Informe sobre la Libertad de Prensa en el Meta

Informe sobre la Libertad de Prensa en el Meta Villavicencio es una ciudad que crece rápido. A finales de 2011, la entrada de los llanos orientales c...
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Informe sobre la Libertad de Prensa en el Meta

Villavicencio es una ciudad que crece rápido. A finales de 2011, la entrada de los llanos orientales cuenta con una población de 407.977 habitantes, de los cuales aproximadamente 80 mil son desplazados (1) que han huido de la violencia que azota al país desde hace más de 5 décadas. Por si fuera poco, esta ciudad concentra una de las mayores poblaciones de desmovilizados en el país y es un punto de encuentro imprescindible para diversas células de grupos ilegales, y antiguos campesinos en busca de un mejor futuro en una ciudad que vive del turismo, y que difícilmente puede presentar empleos para todos estos nuevos habitantes. En 2011, la tasa de desempleo ronda los 14.6 por ciento en Villavicencio, dos puntos por encima de la media nacional (2). Sin embargo los llanos son ricos en ganado, cultivo de biocombustibles, caucho, madera y recursos naturales, y recursos naturales como la minería. En la región, las regalías del petróleo principalmente concentradas en los municipios de Puerto Gaitán, Puerto López y Apiay, en el noreste del departamento, cumulan más de 955 mil 767 millones de pesos al año (3) y hacen de este territorio un campo fértil para disputas entre los sindicatos, los pobladores, el estado y los actores ilegales; llámense FARC, o Bacrims. En ciertos municipios tales como Vistahermosa, Granada, Puertos Lleras o Mapiripán, la fuerza de estos grupos es tal que los periódicos, y sobre todo las emisoras locales que son la principal fuente de información en la región han decidido vedar por completo el tema, y autocensurarse para evitar cualquier intervención externa dentro de su quehacer periodístico. Fuentes cercanas a la FLIP aseguran que los grupos ilegales FARC y ERPAC han desarrollado alianzas en la región, principalmente en el centro y en el suroriente del Meta para facilitar el cultivo de la coca, y vigilar su traslado y distribución en las rutas de ambos grupos criminales en el segundo departamento con mayor producción de cocaína del país (4). Otro de los impactos que ha producido la modificación de la distribución de las regalías del petróleo en la región es el aumento del presupuesto atribuido a los rubros de publicidad en las alcaldías y en la gobernación. A tal punto que hoy en día, 90 por ciento de los medios (5) viven de la pauta que distribuyen estas dos entidades en conjunto. A través de contratos adjudicados con una discutible transparencia a los periodistas que decidan apoyar al alcalde o al gobernador, algunos periodistas se han visto forzados a transmitir boletines diarios de dichas entidades, e incluso en ocasiones a rendir informes de los trabajos efectuados en pro de las instituciones del estado, y de sus gobernantes en turno, limitando así el poder de decisión de los medios sobre sus propios contenidos y el límite entre información periodística y propaganda política. En ocasiones deben resaltarse también algunas malas prácticas de periodistas que comercializan la información “Son pocos periodistas los que se reparten la rosca en la región, y que impiden que otros medios tengan acceso a mayores ingresos. Los integrantes de este pequeño grupo son 10 o 12 mal llamados periodistas que se aprovechan de su posición y no informan correctamente a la población” comenta Héctor Gómez, director del Periódico del Meta.

Una sola amenaza directa ha sido registrada en contra de un periodista del Meta este año, mientras que las demás agresiones son principalmente debidas a rivalidades políticas o enemistades personales que contraen los periodistas con políticos locales. “No es raro de hecho que un periodista después de cierto tiempo y fama se lance a la política, a un consejo o una alcaldía” menciona Sandra Rodríguez, jefe de prensa de la alcaldía de Villavicencio.” En este contexto, la región que ha registrado el mayor índice de violaciones a la libertad de prensa (6) durante los últimos procesos electorales parece ser un prototipo de lo que podría volverse la censura instaurada en los próximos años, en toda Colombia.

La Violencia como forma de censura.

“Desde hace varios años existe un especie de pacto tácito entre los periodistas de la región para no tocar temas relacionados con los grupos ilegales” comenta en entrevista el mayor Benavides, jefe de inteligencia de la policía del Meta. En los llanos, la dominación de ciertos grupos armados, en especial las Farc y el Erpac han borrado por completo algunos temas de la agenda informativa de los medios locales y, cuando no suceden tragedias mayores, de los nacionales. Los municipios con mayor presencia de estos grupos son Puerto Rico, Puerto Lleras, Puerto Concordia y Vistahermosa. Pese al aumento de la violencia en zonas urbanas como Villavicencio, las agresiones directas a periodistas han disminuido paulatinamente en los últimos años hasta alcanzar un mínimo de una sola amenaza en contra de un periodista en 2011. Recientemente sin embargo, han aparecido nuevos temas que por sus relaciones con estos grupos se encuentran también silenciados en la prensa local, tales como el despojo de tierras ligadas a la agroindustria y el desplazamiento y desaparición de las comunidades indígenas de la zona, como los nukak maku o los sikuani según declaraciones de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Una de las pocas periodistas que se había atrevido a mencionar estos temas es Elizabeth Pérez, quien se encuentra en estos momentos exiliada del Meta debido entre otros las amenazas que ha recibido presuntamente por grupos armados, y por investigar temas de corrupción de funcionarios en la región. “El periodismo del Meta ha sufrido un duro golpe con la partida de Elizabeth, es un mensaje enviado a los otros periodistas que ha hecho que ya casi nadie investigue estos casos” confirmar Eduardo González, defensor del pueblo regional. En el periódico El llano 7 días, quizá el medio de prensa más influyente en la región, patrocinado por El Tiempo de Bogotá se puede notar un cambio estructural en donde han disminuido la presencia de denuncia, opiniones e investigaciones a favor de contenidos más ligeros y una importante presencia de la publicidad que afectan el acceso de la población a una información de calidad. Estos cambios coinciden con la partida de Elizabeth Pérez, pero se han dado sobre todo

en aras de poder competir con periódicos más sensacionalistas que han hecho una repentina aparición en el Llano, cooptando gran parte del antiguo publico de Llano 7 días. Según Leticia Forer, directora del Llano 7 días, “el cambio es debido a una dinámica global, en concordancia con los cambios en la región y acorde a una modificación de los diseños a nivel mundial. El periódico prioriza ahora temas de la región pero da espacio también a temas nacionales y mundiales, con mayor agilidad para que se pueda leer más rápido y con más color. Cambio el empaquetamiento pero no el contenido, la opinión que era antes una página entera, cuando el periódico se publicaba cada tres días se ha transformado en columnas distribuidas a lo largo del periódico que ahora es diario” añade Leticia Forer, quien admite que se ha reducido el espacio dedicado a la investigación en el diario. “Si abordamos temas de nota roja pero de manera totalmente diferente de los diarios sensacionalistas, sin las fotos escandalosas que ellos emplean” concluye.

La Autocensura como producto de la pauta oficial.

“La autocensura es una constante en casi todos los medios del Llano, los noticieros se dedican a poner la voz de los funcionarios y leer boletines” comenta en entrevista telefónica Elizabeth Pérez. “Me he censurado y me han censurado”, aúna, “pero en general yo he tenido bastante libertad para abordar los temas que he querido en Llano 7 días; sin embargo con el cambio de enfoque se han perdido espacios como la portada en la que se intentaban investigaciones más profundas. Sé que varios de mis colegas no abordan los temas más difíciles no por cobardía, sino porque tienen familias que mantener y se ven obligados a trabajar con publirreportajes. Evaden los temas más graves de la región en función de un supuesto periodismo positivo, como le llaman los medios independientes, que yo nombrarías más bien como medios de un solo dueño, que en nada son independientes” concluye la periodista. “Los periodistas atacan a los candidatos en campaña para obtener más pauta” afirma el coronel Germán Ayala, jefe de prensa de Gobernación, “los atacan cuando necesitan plata, y los alaban cuando llega la pauta”. “De hecho, los comunicadores que han apoyado a los candidatos electos se están alistando para gobernar durante cuatro años” añade Sandra Rodríguez, jefe de prensa de la alcaldía de Villavicencio, quien admite haber tenido problemas con el gremio periodístico a la hora de pedirles informes sobre las publicaciones oficiales. En el Meta, la mayoría de los 280 periodistas censados en los periódicos y sobre todo en las emisoras de radio, el medio más escuchado en la región, viven de la pauta oficial atribuida por dos instituciones: las alcaldías y la gobernación. En contraparte, las instituciones exigen a los periodistas la difusión de boletines y comunicados que regularmente se confunden con la información periodística diaria y que son obligaciones contractuales. Sin embargo, las sanciones administrativas en caso de incumplimiento del contrato no son el único peligro que cierne a los

periodistas que no cumplan con los requisitos de las entidades de gobierno, ya que la falta de transparencia en la adjudicación de contratos facilita la repartición de la pauta a favor o en contra de los periodistas que se posicionen políticamente, o que investiguen temas relacionados con la corrupción de funcionaros y la adjudicación de contratos en la región. “El periodista que quiera subsistir tiene que hablar bien de los candidatos en turno” admite María Isabel Barragán, docente de la universidad Uniminuto y colaboradora de Semana.com en el Meta. Pocos son los que logran conservar un equilibrio y publicar al mismo tiempo informaciones que puedan afectar a la alcaldía o la gobernación, y obtener recursos publicitarios provenientes de estas instituciones. Este turbio límite entre la participación política y la información meramente periodística ha sido un terreno fértil para el desarrollo de malas prácticas periodísticas en el meta. Varias denuncias se han presentado en contra de los “mal llamados periodistas” como los nombra Héctor Gómez, algunos periodistas que aprovechan su posición para agredir verbalmente a sus enemigos personales o lanzar acusaciones sin fundamento, sin confirmación de fuentes, y sobre todo sin que les importe las consecuencias que pueden acarrear sus actos. “En el municipio de Catumar se dio el caso de un periodista que acusó a un señor de violar su sobrina, al poco tiempo se armó una turba que casi lincha al señor quien tuvo que ser rescatado por la policía local, hasta que quedó demostrado con exámenes físicos y sicológicos posteriores que la niña en cuestión nunca había sido tocada” comenta la delegada en derechos humanos de la personaría de Villavicencio, Adriana Frías Navas, a modo de ejemplo. “No hay periodistas de investigación en la región, solo periodistas de política, y son de hecho muy pocos los que controlan y se reparten la publicidad oficial a expensas de los otros medios, y sobre todo de la ciudadanía” concluye. La entrada en vigor del acto legislativo 5 de 2011, por el cual se constituye el sistema nacional de regalías, se modifican los artículos 360 y 361 de la constitución política; y del decreto 4326 del 11 de noviembre de 2011, en el cual se modifica el artículo 10 de la Ley 1474 conocida como estatuto anti corrupción (7) se presentan en este contexto como un verdadero terremoto en el reparto publicitario de la región. En gobernación por ejemplo, el presupuesto 2010 de 2000 millones de pesos dispuestos en el rubro de difusión se verá recortado a 250 millones de pesos para el año entrante, de los cuales 50 se emplearan en el mantenimiento de la emisora de radio oficial (8). Para el Coronel Ayala, “las radios deberán bajar las cuotas de arrendamiento para periodistas […] y aun así, algunos se quedaran sin pauta el año entrante”. Para la periodista Elizabeth Pérez, este mal podría participar de una mejora del periodismo en la región, en la medida en que varios medios se verán obligados a encontrar recursos por fuera de las pautas oficiales y podrán así diversificar el abanico de sus ingresos y disponer de una mayor libertad en el manejo de la información.

Diagnóstico y recomendaciones. Al igual que el resto de los “territorios en postconflicto”, el Meta se está presentando como un prototipo de las nuevas formas de censura que parecen emerger a lo ancho del país, como consecuencia de los cambios sociales y políticos que se vienen desarrollando en Colombia. Pese al aumento la violencia cotidiana en las grandes urbes de la región, ha disminuido el número de agresiones directas a periodistas por parte de actores armados, y sobre todo ha crecido exponencialmente el índice de autocensura, mucho más difícil de detectar. En el Meta, ciertos temas se encuentran vedados por temor a represalias de los actores armados, y otros no se tocan porque los medios dependen de la pauta oficial que les puede ser retirada sin mayor explicación, en caso de investigar temas como la corrupción de funcionarios, o la adjudicación de contratos en la región. Este círculo vicioso es quizá el terreno más fértil para el desarrollo de malas prácticas periodísticas, y a través de ello para la limitación del acceso de la población a una información honesta y de calidad, ambos cimientos de la democracia.

En este contexto, la FLIP recomienda: 1. fomentar talleres de herramientas para periodismo investigativo y buenas prácticas periodísticas en el Meta. 2. Consolidar un gremio periodístico más fuerte que pueda servir de garante de las condiciones laborales de los periodistas, la distribución de la pauta y las buenas prácticas. 3. Formar redes de apoyo para la difusión de información sobre zonas conflictivas, redes que sirvan para apoyar los medios regionales más pequeños. 4. Solicitar al nuevo gobernador Alan Jara, que establezca una reglamentación clara y transparente para la distribución de la pauta oficial.

Fuentes: (1) Según

Información de la gobernación del Meta

(2) (3) Información

disponible en el Departamento Administrativo Nacional de Estadística

(4)

Informe Indepaz “V Informe sobre el narcoparamilitarismo en 2010”

(5)

Según información de la Alcaldía de Villavicencio

(6) Informe

de la Fundación para la Libertad de Prensa” Informe Sobre Libertad de Prensa Durante El Proceso Electoral Local de 2011” (7)

Acto legislativo 5 de 2011 y decreto 4326 del 11 de noviembre de 2011

(8) Según

información de la Gobernación del Meta