GRAMSCI Y LA EDUCACION

GRAMSCI Y LA EDUCACION GRACIELA HIERRO* “Es mejor avanzar y morir que detenerse y morir.” A. GRAMSCI, Pasado y Presente. Nuestro inter´es en este a...
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GRAMSCI Y LA EDUCACION

GRACIELA HIERRO*

“Es mejor avanzar y morir que detenerse y morir.” A. GRAMSCI,

Pasado y Presente. Nuestro inter´es en este art´ıculo se ubica en el prop´osito de destacar algunas ideas educativas del pensamiento de Antonio Gramsci. Espec´ıficamente nos concretaremos al an´alisis de una cuesti´on que el fil´osofo italiano estudi´ o a fondo: La formaci´ on de los intelectuales, en el proceso de la historia y la praxis pol´ıtica.1 Pensamos que la teor´ıa sobre la formaci´ on de los intelectuales y su funci´on social, as´ı como el compromiso pol´ıtico y moral que ´estos suponen, contribuye en -gran medida- a enriquecer el pensamiento educativo actual en lo que se refiere a la relaci´ on entre educaci´on y pol´ıtica. Dado que las ideas gramscianas acerca de la educaci´on se desprenden en gran medida de su concepci´on de la filosof´ıa, es por ello que tambi´en haremos referencia a esta cuesti´on as´ı como a su concepto de “hegemon´ıa”, el cual constituye un eslab´ on indispensable para un primer acercamiento al pensamiento educativo de Gramsci. Sin desconocer el hecho de que Gramsci no es propiamente un pedagogo sino un revolucionario profesional, cuya intenci´ on primordial es el cambio de las estructuras sociopol´ıticas italianas fascistas de su tiempo y la formaci´ on de un estado proletario, es evidente que su reflexi´on arroja luz sobre la formaci´on de los intelectuales, en cualquier contexto hist´ orico pol´ıtico de que se trate: El “intelectual org´anico” que nos describe Gramsci, con colores tan distintivos, se˜ nala el compromiso pol´ıtico y moral que toda persona educada posee, frente a la colectividad que propici´ o su desarrollo, y a la cual se halla vinculado por razones pol´ıticas y morales. Por otra parte, su visi´ on de la filosof´ıa, que se inicia con esa idea original de que “Todos los hombres son fil´ osofos”, de una filosof´ıa espont´anea, es otra de las contribuciones importantes de Gramsci a la teor´ıa educativa actual. En efecto, la filosof´ıa ya no se concibe como la tarea de unos cuantos profesionales, es tambi´en una actividad social en la cual todos los hombres est´an comprometidos. La Filosof´ıa de la Praxis, que sostiene Gramsci, es la labor colectiva producto de la uni´on de la teor´ıa y la pr´actica. Bajo esta luz, la educaci´ on no se concibe como la difusi´ on de ideas “desde arriba”, sino que constituye una actividad cr´ıtica intelectual en estrecha relaci´ on con la pr´ actica pol´ıtica de la masa. As´ı, los intelectuales y la masa se educan mutuamente en una acci´ on conjunta, que traer´a como consecuencia la creaci´on de una nueva cultura. En virtud de la idea gramsciana de que toda relaci´on pedag´ogica es una relaci´on hegem´onica, y las implicaciones que se desprenden de esto -para el an´ alisis de la relaci´on entre la educaci´on y la pol´ıtica-, se complementa el esquema de nuestra problem´ atica a tratar en el presente trabajo. Por u ´ltimo, deseamos destacar el hecho de que la creaci´on de los intelectuales de la clase obrera, lo cual constituye una de las preocupaciones del pensamiento de Gramsci, no es m´as que la historia de su propio desarrollo intelectual. En efecto, la nueva educaci´on que propone este pensador es factible porque ´el mismo ha recorrido todo el camino que se requiere para superar una concepci´on del mundo m´as limitada, y alcanzar el progreso intelectual que lo constituye en uno de los intelectuales org´anicos m´as l´ ucidos de la clase trabajadora. Es por ello que con Gramsci, al igual que sucede con los grandes maestros, su ense˜ nanza est´a garantizada por el testimonio de su propia vida. * Pasante del Doctorado en Filosof´ ıa, Universidad Nacional Aut´ onoma de M´ exico; Tercer Lugar en el concurso “Naturaleza y Fines de la Educaci´ on Superior”, ANUIES, 1980. 1 Me he centrado en tres o cuatro temas principales, uno de los cuales es la funci´ on cosmopolita de los intelectuales italianos. . . ”. A. Gramsci. Citado por LASO, PRIETO: Introducci´ on al pensamiento de Gramsci, p. 31.

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El orden que seguimos en este trabajo es el siguiente: En primer t´ermino, nos referiremos a la biograf´ıa intelectual del pensador marxista destacando, en l´ıneas generales, su proceso formativo que culmina en los a˜ nos de prisi´on. En seguida comentamos su concepci´ on de la filosof´ıa, a partir de su teor´ıa acerca de que “Todos los hombres son fil´osofos. . . ”, para entrar despu´es en el tema de “la formaci´ on de los intelectuales”. Terminamos matizando algunos rasgos generales del pensamiento educativo gramsciano, u ´tiles para ilustrar la relaci´on entre la educaci´on y la pol´ıtica, en el proceso de la historia. I. SU BIOGRAFIA INTELECTUAL2 a) Su Infancia (1891-1911) Nace Gramsci en Ales, Cerde˜ na, el 22 de enero de 1891, en un mundo salvaje, cruel y brutal, donde los hombres mandan con pu˜ no de hierro en sus hogares y las madres ense˜ nan a sus hijos el ethos de la violencia. Esta es una sociedad donde “debilidad significa destrucci´on”. Su primera infancia, seg´ un nos cuenta su bi´ ografo, fue el aprendizaje del cristianismo y la violencia. Sus padres proven´ıan de familias terratenientes de la peque˜ na burgues´ıa. La madre de Antonio es sarda, pero habla italiano y sabe leer. En una sociedad ignorante como la de Cerde˜ na, saber leer y ser ´avida lectora de la literatura italiana, como es su caso, constituye una excepci´ on, y para Antonio una influencia perenne y admirada. No sucede as´ı respecto de su padre, a quien lo rechaza por sus valores y culpa de sus males: Primero por la apat´ıa respecto de la salud f´ısica del joven y las consecuencias que ´esta tuvo para ´el; en segundo lugar, por su mentalidad peque˜ no-burguesa: Su padre es un funcionario del gobierno que, por alg´ un problema legal, es encarcelado durante algunos a˜ nos, hecho que afecta mucho al joven, tanto econ´omica como moralmente. El accidente que sufre Antonio de ni˜ no, el da˜ no - en la columna vertebral- que se agrava por el descuido y la ignorancia, as´ı como la pobreza provocada por el encarcelamiento de su padre, son las circunstancias que tal vez dan raz´ on del car´ acter retra´ıdo que lo caracteriz´o y de su afici´on al estudio. Sus Cartas desde la prisi´ on, est´ an llenas de referencias a estas calamidades de su vida temprana. Estas cartas evidencian sus ideas acerca de los pobres. No cree en su nobleza, los visualiza como crueles y vengativos; esto es debido a que sufri´ o un enfrentamiento con la sociedad sarda, insensible al sufrimiento f´ısico, intolerante respecto de lo anormal e intransigente frente a la p´erdida del estatus econ´omico. Sin embargo, la simpat´ıa de Gramsci est´a siempre con los que sufren, si hemos de creer el testimonio de sus Cartas.3 La soluci´ on de la miseria de los sardos se convierte en una preocupaci´on central. En un principio, sostiene que la superaci´ on de estas condiciones hist´ oricas depende de los hombres mismos; piensa que las circunstancias ingratas pueden ser superadas, a trav´es del an´alisis de las situaciones pol´ıticas y del esfuerzo voluntario de la ´elite de hombres que se atreven a cambiar lo que existe: Los intelectuales que educan a la masa.4 b) La Educaci´ on Italiana (1911-1918) En 1911 el joven sardo parte a Italia para continuar su educaci´on formal. R´apidamente aprende que los hombres pueden vivir sin el auxilio de la religi´on, sea ´esta la revelada o de cualquier otro tipo. Sus maestros en Italia, aunque con tendencias distintas, son ardientes moralistas que predican la doctrina de que los hombres son responsables de sus actos y constructores de sus destinos. Su admiraci´on por los maestros lo inclina al magisterio: sin embargo, reacciona frente a las soluciones idealistas de estos primeros maestros italianos y se decide por el socialismo militante, como arma para modificar el mundo. Y as´ı, cuando termina su vida de estudiante, se inicia su verdadera vocaci´on: La de revolucionario profesional.5 2 DAVIDSON, ALASTAIR. Antonio Gramsci: Toward an Intellectual Biography. Las citas bibliogr´ aficas que consignamos son del texto de Davidson, ´ este -a su vez- nos refiere a los textos de Gramsci, que no consignamos. 3 Ibidem, p´ ag. 45. 4 Ibidem, p´ ag. 56. 5 Ibidem, p´ ag. 60.

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En un art´ıculo de junio de 1916: Socialismo y Cultura, Gramsci expresa ya una de sus l´ıneas educativas m´ as iluminadoras: El papel del autoconocimiento. Apunta el escritor que ´este es el problema supremo de la cultura. Piensa que esta u ´ltima no puede ser entendida como un conocimiento enciclop´edico. Los hombres -dice- no deben verse como “recept´ aculos de datos”, pensando que los que poseen m´as informaci´on son superiores a los m´ as desprovistos de ella. La cultura es algo totalmente distinto, es organizaci´on y disciplina del yo interior que surge de la autoreflexi´ on; y as´ı dice: “Es la posesi´on paulatina de la propia personalidad que permite la autopercepci´ on de nuestro valor hist´orico, nuestra funci´on en la vida, nuestros derechos y nuestros deberes.”6 Vemos que su concepci´on de la cultura, aqu´ı esbozada, se relaciona directamente con su concepci´ on pol´ıtica socialista: El autoconocimiento que resulta de la propia contemplaci´on conduce a las demandas por la igualdad pol´ıtica de derechos. Para Gramsci el hombre es, “sobre todo, mente, creaci´on hist´orica y no naturaleza”. Obtiene la percepci´ on de su propia naturaleza, gradualmente, a trav´es de la historia, como resultado de una “reflexi´on inteligente”. Primero en la mente de algunos hombres, luego por toda una clase social; as´ı se comprenden las razones de lo existente y la mejor forma de cambiarlo.7 A partir de esta ´epoca comienza a formular ya, a trav´es de art´ıculos period´ısticos (Nota 1),* la idea de una Nueva Educaci´ on para las Masas. Esta es la concepci´on de una educaci´on simple, humana, adecuada a las clases populares; es decir, un tipo de conocimiento que se desprenda de las necesidades, de los deseos, de los derechos y los deberes de la gente a la cual va dirigida. As´ı, el fil´osofo sardo afirma: “La historia de la educaci´ on muestra que todas las clases que han buscado la toma del poder se han preparado para el poder, a trav´es de su educaci´on aut´onoma. El primer paso para emanciparse a s´ı mismo de la esclavitud pol´ıtica y social, es el de liberar la mente. Yo propongo esta nueva idea: La escuela popular debe ser puesta bajo el control de las uniones obreras. El problema de la educaci´ on es el problema de clase m´as importante.” (El subrayado es de la autora.)8 Estas ideas lo llevan a la fundaci´ on del Club de Vida Moral, mismo que conforma la primera organizaci´ on educativa para los j´ ovenes socialistas constituida por Gramsci. Las finalidades buscadas por esta instituci´ on son las siguientes: “A trav´es de ´este (club) nos proponemos acostumbrar a los j´ovenes, en el movimiento socialista, a una discusi´ on desapasionada acerca de los problemas ´eticos y sociales. Queremos que aprendan a investigar, a leer met´ odicamente y disciplinadamente que expongan sus convicciones en forma simple y ecu´ anime.”9 Este club es el antecedente de los “Consejos de F´abrica”, en cuanto a su funci´on educativa; asimismo del Partido Comunista, una vez que Gramsci se integra a la praxis pol´ıtica con los obreros. S´olo entonces podr´ a descubrir el valor de su teor´ıa ya en la aplicaci´on pr´actica. Sin embargo, aun antes de su aprendizaje a trav´es de la praxis concreta, siempre hay en ´el una cr´ıtica a toda educaci´on que surge “desde arriba”, es decir, que proviene de un elitismo improductivo de los intelectuales que se han separado de la masa. El papel de los intelectuales dentro de la sociedad es uno de los temas recurrentes en sus escritos. Esto podemos entenderlo en funci´ on de su propio desarrollo intelectual, a partir de su infancia en Cerde˜ na y de su educaci´ on italiana que le permite la superaci´on de la mentalidad atrasada de un provinciano; unido esto a su preocupaci´ on por las clases desheredadas, lo lleva a investigar acerca del papel del intelectual en tanto que reformador social. Esta idea desemboca en la problem´atica relativa a los nexos entre la teor´ıa y la pr´actica. Se trata, por una parte, de superar el elitismo de los intelectuales para que su lenguaje sea el mismo lenguaje que usa la masa, y por otro lado, que expresen la problem´atica de las masas y- en cierto sentido- propongan una soluci´ on viable a los problemas que los aquejan. 6 Ibidem,

p´ ag. 75.

7 Ibidem * Las

notas aparecen al final del trabajo. p´ ag. 76. 9 Ibidem, p´ ag. 79. 8 Ibidem,

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Vemos que Gramsci es un estudioso constante de los escritores de su tiempo. Entre las influencias m´as fuertes que tiene se encuentra la de Benedetto Croce, el fil´osofo italiano m´as importante de la primera mitad de este siglo; de este pensador, Gramsci tiene la visi´on “historicista”10 de la filosof´ıa. Tambi´en Romain Rolland y P´eguy son autores muy le´ıdos por ´el. Estos u ´ltimos tienen en com´ un el hecho de dirigir sus energ´ıas a cambiar el mundo a trav´es de un “voluntarismo” y de un grupo escogido de hombres: Los intelectuales, quienes a trav´es de su entusiasmo y por la fuerza de las ideas cumplen el compromiso que adquieren por el hecho de ser precisamente intelectuales; el deber de guiar a la humanidad por la ruta del progreso. Tanto Rollan como P´eguy estaban empe˜ nados en criticar a los intelectuales que no cumpl´ıan con ese compromiso. Estas ideas son la expresi´ on del pensamiento caracter´ıstico del inicio del siglo XX, al cual Gramsci se adhiri´o.11 Por u ´ltimo, la influencia de Marx es decisiva para la formaci´on intelectual de nuestro fil´osofo. La lectura de las tesis de Marx, en su Cr´ıtica a Feverbach, har´an progresar a Gramsci, del idealismo inicial, a la problem´ atica materialista. Los comentarios de Gentile y Labriola, este u ´ltimo el te´orico marxista m´as importante de la ´epoca, inician a Gramsci en la Filosof´ıa de la Praxis. En un marxismo humanista, en el cual se sostiene la idea de que los hombres hacen su propio destino y son los responsables de sus acciones. c) El Fil´ osofo de la Praxis (1918-1926) A partir de 1918 se inicia en Gramsci el proceso de rehacerse a s´ı mismo a trav´es de lo que los marxistas llaman la Praxis. Constituye esta etapa el abandono total de la vida “contemplativa” de estudiante de humanidades, a favor de la vida activa de militante pol´ıtico.12 Con este bagaje intelectual, Gramsci se lanza a fondo en el experimento -ahora tan conocido- de los Consejos de las F´ abricas. Ser´ an los obreros mismos, a trav´es de la toma de sus propias decisiones en el Consejo, como obtengan la conciencia de su propio valor y la habilidad para controlar su destino; surgir´a as´ı, a juicio de Gramsci, el sentimiento de interdependencia que, como los dem´as, no puede ser obtenido de otra forma. Este sistema de democracia obrera es la fuerza educativa decisiva para la transformaci´on social. Estas organizaciones obreras no sustitu´ıan a la organizaci´on pol´ıtica obrera; eran instancias “educadoras”, “depositarias de la doctrina”, “focos de fe”, que de ninguna manera suplantan o eliminan la labor del Partido Comunista. Por otra parte, los Consejos de las F´abricas son los n´ ucleos de formaci´on de la “cultura proletaria”, donde surge una educaci´ on rec´ıproca que gu´ıa la acci´on concreta de los intelectuales y la masa. Se posibilitar´ a entonces, piensa Gramsci, la creaci´on del proletariado como un grupo homog´eneo, capaz de liderazgo pol´ıtico y administrativo.13 De hecho, los Consejos tienen gran ´exito debido al contacto directo de Gramsci con los trabajadores y al intercambio mutuo de educaci´ on. A trav´es de estos Consejos se da una verdadera relaci´on horizontal entre los educadores-educandos, la verdadera “Democracia operaria” -democracia laboral14 que desemboca, a˜ nos despu´es, en la Escuela de Cultura y Propaganda Social, verdadero ´organo de la cultura obrera en formaci´ on.15 Constituye esta educaci´ on una verdadera educaci´on pr´actica donde se aprende “desde abajo”, se democratiza, por una parte, la direcci´ on pol´ıtica, puesto que los dirigentes ser´an elegidos por los mismos obreros; asimismo se cumple el prop´ osito de que el intelectual traduzca al lenguaje te´orico las preocupaciones, necesidades y problemas de las masas. Es aqu´ı, entonces, donde se hace patente el nexo teor´ıa-pr´actica. El intelectual es el hombre que ha aprendido de las masas, de su lenguaje, de su problem´atica, y habr´a sistematizado y devuelto este conocimiento a los trabajadores para orientar su acci´on pol´ıtica. S´olo as´ı ambos podr´an pensar sobre s´ı mismos como un grupo homog´eneo capaz de ser l´ıder pol´ıtico y administrativo.

10 Historicismo entendido por Gramsci como: “. . . todo fen´ omeno hist´ orico debe ser estudiado en sus caracter´ısticas peculiares concretas. . . ”. LASO PRIETO, J. M. Introducci´ on. . . p´ ag. 43. Cfr. La Bibliograf´ıa que se presenta al final de este trabajo. 11 DAVIDSON, Op. Cit., p´ ag. 103. 12 Ibidem, p´ ag. 72. 13 Ibidem, p´ ag. 116. 14 Ibidem, p´ ag. 118. 15 Ibidem, p´ ag. 124.

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El sistema pedag´ ogico que propone Gramsci tiene sus ra´ıces en uno de los m´etodos pedag´ogicos m´as antiguos y de mayor ´exito: El m´etodo socr´ atico de ense˜ nanza que postula impl´ıcitamente lo que se ha hecho evidente en este siglo: “Nadie aprende lo que no le interesa.”16 El educador tiene que averiguar con el alumno cu´ ales son sus problemas y sobre ´estos discutir; el maestro no es otra cosa que un compa˜ nero de viaje que posee mayor experiencia, pero tendr´ a que reflexionar sobre la problem´atica del alumno. As´ı S´ocrates impl´ıcitamente dice: “H´ ablame Menon sobre tus problemas y yo te los traducir´e a un lenguaje conceptual y te los sistematizar´e de manera que podamos discutirlos en compa˜ n´ıa.”17 Creemos que la conclusi´ on pedag´ ogica anterior se desprende de su idea acerca del verdadero punto de vista democr´ atico de la vida, mismo que expresa con las palabras siguientes :“Para obtener algo tiene que suceder dentro de ti, tienes que tratar de mejorar tu mente y sentir dentro de ti que es necesario que todos lleguen al nivel que t´ u has alcanzado, independientemente de que t´ u hayas alcanzado o no la meta que te propusiste. Debes darle la mano -a los atrasados-, rebajarte hasta su nivel si esto es necesario y elevarlos hasta el tuyo.” Contin´ ua afirmando que una mente democr´atica debe ponerse las m´as altas metas para la personalidad humana, porque cuando no existe ese respeto, no hay una idea real de democracia y la personalidad humana se limita en su desarrollo a “libertad democr´atica”. “No ser´a la inteligencia sino la voluntad, el amor a la disciplina y al trabajo, la constancia en la opini´on y en el juicio. . . ”18 lo que verdaderamente hagan surgir la conciencia democr´ atica tal como Gramsci la piensa. La lectura de Lenin y la pr´ actica pol´ıtica concreta que ejerce hacen que, alrededor de los a˜ nos 1919-1920, suceda un cambio cualitativo en el pensamiento de Gramsci; tal como se˜ nalamos parti´o con la idea de que los hombres deb´ıan entender al mundo antes de poder cambiarlo, y que la tarea principal del l´ıder pol´ıtico es la educaci´ on. Se podr´ıa llamar esta etapa de su evoluci´on como pedagogos, la de: ense˜ nar es guiar. Despu´es de esta fecha toma conciencia de que los hombres tendr´an que cambiar el mundo para poderlo entender, es decir, organizar es guiar. Esta u ´ltima idea ser´a a partir de aqu´ı y para siempre la piedra de toque de su pensamiento educativo.19 d) La Reflexi´ on Solitaria (1926-1937) Termina as´ı su pr´ actica pol´ıtica activa, y ahora tendr´ıa 4,500 d´ıas para pensar en las implicaciones te´ oricas de sus ideas para la teor´ıa marxista. La formaci´ on de su pensamiento culmina, a trav´es de las lecturas y la reflexi´on, en la c´arcel de Mussolini, donde asimismo lo expone en su Cuadernos de la C´arcel. Gramsci inicia en ellos el an´alisis marxista de la sociedad italiana de su tiempo, es decir el an´alisis de sus contradicciones. Concluye con la idea de que la organizaci´ on (el Partido) debe unir a los hombres para que controlen sus destinos, primero en el sitio de la producci´ on y luego en los dem´ as ´ ambitos sociales. Este es el n´ ucleo del pensamiento que da origen a la teor´ıa de su segunda ´epoca, acerca del papel de los intelectuales “qua” organizadores, en su papel estructural m´ as que ideol´ ogico. Dado el credo b´ asico que sostiene, en el sentido de que la masa de los hombres s´olo se libera a s´ı misma en un proceso de acci´ on conciliada, de teor´ıa y praxis revolucionaria, la preocupaci´on de Gramsci por los intelectuales, manifiesta en sus Cuadernos de la C´arcel, ser´a central; intentar´a dilucidar te´oricamente por qu´e, en las sociedades capitalistas, los hombres “que no saben”, no pueden unirse entre s´ı y salvar la brecha que los separa de los “que s´ı saben”. Y concluir´a con la idea de que los intelectuales “org´anicos” son las fuerzas de cohesi´ on organizadora de la masa revolucionaria. El fascismo encarcela a Gramsci para “impedir que esa mente siga funcionando. . . ”. La condena es de 20 a˜ nos, 5 meses y 5 d´ıas. Se acaba as´ı su lucha pol´ıtica; sin embargo, lee, piensa y escribe; aunque los productos de su mente no se hacen p´ ublicos, es el trabajo lo que lo salva, tanto del decaimiento moral como del f´ısico; 16 NEILL,

A. S Summerhill. Menon. 18 DAVIDSON, op. cit., p´ ag. 255. 19 Ibidem, p´ ag. 270. 17 PLATON.

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su voluntad que se ha ido formando desde su infancia derrota todos los obst´aculos: los del confinamiento, de la falta de libros, de contactos intelectuales, de la obligaci´on de escribir en un lenguaje que burle la vigilancia de sus carceleros. No obstante lo anterior, contin´ ua su investigaci´on te´orica de la relaci´on entre la masa y los intelectuales, es decir, de los nexos entre la teor´ıa y la pr´ actica para superar las condiciones hist´oricas. Am´en de una gama ampl´ısima de temas que se tocan tanto en sus notas como en su correspondencia. En suma, “Las 2,848 p´ aginas del original. . . que corresponden a cerca de 4,000 p´aginas mecanografiadas. La monumental edici´ on de Einandi las inserta en VI vol´ umenes”. Laso, Prieto. J. M. Introducci´on. . . p´ag. 30. e) Ep´ılogo La existencia de Gramsci s´ olo dur´ o 46 a˜ nos, aunque durante este periodo su vida, como la de todos los hombres, fue multifac´etica en tanto pensamiento y sufrimiento; el suyo es el ejemplo de un esfuerzo “continuo de superar una forma de vida y de pensamiento atrasada”, como ´el mismo afirma. Cuatro d´ıas antes de que se cumpla su condena muere, no sin antes derrotar el intento de Mussolini por liberarlo. El l´ıder fascista italiano exige a Gramsci que pida perd´on como requisito para dejarlo libre, estando ya ´el gravemente enfermo. El sardo responde al sacerdote que le comunica los deseos de Mussolini lo siguiente: “El perd´ on salvar´ıa mi cuerpo, pero matar´ıa mi alma.” Y as´ı, muere en la prisi´on dejando esas p´ aginas escritas, que han recibido distintos ordenamientos. SU OBRA A partir de la publicaci´ on de las Cartas de la Prisi´on, as´ı como de los seis vol´ umenes de los Cuadernos de la C´ arcel, entre 1947 y 1951 surgi´ o el gran inter´es por los estudios gramscianos. A juicio de Norberto Bobbio, esta publicaci´ on constituy´ o un verdadero descubrimiento para ambos, marxistas y no marxistas, que se dedicaron a estudiar los temas que el fil´osofo italiano no desarroll´o en las c´arceles de Mussolini.20 II. SU IDEA DE LA FILOSOFIA “TODOS LOS HOMBRES SON FILOSOFOS” Gramsci visualiza la idea de la filosof´ıa -en sentido amplio- entendida como una reflexi´on cr´ıtica organizada, que se ejerce sobre las formas existentes del pensamiento, as´ı como su relaci´on con todo aquello que las produce. Es por ello que, para Gramsci, la filosof´ıa no es u ´nicamente el pensamiento abstracto de un grupo de intelectuales profesionales, sino tambi´en es una actividad social en la cual, por lo menos en forma impl´ıcita, todos los hombres est´ an comprometidos. Es por ello que Gramsci afirma que “Es preciso destruir el prejuicio muy extendido de que la filosof´ıa es algo sumamente dif´ıcil por tratarse de una actividad propia de determinada categor´ıa especialista de letrados o caracterizados fil´ osofos profesionales. . . es necesario demostrar que todos los hombres son fil´osofos. . . de la filosof´ıa espont´ anea caracter´ıstica de todo el Mundo.”21 Esta primera idea acerca de la filosof´ıa se relaciona directamente con la lucha pol´ıtica, en el sentido siguiente: Dado que todos los hombres piensan acerca de su mundo y act´ uan sobre ´este en consecuencia, esto hace que cobre vital importancia el tipo de concepci´on del mundo que se posea, ya que es el fundamento de la acci´ on pol´ıtica. La concepci´ on del mundo, o filosof´ıa espont´anea, se forma a trav´es del lenguaje, la religi´ on, el folclore, etc´etera, es decir, todo aquello que conforma la ideolog´ıa. El papel del fil´osofo (“qua” educador) en sentido estricto, consiste en hacer expl´ıcita la concepci´on del mundo acr´ıtica y convertirla en materia de su reflexi´ on. Esto lleva a que -en palabras de Gramsci- el hombre no acepte “pasiva e irreflexivamente la impronta ajena en nuestra propia personalidad”.22 Este es el primer paso de la acci´on revolucionaria de la filosof´ıa - por la educaci´ on- que propone Gramsci. 20 BOBBIO,

NORBERTO. Pr´ ologo a la biograf´ıa de Gramsci, de DAVIDSON. op. cit., Cfr. Bibliograf´ıa. p´ ag. 61. 22 Ibidem, p´ ag. 62. 21 F.I.,

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La cr´ıtica del sentido com´ un, as´ı como de la filosof´ıa de los fil´osofos, es el aspecto complementario de la misma lucha ideol´ ogica para cambiar el mundo. La lucha que, en u ´ltima instancia, culmina en el terreno de la “praxis revolucionaria”, que a su vez, “determina las formas del pensamiento de cada ´epoca”. Puesto que “Por la concepci´ on peculiar que se tiene del mundo se pertenece siempre a una clase. . . se es conformista de cualquier conformismo y siempre se es hombre masa u hombre colectivo. La cuesti´ on es conocer qu´e tipo hist´ orico y de qu´e masa se es miembro.”23 El conocimiento que surge a partir de la reflexi´on permite criticar la concepci´on del mundo: “Hacerla utilitaria y coherente, elevarla al punto de uni´ on con el pensamiento universal m´as avanzado. Significa tambi´en criticar a toda la filosof´ıa existente hasta el momento, por cuanto ha dejado estratificaciones en la filosof´ıa popular.” La cr´ıtica persigue el objetivo de la toma de conciencia de ”lo que realmente se es, es decir, el ‘con´ocete a ti mismo’ es el primer cometido de la filosof´ıa. . . el estudio del hombre y de su mundo“.24 Es por ello que la labor del fil´ osofo no consiste u ´nicamente en hacer descubrimientos individuales, significa tambi´en, a juicio de Gramsci: “Difundir cr´ıticamente la verdad descubierta, socializarla. . . convertirla en fundamento de acci´ on vital, en elemento de coordinaci´ on y de condici´on intelectual y moral”; por u ´ltimo, expresa el verdadero papel de la filosof´ıa y de los fil´ osofos profesionales: ser los educadores de la masa. Dice: ”El que una masa de hombres sea inducida a pensar sobre el presente real con cohesi´on dentro de una cierta unidad, es un hecho ‘filos´ ofico’ m´ as importante y ‘original’ que la revelaci´on de una nueva verdad por el ‘genio’ filos´ ofico, revelaci´ on que quede como patrimonio de peque˜ nos grupos de intelectuales.“25 La filosof´ıa -a juicio de Gramsci- es un m´etodo intelectual que permite hacer coherente la concepci´ on del mundo; es la cr´ıtica y la superaci´ on tanto del sentido com´ un como de la religi´on, entendidos en su sentido pol´ıtico. Por lo que se refiere a la religi´ on, la filosof´ıa no va en contra del dogma como tal, sino de la hegemon´ıa26 pol´ıtica que la iglesia, como instituci´on, pretende llevar a cabo. Dado que la filosof´ıa y su historia est´ an ´ıntimamente ligadas, no es posible ser fil´osofo -afirma Gramsci- en la cabal acepci´on del t´ermino, sin poseer un concepto de la vida cr´ıticamente coherente y el conocimiento de su historicidad, es decir -sin ser consciente de la fase de desarrollo que tal concepci´on representa-.27 De all´ı que se imponga el estudio sistem´ atico y serio de la historia de la filosof´ıa (Nota 2). Por otra parte, se deber´a tambi´en relacionar la filosof´ıa en sentido estricto, con la filosof´ıa espont´anea de los simples. Sin embargo, advierte Gramsci, esto no significa la trivializaci´ on de la cultura, no se trata de “bajar” la cultura al nivel de las mentes simples, sino de elevar a las mentes simples a la comprensi´on del desarrollo conceptual hist´orico. Esta acci´on constituye la culminaci´ on del proceso de la formaci´ on de los intelectuales y su denominaci´on de intelectuales org´anicos. As´ı, y s´ olo as´ı, se da la verdadera uni´ on entre la teor´ıa y la pr´actica; a trav´es de la acci´on conjunta por parte de los educadores y educandos, y la posibilidad de la elaboraci´on de los principios y los problemas que la masa plantea con su actividad pr´ actica, constituy´endose de esta manera, la posibilidad de crear un todo cultural y social.28 En otras palabras, la comprensi´ on cr´ıtica de s´ı mismo, que se inicia con el “con´ocete a ti mismo” socr´ atico, culmina en la lucha por la hegemon´ıa pol´ıtica. La concepci´on superior del propio entendimiento de lo real, provee de la conciencia hegem´ onica; es decir, de la conciencia pol´ıtica. Esto supone que se pertenece a un grupo social ascendente; la hegemon´ıa se entiende en este caso, como la direcci´on de la clase trabajadora sobre las otras clases o estratos sociales. La hegemon´ıa, a juicio de Gramsci, no puede formarse u ´nicamente sobre elementos econ´ omicos y pol´ıticos, cuando verdaderamente se realice supondr´a tambi´en la unidad intelectual y moral del nuevo grupo hegem´ onico.29

23 Ibidem,

p´ ag. 62.

24 Ibidem. 25 Ibidem,

p´ ag. 64. entendida como dominio pol´ıtico. 27 Ibidem, p´ ag. 63. 28 Ibidem, p´ ag. 70. 29 Ibidem, p´ ag. 74. 26 Hegemon´ ıa

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Para concluir este aspecto de la problem´ atica, diremos que los intelectuales son los que organizan y dirigen a la masa; corresponden al aspecto te´ orico del nexo teor´ıa-pr´actica, cuando se trata de individuos -surgidos de la masa- que se han especializado en la elaboraci´on conceptual, es decir, filos´ofica. Cuando se da el divorcio entre los intelectuales y la masa, entonces, a juicio de Gramsci, se contempla a la teor´ıa como meramente “accesoria”, como complementaria y subordinada, y se pierde por tanto, el papel educativo de la teor´ıa para la reforma social y pol´ıtica.30 Por ejemplo, los intelectuales org´ anicos de la clase obrera pertenecen pol´ıticamente a los partidos, y es por ello que estos u ´ltimos son los verdaderos creadores de la nueva intelectualidad integral y cabal, el crisol de la unificaci´ on de la teor´ıa y la pr´ actica,31 seg´ un concluye Gramsci, una vez que el fil´osofo accede a la que caracterizamos como su segunda etapa de desarrollo intelectual. III. LA FORMACION DE LOS INTELECTUALES Es inadecuada la noci´ on de que los intelectuales son una categor´ıa social distinta de la clase a la cual pertenecen.32 Ya vimos que todos los hombres son potencialmente intelectuales, en el sentido de que tienen y usan su intelecto, pero, sin embargo, no todos son intelectuales por su funci´on social. Los intelectuales, en su sentido funcional, seg´ un Gramsci, caen bajo dos categor´ıas: En primer lugar est´an los intelectuales “tradicionales” que son por profesi´ on: Literatos, cient´ıficos, etc´etera, que al parecer no pertenecen a ninguna clase social espec´ıfica. Sin embargo -de hecho-, s´ı pertenecen a una clase social cuya hegemon´ıa se ha perdido. Est´ an tambi´en los “intelectuales org´ anicos”, que son el elemento pensante que organiza una clase social particular. Estos intelectuales no se distinguen por su profesi´on, que puede ser un trabajo cualquiera propio de su clase, se caracterizan por su funci´ on de dirigir las ideas y las acciones pol´ıticas de la clase a la cual se insertan org´ anicamente. Es por ello que para Gramsci los intelectuales org´anicos se definen por su rol en la organizaci´on de trabajo, por una parte, y por su papel pol´ıtico, es decir directivo dentro del grupo pol´ıtico. A trav´es de la acci´ on dirigente y organizadora de los intelectuales org´anicos, la clase trabajadora por ejemplo, avanza hacia su posici´ on hegem´ onica, nos dir´ a Gramsci, en el an´alisis que hace de los intelectuales italianos de su tiempo. 1. La Educaci´ on del Nuevo Intelectual El nuevo intelectual es el que logre hacer la cr´ıtica y sistematizaci´on de la concepci´on del mundo que adquiri´ oa partir de su clase, y -por ello- modificar su relaci´on f´ısica y social con el mundo que lo rodea.33 El nuevo intelectual es aquel que est´ a insertado activamente en la vida pr´actica, como constructor y organizador llevando a cabo una acci´ on “persuasiva permanente”; No es, de ninguna manera, un orador o un profesor que dicta c´ atedras magistrales; por el contrario, es el que mantiene la relaci´on dial´ectica de teor´ıa y pr´ actica de la que ya hemos hablado dentro de un grupo homog´eneo.34 Este intelectual es el que simboliza el propio Gramsci, una vez que se ha ligado -como sucedi´o en su historia personal- con la clase obrera, en una trabaz´on org´anica tanto en su organizaci´on pol´ıtica, como en el conocimiento de los problemas de la producci´ on, t´ecnica, econom´ıa y pol´ıtica. Posee -tambi´en como Gramsci- una visi´ on general hist´ orico-human´ıstica de la realidad que intenta modificar, es decir, es un fil´osofo-educador en sentido escrito.

30 Ibidem,

p´ ag. 75. p´ ag. 76. 32 F.I., p´ ag. 21. 33 O. C. Tomo II, p´ ag. 15. 34 Homog´ eneo entendido como portador de una ideolog´ıa congruente entre lo que se piensa, se dice y se hace. 31 Ibidem,

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2. La Funci´ on del Intelectual Org´ anico Si bien es cierto que la relaci´ on entre los intelectuales y la producci´on econ´omica es una relaci´on mediata, sin embargo, influyen en ´esta en forma definitiva. Son los funcionarios de la superestructura, y como tales, ejercen la hegemon´ıa desde la sociedad civil o desde la sociedad pol´ıtica o el estado (Nota 3). Constituyen el n´ ucleo del grupo dominante que ejerce su fuerza sobre toda la sociedad, a trav´es de sus funciones tanto organizativas como directivas. La teor´ıa gramsciana se˜ nala el hecho de que hay jerarqu´ıas de intelectuales. Los de mayor capacidad e influencia son, por ejemplo, los creadores de las ciencias, y de all´ı desciende su influencia -progresivamentehasta llegar a los intelectuales cuya funci´ on es s´olo administrar; por u ´ltimo, aquellos a quienes toca divulgar la cultura ya existente. Los an´ alisis de Gramsci distinguen tambi´en entre los intelectuales de tipo urbano y los de tipo rural.35 Siempre la distinci´ on gramsciana se refiere a la funci´on que realizan los intelectuales para conservar la hegemon´ıa, y no al tipo de trabajo que llevan a cabo. Por otra parte, el intelectual, dentro del Partido pol´ıtico, forma parte tambi´en del grupo org´anico y se hace patente su funci´ on directiva y organizativa. Este intelectual, a juicio de Gramsci, es un educador, como ya hemos se˜ nalado, por su peculiar inserci´ on en la organizaci´on pol´ıtica y social, y por ello, contrae con el resto de las clases sociales una relaci´ on hegem´ onica, que como tal, se constituye en una relaci´on educativa; esto nos conduce a la idea gramsciana de que toda relaci´on pol´ıtica, es decir hegem´onica, es una relaci´on educativa. 3. Hegemon´ıa y Educaci´ on36 A partir de la interpretaci´ on de Broccoli de la teor´ıa educativa gramsciana sobre la base del concepto de hegemon´ıa, el an´ alisis de ´este cobra gran importancia para la reflexi´on pedag´ogica actual. Aunque cabe hacer notar que el vocablo posee -en los escritos gramscianos- una gran cantidad de implicaciones te´oricas que van m´ as all´ a de la educaci´ on (Nota 4). La novedad del pensamiento gramsciano -en este rubro- consiste en sostener que las relaciones pedag´ ogicas no son estrictamente escolares sino que, para el fil´osofo italiano, se extienden a la sociedad y a su conjunto; todas las relaciones hegem´ onicas -como ya dijimos- son relaciones en cierto sentido pedag´ogicas.37 Es por ello que Gramsci se˜ nala la necesidad de estar consciente de este hecho con el objeto de lograr el prop´ osito central de la labor educativa que se propone: La creaci´on de la cultura proletaria. En esta forma se intenta constituir un “nuevo clima cultural”. Este u ´ltimo concepto se define como la homogeneidad del inter´es com´ un entre las masas y los intelectuales, en una misma concepci´on del mundo que es preciso reconstruir con base en la educaci´ on. El bloque cultural no s´olo es intelectual, tambi´en es moral. Por ello el intelectual debe sostener una relaci´ on maestro-alumno, donde: “Cada maestro es siempre un alumno y cada alumno un maestro.” Esta relaci´ on debe extenderse a todas las relaciones sociales convirti´endose al conjunto social en una gran escuela, por decirlo as´ı, donde pueda surgir el verdadero progreso de las masas, y no s´olo de un escaso grupo de intelectuales, como hasta ahora ha sido el caso.38 La revoluci´on educativa que propugna Gramsci se logra en la medida en que se universaliza el mismo “clima cultural para todos”. Entiende claramente Gramsci que el problema pedag´ ogico es el problema de una estructura social en su conjunto, y s´olo consider´andolo en sus dimensiones reales, la educaci´ on puede promover el desarrollo efectivo, tanto de la masa como del individuo que la forma. Existe en Gramsci la preocupaci´ on por la b´ usqueda de una nueva forma de humanismo que valorice a la clase obrera, y le permita cumplir su papel hist´orico; de all´ı la necesidad de analizar los procesos educativos en el devenir hist´ orico para descubrir sus constantes y aprovecharlas para su proyecto pol´ıtico: La formaci´ on del nuevo clima cultural y moral (Nota 5). Es decir, la creaci´on de una nueva cultura que no sea un saber enciclop´edico en el cual el hombre es visto como recipiente para colmar de datos, es la pedagog´ıa que supone organizaci´ on y disciplina del propio yo interior, es la apropiaci´on de la propia personalidad y la conquista 35 F.I.,

p´ ag. 18.

36 BROCCOLI,

A. Antonio Gramsci y la Educaci´ on como Hegemon´ıa. p´ ag. 13. 38 Ibidem, p´ ag. 14. 37 Ibidem,

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de la conciencia superior por la cual se llega a comprender el propio valor hist´orico, la propia funci´on en la vida, los derechos y los deberes que a cada uno de nosotros le corresponde.39 Es por ello que la lucha de Gramsci es por la producci´ on de una nueva escuela humanista para el proletariado, y no la que hasta ahora ha sido tradicionalmente para el trabajador: La escuela elemental y profesional. Oigamos sus palabras en un art´ıculo period´ıstico del “Grito del Pueblo”: “Una escuela human´ıstica. . . como la entend´ıan los antiguos y los hombres del Renacimiento. Una escuela que no hipoteque el porvenir del ni˜ no y constri˜ na su voluntad, su inteligencia, su conciencia en formaci´ on, a moverse dentro de v´ıas prefijadas.”40 4. El Principio Educativo En el “Grito del Pueblo”, tambi´en escribe Gramsci que “El problema de la educaci´on es el m´aximo problema de clase, y no puede ser resuelto m´ as que bajo el punto de vista de la clase, que es el u ´nico que permite la valoraci´ on proletaria de las instituciones sociales y de las leyes.” Propone Gramsci, poner bajo el control de los grandes sindicatos obreros la escuela popular, sustray´endola as´ı al dominio interesado de la burgues´ıa. Contin´ ua afirmando que la necesidad es que el estado renuncie al monopolio de la escuela o lo reduzca a proporciones m´ınimas, y as´ı afirma: “Nosotros debemos hacernos partidarios de la escuela libre, y conquistar la libertad de crear nuestra escuela; los cat´olicos har´an lo mismo donde est´an en mayor´ıa; quien tenga m´ as hilo tejer´ a m´ as tela.”41 Esta es la profunda revoluci´ on que propone Gramsci, en cuanto a la educaci´on, la lucha en contra de la imposici´ on de una cultura ajena a las masas, y la apertura a la posibilidad de la creaci´on de una nueva cultura a partir de la cr´ıtica de la cultura existente, por las propias masas y los intelectuales formados en su seno. Por otra parte, como ya se˜ nalamos, la organizaci´on de la cultura para los proletarios no consiste en trivializarla, tampoco en dogmatizarla, sino en hacerla progresista. En efecto, Gramsci se refiere a la pol´emica sobre el funcionamiento de las universidades populares y de la cultura “popular” que pretenden difundir. Y as´ı dice que estas universidades populares, para los obreros, reducen la cultura a una informaci´on superficial y dogm´ atica del conocimiento, se parecen -dice-, a los ingleses en su intercambio con los nativos en los territorios conquistados, les dan cuentas de vidrio a cambio de pepitas de oro. Ha sido el contacto entre los intelectuales burgueses y los simples, la banalizaci´on de la cultura burguesa, en el esfuerzo de acercamiento a las clases populares: “Como en los institutos de beneficencia vulgar, distribuyen en la escuela canastas de v´ıveres que llenen el est´ omago y producen acaso indigestiones, pero no dejan huella porque no vienen acompa˜ nadas de nueva vida, de vida diferente”. . . en la universidad popular, contin´ ua Gramsci, “. . . se presenta el conocimiento como algo definitivo, apod´ıcticamente indiscutible”. A esta did´actica debe enfrentarse la escuela progresista que posee, en primer t´ermino, la necesidad de disciplina y de esfuerzo personal, valoriza la investigaci´ on tanto personal como de grupo, y no la improvisaci´on y el dilentantismo.42 En sus escritos juveniles afirma Gramsci los inicios de lo que m´as tarde constituye el m´etodo pedag´ ogico que defiende: El m´etodo activo donde pedagog´ıa significa liberaci´on, y as´ı dice: “Se est´a persuadido de que una verdad es fecunda s´ olo cuando se ha hecho un esfuerzo por conquistarla, que ella no existe en s´ı y por s´ı, sino que ha sido una conquista del esp´ıritu, que en cada individuo es preciso que se reproduzca aquel estado de ansiedad que ha atravesado el estudioso antes de alcanzarla. . . presentar a los oyentes la serie de esfuerzos, los errores y los aciertos a trav´es de los cuales han pasado los hombres para alcanzar el conocimiento actual, es mucho m´ as educativo que la exposici´on esquem´atica de este mismo conocimiento. . . la ense˜ nanza, desarrollada de esta manera, se convierte en un acto de liberaci´on.”43 Las instituciones pedag´ ogicas que Gramsci propone parten, como vimos, del “Club de vida moral”, los “Consejos” y por u ´ltimo las escuelas del “Partido”; son ´estas las organizaciones pol´ıtico-educativas que permiten la creaci´ on de la “nueva cultura”. La hegemon´ıa, por tanto, como ya hemos repetido, es considerada 39 Ibidem,

p´ ag. p´ ag. 41 Ibidem, p´ ag. 42 Ibidem, p´ ag. 43 Ibidem 40 Ibidem,

41. 42. 42. 46.

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por Gramsci no s´ olo pol´ıtica, tambi´en cultural, es por ello que la hegemon´ıa se dirige en dos sentidos: Direcci´ on pol´ıtico-cultural.44 La direcci´ on pol´ıtica-cultural abraza no s´ olo al Partido sino a todas las instituciones de la sociedad civil que tienen alg´ un nexo con la elaboraci´ on y la difusi´on de la cultura. En esta perspectiva aparecer´ a lo que puede considerarse como lo original de la nueva cultura proletaria: “Existir´ a una cultura (una civilizaci´ on) proletaria, totalmente diferente de la burguesa, tambi´en en este campo ser´ a destrozado el profesionalismo burgu´es, existir´an una poes´ıa, una novela, un teatro, una costumbre, una lengua, una pintura, una m´ usica, caracter´ısticas de la civilizaci´on proletaria, florecimiento y ornamento de la organizaci´ on social proletaria.”45 CONCLUSIONES A partir de la lectura de dos textos gramscianos: “La formaci´on de los intelectuales” y “Cuestiones preliminares de filosof´ıa”, podemos -ayudados por los comentaristas estudiados (Cfr. Bibliograf´ıa)- se˜ nalar ya algunas de las l´ıneas directrices del pensamiento educativo de Antonio Gramsci. En primer t´ermino, el hecho de que los hombres hacen la cultura, supone que son capaces de entender su mundo y transformarlo. Es por ello que “todos los hombres son fil´osofos”, lo cual trae consigo la posibilidadpara todos-, y no s´ olo para una clase elitista de hombres, los intelectuales profesionales, de ser fil´osofos, es decir, de poseer una concepci´ on del mundo cr´ıtica que los capacite para la acci´on pol´ıtica; es ser sujetos de la historia, y no meros objetos de ´esta. La concepci´on del mundo, expl´ıcita o impl´ıcita, es cr´ıtica, actualiza y se convierte en gu´ıa de la acci´ on revolucionaria, a trav´es de la educaci´on. Sin embargo, dado que la funci´ on pedag´ ogica es una funci´ on pol´ıtica -es decir, de dominio- est´a ´esta celosamente guardada por el grupo que posee el poder pol´ıtico. Surge m´as la necesidad de elaborar una pedagog´ıa revolucionaria que permita el acceso de la masa a una conciencia cr´ıtica, y la elaboraci´on de su propia concepci´on del mundo. Esto significa que la masa puede y debe acceder a la filosof´ıa, en sentido estricto, a una concepci´ on del mundo rigurosamente criticada con base en la historia de la filosof´ıa y el conocimiento cient´ıfico. La Filosof´ıa es entendida como cultura;46 en ese sentido, la clase social crea su propia cultura que supone la conciencia de lo que se es, as´ı como de su papel hist´ orico. Es por ello que se concluye con la idea de que el problema de la educaci´ on constituye el m´ aximo problema de clase, pues lo que en una nueva cultura se podr´ıan visualizar las relaciones educativas, no como relaciones de dominio, como hasta ahora ha sido, sino como verdaderas relaciones educativas, donde “nadie educa (para dominar) a nadie”. Es ´esta la educaci´on democr´atica donde todos se educan para crear un mundo mejor y ´esta es la tarea de los intelectuales: Ser los organizadores de la acci´ on de los conglomerados sociales. As´ı y s´olo as´ı, se dar´a el nexo entre la teor´ıa y la pr´actica que abre la posibilidad de la emergencia de una nueva cultura. Esta es la tarea del fil´osofo en sentido estricto, lo cual constituye el hecho filos´ ofico m´ as importante y original: La posibilidad de una reforma intelectual y moral. Hasta aqu´ı Gramsci. Ahora bien, cuando a partir de las l´ıneas de su pensamiento se intenta pasar a la acci´ on educativa concreta, surgen dificultades que -al parecer- no est´an suficientemente aclaradas en los textos a los que hemos hecho referencia en el presente an´alisis. Se˜ nalaremos algunas dudas que nos han quedado: ¿Cu´ ales son los fundamentos y los fines de esta nueva cultura proletaria? ¿Acaso son radicalmente distintos de los de la cultura burguesa? Para dar respuesta a estas interrogantes, ser´ıa necesario hacer expl´ıcito -desde el punto de vista de la cultura proletaria- lo que en verdad connota este concepto tan vago: Cultura proletaria.

44 Ibidem,

p´ ag. 71. p´ ag. 63. 46 VALDIVIA, T. “Gramsci y la Cultura”, p´ ag. 1. 45 Ibidem,

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NOTAS Nota 1 Durante su vida -tan breve- Gramsci descoll´o como publicista, a trav´es de la revista “L’Ordine Nuevo”, fundada en 1919, llevando a cabo con especial rigor intelectual una gran labor de esclarecimiento y cr´ıtica de la cultura italiana LASO PRIETO, J. M. Introducci´ on. . . P´ag. 28. Cfr. Bibliograf´ıa. Nota 2 Puede hablarse -en cierto sentido- de que: Filosof´ıa: Cultura: Ideolog´ıa, se corresponden en sentido amplio. Nota 3 La superestructura del bloque hist´ orico forma una totalidad compleja donde Gramsci distingue dos esferas esenciales: La de la sociedad pol´ıtica que agrupa el aparato de estado y la sociedad civil: El resto de la superestructura. En esta “sociedad civil” se localiza la “direcci´on intelectual moral” de un “sistema social”. PORTELLI, H. Gramsci y el bloque hist´orico. P´ag. 13. Nota 4 El t´ermino gramsciano de “hegemon´ıa” conlleva dos direcciones diferentes: La cultural y la pol´ıtica. Es decir, entendido como direcci´ on pol´ıtica y como direcci´on cultural. BROCCOLI, A. Antonio Gramsci y la educaci´on como Negemon´ıa P´ag. 88. Nota 5 El “clima cultural” que se intenta formar con base en la educaci´on nueva, se plantea como previo a la formaci´ on del nuevo “bloque hist´ orico”; este u ´ltimo constituye la culminaci´on del proceso hegem´ onicoeducativo. El clima cultural supone tres componentes: Los intelectuales, las masas y la concepci´ on del mundo. BROCCOLI, op. cit., p´ ag. 14.

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BIBLIOGRAFIA GRAMSCI, ANTONIO. Ecrits politiques (E. P.) Editions Gallimard. Par´ıs, 1974. Obras de Antonio Gramsci (OAG). Cuadernos de la C´arcel. Tomo II. Juan Pablos, Editor. M´exico, 1975. La Formaci´ on de los Intelectuales (F.I.) Editorial Grijalbo, S. A. M´exico, 1967. Pasado y Presente (P.P.) Garnica, Editor, S. A. Argentina, 1974. Selections from (S). Prison Notebooks. Lawrence and Wishart, London, 1971. Edited and translated. Quintin Hoare. Goffrey Nowell-Smith. BROCCOLI, ANGELO. Antonio Gramsci y la Educaci´on como Hegemon´ıa. Editorial Nueva Imagen, S. A. M´exico, 1977. DAVIDSON, ALASTAIR. Antonio Gramsci: Towards an Intellectual Biography. Merlin Press: London. Humanities Press: New Jersey, 1977. LASO PRIETO, JOSE MARIA. Introducci´on al Pensamiento de Gramsci. Editorial Ayuso. Madrid. S/F. NEILL, A. S. Summerhill. Hart Publishing Co. U.S.A. 1963. NOWELL-SMITH, et. al. Selections. . . “Pr´ ologo”. PORTELLI, HUGUES. Gramsci y el bloque hist´orico. Siglo XXI, Editores. M´exico, 1972. VALDIVIA, TOMAS. “Gramsci y la Cultura”. En Mensaje, Revista de Diciembre 1979, No. 285: Santiago de Chile. Recomendamos la revista e + a de la Escuela de Graduados de la Normal Superior de Nuevo Le´on, No. 2 de noviembre de 1980 para una excelente bibliograf´ıa de Antonio Gramsci, preparada por el Prof. Arturo Delgado Maya, Coordinador de esa Escuela de Graduados.

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