LA EXPLOSION DEMOGRAFICA EN MEXICO, ANALISIS E IMPLICACIONES EDUCATIVAS

LA EXPLOSION DEMOGRAFICA EN MEXICO, ANALISIS E IMPLICACIONES EDUCATIVAS IVAN ESPINOSA DB* INTRODUCCION Entre los asuntos m´ as debatidos en la actua...
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LA EXPLOSION DEMOGRAFICA EN MEXICO, ANALISIS E IMPLICACIONES EDUCATIVAS

IVAN ESPINOSA DB*

INTRODUCCION Entre los asuntos m´ as debatidos en la actualidad se encuentra la explosi´on demogr´afica, que para unos se ha convertido en el mayor peligro que amenaza a la humanidad y, para otros, en una de esas crisis que el desarrollo inventa y el subdesarrollo padece. Once ni˜ nos llegan al mundo mientras usted escucha esta frase. En el mismo lapso, cinco personas habr´ an muerto. Esa diferencia de seis, entre los que nacen y los que mueren, es la vida que mata, el mayor peligro que amenaza a la humanidad desde su origen: el exceso de poblaci´on. (Jacobi, C., 1970: 13.) Actualmente est´ a de moda exigir que las naciones ricas transformen su maquinaria b´elica en un programa de ayuda al desarrollo del Tercer Mundo. La amenaza que para el mundo industrializado representa la superpoblaci´ on y el subconsumo de nueve d´ecimos de la humanidad podr´ıan conducir a esa improbable manifestaci´ on de autodefensa. Pero si ello sucede, llevar´ıa tambi´en a una desesperaci´on irreversible, porque los arados de los ricos pueden hacer tanto da˜ no como sus espadas. A largo plazo, los camiones norteamericanos pueden ser tan da˜ ninos como sus tanques, puesto que es m´as f´acil crear una demanda para los primeros que para los segundos. Y una vez que el Tercer Mundo se haya convertido en un mercado masivo para los bienes, los productos y las formas de procesamiento, dise˜ nados por y para los ricos, el subdesarrollo se torna inevitable. (Illich, I., 1977: 15.) La educaci´ on ha sido otro de los temas m´as discutidos y sobre el cual, toda corriente de pensamiento y todo grupo pol´ıtico, definen su posici´ on. Pero a pesar de la importancia de la educaci´on y del inter´es que fil´ osofos, pol´ıticos, economistas, educadores y otros han puesto en ella, su campo est´a lleno de inc´ognitas y consecuentemente, de mitos, prejuicios, dogmas y planteamientos superficiales y abstractos. (P´erez Rocha, M., 1976: 1.) La importancia que tiene la educaci´ on en relaci´on con los dem´as fen´omenos y procesos sociales -entre ellos el demogr´ afico- y, particularmente con el desarrollo econ´omico, no est´a suficientemente clara. Por un lado encontramos las posiciones m´ as optimistas de quienes afirman que la educaci´on es la soluci´on de todos los problemas; y por otro, los m´ as esc´epticos, quienes afirman que la educaci´on no es sino reflejo y consecuencia de otros fen´ omenos sociales. Yo me inclino por esta u ´ltima. El hombre, autor y actor de su propia historia, ha llevado, sobre todo al mundo occidental, a un estado de crisis permanente, misma que se manifiesta, d´ıa con d´ıa, con el incremento de las tensiones sociales y raciales, con la radicalizaci´ on de las manifestaciones juveniles de protesta contra la autoridad y el sistema de valores vigentes y con manifestaciones abiertas de corrupci´on y decadencia. (Espinosa, I., 1977: 1.) Parad´ ojicamente todo esto est´ a sucediendo, cuando la sociedad ha otorgado y otorga un alto valor a la educaci´ on. Ninguna civilizaci´ on, estoy seguro, ha dedicado m´as energ´ıa y recursos a la educaci´on organizada. De donde a pesar de reconocer el gran avance tecnol´ogico y cient´ıfico de nuestra ´epoca, no es dif´ıcil inferir que algo anda mal con la educaci´ on.

* Maestro en Educaci´ on, Universidad de Stanford; actualmente es investigador del Departamento de Planeaci´ on de Educaci´ on Superior, ANUIES.

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Sin embargo en nuestro pa´ıs los gobiernos posteriores a la Revoluci´on Mexicana han manifestado, y manifiestan, su entusiasmo por la educaci´ on y sus efectos trascendentes en la transformaci´on social. Desde Obreg´ on hasta L´ opez Portillo, desde Vasconcelos hasta Mu˜ noz Ledo, las declaraciones de presidentes y secretarios de educaci´ on exhiben la idea de que la transformaci´on del pa´ıs, la superaci´on de sus carencias, dependen de la educaci´ on de los mexicanos y que ´esta se pone en manos de la escuela. A la luz de estos pensamientos, es mi deseo presentar un an´alisis preliminar que nos permita reflexionar sobre la relaci´ on existente entre demograf´ıa y educaci´on, aplic´andola al caso mexicano, para preguntarnos, de acuerdo a nuestra libertad de pensamiento, cu´al es nuestra posici´on y responsabilidad como educadores, con respecto a esta situaci´ on. Por tanto, en este trabajo se intentar´ a: 1. Establecer un marco te´ orico referencial que nos permita entender la evoluci´on del problema demogr´ afico, analizando algunos ejemplos que han pretendido estudiar la acci´on de los factores econ´omicos, sociales y de otro tipo, sobre la modificaci´ on de una o todas las variables demogr´aficas. 2. Describir las caracter´ısticas del crecimiento de la poblaci´on mexicana, as´ı como su comportamiento diferencial, de 1940 a 1970. 3. Analizar las implicaciones del crecimiento demogr´afico, fundamentalmente en el sistema educativo. 4. Mostrar el desajuste de nuestro sistema educativo con su realidad y momento socioecon´omico.

I. LA EVOLUCION DEL PROBLEMA DEMOGRAFICO Con frecuencia se escucha decir que poblaci´on y desarrollo son elementos indisolublemente unidos, son t´erminos de una misma ecuaci´ on. Basta un ligero vistazo a las estad´ısticas mundiales para darse cuenta de la estrecha correlaci´ on que existe entre ellos: los pa´ıses que tienen m´as elevados ´ındices de desarrollo son los que mantienen tasas de crecimiento m´as reducidas, en tanto que, parad´ojicamente, los pa´ıses con menor desarrollo son los que crecen m´ as r´ apidamente, inund´andose, por as´ı decirlo, en un verdadero diluvio humano. (Ver Cuadro No 1.) En naciones con altos ´ındices de natalidad y con una expectativa de vida relativamente baja, en comparaci´ on con las potencias industrializadas -m´ as de un 30 por ciento de la poblaci´on es menor de 10 a˜ nos, lo cual significa que no participan activamente en el proceso productivo-. Si se compara este dato con el proporcionado para los pa´ıses desarrollados, se encuentra que estos u ´ltimos tienen una poblaci´on menor de 10 a˜ nos que fluct´ ua entre el 15 y 18 por ciento. Es decir, la poblaci´on econ´omicamente activa es m´as significativa en los pa´ıses ricos que en los pobres. (Figueroa M., Gallardo I. y Lafarga, J., 1977: 10.)

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En la mayor´ıa de los pa´ıses en v´ıas de desarrollo, el factor demogr´afico, al quedar enmarcado dentro del contexto general de desarrollo de la sociedad, presenta caracter´ısticas de complejidad que son comunes a sus problemas pol´ıticos, econ´ omicos y sociales. El proceso de renovaci´ on de la especie humana se ha visto afectado por un conjunto de fuerzas que resultan de la acci´ on de factores econ´ omicos, sociales, culturales, sicol´ogicos y de otra ´ındole. Entre estos factores se encuentran las costumbres, las tradiciones, las creencias religiosas, pero tambi´en, la forma de adaptaci´ on de la sociedad a los cambios en los recursos econ´omicos y a los cambios en los sistemas de valores sociales y personales. Todos ellos, en su conjunto, han modificado directa o indirectamente los niveles y el comportamiento de las variables demogr´ aficas: natalidad, mortalidad y migraci´on. Dada la multiplicidad de criterios cuantitativos y cualitativos impl´ıcitos en la noci´on de desarrollo, el estudio de las interrelaciones del cambio demogr´ afico, dentro del marco del desarrollo econ´omico y social, se contrae el an´ alisis de variables de tipo cuantitativo con las que se operacionaliza este concepto de desarrollo. (Morelos, J., 1971: 53-78.) Estudios de este tipo son aquellos cuyo prop´osito es investigar la relaci´on existente entre poblaci´on y recursos f´ısicos, poblaci´ on-alimentaci´ on, poblaci´on-educaci´on, poblaci´on-nivel de vida, etc. O bien aquellos que pretenden estudiar la acci´ on de los factores econ´omicos, sociales y de otro tipo, sobre la modificaci´on de una o todas las variables demogr´ aficas. A tales modificaciones as´ı como a los efectos concomitantes se les designa con el nombre de revoluci´ on demogr´ afica. (Freedman, R., 1966: 1-16.) El fen´ omeno de la revoluci´ on demogr´ afica, cuyas caracter´ısticas se encuentran en algunos de los elementos que parcialmente pueden dar origen al problema de la poblaci´on, es generado cuando los factores socioecon´omicos act´ uan diferencialmente sobre las variables -natalidad, mortalidad y migraci´on-, que explican el crecimiento natural y social de la poblaci´ on, como consecuencia de su efecto combinado.

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Entre otros, se pueden citar algunos ejemplos de los estudios ya mencionados (Jacobi, C., 1977: 165-166). A saber: I. 1. Poblaci´ on-alimentaci´ on Un estudio realizado por el franc´es Pierre George se˜ nala que en los pa´ıses en donde madres e hijos son mejor atendidos y en donde el promedio de vida es m´as elevado, ocurren la mitad de los nacimientos que tienen lugar en aquellos donde hay pocas probabilidades de sobrevivir. Esto quiere decir que nos enfrentamos a la aparente paradoja de que la disminuci´on de la mortalidad, a trav´es de una mejor alimentaci´ on, reduce el ´ındice de aumento demogr´afico en vez de elevarlo. Tal afirmaci´ on, resultado del estudio citado, no logra, sin embargo, aclarar el porqu´e de esta situaci´on. Para las masas marginadas de la mayor´ıa de los pa´ıses del Tercer Mundo, el procrear no es un lujo, es parte b´ asica del instinto humano por conservar la vida propia. En una familia dada, el tener m´as hijos significa la posibilidad de tener mayor n´ umero de brazos para trabajar. I. 2. Poblaci´ on-desarrollo Aunque la prioridad de la agricultura en los esfuerzos de los pa´ıses subdesarrollados por rebasar esta etapa fomenta una estructura social que tradicionalmente produce los m´as elevados ´ındices de natalidad, es el camino m´ as r´ apido para lograr un crecimiento econ´omico. Ahora bien, en el caso espec´ıfico de Formosa, que dirigi´ o sus esfuerzos hacia una agricultura vigorosa, se dio la situaci´on de que al modificarse las condiciones de vida del individuo del sector agr´ıcola, como consecuencia del crecimiento econ´omico, tambi´en se cambi´ o la mentalidad del mismo, llev´ andolo a percatarse de que el menor n´ umero de hijos redunda en su propio inter´es econ´ omico. I. 3. Poblaci´ on-educaci´ on Estos estudios parten de la hip´ otesis de que a mayor educaci´on mayores son las posibilidades de un pa´ıs de acelerar su crecimiento econ´ omico y, como consecuencia, sus habitantes m´as pronto reconocer´an que su propio nivel de vida est´ a determinado, en parte, por el n´ umero de hijos que tengan. En los estados federales de la India que tienen el m´ as bajo nivel de educaci´on, como Uttar Pradesh, las mujeres se casan, en promedio, seis a˜ nos m´ as j´ ovenes que las de Karela, que es el Estado en donde el nivel de educaci´on es m´as elevado. Ello significa de uno a dos hijos menos por mujer. Es importante se˜ nalar que la existencia o no del problema, tal y como lo ilustran los ejemplos ya citados, tiene que plantearse no s´ olo en funci´ on de variables demogr´aficas, sino m´as bien en relaci´on con variables no demogr´ aficas y dentro de una dimensi´ on espacial-temporal. En junio de 1973, un grupo de expertos latinoamericanos en materia de poblaci´on afirm´o que este problema es un factor influyente, pero no el u ´nico, en la actual situaci´on cr´ıtica de Am´erica Latina. Su relevancia, se dijo, proviene m´ as bien de determinados marcos estructurales. (Alonso, Jos´e A., 1975: 214-231.) La calidad y la disponibilidad de la informaci´on y los cambios estructurales que el pa´ıs registr´o son, entre otras razones, las que justifican, en esta ocasi´on, que el estudio de los componentes demogr´aficos y de sus efectos est´e referido al periodo 1940-1970.

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II. LA SITUACION DEMOGRAFICA MEXICANA A continuaci´ on se presenta una serie de datos que permiten describir las caracter´ısticas del crecimiento de la poblaci´ on mexicana, as´ı como su comportamiento diferencial. Como en todos los pa´ıses en v´ıas de desarrollo, la mortalidad en el nuestro ha disminuido, pero las tasas de natalidad se han mantenido constantes. Por ello la tasa de crecimiento de la poblaci´on es sumamente elevada. En M´exico, en 1970, la tasa de crecimiento anual fue del 3.48 por ciento, una de las m´as altas del mundo. (Alonso, Jos´e A., 1975: 216.) Esta tasa desmesurada, se nos dice, provoca fatales consecuencias. La presi´on demogr´afica, adem´as de exigir un incremento de los satisfactores de subsistencia -alimentos, vivienda, vestido, etc.-, reclama un incremento geom´etrico de toda la infraestructura de comunicaciones, transportes, instalaciones urban´ısticas, etc. Inclusive, aseguran los expertos, el crecimiento demogr´afico incontrolado est´a produciendo una extraordinaria presi´ on pol´ıtica y social. (Alonso, Jos´e A., 1975: 215.) A pesar del alto crecimiento econ´ omico que hemos tenido (esta tasa fue del 7.1 por ciento anual acumulativo, en el periodo 1960-1969), persisten grandes disparidades socioecon´omicas y culturales entre diversos sectores de la poblaci´ on. La constante migraci´ on de las zonas rurales a las urbanas, refleja insatisfacci´on de los habitantes rurales con sus localidades de origen y responde, principalmente, a la falta de oportunidades de empleo y servicios educativos. (CONACYT, 1976.) II. 1. Natalidad y mortalidad Los efectos combinados de la natalidad, mortalidad y la migraci´on traen como consecuencia: la existencia de un nivel dado de crecimiento de la poblaci´on, los atributos de la poblaci´on joven y los grados de potencial de crecimiento. De las variables que intervienen en los procesos vitales, es la mortalidad la que ha registrado cambios importantes. Los factores principales que explican el descenso de la misma son: a) Factores tecnol´ ogicos ex´ ogenos al desarrollo socioecon´omico del pa´ıs. b) Factores socioecon´ omicos internos. c) Factores demogr´ aficos. La mortalidad general del pa´ıs ha descendido de un promedio de 23.2 defunciones por cada mil habitantes en 1940 a 9.7 en 1970. No obstante lo anterior, es importante se˜ nalar que el descenso de la mortalidad se ha traducido en un aumento considerable de la esperanza de vida del mexicano al nacimiento, ya que en 1940 era de 41.5 a˜ nos y en 1970 se elev´ o a 62.1 a˜ nos. Asimismo, la mortalidad infantil descendi´o de 124.6 defunciones de menores de un a˜ no por mil nacidos vivos en 1940, a 67.4 en 1970. (Cuadro No 2.) El descenso r´ apido de la mortalidad ha tra´ıdo como consecuencia: a) aumentar la tasa de crecimiento de la poblaci´ on, y b) contribuir al rejuvenecimiento de la poblaci´on. Cada vez es m´as alta la proporci´on de la poblaci´ on, menor de quince a˜ nos. La otra variable asociada a la revoluci´ on demogr´afica es la natalidad. El an´alisis de esta variable es m´ as complejo, principalmente, por la diversidad de factores concurrentes. Probablemente los altos niveles de natalidad en M´exico est´en determinados en gran medida por las estructuras sociales y sicol´ ogicas existentes. La estructura social, al igual que la demogr´afica, es de tipo piramidal, en la que predominan los segmentos tradicionalistas y cuyos patrones de formaci´on familiar difieren del sector modernista que num´ericamente es inferior al primero.

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En M´exico, todav´ıa no existe motivaci´ on suficiente para que las parejas reduzcan su fecundidad. Con excepci´ on del Distrito Federal, las condiciones culturales y sociales del pa´ıs y los ´ındices de natalidad existentes nos indican la muy reducida proporci´ on de hombres y mujeres que limitan deliberadamente el tama˜ no de su familia. La tasa de natalidad en 1940 fue de 44.3 nacimientos por cada mil habitantes, mientras que en 1970 fue de 43.3 nacimientos. (Cuadro No 2.) Por otra parte, la tasa bruta de reproducci´on, o sea, el n´ umero de hijas que reemplazar´an a cada madre, si no hay mortalidad de las mismas, ha tenido variaciones ligeras, siendo de 3.06 hijas en 1940 y de 3.19 en 1970. (Cuadro No 2.) Los estudios que se han realizado para nuestro pa´ıs indican que existe fecundidad diferencial entre las ´ areas rurales y las urbanas, siendo menores los niveles en estas u ´ltimas. Asimismo se han encontrado patrones de comportamiento diferenciales con variables tales como la educaci´on, la ocupaci´on y el estatus ocupacional, tanto a nivel rural como urbano. (Morelos, J., 1971: 63.) De acuerdo al censo de 1970, mientras las mujeres en ´areas rurales que terminan su periodo reproductivo tuvieron en promedio 5.7 hijos, las de las ´ areas urbanas registraron 4.4 hijos. Seg´ un el nivel educativo -a mayor educaci´ on formal, menor n´ umero de hijos-, en una encuesta realizada en 1964 en la ciudad de M´exico, se encontraron los siguientes resultados: las mujeres con educaci´on superior ten´ıan en promedio, 1.53 hijos; las que completaron secundaria, 2.11 hijos; las que hab´ıan terminado primaria, 3.2 hijos, y las mujeres sin educaci´ on formal, 4.4 hijos. (CONACYT, 1976.)

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Los efectos combinados de la estabilidad en la fecundidad con el descenso de la mortalidad han provocado aumentos de la poblaci´ on, elevaci´ on en la tasa de crecimiento y rejuvenecimiento de la poblaci´on mexicana. II. 2. Distribuci´ on de la poblaci´ on Existe una distribuci´ on desigual de la poblaci´on mexicana provocada, en gran parte, por la migraci´on interna que se ha manifestado especialmente intensa entre 1950 y 1970. Este hecho constituye uno de los problemas m´ as graves a que se enfrenta el desarrollo del pa´ıs. La proporci´ on de poblaci´ on que vive en localidades de m´as de 15 mil habitantes respecto de la poblaci´ on total, es un indicador del grado de urbanizaci´on del pa´ıs. Esta fue en 1940 del 20 por ciento, distribuida en 123 localidades urbanas, que en su conjunto sumaban 13 millones de personas, y en 1970, del 43 por ciento distribuida en 192 localidades con una poblaci´on de 20 millones. Lo anterior implic´o una tasa anual de 4.6 por ciento de crecimiento. (Cuadro No 3.) De la misma forma, debido al proceso de crecimiento y diversificaci´on urbana, en el periodo 1960-1970 se registraron los cambios siguientes: mientras que en 1960 exist´ıan 15 ciudades con una poblaci´on mayor a 100 mil habitantes que concentraban al 24 por ciento de la poblaci´on total, en 1970 esta relaci´on cambi´o al 30.9 por ciento, distribuida en 35 ciudades. (Cuadro No 3.) Por otra parte, se estima que el incremento de la poblaci´on urbana puede ser explicado en un 67 por ciento por el crecimiento natural y en un 33 por ciento por la migraci´on, para el periodo 1960-1970, y con una tasa de urbanizaci´ on del 5.4 por ciento anual, considerada como una de las m´as altas del mundo. O sea, en los u ´ltimos decenios la poblaci´ on urbana se ha triplicado. (Unikel, L., 1971: 96.) Finalmente, la poblaci´ on del sector rural mexicano se caracteriza por una fuerte dispersi´on. De las 97 mil localidades del pa´ıs, en 1970, el 83.5 por ciento de ellas (81 mil) ten´ıan una poblaci´on de menos de mil habitantes, concentrando cerca del 30 por ciento de la poblaci´on total. Es posible considerar que la gran mayor´ıa de los pobladores de estas localidades se encuentran al margen del desarrollo de M´exico, y se caracterizan por analfabetismo, insalubridad, desnutrici´on, valores culturales tradicionales, etc. El crecimiento de esta poblaci´ on que era de 14 millones, fue menor al 0.6 por ciento anual, lo que significa que en este tipo de localidades tiene su origen una parte importante de la migraci´on rural. (Cuadro No 3.) En tal virtud, debido al acelerado incremento de la poblaci´on urbana, se requieren d´ıa con d´ıa m´as inversiones que permitan hacer frente a dicho incremento. Inversiones que absorben una parte importante de la inversi´ on p´ ublica. Inversiones en salud p´ ublica, edificios escolares, introducci´on de agua y drenaje, pavimentaci´ on, transporte, vivienda y otros servicios de infraestructura. Sin embargo, ante la magnitud de carencias, mismas que siempre resultan superiores a lo que es posible promover, aun para hacer frente a la demanda efectiva, existe generalmente una enorme demanda de inversi´on social insatisfecha y acumulada, incidiendo los efectos de ese hecho, siempre y cada vez m´ as, sobre la poblaci´on menos favorecida.

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II. 3. Crecimiento de la poblaci´ on Hasta 1940 la tasa de crecimiento medio anual de la poblaci´on hab´ıa estado por debajo del 2 por ciento. Es a partir de este a˜ no cuando la tasa sobrepasa dicho nivel. As´ı, para la d´ecada 1940-1950, la tasa subi´ o al 2.7 por ciento, y en el siguiente decenio al 3.1 por ciento. Actualmente se estima que es del 3.48 por ciento. (Cuadro No 2.) Jos´e B. Morelos, investigador de El Colegio de M´exico, se˜ nala, en el estudio ya citado, que: probablemente, hasta la d´ecada de los cincuenta el crecimiento de la poblaci´on junto con el aumento de sus efectivos haya favorecido el desarrollo del pa´ıs en cuanto el aumento de la poblaci´on signific´o el crecimiento de la demanda. Adem´ as de estimular la diversificaci´ on de la producci´on, este fen´omeno demogr´afico se tradujo en la ampliaci´ on del mercado interno, una de las condiciones requeridas para el desarrollo. El ritmo actual de crecimiento prev´e que para el a˜ no 2000, la poblaci´on mexicana se habr´a duplicado. Esto quiere decir que M´exico, al igual que los pa´ıses latinoamericanos, necesita invertir m´as del 12 por ciento de su producto interno bruto en equilibrar el crecimiento vegetativo de su poblaci´on. Este porcentaje es el doble de lo que invierten los pa´ıses desarrollados para lograr el mismo prop´osito. (Figueroa M., Gallardo, I. y Lafarga, J., 1977: 8.) Aunadas a este ritmo de crecimiento, las caracter´ısticas de la gente joven parecen indicar que la poblaci´ on, m´ as que un est´ımulo para el desarrollo econ´omico, se est´a convirtiendo en inhibidor del desarrollo. Recordemos que el modelo de desarrollo econ´omico mexicano estimula el uso intensivo de capital en vez de mano de obra intensiva, lo cual origina una desigual distribuci´on de la riqueza y una marcada dependencia econ´ omica. 8

De esta manera, el crecimiento de la poblaci´on en relaci´on con este modelo de desarrollo econ´omico, adquiere caracter´ısticas alarmantes. Desde luego que no por el crecimiento en s´ı mismo, sino por su relaci´on con dicho modelo. III. ALGUNAS IMPLICACIONES DEL CRECIMIENTO DE LA POBLACION EN EL SISTEMA EDUCATIVO Uno de los grandes retos del crecimiento demogr´afico es dar alimento, vestido, habitaci´on, educaci´ on y ocupaci´ on significativa a millones de nuevos mexicanos que cada a˜ no lo demandan. En el fondo, el problema consiste en crear condiciones adecuadas para que una poblaci´on siempre creciente pueda satisfacer en un grado razonable todas esas necesidades b´ asicas. En esta parte se analizar´ a la relaci´ on existente entre crecimiento demogr´afico, expansi´on del sistema educativo, educaci´ on, capacitaci´ on y empleo. La educaci´ on no es un proceso aislado, sino que por el contrario est´a en funci´on de una sociedad en cuanto sirve a ella y es reflejo de la misma. Tanto el art´ıculo 3o Constitucional como la Ley Federal de Educaci´ on, se˜ nalan a la pol´ıtica educativa del pa´ıs que, para lograr los objetivos ah´ı plasmados, es necesario que el sistema educativo desempe˜ ne cuatro funciones: la acad´emica, la distributiva, la econ´omica y la sociopol´ıtica. III. 1. Crecimiento demogr´ afico y educaci´ on A la luz del an´ alisis del cumplimiento de las tres primeras funciones, se intentar´a correlacionarlas con el crecimiento demogr´ afico a fin de plantear las implicaciones del mismo, sobre el sistema educativo. III. 1.1. La funci´ on acad´ emica La funci´ on acad´emica consiste en ayudar al mexicano a aprender lo que le es indispensable saber para hacer frente a los riesgos y posibilidades de la existencia. (Mu˜ noz Ledo, P., 1977: 15.) Para cumplirla adecuadamente, el sistema educativo debe, ante todo, proporcionar servicios educativos suficientes a la poblaci´ on virtualmente demandante de las mismas. La “explosi´ on demogr´ afica”, tan citada y tan a menudo temida, implica una “explosi´on escolar” todav´ıa m´ as impetuosa. Aunque las tasas de crecimiento demogr´ afico son muy altas, la demanda por educaci´on, en todos sus niveles, acusa en el pa´ıs una velocidad de expansi´ on a´ un mayor. A. Safisfacci´ on de la demanda A pesar de que en nuestro sistema educativo se ha logrado aumentar considerablemente el coeficiente de satisfacci´ on de la demanda potencial por educaci´on en todos los niveles, y que se manifest´o en un incremento de 5.2 a 16.6 millones de mexicanos atendidos, de 1958 a 1976 (ver Cuadros 4 y 5), por el sistema escolarizado, el coeficiente de demanda insatisfecha, inclusive de la primaria, a´ un alcanza cifras alarmantes. En septiembre de 1975, se hallaban fuera del sistema escolar 1.7 millones de ni˜ nos entre los 6 y 14 a˜ nos de edad. Por otra parte, 11.9 millones de personas mayores de 14 a˜ nos no hab´ıan terminado la primaria. De ´estas, 6.2 millones no hab´ıan adquirido instrucci´ on alguna. Esto significa que casi 14 millones de habitantes mayores de 6 a˜ nos, carecen de lo que el sistema educativo mexicano ha llamado cultura b´asica; es decir, alrededor de un 35 por ciento de la poblaci´ on mexicana mayor de 6 a˜ nos permanece todav´ıa al margen de los beneficios educativos que la ley establece como obligatorios para todos los habitantes del pa´ıs.

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B. Retenci´ on escolar Los ´ındices de deserci´ on intracurricular y de reprobaci´on han sido abatidos en los u ´ltimos a˜ nos; sin embargo, los n´ umeros absolutos de desertores y reprobados han permanecido constantes. Entre 1970 y 1974, desertaron o reprobaron 3.3 millones de alumnos. De ´estos, 2 millones correspondieron al nivel primario, o sea, el 18 por ciento de la matr´ıcula total de dicho nivel. Si a lo anterior se agrega que el desperdicio intracurricular del grupo que se inscribi´o en el primer grado de primaria en 1970 fue aproximadamente del 58 por ciento de la matr´ıcula global, inscrita en primer grado en ese mismo a˜ no, y que la cifra de desertores y reprobados para ese solo grupo, entre 1970 y 1975, fue de m´ as de 1.5 millones de ni˜ nos, sin dificultad, se puede apreciar la magnitud del problema. C. Aprovechamiento Los estudios sobre el aprovechamiento real de los alumnos, indicador del logro acad´emico del sistema escolar, desafortunadamente son muy escasos, y ´estos tambi´en muestran condiciones alarmantes de nuestro sistema escolar.

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CUADRO No 5 RELACIONES ENTRE EGRESADOS DE LA PRIMARIA E INSCRITOS EN EL ˜ PRIMER GRADO DE LA ENSENANZA MEDIA BASICA (1970-1974)

A˜ no

1970-1971 1971-1972 1972-1973 1973-1974

Egreso de primaria 740,310 792,277 852,040 932,968

%

1o de media b´ asica

%

100.0 7.1 13.7 26.0

553,153 631,162 728,809 766,483

100.0 14.1 31.8 38.6

1o de basica egreso primaria 74.7 79.6 86.5 82.2

Recientemente a una muestra representativa de alumnos de cuarto y sexto grados de primaria y de tercer grado de preparatoria, se les aplic´ o una prueba de conocimientos en ciencias naturales y otra de comprensi´ on de lectura. Los resultados fueron los siguientes: mientras el promedio de aciertos en primaria fue escasamente de 36.5 por ciento en la prueba de comprensi´on de lectura y de 31.0 por ciento en la de ciencias naturales, en la preparatoria, el porcentaje fue de 46.3 por ciento y de 33.5 por ciento, respectivamente. (Mu˜ noz Izquierdo, C. y Rodr´ıguez, Pedro G., 1977: 42.) Los datos anteriores indican que la calidad acad´emica del sistema educativo mexicano es bastante inferior a la deseable. El hecho de que uno de cada dos ni˜ nos se quede en el camino o repruebe alg´ un grado en el nivel b´ asico de la ense˜ nanza; el hecho de que a´ un quedan fuera del sistema escolar primario 1.7 millones de ni˜ nos, y el hecho de los bajos resultados de las pruebas de comprensi´on de lectura y ciencias naturales, obtenidos por los estudiantes de primaria y preparatoria, demuestra lo lejos que estamos todav´ıa de proporcionar una cultura b´ asica a todos los habitantes del pa´ıs. Consecuentemente, por los indicadores ya mencionados, no es dif´ıcil inferir que la funci´on acad´emica, que se le ha encomendado al sistema educativo mexicano, no se est´a cumpliendo de manera satisfactoria. III. 1.2. La funci´ on distributiva La funci´ on distributiva contempla que los beneficios educativos se distribuyan equitativamente en toda la poblaci´ on, contribuyendo as´ı a eliminar los desequilibrios culturales, econ´omicos y sociales que afectan a nuestra naci´ on (Ley, 1973: Arts. 5 y 10) y a fortalecer el r´egimen de democracia social. (PRI, 1975: 27.) Para que un sistema educativo pueda desempe˜ nar esta funci´on, es necesario que las oportunidades de acceso, perseverancia y aprovechamiento dentro del sistema educativo est´en distribuidas equitativamente entre estratos y regiones del pa´ıs. A. Distribuci´ on del acceso al sistema escolar Un buen n´ umero de estudios realizados sobre las oportunidades de acceso al sistema escolar en todos sus niveles (Espinosa, I., 1977: 10-20) demuestran que, en M´exico, ´estas se encuentran altamente correlacionadas con: El nivel socioecon´ omico de la familia, y fundamentalmente con el ingreso y la escolaridad de los padres. A menor ingreso y escolaridad de las familias, menor oportunidad de acceso a la escuela, por parte de los hijos. El tipo de comunidad en que se vive, siendo desfavorable para los habitantes de las zonas rurales y para los sectores marginados de la ciudad. 11

El nivel de desarrollo de la regi´ on a la cual se pertenece. Los ´ındices de desarrollo escolar est´an correlacionados negativa y significativamente con los ´ındices de pobreza de las regiones socioecon´omicas del pa´ıs. Se invierte m´ as en regiones m´ as desarrolladas, reforz´andose as´ı la din´amica de distanciamiento regional. B. Retenci´ on en el sistema escolar Las oportunidades de preservar en el sistema escolar, incluso en la primaria, dependen del estatus social del educando, y se encuentran inequitativamente distribuidas entre los diversos estratos y regiones del pa´ıs. El an´ alisis comparativo entre la escuela primaria urbana y la rural nos proporcionar´a esta evidencia. C. Aprovechamiento El estudio ya citado, que se realiz´ o en las escuelas primarias y preparatorias del Distrito Federal y zonas rurales cercanas, concluye que las calificaciones obtenidas, en las pruebas de conocimientos en ciencias naturales y comprensi´ on de lectura, son m´ as bajas para las escuelas primarias rurales, y le siguen en orden de menor a mayor calificaci´ on: las escuelas urbanas p´ ublicas medias y las escuelas urbanas privadas. Por lo que respecta a las preparatorias, los alumnos de bachilleratos p´ ublicos obtuvieron, en las dos pruebas, calificaciones inferiores a las de los bachilleratos privados. (Mu˜ noz Izquierdo, C. y Rodr´ıguez, Pedro G., 1976: 42.) Las cifras antes presentadas enmascaran la gravedad del problema, ya que se trata de cifras estad´ısticas globales que, al amalgamar las cifras relativas al sector urbano y las cifras del sector rural, est´an lejos de revelar la situaci´ on real. D. Problem´ atica de la educaci´ on en el sector rural Basta con presentar algunas cifras comparativas del desarrollo de la ense˜ nanza primaria, entre ambos sectores, para ubicar mejor este problema. Para 1970, el ´ındice de satisfacci´ on de la demanda potencial de educaci´on primaria a nivel nacional fue del 79 por ciento, siendo el de las zonas urbanas 88.4 por ciento, y el de las rurales 65.7 por ciento. Como se aprecia, a´ un fue grande la diferencia entre ambos medios. (Del Camino, I. y Mu˜ noz, B., 1972: 110.) Adem´ as, en M´exico exist´ıan en 1970 m´ as de 50 mil poblaciones de menos de 100 habitantes, donde materialmente no pod´ıa llegar la escuela formal. Por otra parte, a pesar de que en los u ´ltimos 13 a˜ nos el gasto educativo se increment´o en m´as del 600 por ciento, y en los mismos a˜ nos se prest´o especial atenci´on a la escuela rural, la proporci´on de escuelas rurales que impart´ıan de uno a tres a˜ nos de primaria era del 26.9 por ciento (1972), mientras que en el medio urbano era del 0.9 por ciento. Asimismo, el 54 por ciento de las escuelas primarias rurales impart´ıan primaria completa, mientras que en las ciudades lo hac´ıan el 97 por ciento. (Vielle, J. P. y Espinosa, I., 1975: 1 y 2.) Adem´ as se considera importante se˜ nalar que no existe dentro del sistema formal de educaci´on la posibilidad de recuperar a los desertores y reprobados del medio rural (917,939 alumnos, en 1972), y que este problema ha tenido efectos acumulativos para las generaciones anteriores, lo que se refleja en el analfabetismo funcional y en la impreparaci´ on de grupos numerosos de la poblaci´on, con el fin de insertarse, funcionalmente, al medio de trabajo. En efecto, y de acuerdo al criterio de la UNESCO, M´exico contaba en 1975 con m´as de 20 millones de analfabetas funcionales, cifra que desde 1970 a la fecha ha ido aumentando en n´ umeros absolutos. (Rodr´ıguez, Pedro G., 1977: 128.) Obviamente, la mayor parte de ellos se encuentran concentrados en el medio rural y marginal urbano. En cuanto a la educaci´ on extraescolar, destaca el hecho de la escasa significaci´on de la poblaci´on atendida, misma que en 1972 apenas rebasaba el mill´on de personas. Lo anterior se vuelve m´as dram´atico al observar que del total de la poblaci´ on rural e ind´ıgena, s´olo se atendi´o el 0.04 por ciento y el 0.02 por ciento, respectivamente. Adem´ as, en 1975, el gasto en educaci´on extraescolar fue de 51 pesos anuales por alumno, 12

mientras que en la educaci´ on formal dicho gasto fue 21 veces mayor. (Rodr´ıguez, Pedro G., 1977: 121.) Ante la situaci´ on descrita de la educaci´ on en el medio rural, el sistema escolar tiene actualmente pocas alternativas para propiciar la formaci´ on de estos grupos hacia un desarrollo aut´onomo, creativo y liberador. En este momento resultar´ıa casi in´ util e inadecuado buscar delinear responsabilidades de la problem´ atica educativa del agro mexicano, y sumamente complejo analizar sus causas, que han de ser, en todo caso, m´ ultiples, diversas y a menudo oscuras. Lo seguro es que el problema se acentu´ o en las d´ecadas pasadas, paralelamente a la corriente entonces dominante del desarrollismo industrial urbano, y en un clima de poco inter´es, en casi todas las esferas, del hombre de la ciudad por el campo. En s´ıntesis, podemos afirmar que el sistema educativo mexicano no ha logrado cumplir la condici´on de igualar las oportunidades de acceso, perseverancia y aprovechamiento en el sistema escolar, ya que ´estas dependen de las caracter´ısticas socioecon´ omicas de las familias de los mexicanos en edad escolar y de las caracter´ısticas sociogeogr´ aficas de la comunidad y entidad federativa a que pertenecen. Lo anterior cobra significado en relaci´ on con los factores demogr´aficos, al intentar explicar la situaci´ on ya descrita en funci´ on del sistema de estratificaci´on social mexicano, mismo que se configura fundamentalmente por las estructuras de poder y propiedad en la sociedad. Como tal, la estratificaci´on social influye, entre otras cosas, sobre la configuraci´ on de la demanda potencial por educaci´on, a trav´es de las tasas de fecundidad diferenciadas para los distintos estratos. III. 1.3. La funci´ on econ´ omica La funci´ on econ´ omica: la educaci´ on “se vincula de manera indisoluble con la estructura productiva del pa´ıs para elevar la productividad y servir a los dem´as sectores de actividad en la ejecuci´on eficaz de sus programas”. (L´ opez Portillo, 1977: 9.) En particular se est´a educando para un mercado de trabajo concreto: “Propiciar una genuina educaci´ on para la vida es, en buena medida, una educaci´on para el trabajo.” (Mu˜ noz Ledo, 1977: 18.) El logro de esta funci´ on educativa depende de la adecuada preparaci´on de los recursos humanos del pa´ıs, y del establecimiento de condiciones que permitan una m´as justa distribuci´on del ingreso y del empleo. Como ya se se˜ nal´ o en el an´ alisis de la funci´ on acad´emica, no se puede afirmar que exista una preparaci´on adecuada de la fuerza de trabajo. M´exico cuenta en la actualidad con un 61 por ciento de analfabetas funcionales, de su poblaci´ on mayor de nueve a˜ nos (ver Cuadro No 6). El promedio de escolaridad de la poblaci´on mayor de 14 a˜ nos se aproximaba, en 1975, apenas a los cuatro primeros grados. Si nos referimos a las instituciones de educaci´on superior, podemos afirmar que hemos colocado a un buen n´ umero de egresados universitarios en una, ya de por S´ı, problem´atica realidad socioecon´omica, cuya deficiente preparaci´ on les dificulta su integraci´on al proceso productivo del pa´ıs. De continuar as´ı las tendencias establecidas en el crecimiento de las instituciones de educaci´on superior, a partir de 1980, cada a˜ no, el mercado de trabajo deber´ a tener capacidad para absorber a 150 mil y m´as, graduados universitarios. (Espinosa, I., 1977: 7 y 10.) Por otra parte, la distribuci´ on de los recursos humanos formados en las instituciones de educaci´on superior mexicana tambi´en nos proporciona pruebas de la dram´atica realidad: de los egresados de nuestras instituciones, de 1950 a la fecha, un 79 por ciento de profesionistas y t´ecnicos se integraron al sector terciario o de servicios; s´ olo un 20 por ciento al secundario y menos del 1 por ciento al primario (Castrej´on, 1976: 110), y peor a´ un, si observamos que de los profesionistas potenciales en la actualidad s´olo el 4 por ciento de ellos se encuentran estudiando profesiones relacionadas con el sector agropecuario. (Castrej´on, 1975: 27.)

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Por lo tanto, el sistema educativo mexicano no ha producido una fuerza de trabajo, en cantidad y calidad suficientes, como para impulsar el desarrollo independiente del pa´ıs. Ahora bien, cada vez se requiere m´ as escolaridad para tener acceso al mercado de trabajo (ver Cuadros 7 y 8). Quienes obtienen educaci´ on media o superior disfrutan doblemente de las oportunidades de conseguir empleo en comparaci´ on con los que han tenido que desertar antes de terminar la primera (que representan el 59 por ciento del total); al ser mayor la oferta que la demanda de trabajo, los mexicanos con m´as educaci´ on van siendo asignados a puestos que pocos a˜ nos antes hab´ıan sido desempe˜ nados por personas con menor escolaridad. Es obvio que lo anterior est´ a perjudicando principalmente a los sectores de bajos ingresos y a los habitantes de regiones menos desarrolladas. (Mu˜ noz Izquierdo, C. y Lobo, J., 1974: 16.) Aunque ha sido considerable el aumento de la escolaridad promedio de la poblaci´on econ´omicamente activa (PEA), entre 1950 y 1970 (ver Cuadro No 9), hecho que por s´ı solo pudiera interpretarse como favorable, sin embargo resulta sumamente grave el constatar que quienes no ingresaron a la poblaci´on econ´omicamente activa proven´ıan de las clases sociales menos favorecidas, y, como siempre, son los m´as numerosos. (Mu˜ noz Izquierdo, C. y Lobo, J., 1974.) Es evidente el marcado desequilibrio existente entre la estructura del mercado ocupacional y la del sistema escolar (ver Cuadro No 10), hecho que trae como consecuencia el desaprovechamiento de la mayor parte de los recursos humanos del pa´ıs y el deterioro del precio de mano de obra con ense˜ nanza media. Los menos favorecidos por el sistema educativo se encuentran tambi´en en situaci´on de desventaja con respecto al mercado de trabajo. La distribuci´ on del poder y de la propiedad en la sociedad mexicana, que afectan al acceso, perseverancia y aprovechamiento dentro de la escuela, tambi´en se refleja en la estructura del mercado de trabajo.

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CUADRO No 7 CRECIMIENTO DE LA FUERZA DE TRABAJO POR NIVELES DE ESCOLARIDAD Crecimiento de la fuerza de trabajo (1960-1970)

Grados de escolaridad 0 grados 1-5 6-9 10 - 12 13 o m´ as grados

56 % 64 84 150 155

FUENTE: Mu˜ noz Izquierdo, Carlos. “Evaluaci´on del desarrollo educativo en M´exico (1958-1970) y factores que lo han determinado”, en Revista del Centro de Estudios Educativos, Vol. III, No 3 (tercer trimestre de 1973). CUADRO No 8 COEFICIENTE DE ABSORCION DEL MERCADO DE TRABAJO DE LOS EGRESADOS DEL SISTEMA ESCOLAR Porcentaje que ingres´ o a la PEA (1960-1970) 36.5 % 43.4 71.8 72.7

Grados de escolaridad 1 - 5 grados 6-9 10 - 12 13 o m´ as grados

FUENTE: Mu˜ noz Izquierdo, Carlos. “Evaluaci´on del desarrollo educativo en M´exico (1958-1970) y factores que lo han determinado”, en Revista del Centro de Estudios Educativos, Vol. III, No. 3 (tercer trimestre de 1973). CUADRO No 9 CAMBIOS EN LA COMPOSICION PORCENTUAL DE LA PEA, SEGUN SUS ˜ ANOS DE ESCOLARIDAD A˜ nos de escolaridad 0 1-3 4-5 6 7-8 9 10 -12 13 y m´ as TOTAL

1960 % 36.00 31.86 11.39 12.72 1.61 2.34 2.19 1.89

1970 % 27.14 30.62 11.53 17.79 2.99 2.56 4.17 3.20

100.00

100.00

FUENTE: Elaborado con base en los censos de poblaci´on.

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CUADRO No 10 INDICE DE CONCENTRACION DEL INGRESO DENTRO DE LAS DISTINTAS CATEGORIAS EDUCATIVAS

Categor´ıas educativas I. Analfabetos II. Primaria (completa e incompleta) III. Secundaria (completa e incompleta) IV. Preparatoria (completa e incompleta) V. Ense˜ nanza superior (completa e incompleta) TOTAL GENERAL:

Coeficientes de Gini 1960 1970 0.67 0.36 0.59 0.40 0.51 0.49 0.47 0.46 0.47 0.49 0.64

0.51

FUENTE: 1960 - Clara Judisman. Muestra del censo de 1960, tabulaciones especiales, cuadro No. 111-19. 1970 - D.G.E., cit. Tabulaciones especiales del censo de 1970 (tabulaciones PEA 13-A).

III. 2. Crecimiento demogr´ afico, educaci´ on para el trabajo y empleo El sistema educativo, en la actualidad, genera una oferta de trabajo que, m´as que estar determinada por la demanda de recursos humanos, est´ a condicionada por factores ex´ogenos al mercado laboral, como son el crecimiento demogr´ afico y la consecuente presi´on de la demanda social sobre el sistema escolar. (Medell´ın, R. y Mu˜ noz, I., 1974: 130.) Existen diversos planteamientos tanto para explicar el problema ya descrito como para establecer pol´ıticas de acci´ on encaminadas a resolverlo. En este caso particular, seleccionamos el planteamiento neocl´asico y el planteamiento estructuralista con prop´ ositos explicativos, haciendo ´enfasis en la variable demogr´afica. Seg´ un la teor´ıa econ´ omica neocl´ asica, el desempleo es b´asicamente un rezago cronol´ogico entre el ritmo de crecimiento de la poblaci´ on y el de la econom´ıa, y un desajuste -o series de desajustes- en el mercado de trabajo. El planteamiento neocl´ asico sugiere, para resolver el problema, entre otras, las siguientes pol´ıticas: acelerar el ritmo del desarrollo mediante un incremento en la inversi´on, para poder crear suficientes empleos; simult´ aneamente, reducir el ritmo de crecimiento demogr´afico, para aligerar la presi´on de la demanda sobre los servicios sociales y reducir la oferta de trabajo; adecuar mejor la educaci´on, en lo cuantitativo y lo cualitativo, a los requerimientos de personal de una econom´ıa de desarrollo y, finalmente, elevar el nivel de capacitaci´ on de la mano de obra, para que pueda m´as f´acilmente conseguir un empleo y mejorar su nivel de ingresos. Por lo que respecta al planteamiento estructuralista, ´este sugiere otra explicaci´on y otro conjunto de pol´ıticas. Lejos de constituir un rezago cronol´ ogico, corregible con el tiempo y con la aplicaci´on de pol´ıticas neocl´ asicas, el desempleo parece ser, m´ as bien, el resultado de una contradicci´on estructural b´asica entre caracter´ısticas centrales del esquema mexicano de desarrollo y la dotaci´on de recursos humanos y de capital, con que cuenta M´exico. En nuestro pa´ıs, donde el capital es escaso y la mano de obra muy abundante, se le ha dado impulso al desarrollo de un sector moderno, basado en tecnolog´ıa de uso intensivo de capital y de utilizaci´on de poca mano de obra. En este contexto, la explosi´on demogr´afica agudiza la contradicci´on y agrava los problemas del desempleo y de la distribuci´ on inequitativa de los bienes sociales; pero no puede considerarse su causa 16

fundamental. S´ı puede, desde luego, transformarlos cualitativamente hasta volverlos irresolubles, m´as a´ un, si no se da un cambio sustancial en la estructura socioecon´omica del pa´ıs. En otras palabras, la reducci´ on en la tasa de crecimiento demogr´afico es una condici´on para poder resolver el problema del empleo sin modificar la estructura social; pero no constituye de por s´ı una soluci´on. Si se considera deseable un cambio estructural, la reducci´on del crecimiento demogr´afico lo alejar´ıa; sin embargo el continuar con la tasa de crecimiento actual, tampoco asegura que se d´e dicho cambio. Por lo tanto el sistema educativo, debido a las fuertes demandas sociales, se ha expandido en forma acelerada; sin embargo, por la contradicci´ on en la econom´ıa arriba mencionada, la capacitaci´on que ofrece ni asegura al grueso de la poblaci´ on escolarizada un empleo productivo, ni la prepara adecuadamente para satisfacer los requerimientos del sector moderno de la econom´ıa. As´ı pues, en t´erminos pol´ıticos, el sistema educativo resulta un intento frustrado y frustrante para resolver una contradicci´on del sistema econ´omico. IV. CONCLUSIONES A) De la evoluci´ on demogr´ afica 1. Las costumbres, las tradiciones, las creencias religiosas, as´ı como tambi´en la forma de adaptaci´on de la sociedad a los cambios en los recursos econ´omicos y a los cambios en los sistemas de valores sociales y personales, han modificado directa o indirectamente las variables demogr´aficas de natalidad, mortalidad y migraci´ on. 2. La determinaci´ on sobre la existencia o no del problema del crecimiento demogr´afico tiene que plantearse no s´ olo en funci´ on de variables demogr´aficas, sino m´as bien, en relaci´on con variables no demogr´ aficas y dentro de una dimensi´ on espacio-temporal. Ha habido momentos en la historia de nuestro pa´ıs, en que el incremento de la poblaci´ on ha favorecido a su desarrollo. 3. La importancia del crecimiento desmedido de la poblaci´on, como uno de los factores que influye en la situaci´ on cr´ıtica de Am´erica Latina, proviene m´as bien de determinados marcos estructurales. B) De la situaci´ on demogr´ afica mexicana 1. En M´exico, al igual que en la mayor´ıa de los pa´ıses en v´ıas de desarrollo, la mortalidad se ha disminuido, pero las tasas de natalidad se han mantenido pr´acticamente constantes. Por ello, la tasa de crecimiento de la poblaci´ on es sumamente elevada (3.48 por ciento anual) y la poblaci´on se ha rejuvenecido significativamente (46 por ciento de la poblaci´on, menor de 15 a˜ nos). Los estudios que se han realizado para nuestro pa´ıs indican que existe fecundidad diferencial predeterminada por las condiciones socioecon´omicas y culturales -educaci´on, ocupaci´on y estatus ocupacionalde los mexicanos. 2. La poblaci´ on urbana se ha triplicado en los u ´ltimos decenios debido en un 33 por ciento a la migraci´ on del sector rural al urbano y en un 67.9 por ciento al crecimiento natural de la poblaci´on. 3. Conjunto al incremento de la poblaci´on urbana, existe una enorme demanda de inversi´on social insatisfecha y acumulada, incidiendo los efectos de este hecho, siempre y cada vez m´as, sobre la poblaci´ on menos favorecida. 4. El ritmo actual de crecimiento prev´e, para el a˜ no 2000, la duplicaci´on de la poblaci´on mexicana y, junto con las caracter´ısticas de la poblaci´ on joven, parecen indicarnos que dicho crecimiento se est´a convirtiendo, m´ as que en un est´ımulo econ´ omico, en un inhibidor del desarrollo. Su explicaci´on se encuentra, m´ as que en el crecimiento en s´ı mismo, en el modelo de desarrollo econ´omico seguido por el pa´ıs. Desde este punto de vista, el crecimiento de la poblaci´on adquiere caracter´ısticas alarmantes. 17

C) De las implicaciones sobre el sistema educativo 1. Con base en el an´ alisis efectuado, si realmente se desea atender a las demandas que el crecimiento de la poblaci´ on est´ a planteando, y si efectivamente el prop´osito de nuestro pa´ıs es cumplir con las funciones educativas que prev´en tanto el art´ıculo 3o Constitucional como la Ley Federal de Educaci´ on, ser´ a necesario dise˜ nar una pol´ıtica que asegure, a mediano plazo: 1) La satisfacci´ on de la demanda social por educaci´on. 2) La maximizaci´ on de la eficiencia interna del sistema educativo. 3) La diversificaci´ on y profesionalismo de los servicios educativos. 4) Las b´ usquedas de nuevas formas educativas que permitan atender con eficiencia a quienes acuden al sistema educativo, y tambi´en, a todos los millones de mexicanos que a´ un se encuentran al margen de los beneficios de la cultura. 5) La maximizaci´ on de la funcionalidad entre la educaci´on y el mercado de trabajo. Para que lo anterior sea factible, es indispensable establecer un sistema de planeaci´on, capaz de coordinar adecuadamente las ´ areas de planeaci´on: demogr´afica, de bienestar social, educativa y econ´omica. 2. Entre otras cosas, la estratificaci´ on social, como tal, influye sobre la configuraci´on de la demanda potencial por educaci´ on, a trav´es de las tasas de fecundidad diferenciales para los distintos estratos. Por lo tanto, resulta imperioso el establecimiento de una pol´ıtica demogr´afica que modifique y reubique la demanda social por educaci´ on. Para ello, debe afectarse la tasa de crecimiento natural de la poblaci´ on y combatirse tanto la dispersi´ on como la excesiva concentraci´on de los asentamientos humanos. De este modo, se facilitar´ a paulatinamente tanto la absorci´on de la demanda de los no atendidos, como la normalizaci´ on de los par´ ametros del crecimiento educativo. 3. El sistema educativo mexicano no ha logrado cumplir la condici´on de igualar las oportunidades de acceso, perseverancia y aprovechamiento en el sistema escolar, ya que ´estas dependen de las caracter´ısticas socioecon´ omicas de las familias de los mexicanos en edad escolar y de las caracter´ısticas sociogeogr´ aficas de la comunidad y entidad federativa a que pertenecen. Por tanto, la culpa no es del crecimiento de la poblaci´ on por s´ı mismo. Recordemos que ´este tambi´en depende de factores pol´ıticos, econ´omicos, sociales y culturales. 4. El sistema educativo genera una oferta de trabajo que, m´as que estar determinada por la demanda de recursos humanos, est´ a condicionada por factores ex´ogenos al mercado laboral, como son el crecimiento demogr´ afico y la consecuente presi´ on de la demanda social sobre el sistema escolar. 5. En nuestro pa´ıs, el modelo de desarrollo econ´omico establece una gran contradicci´on al utilizar en forma intensiva el capital que es escaso, y en forma escasa la mano de obra que es muy abundante. En este contexto, la explosi´ on demogr´ afica agudiza la contradicci´on y agrava los problemas del desempleo y de la distribuci´ on inequitativa de los bienes sociales; pero no debe de considerarse como su causa fundamental. S´ı puede, desde luego, transformarlos cualitativamente hasta volverlos irresolubles, m´ as aun, si no se da un cambio sustancial en la estructura socioecon´omica del pa´ıs.

REFLEXION FINAL Deseo finalmente hacer una reflexi´ on en relaci´on con este trabajo. Las ideas aqu´ı presentadas intentan, por una parte, mostrar el desajuste de nuestro sistema educativo con su realidad y momento socioecon´omico y manifiestan enf´ aticamente la no viabilidad del sistema educativo mexicano, para lograr los objetivos que tanto el art´ıculo 3o. Constitucional y la Ley Federal de Educaci´on se˜ nalan a la pol´ıtica educativa del pa´ıs; y por la otra analizar las implicaciones del crecimiento demogr´afico fundamentalmente sobre el sistema educativo. 18

Asimismo, estas ideas pueden servir de base tanto para reflexionar sobre nuestra responsabilidad como educadores frente a los problemas aqu´ı planteados, como para realizar un estudio m´as profundo que nos permita examinar que: A) Tanto el problema demogr´ afico como el educativo sirven para explicar las contradicciones estructurales en que vive nuestro pa´ıs. Reducir el crecimiento de la poblaci´on como soluci´on u ´nica, sin intentar cambios estructurales, se convierte en un paliativo, frente a los grandes problemas sociales que aquejan actualmente al pa´ıs. B) Para cumplir con las funciones educativas: acad´emica, distributiva, econ´omica y sociopol´ıtica, es menester cambiar la orientaci´ on de la educaci´ on, y esto no es posible partiendo exclusivamente de la educaci´ on; recordemos que el problema planteado, es de tipo estructural. C) Los l´ımites en que la educaci´ on, formal o no formal, puede inducir cambios estructurales, son estrechos. Sin embargo, con un cambio valoral, v´ıa educaci´on, puede ser posible acelerar el cambio estructural objetivo. D) Es imposible replantear una educaci´ on que permita cumplir con los objetivos, bellamente planteados en los textos jur´ıdicos, sin antes tener una idea completa del cambio estructural deseado y sin una teor´ıa que explique la manera como se efect´ ua ese cambio social. E) Todo lo anterior supondr´ıa una redefinici´on radical del concepto de educaci´on, de sus objetivos, de las prioridades y estrategias, de los m´etodos pedag´ogicos y de la preparaci´on de los educadores. En s´ıntesis, el estudio que proponemos deber´a definir las contradicciones estructurales del sistema educativo, y a la luz de ellas, decidir qu´e cambios conviene emprender, si se desean disminuir las complicidades de nuestra educaci´ on con los procesos que generan injusticia social. BIBLIOGRAFIA ALONSO, JOSE ANTONIO. “Caciques, l´ıderes ejidales y explosi´on demogr´afica.” En Comunidad, Revista de la UIA, No. 52, 1975, PP. 214-231. CASTREJON DIEZ, JAIME. La Educaci´ on Superior en M´exico. Secretar´ıa de Educaci´on P´ ublica. M´exico, 1976. La Educaci´ on Superior en M´exico. ¿Crecimiento o Desarrollo? No. 3. CONACYT, M´exico, 1975. CONACYT. “El Programa de Formaci´ on de Recursos Humanos.” M´exico, 1976: mimeo. ˜ DEL CAMINO, ISIDORO Y MUNOZ BATISTA, JORGE. “La alfabetizaci´on y ense˜ nanza primaria en M´exico para 1970”, en Revista del Centro de Estudios Educativos, Vol. II, No. 1. Primer trimestre, 1972, pp. 107-139. ESPINOSA DB., IVAN. “La situaci´ on actual de la educaci´on en M´exico.” Ponencia presentada en el Primer Congreso Nacional de Voluntariado Promocional y Educativo. Guadalajara, Jal., 1977: mimeo. “Reflexiones sobre la situaci´ on actual de las universidades mexicanas.” Ponencia presentada en la Tribuna de la Juventud. M´exico, D. F., 1977: mimeo. FIGUEROA, MANUEL, GALLARDO, IGNACIO Y LAFARGA, JUAN. “Datos b´asicos y directivos para la elaboraci´ on de un programa de investigaci´on educativa.” Universidad Iberoamericana. M´exico, 1977, pp. 8-11. FREEDMAN, DONALD. La Revoluci´ on Demogr´afica Mundial. UTEHA, 1966, pp. 1-16. ILLICH, I. Alternativas. Joaqu´ın Mortiz. M´exico, 1977, p. 15. JACOBI, CLAUS. El Diluvio Humano. Buenos Aires, Argentina, Ed. Sudamericana, 1970.

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