GEOMEDICINA: APLICACIONES TERAPEUTICAS DE LOS LODOS DE TURBA

GEOMEDICINA: APLICACIONES TERAPEUTICAS DE LOS LODOS DE TURBA Arturo Hauser Y.1 Geólogo Servicio Nacional de Geología y Minería Dr. Gabriel Reyes Seca...
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GEOMEDICINA: APLICACIONES TERAPEUTICAS DE LOS LODOS DE TURBA Arturo Hauser Y.1 Geólogo Servicio Nacional de Geología y Minería

Dr. Gabriel Reyes Secades Editor. Especialista de Primer Grado en Medicina Física y Rehabilitación Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas, República de Cuba La geomedicina corresponde a una rama de las ciencias médicas que vincula los aspectos, factores y ambientes geológicos con la medicina. En las últimas décadas, ha adquirido particular desarrollo en el conocimiento, tanto de las adversas consecuencias que determinadas substancias propias de algunos ambientes geológicos, inducen respecto de ciertas enfermedades: fluorfluorosis, arsénico-arseniosis, silice-silicosis, polvo de carbón-neumoconiosis, nitrógeno-metahemoglobinemia, asbesto-asbestiosis, etc, como de sus positivos efectos en determinadas aplicaciones terapéuticas. Su presencia en los diversos ambientes geológicos, responde tanto a condicionantes geogénicas (factores geológicos), como antropogénicas (generadas por el hombre). En el marco de estos intereses, el presente documento constituye un aporte al conocimiento de los tratamientos terapéuticos a base de lodos de turba, en instalaciones balneológicas termales. Pese a su relevancia, se trata de una materia desconocida en Chile. Reviste particular interés, habida cuenta que en la zona sur del país, Regiones X, XI y XII, se conjugan dos factores que resultan determinantes al efecto: presencia de fuentes termales y extensos depósitos de turba, (Hauser, 1986, 1996 y 1997)1-2-3. El término turba, se utiliza para caracterizar a una masa fibrosa, esponjosa, heterogénea, constituida por plantas parcialmente descompuestas, materia vegetal y minerales inorgánicos que se han acumulado por varias decenas de años en ambientes mal drenados. Normalmente, contiene más de 75% de humedad total y menos de 12% de materias minerales. Interesa destacar que, a nivel mundial, existen 4 millones de km2 de turberas, correspondientes al 3.0% de la superficie continental del planeta. La producción mundial anual de turba para diverso destino, (combustible, forestal, horticultura, fertilizante, sustrato para diversos cultivos), alcanza a los 194 millones de toneladas; Rusia concentra el 90% de esta producción, (Lappalainen, 1997)4. En Europa Central, la terapia de la turba como una rama de la terapia peloide, constituye un efectivo método natural de cura, que está en aplicación desde algunos siglos. Plinio El Viejo, (23-79 A.C), efectuó las primeras observaciones del uso de turba en balneologia, (Luttig, 1996)5. Indios, celtas, teutones y

eslavos habrian utilizado la turba en la curación de heridas, anticipando los tratamientos a base de penicilina. Von Humboldt, describe el uso litofágico que los indios amazónicos daban a la turba durante ciclos de hambruna. Más, existen registros que consignan que los primeros tratamientos masivos se habrÍan efectuado hacia los años 1815 a 1818, en el balneario de Marienbad, Bohemia, Alemania, vinculados a establecimientos balneológicos termales, donde dichas prácticas se siguen realizando, (Luttig y Solovieva, 1996)6; allí acudían prominentes representantes de la cultura, ciencias y letras de la época, entre ellos, W. von Goethe. Con posterioridad, estos usos se extendieron con éxito a Austria, Polonia, Latvia, Belarusia, Ucrania, Suecia, Finlandia. En la actualidad, en Alemania existen 60 centros balneológicos que proporcionan tratamientos terapéuticos a base de turba, empleando más de 2 millones de baños y compresas anuales, (Lappalainen, 1997)4. Interesa establecer que durante la Primera Guerra Mundial, dificultades en el suministro de algodón, obligaron al ejercito alemán a utilizar apósitos a base de turba para el tratamiento de heridas quirúrgicas y el control de infecciones, en hospitales de campaña; estos usos, se basaron en las propiedades antisépticas y capacidad absorvente de la turba; en la actualidad, en algunos paises europeos y Canadá, se recurre a esta última propiedad para fabricar pañales desechables. La producción mundial de turba para tratamientos terapéuticos, totaliza 400.000 m3, (Luttig, 1983)7. La terapia de lodos utiliza, mayoritariamente, turbas altamente descompuestas. La base del tratamiento terapéutico consiste en la aplicación directa a la piel de lodos a base de turba, a temperaturas de 38° a 44°C; normalmente, un baño de turba incluye 140 kilos de turba, disuelta en 70 litros de agua; una vez concluido el baño, la persona retira de su piel el lodo y debe permanecer envuelto en una sábana, por espacio de 20 minutos; el tratamiento tiene una duración de 3 a 6 semanas, con aplicaciones de lodos cada 2 a 3 días. Los principales campos de aplicación corresponden al tratamiento hipertérmico de problemas ginecológicos y reumatológicos, sin desatender positivos efectos en urologia, dermatologia, oftalmologia, oncologia, medicina rehabilitadora del sistema circulatorio periférico, enfermedades degenerativas e inflamatorias de las articulaciones y de la columna vertebral. En todos estas aplicaciones, las substancias químicas contenidas en los lodos juegan un decisivo rol, como precursores de substancias húmicas, capaces de penetrar la piel y provocar positivos efectos bioquímicos, (Goecke, 1996; Tuschen y Beer, 1996; Younossi, Kovaril y Beer, 1996)8-9- 10. Las aplicaciones intravaginales de pulpa de turba, han dado positivos efectos en tratamientos comprometiendo desordenes de fertilidad, (Beer y Kovarik, 1996; Zacharias, 1996)11-12. La efectividad del tratamiento se relaciona con el hecho que las aplicaciones de lodos aumentan el flujo sanguíneo y favorecen la vasodilatación, sin descontar el hecho que las substancias húmicas producen efectos similares a las hormonas, (Beer y Kovarik, op cit)11.

A la fecha, se han reconocido dos modalidades de aplicación: baños a base de aplicaciones de pulpa de turba y baños en suspensión de turba. Las preparaciones externas incluyen jabones, suspensiones y productos cosméticos, sin excluir pasta dental, champú, bálsamo capilar, crema y jabón de afeitar. La aplicación de substancias húmicas extraidas de turba, mediante soluciones con agua, via peroral, ha resultado muy efectiva en terapias intestinales y estomacales; aplicadas directamente, han resultado exitosas en el tratamiento de heridas, (Ziechmann, 1996)13. En la actualidad, en Europa central, las mayores discusiones no comprometen la eficacia de la terapia a base de turba, sino de los problemas generados en relación con las fuentes para proporcionar la necesaria materia prima; esta singularidad surge del hecho que un importante números de “yacimientos” que tradicionalmente la suministraban, han debido cerrar por decisiones políticas y administrativas, en favor de la conservación natural. EFICACIA DE LOS TRATAMIENOS TERAPEUTICOS A BASE DE LODOS DE TURBA Los seguidores de los tratamientos, sustentan sus virtudes terapéuticas en la circunstancia que además de los beneficiosos efectos producidos por la inmersión del cuerpo en una pulpa de lodo de turba, producto de la liberación de presiones vinculada a la flotación, provocan una relajación de los tejidos y músculos activando la circulación sanguínea y generando una efectiva conductividad calórica. La alta capacidad de retención calórica de los lodos de turba, determina que durante todo el período de aplicación, su temperatura permanece practicamente constante. Esta singularidad se atribuye al hecho que los lodos transmiten el calor por conducción, esto es, de una molécula otra, a diferencia del agua caliente donde el calor es transferido por convección. De ello resulta que una persona durante un baño en lodos de turba tolera temperaturas de 45° a 48°C, intolerables para una persona que se baña en agua, a las mismas temperaturas. Luego de una inmersión de 30 minutos, su temperatura corporal sólo se eleva 1°C, incrementado dramáticamente la circulación sanguínea en torno a las zonas lesionadas y atenuando el dolor, (Levathes, 1989)14. Se ha comprobado que durante la aplicación de un baño, la temperatura de la turba próxima a la piel, es menor respecto de aquella a mayor distancia de la piel, (Lappalainen, op cit)4. Los materiales a ser utilizados en las aplicaciones de lodos de turba, deben ser objeto de detalladas investigaciones, conducentes a satisfacer ciertos prerequisitos para usos terapéuticos. Esto implica la condición de satisfacer determinados parámetros fisicos, químicos y microbiológicos; para la composición macroscópica, se establece que las fibras, tanto largas como cortas, no deben incorporar residuos leñosos o hierbas, en situación de interferir con la molienda y homogeneización de la pulpa o lodos de turba. Las características externas corresponden al olor, consistencia, homogeneidad y grado de descomposición. Determinaciones microbiológicas permiten identificar el número de colonias bacteriales y el estatus higiénico de la turba, muy especialmente referido a la eventual presencia de bacterias del tipo

Staphylococo albus, Escherichia coli y Cándida albicans, (Heathwaite, 1993)15. Referido al carácter fisico químico de la turba, interesa conocer su consistencia, grado de descomposición, contenido mineral, pH, viscosidad y capacidad de retención de agua; el contenido coloidal de ácidos húmicos es muy importante; se asume que resulta determinante en la eliminación de substancias tóxicas a partir de secreciones via cutánea. Para el caso de enfermedades urológicas y reumáticas, el tratamiento de baños terapéuticos a base de lodos de turba, se prescribe luego de un exámen médico; se hace extensivo a enfermedades degenerativas de las articulaciones y columna vetebral, como: artrosis, espondilitis y osteocondrosis; referido al sexo femenino, los tratamientos son eficientes en terapias comprometiendo insuficiencias ováricas, desórdenes menstruales, esterilidad, dificultades menopáusicas y post parto. La terapia a base de lodos de turba, es contraindicada para malestares con secuela febril, tumores malignos, insuficiencia cardíaca, embarazos y sicosis, (Heatwaise, op cit)15. ASPECTOS FISICO QUIMICOS, AMBIENTES GEOGRAFICOS Y GEOLOGICOS DE LAS TURBAS CHILENAS: ALTERNATIVAS DE APROVECHAMIENTO TERAPEUTICO Chile, tal cual ocurre con numerosos paises cuyos territorios comprometen zonas boreales, posee un rico potencial de turba. Esta singularidad se vincula a la presencia de particulares ambientes geográficos, climáticos, geológicos, geomorfológicos y vegetacionales, muy favorables al desarrrollo de importantes extensiones con depósitos de turba, (Hauser, 1986)1. Los terrenos donde se desarrollan los depósitos de turba, son conocidos en la Región XII como “turberas”, mientras que en la Región XI, reciben la denominación de “mallines”; en ambos casos, comprometen morfologias llanas, con amplio desarrollo de musgos, hierbas, arbustos y pastos, propios de zonas vegosas o pantanosas. Estos ambientes prevalecen en sectores focalizados de las Regiones X, XI y XII; en esta última, se han desarrollado interesantes explotaciones comerciales de turba, destinadas a satisfacer diversos usos: moderadores de suelos agrícolas, sustrato para la plantación de champiñones, combustible, etc. La turba reconocida en estas regiones, posee características físicas y químicas (grado de humidificación, pH, contenido de agua, volúmen seco y porcentaje de ceniza referido al peso seco), similares a aquellas en actual explotación en Europa: Alemania, Polonia, Estonia, Latvia, Finlandia, Suecia, Bielorusia, Ucrania. Estas características permiten suponer que los lodos preparados a base de turba chilena, deberian cumplir satisfactoriamente con los estandares para su utilización en tratamientos terapéuticos, en instalaciones balneológicas. Al respecto, el principal parámetro corresponde a la capacidad de retención calórica: enfriamiento de 1°C en 20 minutos, correspondiente al período normal de un tratamiento terapéutico.

Sólo algunas de las 25 fuentes termales reconocidas en parte de las Regiones X y XI, cuentan con adecuadas instalaciones balneológicas, destinadas al efectivo aprovechamiento del valioso recurso termal: Lancahué-El AmarilloPuyuhuapi y Quitralco. En las restantes, se dan dos situaciones, a) sólo disponen de rudimentarias instalaciones para utilización de temporada, y b) no cuentan con instalaciones; por tanto están desaprovechadas. En ambos casos, mayoritariamente, corresponden a fuentes ubicadas en sitios remotos, carentes de adecuadas vias de acceso. Considerando que en la Región X se ubican extensos yacimientos en situación de satisfacer la eventual demanda de turba para fines terapéuticos en instalaciones balneológicas, no cabe duda que allí, la puesta en práctica de esta actividad no ofrece mayores dificultades prácticas. No cabe duda que las mayores ventajas para la puesta en práctica de los tratamientos terapéuticos descritos, coincidirán con aquellas fuentes que en la actualidad cuentan con adecuadas instalaciones balneológicas. No debería ser desatendida la alternativa que mediante “importaciones” de turba desde la zona austral del país, los tratamientos descritos puedan desarrollarse en establecimientos termales ubicados en otras regiones del país: Jahuel, El Corazón, Cauquenes, El Flaco, Catillo, Panimávida, Nevados de Chillán, Manzanar, Huife, Liquiñe, Puyehue, entre otros. El éxito del eventual nuevo servicio a ofrecer, requerirá de un período de experimentación, respaldado en rigurosas investigaciones clínicas realizadas por médicos de variadas especialidades. En un momento en que el Hombre, en virtud de consideraciones ambientales, tiende a optimizar el uso de productos naturales, abundantes y sin aprovechamientos alternativos, la utilización de subproductos de turba con fines terapéuticos en establecimientos balneológicos térmales chilenos, surge como una atractiva idea; por tanto, no deberia ser desatendida. El éxito de experiencias europeas, justifica y alienta cualquier esfuerzo al respecto. DISCUSION La actual explotación económica del valioso recurso termal existente en sectores de las Regiones X y XI de nuestro pais, admite ser complementada y revitalizada por la vía de aumentar su atractivo y competitividad, frente al creciente auge de productos alternativos, como los denominados turismo ecológico y aventura. Ello podrá hacerse mejorando su actual infraestructura hotelera y vias de acceso, incrementando servicios, actualizando los actuales sistemas de gestión, promoción y comercialización, e introduciendo nuevos productos que los diferencien del resto de la competencia nacional, haciéndolos más atractivos y mejores a los ojos del usuario. A estas alternativas, no está ajena la introducción de los tratamientos terapéuticos mediante la aplicación de lodos a base de turba. Centenarias experiencias europeas, particularmente alemanas, avalan su éxito. Existen razones para suponer que ellas son perfectamente aplicables a ciertas zonas nuestro pais, donde se conjugan dos requisitos indispensables:

atractivo potencial termal y abundantes depósitos de turba; el momento parece oportuno: coincide con un instante en que el ritmo acelerado de la vida cotidiana, está aumentando el deseo de acudir a lugares donde obtener tranquilidad, al mismo tiempo que tratamientos naturales para diversas dolencias, complementados con actividades que faciliten la relajación y anhelada y no nunca desatendida “puesta en forma”. No es desconocido el hecho que el actual favorable marco económico que el país sustenta, al imponer nuevas demandas respecto de la industria turística, representa un interesante desafio de reacción, especialización y nuevas prestaciones a servicios. La puesta en marcha del Mercosur supone un mayor flujo turístico; ello, razonablemente, deberia asociarse a nuevos ingresos de capitales y la creación de eventuales nuevos circuitos turísticos. El reconocido abaratamiento en los medios de transporte, tanto aéreos como terrestres, supone un mayor acceso de las grandes masas hacia diversos destinos turísticos sudamericanos; Chile, no deberia estar ausente de esta nueva demanda. En el agitado mundo urbano, la agobiante competencia laboral de nuestros tiempos, con su trasfondo de cansancio y tensiones, favorece el legítimo deseo de las vacaciones familiares de corta duración. En relación con esta materia, el turismo termal, convenientemente promocionado, constituye una atractiva alternativa, en la búsqueda del “ocio activo”. Las cifras indican que durante 1997, la industria turística chilena creció en un 17% respecto del año anterior, con un flujo de 1.7 millones de turistas extranjeros, generando ingresos totales calculados en U$ 1.100 millones, correspondiente al 1.7 % del PIB. Se estima que esta cifra, en los próximos años, debería experimentar un sostenido crecimiento. En base a la idea de complementar y mejorar la oferta y competencia del actual binomio salud - recreo, nuestro termalismo austral podria incrementar considerablemente su oferta turística. Como resultado de ello, el cliente podrá escoger aquellos establecimientos que ofrezcan mayor calidad en sus instalaciones y servicios. Resulta fundamental salir al paso de estas nuevas exigencias; la introducción del tratamiento terapéutico a base de lodos de turba, muy bien podria satisfacer esta demanda. REFERENCIAS: 1- HAUSER, A. Fuentes termales y minerales en torno a la Carretera Austral, Regiones X-XI, Chile. Revista Geológica de Chile. Vol. 16; p. 229-239. Santiago, 1986. 2- HAUSER, A. Los depósitos de turba en Chile y sus perspectivas de utilización. Revista Geológica de Chile; Vol. 23; No. 2; p. 217-231. Santiago, 1996. 3- HAUSER, A. Catastro y caracterización de fuentes termales y minerales en Chile. Servicio Nacional de Geologia y Mineria; Boletín 50; 77 p. Santiago, 1997. 4- LAPPALAINEN, E. Global Peat Resources. International Peat Society UNESCO- Geological Survey of Finland. 359 p. Saarijarvi; Finland, 1997. 5- LUTTIG, G. W. History of peat therapy in central Europe. 10 th. International

Peat Congress; Abstracts; Vol. 2; p. 520-525. Bremen, 1996. 6- LUTTIG, G. W., SOLOVIEVA, V. P. Contributions on peat balneology and therapeutics. 10th International Peat Congress; Abstracs; Vol. 3, p. 114- 116. Bremen, 1996. 7- LUTTIG, G. W. Recent technologies in the use of peat. E. Schweizerbart; 297 p; Stuttgart. Alemania, 1983. 8- GOECKE, K. Medical impacts on peat therapy. 10th. International Peat Congress; Abstracts; Vol. 1, p. 211. Bremen, 1996. 9- TUSCHEN E., BEER, A-M. Permeation through human skin by contents of peat and their biological effects on the smooth muscels. 10 th. International Peat Congress. Abstracts. Vol. 1; p. 222. Bremen, 1996. 10- YOUNOSSI, H., KOVARIK, R, BEER, A-M. The effect of contents of peat on fungal disease. 10 th. International Peat Congress. Abstracts; Vol. 1; p. 224. Bremen, 1996. 11- BEER, A-M. KOVARIK, R. Fertility disorders and indication for vaginal peat therapy. 10th. International Peat Congress; Abstracts; Vol. 1; p. 209. Bremen, 1996. 12- ZACHARIAS, K. Comparison of efficiency of peat pulp and suspension sitz-bath in gynecology. 10 th. International Peat Congress; Abstracts; Vol 1, p. 226. Bremen, 1996. 13- ZIECHEMANN, W. Humic substances and their medical effectiveness. 10th. International Peat Congress; Abstracts; Vol. 2; p. 546-554. Bremen, 1996. 14- LEVATHES, L. E. Mysteries of the bog. National Geographic Magazine. National Geographic Society; Vol. 172, No. 3; p. 397-418. Washington, 1987. 15- HEATWAITE, A. L. Mires. Proccess, Exploitation and Conservation; 509 p; John Wiley & Sons. England, 1993. Tomado de Bioplanet: http://www.bioplanet.net/2000-julio/colaboraciones/p20jul2000(1).htm#3

Dr. Gabriel Reyes Secades Editor. Especialista de Primer Grado en Medicina Física y Rehabilitación Copyright © 1999-2007, Infomed Red Telemática de Salud, Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas, República de Cuba