febrero - junio 2012

Ética II Profesor:! Enrique Bocardo Crespo 1º de Filosofía / Turno de tarde II Cuatrimestre / febrero - junio 2012 índice ¿Qué es una corporación...
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Ética II Profesor:!

Enrique Bocardo Crespo

1º de Filosofía / Turno de tarde II Cuatrimestre / febrero - junio 2012

índice

¿Qué es una corporación?!

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Introducción

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Cómo entender la relación de EEUU con los Derechos Humanos

El poder de las corporaciones!

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¿Por qué no nos damos cuenta del poder de las corporaciones?

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El poder de las corporaciones

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La libertad!

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1. La libertad de la riqueza

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2. La distinción entre la libertad negativa y positiva

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3. El poder de la libertad negativa

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¿Qué es una corporación? Tema 1 INTRODUCCIÓN The Corporation (Documental)

15/02/2012 La revista médica The Lancet publicó en 2006 un informe en el que estimaba las bajas de la Guerra de Irak. Aproximadamente fueron unas 655.000 las bajas durante las seis semanas de campaña frente a las 20.000 que estimaba la administración Bush. Otras investigaciones realizadas por el ORB –Opinion Research Bussiness ofrecen datos más sombríos aún: según éstos, entre marzo y agosto de 2007 aproximadamente murieron 1,3 millones de personas ¿dónde cuándo? El profesor asegura que pasará los datos que comenta en clase a través de otros medios. 17/02/2012 ¿Es legítimo que las autoridades políticas usen la mentira? Si el gobierno usa elementos ideológicos para engañar a la población, se pone en crisis la base democrática del consentimiento libre. Eso es lo que diferencia los estados democráticos de los totalitarios: los gobernados tienen derecho a acceder a una información libre. Cuanto más transparentes son los gobiernos, más fácil es que la ciudadanía pueda evaluar a éstos: la acción del gobierno no debe limitarse al ejecutivo, sino que debe haber instrumentos que puedan poner en juicio al ejecutivo. Veremos algunos aspectos de la conductas de los EEUU: ¿por qué a los EEUU se les permite actuar con la libertad con la que lo hacen? En la retórica oficial, la Guerra de Irak se llevó a cabo con la excusa de liberar a ese pueblo y defender al mundo de un gran peligro. Se apeló así a criterios históricos para que EEUU pudiese liderar la ocupación. Hay un patrón ideológico de actuación que conforma la retórica de Washington, que descansa en la insistencia del excepcionalismo de la nación americana.

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La naturaleza excepcional reside en la identidad nacional de EEUU como profetamesías-elegido de la democracia y de la libertad económica. El ejercicio del poder se basa en el control de la opinión, no tanto en la ejecución de la fuerza para dominar a la población. La guerra es el instrumento que usa EEUU para garantizar la presencia de los derechos humanos, y sin embargo, generaron unas bajas de más de un millón de personas, lo cual acaba generando una cierta paradoja. El Derecho Público Internacional regula las normas morales dedicadas al comportamiento de los países. Hay una serie de países que no suscriben estas normas, como EEUU. El carácter excepcional de EEUU no depende de un reconocimiento jurídico positivo, sino del conjunto de conceptos constructivos que define la identidad de EEUU como nación, que se basa en la aceptación de una serie de valoraciones sobre la posición única del país que contribuye a todo tipo de actos indiscriminados perpetrados por el Gobierno. Seis ideas cimentan esto: 1. Dios ha elegido al pueblo norteamericano como su pueblo, por lo que éste es el nuevo Israel de dios, el nuevo pueblo elegido, algo que le viene dado de su tradición anglosajona. La Declaración de la Independencia es el documento que certifica la elección de dios. El nacimiento de la nación no se puede explicar como ocurre con el resto en términos de proceso histórico o de decisiones colectivas, sino apelando a las leyes de dios, que son las que determinan los designios de la historia humana. 2. La elección de dios se manifiesta en el pacto que contrae la nación americana con dios. El pacto se entiende como un compromiso entre dios y el pueblo americano, en virtud del cual, dios se compromete a proteger a su pueblo, bajo la condición de que el pueblo cumpla siempre la voluntad de dios. 3. La protección del pueblo elegido se basa en la intervención directa de dios, comparable por su significación moral a la entrega de los preceptos de la ley divina por parte de Moisés al pueblo. De forma que dios interviene en la historia para darle a su pueblo elegido los bienes de la democracia, la libertad y la búsqueda de la felicidad: dones literalmente revelados por dios. Esta idea es contraria a los Derechos Humanos que emana de la Asamblea Francesa y del Parlamento Inglés durante los siglos XVIII y XIX. 3

4. Cumplir la voluntad de dios es lo mismo que realizar la misión que dios otorgó a los EEUU, y realizar la misión es extender por el planeta los valores políticos que el resto de las naciones son incapaces de conocer. La posición de privilegio de EEUU es de carácter epistemológico: son los únicos que tienen acceso a los valores que dios les ha otorgado. EEUU es la que tiene el poder de definir un patrón de moralidad, que tiene la obligación de evangelizar en el resto del mundo: EEUU es la ciudad que está encima de la colina, y es una imagen a la que recurren todos los presidentes en su discurso inaugural 5. ¿Cómo se sabe lo que dios quiere realmente? No actuar en conformidad con la misión de dios significa atraer la ira de dios y la pérdida de los privilegios del pueblo elegido. Así, el éxito de la misión es la confirmación de lo que quiere dios. 6. La obediencia al pacto define un patrón de actuación específicamente norteamericano. Así, actuar como el pueblo americano significa lo mismo que realizar todas aquellas acciones que sean necesarias para asegurarse el cumplimiento de la misión que dios le dio a EEUU. Eso justifica el excepcionalismo de EEUU. Todo esto justifica la posición excepcional de los EEUU conformados como una religión civil, cuya retórica se sostiene a nivel doméstico para poder trasladar el mensaje persuasivo a la población americana. No se trata sólo de entender una forma de hacer política, sino de un criterio de identidad que ha sido absorbido por la propia cultura americana. En 2010, una encuesta demostraba la enorme aceptación de esta peculiar doctrina excepcionalista: una mayoría de americanos del 58% cree que Dios le ha otorgado a América un papel especial en la historia humana. 22/02/2012 El pacto hace que la política norteamericana se entienda como una religión civil: el americanismo es una religión. Hay una serie de razones para justificarlo y concomitancias entre la forma en que el presidente americano se relaciona con dios y los textos políticos que configuran la identidad de la nación. Como religión, estos textos son más o menos sagrados de cara a la doctrina excepcionalista, con equivalencia a las sagradas escrituras o Biblia americana. Cuenta además narraciones de lucha que dan identidad histórica a la nación. Tienen además templos de culto, objetos sagrados y dramatis personagem que representan los valores intrínsecos de América con los que identificarse. 4

Ejemplos de textos sagrados serían el pacto que hace la tripulación del Mayflower, la Declaración de Independencia de 1776, la Constitución de 1789, la Ley de Derecho – The Bill of Rights–, el Discurso de Gettysburg y el texto de la obediencia a la bandera. También disponen de sus narrativas históricas. Son los mitos culturales con arreglo a las cuales todas las naciones construyen sus historias nacionales. No sólo son fabulaciones, sino que constituye un valioso patrón cognitivo para identificarse como un miembro nacional. Entre las referencias que los americanos asumen como parte de su identidad están los sufrimientos de el general Washington en el Valle del Forge; el gran valor de un sujeto, Jeremiah Denton en Janovi ¿?; otra es la conquista del Oeste. En otro orden de cosas, también tienen lo que hemos llamado sus festividades u ocasiones particulares. La más conocida es el 4 de julio; otra es el día de los veteranos; el Memorial Day es el recuerdo a los caídos. Acción de gracias también es muy conocido, así como el día de Martin Luther King, el momento en que se acepta que los negros ya no son esclavos. Tienen también ciertos altares o sitios de cultos, donde se despliegan los símbolos americanos. Un ejemplo de ello es el Memorial de Lincoln, así como el Capitolio o la Casablanca; también tenemos el cementerio nacional de Arlington y, por supuesto, el Gran Cañón. Los EEUU en virtud del conocimiento de dios revelado a su pueblo resulta ser una nación superior al resto de las naciones, según se deduce del punto tres de los elementos que constituyen al país como nación. La superioridad es epistemológica, ya que es la única nación que tiene acceso a un conjunto de valores morales que las otras naciones no han conocido porque dios no se las ha otorgado: sólo gracias a la acción misionera de América pueden tener acceso a esa información revelada. Esto no significa que el resto de la humanidad no tenga derecho a disfrutar de los valores americanos, sino que al contrario que el pueblo americano no está epistemológicamente capacidad para entenderla. Así, América evangeliza al resto del mundo los valores de la democracia. Esa es la justificación que se llevó a cabo entre febrero y marzo de 2003 en The New York Times por un periodista llamado Ignatius, quien presenta ante los lectores la guerra de Irak la más idealista que jamás se ha librado, de modo que el mundo pueda entender la capacidad evangelizadora de América. Sólo la mente americana ha sido iluminada por el conocimiento divino. El resto de las naciones permanecen en la oscuridad. George Bush dijo el 4 de julio de 2001 que “un maravilloso país ha nacido; una idea revolucionaria que ha sido enviada a toda la 5

humanidad: libertad, no sólo por la gracia de que es algo bueno, sino en virtud de los derechos de nacimiento que tienen cada uno de los individuos; igualdad, no como una teoría de los filósofos, sino como el designio del creador”. Para los padres fundadores, los derechos humanos son dones de dios, pero no gratuitos para la humanidad, sino sólo para los americanos. Según Bush, dios es el dador del regalo divino de la dignidad. Somos iguales entre nosotros porque la lección de la dignidad ha sido impartida por los americanos. Para ilustrar esta superioridad moral y epistemológica americana también se pueden usar ciertas imágenes: 1. The city upon the hill: la ciudad sobre la colina, el lugar elegido como el nuevo Israel. 2. América es la mejor y la última esperanza para la humanidad: la tierra de la libertad y la promesa. 3. El rayo de luz, con la capacidad de atraer al resto de la humanidad, sobre todo la que es subyugada, la que sufre y la que anhela encontrar los valores que hacen a los seres humanos como tales. La idea es que como la ley que define la actuación de los EEUU como nación es una ley revelada, los EEUU no están sujetos a las leyes positivas que gobiernan al resto de las naciones, en virtud de su posición de privilegio epistemológico. Sin embargo, gracias a la ejemplaridad del pueblo elegido, definida por el hecho mismo de ser elegido por dios, lo que le da acceso a las leyes morales, EEUU tiene el deber moral de exigir a las demás naciones una obediencia estricta a la ley positiva, y por consiguiente tiene el privilegio de desobedecer las leyes positivas para imponer la ley moral. En consecuencia, EEUU es una nación excepcional. En virtud de la peculiar relación que existe entre dios y el presidente de los EEUU, entendido como el jefe de la tribu del pueblo elegido, éste puede actuar como sacerdote o profeta y pueda transmitir el mensaje al pueblo elegido, de modo que se asegure de que la nación elegida sigue contando con el apoyo de dios. El presidente tiene la potestad de interpretar el sentido de las leyes, de acuerdo a cómo entienda la voluntad divina. En ciertos casos, está autorizado moralmente a rechazar leyes positivas, e incluso leyes positivas federales, aún cuando hayan sido aprobadas por la soberanía popular, si a su juicio contradicen la voluntad de dios, que guía a la nación. Ver el documental de la BBC The Century of the Selt 6

Walter Lippmann publica en 1927 un libro en el que se desarrolla el concepto de la manufacturación del consentimiento: el pueblo es el ganado enloquecido, y no puede tomar las riendas de los asuntos políticos, y sólo aquellos que saben gobernar son los que tienen que acceder al poder. En la nueva era moderna todo el mundo tiene mucha prisa y no hay demasiada inteligencia, por lo que hay que obligarles a consentir mediante una serie de técnicas que sirvan para generar el consenso. Incluso los nazis, durante la fuga de cerebros que hubo tras la II Guerra Mundial, llegaron a arribar a EEUU, donde continuaron sus investigaciones sobre técnicas de control y manipulación. En términos prácticos, el carácter excepcional de la nación de EEUU implica la libertad de poder cometer cualquier atrocidad moral por aberrante que sea si con ello se cumple el compromiso –el pacto– contraído con la historia, con el papel que le corresponde o con los designios de dios, que es quien a fin de cuentas mueve la historia. Dicho de otro modo. Lo que sería un crimen si lo cometiera un país no sujeto al pacto, en el caso de los EEUU supone un acto sujeto al pacto: es un criterio de identidad según el cual la acción es típicamente americana. Joyce Carol Oates ha observado lo siguiente, “el excepcionalismo americano hace que nuestro imperialismo sea altruista, que el saqueo de los recursos del mundo sea un ejercicio saludable de capitalismo y libertad de mercado. Desde la infancia nos han adoctrinado con la propaganda de que América es superior al resto de las naciones; que nuestra forma de vida, una democracia basada en el mercado de masas manipulada por los lobbies es superior a las demás formas de gobierno; que a pesar de su frivolidad y degradación, nuestra nación es superior, como nuestro lenguaje”. Lo que expresa el excepcionalismo es la visión laica de el despliegue de la historia entendida como el plan de salvación que dios le ha hecho conocer a su pueblo elegido. Así, desde este punto de vista nos ayuda a explicar uno de los problemas más controvertidos y perplejos: el carácter absoluto de la política internacional americana. Una vez que los EEUU ponen en marcha su máquina, la decisión es absoluta, y en consecuencia, es inexorable: nada ni nadie puede impedirla. ¿Por qué no percibimos eso con el mismo rol con el que percibimos los crímenes nazis o soviéticos? El patrón que define las acciones de los EEUU como necesarias se basa en lo que podríamos enunciar como un principio de degradación moral: cuando se aplica este principio, degrada a los seres. Ejemplos de esto, en Derecho Internacional, contrariamente lo que dice en los artículos 2 y 3 de los Derechos Humanos, EEUU los puede entender según sus intereses. ¿Por qué Sadam Husein aparece como el malo de la película en 2001 y no en 1983 o cuando estaba en guerra con Irán? Si EEUU está tan 7

preocupada por el bien de los seres humanos, ¿por qué no intervino cuando Irak gaseó a los kurdos? Fue por un principio que enunció Jean Kirpatrick: EEUU verá con buenos ojos todo régimen, por criminal que sea, que colabore con sus propios intereses. Se ve claramente la relación de este principio con el principio de degradación moral. Así, el bien o el mal moral depende de los intereses que tenga EEUU. El Sha de Persia estaba apoyado por EEUU, a pesar de sus crímenes. Bush llegó a decir que “los intereses americanos en la libertad son los mismos que los intereses estratégicos americanos”, lo que representa esa idea de la libertad instrumentalizada: deja de ser un valor absoluto. La validez de un derecho humano depende así de los intereses de EEUU. El gran logro moral del siglo XX, en manos de la interpretación de EEUU se convierte en una gran perversión moral. 24/02/2012

Cómo entender la relación de EEUU con los Derechos Humanos Se dice que los intereses de EEUU en seguridad son los mismos intereses de América en libertad. Es una identidad perversa por la perturbación que supone en la interpretación estándar en los Derechos Humanos. Es un argumento similar al que estriba Hegel acerca de la vinculación entre el Estado y la Iglesia Evangélica. La libertad de cualquier habitante de la Tierra estaría, por tanto, sometida a los intereses de EEUU en seguridad. Generalizando este principio, la validez de los Derechos Humanos depende de los intereses en cuyos términos la administración americana define su seguridad. O se es humano o no se es humano: no hay un grado intermedio, de ahí que se considere que la dignidad humana es un valor absoluto del hombre, ya que no podemos dejar de ser seres humanos. No tiene sentido afirmar que la dignidad humana venga definida en función de los intereses de EEUU en seguridad, que no tiene el poder de decidir en qué circunstancias son dignos los seres humanos. Definir la dignidad humana en función de los intereses de América es un principio totalitario, que se encuentra tras los crímenes perpetrados por nazis y soviéticos, donde la dignidad humana se define en manos del partido que gobernaba. La aceptación de este principio hizo posible el holocausto judío, las purgas soviéticas y las intervenciones americanas en Sudamérica. El bombardeo masivo de Afganistán durante la misión Libertad Duradera son el resultado de la aplicación práctica del principio de degradación humana.

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También dejarían de ser inalienables los DDHH. Igualdad significa que no tiene sentido hablar de seres humanos que sean más humanos que otros, a menos que la ciencia perfeccione por intervención genética perfeccionar lo humano. Mientras que eso no ocurra, sí tiene sentido mantener el discurso de que los seres humanos son iguales. Los DDHH son inalienables porque no se pueden rechazar: es imposible despojarse de los DDHH. El artículo 2º de la declaración rechaza cualquier distinción entre los seres humanos basada en su condición política. No podemos rechazar los DDHH de nadie por su condición política: no es ésta una razón para negar la humanidad de una persona por criterios políticos. Tampoco lo es por su condición jurídica o por los derechos del país en el que viva o el territorio de cuya jurisdicción dependa una persona. EEUU establece una diferencia entre la identidad americana y la del resto de las naciones, lo que supuestamente le autorizaría a actuar como expresamente la declaración de los DDHH prohibe que actúe algún país, ya que América estaría actuando en contra de esa prohibición expresa de la vulneración de los DDHH. El carácter excepcional de América no depende de un reconocimiento positivo del derecho internacional público, sino del conjunto de conceptos –de las seis ideas ya explicadas– con el que EEUU se concibe a sí mismo. La Corte Penal Internacional es el primer tribunal basado en tratados que se creó para promover el imperio del derecho y para asegurarse de que los crímenes internacionales más graves no queden impunes. El tribunal tiene derecho para resolver casos de genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad. El Artículo 12 le otorga la jurisdicción sobre los estados nacionales cuando el crimen se comete sobre el suelo de los estados signatario, incluso en esos casos en que el estado no haya firmado el acuerdo. EEUU e Israel votaron en contra de la creación de este tribunal, como otros que no se caracterizan por su respeto a los DDHH –China, Irak, Yemen–. El último día de la administración Clinton firmaron la entrada, pero rechazaron firmar los estatutos aduciendo que la Corte no tiene legitimidad para juzgar a los ciudadanos norteamericanos. Judy Williams, premio Nobel de la Paz en 1997, citaba la opinión del General Gordon Sullivan para justificar la posición de la administración americana ante su negativa de suscribir la petición de prohibición de minas terrestres: si prohibes esa arma, pones en peligro otros tipos de armamentos de EEUU por razones humanitarias, y es preferible que se dañen seres humanos antes de poner en peligro los sistemas de armamento americanos.

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29/02/12 ¡¡Muchas gracias a Reyes por estos apuntes!! En Abril de 2009, Obama aprobó la publicación de documentos que habla sobre la tortura ejercida por los EEUU, no obstante la documentación mostrada supone tan sólo el 5% de los casos. Además de la campaña masiva de propaganda contra Irak, se diseñó un plan con el conocimiento de la administración, para aprobar el uso de la tortura, llevándola escrupulosamente a la legalidad, o sea, hacer de la tortura un derecho legítimo del gobierno de los EEUU. El presupuesto fundamental que se encuentra detrás de esta violación de derechos humanos, es que las autoridades de Washintong puedan decidir qué se considera tortura al margen de los Acuerdos de Ginebra. Irónicamente se puede analizar en un libro de Blum: “Sin esperanza” (Historias de torturas desde la segunda Guerra Mundial). Después del 11S del 2001, Bush dio al personal de la Casa Blanca órdenes secretas: “No me importa lo que digan los países del Derecho Internacional, vamos a patear a más de uno”. Con esto, el Presidente marcó la línea que posteriormente se seguiría en cuanto a la tortura a sospechosos aún incluso saltándose (de nuevo) el Derecho Internacional. Así la actuación excepcionalista de este gobierno se detalla en la aprobación jurídica de una serie de doctrinas de las cuales, tres a destacar: 1. El Presidente está por encima de la Ley. Se vulnera con ello el principio de autoridad. 2. La tortura es jurídicamente justificable. Por lo que de nuevo se pone de manifiesto la postura excepcionalista de los EEUU 3. La base de Guantánamo no es territorio de los EEUU. Por lo que se puede albergar en ella tanto a presos como a violadores de los derechos humanos, sin que por ello haya de responder dicho gobierno de sus actividades. A partir de esto, se elaboraron leyes que les otorgaban al Secretario de Defensa y al Vicepresidente, la autorización para poner en marcha usos de tortura en los casos que se prevea una conexión entre Sadam Husein y los atentados de Washington. Así, la tortura se convierte en una práctica del poder, lo que en otros Estados no se puede contemplar de ninguna manera, para los EEUU es un privilegio en tiempos de guerra.

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El 16S de 2001, el Vicepresidente justifica el espionaje, diciendo que se habrá de hacer “calladamente sin discusión utilizando los métodos de las agencias”. El 17S de 2001, Bush firma una directiva presidencial autorizando a la CIA prisiones secretas Black sites, claro, fuera de los territorios de los EEUU (en Guantánamo y Afganistán). Autorizó a la CIA a capturar o asesinar a más de una veintena de individuos incluidos en una lista sin la necesidad de que el Presidente diera su aprobación a dicha lista, o sea, con la libertad plena para capturar, torturar y asesinar a todo sospechoso y con la justificación de dar caza a los terroristas implicados en el 11S tanto en Afganistán como en Irak. El 18S, Bush afirma la autorización para el uso de la fuerza militar en respuesta a los ataques del 11S, esto otorga al ejército el poder de usar la fuerza necesaria y apropiada, en contra de quién haya planeado o participado en los ataques terroristas del 11S, o hayan dado refugio a éstos. Todo, con el fin de prevenir cualquier acto contra la nación. Con ello, cualquier persona que consideren se puede convertirse en blanco inmediato de la CIA y en consecuencia pueden ser arrestados, torturados o asesinados. Las autoridades de Washington utilizaron la tortura para dar evidencia de que Sadam Husein había prestado apoyo a Al Qaeda. Los interrogatorios abusivos incluían técnicas de torturas como: •

Coger la atención: simulando el ahorcamiento



Bofetadas e insultos



Confinamiento en lugar estrecho



Suspensión en la pared, golpeándolo



Posición de tensión



Privación de sueño



Confinamiento en lugar estrecho con insectos



Submarino mojado, simulando el ahogamiento boca abajo y suspendido por los pies



Tratamientos vejatorios, haciéndolo vestir de mujer.

A pesar de estas prácticas los interrogatorios no pudieron demostrar las conexiones de Al Qaeda y Sadam Husein. Pero se hicieron una serie de documentación para legitimar el uso de estas técnicas. 11

Esa documentación sería: 1. Memorándum que envía John Yoo (alto cargo del departamento de justicia) el 9 de enero de 2002, que incluye un informe al Consejero Especial del Departamento General de Asesoramiento para Defensa, donde le dice al director que las Convenciones de Ginebra (por la que se asegura que los prisioneros de guerra tengan un tratamiento humano) y en particular la 3ª Convención, (expresamente sobre el tratamiento de prisioneros de guerra) no se debe aplicar a los detenidos Talibanes ni miembros de Al Qaeda, por los que estos pueden ser sometidos a tortura. 2. Informe que envía Alberto Gonzáles (consejero de la Casa Blanca para asuntos jurídicos) al Presidente en un Memorándum del 25 de Enero de 2002, donde le dice que la guerra contra el terrorismo (global) es una nueva clase de guerra y por consiguiente “hace que se convierta n en obsoletas las limitaciones tan estrictas de las Convenciones de Ginebra, sobre los interrogatorios de prisioneros enemigos”. El argumento no es nuevo, es el mismo que utilizaron los nazis para no aplicar la 3ª Convención a los prisioneros rusos. Asumen así que tienen un poder excepcional que les autoriza a respetar o no el Derecho Internacional. Los argumentos que utiliza Gonzales son dos básicamente: 1.- Si se aplica la 3ª Convención de Ginebra no se tiene la flexibilidad necesaria para eliminar el examen de caso por caso. 2.- Aumentaría así la amenaza para perseguir conductas criminales en las naciiones bajo la ley de EEUU. En particular, el Estatuto de 1996 prohíbe la Comisión de Crímenes de Guerra en por o contra de personas nacionalizadas en EEUU. Se dice “Crímen de guerra se define siguiendo las indicaciones de la 3ª Convención de Ginebra sobre el tratado”. Así, pues sostener que no se haga valer la 3ºConvención resulta ser una violación contra los derechos humanos y contra la Convención misma. El art. 3º del Estatuto de 1996 dice que el uso de la tortura no está permitido con independencia de que se considere o no prisionero de guerra. Hay otros documentos más donde se desarrolla estas ideas de justificar la postura excepcional de EEUU en relación a la tortura a prisioneros de guerra. No se conoce el nº de personas arrestadas o que han muerto, algunos calculan entre 120-130 pero se cree que fue más alto (300 0 500) pero no hay evidencia para afirmar el nº. Tampoco hay noticias en cuanto a los desaparecidos en los interrogatorios. 12

Las consecuencias de todo esto son: 1.- Los Derechos Humanos, contrariamente a lo que se afirma en el preámbulo, no son Universales, a pesar de que formalmente han sido ratificado por la mayoría de los países. 2.- La validez de los DH dependen de los intereses estratégicos de EEUU, si le interesa o no promover el respeto a los DH Un línea de argumentación que se ha seguido se puede encontrar en un profesor de Harvar d, Michael Ignatcelf, ha escrito defendiendo la postura excepcionalista y afirma que EEUU tiene el poder de desobedecer los DH para hacerlos cumplir en virtud del papel garante que le acontece. Otro como Niam Fergusson, dice que EEUU es un poder benigno y como tal se puede permitir desobedecer los DH para favorecer políticas económicas que eventualmente desarrolle la capacidad de países menos desarrollados. Así pueden violar los DH en los países subdesarrollados por ejemplo, precisamente para garantizar dichos DH. 3.- Otra consecuencia es que es muy difícil obligar a los países a que cumplan con los DH sin el uso de la violencia. Si uno asume la excecionalidad de los EEUU frente a los DH no se pude obligar a este a cumplirlos. No hay un poder lo suficientemente persuasivo que les obligue a someterse a la 3ª Convención de Ginebra. 4.- EEUU puede someter en contra de los DH, a un país o a sus ciudadanos a un régimen que favorezca la violación de DH. Por ejemplo el caso de El Salvador (años 80), Nicaragua (años del los Sandinistas. Aquí fue condenado los EEUU por el tribunal internacional de justicia por apoyar EEUU a los terroristas, pero posteriormente se anularon las sentencias). Así, los DH dictan mucho de ser representativos, porque no son objetivos. Su vulneración no acarrea las mismas consecuencias para unos que para otros y su aplicación depende de los intereses económicos. (Aconseja ver la película INSIDE JOB) 02/03/2012

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El poder de las corporaciones Tema 2 Bibliografía

¿Por qué no nos damos cuenta del poder de las corporaciones? El poder político suministra una serie de ficciones para que no percibamos cómo actúa la influencia de las corporaciones y del propio poder político. Entre esas ficciones, la más poderosa es la que consiste en la representación política. En la medida en que se nos haga creer que los políticos que elegimos son nuestros representantes genuinos, más caemos en esa ficción. Si los políticos que gobiernan son nuestros representantes, ¿cómo es que toman decisiones que perjudican tan decisivamente nuestras vidas? Primer, la noción de representación política es uno de los conceptos más ambiguos, confusos e irritantemente absurdos del léxico democrático. Según la Constitución del 78, la soberanía reside en el pueblo, y los gobernantes son los representantes legítimos del pueblo español. Decir que el pueblo es soberano es la afirmación de una cualidad absoluta que define la independencia del pueblo frente a cualquier otra autoridad. No se puede ser soberano a medias, como no se puede ser humano a medias ni medio libre y medio esclavo: o soy soberano, o no lo soy. Si el pueblo es soberano, no se puede inferior que los individuos sean individualmente soberanos. Yo no puedo ser soberano si el pueblo es soberano. No se puede inferir que los individuos de una clase tengan las propiedades de la clase. La soberanía del individuo se supedita a la soberanía del pueblo, y si soy soberano, el pueblo no sería soberano por haber una serie de individuos soberanos. Si soy soberano, no lo es el pueblo, y si lo es el pueblo, no soy soberano. Afirmar que los partidos sean los legítimos representantes, implica negar a los individuos la posibilidad de actuar con autonomía moral y política en la toma de decisiones. Si deciden ellos, entonces no decido yo; si decido yo, no deciden ellos. No encontramos con la misma paradoja. La concepción más extendida, no la única, es que la elección en las urnas es el acto por el que se crea la representación: el pueblo se divide en cinco entidades: 14

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el municipio, que es el sujeto de la representación, no sus individuos

2. autonomía 3. provincias a nivel nacional, porque la provincia se representa a nivel autonómico en los parlamentos autonómicos, y a nivel parlamentario central. Así, son entidades diferentes aunque los individuos sean los mismos. 4. el senado representa y no representa a la provincia. lo hace cuando es territorial no circunscrita. 5. el parlamento europeo con 54 eurodiputados La representación, así, es una pentafrenia o trastorno quíntuple de la personalidad política que divide la indisoluble soberanía del pueblo en cinco entidades, todas soberanas. Casi todas las religiones excepto los budistas se basan en insondables misterios. La religión civil también tiene su particular disociación personal al estilo del Misterio de la Trinidad, aunque esta vez segmentada en cinco partes que son una misma. La representación política es injustificablemente gravosa en relación a la efectividad que debería tener. El congreso tiene un presupuesto de 98 millones de euros. En Cataluña el coste es mayor por diputado, y en Andalucía cada diputado cuesta 430.000 euros. Este sistema es muy efectivo para que los partidos logren la sumisión de la población burlándose de sus intereses. Cada una de las parcelas de la pentafrenia supone una importante parcela de poder para los partidos, no para los individuos. Cuantos más votos obtiene un partido, mayor es su grado de participación y por tanto de poder. Cuanto más poder tenga el partido, más atraerá los intereses de las empresas y corporaciones. Si el poder se ejerce a favor de los beneficios del ciudadano, no obtienen beneficios para la financiación del partido –que se aclara con cinco años de retraso, que son los que tarda el Tribunal de Cuentas en aclarar la financiación de las formaciones políticas–. Un estudio de consultores del gobierno corporativo demostraba que en 2006 10 familias y apenas 20 empresarios controlaba el 20,14 % del capital del Ibex 35. El profesor Tiago Santos dice que el 0,0035 % de la población española –unas 1.480 personas– poseen los recursos que equivalen al 80,5% del PIB. Esto es poder. El 99,995% de la población se reparten el 19,5% del PIB. El mayor avance en política social de la democracia española.

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Un partido político es fundamentalmente una maquinaria de acumulación de poder. El poder necesita dinero, y por lo tanto, hay que buscar la financiación del poder. Según la Ley Orgánica 8/2007 de la financiación de los partidos políticos, cada partido recibe del estado un dinero en concepto de subvención según el número de representantes. Entre los dos partidos mayoritarios reciben entre 65 y 80 millones de euros para financiar datos, más 50 millones para organizar campañas. Los partidos, además, recurren a la financiación de la banca. Los ciudadanos financian a los partidos con el fin de mantenerlos. Los ganadores de este juego perverso son la varios. La banca que financia a los partidos en unas condiciones ventajosas e inaccesibles para los ciudadanos medios. La soberanía reside en el pueblo pero sólo los que ejercen el poder económico pueden imponer al resto una política que convenga a sus intereses, creando un sistema de ficción para que el pueblo soberano no perciban el juego. El informe Greco –estados generales contra la corrupción– de 2009 ponía de manifiesto en una auditoría ad hoc que la deuda de los partidos españoles en 2005 ascendía a más de 144 millones de euros, lo que hace a los partidos españoles los más vulnerables de los integrantes del crédito. No sólo es un negocio: también hace de los partidos unos medios para la toma de decisiones que más les interesa. Así, los partidos juegan a la impostura de la representación, pero quienes deciden son las entidades financieras. Entre 1997 y 1999 según el informe Greco, los bancos habrían condonado a los partidos una deuda de 19 millones de euros, lo que da una idea de lo que piensan los bancos sobre la soberanía popular. En 2006 el Banco Santander condonó al PSOE una deuda del 6 millones. A fecha de 2011 no hay datos oficiales sobre la deuda acumulada de los partidos políticos con los bancos. Eso es poder. El poder de ocultar información. Imaginemos la deuda viva que los municipios han contraído con la banca. Un equivalente de más de un tres por ciento del PIB. 07/03/2012 613 euros es la deuda municipal por habitante a fecha de 2006. Esto significa que hay que reconocer una dependencia económica entre los partidos y las entidades financieras, que implica una perversión del sistema democrático. Así, la agenda política viene hasta cierto punto condicionada por los intereses de las entidades financieras. La propaganda será el instrumento que el gobierno emplee para que sus políticas no queden sometidas a la imagen de que están a merced de las corporaciones. Se requiere por ello el control de los medios de comunicación y de la educación.

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Se requiere también de un gran ejército de ideólogos, periodistas y comentaristas que tienen que reescribir la realidad para que los ciudadanos no perciban el conflicto de intereses adquirido por la clase política. El compromiso que adquieren los partidos, así, no se adquiere con la masa electoral, sino con las casas financieras. Se comprende que la generosidad del banco siempre es recompensada. Hasta que no sepamos la deuda real con las entidades privadas, no se podrá saber hasta qué punto el gobierno está implicado en relaciones de dependencia con la banca. Aproximadamente, ésta podría alcanzar el 20% del PIB, más del doble del gasto en pensiones. El informe del Tribunal de Cuentas tiene un retraso de cinco años, y fiscaliza el dinero que los partidos reciben del estado, pero no éstos no está obligados a publicar los datos de sus cuentas. Ningún gobierno ha emitido ninguna normativa de regulación sobre las relaciones tóxicas adquiridas con las financieras. Los beneficios de la banca son el resultado directo, supuestamente, por la especulación financiera, amparada y admitida por el gobierno. Como los bancos no pagan por regla general impuestos en paraísos fiscales, se limita la capacidad para generar políticas que favorezcan el bienestar de la población: los gobiernos endeudan a la población inyectando dinero a los bancos para que éstos multipliquen sus beneficios sin pedir a cambio que inviertan para potenciar las economías domésticas. El segundo grupo ganador de este juego está compuesto por las empresas del Ibex 35. Todos los bancos que cotizan en el I35, excepto Bankinter, tienen presencia en paraísos fiscales. Se pensaba que en 2008 podrían haber desviado entre 5800 y 12500 millones de euros, aunque la falta de datos fiscales hacen sospechar que las cantidades sean aún mayores. Eso por no hablar del supuesto fraude fiscal que se le achaca oficiosamente a estas empresas, que puede que ascienda, según datos aportados por el Gobierno de Zapatero, hasta 40.000 millones de euros. En el 2010 estas empresas alcanzaron beneficios de 50.000 millones de euros. Telefónica, Repsol, IPF, Endesa, Iberdrola, Ferrovial, etc, tienen directivos que incrementaron sus sueldos en una media del 20%. Los altos directivos de estas empresas forman una clase privilegiada. 502 miembros de ellos ganaron una media anual de 699.000 euros, unos 350 millones de euros en 2009, es decir, un 3,5% más que en 2008. En cuanto a los consejeros y ejecutivos con cargos en estas empresas, se llevaron un 76,5% del total del presupuesto de los consejos, con sueldos de 2,7 millones de euros. Los expertos cualificados –independientes– percibieron el 12,4% de remuneración. 17

En contraste con el aumento del 22% de beneficios, la renta per cápita de los españoles se situó 7 puntos por debajo respecto a la eurozona. Otro problema de estas empresas es que algunas de las compañías tienen notorias vinculaciones con la clase política. Aznar es consejero de Endesa, González de Gas Natural, Marcelino Oreja está en Acerinox, EPSC y Repsol; Rato es presidente de Bankia, Luis Ángel Rojo y Matute están en el Banco de Santander; Miguel Roca está en ACS, que preside Florentino Pérez. No conocemos porqué no hay manera de establecer una responsabilidad corporativa, de forma que la práctica de sobornos de estas empresas no está sujeta a ningún tipo de control político. Según un informe del Observatorio de Comunicación de Responsabilidad, ninguna empresa del I35 aporta información alguna sobre la cantidad de dinero donado, préstamos condonados o aportaciones en especie donadas a instituciones y partidos políticos, con desglose por país o con mención de la entidad. No sabemos nada de nada, de nada, de nada. Sólo 15 de las empresas del I35 incluyen referencias a sobornos, y algunas se refieren sólo a recibir sobornos, pero no dicen nada sobre su capacidad para ofrecerlos, que es donde reside el verdadero poder. Ninguna de estas empresas restringe los pagos de facilitación: un instrumento que se suele utilizar para encubrir sobornos y tráfico de influencias en los partidos políticos. También estas empresas tienen activos en paraísos fiscales. Un informe de la asociación de inspectores de hacienda de octubre de 2009 estimaba el fraude fiscal en España en 70.000 millones de euros. El tercer grupo ganador son las empresas vinculadas a los partidos: los sindicatos, las compañías públicas y las televisiones autonómicas destinados a mantener a la población en el redil. Desde 1995 hasta 2009, el gobierno andaluz ha subvencionado a UGT y CCOO con 251 y 253 millones de euros, respectivamente, a precio de mantener la cohesión social en una región especialmente atacada por la crisis. El número de afiliados de ambos no pasa del 16% de la masa trabajadora de la comunidad andaluza. En 2002, la administración tenía 335 entidades estatales. En 2011, el número de estos organismos sobrepasa los 4.000, con una deuda pública de 52.000 millones de euros. Podemos concluir que la representación política del juego democrático descansa en una gran ficción, es decir, en una manera de entender la realidad. Como ocurre con el resto de las ficciones, ni es verdadera ni falsa, pero su poder se haya en la fuerza psicológica que ejerce sobre la población para percibir y atender las cosas de acuerdo a la manera en que es prescrita por la ficción. Bajo la influencia de una ficción somos 18

presumiblemente incapaces de ver las cosas de otra manera que sea diferente a la que impone la ficción. El origen de la esclavitud política tiene su raíz en la mente: en no darnos cuenta de que pensamos y actuamos de acuerdo con el guión que define la ficción. Esas ficciones las llevamos implantadas. La estabilidad de las ficciones se basa en el hecho de que son creíbles y aceptadas. La única manera de disipar el poder de la ficción de la representación política consiste en no creerla.

El poder de las corporaciones Desde la web de Fortune se puede consultar el nivel de beneficios que alcanzan algunas de las grandes corporaciones del planeta. William Domhoff publicó un estudio en julio de 2011 en el que dice que la distribución de riqueza ene EEUU es la siguiente: el 1% de la capa superior de propietarios tiene el 38,3% de todas las acciones de propiedad privada, el 60,6% de los bonos financieros y el 62,4% del patrimonio mercantil. El 10% de la clase superior – dentro de ese 1%– posee entre el 80 y el 90% de las acciones, bonos, fondos de inversión y patrimonio mercantil, además del 75% de los bienes raíces. Puesto que la riqueza financiera es lo que cuenta en el control de las estimaciones de lo que produce ingresos, se puede decir que sólo el 10% de la población de los EEUU es la que realmente posee a los EEUU. Así, la distribución de riqueza en EEUU no ha sufrido una variación considerable desde su creación. La élite que posee el país sigue siendo la élite que la gobierna. Si atendemos a las estimaciones realizadas por Hacker & Pierson en un trabajo del año 2010, veremos que se encuentran datos aún más preocupantes. Cuando más exclusivo es el grupo en esa escala, mayores son las ganancias estratosféricas: el 0,1% de la población –sobre 150.000 familias, de las más ricas– han visto crecer la porción de su pastel del 2,7% en 1974 al 12,3% en ingresos: un aumento de 4x. Los datos son más elocuentes en el 0,01% de la población –las 15.000 familias más ricas–, que han visto que sus dividendos han aumentado de menos de uno por cada 100 dólares en 1974 a menos de uno por cada 17 dólares, lo que significa que cerca del 7% de la riqueza del EEUU es poseída por el 0,01% de la población. Un conjunto de corporaciones divididas en varios estratos se reparten esa cima económica. El primer grupo son las que forman parte del complejo militar industrial – ¿Login Marting?, Boeing, General Dynamic, Computer Science, etc–; tras éstas, encontramos las que componen la industria de la energía –Exxon-Mobil, Chebron, Texaco, Shell US, BP America, etc–; continúa un estrato muy poderoso, con vinculaciones con el complejo militar y farmacéutica, las de telecomunicaciones – 19

AOL Warner, Disney, Viacom, News Corp, NBC, AT&T–; siguen las farmacéuticas – Johnson & Johnson, Pfizer, Abbot, Fluor–; otro grupo es la de alta tecnología –Science Aplicarion, IBM, Microsoft, HP–; continúan las entidades financieras –Goldman Sach, JP Morgan Chase, Citi Group, Bank of America, Merryl Lynch, etc–; y ahora las automovilísticas –General Motors o Ford–. En la Guerra de Irak también sacaron muchos beneficios otras empresas, como las aseguradoras, como la American International Group o la Unite Health Group. Las aseguradoras han sacado este beneficio de la Guerra de Irak porque cuantos más muertos, más dinero se genera. La facturación de EPSON fue en 2003 de 247.000 millones de dólares. En su conjunto, es superior a los ingresos de 185 gobiernos estatales de la época como Brasil, Canadá, Suecia y Holanda. La General Electric facturó 125.913 millones de dólares, y obtuvo unos beneficios de 16.000 millones en 2002. En el mismo años los 10 bancos principales de EEUU controlaban el 55% de todas las operaciones bancarias. Nueve años después, los seis bancos principales poseen el 62,3% del producto interior bruto de EEUU. En España no sabemos cuáles son los mecanismos con los que influyen en el Gobierno las grandes corporaciones y qué dinero usan para ejercer esa influencia. En EEUU sí que se conocen. La capacidad que tienen estas compañías para influir la agenda política es en primer lugar el resultado directo de su poder económico. Cuanto más dinero, más poder. En palabras que Schatt Scheider dijo en 1960, el que determina de qué trata la política es el que gobierna el país porque la definición de alternativas políticas significa la selección de conflictos, y la selección de conflictos es la que otorga el poder. Definir alternativas significa la capacidad de decidir qué políticas va a decidir el gobierno. La selección de conflictos es la decisión en la selección de tal o cual foco como política prioritaria. La estructura de influencia que detalla Scheider no es política, sino corporativa. Las grandes corporaciones son las que seleccionan los conflictos porque son las que realmente tienen el poder para definir las alternativas en perjuicio de los intereses de la mayoría. El único fin de las corporaciones es multiplicar los beneficios, de modo que las alternativas son definidas con objeto de la que la autoridad política favorezca los intereses corporativos, que no son los intereses, como decimos, de la mayoría, yendo incluso en detrimento de ella. La política del partido elegido sólo beneficia a la élite corporativa, que es la que realmente tiene el poder económico para seleccionar los conflictos. Los dos mandatos 20

de la administración Bush muestran una gran recuperación de beneficios en comparación con los anteriores. 09/03/2012 Las características jurídicas de las corporaciones El año feliz de las corporaciones es 1886. Ese año, aparece una sentencia del juez Stephen Field, que era miembro de el tribunal supremo de los EEUU. Vierte una opinión sobre el caso de Santa Clara County contra Southern Pacific Railroad. Lo importante de esta sentencia es que es la primera vez en la que se reconoce a una corporación como persona física, no jurídica. Lo que justifica esta distinción es el reconocimiento de que poseer acciones de la compañía es la asunción de la posesión de una propiedad sin estar sujeto al tipo de responsabilidad que normalmente los sistemas jurídicos definen para aquellos que son propietarios –es decir, que poseen propiedad–. La distinción que hace Field es que poseer acciones en una compañía permite a una persona ejercer un tipo de propiedad que no está sujeta al tipo de control jurídico sobre la posesión de propiedad. Cuando uno tiene una propiedad se supone que la responsabilidad sobre ella debe durar un cierto tiempo. Sin embargo, cuando dictó la sentencia el juez Field, las corporaciones se pueden convertir en personas que pueden poseer una responsabilidad ilimitada de la propiedad. La invocación de la 14º enmienda ampara a las corporaciones como si fueran personas físicas. Esta estrategia favorece la clase de propiedad característica de las corporaciones: la posesión de acciones, que desde entonces es un derecho subjetivo propio de personas físicas. Lo que está tras la expansión del poder de la economía en EEUU es el pensamiento de Herbert Spencer, la mente que proporciona a los grandes capitalistas del XIX la justificación moral de la gran explotación a la que fueron sometidos hombres, mujeres y niños, hasta la aprobación de la jornada de ocho horas. En la obra Dinámica social ofrece esa justificación. Habla de la supervivencia de los más hábiles en el contexto social, de forma que el estado no subvencione a los huérfanos, viudas y enfermos. La conclusión es que con el propósito de proteger los derechos invocando la 14º enmienda, la propiedad que tienen las corporaciones en relación al comercio y al negocio, se convierten en la propiedad del individuo corporativo, ahora convertido en una suerte de individuo físico que no puede ser desposeído de su propiedad.

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Sobre esta base se entiende en qué consiste el poder de las corporaciones. Marcus Hanna dijo que hay dos cosas importantes en política: primero el dinero, y la segunda no recuerdo cuál era. En 1907 se aprueba la Ley Tillman, con la que se prohibe a las corporaciones den dinero a los partidos políticos, cosa que se hacía desde 1886. En el 47 la prohibición se hace extensible la prohibición a los sindicatos. Pero el que hace la ley, hace la trampa. En 1972, se levantan las prohibiciones que introdujo la Ley Tillman, desarrollándose una argucia jurídica según la cual las corporaciones pueden donar dinero a los partidos siempre que éste sea para mejorar la estructura del partido, y no con fines políticos. Así, desde ese momento, las corporaciones tienen básicamente tres instrumentos para poder definir el conflicto político: 1.

hacer donaciones individuales

2. realizar comités de acción política, creados por las corporaciones en los que sus trabajadores contribuyen con dinero que les quitan de su sueldo para favorecer a un partido político. 3. Lobby, o individuos que están concentrados en torno a Washington y establecen grupos de presión sobre quienes tienen la responsabilidad legislativa mediante sobornos. Un medio de presión es el llamado revolving doors o puertas giratorias. Los Lobbies, contrariamente a lo que se cree, desde los años 80 han dejado de recibir paulatinamente dinero por parte de las corporaciones para cuestiones de presión electoral. Hacia 1997 había en Washington como 60.000 oficinas de lobbies. Un think tank o laboratorio de ideas es un lobby que desarrolla ideas y pensamientos, como promover falsos datos o generar necesidades que favorezcan la creación de riqueza a partir de comercialización artificial. Cuando Bush define la nueva administración, la Lockhead Martin logró colocar ocho miembros. El lobby de las armas colocó hasta 22 integrantes en esa administración. Eso da una pista de las conexiones y la influencia de esos grupos de presión en la cúpula de poder político. En 1944 tiene lugar en un pueblo cercano a Boston, Bretton Woods, tiene lugar una famosa reunión a la que asisten, entre otros, Churchill, Roosevelt y John Maynard Keynes. Dos cosas se concluyen entonces: el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. El Banco Mundial proporciona préstamos de reconstrucción para Europa tras la II Guerra Mundial. El FMI proporciona préstamos a corto plazo para gobiernos 22

nacionales. 4 años después, en el 48, aparece lo que se llamó el GATT –General Agreement on Tariffs and Trade–. Inicialmente, se vendió el GATT como un proceso cuyo objetivo consistía en eliminar las barreras del comercio. Pronto, se observó que las barreras del comercio que se querían eliminar implicaban leyes para salvaguardar el medioambiente o para preservar la seguridad de los obreros, que variaban de país en país. Así, para eliminar estas redes se empiezan a fundar las primeras leyes globales: así comienza la globalización que acaba explotando en el año 80. El NAFTA es una consecuencia de los GATT. En la práctica, el GATT define un cuerpo de nuevos derechos que literalmente proporcionan a las corporaciones la habilidad de destruir las limitaciones jurídicas que los estados nacionales tienen impuestas para defender su propio comercio. Tras la crisis de los años 80, se crea por parte del FMI la política que ha definido desde entonces la economía global: préstamos de ajustes estructurales o SAL. Estos préstamos son instrumentos económicos controlados por el FMI el y Banco Mundial que se pusieron en marcha en Filipinas en el 1980 y en Méjico en 1983 y se conciben como herramientas de control de deuda que sirva para intervenir en decisiones políticas. Las exigencias que demandan el Banco Mundial y el FMI a cambio del SAL consisten en dos: 1.

Cortar servicios sociales o públicos

2. Llevar a cabo políticas de privatización de empresas de titularidad pública 14/03/2012 Estrategias de las políticas de reformas estructurales. Joseph Stiglitz distingue cuatro escalones: 1.

Privatización: Stiglitz lo denomina proceso de soborno. Es muy simple. Según Joseph Stiglitz el Banco Mundial soborna a los líderes políticos del país proporcionando un incentivo económico —el dinero que reciben— para que ponga a la venta el tejido industrial del país. Es el mismo proceso que se reprodujo en Irak. Básicamente, lo que se pretende controlar es la industria energética —tanto a nivel de recursos como de infraestructuras—. La idea es que el político reciba en torno a un 10% del valor de la venta como comisión. Un caso muy curioso de privatización fue el que se llevó a cabo en Rusia, donde los EEUU participaron junto con el Banco Mundial para que Yeltsin vendiera las principales industria que estaban bajo control estatal. La lógica que describe Joseph Stiglitz parece explicar que el primer paso funciona cuando hay connivencia entre los 23

administradores del Banco Mundial y las élites corporativas del país. Lo que se fomenta de este modo es la presencia de una fuerte oligarquía. 2. Liberalización del capital de mercado: con esto se evita que el estado que controla el BM o el FMI pueda aprobar leyes que signifiquen un aumento de impuestos para los nuevos propietarios de las empresas que vende. Irak es otro ejemplo de ello. Los bancos que controlaba Sadam han pasado a control de EEUU a través del Banco de Importación y Exportación Americano, con la gravedad de que todas las ganancias que entran en manos americanas no se reinviertan en Irak. Lo que implica este segundo paso es que se lleve a cabo un proceso de desregulación cuyo objetivo fundamental es evitar que las transacciones comerciales sean controladas en beneficio de los ciudadanos del país. Así, las inversiones que hacen las multinacionales no redundan en beneficio para el país. Indonesia o Brasil son ejemplos de este dinero caliente, como lo llama Stiglitz: el dinero líquido entra en el país para especular sobre propiedades y después sale cuando las corporaciones empiezan a oler el menor problema. A finales de los 90 esto también pasó cuando explotó la burbuja inmobiliaria. Esto tiene sin embargo un lado oscuro, ya que ante la inestabilidad que provoca esto en el país lo normal es que el FMI obligue a esos países a subir los intereses, que en ocasiones puede vascular entre el 30 y el 80%. Como consecuencia, los altos intereses devalúan el valor de la propiedad. Otra consecuencia es la caída de la producción industrial, lo que nos lleva a generar un agujero considerable en las reservas del país. Todas estas políticas son de imposición externa, como puede comprobarse, y los grandes beneficiarios son las grandes multinacionales que adquieren las empresas públicas. 3. Los precios del mercado suben en los alimentos básicos: Stiglitz observa que asistimos a la implementación del paso tres y medio, que consiste en la rebelión del fondo monetario internacional. La estrategia es simple: cuando la nación está a punto de quebrar, el FMI literalmente se aprovecha sacándole hasta el último dólar de la sangre, como dice Stiglitz. Esto significa la completa eliminación de el sistema de subsidios públicos a las empresas. En Indonesia sucedió algo así en 1998. Otro caso muy elocuente es el intento de privatizar el agua en Cochabamba en abril de 2000, donde el agua alcanzó precios impagables por parte de las clases más pobres. En las mismas fechas, en Ecuador ocurrió algo similar con el gas doméstico. Stiglitz insiste en que este tipo de rebeliones no le sorprenden a las autoridades económicas del FMI, definiéndolas como rebeliones casi casi predecibles. La segunda mitad del plan consiste en que las corporaciones transnacionales ante el peligro de que exista una gran revuelta nacional acaban por controlar todos los recursos públicos. Según Stiglitz, hay muchos perdedores en el juego. No obstante, identifica dos grandes ganadores. Por una parte, los 24

bancos occidentales —aquellos con los que opera el FMI— y por otra parte, el departamento del tesoro de los EEUU. 4. La estrategia de reducción de la pobreza o comercio libre: la idea es desarrollar el comercio en la economía del país de acuerdo a las reglas que estipula la organización mundial del comercio —WTO—y el Banco Mundial. Esto significa llevar a cabo un asalto a las políticas nacionales de los países más pobres para eliminar aranceles que permitan el libre comercio de los productos que venden las grandes corporaciones. Como indica Stiglitz, el mecanismo es en esencia el mismo que las potencias europeas siguieron en la Guerra del Opio. Para enriquecerse con el opio, las potencias europeas usaran el ejército y la armada para forzar a los mercados a mantener un libre tránsito del opio. En este punto, Stiglitz revela el grado de perversión moral al que son capaces de llegar las grandes corporaciones. Dice Stiglitz que el nuevo orden global ha condenado a millares de personas a la muerte, imponiendo tarifas imposibles y tributos que hay que pagar a las compañías farmacéuticas que elaboran las medicinas de marca. Dice Stiglitz que a las farmacéuticas no le importan si la gene vive o muere, sino que la única preocupación que tienen es recoger esos tributos. Los requisitos del programa de ajustes estructurales que propone el FMI crean unas oportunidades de mercado casi libres de riesgo para que las grandes transnacionales adquieran empresas que estaban hasta entonces bajo control público: desde carreteras y aeropuertos a industrias energéticas. Uno de los ejemplos más curiosos es el de la empresa Enron. En 2001, esta empresa consiguió unos beneficios por inversión exterior de 23.000 millones de dólares. Entre los mecanismos que empleó para ello, contó con la colaboración del Banco Mundial para que presionara a gobiernos de países del Tercer Mundo para hacerse con servicios que estaban hasta ese momento en poder público. Hablamos de casos como los de Colombia, Guatemala o India. En otros casos, Enron también recibió financiación del propio Banco Mundial y de los gobiernos de estas naciones. Incluso, del gobierno de los EEUU, que abonó un crédito de 3.000 millones de dólares. Este es uno de los mecanismos. En No Logo se describen otro tipo de mecanismos, como crear zonas especiales industriales en el que se asegura el abaratamiento de los costes de producción. China es el caso más conocido, donde las marcas de las grandes empresas como Nike o Adidas decidieron colocar las unidades de producción. Desde 1980, China empezó a abrir fundamentalmente cinco áreas económicas especiales, que expertos en economías han descrito como la expansión económica más espectacular y sin paralelo en la historia. Estas cinco zonas atrajeron en la década de

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los 90 una inversión que se calcula de 300.000 millones de dólares, lo que sirvió para que Walmart, K-Mart fabricaran allí sus productos a muy bajo precio. Otro dato que se extrae como expansión de la globalización reside en el número de corporaciones que operan fuera del ámbito territorial del país de origen. Entre los 70 y los 90 el número de corporaciones se triplicó, y a finales de los 90 las transnacionales representaban aproximadamente un tercio del capital mundial del sector privado. Como consecuencia de la expansión y del control del capital privado empezó a producirse un movimiento por parte de las corporaciones para desarrollar nuevas doctrinas que eventualmente justificaran los derechos corporativos, es decir, las bases jurídicas que permiten a estas empresas operar en cualquier parte del planeta. ¿Por qué no intentar lo que se hace en China pero a nivel global? La idea es que se consiga una falta de regulación nivel global. Lo que se pretende es conseguir una inversión para cualquier parte del mundo y que esté exenta de un proceso de regulación. Básicamente, las corporaciones diseñaron lo que se llama en términos de management dos canales: 1.

El GATT: Debido a la lentitud de los procesos del mecanismo GATT, las corporaciones vieron que era necesario crear otro tipo de acuerdo: los acuerdos del NAFTA.

2. El NAFTA: el primer esfuerzo de este canal fue la creación de un sistema de acuerdos comerciales que se llamó NAFTA —un acuerdo comercial que en principio sólo incluía a Canadá y EEUU, pero luego añadió a México—. La estrategia de este acuerdo busca asegurar instrumentos jurídicos muy poderosos para defender los derechos comerciales de la corporación que tiene como base un país para saltarse el control político o judicial de las decisiones de otro país que haya firmado dicho acuerdo. El estado así se convierte en un elemento impotente a la hora de controlar a la corporación. El artículo 1102 del NAFTA requiere que los gobiernos deben de tratar a las corporaciones extranjeras tan favorablemente como las propias, es decir, que no hay un régimen de protección con las empresa domésticas. El artículo 1105 define el derecho de tratamiento mínimo estándar, que significa que todas las corporaciones deben de tratarse de acuerdo a como se estipula en el derecho internacional —al modo de personas físicas—. De hecho, según lo define el artículo 1110, si las nuevas regulaciones que imponga un país miembro de estos acuerdos reduce eventualmente el valor de la propiedad de una corporación o los beneficios que espera alcanzar, la corporación tiene derecho a llevar a juicio al gobierno y acusarlo de daños y perjuicios en un tribunal de arbitraje, definido por los artículos 1104 a 1112. Esto significa que con el NAFTA 26

las corporaciones se convierten en elementos más poderosos, y desde luego bastante más de lo que se había definido con las normas de los 144 miembros de la organización mundial del comercio. Con esto, lo que en el caso de la WTC era un derecho, con el NAFTA se convierte en un privilegio de la acción privada frente a los intereses del gobierno. 16/03/2012 El 13 de septiembre de 1970, en el The New York Times Magazine apareció un artículo de Milton Friedman que hoy es considerado un clásico: The social responsability of business is to increase it profits o La responsabilidad social del negocio es aumentar sus beneficios. Ahí, se postula Friedman como un defensor de la desregularización de las relaciones económicas. Friedman afirma que la discusión moderna sobre la responsabilidad social del negocio se caracteriza por su ambigüedad analítica y ausencia de rigor. ¿Qué significa decir que el negocio tiene responsabilidades? Sólo la gente puede tener responsabilidades: una corporación es una persona artificial, con lo cual sólo puede tener responsabilidades artificiales. Así, el negocio, como un todo, no se puede decir que tenga responsabilidades. Incluso, afirma que se aplica en su sentido vago. Lo que propone es que se aclare a qué se atribuye la responsabilidad social de las corporaciones. El primer paso, dice, sería intentar clarificar qué es lo que se quiere implicar cuando se habla de responsabilidad social. Lo que hace Friedman es distorsionar el planteamiento, ya que empieza negando que las corporaciones como tal puedan tener responsabilidades. Dice que los individuos que son los que poseen el negocio, son los que deberían ser considerados responsables en dos sentidos, tanto como propietarios o como ejecutivos de la corporación. Si se habla de la responsabilidad de las corporaciones, no es de la responsabilidad social de la corporación como persona social o física, sino de la responsabilidad social de quienes poseen la corporación o trabajan en la corporación como ejecutivos. Dicho esto, Friedman argumenta que la única responsabilidad que tienen propietarios y ejecutivos de la corporación es con los accionistas y asegurarse que ganen tanto dinero como sea posible en tanto que respetan las reglas básicas de la sociedad tal y como se incorporan en el derecho y tal y como se asume en las costumbres éticas y sociales. Friedman responde a la pregunta sobre la responsabilidad social del ejecutivo en su capacidad de hombre de negocios diciendo que si este enunciado no se considera pura retórica, lo que viene a decir es que tiene que actuar de tal manera que asegure 27

los intereses de sus empleados. Así, la responsabilidad social del ejecutivo, según Friedman, consiste en que no utilice el dinero que se ha invertido en la corporación para sus propios beneficios. En la medida en que lleve a cabo el ejecutivo un aumento del precio para sus consumidores, entonces está malgastando el dinero de los consumidores, y en la medida en que sus acciones bajen el salario de algunos de sus empleados, en ese caso, está malgastando el dinero de esos empleados, según postula Friedman. La responsabilidad del ejecutivo, así, consiste en usar el dinero de los accionistas de tal manera que simplemente aumenten sus beneficios. El principio político que se encuentra detrás de los mecanismos de mercado según Friedman es la unanimidad, lo cual explica parte del proceso de globalización o la marketización. ¿Qué es eso de mecanismo de mercado? Sólo es la forma en que funcionan los mercados según las reglas de oferta y demanda. Según estas reglas, el que es capaz de colocar un producto ahorrándose costes de producción tiene más probabilidades que otro de disminuir el precio. Así, el producto que cuesta menos es el que elige el consumidor. De lo que se trata es de ofrecer al consumidor un producto que le sirva para ahorrarse en su adquisición. Dice Friedman que un mercado idealmente libre se basa esencialmente en la propiedad privada. Este argumento es el que usa Friedman para distinguirlo de otros que no son mercados libres, en el que los individuos se fuerzan unos a otros o el estado controla economía, aniquilando la iniciativa individual. Pero en un mercado libre toda cooperación es voluntaria: no hay fuerzas que obliguen a la cooperación. Como a nadie se le fuerza a cooperar en un mercado libre, las partes que intervienen en el proceso de cooperación se benefician, con lo que tienen dos opciones: participar para beneficiarse, aún a riesgo de perder —o una ganancia que a parar a las manos del competidor— o no participar, con lo que no hay beneficio —quien quiera obtener beneficios, debe arriesgarse—. El mercado siempre gana. En este mercado, según Friedman, no existen valores. Por consiguiente, no se pueden exigir responsabilidades sociales. Dice que lo único que está dispuesto a admitir es que si existen valores son los que comparten los individuos que participan en el mercado, y por consiguiente, si se pueden exigir responsabilidades son las que podrían surgir sobre la base de esos valores arraigados a los participantes. La siguiente premisa subyace en que el principio político tras el mecanismo político —no de mercado, como decía antes—es el de conformidad. Es decir, la unanimidad es el principio político tras los mecanismos de mercado y la conformidad es el que está detrás de los mecanismos políticos. Estos mecanismos son aquellas decisiones que 28

tienen que ver con la elección de alternativas y la definición de conflictos políticos. Si los mecanismos políticos tienen que ver con estas dos cosas, el poder económico puede ser que sea una razón necesaria para definir en último extremo los conflictos políticos imponiéndose su criterio en favor de sus intereses. Pero no es suficiente: también necesita más poder en el control de información para establecer la conformidad en los procesos políticos. El individuo, dice Friedman, debe de servir a los intereses generales-sociales, es decir, a los intereses de la sociedad, independientemente de quién decida cuáles son esos intereses generales, ya sea la Iglesia, un dictador o la mayoría. En cualquiera de los posibles escenarios, lo que tiene que hacer el individuo es obedecer los intereses mayoritarios por su arraigo con el sistema democrático. En un sistema democrático, a diferencia de los dictatoriales, los individuos pueden libremente votar. Cuando votan, deciden. Ahora bien: si al final de la elección pierde la opción por la que ha votado, debe de someterse según el principio de conformidad. El problema está en el hecho de quién es quien controla lo que decide la mayoría. La mayoría no decide, sino que a la mayoría se le hace decidir sobre procesos selectivos de decisión. ¿Y quién deciden sobre las selecciones? Fácil: quien tiene más dinero, es decir, quien tiene los mecanismos de mercado y controla el principio de unanimidad. 21/03/2012 ... Dice Friedman que en la medida en que sus actividades se desarrollen en una competencia libre y abierta, sin engaños y sin fraudes, en la medida que en las corporaciones persigan la multiplicación de sus beneficios respetando las reglas del juego, todo está bien. No obstante, lo normal es que las corporaciones no respeten las reglas del juego, recurriendo a fraudes y engaños. Veamos algunos ejemplos. Monsanto: estableció acuerdos para explotación agraria con el reino de Sri-Lanka y con el de Camboya forzando al gobierno de EEUU a establecer acuerdos comerciales con ambos en 1995 y en 1996. En el año 2004 se firmó otro acuerdo similar con Agfanistán que incluía la protección de patentes para cultivos transgénicos. En la India se da el caso más curioso. Se repite la jugada anterior, imponiéndose el cultivo de semillas transgénicas, pero al contrario de lo que ocurrió antes, las consecuencias fueron ahora más dramáticas. Monsanto repite su patrón de actuación: los representantes de la empresa venden la semilla del algodón Bt —creadas por Monsanto, y por tanto, bajo propiedad de la empresa— bajo la promesa de 29

multiplicar sus cultivos en tierra seca. Además, alegan de las semillas transgénicas son inmunes a las plagas de la zona. Para hacer frente al coste de las semillas, los agricultores se endeudan con prestamistas y bancos locales. Una de las condiciones que impone Monsanto es la prohibición de usar semillas de otras cosechas, así que cuantas más semillas se ven obligados a comprar, más beneficio se lleva Monsanto. El resultado fue, como informaba el New York Times en 2006 que 17.707 agricultores que vivían del algodón, en su mayor parte empobrecidos y desesperados por las deudas contraídas, decidieron quitarse la vida en 2003. En ese año, sin embargo, Monsanto duplicó la venta de sus semillas transgénicas. Lo mismo hizo dos años después, en 2005. Lo peor del caso es que en esta explotación, según un estudio de la OECD Watch, además del comité de la India y Holanda, y el Fórum Internacional de Derechos del Trabajo publicado en septiembre de 2007, denunciaba que en las cosechas de los años 2006 y 2007 cerca de 416.460 niños menores de 18 años, la mayoría en cuanto al 54% menores de 14 años, eran empleados en las granjas con semillas de algodón que vendía Monsanto que representa el 92% de la producción mundial del país. En el estado de Gujará, con el área de producción más importante, se empleaban 175.260 niños. Varias compañías están implicadas en esta forma de esclavitud infantil. El informe añadía que varias compañías Indias utilizan cerca de 200.000 niños que trabajan como asalariados para los agricultores que los subcontratan en las plantaciones con semillas Bt de Monsanto. ¿La conducta de Monsanto no implica engaño y decepción? ¿Respeta las reglas del juego? ¿Realiza una actuación dentro de un mercado libre o usa su influencia en un mercado que está bajo su control? Los argumentos de Friedman no tienen cabida, pues. Barrick Gold Company es una compañía con base en Toronto, Canadá, encargada de la explotación de oro. Las denuncias que ha acumulado la compañía en el último año incluyen cargos por haber participado en la quema de 130 casas cerca de la mina de Porgera, en Nueva Guinea Papua. Además, se la ha acusado de manipular títulos de propiedad de Australia y Chile. También es acusada del derramamiento tóxico de Tanzania que provocó un aumento de los índices de arsénico cerca de la mina del norte de Mara. Asimismo, ha sido responsable de que se hundiera entre el 56 y el 70 % de los glaciares en la frontera entre Argentina y Chile. Cuando compañías como Barrick hacen cosas como estas usan el fraude y el engaño, o incluso es posible que, como dice Friedman, son resultado de respetar escrupulosamente las reglas del juego. Otro caso es el famoso de la compañía francesa Total, que ha sido acusada de haber construido un oleoducto en Myanmar empleando esclavos. Lo más grave fue cuando se produjo la rotura de un barco en 1999 en la planta de Bretaña, que produjo un 30

derrame de 30.000 toneladas de petróleo. En Andalucía también ocurrió algo parecido con la compañía noruega Boliden en Aznalcóllar. Consecuencias de estos ejemplos: ¿Se puede o no se pueden exigir responsabilidades a las corporaciones? O mejor dicho ¿cómo llevar a los autores de estos actos a responsabilidad? ¿Cuáles son las condiciones que deben constituirse para la petición de responsabilidad? ¿Es o no es necesario desde el punto de vista de la ética de los negocios y desde la ética global desarrollar una legislación —que se empezó a llevar a cabo hace no mucho— para controlar y exigir responsabilidad corporativa? Y si es necesario, ¿cómo se justifica? Y sobre todo, ¿qué argumentos podemos aducir para explicar la responsabilidad corporativa y que nos proporcionen una teoría convincente para que a las corporaciones se las pueda acusar de delito? ¿Por qué es necesario ir construyendo una legislación que obligue a la responsabilidad? Una ventaja es que una legislación de estas características ayudaría a evitar la explotación en el trabajo —niños o el uso de esclavos como mano de obra—. Se podrían controlar incluso los sobornos y la corrupción, lo que implicaría contar con una legislación que exigiera a las corporaciones una responsabilidad social para que el balance y la fuente de financiación que adquieren sean eventualmente públicos y puedan estar controlados por los ciudadanos o los gobiernos locales. Una segunda ventaja consistiría en que al tener una legislación que exigiera responsabilidad a las corporaciones definiría la moralidad de las reglas del juego de las que hablaba Friedman. El gobierno arbitraría el juego y las corporaciones se implicarían en la construcción del criterio moral de las reglas. Una tercera ventaja, un aspecto que se está empezando a cultivar de forma deteriorada por parte de las propias compañías, es que algunos aspectos que se definen en la legislación referente a la responsabilidad social corporativa pueden ser buenos para las propias corporaciones y la imagen que las mismas quieren transmitir, aumentando su reputación, facilitando recursos humanos, encontrando más facilidad para vender su marca en nuevas comunidades. Eventualmente, la legislación que regule la responsabilidad podría ayudar a mejorar el beneficio de la corporación. Esto parece indicar que, visto desde este punto de vista, un número creciente de corporaciones desarrollan campañas de relaciones públicas vendiendo la imagen de que la empresa suscribe los criterios de responsabilidad que las grandes compañías definen. No obstante, en la práctica no pasa de ser una mera estrategia de relaciones públicas con vistas a vender una buena imagen. 31

La última ventaja es que aquellas compañías que tienen un comportamiento que en la ética del negocio se conoce como canalla o Rogue Corporation, se exponen a no competir en un mercado que alienta que las compañías se salten las reglas para obtener beneficios. Frente a estas ventajas se han propuesto otras desventajas: La primera, y más costosa, es que llevar a cabo una legislación de este alcance exigiría una inversión adicional de las compañías en burocracia, con lo que se aumentan los costes. Esto lleva a la compañía a subir los precios de sus productos y servicios. Se argumenta que los costes de este tipo de operaciones podrían superar el nivel medio que se exige a una compañía para asegurarse los beneficios. La segunda es desarrollar argumentos más elaborados y sofisticados cuya conclusión venga a decir lo mismo que reclamaba Friedman: la única responsabilidad de las corporaciones es la de multiplicar los beneficios. Si esa es la única responsabilidad real, no es una buena política insistir en tener un sistema jurídico que controle la controle porque se argumento que lo único que haría sería publicitar más de lo debido el único interés que, en términos reales, tienen las corporaciones: multiplicar los beneficios. La tercera dificultad que han encontrado es que los criterios que se han de utilizar para verificar si las corporaciones son responsables o no, varían de corporación en corporación, de sectores y de países —la heterogénea legislación transnacional lo impide—. De hecho durante el proceso de globalización se ha favorecido que los marcos legales de cada país sigan siendo distintos. Además, dicen que están siempre en continua evolución, por lo que no hay acuerdo para definir una legislación común que haga a las corporaciones responsables. Finalmente, surge un problema: ¿quién debe de ser el regulador? Hay varios candidatos. Por un lado, se traslada el papel a los gobiernos; por otro, que lo sean las Naciones Unidas; otros, que sea el sector corporativo el que se autorregule. Respecto al gobierno, casi todos los países tienen sus organismos destinados para ese papel. EEUU tiene una agencia: la Comisión para Seguridades e Intercambios. Sin embargo, la CEE parece inclinarse por una política que favorezca la responsabilidad voluntaria de las corporaciones. Con respecto a la ONU, es normal que los países en vías de desarrollo acudan a la Comisión de Naciones Unidas, pero el problema es que no tiene función regulatoria, y por tanto, está desprovista de poder para intervenir.

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Es bastante poco probable que las corporaciones decidan definir los criterios voluntarios que determinen su propia responsabilidad social. Ante esto, ¿cómo se ha de entender el funcionamiento de las corporaciones para que se puedan exigir como agentes responsables? Parece ser que la responsabilidad no plantea demasiados problemas filosóficos o jurídicos a la hora de evaluar la responsabilidad social o criminal de un individuo. El problema es que las corporaciones no son individuos, o al menos, en la legislación europea. Y si se consideran como tal, siguiendo la legislación de EEUU, las corporaciones suelen utilizar grandes recursos jurídicos para que lo que en un principio es un beneficio que favorece los intereses de la corporación al ser considerada una persona física, no se convierta en una dificultad cuando la misma consideración tenga que responder por las acciones que lleva a cabo. Las corporaciones, se suelen presentar en las controversias jurídicas, como una entidad moral —a pesar de ser física en la legislación americana— que es distinta del conjunto de los miembros que la forman. Según este argumento, las corporaciones no se pueden considerar como moralmente responsables, o no con la misma extensión que a la manera que lo serían los individuos que son juzgados y condenados por sus acciones. Sin embargo, el sentido común nos dice que cuando menos podemos distinguir 2 sentidos de la palabra responsabilidad cuando la queremos aplicar a las corporaciones: 1.

Si una corporación es responsable, implica determinar cuáles son las personas de la corporación que son responsables ante los accionistas.

2. A quién se atribuye la responsabilidad una vez que se ha producida la acción que se considera delictiva, ilegal, desastrosa o criminal. Lo que a nosotros nos interesa no es determinar el sentido de responsabilidad del primer sentido, sino si es posible plantear un argumento que eventualmente se le pueda atribuir a la corporación cuando ha hecho un acto delictivo. Para desarrollar este tipo de argumentos, podríamos plantear tres cuestiones: 1.

¿Por qué la responsabilidad de una corporación es importante? ¿Por qué merece la pena desarrollar teorías, argumentos y legislaciones que exijan responsabilidad corporativa?

2. ¿Podemos considerar a las corporaciones como agentes morales distintos?

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3. ¿Tienen las corporaciones la capacidad de causar acciones o de tener creencias o intenciones —incluso de tener conciencia—? ¿Por qué la responsabilidad de una corporación es importante? Parece ser que en esta discusión, central en la ética de los negocios, hay dos concepciones: 1.

Argumentar que las corporaciones sí se entienden como entidades son responsables por el fraude que realizan en el gobierno local.

2. No sólo es necesario castigar a las corporaciones por los delitos que cometen, sino que también es necesario castigar a los actores que llevan a cabo las acciones de la corporación, y deben ser considerados penalmente responsables. Esta pregunta tiene implicaciones importantes para aquel que es condenado, ya que no es igual que sean castigados los individuos o que lo sea el grupo o la propia corporación. Además, es importante porque si examinamos la función que tienen los castigos en la legislación penal, éstos funcionan con carácter disuasorio: cuanto más se pena una acción, más argumentos hay para no hacerla. Por otro lado, si se considera responsable sólo al grupo o a la entidad, entonces los miembros que forman parte del consejo directivo de la corporación aparentemente no tiene nada que ver con la comisión del delito de la misma. Por consiguiente, no son responsables. Dicho esto, veamos qué argumentos se han dado en la legislación más reciente para presentar a las corporaciones como entidades. Cuando se habla de las corporaciones como entidades, se usa la palabra colectivismo. Básicamente, las asunciones básicas que se encuentran en la concepción colectivista son las siguientes: 1.

Las corporaciones son entidades. Si son entidades, pueden actuar en el mundo. Si pueden actuar en el mundo, pueden actuar con independencia de los individuos que forman el cuerpo directivo. Pero si las corporaciones no son entidades, entonces la responsabilidad corporativa es la misma que la responsabilidad individual, lo cual es esencial para aquellos que quieren defender la idea de corporación como entidad, y con ello, trasladar la responsabilidad a las corporaciones, no así a los individuos que las conforman. El clásico argumento que se construye en este sentido es el siguiente: las corporaciones son algo diferente a los individuos que la configuran porque hay ciertas propiedades que se pueden atribuir a la corporación pero no a los individuos. Ahora bien, puesto que tiene sentido atribuir estas propiedades, debe existir algo diferente a los 34

individuos a lo que se le puedan atribuir estas propiedades. Por lo tanto, al haber algo a lo que se le atribuye, las corporaciones son distintas a los individuos que la conforman. 23/03/2012 Se ha argumentado que las corporaciones persiguen fines, y que tienen una política que definen y en base a la cual actúan. Los empleados de la propia corporación hacen un trabajo que se subordina a esos fines y esa política. De hecho, los intereses de los empleados está en gran parte definido por los intereses corporativos. Se supone que el comportamiento de los empleados como empleados debe ser hasta cierto punto consistente con los intereses que persigue la corporación. Nadie que sea vegetariano trabajaría en McDonalds del modo que un antimilitarista se pondría a trabajar en Casa. La posición de la que parte esta concepción la sugirió el propio Kenneth Gailbraith, sugiriendo que el ejercicio interpersonal del poder, es decir, la interacción de los miembros de la corporación entre ellos mismos es lo que viene a definir lo que él llamaba la personalidad corporativa. Gailbraith no usa esa expresión al modo de metáfora, sino que lo que permite hablar de personalidad de las corporaciones está marcado por los fines y políticas de las propias corporaciones. Así que si tiene sentido afirmar que las corporaciones tienen personalidades, se sigue, según el argumento de French —un autor representativo de la visión colectivista— que las corporaciones se comportan racionalmente, que además tienen intenciones deliberadas. Si se comportan racionalmente y tienen intenciones deliberadas, no hay inconveniente moral en entender a las corporaciones como entidades moralmente responsables. Para justificar su conclusión, French argumenta que quienes niegan el carácter colectivo de las corporaciones suelen perder de vista la estructura de decisión interna corporativa o EDIC. EDIC consiste en dos componentes que convierte a la corporación en una entidad real: 1.

Las funciones y las responsabilidades que distribuye la carta jurídica de la corporación —los estatutos de la empresa—. Así, dentro de una estructura se ofrecen razones para entender que la corporación actúa de acuerdo a los índices de responsabilidad.

2. La política que persigue la propia corporación o las normas y las regulaciones.

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Según esto, la EDIC nos dice exactamente qué posición ocupa cada individuo dentro de la corporación. De aquí se sigue que cada corporación crea su propia imagen o una política general característica de esa corporación que la distingue frente a otras corporaciones. Por lo tanto, cada corporación lucha por definir una imagen externa y que ésta sea considerada como un signo distintivo de la política que persigue esa corporación frente a otras. En consecuencia, la EDIC cumple un papel de definir una corporación como un ser vivo con la capacidad de actuar, sentir e incluso capacidades antropomórficas. Esta política general de la corporación se llama en la ética corporativa como la creencia básica de la corporación, es decir, los principios a los que apela. Nike, por ejemplo, apela a la integración de la mujer en los eventos deportivos. Esto no es sólo una obra de márketing comercial. Lo que constituye la creencia fundamental de la corporación se usa dentro de la misma como un criterio de decisión para saber quiénes son los que actúan al por la corporación y quieres lo hacen en contra. Si es un criterio distintivo, entonces hay que asumir una cierta entidad en la corporación. French concluye según esto que tiene sentido considerar a una corporación como un agente moral responsable por las acciones que lleva a cabo, sólo en la medida en que uno perciba que la acción colectiva de la corporación es una conclusión de la EDIC que es aceptada por sus empleados. Teniendo esto en cuenta, una de las implicaciones que se siguen de la visión colectivista es que las propias corporaciones, con independencia de la teoría que uno utilice para explicar la acción corporativa, es que las propias corporaciones trabajan para dar un sentido antropomórfico a su actuación, incluso para cosificar su propia identidad. Es conveniente para la propia corporación que sea vista como una entidad, y la propia estrategia de esta trabaja para que el público la perciba como un ser vivo. Así, aquellos que trabajan en los departamentos de RRPP de las corporaciones saben que el marketing de la corporación se beneficia extraordinariamente cuando la audiencia la ve como un ser animado con entidad propia. De hecho, Naomi Klein habla sobre la marca o brand como la entidad de la corporación. Entender las corporaciones como marcas es entenderlas como entidades. La corporación es una persona con la capacidad de actuar, visto de este modo. Y como tal, tiene sentido preguntar quién es y qué quiere. Así, se ha llegado a decir que las corporaciones entendidas como marca tienen alma. Por eso, Klein habla de la expresión No logo como una acción de rebeldía. 36

Pensemos en las marcas como aquello que le permite a una corporación crear un vínculo intelectual y emotivo con aquellos grupos de los que depende. En esencia, lo que Klein enseña es que el éxito de las corporaciones depende de la comprensión que los demás tengan en ellas. A través de una marca, la corporación establece un vínculo con la gente de la que depende, es decir, consumidores, empleados, accionistas e incluso, los responsables políticos que regulan la actividad corporativa. Eso es lo que en realidad hace casi inmune a las corporaciones, según Klein. En el extremo opuesto, se puede ver el esfuerzo de otras corporaciones para que la corporación sea percibida como un individuo real como KFC o General Mills Corporation, que tiene en Betty Crocker a su imagen. El hecho de que los responsables del marketing político se esfuercen por cosificar la corporación forma parte de una estrategia de RRPP. Como suele ocurrir con conceptos cosificados, la corporación representa de una manera concreta y definida el mensaje que la corporación quiere que se perciba de ella. Y un logo no es ni más ni menos que eso: la filosofía de la corporación. Lo que se encuentra detrás de esta tendencia a cosificar las corporaciones es que la gente no se dé cuenta de qué es realmente una corporación. Desde el punto de vista jurídico, una corporación es un constructo legal o jurídico, como existen otros. Cuando se habla del logo de la corporación, lo que hace esta es que la gente no perciba qué es lo que persigue la propia corporación. 28/03/2012 Cuando se habla de responsabilidad moral se asumen dos criterios de decisión: 1.

Actus Reus: que el sujeto que actúa pueda llevar a cabo acciones. Ser moralmente responsable significa en primer lugar ser capaz de actuar en el mundo.

2. Mens Rea: que el sujeto tenga la capacidad vinculada a los procesos cognitivos de concebir o proyectar, es decir, deliberación. Se habla de la capacidad que se le atribuye a los seres humanos de llevar a cabo acciones con intención. Lo que distingue las acciones voluntarias de las involuntarias es la deliberación de llevar a cabo esas acciones. Hay que asumir, por tanto, desde el colectivismo, el primer criterio de actuación, o que las corporaciones pueden actuar en el mundo, alguien que nadie pondría en duda. En los casos más aberrantes de actuaciones corporativas, se demuestra que efectivamente pueden llevar a cabo acciones. La cuestión yace en la idea de saber si la corporación, como entidad aparte de los individuos, tiene la capacidad de actuar. 37

Las corporaciones, además, de alguna manera, están dotadas de una cierta intencionalidad, y que lejos de ser metafórico, deben asumir que tienen una cierta conciencia de intención. Según la concepción colectivista, las corporaciones satisfacen el primer y el segundo criterio, por lo que se les puede considerar la capacidad de actuar con responsabilidad moral. Este argumento, sin embargo, no es concluyente: está abierto a algunas objeciones. El objetivo es comprobar si las corporaciones son o no son agentes morales, con lo que se asume la capacidad de actuar en las corporaciones. Las objeciones serían: 1.

Asumir que las corporaciones tienen la capacidad de actuar se basa en dos errores lógicos. Velasques dice que el primer error es similar al que se infiere de la idea de que las corporaciones son algo diferente a los individuos que las componen. Así, el hecho de poder describir una acción como el resultado de una cierta colectividad y que no le podamos atribuir una responsabilidad individual a los sujetos que la componen no es una razón para creer que las corporaciones tengan la capacidad de actuar Actus Reus: la corporación como corporación no tienen porque recibir el peso de la relación causal de llevar a cabo una acción. Incluso asumiendo que las corporaciones tienen una carta que regula sus actuaciones, ésta no es un motivo de peso, la que los que actúan son los individuos que forman parte de la corporación, y no la corporación en sí.

2. Asumir que pensar que si no podemos describir una acción en referencia al agente que la lleva a cabo no significa que el agente no pueda realizarla. El peso moral de la acción cae entonces sobre el agente efectivo de la acción. En relación al presupuesto Mens Rea también encontramos ciertos errores en el planteamiento. No podemos suponer que las corporaciones tengan una cierta intención con una proyección determinada. Si en un sentido podemos decir que una corporación tenga la intención de proyectar una imagen, sólo podemos afirmar esto en sentido metafórico. En ese sentido, la intención de la corporación es diferente a la intención de los individuos de los integrantes del consejo ejecutivo de la corporación. Esto no debe, sin embargo, llevarnos a suponer que la corporación tiene una cierta conciencia o una cierta intención. Por lo tanto, en este sentido, las corporaciones no tendrían Mens Rea. Las corporaciones no se pueden considerar como sujetos con responsabilidad moral. La responsabilidad de las corporaciones no es de la corporación, sino de los individuos que la forman. Por eso los argumentos que se emplean en La Corporación son interesantes, a la hora de considerar que los responsables de las acciones son los integrantes de la corporación. 38

Balkan argumenta que las corporaciones fundamentan son seis rasgos distintivos de la psicopatía, la cual está ligada a los individuos que las forman. Siguiendo el diagnóstico clínico que Balkan coge directamente de Robert Hare, se plantean seis tendencias de la psicopatía: 1.

Un despiadado desinterés por los sentimientos de los demás, que se manifiesta en una ausencia de empatía, es decir, que no tiene la habilidad emotiva de sentir dolor por el sufrimiento que causa en los demás.

2. Incapacidad de mantener relaciones duraderas, debido a la naturaleza superficial y cambiante de las emociones. 3. Manifiesta los psicópatas un desprecio temerario hacia la seguridad de los demás, que por regla general conduce a un rechazo generalizado para asumir responsabilidad ante las acciones que uno lleva a cabo. 4. El engaño; el uso repetido de mentiras y artimañas con objeto de aumentar los beneficios corporativos. 5. Incapacidad psicológica de experimentar culpa o remordimiento. 6. Egocentrismo y grandiosidad, que es la responsable de la incapacidad que sufren para conformar su conducta a normas sociales o a patrones de actuación socialmente admitidos. Con esto, sacamos varias conclusiones. Esto no significa que todos los individuos que trabajen en una corporación sean psicópatas, sino que hay que asumir un patrón de comportamiento institucional que reproduce literalmente el de los psicópatas y que además reciben una sustanciosa recompensa económica si se someten a ese patrón. El patrón social característico del psicópata, por tanto, no es de la corporación, sino de los individuos que actúan como tales. En 2005, dos profesores británicos de psicología llamados Board y Fritzon publicaron un estudio realizado sobre el comportamiento de 39 gerentes y altos cargos de las empresas de UK más importantes, en el que demostraron según sus pruebas que los pacientes del psiquiátrico de Broadmore que habían sido condenados por serios crímenes y estaban encarcelados igualaban o superaban resultados psicopáticos de los gerentes y altos cargos en ciertos referentes. Los experimentos también demostraban que en relación a esos criterios o referentes —a las tendencias psicopatológicas de los presos —, los altos ejecutivos de las corporaciones batían incluso al subconjunto de pacientes que habían sido diagnosticados con desórdenes psicopáticos de la personalidad. Una corporación, independientemente de su personalidad jurídica, no es un ente colectivo con la capacidad de tomar sus propias decisiones. Para empezar, es 39

propiedad de sus accionistas, y el interés de la corporación es el mismo que el de sus accionistas, por lo que su política está definida por las decisiones de sus propietarios, que son las que regulan cuáles son los objetivos y el patrón de actuación de la corporación. La responsabilidad de las acciones de la corporación no es de la corporación, sino de quienes dirigen la corporación. Así pues, extremando el argumento de Balkan, si el patrón de actuación de las corporaciones coincide con el de los psicópatas, habría que aceptar que los rasgos distintivos de los altos puestos con los mismos que los de ésos. Las perspectivas psicológicas de quienes no tengan esos rasgos pero tengan que trabajar en la corporación, tendrán que afrontar un dilema moral. Debe elegir entre dos conjuntos de valores contradictorios: por un lado los valores corporativos y por otro los valores personales; puede renunciar a sus valores morales o renunciar a los beneficios económicos de la corporación. La salida, según Hurt, es la esquizofrenia. La esquizofrenia es la salida para aquellos que, careciendo de las características del psicópata se quede en la corporación y trate de conservar el respeto moral que demandan sus acciones. El doctor Jeckyll no es consciente de lo que hace Mister Hyde. Es la versión pura de la dualidad de la mente de un sujeto que se disocia en dos. Los valores humanos y la moralidad sobreviven al ataque de la patología corporativa únicamente a través del cultivo de la esquizofrenia. La solución del dilema puede ser perversa: o asumir la esquizofrenia como la única vía de escape, o mantener la integridad moral, a riesgo de perder el empleo. Pero dado que no se puede perder el empleo, habrá que asumir la esquizofrenia. Veamos el caso de LB Campbell, de Textron, quien ganó más de 47 millones de dólares durante 2005 en beneficios y compensaciones. La compañía fabrica las bombas de racimo tipo CBU-105, que además están prohibidas, a pesar de que se usaron en la operación Libertad Iraquí. Es probable que Campbell, asumiendo que no llegara a la esquizofrenia, que los 10 millones de dólares que sacaba cada año amortiguaran el remordimiento de conciencia que no debió sentir. Ante esto hay que entender que la actuación corporativa implica amoralidad y que las decisiones políticas no se rigen por normas del derecho público internacional. Uno de los grandes desafíos de hecho de la ética global es justamente el creciente poder de las corporaciones.

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Las guerras presentan la ventaja de ser un campo de pruebas para contrastar la eficacia del armamento que venden las corporaciones. Naturalmente es una gran oportunidad para conocer de cerca las innovaciones del mercado de las armas. 30/03/2012 estoy más espeso que un chicle de cemento, así que los apuntes de hoy los recuperaré de otro compañero. disculpen las molestias :( 11/04/2012 La empresa Raytheon fabrica una bomba de racimo que recibe el nombre de JSOW. De cada 4 víctimas que causan estas bombas, una es un niño. Hay dos versiones: la AGM 154-A y la AGM 154-B. La primera tiene una submunición que funciona cuando se arroja al modo de una mina antipersona; la segunda, es una bomba que se usa para abrir la coraza de los tanques. El hecho de que se lanzaran sobre Irak este tipo de bombas es un éxito de las corporaciones que participaron, especialmente, de la Raytheon, que coloca su producto en el mercado. Se cree que se usaron 253 bombas de este tipo. Debe ser, por esto, uno de los factores por el que el consejero delegado de Raytheon, William Swamson, lograra unos beneficios de 27 millones de dólares en sólo cuatro años, desde 2002 a 2005. El lema de la compañía es el éxito del cliente es nuestra misión, lo que significa que la misión de la empresa es que las bombas de racimo asesinen al mayor número de seres humanos posible. Swamson llega a decir que es una empresa con valores, con integridad, compromiso e interesada en la gente. Pero, la gente en Raytheon tiene un valor muy especial, como podemos comprobar. Ua prueba de la dignidad con la que Raytheon trata a la gente se observa en el número de municiones que estas bombas dejó en Irak. La asociación MiniTech International —una ONG que limpia campos de minas y restos de munición— elaboró un informe en 2004 que dice que entonces aún existía en Irak un millón de toneladas de municiones diseminadas, equivalente a más de la mitad del almacén de la máquina militar americana, sin incluir los campos de minas. Habría que concluir que para la gente como los directores de las grandes corporaciones del complejo militar industrial, la promoción de conflictos bélicos es un medio más para maximizar los beneficios de las corporaciones. En términos corporativos, un conflicto bélico es simplemente una oportunidad para vender el producto, de manera que en la lógica aséptica del negocio corporativo lo que de verdad cuenta es la rentabilidad de la corporación.

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Esto es un gran negocio, y para que funciones, se requieren inversiones. La falta de escrúpulos ante el daño de este producto se demuestra en la inversión que hacen los grandes bancos a las empresas que fabrican este tipo de armas. Las principales entidades financieras de Reino Unido, que apoyan el desarrollo sostenible y los derechos humanos —como Barclays, el Haliffax o el Banco Real de Escocia—, financian directamente la producción de uranio empobrecido y bombas de racimo a través de créditos sindicados a empresas como el Grupo VT o Cobham, así como Meggit. De acuerdo con un informe de War On Want del año 2008, Barclays es el banco con más acciones en el sector de armas globales de todo el mundo. En marzo de 2005, Raytheon aseguró un préstamo de 1.700 millones de euros en un crédito sindicado en el que, entre otros bancos estaba el Banco de América, Barclays, el Banco de Nueva Escocia, JP Morgan Chase y, oh patria, el BBVA. El BBVA también proporcionó en enero de 2005 unos 1.500 millones de euros a la francesa Tales. El Banco de Santander participó en un crédito sindicado con 45 millones de euros a la empresa ADS, holandesa con capital francés. En este préstamo también intervino el BBVA, que proporcionó 120 millones de euros. El total del préstamos sindicado fue de 3.000 millones de euros. Estos créditos son la prueba de que la venta de armas es un negocio, por lo que promueven indirectamente los conflictos bélicos. Ante esto, ¿dónde está la moralidad de un banco? Si asumimos el principio moral de la libertad, entonces tenemos que concluir que para las corporaciones la libertad es el poder de invertir. Considerando el lugar de privilegio que ocupan y el poder que tienen para definir tratados internacionales, así como el poder económico que tienen en los lobbies y su consecuente influencia política en los gobiernos, y concluyendo la capacidad que tienen de construir enormes conglomerados empresariales que determinan las economías, se sigue que libertad para la corporación es libertad para explotar, para crear conflictos bélicos, para crear desigualdad sociales, miseria y paro, así como para crear injusticia social. En el nombre de la libertad, las grandes corporaciones no se regulan: los bancos tienen el poder de determinar la deuda de los estados, creando nuevas inversiones tóxicas. En nombre de la libertad se recortan los impuestos a las fortunas más grandes y se aumentan los impuestos de los más pobres. En nombre de la libertad las multinacionales pueden invertir millones y financiar lobbies corporativos. Gracias a esta financiación se pueden parar legislaciones, definir otras en favor de las

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corporaciones financieras y, resumiendo, en nombre de la libertad, el rico tiene derecho a explotar al pobre. El gran conflicto político de nuestro tiempo se puede caracterizar como una lucha o como dos reivindicaciones contradictorias: la libertad positiva y la libertad negativa. La positiva es el tipo de libertad que reivindican las grandes corporaciones, con vistas a generar más beneficios. La negativa es la que crea argumentos con los que limitar el poder de la libertad positiva de la que gozan las grandes corporaciones. Libertad negativa es la libertad que uno tiene para actuar sin que nadie interfiera en tu acción, y libertad positiva es libertad de inhibición, es decir, el poder que se consigue saltándose a la torera los límites sociales, jurídicos, psicológicos o políticos. Berlin explicaba cómo la libertad positiva había sido objeto de abuso por parte de las grandes tiranías, como la Unión Soviético, y retrataba la brutalidad de los gobiernos. También explicaba el tipo de filosofía que se encontraba detrás de la coacción de los gogiernos soviéticos. La idea es que uno tiene que someterse a la voluntad general y seguir el patrón inexorable de la historia, ejerciendo este papel el partido bolchevique. Es difícil pensar que la actividad de los hombres pueda ser tan completamente privada para que no llegue a afectar o a obstruir la vida de otros de una manera o de otra. Así, la libertad de la que gozan unas personas, y en particular, la libertad positiva de algunas corporaciones, debe ser limitada. De este modo, los argumentos se empiezan a cargar de hilado de libertad negativa: algo hay que hacer para saber cuáles son las limitaciones a imponer y con qué objeto, que no es otro, que proteger a los pececillos frente al lucio. La libertad que tiene un poderoso para utilizar su puño y golpearle debe de acabar justamente antes de que toque mi nariz, porque si no, tengo un problema: el poderoso no puede golpearme. De hecho, la libertad negativa que exigimos de que no se nos golpee en la nariz es lo que poco a poco se está poniendo de relieve en los grandes movimientos civiles, como el Occupy Together o el 15M. La libertad, así entendida, puede entrar en conflicto con otros valores. Una de las consecuencias que se aprenden leyendo a Berlin es que no se puede hablar de valores absolutos, de modo que cuando la libertad se entiende como un valor absoluto, puede entrar en conflicto con otros muchos valores de la vida humana y social. Así, si la libertad de la nación o el grupo social depende de la miseria que padecen un gran número de seres humanos, entonces el sistema que promueve esta miseria y que garantiza mi felicidad debe ser considerado inmoral e injusto. Si se aplica este 43

argumento al funcionamiento de las grandes corporaciones es imposible equilibrar la gran maximización de beneficios con la miseria que genera. Algo debe haber de inmoral e injusto cuando se promueve esta balanza. En teoría, debería ser el estado quien tenga el poder para imponer restricciones, sobre todo sobre las libertades que interfieren en las libertades de los demás, o por lo menos en las que entran en conflicto con la justicia, con la humanidad o con la felicidad de las personas. De esta manera, sin la implicación del Estado, las grandes y poderosas corporaciones literalmente disponen de la libertad positiva para virtualmente llevar a cabo lo que se les antoje. El problema es que los libertarios de la derecha no reconocen el conflicto, y no sólo eso, sino que además lo niegan, ya que reconocer el conflicto implica, como argumentaba Friedman, interferir en la libertad de las grandes corporaciones. La asunción básica que hay tras la argumentación de los libertarios de la derecha es que la libertad es igual para todos, pero en realidad no lo es. La asunción que hay tras esto es pensar que la misma libertad afecta a todo el mundo de la misma manera. Las corporaciones reclaman la libertad para crear conflictos bélicos y no regularse financieramente; para explotar recursos y trabajadores; e incluso, para matar. Además, insisten en que cualquier intento de limitar esta libertad que ellos reclaman implica tiranía. Dicho de otro modo: cuando se plantea así la cuestión, lo que manifiesta este planteamiento es que las grandes corporaciones no se dan cuenta de que existe un conflicto entre la libertad del lucio frente a la libertad de las carpas. La nueva ideología libertaria de la derecha se puede ver así como una especie de disfraz que adoptan aquellos que adoptan aquellos que defienden la necesidad de disponer de la libertad positiva para seguir explotando sin límite ni restricciones su entorno. A lo que asistimos es al desmantelamiento de los derechos sociales, sino de lo que es peor: de la posibilidad de reconocer el ejercicio de derechos subjetivos que históricamente ha sido vinculada con la defensa de los ciudadanos dentro del estado nacional, quien ya no es poderoso como defensor de derechos civiles. Los libertarios de la derecha pretenden que sólo el Estado tenga la potestad de intervenir en nuestras libertades, pero ignoran el papel de los bancos, de las corporaciones y de los ricos, para convertirnos en menos libres. Las corporaciones, así, abusando del concepto de libertad positiva, argumentan que el Estado no tiene derecho a limitar su libertad para proteger la libertad de la gente que es explotada como consecuencia del ejercicio de la libertad que desarrollan los poderosos. La conclusión es parecida al doble lenguaje del que hablaba Orwell: la libertad es un instrumento de opresión.

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La libertad Tema 3

1. La libertad de la riqueza Cuando se explica la teoría de la esclavitud, surge un concepto muy particular de libertad que no podemos considerar ni como un prototipo o un elemento de libertad positiva ni como de libertad negativa. Si queremos entender qué significa el poder de la riqueza, hay que considerar una serie de elementos. El concepto de la libertad de la riqueza es la ausencia de dominio. No es ni libertad positiva ni negativa. Una de las grandes contribuciones del derecho romano es el digesto. El digesto es una colección de leyes romanas del tiempo de Ulpiano en el siglo III dC, donde se agrupa todo el derecho romano. Para los filósofos del XVII, especialmente para un grupo de pensadores que escribieron entre 1649 y 1660, fue el digesto toda una fuente de inspiración. En esa época, se toman algunos de los conceptos clásicos del digesto para consolidar el concepto de libertad republicana. El concepto de esclavitud se discute inicialmente en el digesto bajo un título que se llama De Statu Hominis, o sobre el estado del hombre. En él, se hace una distinción fundamental dentro del derecho de personas entre aquellas que son libres y aquellas que son esclavas. Dice que hay una división fundamental sobre el derecho de las personas o en relación a ello, según la cual todos los hombres o son libres o son esclavos. En esta sección, el concepto de libertad se suele definir en contraste con la condición de libertad. Frente al hombre libre, se dice, el esclavo es aquel que contrario a la naturaleza se convierte en una propiedad de otro —recursos humanos—. La pregunta fundamental ante esto es qué es lo que hace que un esclavo no sea libre. Lo normal es que cuando se intenta dar respuesta lleguemos a la conclusión de que no es libre porque su ausencia de libertad surge del hecho de que está de alguna manera obligado a actuar en contra de su voluntad o de que existe sobre él una fuerza coercitiva que le obliga a actuar de una manera en la que no quiere. Sin embargo, y aquí yace lo más interesante del digesto, esta no es la manera en que se entiende la noción de esclavitud en el derecho romano. Se reconoce que los esclavos, al ser propiedad de otro, naturalmente pueden ser sometidos a coacciones. En consecuencia, el propietario del esclavo posee los recursos físicos para obligarlo a actuar de la manera que él quiera. Esto, sin embargo, no define la esclavitud. En una comedia de Plauto llamada Mostellaria, veremos que el esclavo Tranio se vanagloria 45

de que es libre, porque su amo nunca lo oprime. Como casi siempre está ausente, es un hombre benevolente, por lo que nunca ha sufrido una opresión de su amo. Así, el hecho de que un esclavo como Tranio diga eso, se deduce que la concepción de la escalvitud no se entendía en condición de no usar la opresión o el castigo para obligar al esclavo a hacer algo. Así que si queremos explicar en qué sentido un esclavo no es libre, no es suficiente decir que está sometido a coacción: hace falta decir algo más. Para entender esta noción, el digesto, en esa misma sección, distingue dentro del derecho de personas. La distinción es aquellos que son o no son de Svi Iuris, o de derecho propio, es decir, aquellos que están sometidos a su propia jurisdicción o no lo están. Esta distinción nos permite entender en qué consiste la no libertad de la esclavitud o ser verdaderamente esclavo. Entre los ejemplos que cita el digesto de aquellos que no están sometidos a su propia jurisdicción están los niños y los esclavos. Dice que aquel que carece de libertad se deriva del hecho de estar sometido a la jurisdicción de otro. Esto resuelve la aparente paradoja del esclavo Tranio. De esta manera, un esclavo puede en ocasiones puede hacer literalmente lo que le da la gana, pero esto no lo convierte en un hombre libre, pues está sometido a la jurisdicción de otro: la esclavitud del esclavo reside en el hecho de que está sometido a la jurisdicción de otro. Ser esclavo, según el digesto, es estar bajo la potestad, o in potestate, de alguien. Estar bajo el poder de otro era una situación moralmente vergonzosa. Se utilizaba una palabra para referirse a ello: obnoxius, vergonzosa. Significaba que esa persona tenía que responder de sus acciones ante aquel que tenía dominio sobre ella. También significaba obnoxius que una persona dependía de la voluntad de otro, que era lo que se intentaba describir cuando se decía que los esclavos estaban a merced de sus amos. De hecho, en la obra de Tácito hay referencias a este tipo de situaciones, diciendo que los esclavos carecen del poder para prevenir el daño que aquel del que depende le pueda hacer. Así, una persona es esclava cuando lo que puede hacer viene determinado por el poder que otra persona hace sobre ella. Estrictamente hablando, si entendemos la libertad como ausencia de dominio, eso no es ni libertad positiva ni negativa. Berlin cuando define la distinción entre ambos tipos de libertades asegura que la ausencia de dominio puede ser entendida como libertad positiva, ya que estipula quién es quien tiene que mandar; también puede decir que la libertad como ausencia de dominio es negativa. Pero, como en el caso de Tranio, uno puede ser esclavo, gozando de libertad negativa, y estar sometido por otro.

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Si examinamos la noción de dominio, veremos que hay una diferencia entre riqueza y habilidad para tener y ejercer potestad o poder. Así, la riqueza sirve como una fuente de poder eventualmente —el más rico es el que más puede—, y el que más potestad tiene es el que más inversamente crea más riqueza; cuanto mayor es mi habilidad para ejercer potestad, mayor es mi poder para crear esclavitud. Un aumento de la riqueza implica un aumento de servidumbre, por lo tanto. La libertad política no se puede entender como libertad positiva o negativa exclusivamente, ya que se tiene que entender como libertad para ejercer dominio, es decir, para tener potestad sobre otro. La segunda estrategia que se plantea es la siguiente pregunta: el esclavo en Roma sabía que era esclavo, pero ¿por qué los esclavos modernos no se dan cuenta de que no son esclavos?

2. La distinción entre la libertad negativa y positiva instrumento

3. El poder de la libertad negativa instrumento

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