La acuicultura en las lagunas costeras

La acuicultura en las lagunas costeras¤ F. Co n t r e r a s E ., O. Ca s t a n ~ e d a L ., R . To r r e s A . y F. Gu t i¶ e r r e z M. D e p t o . d...
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La acuicultura en las lagunas costeras¤ F. Co n t r e r a s E ., O. Ca s t a n ~ e d a L ., R . To r r e s A . y F. Gu t i¶ e r r e z M. D e p t o . d e H id r o b io lo g ¶ ³a . U A M{ I. A .P . 5 5 -5 3 5 . C.P . 0 9 3 4 0 . Introducci¶ on Las lagunas costeras han estado ligadas a la acuicultura por mucho tiempo, existen vestigios de bancos de ostras (cultivos de osti¶on) que tienen entre 4,000 a 6,000 a~ nos de antigÄ uedad, sobre todo en la regi¶ on del Pac¶³¯co. Las formas tradicionales acuiculturales involucran el principio de agregar y cercar peces y moluscos para incrementar su producci¶on. Estas t¶ecnicas de encierro datan de por lo menos 1,000 a~ nos, y se han localizado en el Mediterr¶aneo en donde existen m¶ as de un mill¶on de hect¶areas de lagunas costeras y aguas estuarinas. Las ostras son probablemente los primeros organismos cultivados, bancos de ostras arti¯ciales han sido encontrados en la laguna de Lucrinus, cerca de N¶apoles y se cree que datan del a~ no 95 a.c. Es conocido que los romanos cultivaban ostras suspendidas en sogas. La evidencia m¶ as documentada acerca del manejo de pesquer¶³as en lagunas tambi¶en viene de Italia. Y con el uso de barreras y otras t¶ecnicas para controlar y capturar peces y datan de lo siglos IV y V a.C. Se tiene informaci¶ on de que varias lagunas del norte del Mar Adri¶ atico eran cercadas para cultivar peces por los Romanos.

y sudeste de Asia, por ejemplo en la laguna de Negombo, Sri Lanka. Se cree que en Asia estos principios de acuicultura se iniciaron en Malasia y de ah¶³ se extendieron por todo el sudeste asi¶ atico, y posteriormente al subcontinente Hind¶ u. En el Pac¶³¯co es tradicional el transporte de almejas (g¶enero Anadara) para resguardarlas despu¶es en camas de arena en el fondo de las lagunas, similar a lo que se hace con los llamados \jardines" de almeja gigante (g¶enero Tridacna) (Clark, 1996). Las lagunas como medio ambiente propicio para la acuicultura En la clasi¯caci¶ on general de cuerpos acu¶ aticos, las lagunas costeras est¶ an catalogadas como los ecosistemas acu¶ aticos que poseen las m¶ as elevadas tasas de productividad conocidas, tanto primaria como secundaria (Margalef, 1974; Odum y Copeland, 1974; Barnes, 1980; Klump y Martens, 1981; Martens, 1982; Likens, 1972). El promedio de la producci¶ on natural de peces en las lagunas es alrededor de los 100 kg/ha/a~ no; lo anterior hace que las lagunas tengan dos veces m¶ as producci¶ on por unidad de ¶ area que el mar litoral y la mayor¶³a de los lagos continentales. De hecho, se ha demostrado que muchos organismos se desarrollan mejor en los estuarios que en aguas litorales. Lo anterior puede ser correlacionado con las elevadas cantidades de nutrientes y productividad primaria en las lagunas, comparadas con el oc¶eano adyacente.

Estructuras semejantes han sido encontradas en otras partes del mundo, por ejemplo en Hawaii se sabe que desde tiempos prehist¶oricos las lagunas costeras han sido utilizadas para hacer encierros de peces por medio de peque~ nos diques de 1 o 2 metros de ancho, para permitir el paso del agua marina y peces juveniles, posteriormente eran colocadas rejas de madera para evitar que los peces escaparan.

Actualmente de las m¶ as de cien lagunas costeras que bordean el Mediterr¶ aneo y que cubren aproximadamente 850,000 ha, en 68 de ¶estas se obtuvo un promedio de producci¶ on de 103 kg/ha/a~ no en lagunas con bordos y 377 kg/ha/a~ no en donde se practica un manejo m¶ as estricto, incluyendo almacenajes arti¯ciales; de aqu¶³ que los cient¶³¯cos coincidan en las enormes posibilidades del potencial de la acuicultura en estos ecosistemas (Fig. 1, p. 29). Por otro lado, se ha observado que en las lagunas tropicales del oeste de Africa, la producci¶ on promedio de peces es cerca del doble que las anteriores, registrando cosechas del orden de 237 kg/ha/a~ no y llegando a obtener hasta 775 kg/ha/a~ no, cuando se utilizan las acadjas. Cosechas similares se registran en las lagunas tropicales de Asia, por ejemplo la laguna de Bay en Fi-

Los famosos parques pisc¶³colas del oeste de Africa conocidos como acadjas, representan otra forma simple de acuicultura, aunque su funcionamiento es simplemente encauzar los peces de los alrededores y ofrecerles un refugio; sin embargo, las cosechas reportan entre 5 y 8 toneladas/ha, producci¶on comparable con cualquier cultivo moderno. Operados por el mismo principio, inclusive m¶as simple a¶ un, son los brush pile, que son estructuras hechas con ramas de mangle y usados extensivamente en el sur ¤ C on tr ib u ci¶ on C oster os.

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lipinas, re°eja un promedio de 433 kg/ha/a~ no basado s¶ olo en formas tradicionales de cultivo, aunque esta cosecha ha disminuido dr¶asticamente desde la d¶ecada de los sesenta por la introducci¶ on de botes motorizados, redes de mono¯lamento y otras pr¶ acticas de pesca no selectivas.

F ig ura 1 . Siste ma de bo rdo s e n e l e sta do de C hia pa s.

Los datos de cosecha de algunas lagunas anteriormente mencionados reiteran una vez m¶as su riqueza, ya que estas producciones est¶an basadas s¶ olo en la elevada productividad lagunar natural y el uso de m¶etodos sencillos para aprovechar las poblaciones de peces y moluscos, por lo que resulta evidente el gran potencial que tienen estos ecosistemas para desarrollar una acuicultura bien plani¯cada (Fig. 2, p. 30). A pesar de las ventajas de una acuicultura plani¯cada y adecuada a las condiciones ecol¶ogicas y socioecon¶ omicas de ciertas regiones, todo parece indicar que los apoyos econ¶omicos e inclusive los incentivos gubernamentales se dirigen a la implementaci¶ on de la acuicultura intensiva, por ejemplo la camaronicultura, como la alternativa m¶as viable para un desarrollo de las comunidades costeras, haciendo a un lado las ra¶³ces culturales y pr¶acticas ancestrales en el manejo de ¶ areas costeras que hist¶oricamente han demostrado una mayor viabilidad; la diferencia radica en el hecho de que las pr¶acticas ancestrales no son econ¶ omicamente tan redituables como la camaronicultura o cualquier otro m¶etodo r¶apido y de ganancias a corto plazo, a pesar de los costos ambientales de esto u ¶ltimo. Los dos principales problemas de la acuicultura intensiva son en primer lugar, la modi¯caci¶on del entorno natural como se ha demostrado frecuentemente con la tala de manglar en los estados de Nayarit y Sinaloa y en segundo lugar, la contaminaci¶on generada a partir de los desechos generados por la pr¶ actica de esta actividad. Debido a que la acuicultura es

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una actividad propiamente antropoc¶entrica, es necesario establecer par¶ ametros socioecon¶ omicos para su evaluaci¶ on. Consideraciones ambientales para desarrollar la acuicultura Las caracter¶³sticas f¶³sicas que dan a cada laguna su especi¯cidad como lo son el tama~ no, la forma, el intervalo de la marea, los escurrimientos continentales, el clima, el n¶ umero y tama~ no de las bocas de comunicaci¶ on con el mar y ¯nalmente, el tipo y tama~ no de los sedimentos son todos factores importantes a considerar para la implementaci¶ on de la acuicultura. De particular importancia resultan los efectos de dichas caracter¶³sticas, por ejemplo: la profundidad del sistema, el °ujo/re°ujo de las corrientes mareales y el intercambio de agua, as¶³ como la turbidez y la tasa de sedimentaci¶ on. Los estudios de las condiciones hidrol¶ ogicas son esenciales para conocer la compatibilidad del sistema con las pr¶ acticas acuiculturales; las variaciones estacionales en algunas lagunas pueden llegar a ser muy marcadas, lo que conlleva a cambios dr¶ asticos de salinidad, temperatura, nutrientes y patrones de circulaci¶ on en el medio. No hay que olvidar que muchos organismos tienen una tolerancia estrecha a algunos de estos cambios. En general, en los sistemas lagunares hay dos h¶ abitats distintivos: a) la zona perif¶erica y somera alrededor de la laguna, que normalmente presenta sedimentos ¯nos y donde se propicia la existencia de manglares y ¶ areas de inundaci¶ on (marismas o pantanos) y, b) la zona central de aguas abiertas, donde de acuerdo con la localizaci¶ on y profundidad de los canales, llegan a existir profundidades de 1 a 4 metros y se mani¯estan sedimentos de arena, grava o restos de conchas. Las condiciones f¶³sicas y qu¶³micas para la acuicultura en estos dos h¶ abitats pueden mostrar grandes diferencias; el primero es el m¶ as utilizado porque hay un mayor resguardo y un acceso m¶as conveniente, pero es en estas ¶ areas en donde se re°eja una mayor in°uencia del uso de las tierras aleda~ nas y se pueden llegar a presentar mayores impactos por las descargas de desechos y altas tasas de sedimentaci¶ on. Los par¶ ametros ambientales que deben considerarse como fundamentales para desarrollar la acuicultura son los siguientes: Salinidad.- La caracter¶³stica hidrol¶ ogica dominante en las lagunas costeras es la de tener una amplia variaci¶ on de salinidad, tanto espacial como temporalmente (Contreras et al, 1997). Aunque han sido clasi¯cadas como oligohalinas (menor de las 5 0 =00 ), mesohalinas (5 a 18 0 =00 ), polihalinas (18 a

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F ig ura 2 . C o se c ha o bte nida de un e nc ie rro e n e l e sta do de C hia pa s.

30 0 =00 ), eurihalinas (30 a 40 0 =00 ) e hiperhalinas (arriba de las 40 0 =00 ), la mayor¶³a presenta marcados gradientes de salinidad que van desde salinidades marinas cerca de la (s) boca (s) de comunicaci¶ on con el mar, hasta las oligohalinas que se mani¯estan en las cercan¶³as de su contacto con los aportes dulceacu¶³colas de los escurrimientos continentales. De acuerdo con el tama~ no y el n¶ umero de bocas de comunicaci¶on con el mar, la laguna puede llegar a presentar un gradiente de salinidades (de oligohalino hasta eurihalino o hiperhalino), y es precisamente la tolerancia a ciertas salinidades el factor fundamental para el desarrollo de la acuicultura, ya que las especies a elegir est¶an en funci¶on de esta adaptabilidad. Desde la perspectiva de la acuicultura hay que tener en cuenta las variaciones temporales de dicho par¶ametro, ya que en ocasiones las caracter¶³sticas id¶oneas para el cultivo de cierta especie s¶ olo permanecer¶an en la laguna unos cuantos meses. Temperatura.- La temperatura es interactiva junto con la salinidad para in°uir en la tolerancia ¯siol¶ ogica de los organismos acu¶aticos. Aunque muchos organismos estuarinos cultivables son muy tolerantes a valores extremos en la salinidad o la temperatura, lo son en mucho menor grado a la combinaci¶ on de ambos. En el caso de lagunas costeras mexicanas hay que recordar que, por lo general, est¶ an situadas en la franja neotropical, lo que hace que las temperaturas sean usualmente elevadas (30± C en promedio en ¶epoca de secas ) y que los organismos bajo estas condiciones, se encuentran cer-

canos a sus l¶³mites de tolerancia. Ox¶³geno disuelto.- Un nivel entre 5 y 6 mg/l es generalmente aceptable para prop¶ ositos acuiculturales. El nivel letal para el camar¶ on est¶ a entre 2 y 3 mg/l, y entre 1 y 2 mg/l para la mayor¶³a de las especies. Bajas concentraciones de ox¶³geno est¶ an relacionadas con ¶ areas aisladas y con escasa circulaci¶on, o donde se mani¯estan procesos de descomposici¶on de materia org¶ anica, como por ejemplo ¶ areas cercanas a los bosques de manglar. Por otro lado, el descenso de la concentraci¶ on de ox¶³geno tambi¶en est¶ a relacionado con disturbios en el fondo lagunar, a consecuencia de la resuspensi¶ on de sedimentos atrapadores de este elemento durante tormentas o actividades de dragado, por medio de la oxidaci¶ on de la materia org¶ anica. Turbidez.- Aunque la variaci¶ on de la turbidez en las lagunas costeras es amplia y muy relacionada con la ¶epoca de lluvias, casi siempre est¶ a presente. Existe informaci¶ on acerca de su in°uencia sobre los organismos acu¶ aticos, debido a su efecto sobre el descenso de ox¶³geno; adem¶ as se ha visto que la mayor¶³a de las especies de peces pre¯eren aguas claras para desarrollarse. La problem¶ atica actual sobre la acuicultura en las lagunas costeras en M¶ exico Debido al signi¯cado econ¶ omico del camar¶ on, la aceptaci¶ on casi t¶ acita de megaproyectos acuiculturales relacionados principalmente con el cultivo de este crust¶ aceo est¶ a causando algunos da~ nos, por lo que deber¶³a ser revalorada. Salvo en algunos sitios,

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la acuicultura intensiva de camar¶on genera alteraciones signi¯cativas, sobre todo en ¶areas ecol¶ogicamente susceptibles a los cambios realizados por esta actividad como las lagunas costeras, manglares y marismas. La implementaci¶on de algunos proyectos en el pa¶³s ya ha tenido impactos severos en la costa, por ejemplo, la deforestaci¶on de un ¶area de manglar de 500 ha en una localidad nayarita llamada Marismas Nacionales, realizada por una compa~ n¶³a privada en 1997; una vez m¶as, el objetivo de las ganancias a corto plazo se imponen a costa de los recursos naturales. Durante el apogeo de la producci¶on por la camaronicultura en Filipinas (1967-1977), se perdi¶o el 80% de la extensi¶ on de manglar en este pa¶³s. En Ecuador estaban involucradas 150,000 ha en donde se hab¶³an construido granjas camaron¶³colas, lo anterior empez¶ o en 1970 y continu¶o hasta 1983, la producci¶ on se increment¶o hasta que empezaron los problemas, uno de ellos fue el agotamiento de larvas en el medio natural, cuya captura lleg¶o a alcanzar los dos billones de larvas anuales. Este descenso se relacion¶ o tambi¶en con la desaparici¶on del 25% de bosques de manglar; adem¶as de haber causado graves problemas de contaminaci¶on debido a los e°uentes provenientes de las granjas. Una soluci¶on parcial al problema fue el establecimiento de granjas productoras de larvas, pero lo anterior incrementaba los costos debido a la pobre tecnolog¶³a empleada (Clark, 1996). Hasta la fecha, en M¶exico se registran 281 granjas camaron¶³colas abarcando una extensi¶on total cercana a las 21, 263 ha (Fig. 3, p. 32). Los estados con mayor impulso a esta actividad son Sinaloa, con 150 granjas (el 58 % del total nacional) y una extensi¶ on aproximada a las 15,731 ha y Nayarit, con 81 instalaciones y 1,543 ha ocupadas (SEMARNAP, 1998). Desde una perspectiva t¶ecnica, ha sido demostrado ampliamente que en las lagunas costeras existe y se mani¯esta una importante productividad primaria, esto es, una signi¯cativa biomasa vegetal microsc¶ opica disponible para su transformaci¶ on y provecho en los niveles superiores de la trama tr¶ o¯ca. Sin embargo y tambi¶en desde esta misma perspectiva, no se han realizado su¯cientes estudios sistem¶ aticos enfocados sobre la posibilidad de manejar este potencial. La alternativa de uso m¶ as adecuada por la misma naturaleza del ecosistema es la acuicultura, no obstante, el problema de la implementaci¶ on de la acuicultura en sistemas costeros de nuestro pa¶³s, sobre todo la que se conoce ahora como \sustentable", es muy compleja por varias razones (Fig. 4, p. 34).

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En vista de que esta actividad cada d¶³a gana m¶as adeptos entre los inversionistas, es necesario enfatizar los problemas inherentes a la implementaci¶on de una acuicultura intensiva en la zona costera. ² La acuicultura est¶ a inserta en una econom¶³a de mercado libre, donde predomina la acuicultura intensiva de r¶ apidas ganancias y act¶ ua en contra de la biodiversidad Los intentos para desarrollar la acuicultura costera en nuestro pa¶³s inciden primordialmente sobre las especies de m¶ as alto valor econ¶ omico, como es el caso del camar¶ on. Este crust¶aceo y principalmente la especie Penaeus vannamei, es cultivada en granjas con estanquer¶³a construida exclusivamente para este ¯n y en donde inevitablemente, est¶ a involucrada la modi¯caci¶on de los h¶ abitats naturales con la tala de manglar, la remoci¶ on de la vegetaci¶ on nativa y el desplazamiento de especies nativas. Los precios est¶an determinados por la econom¶³a del mercado, esto es, grandes tallas y condiciones higi¶enicas bajo normas internacionales, lo que conlleva el empleo de antibi¶ oticos y alimentos balanceados. Evidentemente, el producto debe salir lo m¶as r¶ apido posible. Como es de sobra conocido, la implementaci¶ on de monocultivos act¶ ua directamente sobre la biodiversidad local, ya que privilegia a una sola especie sobre las dem¶as. ² Algunas de las especies a cultivar son depredadoras, lo que implica mayores y especiales suministros alimenticios Debido a que estas especies tienen un valor econ¶ omico m¶ as alto (como es el caso de algunas mojarras y robalos) se trata de cultivar organismos que pertenecen a los niveles tr¶ o¯cos superiores. Las especies propicias a cultivar deben pertenecer a niveles tr¶ o¯cos bajos, ya sean organismos ¯ltradores (moluscos), detrit¶³voras (lisa, jaiba) o herb¶³voras (algunas mojarras), ya que el gasto energ¶etico de manutenci¶ on ser¶ a siempre menor al que requiere mantener a organismos con tendencias carn¶³voras. ² Las pr¶ acticas acuiculturales artesanales y/o tradicionales son escasas Con algunas excepciones y en regiones muy localizadas, las pr¶ acticas acuiculturales ancestrales han desaparecido o al menos no existe su¯ciente informaci¶ on hist¶ orica para conocerlas. Con respecto a las pr¶ acticas tradicionales, durante siglos han estado insertadas bajo una actividad extractiva aunque mesurada, debido principalmente a la relativa estabilidad de las poblaciones de pescadores. Desde hace algunos a~ nos

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Estado Sinaloa Nayarit Sonora Tamaulipas Chiapas BCS Tabasco Yucat¶an Total

No. granjas 150 81 29 11 6 2 1 1 281

Extensi¶ on (ha) 15,731 58 % del total nacional. 1,543 3,189 418 319 15 2 46 21,263

Granjas camaron¶³colas en 1997.

F ig ura 3 . Gra nja s c a ma ro n¶ ³c o la s e n e l e sta do de C hia pa s.

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este equilibrio se ha roto, provocado por un lado por el crecimiento demogr¶a¯co y de los asentamientos humanos en la costa; y por otro la migraci¶ on hacia las costas de gente nacida tierra adentro, lo que ha contribuido a la degradaci¶ on de los recursos acu¶aticos. Lo anterior es causa del desconocimiento del medio acu¶atico por parte de los inmigrantes, al emplear pr¶ acticas depredatorias para la captura de organismos. ² Hay un profundo desconocimiento sobre los pescadores y su entorno sociocultural Con algunas excepciones, la investigaci¶ on antropol¶ ogica, sociol¶ogica, cultural e hist¶ orica alrededor de la actividad pesquera presenta grandes huecos. Muchas de las publicaciones \culturales" sobre pescadores versan sobre actividades anecd¶oticas o folcl¶oricas de su modo de vida; esto ha permeado en la poblaci¶on del resto del pa¶³s a tal magnitud, que s¶olo una m¶³nima proporci¶on de la poblaci¶on conceptualiza o identi¯ca socialmente al pescador. ² Hay una pobre cultura del agua en casi todos los niveles de toma de decisiones La falta de conocimiento de la cultura alrededor del agua trasciende hasta personas que est¶ an insertadas en niveles de toma de decisi¶ on, como es el caso de los sectores gubernamentales. Resulta preocupante escuchar en ocasiones algunos lineamientos, conceptos y juicios equivocados de parte de algunos funcionarios que, inclusive, tienen el poder de determinaci¶on sobre algunas actividades que afectan, directa e indirectamente, a la poblaci¶on costera. El problema se agudiza en los funcionarios de niveles medios, y en donde frecuentemente recae la responsabilidad de concretar los proyectos y programas. Lo anterior no quiere decir en ning¶ un momento falta de capacidad o prejuicios, sino simplemente es el resultado de la carencia de cultura general educativa hacia la valoraci¶on de nuestros mares.

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terogeneidad ofrezcan alternativas diferentes de acuerdo con la ¶epoca clim¶ atica. ² No ha habido una investigaci¶ on t¶ecnica sistem¶ atica al respecto Por el lado de los investigadores cient¶³¯cos, ¶estos est¶ an m¶ as dedicados a la ciencia \pura"; la presi¶ on por parte de instrumentos de evaluaci¶on acad¶emica, obliga a investigar y publicar otro tipo de informaci¶ on. Contados acad¶emicos adoptan el compromiso del papel que desempe~ nan o deber¶³an desempe~ nar con la sociedad. Finalmente, pero no menos importante, est¶ a el hecho de que la acuicultura no es concebida como una investigaci¶ on de prestigio, sino s¶ olo una t¶ecnica. En el caso de la aplicaci¶ on de t¶ecnicas, muchas veces intuitivas, por parte de personal de Centros de Investigaci¶ on pertenecientes al Estado (como los Centros Regionales de Investigaci¶ on Pesquera o instancias parecidas), las di¯cultades presupuestales son alarmantes; durante varios sexenios ha habido intentos serios y entusiastas para llevar a cabo experimentos en diferentes ¶ areas de nuestro pa¶³s por parte de estos peque~ nos grupos. ² Hist¶ oricamente, no ha existido una pol¶³tica clara destinada a la zona costera y sus problemas socioecon¶ omicos asociados M¶exico ha carecido de una pol¶³tica dirigida al sector pesquero; el primer intento lo encabez¶o el Lic. Adolfo Ru¶³z Cort¶³nez con la \marcha al mar" y que qued¶ o como un buen deseo. Posteriormente, otra tentativa se dio durante el sexenio del Lic. Luis Echeverr¶³a Alvarez y desde entonces, no ha existido continuidad sobre esta pol¶³tica. En t¶erminos generales, la pol¶³tica dirigida hacia los ecosistema costeros se caracteriza por: a) La fragmentaci¶ on de la autoridad, dentro y entre las agencias gubernamentales.

² Los sistemas litorales presentan variaciones hidrol¶ ogicas temporales muy marcadas

b) La ambigÄ uedad de las jurisdicciones entre las instituciones.

El comportamiento hidrol¶ogico y por lo tanto ecol¶ ogico de los sistemas acu¶aticos costeros es el efecto de varias causas; por un lado de la in°uencia de dos masas de agua de diferente origen (la proveniente de los r¶³os y de la in°uencia mareal) y por otro lado, estas caracter¶³sticas var¶³an estacionalmente de acuerdo a la ¶epoca clim¶ atica imperante (lluvias y estiaje). Lo anterior hace que la potencialidad de sus recursos var¶³e tambi¶en, y que las condiciones de he-

c) Una capacitaci¶ on no adecuada en la conceptualizaci¶ on y las t¶ecnicas de manejo integrado de los recursos. d) La insu¯ciencia de presupuestos, equipo y personal adecuado. e) El poco enlace entre la necesidad de sostener el manejo de los recursos y una pol¶³tica y estructura permanente en las agencias gubernamentales.

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f) La carencia de calcular e incorporar en el manejo de los recursos naturales, las decisiones que afectan a ¶estos para su desarrollo y bene¯cios a largo plazo. g) La excesiva centralizaci¶on gubernamental, que resulta en que las decisiones se hagan por gente no afectada directamente por los costos, bene¯cios e implicaciones de los proyectos. h) El control del gobierno central sobre los presupuestos y el proceso de tomar decisiones, normalmente ha debilitado a los gobiernos estatales y regionales. A pesar de algunos buenos intentos en la presente administraci¶on, algunas de estas caracter¶³sticas han permanecido y, por lo tanto, han frenado los incipientes intentos de un desarrollo sustentable en la zona costera. ² La degradaci¶on ambiental de la zona costera es cada vez m¶as grave Las diferentes actividades humanas que se llevan a cabo en la zona costera y en donde el descuido hacia la preservaci¶on de los ecosistemas litorales ha sido casi una norma, ha provocado la degradaci¶on de h¶abitats enteros que se ven amenazados. La ganader¶³a extensiva y la agricultura intensiva y tecni¯cada han cambiado dr¶ asticamente las condiciones del suelo en la planicie costera; el insumo de nutrientes y fertilizantes a las lagunas costeras ha ocasionado severos problemas de eutro¯caci¶on (sobreproducci¶ on de ¯toplancton), y los derrames industriales de toda ¶³ndole se siguen vertiendo sobre las aguas de los r¶³os y lagunas, intoxicando irremediablemente estos recursos. Por estas razones y a pesar de que en la actualidad se hacen varios intentos de resolver algunos problemas, que inclusive se han intensi¯cado a u ¶ltimas fechas, se di¯culta la implementaci¶on de algunos proyectos y programas para solucionarlos de una manera r¶ apida. Las alternativas Con base en lo anteriormente expuesto, se hace dif¶³cil plantear una soluci¶on a corto plazo para solucionar los problemas inherentes a la zona costera mexicana. Como se puede apreciar, los errores son muchos e hist¶ oricos; a¶ un el proyecto de realizar un ordenamiento de la zona costera mexicana a nivel nacional, se ve fuertemente limitado por las razones antes expuestas. Recientemente y por parte de las autoridades encargadas, se han difundido una serie de documentos generados por organizaciones internacionales como la FAO (Organizaci¶on de las Naciones Uni-

das para la Agricultura y la Alimentaci¶ on), PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) y otros, en donde los planteamientos si bien no dejan de ser interesantes, no son aplicables ni siquiera a un mediano plazo, al menos que haya un cambio radical en la pol¶³tica econ¶ omica de nuestro pa¶³s. Las dos preguntas b¶ asicas para implementar una pol¶³tica de manejo y ordenamiento en la zona costera mexicana ser¶³an: ² >Cu¶ ales ser¶³an las alternativas acuiculturales sustentables que no impliquen insertarse forzosamente en una econom¶³a de mercado? ² >Cu¶ al es la \capacidad de carga" de los sistemas costeros para llevar a cabo una plani¯caci¶ on correcta de su actividad acuicultural y pesquera? Todo parece indicar que la u ¶nica alternativa para revertir las tendencias es la de llevar a cabo una pol¶³tica de control estricto sobre el uso del agua, esto es, una pol¶³tica en donde se respeten las cuotas destinadas a todos los usos, y que no se utilice mayoritaria y excluyentemente en la agricultura como si ¶esta fuera la u ¶nica actividad productiva primaria que debe apoyarse, a¶ un en contra de otras actividades de igual importancia y en algunas ¶ areas inclusive mayor. Las experiencias en otros pa¶³ses desde capitalistas (Estados Unidos de Am¶erica), en desarrollo (Ecuador), hasta socialistas (Cuba), han demostrado que tiempo despu¶es de las alteraciones generadas por el mal manejo de cuencas hidrol¶ ogicas en aras de un crecimiento econ¶ omico, han tenido que reconstruir grandes extensiones de humedales costeros y reconducir el agua hacia sus cauces originales (Fig.5, p. 35). Par¶ ametros socioecon¶ omicos que necesitan ser considerados en el desarrollo de la acuicultura costera (Schmidt, 1982, citado por Barg, U. C., 1992).

² Es necesario determinar la costeabilidad social de la acuicultura costera. De acuerdo a varias experiencias, hay una necesidad de determinar y conocer la factibilidad social de esta actividad, sobre todo tomando en cuenta el adelanto considerable de desarrollo tecnol¶ ogico que han alcanzado algunos sistemas de acuicultura costera.

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² La expansi¶ on de mercados potenciales de exportaci¶ on para los productos provenientes de la acuicultura costera, y la presi¶ on econ¶ omica que este potencial crea para aumentar la producci¶ on. ² La fragilidad de las ¶ areas costeras y los efectos potenciales de una competencia incrementada por los recursos costeros, y ² La falta de preparaci¶ on institucional y administrativa para mediar y enfrentar a una competencia posiblemente desmedida. De lo anterior surgen tres preguntas b¶ asicas, que pueden ser relevantes cuando se consideran las circunstancias socioecon¶ omicas en ¶ areas donde existen o existir¶ an desarrollos de acuicultura costera:

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>Cu¶ ales son los par¶ ametros t¶ecnicos/econ¶ omicos para determinar la costeabilidad de la acuicultura costera? >Cu¶ ales son las necesidades actuales de la gente o de sus requerimientos para un mejoramiento estructural de sus comunidades? >Cu¶ al es el impacto potencial que resultar¶a de la innovaci¶ on de la acuicultura costera con respecto a esas necesidades y requerimientos? Burbridge et al (1988, citados por Barg, U. C., 1992), para la evaluaci¶ on de proyectos de acuicultura sugirieron resolver un cuestionario, que por la pertinencia de sus enunciados, se transcribe a continuaci¶ on: >Cu¶ al es el m¶etodo inicial de cultivo propuesto (especi¯que las razones de la selecci¶ on) estanques, jaulas, criaderos de fondo, corrales? >Estos m¶etodos se basar¶ an en producci¶ on extensiva y/o intensiva? Si la propuesta es para producci¶ on extensiva, >realmente ha sido explorado el mejoramiento de la acuicultura existente como una alternativa para soportar un aumento poblacional costero y un aumento de la producci¶ on pisc¶³cola?

F ig ura 5 . Siste ma de ta po s pa ra la c o se c ha de c a ma r¶o n e n e l e sta do de C hia pa s.

>Las ¶ areas requeridas, tanto la acu¶ atica como la terrestre, respetar¶ an la permanencia y salud de manglares, pantanos, tierras mareales, tierras cultivables u otros usos? >Ha sido estudiado el impacto en esas ¶ areas? >Es la ubicaci¶ on propuesta capaz de sostener una acuicultura a largo plazo?

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>El desarrollo afectar¶a a los recursos que son la base de otras actividades pesqueras? (por ejemplo, calidad del agua que in°uye en el manglar y/u otro h¶ abitat) >El desarrollo afectar¶a a los recursos que son la base de otras actividades terrestres? >El proyecto est¶a localizado en ¶areas propensas a desastres naturales, tales como ciclones, huracanes, o tormentas? >Est¶ a el ¶ area sujeta a desequilibrios generados por actividades humanas como contaminaci¶on industrial, poblacional, termal o de agricultura? Kapetsky et al (1987, citados por Barg, U. C., 1992), quienes trabajaron en programas de acuicultura en Costa Rica, a¯rman que las granjas camaron¶³colas deben situarse fuera de las ¶areas de manglar porque, entre otras cosas, los estanques construidos en tierras que fueron bosques de manglar tienden a acidi¯carse; adem¶ as los estanques vendr¶³an a ocupar sitios que originalmente representaba sitios de alevinaje (cr¶³as de organismos acu¶aticos) y reproducci¶ on para muchos organismos. La u ¶nica manera de justi¯car la conversi¶on de tierras de manglar por estanquer¶³a para cultivo es la del incremento real en su producci¶on, de hecho ¶esta puede ser incrementada de 100- 250 kg/ha/a~ no hasta 400, 1,000 o inclusive varios miles de kilogramos/ha/a~ no. Lo anterior puede lograrse con la fertilizaci¶ on de los estanques para incrementar el alimento natural, o por otra t¶ecnica que es la de proveer de alimentos balanceados al camar¶on. Sin embargo, el problema de la soluci¶on de la \intensi¯caci¶ on de la producci¶ on" es la tendencia a utilizar un mayor n¶ umero de larvas silvestres, con lo que se agudiza el decremento de larvas naturales y los ciclos de vida; por otro lado, la aplicaci¶on de \alta-tecnolog¶³a" va en contra de la mayor¶³a de la explotaci¶on tradicional de los pescadores, quienes usan m¶as los cultivos extensivos. Por otro lado Tomascik (1992, citado por Clark, 1996), recomend¶o para la acuicultura tropical los siguientes controles: ² Los a°uentes deben ser descargados lejos de h¶ abitats sensitivos. ² Los estanques deben ser situados en la parte posterior a los bosques de manglar. ² Deben establecerse normas ecol¶ogicas exigentes y de calidad para la protecci¶on del h¶abitat natural circundante a los estanques.

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² Mantener los patrones naturales de los °ujos super¯ciales acu¶ aticos. ² Asegurar el sitio id¶ oneo para la disposici¶ on de desperdicios de materiales extra¶³dos durante la excavaci¶ on en el proceso de construcci¶ on. ² Si no es posible una adecuada diluci¶ on y dispersi¶ on de los a°uentes acuiculturales, utilizar tratamientos biol¶ ogicos. ² Evitar el uso de sustancias t¶ oxicas tales como pesticidas organoclorados para la limpieza de los estanques. ² Evitar el uso de cualquier sustancia t¶ oxica como pesticidas, antibi¶ oticos y fertilizantes en ¶ areas de arrecifes coralinos. Los siguientes est¶ andares deber¶³an ser aplicados como condicionantes para cualquier proyecto acuicultural para proteger los h¶ abitats naturales circundantes de posibles impactos (Kittel, 1993, citado por Barg, U. C., 1992): Flujo de agua.- Un requerimiento espec¶³¯co es que el patr¶ on natural del °ujo super¯cial del agua (por ejemplo, los escurrimientos super¯ciales, la pleamar y bajamar), no deben ser interrumpidos. Se sugiere que, como una precondici¶ on, se lleven a cabo estudios b¶ asicos de los patrones de °ujo y re°ujo, am¶en de otros datos espec¶³¯cos tales como descargas de materia org¶ anica, niveles de nitr¶ ogeno en el agua, conteos de bacterias totales, todo esto en aguas adyacentes y la determinaci¶ on de especies presentes tanto en agua como en sedimentos. Se podr¶³an realizar balances hidrol¶ ogicos sencillos. Amortiguamiento de tierras h¶ umedas.- En ¶ areas de manglares, el sitio del proyecto debe ser ubicado detr¶ as del bosque. Cuando est¶en disponibles las areas de¯nidas como salitrales, ¶estas deben ser las ¶ preferidas como sitios para el cultivo, ya sea en t¶erminos de producci¶ on, como de protecci¶ on medioambiental. Generalmente, la producci¶ on y cosecha en estanques basados en salitrales son mayores que los construidos en tierras de manglar, donde las condiciones ¶ acidas prevalecen por mucho tiempo. Una zona de amortiguamiento vegetal amplia (m¶ as de 100 m) de bosque natural de manglar, debe ser dejada entre los estanques y el mar abierto. Este amortiguamiento permitir¶ a que los manglares contin¶ uen con su funci¶ on de h¶ abitat de muchos organismos acu¶ aticos. Adem¶ as, el mantener esta zona de amortiguamiento permite la vida de otros animales que dependen de la presencia de manglar (aves, monos, mam¶³feros, reptiles, etc.).

La acuicultura en las lagunas . . . F. Contreras E., O. Casta~ neda L., R. Torres A. y F. Guti¶errez M

Disposici¶ on de larvas.- Para la evaluaci¶on de la viabilidad o factibilidad de un proyecto de acuicultura, es estrictamente necesario y esencial conocer la disponibilidad natural de larvas (o \semillero"), ya sea como abastecedora del cultivo o como alimento para los organismos cultivables. La acuicultura a gran escala demanda enormes cantidades de larvas que podr¶³an sobrepasar el stock normal, reduciendo adem¶ as el reclutamiento vital para otras pesquer¶³as y generando otro tipo de problemas. Cuando exista la posibilidad, es preferible la producci¶ on de larvas en el laboratorio para satisfacer las necesidades de los cultivadores. Monitoreo.- El monitoreo en la operaci¶ on postconstrucci¶ on, puede ser usado para asegurar que los par¶ ametros han variado dentro de los l¶³mites establecidos y conocidos anteriormente a la obra. Para la evaluaci¶on administrativa de los proyectos acuiculturales, Kittel (1993, citado por Barg, U. C., 1992) sugiere los siguientes lineamientos: Congruencia con un plan maestro de manejo integral de zona costera (MIZC).- La aprobaci¶ on y desarrollo de los proyectos de acuicultura costera deben estar basados en un plan tipo MIZC, y en donde se identi¯quen los recursos y los posibles con°ictos que generar¶³a su implementaci¶on. El plan deber¶³a de incluir la protecci¶on a los h¶abitats costeros para garantizar la captura sustentable por parte de las pesquer¶³as, compartiendo con el turismo y manteniendo altos niveles en las funciones ecol¶ogicas y de la biodiversidad. Los proyectos que entren en con°icto con estos planes, no deben ser aprobados. E¯ciencia.- En sistemas acuiculturales bien manejados, es posible obtener rendimientos relativamente elevados por varios m¶etodos, ya sea incrementando los stocks y/o promoviendo los intercambios de agua a trav¶es de las °uctuaciones mareales o bombas de gran volumen. En estanques donde no se utilizan alimentos adicionales para incrementar la producci¶ on natural, pueden ser empleados fertilizantes org¶ anicos o inorg¶anicos. En cambio en lugares donde s¶³ se aplican alimentos adicionales, ¶estos deben ser cuidadosamente seleccionados. Se recomienda un estricto control de la conversi¶ on de alimentos, tanto para su optimizaci¶on como para evitar contaminaci¶on en ¶areas adyacentes a los estanques. Un anteproyecto de acuicultura deber¶³a indicar claramente el tipo de manejo que se piensa seguir o implementar. Intensi¯caci¶ on.- Debe darse preferencia a incrementar la e¯ciencia de los proyectos ya existentes en el area a la creaci¶on de nuevos. Los requerimientos ¶ para establecer nuevos proyectos deben demostrar,

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fehacientemente, que el sitio elegido es el id¶ oneo para una producci¶ on sustentable con un horizonte de plani¯caci¶ on de 20 a 50 a~ nos. Enfermedades y/o epidemias.- Representan uno de los problemas m¶ as comunes en la acuicultura, por lo que previamente a la instalaci¶ on y desarrollo del proyecto, ¶este deber¶ a contar con un plan de emergencia basado en un estricto monitoreo y control de varios par¶ ametros y que incluya facilidades para una posible cuarentena. Calidad del agua.- La acuicultura a peque~ na escala (cosechas por debajo de los 500 kg/ha/a~ no), con bajas densidades de organismos y m¶³nimo uso de alimentos arti¯ciales y sustancias qu¶³micas, tendr¶a un bajo potencial de contaminaci¶ on. Contrariamente, la acuicultura altamente tecni¯cada y a gran escala (cosechas por arriba de 2,000 kg/ha/a~ no), podr¶³a convertirse en fuente de posible contaminaci¶on, particularmente cuando el agua de desecho de los estanques se vierte directamente sobre lagunas, bah¶³as o ecosistemas que presentan una circulaci¶ on restringida. Los mayores contaminantes son las descargas org¶ anicas y los compuestos derivados de la degradaci¶ on del nitr¶ ogeno y el f¶ osforo, as¶³ como de las sustancias t¶ oxicas introducidas al cultivo. En este tipo de acuicultura es frecuente el uso de antibi¶oticos, suplementos vitam¶³nicos y sustancias qu¶³micas \limpiadoras", de aqu¶³ que los proponentes de la acuicultura intensiva deben de poseer la informaci¶ on completa y detallada de las cantidades de posibles contaminantes que se vayan a descargar, y sus probables efectos en la calidad del agua (en algunos pa¶³ses se exige el tratamiento de los e°uentes provenientes de esta actividad). Reconocer las pesquer¶³as tradicionales.- Se debe poner especial ¶enfasis en que los proyectos acuiculturales sean compatibles con los previamente existentes y las pesquer¶³as proyectadas, tanto en el mar como en la porci¶ on terrestre. Debe ser cuidadosamente estudiada la posibilidad de las alteraciones que podr¶³an ocasionar el desarrollo de acuicultura costera con los recursos pesqueros litorales, la aceptaci¶ on comercial al producto, as¶³ como su distribuci¶on y mercado. La expansi¶ on de la acuicultura costera debe estar limitada para evitar el detrimento de los recursos pesqueros litorales, incluyendo a las pesquer¶³as de menor escala y/o tradicionales. La selecci¶ on de sitios, m¶etodos y especies deben, obligatoriamente, considerar la opini¶ on de los pescadores y la demanda local de aquellas especies que no son capturadas por las pesquer¶³as tradicionales.

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Desarrollo local.- Los plani¯cadores de la acuicultura costera deben participar activamente en la formulaci¶ on e implementaci¶on de un manejo integral e intersectorial, que propicie el uso y aprovechamiento de las tierras aleda~ nas y el desarrollo de los recursos costeros simult¶ aneamente. La acuicultura costera debe ser compatible con la econom¶³a local para propiciar la integraci¶ on vertical y horizontal de los pobladores, ya que esta actividad puede llegar a incorporar varias actividades pre-existentes en el ¶area. En algunos pa¶³ses esta actividad ha reordenado la econom¶³a local haci¶endola alrededor de esta nueva alternativa productiva. Tomando como base que la acuicultura costera est¶ a dise~ nada en t¶erminos de desarrollo sustentable, un buen manejo de ¶esta trae como consecuencia un reordenamiento ecol¶ogico con controles estrictos para evitar la alteraci¶on de la ecolog¶³a local y frenar el desarrollo de otras alternativas nocivas para la conservaci¶ on de la °ora y fauna locales. Lo anterior fomenta y propicia el reacomodo en las pol¶³ticas locales y regionales para el desarrollo de las comunidades ribere~ nas, al demostrar que s¶³ es compatible un desarrollo comunitario sin da~ nar el medio ambiente. Bibliograf¶³a 1. Barg, U. C., 1992. Guidelines for the promotion of environmental management of coastal aquaculture development. FAO Fisheries Technical Paper No. 328. 122 p.

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4. Contreras E. F., O. Casta~ neda L., R. Torres A. y F. Guti¶errez M., 1997. Problem¶ atica sobre las lagunas costeras mexicanas II. Hidrolog¶³a y productividad primaria. Contactos 3a Epoca. 20: 5-12. 5. Klump, J. V. y C. S. Martens, 1981. Biochemical cycling in an organic-rich coastline marine basin 2. Nutrient sediment-water exchanges processes. Geochim. Cosmochim. Acta, 45: 101-121. 6. Likens, G. E. (ed), 1972. Nutrients and eutrophication. Limnol. Oceanogr. Pub. Esp. 1. 378 p. 7. Margalef, R., 1974. 953 p.

Ecolog¶³a.

Ed.

Omega.

8. Martens C. S., 1982. Biogeochemistry of organic-rich coastal lagoon sediment. Oceanologica Acta Vol. Special: 161-168. 9. Odum, H. T y B. J. Copeland, 1974. A functional classi¯cation of the coastal ecological systems. En: Odum, H. T., B. J. Copeland y E. A. McMahan (eds.). Coastal ecological systems of the United States I. Conserv. Found. Washington. NOAA. I: 5-84. SEMARNAP,1998. Anuario estad¶³stico de Pesca 1997. 241 p.

2. Barnes, R. S. K. (ed), 1980. Coastal lagoons. Cambridge -Studies in modern biology. Cambridge Univ. Pres. 106 p. 3. Clark, J. 1996. Coastal zone management. Handbook. CRC Pub. 694 p. cs

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