Facultad de Arquitectura-UNAM

La funcionalidad en la arquitectura religiosa Caso de estudio: Iglesia de Nuestra Señora de Loreto, ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de México Práctica Complementaria Dr. Gerardo Guizar Bermúdez Arq. María Jéssica Huerta Dávila Noviembre 2012

Programa de Maestría y Doctorado en Arquitectura

INTRODUCCIÓN

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

El funcionalismo es la teoría que considera que el fin de la arquitectura es su utilidad. De acuerdo al Diccionario de la Lengua Española la funcionalidad es el “conjunto de características que hacen que algo sea práctico y utilitario”1, si aplicamos esta definición a una obra arquitectónica podríamos deducir que para que sea un espacio funcional, debe ser práctico y habitable (útil), dicho de otra manera, una edificación será funcional si cumple con las necesidades para las cuales fue hecha, y de no serlo, correríamos el riesgo de hablar de un objeto de arte pero no de arquitectura, en conclusión, el aspecto funcional es una de las características que diferencia a la arquitectura de otras artes. “Que una arquitectura debe servir para aquello para lo que ha sido creada es evidente y será precisamente este aspecto funcional el que originará las múltiples tipologías de edificios según su funcionalidad”2. En esta investigación me enfoco al estudio de la tipología funcional Religiosa, dividiéndose ésta en cuatro tipos de recintos: capillas, ermitas, iglesias y conventos, y de los cuales seleccione el tipo iglesias. El origen del término ecclesia (iglesia), se remonta a un vocablo griego que significa asamblea. La palabra iglesia se utiliza para describir la edificación donde se desarrollan servicios religiosos públicos, refiriéndose generalmente a los de las religiones cristianas. El término general para nombrar a un edificio dedicado a un culto religioso es el de templo. La iglesia es donde la comunidad cristiana se reúne a orar y a participar de rituales como la misa. La presente investigación se entra en el estudio de la Iglesia de Nuestra Señora de Loreto por ser una obra arquitectónica de características artísticas, históricas y patrimoniales sobresalientes.

La imagen de Nuestra Señora de Loreto llegó a México en 1679, traída desde Italia por el padre jesuita Juan Bautista Zappa, quien introdujo la idea de reproducir la santa casa de Loreto buscando fomentar el culto y devoción a la Virgen de Loreto. Según la tradición católica, esta casa es donde vivió la Virgen María en Nazaret, donde fue visitada por el Arcángel San Gabriel para hacerle la Anunciación y la cual fue habitada por la Sagrada Familia; en 1291, cuando los cruzados perdían el control sobre Tierra Santa, debido a la conquista de los sarracenos, Dios decidió enviar a sus ángeles para proteger la casa y les mandó moverla a un lugar seguro. Los ángeles la trasladaron al pequeño poblado de Tersatto, en Croacia, permaneció en ese lugar hasta 1294. El 10 de diciembre de ese año, unos pastores de la región de Loreto, en Italia, reportaron que habían visto una casa volando sobre el mar, sostenida por ángeles y que la Virgen María con el Niño Jesús iban sentados sobre la casa, la cual llegó a un sitio llamado Banderuola; finalmente la casa se reubica a otro cerro en medio del camino en esta misma región, lugar que ha ocupado desde entonces.

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Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española. Editorial Espasa Calpe. 22ª Edición. Madrid. 2001. 2 http://www.almendron.com/artehistoria/arte/arquitectura

Virgen de Loreto con donantes de la capilla. Museo Soumaya. Foto: Bob Schalkwÿk.

La casa estaba construida con ladrillos, pero tenía la particularidad de contar sólo con tres muros, ya que el cuarto era sustituido por la pared de la gruta donde se encontraba. Se realizaron tres copias de esta santa casa, ubicadas una en San Miguel de Allende, otra en el Colegio Jesuita de San Francisco Javier Tepotzotlán y la última en la Iglesia de Nuestra Señora de Loreto (Centro Histórico de la Ciudad de México).

Copia de la casa de Loreto ubicada en la Iglesia de Nuestra Señora de Loreto, ahora desaparecida. Fototeca Constantino ReyesValerio CNMH-CONACULTAINAH-MEX.

En 1727 durante la epidemia de sarampión en la ciudad de México, se realizó una solemne procesión con la imagen de Nuestra Señora de Loreto pasando por diversas iglesias hasta llegar a la Catedral, tratando de que la imagen beneficiara a la mayor superficie de la ciudad; fue un acto de resacralización y significación pública de los espacios urbanos y religiosos más destacados en su entorno. “A partir del éxito que tuvo la imagen de salvaguardar a la ciudad, su culto creció notablemente”3. 3

Encrucijada, revista digital del Seminario de Escultura Instituto de Investigaciones Estéticas Núm. 1. Solemne Procesión a la imagen de Nuestra Señora de Loreto: la epidemia de sarampión en 1727. Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM. México. 2009.

CARACTERÍSTICAS ARQUITECTÓNICAS, HISTÓRICAS Y ARTÍSTICAS DE LA IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LORETO El Regidor de la Ciudad de México, el conde don Antonio de Bassoco, decide construir una importante iglesia a Nuestra Señora de Loreto, la cual remplazaría a la antigua capilla que se encontraba en muy malas condiciones. Encarga un primer proyecto al arquitecto Manuel Tolsá, pero finalmente decide dejarlo en manos de los arquitectos Ignacio de Castera y José Agustín Paz, de este último se sabe que se graduó de la Academia de San Carlos, donde fue alumno del arquitecto Manuel Tolsá y que fue Maestro Mayor de la ciudad a partir de 1820. Aunque el proyecto del arquitecto Tolsá no llegó a construirse, sirvió de base para el diseño final de esta edificación.

Proyecto original del Arq. Manuel Tolsá con una cúpula de 31.8m. Fototeca Constantino ReyesValerio CNMH-CONACULTAINAH-MEX.

La construcción del templo actual se llevó a cabo de 1809 a 1816 y casi inmediatamente comienza a hundirse del lado oriente, por lo que permaneció cerrado de 1832 hasta 1850. La Iglesia de Nuestra Señora de Loreto es un “grandioso templo jónico, de estilo neoclásico, que es el que actualmente existe, con su estupenda cúpula y magnífica columnata, llama grandemente la atención de los conocedores por su arquitectura y genialidad artística…La edificación es una obra maestra de los últimos tiempos virreinales, y la hermosísima cúpula es una de las de mayor atractivo en la capital”4. En el exterior el templo es sencillo; la fachada principal está recubierta de cantera y formada por dos cuerpos en los que predomina el macizo sobre el vano. Esta sobriedad exterior contrasta con la concepción barroca del espacio interior.

Iglesia de Nuestra Señora de Loreto vista desde el poniente. Fototeca Constantino Reyes-Valerio CNMHCONACULTA-INAHMEX.

El templo se divide en tres partes: la nave cubierta por bóvedas anulares con lunetos con el coro y sotocoro en la zona del acceso principal, la cúpula de planta circular rodeada de cuatro capillas con bóvedas de cuarto de esfera y al fondo el presbiterio casi cuadrado. 4

Rossell, Lauro E. Iglesias y conventos coloniales de México. Historia de cada uno de los que existen en la Ciudad de México. Ed. Patria. México. 1961.

La fachada principal está limitada por 2 campanarios pequeños en comparación con la inmensa cúpula. La solución estructural del templo refleja la racionalidad característica de la arquitectura neoclásica, en tanto que el diseño espacial tiene un movimiento y dinamismo que se manifiesta con toda claridad en su planta arquitectónica, es decir, la espacialidad del templo se acerca más a la arquitectura barroca que a los cánones neoclásicos. “A finales del siglo XVIII, después de un siglo y medio de predominio, el barroco culmina su desarrollo…y cede el lugar al neoclásico, que había de contrastar drásticamente con su exuberante antecesor. La introducción de la nueva corriente fue favorecida por la disposición que flotaba en el ambiente de apertura hacia la modernidad. El neoclásico fue sinónimo de cambio, se relacionó con conceptos de progreso, de liberación y civilización en todos los órdenes de la vida…esta expresión artística, obedecía a principios estéticos basados en las formas clásicas puras”5. “La interpretación mexicana del Neoclasicismo posee mucho más fantasía, riqueza e inventiva que la de ningún otro país europeo. Nuestra tradición barroca, aún viva y latente, hace complicar e imponer movimiento a las formas que trata de implantar el rigor académico, haciéndolas emparentar más con el Barroco emanado del Concilio de Trento que con el Clasicismo puro”6. Esta iglesia es un ejemplo de cómo nuestra arquitectura no se pudo deslindar totalmente de la tradición barroca arraigada fuertemente, surgiendo una mezcla muy peculiar de arquitectura neoclásica con tintes barrocos. 5

Fuentes Rojas, Elizabeth. Transición del barroco al neoclásico en las construcciones religiosas: testimonio gráfico de Guillermo Kahlo. Escuela Nacional de Artes Plásticas, Academia de San Carlos. México. 6 Ortiz Macedo, Luis. Los Retablos Mexicanos. Neoclásico y Romántico. Conferencias- Instituto Nacional de Bellas Artes. México. 1984.

CONTEXTO URBANO

CONCLUSIONES

La Iglesia de Nuestra Señora de Loreto se ubica en el lado noreste del Perímetro A del Centro Histórico de la Ciudad de México en la Delegación Cuauhtémoc, en la esquina de las calles de San Ildefonso y Rodríguez Puebla, y al norte de la plaza de Loreto. La plaza se concluye hasta 1929 cuando se traslada a su centro la fuente que se encontraba en el Paseo Nuevo de Bucareli (obra de Lorenzo de la Hidalga). Este espacio urbano es de gran calidad si tomamos en cuenta que en esta plaza confluyen diversas construcciones de importante valor histórico, artístico y cultural como la Iglesia del convento de Santa Teresa la Nueva (dedicada el 25 de enero de 1715), el conjunto de casas en la acera poniente, proyecto del arquitecto José Eduardo de Herrera, también del siglo XVIII y por supuesto la Iglesia de Loreto, “obra maestra del neoclásico mexicano”7.

El objetivo de la intervención del Templo de Nuestra Señora de Loreto es proteger, conservar y restaurar esta importante obra arquitectónica que forma parte de nuestro patrimonio cultural y así preservar parte del legado histórico que representa no solo este templo sino la zona en la que se encuentra, recuperando la armonía urbana del conjunto, es decir, lograr el reconocimiento de estos espacios como ejemplos arquitectónicos sobresalientes dentro de la comunidad. “Las edificaciones pueden ser recibidas de dos maneras: por el uso y por la contemplación”8, por lo que debemos reforzar estos dos aspectos; que la gente logre visualizar fácilmente al edificio pero que también por su uso lo considere relevante. Debemos proteger el marco urbano que rodea a los monumentos representativos de nuestro pasado, ya que “son símbolos de nuestra identidad y nacionalidad y forman parte importante de nuestro patrimonio histórico cultural”9. Es necesario preocuparnos no sólo de la conservación de los monumentos sino de los ambientes urbanos que los rodean, ya que en muchos casos estos entornos avalan y valoran al propio monumento y si estos se alteran o modifican, el mismo inmueble puede verse afectado. El patrimonio es el legado que hemos recibido del pasado, lo que vivimos en el presente y lo que transmitiremos a las futuras generaciones, por lo que es de vital importancia su conservación para mantener viva nuestra identidad.

Iglesia de Nuestra Señora de Loreto al norte de la plaza. Fototeca Constantino Reyes-Valerio CNMH-CONACULTA-INAH-MEX.

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Enríquez, Raúl. Restauración de plazas históricas en la Ciudad de México. Artes de México Núm. 110 Año XV 1968. México.

Benjamin, Walter. La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. Taurus. Buenos Aires. 1989. 9 Del Moral, Enrique. Defensa y conservación de las ciudades y conjuntos urbanos monumentales. México. 1977.

FUENTES DE INVESTIGACIÓN

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Benjamin, Walter. La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. Taurus. Buenos Aires. 1989.

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Del Moral, Enrique. Defensa y conservación de las ciudades y conjuntos urbanos monumentales. México. 1977.

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Encrucijada, revista digital del Seminario de Escultura Instituto de Investigaciones Estéticas Núm. 1. Solemne Procesión a la imagen de Nuestra Señora de Loreto: la epidemia de sarampión en 1727. Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM. México. 2009.

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Enríquez, Raúl. Restauración de plazas históricas en la Ciudad de México. Artes de México Núm. 110 Año XV 1968. México.

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Fuentes Rojas, Elizabeth. Transición del barroco al neoclásico en las construcciones religiosas: testimonio gráfico de Guillermo Kahlo. Escuela Nacional de Artes Plásticas, Academia de San Carlos. México.

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Ortiz Macedo, Luis. Los Retablos Mexicanos. Neoclásico y Romántico. Conferencias-Instituto Nacional de Bellas Artes. México. 1984.

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Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española. Editorial Espasa Calpe. 22ª Edición. Madrid. 2001.

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Rossell, Lauro E. Iglesias y conventos coloniales de México. Historia de cada uno de los que existen en la Ciudad de México. Ed. Patria. México. 1961.

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http://www.almendron.com/artehistoria/arte/arquitectura