INFORME DE PERCEPCIONES Y CREENCIAS SOBRE LA VIOLENCIA EN LAS RELACIONES DE PAREJA

25 DE NOVIEMBRE DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER INFORME DE PERCEPCIONES Y CREENCIAS SOBRE LA VIOLENCIA EN LAS REL...
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25 DE NOVIEMBRE DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

INFORME DE PERCEPCIONES Y CREENCIAS SOBRE LA VIOLENCIA EN LAS RELACIONES DE PAREJA

CÓRDOBA, NOVIEMBRE DE 2015

INFORME DE PERCEPCIONES Y CREENCIAS SOBRE LA VIOLENCIA EN LAS RELACIONES DE PAREJA

Defensor del Pueblo de la Provincia de Córdoba MARIO DECARA

Instituto de Género y Promoción de la Igualdad Directora PATRICIA CALANDÍN

Portada: Xul Solar, "Tu y Yo", Acuarela sobre papel, 1923 - Museo Xul Solar

Instituto de Género y Promoción de la Igualdad: Subdirectora: Lic. Nicolás, Paola Cardozo, Melisa Ferreyra, Alicia Gatti, Penélope Romero, Germán

Colaboraron: Ávila, Brenda Bazán, Pablo Galoppo, Martín Konic, Belén Muurinen, Elisa Välimaa, Marja Vargas, Yamila Silvestrin, Luz

ÍNDICE Introducción

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Consideraciones metodológicas

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La percepción sobre la violencia en las relaciones de pareja

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Apreciaciones finales

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INTRODUCCIÓN

El Defensor del Pueblo de la Provincia de Córdoba, promotor y vigía de los Derechos Humanos, crea el Instituto de Género y Promoción de la Igualdad, con la mirada puesta en las desigualdades y discriminaciones que se dan en las relaciones humanas. Desde allí impulsa, estudios e investigaciones que aborden las problemáticas actuales y la búsqueda por instalar en agenda los temas de preocupación social y de vulneración de derechos. La expresión de la violencia de género, sus causas, las manifestaciones y ámbitos en que se desarrolla, son

diversas

tema central de

preocupación estatal y social.

Desde el año 1981 organizaciones y movimientos a favor de los derechos de las mujeres conmemoran el 25 de noviembre como el día de lucha contra el flagelo mundial de la violencia hacia mujeres y niñas, en recuerdo del terrible asesinato de las tres hermanas Mirabal, sucedido en República Dominicana por órdenes del dictador Rafael L. Trujillo. En 1999 la Asamblea General de Naciones Unidas declaró el 25 de noviembre “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, con la intención de visibilizar esta problemática e invitar a los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil a trabajar en el marco de la sensibilización y la toma de conciencia sobre la violencia hacia las mujeres. En junio de 2015, en Argentina, se llevó a cabo la Campaña “#Ni una menos”, que convocó y sumó a gran parte de la población nacional, buscando poner en evidencia la urgencia social que se vive en materia de violencia hacia las mujeres y dar una mirada comprometida hacia la cruel realidad de femicidios en la provincia y en el país. La violencia hacia las mujeres es una expresión de las desigualdades históricas entre hombres y mujeres; desigualdades que se constituyen a partir de relaciones de poder y dominación, donde prima el abuso, el sometimiento, la invisibilización, la supremacía de lo masculino sobre lo femenino. Es una grave

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violación a los Derechos Humanos y está presente en la población sin distinción de clase social. Argentina ha dado avances legislativos de importancia al otorgar rango constitucional a la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer – CEDAW (C.N. Art 75 inc. 22) y al adherir a la Convención de Belem Do Pará, ambos instrumentos internacionales de derechos humanos de las mujeres. Esta última conceptualiza la violencia contra la mujer como “cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”. A su vez la Ley Nacional 26.485, sancionada en cumplimiento de los compromisos contraídos en ambas convenciones, distingue los diferentes tipos de violencia: física, psicológica, sexual, económica y simbólica; también menciona los ámbitos o modalidades en donde pueden tener lugar las situaciones de violencia haciendo alusión a: violencia

doméstica,

violencia

institucional,

violencia

laboral,

violencia

obstétrica y violencia mediática. En este marco, desde el Instituto de Género y Promoción de la Igualdad se realiza el presente sondeo de opinión pública, con el objetivo de recoger información sobre opiniones, creencias

y actitudes de la población de la

Ciudad de Córdoba en relación a la violencia de género; y en particular, indagar y hacer visibles, la persistencia de ciertos mitos sociales de género que pueden legitimar y naturalizar las expresiones de violencia hacia las mujeres. Detectar en qué grado la sociedad sostiene estos mitos resulta primordial para tener un diagnóstico que contribuya a diseñar políticas públicas que tengan como fin eliminar la violencia de género y profundizar la igualdad entre hombres y mujeres.

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CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS

El sondeo de opinión pública se realizó entre los días 3 y 7 de noviembre del 2015 a una muestra aleatoria de 400 personas de ambos sexos, de 18 años y más, ubicados en diferentes espacios públicos de la Ciudad de Córdoba. Para la definición de la muestra se tuvo en consideración la siguiente información:  Población: mayor de 18 años de la Ciudad de Córdoba, según Censo Nacional del año 2010: 952.418 personas  Muestra: 400 personas  Margen de error: 5%  Nivel de confianza: 95%  Metodología: Cuantitativa  Técnica de recolección de datos: Encuesta estructurada  Localización de encuestados: Plaza San Martín, Terminal de Ómnibus, Mercado Sud, Plaza Vélez Sarsfield, Patio Olmos, peatonales. Los 400 casos fueron segmentados de acuerdo a criterios de sexo y rango etario. A continuación los porcentajes de dichos segmentos.

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LA PERCEPCIÓN SOBRE LA VIOLENCIA EN LAS RELACIONES DE PAREJA ¿Qué percepción general tienen los cordobeses respecto a la violencia doméstica? La violencia doméstica es una de las manifestaciones de la violencia de género, y es la principal causa de femicidios en nuestro país. La Ley 26.485 de “Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales”, conceptualiza la violencia doméstica como: aquella ejercida contra las mujeres por un integrante del grupo familiar, independientemente del espacio físico donde ésta ocurra, que dañe la dignidad, el bienestar, la integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, la libertad, comprendiendo la libertad reproductiva y el derecho al pleno desarrollo de las mujeres. Se entiende por grupo familiar el originado en el parentesco sea por consanguinidad o por afinidad, el matrimonio, las uniones de hecho y las parejas o noviazgos. Incluye las relaciones vigentes o finalizadas, no siendo requisito la convivencia.

La encuesta buscó indagar la percepción sobre la violencia, o el grado de tolerancia hacia la violencia en contra de la mujer, por parte de sus parejas o ex parejas. Para la formulación de la pregunta se tuvo en cuenta que, en el actual proceso de visibilización, por efecto de numerosas campañas y la injerencia de los medios, hablar de “violencia” acarrea socialmente connotaciones negativas y por lo tanto puede generar una respuesta de rechazo o lo que se conoce como “conducta socialmente esperada”. Las respuestas a la pregunta serán entonces el grado de tolerancia de la población, hacia una conducta inequívocamente asociada a la violencia y que el hombre ejerce en el seno de las relaciones de pareja hacia la mujer.

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Un 78% sostiene que se trata de un comportamiento totalmente inaceptable la violencia por parte del hombre hacia su pareja o ex pareja. No obstante el 15% sostiene que es algo inevitable que siempre ha existido, y un 6,5% expresa que es aceptable en algunas circunstancias.

Son las mujeres las que más perciben que la violencia del hombre hacia su pareja es totalmente inaceptable, mientras que son los varones los que más consideran que es aceptable en algunas circunstancias. La aceptación o no de dicho comportamiento, es una valoración moral sobre las relaciones de género en la pareja. Los resultados permiten inferir que los varones, en mayor medida que las mujeres, encuentran razones, argumentos, condiciones que justifican el ejercicio de la violencia en la pareja.

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Conformidad con mitos sobre violencia de género Los mitos sobre la violencia de género son creencias generalmente falsas, pero que son sostenidas por la sociedad en forma amplia y persistente. Están sustentadas en modelos de varón, de mujer y de relaciones entre ambos con desigualdad, inequidad y discriminación. Su principal efecto es minimizar, negar, legitimar y naturalizar las violencias hacia las mujeres. Para indagar sobre la conformidad que sostiene la población cordobesa en torno a estos mitos, se seleccionaron algunas frases vinculadas a los maltratadores, a las maltratadas, a la gravedad del problema, entre otros. En términos generales se observa:  Vigencia de representaciones, ideas, subjetividades ligadas a mitos sobre violencia de género. La permanencia de estos sentidos obstaculiza la visibilización de la problemática de la violencia de género como tal, a la vez que favorece un contexto para su reproducción y naturalización.  A su vez también se aprecia que ciertos mitos reúnen porcentajes que permiten distinguir un avance en la deslegitimación de algunas causas históricamente asociadas 7

a la violencia, como es la cuestión de clase o el acceso a la educación.  Es preciso remarcar que los porcentajes que evidencia la categoría “ni de acuerdo ni en desacuerdo” podrían considerarse en el marco de la conformidad con el mito, en tanto no hay convicción para posicionarse respecto a la idea sobre la que se consulta.

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Casi la mitad de la población encuestada, el 47,8%, encuentra a la mujer “culpable” de la situación de violencia por permanecer con el maltratador. Esta percepción deja entrever el largo camino que hay por recorrer en nuestra sociedad para derribar creencias y estereotipos que invisibilizan la entidad de la violencia de género. “Salir” de una situación de violencia representa uno de los momentos más complejos de la problemática, en tanto demanda una serie de habilidades y fortalezas que suelen ser las mismas que la violencia vulnera (autonomía, autoestima, red de afectos, entre muchos otros). Esto último dificulta el movimiento que supone romper el círculo de la violencia. Llama la atención que esta idea de culpabilizar a la mujer, es sostenida en similar proporción por hombres (50,3%) y mujeres (45,3%). En igual sentido, ligada a la mujer víctima de violencia “culpable de su situación”, está la idea de que ella “provoca” la realidad que vive. Este planteo reúne un 18,5% de aceptación, en tanto que un 17% de la población encuestada no se expresa en conformidad o en desacuerdo con esta posición, lo cual podría ampliar el margen de personas que justifican que la mujer vive violencia porque la provoca. A su vez, creer que este tema refiere a un asunto privado donde no hay que involucrarse, es otra noción que contribuye a depositar la responsabilidad sobre la problemática en una persona y no, por ejemplo, en la necesidad de políticas de prevención, contención o asistencia. Casi un 25% de la población encuestada está de acuerdo con la asociación de la violencia a un tema del ámbito privado. En este pensamiento también puede tener injerencia el modelo de abordaje dado por el Estado al problema. Históricamente, los problemas de salud mental y las adicciones aparecían en el imaginario social como causas de la violencia que terminaban justificándola. Pese a los avances en demostrar que la violencia no es una enfermedad mental, en el imaginario popular siguen presente estas justificaciones de la violencia del varón hacia la mujer. El sondeo revela que el 38,5% aún hace referencia al varón que ejerce violencia como “loco”, o un 28,5 % como adicto a drogas o alcohol, lo cual podría mostrar un avance en términos de visibilización de la violencia como problemática que no tiene justificación pero, es importante resaltar que en 9

ambos casos, si se considera también a quienes no están de acuerdo ni en desacuerdo, es decir, no se han posicionado rotundamente en el rechazo a esta justificación, casi la mitad de la población justificaría la violencia del maltratador en patologías mentales y conductas adictivas. Además, en términos generales, no hay mayores diferencias según el sexo de los encuestados, ya que varones (38,1%) y mujeres (38,9%) sostienen esta creencia. La experiencia de sentir o no sentir celos no es lo que se pone en cuestión, sino la objetivación de esa experiencia en una acción violenta que puede ser de control, de manipulación, chantaje, etc. En las relaciones de pareja suele asociarse a los celos con expresión de amor, interés o cuidado, favoreciendo así la naturalización de acciones violentas en nombre del amor. Los datos muestran que, si bien un 50,3% de la población encuestada no está de acuerdo con la tolerancia de los celos por amor, aún un 34,5% sí está de acuerdo, mientras que, un 15,2% no rechaza esta idea. Un 64% de las personas encuestadas no cree que la violencia física sea más grave que la violencia psicológica, lo que podría evidenciar un avance en la identificación de las diversas expresiones de la violencia que no se circunscriben al “golpe” o a los daños a la integridad física únicamente. Asimismo, es preciso mencionar la escasa diferencia (sólo un 3%) entre la población encuestada que considera más grave la violencia física que la psicológica y la que no toma posición respecto a esta percepción. Los estereotipos de género se encuentran en la base de los mitos sobre violencia. En este sentido, entre las características históricas, culturales y socialmente atribuidas a los hombres, aparece la idea de “varón fuerte, firme, recio, viril”. Esto último ha favorecido la noción de que la violencia es innata al varón. El sondeo revela que un 15,3% de las personas encuestadas está de acuerdo con esta afirmación, mientras que, más del 70% no cree que sea así. Otro mito que aparecería con significativos avances en términos de deslegitimación del mismo, es aquel que asocia la violencia a los sectores de menores recursos económicos o con escaso acceso a educación.

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Relación entre sexo y mitos que sostienen la violencia de género Todos los mitos expuestos están sostenidos por varones y mujeres en porcentajes similares, salvo los que se exponen a continuación, los cuales presentan diferencias significativas de acuerdo al sexo.

En una pareja los celos se toleran por amor De acuerdo

Masculino Femenino

En desacuerdo

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

42,60% 39,10% 18,30% 26,60% 61,10% 12,30% La situación de maltrato en la pareja siempre es un asunto privado

Total 100% 100%

Total 100% Masculino 31,5% 54,3% 14,20% 100% Femenino 18,3% 71,4% 10,30% La situaciones de violencia ocurren en parejas que tienen pocos recursos económicos y no tienen educación De acuerdo

En desacuerdo

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

Total De acuerdo En desacuerdo Ni de acuerdo ni en desacuerdo 100% Masculino 16,2% 74,2% 9,6% 100% Femenino 9,9% 85,2% 4,9% Un hombre no maltrata porque sí, la mujer habrá hecho algo para provocarlo

Masculino Femenino

De acuerdo

En desacuerdo

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

22,8% 14,3%

54,4% 74,4%

22,80% 11,30%

Total 100% 100%

Es preciso resaltar que los varones encuentran mayor conformidad alrededor de la idea de tolerancia de los celos por amor, y la noción de “provocación de la violencia” por parte de las mujeres. Estos sentidos emergen como justas causas para la legitimación o aceptación de la situación de violencia. Esto se corresponde con el dato inicial del presente sondeo que indica que, son en su mayoría varones los que encuentran que la violencia es aceptable en algunas circunstancias.

En términos de mitos alrededor de la violencia de género, la idea de asociar la problemática a sectores empobrecidos o creer que se trata de un problema privado, son nociones que han obstaculizado la identificación de la

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violencia de género como problema social vigente que tiene en su base desigualdades que son culturales, históricas y sociales. Relación entre rango etario y mitos que sostienen la violencia de género Se muestra a continuación la tabla de mitos de la violencia de género desagregada por franja etaria. En general los mitos descriptos están sostenidos tanto por jóvenes como por adultos en las tres franjas etarias, 18 a 30 años, 31 a 50 años y más de 50 años. No obstante, se encuentra mayor tolerancia y, en algunos casos, estadísticamente significativa, hacia el sostenimiento de mitos de violencia de género en personas de mayor edad (51 y más). Esta diferencia se hace especialmente visible cuando se trata de justificar el maltrato por problemas de adicción, o en la naturaleza del varón. Igualmente, son las personas mayores las que aceptan que el fenómeno de la violencia tiene más presencia en parejas de escasos recursos económicos o escasa educación, y en ocasión de acordar que la violencia física es más grave que la psicológica.

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Los hombres que maltratan lo hacen por problemas con el alcohol o las drogas De acuerdo

En desacuerdo

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

18 a 30 años 24,1% 59,1% 16,8% 31 a 50 años 22,4% 57,5% 20,1% Más de 50 años 39,5% 44,2% 16,3% En la pareja es más grave la violencia física que la psicológica De acuerdo

En desacuerdo

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

18 a 30 años 18,2% 70,1% 11,7% 31 a 50 años 14,1% 67,2% 18,7% Más de 50 años 26,4% 54,3% 19,3% La conducta violenta es propia de la naturaleza del hombre De acuerdo

En desacuerdo

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

18 a 30 años 11.7% 81,0% 7,3% 31 a 50 años 15,7% 77% 7,3% Más de 50 años 18,6% 67,4% 14% Las situaciones de violencia ocurren en parejas que tienen pocos recursos y poca educación De acuerdo

En desacuerdo

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

18 a 30 años 8,0% 85,4% 6,6% 31 a 50 años 9,7% 86,6% 3,7% Más de 50 años 21,7% 66,7% 11,6% La situación de maltrato en la pareja siempre es un asunto privado, nadie tiene derecho a meterse De acuerdo

En desacuerdo

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

18 a 30 años 16,1% 74,5 9,4 31 a 50 años 26,9% 61,9% 11,2% Más de 50 años 31,8% 51,9% 16,3% Un hombre no maltrata porque sí, la mujer también habrá hecho algo para provocarlo De acuerdo

En desacuerdo

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

18 a 30 años 16,1% 65,7% 18,2% 31 a 50 años 15,7% 70,9% 13,4% Más de 50 años 24% 56,6% 19,4% El hombre que es violento con su pareja “está loco” (tiene problemas mentales) De acuerdo

En desacuerdo

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

18 a 30 años 37,2% 49,6% 13,1% 31 a 50 años 33,6% 53,7% 12,7 Más de 50 años 45% 47,3% 7,7% Si una mujer es maltratada continuamente, la culpa es suya por seguir conviviendo con ese hombre 18 a 30 años 31 a 50 años Más de 50 años

De acuerdo

En desacuerdo

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

45,3% 48,1% 50,4%

37,2% 45% 34,1%

17,5% 6,9% 15,5%

Total

100% 100% 100% Total

100% 100% 100% Total

100% 100% 100%

Total

100% 100% 100%

Total

100% 100% 100%

Total

100% 100% 100% Total

100% 100% 100%

Total

100% 100% 100%

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¿Qué creencia tienen los cordobeses respecto a las mujeres que viven situaciones de violencia y no abandonan a sus parejas? Indagar sobre los motivos por los que las mujeres no abandonan a sus parejas cuando atraviesan relaciones con violencia, permite identificar la complejidad y envergadura de la problemática, la multicausalidad de factores sociales, culturales, afectivos, políticos, institucionales, etc., la diversidad de razones y la multiplicidad de obstáculos a los que se enfrentan. No obstante, lo valioso de su resultado, es un objetivo que excede el del presente informe. En el sondeo se preguntó a las y los encuestados sobre las creencias que tienen respecto a este planteo con algunas razones esgrimidas, pudiendo optar por más de una razón e incluso aportar otra. El 65,5% de la población encuestada cree que las mujeres “toleran la situación por el bien de sus hijos”, el 60% “porque dependen económicamente de su pareja”, el 35% “porque no se dan cuenta o no identifican la situación de violencia” y el 21,5% “porque de alguna forma aceptan o les gustan los malos tratos”. También hubo un 14,3% de los encuestados que aludieron a “otras” razones, indicando principalmente “porque tienen miedo” y “porque están manipuladas”. Puede advertirse que el grueso de la población encuestada argumenta como razones por las que la mujer no abandona a su pareja, las motivadas en patrones socioculturales que ubican a la mujer como responsable de la crianza de los hijos y al varón como proveedor económico y sostén de la familia. Las respuestas sostienen estereotipos hegemónicos y mitos sobre la violencia, como el masoquismo, y permiten advertir el desconocimiento sobre la difícil y compleja situación que viven las mujeres encerradas en el ciclo de la violencia, con autoestima profundamente debilitada, redes de afectos precarias y, en consecuencia, extrema vulnerabilidad.

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Relación entre sexo y razones por las que se cree que las mujeres que son maltratadas no abandonan a sus parejas Todas las razones expuestas en el anterior gráfico están sostenidas por hombres y mujeres en porcentajes similares, salvo la razón “porque de alguna forma aceptan o les gustan los malos tratos”, en la cual tiene diferencias significativas de acuerdo al sexo. Son los varones los que, en mayor medida, sostienen el mito masoquista de la violencia, como motivo para no abandonar a la pareja.

No abandonan a sus parejas porque de alguna forma aceptan o les gustan los malos tratos Masculino Femenino



No

Total

27,5% 15,0%

72,5% 85,0%

100% 100%

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Relación entre rango etario y razones por las que se cree que las mujeres que son maltratadas no abandonan a su pareja Todas las razones analizadas están sostenidas por todos los rangos etarios en porcentajes similares, salvo “porque dependen económicamente de su pareja”, que tiene diferencias significativas de acuerdo a la edad. Es la franja poblacional de 31 a 50 años la que sostiene en mayor medida esta idea, con el 67% de los encuestados, no obstante, en el resto de las franjas etarias, la misma respuesta excede en ambos casos al 50% de los encuestados.

No abandonan a su pareja porque dependen económicamente de ella 18 a 30 años 31 a 50 años Más de 50 años



No

Total

53,0% 67,0% 59,7%

47,0% 33,0% 40,3%

100,0% 100,0% 100,0%

Conocimiento de situaciones de violencia en relaciones de pareja en el entorno más cercano Casi la mitad de la población encuestada, el 47,8%, afirma conocer alguna mujer víctima de malos tratos por parte de su pareja o ex pareja, siendo más las mujeres (55,5%) que los varones (44,5%) quienes así lo indican.

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Conocimiento de instituciones con competencia en casos de violencia de género El conocimiento de la población sobre las instituciones y recursos disponibles en casos de violencia de género, encuentra aún algunos obstáculos. Sólo el 34,8% de la población expresa conocer alguna institución, aunque en la mayoría de los casos no logran identificar el nombre. El conocimiento se da en forma similar en mujeres (36%) y varones (33,5%).

Cuando se pide que indiquen la institución a la que se refieren surgen espontáneamente en orden de prelación las siguientes:  Policía  Unidad Judicial de Violencia Familiar  Dirección de Violencia Familiar  Juzgado de Violencia Familiar  Tribunales de Familia  Número telefónico 144 

Otras muy dispersas.

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Cuando se consulta respecto a ¿A quién acudirías en caso de conocer una situación de violencia de género?, brindando distintas opciones, de acuerdo al gráfico siguiente, la respuesta mayoritaria es la solución institucional de avisar a la Policía (42,7%), seguido por un 23,7% de la población que acudiría a un organismo del Poder Judicial. El 10,3% acudiría a un organismo de gobierno, el 8,7% a familiares, el 7,3% a organizaciones sociales. Acudir a los amigos, como “a nadie” se lleva en cada caso el 3,3% de las respuestas.

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APRECIACIONES FINALES

El amplio porcentaje de intolerancia a la violencia

ejercida por el

hombre hacia la mujer da cuenta, probablemente, de subjetividades contextualizadas, es decir que han recibido el impacto de las diversas estrategias sociales, políticas, normativas, de reclamo, para visibilizar la problemática de la violencia que vivencian las mujeres. Este impacto puede dar lugar a la intolerancia de la violencia, tanto en términos de configuración de un discurso social o políticamente correcto (“la violencia es inaceptable”), como de genuina convicción de repudio a la problemática. Los resultados permiten inferir que los varones, en mayor medida que las mujeres, encuentran razones, argumentos, condiciones que justifican el ejercicio de la violencia en la pareja. En relación a la conformidad con mitos sobre violencia de género, en términos generales se observa la vigencia de representaciones, ideas, subjetividades ligadas a ellos. La permanencia de estos sentidos obstaculiza la visibilización de la violencia de género como tal, a la vez que favorece un contexto para su reproducción y naturalización. A su vez, también se aprecia que ciertos mitos reúnen porcentajes que permiten distinguir un avance en la deslegitimación de algunas causas históricamente asociadas a la violencia, como es la cuestión de clase o el acceso a la educación. Persisten amplios porcentajes alrededor de nociones que indican a la mujer que vive violencia como “culpable de su situación” (porque la provoca, porque se queda con el agresor, porque nadie se mete en tanto es un asunto privado…). En este sentido, es preciso poner de relieve que la misma problemática de la violencia cercena en la mujer aquellas habilidades y fortalezas (autonomía, autoestima, red de afectos, entre muchos otros) imprescindibles para reconocer la situación que vive y diseñar un movimiento capaz de romper el círculo de la violencia. Es importante también destacar que

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culpabilizar a la mujer va de la mano con consentir justificaciones para el ejercicio de la violencia. En el marco de las causas que hacen lugar a la violencia, si bien se aprecia un avance en la revisión de algunas subjetividades, el sondeo devela que casi la mitad de la población justificaría la violencia del “loco, el adicto, el alcohólico” en razón de su enfermedad. Otro mito que genera invisibilización de las acciones de violencia se vincula con los celos en las relaciones de pareja, en tanto suelen entenderse como expresiones de amor, interés o cuidado. El sondeo permite inferir que un significativo porcentaje de la población encuestada considera que los celos deben tolerarse por amor. Es preciso resaltar que son los varones los que encuentran mayor conformidad alrededor de esta idea y la noción de “provocación de la violencia” por parte de las mujeres. Estos sentidos que emergen como justificaciones para la legitimación o aceptación de la situación de violencia, se corresponden con el dato inicial del presente sondeo, que muestra que son en su mayoría varones los que encuentran que la violencia es aceptable en algunas circunstancias. Con la mirada puesta en la edad de la población encuestada, se puede apreciar mayor tolerancia y en algunos casos, estadísticamente significativa, hacia el sostenimiento de mitos de violencia de género en personas de mayor edad (51 y más). En lo que refiere a las razones por las que las mujeres que viven violencia no abandonan a sus parejas, puede advertirse que un significativo porcentaje de la población encuestada indica respuestas motivadas en estereotipos hegemónicos y mitos sobre la violencia, que se desprenden de construcciones socioculturales que ubican a la mujer como responsable de la crianza de los hijos y al varón como proveedor económico y sostén de la familia, principalmente. Esto profundiza la idea ya mencionada respecto a la complejidad que supone “salir de la situación de violencia”, con la vulneración de los recursos necesarios para ello, que presentan las mujeres que viven este flagelo.

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Casi la mitad de la población encuestada afirma conocer alguna mujer víctima de malos tratos por parte de su pareja o ex pareja, siendo más las mujeres que los varones quienes así lo indican. En lo que tiene que ver con el conocimiento de instituciones con competencia en casos de violencia de género, es alto el porcentaje de la población encuestada que expresa no conocer alguna institución a la que recurrir en caso de tomar conocimiento sobre una situación de este tipo. A su vez en lo que refiere a qué institución acudir en caso de tomar conocimiento, el principal porcentaje lo reúne la institución policial.

La consideración de las subjetividades ligadas al sostenimiento de mitos sobre violencia puede esbozar un camino específico en términos de diseño de acciones en clave de prevención. Esto último es una tarea urgente que interpela a todos los sectores de la sociedad, en términos de profundizar las estrategias de erradicación de la violencia hacia las mujeres en todas sus expresiones.

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