Impacto de la ruptura matrimonial en el bienestar físico y psicológico de los hijos. Síntesis de Resultados de una línea de investigación

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ISSN: 2070-9021

La Revue du REDIF 2009, Vol. 2, pp.7-18 www.redif.org

Impacto de la ruptura matrimonial en el bienestar físico y psicológico de los hijos. Síntesis de Resultados de una línea de investigación Ana Martínez-Pampliega, Mireia Sanz, Ioseba Iraurgi y Leire Iriarte Universidad de Deusto

Resumen. El presente artículo recoge el trabajo realizado a lo largo de 4 años en un intento por comprender los factores de riesgo y de protección que explican el impacto del conflicto y la ruptura matrimonial en el bienestar de los hijos. Integra 8 estudios organizados en tres fases, dirigidos al logro de los cuatro objetivos siguientes: 1) Desarrollo y adaptación de instrumentos de evaluación; 2) Impacto de la ruptura en el bienestar de los hijos, teniendo en cuenta el grado del conflicto y la estructura familiar; 3) Estudio de modelos teóricos subyacentes; 4). Análisis longitudinal a lo largo de tres años de la evolución de los síntomas y de las variables familiares, teniendo en cuenta el grado de conflicto. Entre los aspectos más destacados podemos situar: la utilización de una muestra extensa de hijos (N= 3957), el empleo de un doble diseño transversal y longitudinal o el empleo, en alguno de los estudios, de una doble fuente de información: madres e hijos. El bienestar psicológico fue estudiado a través de la comprensión de los síntomas de ansiedad, depresión, las quejas somáticas, la agresividad o las conductas antisociales (Achenbach y Edelbrock, 1987). El estudio aportó nuevos instrumentos de evaluación, clarificó la contribución de los diversos factores mediadores a la adaptación de los hijos, contribuyó a comprender los mecanismos mediadores y permitió responder a la hipótesis de sensibilización ante el paso del tiempo. Junto a las importantes aportaciones del estudio se abrieron nuevos interrogantes y necesidades que deben marcar la línea de posteriores investigaciones. Palabras

clave:

Separación-Divorcio,

Ana Martínez Pampliega Departamento de Psicología Universidad de Deusto Avda Universidades s/n 48007 Bilbao E-mail: La Revue du REDIF, 2008, Vol. 1, pp.5-7

interparental, Adaptación de los hijos, Modelos familiares, Evaluación Familiar. Abstract. This article gathers the work fulfilled along 4 years in an attempt for understanding the factors of risk and protection that explain the impact of conflict and marital breakdown in the well-being of children. Eight studies organized into three phases are presented directed the following four objectives: 1) Development and adaptation of assessment tools, 2) Assessment of the impact of the break down in the welfare of the children taking into account the degree of conflict and the family structure, 3) Study of theoretical underlying models, and 4) Longitudinal analysis along three years of the evolution of the symptoms and the family variables taking into account the degree of conflict. Among the most outstanding aspects we place: an extensive sample of children (N = 3957), a double cross and longitudinal or the dual source of information, in some studies: mothers and children. Psychological wellbeing was studied through the comprehension of the symptoms of anxiety, depression, somatic complaints, aggression or antisocial behavior (Achenbach and Edelbrock, 1987). The study provided new tools for evaluation, clarified the contribution of various mediating factors to the adaptation of the children, helped to understand the mediators mechanisms and allowed to answer to the hypothesis of increased awareness with the past or the time Along with the important contributions of the study, there were opened new questions and needs that must point out the line of further research.

Conflicto Keywords: Divorce-Separation, Interparental Conflict, Children Adaptation, Family patterns, Family assessment.

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El divorcio de los padres constituye una de las crisis vitales más significativas que deben afrontar hoy en día numerosos niños y adolescentes. Ahora bien, no por ser cada vez más frecuente y normal debemos minimizar su impacto, como destaca la necesidad de atención y asistencia psicológica requerida tanto por los padres como por los hijos que pasan por esta experiencia. En España, las cifras de separaciones y divorcios ha aumentado especialmente durante la década de los 90 (Cantón y Justicia, 2000; González y Triana, 2003) y nuestra tasa, a tenor de la información proporcionada por el Consejo General del Poder Judicial, (1999) y el Instituto Nacional de Estadística (2006), supera el 26%. Esta cifra se traduce en un incremento importante de familias monoparentales a cargo de la madre y las consiguientes repercusiones que el proceso de divorcio tiene en todos los miembros implicados. Esta menor tasa de ruptura matrimonial frente a otros países europeos o americanos, como hacen destacar González y Triana (2003), parece haber contribuido a que, si bien en España se han realizado de forma sistemática y metodológicamente correcta estudios psicológicos sobre los cambios en la salud física o mental, funcionamiento familiar, cambios económicos, sociales o prácticos, éstos hayan sido muy escasos (Morgado y González, 2001, Pons, 1997a; Pons y Del Barrio, 1995). A lo señalado, debemos añadir algo propio de este ámbito de investigación: la mayoría de los estudios se han realizado con muestras clínicas, instrumentos poco fiables y fundamentalmente con diseños transversales. Esta situación generó el desarrollo del presente estudio de investigación el cual comenzó en 2003 y se extendió hasta 2007 y que a continuación intentaremos plantear de forma concisa. Nuestra hipótesis de partida fue que “Las diferencias existentes entre los hijos/as

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procedentes de familias divorciadas y separadas y aquellos procedentes de familias intactas están relacionadas con los factores que rodean al proceso de divorcio (antes, durante y después) y no al divorcio en sí mismo (la estructura familiar)” La comprobación de esta hipótesis implicó el desarrollo de 4 objetivos fundamentales: 1.Desarrollo y adaptación de instrumentos de evaluación. Existe una gran carencia en nuestro campo de estudio de instrumentos fiables, válidos y sobre todo bien adaptados a nuestra cultura. Por ello se consideró como requisito fundamental de esta investigación, realizar toda la recogida de información con instrumentos que cumplieran con estas condiciones, es decir, relevantes a nivel internacional y bien adaptados culturalmente. Al mismo tiempo, estos instrumentos serían un aporte más de la investigación a la comunidad científica. 2.Comprender a nivel empírico el impacto de la ruptura matrimonial en los hijos (manifestaciones psicopatológicas, autoestima, logro académico...). Para ello, se analizaron las diferencias en el bienestar físico y psicológico de los hijos/as entre aquellos pertenecientes a familias monoparentales por divorcio o separación y aquellos pertenecientes a familias de dos progenitores con alto grado de conflicto. 3.a) Estudio de modelos teóricos y b) propuesta y análisis de un modelo integrador. Por encima de los datos concretos obtenidos en una muestra, debemos situar el conocimiento de los mecanismos subyacentes que explican la vinculación entre la ruptura y la salud. Por ello, este tercer objetivo, implicó clarificar los factores explicativos de la relación entre la situación de separación y divorcio y el malestar físico y psicológico en los hijos/as. Se han propuesto diversos modelos, entre los cuales dos de los más aceptados son el modelo Cognitivo-contextual de Grych y

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Fincham (1990), el cual goza de gran aceptación, y el modelo Sistémico que integra hipótesis de diversos autores como Borzomengy-Nagy (1973), Easterbrooks y Emde (1988), Fauber y Long (1991)..., entre otros. El siguiente paso fue la comprobación de un modelo integrador. 4. Análisis longitudinal. Una vez identificadas las variables explicativas a través de los estudios previos, este estudio presentó dos objetivos fundamentales 1) comprobar los cambios en las variables identificadas a lo largo de un periodo de tres años, y) analizar, en el mismo periodo de tiempo, el bienestar emocional de los hijos, en función del grado de conflicto experimentado.

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que lo integran. En aras de la claridad, en la Tabla 1, se indican las fases, estudios y participantes en cada uno de ellos.

Variables e Instrumentos La Tabla 2 recoge las múltiples variables consideradas en el estudio, junto con los instrumentos empleados y la fuente de información de los mismos. Tabla 2: Variables e instrumentos de medida

El fin último de todo el estudio fue la identificación de factores de riesgo y de protección que permitieran configurar un marco más claro desde el cual elaborar programas de intervención, que afiancen la relación entre teóricos, investigadores y clínicos en este campo de estudio. Tabla 1: Participantes en las diferentes fases y estudios

Procedimiento

MÉTODO Participantes En esta investigación se contó con diferentes muestras, en relación a los múltiples estudios

Se partió de los listados de alumnos/as prematriculados para el curso 2003-2004 en Enseñanza Secundaria Obligatoria, entre los cuales se seleccionaron al azar los centros participantes (N = 35). La unidad de análisis fue el aula. Para ello, se buscó la representatividad de la población teniendo en cuenta los siguientes criterios: comarcas, municipios, modelos lingüísticos, curso académico (1º a 4º de ESO) y titularidad del centro. En el centro se informó tanto a los

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responsables académicos como a los padres. Para ello se elaboraron materiales en euskera y castellano. Todos los alumnos y alumnas participantes tuvieron el permiso expreso de los padres. Se contactó con las madres a través del centro educativo y fueron atendidas en diferentes lugares, de acuerdo con sus necesidades (aulas habilitadas en el centro escolar, en la universidad de Deusto, o en otros lugares cercanos a sus domicilios particulares). En cuanto al horario, se planteó un esquema flexible de 9 de la mañana a 9 de la noche. A pesar de que todas las madres se mostraron muy interesadas fueron muy pocas las participantes.

Técnicas de análisis. Tratándose de una integración de resultados de ocho estudios se optó por una estrategia de análisis planificada en función de los objetivos de cada estudio y de la línea de investigación común a todos ellos. Se utilizaron análisis descriptivos de caracterización y técnicas de valoración psicométrica de los instrumentos (análisis de fiabilidad, de componentes principales, factoriales confirmatorios, análisis correlacionales con constructos afines o divergentes, etc.). Para el contraste de diferencias por grupos de clasificación se utilizaron pruebas paramétricas (t de Student, análisis de varianza, …) y/o no paramétricas (Mann-Whitney, Kruskal-Wallis) según procediera. Para el análisis de predictores y exploración-verificación de modelos teóricos se aplicaron modelos de regresión, en su mayor parte bajo una estrategia jerárquica, y modelos estructurales de covarianza (path análisis). Para procesamiento de los análisis se utilizaron los programas estadísticos SPSS y EQS.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN Nuestra hipótesis de partida “Las diferencias existentes entre los hijos/as procedentes de

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familias divorciadas y separadas y aquellos procedentes de familias intactas están relacionadas con los factores que rodean al proceso de divorcio (antes, durante y después) y no al divorcio en sí mismo (la estructura familiar)”, fue claramente demostrada, a lo largo de los diferentes estudios. La fase I, “fase de desarrollo y adaptación de los instrumentos de evaluación” (Tabla 1), estuvo formada por dos estudios: El primero (1.1) fue un estudio de adaptación de instrumentos y el segundo (1.2) una prueba piloto de los instrumentos a emplear en la investigación, realizada con una muestra de díadas madre-hijo. Únicamente tres de los instrumentos que iban a ser empleados carecían de una adecuada adaptación y de estudio psicométrico. Por ello, como primer paso del estudio estos instrumentos (Children’s perception of interparental Conflicto scale (Grych, Seid y Fincham, 1992), Marital Instability Scale (Booth and Edwards, 1983) y Index of marital satisfaction (Hudson, 1992) fueron sometidos a un diseño de traducción-retrotraducción y posteriormente a un estudio empírico con el fin de llegar a una equivalencia conceptual, de ítems, semántica, operacional y de medida con los cuestionarios originales. Los instrumentos fueron validados empleando una muestra de 638 hijos e hijas y 183 madres, con escasa sintomatología y un alto nivel de satisfacción familiar. Los tres instrumentos recogieron apropiadamente los modelos teóricos propuestos, demostrando un buen funcionamiento psicométrico, por lo que fueron incorporados al protocolo de evaluación del segundo estudio. No podemos obviar, que el haber aportado tres cuestionarios a la evaluación y diagnóstico de hijos y padres en proceso de divorcio, es un avance de gran trascendencia, en un campo de absoluta carencia. En la tabla 3 se recogen las características psicométricas de los instrumentos empleados en la investigación, desarrollados desde el grupo EEIF.

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Tabla 3: Instrumentos adaptados al castellano por el grupo EEIF. Descripción de sus características psicométricas y referencias

El estudio piloto, se dirigió a comprobar el funcionamiento psicométrico de todos los instrumentos y tuvo los mismos objetivos que posteriormente se incluyeron en el estudio 2.1 de la fase II o fase central del estudio. La diferencia estuvo en el tamaño de la muestra. Mientras en el primer caso participaron 132 díadas, en el segundo lo hicieron 289. La recogida de la muestra se produjo una vez que en el estudio piloto quedó patente la solidez y buen funcionamiento psicométrico de todos los instrumentos, demostrando, en general, una alta consistencia intenta y una adecuada validez. La fase II, estuvo formada por 6 estudios. Los dos primeros, son estudios empíricos, realizados con un diseño transversal: el primero sobre una muestra de díadas (N=289) y el segundo con una muestra de hijos e hijas (N=3957). Los tres siguientes (2.3, 2.4 y 2.5), son estudios dirigidos a comprobar los modelos teóricos subyacentes, para lo cual se empleó la muestra completa de hijos e hijas y el último de los estudios de esta fase (2.6) se

ha desarrollo de forma longitudinal, teniendo en cuenta aquellos casos que respondieron a los cuestionarios en tres ocasiones. A través de la muestra de díadas, se pretendieron dos objetivos fundamentales: el primero fue la caracterización de las familias en función de su estructura (intactas vs separadas/divorciadas). Los hijos/as de familias separadas/divorciadas indicaron un peor rendimiento académico con escasas diferencias significativas con respecto al malestar psicológico. Las madres en estas familias identificaron un mayor grado de depresión y mayores dificultades cognitivas. En todos los casos, el malestar fue de baja severidad, sin relevancia clínica. Como era esperable, y en línea con lo hipotetizado, a pesar de haber diferencias en la percepción de conflicto interpersonal entre las familias separadas e intactas, ni los hijos/as ni las madres percibieron diferencia alguna ni en el funcionamiento familiar (comunicación, estrés, recursos, satisfacción) ni en la calidad de las relaciones con sus hijos/as. Los resultados son fruto de un estudio transversal

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pero resulta relevante que la variable estructura no apareciese como un elemento diferencial, es decir, la monoparentalidad, no parece tener necesariamente un impacto negativo en el bienestar de los hijos/as ni en el funcionamiento familiar. Las disfunciones son debidas a otras variables que iremos aclarando a lo largo del informe, más de carácter procesual que estructural. El segundo objetivo se dirigió a comprobar las variables, que desde la perspectiva de la madre y de los hijos/as, tenían un importante poder predictivo sobre su sintomatología. Se tuvieron en cuenta variables personales -de hijos/as y madres-, variables relacionadas con las características del conflicto matrimonial anterior a la ruptura, relaciones entre madre e hijo(a) y padre-hijo(a), relaciones actuales entre los progenitores, apoyo social de la madre, variables vinculadas con el proceso legal del divorcio -empleo de mediación, procedimiento-. Por medio de análisis de regresión múltiple jerárquica se identificaron las variables más significativamente relacionadas con la sintomatología, las cuales fueron las dos siguientes: en primer lugar, la hostilidad de la madre y en segundo lugar la frecuencia e intensidad del conflicto interparental. Otras variables previamente significativas (rendimiento académico, satisfacción familiar, amor, control en la relación padres-hijos/as....), perdieron su poder explicativo lo cual hace intuir que las relaciones entre variables obedecen a modelos más complejos que los que se pueden examinar a través de este tipo de metodología, siendo necesario recurrir a otros procedimientos basados en modelos estructurales de covarianza (que fueron aplicados en los estudios sobre modelos teóricos: 2.3, 2.4 y 2.5). Otra aportación de este estudio fue que puso en evidencia la necesidad de trabajar desde la percepción del hijo/a (Grych y Fincham, 1990; Grych et al., 2000), y no de la madre, siempre que el objetivo sea conocer el impacto del conflicto interparental en hijos e hijas. Y dado

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el escaso aporte explicativo de la percepción de las madres en el malestar de los hijos, y el inmenso costo en tiempo y esfuerzo que supone el contar con las madres como informadoras, el estudio continuó a partir de ese momento con muestra individual. Por último, ya se empezaba a anticipar que el rendimiento académico no se asocia directamente al conflicto matrimonial sino más bien al malestar psicológico. El impacto del conflicto sobre el rendimiento escolar sería otro punto a estudiar desde modelos estructurales. El estudio 2.2 fue un estudio transversal realizado sobre la muestra completa de hijos (3957 estudiantes entre 12 y 19 años). Este estudio tuvo como objetivo clarificar el papel relativo de las variables conflicto interparental y estructura en el funcionamiento familiar y la sintomatología de los hijos. Para ello se estructuraron 4 grupos: familias intactas-alto conflicto, intactas-bajo conflicto, separadas/divorciadas-alto conflicto y separadas/divorciadas-bajo conflicto. Varias conclusiones importantes se obtuvieron de este estudio: Con respecto a la vivencia del conflicto, en las familias donde no son muy intensos los hijos tienen una vivencia de los sucesos conflictivos ocasionales mucho más positiva para su bienestar psicológico: se sienten menos culpables, no se encuentran en el centro de las discusiones, no tienden a estar triangulados, tienen mejores estrategias de afrontamiento de los conflictos y, asimismo, las discusiones son juzgadas con menor negatividad (mayor posibilidad de resolución, menor frecuencia...). Esta percepción es mejor en familias intactas con bajo conflicto. Ahora bien, cuando el conflicto persiste, la vivencia del mismo es más negativa en familias intactas que en las familias divorciadas, lo que implica que, desde el modelo cognitivo-contextual, la decisión de separarse o no se torna bastante más compleja cuando se piensa en el bienestar de los hijos. De estos análisis surgió como interrogante la necesidad de reflexionar en torno a las

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expectativas de los hijos, el miedo a la desintegración familiar o la negación como mecanismo de defensa, en las familias intactas conflictivas. Con respecto a las relaciones padres-hijos y la satisfacción familiar, la variable clave ha sido, sin duda, el conflicto. En familias poco conflictivas (separadas o no) los hijos evalúan de forma más favorable la relación con ambos padres, su deseo de compartir, su expresión de afecto y su mayor apoyo emocional, y se sienten más satisfechos con su familia. Esta percepción se torna contraria en familias conflictivas. También hay un predominio de la irritabilidad, de la evaluación negativa y del rechazo en familias conflictivas. En relación con la sintomatología, las conclusiones son muy clarificadoras. Los hijos/as procedentes de familias intactas poco conflictivas son los que mejor bienestar presentan en todos los casos. Generalmente, la variable clave es “el conflicto” pues son los hijos e hijas procedentes de familias separadas con bajo conflicto los que se sitúan en segundo lugar. En ocasiones, incluso sin existir diferencia entre los hijos/as de familias poco conflictivas (estén los padres divorciados o no), como ocurre en depresión, ansiedad, o quejas somáticas. Desde estos análisis se abrieron interrogantes con respecto a las dimensiones externalizantes, puesto que los datos sugieren el papel fundamental de una estructura intacta (conflictiva o no) en relación a la ruptura de normas, siendo el resultado obtenido contrario a lo que ocurre con las conductas agresivas, donde la variable primordial es el conflicto y la estructura es secundaria. Desde aquí se plantea la necesidad de estudiar la autorregulación emocional de los hijos e hijas en relación al conflicto interpersonal y su papel en la desregulación conductual de tipo agresivo. Los tres estudios siguientes se realizaron empleando diversas estrategias de análisis (regresiones múltiples y modelos estructurales) con el fin de estudiar los mecanismos subyacentes que explicaran el bienestar. El

primero de los estudios pretendió validar el modelo sistémico y el segundo el modelo cognitivo-contextual. Los datos mostraron un adecuado ajuste a los datos, en ambos modelos. - Desde el modelo sistémico, se postula que el subsistema conyugal es clave en la organización de la vida familiar. El deterioro familiar que se produce como consecuencia del conflicto familiar incidirá en los problemas manifestados por los hijos/as, a través de cuatro vías: a) el incremento de la hostilidad en las relaciones con los hijos/as, b) la disminución de la disponibilidad emocional de los padres, c) el desarrollo de una relación menos consistente y afectuosa con los hijos y d) la implicación de los hijos/as en los problemas de los padres. - Desde el modelo cognitivo-contextual, el hijo/a es entendido como un sujeto activo y su forma de comprender el conflicto será fundamental para entender el impacto de éste en su bienestar. El impacto dependerá de un doble proceso, un procesamiento primario del episodio conflictivo y un procesamiento secundario que le lleva a analizar causas y responsabilidades en el conflicto y le dirige hacia formas de afrontamiento y actuación. De forma resumida, los análisis realizados en los estudios 2.3 y 2.4, permitieron confirmar los siguientes puntos: 1.- En primer lugar, existe una clara relación entre el conflicto conyugal y el funcionamiento familiar. El conflicto, en este estudio, apareció vinculado a una mayor relación de hostilidad, una menor relación de amor y una mayor relación de control. El efecto del conflicto es similar en las relaciones maternales y paternales. 2.- En segundo lugar, los hijos e hijas presentan un mayor malestar psicológico, es decir, más síntomas tanto internalizantes como externalizantes, cuando existe a) un mayor nivel de conflicto (el cual ejerce el efecto directo más relevante), y b) una

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ANA MARTÍNEZ-PAMPLIEGA, MIREIA SANZ, IOSEBA IRAURGI Y LEIRE IRIARTE disminución en la calidad de las relaciones parentales y una menor satisfacción familiar, (efecto indirecto del conflicto).

3.- Con respecto al rendimiento académico, el conflicto interparental no ejerce un efecto directo. Es el malestar psicológico la variable vinculada directamente. El efecto del conflicto debe entenderse en dos fases, en un primer momento sobre las 4 dimensiones del malestar psicológico (ansiedad/depresión, quejas somáticas, agresividad y conducta antisocial) y posteriormente, en una segunda fase sobre el rendimiento escolar. 4.- Por último, la relación de hostilidad del padre y de la madre así como la satisfacción familiar modulan el efecto del conflicto sobre el malestar psicológico. El estudio 2.5 partió de las conclusiones anteriores y planteó un modelo global, con las variables sistémicas, cognitivo-contextuales y también con la inclusión del apoyo social, como variable ecológica fundamental, entendida desde una visión subjetiva. Este modelo no logró un buen ajuste. Ahora bien, puesto que la dirección y magnitud de las relaciones halladas entre las variables ha presentado consistencia y está en concordancia con los supuestos hipotetizados, se mantiene el diseño estructural como propuesta de hipótesis etiológica que permita abordar un modelo más holístico, sobre el que será necesario seguir investigando. Por el momento, son los modelos Sistémico o Cognitivo-contextual las mejores alternativas, pues se ajustan de una manera más clara ante los datos empíricos y resultan más parsimoniosos. El análisis pormenorizado de las relaciones del modelo global, si bien no alcanzaron un buen ajuste, si reprodujo la existencia de un modelo en dos fases, la primera sobre el malestar psicológico y posteriormente de éste sobre el rendimiento académico. También se reprodujeron los postulados tanto del modelo sistémico como del cognitivo-contextual y se

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aportaron datos relevantes sobre el apoyo social, variable no estudiada previamente, y que pareció actuar como un factor protector ante el conflicto matrimonial, iluminando la necesidad de tenerlo presente en posteriores estudios. Fruto de este estudio han surgido de nuevo interrogantes que llevan a plantearse los efectos indirectos del conflicto sobre la vivencia del mismo y a su vez el papel de estas como factores protectores o de riesgo ante el desarrollo de malestar psicológico. Desde los modelos revisados parece concluirse la necesidad de comenzar con estudios que diferencien la variable género en los hijos/as en análisis pormenorizados por síndromes. El último de los estudios de esta fase (estudio 2.6), lo ha constituido el estudio longitudinal realizado en base a las respuestas de 250 hijos e hijas que respondieron a los cuestionarios en tres ocasiones. Se analizaron los cambios producidos en las variables entre la primera y tercera medición en función de su grado de conflicto (alto, medio, o bajo). Se hipotetizó un efecto de sensibilización, en línea con la revisión de la literatura, pero los resultados parecen confirmar sólo parcialmente esta hipótesis, pero los datos fueron especialmente esclarecedores. Respecto al efecto directo del conflicto interparental y su cambio en función del paso del tiempo, se observó en los hijos pertenecientes a familias de alto conflicto un mayor grado de sintomatología en todos los síndromes estudiados, si bien la sintomatología observada no podía llegar a ser considerada como de severidad. Los patrones diferenciales de cambio en función de tiempo, fueron especialmente reveladores. La hipótesis de la sensibilización se cumplió con respecto al estudio de las “quejas somáticas” y de la “ruptura de normas”, pero no con “ansiedaddepresión” y “conductas agresivas” que parecen disminuir con el paso del tiempo. La consideración conjunta del malestar global como una única medida de resultado, más que

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simplificar, confunde, y debemos abandonar esta tendencia en próximas investigaciones. Los interrogantes aparecidos en este estudio, generan la necesidad de continuar investigando diferencialmente en los síndromes internalizantes y externalizantes, analizándolos desde modelos estructurales que reconsideren los factores emocionales, en la dirección postulada por la teoría de la seguridad emocional (Crockenberg y Langrock, 2001). Con respecto a los efectos indirectos del conflicto matrimonial, los resultados más claros y firmes están vinculados con la satisfacción y la calidad de las relaciones con los padres. Se observó un efecto de sensibilización, en la medida en que en los grupos de alto conflicto, la insatisfacción y la relación de amor con ambos padres empeora con el paso del tiempo, sin experimentar grandes modificaciones en los grupos de bajo conflicto. También la relación hostil con ambos padres requiere de mayor análisis. Por último, de nuevo volvió a destacarse la ausencia de efecto directo del conflicto matrimonial sobre el rendimiento escolar.

CONCLUSIÓN El divorcio es una transición difícil para los hijos, quienes experimentan sentimientos intensos que puede desencadenar las tasas más altas de depresión, ansiedad y dificultades interpersonales (Pedro-Carroll, 2005). Ahora bien, el incremento en problemas de salud mental está relacionado con niveles más altos de estresores post-divorcio (continuidad del conflicto, cambios en la relaciones familiares,...) y no tanto con los cambios estructurales (monoparentalidad), como hemos podido comprobar.

mecanismos subyacentes, el efecto de sensibilización a lo largo del tiempo o el impacto diferencial del conflicto en diferentes síndromes. Ahora bien, al mismo tiempo, suscitó nuevos interrogantes y necesidades que sugieren nuevas líneas de investigación acordes con la dirección seguida en el panorama internacional, entre los cuales destacamos las siguientes: 1) Profundizar en la relación entre conflicto interparental y la psicopatología, 2) estudiar las variables mediadoras que requieren un estudio más profundo, como son el papel diferencial de la madre y del padre, el género, la edad, vivencia y afrontamiento del conflicto, los procesos atribucionales o la supervisión maternal, 3) desarrollar estudios longitudinales, y 4) desarrollo de programas de Intervención y diseño de estudios de eficacia, con el fin último de obtener protocolos de evaluación e intervención específicos que favorezca al ajuste de los hijos e hijas antes el conflicto interparental que viven. Para terminar, señalar siguiendo a Hetherington, (Hetherington y Nelly, 2002) investigadora y académica con más de 30 años de estudio en este campo, por un lado, la inmensa capacidad desvastadora de un divorcio, y por otro, la necesidad de ser críticos con muchos escritos, -tanto populares como académicos-, que han exagerado los efectos negativos del divorcio y han ignorado sus considerables efectos positivos, permitiendo a muchas personas transformar su crecimiento vital. Los hijos pueden desarrollar áreas de resiliencia en sus vidas cuando son protegidos por acciones positivas de adultos, reduciendo de esta forma, su riesgo psicológico, legal, educativo o familiar. Debemos abordar este campo con el escepticismo científico que nuestra disciplina requiere y asumir los resultados que una investigación rigurosa nos proporcione.

Somos conscientes que esta investigación ha supuesto un gran aporte en el intento de clarificar los factores de riesgo y de protección, las hipótesis relacionadas con los

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