Juntas escribimos nuestra historia. Ven a mi casa esta Navidad

Diciembre 2007 Juntas escribimos nuestra historia… CIUDAD DE PISCO∗: PORTAL DE BELÉN Ven a mi casa esta Navidad… Hna. Teresa de Jesús Vázquez, CCVI ...
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Diciembre 2007

Juntas escribimos nuestra historia…

CIUDAD DE PISCO∗: PORTAL DE BELÉN Ven a mi casa esta Navidad… Hna. Teresa de Jesús Vázquez, CCVI

“El ángel entró en su casa y la saludó diciendo: Alégrate llena de gracia…” (Lc 1, 27) María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá, entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel”. (Lc 1,39) “Al despertar, José hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado, llevó a María a su casa” (Mt 1, 24) “La Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros…” (Jn 1, 14)

La casa, lugar donde moramos es signo de refugio y protección, espacio de intimidad y relación. En esta navidad hermosos nacimientos adornarán nuestras casas para resaltar la solidaridad de nuestro Dios con la humanidad; el Rey de reyes nace en un sencillo portal. En agosto, cuatro meses antes de navidad, pudimos ver y tocar en nuestros hermanos y hermanas afectados por el terremoto de Pisco lo que significa no tener posada; las casitas provisionales construidas con algunas sencillas maderitas y plásticos, nos hablaron de la solidaridad entre vecinos,… nunca olvidaré el rostro sonriente de Martín, un joven catequista a quien conocí ayudando a clavar una habitación de los vecinos con la esperanza de tener una noche menos fría.

La reflexión que hemos hecho en preparación al Capítulo afinando nuestros sentidos para acercarnos al Portal de Belén, lugar donde Dios se hace presente, nos ha ayudado a reconocer que como congregación queremos ser los pastores y los magos de Oriente que tocaron el Misterio de Dios y palparon la vida divina que se revelaba en Belén. Hoy podemos reconocer en Pisco un ‘‘Belén’’, pero ¿Cuántos ‘‘Belenes’’ pasan desapercibidos a nuestros sentidos? Que el Capítulo General sea un momento de gracia para sabernos caminantes sedientas de la presencia de Dios en nuestra vida y nuestra historia.

El tema de la navidad está unido al tema de la solidaridad, así que sigamos abriendo nuestro corazón para que el Dios Vivo en las personas tenga posada en esta Navidad. ∗

Epicentro del mega terremoto que azotó el Sur Chico del Perú, a 150 Km al sur de la Ciudad de Lima el pasado 15 de agosto.

CAMINANDO COMO LOS DISCÍPULOS DE EMAÚS Para escuchar y estar con la gente... Hna. Pilar Neira, CCVI “Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús… conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y sucedió que mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se les acercó y siguió con ellos... Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron” (Lc. 24, 13 – 31ª)

Mi experiencia de haber estado con mis hermanos afectados por el terremoto en San Clemente, Pisco, ha sido de mucha ayuda en mi vida personal y en mi vida de fe. La realidad me exigió mucho silencio para encontrar al Dios que camina con un pueblo, que sufre desconcertado y que espera… Por eso en las mañanas mientras hacia mi oración me acompañaba una frase “Después del caos viene la vida” es lo que aprendí cuando estudiamos la espiritualidad de la Encarnación, y eso me daba esperanza, pero una esperanza habitada. Cuando llegamos mis ojos miraron mucha pérdida... como los discípulos de Emaús, mucho dolor y desconcierto, personas sin casa, sin comida, y sin familias. Pero, mi corazón sentía una Presencia muy fuerte de las personas que nos acompañaban en ese momento: religiosas, sacerdotes y laicos voluntarios. Sé que muchas veces faltaba una buena organización de la ayuda recibida en víveres, ropa y medicina; por lo tanto, se vivía día a día mucha inseguridad. Para mi la experiencia fue dejarme desarmar por lo que se vive en el hoy. Nosotras caminamos, visitamos varios pueblitos y asentamientos humanos para escuchar y estar con la gente, buscábamos que se sintieran acompañados. Allí pude sentir la invitación a quedarme con ellos en sus comedores populares, en sus casas, en sus vidas… con el simple hecho de sentarte, ser uno de ellos por un momento. Mis oídos escucharon muchas historias, en ellas había consolación y confianza “esto va a pasar”, decían. Mi gente es un pueblo valiente y su fuerza es su relación con su Dios y con su tierra. Otro signo muy fuerte ha sido la Comunión: muchas “ollas comunes” que se formaron por una necesidad se volvieron lugar de encuentro y comunión; comer de una sola olla nos hacía familia, nos hacía cercanos. Creo que allí se va creando nuevas relaciones, que en el futuro no sólo seremos vecinos, pasamos a ser hermanos y hermanas. En Pisco aprendí que la misión va más allá de nosotras, la misión no sólo es anuncio, sino es “presencia”, “testimonio”, afirmación de que Dios está vivo en medio de la muerte, del hambre, de la destrucción, de la desolación y de la desesperación. Para mí, la misión es el proceso de reconstrucción y de ayudar a que las personas sientan que empezar de nuevo es la oportunidad para tener una nueva comunidad, una nueva casa y ser personas que ayuden a otras a crecer en solidaridad.

EL ENCUENTRO CON DIOS EN LOS QUE SUFREN Profundidad para contemplar y reconocer...

Hna. Mary Luz Cayo, CCVI. Novicia Peruana

Antes de partir a esta hermosa tierra de San Clemente, Pisco, viví una semana de reflexión con el tema: “Mi encuentro con Dios en el sufrimiento”. Yo no entendía porque Dios me estaba hablando del sufrimiento, pero en el momento del envío de mi comunidad para la misión de Pisco, entendí para lo que Dios me había estado preparando. Quise llevar en mi corazón esta frase que me motivó y cuestionó mucho: “El sufrimiento es un misterio y el misterio sólo se contempla...”

Mis días de encuentro con Dios en el sufrimiento los pasé contemplando todo lo que veía, escuchaba, admiraba,… hasta lo que me desilusionaba; luego regresaba para contemplar la Palabra de Dios que me guiaba y me ayudaba a ESTAR y SER con el pueblo, con la gente y su medio ambiente, que sin decir palabras me hablaba de este tiempo de bajar con Jesús y detenerme en la llanura.

En este tiempo de detenerme pasaron muchas cosas profundas: heridas que marcaron en los corazones el dolor, la angustia y el miedo en medio del sufrimiento donde Jesús transformó nuestro dolor en fuerza de vida, a pasar de la superficialidad a la profundidad en las relaciones de amistad entre vecinos y como pueblo. A ser solidarios, a poner en práctica la justicia y, lo más importante, a reconocer a Dios como creador y dueño de nuestras vidas, aprendemos a vivir cada día esperando ser alimentados por la providencia de Dios.

Me siento agradecida con Jesús por detenerme en esa llanura con Él. Pero soy conciente que necesito experimentar cada día más y más la misericordia y la compasión de Dios, para así transmitir a otras personas el amor compasivo y misericordioso de Dios.

Llegó este momento del encuentro de Dios que sufre no sólo para el pueblo, sino para mí también. Me permitió entrar a la oración con más profundidad para contemplar y reconocer a mis nuevos hermanos y hermanas. Quise llorar en muchos momentos por todo lo que vi de sufrimiento en el pueblo y lo que nuestro gobierno no hace para apoyarlo, al menos no lo suficiente. Me hubiese gustado estar más tiempo en Pisco, pero comprendo que mi tiempo no es mío, sino es de Dios y así quiero mirar mi vida.

GENTE QUE ME ABRIÓ SU CORAZÓN Y SU CASA ¡Qué difícil es ver todo destruido!

Hna. Ana María Serna Tavarez, CCVI. Novicia Mexicana “Dichosos los que sufren, porque recibirán el consuelo”. (Mt. 5,5)

Para comenzar este pequeño relato vivencial quiero agradecer a Dios la oportunidad que me da de vivir y de poder compartir con ustedes parte de lo que soy y de lo que voy viviendo día con día, y a mi familia CCVI que me brinda los medios para conocer y fomentar mi vida y mi fe en el acontecer de cada experiencia. Una de estas oportunidades fue la de ir con la comunidad del Noviciado Internacional a apoyar el pueblo San Clemente, Pisco, lugar que fue azotado por el terremoto de Perú el 15 de agosto de este año. Al ir hacia San Clemente miraba cada paisaje: la playa con su brisa, la neblina que no dejaba ver nada; pasar por partes de desierto, lugares arenosos, montañas, pastos con sus animales y sus cultivos, lugares de palmeras y lagunas.... Me sorprendía como una misma carretera mostraba tanta diversidad de imágenes, las cuales me conducían hacia un lugar estratégico. Les comento esto porque me doy cuenta que la vida es así; cada momento es como un paisaje que nos va llevando hacia una meta y un encuentro. Conocí gente que me abrió su corazón y su casa destruidos por el terremoto y a pesar del dolor, me compartían sus riquezas humanas y lo que les había quedado. Y con qué gusto lo mostraban...vale la pena decir que conocí a un señor de nombre Andrés Mendoza un gran artista de Pisco. Visité gente enferma y apoyé a unos médicos cubanos, jugué con los niños y eso alivió mi corazón. Escuché historias trágicas del terremoto, miré tanta pobreza y hasta descubrí la historia de una zanja que la nombran la zanja del diablo y también la historia de una hacienda que ya está en ruinas pero, en su tiempo, dio vida y trabajo a la población del lugar: "todo es historia y vida". Estuve en la Iglesia de San Clemente, en Pisco, donde sólo quedaron las dos torres; todo se vino abajo. Me impresionó saber que cerca de doscientas personas murieron ahí dentro. Yo podía sentir impotencia, dolor y angustia de todo lo que vivió la gente, también me sorprendía ver a algunas personas indiferentes que solamente estaban ahí para mirar cómo había quedado el lugar y tomar fotos. Creo que a muchos nos falta ser más solidarios con nuestros hermanos y brindar una sonrisa aún en medio del dolor. ¿Qué le falta a mí corazón para ser más humano?: amor es la respuesta. Conocí al pueblo de Chincha, otro lugar que vivió los estragos del terremoto. ¡Qué difícil es ver todo destruido! Y así, muchas veces nosotros nos destruimos con nuestra forma de vida, pero lo importante es darnos cuenta que podemos levantarnos y reconstruirnos para ser mejores personas. Esta es mi experiencia, la cual me llevó a plantearme muchas preguntas a mi misma y ver qué estoy haciendo con mi vida y mi proceso vocacional. Por otra parte, estoy muy agradecida con Dios, con la comunidad y con todas las personas que permitieron este encuentro para estar con los hermanos y hermanas que más lo necesitan. Recordar que nadie es tan pobre que no pueda dar algo, ni nadie tan rico que no pueda recibirlo.

FORMACIÓN RELIGIOSA QUE PROMUEVE UNA CULTURA DE VIDA, DE PAZ, DE AMOR Y DE SOLIDARIDAD. Nuestra sorpresa... Hna. Hirayda Blácido Enríquez CCVI.

“Proponer a los jóvenes el encuentro con Jesucristo vivo que les garantiza la realización plena de su dignidad de ser humano…” (Aparecida # 446)

Hace cinco años, el pueblo de Huancané quedó perplejo al encontrar los cuerpos sin vida, de dos señoritas adolescentes, que se habían suicidado. Una de ellas había tenido una fuerte discusión con su padre. Ambas estaban asistiendo al programa de preparación para recibir el sacramento de la confirmación. La decisión de estas dos jóvenes puso en debate el tema del suicidio juvenil: fenómeno que viven algunos adolescentes quienes por diferentes razones terminan quitándose la vida. Lo mismo nos cuestionamos como Equipo Parroquial: ¿Cuál era el trasfondo de todo esto? Una hipótesis personal, como educadora inmersa en este campo, y después de haber acompañando a tres jóvenes que vivieron un intento de suicidio, era que las razones principales que conduce a estos jóvenes a una falsa salida, en la mayoría de los casos son: la falta de sentido en su vida, hogares desintegrados, la ausencia de un proyecto de vida, vacíos afectivos y una formación carente de un sustento ético, moral y religioso. Una hipótesis a priori es, que a pesar de que en la currícula de la educación formal en el Perú, hay un área para formar la personalidad del niño y del joven, ésta se estuviera omitiendo. Como Parroquia iniciamos una investigación para ver si mi hipótesis era real. Cuál fue nuestra sorpresa de constatar, que tenemos un bonito plan de educación, pero que en realidad se mutilan las áreas de mayor importancia en la formación de la personalidad del niño. Nuestro siguiente paso fue hacer un convenio con la UGEL (Unidad de Gestión Educativa Local) para ingresar a las escuelas. Nuestro trabajo fue con niños y niñas de 6 a 11 años de edad para incidir en una formación religiosa que promueva una cultura de vida, de paz, de amor y de solidaridad. Para llevar a cabo este proyecto, fue necesario formar catequistas. Les ofrecí mis conocimientos en pedagogía, formación religiosa, humana y espiritual a los jóvenes profesionales egresados(as) de los institutos pedagógicos quienes generosamente ofrecieron su tiempo y su vida. Además logramos que la UGEL les reconociera con una “Resolución de felicitación” por este aporte. A cinco años de impactar en este ámbito, he visto el cambio de conducta de los niños y niñas en su relación con Dios y en su convivencia con los demás. Algo que me impresionó el año pasado fue que de una de las escuelas vinieron unas niñas a visitarnos porque querían saber cómo vivían las hermanas. Una pequeña dijo que quería ser como nosotras para ayudar a los demás. Nuestro aporte en este campo es como la de un grano de mostaza. Pero, nuestra esperanza es que estamos sembrando semillas para que más adelante se cosechen sus frutos. Este año los niños y niñas de este proyecto se están preparando con sus cantos para el concurso de villancicos navideños.

UNA EXPERIENCIA DE NUESTRA HISTORIA, ESCRITA Y VIVIDA. Nuevos aprendizajes... Hna Juanita Albracht, CCVI

“Cada uno ha dejado su huella… cada uno ha sido parte de la continuidad del espíritu y la misión. Cada uno ha contribuido a cumplir el mandato de la Madre Pierre: La gloria debe ser dada a Dios, la utilidad a otros y las dificultades para nosotras”. (Promesas por cumplir, Vol. II)

Durante el mes de noviembre todas las hermanas de la Región, junto con algunas Asociadas del Verbo Encarnado, se reunieron en la Casa Regional para estudiar más profundamente el segundo volumen de la Historia Congregacional: “Promesas por Cumplir”, escrito por la Hna. Margaret Patrice Slattery.

La reunión de dos días estuvo llena de muchos nuevos aprendizajes; parecía que el volumen del libro “estaba vivo” Cuando las hermanas fueron presentando los hechos más resaltantes de nuestras instituciones CCVI, muchas agregaron sus propias experiencias personales a la narrativa histórica.

Cada hermana era responsable de presentar un capitulo específico del libro usando su creatividad, así comprometía la atención de todos los presentes.

Todas decían que los dos días fueron de mucha riqueza. Al principio de este año, las hermanas de la Región llevaron un proceso similar para el estudio del primer volumen de “Promesas por Cumplir”. Nuestro especial agradecimiento a la Hna. Margaret Patrice Slattery que pudo captar, recopilar y presentar nuestra historia y espíritu congregacional tan vivencialmente.

UN NUEVO CAMINO QUE MARCA MI VIDA. Corazón abierto para lo nuevo...

Hna. Gladys Limaymanta, CCVI Esta experiencia internacional está calando mi corazón. Me siento muy feliz de estar en el lugar donde nació la Congregación. Al salir de mi país y encontrar tanta diversidad: gente de diferentes países con sus propias maneras de vivir y de hablar, con su historia que voy conociendo poco a poco. He tenido muy presente como la Congregación respondió, hace muchos años, a una necesidad urgente en San Antonio Texas y como ahora sigue respondiendo. En estos momentos siento un gran privilegio de vivir este tiempo al lado de mis hermanas de la Provincia de Estados Unidos.

En este tiempo la familia congregacional ha crecido, muchas de mis hermanas son mayores de edad y pocas son jóvenes. Al ver a las hermanas mayores puedo sentir alegría y esperanza porque dieron su vida en servicio del Verbo Encarnado. Algunas están enfermas o por su edad tan avanzada, ya no están en actividad. Talvez ahora no hacen muchas cosas, pero su presencia me habla de una historia que me alegra el corazón. Pido al Verbo Encanado que me ayude a escucharlo en la vida diaria. Una hermana de mi comunidad, Cindy, un día me dijo: “el Verbo Encarnado te está pidiendo que estudies inglés”.Y yo, con cierta resistencia, le dije: “es verdad, que mi misión es aprender el inglés, aunque no me gusta estudiarlo; pero, si el Verbo Encarnado me lo está pidiendo, yo le obedezco”. Comprendo que tengo que morir a muchas cosas que me gustan y mantener mi corazón abierto para lo nuevo en mi vida.

Cada vez comprendo más que la comunicación en otro idioma es muy importante. En la comunidad del “Visitation House” he gozado de la multiculturalidad de mis hermanas: Yolanda es México-Americana, Cindy de San Antonio, Vicky Mexicana y Mirella peruana. Cuando estoy lejos de mi país siento que la comprensión y el aliento marca mucho la diferencia. Los detalles para compartir espontáneamente me hacen sentirme más libre para darme a conocer. Además, tenemos el privilegio de vivir con una madre soltera: Arlin y su niña Cristela. El programa de “Visitation House” es para madres solteras, la mayoría de ellas migrantes y sin hogar. Estoy viviendo con la gente que el Verbo Encarnado quiere que viva.

Cada vez que salgo por las calles, veo el cielo, las nubes y los árboles con sus hojas de diferentes colores, votando el fruto de las nueces, me maravillo con la belleza de la creación. Cuando tengo las nueces en mis manos siento mucha emoción, es como tener la vida puesta en mis manos, para vivirlo cada día con intensidad. Doy gracias al Verbo Encarnado por vivir esta experiencia internacional que está marcando mi proceso vocacional.

EXPERIENCIA DE UNA PROFESA TEMPORAL EN LA PROVINCIA DE LOS EE.UU. Un regalo ver...

Hna. Mirella Neira, CCVI Queridas Hermanas: quiero compartir con ustedes alguna s experiencias que me han dado mucha vida y alegría en este tiempo de mi experiencia en la Provincia de los EE.UU. Una de ellas fue visitar a nuestras hermanas mayores en el “Extended Care”. Fue una gran experiencia que me ayudó a valorar más su vida y su entrega a la Misión. Me ha dado mucha vida aunque de momento me disminuía energía. Conocí a muchas hermanas que son maestras y me compartieron sus experiencias; en ellas vi el rostro de Dios. Esto me ayudó a reafirmar mi decisión de ser maestra.

Creo que la experiencia que más me ha marcado fue acompañar a Sister Angélica en su lecho de muerte. Observe pasar a cada una de las hermanas para acompañarla y darle palabras de consuelo. Las escuché decir: “Eres una holy woman” (mujer santa). Se despedían de ella con tanto amor. Para mi era un regalo ver el otro lado de la muerte, ver como la hermana Angélica se transfiguraba cada vez que escuchaba a las hermanas. Me ayudó a reconciliarme con la muerte de mis seres queridos. Fue una experiencia para valorar la fraternidad de todas las hermanas.

Otra experiencia significativa, gracias a la invitación de la hermana Vicky Carmona, fue en las clases de Biblia con un grupo de mujeres, en el ministerio de la Hermanas de la Presentación de Maria. Junto con Vicky acompañamos a las Señoras todos los jueves por la tarde, ellas comparten sus vidas y reflexionamos entorno a la Palabra. Esto me ha llenado de alegría porque me permitió compartir algo de mí. Además, siendo el lugar muy pobre, me ayudó a ver otra realidad de San Antonio. Me sentí muy bien y le doy gracias a Dios por permitirme estar con ellas.

ME LLAMASTE A SERVIR Pretendo estar en su camino, servirle y ser testigo de su vida Hna. Katty Huánuco, CCVI. “Porque tú me has elegido desde siempre A proclamar tu verdad y tu amor, Me enseñaste el motivo de entregar el corazón, Y sabes que por ti y por tu pueblo mi vida daré.” (Jaime Montoya – SIEMBRA)

“Llegaste cuando menos te esperaba…” Con estas palabras quiero iniciar este pequeño artículo; su único fin es reflejar mi profunda gratitud a este Dios que me sorprende cada día y a ustedes que están siempre a mi lado, especialmente con sus oraciones. El Señor llegó a mi vida a sorprenderme de tal manera que me ha conquistado. Entró en mi vida y cautivó todo mi ser. Su mirada me llevó a buscarle. Al dejarme encontrar, descubrí que Él siempre estuvo ahí esperando a que yo le hablara. Me llevó por caminos que me implicaban aventura. Él supo encaminarme por sus sendas. Me envió por caminos muy difíciles de andar, pero siempre confió en mis fuerzas; pues, me enseñó a crecer y madurar. Ahora pretendo estar en su camino, servirle y ser testigo de su vida en Nazaret; hallarle en cada rostro indefenso y anunciarle por los pueblos con valor. Ese valor, que sólo Él es capaz de darme. Por el Reino, con gratuidad y en libertad me comprometo. Y le digo como María: “Yo te alabo, Señor, porque eres muy generoso conmigo y con la humanidad. Me lleno de profundo gozo por tu infinita misericordia. Felices somos, Señor, por ser tus predilectos, no como pensamos en este mundo, que a veces es tan complicado, estructurado donde todo se ve por el poder, sino, como Tú sabes elegir, como Tú honras y destinas. Tú me permites celebrar la vida y me haces capaz de contemplarla posible, posible para amar y entregarme a Ti en mis hermanos y hermanas. ¡Gracias por amarme, Señor!” En este día especial, 19 de diciembre del 2007, aquí en Lima, en San Juan de Lurigancho, ustedes estuvieron aquí... Y los amigos y amigas de nuestras capillas San Miguel Arcángel y San Carlos Borromeo, que una vez más me mostraron su cercanía y amor para conmigo y con la Congregación. Gracias a ellos y ellas, tuvimos una bellísima celebración: la sencillez, caridad y hospitalidad se transparentaron más que nunca. ¡Soy muy feliz! Muchas gracias a toda mi familia CCVI. Mi corazón esta envuelto de amor porque al contemplar a toda la gente que me acompañó con su presencia en la celebración de mi Primera Profesión, descubrí al Señor diciéndome: “tu familia son estos”. Ha crecido mi familia, hemos crecido juntos... ¡se ha ensanchado mi corazón!

Redacción: Hna. Teresa de Jesús Vázquez / Hna. Lourdes Gómez Traducción: Sarah Lennon /Hna. Rosaleen Harold Diseño: Hna. Katty Huánuco