Imagen y Contexto Urbanos

IMAGEN Y CONTEXTO URBANOS.

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Imagen y Contexto Urbanos

Arriba. Iglesia Heredia, Costa Rica. Fuente: www.infoweb.co.cr/galeria Abajo. Plaza del Grano, España. Fuente: www.terra.es/personal/angerbla/ciudades/ciu dades.htm

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Imagen y Contexto Urbanos “Entre la mujer y nosotros se interpone un fantasma: el de su imagen, el de la imagen que nosotros nos hacemos de ella y con la que ella se reviste.” Octavio Paz..

En busca de una personalidad urbana.

Partir de la metáfora, persona es a la personalidad como imagen es al contexto, explicita la complejidad de ambas concepciones, así como la forma en que se crean o constituyen. Aunque están en función de los aspectos sociales, políticos, económicos y culturales, los cuales conforman los distintos entornos del individuo; se observa que cada actividad se manifiesta mediante una serie de significados y significantes que se vinculan con el pensamiento colectivo. Mediante esta abstracción se despliega las actitudes socioculturales o personalidad de la comunidad, la cual repercute en el espacio público y privado a través de la configuración de los objetos urbano-arquitectónicos. Éstos últimos son la parte tangible de la ciudad, creados como producto de dicho pensamiento. Sin embargo, aquellos involucrados en el ámbito de la construcción y que son capaces de transformar el espacio urbano-arquitectónico, desconocen o son poco ‘sensibles’ para percibir tal ideología como parte fundamental en la constitución de la personalidad de la ciudad; es decir, crear ambientes urbanos que se articulen entre sí con el fin de declarar tácitamente los valores de la comunidad. La ciudad al conformarse por distintos grupos socioculturales, adquiere elementos en común a manera de colonias, conjuntos habitacionales, áreas de esparcimiento, áreas de trabajo y de consumo. De ahí que en el espacio público se expresen formas y modos de ser propios de cada grupo, obteniendo como resultado una fusión de identidades colectivas. Esta manifestación se caracteriza comúnmente por marcadas diferencias socioculturales entre esas agrupaciones. Es decir, lo que cada una expresa que es y lo que es en realidad; lo que rechaza y lo que acepta de la otra. Por ejemplo, los habitantes de una zona residencial y los de una popular, ambos grupos tienen distintas características en su forma de vida; mientras los primeros asisten a un club deportivo a recrearse, los segundos socializan en la calle colocando un tablero de basket ball. Aunque existan excepciones a la regla, lo cierto es que ambos grupos realizan la misma actividad pero la llevan a cabo en lugares diferentes; ya sea por su condición sociocultural, económica o por el significado que le otorgan a cada sitio, se construye una imagen que es relacionada de inmediato con el ambiente generado por cada grupo. Y de ahí, que existan espacios urbanos construidos con la intención de excluir o incluir a otros grupos socioculturales mediante elementos en común que identifican un modo de ser. En el ámbito urbano, la imagen se define como una enunciación pública subjetiva donde se expresa las ideas y pensamientos de las comunidades, a diferencia del contexto que parte de la 3

Imagen y Contexto Urbanos comprensión y concatenación de los entornos urbanos a partir de las actitudes colectivas. La imagen como concepto, es una abstracción mental que se obtiene como primera impresión del objeto observado. Sin embargo, dicha impresión se impregna a su vez de los significados que el habitante relaciona con el objeto, sean reales o no; es decir, en el ejemplo anterior, los habitantes de la zona residencial, que observan socializar en la calle al grupo de personas de la colonia popular, están percibiendo una información mediante el ambiente que pueden o no conocer, sin embargo, a esto le suman otro tipo de mensaje que subjetivamente relacionan con el evento frente a ellos, como puede ser la pobreza, delincuencia, marginación o falta de educación. Y es posible que lo vinculen con estas nociones simplemente por lo que observan y escuchan entorno a dicho ambiente, ya sea mediante noticieros o sucesos que han experimentado algunos de su medio. Entonces comienzan a ‘echar a volar la imaginación’ y pueden percibir cosas que en realidad nunca existieron, pero que existen en su imaginario. Hasta este momento, la imagen se ha convertido en un prejuicio; sin embargo, también podría ser falta de comprensión de los ambientes percibidos. En este caso, el contexto interviene como la forma objetiva de tal impresión pues al observar detenidamente las actitudes, prácticas y acciones socioculturales de la comunidad en el medio urbano y arquitectónico, incluyendo el uso y actividad entorno a cada objeto urbano-arquitectónico; es posible comprender la aparente anarquía existente entre los ambientes urbanos existentes y constante inclusión y exclusión de otros grupos. A partir de lo anterior, la relación entre imagen y contexto urbano surge por la cuestión de significado y significante. Por un lado, la imagen se crea en la mente de un individuo con un sentido estrictamente subjetivo, donde existen elementos que hacen que el habitante tenga referencias del espacio público. De modo que, existen objetos urbano-arquitectónicos en el entorno urbano que son identificados, reconocidos o preferentes de ‘x’ grupo. Por otro lado, lo que determina la elección o inclinación por estos elementos es la fama simbólica y lo que representa. Ya que no es el objeto en sí mismo lo significado, sino lo significante que determina el contexto en el que está situado. Se trata básicamente de la relación de los objetos y agentes que interactúan en el entorno urbano mediante usos y actividades propias de cada uno. Es decir, un árbol es un objeto natural, cuya imagen mental tiene un significado que varía según el espectador, para ‘x’ puede representar quietud y descanso, para ‘y’ vida y fortaleza. Si ese mismo árbol se relaciona con un bosque, máquinas derribándolos y leñadores recogiendo los troncos (contextualizar el objeto y la acción); el significado de árbol, cambiaría y al menos para los actores podría representar algo relativo a la industria manufacturera, lo cual sería lo significante o razón de ser.

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Imagen y Contexto Urbanos 1.1

IMAGEN URBANA: UN LENGUAJE PÚBLICO.

La imagen de una ciudad entendida como el pensamiento subjetivo de los modos de vida, prácticas culturales e identidades, expresa un esquema de comunicación entre las distintas comunidades que la integran; es decir, la imagen urbana se proyecta como un lenguaje de enunciación pública. Si partimos que las ciudades se han caracterizado por distintos aspectos como el cultural, político, social, económico y científico en el desarrollo de cada sociedad. Y que debido a esto, algunas adquieren mayor importancia que otras, es precisamente por la imagen que se construyeron a partir de su identidad1. Entonces se constata que cada ciudad resulta ser única, por su origen, transformación e historia; y por tanto, irrepetible, en cuanto a tiempo y espacio. Ante este hecho, los habitantes se desarrollan de manera distinta entre una población y otra; precisamente por las condiciones de su entorno. Elementos naturales y construidos, los cuales constituyen la forma y estructura física de cada ciudad, en donde se reflejan las ideas y el pensamiento de determinado momento histórico de la comunidad. Ésta última es entendida como un conjunto de personas que comparten normas, gustos y pensamientos en común. A escala urbana, existen elementos que se comparten socialmente, como el lugar donde se vive, juega, trabaja, consume y circula. Estos sectores son denominados por los planificadores urbanos como: barrios, colonias, corredores industriales, áreas verdes y áreas recreativas. Cada conjunto urbano por tanto, representa una comunidad integrada bajo referentes socioculturales en específico, los cuales indican las formas de vida de la población. Por ejemplo, lo que se

1. El centro de la ciudad de México se caracteriza por la variedad de estilos arquitectónicos, reflejo del pensamiento de una sociedad en diferentes etapas de su historia. Foto: Javier de la Mora, 1997. www.mexicoco.net

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Imagen y Contexto Urbanos constituye como el centro histórico de la Ciudad de México (foto 1), está integrado por una serie de edificios que datan del siglo XVIII hasta el XX. El uso de cada inmueble ha cambiado según los requerimientos de cada época. En la actualidad se observa las actividades que están destinadas a cada uno de ellos, por lo cual es posible hacer una lectura de los modos de vida y pensamiento de quienes los habitan. La coexistencia de diversas comunidades en el centro de la ciudad se percata en las acciones expresadas en el espacio público. De ahí que al tener una actividad en común se identifiquen como integrantes de cierto grupo, el cual puede ser de: comerciantes, danzantes, ambulantaje y turistas. Todos ellos comparten imágenes del centro histórico, ya que para unos es visto como lugar de trabajo, para otros es lugar de espectáculo o de paseo. Por tanto, se reitera que la imagen urbana es un conjunto de constructos simbólicos que se abstraen del ambiente urbano-arquitectónico para expresarse de en un lenguaje subjetivo en el espacio público. 1.1.1

Aciertos y desaciertos en torno a la imagen urbana.

Términos como imagen de la ciudad, imagen pública, imagen ambiental, paisaje urbano, entorno urbano, ambiente urbano, se refieren en esencia, a todo aquello que rodea y engulle al habitante desde cualquier punto de la ciudad. Y aunque comúnmente son utilizados como homólogos, la diferencia entre estas concepciones, radica en la percepción espacial del individuo y del tipo de información visual que difiere según las características espaciales y sociales de dichas expresiones. Así como la ciudad puede ser estudiada según su origen, desarrollo o transformación, y desaparición; desde puntos de vista como: el físico, histórico, político, morfológico, por mencionar algunos2. La imagen urbana, como parte de un aspecto morfológico, es posible examinarla bajo distintos puntos de vista como el formal, histórico, socio-cultural e ideológico. A su vez, cada aspecto puede abordar otros parámetros como: el estructural, estético, conductual y semiótico, principalmente. Como definición general, imagen es la representación mental de un objeto, sin el estímulo sensible3; este último, puede ser visual, auditivo u olfativo, es decir, por medio de los sentidos. Esto se refiere a que el sujeto tendrá la idea, generalmente de forma imprecisa, la imagen de un edificio, el olor de un jardín, el sonido de un auto. Esta idea por supuesto, lleva consigo implícitamente, un proceso perceptivo, donde la cultura es factor fundamental para la interpretación de dichas imágenes. Aunque el análisis de la imagen ha sido abordado principalmente por arquitectos, geógrafos, psicólogos e historiadores; últimamente se han hecho estudios relacionados con los imaginarios por antropólogos, sociólogos y comunicólogos. Un concepto que disipa cuestiones culturales y le da un enfoque más preciso en el tratamiento de cómo se construye la identidad considerando la imaginación.

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Seminario impartido en SEPI. ESIA. Tecamachalco, por Salvador Urrieta y Ricardo Tena. 2001. Ver cuadro conceptual de la ciudad, pág. 5. Seminario impartido en SEPI. ESIA. Tecamachalco, por Salvador Urrieta y Ricardo Tena. 2001. 3 CHING, D.K. Francis. Diccionario visual de arquitectura. p. 93. 2

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Imagen y Contexto Urbanos Canter y Lynch, han partido de la A. ESTUDIO DE LA CIUDAD percepción y representación mental del Físico Geográfico su origen individuo; ya que utiliza términos como imagen •• Por Climático Por su desarrollo o Orográfico transformación pública e imagen mental4. Canter hace referencia Topográfico • Por su desaparición al aspecto psicológico de una comunidad con Hidrográfico Demográfico respecto a los lugares que experimenta. Sin Morfológico Histórico embargo, aunque la percepción utilizada como Social herramienta para identificar aquellos elementos En organización Histórica Cultural Político Social de referencia espacial, sea un acierto; se pierde Económico Militar Cultural En imagen consistencia cuando no advierte las aspiraciones Religioso Política Estructural Ideológico Económica de la comunidad, ya que éstas difieren según los Estética Ideológica intereses propios de cada una. Así que plantea un Conductual Semiótica aspecto conductual muy rígido, como si todos A. Cuadro conceptual del estudio de la ciudad a partir de su origen, desarrollo o transformación y actuaran de igual forma. […]la importancia que pueden tener incluso los pequeños aspectos de nuestros entornos, […]los cuales tienen una variedad de significados, debido a la mezcla de recuerdos, hábitos y esperanzas con los que los unimos. (Canter, op. cit.: 7 y 9.)

desaparición de las civilizaciones y sociedades; bajo distintos aspectos como el físico, morfológico, organizacional y de imagen. En esta última, se aborda desde un punto de vista estructural, estética, conductual y semiótica

Boulding explica la imagen urbana como una guía conductual que trabaja por medio de un lenguaje simbólico5, Lynch reafirma lo anterior, cuando involucra la identidad como la distinción del objeto, y el significado o el mensaje que éste implica6. Ambos autores concuerdan en que la imagen es un campo de comunicación interactivo entre el habitante y su ciudad, pero que además los elementos urbano arquitectónicos dan la pauta del comportamiento del sujeto, debido a la manera en cómo el objeto es percibido. De ahí, que Lynch estructure la imagen de la ciudad con sus cinco elementos: sendas, nodos, bordes, mojones o hitos y barrios. Otros términos como imagen de la ciudad, imagen ambiental7 e imagen del patrimonio construido son utilizados para referir la distribución física de la ciudad, considerando los aspectos significativos de la sociedad como la identidad, cultura y modos de vida. Esta consideración liga directamente al habitante y su ciudad; en donde deja ver que la imagen urbana va más allá de su aspecto físico o formal; que además abarca aquella noción psico social que caracteriza al espacio público. Lynch, expresa como imágenes públicas, las que aluden a las representaciones mentales comunes de un grupo de habitantes. Y agrega que, son puntos de coincidencia que se presentan en la interacción de una realidad física única, una cultura común y una naturaleza fisiológica básica8. Y, utiliza la frase, imagen de la ciudad, como resultado de las imágenes públicas de un número considerable de habitantes en una comunidad. Existe otro concepto frecuentemente empleado por Lynch, el de imagen ambiental, donde explica la diversidad en el proceso de percepción entre un sujeto y otro: 4

CANTER, David. Psicología de Lugar. Un análisis del espacio que vivimos. 1987. p.1, 7. BOULDING, citado en David Canter. Psicología de Lugar. 1987. p. 36. 6 LYNCH, Kevin. La imagen de la ciudad. 1984. p. 17. 7 Idem. LYNCH, Kevin. 1987. p. 17. 8 Íbidem. LYNCH, Kevin. 16, 17. 5

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Imagen y Contexto Urbanos Las imágenes ambientales son el resultado de un proceso bilateral entre el observador y su medio ambiente. El medio ambiente sugiere distinciones y relaciones, el observador –con gran adaptabilidad y a la luz de sus propios objetivos- escoge, organiza y dota de significado lo que ve. La imagen desarrollada en esta forma limita y acentúa ahora lo que se ve, en tanto que la imagen en sí misma es contrastada con la percepción filtrada, mediante un constante proceso de interacción. De este modo, la imagen de una realidad determinada puede variar en forma considerable entre diversos observadores. (Lynch, op. cit.: 15.)

Hasta este momento, el tratamiento que se le ha dado a la imagen se queda en el aspecto psicológico, como un problema mental; lo cual descarta totalmente la intervención de arquitectos para su construcción. Es cierto que la imagen parte de la subjetividad, pero no se queda ahí pues se proyecta subjetivamente en los objetos urbano-arquitectónicos, los cuales son objetivos. Por su parte, la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía9 define la imagen del patrimonio construido como un elemento que se relaciona con la forma y su contexto, y está enfocado principalmente a los aspectos históricos y simbólicos de un centro de población. Sin embargo, no explica cuál es el desarrollo de dicha relación así como los parámetros de los aspectos históricos. Esta postura es compartida, en parte, por Pablo Chico cuando designa la imagen urbana como la proyección de sucesos que se interrelacionan en la ciudad y, afirma que además de enfocarse al aspecto físico es necesario resaltar el valor cultural e histórico, ya que la considera un elemento del patrimonio de la ciudad10. No obstante, ninguno de estos argumentos desarrolla la forma en qué debe resaltarse el valor cultural de la población, y cae en una mera acción de conservación; lo cual implica otra arbitrariedad ya que, ¿cómo saber lo que es digno de conservarse o regenerarse? La imagen histórica y cultural a la que Pablo Chico hace mención, en algunas ciudades es inteligible; sobre todo cuando sus orígenes o hechos históricos nacionales son reafirmados por la identidad de sus habitantes. Sin embargo, ¿qué sucede con los centros de población de reciente creación, donde apenas se está formando la imagen histórica de tal lugar? Ocurre que debido a la diversidad de identidades colectivas difícilmente existen elementos que ayuden o reafirmen la compatibilidad o convivencia de la población; y no hay obras arquitectónicas características de la localidad que sean dignas de preservarse como patrimonio histórico. Existe otro concepto de imaginario urbano, el cual explica la construcción de imágenes mediante agentes culturales. Debido a que se refiere a la identidad de cada comunidad; es decir, que cada grupo se identifica entre sus integrantes por tener ideas en común, se tienen varias imágenes de la ciudad. Fuentes Gómez11 cita a autores como Bachelard y Raúl Nieto para plantear la relación entre imagen e imaginario como dimensiones o ámbitos de prácticas sociales que se establecen en distintas identidades y experiencias de habitar la ciudad: Los imaginarios urbanos son construcciones sociales e históricas que llevan a la creación continua e indeterminada de figuras, formas e imágenes de la ciudad. A través de ellos se busca aprehender y comprender las características y atributos reales e irreales de la ciudad y vida urbana. (Fuentes, op. cit.: 9.)

9 INHA. Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía. Metodología del trabajo de conservación de conjuntos históricos. México. 1989. p. 151. 10 CHICO, Ponce de León Pablo. Seminario de historia del diseño. UAM Azcapotzalco. http://webuam.uam/organo-uam/documentos/V-V/v0209.html 11 FUENTES, Gómez José H. Imágenes e imaginarios urbanos: su utilización en los estudios de las ciudades. CIUDADES 46, abril-junio de 2000, RNIU, Puebla, México.

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Imagen y Contexto Urbanos Esta postura antropológica hace alusión a una imagen subjetivamente cultural donde las comunidades se expresan en el espacio público según su idiosincrasia pero también según sus frustraciones y complejos, logros y aspiraciones. Todo ello es asociado a los ambientes urbanos que se generan recíprocamente a partir de los imaginarios. Monnet12, por su parte y desde un punto de vista geográfico, afirma que cuando no se tiene una imagen determinada culturalmente, ningún espacio tendría sentido para el individuo y por tanto, tampoco una función. La noción del simbolismo permanece constante en estas posturas y se especifica implícitamente que aunque cada elemento urbano arquitectónico tenga un significado, no siempre se convierte en un símbolo. Este modo de interpretar la imagen urbana es un acierto para la comprensión de la misma; ya que desarrolla la construcción de la identidad mediante el imaginario, desde una percepción cultural. Al explicar este último como fenómeno sociocultural, ofrece un avance en la estructuración física de la ciudad. Sobre todo a urbanistas y arquitectos, quienes finalmente son los agentes para modificar la composición física de la ciudad o por lo menos para hacerla compatible a las distintas comunidades existentes. Con respecto a lo anterior, las posturas de Lynch, Canter y Boulding son tomadas en consideración únicamente para la obtención de la imagen mediante el mapa cognitivo13, el cual utilizan de herramienta para extraer la imagen de la ciudad, una que tengan en común los habitantes de una localidad y los cuales son categorizados por barrios, nodos, hitos, sendas y bordes. Por otro lado, el tratamiento de la imagen obtenida será a partir del imaginario urbano, el cual establece las identidades colectivas de la localidad. Esto es porque la labor del arquitecto y urbanista es prácticamente la de un hermeneuta, o sea, un intérprete imparcial de los entornos urbanos con el fin de asociar elementos para crear o modificar ambientes que incluyan a los distintos grupos socioculturales. Desde esta perspectiva se observa que la definición de imagen urbana que estipula la Ley de Desarrollo Urbano del Distrito Federal14, y en la que debe basarse el arquitecto, resulta una aberración al declarar que es: El resultado del conjunto de percepciones producidas por las características específicas, arquitectónicas, urbanísticas y socioeconómicas de una localidad, más las originadas por los ocupantes de ese ámbito físicoterritorial, en el desarrollo de sus actividades habituales, en función de las pautas de conducta que los motiva. Tanto la forma y aspectos de la traza urbana, tipo de antigüedad de las construcciones así como las particularidades de barrios, calles, edificios o sectores y elementos históricos y artísticos de una localidad, son elementos entre otros, que dan una visión general o parcial de sus características.

Esta definición también podría ser la de ciudad, pues ésta última es el resultado de las actividades socioculturales, económicas, políticas y tecnológicas que caracterizan a la sociedad moderna. En realidad, dicha ley refiere la imagen urbana sin ningún parámetro de correlación con respecto a las características urbanas y arquitectónicas representativos de una localidad; únicamente menciona algunos elementos que se conforman en los imaginarios pero sin categorizar ni organizar la relación directa entre ellos. Tampoco estructura la imagen de la ciudad partiendo de los elementos urbano arquitectónicos y su función ligada al usuario.

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MONNET, Jerôme. Citado en Imágenes e imaginarios urbanos. Ver Método Sistémico aplicado a la significación de los entornos. Cap. 3, pág. 90. 14 Ley de Desarrollo Urbano del Distrito Federal. Disposiciones Generales. Título I. Cap. Único. Artículo 7, apartado 14 y 15. 13

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Imagen y Contexto Urbanos De acuerdo a las concepciones anteriores se considera como imagen urbana, al constructo simbólico o juicio de valor que la comunidad confiere a los entornos urbanos, asimilándolos en una realidad subjetiva. Donde esta última es asociada a los imaginarios que se generan por agentes sociales y culturales en los distintos ambientes de la ciudad. Dichos juicios, por supuesto, son susceptibles de ser modificados por el tiempo, los medios masivos de comunicación o el contacto con otros grupos. El factor tiempo se refiere cuando un niño juega en cierto parque, guarda una imagen según su perspectiva infantil pero a medida que crece, sus vivencias y recuerdos contenidos en su imaginación cambiarán dicha imagen; lo mismo sucede con el tiempo de residencia, un adulto percibe imágenes por periodos del crecimiento de su ciudad. Los medios de comunicación son otra causa de alteración de imágenes, ya que al hacer referencia a una ciudad o comunidad mediante grabaciones y reportajes de determinado hecho; el espectador capta un mensaje donde la información es interpretada por terceros, lo cual induce al habitante a formular prejuicios que pueden o no ser parte de su realidad subjetiva. Esto también aplica con las referencias de conocidos que viven fuera de la ciudad o en otro estado de la república, y al transmitir su experiencia, el receptor recrea la escena utilizando su imaginación. El grado de contacto social y cultural con otros grupos que comparten la misma ciudad, son agentes de modificación y hasta manipulación de imágenes, pues se comparten en función de las identidades colectivas. En el espacio público se advierte vagamente la realidad subjetiva de la que se hacía referencia, ya que a través de las actitudes, actividades y usos de los habitantes se perciben los aspectos sociales, culturales, estéticos y formales entre el sujeto y la estructura física de su ciudad. Es decir, es el campo donde el habitante comunica continuamente su necesidad de expresión social y cultural determinada por sus actitudes; su necesidad de expresión espiritual o religiosa que establecen mediante sus emociones, y que en conjunto se ve reflejado formalmente en el paisaje de su ciudad. Donde el intercambio de mensajes entre emisor y receptor es recíproco y también representa la calidad de vida de los centros de población. Un ejemplo que documenta las situaciones anteriores podría ser: el individuo de provincia que nunca ha estado en la ciudad de México, en su primer visita al observar las grandes edificaciones y avenidas que la configuran, es normal que se impresione por la magnitud formal de la ciudad. Pero además, observa el comportamiento social de sus habitantes, si son limpios, si están estresados al manejar o qué tan conflictivos pueden ser ante una situación en la cual él sabe que en su lugar de origen no ocurriría; entonces esa es la imagen, el juicio que se hace de la parte de la ciudad que está contemplando, esa impresión es la que mentaliza y lleva consigo. Por supuesto que esta imagen varía si ese mismo individuo escucha experiencias de otros sujetos de la gran ciudad, las cuales pueden ser favorables o negativas. Por ejemplo, lo que se transmite en los noticiarios televisivos con mayor frecuencia son notas amarillistas y sensacionalistas que interpretan una parte de la realidad; lo cual provoca que el espectador de una provincia tranquila lo asocie al miedo y no desee visitar dicha ciudad. Todo esto conlleva a cambiar inclusive el significado de lo que percibe según su idiosincrasia. 10

Imagen y Contexto Urbanos Según las concepciones de la imagen urbana son: como una representación mental, constructo simbólico o juicio de valor; como asociación a los imaginarios urbanos, y por la percepción social de los ambientes de la ciudad. Todos ellos pueden ser categorizados y abordados según sus aspectos: formales, culturales, estructurales, conductuales y semióticos15. Aunque existen algunos otros como los políticos, sociales y económicos, para este estudio se toman únicamente los primeros, enfocados y correlacionados con el espacio urbano. Los formales se refieren en sí al aspecto físico de la ciudad y de los diferentes estilos urbano arquitectónicos que las conforman. Los culturales representan la identidad y los modos de vida del habitante ante su comunidad como costumbres, hábitos y creencias religiosas. Los estructurales están en función de la ubicación estratégica de los elementos urbano arquitectónicos. Los conductuales determinan los aspectos psicológicos del habitante con relación a su comportamiento dentro del espacio público. Por último, los semióticos que señalan los significados y significantes de la población en torno a los ambientes urbanos.

B. IMAGEN URBANA Representación mental, constructo simbólico o juicio de valor. • Construcción de imaginarios. • Percepción social de los ambientes. Según sus aspectos: • Formales: forma física de la ciudad y estilos urbanoarquitectónicos. • Culturales: identidad y modos de vida (religión, costumbres). • Estructurales: ubicación geográfica estratégica de los elementos urbanoarquitectónicos. • Conductuales: actitudes, actividades, usos. • Semióticos: significados y significantes de la comunidad. •

B. Cuadro conceptual de los parámetros de estudio en la imagen urbana, clasificados según los aspectos formales, culturales, estructurales y semióticos de determinada comunidad o ciudad.

Hasta aquí, se ha explicado el desarrollo conceptual de imagen urbana; sin embargo, vale la pena destacar las diferencias entre paisaje, entorno y ambiente urbano, ya que existe estrecha relación con la imagen urbana. Frecuentemente, en el ámbito urbano, dichos términos son utilizados como homólogos, y es debido a la interacción que tienen éstos conjuntamente. Aunque sean componentes del fenómeno urbano, existen características específicas que los diferencian: El concepto de paisaje se refiere al conjunto de elementos naturales y artificiales que caracterizan o forman parte de la ciudad. Según Cabeza16, es todo lo que se aprecia en el espacio abierto, y esto lo hace en un sentido estrictamente físico: es decir, que exista materialmente. Mientras que Olea17 le otorga un valor semiótico, pues explica que se trata de un emisor de señales de toda índole; además lo caracteriza como un espacio conductual, ya que determina la adaptación de los seres vivos al medio donde se desenvuelven. Lynch18, por su parte confirma esto último, al afirmar que cualquier paisaje habitado es un medio de comunicación, donde sus mensajes pueden ser emitidos por personas u objetos. Ante estas posturas, la definición de Cabeza se apega a lo material tangible, la cual es certera pero incompleta, ya que todo lo que es apreciado en el espacio abierto está dotado de significado. 15

Ver Cuadro B de imagen urbana, pág. 11. Cada aspecto se desarrolla a lo largo del capítulo 2. CABEZA, Alejandro. Elementos para el diseño de Paisaje. 1993. p. 11. OLEA, Oscar. Catástrofes y monstruosidades urbanas. Introducción a la ecoestética. 1989. p. 53. 18 LYNCH, Kevin. Administración del Paisaje. 1992. p. 41. 16 17

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2. Arriba. Las lagunas de Zempoala, Morelos, México. Ejemplo de un paisaje completamente natural, el cual contrasta con la imagen posterior de un paisaje urbano. (Foto 3) Nótese que ambos paisajes podrían pertenecer a la misma ciudad, esto quiere decir, la diversidad de paisajes existentes como un rompecabezas por armar. Foto: Autor, 2001. 3. Abajo. Castillo de Tortosa, Tarrogana, España. Nótese la composición de los elementos naturales con los artificiales propios del paisaje urbano, espacio donde los individuos junto con los objetos urbano arquitectónicos adquieren referentes para construir la imagen urbana. Foto: www.webshots.com

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4. Arriba. Provincia de Québec, Canadá. Obsérvese las actividades sociales, culturales, políticas y económicas que se sitúan en torno al edificio esquinado. La parada del autobús, el paso de peatones, inclusive la jerarquía del edificio enmarcada por su posición con los dos edificios en la parte posterior. Describen el entorno de dicho objeto urbano-arquitectónico. Foto: Autor, 2002. 5. Abajo. Zócalo de la Ciudad de México. En esta imagen se aprecia la atmósfera que caracteriza al ambiente urbano, personificando la actividad social, a manera de grupos con características en común como los vendedores ambulantes, turistas, taxistas en auto o bicicleta. Todos ellos enmarcados en un espacio simbólico (la bandera y los edificios colaterales) Foto: Javier De la Mora, 1997. www.mexicoco.net 13

Imagen y Contexto Urbanos En cambio, Olea y Lynch, además de concebir el paisaje como un conjunto de elementos físicos, también lo hacen en un sentido subjetivo; lo cual está más ligado al concepto de imagen, puesto que para identificar los agentes o conductores de la información expresada en la ciudad, es preciso observar detenidamente el paisaje. Por lo tanto, para este estudio se define como paisaje urbano a aquel espacio natural y construido, donde se manifiesta la información sociocultural urbana que determina los parámetros de significado en la construcción de la imagen. Es decir, en el paisaje, el habitante selecciona determinadas referencias que dotará de significado para construir su propia imagen, sin necesidad de inspeccionar la ciudad hasta sus recovecos (foto 2 y 3). Pues con lo que capturó en la primera impresión generalizará la imagen del lugar; y hasta que obtenga otros referentes del paisaje, entonces dicha imagen se modificará. Por supuesto, se trata del primer contacto visual con el habitante, sea turista, nuevo residente o poblador con poco contacto en el medio; lo cierto es que todos ellos captan fragmentos de la ciudad que utilizaran para integrarse a los entornos establecidos. El concepto de entorno está relacionado a todo aquello que rodea al sujeto u objeto, pero más que nada es lo que involucra al habitante con los ambientes de la ciudad. Es decir, un compendio de valores sociales y culturales existentes en un lugar y momento determinado. A diferencia de la imagen, el entorno determina el contexto donde se enmarca el espacio abierto o paisaje urbano. Según Alejandro Mangino, el entorno es “aquello que rodea a algo físicamente, determinado por los valores y características que los sentidos pueden percibir”19. Comúnmente, su concepción varía según el punto de vista del cual se esté tratando, ya que existen diversos entornos como sociales, culturales y físicos20. Mangino advierte la existencia de diferentes tipos de entornos categorizándolos de la siguiente manera: a) Entornos mediatos e inmediatos, según las distancias a que se perciben. b) Entornos históricos y arqueológicos, como características del entorno mismo. c)

Entornos vivientes y muertos en relación con su uso.

d) Entornos bióticos y abióticos, según se conformen con individuos, animales o plantas, o sean artificiales o creados por el hombre. (Mangino, op. cit: 172.)

De acuerdo con lo anterior, se constata el marco en el que se percibe el paisaje urbano, por tanto como entorno urbano se entiende la relación de los agentes sociales, económicos, culturales, históricos o físicos, con los objetos urbano arquitectónicos. Los cuales se ejercen en torno al habitante como factores de una experiencia subjetiva que se conforma en la identidad. (foto 4) En este nivel, el primer contacto con el habitante en el paisaje urbano, pasa a ser asociado con las ideas o el pensamiento de la ciudad, por lo cual los signos de identidad se exponen abiertamente para ser asumidos o descartados por el sujeto. Luego entonces de tener información suficiente del espacio público, el habitante se constituye como parte de ese ambiente. Por supuesto los entornos están relacionados estrechamente con la cotidianidad, ya que es donde el habitante normalmente interactúa. Por ejemplo, la identidad de un estudiante está en función de la escuela a la que asiste. Y su imagen también recreará esta información por 19

MANGINO Tazzer, Alejandro. La restauración arquitectónica. Retrospectiva histórica en México. 1990. p. 171. Lynch menciona la existencia de un entorno social en Administración del Paisaje, de ahí la aseveración de un entorno categorizado por las distintas cualidades sociales.

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Imagen y Contexto Urbanos la experiencia subjetiva en torno a dicho objeto urbano-arquitectónico; es decir, debido al contexto o marco referencia donde interactúa el estudiante, éste construirá una imagen en relación con tal entorno percibido en un momento determinado. Y la escuela, como parte del paisaje de su localidad y entorno social, forma parte de su imaginario. En cuanto al concepto de ambiente urbano, generalmente se entiende como el conjunto de circunstancias, carácter o atmósfera de un lugar21. Sin embargo, se trata de la conjunción del paisaje con los entornos urbanos, pues éstos interactúan entre sí. Ittelson advierte que los ambientes siempre representan, en forma simultánea la posibilidad de información repetida, de información inadecuada y ambigua, y de información conflictiva y contradictoria”22. Esta postura advierte una categorización de las calidades de los ambientes, y le otorga el valor de la armonía. La calidad del ambiente está en función de los agentes que están interactuando, ya que coexisten distintos grupos con información cultural que difieren, adoptan, aceptan o excluyen a otros grupos. En este sentido, es en el ambiente urbano que el imaginario se construye, pues si la imagen es un juicio de valor, el ambiente es la más importante referencia del habitante para valorizar su ciudad. Por lo que ambiente urbano se define como el conjunto de circunstancias y caracteres de un grupo o comunidad que se identifican entre sí; y que interactúa en el espacio privado y público construyendo referencias de la calidad de su modo de vida. El ambiente se compone de entornos y paisajes que el habitante asimila y relaciona como parte de su identidad (foto 5). Ambos constituyen la ciudad, donde el observador capta una imagen que se integra a un proceso perceptivo e imaginativo. De acuerdo con lo anterior, a partir de la composición e información que el habitante recibe de los diferentes ambientes se crean los imaginarios que cada grupo socio cultural asocia a su identidad. Aunque pueden existir infinidad de imaginarios individuales y sociales; es posible que tener una imagen social generalizada de una ciudad, pues es lo que tienen en común los diferentes grupos que coexisten en ella. 1.1.2

Elementos relacionados a la imagen urbana.

Como se enunció anteriormente, la concepción de la imagen urbana parte de la valorización subjetiva cultural proveniente del imaginario; es decir, la interpretación del entorno a partir de los ambientes generados por la comunidad. De modo que los: ambientes, paisajes y entornos que constituyen la creación de la imagen e imaginario urbanos pueden ser analizados por sus partes. Éstas se componen por los mismos factores, sean naturales y/o artificiales; sin embargo, depende de la ubicación de cada uno de ellos dentro de la estructura morfológica de la ciudad, para que algunos objetos urbano-arquitectónicos sobresalgan más que otros y hasta se conviertan en íconos o emblemas. Como elementos naturales se tienen la tierra, agua y vegetación; los artificiales o urbanos son desde los monumentos, edificios y viviendas, hasta el mobiliario urbano como: paradas de autobús, topes y señales de tránsito. Arias, Arnheim y Cabeza valoran dichos factores según su uso y actividad con relación al habitante y el espacio bajo un aspecto psicológico y estético en el 21 22

CHING, D.K. Francis. Diccionario visual de arquitectura. p. 93. ITTELSON, citado en David Canter. Psicología de Lugar. p. 20.

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Imagen y Contexto Urbanos diseño de los elementos urbano arquitectónicos. Sin embargo, las posturas de Norberg-Schulz y Lynch van más allá de una concepción de diseño, puesto que relacionan dichos objetos con la red estructural física de la ciudad bajo parámetros culturales, sociales y conductuales. De forma que esta relación podría explicar cuándo un elemento llega a ser simbólico o emblemático en la imagen de la población. Silvia Arias, por su parte, se refiere a los elementos del paisaje como un parámetro estrictamente estético al decir que “los principales elementos visuales son: la forma, la textura, así como la línea y contraste, por último el color como complemento a todos ellos.”23 Por otro lado, menciona que los componentes o elementos de los cuales se conforma el paisaje se agrupan en cuatro áreas, siendo estos físicos naturales y artificiales: La tierra. El relieve, las texturas y los diferentes materiales del terreno, así como la evolución de la conformación de la superficie terrestre de ese entorno. El agua. La presencia de este elemento en el ambiente es esencial para cualquier forma de vida. Aporta además elementos estéticos que revalorizan el paisaje en un nivel elevado. La vegetación. Proporciona gran variedad en el colorido y textura dentro del entorno natural o artificial. Las estructuras o elementos artificiales son componentes inevitables en el paisaje. Debido a que son la manifestación de la intervención del hombre sobre su entorno, que se representan mediante edificaciones de tipo habitacional o de usos múltiples como es el caso de los centros turísticos, habitacionales o de oficinas, así como de las instalaciones, infraestructuras y servicios que éstos conllevan. El confort visual. La manera como se comunica el usuario con el medio que lo rodea es o puede llegar a ser distinta. Esto, si se toma en consideración la intervisibilidad con el exterior que lo rodea. Para ello es necesario tomar en consideración tres aspectos fundamentales: La abertura visual (que es la relación que existe entre el usuario y lo que observa hacia el exterior), el dominio visual (que consiste en el área específica que el usuario es capaz de observar en un momento determinado, si ese elemento fuese de su interés), y la privacidad visual (que consiste en tener la posibilidad de aislarse en ciertas situaciones de mayor intimidad que el usuario requiera.) (Arias, op. cit.)

Esta clasificación de los elementos del paisaje aborda la experiencia estética principalmente; lo interesante es que lo hace desde la perspectiva del usuario y trasciende la importancia del medio natural en la vida cotidiana. Rudolf Arnheim24 entiende los elementos del espacio como una relación visual entre observador y los objetos, tanto arquitectónicos como urbanos aunque no los define; ya que destaca el vacío como un elemento más del entorno urbano. Menciona también que la experiencia perceptiva es utilizada para la creación de nuevos espacios aunque el usuario no esté consciente, lo cual establece el concepto de imagen como un problema mental, reduciéndolo a un aspecto cognitivo. Esto está encaminado hacia el proceso mental de la imagen con elación de experiencia estética o emotiva. El espacio está creado como una relación entre objetos […] Existen muchos aspectos de la experiencia de los cuales no somos explícitamente conscientes y que no dejan de matizar nuestro conocimiento de modo importante. Las relaciones visuales entre objetos son de ese tipo. El espacio entre las cosas no parece simplemente vacío[…] Parece paradójico que el espacio tenga una presencia perceptiva propia, aun cuando no esté explícitamente construido por el arquitecto y no aparezca entre los objetos que constituyen el inventario de la imagen visual[…]el arquitecto no construye espacio, pero lo crea igualmente. (Arnheim, op. cit.: 18.)

Ante esta idea, el autor se refiere a la construcción de ambientes a partir de los aparentes vacíos del espacio público. Además realiza un vasto estudio sobre las proporciones de estos objetos arquitectónicos en función del tamaño de éstos y el campo de visión del usuario, lo cual 23 24

ARIAS, Orozco Silvia. Espacios abiertos. www.imcyc.com/cyt/noviembre/espacios.htm ARNHEIM, Rudolf. La forma visual de la arquitectura. 1978. p. 18.

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Imagen y Contexto Urbanos expresa la estrecha relación entre el objeto y habitante, no sólo visual sino de identificación, ya que la escala influye en la percepción del mismo. Por enorme que sea un edificio, puede entrar en contacto con el visitante proporcionándole una limitación de tamaños, algunos lo bastante pequeños como para ser directamente relaciónales con el cuerpo humano. Estos elementos arquitectónicos de tamaño humano sirven de lazos entre el habitante orgánico y la habitación inorgánica. (Arnheim, ídem: 18.)

Alejandro Cabeza expone los elementos del paisaje partiendo de la necesidad de identificarse con algún sitio, ya que el ser humano obedece a un impulso de posesión donde define su territorio. Desde este punto de vista conductual y a un nivel de diseño arquitectónico como urbano, afirma que dichos componentes otorgan carácter a determinado lugar o espacio abierto como la variedad, continuidad, claridad, proporción adecuada, elegancia, cordialidad, estilo, singularidad, detalle, personalidad, calidad, tipicidad, amenidad y la cantidad de gente25. Las posturas anteriores son cualidades de los elementos del entorno y paisaje urbano que involucran directamente al usuario a participar en algún ambiente. A diferente escala, el conjunto de todos estos objetos urbanos y arquitectónicos se contienen en una red estructural y morfológica que se relacionan con los aspectos culturales y sociales de la comunidad. Por su parte, Christian Norberg-Schulz26 asegura que Lynch al definir la estructura urbana como nodos, caminos y distritos; le otorga una dimensión existencial sin reducirlos a aspectos de un problema ‘visual’. Por otro lado, cita a Levi-Strauss en donde explica que la imagen se relaciona con el aspecto topológico según la posición del individuo en la estructura social, dando como resultados varios tipos de imagen. Y termina por definir la estructura urbana como resultado de funciones individuales y sociales. La estructura urbana interior es pues un complejo resultado de funciones individuales y sociales que tienen lugar. Los mismos elementos básicos son encontrados en otras partes; sin embargo pueden estar combinados según varias imágenes urbana típicas. Las más elementales: ‘cercados’ o ‘verjas’ y los ‘bloques’ o ‘grupos’, que son las expresiones directas de funciones que tienen lugar y de convivencia social. Esas dos estructuras aparecen también frecuentemente combinadas como cuando un grupo de casas recibe una delimitación bien marcada. En las grandes ciudades esas estructuras forman sistemas jerárquicos. (Norberg-Shculz, op. cit.: 37 y 38.)

También explica que aunque existan los mismos elementos en determinado lugar, la construcción de ellos a través de los modos de vida implica distintas formas de actuar en el espacio, según el tipo de cultura del habitante. Para Lynch, los contenidos de las imágenes de la ciudad son referibles a las formas físicas, las cuales son clasificadas en cinco tipos de variables que el usuario distingue o asimila según el uso que tengan en la ciudad para entonces conformarla como parte de su imagen: sendas, bordes, barrios, nodos y mojones.27 a) Sendas: son los conductos que sigue el observador normalmente, ocasionalmente o potencialmente. Pueden estar representadas por calles, senderos, líneas de tránsito, canales, vías férreas. Para muchas personas son éstos los elementos preponderantes en su imagen. La gente observa la ciudad mientras va a través de ella y conforme a estas

Fig. 1

25

CABEZA, Alejandro. Elementos para el diseño de paisaje. 1993. p. 69, 70. NORBERG-SCHULZ, Christian. Existencia, espacio y arquitectura. 1975. p. 37, 38. 27 Lynch, Kevin. La imagen de la ciudad. 1984. p. 61. 26

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Imagen y Contexto Urbanos sendas se organizan y conectan los demás elementos ambientales.

Fig. 2

b) Bordes: son elementos lineales que el observador no usa o considera sendas. Son los límites entre dos fases, rupturas lineales de la continuidad, como playas, cruces de ferrocarril, bordes de desarrollo, muros. Constituyen referencias laterales y no ejes coordinados. Estos bordes pueden ser vallas, más o menos penetrables, que separan una región de otra o bien pueden ser suturas, líneas según las cuales se relacionan y unen dos regiones. c)

Fig. 3

Fig. 4

Fig. 5 Fig. 1. Sendas; fig. 2. Bordes; fig. 3. Barrios; fig. 4. Nodos y fig. 5 Hitos o mojones. Fuente: Kevin Lynch, “La imagen de la ciudad”, pág. 62, 63.

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Barrios: o distritos son las secciones de la ciudad cuyas dimensiones oscilan entre medianas y grandes, concebidas como de un alcance bidimensional, en el que el observador entra ‘en su seno’ mentalmente y que son reconocibles como si tuvieran un carácter común que los identifica. Siempre identificables desde el interior, también se los usa para la referencia exterior en caso de ser visibles desde fuera.

d) Nodos: son puntos estratégicos de una ciudad a los que puede ingresar un observador y constituyen los focos intensivos de los que parte o a los que se encamina. Pueden ser confluencias, sitios de una ruptura del transporte, un cruce o una convergencia de sendas, momentos de paso de una estructura a otra. O bien, los nodos pueden ser, concentraciones cuya importancia se debe a que son la condensación de determinado uso o carácter físico. Algunos de estos nodos de concentración constituyen el foco y epítome de un barrio, sobre el que irradian su influencia, y del que se yerguen como símbolos. e)

Hitos o Mojones: éstos son otro tipo de referencia, pero en este caso el observador no entra en ellos, sino que le son exteriores. Por lo común se trata de un objeto físico definido con bastante sencillez, por ejemplo, un edificio, una señal, una tienda o una montaña. Su uso implica la selección de un elemento entre una multitud de posibilidades. Algunos hitos están distantes y es característico que se los vea desde muchos ángulos y distancias, […]y que se los utilice como referencias radiales. […] Se trata de claves de identidad e incluso de estructuras usadas frecuentemente y parece que se confía cada vez más en ellas a medida que el trayecto se hace más familiar.(Lynch, op. cit.: 62-64.)

Imagen y Contexto Urbanos

6. Fuente Minerva, Guadalajara, México. El monumento es un ejemplo claro de elemento urbanoarquitectónico, ya que en este caso sirve de glorieta y define la avenida, simboliza un hecho histórico y además sirve de referencia en el espacio urbano al usuario. Foto: www.mexico.net

Esta lectura de la ciudad toma como referencia teórica urbana la identidad y los recorridos que hace el habitante para ubicarse en el lugar. Ya que el autor agrega que ninguno de dichos elementos existe en estado de aislamiento. Pues, “los barrios están estructurados por nodos, definidos por bordes, atravesados por sendas y regados de mojones”28. De modo que, el análisis parte de diferenciar los datos en categorías y se finaliza con la integración a la imagen social. Sin embargo, no explora afondo el aspecto semántico y el análisis se torna una descripción de elementos referentes en espacio, mas no de significación; lo cual tiene una connotación que trasciende la referencia espacial. Ya que al objeto se le impregna de sensaciones emotivas que se relacionan íntimamente con el habitante. De acuerdo con los argumentos anteriores, los elementos relacionados a la imagen urbana son: objetos físicos naturales y artificiales ubicados en el entorno, paisaje o ambiente urbano. Se incorporan en espacios abiertos como parques, mobiliario urbano; hasta objetos arquitectónicos como conjuntos habitacionales, centros comerciales. Dichos objetos urbano-arquitectónicos resuelven los requerimientos sociales y culturales de la población, dentro de una política urbana. Todos ellos son 28

Ídem. p. 64.

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Imagen y Contexto Urbanos significantes debido a la estrecha relación con la comunidad mediante la actividad desempeñada en torno a éstos; de los cuales algunos se convertirán en símbolos de la imagen urbana. Pues dentro del simbolismo se encuentra la conexión con las identidades colectivas. Por ejemplo, en el caso de la vía pública lo simbólico está presente comúnmente con relación a los monumentos que sirven de glorietas en las avenidas principales. Este hecho resuelve un requerimiento de circulación. Sin embargo, el diseño y planeación urbana de tal objeto contribuyen en gran medida a fortalecer la imagen del usuario, por el factor significativo que tiene como referencia espacial.

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Imagen y Contexto Urbanos 1.2

CONTEXTO URBANO: TESTIMONIO DE LA IMAGEN DE LA CIUDAD.

Las ideas, pensamientos, aspiraciones y deseos que los habitantes tengan con respecto a su ciudad estarán reflejadas en las acciones realizadas en el espacio urbano. Es a partir de las actitudes sociales que se verifica la aceptación, rechazo o indiferencia entre los grupos socioculturales que integran la población. De ahí que el contexto urbano sea la consecuencia de una conducta y expresión colectiva, pues plantea las relaciones entre ambientes, paisajes y entornos con las actividades y usos de los individuos en cada elemento urbano-arquitectónico. Convirtiéndose en la realidad objetiva o testimonio de los imaginarios urbanos. Si se considera que las transformaciones y desarrollo de las ciudades, han tenido distintos contrastes y matices en cuanto a su historia y cultura. Y que las circunstancias que encierran estos eventos varían según las vivencias de los habitantes en lugares o espacios de un período determinado. Entonces se comprende que la morfología urbana está en función de dichos cambios sociales y culturales que han constituido el carácter de las imágenes generadas en el habitante. La actitud social es la que construye, en esencia, la personalidad urbana; ya que la estructuración de los elementos urbano-arquitectónicos está en función de las necesidades biofísicas y socioculturales de la población. Así que, mediante los usos y actividades que se despliegan en cada objeto está implícita dicha actitud que no siempre es comprendida o que refleja la inconformidad o frustración de sus congéneres. Lo anterior está en un marco

7. Plaza de santo Domingo a mediados del siglo XX. Los edificios que rodean la plaza pertenecen al S. XIX y su uso se ha transformado según los avances tecnológicos. La imprenta, el comerciante, el consumidor, el automovilista y el transporte colectivo tienen una actividad específica que se refleja en el espacio. La organización de dichas acciones y la actitud social con las que la llevan a cabo señalan la personalidad y la significación del espacio como esencia del lugar. Ello es el contexto urbano. Fuente: Póster.

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Imagen y Contexto Urbanos referencial que permite discernir la organización de los ambientes socio-culturales sin que estén aislados unos de otros, sino de la integración entre ellos con el espacio público y el objeto urbano o arquitectónico. Por ejemplo, la plaza de Santo Domingo (foto 7) tiene una historia que determina el carácter del espacio habitable. En el pasado, los escribas se situaban en los portales de la plaza satisfaciendo la necesidad de comunicación, mediante la carta, a las personas que no sabían leer ni escribir. Después la imprenta tomó importancia para efectos similares. Hoy día los son los trabajos de serigrafía realizados por computadora, los cuales cumplen con demandas en la elaboración de invitaciones a eventos sociales. Nótese que no ha cambiado la tradición sólo se ha transformado al paso del tiempo y el avance tecnológico. El ambiente o espíritu tanto en el pasado como en el presente se ha mantenido latente y se aprecia una actitud laboral y artística. Hecho que origina una imagen definida y clara, por lo menos en los portales de la plaza de Santo Domingo. De ahí que el contexto urbano determine la organización y comprensión de las distintas imágenes o juicios de valor en torno al objeto urbano-arquitectónico, utilizando como medio las actitudes socioculturales de la comunidad en el ambiente y entornos urbanos; así como la organización del paisaje urbano. El contexto corresponde a la realidad urbana objetiva, la cual es análoga a la realidad subjetiva de la población. Esto es que todo aquello expresado tangiblemente en el espacio público, tiene una correspondencia con el pensamiento y valores de la población. 1.2.1

Distinción entre imagen y su contexto urbano.

La diferencia entre la imagen y su contexto consiste en que la primera se estructura a partir de la valorización del entorno, asimilándola como una realidad subjetiva de la población a través de los imaginarios. En tal juicio de valor se expresan los deseos, aspiraciones, identificaciones, rechazos y frustraciones de los grupos sociales. Y su contexto urbano corresponde a la realidad objetiva de la población, compuesta por las prácticas, actitudes, conductas, hábitos y costumbres que los procesos socioeconómicos, políticos y tecnológicos de la ciudad delimitan como parámetros de la sociedad. Al concebir la imagen urbana29 como la interpretación de un conjunto de imaginarios mediante los juicios de valor de los ambientes, entornos y paisajes urbanos; existen diferentes aspectos para abordar cada imagen como: el formal, cultural, estructural, conductual y semiótico. Del mismo modo, el contexto urbano puede estudiarse bajo dichos referentes, pues está conformado por los mismos elementos que la imagen. El acercamiento e interacción de ambos entre sí, relacionados con la comunidad los conecta cíclicamente. Pues la imagen se refuerza con su contexto y éste, a su vez, se reafirma con la imagen e imaginario del habitante. Y está determinada subjetivamente por los valores de los individuos en sus modos de vida, incluyendo intenciones, sentimientos y emociones; mientras que el contexto recopila los ambiente creados por cada grupo sociocultural y los enmarca espacial, política, económica y 29

Ver Aciertos y desaciertos en torno a la imagen urbana. Capítulo 1, pág. 6.

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Imagen y Contexto Urbanos tecnológicamente en la ciudad; es decir, los contextualiza. Cabe señalar que cuando un contexto presenta desorganización en la composición de sus elementos, puede interpretarse como confusión de ambientes y la imagen percibida ante tal circunstancia será igualmente imprecisa. Pues el observador al no identificarse o comprender el contexto que se le presenta, tiende a desplazar la escena y excluirla de su territorio; prefiriendo los ambientes que correspondan a su identidad para almacenarlos en su memoria y haciéndose partícipe de los mismos. Por ejemplo, los callejones que son comunes en las grandes ciudades y dónde reside una población de bajos recursos económicos; las bandas o pandillas se hacen presentes delimitando su barrio o territorio mediante el graffiti. La imagen que esta comunidad marginada tiene de su ciudad estará determinada por el contexto en el que vive, y lo reflejará a través de su conducta como la delincuencia o vandalismo. Otro grupo de individuos con distinta condición socioeconómica, al percibir tal ambiente, automáticamente lo excluye pues no existe comprensión del modo de vida y del entorno que rodea al primer grupo; es decir, el contexto de este último o es desconocido o inteligible para el segundo. Pues lo que percibe como primera impresión, será imaginado y juzgado como lo que desvaloriza a la sociedad. De tal manera que la inclusión o exclusión del primer grupo, estará determinado por la imagen e imaginario que los otros observan e interpretan de su ambiente, comparándolo y valorizándolo según su propio contexto. En este sentido, los contextos estructuran el imaginario en la mente del sujeto, ya que éste último interpreta los ambientes urbanos según su formación sociocultural. Además de realizar un análisis cognitivo del que se respalda para dotar de significado a los elementos encontrados en el paisaje y entorno urbanos30. Los requerimientos de cada grupo social se ven plasmados tanto en la imagen como en el contexto, ya que se manifiestan en los ambientes. Esto se refiere a que el habitante canaliza e interpreta la interacción entre los elementos en torno al objeto urbano-arquitectónico y las acciones indicativas de su grupo sociocultural. De modo que para definir contexto se parte del conjunto de circunstancias que acompañan un suceso o evento31, el cual puede tratarse de un aspecto histórico, social, político, económico o tecnológico. Según el diccionario Léxico Hispano, lo vincula a la unión de objetos en determinado lugar y la forma de enlazarse32. En términos urbanos, se refiere a las circunstancias e interacción de los elementos entre sí de algún entorno determinado. Alejandro Mangino explica la diferencia entre entorno y contexto, ya que comúnmente son utilizados como sinónimos; el primero afecta físicamente a la percepción de los sentidos sin que el observador tenga control de él, mientras que el segundo además, de que el observador requiere de las percepciones antes mencionadas, debe efectuar “un proceso de razonamiento para determinar algunas características culturales espirituales.” También explica que “los contextos comprenden una serie de características particulares que aparecen como un conjunto por determinar, diferenciar o catalogar.” Agrega un claro ejemplo que diferencia ambos conceptos:

30

MANGINO Tazzer, Alejandro. La restauración arquitectónica. Retrospectiva histórica en México. 1990. p. 172. LAROUSSE. Diccionario de la lengua española. p. 130. 32 Diccionario Léxico Hispano. Enciclopedia ilustrada en lengua española. p. 379. 31

23

Imagen y Contexto Urbanos Así el entorno que rodea a una aula universitaria está constituido por patios y corredores que los sentidos pueden percibir como entorno inmediato; a su vez, el paisaje de una montaña, cerro o cúpula será un entorno mediato, y todos los entornos particulares se encuentran en un solo contexto. (Mangino, op. cit.: 172)

Es decir, los contextos conllevan a un proceso de identificación donde el habitante, por medio de una imagen preconcebida de su ciudad, percibe la manera cómo caminan, juegan, comunican e interaccionan con el resto de la población. Paul Philippot33 da una definición relacionada con la importancia histórica del objeto arquitectónico y la utilización que ha tenido a través del tiempo, al decir que contexto es: El medio circundante del objeto considerando que éste determina el acercamiento de carácter social, histórico o estético, y por lo tanto la interpretación correcta del mismo: el marco de una pintura, el ambiente tradicional de un monumento, esencial para su escala y significado; las circunstancias sociales en las que ha sido usado el objeto.

Lo trascendente del contexto es que permite valorizar y enjuiciar el objeto arquitectónico desde una perspectiva objetiva. Además proporciona algunos parámetros de evaluación con respecto a la obra arquitectónica con su uso; que a veces el objeto en sí no transmite, como por ejemplo: el coliseo romano (foto 7 y 8) está valorizado como una obra de arte por la magnificencia de sus órdenes y su imponente composición; sin embargo, frecuentemente se olvida para qué era utilizado, ¿qué rodeaba a esta pieza arquitectónica? Era el recinto de los asesinatos efectuados como espectáculo; de cristianos que eran arrojados vivos a los leones o al fuego34. Independientemente de la ideología de aquel entonces, y su cultura; es sensato un punto de vista humanista, la importancia de enfatizar los derechos humanos, ya que sin ellos no habría parámetros en la calidad de vida. Este factor también es importante para la evaluación del objeto arquitectónico; ya que es el contexto el que está definiendo el carácter del espacio urbano; y no por el hecho de ser una obra estética en el plano formal, signifique la justificación del cómo es utilizada35. Aunque los usos de un mismo edificio cambien a través del tiempo, es necesario recordar que en cada uno de ellos se tuvo conductas y actitudes constructivas o degeneradas. Con la finalidad de aprender del pasado para no volver a cometer los mismos errores en el futuro, el uso del espacio habitable es lo que define la relación entre espacio y habitante así como la forma en cómo es utilizado determina en parte, la imagen de la ciudad. En conclusión, el contexto urbano se define como el medio físico, social, político, religioso, económico y tecnológico que circunda al objeto urbano-arquitectónico, incluyendo el ambiente, paisaje y entornos urbanos; en un conjunto de circunstancias que caracterizan el lugar. Donde tal medio actúa directamente sobre las vivencias del habitante exponiendo la realidad objetiva de éste; es decir, lo que determina la razón de ser del objeto urbano-arquitectónico o justificación de su existencia. De modo que a partir de ahí, la imagen y el imaginario sean interpretados bajo dichos referentes, pues son los únicos parámetros que el habitante conoce y comprende por su propia experiencia.

33 PHILIPPOT, Paul. Restauraciones: filosofía, criterios, pautas. INHA. Metodología del trabajo de conservación de conjuntos históricos. p. 19. 34 Nueva Enciclopedia Temática. Tomo 8. p. 427. 35 Clase de Teoría de la Arquitectura impartida en SEPI. ESIA. Tecamachalco, por Carlos Ríos Garza, 2000.

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Imagen y Contexto Urbanos

7 y 8. Vistas del Coliseo Romano, Italia. El uso actual es turístico pues constituye parte de la historia antigua de Roma; y por lo tanto el contexto de hoy día se ha transformado por la actitud que se tiene ante tal monumento. Foto: www.roma.s5.com/coliseo.htm

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Imagen y Contexto Urbanos 1.2.2

Ciudad, identidad y memoria colectiva.

La ciudad es la materialización de las operaciones sociales, económicas, políticas, tecnológicas y culturales. Las tradiciones, costumbres y hábitos como parte de un desarrollo cultural construyen y transforman los espacios urbanos según el pensamiento de cada época. De ahí que la ciudad sea un producto urbano y arquitectónico impregnado de recuerdos, mitos y hechos históricos que han modificado la visión de distintas sociedades, heredándola a las generaciones sucesivas. El concepto de cultura según Tylor (1871) es el conjunto complejo de conocimientos, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y cualquier otra capacidad adquirida en sociedad36. Por lo que la ciudad es entendida como un producto cultural, donde su desarrollo y crecimiento como proceso social está encaminado a la aplicación de tales conocimientos que determinarán cambios estructurales dentro de la sociedad. Dando así, como resultado un producto de valor e impacto, el cual se describirá como proceso histórico. En las identidades culturales, entendiendo éstas como la forma en que cada pueblo identifica y reconoce su cultura37, se manifiesta en el espacio urbano, y muchas veces, de ellas depende el impacto y valor de la obra arquitectónica en cierta sociedad38. Por ejemplo, el Zócalo del centro capitalino de la Ciudad de México (foto 9), está conformado en sus colindantes, principalmente por el Palacio Nacional, el Edificio de Gobierno del Distrito Federal, la Catedral y los portales de los joyeros. Además la plaza es un lugar que por tradición, cada 16 de septiembre la gente se reúne para celebrar su independencia junto con el presidente de la República. Este hecho determina una actitud social de los ciudadanos que revocan un evento del pasado, el cual se guarda en la memoria colectiva de los grupos socioculturales. Sin embargo, eso no es todo puesto que se remonta todavía tiempo atrás; ya que los danzantes (foto 10), grupos populares que realizan rituales prehispánicos en el mismo lugar, hacen alusión de las tradiciones de una civilización pasada. Transmiten el mensaje de no olvidar las raíces como parte de la identidad social. Parte de las creencias e ideologías que caracterizan a los diversos grupos étnicos que conforman la sociedad son los mitos. Este último entendido como principio de la formación social39, es parte fundamental en cualquier cultura, y es representado como idea principal en las artes: pintura, escultura, arquitectura, música, poesía. Sin embargo, aunque “las civilizaciones sean distintas, tienen una analogía en el esquema de sus mitos” 40, afirma Childe. En arquitectura se observan civilizaciones como las de Egipto y Grecia, las cuales reflejan en cada construcción su mitología y su propia concepción del cosmos. Más tarde, la esencia del mito no se pierde y se puede observar que en el medioevo, las construcciones góticas giran en torno a la cristiandad; donde se generan inmensas alturas para ofrendar al Dios en cada pueblo. Debido a los descubrimientos y a las invenciones de cada época, la sociedad y su pensamiento son transformados por su contexto histórico. 36

TYLOR, Edward. Citado por Ricardo Tena en Musas y pueblos. 1998. TENA, Ricardo. Musas y pueblos. Ensayo sobre la relación Arte-Cultura. 1998 38 Seminario impartido en SEPI. ESIA. Tecamachalco, por Salvador Urrieta. 2000. 39 PALAZÓN, María Rosa. El mito religioso como principio ordenador, en las VI Jornadas de Hermenéutica. Facultad de Filosofía y Letras. UNAM. 2002. 40 CHILDE, Gordon. Los orígenes de la civilización. 1996. p. 43. 37

26

Imagen y Contexto Urbanos

9. Arriba. Zócalo de la Ciudad de México. Vista de los modos de vida cotidianos, desde los peregrinos en la Catedral como los taxis-bicicleta que trasportan turistas o citadinos. 10. Abajo. Danzantes en el Zócalo de la Ciudad de México. Una tradición cultural que se ha convertido en una forma de vida. Foto: www.nuestraimegen.net/postales 2_4 Los hombres se aferran apasionadamente a las viejas tradiciones y muestran gran renuencia a modificar sus modos de conducta acostumbrados, tal como lo han experimentado a su costa los innovadores de todas épocas. La carga muerta del conservatismo ha retardado indudablemente el progreso humano; y todavía más en el pasado que en la actualidad. No ha consistido fundamentalmente en el mejoramiento y en el ajuste de la tradición social, transmitida por medio del precepto y del ejemplo. (Childe, op. cit.: 43.)

Las tradiciones, como parte de la mitología41, llevan consigo ciertos símbolos que rebelan la memoria de la ciudad; dicha memoria puede ser olfativa, mental, visual, sensitiva. El lenguaje es un signo de un cambio cultural. Los mitos cobran vida no fortuitamente, sino con un fin ideológico. Desde el punto de vista de los ciudadanos o individuos, resulta necesario profundizar en las diferencias entre el hombre de campo y el de la ciudad o metrópoli. Ya que la comprensión del proceso de urbanización según el medio natural varía debido a sus modos de vida, y esto aplica para aquellos que migran de una ciudad a otra. Incluso se diferencia aquel 41

Nota: entiéndase por mitología, una organización de símbolos representando una realidad.

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Imagen y Contexto Urbanos sujeto que nace en la ciudad sin el contacto con el campo, sino “con el acero y el pavimento, la tecnología, el vehículo, la televisión y alejado del concepto tradicional de la naturaleza, sin haberlo siquiera buscado y menos valorado, ni le permite hacer una elección verdaderamente libre entre el medio natural y el artificial”42. Esto es lo que ocurre en las grandes metrópolis como la ciudad de México, donde los ya nacidos ahí y en busca de desarrollo se dirigen hacia las periferias, donde el encuentro con el todavía ‘campo’ causa un impacto en su percepción y repercute en las actividades diarias. En contraste de aquél que busca integrarse al desarrollo de las actividades citadinas a la periferia de la ciudad o simplemente por que la urbanización ya lo alcanzó. Cuando esto último ocurre, los asentamientos que se sitúan en torno a la ciudad, como el caso de los centros periurbanos, se convierten en espacios parciales de una ciudad, y no en otra ciudad. Pues en ocasiones un centro de población es promocionado con tal concepción, por ejemplo: Ciudad Satélite, Ciudad Nezahualcóyotl y Ciudad Cuautitlán Izcalli, cuando en realidad conforman una sólo ciudad. Eliel Sarinen explica que los grupos socioculturales no pueden nacer sin fertilizar en la concentración. Y define como objetivo específico el de ofrecer a todos la oportunidad de tomar contacto con los acontecimientos culturales, contiendas y actividades intelectuales de diversa índole. Termina en definir cuáles son los pasos necesarios para el progreso cultural: el primero es recibir impresiones culturales; y luego, digerirlas. Así mismo, agrega que la concentración en la ciudad atrae también la concentración anticultural: “los polos opuestos luchan por alcanzar un equilibrio de múltiples razones, pero es indudable que la ciudad en extremo congestionada es propicia para causar un equilibrio infortunado. Y así producir barrios bajos espirituales”43. Un ejemplo claro es el fenómeno de globalización que actualmente está influyendo en varias ciudades, tanto urbanas como rurales. Este fenómeno también puede observarse al nivel de estructuración física, donde Webber44 afirma que la estructura metropolitana en cada momento depende en gran manera de la estructura que había en los períodos procedentes, aquí se entiende que el cambio social es más rápido que el formal, es decir, los flujos de información que afectan directamente a una sociedad actúan en un período de tiempo mucho más corto que el cambio que necesita la estructura del sistema para adaptarse a dichos flujos de información. Esto propone dos tipos de retraso, continúa Webber, el del proceso cultural y de ambiente físico que se ha acentuado en los análisis de relaciones entre el nivel normativo, el funcional-organizativo y el físico ambiental. También explica que el retraso cultural se refiere a la tendencia propia de cada cultura a cambiar más despacio que la organización funcional. Es decir, que una civilización no tiene las correspondientes transformaciones directas al nivel normativo. El retraso físico-ambiental se refiere a la condición en la que el ambiente físico y artificial obstruye el desarrollo y transformación de otros sistemas organizativos de las actividades en general. Si bien las concepciones de estructura y morfología urbana están relacionadas estrechamente, la primera hace referencia a la distribución y organización espacial en sectores de la ciudad como zona industrial, residencial, comercial y recreativa; mientras que la segunda se avoca al 42

RIVERA Álvarez, Fernando. El Urbanita. Política y Urbanismo. 1987. p 11. SARINEN, Eliel. La Ciudad. 1965. p. 167, 168. 44 WEBBER, DYCKMAN, et al. Indagaciones sobre la estructura urbana. 1964. p. 35, 36. 43

28

Imagen y Contexto Urbanos resultado formal de tales sectores desde una perspectiva dimensional. Así mismo, la ciudad se conforma por centros de población dimensionados por las actividades y prácticas socioeconómicas, políticas, religiosas y tecnológicas; que han pasado por diversos procesos como el de descentralización, el cual propicia planificar un espacio urbano que cuente con todos los avances de la sociedad moderna. Por ejemplo, los centros periurbanos en vías de crecimiento y consolidación, aún están por descubrir sus múltiples facetas como la especialización de servicios que conforman un ambiente específico e inconfundible, que aunque tenga que ver con la identidad del habitante también tiene que ver con la estructura y morfología urbana, y por supuesto con el referente de otro sector de la ciudad, como el caso de la Condesa en la Ciudad de México. De acuerdo con lo anterior se puede concluir que la cultura urbana es un factor de cambio social, económico, político y religioso reflejado en la estructura y morfología de la ciudad. Y es mediante las tradiciones, actividades, costumbres, ideologías y hábitos que reflejan un modo de vida específico, el cual forma parte de la historia urbana. Esta última será asociada por las identidades colectivas con los acontecimientos provenientes de su ciudad. Es cierto que al cabo de varias generaciones la memoria colectiva, inmersa en los recuerdos y sucesos históricos, se enriquezca o modifique puesto que las transformaciones de la ciudad son constantes. Sin embargo, las actitudes sociales ante este hecho caracterizarán el contexto de las imágenes urbanas.

29

Imagen y Contexto Urbanos

1.3

ESPACIO

Y

ELEMENTO

URBANO-ARQUITECTÓNICO:

PROYECTORES EMBLEMÁTICOS DE LA CULTURA URBANA. Al analizar la estructura de la ciudad se encuentra infinidad de elementos que la integran, y la idea de comprenderlos como parte de un todo, hacen significativo el estudio de ellos. Esto justifica el hecho de no enfocarse únicamente al objeto urbano-arquitectónico como si estuviera fuera de contexto. Sino que abordarlo desde sus referentes sociales, políticos, económicos, y religiosos ayuda la comprensión de su existencia. Inclusive, abordarlo desde su concepción o diseño arquitectónico necesariamente debe plantearse a partir de dichos aspectos, con la finalidad de adquirir permanencia. Además, el objeto urbano-arquitectónico lleva implícito un mensaje hacia determinado grupo sociocultural; que aunque tal información no siempre sea clara para el habitante, adquiere un significado específico expresado en el espacio, convirtiéndose ambos, espacio y objeto, como focos simbólicos de la cultura urbana. Partiendo de la idea en donde el sujeto materializa al objeto con respecto al contexto en el que habita. El fenómeno urbano se entiende como un proceso perceptivo45 donde el habitante expresa e interpreta los acontecimientos ocurridos en su ciudad. Esto quiere decir que los modos de vida de los grupos socioculturales son parte de la cultura urbana y que al dotar de significación a todo aquello que los rodea, los objetos urbano-arquitectónicos se convierten en una especie de lema por lo que significan. De ahí que también el espacio urbano y arquitectónico sea un proyector o foco emblemático de las identidades culturales, conformadas por los distintas comunidades coexistentes en la ciudad.

45

CANTER, David. Psicología de lugar. Un análisis del espacio que vivimos. 1987. p. 7.

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Imagen y Contexto Urbanos

11. Frente al Templo Mayor, en el centro de la ciudad de México, los danzantes realizan su ritual sagrado. El espacio se convierte en emblema cuando el habitante de determinada comunidad, lo dota de significado debido a la identidad cultural a la que hacen referencia, en este caso, a su expresión artística. Foto: www.artoftravel.com/images

1.3.1

El objeto urbano arquitectónico y su impacto en el espacio público.

Los requerimientos sociales, culturales, económicos, políticos y tecnológicos tienden a satisfacerse materialmente en el objeto arquitectónico y urbano. Éste tiene estipulaciones reguladas por una política urbana que avalan su existencia o construcción, pues está en función de cumplir necesidades de seguridad, comodidad y tranquilidad de sus ocupantes. Sin embargo, al solventar los requisitos anteriores, automáticamente modifican todo aquello que le rodea. Es decir, el ambiente en torno a tal elemento es alterado pues las limitaciones entre una actividad y otra no están definidas por el inmueble. Dentro de la planeación urbana y arquitectónica existen diversas formas de lograr un ordenamiento lo más eficiente posible. Cada elemento del cual se compone difiere en mucho según el uso que tenga, así como su respectivo espacio. Para distinguir un elemento urbano de uno arquitectónico esencialmente, se requiere reconocer las cualidades con respecto al uso de cada objeto. Debido a que el objetivo principal de la arquitectura es crear espacios habitables, y el urbanismo, como una especialidad de ella, estudia la ciudad para comprenderla; cada uno de sus elementos está en función del desempeño que tenga en el espacio público. En ocasiones, un mismo objeto puede ser urbano y arquitectónico, debido al enfoque entre ambos parámetros. Aldo Rossi denomina los elementos primarios como áreas urbanas, ya que constituyen un conjunto que determinan la estructura física de la ciudad. Y según su función las divide en: residencia, actividades fijas y circulación46. Las actividades en torno a los almacenes, edificios 46

ROSSI, Aldo. La arquitectura de la ciudad. p. 155.

31

Imagen y Contexto Urbanos públicos y comerciales, universidades, hospitales y escuelas, además del inmobiliario urbano, servicios e infraestructura; se refieren a las actividades fijas, las cuales tienen correspondencia con el objeto arquitectónico, pues es donde se realizan tales faenas. Sin embargo, al igual que las actividades de circulación existen elementos que responden a una acción de carácter pública, y es llamado objeto urbano. Los monumentos o edificios históricos, por su parte, entrarían en la categoría de elemento fijo, ya que no modifican su cualidad de hecho urbano como generador de la forma de la ciudad47. Esto se refiere al uso del cual es destinado como elemento indicativo capaz de caracterizar los procesos de transformación espacial del territorio en una comunidad, además de otorgarle un valor significativo al paso del tiempo. Además que es determinante en su uso, también lo es su impacto en la percepción del habitante mediante la significación y el valor estético o emotivo que éste le otorgue. Estos elementos están concatenados con los entornos, ambientes y paisajes, en tiempo y espacio. Por ende, responden a una determinada sincronía y diacronía del hecho urbano. Dicho de otra forma, el objeto urbano-arquitectónico está en función de la constancia y el cambio que sucede en el fenómeno urbano. Por otro lado, la utilidad del elemento parte de la noción de eficiencia, eficacia y efectividad48, donde la finalidad es resolver las necesidades urbanas y arquitectónicas de la población.

47 48

Idem. p. 157. Clase de Teoría de Sistemas, impartida por Miguel Ángel Mora en la SEPI, unidad Tecamachalco. IPN, 2000.

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Imagen y Contexto Urbanos

12. La Torre Latinoamericana en el centro de la Ciudad de México. Elemento urbano por el símbolo que caracteriza al pensamiento de una época, y elemento arquitectónico por las funciones que desempeña. Foto: Javier De la Mora, 1997. www.mexicoco.net

Por ejemplo, la Torre Latinoamericana (foto 12) ubicada en el centro de la Ciudad de México constituye un elemento que marca la historia de la formación de la ciudad. Pues contrasta con su entorno, constituido por los demás edificios del siglo XVIII y XIX como el Palacio Nacional, el Edificio de Gobierno y la Catedral. Todos estos objetos limitan un espacio de carácter privado al interior de cada uno pero que se unifican mediante un espacio de carácter público como el Zócalo y las calles que lo rodean. Físicamente esas serían las delimitantes entre el espacio privado y público; sin embargo, al observar las actividades de los usuarios se percibe que tal división no es así. Además de que el entorno forma parte de un ambiente que engloba la satisfacción de requerimientos políticos, financieros, administrativos y comerciales; el edificio por sí sólo no impacta dicho entorno, sino la demanda de necesidades básicas como las del alimento del habitante. Aquellas personas que laboran en el edificio tienen un horario de entrada, comida y salida que se manifiestan en el espacio urbano, pues en gran parte de lo que rodea al edificio, se encuentran pequeños restaurantes y estacionamientos. Además este objeto 33

Imagen y Contexto Urbanos arquitectónico se torna significativo casi en el momento que es construido, pues en su tiempo era la torre más alta de la ciudad. La experiencia estética que revelaba tal construcción por el diseño y magnificencia en la composición de los materiales, era compartida con el resto de sus espectadores en esa época. La noción de eficiencia y eficacia se veían representadas en tal obra por el pensamiento y progreso tecnológico; sin embargo, hoy en día no es efectivo por los cambios en los modos de vida y actividad en torno a dicho objeto. De acuerdo con lo anterior y a manera de metáfora, se explica como espacio privado referido al yo, y el público como al otro. El primero situado en un nivel arquitectónico y el segundo en un nivel urbano, unidos a través de las extensiones de los requerimientos básicos de la población como el alimento, distracción, juego y de cuestiones interpersonales. Además, todo objeto urbano arquitectónico es significante para los distintos grupos sociales, mas no todos se tornan simbólicos, para adquirir este simbolismo o emblema se requiere de la valorización sociocultural. Una forma de discernir dichos elementos urbanos y arquitectónicos es mediante su función, de la cual se encuentran las áreas de residencia, actividades fijas y de circulación. Dichas áreas no están aisladas, pues están ligadas directamente a las demandas que el usuario manifieste según su identidad cultural. 1.3.2

Tipología

y

estilo

del

objeto

arquitectónico;

hacia

una

experiencia estética. El estilo es lo que marca la autenticidad de una expresión de pensamiento; la cual está inmersa en una tipología que corresponde a las distintas formas físicas en que el individuo concibe su espacio habitable. Las emociones y significados que provienen de la composición formal del objeto arquitectónico y su relación con los modos de vida, es lo que conlleva a tener una experiencia única e irrepetible que permanece en la memoria colectiva. Resulta interesante conocer qué es lo que impulsa a una sociedad a transformarse culturalmente. En el caso de la ciudad medieval, la morfología de su arquitectura es identificable por todo el simbolismo que contiene, además que se distingue de la ciudad romana por su forma concéntrica. En estas manifestaciones de forma, se crearon utopías a través de la religión, trabajo, disciplina, virtud, igualdad y libertad, que finalmente son los efectos del carácter social de la época. La arquitectura del pensamiento colectivo emerge de la dinámica sociocultural de la ciudad. Estos hechos urbanos conducen a consideraciones en el campo de la tipología. Así mismo los elementos de la ciudad se transforman, cambian o desaparecen según su uso o función. Dentro de la forma de la ciudad, se distinguen ciertos objetos arquitectónicos donde la diversidad de tipos y estilos varía según el área destinada al elemento. Ferrater Mora define tipo del vocablo griego τύπος (typus) que significa «golpe», de ahí «marca dejada por el golpe», «sello», «figura», «molde», «impresión». Y por concepto general se entiende como modelo que permite producir un número indeterminado de objetos que son reconocidos como pertenecientes a la misma clase. Como ejemplo, los individuos que ‘tienen un aire de familia’49. Según 49

FERRATER Mora, José. Diccionario de filosofía. Tomo IV. p. 3512.

34

Imagen y Contexto Urbanos Quatremère de Quincy50, la palabra tipo no representa la imagen de una cosa que copiar o que imitar a la perfección. Y asienta que el modelo, en cambio, es la ejecución práctica del arte en un objeto que tiene que repetirse tal cual es. Por tanto el tipo es un objeto del cual nadie puede concebir obras que no se asemejen en absoluto entre ellas. Todo es preciso y dado en el modelo; todo es más o menos vago en el tipo. Así, vemos que la imitación de los tipos nada tiene que el sentimiento o el espíritu no puedan reconocer. ( Quatremère de Quincy, op. cit.: 78.)

Así pues, Aldo Rossi51 concluye que el tipo es constante y se presenta con caracteres de necesidad sociocultural; pero aún siendo determinados, éstos reaccionan dialécticamente con la técnica, con las funciones, el estilo, el carácter colectivo y el momento individual del hecho arquitectónico. Y afirma que la tipología es la idea de un elemento que tiene un papel propio en la constitución de la forma, y que es una constante. Para este estudio se considera como tipo o arquetipo al carácter determinado por un conjunto de individuos que se identifican entre sí; sin embargo, al imprimir cualquier modificación en el objeto urbano arquitectónico representa el estilo y técnica en las partes que constituyen al elemento. Por ejemplo, las casas unifamiliares que constituyen un fraccionamiento o colonia están diseñadas bajo un mismo tipo de diseño por una empresa constructora. Y al ser habitadas, adquieren carácter propio según la familia que la ocupa. Algunas deciden ampliar su espacio habitable, en otras no; sin embargo dejan impreso su estilo y técnica de construcción. Como definición, estilo es la forma singular o distintiva de expresión artística de una persona, grupo o período52. Por su parte Soto Ramírez53 afirma que el estilo caracteriza un espacio social donde permite establecer diferencias entre los miembros de clases o categorías, al aseverar que: El estilo sirve para diferenciar lo bueno de lo malo (la política), lo bello de lo horrible (la moda), y lo verdadero de lo falso (la publicidad). El buen gusto, por ejemplo, es el gusto dominante cuyas variaciones viajan por los tres continuos antes mencionados, haciendo de los contornos del espacio social una forma completa llamada vida cotidiana. Más que un límite, el gusto es una barrera que separa lo bueno de lo malo otorgándole al espacio dimensiones políticas.

Al abordar el gusto como influencia directa del estilo, es también relacionarse con la estética o las emociones. Y de hecho es preferible, ya que la manera de percibir el gusto resulta ambigua debido a la infinidad de factores que lo definen. Por otro lado, desde el punto de vista de psicológico, Michael Laurie54 señala la función del cerebro en la formación de modelos como necesidad de la satisfacción estética: Paradójicamente, nuestro sistema perceptivo exige variedad y datos nuevos, y entre tanto, busca la uniformidad o el modelo. Con el cerebro, sistema de modelo selectivo o modelo perceptivo, cabe pensar que es un consumidor y solicitante de información.[…] El deleite que acompaña a una satisfacción estética es un indicativo del ordenado funcionamiento del cerebro y de su labor selectiva de modelos e innovaciones. Si las fluctuaciones y las pautas son algo esencial en la percepción, es innegable que su participación en el disfrute estético lo será también. La satisfacción estética, y por tanto, la belleza que se aprecia visualmente, consiente dos interpretaciones: un flujo donde descubrir una pauta o una pauta que encierra fluctuaciones inesperadas. (Laurie, op. cit.: 235.) 50

De QUINCY, Quatremère, citado en Aldo Rossi. La arquitectura de la ciudad. p. 78. Opcit, ROSSI, Aldo. p. 79-80. 52 CHING D. K., Francis. Diccionario visual de arquitectura. p. 153. 53 SOTO Ramírez, Juan. Invenciones inservibles que complejizaron el espacio social. http://www.jornada.unam.mx/1999/jul99/990719/ciensoto.html 54 LAURIE, Michael. Introducción a la arquitectura del paisaje. 1983. p. 235. 51

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Imagen y Contexto Urbanos

13. Arriba. Basílica de Guadalupe, Costa Rica. Nótese la composición de los materiales y las formas que constituyen una tipología del pasado. 14. Abajo. Parque “Morazan” en Sn. José, Costa Rica. El contraste con otros elementos determina el contexto en el que se sitúa tal diseño urbano 36 www.infoweb.co.cr/galeria Foto:

Imagen y Contexto Urbanos Aunque esta postura esté vinculada con la satisfacción estética como proceso mental, cabe señalar que la complacencia de las necesidades emotivas, no sólo de la belleza, corresponde a la dimensión religiosa o espiritual del individuo de aquéllas imágenes que provoquen reacciones sensoriales de agrado desinteresado. Explica Ferrater Mora que el desinterés caracteriza la actitud estética en el mismo sentido en que el juego es la actividad puramente desinteresada, la complacencia sin finalidad útil o moral55. Sin embargo, en la práctica arquitectónica es prescindible asimilar lo estético como una exigencia de la obra arquitectónica, con el fin de satisfacer la proporción espiritual del usuario. De modo que en la obra arquitectónica lleve implícito esa poética de la que hacía mención Villagrán. La capacidad de gozo o sufrimiento en la contemplación del objeto arquitectónico sale a relucir, incluso la memoria como ‘una manera de sentir’56 tiene efecto en la satisfacción de la necesidad de sentirse vivo. Desde la perspectiva del arquitecto o urbanista, las ciudades están determinadas por estudios visuales en el que se desarrollan y generan lugares de descanso o comodidad, y de actividad colectiva en una población. De modo que el habitante utilice ese espacio para la realización de sus actividades. Sin embargo, la percepción de este último se ve alterada por la forma de adaptación a su comunidad, y por supuesto a su formación cultural. Según Michael Laurie, la percepción es un proceso más complicado que la visión, ya que la gente selecciona, organiza e interpreta el estímulo sensorial a través de imágenes coherentes y significativas que suscitan en las interacciones con el entorno. Explica que en el entorno percibido por el observador, se encuadran diversos objetos y estímulos sensoriales, que influyen en los procesos selectivos y organizadores. Además señala la calidad de dichos estímulos con respecto a los objetos urbanoarquitectónicos al afirmar que: La intensidad o calidad del estímulo es un factor determinante de la percepción, o sea, de aquello que entre un intenso bombardeo de estímulos se selecciona. La forma, el color, el contraste y demás atributos pueden hacer que un objeto domine tan notoriamente un entorno, que casi nadie deje de identificarlo y seleccionarlo, aunque un significado y la respuesta de conducta que induzca, difieran entre individuos. (Laurie, op. cit.: 233.)

Para Canter, existe un patrón de “cómo nos gustaría vivir”57, donde los procesos internos del individuo en interacción con sus entornos, definen los efectos del medio ambiente en una imagen emotiva o espiritual; es decir, las creencias que se relacionan al aspecto físico de la ciudad dotándola de una significación emocional. Agrega que la percepción significa el proceso de concientización de los estímulos en nuestro alrededor. Y la cognición lleva a enfatizar la profunda importancia que pueden tener incluso los pequeños aspectos de dichos entornos, los cuales tienen una variedad de significados, debido a la mezcla de recuerdos, hábitos y esperanzas con los que son unidos. Por otro lado, la conducta es factor importante en la determinación del diseño de entornos o de los elementos urbano-arquitectónicos. Michael Laurie58 menciona tres tipos de categorías de factores humanos:

55

FERRATER Mora, José. Diccionario de filosofía. Tomo IV. p. 1115. Ídem. p. 1114. CANTER, David. Psicología de lugar. Un análisis del espacio que vivimos. p. 1, 7. 58 LAURIE, Michael. Introducción a la arquitectura del paisaje. 1983. p. 220-228. 56 57

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Imagen y Contexto Urbanos

15. Arriba. Edificio de Correos y Banco Nacional de Costa Rica. Aunque se manejan dos estilos muy diferentes, no rompe con la tipología de formas clásicas. Nótese la diversidad de estilos que encierran el contexto urbano. 16. Abajo. Edificio de Correo Central de Costa Rica. Entre los elementos que muestra esta imagen, se encuentra la forma de vida de la comunidad, en dónde actúan según perciben el espacio público. Y es significativa puesto que ha sido fotografiada como postal, muestra de las bellezas históricas de Costa Rica. Foto: www.infoweb.co.cr/galeria

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Imagen y Contexto Urbanos 1) Factores físicos: los cuales atienden la relación entre la forma del entorno y la figura humana en conjunto. Por ejemplo, el juego en los niños; “el entorno facilitará el crecimiento y el desarrollo físico –desarrollo muscular y capacidad motora-, y con este fin las dimensiones de los terrenos de juego, las fuentes, etc., todo estará en función de los niños”. 2) Factores fisiológicos: éstos se encaminan a la auto conservación y a la prevención del dolor. El instinto es un tipo de conducta frente al peligro físico. “Un entorno inseguro y amenazador puede inducir a un estado de aprensión y lesionar emocionalmente a la persona”. 3) Factores psicológicos: las necesidades psicológicas y sociales del ser humano varían según la edad, clase social, fondo cultural, pasadas experiencias, motivaciones y la rutina diaria. Determinando así, las diferentes necesidades de cada individuo agrupadas en cinco categorías: social (necesidad de afiliación asociativa, de compañerismo), estabilizadora (necesidad de manipular el entorno, utilizando signos y símbolos), individual (necesidad de intimidad), de auto expresión (necesidad de autoafirmación, territorialidad) y de enriquecimiento (necesidad de la experiencia estética).

A grosso modo, se tienen parámetros estéticos en los que se incluyen estímulos sensoriales con respecto a los objetos urbano-arquitectónicos como una imagen de seguridad, comodidad y confianza. Las cuales son también parte de la imagen de la ciudad por el significado que representa para cada individuo y tratará de representarlo en su propia vivienda. Reflejando un estilo que lleve impreso un sello personal pero también de identificación con respecto a su comunidad; es decir, proyectará su individualidad de acuerdo a la tipología del lugar como signo de pertenencia. De ahí que, la experiencia estética o emotiva se desarrolle en los entornos urbanos como parte de los valores y creencias que comparte la comunidad.

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Imagen y Contexto Urbanos

Conclusión capitular.

Durante el desarrollo de este capítulo, la conceptualización de paisaje, entorno, ambiente, imagen y contexto urbano fue diferenciada y relacionada entre cada uno de ellos como partes indivisibles de la ciudad. El paisaje es determinado por el espacio natural y construido donde se toman referencias espaciales para configurar la imagen general de la ciudad. El entorno se enfoca a la relación del objeto urbano arquitectónico con los agentes físicos, sociales, económicos, culturales e históricos manifestados en el paisaje pero que requiere una interacción directa con éste. El ambiente es el conjunto de entornos y paisajes donde las comunidades ejercen su identidad y modo de ser. La imagen es el juicio de valor asociado a los imaginarios para interpretar el paisaje, entorno y ambiente de la ciudad. Finalmente, el contexto se refiere al medio físico, social, político, religioso, económico y tecnológico en el que se desarrolla la comunidad; ambientes y entornos urbanos creados por el habitante que determinan el modo de vida de éste y los parámetros para juzgar o valorizar a otros. Como puede apreciarse, los conceptos anteriores no pueden tratarse o modificarse aisladamente, puesto que todos ellos forman parte de un sistema que es la ciudad. Aunque la imagen y el contexto urbano pueden ser estudiados a través de distintos puntos de vista, la vivencia social del habitante es imprescindible para abordar cualquier análisis, ya que la forma de la ciudad se encuentra vinculada a las prácticas culturales, sociales, económicas y políticas. De modo que al ser abordados por aspectos formales, culturales, estructurales, conductuales o semióticos; los elementos o variables relacionados a la imagen urbana se vinculan al entorno, paisaje o ambiente urbano, los cuales describen en fragmentos los contextos o realidades urbanas que coexisten por comunidad. Así mismo, dichos factores pueden ser categorizados según Lynch, como: sendas, barrios, bordes, nodos y mojones o hitos; pues éstos ayudan en la taxonomía de las distintas interpretaciones de las imágenes e imaginarios existentes en la ciudad. Ya que la información que se requiere para decodificar el lenguaje urbano, se encuentra en los contextos urbanos; es decir las situaciones que determinan la justificación de los modos de vida de la población. La identificación de estos contextos o realidades urbanas, se aborda desde los estilos propios de la comunidad que son plasmados en el elemento urbano arquitectónico. Ya que el conocer los rasgos o signos formales de dichos objetos corresponde a lo que la comunidad identifica y resguarda en la memoria colectiva. El impacto estético es otra variable para comprender la creación de arquetipos urbanos, en vez de elementos asilados y desarticulados de los ambientes socio-culturales de la población. Entendiendo por tipo o arquetipo al carácter determinado por un conjunto de individuos que al imprimirlo en el objeto urbano arquitectónico representa la identificación o pertenencia del lugar, reflejando una forma particular de vida y pensamiento colectivo. Aunque el estilo esté relacionado con el gusto, la composición de las 40

Imagen y Contexto Urbanos técnicas y materiales empleados en los objetos urbano-arquitectónicos, determinan o revelan la satisfacción de una experiencia estética o inclusive religiosa del aspecto formal del lugar. La cual está dirigida principalmente a la complacencia de las necesidades emotivas y valorativas que los habitantes experimentan como parte de sí mismos. De hecho, todas aquéllas imágenes que provocan reacciones sensoriales de agrado desinteresado, enriquecen o empobrecen la imagen de la ciudad en el sentido formal y cultural porque ese aspecto espiritual es lo que le da sentido a su existencia. Además en ella se resume la grandeza o insignificancia de una sociedad, considerando que cada elemento urbano-arquitectónico o agente sociocultural se convierta en una palabra; y el conjunto de ellos, una historia para cada individuo. Por esto, la imagen se interpreta objetivamente cuando se conocen los usos, actividades o prácticas y vivencias de los elementos y agentes que la integran; esto es a partir del contexto urbano. Dichas actividades, prácticas y actitudes requieren de un lugar en el espacio públicoprivado. Por tanto, este último es un elemento contenido en la imagen y contexto urbanos implícitamente. Además algunos de ellos en ocasiones no se crean con la finalidad de convertirse en objetos identificadores de una comunidad sino que con el tiempo son adoptados por ella; o viceversa, se crean con el fin específico de ser elementos de identidad y no perduran debido a que la comunidad los rechaza. Esta situación de aceptación y exclusión extremas refleja una falta de inteligibilidad en los entornos de la ciudad debido a las diferencias socioculturales. Para entender esto último, se utiliza la siguiente metáfora: yo y lo que interpreto de mi entorno; como el contexto urbano de cada comunidad o la correlación de la realidad subjetiva con la objetiva basadas en la experiencia del individuo; yo y lo que interpreto del entorno de los otros, como la imagen que se tiene de otra comunidad o realidad subjetiva que no comparte el mismo contexto, es decir, las experiencias o situaciones de su modo de vida difiere en contenido.

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Imagen y Contexto Urbanos

LA CONFIGURACIÓN DE LA IMAGEN A PARTIR DEL CONTEXTO.

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Imagen y Contexto Urbanos

Arriba. Niagara Lake, Canadá. Foto: Autor. Abajo. Arco del trunfo, Francia. Fuente: www.fonseca.terra.cl/roma4.htm

“Una obre arquitectónica es un objeto que nunca ha sido ni será visto en su integridad por nadie.

43

Imagen y Contexto Urbanos es una imagen mental sintetizada con mayor o menor éxito a través de las visiones parciales. Lo fácil o difícil que resulte obtener esta imagen depende de los modelos usados por el arquitecto”. Rudolf Arnheim.

Una integración socio-espacial de los elementos urbanos y arquitectónicos.

Desde las observaciones basadas en la actividad, vivencias y usos delimitados por los objetos urbanos y arquitectónicos, se expone la estrecha relación que existe entre la imagen urbana con su contexto, la cual surge a partir de su respectiva correspondencia. A partir de esto, se explica que el elemento urbano-arquitectónico al examinarse a través de su contexto o su realidad objetiva, ayuda a que sea codificable e identificable la imagen que proyecta; fortaleciendo y enriqueciendo así, los imaginarios urbanos. De modo que la valorización e interpretación que realiza el habitante está en función de lo que percibe como la integración de los espacios en torno a los objetos arquitectónicos conforme a las prácticas y actitudes sociales que los vinculan. Al utilizar como analogía la relación ‘persona’ y ‘personalidad’, se aprecia la diferencia y complejidad que existe entre la imagen y el contexto urbano respectivamente. Ambos conceptos tienen en común los mismos objetos urbano-arquitectónicos, de ahí que al abordarlos en una forma descriptiva y analítica se conozca la razón de ser de los entornos de la ciudad. Una metáfora que explica dicha relación, sería en términos de los integrantes de una familia, ésta se compone de personas: padre, madre e hijos; donde cada una se desenvuelve según su rol considerando los valores familiares en sociedad; es decir, proyectan y asumen una imagen que vaya de acuerdo con lo que su comunidad advierte como bueno y correcto. Sin embargo, la personalidad de cada una es muy distinta y adopta diversas posturas según el entorno en el que se encuentren. De modo que su modo de ser está determinado por la experiencia y vivencia que ha tenido dentro de esa familia y lo que la rodea; es decir, el contexto en el que se ha desarrollado o crecido. A partir de lo anterior, cada integrante recreará en su imaginación la imagen de un padre, madre o hijo haciendo alusión a los deseos y aspiraciones propios. Es decir, el padre tiene una imagen de sí mismo análoga a su propio padre, y la personalidad que se forjó fue determinada por su seno familiar; ahora que él asume dicho rol, su comportamiento estará en función de lo que él conoce que es ser padre, pero con la noción de lo que le hubiera gustado tener como padre, y aquí entra el imaginario. Inclusive la ausencia de una imagen paternal tiene también el mismo tratamiento, pues se recrea en el imaginario de acuerdo a lo que sabe que debe ser un padre. En términos urbanos, ocurre algo similar pero en un nivel comunitario. La imagen que una comunidad tiene de sí misma está en función de su propio contexto; es decir, factores socioeconómicos, educativos, lugar de residencia, costumbres y hábitos sociales. Y es lo que 44

Imagen y Contexto Urbanos toma de referencia para hacer juicios de valor o interpretar entornos urbanos ajenos a ella, sin necesidad de conocer el contexto de tal lugar. Hasta este punto, se entiende la importancia de conocer los agentes, factores y características que conforman tal contexto para comprender los diferentes entornos y ambientes urbanos así como la exclusión o inclusión de algunos de ellos. La concatenación de los objetos urbano-arquitectónicos con las experiencias de los habitantes está en función de crear un vínculo socio-espacial, con el fin de provocar un acercamiento de carácter social o de convivencia con otros grupos socioculturales, de carácter histórico o de remembranza en el desarrollo y crecimiento de su localidad, y de carácter estético o de experiencia emotiva como parte de los valores y creencias que se comparten entre las comunidades. Dicha relación establecería una conexión directa con la imagen que se tiene de los entornos como la de su contexto, considerando las aspiraciones y deseos de las comunidades como refuerzo de identidad social. Por otra parte, las distintas formas de percibir e interpretar los entornos y ambientes de la realidad objetiva también dependen de los imaginarios urbanos y la valorización que se hagan de los objetos urbano-arquitectónicos. Debido a lo anterior, el espacio público es un elemento radical en la comprensión del contexto de la imagen e imaginario; ya que es un lugar de expresión social que mediante los usos, prácticas, actividades y costumbres de los habitantes denotan o dejan implícito la correlación de su pensamiento con sus acciones. De aquí que el objetivo general de esta tesis, consiste en constatar que los elementos urbano-arquitectónicos que configuran la imagen de la ciudad, se relacionan con su contexto urbano por medio de la valorización de las actividades y actitudes socio-culturales que el habitante tiene de su comunidad. Es decir, partiendo de las variables urbano-arquitectónicas que organizan la estructuración de la imagen urbana, clasificadas por Lynch en: sendas, bordes, nodos, barrios y mojones o hitos; los habitantes impregnarán tales elementos con sus deseos y aspiraciones, lo cual determinará un juicio de valor o un constructo simbólico para calificar su entorno y medio ambiente en función de los valores socioculturales de su comunidad. En cuanto a los objetivos específicos, se pretende conocer los juicios de valor que considera el habitante para interpretar sus entornos. Constatar que el significado otorgado por el habitante a cada elemento tenga una connotación social, histórica y/o estética. Comprobar que el significado de tales valores esté expresado en el espacio público y privado en torno al objeto elegido. Y por último, verificar que la concatenación o articulación socio-espacial entre los objetos y actividades sociales esté en función de los juicios de valor.

45

Imagen y Contexto Urbanos 2.1

IMAGEN

Y

CONTEXTO,

FACTORES

ANALÓGICOS

DEL

ENTORNO Y AMBIENTE URBANO. A partir de los imaginarios que los ciudadanos crean culturalmente de su comunidad, surge una estrecha relación con los valores sociales y el significado que cada uno de ellos tenga para cada habitante. En este sentido el aspecto conductual y semiótico sirve de apoyo para la comprensión de la percepción social para comprender por qué ciertos elementos constituyen la imagen general del lugar en el que viven. Pues si bien todos los objetos son significantes para la población, también son simbólicos ya que depende del valor que cada habitante le otorgue. Lynch los considera como hitos y nodos59 por la concentración de acciones o claves de identidad. La relación de dichos elementos con la actitud social determinada por su contexto social, religioso, político y económico, se plantea como factores o agentes que determinan la imagen de la ciudad en un sentido analógico. Pues según la ubicación del objeto urbanoarquitectónico en determinado contexto histórico, es enriquecido o empobrecido por la valorización sociocultural de la imagen de los entornos y ambiente urbanos. Dentro del contexto urbano, se consideran referentes sociales, estéticos e históricos60; a los aspectos enmarcados por las vivencias, actitudes, hábitos y costumbres; las cuales matizan o caracterizan circunstancialmente la imagen del elemento urbano-arquitectónico. De ahí que la imagen y su contexto sean agentes analógicos en la interpretación de los entornos y ambientes urbanos, utilizando el imaginario como refuerzo de tal traducción del espacio.

17. Plaza de Santo Domingo, Ciudad de México, en el siglo XX. Vista de las actividades y modos de vida integradas al espacio público, la plaza; y las edificaciones en torno a ella. Fuente: Póster. 59

Ver Distinción entre imagen y contexto urbano. Capítulo 1, pág. 22. PHILIPPOT, Paul. Restauraciones: filosofía, criterios, pautas. INHA. Metodología del trabajo de conservación de conjuntos históricos. 1989. p. 19. 60

46

Imagen y Contexto Urbanos 2.1.1

El objeto urbano arquitectónico y sus entornos mediatos e inmediatos.

Dentro de la percepción del habitante se crea una concepción del entorno observado impregnándolo con un valor en específico; o sea una imagen, la cual representa la realidad subjetiva del objeto con relación al sujeto. Es decir: yo y lo que interpreto que es mi entorno. Del mismo modo sucede con los elementos que surgen de la imagen, en este caso: los bordes, sendas, nodos, mojones y barrios61. Cada uno de ellos representa un elemento urbano arquitectónico como parte constituyente de la localidad; sea un edificio, un parque, una plaza o un monumento. Además dicho objeto se sitúa en un espacio donde está determinado por los entornos mediatos e inmediatos. En el caso del monumento, explica Rossi, que normalmente está en el centro y circundado por edificios, cuestión que lo convierte en un lugar de atracción. Continúa manifestando que se trata de un hecho urbano típico, ya que resume ciertas cuestiones planteadas por la ciudad, además de los valores impuestos, incluso por encima de los caracteres económicos62. Lo anterior es una parte del contexto que envuelve a tal objeto; así mismo ocurre para cada uno de los elementos que son identificados de acuerdo con la estructura de la ciudad. Bazant63 describe la caracterización de la imagen urbana, es decir, los paisajes, entornos y ambientes urbanos que la configuran en su contexto socio-espacial. 1.

Confort: factores de clima, ruido, contaminación e imagen visual.

2.

Diversidad de sensaciones y de medios ambientes: qué variedad de personas usan los espacios abiertos y cuáles sus necesidades y deseos.

3.

Identidad perceptual: es tener “sentido de lugar”, lugares reconocibles, memorables, vívidos, receptores de la atención y diferenciados de otras localidades. La identidad depende del conocimiento del observador y puede, ser transmitida indirectamente mediante símbolos verbales. (Bazant, op. cit.: 85.)

Lynch64 afirma lo anterior empero como una cualidad del objeto urbano arquitectónico; y la define como una imagen ambiental, la cual está en función de los elementos estructurales y explica que puede ser distribuida analíticamente en tres partes: identidad, estructura y significado. Lo cual conforma nuevamente los ambientes en torno al objeto. Pues implica la identidad colectiva con respecto a los objetos y espacios urbano-arquitectónicos. a) Una imagen eficaz requiere la identificación de un objeto, lo que implica su distinción con respecto de otras cosas, su reconocimiento como entidad separable. A esto se le da el nombre de identidad, no en el sentido de igualdad con otra cosa sino con el significado de individualidad o unicidad. b) La imagen debe incluir la relación espacial o pautal del objeto con el observador y otros objetos. c)

Éste objeto debe tener cierto significado, práctico o emotivo, para el observador. (Lynch, op. cit.: 167 y 168.)

Estos tres puntos son esenciales para el objeto urbano arquitectónico, ya que el habitante lo pueda identificar sin dificultad, esto implica el lugar estratégico en el que se ubique. Además 61

LYNCH, Kevin. La imagen de la ciudad. Ver Elementos relacionados a la imagen urbana. Capítulo 1, pág. 15. ROSSI, Aldo. La arquitectura de la ciudad. 1971. p. 162. BAZANT, S. Jan. Manual de criterios de diseño urbano. p. 85. 64 Idem. LYNCH, p. 167, 168. 62 63

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Imagen y Contexto Urbanos porque los entornos están provistos de ambientes65 en los cuales actúan las identidades colectivas de cada comunidad. Sin embargo, en términos del contexto urbano en el que se encuentran los aspectos sociales, históricos y estéticos66 del habitante, se permite caracterizar los entornos según las actitudes sociales. De modo que a partir de esas características se obtenga una imagen inteligible de los entornos urbanos, y esto se logra mediante su contexto. Al examinar el contexto social, se observa que cuando el objeto urbano-arquitectónico está dotado de significado para el usuario, es adoptado con facilidad en su memoria debido a una asociación de ideas entre su modo de vida y el pensamiento de la época o ideología. Por ejemplo, lo que explica Morris67 en la transformación del medioevo al renacimiento: El renacimiento tuvo sus orígenes en Florencia donde, como observa Nikolaus Pevsner, unas condiciones sociales determinadas coincidieron con la especial naturaleza del país y de sus habitantes. La situación social es la de una ciudad-estado inmensamente rica y poderosa en la que las familias dirigentes ejercían a la vez un activo mecenazgo sobre las artes. Para estos opulentos comerciantes las convenciones religiosas del Medioevo carecían de atractivo, “…tendían hacia ideales mundanos, no a lo trascendental”. (Morris, op. cit.: 175.)

18. Catedral del Barcelona. Obsérvese la composición arquitectónica en estilo gótico del siglo XVIII. El objeto está caracterizado por el contexto social, por tratarse de un elemento religioso, la ideología de la época se expresa materialmente. Tiene un contexto histórico por que hoy día se considera como parte del patrimonio de la ciudad. Así mismo está determinado en un contexto estético, pues el valor que la comunidad le otorga está en función de un sentimiento relacionado a lo divino, en donde está implícito la identidad colectiva. Foto: www.nuestraimagen.net/postales 65

Ver Aciertos y desaciertos en torno a la imagen urbana. Capítulo 1, pág. 6. PHILIPPOT, Paul. Restauraciones: filosofía, criterios, pautas. Metodología del trabajo de conservación de conjuntos históricos. Ver Distinción entre imagen y contexto urbano. Capítulo 1, pág. 20. 66

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Imagen y Contexto Urbanos Estas ideas se reflejaron en la arquitectura de la ciudad, resultado del cambio o transformación de creencias y situaciones sociales, políticas y económicas, principalmente. Cuando se discute sobre el patrimonio de la ciudad, necesariamente se hace referencia al contexto histórico del objeto arquitectónico. La imagen como patrimonio construido es un concepto que se relaciona con la forma física y en cómo fue concebida ideológicamente, lo cual está enfocado principalmente, a la conservación y restauración de un centro histórico68. La cuestión aquí es la diferencia de cuándo se considera patrimonio y cuándo es construcción, ya que los parámetros difieren según la situación social, política y hasta tecnológica. El punto es que desde la perspectiva del observador, la historia está ligada a su vida personal. Son los recuerdos que tiene desde su infancia hasta su madurez. Aunque esas memorias están ligadas a una forma muy particular y distinta en cada etapa, sucede que se trata de la historia de su vida ligada a la de su comunidad. Así mismo, esos eventos se materializan en el objeto urbano arquitectónico estimulando el carácter histórico de la población a partir de los recuerdos. Dentro del contexto estético se sitúa la función de generar emociones, a partir del valor otorgado por la comunidad. Jan Mukarovský69, explica la estética bajo la connotación social, ya que implica el valor de las buenas relaciones y dignidad de la comunidad: En el caso de la relación social la importancia de la tendencia estética en tanto que ayudante y acompañante de la función práctica es especialmente evidente: la necesidad de atenuar conflictos, conseguir simpatías, conservar la dignidad personal y otras encuentran un apoyo en esa especie de placer desinteresado y plácido que acompaña a la postura estética. (Mukarovský, op. cit.: 150.)

Casi siempre, el observador se inclina por la forma física del elemento urbanoarquitectónico, aludiendo al valor de la belleza. Aunque la estética es más que eso, ya que estimula emociones de todo tipo. De acuerdo con esto, el contexto estético está enfocado a los valores de la población, así como los sentimientos o emociones que el objeto urbano arquitectónico genere a los espectadores. De modo que, las dimensiones del entorno del elemento urbano-arquitectónico están ligadas a los distintos contextos que mediante la actividad y uso de las comunidades en el espacio urbano se establecen analógicamente como: referentes históricos, sociales y estéticos, los cuales exponen el pensamiento y actitud colectivos de la sociedad, así como sus aspiraciones y deseos inmersos en el imaginario urbano. 2.1.2

Construcción de signos y emblemas en el espacio urbano.

Partiendo de la idea de Rossi, al afirmar que la ciudad es la memoria colectiva de los pueblos y que debido a que esa remembranza está ligada a hechos y lugares; además de que ella incite la transformación del espacio por obra de la colectividad70. Se entiende que la comunidad le confiere a la historia una importancia trascendental, pues dentro de ella se encuentra el valor del contexto mismo, que en ocasiones se torna un símbolo o emblema. Así como se refiere a las 67

MORRIS, A. E. J. Historia de la forma urbana. p.175. INHA. Escuela Nacional de conservación, restauración y museografía. Metodología del trabajo de conservación de conjuntos históricos. p. 151. 69 MUKAŘOVSKÝ, Jan. Escritos de estética y semiótica. p.150. 70 ROSSI, Aldo. La arquitectura de la ciudad. p. 226, 227. 68

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Imagen y Contexto Urbanos ciudades bajo esta concepción, igualmente se aplica a los elementos urbanos arquitectónicos que la configuran. De modo que tanto la ciudad como sus elementos son signos que representan el pensamiento de un pueblo. El espacio arquitectónico es sin duda para el arquitecto y el usuario en general, el objeto significante por medio del cual, los elementos que lo caracterizan como tal definen la composición de las alturas, la luz, los materiales, la profundidad, perspectiva, plasticidad, simetría, proporción, armonía, escala y geometría71. Es decir, conceden al objeto, la importancia que representa para ellos y la hacen notoria mediante una simbología de enriquecimiento propio y único. Desgraciadamente no todas los espacios arquitectónicos o urbanos son vistos de ese modo; sin embargo los que sí reúnen estas características son factibles de convertirse en un símbolo. Entendiendo este último como la asociación de imaginarios entre el objeto y su uso72. La forma del espacio arquitectónico es influenciada por las cualidades antes mencionadas generando emociones al espectador colectivo. El simbolismo en una ciudad varía según el pensamiento y forma de vida de una población ante un espacio y tiempo determinados. Como ejemplo está la transformación de la ciudad medieval al Renacentismo73. La ciudad comienza a tener un escenario distinto, y es otro el impacto sobre la gente debido a los descubrimientos de la época como la imprenta por Gutenberg o cuando Toscanelli se percató que el equinoccio tenía lugar veinte minutos antes de lo que había establecido Ptolomeo. Además, en el campo de la arquitectura y urbanismo, se descubrió el texto de Vitruvio De Arquitectura, donde se reveló una significación mística en el diseño de sus edificios. Además el principio de disciplina y orden se implementó en el diseño arquitectónico, en contraste con la irregularidad y dispersión del espacio gótico, el cual fue religioso conceptualmente. Otro indicador de los cambios significativos es el estilo de vida de la época, como es el caso de la transformación a la ciudad barroca: Del mismo modo que el nuevo estilo barroco de ornamentación de iglesias fomentaba un interés popular premeditado al transformar el interior de la iglesia y, en especial, el altar mayor, en algo parecido a un escenario donde la misa se celebraba casi como una representación teatral para una congregación de fieles a modo de público, así la ciudad barroca se convirtió en un enorme montaje escenográfico para la exhibición de la corte, la nobleza y otros personajes ricos y poderosos. Se trataba del aspecto del cambio político y social que transformó la ciudad estado, con sus ciudadanos libres, en la capital de la monarquía absolutista, con su corte y sus habitantes sojuzgados. (H.G. Koenigsberger y George L. Mosse, Europe in the Sixteenth Century). (Morris, idem: 178.)

Considerando todos estos parámetros en el que el usuario tiende a expresar simbólicamente su estado de conciencia. Es oportuno señalar también las emociones que fueron provocadas en las distintas etapas del espacio-tiempo, entretejiendo una red de significados que han evolucionado en la actualidad. Muntañola, por su parte afirma lo anterior al constatar que el significado en cierto momento histórico-geográfico de cada edificio puede considerarse como el entrecruzamiento de una ‘construcción de significado’ y de un sistema de comunicación.74 Así pues, el simbolismo en el contexto urbano, incluye los aspectos físicos, naturales y 71 72 73

Clase de Análisis Teórico de la Arquitectura, impartida por Salvador Urrieta en SEPI-ESIA, Tecamachalco, 2001. CHING D. K., Francis. Diccionario visual de arquitectura. p. 86. MORRIS, A. E. J. Historia de la forma urbana. p. 175, 177.

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Imagen y Contexto Urbanos transformados, como los valores sociales, históricos y estéticos75. Todos ellos referidos al pensamiento de una población que refleja su propia identidad. Por otro lado, el espacio público no es la excepción en la condición de dicho fenómeno, ya que la calle es también lugar de expresión de la comunidad. En realidad todo los entornos están concatenados a los significados que como habitante-espectador se ofrece en la vida diaria. Esto se refiere a los objetos o espacios abiertos que inspiran al usuario a ser parte de un lugar. Carlos Niño y Jairo Chaparro76 señalan el principio en el cual el habitante se apropia de un espacio; sobretodo cuando ese entorno adquiere una connotación simbólica. Esto es que las vivencias, anécdotas o hechos históricos de una ciudad son lo que determina las actitudes, comportamientos, creencias o significados de la población.

19. Vista de la glorieta Av. Reforma, El Ángel de la Independencia, en la Ciudad de México. El monumento es un símbolo que remite a un pensamiento del pasado, en este caso el de independencia y libertad. Foto: Javier de la Mora, 1997. www.mexicoco.net 74

MUNTAÑOLA i Thornberg, Joseph. Topogénesis Tres. Ensayo sobre la significación en arquitectura. p. 17, 21-23. ENAH. Metodología del trabajo de conservación de conjuntos históricos. Ver Distinción entre imagen y contexto Urbano. Capítulo 1, p. 20. 76 NIÑO Murcia, Carlos y CHAPARRO Valderrama, Jairo. El espacio público en algunos barrios populares de la Bogotá actual. http://www.barriotaller.org.co/pagina_n.htm 75

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Imagen y Contexto Urbanos En el espacio público también se dan lugares y elementos simbólicos, referidos al proceso histórico de formación del barrio, a las luchas libradas o a hechos del paisaje natural que toman una significación especial, ya sea por su ubicación, su rareza, su forma o su belleza. Un árbol, una cañada, una laguna, un río, una vieja cantera, una cueva o algún accidente natural especial son lugares propensos al mito y la leyenda; pero también pueden adquirir una connotación simbólica el punto de acceso al barrio, o la sede de alguna entidad muy representativa y querida, construcciones antiguas o el lugar de algún suceso particular. Son decantaciones de los valores culturales, concreciones de sus creencias a través de la historia, herencia de sus gentes en la lucha por la vida y la apropiación del espacio. Son por tanto factores fundamentales en la constitución de la estructura urbana y en la consolidación de los lazos comunitarios. (Niño et al., op. cit.)

Las expresiones de espacio público o espacio urbano son comúnmente utilizados para referirse a aquel lugar o sitio que tiene una permanencia o acción colectiva. Carlos Niño et al, explica que existe una jerarquía en los ambientes exteriores que conforman el espacio público en donde se llevan a cabo acciones sociales, y en ese dominio público menciona los íconos construidos que actúan como símbolos ideológicos. […]en tanto que en la vida privada se dan los afectos y los lazos familiares; en el espacio público se desarrolla una parte fundamental de las relaciones sociales, como son los flujos, intercambios y expresiones comunitarias. Y el espacio público es el lugar de la circulación y el comercio -de todos los comercios, no sólo económicos- un terreno primordial de la comunicación y los significados, de la expresión y el desarrollo de las simbologías comunitarias. (Niño et al, ídem.)

Por otra parte, Bazant define el espacio público a partir de la percepción de la forma del entorno, ya que expresa que los espacios exteriores dependen de las diversas fachadas de las edificaciones que conforman el entorno físico. Y le da un especial reconocimiento a la calle y plaza como elemento básico del espacio urbano; debido a que en la calle, la arquitectura se percibe de manera casual77. No obstante, además de dichos elementos, Niño y Chaparro, mencionan todos los objetos naturales y artificiales que configuran el entorno físico. Explican por su parte, que el espacio público es un conjunto de lugares que tiene como fin dar apertura a las relaciones sociales y medir el grado de integración de una comunidad por medio de sus usos. El espacio público, entendido como ese conjunto de lugares al aire libre (plazas, parques, canchas, calles, zonas verdes,...) y construcciones de uso común (salones comunales, colegios, iglesias, tiendas,...), el lugar donde se forjan las ciudades como entramado de relaciones sociales que marchan en una u otra dirección según usos y sentidos. Ellos determinan la existencia o no de la comunidad como fenómenos culturales colectivos. En los extremos posibles, encontramos casos en que esos espacios físicos sirven de escenarios a relaciones colectivas cargadas de significados compartidos, y casos en los cuales solo hay construcciones o lugares carentes de la amalgama espiritual que da vida y color singulares a un grupo social determinado. Entonces, los usos y costumbres que acontecen en los espacios públicos ya sea que tengan el carácter de tradiciones, tendencias generales o eventos esporádicos, son un excelente termómetro para determinar los grados de la integración social, los alcances de los sentidos de pertenencia, las capacidades de apropiación de lo público y los niveles de democracia obtenidos en un barrio, una zona o una ciudad. (Niño et al, ídem.)

Así mismo, Niño y Chaparro, agregan que toda ciudad moderna tiene necesidad de “monumentalizar la periferia”, es decir, darle carácter y valor urbano incrustando arquitecturas significativas, consolidar y generar espacios que la comunidad identifique y apropie, con el fin de tejer una trama social, fuerte y creativa.

77

BAZANT, S. Jan. Manual de criterios de diseño urbano. p. 83.

52

Imagen y Contexto Urbanos

20. Vista de las actividades y modos de vida en la Plaza de Santo Domingo, Ciudad de México, en el siglo XX. La expresión en el espacio público se torna significativa por las actividades realizadas en él, lo cual se convierte en signo, señal de la personalidad urbana. Fuente: Desconocida

De acuerdo con lo anterior se reitera que la construcción de símbolos y emblemas comienza por un pensamiento colectivo, y aunque no todos los elementos se convierten en tales íconos, existen signos formales, sociales y culturales que expresan el simbolismo de lo que la ciudad o determinado lugar representa y significa para las comunidades. Además, dicha ideología está implícita en los contextos urbanos, sean sociales, históricos o estéticos. Pues en el comportamiento se refleja la actitud e intención de una población; y ésta, a su vez, en la forma física de la ciudad. No obstante esa condición se formula con la correlación entre el espectador o habitante, el uso o actividad efectuada, el objeto urbano arquitectónico y el espacio público. Entendiendo a este último como el lugar de expresión pública donde fluctúan las relaciones y actividades sociales que determinan la interacción de los habitantes.

53

Imagen y Contexto Urbanos 2.2

INTELIGIBILIDAD EN LOS CONTEXTOS URBANOS.

La imagen como elemento subjetivo y juicio de valor, es susceptible de ser manipulada, ya que puede utilizarse para fines desde políticos hasta turísticos. Sin embargo, el contexto como la parte objetiva de la ciudad es el que determina la veracidad de tal imagen. La aparente confusión en la lectura de una ciudad se debe a la ininteligibilidad del contexto que así se expone. Por lo que la carencia de comprensión de los eventos socioculturales en una ciudad está en función del imaginario que se recrea de ellos; no obstante los juicios de valor de esa representación pueden ser modificados si se parte de una referencia clara de los aspectos sociales, históricos y estéticos abordados desde la razón de ser de dicha realidad. Como principales cualidades en las grandes metrópolis, se advierten la concentración de población y sus diversas actividades como las industriales, comerciales, financieras y administrativas. Por supuesto, que esto repercute en otros aspectos donde algunos sectores de la población resultan ser los más afectados. El fenómeno de explosión demográfica hacia la periferia de algunas urbes, contribuye a desequilibrar no sólo el modo de vida de la población, sino también se refleja en la forma de la ciudad. Al generarse varios centros de población en la periferia de una ciudad conformada, donde las actividades económicas, políticas están centralizadas, se conduce a un crecimiento lineal desmesurado. En el caso de la ciudad de México, se denomina zona metropolitana (ZMCM) a estos centros de población. Por supuesto que al crecer la mancha urbana, se crea también la forma física y social de la ciudad. Particularmente la imagen urbana, definida como juicios de valor o constructos simbólicos, los cuales van ligados al conjunto de imaginarios y al espacio urbano social, cultural, estético y físico78; expresa una realidad inconsciente en el pensamiento de los habitantes con respecto a lo que perciben del lugar en el que viven. Los centros de población en crecimiento no sólo se han convertido en polos de atracción demográfica, sino que también lo son de diversidad cultural, debido a los diferentes orígenes y modos de vida de sus habitantes. En este marco referencial, las construcciones de los últimos treinta años diversifican los significados de identidad. El conjunto de dichas edificaciones y su significado configuran la imagen de la ciudad en un sentido práctico que se refleja en el espacio público. Esta imagen ¿qué lenguaje o significado tiene para con sus habitantes? ¿En verdad, la obra arquitectónica, comprende los aspectos funcionales, constructivos y estéticos79, que el habitante, es capaz de identificar con claridad? ¿Es la imagen de las nuevas ciudades, la que identifica al habitante? Gran parte de esta problemática está en función del aspecto pluricultural; no obstante, el problema a investigar es explicar cuál y cómo es la relación entre los elementos urbano-arquitectónicos que conforman la imagen de la ciudad, y el contexto urbano. Entendiendo este último como el ambiente urbano que caracteriza al objeto arquitectónico desde una percepción conductual del habitante.

78 79

Ver Aciertos y desaciertos en torno a la imagen urbana. Capítulo 1, pág. 12. TOCA Fernández, Antonio. Arquitectura y Ciudad. p.283.

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Imagen y Contexto Urbanos

21. En esta imagen se percibe parte del ambiente urbano que se vive en la ciudad de México. Mediante el exceso del tránsito y los señalamientos viales junto con los espectaculares se puede interpretar parte del contexto que lo caracteriza: concentración de usos y actividades, ruido, stress, inseguridad. Foto: www.images.google.com.mx

La importancia de abordar este problema es comprender los distintos contextos que coexisten en las ciudades en crecimiento, y no sólo cómo aspirar a una imagen armoniosa o estética a partir de la modificación en el paisaje urbano. Además de exponer la lectura que se realiza en la imagen urbana mediante sus elementos; así como la interpretación de los entornos urbanos tomando en cuenta la actitud en función del acercamiento social, histórico y estético, desde la perspectiva del habitante hacia a los objetos urbano-arquitectónicos. Pues se trata de reforzar la identidad y motivar la conservación de los dichos ambientes. 2.2.1

La interacción de las identidades colectivas en los contextos.

La influencia de las actividades, comportamientos, y actitudes de los distintos grupos que se caracterizan por tener ideas o imágenes en común; advierten un impacto significativo en la construcción de los contextos. Pues los imaginarios que se constituyen a partir de esas identidades colectivas marcan el espacio público según su intencionalidad. Por lo que es posible transgredir determinados entornos, ambientes, y por ende, contextos. La explosión demográfica ha sido móvil de diferentes tipos de asentamientos. Y con el fin de solventar el fenómeno de la centralización, se han creado centros de población aledaños a ciudades de mayor jerarquía histórica, política y económica. Estos asentamientos, de algún modo, fueron planificados y regulados según los requerimientos que demandaba la sociedad urbana. La población excedente de la ciudad principal se ubica en aquellos nuevos centros de población por la imagen que les fue vendida. A medida que la población aumentaba, se conformaron diversas identidades colectivas que se enfrentaron a las distintas imágenes percibidas de un lugar al que paulatinamente fueron adaptando. El valor que se le otorga a cada una de ellas está en función de la perspectiva económica, social y cultural de los habitantes. Sin embargo, ¿qué sucede cuando, lejos de formarse una imagen armónica, es decir, que cada grupo 55

Imagen y Contexto Urbanos que integra la ciudad esté de acuerdo con la imagen que proyectan otras comunidades, sin sentir repulsión de los entornos y ambientes que otros generan? Se obtiene como resultado la desvinculación formal entre una construcción y otra; pues el lenguaje arquitectónico o el mensaje que se transmite es ambiguo y sin trascendencia. Se observa una indiferencia colectiva y, al mismo tiempo, falta de pertenencia y compromiso con respecto al espacio urbano. Aldo Rossi80 manifiesta la importancia del compromiso de éstas imágenes como un conjunto de valores. La historia como estudio del fundamento mismo de los hechos urbanos, y de su estructura…se refiere directamente no sólo a la estructura material de la ciudad, sino también a la idea que tenemos de la ciudad como síntesis de una serie de valores; se refiere a la imaginación colectiva. (Rossi, op. cit.: 222.)

La polémica de integrarse a un nuevo espacio o ciudad, está en función de las demandas de la población. Algunas de ellas por cuestiones de territorialidad, de encontrar un lugar de apropiación e identificación. Esta manera de percibir el espacio es inherente a la naturaleza del hombre cita Mukařovský81: Un filósofo escribió: “El hombre tiene que vivir y la vida exige que percibamos las cosas según la relación que éstas tienen respecto a nuestras necesidades. La vida consiste en una conducta. Vivir significa recibir sólo las impresiones útiles de las cosas y responder a ellas con reacciones propias; las demás impresiones tienen que borrarse o reflejarse sólo de manera vaga en nuestra conciencia. Desde el mundo exterior veo y oigo sólo aquello que mis sentidos escogen con el fin de regir mi comportamiento… Mis sentidos y mi conciencia me ofrecen una imagen de la realidad en su simplificación práctica”. (Mukarovský, op. cit.: 146.)

Al valorar los contextos urbanos de acuerdo a los intereses de la población, se genera un medio de comunicación que exhorta a la claridad de la idea de la ciudad no sólo para los nativos, sino también para los visitantes. Y con esto, el intercambio de culturas o pensamientos resulta enriquecedor. No se trata sólo de embellecerla, sino de hacerla partícipe con los requerimientos reales de los habitantes, comprendiéndolos en primer instancia para después plasmarlos físicamente en el paisaje urbano. Aunque la naturaleza de la humanidad siempre ha tendido a realizar organizaciones sociales, y éstas le han otorgado una estrategia básica en el ámbito de la supervivencia; la cual está respaldada por la asombrosa capacidad de adaptación a cualquier medio. Generación tras generación, se ha transmitido conocimientos, habilidades, costumbres, creencias, métodos y técnicas; que conforman una cultura que caracteriza a las comunidades82. Esta identificación nace desde el sitio donde se establece la población y los factores ambientales. Por lo que, las exigencias espaciales estarán en función de la ubicación de residencia o de acción. De ahí que exista un reflejo subjetivo de esa apropiación en las construcciones: en fachadas, colores, texturas, estilos y técnicas; en el espacio público: distribución y longitud de las calles, circulaciones e infraestructura. A medida que una población crece y satisface sus necesidades, emanan nuevos intereses de progreso, es decir de otro tipo de desarrollo. Se expande en el ámbito social, político, económico, cultural, religioso, psicológico, filosófico, tecnológico y científico. El desarrollo que se fomenta a partir de estos

80

ROSSI, Aldo. La arquitectura de la ciudad. p. 222. MUKAŘOVSKÝ, Jan. Escritos de estética y semiótica. p.146. 82 Seminario temático impartido en SEPI, ESIA Tecamachalco, por Salvador Urrieta. 2001 81

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Imagen y Contexto Urbanos

22. Arriba. Las Vegas, Estados Unidos, es un ejemplo de la diversidad de tipologías arquitectónicas pero sobretodo de escenografías urbanas. Ya que la imagen que la ciudad se ha encargado de proyectar es la de diversión, espectáculo, comodidad y dinero. Foto: www.cocemi.com.vg/stonek/las vegas.htm 23. Abajo. Plaza Pedro de Toledo, Buenos Aires. La constitución de esta plaza ocupa dos cuadras del centro de la ciudad de Araraquara. Su importancia además de geográfica, son los elementos que la integran, ya que forman parte del paisaje urbano, el cual genera un determinado ambiente de tranquilidad y convivios colectivos. Foto: www.byd.com.ar/ciudad9.htm

57

Imagen y Contexto Urbanos

24. Visita de los Zapatistas al Zócalo de la Ciudad de México. Ejemplo de la manifestación de las identidades colectivas enfocada a una misma causa. La expresión sociocultural en el espacio público se torna significativa por la ideología de las masas. Foto: www.athenscommons.org/pics/zapa tistas

factores igualmente se refleja en los elementos arquitectónicos, en todos aquellos detalles que narran el pensar de una época, y la ideología que caracteriza a los grupos sociales que la conforman. Retomando esas condiciones de cambio cultural, se entiende que la identidad está relacionada con la necesidad de identificarse con algún lugar. El habitante, obedeciendo a un impulso de posesión, define un territorio para satisfacer sus requerimientos de espacio; el hombre duerme, estudia, se sienta, camina en lo que ha definido como su territorio83. De igual forma, lo hará con su ciudad, otorgando al paisaje urbano, un significado espacial desde su propia visión. Corpas Aguirre84, define la identidad desde la perspectiva de la vida del ser humano, al decir que por un lado, se nace con ella; y por otro, se construye según el entorno que rodea al sujeto. La identidad es ambivalente. Una parte de ella viene dada, es igual a la suma de los elementos que se reciben al nacer en un determinado entorno cultural. La otra se compone optando entre diversas posibilidades, bajo la influencia dinámica del entorno. La identidad primaria se hereda y se transmite. La identidad secundaria es una construcción, una necesidad psicológica primordial en los individuos y en los colectivos. Su elaboración puede verse afectada por la variedad de intereses y de imágenes previas que están en juego. (Aguirre, op. cit.)

Vélez González85 añade que lo que define a la imagen urbana es la percepción que tenga el usuario de su entorno, debido a que es parte de su identidad urbana y cultural, en el sentido de apropiación en lo que se refiere a su espacio, ya que lo que el usuario concibe como identidad, inconscientemente se da un proceso de bienestar armonioso, y lo explica en tres etapas: a) El bienestar psicológico.- en un medio desagradable puede afectar negativamente a las personas provocándoles stress, lo que contribuye a disminuir su productividad laboral y deteriorar sus relaciones familiares. b) Responsabilidad.- la arquitectura actual conforma una imagen que va a perdurar generaciones. 83

CABEZA, Alejandro. Elementos para el diseño de paisaje. p. 69, 70. CORPAS Aguirre, Mª. de los Ángeles. Imágenes, percepciones e identidad. Una perspectiva de análisis de la inmigración en España. En el III Coloquio Internacional de Geo Crítica. http://www.ub.es/geocrit/c3-corpas.htm 85 VÉLEZ González, R. Espacios urbanos. p. 83. 84

58

Imagen y Contexto Urbanos c)

Existencia o no del contexto.- el lugar mejora, se mantiene igual o empeora con la nueva obra. En ocasiones la gente tarda en asimilar algo diferente, aunque sea de calidad. (Vélez, op. cit.: 83.)

De acuerdo con estas posturas, la identidad está ligada forzosamente al uso del espacio público y sus entornos. Pues en ella se construye la forma física de la ciudad, pues se trata del reflejo expresivo del modo de ser de una comunidad. Expone sus virtudes y carencias, logros y frustraciones, rectitudes y arbitrariedades. En fin, muestra el temperamento y lo distintivo de la población que la hace ser única e irrepetible. Por tanto, se reitera que las identidades colectivas interactúan en los contextos porque son ellas las que le dan carácter al lugar. Las imágenes que se generan en los grupos sociales son las que dan seguimiento a la actitud y comportamiento que se adaptan a ellas. La intencionalidad se refleja en el uso del espacio público alterando determinados paisajes, entornos y ambientes, y por lo mismo el contexto se modifica constantemente, tanto que en ocasiones difícilmente se comprende.

59

Imagen y Contexto Urbanos 2.3

RELACIÓN HABITANTE, IMAGEN Y CONTEXTO URBANO.

La imagen urbana y el contexto urbano se relacionan analógicamente mediante la valorización del ambiente generado por los elementos urbano-arquitectónicos y las actitudes de los grupos sociales implícitos en el imaginario urbano. Si la imagen se estructura mediante los imaginarios urbanos86 y éstos se construyen por las identidades colectivas; las cuales están constituidas por comunidades caracterizadas por el uso y significado que le otorgan al espacio público. Y que además dicha significación está en función del diseño y la estructuración de los objetos urbano-arquitectónicos; los cuales están representando un lugar en el hecho urbano como: sendas, bordes, barrios, nodos e hitos87. Y el contexto es el ambiente objetivo donde interactúan las conductas, actitudes, hábitos y costumbres de los distintos grupos sociales que conforman la ciudad. Entonces la imagen se relaciona con el contexto urbano por medio de la valorización de las actividades y actitudes socio-culturales que percibe el habitante de su comunidad, tomando en cuenta los requerimientos que aquella determina y demanda en los aspectos sociales (como la convivencia y el contacto con otros grupos), históricos (como la memoria colectiva de la comunidad) y estéticos88 (requerimientos espirituales como la belleza, tranquilidad y seguridad); los cuales están categorizados mediante las aspiraciones de dichos grupos. Es decir, el habitante al pertenecer a determinado grupo donde se identifica, es por tener ‘algo’ en común; o sea, forma parte de una comunidad. Ese ‘algo’ puede ser incluso el lugar al que pertenece como su residencia, el lugar donde vive, llámese colonia, fraccionamiento o conjunto habitacional. Como parte de un grupo sociocultural, el individuo adquiere cierta actitud debido al medio que lo rodea constantemente; sea social, cultural o económico. Aunque dicha comunidad no sea homogénea, existe un apego espacial inconsciente, pues las expresiones siguientes denotan la pertenencia a dicho espacio: ‘es mi casa’, ‘mi colonia’, ‘mi escuela’, ‘mi árbol’. Tales vínculos constituyen identidades e imaginarios sobre el lugar donde interactúan todos los grupos sociales con diversas ideas sobre sí mismos y sobre los otros. La exclusión e inclusión comienzan a partir de la imagen que proyectan hacia los demás. Imagen que se refleja en la conducta conformada por los hábitos y costumbres; y éstos a su vez en el espacio público. Los ambientes generados a partir de dicha imagen constituyen el contexto, o sea, la personalidad de la comunidad.

86

FUENTES Gómez, José H. Imágenes e imaginarios urbanos. Ver Aciertos y desaciertos en torno a la imagen urbana. Capítulo 1, pág. 7. Lynch, Kevin. La imagen de la ciudad. Ver Elementos constituyentes del imaginario urbano Capítulo 1, pág. 13. 88 PHILIPPOT, Paul. Restauraciones: filosofía, criterios, pautas. INHA. Ver Distinción entre imagen y contexto urbano. Capítulo 1, pág. 20. 87

60

Imagen y Contexto Urbanos

Conclusión capitular.

Al valorar la imagen urbana de acuerdo a los intereses de la población, se genera un medio de comunicación que prepondera el pensamiento de una sociedad con respecto a su ciudad. Estos juicios de valor resultan inteligibles no sólo para los residentes sino también para los visitantes de otras localidades. Aunque la imagen es susceptible de ser manipulada por diversos medios, el contexto como parte de la morfología de la ciudad es el que determina la veracidad de tal imagen. Así que la carencia de inteligibilidad en una localidad está en función de un imaginario y juicio de valor que no corresponde con la realidad objetiva. No obstante esta representación subjetiva puede ser modificada expresando dicho contexto a partir de los elementos urbano-arquitectónicos que vayan de acuerdo con valores compartidos por los demás habitantes. Por otra parte, el intercambio de culturas o pensamientos mediante el ambiente urbano favorece el entendimiento de distintas formas de vida y expresión que se construyen en el espacio urbano. Pues no se trata de reducir la problemática de la imagen urbana a un tratamiento paisajístico, sino de proyectarla desde la visión del habitante sincronizadamente con los requerimientos sociales de su comunidad. Dentro de la imagen urbana, vista como conjunto de juicios de valor y constructos simbólicos asociados a la percepción social, se incluyen las aspiraciones e identidades colectivas; las cuales se manifiestan a través de signos indicativos urbanos. La forma en la que se construyen dichas señales está sustentada por la proyección de los modos y calidad de vida en los elementos urbano-arquitectónicos. Ya que los entornos que se generan debido a dicha interacción están ligados a los ambientes urbanos que mediante la actividad y uso efectuados en el espacio público se establecen analógicamente como su contexto o referentes históricos, sociales y estéticos, los cuales exponen el pensamiento y actitud colectivos de la sociedad así como sus requerimientos urbanos. Cada contexto se matiza o caracteriza circunstancialmente con el comportamiento de la población a través de las emociones colectivas, así como de la actividad o uso que se confiere al objeto urbano-arquitectónicos. Por ejemplo, el ángel de la independencia, situado en una de las avenidas principales de la ciudad de México, representa un símbolo de libertad. Éste adquiere ese valor por la continuidad que ha tenido en el tiempo; ya que hoy en día sigue representando el mismo sentimiento de triunfo. Pues refleja el aspecto social que caracteriza a dicho monumento, donde mediante la convivencia y el contacto con otros grupos se genera un ambiente de júbilo y celebración. Esto se puede observar en la conducta de la comunidad aficionada al fútbol, la cual realiza una marcha de festejo sobre la avenida principal con el objetivo de rodear el monumento, siempre y cuando el equipo nacional gane un partido. Igualmente destaca el aspecto histórico, pues tratándose de un elemento conmemorativo, es congruente que se convierta en icono de la memoria colectiva. Así mismo, el referente estético reluce por cumplir un requerimiento 61

Imagen y Contexto Urbanos espiritual o religioso, ya que en dicho elemento también se otorga valor a la belleza, grandeza y, por supuesto, independencia. Este tipo de actividad además de reflejar ciertos valores de la población, a menudo se convierte en tradición. La necesidad de expresar el gozo colectivo se relaciona por la identificación que se tiene con el elemento y por la imagen que proyecta. Dicho de otro modo, la construcción de símbolos y emblemas comienza por un pensamiento colectivo, y aunque no todos los elementos se convierten en tales íconos, existen signos formales, sociales y culturales que expresan el simbolismo de lo que la ciudad o determinado lugar representa y significa para las comunidades. Además, dicha ideología está implícita en los contextos urbanos, sean sociales, históricos o estéticos. Esa condición se formula a partir de la correlación entre el objeto urbano arquitectónico, el espacio público y la acción del habitante sobre ellos fungiendo como identidades colectivas. Ya que estas últimas interactúan con las imágenes que se generan en los grupos sociales, las cuales dan seguimiento a la actitud, comportamiento e intencionalidad. De modo que según el uso del espacio público se alteran: paisajes, entornos y ambientes; por ende, el contexto urbano es susceptible de modificarse y exponer sus virtudes y carencias; logros y frustraciones; rectitudes y arbitrariedades. En fin, muestra el temperamento y lo distintivo de la población que la hace ser única e irrepetible. Por lo tanto, se reitera como hipótesis que la relación entre los elementos urbanoarquitectónicos que configuran la imagen de la ciudad, se relacionan con el contexto urbano por medio de la valorización de las actividades y actitudes socio-culturales que percibe el habitante de su comunidad. Donde dicha valorización está en función de la integración de los espacios en torno a los objetos urbano-arquitectónicos.

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Imagen y Contexto Urbanos

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Imagen y Contexto Urbanos Conclusión capitular

Los factores que han llevado a originar las nuevas ciudades, entendiendo éstas por tener una planeación predeterminada en la fundación de un nuevo asentamiento; han sido diversos en función y desempeño de los modos de vida. Sin embargo, el más notorio es el exceso de población; ya que de ahí se derivan las actividades sociales, culturales, políticas y económicas; con el fin de satisfacer las necesidades de la sociedad. Dentro de los procesos que se generan en las grandes ciudades, como el caso de la Ciudad de México, los más sobresalientes fueron los de concentración y centralización. Debido a este último, la creación de nuevos centros de población resulta ser sólo una consecuencia. Los espacios geográficos que fueron contemplados en la construcción de los nuevos centros de población, como fue la situación de Cuautitlán Izcalli; tuvieron en un principio la intención de descentralizar las actividades que se concentraban en el Distrito Federal. Así que, la imagen que comenzó a promocionarse invitó a la población del DF y del interior de la república a trasladarse a la ‘nueva ciudad moderna’. Sin embargo, este proceso de modernización nunca se completó, ya que C. Izcalli tendió a convertirse en ‘ciudad dormitorio’, pues los habitantes se trasladaban continuamente de su área de residencia al DF, en función de cuestiones laborales. Este fenómeno aún se ve cuando por las mañanas, la autopista México-Querétaro unión Anillo Periférico se congestiona; y por las tardes ocurre lo mismo cuando paran las actividades y van de regreso a casa. Parte de esta problemática ocurrió por la prohibición de la construcción de nuevos fraccionamientos habitacionales en el Distrito Federal en 1952; además del exceso de población en los 60’s, y más tarde con el sismo de 1985, muchas familias al quedarse sin hogar, ocuparon irregularmente los predios asentándose en la periferia de la ciudad. Las distintas culturas que se fueron conjugando poco a poco en el centro de Cuautitlán Izcalli, formaron un modo de ser que se fue homogeneizando con el paso del tiempo; lo cual se vio reflejado en el aspecto morfológico de la ciudad. Por lo mismo, los entornos urbanos aparentemente muestran ambientes ambiguos y confusos, en donde es difícil diferenciar lo originario de cada cultura y lo adoptado. Así mismo los objetos urbano arquitectónicos tuvieron el mismo problema, ya que los monumentos, edificios y áreas públicas difícilmente le impregnaban personalidad a la imagen o idea que tenían los pobladores de su ciudad. Incluso la fusión del concepto de modernidad impactó de manera significativa en el imaginario que se construía por cada comunidad. Pues la constitución de los contextos urbanos se reducía a simples edificaciones inteligibles en el entorno urbano, además de que la tipología de los conjuntos habitacionales eran similares arquitectónicamente como si los habitantes no tuvieran identidad propia, pues se trataba de constructoras e inversionistas que realmente no les interesaba el bienestar de la comunidad sino la ambición económica de introducir el máximo número de viviendas por manzana. Retomando los aspectos anteriores, el método sistémico está en función de los contextos urbanos, los cuales manifiestan la realidad de la población que habita dicha ciudad. El objetivo de tal método es la exégesis de la congruencia entre la imagen y el contexto urbano, basada 64

Imagen y Contexto Urbanos principalmente en la percepción social de los habitantes. Es decir, para conocer las intenciones sociales a través de la conducta, se utiliza como instrumento el mapa cognitivo, el cual ha sido desarrollado y aplicado por Lynch y Canter. Al utilizar el mapa como entrevista, el autor identifica e interpreta los elementos estructurales que registra el usuario en un nivel social. De modo que la imagen percibida por los habitantes se reduce a ciertos elementos urbanosarquitectónicos, según las actividades y usos que se les otorguen como las de trabajo, recreación y vivienda entre otras. En cuanto a la categorización de los valores sociales, históricos y estéticos se recurrió a la utilización de conceptos como los de seguridad, tranquilidad y comodidad. De tal modo que para lograr la valoración de los contextos urbanos bajo las connotaciones anteriores, se recurrió a las aspiraciones de la comunidad. Esto es captar las intenciones de los habitantes en ignorar, permanecer o transformar los entornos y ambientes urbanos partiendo de la significación que se le otorgue a partir de los juicios de valor en común.

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