Juan A. Sánchez Fernández (2012), La tesitura de La Celestina (Una aproximación), Praga, Universidad Carolina de Praga Karolinum, 221 p

Juan A. Sánchez Fernández (2012), La tesitura de La Celestina (Una aproximación), Praga, Universidad Carolina de Praga – Karolinum, 221 p. En las prim...
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Juan A. Sánchez Fernández (2012), La tesitura de La Celestina (Una aproximación), Praga, Universidad Carolina de Praga – Karolinum, 221 p. En las primeras líneas de la Presentación del libro reseñado, el autor declara su esperanza de que pueda servir de introducción al estudio del muy complejo texto de La Celestina para los estudiantes de hispánicas de la Universidad Carolina de Praga. Es una modestia encomiable que, sin embargo, en este caso, no tiene ninguna justificación. La tesitura es una introducción a La Celestina recomendable para cualquier interesado ávido de orientarse en el enigmático mundo de este monumento literario. Por supuesto, un solo volumen no puede aspirar a abarcar todos los temas, contextos y asuntos relacionados con la multifacética riqueza textual de La Celestina. Tan multifacética y tan estudiada en los últimos más de cien años que solamente familiarizarse con toda la bibliografía relacionada con el texto es misión que simplemente traspasa el tiempo de la vida de un mortal. Por estas obvias razones, el autor se vio obligado a hacer cierta selección de los temas a tratar diferenciando, a la vez, entre aquellos que explorará solamente en un nivel básico y los que serán tratados en todo detalle. El principio de la selección se rige en cierto modo por el hecho de que es el « entorno histórico y sociológico » del texto (p. 10) lo que le parece al autor más interesante y enriquecedor. Es una actitud muy providencial ya que este tipo de temas, a primera vista asociados con el texto sólo remotamente o aparentemente, aportan de hecho las claves fundamentales para la comprensión de toda la complejidad de la obra. Y así La tesitura nos propone sólidas bases para comprender cuestiones tales como la magia, la prostitución y el proxenetismo, los sentimientos antiseñoriales o el fenómeno de los bandos de allegados en la sociedad de la ciudad bajomedieval. Por ejemplo, en cuanto al tema últimamente mencionado, un muy explicativo análisis de las conocidas palabras de Melibea poco antes de suicidarse : « este grande estrépito de armas » (p. 190 y ss.), cambia totalmente la manera de interpretar el final de la obra. Lo que a primera vista puede pasar desapercibido a la atención del lector y lo que puede ser muy fácilmente dado como obvio en el contexto de la situación (aunque erróneamente como veremos), una vez explicado en el trasfondo sociohistórico del fenómeno de los bandos de parientes y allegados aparece en una perspectiva totalmente nueva. Si la interpretación más obvia del estrépito de armas nos sugiere una imagen de duelo general por la muerte del joven Calisto, el método de La tesitura nos deja descubrir horizontes totalmente nuevos. En el contexto de los conocimientos sobre los bandos de ciudadanos, inmediatamente entendemos que el estrépito tiene que ser naturalmente de armas, puesto que alude a la agrupación violenta de los familiares y allegados del bando al cual pertenecía también Calisto, los cuales, indignados, se acercarían a la casa de Melibea para vengar la muerte del joven. De esta manera, nos proporciona esta visión una nueva perspectiva para interpretar el evento crucial del final de la obra, es decir el suicidio de Melibea. Ahora sabemos que a los motivos de la frustración Echo des études romanes IX/2, 2013

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del amor roto y de la muerte de un ser querido tenemos que sumar también el motivo del miedo a las represalias de los vengadores del bando de Calisto. Con este ejemplo parece evidente que el principio escogido para la selección de temas es perfectamente legítimo y muy productivo. Enfoques de este tipo nos podrían abrir horizontes insospechados. Lo mismo podríamos decir de fenómenos como la sífilis, la peste (que aparecen en La tesitura) u otros como, por ejemplo, la gastronomía, que son componentes naturales de la vida cotidiana del autor, de sus personajes y también del lector modelo de la obra; asimismo pueden servir de referente de un sinfín de alusiones, metáforas, imágenes literarias, etc., que tenían que ser naturalmente comprensibles en el tiempo de la creación de la obra y que se nos escapan porque ya no podemos abarcar todos los pormenores de la vida española de finales del siglo XV. Sólo con un escudriñamiento meticuloso de todo el contexto posible, podemos intentar acercarnos con nuestra lectura interpretativa del texto a la de ellos. Y La tesitura de La Celestina pretende precisamente eso. En este sentido es el libro reseñado no solamente una cabal introducción a la obra clásica sino también un rico y figurado testimonio de aquellos tiempos, tan alejados de los nuestros. Si había lectores en el siglo XVI que leyeron el tratado sobre la moneda romana De asse et partibus ejus de Guillaume Budé como una pequeña historia de la vida y costumbres latinas in nuce, como se suele afirmar, sin hacer equiparaciones imposibles con el insigne estudioso francés, La tesitura de La Celestina también podría leerse como un insinuante cuadro de la vida española en los tiempos de la vieja alcahueta. Josef Prokop Juan A. Sánchez y Jaroslava Marešová, La cuestión autobiográfica en el Siglo de Oro, Praga, Facultad de Filosofía, 2013, 218 p. La monografía que reseñamos intenta responder a las cuestiones planteadas por la literatura autobiográfica y pseudoautobiográfica en el Siglo de Oro de la literatura española. En el primer artículo, los editores delimitan qué es la autobiografía y los problemas del género. Es evidente que sus raíces llegan hasta san Agustín y su primera expresión más propia son las Confesiones. No obstante, a pesar de eso, aludiendo al problema del canon, no podemos considerar este género como únicamente propio del mundo occidental, porque encontramos ejemplos incluso en el siglo diez en Japón, en una especie de autobiografías o diarios femeninos. Otro problema de este género es su relación con la vida real. Las teorías clásicas de Lejeune, de Molino o de Pope coinciden en lo fundamental: la autobiografía presenta el relato de una persona real, y por eso se puede comparar con los documentos históricos. Llegamos así al « pacto autobiográfico », especie de contrato firmado entre el escritor y el lector acerca de la realidad de lo contado. Sin embargo, otros críticos no creen que ese pacto pueda establecerse. El primero que comenzó a dudarlo fue Gusdorf. En realidad, toda autobiografía puede leerse como una ficción. Los lectores siempre tienen la oportunidad de desarrollar el relato. El texto siempre está vivo. Y al revés, la ficción puede leerse como - 92 -

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realidad: recordemos a don Quijote, que leyó los libros de caballerías como si contaran una realidad incontestable y por eso pretendió imitarlos. En definitiva, la autobiografía también tiene que responder a esta pregunta: ¿son las palabras del texto un reflejo real de los hechos? El segundo capítulo es de Juan Á. Sánchez y se refiere al contexto histórico. No fue una época tranquila: los comuneros, la rebelión de las Germanías, los moriscos, y, al final del periodo, el levantamiento en Portugal y en Cataluña. El autor se pregunta qué promovió el desarollo artístico de la autobiografía. Las causas las descubre no lejos de las fronteras españolas, en Italia. El humanismo trae una perspectiva personal en la percepción de la realidad, una mirada crítica. Sin embargo, paralelamente, la Reforma también busca una interiorización de lo religioso. Todo esto coincidió con el nacimiento del individualismo. Humanismo, Reforma de la Iglesia, descubrimientos ultramarinos, todo esto formó el mundo espiritual e intelectual del hombre que, en el siglo XVI, comienza a escribir autobiografías. En el capítulo siguiente, Jaroslava Kutová se dedica detalladamente a la autobiografía de los soldados durante el Siglo de Oro, autores a quienes les interesaba menos el valor literario que el testimonial. Se concentra en Jerónimo Pasamonte, Alonso de Contreras y el Duque de Estrada. Estudiándolos, pretende responder a la pregunta de ¿por qué los soldados querían escribir su historia? La respuesta, otra vez, está vinculada con el Renacimiento y el deseo de fama. Aunque, como ella misma dice, por otra parte estas Vidas no fueron casi nunca publicadas. Según Barchino Pérez, puede existir una doble motivación para escribirlas: la oficial, o sea, informar al lector, y la real, que es la causa económica. Puede que Contreras, concretamente, quisiera conseguir fama y respeto. Debemos referirnos también a la posibilidad de que Jerónimo de Pasamonte sea el Avellaneda del falso Quijote. Después, Carla Mizzau trata el tema de la autobiografía femenina en el Siglo de Oro. Es admirable en estas autoras cómo se enfrentaron con orgullo a las normas prescritas por la sociedad, tratando de cambiar, mediante la literatura, esa predeterminación. Culpable de esta situación de la mujer fue sobre todo la Iglesia y la Escritura sagrada, según la cual Eva se subordina a Adán y María a Jesús. La cultura femenina se desarrolló sobre todo en los conventos, donde entraban las hijas de la nobleza no por el deseo del conocimiento divino, sino más bien por la idea de la salvación personal e intelectual. Cuando escribían tenían que someterse a la voluntad de su confesor, que actuaba como corrector y supervisor del libro que estaba naciendo. A pesar de todo, las autoras convirtieron sus palabras en su confesión particular, desvelando así lo más interior de sus almas de manera instintiva y espontánea. Las palabras eran para ellas como un renacimiento, un refugio y un mundo donde podían expresar sus ideas libremente, porque en el mundo real su voz no podía oírse. Jaroslava Marešová nos lleva al mundo de los relatos de náufragos, que estaban en el Siglo de Oro en la cumbre de la popularidad, lo que queda confirmado por el hecho de que eran abundantemente editadas y traducidas. La autora se concentra en tres obras cruciales de este género Naufragios de Álvar Núñez Cabeza de Vaca, Relación de su naufragio de Maestre Juan y Relación - 93 -

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de la tormenta que padeció la Capitana Real de Sebastián de Crespo. En aquella época estas obras se leían como literatura factual. Lo sabemos porque la usaban los cronistas, como El Inca de Garcilaso de la Vega. El capítulo de Marešová sugiere la profundidad y extensión de las relaciones textuales dentro de este corpus. En realidad fundan una memoria con la que trabajarán después incluso los escritores del « boom ». Los náufragos describen la fauna y la flora americana en una prosa llena de emoción, porque creían que estaban viendo el paraíso perdido o la Atlántida mítica. El siguiente capítulo, también de J. A. Sánchez, trata una forma de pseudoautobiografía: la novela picaresca. Su autor trata de averiguar la genealogía del género aludiendo a un número enorme (novela de caballerías, erasmismo, lucianismo,...) de influencias del Lazarillo, que dio el impulso hacia la novela moderna, cuyo destino lo conduciría Don Quijote. Sin embargo, la cuestión es quién habla en el Lazarillo. ¿cómo es posible que Lázaro, analfabeto, mencione a Plinio? La respuesta que propone el autor es que no es Lázaro el que habla, sino el autor mismo. El trabajo de Jiří Holub busca los rasgos autobiográficos del Retrato de la Lozana andaluza, en los que el escritor, Delicado, juega con el lector y acaba convirtiéndose en personaje de su propia ficción, lo cual es un cambio inesperado y a la vez muy moderno. Por otra parte, es como si Lozana y Delicado fueran uno mismo: ambos provienen de Andalucía, son conversos o se contagian por la sífilis. Al final del artículo, Holub destaca la importancia del libro que debe pertenecer al canon de la literatura española. El último estudio de la monografía es de Josef Prokop, dedicado a la poesía del Siglo de Oro, concretamente a Garcilaso de la Vega. Qué hay de imitación y qué hay de personal en su obra es la cuestión que se trata. Es evidente que la aceptación de una sencilla transposición de la realidad en sus poemas sería tan cuestionable como en las autobiografías ya mencionadas. Por supuesto, Garcilaso expresa sus sentimientos a base de la técnica de la imitación, pero ¿quién sabe si no brotan de su interior más profundo y no se corresponden con los heredados de la tradición? ¿Qué es la realidad y qué ilusión? Todo relato del yo crea, en cierto modo, literariamente a ese yo. La monografía es seguramente una aportación importante en la cuestión de la autobiografía, ofreciendo a los estudiosos de la literatura hispánica una imagen enriquecedora de una época tan destacada como fue el Siglo de Oro. Los autores nos entreabren nuevas dimensiones del « mundo » de la literatura autobiográfica y proponen una guía para los que quisieran en el futuro profundizar en este tema. Tratan casi todas las corrientes destacadas de aquella época (la poesía, la literatura religiosa, la literatura de los viajes, etc.) y crean un panorama general de este género, aunque sin cerrar el tema porque es casi ilimitado (como toda la literatura). Espero que el libro deje la misma huella en otros apasionados de la literatura española que ha dejado en mí, para que se sumerjan en esta problemática y descubran nuevas posibilidades. Tereza Vítková - 94 -

ÉCHO DES ÉTUDES ROMANES Revue semestrielle de linguistique et littératures romanes

Publié par l’Institut d’études romanes de la Faculté des Lettres de l’Université de Bohême du Sud, České Budějovice

ISSN : 1801-0865 (Print) 1804-8358 (Online)

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Numéro du volume :

Vol. IX / Num. 2 2013