

obstetricia en públicas y gratuitas.

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l

1975: Después de un largo debate que dura desde la década de

de implicación en el cuidado de los niños para potenciar la familia y

l

facilitar la libertad de las mujeres.

1960, el aborto se convierte en legal y gratuito.

l

1938: Se legaliza el uso de los primeros métodos anticonceptivos.

l

l

1939: Una ley asegura que las mujeres trabajadoras de ninguna ma-

a nadie laboralmente por razones de género en Suecia a partir de los

nera podrán perder su puesto ni ser discriminadas por casarse o tener

años 1980. Las leyes no sólo afectan a las mujeres, sino también a

niños. A partir de ese momento, la política familiar activa facilitó el

los transexuales. La parte más controvertida de la ley es la que señala

doblete de las mujeres, que ejercían tanto de madres como de traba-

que este trato igualitario también incluye a las profesiones relaciona-

jadoras fuera de casa.

das con el ejército y el Ministerio de Defensa.

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1947: Karin Kock es la primera mujer sueca en formar parte del

gobierno. l

1955: Se Introduce la educación sexual obligatoria en las escuelas

suecas. l

1958: Las mujeres ya pueden ser ordenadas pastores según el rito

de la Iglesia Luterana.

l

Década de 1980: Gracias a varias leyes, ya no se puede discriminar

1994: El parlamento sueco se convierte en el más igualitario del

mundo, con un 43% de mujeres en sus escaños. De los 22 ministros que hay en el gobierno del país, 9 son mujeres. l

1998: Se pone en marcha una nueva e innovadora ley de violencia

de género. l

1999: A partir de este año, en Suecia no se criminaliza a las pros-

Década de 1960: Se gesta la conocida política de igualdad de opor-

titutas (a las que se considera víctimas de su situación), sino a quien

tunidades, que cuestiona que sólo las mujeres se encarguen de las

contrata sus servicios. Como puedes imaginar, esta fue una ley tre-

tareas domésticas.

mendamente polémica que no hizo ninguna gracia a cierto sector de

l

l

1964: Se legaliza el uso de píldoras anticonceptivas.

la sociedad.

l

1969: Se introduce una política de igualdad y destinada a cambiar

l

2005: Se crea un partido feminista en Suecia, Iniciativa Feminista,

los roles tradicionales masculino y femenino en la educación pública.

que tiene la intención de abolir el orden patriarcal, terminar con cual-

Década de 1970: Se aprueban más reformas de igualdad y se sien-

quier tipo de situación en la que la mujer esté en inferioridad y luchar

tan finalmente las bases de la política de igualdad de género tal y

para que las medidas igualitarias se extremen más. Todavía no han

como se conoce hoy en día. Se introduce la tributación independiente,

conseguido ningún escaño (de momento solamente se han presenta-

por la que ambos conyugues son tratados como individuos económi-

do a las elecciones de 2006), pero una parte de la sociedad se siente

camente independientes.

muy representada por el partido y por su líder, Gudrun Schyman.

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Siglo XXI. La sueca Erasmus: Cerveza, rock and roll y un condón siempre a mano Si las becas ICO son para licenciados que quieren ampliar sus estudios en universidades extranjeras, las becas Erasmus tienen fama de ser para estudiantes universitarios –normalmente de tercer o cuarto curso de carrera– que quieren ampliar su capacidad para beber cerveza, irse de fiesta y practicar sexo con extranjeros. De ahí les viene el simpático sobrenombre de “becas Orgasmus”. Por cierto, CSN es el nombre de la entidad sueca que administra becas, préstamos y ayudas con matrículas y todo tipo de papeleos, tanto a los estudiantes suecos que quieren salir de su país para estudiar un idioma como a los inmigrantes que quieren estudiar en Suecia. No tengo información de primera mano sobre cómo utilizan este dinero los inmigrantes en Suecia, pero sí corren bastantes rumores sobre cómo lo hacen los suecos y las suecas fuera de su país. Hay quien hace un buen uso y se dedica a aprender y aprovechar la oportunidad, y hay quien sólo piensa en cumplir los mínimos exigidos, y emplearse a fondo en fiesta, sexo y tomar el sol. El famoso programa Erasmus, cuyo nombre se creó forzando las siglas de su nombre completo en inglés para hacerlas coincidir con el nombre del ilustre Erasmo de Rotterdam (que debe estar retorciéndose en su tumba desde ese momento), apoya la movilidad académica de docentes y estudiantes de la Unión Europea, Islandia, Liechtenstein, Noruega, Suiza y Turquía. Así pues, cualquier estudiante europeo universitario de grado medio puede optar a este programa, que le otorgará la posibilidad de estudiar, entre tres meses y un año, en otro país. Las becas Erasmus apoyan económicamente a algunos de los estudiantes que deciden acogerse al programa. El hecho de tener lejos a las personas que más coartan la libertad de los jóvenes (cuya máxima aspiración es salir de fiesta, beber y ligar) ayuda sin duda al descontrol y la desinhibición. Por eso se dice que las becas Erasmus debería patrocinarlas Durex. Además de que para muchos es la primera experiencia de vida independiente.

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Y las famosas fiestas Erasmus (organizadas, en general, los jueves en los campus, residencias universitarias, bares o discotecas) son conocidas popularmente por ser uno de los ligódromos más efectivos para los jóvenes de cualquier ciudad europea. ¡Viva la ya conocida como Generación Erasmus por saber compaginar estudios y diversión!

Equipaje básico de una sueca de Erasmus Algunas cosas que no pueden faltar en la maleta de una estudiante sueca de intercambio. l

Algo de su comida favorita local: unos chocolates Daim, un Marabou

Mjölkchoklad o un tubo de Kalles Kaviar pueden venir muy bien para sobrellevar la morriña típica de estar lejos de casa. No hay que olvidarse de incluirlos en la maleta. l

Analgésicos: mientras se descubre cuál es el equivalente local a esa

maravillosa pastilla capaz de tumbar tanto la gripe como la resaca más atroz, mejor hacerse con una buena previsión. l

Preservativos: o, mejor dicho, condones. No es buena idea tomar

la píldora cuando no se tiene pareja estable... o sí, pero la sueca está lejos de casa y seguramente tiene intenciones de ampliar sus horizontes. Los métodos de barrera protegen de las enfermedades de transmisión sexual, y siempre hay que llevar alguno encima. l

Material de estudio: a lo mejor suena muy obvio, pero posiblemente

más de una lo olvida. Aunque no se tenga intención de estudiar, llevarlo siempre es todo un detalle. l

Libros en sueco: los libros en otros idiomas suelen ser caros y sólo

los venden en librerías especializadas. Mejor pensarlo antes e incluir algo de lectura para los momentos de ocio más relajado.

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Suecas VIP: los mejores ejemplares

En este capítulo, vamos a repasar la vida y obra de algunas de las mujeres que han contribuido a generar la leyenda de las suecas: mujeres bellas, sensuales y misteriosas, capaces de fascinar a varias generaciones y trascender más allá del tiempo y las fronteras geográficas.

Greta Garbo Fecha de nacimiento: 18 de septiembre de 1905. Murió el 15 de abril de 1990. Ciudad: Estocolmo Culpable de: tener el rostro más bello de la historia del cine, y a pesar de eso retirarse después de veinte años de carrera, cuando acababa de cumplir solamente 36. Su mirada misteriosa y siempre distante todavía no ha encontrado quien le haga la competencia frente a la cámara. Ser Greta Garbo (nacida como Greta Lovisa Gustafsson en un modesto barrio de Estocolmo) no debió de ser tarea fácil. Cuando sólo tenía 14 años, y tras la muerte de su padre, se vio obligada abandonar la escuela para ponerse a trabajar en la sección de sombreros de unos grandes almacenes, donde poco después consiguió sus primeros trabajos como modelo publicitaria. Un par de anuncios y una beca de interpretación en la Academia Dramática de Estocolmo después, consiguió su primer papel en una peliculita cómica llamada Pedro el tramposo (1921). Pero fue en 1924 cuando Mauritz Stiller le dio su gran oportunidad, cambiando su nombre, puliendo su imagen y ofreciéndole su primer rol

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importante en La expiación de Gösta Berling. Poco después, Stiller fue contratado por la Metro Goldwyn Mayer para trabajar en Hollywood. Y se llevó consigo a Greta, que ya era una actriz popular en la vieja Europa. Sus primeras películas en la meca del cine (mudo por aquel entonces), como El torrente, de Monta Bell, o La mujer divina, de Viktor Sjöström, la hicieron tan famosa que el titular más destacado de la llegada del cine sonoro fue uno que afirmaba: “¡Garbo habla!” Su primera frase, en la película Anna Christie, de 1930 y dirigida por Clarence Brown, le hizo conseguir su primera nominación a los Oscar. En aquel momento, las tendencias sexuales de la Garbo ya eran la comidilla de los periódicos sensacionalistas, y su romance con la poetisa Mercedes Acosta se daba por hecho, a pesar de que siempre contaba con un grupo cerrado de amistades (a las que ella llamaba “mi círculo de costura”) en el que se aceptaban de manera natural todo tipo de tendencias e intercambios sexuales. También se rumoreó sobre una supuesta relación con Marlene Dietrich, siendo ambas muy jóvenes y durante el rodaje de una película. Parece que la historia no acabó especialmente bien, y eso hizo que fingieran no conocerse cuando Orson Wells las presentó, ya en 1945. Los años 30 se puede considerar la era dorada de la Garbo, que durante esa década facturó algunas de sus mejores películas. Desde Grand Hotel, de Edmund Goulding (1932), considerada la primera película coral con un reparto de primeras figuras de Hollywood, hasta la revisión sonora de Anna Karenina (1935), con Basil Rathbone en el papel de Alexei Karenin, pasando por Mata Hari (1932), donde protagoniza, en el papel de la famosa espía holandesa, uno de los bailes más sensuales de la historia del cine. Pero fue Ninotchcka (1939), del alemán Ernst Lubitsch, la que arrancó otro titular histórico: “¡La Garbo ríe!” Y es que por primera vez en su extensa filmografía, la Garbo no sólo esbozaba una sonrisa, sino que se reía a carcajadas, mientras demostraba su solvencia también en el campo de la comedia. Y en 1942, después de rodar la denostada La mujer de las dos caras a las órdenes de George Cukor, la Garbo decidió, con 36

años, abandonar el cine para siempre. Seguramente su peculiar carácter tuvo algo que ver con su decisión: lo pasaba mal relacionándose con los fans y la prensa, y no solía prestarse a las entrevistas o fotografías, llegando a cancelar sesiones de portada con importantes revistas sin que sus representantes de la Metro, desesperados, pudieran hacer nada al respecto. Tampoco trabajar con ella en el plató era sencillo: siempre llevaba su propio director de fotografía (William Daniels) para asegurarse de que la luz en su rostro era exactamente la que ella quería, y en escenas de gran concentración era capaz de echar incluso al director, quedándose solamente con el operador de cámara. Sus arrebatos de mal genio eran constantes (se la conocía como “la mujer que no ríe” por su rictus de seriedad, en el cine y fuera de él), lo que, según se dice, podrían deberse a los fuertes problemas hormonales que sufría. Nunca lo sabremos: Greta Garbo murió en 1990, a causa de una neumonía, llevándose a la tumba una vida llena de secretos. Exactamente como ella quería.

Anita Ekberg Fecha de nacimiento: 29 de septiembre de 1931 Ciudad: Malmö Culpable de: conseguir que nadie pueda mirar la Fontana di Trevi sin recordarla a ella, espléndida en el papel de Sylvia en La Dolce Vita, de Federico Fellini. Culpable de haber seducido a Errol Flynn, Frank Sinatra o Tyrone Power, entre otros... o eso dicen las malas lenguas de Hollywood. Empezar una carrera como actriz seria después de haber sido coronada como Miss Suecia no es la cosa más normal del mundo. Normalmente “misses” y “actrices que trabajan con Marcelo Mastroianni” son dos categorías que solo pueden coincidir a base de demostrar solvencia y talento interpretativo.

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Ingrid Bergman Fecha de nacimiento: 29 de agosto de 1915. Murió el 29 de agosto de 1982. Ciudad: Estocolmo. Culpable de: que todo el mundo recuerde la frase “siempre nos quedará París” y su perfil junto al de Humprey Bogart, con gabardina y sombrero con cinta negra, renunciando a su amor para que el cornudo Victor Laszlo no les mande a ambos a un campo de concentración.

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Y este es el caso de Anita Ekberg, una pizpireta sueca que empezó su carrera en el cine en 1953 como compañera del dúo cómico Abbot y Costello. El público (suponemos que sobre todo el masculino) se fijó en ella. Desde entonces, se convirtió en una actriz habitual en películas históricas (como Guerra y Paz, 1956, de King Vidor; Bajo el signo de Roma, de Guido Brignone), sin olvidar su bis cómica, que explotó como pareja de Jerry Lewis y Dean Martin en las descacharrantes Artistas y modelos y Loco por Anita. Pero la película por la que pasará a la posteridad es, sin duda, La Dolce Vita (1960), de Fellini, en la que compartió cartel con Marcelo Mastroianni. A partir de ahí, su carrera durante los años sesenta fue tremendamente prolífica, incluyendo títulos como la magnífica Bocaccio 70, hasta que sus apariciones en televisión y sus trabajos como modelo (con algunos fantásticos desnudos para Playboy incluidos) fueron espaciando cada vez más sus apariciones en la gran pantalla. En 2006, cuando Ekberg contaba con 74 años de edad, hizo un repaso de su vida sentimental para la revista Time. La sorprendente conclusión a la que llegó es, literalmente, que “estar buena no lo es todo”. Sus amantes y maridos le robaron, la hicieron desgraciada y, a estas alturas, ella no duda en afirmar que prefiere la compañía de sus perros a la de cualquier hombre.

Antes de nada, una aclaración: Ingrid e Ingmar Bergman no tienen nada más en común que el apellido y la película Sonata de otoño (1978), que proporcionó a la actriz su última candidatura a los Oscar. Nunca tuvieron una relación de pareja ni estuvieron casados, a pesar de que el imaginario popular tienda a creerlo todo es mera coincidencia fruto de un apellido bastante común en Suecia. Ingrid Bergman se convirtió en actriz amateur para intentar combatir una extrema timidez casi patológica. A los 18 años entró a formar parte de la Real Escuela de Teatro Dramático, donde también estudió Greta Garbo. Casada con un dentista, y madre de una niña, después de protagonizar varias películas en Suecia se fue a Estados Unidos con 24 años para protagonizar Intermezzo, de David O. Selznick. En 1942 se conviertió en una estrella a nivel mundial gracias al papel de Ilsa Lund en Casablanca, de Michael Curtiz. Y en 1943 obtuvo su primer candidatura al Oscar por la adaptación cinematográfica de la obra de Hemingway Por quién doblan las campanas. Aunque no lo ganó hasta el año siguiente con Luz de gas, de George Cuckor, donde compartía protagonismo con Charles Boyer y Angela Landsbury. Poco después se trasladó a Italia para rodar Stromboli a las órdenes de Roberto Rossellini... y con él llegó el escándalo, ya que Bergman tuvo un affaire con el director. Fruto de él fue un hijo (Roberto) y un exilio italiano después de ser declarada persona non grata en

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EEUU, donde no volvió hasta 1958. Su última película, Sonata de Otoño, le otorgó también su última candidatura a los Oscar, en 1978. A partir de entonces se limitó a pequeños papeles televisivos, a causa de su enfermedad. Murió el día de su 67 cumpleaños, después de una larga batalla contra el cáncer de pecho.

Agnetha Fältskog, alias “la rubia” de ABBA Fecha de nacimiento: 5 de abril de 1950 Ciudad: Jönköping Culpable de: las fantasías sexuales de los que las prefieren rubias. La relación de Agnetha con la música fue de lo más precoz, ya que ella proviene de una larga estirpe de músicos. A la tierna edad de cinco años ya compuso su primera canción. Con solo 16 años fue número uno en el top ten sueco con el tema Jag var så kär (Estaba tan enamorada), convirtiéndose en la artista revelación del año. Su primer matrimonio fue con su compañero de grupo Björn Ulvaeus, del cual nacieron sus dos hijos, Kristian y Linda. La unión duró 7 años (de 1971 a 1978), aunque la relación siguió siendo cordial hasta la disolución del grupo, en 1982, e incluso después, ya que en 2008 se les vio juntos en varias ocasiones durante la promoción de la película Mamma Mía. Después de ABBA, Agnetha retomó su carrera en solitario, grabando algunos de sus temas más conocidos, como I Wasn’t the one (Who Said Goodbye) con Peter Cetera, exmiembro del grupo Chicago. En Suecia se la conoce como “la nueva Garbo”, y su popularidad allí es tal que ha sido víctima de acosadores en varias ocasiones. Dato curioso: ha versionado algunas de sus propias canciones en castellano, a pesar de que su pronunciación sigue siendo tan peculiar como cuando allá por 1978 le puso voz a Chiquitita.

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Frida Lyngstad, alias “la morena” de ABBA Fecha de nacimiento: 15 de noviembre de 1945 Ciudad: Narsvik, Noruega Culpable de: las fantasías sexuales de los que las prefieren morenas. La llegada de Frida a la localidad de Torshälla a la edad de dos años (buscando refugio desde su Noruega natal, donde el hecho de tener un padre alemán hizo que su madre y su abuela temieran por su vida) hace que sus fans la consideren el mayor regalo que nunca ha hecho Noruega a Suecia.

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Y no les falta razón, ya que el legado musical de la mezzosoprano y ABBA es probablemente uno de los mayores éxitos del mainstream sueco. Durante la época de mayor apogeo de ABBA, estuvo casada con su compañero de grupo Benny Anderson, en una unión que (previsiblemente, ya sabéis lo que no hay meter donde metes la olla) solo duró 3 años. Por cierto, también se la conoce como Su Alteza Serenísima la Princesa Anni-Frid Reuss von Plauen (título nobiliario que adquirió tras casarse con el Príncipe Heinrich Ruzzo Reuss von Plauen, fallecido en 1999)

Marie Fredriksson Fecha de nacimiento: 30 de mayo de 1958 Ciudad: Östra-Ljungby Culpable de: disparar las ventas de agua oxigenada y tinte rubio a finales de los 80, cuando su grupo Roxette se convirtió en superventas europeo gracias a su canción The Look. Y culpable de que más de una descubriera que el pelo corto y rubio no favorece a casi nadie, después de intentar imitar el look de Marie con escaso éxito. Después de coquetear con la escena musical sueca underground con sus dos primeras bandas (Strul y Mamas Barn), Marie Fredriksson saltó a la fama en 1984 con su primer disco en solitario, Hettt Vind. Dos años después se formó Roxette, pero Marie decidió no renunciar a su exitosa carrera como solista y compaginó ambas durante todo el periodo que duró la banda, excepto de 1989 a 1992 por incompatibilidad con la apretada agenda del grupo. A pesar de ser una faceta totalmente desconocida fuera de Suecia, allí las actuaciones en solitario de Marie tienen suficiente capacidad de convocatoria para reunir a más de 100.000 personas en un estadio deportivo, y de sus dos recopilaciones (en sueco, no lo olvidéis) se han vendido alrededor de un millón de ejemplares.

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Elin Nordegren Fecha de nacimiento: 1 de enero de 1980 Ciudad: Estocolmo Culpable de: en este caso, más que culpable, Elin es la víctima de la adicción al sexo de su marido: el golfista de élite Tiger Woods. En 2009 Elin descubrió que Woods le había engañado ni más ni menos que con, por lo menos, una docena larga de mujeres. Y parece que el pastel todavía no se ha terminado de destapar.

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La vida de Elin Maria Pernilla Nordegren dio un giro brutal el día que, en diciembre del 2009 y después de un misterioso accidente de coche sin daños físicos, las infidelidades de su marido salieron a la luz públicas. Hasta entonces ella era una popular modelo, madre de dos hijos y estudiante de psicología en el Rollins College de Florida, la ciudad donde reside. Nordegren conoció a Woods en 2001 mientras hacía de au pair de los hijos de otro golfista, Jesper Parnekiv. La pareja se casó tres años después por todo lo alto, y tuvo dos hijos. Era un matrimonio perfecto... hasta que se demostró lo contrario. Y Elin le declaró la guerra al golfista. La reacción de Woods fue dejar el golf, según él “para cuidar de su familia”. La reacción de Elin, batir el Guiness de los divorcios solicitando el divorcio más caro de la historia de la humanidad.

La corte sueca de 007 El agente especial más sexy de la gran pantalla ha tenido que enfrentarse en numerosas ocasiones a beldades suecas con muy malas intenciones. Algunas han intentado envenenarle, otras le han ayudado en sus misiones. Pero todas y cada una de ellas tuvo su escena de sábana a la altura del pecho, su dry martini (agitado, no removido), su cigarrillo y su mirada de gato que se ha comido al canario. Maud Adams (Luleå, 12 de febrero de 1945) fue la primera sueca de la historia de James Bond (junto con Britt Ekland). Interpretó a la malvada novia del pérfido Scaramanga en 007 El hombre de la pistola de oro (1974), y es la única que ha compartido metraje con Bond en dos ocasiones más: en Octopussy (1983), donde interpretaba a la millonaria que da nombre a la película y en Panorama para matar (1985), donde interpretó un pequeño papel a petición de su amigo Roger Moore. Antes de revelarse como actriz fue una importante modelo de la prestigiosa Agencia Ford (trabajo que le hizo mudarse a Nueva York y, posteriormente, tomar clases de interpretación), habitual de las portadas de Vogue y Harper´s Bazaar. Además de acompañar a 007 en tres ocasiones, protagonizó la película de ciencia ficción Rollerball (1975), junto a James Caan y Moses Gunn. Britt Ekland (Estocolmo, 6 de octubre de 1942) aparece en el rol opuesto al de Maud Adams en 007 El hombre de la pistola de oro. Ella es, en este caso, la asistente del agente secreto, la irónica y aventurera Mary Goodnight: un papel por el que cobró 40.000 dólares, una cantidad más bien discreta, cosa que a ella no le importó mucho ya que en varias entrevistas reconoció habérselo pasado muy bien durante los cuatro meses de rodaje. Respecto a su relación con Roger Moore, en su autobiografía Britt cuenta: “Nos llevábamos muy bien, porque es inteligente y tiene un humor muy ácido. No digo que no fuera atractivo, pero no es mi estilo. Además Luisa, su mujer, era extremadamente posesiva y no le importaba nada demostrarlo”. Pero Britt no estaba precisamente interesada en Moore, como lo demuestra su tormentoso matrimonio con el cómico británico Peter Sellers.

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Kristina Wayborn (Nybro, 24 de septiembre de 1950) interpreta en Octopussy el rol de Magda, la acompañante del oscuro príncipe y vendedor de arte Kamal Khan. Magda le roba a 007 un huevo Fabergé (después de acostarse con él, por supuesto), en el que el agente ha introducido un micrófono, con la intención de seguirle. Kristina llegó a Nueva York procedente de Öland para trabajar en una empresa de cosméticos, pero poco tiempo después empezó a hacer pequeños papeles como actriz en series como Dallas, McGywer o Los vigilantes de la playa, además de interpretar un papel más largo en Hospital General. Mary Stavin (Örebro, 20 de agosto de 1957) interpretó un pequeño papel en Octopussy, pero donde tuvo su primer papel oficial como chica Bond fue interpretando a Kimberly Jones en Panorama para matar (1985), ocho años después de haber ganado el título de Miss Mundo. Stavin protagoniza una típica escena al final de la película, cuando el agente secreto, siempre listo para la acción, acelera el barco en el que ambos viajan para que ella caiga en un sofá a su lado. Cuando ella le riñe diciéndole: “¡Comandante!”, él le responde: “Llámame James, aún quedan cinco días para llegar a Alaska”. Y empieza a quitarle el vestido, en un entrañable ataque de machismo antiguo à la Bond. Años después, en 1990, Stavin trabajó a las órdenes de David Lynch en varios episodios de la serie Twin Peaks. Izabella Scorupco (Bialystok, 4 de junio de 1970) llegó a los brazos de 007 en el papel de Natalya Simonova, la sexy programadora de sistemas de la película GoldenEye (1995), en la que compartió cartel con Pierce Brosnan. A pesar de que en Estados Unidos fue descubierta gracias a esta película, Izabella ya era una actriz, cantante y modelo muy popular en Suecia, país en el que vive desde muy pequeña, desde que su madre decidiera abandonar la aldea polaca de Bialystok. La actriz reconoce estar encantada de que el mundo la conozca como una chica Bond. Lo considera un cumplido. “Siempre he adorado las películas de 007: las localizaciones glamourosas, esas escenas en las que debes ir todo el día corriendo sobre tacones altos y suspirando “¡Oh, James!. Forma parte de una leyenda, y es realmente fantástico ser parte de ella.

Cómo hacerte la sueca

Y no me refiero a que hagas ver que la cosa no va contigo sino a todo lo contrario: juega a ser sueca por un día. Aprovecha para conocerlo todo sobre su cultura, arte y gastronomía. E incluso los trucos de belleza de sus abuelas. En este capítulo tienes un auténtico manual de instrucciones para que conozcas mejor cómo son las suecas de la actualidad.

Idiosincrasia sueca De acuerdo: las generalizaciones son molestas, pecan de no ser muy concretas y muchas veces están contaminadas de tópicos y prejuicios. Pero tampoco podemos negar que cada pueblo tiene una personalidad propia. Obviamente no todos los suecos son así, pero este análisis de rasgos puede proporcionarte una buena base antes de lanzarte al trabajo de campo. Aplícate estos consejos y conviértete en una sueca de manual.

Los suecos son neutrales... casi siempre Difícilmente verás a un sueco tomar partido por un punto de vista, persona o situación... por lo menos hasta que el punto de vista, la persona o la situación hayan empezado a mostrarse vencedores. A los suecos no les gusta Ugiat perder (algo totalmente comprensible, ¿es lumsandio que hay alguien a quién le guste?) y es corpero muy difícil pillarlos en esa tesitura. Esa eraessed dolorem misma neutralidad es, posiblemente, lo dolore magna que les ha llevado a mantenerse al marfacidunt volorper gen de los pactos y alianzas políticas y suscipsusto militares que les han rodeado, como la doloreet OTAN o el Pacto de Varsovia.

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Los suecos nunca se llaman de “usted”, a no ser que se dirijan al rey El tuteo está totalmente permitido entre los súbditos suecos de cualquier edad, procedencia o condición social. A partir de la década de 1960 entró en vigor la du-reformen (que podríamos traducir como “reforma del tú”), para facilitar la comunicación oral y potenciar el trato igualitario que les ha hecho famosos en todo el mundo. El usted solamente se mantiene con el rey y los demás miembros de la familia real. De la misma manera, al jefe siempre se le llama por el nombre de pila, sea el dueño de un restaurante o el de una multinacional, y tampoco es extraño que se utilice un diminutivo para dirigirse a él.

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“Sí” y “no” no son precisamente las palabras favoritas de los suecos Tomar partido es algo arriesgado y los suecos lo hacen en muy pocas ocasiones. Su sutileza es tal que pocas veces se pronuncian en términos absolutos como “sí” o “no”: son más amigos de expresiones como “ya veremos”, “puede ser”, “lo haré en la medida de lo posible” o cualquier cosa que evite un posible malentendido, en el presente o en el futuro. Los suecos difícilmente mezclan trabajo y placer La costumbre de salir a tomar algo con los compañeros después del trabajo para desconectar, bastante extendida en otros países europeos como Inglaterra o España, Ugiat es muy poco habitual en Suecia. Separar el enlumsandio torno laboral del familiar y el de las amistacorpero des es lo más normal para los suecos, cuya eraessed dolorem necesidad de mantener la intimidad hace dolore magna que tampoco se relacionen con sus vecinos. facidunt volorper Pueden compartir rellano con otra familia suscipsusto durante toda una generación sin llegar nundoloreet ca a llamarse por su nombre de pila.

Los suecos van, siempre que pueden, todos a una La democracia, ese gran invento griego (el más importante de su historia, en dura competencia con el yogur), es un derecho que los suecos gustan de ejercer cuanto más, mejor. Pero sus grandes momentos de gloria llegan cuando, una vez ejercido el derecho, todo el mundo resulta estar de acuerdo y se genera una sensación de unidad. Si al final todo el mundo es vencedor, tanto mejor: la armonía, la convivencia y la ausencia de conflicto son, casi siempre, la mejor parte de la victoria. Los suecos son extremadamente organizados “Cada cosa a su tiempo y en su lugar” es una frase que podría definir muy bien la obsesión sueca por el orden y la organización. Nadie llega ni se va del trabajo ni un minuto antes ni un minuto después, nadie se salta jamás su turno en una cola y nadie pierde nunca el tiempo. Incluso hay una tienda de material de organización y oficina, que a mi me fascina particularmente, que se llama Ordning & Reda (orden y organización).

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La mujer sueca no tiene ningún problema en tomar la iniciativa Al contrario que en otras sociedades, las mujeres suecas están acostumbradas a dar el primer paso, incluso en temas de relaciones humanas. Si está interesada en alguien, una sueca no le pondrá ojitos tiernos y le comentará quince veces haciéndose la despistada que precisamente hoy su compañera de piso no está: lo más probable es que le haga saber, de una forma clara y adulta, que le gustaría tener sexo con él o con ella. Esto, que ahora todavía impresiona bastante, podía causar auténtico pánico en otros países cuando la liberación de la mujer todavía sonaba a chiste. Lagom Pienso que define mucho a mi pueblo la palabra “lagom”, que significa algo así como ni mucho ni poco. La medida justa, la cantidad correcta, la proporción ideal, lo equilibrado, lo sensato, lo equitativo, la sobriedad. 46

Quince maneras de reconocer a una sueca 1 No sólo no llega tarde, al contrario que la gran mayoría de las mujeres del mundo, sino que además se enfada si tú lo haces. En Suecia no existen los “cinco minutos de cortesía”: allí la verdadera cortesía es llegar a tiempo. 2 No se deja invitar a cenar, ni siquiera en la primera cita. Pagar su propia cena es cuestión de costumbre: tómatelo como una muestra de igualdad y no de desprecio, y sobre todo ¡intenta no ofenderte! 3 Aprovecha cada minuto de sol como si fuera el último sobre la faz de la tierra. Da igual que esté moribunda, tenga las dos piernas rotas o sufra la mayor de las resacas: si sale el sol, ella lo buscará como una lagartija o sentirá que está perdiendo el tiempo. Si fuera hay sol es un pecado quedarse dentro.

4 Se quita siempre los zapatos cuando va a entrar en casa y, si es la suya propia, los deja en un banquito de madera que tiene en el recibidor y que hace la función de zapatero. Si una sueca empieza a visitar tu casa a menudo, regálale unas zapatillas: en su país los suelos de las casas son de madera y materias cómodas y calentitas, nada que ver con los fríos suelos de baldosas habituales en otros países. 5 Si alguien tira el vino o cualquier bebida alcohólica, se sumerge en el mutismo más absoluto durante un buen rato. Es una costumbre adquirida, bastante comprensible cuando provienes de un país donde el alcohol es bastante caro. 6 Es extremadamente respetuosa con cualquier cosa que pueda poner en peligro su salud y vigila al milímetro las fechas de caducidad de los alimentos. Si te ve comer un yogur que lleva un día caducado, posiblemente te mire con cara de: “Pobre, me caía bien, es un chico simpático, pero ya no podré conocerle más porque ahora se va a morir”. En cambio no sólo come, sino que devora, una especie de paté de pescado que saca de un tubo y al que llama Kalles Kaviar. 7 Cualquier cosa que roce lo inmoral o lo ilegal, aunque sea de lejos (como saltarse un semáforo, cruzar las vías del tren por donde no está el paso a nivel o robar un bote de gel en miniatura en un hotel), le horroriza y Ugiat le hace sonrojarse. 8 Habla y pregunta sobre el tiempo más a menudo de lo que lo hace la mayoría de la gente. De hecho, suele ser lo primero que pregunta cuando vuelves de vacaciones o habla con personas de otros países.

lumsandio corpero eraessed dolorem dolore magna facidunt volorper suscipsusto doloreet

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9 Alucina cuando descubre que hay países donde las series y las películas en inglés se doblan en vez de subtitularse. Seguramente por eso ella tiene un impecable acento y una gramática digna del mismísimo Oxford. 10 Da constantemente las gracias. Ser agradecido es una gran virtud en Suecia, así que una sueca no dejará escapar la ocasión de mostrarse agradecida, bastante más a menudo de lo que se acostumbra en otros países. Si una chica te da las gracias quince veces por invitarle a tu fiesta, no es que sea rara: es que es sueca. Y amable.

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11 Suele llevar en el bolso loción antimosquitos, a no ser que sea pleno invierno. Eso indica que la chica en cuestión es del norte de Suecia, una zona que durante los meses de primavera y el verano sufre el acoso de los pequeños insectos chupasangres.

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12 Tiene cuatro contenedores de basura diferentes en casa para separar plástico, papel, cristal y orgánico, y te riñe y alecciona si tú no lo haces. Hay una gran conciencia ecológica en Suecia, y el reciclaje es uno de sus puntos fuertes. 13 Te pone un apodo terminado en –e. Buena señal: igual que en español los diminutivos cariñosos terminan en –ito, la costumbre en Suecia es acortarlos y añadir una –e, de manera que Sebastian se convertiría en Sebbe, Cristina en Crisse o Jonathan en Jonte. 14 Tiene la casa llena de velas. La luz de las velas, titilante y cálida, se considera una buena manera de convertir cualquier estancia en un lugar acogedor. En general, las casas suecas utilizan una iluminación muy tenue, huyendo de las enormes lámparas con bombillas cegadoras colgadas del techo de la habitación.

15 Come bastantes dulces, pero sobre todo es adicta al regaliz. Suecia es uno de los países del mundo que consume más quilos de chucherías por persona y año, pero su pasión por el regaliz es proverbial. Se come en versión dulce (fácil de encontrar en todo el mundo) o salada, más difícil de encontrar fuera de Escandinavia.

¿Besos y piropos? Mejor que no… Y hemos llegado a ese crucial momento en que nos preguntamos por la forma correcta de saludar a nuestro sueco o sueca en cuestión. De entrada, descarta los besos. Dar dos, o tres, besos cuando te presentan o te encuentras con alguien, algo muy extendido en países como España o buena parte de América Latina, no es muy buena idea en los países nórdicos. Lo ideal es dar la mano en todos los casos, y, si hay cierta amistad, se da un abrazo. Es algo curioso, porque es cierto que puede resultar más íntimo e invasivo un abrazo que un par de inocentes besos en la mejilla, pero así es. Una de las cosas que más shock me provocaron cuando llegué a España fue que cuando pasas por una obra tienes muchas posibilidades de escuchar un “¡guapa!”, como lo más suave. Bien, probablemente no se te pase por la cabeza hacerlo allí, pero yo te lo corroboro: no es 50

buena idea gritar piropos a la gente en Suecia. Darías el campanazo, para bien o para mal, así que ¿para qué arriesgarse? Los suecos tienden a guardarse sus pensamientos para ellos mismos al paso de un tío bueno o una tía buena.

El arte de la conversación: unas nociones de cultura sueca Para hacerte pasar por sueca, o conquistar a una de ellas, más te vale dominar unos temas de conversación básicos que pueden aparecer en cualquier reunión entre amigos, en una cita con intenciones sexuales o incluso en un ascensor. Arte y literatura (al cine le dedicamos un extenso apartado un poco más adelante) son los pilares de la cultura de cualquier país: empápate de estos, hazlos tuyos y conquistarás nuestro corazón, ya que al ser un país pequeño, cuando alguien sabe mucho de nosotros nos volvemos como locos y nos sentimos importantes.

Literatura sueca Te podría soltar un rollo muy académico sobre los orígenes de la literatura sueca, sobre la Biblia de Gustav Vasa, sobre el Liberalismo Temprano, sobre Then Esvenska Aarhus… Pero no lo haré, porque el mejor fenómeno IKEA (e el sentido de que sea globalizador) que le podía pasar a nuestra literatura está pasando estos años. Y todo se disparó hace no mucho con el omnipresente Stieg Larsson. Y lo de omnipresente no es un mero eufemismo: sentaos en un vagón de metro y comprobad cuánta gente pasa con alguno de los tres best seller de su trilogía policíaca Millenium en las manos. Pero por si alguien ya los ha leído (o simplemente tiene manía a los superventas), que no se preocupe: hay vida en la literatura sueca actual más allá de Lisbeth Salander. Suecia tiene una gran tradición de novela negra que ha dado como fruto interesantes sagas como las de Henning Mankell y su peculiar protagonista, el detective Kurt Wallander. También Hänak Nesser y su comisario Van Vetereen, y la prolífica escritora Camilla Läckberg, junto con Åsa Larsson, forman la división femenina de este particular grupo de escritores, ya referentes mundiales del género.

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Algunos nombres para memorizar l

Selma Lagerlöf (1858 - 1940): autora entre otros del clásico infantil

Las maravillosas aventuras de Nils Holgersson. Fue la primera doctora sueca honoris causa de filosofía, la primera mujer en recibir el premio Nobel de literatura, en 1909, y miembro de la Academia sueca en 1914. Sus obras más famosas como El cuento de Gösta Berling, Jerusalén y El emperador de Portugalia forman parte de la cultura básica sueca. l

August Strindberg (1849 - 1912): sin duda uno de los escritores más

importantes de Suecia. Gentes de Hemsö y La habitación roja son pilares de la literatura sueca. También sus obras de teatro La señorita Julia y El sueño son habituales en los escenarios de los teatros suecos. Strindberg era esquizofrénico y se sintió siempre acosado y perseguido, entre otros por el movimiento feminista, que le acusaba de misoginia. l

Lars Forsell (1928 - 2007): escritor polifacético que tocó todos los

registros literarios, es uno de los poetas y letristas suecos más famosos. Su estilo es en ocasiones cercano a la lírica, erótico a veces y poAstrid Lindgren (1907 - 2002): Creadora de Pippi Calzaslargas (Pippi

lítico y reivindicativo otras. Ocupó el cuarto sillón de la Real Academia

l

sueca desde 1971 hasta el 26 de julio de 2007, fecha en la que murió.

Långstrump), la niña más fuerte del mundo. Posiblemente si conoces a

Sus poemas todavía son uno de esos tesoros nacionales que el tiempo

alguna sueca, ésta habrá crecido con su obra, así que si la mencionas le

nunca podrá arrebatar.

tocarás la fibra más sensible, con lo cual... ¡punto a tu favor!

l

Maria Gripe (1923 - 2007): nacida Maria Walter, sus obras juveniles

son poco conocidas fuera de su país, pero no hay sueca que no haya leído sus novelas Hugo y Josefina, La hija del espantapájaros, la saga de Las Sombras o toda la serie que cuenta las aventuras de Elvis Karlson. l

Marianne Fredriksson (1927 - 2007): su obra Las hijas de Hannah

ha sido traducida a más de 40 idiomas, y es una de las obras favoritas de las mujeres suecas. Fredriksson trabajó como periodista en varios medios, pero fue con sus novelas con las que se hizo mundialmente famosa. Tanto que hoy se llama “estilo Fredriksson” a toda obra literaria que se caracterice por relatar las relaciones humanas de manera realista, humana y sensible.

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Arte, arquitectura y diseño Los orígenes del arte sueco se encuentran en la Edad de Bronce, un período que cubre del siglo XV al V antes de Cristo. Una buena muestra de este arte (un total de 350 esculturas talladas en roca hace 3.000 años) se exhiben en el museo de Vitlycke. Es una colección de grabados en piedra que describen personas, trineos, barcos y escenas de caza y de la vida diaria, representadas con impresionante realismo. A pesar de que hay unas famosas esculturas realizadas en piedra en la isla de Gotland que datan del siglo VI, no fue hasta el siglo XII cuando la mayoría de las artes se popularizaron. Gracias, sobre todo, a la construcción de numerosas iglesias. Desde entonces, los movimientos de arte sueco perdieron el hecho diferencial que hasta entonces les caracterizaba, pasando a uniformizarse con los estilos europeos. Algunos de los artistas suecos más importantes del siglo XVIII fueron el pintor Alexander Roslin (pintor retratista de la corte y la aristocracia europea de mediados de siglo, autor del célebre cuadro La familia Jennings ) y el escultor Johan Tobias Sergel, autor de las importantes esculturas que representan la resurrección de Cristo de la Iglesia de Santa Clara en Estocolmo. La arquitectura sueca vive, desde el siglo pasado, su momento de máximo esplendor. Lo que hasta entonces era un privilegio reservado a las clases más altas se convirtió en patrimonio común, e incluso las viviendas más sencillas son muy valoradas por sus recursos funcionalistas y su sostenibilidad. Los edificios históricos tampoco se quedan atrás en importancia: el Palacio de Drottningholm (construido por Juan II de Suecia para su esposa la reina Catalina) y otros mucho más modernos como la Estación de Radiotelegrafía de Varberg han sido declarados recientemente Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Respecto al arte contemporáneo sueco, las fotografías de niños de todo el mundo de la fotógrafa Ana Rivkin-Brick, la particular visión del mundo de Vera Nilsson y los coloridos cuadros de Lena Cronqvist son algunas de sus obras más representativas.

Algunos nombres para memorizar l

Museo Vasa: este museo, situado en Estocolmo, está dedicado a la

historia del proyecto de nave de guerra más ambicioso del siglo XVII. Un barco que tenía 64 cañones y más de 1.000 m2 de superficie, pero lo que le ha hecho merecerse su propio museo son las esculturas de héroes bíblicos, dioses griegos y romanos, animales y ángeles (entre otras muchas), que el navío llevaba talladas en toda su superficie (destacan especialmente las de la proa). El barco naufragó en su viaje inaugural, y fue rescatado más de treinta años después en unas condiciones sorprendentemente buenas. l

Alfred Nobel: posiblemente la mayor aportación sueca al mundo del

arte y la ciencia, este químico e ingeniero inventor de la dinamita creó los premios Nobel, que incluyen las categorías de literatura, medicina, física, química y de la paz. l

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Moderna Museet: el mu-

seo de arte moderno de Estocolmo (diseñado por el arquitecto Rafael Moneo) contiene una impresionante colección de obras contemporáneas. Picasso, Oskar Kokoschka o Dalí son algunos de los grandes pintores cuyos originales se pueden ver en el museo, situado en el centro de la ciudad. l

IKEA: la empresa abanderada del llamado “diseño democrático” es

posiblemente el mayor gigante de la exportación sueca. El secreto de sus bonitos muebles a bajo precio reside en minimizar los costes de transporte, embalaje y almacenamiento, consiguiendo así precios extremadamente competitivos.

Mitos falsos Una serie de tópicos, conceptos cargantes y temas a evitar en una conversación con una sueca... a no ser que tengas la finalidad de ser vilmente insultado, vapuleado o agredido físicamente por una mujer que, probablemente, será más alta y más fuerte que tú.

eres sueca! Entonces, ¿quieres acostar· Mteitocon1.mi“¡Ah, novia, mientras yo miro?” Muy mal. Amigo, la revolución sexual ha llegado también a tu país hace tiempo, no te comportes como si fueras un homo erectus y deja el apartado de “tías rubias que se lo montan con otras tías para que mires” sólo para tus fantasías. A no ser que quieras arriesgarte a que ella te pida que hagas lo mismo para ella con su alto, rubio y fornido amigo Günter.

eres sueca! ¡Como mi mesita de noche, · Mqueitoes2.de“¡Ah, IKEA!” Si a estas alturas no te ha caído una colleja es porque tu interlocutora además de sueca es muy buena persona. Imagina que cada vez que alguien descubre que eres español habla de toros, flamenco y faralaes. Bien, IKEA es exactamente lo mismo para los suecos: el tópico exportable. No te lances a la broma fácil... o apechuga con las consecuencias.

ito 3. “¡Ah, eres sueca! Entonces seguro que te gusta · MAbba, yo me sé la de... (añádase aquí cualquier título)” Posiblemente a la madre de la chica con la que estás hablando le haría gracia el comentario, pero para las menores de 40 años Abba son, básicamente, folklore. Prueba con grupos como The Hives, Mando Diao, In Flames, Hellacopters o, en plan nostálgico, como mucho, Roxette.

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Secretos de belleza: la sauna, la nieve y los trucos de la abuela El frío es la mejor manera de conservar las cosas frescas y saludables (y es por eso que todos tenemos una nevera en casa y guardamos la comida en ella), pero además también ejerce sus efectos sobre la piel... Y éstos no son precisamente buenos, ya que el frío, en combinación con el viento, suele causar deshidratación y sequedad. Así que desde aquí ya os cuento el primer secreto de belleza de las mujeres suecas durante el invierno: una buena crema hidratante y el uso y abuso del protector labial.

ito 4. “¡Ah, eres sueca! Qué frío hace allí siempre, · M¿no? ¿Hay osos polares?” 58

Es cierto, para que nos vamos a engañar, Suecia es uno de los países más septentrionales del planeta y hace un frío que da miedo la mayor parte del año. Ahora bien, a los suecos nos les gusta para nada que les recuerden este hecho, o sea que cuidado con sacarlo en la conversación. Ellos más bien dicen: “No hay mal tiempo, sólo mal abrigo”. Mi consejo: no visitar Suecia en invierno, y en verano llévate algo de abrigo por las dudas, no solo sandalias y pantalones cortos. ¡Cuidado!

ito 5. “¡Ah, eres sueca! Entonces, ¿tú no te depilas?” · MEmpiezas mal, muy mal. Tal vez durante los años 1970, la invasión de las playas españolas por parte de suecas, alemanas y otras mujeres de países en plena revolución feminista, dejó una impronta difícil de borrar en el imaginario popular de los españoles. Pero en pleno siglo XXI las cosas ya no están exactamente así. Es cierto, algunas suecas no se depilan, como tampoco lo hacen algunas españolas, inglesas o panameñas: básicamente es una opción personal.

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El ritual de la sauna. Guía para principiantes. Es importante no beber alcohol ni ingerir comidas pesadas antes de tomar una sauna. l E s importante quitarse cualquier joya o adorno, ya que podría quemarnos. l Hay que ducharse antes con agua y jabón, por motivos de higiene. l Hay que permanecer tumbado para que la temperatura sea la misma en todo el cuerpo. l Siempre hay que utilizar una toalla, para no quemarse. l Mientras se toma la sauna no hay que hacer ruido, y toda conversación debe ser tranquila y pausada para no alterar la respiración. l 

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La sauna: el depurador del Báltico La sauna es un baño de vapor que tiene su origen en las zonas del Báltico (concretamente en Finlandia, donde hay una sauna cada tres personas), y se inventó con el objetivo de combatir los efectos del frío sobre el cuerpo durante la época invernal. La sauna finlandesa es seca y funciona a una temperatura cercana a los 70 grados centígrados, al contrario que la turca o hammam, de vapor y mucho menos caliente. Sus beneficios son múltiples, pero el principal es su capacidad para eliminar el exceso de líquidos mediante el sudor, líquidos que a su vez arrastran gran parte de las toxinas acumuladas por el cuerpo. También estimula la circulación sanguínea y funciona como relajante muscular, además de proporcionar una sensación de bienestar y paz muy agradable.

Los principiantes no deben estar más de 15 minutos, aunque los que están acostumbrados a ella pueden aguantar hasta 25. Siempre que se sienta mareo o alguna reacción extraña, hay que salir lo más pronto posible. l Al salir hay que ducharse o darse un baño con agua fría, empezando por los pies y siguiendo hacia la cabeza. La finalidad de este contraste de temperaturas es estimular el riego sanguíneo. l ¿Quieres una idea aún más extrema? Los más bestias salen de la sauna y se meten en el mar helado, tras abrir un agujero en el hielo. ¿Qué te parece? l 

Los secretos de las plantas El jengibre es uno de los secretos de salud y belleza mejor guardados de las suecas: además de ser un fantástico antioxidante y proporcionar energía y juventud a la piel, también lo utilizamos para controlar las náuseas durante los embarazos, mejorar el aparato respiratorio y prevenir gripes y resfriados. Y si todo eso te parece poco, también tiene un efecto vigorizante y es un afrodisíaco espectacular. Una cucharadita de jengibre rallado en el té de la mañana, ¡resultados asegurados!

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Un truco para cada tipo de cabello Las rubias darán bonitos reflejos dorados a su melena si se pulverizan el cabello con el resultado de esta infusión: poner un litro de agua a hervir, añadir una taza de pétalos de caléndula, hervir durante cinco minutos, enfriar, colar y reposar. Es recomendable aplicarlo después de lavarse el pelo y secarlo con una toalla. Las morenas deberán hacer lo mismo cambiando la caléndula por salvia, y lograrán un tono más profundo y un extra de volumen

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Los arándanos no son sólo la principal fuente de vitamina C de la dieta de cualquiera que viva en Suecia. También aportan todo tipo de beneficios para la circulación sanguínea, el tracto urinario y los problemas del aparato digestivo. Se utilizan habitualmente para eliminar los gases y tener la barriga fantástica y plana, y durante la Segunda Guerra Mundial se llegó a decir que mejoraban la vista. La salvia tiene múltiples virtudes antibióticas, y por eso con ella se elaboran todo tipo de remedios para heridas en la piel o úlceras. También es protagonista en la composición de múltiples cremas y tónicos para la piel, y hay una receta típica en Suecia en la que mezclas un par de cucharadas de infusión de salvia muy cargada con un yogur para aplicártela como mascarilla facial. Así se consigue una tez luminosa e hidratada. Para mejorar la salud de dientes y encías y, además, blanquearlos, sólo hay que masticar las hojas frescas de la planta.

Afrodisíacos No son exactamente un truco de belleza, pero ayudan a conseguir el mismo objetivo que éstos: gustar a los demás. Cuenta una antigua tradición de la época de los abuelos de nuestros abuelos (¿o tal vez debería decir de las abuelas de nuestras abuelas?) que las mujeres ofrecían a sus maridos dos copas de vino tinto con la cena, ni una más ni una menos, porque ésa era la cantidad exacta para levantar la libido de un hombre. Menos puede no ser suficiente para relajarse y desinhibirse, y más puede tener exactamente el efecto contrario: sueño y problemas de erección. ¡Recuerda! El número mágico es el dos. La canela y el clavo son dos especias muy utilizadas en la cocina tradicional sueca, además de que están muy presenten en algunos ponches y vinos especiados tradicionales. Se dice que las dos se complementan perfectamente, porque el clavo enciende el deseo femenino (está indicado en caso de pérdida de apetito sexual por motivos nerviosos u hormonales) y la canela es, además de estimulante, un gran aliado para los problemas de erección. Un toque de nuez moscada puede potenciar el sabor de cualquier salsa... y asegurarte un dulce postre. Funciona como estimulante, sobre todo en los casos de trastornos causados por la menopausia, y además de como complemento en la cocina se puede tomar mezclando una pizca con un poco de miel antes de acostarse. Cuidado con las dosis, ¡la nuez moscada puede llegar a ser tóxica si se consume en exceso!

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¿Qué tienen las nórdicas que vuelve locos a los hombres? La irresistible atracción de la palidez y su sencilla respuesta científica

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Ningún animal representa la masculinidad como los cérvidos, esos mamíferos rumiantes dotados de espectaculares cornamentas que no dudan en danzar para conquistar a una hembra... o en pelearse acaloradamente por ella. Ciervos, renos y alces abundan en la región, y la sabiduría popular otorga a sus cuernos el poder de ser una suerte de Viagra natural y mágica. Hay teorías que dicen que tenerlos en casa ya es suficiente para contagiarse de su poder viril (tal vez el concepto del “hombre alfa cazador” tenga mucho que ver con esta antigua creenUgiat cia) y otras, más radicales, no se andan con lumsandio chiquitas y recomiendan consumirlo molicorpero do en sopas, estofados o incluso aplicarlo eraessed dolorem como cataplasma en la zona “a tratar”.

dolore magna facidunt volorper suscipsusto doloreet

A pesar de que algunas famosas que vemos en el cine, la televisión y las revistas del corazón intenten imponernos un canon de belleza en el que el bronceado no sólo es atractivo sino que es necesario (algunas de ellas tienen la piel de un sorprendente color naranja), hay algo que convierte a las mujeres pálidas, rubias y de ojos claros en seres cercanos a la irrealidad.

de estudio hombres de todas las razas, la mayoría de éstos prefieren como compañeras sexuales a las mujeres rubias con piel pálida. Asocian la palidez a características como inocencia, vulnerabilidad, modestia y fertilidad.

Las mujeres negras, mulatas, indias o de piel más oscura tienen un aspecto fantástico con su color de piel natural, siempre sexy y saludable, pero las mujeres pálidas esforzándose en parecer morenas parecen mustias, deshidratadas y suelen envejecer antes.

El hecho de que los ojos claros, sobre todo los azules, seguidos por los verdes y los grises, sean los favoritos de los hombres también tiene una explicación de lo más lógica: la dilatación de las pupilas es uno de los primeros signos de excitación e interés sexual. En unos ojos oscuros es mucho más difícil apreciar la diferencia, y en los claros se observa al instante. Curiosamente, en el mismo estudio realizado con mujeres ellas se inclinaron generalmente por hombres con la piel más oscura que la suya, ya que se asocia con ideas sobre el vigor sexual, el misterio o la capacidad reproductiva.

Pues bien, te voy a dar un motivo para no achicharrarte al sol o a base de rayos UVA si de natural eres blanca como la leche, como les pasa a la mayoría de las suecas. Según una encuesta realizada en 2008 por la Universidad de Toronto (Canadá), utilizando como referencia más de 2.000 fotografías y como objeto

El que el rubor en las mejillas se haga notar mucho más en las pieles pálidas tiene mucho que ver en esto. 65

¿Qué comen las suecas?

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Si, como dice la sabiduría popular, somos lo que comemos, las suecas somos contundentes, de alto contenido en proteínas e hidratos de carbono, calóricas, sabrosas y cocinadas a fuego lento. Esto es así porque la cocina sueca está pensada para ser consumida en un lugar donde la temperatura media durante el verano oscila entre los 8 ºC y los 17ºC en Kiruna y entre los 17 ºC y los 23ºC en Estocolmo. En invierno, oscila entre -16 ºC y -10 ºC y -2 ºC y -1 ºC en los mismos sitios. Te puedes imaginar que la cosa no está para ensaladitas, pechugas de pollo a la plancha y gazpachos, ni siquiera en los meses más calurosos del año. Después de leer este capítulo y descubrir los entresijos de la alimentación nórdica, nadie se volverá a preguntar por qué en un pantalón de la sección infantil de H&M diseñado para un niño sueco de un año cabe uno de tres años de cualquier otro lugar del mundo. El secreto, como en las pizzas, “está en la masa”. Carnes estofadas o asadas, pescados en salmuera o salazón y cerdo en todas las variantes posibles son las bases de una dieta en la que los vegetales frescos no son precisamente los protagonistas de la cocina tradicional. Solamente los tubérculos como el colinabo, el nabo o la patata (curiosamente muy popular en la cocina sueca, aunque se introdujo en el país de manera muy tardía, en el siglo XIX) se adaptan bien a los largos inviernos y las más bien escasas horas de luz del país. No olvidemos el plato sueco que IKEA ha convertido en el más popular del mundo: las köttbullar, unas pequeñas albóndigas de ternera (con o sin cerdo, dependiendo de la zona), cebolla y miga de pan bañada en leche que se fríen en mantequilla, generalmente. Después se bañan con una salsa de carne más o menos espesa y se acompañan con mermelada de arándanos rojos (esta baya es una de las mayores fuentes de vitamina C disponible en los mercados suecos) y patatas en diferentes formatos (puré, hervidas o asadas). Dicen que el secreto para que queden tiernas, esponjosas y jugosas es hacerlas con mucho amor, y por eso hay una expresión sueca que las llama “las albóndigas que hace mamá” (Mammas köttbullar).

La leche y sus derivados son otros de los puntales de la gastronomía local: desde el gräddfil (crema agria imprescindible en la cocina) o el filbunke (una especie de leche cuajada) hasta el filmjölk, una suerte de leche ácida similar al yogurt, pasando por el Svecia, un queso de producción local con denominación de origen protegida. También los dulces son muy populares en Suecia. Algunos de ellos tienen carácter estacional (como las Pepparkakor, galletas de jengibre típicas de Navidad, o el Semla, un bollo aromatizado con cardamomo que se consume en Cuaresma) y otros están reservados para ciertas celebraciones, como la Prinsesstårta, pastel cubierto con mazapán de color verde típico de los cumpleaños.

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Juerga y comida: las celebraciones gastronómicas suecas Comer bien y festejar son dos conceptos que suelen ir de la mano. En Suecia no somos menos. Nos encanta reunirnos alrededor de una buena mesa y, precisamente por eso, algunas de nuestras fiestas típicas están estrechamente ligadas a la comida.

La fiesta del cangrejo El segundo miércoles de agosto, le decimos adiós al cortísimo verano sueco con la degustación de uno de los más delicados manjares de la región: los cangrejos. En riesgo de extinción desde principios del siglo XX, sólo se abre la veda durante dos meses al año, a partir de agosto. La tradición pide que se cocinen vivos, en salmuera y con la flor del eneldo, y se coman una vez fríos, acompañados de pan y queso y regados con cerveza y aguardiente. 68

El arenque báltico fermentado Ésta es la peculiaridad más peculiar de toda la cocina sueca, y consigue dividir a la población en dos: los que lo adoran y los que les repugna. El proceso de curación es el siguiente: se pescan los arenques en primavera y se ponen en una salmuera de receta secreta. Se envasan a finales de junio, pero siguen fermentando dentro de la lata, que se abomba peligrosamente. Para abrir la lata hay que seguir un ritual concreto: se debe abrir bajo el agua, pero al aire libre ya que si no el olor impregnaría la casa, lavarlo bien y comerlo con pan, mantequilla, cebolla Ugiat picada y patata. lumsandio Se abre la primera lata a finales de corpero agosto, a modo de celebración popular, y eraessed dolorem entonces se pone a la venta la pesca de la dolore magna primavera anterior.

facidunt volorper suscipsusto doloreet

El solsticio de verano o Midsommar En el norte de Suecia, en la época cercana a la celebración de San Juan, el sol nunca se pone, y en el resto del país las noches son sorprendentemente claras. Para mucha gente el solsticio de verano señala, además, el deseado momento del principio de las vacaciones estivales, por lo que la celebración es doble. El Midsommar siempre se celebra en el campo y al aire libre, y si las flores y el baile tienen gran importancia en esta fiesta, también la tiene la comida. Es típico empezar el ágape con unos arenques escabechados con patatas cocidas con una salsa de nata agria, eneldo y cebolla morada, y seguir con una pieza de carne a la parrilla. Como postre, las primeras fresas suecas de temporada acompañadas de nata, y abundante cerveza y schnapps para beber, que hacen subir el volumen y el tono de las canciones que se cantan durante la sobremesa (pueden acabar siendo realmente explícitas y de alto contenido sexual).

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¿Y para beber? Suecia es un gran consumidor de bebidas alcohólicas, como todos los países del norte. Además, como somos introvertidos y muy correctos, usamos el alcohol como “lubricante social”. Una de las bebidas más típicas son los schnapps, unos licores de alta graduación cuya composición, proceso de destilación y sabor puede cambiar radicalmente de una región a otra. También el akvavit, cuyo nombre viene del latín aqua vitae (agua de vida), que se toma durante el aperitivo para que su combinación de (mucho) alcohol y hierbas ayude en la digestión de las comidas pesadas. No podemos olvidarnos de mencionar la bebida sueca más famosa alrededor del mundo, de la que se fabrican 18 variedades diferentes, con sabor a mango, pimienta, vainilla, mandarina o pera: el vodka Absolut, indiscutible rey de la exportación sueca. ¡Gracias a él es posible hacerse la sueca pidiendo una copa en cualquier rincón del mundo!

Has de saber que si te invitan a una fiesta en una casa sueca, lo normal es que el alcohol que lleves sea solo para ti. Es decir, que cada invitado traerá el alcohol que vaya a consumir él. No esperes una invitación a beber y, obviamente, no se pide una copa. El alcohol es muy caro en Suecia y existe cierta tendencia a no compartirlo. Para que te hagas una idea, una botella de vodka Absolut cuesta el doble que en España, y eso que somos los productores autóctonos. De la misma manera, tampoco se pagan rondas a tus colegas cuando estás en un bar. Cuando de beber se trata, ¡cada uno lo suyo! El alcohol, y me refiero a todo lo que no es vino o cerveza, se vende en lugares específicos gestionados por el gobierno, unas tiendas llamadas Systembolaget, las únicas autorizadas para vender alcohol de más de 3,5º. Están cerradas los sábados y domingos, por lo que si necesitas comprar alcohol el viernes por la tarde es probable que tengas que hacer una hora de cola para salir de allí con tu botín. Las Systembolaget se idearon para controlar el grado de alcoholismo de los suecos, bastante moderado, por cierto. Tienen una gran variedad de productos y todo el alcohol es de calidad. El garrafón es simplemente impensable, ya que todas las marcas pasan exhaustivos controles. Has de ser mayor de 20 años para poder comprar alcohol en una tienda Systembolaget. Es legal consumirlo a partir de los 18 años, por lo que puedes tomarlo sin problema en cualquier bar o restaurante. Eso sí, llévate siempre identificación. Es posible que se nieguen a venderte alcohol si sospechan que eres más joven, no llevas el carnet encima y adeUgiat más tienes un look juvenil que te delata. lumsandio Si necesitas comprar algo de alcohol corpero en un supermercado, es importante eraessed dolorem que sepas que la cerveza que te vas a dolore magna encontrar, la Folköl, será de menos de facidunt volorper 3,5º, por lo que puede saberte bastante suscipsusto a agua con gas. Así que este normalmendoloreet te es el último recurso.

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Gravad Lax 500 g de suprema de salmón fresco (con piel pero sin escamas) azúcar

l

100 g de sal

l

100 g de eneldo picado y pimienta al gusto

la salsa: 2 dl de aceite de girasol l

l

1 de mostaza de Dijon

l

l

100 g de l

Para

3 cucharadas de mostaza sueca dulce

2 de azúcar y 2 de vinagre de vino blanco

l

Sal

l

pimienta y eneldo picado al gusto.

QUITAR las espinas que queden en el salmón. Mezclar los ingre-

dientes de la marinada (sal, azúcar, eneldo y pimienta) y cubrir el pescado por ambos lados, poniendo un objeto pesado encima para que ejerza presión. Dejar un par de horas a temperatura ambiente y después 48 en la nevera, volteándolo por lo menos dos veces durante el proceso. Montar la salsa mezclando los ingredientes en una batidora o con unas varillas para que monte, y servir el salmón cortado en finísimas lonchas intentando no servir la parte más oscura y cercana a la piel.

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Smörgåsbord: el buffet donde todo cabe Smörgåsbord, aunque pueda parecer una mala traducción de orgasmo es en realidad el nombre que se le da en Suecia al buffet elaborado con diferentes elementos tradicionales de la cocina sueca. Se sirve en fiestas y reuniones familiares (en Navidad hay una versión especial, el Julbord), e incluye platos calientes y fríos, pescados en salazón, embutidos, quesos y todo tipo de proteínas, que se acompañan con abundante pan con mantequilla. A continuación, algunas recetas que os permitirán montar vuestro propio Smörgåsbord y quedar como auténticas suecas. Todas las recetas son para cuatro personas.

Janssons frestelse

Biff à la Lindström 500 g. de carne de vaca finamente picada cebolla

l

l

3 yemas de huevo

l

media

50 g de alcaparras y 150 g de remolacha en conserva con el

líquido de cocción

l

Sal y pimienta blanca.

picar la cebolla y trocear la remolacha en pequeños dados. Mez-

clar la carne picada con las yemas, salpimentar al gusto y añadir la cebolla, las remolachas y su jugo. Hacer tortitas y dorarlas en mantequilla en una sartén, dejando el interior de las mismas más o menos crudo, a gusto de los comensales. Se suele acompañar con patata, normalmente hervida o en puré.

Janssons frestelse 1 k de patatas

l

300 g de cebolla

l

250 g de filetes de anchoa especiada

(no confundir con la anchoa salada)

l

pan rallado y 3 dl de nata

l

Sal y

pimienta blanca al gusto.

pelar las patatas y las cebollas y cortarlas en rodajas. Sofreír

ligeramente las cebollas en mantequilla, engrasar un molde de horno y cubrir con una primera capa de patatas. Añadir la mitad de las cebollas y de las anchoas, poner otra capa de patata y repetir el proceso. Acabar con una capa de patata, salpimentar al gusto y añadir la nata. Cubrir con pan rallado y unos trozos de mantequilla y cocinar a unos 200 grados durante una hora. Éste es un plato delicioso y capaz de cargarte las pilas para todo el día, ¡imprescindible en los días más fríos el invierno!

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Toast Skagen

Toast Skagen 4 rebanadas de pan blanco

l

300 g de gambas cocidas y peladas

de huevas de corégono álbula de Dijon

l

l

3 cucharadas de mayonesa

50 g de eneldo fresco

l

l

l

100 g

1 de mostaza

mantequilla y medio limón.

un clásico de las fiestas suecas: las huevas de corégono son

sinónimo de celebración y abundancia, y aunque son difíciles de encontrar en el resto del mundo por ser un pescado local se pueden sustituir fácilmente por huevas de trucha u otro pescado de río. Quitar la corteza del pan, dorarlo en una sartén con un poco de mantequilla y reservar. Mezclar las gambas con el eneldo (reservamos unas ramitas para decorar), la mayonesa y la mostaza. Poner encima de las tostadas, hacer bolitas con las huevas y ponerlas encima, y acabar adornando con el eneldo y una rodajita de limón. 76

Glögg 1 l de vino tinto canela pasas

l

l

l

3 dl de vermut rojo

piel de naranja

l

l

10 clavos de olor

l

2 palitos de

150 g de almendras crudas y peladas

l

150 g de

100 g de azúcar en terrones y 2 dl de Akvavit.

el Glögg es la bebida navideña por excelencia. Su olor es el

equivalente sueco de las magdalenas de Proust: nos transporta a todos a las fiestas de nuestra infancia. Para prepararlo, hay que poner a hervir a fuego bajo en una olla todos los ingredientes menos el azúcar y el Akvavit (se puede sustituir por orujo) durante unos 20 minutos. Aparte, calentar el licor, verterlo sobre los terrones en una bandeja resistente al calor y dejar flambear. Después, añadir al vino especiado y servir todo junto en tazas con asa. Es caliente y reconfortante, pero ¡cuidado! Sus efectos pueden ser devastadores.

Manual de supervivencia anual de supervicencia para una cena con suecos Ya estás ahí. Has causado una excelente impresión a tu presa sueca. Ya ha habido una primera cita, una segunda y una tercera… y ha llegado el momento de conocer a sus más allegados, por lo que es posible que te invite a una cena informal en su casa para presentarte en sociedad. Aquí tienes una serie de tips básicos para que sea una noche triunfal: l

Recuerda: lleva algo para beber, algo que te guste a ti, ya que básicamente lo beberás tú. Y, por supuesto (esto es un consejo internacional), sé detallista. A tu sueco o sueca anfitriona le encantará recibir algún presente. Prueba con algún dulce o algún detalle decorativo, como unas velas bonitas.

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Zapatos. Ya hemos contado que si un sueco viene a visitarte, se quitará los zapatos, así que haz lo mismo cuando visites su hogar. Si no

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l

quieres estar en calcetines (ya sé que esto es un poco shock para

la madrugada, como en España, es posible que sea a partir de las 3

gente de otras culturas), no tengas ningún reparo a la hora de llevarte

o las 5 de la tarde, y de ahí en adelante durante cinco o seis horas

unas zapatillas de andar por casa, para cambiártelas a la entrada.

más. Pero es que si es invierno a esa hora ya será prácticamente de

En las cenas suecas las parejas nunca se sientan juntas, sino que

noche en el exterior.

se intercalan con otros invitados. Es una manera tan buena como

l

l

l

Con tantas horas de reunión entre amigos por delante, no dudes

cualquier otra para fomentar la socialización y disolver unidades de

que tu anfitrión va a tener preparados uno o varios juegos en los

poder. Únicamente se pueden hacer excepciones si no es una pareja

que todos han de participar y canciones tradicionales que (¡sí!) hay

formal, pero tu anfitrión será intransigente si se trata, por ejemplo,

que cantar, en plan karaoke, para acompañar los schnapps. Te aviso

de un matrimonio. Ya hablan bastante entre ellos en casa, ¿no?

de que puede ser que te topes con una carpeta con las canciones

Si no dominas el sueco, no te preocupes. Prácticamente todo el

impresas en cuestión, no vaya a ser que pongas como excusa que

mundo tiene un nivel de inglés más que aceptable, así que la lengua

no sabes la letra. Los juegos pueden ser de lo más variado, desde el

vehicular durante la cena será el inglés, en deferencia a ti. Así no te

típico quiz de películas, hasta preguntas y respuestas tipo Trivial...

perderás ni un ápice de la conversación.

En todo caso, ve preparado (y mentalizado) para participar en todo

Una cena sueca puede ser cuestión de horas y horas (allí la costum-

lo que te propongan. No está muy bien visto dejar de lado los juegos

bre de cenar en restaurantes no está muy extendida así que se or-

por que haya surgido alguna conversación interesante. ¡Si está pre-

ganizan muchas cenas en casa), pero en lugar de extenderse hasta

visto que se juegue, se juega!

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Educación sexual e igualdad de género

Que las suecas y suecos tienen una actitud desenvuelta y natural hacia el sexo ya nos va quedando claro a lo largo de estas páginas. Pero una de las claves de la destrucción de esos prejuicios no es otra que la educación que hemos recibido desde nuestra más tierna infancia. Y es que al observar las diferencias que hay entre el tratamiento de la sexualidad en las escuelas españolas y las suecas, por ejemplo, es fácil deducir por qué ese pensamiento colectivo en lo que al sexo se refiere ha evolucionado tanto.

Cinco teorías acerca de la educación sexual en Suecia Aquí van algunas de las teorías de por qué los suecos y las suecas vivimos el sexo de una manera tan desenfada.

1 Con la Iglesia nunca hemos topado Teniendo en cuenta la lucha contra la secularización, los escándalos de la Santa Iglesia Católica y el peso que siguen teniendo los discursos papales en el mapa mediático mundial, lo cierto es que la Iglesia Católica no pasa por su mejor momento. Aun así la moral católica existe, eso es algo innegable, en esa especie de trasfondo cultural colectivo en las sociedades occidentales, sobre todo las latinas. En los países católicos la Iglesia opina (y mucho) sobre temas de sexualidad y cuestiona aún en nuestros días el uso del preservativo. En Suecia, en cambio, la religión poco influye en este tipo de asuntos. El 90% de la población es luterana, es decir, pertenece a esa escisión del cristianismo que se produjo en 1527 y que aboga, entre otras cosas, por la no ostentación y la no jerarquización de los cargos eclesiásticos.

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El caso es que en Suecia la baja asistencia a la Iglesia es un hecho más que comprobado. Solo un 3% de la población acude a misa más de tres veces al año. Con estos bajos índices de asistencia, más le vale a la Iglesia Luterana (que ya de por sí tiene un espíritu mucho más liberal que la católica) no pronunciarse sobre la educación sexual de los pocos fieles que le quedan.

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2 Señores, el sexo no es sólo biología Echa la vista atrás y recuerda la primera vez que os hablaron de sexo en el colegio. Muy probablemente eras un adolescente con las hormonas a mil revoluciones, al que se le escapaba una risita nerviosa cuando la profesora, normalmente la titular de Ciencias Naturales, mostraba una diapositiva de los aparatos reproductores masculino y femenino. Esa misma profesora ya te había mostrado antes el sistema digestivo, el aparato locomotor y el respiratorio, así que el nuevo tema sólo era un paso más para desentrañar el misterio del cuerpo humano. Quizás, unos años más tarde, en Secundaria, aterrizaron unas chicas un buen día en tu clase, armadas con una rueda con dildos de yeso, sobre los que practicasteis voluntariamente cómo se ponía un condón. Y poco más… ¿verdad? El resto se aprendía en revistas o preguntando a los amigos. Pues bien, en Suecia no se limitan a enseñar la sexualidad desde el punto de vista biológico o de prevención de las enfermedades de transmisión sexual. Los adolescentes pasan por largas sesiones en pequeños grupos, coordinados por sexólogos que se desplazan a Ugiat cada instituto, y en las que puede hablarse lumsandio de una manera abierta sobre todo lo que corpero conlleva iniciarse en las prácticas sexuaeraessed dolorem les, desde la propia experiencia hasta los dolore magna sentimientos ligados al sexo.

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Educación sexual en Suecia por edades. De los 7 a los 10 años: los niños aprenden en clase temas relativos

l 

a la menstruación, el embarazo, la masturbación, el nacimiento, la fertilización o los anticonceptivos. De los 10 a los 13 años: pubertad, enfermedades venéreas, homose-

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xualidad y exhibicionismo. De los 13 a los 16 años: prácticas como el petting, relaciones prema-

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trimoniales, aborto, pornografía, prostitución, SIDA y cómo y dónde obtener más información. A partir de los 16 años: cuestiones relativas al deseo sexual, el amor,

l 

problemas y disfunciones sexuales, superpoblación…

3 Naturalidad a la hora de hablar de sexo, ya desde la tierna infancia Las historias rocambolescas sobre cigüeñas que vienen de París no suenan mal como cuento de hadas, pero son poco prácticas a la hora de encarar ese peliagudo momento en que los niños preguntan de dónde ha salido su hermanito. Una de las formas más comunes y extendidas de explicar la sexualidad a los niños en Suecia son los libros ilustrados, que ahorran muchos quebraderos de cabeza a los papás. De todas formas, el sistema educativo sueco incorporó y reguló la educación sexual desde el año 1942, y estableció cuatro niveles según los cuales los centros han de administrar la información sexual a sus alumnos. En ellos se cuida por encima de todo el aspecto sociológico y psicológico del sexo.

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4 El sistema sanitario y las clínicas para jóvenes. Sexo=salud Mientras que en España los centros de anticoncepción y sexualidad para jóvenes eran conocidos hasta no hace mucho como centros de planificación familiar, en Suecia (donde el sistema sanitario trabaja en materia de educación sexual en plena armonía con el educativo) un nombre así habría sido impensable. Existe un gran número de centros médicos destinados exclusivamente a la educación sexual de los jóvenes, a los que pueden acudir para resolver sus dudas. Desde que en 1975 el aborto fue legalizado en Suecia, estas clínicas trabajan en la prevención de embarazos no deseados promoviendo los métodos anticonceptivos. Los chicos y chicas son atendidos por un ginecólogo, un psicólogo y un trabajador social. En las décadas posteriores a la legalización del aborto, esta práctica se ha reducido significativamente, por lo que un gran número de países han estudiado el plan sobre sexualidad que promueve el sistema educativo sueco, con el fin de desarrollar programas similares. Es decir, ante todo, información: mucha y muy accesible. 5 Una ONG sobre cuestiones sexuales La RFSU (Asociación Sueca para la Educación Sexual) es una ONG fundada en 1933 que colabora de manera muy activa con la educación sexual de los jóvenes. Promueven campañas informativas muy bien organizadas que llegan a todas las escuelas y que abogan por prácticas sexuales sanas. Existe, paralelamente, la RFSL, una organización que trabaja y defiende los derechos de los homosexuales. Se fundó en 1950 y se ha convertido en una de las organizaciones de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales de referencia a nivel mundial. Sus actividades van desde ofrecer apoyo a las personas que desean salir del armario, al asesoramiento legal en casos de discriminación o la lucha contra la discriminación sexual. (Más info en www.rfsu.se y www.rfsl.se.)

Igualdad de género: una realidad irrebatible Pero si la sexualidad es una materia de estudio obligatoria en las escuelas, el tema de la igualdad de género no lo es menos para los niños y niñas suecas. Ya en las guarderías se detallan a los padres los planes de desarrollo que emplearán para fomentar la igualdad entre niños y niñas. Esto, como puedes imaginar, sienta de manera firme las bases para el desarrollo de una sociedad igualitaria en cuestiones de género. Uno de los espacios donde se palpa más claramente la no discriminación de la mujer es en el entorno doméstico. Es en casa, en la intimidad de las familias, donde se disfruta de muchas de las ventajas de la igualdad entre hombres y mujeres. A saber: lo de los dos años de permiso de maternidad es completamente cierto, y es uno de los datos que más sorprenden en otras culturas y provocan la admiración de otros países. Pero es que para la sociedad sueca es muy importante que los padres estén con los niños en los primeros años de vida y participen activamente en su educación y en las fases iniciales de su desarrollo como seres humanos. Los chicos suecos pueden (y deben) participar de ese permiso de paternidad, que comparten con sus mujeres. El hombre, por lo tanto, debe participar completamente de la tarea de cuidar a su retoño mientras sus parejas se reincorporan a la vida laboral, por lo que es normal que el sueco esté muy familiarizado con las tareas domésticas. De hecho, en Suecia no está demasiado bien visto contratar una asistenta. El mantenimiento y la limpieza del hogar es cosa de los que viven en él. Toda la familia participa en las tareas domésticas sin que ello suponga nada especial. Aunque, como en el resto del mundo, aún hay mucho trabajo que hacer en materia de discriminación laboral (aún no se ha alcanzado la plena igualdad entre hombres y mujeres en la esfera pública), lo cierto es que en Suecia la palabra “feminista” no provoca escalofríos, como en otros países. Allí es normal que muchos hombres y mujeres se reconozcan a sí mismos como feministas, sin que ello suponga un trauma.

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La prostitución en Suecia Suecia se convirtió en pionera cuando instauró la ley de 1999 que penaliza la compra, y no la venta, de servicios sexuales. Es decir, en Suecia es legal prostituirse pero no lo es comprar estos servicios, por lo que se penaliza, con multas y con penas de hasta seis meses de cárcel, al cliente y no a la prostituta. Allí la prostitución se considera como explotación de la mujer, un claro exponente de la violencia machista, y la prostituta se con-

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sidera una víctima, por lo que se ha optado por no perseguir la venta de sus servicios. La policía trabajó de firme durante los primeros años de instauración de la ley y actualmente Suecia ha visto reducida la compra de servicios sexuales en un 13%. Existe una firme convicción en la lucha contra el trafficking y la capacitación de la mujer mediante programas que evitan que caigan en las mafias de la prostitución.

Suecas y bisexualidad: educar en la información, educar en el respeto, educar para la imaginación Si buscas en Google “Suecia + Bisexualidad” (en español) aparecen como resultado 102.000 entradas, de las cuales un elevadísimo tanto por ciento (sobre el 90%, me atrevería a decir) son para comprar en DVD, descargar o ver en streaming la película de 1982 dirigida por Ricard Reguant Sueca bisexual necesita semental. Anécdotas aparte, es totalmente cierto que los suecos (y, sobre todo, las suecas) tienen mucha más tendencia a fantasear, coquetear y experimentar con personas de su mismo sexo que otros europeos. Aunque puedas pensar que se debe al frío reinante, a lo sexys que son las suecas en cuestión o, los más pacatos, a que somos un país de moral relajada, la realidad es que la capacidad de fantasear y experimentar viene dada por la educación sexual, informativa y nada represiva, a la que los suecos tenemos acceso desde la escuela. Recomendada desde 1942 y obligatoria a partir del año 56, los alumnos suecos reciben información, desde los 7 años y hasta los

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16, de manera progresiva y adecuada a la edad del alumno, sobre menstruación, homosexualidad, higiene sexual, prevención de enfermedades venéreas, aborto, pornografía o contracepción. El resto de los adolescentes del mundo deben aprender por su cuenta y riesgo, a no ser que tengan unos padres a los que no tiemble la voz para hablar de sexo y se atrevan a ir más allá de la fábula de las flores y las abejitas. Un estudio reciente de la Universidad de Malmö revela, después de encuestar a un total de 855 personas entre 18 y 24 años, que un 37% de las mujeres y un 7% de los hombres se sienten mayoritariamente atraídos por personas del sexo contrario pero también, puntualmente, por alguna del suyo propio. El mismo estudio afirma que un 39% de las mujeres y un 8% de los hombres han tenido en algún momento fantasías sexuales en las que aparecían personas de ambos sexos, aunque sólo un 13% de las chicas y un 3% de los chicos admiten haber tenido relaciones bisexuales plenas o se define como bisexual.

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El sociólogo impulsor del estudio, Sven-Axel Mansson, declaró lo siguiente a la prensa: “Estamos percibiendo un mayor aperturismo en la gente joven, especialmente en las mujeres jóvenes. Hay un interés creciente en experimentar y en romper barreras, y una resistencia creciente en autodefinirse como heterosexual, homosexual o bisexual”. La política sueca respecto a las diferentes opciones sexuales es totalmente igualitaria, no estando permitido, según figura en la Constitución, discriminar a nadie debido a su orientación. Cualquier persona mayor de 15 años (edad mínima para tener contacto sexual) puede relacionarse con personas del sexo opuesto o el suyo propio, y la Ley tampoco observa diferencias entre las parejas heterosexuales o gays que viven juntas. Todos tienen la misma facilidad para acceder al registro oficial de parejas, que otorga unos derechos muy similares a los del matrimonio civil (una de las opciones más escogidas por los jóvenes), que legitima las parejas incluso para iniciar trámites de adopción. También hay dos organismos oficiales en contra de la discriminación por orientación sexual (HomO), que, curiosamente, también defiende los derechos de los heteros si se considera que se les discrimina por ello) y por sexo de las personas (JämO), en la que se incluye la discriminación a los transexuales. Otro de los grandes hitos suecos a favor de la igualdad es, recordemos, la RFSL (Federación Nacional por la Igualdad Sexual), una organización que se creó en 1950 para luchar por los derechos de hombres y mujeres homosexuales, bisexuales o transexuales, que pueden recibir ayuda o asesoramiento en sus más de 30 oficinas distribuidas por todo el país. También tramitan permisos para refugiados que solicitan asilo político en el país si se sienten amenazados por sus tendencias sexuales. Y ésa es la prueba de que el sistema de educación sexual sueco funciona, porque si hay algo que la educación sexual debería potenciar (ya que es la base de una vida sexual satisfactoria, plena y sin traumas ni represiones) es la capacidad de escoger qué sexo te representa, con quién te acuestas y con quién fantaseas. De Five hot histories for her, Erica Lust

Las suecas, el cine, el sexo

Que las suecas sean un mito erótico se lo debemos básicamente al cine. El cine se ocupa de vehicular y transmitir historias, sensaciones y discursos, pero también multiplica los tópicos y los eleva a la máxima potencia. Un pueblo necesita de su cine y su literatura para transmitir sus tradiciones. A pesar de que el cine llegó algo tarde a Escandinavia, sus cinematografías, y especialmente la sueca, han reservado siempre un lugar privilegiado a la representación de la mujer. El cine sueco se caracteriza por su ritmo pausado, la recreación de sus paisajes y la complejidad de sus personajes, y tiende a ser siempre un cine muy psicológico y social. Ahí han quedado para la historia los trabajos de auténticos tótems del cine como Victor Sjöström o Ingmar Bergman. Pero las suecas también saltaron fronteras y se colaron en las pantallas de todo el mundo, desde las míticas Greta Garbo o Anita Ekberg a las artífices del cine del destape en España, que, aunque no necesariamente fueran suecas, quedaron retratadas como tales. Las suecas se convirtieron en un símbolo de libertad y de expresión de la sexualidad para aquellas sociedades que luchaban contra la censura. Acompañadme en este recorrido desde las cándidas suecas que destaparon su sexualidad en blanco y negro al nacimiento de todo un imperio X y la posterior revolución del porno feminista.

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El cine erótico sueco

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En un país donde la pornografía se legalizó en el año 1970, los precedentes de cariz erótico van más allá de ser una excusa para enseñar teta y culo. ¿Cuántos países pueden presumir de tener al gran Ingmar Bergman dirigiendo películas con desnudos? ¡Pues eso! Si, como dice la canción de The Buggles, el vídeo mató a la estrella de la radio, sin duda fue el porno el que mató a las estrellas del cine erótico sueco. ¿Por qué en otros lugares la era dorada del cine erótico duró muchísimo más? Probablemente, porque la pornografía tardó más en legalizarse y, salvo alguna excepción honrosa o incursiones del cine más mainstream en el género, cuando el porno entra por la puerta el cine erótico salta por la ventana. Si bien Häxan, la primer película sueca en la que aparecen desnudos explícitos (lo que, en mi opinión, es lo de menos si lo comparamos con las escenas de tortura, crueldad y perversidad de la misma, detalles de los que curiosamente nadie parece ser consciente), data de 1922, durante las siguientes décadas la aparición de desnudos fue testimonial. El cine se erotizó a partir de los años cincuenta hasta el boom de los sesenta, que finalizó con la legalización de la pornografía en Suecia en el año 1970. Solamente Dinamarca y EEUU legalizaron el porno antes en todo el mundo, en concreto en 1969. Ingmar Bergman, reputado director (y reputado erotómano, como saben los conocedores de su vida y obra), fue uno de los primeros en intentar normalizar el desnudo y las relaciones sexuales en el cine en su espectacular Summer with Monika. Esta película, después de pasar por múltiples Ugiat tijeretazos de la censura, de cambiar su banlumsandio da sonora original por una de Les Baxter corpero (ya sabes, el jazz y el pecado viajan de la eraessed dolorem mano) y múltiples aberraciones más fue dolore magna estrenada como fenómeno sexplotation en facidunt volorper los cines americanos. Y así empezó la lesuscipsusto yenda en Estados Unidos: después de ver a doloreet la “pobre Monika” practicando sexo con su

amante Harry, ligeramente achispada en una de las pocas escenas ligeras de ropa de la película que escaparon a la tijera del censor, el hecho de que las suecas eran unas frescas, y las películas en las que aparecían una inmoralidad, empezó a estar en boca de todos. Por supuesto, fue un gran éxito de taquilla. ¡No podía ser de otra manera!

Las películas que dieron (mala) fama mundial a las suecas El cine es una poderosa herramienta de comunicación social que sirve, entre otros propositos, para fijar tópicos en el inconsciente colectivo. Así es como vemos a los americanos violentos y belicistas gracias a Rambo o Terminator, a los franceses intelectuales y románticos gracias a Truffaut o a los italianos seductores gracias a Fellini. Pues a las suecas nos precede la fama de eróticos y sexuales por pelíulas como estas. 95

Summer with Monika (Sommaren med Monika) (1953) Director: Ingmar Bergman Intérpretes: Harriet Andersson, Lars Ekborg, Dagmar Ebbesen, Naemi Briese, Åke Fridell. He aquí la primera película que hizo que, tras su estreno en Estados Unidos (y pese a la edulcorada y recortadísima versión que la censura permitió), hizo que Suecia se empezara a conocer como la sede mundial del libertinaje, una suerte de nueva Gomorra cuyas mujeres practicaban sexo antes del matrimonio y otras aberraciones bíblicas.

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En ella, el reputado director Ingmar Bergman nos cuenta la historia de Lars (Lars Ekborg, cuyo nombre en la versión americana fue sustituido por el de Harry) y Monika (Harriet Andersson), dos jóvenes que se conocen y se enamoran apasionadamente desde el primer momento, cuando se conocen en un café y empiezan a hablar. Monika es romántica, rebelde e idealista, y tanto ella como él odian sus aburridos trabajos (él en un almacén de porcelana, ella en una verdulería), su vida en el pueblo y todo lo que la rodea. Así que cuando Monika empieza a tener problemas en casa y empieza a sufrir el acoso de su ex, que no se resigna a dejarla ir de su vida, y Lars se pelea con su jefe y éste le despide, Lars se decide a robar el barco de su padre para fugarse con ella y pasar juntos el verano de su vida. Cuando ella se queda embarazada en medio de su idílico veraneo en una isla (donde tienen que robar para comer, debido a su falta de dinero), Lars no tiene más remedio que tomar las riendas, casarse con ella y volver a trabajar y terminar sus estudios. Pero el tiempo de felicidad conyugal es efímero, ya que Monika no es capaz de disfrutar su Ugiat nuevo rol de ama de casa y madre, en tanto lumsandio que Lars se muestra mucho más dispuesto corpero al cambio y encantado con su hija, la peeraessed dolorem queña June. Los pequeños momentos de dolore magna felicidad familiar nunca llegan a llenar a facidunt volorper Monika, que termina abandonando a su suscipsusto familia para ir en busca de otras aventudoloreet ras, otros amores y otras islas.

I am curious (Yellow) (1967) y I am curious (Blue) (1968) Director: Vilgot Sjöman Intérpretes: Peter Lindgren, Lena Nyman, Börje Ahlstedt, Chris Wahlsrtöm, Marie Göranzon. A pesar de ser dos películas diferentes os hablaré de ellas a la vez, ya que así es como originalmente las concibió su director: como una sola película de tres horas y media de duración. La poca viabilidad que tenía el formato hizo que la película se convirtiera posteriormente en dos. Los colores que dan nombre a las dos entregas son los de la bandera sueca, una elección perfecta ya que la película hace un fidedigno retrato de los cambios que experimentaba la sociedad local, sus nuevas inquietudes y la conciencia política creciente entre los jóvenes durante la década de los sesenta. I am curious cuenta la historia de Lena Nyman, una joven que comparte un pequeño apartamento en Estocolmo con su padre, un exmiliciano con problemas con la bebida que años atrás viajó hasta España para luchar contra Franco. Lena está descubriendo la lucha social y de clases a la vez que el sexo, y vive ambas cosas con la misma pasión y entrega, igual que sus ganas de entender el mundo y las relaciones humanas. Para ello se mueve por la ciudad entrevistando a la gente sobre temas como política, economía, sexualidad o religión. A través de su padre conoce a Bill (Börje Ahlstedt), un hombre conservador bastante mayor que ella

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que trabaja en una tienda de ropa, del que se convierte en amante. Cuando Lena descubre que él está casado y tiene una hija, decide irse a vivir a los bosques, practicar yoga y vivir su vida de la manera más espiritual y ascética posible. Bill sale a buscarla en su coche y la encuentra, momento en el cual tienen una relación sexual extremadamente violenta. Después de que Bill se vaya, Lena fantasea con todos los amantes que ha tenido hasta entonces (23, en concreto), fantasía que culmina con la muerte de Bill, a quien posteriormente despoja de su mayor arma masculina: el pene. De vuelta a casa, Lena se disculpa ante un imaginario Martin Luther King por sus violentas fantasías, en un surrealista diálogo rebosante de frustración y pretensiones pacifistas. En uno de los giros más sorprendentes de la película, el mismo director y equipo de rodaje pasan a formar parte de la acción, mostrándose celoso de la relación de Lena y Bill e intentado acabar con ella. La que terminó siendo la segunda entrega, I am curious (Blue), enmarca en el tiempo la primera parte, sucediendo antes y después que esta. Con una visión todavía más cruda y satírica, Blue hace más hincapié en temas como la religión, las cárceles y las relaciones sexuales, y rebaja ligeramente el marcado tono antibelicista. Sjöman inició un nuevo tipo de cinematografía sueca con estas dos entregas, un estilo lleno de cortes y con una estructura muy poco conUgiat vencional y con elementos documentales lumsandio –por ejemplo, una entrevista con Martin corpero Luther King aprovechando su estancia en eraessed dolorem Estocolmo en 1966, buscando el apoyo dolore magna sueco para los afroamericanos– que bebe facidunt volorper directamente de las fuentes de la new suscipsusto wave francesa.

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Inga (Jag-En oskuld) (1968) Director: Joseph W. Sarno Intérpretes: Marie Lildjedahl, Monika Strömmerstedt, Thomas Ungewitter, Casten Lassen, Else Marie Brandt. El director de cine Joseph W. Sarno se acercó al género erótico en 1960, atraído por el éxito que años antes había conseguido Russ Meyer con The inmoral Mr. Teas y su taquillazo de un millón de dólares. De su prolífica carrera en Suecia, donde se mudó desde su América natal, Jag-En Oskuld (Yo, una virgen), mucho más conocida con el título de Inga, como su protagonista, fue, de lejos, su película más exitosa. Fue el debut de Marie Lildjedahl, y la convirtió inmediatamente en una estrella. Inga cuenta la historia de la joven Inga y su tía Greta, una viuda de muy buen ver de treinta y seis años con un joven amante, Karl, un escritor frustrado que suple su carencia de éxito con costosos caprichos como coches y trajes. Einar, el mejor amigo del fallecido marido de Greta, se muestra muy interesado en ella y bastante deprimido desde que su mujer fue encerrada en un hospital. La hermana de Einar, Sigrid, conmovida por la situación que vive su hermano, decide ofrecerle dinero a Greta a cambio de acostarse con él, y Greta acepta el trato rápidamente, ya que tiene que comprarle un nuevo capricho a su boy toy: en esta ocasión, un barco. Pero la llegada de la joven Inga, la sobrina huérfana de 17 años de Greta, una tranquila y estudiosa joven, todavía virgen y tratando de lidiar con su re-

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cién descubierta sexualidad emergente, hace que todo cambie. Todo el mundo enfoca su atención sobre ella, y Greta aprovecha la situación para hacer que sea la joven la que finalmente se acueste con Einar. Pero las cosas no salen finalmente como a Greta le habría gustado. Resulta interesante ver la fortaleza de carácter y la seguridad en sí mismas que presentan los personajes femeninos de esta película. Ambas saben lo que quieren y van a por ello, sin ser las víctimas de los hombres en las escenas eróticas y llevando siempre la iniciativa. En una de las escenas más bonitas de la película, Sarno muestra el despertar de la sexualidad de la joven Inga, sin mostrar nada más que sus expresiones faciales en un sorprendente ejercicio de cámara. La película tuvo una secuela, Någon att älska (La seducción de Inga) rodada en 1969 pero estrenada en 1971. 100

Fäbodjäntan (1978) De Joseph W. Sarno ya hemos hablado anteriormente. Fue un director norteamericano que aterrizó un buen día en Suecia para revolucionar el cine X. Además de Inga (Jag-En oskuld), es el artífice de una de las películas más locas que se han visto en este lado del Atlántico: Fäbodjäntan. Cuenta la historia de una reunión de amigos en un típico islote sueco. Uno de ellos encuentra un cuerno vikingo mágico que hace que todo el mundo se ponga extremadamente cachondo cuando lo hace sonar. El cuerno de marras dará pie a una orgía animada hasta el punto de que una de sus protagonistas utilizará una famosa (y enorme) salchicha sueca llamada Falukorv, como dildo. Porno campestre y dicharachero en un marco natural inigualable.

Torgny Wickman y el lenguaje del amor. Uno de los máximos exponentes del cine X en Suecia, si es que podemos hablar de un autor de culto, es Torgny Wickman. Este director obtuvo cierto reconocimiento internacional gracias a su película de 1969 Kärlekens språk (The language of love). Si recuerdas la genial película Taxi Driver, de Martin Scorsese, The language of love es la película que ponían en el cine X al que Travis Bickle (Robert de Niro) llevaba a su amada Betsy (Cybill Shepherd), ¡en la primera cita!, ante el espanto de esta, que salía huyendo. Éstas son sus dos obras clave: The Language of Love (Kärlekens språk, 1969) es una película sobre educación sexual, o una especie de pseudodocumental sexploitation que, como buena película X en aquella época, enfureció a las hordas antipornografía, obcecadas con retirarla de las carteleras mediante concentraciones en Londres y Estados Unidos. La película narra de manera prácticamente didáctica las andanzas de una serie de médicos americanos y suecos, expertos en sexualidad, que se dedican a explicar con detalle todos los problemas que pueden derivarse de una relación sexual. The language of love hace un recorrido desde el lado más biológico del sexo, detallando las

diferencias físicas entre el hombre y la mujer, a las diversas posturas del coito, que se mostraban con la pantalla partida en varios encuadres, al más puro estilo Brian de Palma. También tocaba temas como los prejuicios que puede despertar el sexo, de qué manera se representa en el arte y en la sociedad o cómo había llegado a convertirse en un tabú. Es decir, una película relativamente didáctica que era observada por la censura no ya con recelo, sino como una auténtica arma del diablo. La película, como puedes imaginar, fue todo un éxito internacional. Anita (1973) fue otro de los títulos bomba de Torgny Wickman y la consagración de la musa del erotismo sueco, Christina Lindberg. La joven actriz interpretaba aquí a Anita, la personificación del Swedish sin: una jovencísima estudiante que padecía el mal del sexo: es decir, era ninfómana perdida. Se acercaba a hombres desconocidos en la calle hasta el punto de tener que desplazarse a una estación de tren para recibir a los turistas extranjeros, porque todos los locales ya la conocían. Como ya es habitual con este tipo de hits, hubo secuela y póster vintage de la tierna y desbocada Anita (Christina Lindberg aún adorna alguna que otra pared en Suecia).

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Las suecas en el cine español: el destape “Han venido porque saben que España es diferente, y aquí encontrarán el sol, la paella, las corridas de toros y también, ¿por qué no decirlo? Algunas vienen buscando el romance, la aventura. Desde Rodolfo Valentino, los latin lovers tenemos mucho cartel, y ustedes perdonen la inmodestia. Claro que sobre gustos no hay nada escrito; por eso el que levanta más admiración a su paso es ese colosal producto que salió del cruce de dos pueblos fuertes, rudos y primitivos: los celtas y los íberos. Nos referimos al racial celtíbero español, que en este caso se llama... Manolo.” Alfredo Landa, de la película Manolo Lanuit (1973)

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Poco puedo añadir al magno discurso con el que empieza esta película, una de tantas protagonizada por un improbable galán español de pura cepa: es decir, bajito y no especialmente agraciado físicamente (ni Alfredo Landa ni Jose Luis López Vázquez son precisamente unos Adonis, la verdad vaya por delante). Pero sí que tenían ese especial e inexplicable atractivo para las rubias, altas (más que ellos, casi siempre) y despampanantes suecas que ocupaban las playas del levante español y la Costa Brava durante la década de los setenta. Una de las cosas que me tenía más intrigada cuando aterricé en España era la impronta que habían tenido las suecas de la década de 1970 en el imaginario colectivo de los españoles, especialmente el masculino. Precisamente uno de los hilos que he tirado hasta descubrir realmente por qué las suecas son un mito erótico. Recuerdo una noche cálida de verano en una terraza de Barcelona en la que unos amigos me esperaban tomando una copa de vino. Yo había tenido un pequeño contratiempo y era la última en llegar. Al verme llegar, uno de ellos gritó: “¡Que viene la sueca!”. En aquel momento no le di importancia pero lo cierto es que lo oí más veces en aquel primer verano en Barcelona. Poco después descubrí que

“que vienen las suecas” era prácticamente una frase hecha que pertenecía a la cultura popular. Me pareció muy curiosa, así que empecé a indagar de dónde provenía. Y así fue cómo descubrí el impactante mundo de las películas del destape. Sitúate en un verano cualquiera a finales de la década de 1960 o principios de los 70, en la tórrida costa mediterránea española. Una dictadura ya en decadencia pero que aún ejercía la censura con mano férrea sobre todo tipo de expresiones culturales. Los funcionarios del Gobierno estaban ojo avizor ante cualquier posible pecho que pudiera escaparse en un teatro o cualquier centímetro de menos en una falda femenina. La castidad era la norma entre las chicas españolas. Léase: la mayoría de edad se alcanzaba a los 23 años y hasta entonces se estaba a la merced de la voluntad del padre. Estaban a la orden del día: medias, si podía ser tupidas mejor, manga larga, cabeza cubierta con pañuelo para ir a misa el domingo y. por supuesto, no escote, no minifalda, no enseñar el ombligo. Pero por mucho que se tapase la carne, las ganas de sexo y la libido de todo el mundo seguían ahí. Un punto de inflexión muy significativo fue el éxito en aquella época de la canción Je t’aime… moi non plus, interpretada por Jane Birkin y Serge Gainsbourg. En la canción se escuchaban perfectamente unos gemidos que culminaban en un éxtasis sospechosamente parecido al de una relación sexual. La censura en un principio autorizó su difusión pero luego quisieron recular. Ya no pudieron hacer nada: la canción estaba en lo más alto de las listas de éxitos y era un hit en todas las discotecas, cuando ponían las lentas. ¡Un escándalo! De hecho, los vecinos franceses eran vistos en España como grandes abanderados del erotismo y el libertinaje, así que muchos españoles empezaron a hacer

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visitas furtivas a algunos lugares del sur de Francia, como Perpignan, para ver películas picantes como Emmanuelle, prohibidísimas en España, o tal vez conseguir algún ejemplar de Playboy. Pero volvamos a la playa, ese escenario perfecto para mostrar algo de carne femenina, escondida bajo unos bikinis de cuello alto y braga-refajo. La fantástica costa española empezó a llenarse de extranjeras que venían a tomar el sol y que estaban dispuestas a que las marcas en su cuerpo fueran más bien pocas. ¡Viva el bronceado uniforme! Todas las mujeres llegadas de más allá de los Pirineos pasaron a conocerse de manera homogénea como “las suecas”. Daba igual que fueran alemanas, holandesas o francesas. “Las suecas” habían llegado para revolucionar al españolito, seriamente afectado por la represión sexual y que babeaba ante la presencia de las guiris ligeras de ropa. Por supuesto, entre esas turistas había también suecas reales, que no tenían problema alguno en pasear por las terrazas y los paseos marítimos en minifalda, lucir escote o incluso fumar. España, con una dictadura que empezaba a estar más que desfasada, había visto en el turismo que propiciaban sus magníficas playas una auténtica mina de oro. Esta entrada de cash a las arcas del régimen propició que el Generalísimo hiciera un poco la vista gorda ante tanto libertinaje. Incluso se declararon algunos puntos de permisividad máxima, es decir, playas nudistas, en Baleares. Todo este fenómeno dio lugar a películas como El turismo es un gran invento (1968, dirigida por Pedro Lazaga), en la que el entrañable Paco Martínez Soria, en Ugiat la piel de un alcalde de pueblo costero, deslumsandio cubre las bondades de las extranjeras en corpero bañador; acompañado de su fiel secretaeraessed dolorem rio, interpretado por Jose Luis López Vázdolore magna quez. Fue, de hecho, este último el que facidunt volorper acuñó la frase: “¡Qué vienen las suecas!”, suscipsusto que ha llegado hasta nuestros días y que a doloreet mí me había llamado tanto la atención.

Las pelis del destape españolas surgieron en el momento en que esa censura franquista se había relajado. Tenían como elementos inalterables dos tipologías de personajes, sobre los que se cernían situaciones descacharrantes: por un lado, mujeres desnudas y cachondas (generalmente extranjeras), y, por el otro, actores cómicos populares como el dúo Pajares y Esteso, Antonio Ozores o Juanito Navarro. Pero éste no era un fenómeno exclusivo de España: en Brasil existían las llamadas pornochanchadas, comedias sexuales que también habían esquivado la censura. Y un fenómeno similar arrasaba también en Italia, Alemania y Reino Unido. ¿Cómo olvidar las míticas películas italianas de Jaimito o The Benny Hill Show en Gran Bretaña? En resumen, el sexploitation de toda la vida, pero con el toque de humor patrio de cada país. Pero fue otro actor popularísimo, Alfredo Landa, quien en sus múltiples interpretaciones del macho ibérico dio nombre a un fenómeno social: el landismo. El triunfo del español medio (gordito, peludo y, a veces, incluso cejijunto), que llevaba años sin comerse un rosco con las estrechísimas españolas pero que empezaba a ponerse las botas en cuanto las extranjeras liberadas se acercan a su hábitat. Quien no se consuela es porque no quiere. Algunos de los títulos más destacados de este curioso movimiento cinematográfico fueron No desearás al vecino del quinto, Españolas en París, Manolo La Nuit, Los liantes o la muy expresiva Tres suecas para tres Rodríguez. Esta última, que por supuesto tuve la necesidad imperiosa de ver, va sobre tres españolitos que se ven obligados a pasar las vacaciones sin la compañía de sus señoras. Pero no lo pasarán tan mal, porque conocerán a tres suecas despampanantes que caerán rendidas a sus pies. Por supuesto, las pérfidas vikingas lo que quieren en realidad es aprovecharse de ellos para ocultar un alijo de drogas ilegales que han traído de Torremolinos.

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En definitiva, argumentos desbocados aparte, estas suecas que venían a tostarse bajo el sol mediterráneo trajeron consigo algo más que libertinaje y desenfreno. Trajeron algo, de hecho, muy importante: la confirmación de que más allá de los Pirineos, al norte, existía la libertad que tanto se ansiaba en España. Así fue como ellas abrieron esa pequeña ventanita al mundo.

The Swedish Bikini Team

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La gran incursión sueca en el imaginario colectivo americano no es, nos tememos, la imagen de la Muerte jugando al ajedrez en El séptimo sello, de Bergman, sino más bien unas rubias macizas en bikini que saltaron a los medios a principio de los año 1990 con el sugerente nombre de The Swedish Bikini Team. Su popularidad corrió como la pólvora, y muy pronto feministas y conservadores (unidos, por una vez y sin que sirva de precedente, en algo) se rasgaban las vestiduras a dúo por culpa de las descocadas rubias procedentes, en teoría, de la vieja Europa. Pero la verdad, en esta ocasión, no estaba “ahí fuera”, como le gustaba decir al agente Mulder, sino mucho más cerca de lo que nadie pensaba. En el año 1991, los creativos de Hal Riney & Partners recibieron un encargo de la Old Milwaukee Beer Company: actualizar la imagen de su marca de cerveza local para conseguir atraer al público más joven, más orientado en sus compras a productos mediáticos como la Budweiser. Sólo había algunas reglas que cumplir: que la campaña apelara a los trabajadores de fábricas y demás trabajos manuales, que incluyera actividades al aire libre, que fuera divertida y que mantuviera el lema marca de la casa, a saber: “No hay nada mejor que esto”. Dicho y hecho: después de probar una y otra vez el producto a publicitar, los jóvenes y atrevidos creativos dieron con la madre de todas las campañas: una fantasía masculina poco recurrente, en la que cinco despampanantes mujeres bajan del cielo de manera surrealista. Y aquí empezó la leyenda: las chicas, que hacían y decían todo lo que se supone que una chica de anuncio de cerveza debe hacer y decir, se hicieron más populares que Mickey

Mouse, y su tour mediático las llevo a aparecer en la serie Married with Children, a ser nombradas varias veces en los monólogos de Jay Leno y, ¡sorpresa!, fueron portada de la revista Playboy. Pero no a todo el mundo le hizo gracia el fenómeno de las rubias cerveceras, y poco después las propias trabajadoras de la fábrica denunciaban la campaña porque “fomentaba el acoso sexual en su entorno laboral” y poco a poco fueron cayendo en el olvido. Pero hubo, por lo menos, un americano que no se olvidó de aquellas chicas para siempre. Un productor llamado Ron Bryan las rescató del olvido para dirigir su primer película: The revenge of the Swedish Bikini Team. La película fue confiscada en postproducción por una horda de feministas furiosas, y ahí terminó la aventura americana de las suecas en bikini. Ron Bryan decidió fichar auténticas suecas para formar el nuevo Team, que bajo el lema “Belleza, Cerebros y Valentía” rodó su primera película de chicas-sexys-quedominan-las-artes-marciales-y-dan-tortas-como-panes: Never say never mind. En la siguiente entrega, Moonbreaker, les dan una soberana paliza en nombre de la igualdad femenina y el respeto a un montón de hombres armados, lo que hace que las feministas les miren con otros ojos y les devuelvan sus cintas, algunas de las cuales se recuperaron para montar un documental con el título Lost Tapes of the SBT, que pretende hacer justicia cósmica con el trato que se les ha dado en Estados Unidos a las rubias en cuestión. Los actuales miembros del Team (Vendella, Gunnel, Asa, Helga y Erika) siguen entrenando en el gimnasio a diario, mejorando su puntería con las armas de fuego, practicando el buceo de máxima profundidad y aprendiendo nuevas habilidades como la monta de caballo salvaje. Y es que nunca se sabe lo que un miembro del Swedish Bikini Team va a tener que hacer para recordarles a los hombres que a las chicas se las respeta.

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Top Bergman En este curso acelerado de cultura sueca, no puedo olvidarme de recomendar mis películas favoritas de Ingmar Bergman, y, cómo no, especialmente aquellas que destilan ese erotismo franco y sutil de sus actrices. Un verano con Monika (1953). Ya hemos hablado de ella, y es que es todo un hito en lo que al erotismo se refiere. La joven Monika, interpretada por Harriet Andersson, huía con su amante a un oasis de calma, donde podía tomar el sol y bañarse desnuda. Cuando quedaba embarazada y se veía venir encima la lacra del matrimonio, intentaba huir de aquellas cadenas a toda costa. Algo impensable para la época, así que la censura sacó las tijeras.

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Bergman y el sexo

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Si alguien puso en el mapa cinematográfico mundial a Suecia durante buena parte del siglo XX fue el director Ingmar Bergman, una de las grandes voces del cine contemporáneo, artífice de historias atormentadas y con altas dosis filosóficas. Bergman volcó en su obra sus dos grandes obsesiones, la condición humana y la búsqueda de la felicidad a través del erotismo y las relaciones afectivas. Sus películas son un referente a la hora de desentrañar algunos misterios de la mujer nórdica, ya que Bergman exploraba la sexualidad partiendo de la propia psicología de los personajes. De hecho, siempre se le consideró un gran director de actrices, un poco a la manera de Fellini. Descubrió al mundo todo un plantel de actrices que deslumbraban en los festivales internacionales: las suecas Anita Björk, Bibi Andersson, Maj Britt Nilsson, Ingrid Thulin, Harriett Andersson, Eva Dahlbeck o Ulla Jacobsson o la noruega Liv Ullmann. Todas, en sus películas, acompañadas por actores como Max Von Sydow o Erland Josephson, resultaban misteriosas, extrañas, intensas. Con algunas de ellas vivió incluso grandes historias de amor: Bergman llegó a casarse en cinco ocasiones. El director murió en 2007, dejando tras de sí un impresionante legado de buen cine, a veces impenetrable y oscuro.

el mundo de la Edad Media y los juglares errantes. El manantial y la doncella (1959). Una fábula medieval en la que unos hermanos violan y acaban con la vida de la joven y cándida Brigitta Pettersson. Pero la justicia divina les castiga cuando acuden a refugiarse a la granja de los padres de la chica. Uno de los primeros éxitos internacionales de Bergman.

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Persona (1966) . La primera colaboración con Liv Ullmann y de la que me quedó grabada una conversación de ésta con Bibi Andersson, quien interpretaba a su enfermera. En una larga escena, Bibi le explica con detalle y altas dosis de sensualidad su primera experiencia sexual. Una película casi experimental que retrata con crudeza la plena confianza entre dos mujeres.

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Secretos de un matrimonio (1974). Un proyecto para televisión que narra la opresiva vida de un matrimonio, interpretado por Liv Ullmann y Erland Josephson, que está abocado al fracaso y la infidelidad. Dolorosas discusiones sobre la pérdida de interés sexual y primeros planos agónicos, pero sin duda indispensable.

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El séptimo sello (1956). Uno de sus títulos más famosos. Seguro que recuerdas la mítica escena de Max Von Sydow jugando al ajedrez con la muerte. Pero El Séptimo Sello explora también el tema de la mujer adúltera en

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Suecia XXX

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Es natural que en un país como Suecia, donde a partir de la década de 1950 se fraguaba una escuela cinematográfica que se caracterizaba por su naturalidad a la hora de mostrar la sexualidad y el cuerpo de la mujer, naciera uno de los imperios pornográficos más potentes del mundo, la factoría Private. Lo cierto es que si hablas con un sueco sobre sus marcas internacionales más conocidas, seguramente te mencionará IKEA y H&M (cómo no) o Ericsson, pero muchos deliberadamente olvidan a Private. ¿Un ataque de moralidad? Veamos un poco el germen de la pornografía en Suecia. En primer lugar, recordemos el año de la legalización del porno en Suecia: 1970. El año anterior se había legalizado en Estados Unidos y Dinamarca, pero lo curioso es que los límites de permisividad variaban según el país. Lo que en Suecia se consideraban películas eróticas, en Estados Unidos se calificaban como X, por lo que es frecuente que, en los textos referentes a pornografía sueca, erotismo y pornografía se entremezclen y, con frecuencia, se confundan los límites. La postura general de los suecos ante la pornografía no es, que digamos, demasiado favorable. Recordemos que la mujer ha tenido presencia en la esfera pública y política desde antes que en otros países, por lo que en general hay más conciencia a la hora de analizar su papel en las películas porno tradicionales, donde suele representarse como un mero objeto sexual para uso y disfrute del hombre. En Suecia existe un discurso muy amplio acerca de la sexualidad, y el porno mainstream es en su esencia machista, así que no se trata precisamente de un género con amplia aceptación. Ugiat Pero sí existe una cinematografía erótica lumsandio (dependiendo la calificación por países) que corpero ha sido ampliamente reconocida. En los eraessed dolorem años 70, cuando el porno se legalizó, no era dolore magna un cine ofensivo y machista. Contaba hisfacidunt volorper torias y en la mayoría de las ocasiones era suscipsusto como una explosión de sexualidad con una doloreet esencia creativa. De ahí que se conozca como

la era dorada del porno a nivel global. Fue con la eclosión del VHS en los años 80 cuando fue necesario empezar a producir y producir para satisfacer el consumo individual en casa. Y de ahí surgían películas como churros que resultaban ser cutres y sexistas.

Del Swedish Sin a Private Volvamos a esas películas que dieron fama mundial al libertinaje sueco para saber lo que es el Swedish Sin. Ya hemos hablado de un título que se estrenó justo diez años antes de que yo naciera, en 1967, pero a pesar de que pertenece a una generación anterior, me causó un gran impacto en mi adolescencia. Se trataba de Jag är Nyfiken, de Vilgot Sjöman. La película significó una réplica a esa nueva manera de hacer cine que se estaba haciendo en Francia, la Nouvelle Vague. Tenía saltos de raccord, un discurso político, un estilo documental muy marcado y unos tiempos narrativos discontinuos. Pero a mí me fascinó su protagonista, una actriz llamada Lena Nyman, que se desnudaba sin problemas ante la cámara. Su papel en la película era el de una chica fuerte, libre y enamoradiza, que tenía un amante casado. Las escenas de sexo estaban filmadas de una manera natural y sin tapujos. En una de ellas, Lena Nyman besaba con ternura el pene flácido de su amante. Lo cierto es que la película, que hoy nos parecería incluso cándida en comparación a lo que vendría después, causó más revuelo en el extranjero que en Suecia. En Gran Bretaña fue perseguida y recortada por la censura y en Estados Unidos, calificada directamente como pornográfica y prohibida en algunas ciudades. La película y su secuela, “Soy curiosa - Azul”, fueron un éxito de taquilla. Así que ya tenemos las primeras escenas controvertidas y un director, Sjöman, decidido a romper el hielo. Pero ¡qué os voy a contar! ¡Eran los 60! En el mundo triunfaban los Beatles, nacían los hippies y su “haz el amor y no la guerra”. Mientras un buen número de países occidentales estaban amordazados por dictaduras que a la mínima aplicaban su martillo de la censura, en Suecia empezaba a verse el cuerpo de la mujer –y el del hombre- en las pantallas de

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cine. Y por ello en otros países calificaban a las mujeres suecas de promiscuas, o incluso fáciles. Era lo que se conocía como el “Swedish sin”, el pecado sueco, una expresión que surgió por primera vez en la revista Time en 1955. Una anécdota que me encanta es algo que sucedía en Roma en esa época. Una belleza sueca de la que ya hemos hablado, la actriz Anita Ekberg, volvía locos a los paparazzi en las cálidas noches de artisteo de la Via Veneto, llegando a protagonizar un tórrido striptease en un local nocturno de la ciudad, ante la sorpresa de periodistas y compañeros de rodaje. No se sabe a ciencia cierta cuál fue la intensidad de su actuación, pero lo que está claro es que las suecas se habían destapado y el mundo estaba sorprendido. Pero este destape estaba en cierto modo respaldado ya desde la tierna infancia. En las escuelas, los adolescentes recibían clases de educación sexual. Los suecos estaban preparados para ir un paso más allá. ¿Pero qué estaba pasando en el panorama porno internacional en los 70? ¿Recordáis? Lo que sucedía era que la pornografía vivía su propia revolución, su particular Nouvelle Vague. En Esta-

dos Unidos, un director llamado Gerard Damiano había triunfado con dos películas: Garganta Profunda (1972) y The Devil in Miss Jones (1973), que tenían, -¡increíble! – un buen argumento y una historia sobre la que se articulaban las escenas de sexo. En Europa Dario Argento mezclaba terror y erotismo, y un director español llamado Jesús Franco se aliaba con productores alemanes -¡ay, la censura franquista!- para crear una de las películas más sonadas que se recuerdan en el ámbito del erotismo europeo. Era Vampyros Lesbos (1971), una película con escenas explícitas protagonizadas por vampiresas. El censor en España fue implacable, pero hoy en día se considera una película de culto. ¡No te la pierdas si tienes la ocasión de verla! (Un detalle de la película que seguro que te parece chocante es la cantidad de zooms que hay en la imagen. El zoom acababa de inventarse en el cine y todos los directores estaban como locos con él…¡menudo mareo!) Lo que sí encontrábamos en todo el porno de la época, ya fuera en Europa o en Estados Unidos, era el típico actor semental con bigote. Una moda extrañamente homogénea que tenía sus seguidores y sus detractores. El caso es que no había producción que se preciase sin su “actor porno con bigotito”. Así que con ese potencial sueco y esa voluntad de destape mal entendida en algunos países, era obvio que la respuesta escandinava hard tenía que llegar pronto. Y esa respuesta fue Private. Berth Milton hijo heredó de Berth Milton padre una empresa que fue pionera en los años 60, donde a partir de un simple sex shop en Estocolmo nacieron las primeras revistas porno de Escandinavia. Berth hijo se llevó esa empresa de Suecia a Barcelona en los 90 – hay quien asegura que le robó la empresa a su padre- entre otras cosas para jugar a Golf bajo el sol y para pagar menos impuestos. Hoy PRIVATE es una de las productoras/distribuidoras más potentes de Europa. Ahora bien, no queda mucho de sueco en esa empresa más allá de Berth Milton, ni mucho de innovador… quizás lo más destacable y divertido sea su archivo “vintage” de fotos de los años 60 y 70, recopiladas hace poco en una colección de libritos picantes.

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Porno feminista

Dirty diaries

Cuando en la década 70 el movimiento feminista transversal sin precedentes que se vino a llamar el Feminismo de Segunda Ola llegó a Suecia, pocos hubieran pensado que su feroz crítica a la pornografía acabara dando un giro tan radical. En esa época las feministas suecas también empezaron a hablar sobre el porno desde una perspectiva de género, y vieron claramente que la industria mainstream situaba a las mujeres como objeto exclusivo para uso y disfrute del hombre. Vieron viables dos salidas: por un lado, y de manera mayoritaria, el ataque frontal al porno mediante la censura y la guerra abierta y encarnizada, y por otra, sentar las bases de un nuevo discurso en el que las mujeres son creadoras y deciden filmar el sexo desde su propio punto de vista. Afortunadamente, la segunda opción salió victoriosa hasta el punto de que, treinta años después, el Swedish Film Institutet un organismo público) financiara el proyecto de la realizadora Mia Engberg de rodar una serie de cortos de porno feminista en 2009. El hecho de que una parte de los impuestos de los suecos fueran a parar a una subvención de este tipo causó malestar en algunos sectores de la sociedad y el tema trajo bastante cola en los medios de comunicación. Mia Engberg es una agitadora cultural que ha desarrollado su trabajo en el ámbito del documental. Anteriormente había filmado a punks, skin heads, transexuales y okupas, así que su paso siguiente fue el discurso pornográfico desde una posición queer. Su proyecto inicial fue mostrar los orgasmos reales de varias mujeres que se grababan con la cámara de su teléfono móvil. Este proyecto, que se mostró en el Stockholm Film Festival, recibió críticas por parte de la audiencia masculina, que se quejaban de que las actrices no eran suficientemente atractivas. Esto provocó una reflexión: que seguía pensándose en la pornografía como en un discurso creado exclusivamente para complacer a los hombres. El porno aquí no buscaba ya solo excitar el cuerpo, sino también la mente. De ahí surge la idea que obtuvo finalmente la financiación del Estado: Dirty Diaries.

Productora: Mia Enberg Directoras: Elin Magnusson, Sara Kaaman & Ester Martin Bergsmark, Nelly Roselli, Asa Sandezn, Pella Kågerman, Tora Mårtens, Wolfe Madam, Ingrid Ryberg, Universal Pussy, Joanna Rytel, Marit Östberg, Jennifer Rainsford Dirty Diaries es un proyecto de la documentalista sueca Mia Engberg rodado en 2009 y que reúne doce visiones sobre el porno desde la óptica feminista. Los cortometrajes pasan por propuestas de todo tipo, desde sexo heterosexual convencional a prácticas más hardcore, y por estéticas que en la mayoría de las ocasiones se acercan al videoarte o al puro happening exhibicionista. El proyecto levantó cierta polémica en 2009 por el hecho de ser una producción en torno al sexo explícito que había sido subvencionada con los fondos públicos del Swedish Film Institutet. Los cortometrajes se basan en discursos que se alejan de todas las convenciones y arrancan con Skin, una de las mejores piezas, en las que dos cuerpos envueltos por completo en trajes de nylon de color carne tienen sexo mientras, con ayuda de unas tijeras, van cortando tela y revelando trozos de piel. Otros cortos, como es el caso de Fruitcake, que dibuja comparaciones visuales entre los genitales y la fruta abierta, descorazonada, o Red like Cherry, son pura evocación de sensaciones que relacionan directamente el sexo con los colores, la textura o el sonido de la saliva. Dildoman es la única propuesta en animación en la que

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un hombre es utilizado como pene y muere ahogado en el interior de la vagina de una mujer gigante. El corto más formal, pero no por ello menos sorprendente, es Body Contact, en el que dos chicas contactan a través de Internet con un chico que está dispuesto a tener sexo con una de ellas y ser grabado. Él se muestra reticente cuando ve la cámara pero finalmente accede a sus pretensiones. El corto Flasher de Joanna Rytel en Flasher Girl on Tour consiste en plantarse en París y exhibirse en sitios públicos, desde una ventana o al pasar el convoy del metro, y afirmarse como exhibicionista y mujer. Los puntos de vista más hardcore y queer aparecen en Brown Cock, un primer plano de la pelvis de una mujer penetrado por un dildo de color marrón y un fist fuck, y Authority, donde dos mujeres ponen en marcha una fantasía hard en la que juegan el papel de policía y delincuente. El proyecto de Mia Enberg nace de su sorpresa al rodar el corto Come Together, en el que se muestran los rostros de diversas mujeres mientras se masturban. Las reacciones en Internet fueron muy diversas, y muchas personas se mofaban de la expresión de las chicas, así que decidió poner en marcha un proyecto que promoviera más películas de este tipo. Dirty Diaries ha sido recopilado en DVD, en una edición muy cuidada y acompañado de un libro que desentraña las intenciones de elas directoras.

Erika Lust (sí, la autora de este libro) Y, como sueca que soy, permíteme que te hable un poco de mi manera de entender el cine adulto, desde mi feliz exilio barcelonés. Lo de hacer películas porno nunca estuvo entre mis planes. Había estudiado las ideas claves del feminismo cuando era una tierna universitaria y lo cierto es que algo tenía el cine porno que me atraía y me daba que pensar. Lo veía, me provocaba curiosidad, investigaba y leía sobre el tema, y me preguntaba por qué lo que veía no acababa de excitarme. Una vez que aterricé en España, en un principio con la idea de aprender castellano, me puse a trabajar en el ámbito de la producción audiovisual. Me puse las pilas y empecé a estudiar, observando a mis compañeros y también de manera un poco autodidacta, todo el proceso de creación de una película, desde la planificación a la dirección artística.

Unos años después, en 2004, al fin surgió la posibilidad de rodar un corto X, y así empezó todo, con The good girl. En esta historia intenté darle la vuelta al clásico cliché del pizzero que llega a casa de una chica y se la beneficia. Quise hacer una historia en la que ella decidiera que quería acostarse con él, pagara su pizza y obtuviera su propio placer. El corto causó cierto revuelo en Internet y fue premiado en varios festivales internacionales. Fue entonces cuando decidí que era necesario mostrar el cine adulto desde otra perspectiva, y había llegado el momento de trabajar en ello en firme. Hay un público femenino (y cada vez más) liberado sexualmente, al que le gusta ver escenas de sexo y que no desea ver películas sexistas y de estética y argumento infumables. No tuve el apoyo de la industria. Escuchaban mi proyecto con desconfianza y eran incapaces de asimilar que una mujer pudiera pagar por ese tipo de contenidos. Seis años después, he rodado tres películas y tengo un público entusiasta que cree en mi trabajo y en el de otras directoras. ¡El “pecado sueco” está aquí para quedarse! www.erikalust.com

Cómo conquistar a una sueca

En este capítulo voy a dar todos los consejos que se necesitan para atraer, cortejar y seducir a una sueca. Asimismo, hablaré de los regalos que la conquistarán y daré algunos apuntes sobre bisexualidad y otras opciones sexuales.

Teoría y práctica de la seducción Conquistar a una sueca es un trabajo de atleta de fondo: no se consigue en un día sino a base de ser pertinaz y consecuente con uno mismo. Como ya hemos visto en anteriores capítulos, las suecas están totalmente de vuelta de la libertad sexual. Por eso no se cortarán un pelo en acostarse contigo una noche y no hacerlo más o, directamente, si no las convences, ni siquiera eso (saber decir que NO también forma parte de la liberación sexual, desgraciadamente para muchos). Si lo que quieres es convertirla en la reina de tu casa, la madre de tus hijos, tu compañera en la vida y todas esas cosas, más vale que vayas tomando nota de los consejos que te damos a continuación:

Defínete como un feminista convencido O, por lo menos, como un firme defensor de la igualdad. Cualquier atisbo de machismo, educación Ugiat a la antigua o comentario que desvele que lumsandio en tu casa no fregaste un plato hasta que corpero te fuiste a la universidad porque lo hacía eraessed dolorem todo tu santa madre, te convertirá direcdolore magna tamente en un excandidato. Aprende a facidunt volorper cocinar. Ve al mercado con ella y saluda suscipsusto a las tenderas por su nombre. Y recuerda: doloreet Scotch Britte no es un jugador del Arsenal.

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Sé un manitas Una sueca valorará enormemente tu capacidad para cambiar un enchufe, barnizar una mesa o montar y desmontar muebles de IKEA sin que asome la duda ni te falte el resuello ni el buen humor. No porque ella no sea capaz de hacerlo (que lo es, y perfectamente) sino porque eso te convierte en una persona, por lo menos, tan válida como ella. Muéstrate seguro de ti mismo... sin pasarte Seguridad toda, prepotencia ninguna: un hombre seguro de sí mismo es tan deseable como terrible es un listillo o un prepotente. La fina línea que separa una opción de la otra deberías ponerla tú: si no eres capaz de descubrirla por ti mismo, tal vez no mereces saberlo. En ese caso, te deseo suerte y una buena dosis de humildad.

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Muéstrate totalmente diplomático Sobre todo en lo que a divorcios y separaciones se refiere. No hace falta que el primer día en el que salgáis a cenar le digas “yo me divorciaría de ti sin montar un espectáculo dantesco”, pero sí puedes ir dando pistas cuando habléis de amigos, conocidos o familiares que se separan. Aquí, lo de “hasta que la muerte nos separe” es una realidad, aunque después de la ruptura sentimental seáis solo amigos. Sé un hombre de campo Programa un fin de semana de acampada y demuéstrale lo preparado que estás para la vida silvestre, que controlas los 30 herramientas de tu navaja suiza y que eres capaz de sentir la llamada de la naturaleza y los espíritus del bosque. Ella lo valorará mucho, y tú te sentirás como un auténtico macho alfa protector de la manada. Créetelo si te hace feliz... xxxxxxx xxxxxxxx xxxxxxxxxxx

Prepárate para hacer deporte A las suecas les gustan los hombres de acción: esquiar, patinar y otros deportes al aire libre (y sobre todo los relacionados con el hielo, la nieve y el frío en general) ocupan una parte importante del tiempo libre de los suecos. Ser capaz de jugar al Pro Evolution Soccer durante 18 horas seguidas o ver el fútbol con los amigos comiendo ganchitos y bebiendo cerveza, lamentablemente, no cuenta. Declárate un ferviente fan de la familia y la paternidad Los valores familiares son muy importantes en Suecia: si quieres que ella se quede contigo más allá de la primera semana, hazle saber tus intenciones de tener descendencia. No estamos hablando de casarse ni de tener siete niños, en plan Opus Dei, sino de la sana intención de formar una familia y querer compartir el trabajo.

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Sé limpio Suponemos que lo de ducharte a menudo y lavarte detrás de las orejas ya lo debes saber, así que en este caso nos referimos a ser limpio con el planeta. Recicla todo lo que puedas, no tires jamás un papel o un chicle a la calle o muestres actitudes poco cívicas: eso te pondría en la categoría de los gañanes y te descalificaría como pareja. Aprende algunos datos sobre Eurovisión No, no es broma. En Suecia, igual que en la mayoría de los países del norte, centro y este de EuUgiat ropa, no nos tomamos esto a broma. Cuatro lumsandio datos bien distribuidos durante una concorpero versación pueden hacerte ganar muchos eraessed dolorem puntos.

dolore magna facidunt volorper suscipsusto doloreet

Diez regalos que harán feliz a una sueca A las suecas, como a todas las mujeres, nos gusta recibir regalos. Y sobre todo las que vivimos en el “exilio” echamos mucho de menos las cosas de casa. Sopréndenos con alguno de estos regalos y ganarás muchos puntos.

1 C  hocolatinas Aladdin para Navidad Pocas cosas hay más típicas de la Navidad sueca que las chocolatinas Aladdin. Su historia se remite al otoño de 1939, un mal momento para Suecia ya que la guerra del Báltico acababa de comenzar. Seguramente esa necesidad de consuelo contribuyó a que Aladdin, que puso el chocolate por primera vez al alcance de la clase media y no sólo de la alta sociedad, se popularizara. Se lanzó en tres tamaños, el más pequeño de los cuales estaba pensado para ser consumido en el cine por una pareja. Más adelante se empezaron a crear chocolates Aladdin para diferentes ocasiones, como los corazones, pensados para ser consumidos en San Valentín. Regálale una caja y se deshará. Ella, no el chocolate. Si no es época navideña te recomiendo buscarle un Daim o un Marabou Mjölkchoklad. 2 U  n viaje al sol Y no me refiero a un viaje espacial que acabaría en calcinación, sino a un viaje a cualquier región donde disfrutar del astro rey en plan lagartija. Si le añadimos una playa la felicidad es, por supuesto, total. El mito de las suecas tostándose en las costas españolas durante los años setenta responde a una realidad sociocultural: en Suecia el sol es algo que no pasa muy a menudo, ¡por eso nos hace tan felices! Para que te hagas una idea, es como cuando nieva en Barcelona, Sevilla o el trópico: valioso y un recuerdo digno de atesorar en la memoria y contar a los nietos. xxxxxxxxxxxxx xxxxxxxxxxxxx

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3 Unas zapatillas calentitas Como las de la marca Minnetonka (de ante, de inspiración india y forradas de borreguito), una manta para el sofá, calcetines mullidos para andar descalza por casa o cualquier cosa pensada para sentirse más cómodo, caliente y confortable en casa. Las suecas son muy caseras (sobre todo en invierno), y tener un hogar con todas las comodidades y preparado para enfrentarse a las inclemencias del invierno es una de sus mayores preocupaciones. En la misma línea, su colección favorita de DVD de Alfred Hitchcock o musicales de Hollywood, o un buen libro para disfrutarlo con un té o un chocolate caliente en un día frío, también serán bien recibidos y apreciados con (no podía ser de otra manera) cálido entusiasmo.

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4 Una barbacoa El concepto de un buen día para una sueca incluye, seguro, una barbacoa. La temporada de barbacoas empieza con el buen tiempo, y hace que todo el mundo se ponga de buen humor, porque ¿a quién no le gusta comer con los amigos y familiares una buena carne o pescado a la brasa? Regálale a tu sueca favorita una barbacoa para poder montar sus propios banquetes en la terraza (si no la tiene, consigue en secreto la llave del terrado de su edificio) y se sentirá como en casa y de lo más agradecida. 5 U  n juguete erótico de Lelo En Suecia, por extraño que pueda parecer, los juguetes eróticos se venden en la farmacia. No todos, claro (los arneses sadomasoquistas, las bragas de látex con aberturas y las botas de tacón con plataforma se siguen vendiendo en el sex shop), pero desde junio de 2008 las autoridades sanitarias

suecas decidieron que el sexo era beneficioso para la salud y que, por tanto, ciertos vibradores y masajeadores debían venderse en farmacias, bajo el sello Trust in Lust (que traducido al español sería algo así como “creemos en la lujuria”). La firma sueca Lelo cuenta con una gran cantidad de referencias, a cuál más bonita, femenina y, por supuesto, placentera, que pondrán a la sueca en cuestión de lo más contenta. Si tienes mucha suerte, a lo mejor te deja mirar cómo lo utiliza... o te invita a probarlo con ella.

6 U  na pieza de bisutería de Snö of Sweden Si bien las suecas son por naturales poco amantes del oro, el brillo y la ostentación (su estilo es más bien discreto, moderno y minimalista), hay una firma de bisutería con la que seguro que acertarás si quieres hacerle un regalo. Se llama Snö y es una empresa familiar (aunque vende en los cinco continentes) situada en Östersund que utiliza piedras semipreciosas y perlas cultivadas para crear fantásticas piezas de diseño aptas para todas las edades. 7 A  lgunas botellas de Julmust El modesto y über-local Julmust es el culpable de que Suecia tenga las ventas más bajas de Europa del gran gigante de la alimentación (por llamarlo de alguna manera) mundial: Coca-Cola. La bebida en cuestión (agua carbonatada, azúcar, lúpulo, malta, ácido cítrico y colorante) está a la venta cada año desde principios de noviembre hasta finales de enero, y los suecos consumimos, solamente durante el mes de diciembre, 45 millones de litros de este particular brebaje. Tal es su éxito que hace años que se produce una versión ligeramente diferente para Pascua (el Påskmust) e incluso, en 2007, otra versión más ligera para el verano, llamada Sommarmust. Se dice que sólo una persona en el mundo conoce la receta completa… ¡esperemos que goce de buena salud!

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8 C  ualquier cosa de Baby Björn Nada hará más feliz a una futura mamá sueca que un porta bebés, mochilita o hamaca de la marca Baby Björn. Con una filosofía de empresa basada en el contacto con el bebé (que anima a los padres a llevarlos lo más cerca posible para hacer menos difícil el tránsito entre la tranquilidad del útero materno y el mundo) y trabajando de cerca con pediatras y familias, sus creaciones ofrecen máxima seguridad y comodidad para los más pequeños de la casa. Y ya conocéis el dicho: bebé sueco feliz, mamá sueca feliz... y cariñosa. 134

9 K  alles Kaviar Aunque a mucha gente le cueste entender la fascinación que sentimos los suecos por esta extraña comida que, como la de astronauta, sale de un tubo (y además de metal, ¡como el del pegamento!), pocas cosas hay tan familiares para nosotros como esta pasta de huevas de pescado para untar. Es muy fácil de conseguir (gracias, ¡oh, IKEA!, por poner un supermercado sueco en cada país del mundo), y si te haces con algunos tubos, unos pepinillos agridulces, pan duro de centeno, salmón y huevos duros y una botella de buen vodka, podrás invitar a la sueca de tus sueños al picnic de los suyos. Y ya sabes: con un prado (o un parque), una manta, una cena y una noche tibia, ¿qué puede ir mal?

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10 Una Linnaea No existe la flor oficial sueca, pero la Linnaea Borealis (también conocida como Campanilla) es una de las más típicas de la región. Ver un poco del paisaje típico de su tierra en el balcón, la ventana o la terraza le transportará temporalmente a casa, y que seas tú quien ha pensado en ello para hacerla feliz puede transportarte también a sitios bastante divertidos.

Los hombres suecos

Antes de nada, una aclaración que seguramente hará que tiemblen los cimientos de la masculinidad de más de uno: ser sueco no es precisamente fácil. Y esos mismos también se preguntarán: ¿no es fácil ser rubio, alto, guapo y con los ojos azules? Esa es la parte menos difícil, de acuerdo, pero hay una serie de expectativas que el hombre sueco debe cumplir si no quiere que su (también sueca) pareja vea la hierba más verde en otro prado y vaya a revolcarse en ella, no sé si pillas el símil. Las suecas (que, como ya has visto en anteriores capítulos del libro, no nos andamos con chiquitas ni nos conformamos con cualquier cosa) esperamos de nuestras parejas que sean buenos padres, buenos esposos, mejores amantes y exactamente igual de amos de su casa que lo somos nosotras, ya que somos el país europeo con mayor paridad a la hora de repartir las responsabilidades en casa. Al menos eso dice un estudio de la Universidad de Oxford sobre los roles en el hogar, en el que nos siguen Noruega, Reino Unido, Estados Unidos e Irlanda. En los últimos (bochornosos) puestos se encuentran Alemania, Japón, Austria y Australia, y los españoles ocupan un discreto octavo lugar. Ni barba de tres días, ni cochazo, ni tatuajes, ni casa en la playa: lo que nos pone a la mayoría de las mujeres es un hombre que sepa usar la mopa o cocinar el Rostbiff al punto. Pero ¿por qué los suecos saben hacerlo? Vayamos al origen del fenómeno: el hecho de que la mujer sueca entrara con fuerza en el mercado laboral y en la escena social, allá por los años sesenta, hace que desde entonces los suecos hayan ido adoptando cada vez con más normalidad el papel de amos de casa y padres practicantes (para diferenciarlos de los padres admirantes, aquellos que predican su rol paterno pero jamás han cambiado un

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pañal o preparado una papilla, ¿te suena?), haciendo evolucionar el modelo de familia. En 2008, el político Mikael Söderlund abandonó su carrera para dedicarse por completo al cuidado de sus hijos, y su caso no es extraño en Suecia. Para el sueco, acostumbrado a vivir en un matriarcado y muy lejos del papel de macho al uso de otros países europeos, en ocasiones es mejor renunciar a la presión laboral y asumir su papel de amo de casa. Algo que hacen, al menos la mayoría de ellos, con gusto. El hecho de que en 1974 se igualaran los derechos del subsidio por paternidad al de maternidad (a saber, un 80% del total del sueldo durante todo un año más una ayuda económica durante los tres meses posteriores) también puso su granito de arena en lo que podríamos llamar “paternidad ejecutiva”. En la actualidad, las bajas por paternidad en Suecia rondan la nada desdeñable cifra del 35%, algo imposible de creer en otros países europeos. Dejad a un padre españolito medio día tras día en el parque, rodeado de niños propios y ajenos y madres hablando de lactancia natural, tipos de caquitas de bebé, culitos irritados o estrías y creerá estar viviendo la peor de sus pesadillas. Peor que cuando su equipo perdió la liga en el último minuto. Es más, el español o latinoamericano clásico y básico no dudaría ni un momento en ponerle al sueco el sambenito de calzonazos (en el caso del español) o conchudo (en el del latinoamericano)... y, probablemente, algo de razón tiene. Precisamente lo civilizado del carácter nórdico de nuestros hombres (nada de numeritos, nada de celos, corrección absoluta y dificultades para comunicar sus sentimientos, algo muy fácil de confundir con aburrimiento y falta de pasión) hace que cierto sector de las suecas haya desarrollado auténtica pasión por los machos-machos. Un hombre capaz de perder los papeles, gritarte cuando te acercas demasiado a otro o quejarse porque cree que llevas demasiado escote o maquillaje puede resultar extrañamente atractivo y exótico cuando los hombres que has conocido hasta ahora son como la versión humana de Ken, el compañero de Barbie: guapos, cachas, rubios y parcos en palabras. ¿La conclusión? Muy sencilla: nunca, ni siquiera en Suecia, llueve a gusto de todos.

El divorcio humanizado A pesar de ser uno de los países europeos con menos matrimonios, la tasa de divorcios en Suecia es bastante alta, alrededor del 50%, un dato que, pese a estar ligeramente por encima de la media, tampoco es escandaloso. Lo que hace que las separaciones en Suecia sean diferentes a las del resto del mundo es el hecho de tener un modelo propio de divorcio al que no queremos renunciar (lo que ya nos ha creado ciertos problemas de integración en la Europa de los 27) y al que podríamos llamar “divorcio humanizado”. En un 75% de las ocasiones son las mujeres las que deciden divorciarse, y estas separaciones cuestan a las arcas públicas unos diez millones de euros anuales en concepto de subsidios y ayudas. Asumiendo que la separación no es un trauma ni una competición de rencor contra tu expareja, sino un “hasta luego y que te vaya bonito” que te lleva a una existencia mejor, en un 70% de los casos la resolución es amigable. Y un 90% de los divorcios suecos terminan con la custodia compartida de los hijos. Se intenta, así, que los niños no sean moneda cambio e instrumento de presión y que la nueva situación les perjudique lo mínimo posible. Suecia también fue de los primeros países en organizar fiestas de divorcio, celebraciones en que ambos miembros de la (ahora) expareja celebran, juntos y en compañía de sus amigos y familiares, el fin del matrimonio. Si a alguien le suena rara esta celebración, que lo piense un momento: ¿no es igual de lícito celebrar que recobras la soltería que el perderla?, ¿no está bien que una pareja decida de mutuo acuerdo que quiere dejar de serlo y prometa pública y sinceramente no guardarse rencor, igual que antes se prometió fidelidad y otras cosas? Y, por último, pero no menos importante: ¿habrá ya empresas que se dediquen a la organización de este tipo de fiestas, con pasteles en los que ponga “Separados para siempre” con letras de azúcar, carteles de “Hasta nunca” en las paredes y una ceremonia expiatoria de devolución de los horribles regalos de la exsuegra?

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El macho sueco en 7 ejemplos Futbolistas, esquiadores, modelos, hombres de acción o estrellas de rock: éstos son algunos de los hombres que han hecho (y hacen) latir el corazón de las suecas.

Björn Borg Fecha de nacimiento: 6 de junio de 1956 Ciudad: Estocolmo Culpable de: convertir a gran parte de la población femenina de Suecia en unas apasionadas del tenis desde el año 1973 hasta 1984. Es decir, todo el tiempo que duró su carrera profesional.

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Y es que ver la melena rubia de Borg mecerse al ritmo de sus carreras, raqueta en mano y en pos de la pelota ganando un título tras otro, fue casi un pasatiempo nacional. Las suecas le recordamos por su sonrisa y por haber sido el sex symbol de dos generaciones. Los suecos le recuerdan por cosas mucho más triviales: haber sido número uno mundial durante 109 semanas, haber ganado los torneos de Wimbledon y Roland Garros durante tres años consecutivos y otras minucias por el estilo. Se retiró joven y aún en plena forma por diferencias con managers y organizadores, que le pedían que participara en una cantidad draconiana de torneos por año. Y se llevó con él gran parte del interés femenino por el tenis. Una verdadera lástima.

Marcus Schenkenberg Fecha de nacimiento: 4 de agosto de 1968 Ciudad: Estocolmo Culpable de: tener el torso más visto, admirado y deseado del mundo durante toda la década de los 90. Culpable de ser el único chico que forraba las paredes de mi habitación en forma de posters y recortes de revista para adolescentes, y no el que me llevaba al cine. Marcus en calzoncillos en la portada de Numéro. Marcus en calzoncillos en Vogue Paris. Marcus en calzoncillos en un anuncio de Versace. ¿Es que el pobre Marcus no tenía dinero para vestirse? Lo dudo mucho, ya que todavía hoy ostenta el título de modelo masculino mejor pagado del mundo. Sus abdominales relucientes y su pecho perfectamente musculado fueron el mejor regalo que hizo al mundo Barry King, el fotógrafo que le descubrió patinando en Venice Beach con veintiún años de edad. Casi sin darle tiempo a quitarse los patines, pasó a ocupar las portadas de las mejores revistas de moda del mundo y ser el protagonista de las más prestigiosas campañas de publicidad... y de los sueños húmedos de muchas suecas.

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Fredrik Ljungberg Fecha de nacimiento: 16 de abril de 1977 Ciudad: Vittsjö Culpable de: conseguir que algunas suecas sientan más pasión por el fútbol que sus maridos, de tener la calva más sexy sobre la faz de la tierra y de ser lo que comúnmente se conoce como “metrosexual”.

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Pregúntale a un sueco si conoce a Fredrik Ljungberg y seguramente te dirá: “¿Quieres decir el futbolista que parece gay?” Su respuesta destila rabia, y hace pensar que ni siquiera los hombres más civilizados le perdonan a uno de su especie que se depile, se preocupe por su ropa y además sea guapo. Y en seguida sabrás por qué. Pregúntale lo mismo a la novia del sueco en cuestión y su respuesta será: “¿qQuieres decir el futbolista?”. Y es que seguramente no sabe que existen otros futbolistas, porque ni siquiera los ha mirado. ¿Y habéis visto la pantera que lleva tatuada en la cadera derecha en los anuncios de Calvin Klein? Pues en realidad está en su espalda, y se ha trasladado allí por efecto del Photoshop. Además de eso se ve que ha ganado la copa nosequé, la liga nosecuántos y ha metido algún que otro gol, eso dicen. Aunque, la verdad: he decidido no tenérselo en cuenta.

Joey Tempest Fecha de nacimiento: 19 de agosto 1963 Ciudad: Upplands Vasby, Estocolmo Culpable de: que jovencitas de todo el mundo se apasionaran por la versión más descafeinada de lo que por aquel entonces se llamaba heavy metal, gracias a su nariz respingona, a sus movimientos en el escenario y a su gran éxito The Final Countdown.

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Si os hablo de Rolf Magnus Joakim Larsson, seguramente no tendrás ni la menor idea de a quién me estoy refiriendo, ¿a que no? Pero si os menciono el nombre de Joey Tempest, seguramente te venga a la cabeza un recuerdo plagado de hormonas adolescentes y grabaciones en cassette. Y es que el cantante de Europe, una banda de rock ligero de gran popularidad en los 80 (a pesar de que acabaron siendo víctimas del fenómeno musical conocido como one hit wonder), se convirtió en aquella época en un icono sexual sólo comparable a Jon Bon Jovi. Su voz, a caballo entre el registro de barítono y el de tenor, era capaz de hacer los más refinados gorgoritos, pero nosotras sólo podíamos mirar sus ceñidos pantalones de cuero y su mítica chupa con flecos y tachuelas. Por desgracia, los años, el rock and roll y las operaciones de estética no le han sentado muy bien y, a pesar de seguir en activo, ni él ni sus conciertos son la sombra de lo que un día nos hizo corear aquella otra canción llamada Carrie, con un mechero Ugiat encendido en una mano y los ojos llorosos lumsandio de emoción.

corpero eraessed dolorem dolore magna facidunt volorper suscipsusto doloreet

Alexander Skarsgård Fecha de nacimiento: 25 de agosto 1976 Ciudad: Estocolmo Culpable de: ser el vampiro por el que a todas nos gustaría ser mordidas, de que nos hayamos enganchado irremisiblemente a True Blood y de ser tan buen actor que nos creemos su papel de malo malísimo en la serie, a pesar de tener cara de niño bueno. A pesar de que en el resto del mundo es conocido como Eric Northman, el poderoso vampiro de unos 1.000 años de edad y dueño del bar Fangtasy que interpreta en True Blood, Skarsgård ya tiene en Suecia una importante carrera como actor en telefilmes y películas locales y director de cortometrajes. Además, hay un canal en Youtube enteramente dedicado a él (llamado Skarsgard Channel), donde podemos ver incluso sus películas suecas completas subtituladas en inglés. Después de triunfar en la televisión y hacer pequeños papeles en el cine (entre ellos el de Meekus, uno de los compañeros de piso de Zoolander que mueren en la gasolinera por encenderse un cigarrillo después de empaparse jugando con el surtidor de gasolina), por fin se han fijado en él para un papel protagonista en el remake de Straw Dogs (Perros de Paja, de Sam Peckinpah), revisitada ahora por Rod Lurie.

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El encanto de los chicos malos Suecia tiene una escena musical más y más potente cada año que pasa. Y, como todo el mundo sabe, donde hay decibelios hay hombres guapos y atractivos a los ojos de las mujeres. A continuación, unos apuntes para no perderse a los músicos más carismáticos. Larga vida al rock and roll. l

Nicker Borg (Nässjö, 3 de abril de 1973): es desde 1989 el guitarrista

y cantante de los punk rockers Backyard Babies. Su pinta de castigador de la vieja escuela (no se salta ni un tópico: tatuajes, sombreros de cowboy, cara de malote y pendientes a destajo) nos inspira, en realidad,

Ingmar Stenmark

más ternura que otra cosa, pero nos llega. Cualquier sueca que durante los noventa tuviera entre quince y treinta años les ha visto en concierto

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Fecha de nacimiento: 18 de marzo 1956 Ciudad: Joesjö Culpable de: que las suecas de los setenta empezaran a ver el mono de esquí como un objeto de deseo, y que los suecos de la misma década se fracturaran más de un hueso intentando emular sus hazañas (generalmente, con poco éxito) para conseguir que las chicas les miraran como lo miraban a él.

por lo menos una vez: fueron, junto a The Hellacopters, los máximos responsables del auge del rock escandinavo en esa época, y hoy siguen todavía en plena forma. http://www.myspace.com/backyardbabies l

Mando Diao: Nos rendimos ante nuestra absoluta incapacidad para

decidir cuál de los miembros de Mando Diao es más terriblemente atractivo: todos y cada uno de ellos nos parece un bombón digno de ponerle un piso. Y es que Gustaf Norén, Björn Dixgård, Carl-Johan Fogelklou, Samuel Giers y Mats Björke son, además de unos músicos

Para los suecos fue el ídolo deportivo nacional de la década de los setenta, junto con Bjorn Borg. Para las suecas de la misma época era, sencillamente, el hombre más atractivo sobre unos esquís. El hecho de que cosechara 92 victorias entre Copas del Mundo, Campeonatos FIS mundiales y competiciones olímpicas entre 1974 y 1989 es el motivo por el que ellos le adoran. Los motivos de ellas, mucho más terrenales, eran sus rizos, sus pecas, su sonrisa pícara y el bronceado permanente, que le cubría solamente la parte inferior de la cara. Yo, personalmente, recuerdo verle en la tele desde mi más tierna infancia (siempre rodeado de nieve, micrófonos y medallas) tan a menudo que al final me daba la sensación de que era un miembro más de la familia, como un tío lejano de esos de los que todo el mundo te habla pero al que nunca llegas a conocer.

capaces de componer un disco de éxito arrollador cada dos años (el primero, Bring´em In, cuando algunos de sus miembros apenas rozaban la veintena), el paradigma del rockero guapo: chaqueta de cuero, camiseta ceñida, pantalón pitillo y zapatillas sucias. Nuestros oídos dicen sí... y nuestros ojos también. http://www.myspace.com/mandodiao l

“Howlin’” Pelle Almqvist (Fagersta, 29 de mayo de 1978): es el front-

man de The Hives, una banda que saltó a la palestra con Veni Vidi Vicious, su potente segundo álbum, lanzado en el año 2000 por Columbia Records. Su particular estilo, su energía sobre el escenario y su agudeza para lanzar pullas al resto de la banda durante los conciertos hacen de él un showman nato, una virtud que hizo ganar al grupo el título de La Mejor Banda del Mundo en Directo según la revista especializada Spin Magazine. Y no podemos estar más de acuerdo: conocerlos es

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Dolph Lundgren Fecha de nacimiento: 3 de noviembre de 1957 Ciudad: Estocolmo Culpable de: que las parejas suecas de los ochenta y los noventa pudieran ir juntas al cine a ver películas de acción por motivos muy diferentes, de que donde ellos veían patadas y puñetazos ellas sólo vieran bíceps y otros músculos bien perfilados y de que lo que para ellos era la gran pelea final para ellas fuera la excusa perfecta para ver al protagonista sin camiseta. ¿Hay un malote más malote en el cine que el ruso Ivan Drago, el malísimo oponente de Rocky en la cuarta entrega de la saga, que se estrenó allá por 1985? Pues esa maldad es fruto del talento interpretativo del actor Dolph (su nombre real es Hans) Lundgren, un hombre que rompe con todos los prejuicios contra los tipos rubios, grandotes y cachas. Porque Lundgren no sólo no es un descerebrado con dos neuronas solitarias mareadas a base de mamporros, sino que es (atención) superdotado. Y no nos referimos al tamaño de su miembro, sino a que tiene un coeficiente intelectual de 160 y un doctorado en ingeniería química por la Universidad de Sydney. Además habla cinco idiomas, tiene un cinturón negro de karate y ha sido atleta de elite, aunque algunas piensen que sus mayores logros son los sobrehumanos pectorales que lucía en su papel de He-Man en la película Masters del Universo.

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Diccionario-glosario

Una guía de conversación para hacerse entender en el país de las rubias despampanantes, el vodka y el arenque. Nociones básicas del idioma, pronunciación... y un pequeño plus para ponerte las cosas más fáciles. A menudo: Ofta A veces: Ibland Adiós: Hej då (coloquial) / Adjö (versión más formal) Ahora: Nu Algunos: Några Allí: Där Ambos: Båda Aquí hay: Det finns Aquí: Här Bien: Bra ¡Bienvenido/a!: Välkommen! Bochornoso: Rått Brumoso: Disigt Buenas noches: God natt Buenas tardes: God kväll Buenos días: God morgon, Goddag Calor: Jättevarmt Casi: Nästan Claro: Klart

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Dar las gracias, una costumbre local

Sueco para principiantes

Si hay una palabra que se utiliza como comodín en Suecia, ésa es sin

Algunas frases en sueco que deberías aprender, llevar siempre apun-

duda “tack”. Aunque simplemente significa “gracias”, es uno de los

tadas en un papel o incluso tatuarte si tienes muy mala memoria.

vocablos más importantes de la lengua sueca, ya que dar las gracias

¡Unas palabras a tiempo en la lengua materna de tu objeto de deseo

es una muestra de cortesía que se repite cuanto más, mejor. No es

pueden hacerte ganar muchos puntos!

extraño llegar a la aliteración y escuchar frases como “tack så mycket

¿Me invitas a tomar una taza de té?: Får jag följa med upp till dig på

tack, tack”, que traducido sería “muchas gracias, gracias, gracias”. Si

en kopp te?

te invitan a comer, repíteles varias veces “tack för maten”, que quie-

Invitarte a una taza de té después de una noche de juerga (cuidado: a

re decir “gracias por la comida”. Y si te encuentras en algún sitio a

las 5 de la tarde no tiene la misma finalidad, a esa hora se considera

alguien que te invitó a comer, cenar, tomar un café o una cerveza, no

cortesía) es una manera muy típica de mostrar interés sexual de las

hay que olvidarse de recordárselo con un “tack för sist”, que quiere

mujeres suecas.

decir “gracias por la última vez”. Ser educado no sólo es gratis, sino

Te diré lo guapa que eres en sueco, pero después preferiría hablar en

que forma parte de la idiosincrasia sueca, y algo muy necesario para

inglés: Jag kan säga hur vacker du är på svenska, men sen föredrar

conseguir integrarte en la cultura local. No temas excederte, reparte

jag att prata engelska.

tus “tack” allí donde vayas y serás siempre bien recibido.

Como ya sabes, los suecos hablamos bien inglés y estamos orgullosos de ello, porque nuestro esfuerzo nos ha costado, así que tener la ocasión de practicarlo nos pone de buen humor. Deja que te deslumbre

¿Cómo estás?: Hur är det? / Hur har du det? ¿Cómo te llamas?: Vad heter du? ¿Cómo te sientes?: Hur mår du? ¿Cuántos años tienes?: Hur gammal är du? ¿De dónde eres?: Varifrån kommer du? De nada: Varsågod De nuevo: Igen, åter ¿De verdad?: Verkligen ¿Dónde vives?: Var bor du? ¡Encantado/a de conocerte!: Trevligt att träffas! Entre: Mellan Está helando: Det är kallt/kyligt Está lloviendo: Det regnar Está nevando: Det snöar Frío: Det är kallt / Gracias: Tack

con su perfecto acento y le harás feliz. Me han dicho que tu país es precioso en verano: Jag har hört att ditt land är otroligt vackert på sommaren. Suecia no es solo frío, noche, nieve, hielo y viento. También tenemos algunos meses al año de sol –no como el español, pero tampoco está mal-, donde todo es verde y fantástico. La mayoría de la gente parece desconocer este dato, y nos encanta cuando alguien lo comenta. Si me dejas invitarte a cenar, puedo prepararte unas Köttbullar (albóndigas) mejores que las de tu abuela: Om jag får bjuda dig på middag, kan jag laga godare köttbullar än din mormor: Aunque seguramente no te creerá (las abuelas suecas preparan las mejores Köttbullar del mundo, como las españolas la mejor paella, las inglesas el mejor porridge y así sucesivamente) le harán gracia tu descaro y el hecho de que sepas cocinar y aceptará el reto.

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Pareces muy joven, seguro que dejaste tu chupete en Skansen ayer

El tiempo, un tema del que hablar

mismo: Du ser väldigt ung ut, jag är säker på att du lämnade din napp på Skansen igår.

A los suecos nos encanta hablar del tiempo. Preguntar qué tiempo ha

La dejarás con la boca abierta, sobre todo si es de Estocolmo. La

hecho durante el día, la semana pasada o comentar el que hace en tu

costumbre local es que, cuando los niños dejan de usar chupete, la fa-

país natal –si eres extranjero– o hizo en tus vacaciones es una forma

milia al completo lo lleva a Skansen (el zoológico de Estocolmo), a una

habitual de empezar una conversación. Con este diccionario rápido de

zona llena de gatitos que son los guardianes oficiales de los chupetes

meteorología no habrá charla banal que se te resista.

de todos los niños de Estocolmo.

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Habitualmente: Oftast Hablas sueco?: Talar du svenska? Hablo inglés: Jag talar engelska Hola: Hej Húmedo: Fuktigt Invierno: Vinter Lo sé: Jag vet / Lo siento: Förlåt Me llamo...: Jag heter... Meteorología Mi nombre es...: Mitt namn är... Muchas gracias: Tack så mycket Mucho: Många Neblinoso: Dimmigt No muy bien: Inte så bra No sé: Jag vet inte No te entiendo: Jag förstår inte No, nada: Nej, inte alls No: Nej Nos vemos luego: Vi ses senare Nos vemos pronto: Vi ses senare / snart Nublado: Molnigt Nunca: Aldrig / O: Eller Otoño: Höst

Para referirte a “este” verano, solo tienes que poner antes del nombre de la estación la palabra “i”. Este verano: I sommar. Perdón: Ursäkta / Pero: Men Por favor: Snälla Por supuesto: Naturligtvis Primavera: Vår ¿Qué tiempo hace hoy?: Vad är det för väder idag? Señor/Señora: Herr/Fru Sí, un poco: Ja, lite grann Sí: Ja Siempre: Alltid Soy de... : Jag kommer från... Tal vez: Kanske Te echo de menos: Jag saknar dig Te entiendo: Jag förstår Te quiero: Jag älskar dig Templado: Varmt Ten cuidado!: Ha det så bra! Tengo ___ años : Jag är ___ år (gammal) Un bonito día: Vackert / fint Un poco: Litegrann / Ventoso: Blåsigt Verano: Sommar / Vivo en...: Jag bor i... / Y: Och

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La sueca del futuro

Espero que este libro te haya aclarado un poco los orígenes y el porqué de la fama de las suecas. Pienso que las suecas del futuro deben seguir siendo un mito erótico, porque haber conseguido esa medalla es un honor que debemos conservar. Queremos seguir siendo atractivas a los ojos de los hombres y las mujeres de todo el mundo. Nuestra belleza, nuestra feminidad y nuestro feminismo deben no sólo despertar admiración, sino también servir de inspiración. Nuestro atractivo está en gran parte en nuestra fuerza, nuestra independencia y nuestra capacidad de seguir siendo mujeres innovadoras y modernas. ¡Viva Suecia! ¡Vivan las suecas! Si quieres seguir debatiendo sobre las suecas ven a: www.suecasmitoerotico.com y participa.

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