Kadoshim

K´doshim “Santos” Vayikra/ Y llamo/Levítico 19:1 – 20:27 Haftará: Amós 9:7-15; Ezequiel 20:2-20 Mt 5:33-37; 5:43-48; 15:1-11; 19:16-30; 22:33-40; Mr 7:1-23; 12:28-34; Lc 1:25-39; Ro 13:8-10; Gal 5:13-26; Yaakov 2:1-9; 1 Pd 1:13-21 INTRODUCCION. Hemos sido llamados a ser un Sacerdocio Real y una nación santa  (CF Ex 19:5,6; 1 Ped 2:9). Conocer la diferencia entre lo limpio y lo inmundo, lo santo y lo profano es algo imperativo. Esta enseñanza es para aquellos que son creyentes en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob y de aquellos que están aprendiendo a caminar en Sus caminos. Kedoshim está diseñado a llevar santidad en las vidas de aquellos que están respondiendo al llamado del Yahshúa, el Novio. Levíticos son las enseñanzas fundamentales que impulsan la experiencia de nuestro testimonio en Yahshúa y en Su Espíritu de vida. Ellas están diseñadas a darnos una vida máxima en Yahshúa. Nuestro deseo es hacerlo como Shaulo nos exhortaba en Fil 3:12-17: “No que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por  Yahshúa Ha Mashiaj. Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás (mi naturaleza pecaminosa)  y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de YAHWEH  en Yahshúa Ha Mashiaj. Así que todos los que somos perfectos, tengamos esta misma actitud; y si en algo tenéis una actitud distinta, eso también os lo revelará YAHWEH; sin embargo, continuemos viviendo según la misma norma (el mismo diseño) que hemos alcanzado. Hermanos, sed imitadores míos, y observad a los que andan según el ejemplo que tenéis en nosotros’. K´doshim. En Vayikra 19:2 esta escrito: Habla con la congregación completa de los hijos de Yisra'el; dile a ellos: 'Ustedes pueblo serán Kadoshim, porque Yo, YAHWEH, soy Kadosh. En las parashót anteriores de este libro, se han sucedido una variedad de mitzvot tendientes a preservar la ‫טהרה‬/tahará/pureza del pueblo , tomando siempre como referencia el Mishkán/Santuario. Las mitzvot del sefer Vayikrá referidas al Tabernáculo, los cohaním y a todo el ritual correspondiente dominan casi todo el libro. Pero en la parashá anterior la Toráh enunció las leyes que componen la moral básica del pueblo de Yisrael y que nuestros sabios engloban en el concepto genérico de haraiót/relaciones incestuosa. Ahora, en el capítulo 19, el pedido de la Toráh abarcará a todas las personas, todas las edades y todas las situaciones de la vida diaria. Es por eso que las mitzvot que componen esta categoría deberán ser expuestas ante todo el pueblo de Yisrael en forma directa y similar a la enunciación del Decálogo, en el que Yah manifestó su voluntad a través de la Toráh, frente a todo el pueblo de Yisrael. El pedido de Kedushá/consagración no está dirigido a un sector del pueblo, como el sacerdocio o la intelectualidad, sino a todos y a cada uno. Por eso algunos preceptos estarán enunciados en singular, y otros en plural queriendo manifestar la Toráh, a través de este estilo, que, si bien queda establecida una responsabilidad individual ante Yah por nuestras acciones, meritorias o negativas, es la sociedad la que deberá velar para que el sistema de mitzvot funcione

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armónicamente. Para que no exista una moral colectiva distinta de la moral individual, y viceversa. El resultado final de las acciones del individuo moral tiene que ser una sociedad también moral. Esta idea parece estar contenida en las palabras del Midrash, que dicen que la parashá de Kadoshím ha sido enunciada ‫בהקהל‬/behakhél/ante toda la congregación. En cuanto al alcance del concepto Kedusháh/consagración o santidad, hay diversas opiniones al respecto. Rashí, basado en el Midrásh Rabbá, dice que este concepto significa el alejamiento y separación de las relaciones sexuales prohibidas en particular, ya que en cada ocasión en que la Toráh prohibe estas relaciones, menciona el pedido de Kedusháh. Najmánides explica que, en realidad, el pedido de Kedusháh no hace referencia especial a tal o cual mitzvá, como piensa Rashí. La intención, es según Rambán, que la Toráh está introduciendo con estas palabras, una nueva dimensión en el concepto Mitzvot. Porque si fuéramos a entender el cumplimiento de las mitzvot en el concepto de Kedusháh, podríamos llegar a situaciones absurdas e insostenibles. Por ejemplo: si bien la Toráh prohibe comer determinados alimentos, la persona podría incurrir en excesos "de comida y bebida", ¡comiendo e ingiriendo las comidas y licores que son permitidos! Además, cada persona podría incurrir en excesos de otra índole en el campo de lo permitido, y llegaríamos a tener personas observantes que caerían en la categoría de hombres llamados Navál birshut hatoráh/el hombre vil o perverso con autorización de la Toráh. Es por eso que la Toráh, al enunciar el pedido Kedoshim Tihiú/ consagrados seréis, viene a cubrir aquella dimensión en el cumplimiento de las mitzvot, que no está enunciada explícitamente en el texto, pero que es la idea que da sentido al cumplimiento de las mitzvot, y evita la tergiversación lícita de la Toráh. Por tanto debemos tener moderación en todos nuestros hábitos; en la comida, la bebida, las palabras y el lenguaje. En síntesis, la capacidad de renunciamiento conduce a la moderación, y la moderación conducirá a la Kedusháh. Rambán nos recuerda también que ésta es la norma de la Toráh, pues tras prevenirnos de no incurrir en robo, hurto u opresión, así como otras prohibiciones, la Toráh nos pide en forma genérica y abarcativa: Vehasita haiashár vehatóv/y habrás de hacer lo recto y lo bueno, ante los ojos de Yah" (Dt 6:18). Según Rambán esto incluye el hacer lo correcto y lo bueno aun en aquellas áreas en las cuales la Toráh no se ha pronunciado explícitamente. Finalmente el hombre tiene que imitar a Yah. Y ésa es la intención de la Toráh cuando dice: "en pos de Yahweh vuestro Elohim habréis de encaminaros". Lo que quiere decir que el hombre tiene que imitar los atributos de Yah, como misericordia, amor, práctica de la bondad, entre otros. Así también en nuestro verso comenta el midrásh Torát Cohaním: si vosotros os consagráis, Yo os lo considero como si vosotros me hubiérais santificado a Mí". En Vayikra 19:3 esta escrito: Cada uno de ustedes reverenciará a su padre y a su madre, y ustedes guardarán mis Shabatot; Yo soy YAHWEH su Elohim. Existe un paralelismo entre la honra a los padres como el guardar Shabat, destacando la importancia de la horna a los padres de la manera como se guarda Shabat. Esta parashá contiene una prevención a todo Yisrael paro que sean moderados en sus costumbres y para que cada persona pueda profesar hacia sus progenitores una reverencia parecida a la que profesa al Creador. Y para que cada persona testimonie su fe en el Creador;

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que ha creado un mundo nuevo. Y es por eso que inmediatamente después de referirse a los padres, el verso nos pide la observación del Shabat. Ya que este día testifica la idea de la Creación de un mundo nuevo. La educación para la Kedusháh/consagración, debe iniciarse desde la más tierna infancia. Los padres, a través de su conducta, deben ser fuente de veneración y fe, pero todos, progenitores e hijos, deben estar armoniosamente unidos en su fe en Yah, Creador del universo. Los padres, a su vez, son creadores de vida -la vida de sus hijos-, y los hijos, a su vez, deberán transmitir el mensaje de vida y de fe que reciben de sus padres. El hecho de que la Toráh mencione en primer lugar a la madre, sería simplemente para compensar la mención en primer lugar, que la Toráh hace del padre en el Decálogo, cuando dice: "Honra a tu padre y a tu madre ... " (cf Ex 20:12). Lo que quiere decir que la Toráh no considera la preeminencia de un progenitor sobre otro, ya que la persona "debe su vida a tres -asociados-: Yah, su padre y su madre” La relación entre los dos componentes de este verso: la veneración a los padres, y la observancia del Shabat, sugiere que el valor de la observancia de este día, así como la de las otras mitzvot, está por encima de la veneración a los padres. Pues los padres mismos, también son personas que deben fidelidad a la Toráh, Por eso el verso recalca que "Yo Soy Yahweh vuestro Elohim", queriendo significar: todos -que incluye a los padres- deben honrarme. Por eso el hijo no tiene ninguna obligación de respetar las enseñanzas que lo hagan salirse del mundo de la Toráh. La veneracion incluye el no querer suplantar a los padres ni en actos, ni en palabras, ni tampoco contradecirlos con insolencia. Mientras que honrar o respetar implica la responsabilidad material de recurrir en ayuda práctica en momentos de necesidad de los padres. Tal vez no entendamos completamente el mandamiento, pero la obediencia es la que trae un torrente de bendiciones y revelaciones. La Justicia y la Fe vienen por obedecer las ‘Enseñanzas e Instrucciones, Su Torah.  Así mismo, el obedecer Sus Mandamientos es lo que trae consigo la santidad en nuestras vidas. Cuando obedecemos poniendo Su Palabra en práctica día a día, entonces estamos caminando en Su Reino. El Shabat no solamente son esas dos horas en las cuales se adora y se sigue una enseñanza congregados con los fieles, sino son las 24 horas de gozo!. Lo que nosotros hagamos en el día de Reposo/Shabat hará efecto en la unción por el resto de nuestros días y producirá impacto en toda nuestra familia. Podemos usar el tiempo que nos da para celebrarlo con El de manera sabia y con propósito, produciendo un fruto evidente que le glorifique a El. Esta afirmación " ... YO SOY YAHWEH VUESTRO ELOHIM", que se repite con cierta frecuencia en nuestra parashá, parece querer indicar que las mitzvot en general, y éstas en particular, deben ser cumplidas, no sólo por ser eventualmente normas universales de conducta, sino por ser el mandato Divino, por ejemplo, el Shabat no debe ser observado por contener un carácter social, sino más bien, porque este día ha sido consagrado y bendecido por Yah. Otras veces, los exégetas interpretan la aparición de esta mención especial "Yo Soy Yahweh vuestro Elohim" como queriendo decir que, si la persona quisiera fingir y asumir una conducta religiosa externa, que no sea la expresión genuina e íntima de su pensamiento, podrá lograrlo. Ya que Yah escudriña y conoce las intimidades del ser humano, y le retribuye de acuerdo a los pensamientos de su corazón. En palabras del salmista: Itén lejá kilbabeja vejól hatsatejá iemalé/El te retribuirá de acuerdo con lo que está en tu corazón; y todos tus anhelos El colmará" ( Cf Sal 20:5).

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En Vayikra 19:4 esta escrito: No se vuelvan a ídolos, y no fundan dioses de metal para ustedes; Yo soy YAHWEH su Elohim. Este verso viene a prohibir toda suerte de idolatría, ya sea en la práctica, o como actitud. mental. Rashí explica el riesgo del acercamiento gradual a la idolatría. Pues al principio la Toráh los llama ‫אלילים‬/Elilím, que deriva de la palabra ‫אל‬/Al/la nada. Mientras que después, la misma Toráh los denomina dioses, ya que la persona tiende a creer en la nada, adjudicándole contenidos mágicos e ilusorios. Cabe recalcar, a título de curiosidad llamativa, las palabras del autor de Minháh Beluláh: " ... «dioses de fundición» incluye a los dioses acuñados en las monedas y los cuales tienen numerosos adeptos que confían en ellos". Esta interpretación denomina "idólatra" al hombre que está al servicio del materialismo, depositando en los bienes materiales una suerte de "fe religiosa", que contraviene Los preceptos de la Toráh. En Vayikra 19:9,10 esta escrito: Cuando cosechen las plantaciones maduras producidas en su tierra, no cosechen hasta el último rincón de su campo, y no recojan las espigas de grano dejadas por los recogedores. Asimismo, no recojan las uvas dejadas en la vid o las que se caigan a tierra después de la cosecha; déjenlas para el pobre y el extranjero; Yo soy YAHWEH su Elohim Los versos 9 y 10 tratan de lo qué se suele llamar  ‫ מצוות שבין אדם לחברו‬/mitzvot sheben adám lahaveró, que son los preceptos que mejoran la vida y la relación social de los seres humanos. En realidad, los dos versos están enseñándonos un camino importante en lo que a la Tzedakáh/justicia social se refiere. No hay que humillar al hombre que recibe ayuda social para subsistir, pues en los casos enunciados en estos dos versículos notaremos que ni el dueño del campo o la vid (el donante) ni el pobre ni el extranjero (los ayudados) se verán mutuamente. Y éste es el grado más alto en la tzedakáh. En orden decreciente, éstos son los siete grados restantes: Aquél que da sin saber a quién, como tampoco sabe el que recibe de quién está recibiendo. Aquél que da sin hacer conocer su identidad, conociendo al destinatario de su ayuda. Aquél que da sin saber a quién, si bien el que recibe conoce la identidad del donante. Aquél que da antes de que se lo pidan. Aquél que da sólo cuando se lo piden. . Aquél que da menos de lo que debería, pero lo hace de manera afable.

Aquél que da con pesar y tristeza.

Este es un Resumen de la Parashá

Roé Efraín Hernández

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