Identidad de una familia cristiana

Esg lé sia Eva ngélica Centre Cristià de Mallorca Identidad de una familia cristiana Hemos tenido dos bodas, estos fines de semana anteriores. Y me ...
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Esg lé sia Eva ngélica

Centre Cristià de Mallorca

Identidad de una familia cristiana Hemos tenido dos bodas, estos fines de semana anteriores. Y me han pedido para compartir la palabra. El fin de semana pasado hablé sobre el uso de la palabra en el matrimonio basado en un versículo de proverbios y ayer sobre características que hacen a la identidad de una familia cristiana. El domingo pasado se habló sobre la familia, la salvación que trae Jesús a nuestras familias. En esta mañana me voy a valer de las palabras compartidas en las bodas y quiero agregar otro aspecto más que define a la familia cristiana. El evangelio define y trae identidad a una familia. Hay pesar en el corazón de Dios por las familias que sufren. El enemigo ha venido a romper la familia. Los dolores que más duelen son los que se ocasionan dentro de la familia. Muchas veces escucho historias de familias que son desgarradoras, y doy tantas gracias a Dios por el evangelio de Jesús, que entra en un hogar y comienza poco a poco a leudar, a fermentar, a producir cambios profundos. Si Jesús ha entrado a formar parte de nuestra vida, si nosotros nos consideramos cristianos, hijos de Dios, esto hermanos ha de tener expresión viva y real en la familia. Debemos luchar por nuestras familias, debemos trabajar en ellas. Su reino ha de venir a nuestro hogar.

OT. Veamos aspectos que hacen a la identidad de una familia.

A.-La familia cristiana provee un ambiente de saludable. Génesis 35:2-3: Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos. Y levantémonos, y subamos a Bet-el; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo en el camino que he andado Siempre escuchamos a Dani decir que lo más importante en la iglesia es el ambiente, porque en un ambiente saludable hay crecimiento, vida. 1. El ambiente de nuestra familia es vital. El diablo ha venido para robar, matar y destruir. Y esa obra, es la obra de iniquidad sobre muchas familias. 2. Hay ambientes hostiles, cargados de tensión, donde se insulta, se grita, se manipula. Ambientes donde se usa el soborno, la amenaza, la intimidación como medidas disciplinarias,

curiosamente los niños criados en esos ambientes son los más vulnerables y posibles candidatos de abusos, porque ya “están acostumbrados” a manejar estas conductas y serán las que usarán sus abusadores. Las correcciones en el hogar no deben ser para castigar, los padres no castigamos, eso hacen los jueces, los padres disciplinamos, entrenamos a los hijos. Fijamos límites, negociamos decisiones. Ambientes donde se castiga con la culpa, con la vergüenza, con la condenación o ambientes donde se vive el perdón, se hacen procesos de restauración, se crean puentes de reconciliación. 3. Hay muchas formas y maneras de maltratar, la física por supuesto, pero también la psicológica, la económica, es maltrato todo aquello que te denigra como persona y te anula. Te roba tu identidad y te subyuga. 4. Hemos sido creados para vivir en libertad. Esto es inherente al ser humano. Jesús vino a darnos la libertad y cualquier vínculo que se convierta en un secuestro emocional o de cualquier tipo no es la voluntad de Dios para nuestras vidas. El ambiente saludable es aquel que te promociona, que te respeta, que te permite expresar, que establece límites saludables, que tienen normas que te protegen, que permiten tu desarrollo en todos los aspectos. 5. Un ambiente sano no hace de la fe una cuestión de autoridad jerárquica, que te aprisiona en doctrinas y prácticas que solo se viven a media. HACEN de la fe una llamada, no impone una doctrina sino que propone un camino de salvación, no somete por coacción, sino que invita a buscar a Dios de forma plena. Jesús entendió toda su actuación como un servicio, sus seguidores no han de dominar ni oprimir, han de servir como el mismo lo hizo. El no vino para servir sino para ser servido. Cristo es llamada, ofrecimiento, semilla, fermento, pero nunca imposición.

Hagámonos una pregunta. ¿Qué ambiente hay en nuestro hogar? ¿De qué manera incido y afecto yo en mi hogar? Siempre me ha gustado el saludo de Jesús cuando llego a la casa donde estaban reunidos los discípulos, llenos de temores, de miedos, inseguros, desvalidos, desorientados. ¡Paz a vosotros! Proverbios 18:20. “Una persona, podemos poner un matrimonio) se alimenta de sus palabras y se sacia con el producto de sus labios” Versión la palabra .Versión Reina Valera: Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre. Se saciará del producto de sus labios.

B.-Una familia cristiana hace un buen uso de la palabra. El uso de la palabra es vital para generar un ambiente saludable. 1. El tema del uso de la palabra es más complejo de lo que normalmente podemos pensar. Dijo Jesús que de la abundancia del corazón habla la boca. Lo que significa: que lo que decimos y como lo decimos y cuando lo decimos no responde a una acción automática, “lo he dicho sin pensar” me salió sin querer, porque aunque todo esto puede ser en un momento un poco así, generalmente responde a intereses del corazón, es verdad que no siempre estamos nosotros mismos de acuerdo con lo que el corazón dice. El corazón, las emociones, los sentimientos a veces nos juegan muy malas pasadas. 2. Muchas veces responsabilizamos a otros o al otro de lo que decimos, pero cada uno de nosotros somos dueño de lo que callamos y esclavos de lo que hablamos. No todo lo que percibimos, sentimos y que yo interpreto se corresponde con la verdad. 3. Hablar siempre la verdad. Debería incluirse el tema de la verdad en los votos de matrimonio. Como se dicen en los juicios “Prometo decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad” Cabe una pregunta ¿Por qué podríamos mentir? Por miedo, a veces se generan unos problemas tan grandes, unas tensiones tremendas que se opta por la mentira. Debemos ser coherentes con nuestra forma de reaccionar ante ciertos temas, porque eso forma parte de vivir en una casa donde se puede decir la verdad, aunque no guste. Nada justifica la mentira, pero cuidemos nuestra forma de reaccionar cuando se nos cuenta una verdad desagradable. Quién miente por algo insignificante podrá mentir por lo significante. Es mejor un mal día, un mal momento, una crisis, que arriesgar y poner en juego un valor tan fundamental como lo es la confianza. La mentira siempre persigue el ocultamiento de algo, pretende borrarlo, sacarlo del lugar de la escena, sin embargo solo lo agrava, lo intensifica, lo complica todo más. 4. Hay una sola propuesta la verdad, la verdad te puede librar que caigas en algo peor, la confesión de una tentación es mejor que la confesión de una caída, la verdad te hace libre, te hace responsable, la verdad te hace dueño de ti mismo. 5. Las palabras siempre van acompañadas. Le acompaña una mirada, un gesto, el tono de voz, el silencio y más importante de lo que decimos es como lo decimos, y cuando lo decimos. 6. La ira, el enojo, el desprecio, la indiferencia, el desgano, son malos acompañantes pero también lo es, querer tener la razón. Tener la razón no es suficiente, podemos ganar batallas pero perder la guerra. Tú puedes imponer tus razones pero no puedes imponer el amor. Dice colosenses que vuestras palabras sean siempre con gracia sazonadas con sal…que buenos acompañantes de la palabra, gracia y sal. La sal conserva, da gusto, es sabrosa, la sal marca la diferencia en un plato de comida. La comida es la palabras acompáñala con sal.

7. Las palabras crean realidades nuevas. Dice el proverbio que hemos leído que el hombre come, se alimenta de sus palabras, del producto de sus labios. Podemos hablar mucho de los demás y poco de nosotros. Por eso lo importante no es solo cuánto hablamos sino de qué hablamos. (Si sales a cenar con tu marido, y te haces un recorrido por la vida de todos los hermanos, mal asunto…) Solo podemos hablar de la fe, cuando cultivamos la fe, solo podemos hablar del servicio cuando servimos, solo podemos hablar y enriquecernos de lo que leemos, cuando leemos. En la medida que nos cultivemos seremos capaces de cultivar en el otro. Solo se puede compartir la espiritualidad cuando se tiene. A hablar se aprende, a tener temas de conversación también, se elige lo que se habla pero también lo que no se habla. Las palabras crean realidades nuevas. UN paisaje es tan bonito como tú lo quieras ver y expresar, una flor puede pasar desapercibida o puede por medio de tus expresiones darle presencia y lugar en tu casa. Tú puedes crear realidades nuevas, gratificantes, puedes cambiar el ambiente, puedes abrir espacios de comunicación, puedes construir, edificar, levantar, sostener, abrazar solo con la palabra.

C.-Una familia cristiana es una familia hospitalaria. 1. El evangelio de >Jesús no se vivía en las sinagogas, se vivía en las casas. Nuestras casas han de ser una puerta abierta para nuestros amigos, para los que están solos, para nuestros hermanos en la fe, para vuestra familia, para todos aquellos que necesiten en un momento, un lugar a donde ir, donde estar cómodos, donde ser escuchados, donde saberse acogidos. 2. Hay casas que se convierten en castillos amurallados, en reinos cerrados, en espacios reducidos, en lugares inaccesibles. 3. La hospitalidad no es invitar gente a casa puntualmente para cenar, cuando nos apetece y nos viene bien. 4. La hospitalidad responde a las necesidades del otro. 5. La hospitalidad no piensa que pongo en la mesa, pone todo lo que tiene. 6. La hospitalidad está abierta a improvisación, no se rige ni por agenda ni con horarios. Se sujeta a la necesidad. 7. La hospitalidad sabe priorizar lo importante, lo estético es irrelevante. 8. La hospitalidad es generosidad, la gente más miserable no es la que no tiene, es la que teniendo, se queja como si no tuviese nada.

9. Para una familia cristiana son muy importantes los pobres, la gente que sufre, los que están solos, los que pasan situaciones de crisis. 10. Los niños tienen mucho sentido de justicia, los adolescentes detestan la dualidad, que se diga una cosa y se haga otra, por eso ver desde pequeño que sus padres son hospitalarios, son generosos, viven el evangelio, les bendice enormemente. 11. No hay nada más antievangélico que vivir para nosotros mismos, le enseñaremos así la gran lección que es vivir y amar a los demás.

Noemi Amengual Palma, 16.10.16