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Ap. Pedro Sanhueza B. www.casadepazinternacional.org

Inteligencia Espiritual Marcos 4: 24

En todas las áreas mi herencia es sobreabundancia. Dios va a hacer que nuestros lagares rebocen de mosto y nuestro corazón de paz; o sea abundancia hasta que rebalse, es la herencia para los hijos de Dios. Jesús dijo: "Las obras que yo hice vosotros las harán también". No dice los milagros que yo hice, sino las obras, porque la obra es algo natural. Lo que Jesús estaba diciendo era: "para ustedes lo sobrenatural será natural, lo milagroso será lo cotidiano". Cuando lees el libro de los Hechos te das cuenta que detrás de un milagro aparece otro, porque Dios quiere que lo sobrenatural sea natural. Sin embargo, tenemos que aprender a capturar esa sobreabundancia, porque cuando miras tu vida ves que tienes déficit ¿por qué? Cada vez que lees en la Biblia reino o reino de Dios eso es un método y cuando lees reino de los cielos, es un lugar. No hay que confundir reino de los cielos con reino o reino de Dios. Jesús dijo: "busca primero mi reino y su justicia, todo lo demás se le añadirá, se va a rebalsar". Si aprendemos el método divino, nuestra herencia vendrá a nosotros, por eso nos congregamos para aprender. Que no hayamos logrado lo que Dios nos prometió no significa que El es malo sino que todavía no sabemos determinadas cosas que necesitamos aprender.

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Dios nos promete que cuando busquemos primero el método divino todo lo demás vendrá a nuestra vida. Para conocer los principios divinos, siempre tienes que moverte en fe; todo principio que adquieras y uses de parte de Dios tienes que usarlo por fe. Me muevo por lo que creo, no por lo que siento u opino, por lo que me lastimaron, me dijeron o estoy enojado. Necesitamos entender cómo funciona la fe para comprender tres principios de Dios. Para que fe comience a fluir necesitamos cuidar nuestra manera de hablar. Hay palabras que restan fe, nuestra manera de hablar puede alimentar nuestra fe o restarle fuerza. Hay algunas malas palabras que son peores que todas las malas palabras juntas. Aquí van algunas: Intentar Lo voy a intentar", "voy a probar..." Toda vez que sueltas la palabra intentar perdiste fe; porque si vas a intentarlo te va a ir mal. Tienes que determinarte y hablar "lo voy a hacer", entonces te va a ir bien, porque lo "voy a hacer" son palabras cargadas de fe. Imagínate si Jesús hubiese dicho: "voy a intentar nacer de María, para intentar caminar en santidad, para intentar morir, para intentar resucitar, para intentar darles poder". No, Jesús dijo: "Estoy determinado, asegurado, en convicción, de que voy a venir, a morir, a resucitar y todo aquel que cree en mí, aunque esté muerto vivirá. Las llaves del infierno se las daré, nadie te podrá hacer frente". Jesús estaba convencido. Esperar "Estoy esperando". "Esperando en El". Esperar no sirve, porque no es una palabra de acción:"espero que mañana sea mejor", "espero que mi matrimonio se sane", "espero que suceda algo lindo". No.

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Fe dice: "yo voy a hacer que las cosas sucedan; no dice "Voy a esperar a ver que pasa", fe dice: "Voy a hacer que lo que no es, sea; que lo que no está, venga; que los milagros aparezcan". Lo voy a hacer. "Esperar en el Señor" significa que siempre tienes que hacer algo, mientras estas esperando que El intervenga tienes que hacer algo, porque Dios puede hacer todo pero no hace todo. Hay una parte que nos corresponde a nosotros. Si esperas, te va ir mal porque es una palabra negativa para el mundo de la fe. Tienes que decir: "yo voy a hacer que las cosas sucedan", "estoy determinado alcanzar mi cosecha". Pero "voy a servir al Señor, pero..."; "Me gustaría servir al Señor, pero... no tengo tiempo -significa que no va a hacer nada-. El "pero" siempre anula la frase anterior. Deseo "yo lo deseo" Seguír esperando porque deseo no es una palabra del mundo de fe, no es una palabra de acción. Fe se mueve con certeza. Hebreos 11:1 "Fe es certeza de lo que se espera". Tener fe es tener certeza, seguridad, determinación, afirmación de lo que estás esperando; es la convicción de lo que no se ve. Fe es certeza y convicción. Necesitas moverte en certeza. Cuando un cristiano un día cree y al otro día no cree, es porque no tiene certeza. Porque certeza es decir: "yo sé, que sé, que sé, que Dios me va a bendecir abundantemente". Certeza: seguridad, convicción. Te dicen: "Oye, pero tu estás mal" Si, pero yo tengo fe-quiere decir que Dios suplirá todas mis necesidades-. "Pero estas enfermo" pero yo sé que por las llagas de Cristo soy sano, porque no me muevo por lo que siento o por lo que me dicen, me muevo por lo que creo. "Yo sé, estoy seguro, convencido, que lo que Dios me prometió, me lo dará. Eso es fe y Dios no se mueve por necesidad sino se mueve por fe".

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FE es la certeza, la seguridad, la convicción de lo que se espera, porque la fe se pone en algo que se espera; es algo que no está pero que lo estas esperando. Hay gente que me pregunta cómo hago para estar motivado; yo siempre estoy motivado. Cuando tienes motivo estas motivado; es el motivo el que me mantiene motivado, yo estoy seguro de qué es lo que motiva - el motivo que espero me viene-, me va a venir sí o sí, eso es fe. Sí o sí, mi familia estará en Cristo. Eso es fe. Sí o sí, Dios me dará prosperidad. Eso es fe. El Señor me dijo que no tenemos que juntarnos con gente que nivela para abajo, porque nos tira la fe para abajo. Motivo gigante es una automotivación gigante. Lo más poderoso que puede tener un ser humano es un motivo, algo grande que está esperando. "Yo estoy esperando cosas grandes y sé que vienen en el Nombre del Señor, tengo la certeza y la convicción que será en el nombre de Jesús. Cuando tienes motivos grandes, pusiste en tu futuro un imán poderoso que te absorbe, o sea te levantas cada mañana porque el futuro te absorbe; el motivo que está delante tuyo es tan grande, poderoso y ungido que te mantiene vivo. Y mantiene tu fe en desarrollo. Ciclo de la abundancia Tres fases para meterse en el ciclo: SEMBRAR, CRECER, COSECHAR Esa es una ley natural que refleja el mundo espiritual. Siembro y no espero que a los diez minutos la semilla crezca, no hay manera; tengo que esperar, dice el Señor, unos duermen, otros trabajan pero todos esperamos el crecimiento y cuando se da ese crecimiento viene la tercera fase que es cosechar. Mi futuro está en mi semilla. Tienes que aprender a dar, a sembrar: en lo físico, en lo emocional y en lo espiritual. Tienes que aprender que todo lo que tienes es una semilla y te fue dada para sembrarla.

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Nunca entrarás en el ciclo de la cosecha si no eres un sembrador. Si no siembras afecto, si no siembras en lo espiritual, aun en lo económico, si no siembras en lo afectivo. Hay gente que dice: "yo no cosecho nada". Es porque no sembraste nada, porque todo lo que se te fue dado lo retienes. Hay una semilla que es para comer, pero hay una semilla que es para sembrar; si te comes la semilla para sembrar no vas a recoger nada. Dios le dio a Adán y Eva todos los árboles del huerto, y ese era el diezmo para Dios, porque El quería que aprendieran a dar. Siembra el futuro; está en tu semilla. La semilla que te comes se perdió, por eso tienes que aprender a dar. Dios siempre trata con los dadores, se mueve con los dadores; cuando leas la Biblia descubrirás que todos los hombres de Dios que cosecharon, lo hicieron porque dieron en lo físico, en lo afectivo y en lo espiritual. Dios siempre trata con los dadores. Puede venir tu invierno, pero cosecharás en invierno porque sembraste en otoño; y cosecharás en primavera porque sembraste en invierno; y cosecharás en otoño porque sembraste en verano. Si en cada estación de tu vida siempre estás sembrando, siempre vas a tener cosecha. El problema es que no se nos enseñó que el futuro estaba en la semilla. ¿Cómo puedo vivir una vida extra ordinaria?. Extraordinario es algo que se agrega a lo ordinario, a algo común. Una comida es algo ordinario, pero si le pongo una florcita, eso es un "extra", o sea extraordinario. Una alabanza es levantar la mano y cantarle al Señor, pero un "extra" sería levantar las dos manos y mandarle un beso; entonces lo ordinario se hizo extraordinario.

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Por eso Jesús dijo: "si te piden una milla anda dos", porque no eres un ordinario, eres una persona extraordinaria. Dios nos va a dar extraordinariamente. El Señor nos hace "más que vencedores". Vencedor es alguien que ganó, porque Dios siempre te dará el extra. Nos dará "más abundantemente de lo que pedimos y esperamos". Y dice que si nos unimos a El, daremos más fruto; porque Dios siempre da más, porque es un Dios extraordinario. Progresión o crecimiento. Cuando siembres -en lo físico, en lo afectivo, en lo espiritual, en lo económico- tienes que saber que ya entraste en la segunda fase, en la fase de crecimiento y es acá donde el enemigo nos ataca, porque es la fase donde no vemos. Es como cuando quedaste embarazada, no veías nada pero el médico te dijo: "ya está, la semilla prendió, las dos semillas prendieron" y en esa espera Satanás te ataca. Mucha gente se desanima en la segunda fase del ciclo, "¿qué pasa? ¿Pasan los años, y...todo lo que hiciste?" ¿Y dónde está? ¿El milagro donde está, la sanidad? Comienzas a desesperarte porque Satanás te marca el tiempo y él lo hace porque tiene los días contados, por eso se mueve por tiempos, pero Dios no se mueve por tiempos, Dios es eterno, El dijo "te bendeciré y serás bendición", pero Satanás como tiene las horas contadas antes que sea metido en prisión perpetua en el infierno, sabe que le queda poco tiempo y te lo marca a ti. En la fase de progresión, de crecimiento, donde la semilla está en crecimiento, tenemos que hacer varias cosas: 1. Sigo adelante. Pablo en Gálatas dice: Sembramos y si no desmayamos, cosecharemos. Si sembraste, cosechas; pero no desmayes porque si desmayas antes, no vas a cosechar. Si tienes un proyecto, pero desmayaste, no cosechas, y no es porque Dios falló sino porque desmayaste.

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Nuestro lema tiene que ser: sigo adelante, nada me detiene, sigo avanzando; creo en mi cosecha; nada serio, grandioso y duradero se hace con prisa. Por eso todavía no vemos muchas cosechas, porque están creciendo en el mundo espiritual. No voy a desmayar para poder ver la cosecha de lo que Dios me prometió. "Duda de la duda". Cuando te venga una duda, cuando Satanás venga y te diga que "no pasa nada", dísele: "Y tu ¿por qué dices que no pasa nada?" Ásele dudar al diablo de la duda que él te pone. No nos movemos por lo que vemos sino por lo que creemos. Seguí adelante, no desmayes que lo vas a ver porque la Biblia dice que "lo que sembramos cosecharemos, si no desmayamos". 2- Me mantengo en gozo. Aunque no veas la cosecha es porque está creciendo en el mundo espiritual, pero hay otra cosecha que ya te creció, que no es la que estás esperando pero te está confirmando que viene pronto. Dices: -"¿Qué pasa que no prospero?" No prosperas, pero tu cabeza está sana, porque antes eras una loca que no te quería ni el diablo. Cosechaste en tu mente. -Sí, pero todavía no estoy sano ". Pero tu hijo se convirtió, disfruta esa cosecha; tu esposo recibió al Señor; ahora puedes alabar antes no lo podías hacer. ¿Eso no es una cosecha? -"En mi casa hay problemas". Sí, pero tienes paz, prosperaste. A Elías lo alimentaban los cuervos y bebía del arroyo, vino el Señor y le dijo: "Vete del arroyo, ve a la casa de la viuda porque yo he dado la orden que te sostenga". Elías cuando llega a la casa, le pide de comer. Vamos a estar orando y en el espíritu Dios nos va a llevara distintos lugares. El profeta me dijo: "viajarás en cuarta dimensión, tu espíritu estará antes de tu cuerpo". Yo esa palabra la tomé, yo oro mucho en lenguas, no sé por quien oro pero sé que por alguien estoy orando, y

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"vienen días, dice el Señor, donde sembraremos oración y otros cosecharán abundancia". La viuda le dijo, "no tengo nada para darte, sólo un pedazo de torta y nos morimos con mi hijo" Pregunta: ¿No dijo Dios dos versículos atrás que le había dado la orden? Si la viuda se quería morir, ¿qué orden le dio? Elías le dijo: "Dame primero a mí". La mujer le dio y vino la cosecha. Vienen días donde Dios va a dar la orden en el mundo espiritual sobre gente que ni ellos van a saber que recibieron la orden en su espíritu; su mente no lo sabrá pero su espíritu funcionará con la orden que Dios ya le dio para darnos bendición. 3. Me organizo Cuando estamos viendo el crecimiento tenemos que organizarnos, para que cuando venga la cosecha sepamos qué hacer. Hay gente que le viene la cosecha y no sabe qué hacer. Nos estamos preparando para que cuando venga la cosecha podamos discipular bien a la gente, amarla, respetarla, ungirla, cuidarla. Tienes que saber esto: mientras la cosecha está viniendo no tienes que estar esperando sentado en la silla, tienes que estar organizándote, si no tienes agenda cómprala. Dios me enseñó que a veces la cosecha está esperando porque necesitamos organizarnos. Nos empezamos a organizar así, porque necesitamos movernos con los horarios exactos, es efectivo, y para lo que vendrá tenemos que estar organizados. Prepárate, organízate, porque vienen días donde la cosecha será abundante, pero te va a encontrar organizado, sano y bendecido y podrás administrar en el poder del Señor. 3. Cosechar. Cosechar es un tiempo de gozo, es algo maravilloso, porque la cosecha siempre será abundante.

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Jesús dice que para entrar en el ciclo tenemos que tener dos cosas: semilla y hoz en la mano para cosechar. La hoz es el arma para cosechar, porque hay gente que le vino la cosecha pero no la saben tomar y si no tomas la cosecha se pudre. La hoz significa trabajar intensamente en el tiempo de la cosecha, porque es el momento en que más hay que trabajar. Cuando tengas que hacer cambios no los hagas en momentos de crisis, siempre áselo en el momento de mayor bendición, porque cuando estás en bendición tu mente fluye fácil, todo lo que haces te sale bien. Pero cuando estás en crisis y tomas grandes decisiones en la fase numero dos, donde estás esperando que crezca la semilla, tomas malas decisiones. Cosecha significa empezar a trabajar y cuidar lo recibido. Salomón dijo: "Dormir en el tiempo de cosecha es ser hijo de vergüenza" Y hay gente que Dios los está sanando, está prosperando, están viendo gente convertirse, te están usando en el liderazgo y antes no te usaban ni de discípulos, ahora servís para liderar, para imprimir tu unción y tu espíritu y que tengas hijos espirituales. A veces, cuando viene la cosecha bajamos los brazos para disfrutarla. Le pregunto a un hermano: ¿Qué pasó que no viniste a la reunión? "Dios me prosperó, me compré un coche nuevo y me fui a pasear" No! Ahora es cuando más tienes que venir, porque esa es la cosecha y en este tiempo no hay que sentarse a disfrutar solamente, hay que trabajar para seguir cosechando. Estamos en un tiempo de cosecha, ganando gente, haciendo conexiones, sembrando la palabra, no es tiempo de bajar los brazos a nivel espiritual, tienes que tener la hoz en la mano, inspirarte en los grandes cosechadores. Jesús contó una parábola: "había un amo que tenía un mayordomo infiel que le robaba y se dio cuenta, entonces le dijo que lo iba a echar" (Lucas 16) El mayordomo infiel pensó: trabajar más no quiero, pedir me da vergüenza, entonces llamó a todos los que le habían comprado a su amo y les rebajó las deudas que habían contraído con

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él y pensó que cuando éste lo echara visitaría a los deudores a quienes les había rebajado la deuda y les daría trabajo. Cuando el amo se enteró se sorprendió de la viveza del mayordomo. No es que Jesús alabó al mayordomo infiel, fue el amo lo alabó. Jesús dijo "Los hijos de las tinieblas son más sagaces". Porque el mayordomo planificó su futuro, y Jesús dijo: "si un hijo del diablo sabe planificar su futuro cuánto más ustedes que Yo soy su futuro". Si los hijos de las tinieblas saben planificar maliciosamente cuánto más ustedes que me tienen a Mí. Pero nosotros ¿qué hacemos? ¿Qué planificaste? No sé, gloria a Dios, Dios sabe. El proveerá. Empieza a planificar, escribí tus metas, lleva un cuaderno de tus sueños, anota las revelaciones, inspirare en los grandes. Hay ministerios que se han caído por no haber planificado nada, no saben planificar en finanzas y tienen deudas colosales y no saben cómo cubrirlas. Esa semilla no prospera porque sembraste en mala tierra, en una tierra que no sabe planificar, porque si hubiesen sabido planificar no les hubiera dejado deuda. Tienes que saber muy bien donde siembras tu semilla, nunca siembres en tierra desordenada; tienes que planificar y empezar a pensar, Dios nos puede cambiar los planes, claro que sí, pero voy a ordenar: qué quiero llegar, adónde voy a llegar, adonde quiero ir. Hoy le hablas a la gente y le preguntas qué quiere lograr en cinco años y te dice: "no sé, bueno, veremos", y vamos como ovejas sin pastor, pero el Señor dijo: "Si este incrédulo, endemoniado, malicioso planificó su futuro con maldad, cuánto más ustedes pueden planificar su futuro". En nuestro futuro hay cosecha, porque en nuestro presente hay cosecha, en nuestro pasado hay cosecha. Las tres fases, sembrar, crecer y cosechar se dan simultáneamente en el que entra en el ciclo. Empiezas a sembrar en lo físico, en lo emocional, en lo espiritual, al otro día sigues sembrando, a la semana

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siguiente sigues sembrando, al otro mes mientras estás sembrando te creció una cosecha que sembraste hace dos meses. Tomás la hoz y cosechas, y mientras cosechas no te comas toda la cosecha, porque en la cosecha está la semilla de tu próxima cosecha, entonces sigues sembrando y de la cosecha que estás cosechando Dios te dice "te creció la otra cosecha". Y de lo que cosechas sigues sembrando y tu vida es sembrar, ver crecer y cosechar. Esa es la abundancia. Entra en ese ciclo, levanta tus manos y adora al Señor, toma las semillas en una mano, y en la otra toma la hoz, significa el trabajo, el esfuerzo, la fe, la firmeza. Tómala en la otra mano y Dios te dice "reino crecerá como una semilla". Siembra y mientras estas viéndola crecer motívate, gózate, celebra porque viene la cosecha y será sobreabundante, yo te daré más de lo que esperas, te daré hasta que tus manos no puedan retener, te daré abundantemente y de esa cosecha volverás a sembrar, y mientras siembras, de la cosecha habrá otra cosecha crecida y tu vida será sembrando y cosechando, ese es el tiempo de la iglesia, ese es el método del reino, esa es la unción divina, no hay nada mágico, no es necesario ser un genio, es sencillamente sembrar y cosechar. Dice el Señor: "pueblo mío, prepara tus corazones porque te daré más de lo que has pedido, te daré más fruto del que has soñado, mis pastos crecerán pero en el crecimiento, aunque de lejos parezca poco cuando te acerques será abundancia, te daré para tu izquierda y para tu derecha, nunca te detengas, no te frenes, planifica tu futuro, ordena tu vida, porque vienen días que nos gozaremos, porque cuanto me has bendecido yo te bendeciré a ti por cuanto me has honrado, yo te honraré a ti, esposa y amada mía, mi iglesia, te amo de mi corazón, te parí con la sangre de la cruz de mi hijo y por eso te cuidaré, caminaremos juntos, seremos una sociedad, yo haré lo que tu no puedas y tu harás lo que yo no puedo hacer y juntos cosecharemos, y dice el Señor nos gozaremos. Vienen días que el que siembra alcanzará al que cosecha porque Dios va a unir siembra y cosecha simultáneamente así que gózate, ya hay cosecha a tu alrededor pero no te quedes quieto, sigue sembrando, sigue adelante. "Sigue adelante, no desmayes, reprende a Satanás, viene un avivamiento, viene

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prosperidad, viene sanidad divina, no desmayes, hay semilla y una voz de autoridad". Eso es lo que me gusta de Jesús que hasta un nene lo entiende. Estos principios son para todos: sembrar, ver crecer y cosechar. Y sobre todo fe, certeza, que lo que espero viene a mi.