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Valle de Mexicali y Valle Imperial: A la Búsqueda de una explicación para la Disimetría de la Morfología Agraria Djamel Toudert Instituto de Investigaciones Sociales Universidad Autónoma de Baja California

Introducción: La pobreza de los soportes espaciales gravados La imagen satelital del bajo delta del Colorado que ha dado la vuelta al mundo como un caso de escuela del contraste fronterizo a pasar de su lado pertinente y pedagógico, ha generado también un sin numero de especulaciones tratando de aportar una explicación racional a un complejo desfase paisajístico (1). Un desfase del frente entropico en un ambiente árido y desértico, un desfase del medio agrícola contrastado al medio urbano y finalmente, un desfase fronterizo entre dos entidades con coyas valores y identidad son diferentes (Veas Fig. 1). Lo que podía parecer como un deja vu aburrido en otras latitudes, cobra en esta región un lado sensacional, somos pues de pleno en la frontera de un país en vías de desarrollo: México con el país mas solvente del mundo: Estados unidos.

Aquí por lo que toca al discurso desarrollado todo se vale, desde los estereotipos deducidos de la connotación positiva que tenemos de las morfológicas macizas y ortogonales frente a otras estiradas y anárquicas hasta contenidos ideológicos mas elaborados pero poco convincentes. ¿La relación de la sociedad al espacio expresada con los términos paisajísticos gravados en condiciones tal que ya no permitan la restitución que de muy pocas dimensiones de la riqueza informacional original podrían pretender a un valor explicativo pertinente?. Efectivamente, por una parte, una imagen por sus características de escala y de bidimensionalidad deja por omiso las nociones de volumen y pertinencia de las micro-estructuras, en esta sentido, una imagen satélite constituye ya una forma mas avanzada en la abstracción del paisaje original. Por otra parte, nos preguntamos sobre la credibilidad de un estudio paisajístico sin ligarlo a la parte humana que lo da sustantividad si admitimos que las sociedades puedan darse estructuras espaciales que no reflejan los procesos internos, es decir una adaptación para cumplir con procesos ajenos a las estructuras escritas en el paisaje. ¿Estaremos en estas condiciones frente a un paisaje tramposo? En esta contribución, vamos a tratar de mostrar que somos de pleno frente una morfología tramposa que no refleja la naturaleza y el tamaño del ejercicio agrario del momento que la lectura paisajística esta muy lejos de acatar la dimensión y la variedad de los acontecimientos subyacentes del ordenamiento agrario. La disimetría morfológica actual entre el valle de Mexicali y el valle Imperial a pasar de ser un proceso físico espacio-temporal dinámico es también un campo sociopolítico que ha registrado las grandes decisiones binacionales del siglo pasado. ¿Porque se dieron la espalda dos valles limítrofes? La continuidad del espacio agrícola del bajo delta del Colorado constituye un hecho fundado recientemente dentro del marco de la colonización binacional concretizada por aulas migratorias de pioneros y inversiones que han apostado a los espacios abiertos y áridos de las californias (Toudert, 1999). A un poco mas de un siglo de distancia, lo que parece en la actualidad como una sucesión de verdes praderas, campos de cereales y hortalizas puntualizados de ciudades y poblados, era un paisaje desértico conocido por su lado austero y desolador. La implantación de los valles Imperial y Mexicali en un ambiente de poco hospitalidad, dio el punto de partida para el desarrollo de esta zona fronteriza que va ejercer a través de su valle mexicano por mas de medio siglo un liderazgo regional después de haber llevado a la caída de los poderes moribundos en el sur del territorio baja californiano (Sánchez, 1994). La conjunción de un flujo de inversiones en su encaminamiento hacia el suroeste de Estados unidos y un flujo de mexicanos hacia este nuevo adorado ayudaron con las medidas colonizadoras

del porfiriato el inicio de un proyecto simétrico a lo que apenas entro en función del lado americano de la frontera (2). El ordenamiento del Valle de Mexicali en un esquema de continuidad con el Valle Imperial se dio dentro de condiciones de integración y de desenclave subordinados a la capitalización orquestada desde los centros mercantiles mundiales en un ambiente de frontera borrosa con coyas características son el uso compartido de recursos naturales, actores del desarrollo y estrategias empresariales (Portáis, 1992). Lo que puede parecer a los observadores muchos años después como una misma lógica de desarrollo transfronterizo, poseí todo los ingredientes para pretender a una morfología agraria simétrica al inicio de la colonización y durante el apogeo del ciclo algodonero precedente a la segunda guerra mundial. Sin embargo, esta situación no va durar mucho, la concentración de tierras y de los recursos hídricos del valle de Mexicali en los manos de la empresa concesionaria estuvo tal que podía causar problemas en cualquiera momento. Por supuesto los primeros acontecimientos no tardaron en llegar con los asaltos a la tierra operados por los contingentes de trabajadores mexicanos expulsados de Estados unidos en consecuencia a la crisis del 1929, y los dichos actos fueron confirmados por el presidente Cardinas con la nacionalización del patrimonio territorial y hídrico de las empresas concesionarias (3). De aquí en adelante, vamos asistir del lado mexicano al crecimiento de la voluntad de afirmar su identidad hacia el espacio fronterizo a través de la aplicación muy tardía por cierto de la reforma agraria (4) que va beneficiar a miles de nuevos propietarios que llegan en aulas sucesivas desde los tempranos estados expulsores de población. La repartición agraria va cambiar drásticamente el paisaje de la propiedad en el valle de Mexicali, en efecto, se va producir aquí un salto desde un sistema latifundista característico del viejo régimen porferista hacia un sistema de la micro-propiedad concesionada dentro del marco constitucional y jurídico post-revolucionario. Los cambios a pasar de ser muy radicales son también rápidos y complejos, dando nacimiento territorial a ejidos y colonias como a un conjunto habitacional articulado en una red de pequeñas ciudades y poblados necesaria para llevar acabo la continuidad productiva de lo que queda del ciclo algodonero (Toudert, 1997). Estos nuevos términos estructurales y organizacionales, permitirán por otra parte resaltar la frontera con su significado político y administrativo a través de la subordinación del espacio al determinismo interno y la integración de los actores a un nuevo orden político sindical que se esta dibujándose paulatinamente en la región. Sin embargo, aquí vale mencionar que en estos momentos, en caso que los dos lados de la frontera se dieron la espalda, somos muy lejos de la imagen de una frontera de oposición y de afrontamientos, sobre estos espacios se ha generado de manera cotidiana procesos de intercambio y de entrenamiento aprovechando las viejas practicas transfronterizas confirmadas y prolongadas dentro del espíritu de las zonas francas (Romano, 1990).

El fin de la bonanza de la fibra natural con la caída de los precios, va dar en la practica el punto de partida para una reconversión productiva aprovechando los programas federales como el SAM (1976), PRONAL (1983) y PRONADRI (1985) (5). Estos programas van a ligar progresivamente la producción y los actores del valle de Mexicali con el poder central después de haber adquirido una maduración dentro de las cadenas productivas y comerciales externas. El nuevo periodo productivo centralizado, inaugura dentro de la producción de granos el inicio progresivo de una recomposición territorial a través el traspaso de derechos a la tierra y a la agua de algunos ejidatarios y colonos que juzgaron pertinente intentar una nueva carrera dentro de las nuevas oportunidades que ofrece la industrialización regional y la migración a Estados unidos. Al mismo tiempo, que se operaba la recomposición de tierras agrícolas se consolidaba el poder de algunas familias beneficiarias de la nueva concentración territorial en el campo político regional; aunque las transacciones con tierra fueron prohibidas por la ley agraria en rigor, los nuevos propietarios encontraron en el marco de su creciente posición las brechas y los mecanismos para llevar a cabo la ampliación de sus patrimonios. El ambiente de concentración territorial en el valle de Mexicali seguirá su curso aprovechando los fracasos del sector agrícola post-algodonero y llegara a su punto culminante con el arranque del nuevo ciclo de hortalizas en los principios de los 80 (Stamatis, 1993). El ciclo de hortalizas inicia con cambios estructurales de importancia como el regreso a las cadenas de producción y comercialización externas y el reemplazo de la adquisición territorial con la renta de tierras. La llegada de la reforma territorial con la revisión del articulo 27 constitucional y la promulgación de la nueva ley agraria (6), constituyo en el Valle de Mexicali una oportunidad para la legalización de las practicas antiguas de extensión informal, en esta sentido, y a diferencia de otras entidades en México, el valle de Mexicali se reforma antes de la reforma. La anticipación sobre los acontecimientos legales en lo que toca a las transacciones sobre la tierra en el valle de Mexicali como lo hamos anotado anteriormente es un hecho tempranero que arranca paulatinamente con la caída del ciclo algodonero. La modificación en la morfología agraria esperada en consecuencia a la recomposición territorial no se concretizo dentro las normas y estándares usuales en los circuitos productivos capitalistas. En efecto, en paralelo a la modernización de los procesos empresariales y a la integración a las cadenas sectoriales más dinámicas en una perspectiva binacional, asistimos a una fosilización de la morfología agraria del valle de Mexicali con el mantenimiento de la disimetría frente al valle Imperial.

La fosilización de la morfología agraria: una barrera hacia el cambio La fosilización de la morfología agraria, se puede aproximar a un proceso de adaptación a las nuevas variables económicas en donde los esquemas morfológicos siguen sin cambio. En esta sentido, los procesos de adaptación y de reconversión integran el antiguo factor morfológico en las nuevas lógicas empresariales operando los ajustes necesarios sobre otros factores. Frente a esta afirmación, vale preguntarse porque los actores tienen un campo de maniobra limitado para el cambio de la morfología agraria en el valle de Mexicali. La morfología agraria actual del valle de Mexicali es un producto de una ordenación compleja de unidades homogéneas construidas con ensambles de parcelas obedeciendo a un gradiente geográfico y/o delimitadas por un limite paisajístico de origen entropico o natural (Toudert, 1995). La escritura de las unidades homogéneas en el paisaje local toma su existencia en las limitaciones entrelazadas y escaladas siguientes:

• Los límites superiores: Las barreras superiores, son el resultado de una organización del espacio de producción en función de los factores limitantes y la frontera política y administrativa. Estos límites pueden sintetizarse en una línea de demarcación entre el espacio mineral y el espacio agrícola, los canales de irrigación constituyen en este caso las cabezas del frente agrícola en la tierra dentro desértica. La frontera internacional, los limites municipales al este del valle introducen un contraste morfológico y organizacional materializadas con la línea fronteriza por una parte y por otra la ordenación de las oreas del río Colorado y la línea del ferrocarril dividiendo los municipios de Mexicali y San Luis río Colorado. • Los límites internos: Los limites internos son el producto de la forma del terreno y de los ordenamientos de comunicación terrestre, hidrología y de drenaje que atraviesen el valle en unas redes interminables. Estas barreras dejan ver ensambles morfológicos locales y intra locales traducidos con unidades estructurales intermediarias divididas en subunidades y constelaciones de forma y/o de orientación. • Los límites intrínsecos: Los límites intrínsecos son ligados al estado edafológico y físico-químico del suelo, en efecto, los espacios ganados por la salinidad son sustraídos gradualmente al dominio agrícola constituyendo gradualmente espacios

naturales secundarios colonizados por una vegetación halofita diferente a las especies clímax. En el marco de estas barreras naturales y entropicas del valle de Mexicali se destaca una morfología agraria con limites confusos y congruentes, un parcelario generalmente dominada por estructuras celulares reducidas o subreducidas con formas desordenadas y un vis a vis múltiple. A lo contrario, del lado americano de la frontera, los limites son francos y angulares con formas múltiples y repetitivas en donde domina la trama ortogonal estructurada a la base sobre lotes lineales perpendiculares. El contraste estructural entre los dos valles limítrofes apenas deja ver una morfología zonal en el valle de Mexicali: - La zona suroeste de la ciudad de Mexicali caracterizada por superficies reducidas, una trama apretada con una geometría múltiple dominada por el tipo celular y el trazado ortogonal pequeño; - una zona central al sur de la ciudad de Mexicali mas contrastada con una dominación del trazado ortogonal irregular; - la zona este y sureste del valle de Mexicali caracterizada por parcelas más grandes ordenadas en un trazado ortogonal medio regular que se aparenta un poco con lo observado en el valle Imperial. Al igual que los valles agrícolas implantados en un ambiente árido alrededor del mundo, el valle de Mexicali presenta una evolución muy lenta de la morfología agraria en condiciones normales (7). Aquí no hay que perder de vista que estamos operando en un ambiente estructurado con diferentes limitaciones a escalas articuladas que dificultan al agrupamiento parcelario. En estos espacios caracterizados por una alta intervención de la infraestructura en las diversas modalidades de producción, la tierra juega un papel compartido con las redes de irrigación y drenaje, carreteras y caminos, almacenes y depósitos. La articulación de esta infraestructura dentro de esquemas de ordenamiento zonal, implica a los actores un esfuerzo suplementario en la reconversión territorial y el agrupamiento parcelario a una escala local. En efecto, la unión de parcelas en una perspectiva continua, mas allá de lo que genera en costos el proceso de agrupamiento, se debe contemplar también un redibujo de las redes y la infraestructura que son en la mayoría de los casos una propiedad ajena a la tierra de soporte. La intervención de varios actores públicos y privados en la estructuración misma de la morfología agraria actual, constituye un limite a la expansión continua en función de un orden de importancia proporcional a los contenidos de las redes por una parte, y por otra, al numera de sus usuarios y el manejo conflictual de sus intereses. La observación de la Fig. 2 y Fig. 3 en caso que muestra que los dos valles limítrofes han cambiado en su estructura morfológica desde la época anterior a la reforma cardenista. En el valle Imperial los cambios muestran una clara tendencia hacia al agrupamiento de parcelas dentro de los trazos originales y en

el valle de Mexicali se ve una tendencia hacia al agrupamiento y la partición al mismo tiempo dentro de algunos nuevos trazos. Contrariamente a lo que es generalmente admitido, la estructura morfológica anterior a los años 30 de un parcelario con coyas características de semejanza son evidentes en los valles limítrofes, no fue lo que se observa en el valle Imperial actualmente. El aspecto de un parcelario abierto y agrupado en Imperial es un producto moderno posterior a la época latifundista que fue de una manera objetiva incapaz de operar su sistema de producción en unas parcelas de igual tamaño que los lote s actuales. En efecto, se destaca aquí una diferencia entre la lógica expansionista de la propiedad latifundista y la lógica de explotación autorizada por el desarrollo tecnológico y empresarial del momento. Con el traspaso del tiempo, los cambios estructurales y organizacionales que se van a dar en las agriculturas nacionales y regionales de un lado y otro de la frontera, van a permitir en el valle Imperial de integrar paulatinamente la morfología agraria en los procesos de producción a medio y largo plazo, a lo contrario, en el valle de Mexicali se va integrar la morfología a los nuevos ordenamientos zonales y los lotes se van insertar en una lógica de agrupamiento dinámico y estrellado para cumplir con procesos de producción espontáneos.

El peso de la historia socioeconómica: Un cambio en la continuidad La modernización del campo mexicano y su inserción en los parámetros del mercado son unos entre otros de los objetivos de la reforma agraria que ha empezado en la practica con la crisis de 1982 culminando con la revisión del articulo 27 de la constitución y la institución de nuevos mecanismos de administración y de apoyo al sector agrícola (Rubio, 1995). La reestructuración del sector agrícola en esta sentido propuso a la luz publica la bifurcación histórica entre una agricultura tradicional extensiva y otra moderna insertada en los nuevos datos de la apertura económica del país; entre estos dos modelos gira un sin fin de unidades de producción con coyas estrategias dependen de las decisiones día al día de la nueva política agrícola (Toudert, 1999). El espíritu de la nueva reforma territorial según sus promotores consiste en regularizar los patrimonios en un ambiente de una creciente deposición de los derechos en manos de los propietarios constitucionales (veas Tabla.1). Partiendo del supuesto de la tierra factor primordial en los procesos modernos de integración económica, la política central apuesto sobre la movilidad de la propiedad en la búsqueda de nuevos perfiles competitivos (De Gortari, 1991). La extensión territorial resultante de la reforma no ha mostrado aun tendencia franca hacia la concentración de la propiedad, no bastante, lo que se observa es un crecimiento de la renta de la tierra agrícola (8). Tabla.1.- Las nuevas límites de propiedad de la tierra a partir del 1992 (9) Vocación de tierra Agrícola - de riego - de temporal Ganadería Forestal

la Propiedad individual 100 Ha 150 Ha 500 Ha 800 Ha

Propiedad asociación

en

3750 Ha 7500 Ha 12500 Ha 20000 Ha

En la frontera México-Estados unidos, la reforma del 27 constitucional dejo intacto la prohibición de la propiedad extranjera en las franjas fronterizas de 100 km en tierra y 50 km de la costa, lo que deja formalmente fuera del alcance de la inversión extranjera once distritos de irrigación fronterizos. La solución del fideicomiso que permitió atraer la inversión extranjera turística hacia los dominios fronterizos (10) costeros, no parece interesarse en seguir el mismo camino en la agricultura. La lógica de las empresas agrícolas extranjeras deja ver una conformidad con la renta territorial en unos procesos caracterizados por una rápida rotación del capital aprovechando un mercado de la tierra saturado por la sobre oferta de los marginados de la nueva política agrícola. En la actualidad, la preocupación del sector agrícola no reside en el viejo temor de la concentración territorial extranjera pero en como atraer y fijar a nuevos socios.

El valle de Mexicali, no escape a este panorama nacional aunque como lo hamos dicho anteriormente este espacio se reformo antes de la reforma ofreciendo una sobre carga territorial para la renta en un distrito caracterizado por un historial de alta productividad en el país (11). Los paquetes tecnológicos para los cultivos de alto rendimiento en Imperial son repetidos cuasi al igual en Mexicali y las cadenas productivas y comerciales se hacen cada vez mas binacionales a través la integración horizontal de los actores mexicanos. Sin embargo, aquí también asistimos a la bifurcación entre un sector dirigido hacia al mercado externo enfocado a la producción de hortalizas de alto consumo laboral y otro sector dirigido hacia el mercado interno enfocado a la producción altamente mecanizada de granos bajo la sombra del subsidio federal. Lo que comparten estos dos sectores es la característica especulativa de los procesos de producción del momento que han construido su perfil competitivo en un ajuste que siempre ha rechazado los cambios organizacionales que pudrían llegar a la definición de una nueva relación a los recursos. Al igual que muchas partes en el mundo, la agricultura moderna en Mexicali presenta una estatura conflictual en lo que se refiere al uso y el manejo de los recursos naturales y humanos. Al agrupamiento del parcelario que puede significar una economía substancial para las unidades de producción en el uso de recursos como el agua, la tierra y el manejo de la subunidades espacialmente estrelladas no trae la menor suerte de suceder en un ambiente especulativo, gastador de recursos y tachado de practicas informales. La relación al medio ambiente y las condiciones laboral muestra un campo de ajuste de predilección para la permanencia de los perfiles competitivos en un medio caracterizado por un expansionismo a menor costo y un control social sobre las condiciones laborales. Porque entonces pensar en el agrupamiento, si las condiciones objetivas permitan a los empresarios rentar un estrellado de tierras a menor costo y deducir el desgaste productivo y organizacional en la maximización de otros puestos de producción (Toudert, 1999). La relación tierra y sistemas de explotación en caso que parece todavía pertinente no encaja totalmente en su significado tradicional. Por cierto, tenemos el habito de pensar en la agricultura en términos de sus conexiones a la tierra al momento que las corporaciones muestran una visión global del sistema de producción, una habilidad para armar capitales de inversión, una movilidad de los sitios de producción y una flexibilidad en el manejo de recursos (Bannano et al, 1994). La imagen de un campesino trabajando su tierra "como un buen padre de familia" pertenece ya al pasado y su moribundo sustento es proporcional a la perdida del mito territorial. Las nuevas modalidades de explotación de la tierra son cada vez mas encajadas en una noción de espacio soporte de procesos dinámicos de producción, instantáneos y con muy poca nuevas escrituras en el paisaje.

Conclusión: Diferencias morfológicas pero una continuidad en los procesos En un ambiente en donde la tierra toma un papel de soporte resulta importante tomar conciencia de la continuidad de los procesos de producción que se dan de una parte y otra de la frontera separando los dos valles limítrofes para el entendimiento de los usos del suelo agrícola y sus escrituras en el paisaje. La lectura desde el parcelario que constituye una entrada rápida hacia una sistematización de los tipos de ordenamiento muestra un lado riesgoso del momento que la morfología agraria no refleja con suficiente claridad la naturaleza de los procesos de producción y su grado de integración o de modernización. El valle de Mexicali como el valle Imperial en caso que presentan una continuidad de los procesos de producción bajo diferentes lógicas de explotación, el antagonismo fronterizo es muy lejos de ser reducido a su expresión en la morfología agraria. Aquí estamos frente a dos lógicas de ordenamientos para cumplir un propósito productivo en fase con un modelo económico y productivo similar en un ambiente binacional adaptado a las características inherentes a cada valle y su inserción en esferas de influencia diferenciadas. Aunque de un lado o otro de la frontera, se mueve el mismo paquete tecnológico, a veces los mismos actores e inversiones aprovechando los antagonismos fronterizos para la hibridación de las cadenas productivas. En estas nuevas relaciones, el papel de la tierra en los procesos productivos juega solamente un role de soporte después de haber estado por mucho tiempo un actor influyente en los mecanismos agrarios. Notas: (1) Enseguida a la publicación del espacio mapa de la zona Mexicali-Calexico y su periferia agrícola en el modo pancromático (1:50000) por la empresa Spot image en 1991. (2) En referencia al presidente Porfirio Díaz (1876-1911) y su proyecto de colonización de la frontera arrancado en 1880. (3) Con la creación de 38 ejidos (97120 Ha) en 1937 y la nacionalización seguida por la creación del distrito de riego Mexicali-San Luis Río Colorado. (4) La reforma agraria fue codificada por la ley de 1915 y después por el código agrario de 1934. (5) SAM (Sistema alimentario mexicano), PRONAL (programa nacional alimentario), PRONADRI (programa nacional de desarrollo rural integral). (6) La revisión del articulo 27 de la constitución fue adoptada en diciembre de 1991 y publicada un mes después, la nueva ley agraria fue aprobada en febrero de 1992. (7) Esta observación es valida también por el valle Imperial en donde se observa también una fijación de la morfología agraria aunque se registra una movilidad en la propiedad media del orden de 1.85% anual entre 1982 y 1992, la misma

movilidad puede implicar una declinación como en el caso del valle de Yuma en donde la propiedad media bajo de -4.79% anual por el mismo periodo. (8) Hasta 1996, según datos de la secretaria del fomento agropecuario del gobierno del estado se establecieron solo 34 sociedades de 811 miembros para el manejo de 27889 Ha. (9) Síntesis del artículo 27, fracción XV de la constitución política de los Estados unidos mexicanos. (10) Siempre que los extranjeros se consideran como nacionales respecto a sus bienes, renunciando así a invocar la protección de sus gobiernos respectivos. (11) En 1992, la SARH con un estudio interno para determinar el impacto de la nueva ley agraria determino que la renta abarca alrededor de 35 % de las superficies agrícolas del estado de Baja California, la misma secretaria estimo la renta durante el ciclo agrícola 96/97 al 40 % de las tierras en el valle de Mexicali basándose sobre los pedidos del Procampo (Comunicación personal). Bibliografía De Gotari. C. S. 1991. Diez puntos para la libertad y justicia en el campo mexicano. Comercio exterior. Vol 41, num 11. México DF, México. Imperial Irrigation District. 1982. Historical summary. Imperial Valley, California. USA Imperial Irrigation District. 1987. 75th aniversary celebration. Imperial Valley, California. USA. Portais. M. 1992. La vallée de Mexicali. Cahier des Sciences Humaines. Num 28 (4). Paris. France. Romano. C.J. 1990. Origine y desarrollo de dos áreas de reigo. Cuadernos del Colef. El Colegio de la Frontera Norte. Tijuana, Baja california, México. Rubio. B. 1995. Por un nuevo trato en el campo mexicano. In el campo mexicano en el umbral del siglo XXI. Encinas. A (Coord). Ed Espasa. México DF, México. Sanchez. O. R. 1992. El distrito de riego del río Colorado. Calafia. Vol VII, num 1. UABC. Mexicali, Baja California, México. Sanchez. O. R. 1994. La instauración del estado de Baja California. Calafia. Vol VIII, num 1. UABC. Mexicali, Baja California, México.

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