familias y comunidades sean menos violentas. palabras violentas en nuestras comunidades

Campaña cuaresmal 2011 Introducción 2 ada día experimentamos actos, gestos y palabras violentas en nuestras comunidades y familias. Sin lugar a eq...
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Campaña cuaresmal 2011

Introducción

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ada día experimentamos actos, gestos y palabras violentas en nuestras comunidades y familias. Sin lugar a equivocarnos podemos decir que la violencia se está incrementando en nuestra sociedad. Decían los obispos de Panamá en la Carta Pastoral que publicaron en julio del año pasado: “En Panamá, al igual que en varios países de América Latina y de El Caribe, se está deteriorando la convivencia armónica y pacífica. Esto sucede por el crecimiento de la violencia, que se manifiesta en robos, asaltos, secuestros y. lo que es más grave, en asesinatos que cada día destruyen más vidas humanas y llenan de dolor a las familias y a la sociedad”. (Carta Pastoral # 19, p. 6).

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Lastimosamente en pocas comunidades eclesiales esta Carta Pastoral ha sido reflexionada. Sin embargo, en el Evangelio Jesús insiste una y otra vez en la necesidad de convivir sin violencia y de “trabajar por la paz”. Por eso queremos retomar el tema de la dignidad de la vida humana y la necesidad de aprender a convivir sin violencia como tema para la presente Campaña Cuaresmal. La misma realidad nos obliga a esta conversión.

Los temas que ofrecemos parten de la vida diaria. En cada tema hay un primer momento que nos narra un hecho de vida. ¿Lo que escuchamos en este hecho de vida, pasa también en nuestras familias y comunidades? En un segundo momento iluminamos estos hechos a la luz de la Palabra de Dios. ¿Qué nos dice Jesús, qué nos dice el Evangelio sobre estas situaciones? En un tercer momento queremos revisar nuestra propia vida y ver cuáles prácticas de conversión vamos a asumir en este tiempo de Cuaresma, que es un tiempo de cambio, de retomar el camino del proyecto de Dios. Es importante reflexionar los temas en comunidad. Podemos reunirnos con los vecinos y dedicar cada semana de Cuaresma una hora para ver los cambios que juntos podemos asumir para hacer que nuestras familias y comunidades sean menos violentas. Porque sólo quien sabe convivir, vive de verdad y logra a ser feliz. Agradecemos a las diferentes comisiones pastorales de la Arquidiócesis por sus aportes en los temas que se presentan. De esto modo hemos logrado un enfoque más integral y desde diversos ángulos pastorales. Durante la Cuaresma se reparten también los sobres en los cuales podemos depositar nuestra ofrenda de solidaridad para apoyar los diferentes proyectos de promoción humana de la pastoral social arquidiocesana. Los sobres se recogerán durante la Semana Santa para depositar lo recolectado de cada parroquia en la Oficina de la Pastoral Social en el Centro Arquidiocesano. Les deseamos un buen tiempo de Cuaresma y un crecimiento en plenitud de vida cristiana en este camino hacia la Pascua de la Resurrección.

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TEMA 1:

Romper la comunión 1. Hecho de vida El Padre Gonzalo convocó para el consejo parroquial a todos los grupos de la parroquia para preparar el programa pastoral del año. El punto principal era la misión de evangelización como parte esencial de la pastoral de conjunto de la Arquidiócesis. Se solicitaron voluntarios de las diferentes pastorales para conformar el equipo de los evangelizadores. Hubo un largo silencio... Finalmente cada uno empezó a

dar alguna excusa. “Necesitamos nuestro tiempo para practicar con el coro”, “Nosotros tenemos nuestro programa juvenil ya elaborado”, “Nosotros nos dedicamos a la oración nocturna, esta es nuestra misión”… No solamente cada uno dio sus razones por las cuales no podía dedicar mayor tiempo a la evangelización, sino que además dio la impresión que su pastoral era la

más importante y que los demás tenían más tiempo, porque no estaban haciendo mayor cosa. Después de todo un tiempo de tira y jala, doña María, una mujer muy sencilla y comprometida con la Iglesia, dijo: “¿Acaso estamos nosotros divididos dentro de la Iglesia? ¿No es la evangelización nuestra principal tarea?”

2. La Palabra de Dios “Les ruego, hermanos, en nombre de Cristo Jesús, nuestro Señor, que se pongan todos de acuerdo y terminen con las divisiones, que encuentren un mismo modo de pensar y los mismos criterios. Personas de la casa de Cloe me han hablado de que hay rivalidades entre ustedes. Puedo usar esta palabra, ya que uno dice: “Yo soy de Pablo”, y otro: “Yo soy de Apolo”, o “Yo soy de Pedro”, o “Yo soy de Cristo”. ¿Quieren dividir a Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por ustedes? ¿O fueron bautizados en el nombre de Pablo?

Doy gracias a Dios de no haber bautizado a ninguno de ustedes, a excepción de Crispo y Gayo, pues así nadie podrá decir que fue bautizado en mi nombre. Perdón, también bauticé a la familia de Estefanás. Fuera de éstos no recuerdo haber bautizado a ningún otro.” (1 Cor 1,10-16).

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Preguntas para dialogar La Iglesia, como “comunidad de amor”, está llamada a reflejar la gloria del amor de Dios que es comunión, y así atraer a las personas y a los pueblos hacia Cristo… La Iglesia “atrae” cuando vive en comunión, pues los discípulos de Jesús serán reconocidos si se aman los unos a los otros como él nos amó. (Aparecida, 159). 1. ¿Cómo vivimos esta comunión entre los diferentes grupos y pastorales que existen en nuestra parroquia? 2. ¿Somos parte del gran proyecto de evangelización que nos toca impulsar como Iglesia?

3. Profundización Hay muchos tipos de violencia: física, psicológica, verbal, de género, social, institucionalizada… No siempre la violencia se identifica con la agresión directa, ni entre las personas ni entre los pueblos. Hay muchas formas de violentar, herir y dañar, romper la paz. También dentro de los grupos humanos y, por lo tanto, dentro de la misma comunidad cristiana de dividir. El orgullo, el egoísmo, la prepotencia, la indiferencia, la insolidaridad…hacen más daño muchas veces que las agresiones o los golpes. Esto es muy grave cuando ocurre en el seno de una comunidad cristiana, porque destruye la misma comunidad, hace imposible la comunión, escandaliza a los demás, hace estéril nuestro actuar y quita la credibilidad de nuestra misión. El individualismo y la ruptura de la comunión son una violencia anti-evangélica, son un pecado personal, comunitario y pastoral. De hecho, una autoevaluación efectuada en la Arquidiócesis de Panamá durante la Semana de Pastoral en el año 2009 señalaba entre otros aspectos negativos, el individualismo, la falta de unidad, las divisiones, la falta de cooperación y coordinación, la poca comunicación, la falta de sentido comunitario y de corresponsabilidad…

Preguntas para el diálogo: 1. ¿Crees que existen divisiones y enfrentamientos en el hogar, entre los miembros de la misma familia? Señala algunos casos. 2. ¿Has experimentado alguna vez este tipo de violencia (ruptura de la amistad, la fraternidad, la comunión) en la comunidad donde vives? ¿Cómo te has sentido y por qué? 3. ¿Crees que existen divisiones y enfrentamientos en la sociedad panameña? Señala algunos casos. 4. ¿Crees que existen divisiones y enfrentamientos en la Iglesia, entre los miembros de la comunidad o la parroquia? ¿Cómo se manifiestan y qué efectos producen? 5. ¿Cómo podemos evitar estas situaciones, para que no destruyan la comunión fraterna?

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4. Prácticas de conversión pastoral ? El documento de Aparecida

nos habla de la conversión pastoral y dice: “La conversión pastoral despierta la capacidad de someterlo todo al servicio de la instauración del Reino de vida”. (#366).

quias, comunidades y movimientos”. (Aparecida #365). ? “La conversión pastoral nos

lleva a vivir y promover una espiritualidad de comunión y participación”. (#368).

? La “decisión misionera debe

? “Exige que se pase de una

impregnar todas las estructuras eclesiales y todos los planes pastorales de diócesis, parro-

pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera”. (#370).

? Se trata de ser “siempre cerca-

no, accesible, disponible para todos, deseoso de comunicar vida en cada rincón de la tierra”. (#372). ? ¿Cuáles de estas acciones de

conversión pastoral vamos a poner en práctica en nuestra comunidad?

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TEMA 2:

Corregir, sin ofender 1. Hecho de vida En la comunidad donde vivo, tantas veces escucho a los papás y a las mamás regañar a sus hijos utilizando palabras ofensivas y hasta obscenas. “Muévete chu…”, “Ya te he dicho mil veces que tú eres un inútil”, “Si te pegan en la escuela, dale tú también” Pensando en estas palabras hirientes y regaños violentos, tengo que recordar a menudo a esta pareja que encontré un día en el bus de viaje a Chiriquí. Tenían una hija de unos 10 añitos que estaba jugando

con el celular. En un momento dado el papá le dijo suavemente, pero con cierta firmeza en la voz: “Hija, ya has llamado suficiente. Deja ahora este celular, porque cada llamada cuesta dinero.” La hija, sin demostrar cara de enojo, recogió el celular, lo metió en el bolsillo y siguió tan cariñosa con el papá.

Preguntas para dialogar: 1. ¿Cuál es la diferencia entre estas dos maneras de educar? 2. ¿Es necesario utilizar palabras ofensivas para que los niños obedezcan? 3. ¿Cuál es el secreto para que los papás y mamás tengan autoridad sobre los hijos? 4. ¿Es posible educar a nuestros hijos de manera respetuosa, no-violenta?

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2. La Palabra de Dios “Fueron a Cafarnaún y, cuando llegó el sábado, Jesús entró en la sinagoga y se puso a enseñar a la gente que estaba admirada de su enseñanza, porque enseñaba con autoridad, y no como los maestros de la ley.” (Marcos 1,21-22). Preguntas para dialogar: 1. Jesús enseñaba con autoridad, ¿Qué significa esto? ¿Qué es lo que le da autoridad a alguien? 2. ¿Cuál es la diferencia entre autoridad y poder?

3. Profundización Ningún ser humano nace violento. La violencia es el fracaso más absoluto de la convivencia. Cuando no se encuentran salidas en una situación de angustia, infelicidad, odio, tensión, humillaciones y desacuerdos, se pierde el autocontrol. Se llega a la agresión y las muertes que nos estremecen y son el fracaso más rotundo de la comunicación y la convivencia. Para combatir la lacra de la violencia tenemos que invertir en

la infancia. La violencia se aprende en los primeros años de vida. Por eso, es prioritario actuar ahí. Hemos de asegurarnos que los niños crezcan en un ambiente de afecto, de seguridad y de estímulos apropiados. Hay que invertir en la familia y en la prevención del impacto del alcohol o las drogas. Después de la infancia es casi imposible combatir la violencia. Si de niño no se desarrolla la capacidad de compasión ante el dolor ajeno, la empatía para

ponerse en el lugar del otro, o lo que en psicología llaman las 'funciones ejecutivas' del autocontrol y la comunicación, será muy difícil desarrollarlas en la vida adulta. Es tarea de todos crear una conciencia social que valore cada vez más la vida y rechace la violencia y el acoso. De igual modo es necesario promover unas leyes que con su poder disuasivo ayuden a disminuir la violencia.

4. Prácticas de conversión ? Revisar nuestra manera de expresarnos con los

hijos: podemos corregir de manera respetuosa. Para corregir no es necesario ofender o insultar.

Revisemos nuestro vocabulario para quitar las palabras ofensivas e hirientes que utilizamos para descalificar y humillar a otras personas.

? Burlarse de alguien es una manera de ofender, es

? Acoger a las demás personas en su diversidad,

una forma de denigrar, es una acción de violencia. ? Convivir sin violencia es quitar de nuestro vocabu-

lario palabras vulgares, hirientes y ofensivas.

haciendo propias sus sentimientos y necesidades.

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Tema 3:

Dejar la escuela 1. Hecho de vida yer celebramos los funerales de Fernando. Apenas tenía 23 años. Su madre está muy adolorida, sin embargo decía: “Si es la voluntad de Dios, hay que aceptarla.” Su padre, que desde hace mucho tiempo vive con otra mujer, simplemente decía: “Esto pasa por no hacer caso”.

A

Fernando fue abatido en un intento de robo. Junto con otros dos compinches asaltaron una parrillada. Hubo un confuso intercambio de disparos y una bala le perforó los intestinos. Toda la comunidad sabía que Fernando estaba en la gavilla. Sin embargo su madre nunca lo aceptó, siempre defendía a su hijo.

Cuando Fernando tenía 14 años dejó de ir a la escuela, porque no le gustaba estudiar, tenía un montón de fracasos y además “la escuela era aburrida”. Su madre decía: “Si él no quiere estudiar, tampoco lo puedo obligar. Él tiene que saber lo que quiere.” Así, con la anuencia de su madre, Fernando dejó de ir a la escuela. Tampoco tenía edad para trabajar. Durante el día se reunía con otros muchachos en la cancha de basketball y hasta tarde en la noche quedaban conversando con el grupito de amigos. Fernando veía que otros muchachos tenían su camisa de moda y a veces se compraban zapatillas de marca. Le contaron que eso era fácil de conseguir, sólo tenía que unirse a ellos y podría tener parte de la ganancia.

Preguntas para dialogar: 1. ¿Por qué los jóvenes dejan con tanta facilidad la escuela? 2. ¿Qué se debe hacer como padre y madre de familia en esta situación? 3. ¿Cómo acompañar a los jóvenes que están sin trabajo? 4. ¿Qué hacer como padres de familias cuando nos dicen que nuestro hijo o hija anda por el mal camino?

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2. La Palabra de Dios

Preguntas para dialogar:

Jesús bajó con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndolos. Su madre conservaba cuidadosamente todos estos recuerdos en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en aprecio ante Dios y ante los hombres. (Lucas 2,51-52).

1. ¿Cómo era la convivencia en la familia de Nazaret? 2. ¿De qué depende que haya una buena relación entre padres e hijos? 3. ¿Cuál debe ser la calidad de relaciones en una auténtica comunidad cristiana?

3. Profundización Vivir es convivir. Los seres humanos estamos hechos para convivir. Esta capacidad de convivir, capacidad para conectarnos con los demás, la aprendemos desde la infancia. Nuestras vidas están construidas básicamente de relaciones y del impacto que éstas dejan en nosotros. La mayoría lo hace razonablemente bien, mientras que una minoría tiene enormes dificultades; no dispone de esas herramientas que debemos adquirir en la infancia, quizá por una experiencia negativa, por ser una personalidad ansiosa que prefiere protegerse y no conectarse para no experimentar una desconexión o una ruptura que siempre genera dolor.

También por inadaptación ante los cambios, la edad, la enfermedad o los problemas económicos. Los vínculos de amor y la convivencia armoniosa con otras personas constituyen nuestra primordial fuente de felicidad. En la convivencia con otros la empatía es clave. Para poder convivir con los demás es necesaria la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Para decirlo de otra manera, nos iría mejor poniéndonos más a menudo en la piel del otro. Eso tiene que ser parte de nuestra naturaleza. Hemos de ver al otro como un regalo que nos hace la vida.

Sin embargo, por lo común, cuando fracasa la convivencia, culpamos siempre al otro. Siempre nos damos la ventaja a nosotros y nunca al otro. Es necesario algo más de introspección y madurez, mirarnos en el espejo con más sinceridad y aprender a recurrir a mediadores. La introspección es de vital importancia, porque la reflexión es el primer paso para descubrir en qué fallamos y qué nos ayuda. Aprender a convivir requiere 'introspección' y una dosis generosa de 'franqueza, flexibilidad, optimismo y autodisciplina'.

4. Prácticas de conversión ? Mejorar la calidad de relación con nuestros hijos

e hijas, saber escuchar, conversar con ellos, reflexionar juntos sobre nuestras metas en la vida. ? Como comunidad cristiana, organizar una

pastoral juvenil no sólo para quienes están participando en la Iglesia, sino demostrar una auténtica preocupación para relacionarnos con

los jóvenes de la comunidad que no están participando en la Iglesia. ? Desde niño aprender a poner límites a nuestros

impulsos espontáneos y saber orientar los impulsos hacia auténticos sentimientos de respeto y de cariño para con los demás. ? Como educadores, interesarnos por la vida de

cada uno de nuestros alumnos.

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TEMA 4:

Un modelo para seguir 1. Hecho de vida Durante toda su vida, una de las mayores dificultades para San Juan Bosco era encontrar colaboradores para sus centros juveniles. Muchos jóvenes sacerdotes entusiasmados con la obra de Don Bosco ofrecían sus servicios, pero acababan por cansarse, ya que no lograban dominar los métodos impuestos por Don Bosco, o porque carecían de paciencia para sobrellevar las travesuras de los chicos mal educados.

Durante toda su vida Don Bosco siempre recordó el sueño que tuvo en su juventud cuando se vio rodeado de una multitud de chiquillos que se peleaban entre sí y blasfemaban. Juan Bosco trató de hacer la paz, primero con exhortaciones y después con los puños. Súbitamente apareció una misteriosa mujer que le dijo: “¡No, no; tienes que ganártelos por el amor! Toma tu cayado de pastor y guía a tus ovejas”.

“Para trabajar con niños, decía Don Bosco, hay que amarlos; pero lo más importante es que ese amor se manifieste en forma comprensible para ellos.” Por eso, uno de los momentos más agradables para los niños eran las excursiones dominicales al campo, donde Don Bosco celebraba la misa en alguna capilla del pueblo, comía y jugaba con los niños, les daba alguna clase de catecismo y todo terminaba con un momento de oración y un canto.

Preguntas para dialogar: 1. En Panamá muchos padres y educadores tienen una gran veneración por Don Bosco. La procesión en su honor es una de las mayores en nuestro país. A pesar de tanta devoción, ¿por qué no logramos una mejor educación para la juventud? 2. ¿Qué nos hace falta, para que el modelo de educador que era San Juan Bosco, deje frutos en nuestras familias? 3. ¿Cómo podríamos aplicar los métodos educativos que utilizó Don Bosco, en nuestras familias?

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2. Profundización Los métodos de Don Bosco consistían en desarrollar el sentido de responsabilidad, en suprimir las ocasiones de desobediencia, en saber apreciar los esfuerzos de los chicos, y en una gran amistad. En una de sus cartas escribió: “No recuerdo haber empleado nunca un castigo propiamente dicho. Por la gracia de Dios, siempre he podido conseguir que los niños observaban no sólo las reglas, sino aun mis menores deseos”. Para Don Bosco el amor por los niños iba de la mano con la conciencia del daño que hace un amor demasiado indulgente. Amar no quiere decir consentir los caprichos. Quien se sienta solo se sentirá abandonado y desconectado. La soledad es uno de los peores sentimientos que podemos albergar. La idealización del otro, la depresión, el miedo a la intimidad o la sensación de soledad

pueden minar nuestras conexiones con los demás. Por otro lado, quien convive, vive. La convivencia ayuda a cultivar el optimismo, mantener la curiosidad, interactuar y conocerse bien, perdonarse los errores, apreciar lo que tienes y no crearse expectativas inalcanzables. El modelo de desarrollo que promueve la sociedad actual estimula el individualismo, donde cada uno responde exclusivamente por su propia vida, sin que uno se vea afectado ni siquiera por el comportamiento, bueno o malo, de un familiar. El individualismo parece formar parte de la evolución de la sociedad actual, en la que se ha pasado de una vida más colectiva a otra en la que se prioriza al individuo frente al resto. Es necesario preguntarnos ¿qué modelo de desarrollo queremos para nuestra comunidad y para nuestro país?

3. La Palabra de Dios “No bastará con decirme: ¡Señor!, ¡Señor!, para entrar en el Reino de los Cielos; más bien entrará el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo. Aquel día muchos me dirán: ¡Señor, Señor!, hemos hablado en tu nombre, y en tu nombre hemos expulsado demonios y realizado muchos milagros. Entonces yo les diré claramente: Nunca les conocí. ¡Aléjense de mí ustedes que hacen el mal! Si uno escucha estas palabras mías y las pone en práctica, dirán de él: aquí tienen al hombre sabio y

prudente, que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra aquella casa, pero la casa no se derrumbó, porque tenía los cimientos sobre roca. Pero dirán del que oye estas palabras mías, y no las pone en práctica: aquí tienen a un tonto que construyó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra esa casa: la casa se derrumbó y todo fue un gran desastre.” (Mateo 7,21-27).

Preguntas para dialogar: 1. ¿Por qué nuestra fe se queda muchas veces en palabras y no se manifiesta en obras y actitudes? 2. Para Jesús el criterio de pertenencia al Reino no depende de nuestras devociones, sino de nuestras acciones y estilo de vida. ¿Qué impacto tiene esto para nosotros?

4. Prácticas de conversión ? Más que pedir a los santos, imitemos su estilo de

? Saber dar explicaciones coherentes cuando hay

vida. ? Aplicar castigos educativos que hagan descubrir a los niños el valor de las pequeñas renuncias.

que decir “no” a las solicitudes de los hijos. ? Revisar nuestro proyecto de vida para ver qué modelo de desarrollo estamos aspirando y transmitiendo a nuestros hijos.

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TEMA 5:

Malditos celos 1. Hecho de vida Esta mañana Beatriz me viene a ver, está llorando y asustada: - “Ya no aguanto más. Anoche en una racha de cólera, Luis rompió el televisor y me golpeó en la cara. Estoy cansada de sus insultos y tengo miedo. Me estaba gritando que yo ando con otro hombre. Le juré que eso no es cierto. Sus malditos celos me tienen harta. Desde que salgo de casa, él piensa que es para encontrarme con otro hombre. Si me llaman por celular, él quiere saber quien me está llamando. Estoy en la casa como en una cárcel…” Es la primera vez que Beatriz me habla de esto, sin embargo ya tiene 12 años de estar con Luis.

- “Es cierto que estuvimos juntos, pero estos problemas de celos y de violencia ya las tenemos desde hace mucho tiempo, prácticamente desde cuando éramos novios.” - “Pero ¿cómo es que tú ahora me estás hablando de esto?” - “Bueno yo siempre pensaba que podíamos superar estos problemas y que como mujer tenía que sobrellevar la conducta del varón. Nos dijeron que los trapos sucios se lavan en casa. Por eso, yo nunca hablé con nadie de mis problemas. Pero ha sido demasiado, ya no aguanto más… ya no aguanto los insultos y la violencia… ha sido demasiado…”

- “¿Y es ahora que está pasando esto? Ustedes siempre han sido una pareja ejemplar. Siempre estuvieron juntos.” Preguntas para dialogar: 1. ¿Qué hacer cuando se presentan situaciones de violencia en la familia? 2. ¿Qué les parece el dicho “los trapos sucios se lavan en casa”? 3. ¿Cuál es la causa de los celos que brotan en determinadas personas? ¿Qué se puede o se debe hacer para superar esta situación? 4. ¿Creen ustedes que los celos son expresión de amor? ¿Por qué sí o por qué no?

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2. Profundización La violencia en los hogares entra poco a poco. Un gran porcentaje de las jovencitas ya son golpeadas por sus novios, y lo que es peor, la mayoría de ellas cree que esto es normal y deciden unirse con este muchacho en la ilusión de que él va a cambiar. Sin embargo este comportamiento violento no desaparece, por el contrario se va incrementando a lo largo del matrimonio. Cuando hablamos de violencia intrafamiliar nos referimos a aquella que tiene lugar dentro de la familia, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio. Comprende, entre otros, violación, maltrato físico, psicológico y abuso sexual. Podríamos describir la violencia doméstica como el uso deliberado de la fuerza para controlar o manipular al otro. Se combina también con el uso del alcohol y drogas.

Hay violencia cuando se ataca la integridad emocional o espiritual de una persona, de manera que llega un momento en que esa persona maltratada cree que se merece esos golpes. Entonces es muy difícil convencerla que tiene que pedir auxilio. Por eso, prefieren mantenerlo en secreto. Esta situación puede prolongarse durante años. Otra forma de abuso psicológico es el aislamiento, en el que ni hablan, ni miran a la víctima. Está también el abuso económico. "Si dices algo, no te voy a dar la mensualidad". La intimidación es otro tipo de abuso: "Si dices algo, te mato." Muchas víctimas no se atreven a hablar por las amenazas de sus agresores. Las personas que soportan una relación abusiva prologadamente acaban perdiendo su salud física y mental, pierden su autoestima y toda la familia termina enferma.

No saben protegerse, ni siquiera se dan cuenta del peligro que corren. Desafortunadamente, ésta realidad se vive en muchos ambientes, afecta a muchas personas y de muchas maneras. Ocurre en todos los niveles de la sociedad y no solamente en las familias pobres. Es verdad que la violencia siempre ha existido, sin embargo lo más peligroso es cuando se empiece a tolerar, a aceptar como inevitable. Es necesario recordar que el hombre no está hecho para la guerra, sino para la paz. Se ha comprobado que el hombre que vive en la violencia se autodestruye. Lo difícil y complicado es que la paz no se da instantáneamente, ni por mandato, ni se compra, ni se puede pedir prestada, no se obtiene sin esfuerzo, tiene que nacer dentro del corazón de cada persona.

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3. La Palabra de Dios “Las partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno. Por muchas que sean las partes, todas forman un solo cuerpo. Dios ha dispuesto los diversos miembros colocando cada uno en el cuerpo como ha querido. Si todos fueran el mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero hay muchos miembros y un solo cuerpo. El ojo no puede decir a la mano: “No te necesito”. Ni tampoco la cabeza decir a los pies: “No los necesito”. Aun más, las partes del cuerpo que parecen ser más débiles son las más necesarias, y a las que son menos honorables las tratamos con mayor respeto. Dios, al organizar el cuerpo, tuvo más atenciones por lo que era último, para que no se dividiera el cuerpo;

todas sus partes han de tener la misma preocupación unas por otras. Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro recibe honores, todos se alegran con él. Ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno en su lugar es parte de él.” (1 Cor 12,12-27).

Preguntas para dialogar: 1. ¿Cómo debe ser una auténtica convivencia humana? 2. En la pareja, ¿cómo se conjuga la diversidad y la unidad?

4. Prácticas de conversión ? No quedarnos en silencio cuando vemos situaciones de violencia que afectan a las personas y las familias. ? Informarnos sobre el fenómeno de la violencia familiar y buscar orientación profesional cuando se produce. ? Aceptar al otro tal como es. Reconocer que nadie es perfecto, que se puede errar y enmendar los errores

porque: “¡Yo habría podido cometer el mismo error!” ? Tomar conciencia de que la violencia no es una actitud normal en el ser humano.

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Tema 6:

“Si no eres mía, no serás de nadie…” 1. Hecho de vida A consecuencia de las denuncias que Nicole hizo contra su esposo por violencia intrafamiliar, el juez dictó la sentencia de la separación: Vicente tenía que salir de la casa y le puso una fianza de no acercamiento. Sin embargo, al salir del tribunal Vicente amenazó a su esposa: “No pienses de que hayas salido con lo tuyo, te mataré… Si no eres mía, no serás de nadie”. Dos meses después, en una racha de borrachera con sus amigos, Vicente se fue a la casa de Nicole y antes de que alguien pudiera intervenir la mató con dos tiros en el pecho.

Preguntas para dialogar: 1. ¿Lo que pasó con Nicole, ha pasado también en nuestras comunidades? 2. ¿Cuál es la causa de tanta violencia contra la mujer? 3. ¿Cómo se pueden prevenir estas situaciones de revancha y de violencia?

2. Profundización Existe la percepción en la población de que se extiende por el país la violencia y la criminalidad, creando un clima de inseguridad y temor permanente. A pesar de ello, los crímenes contra la vida de las mujeres, en particular el femicidio, si bien causan mucha indignación, aún no son percibidos en su especificidad, sino integrados a la visión de una

creciente inseguridad que amenaza a la sociedad. Ello crea diversos problemas puesto que los elementos que permiten identificar y caracterizar los femicidios tienden a perderse entre generalidades que tienen como resultado una extensión del temor y la simple asociación de estos femicidios con la creciente ola de violencia social.

Sin embargo, en los últimos años se observa una mayor visibilidad y denuncia de la violencia contra las mujeres. Las expresiones de la violencia contra las mujeres son más manifiestas, incluyendo el abuso y la explotación sexual de niñas y adolescentes. ¿Por qué el femicidio? Es la forma más extrema de violencia de

16 Campaña cuaresmal 2011 género, entendida ésta como la violencia ejercida por los varones contra las mujeres en su deseo de obtener y mantener poder, dominación o control.

desnudas, desmembradas, con la ropa removida sin signos de violación o metidas en maletas, o aquellas donde las víctimas no eran sus parejas o familiares.

La inmensa mayoría de los femicidios son de carácter íntimo, es decir, se producen en el contexto de relaciones de pareja y familiar, sobre todo mujeres jóvenes entre 21 y 40 años. Pero estos no son los únicos escenarios de ocurrencia de femicidios en el país. Tal es el caso de mujeres muertas que se han encontrado

A nivel jurídico, las limitaciones para el conocimiento de los femicidios son muy grandes debido a los criterios, contenidos y formas en que son establecidos los registros de las distintas entidades que hacen estadísticas. Muchas veces falta una efectiva justicia para las víctimas. Las dificultades y limitaciones en los

3. La Palabra de Dios “Los maridos deben amar a sus mujeres como a su propio cuerpo. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama; pues nadie odia su propio cuerpo, antes bien lo alimenta y lo cuida como hace Cristo con su Iglesia, que es su cuerpo, del cual nosotros somos miembros. “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre para unirse a su mujer, llegarán a ser los dos uno solo”. Gran misterio es éste, que yo relaciono con la unión de Cristo y de la Iglesia. En resumen, que cada uno ame a su mujer como se ama a sí mismo, y que la mujer respete al marido.” (Efesios 5,28-33).

4. Prácticas de conversión ? Acompañar a las familias en su tarea educativa que debe orientarse a

la formación de los hijos en el respeto de la dignidad de cada persona y en los valores de la paz. ? Desarrollar nuestra capacidad de ponernos en el lugar de los demás,

en sus sentimientos. ? Tener orden en nuestra propia vida para que haya armonía y equili-

brio en el hogar. Cuando hay orden en una casa, normas y límites, esto proporciona seguridad a los hijos y les enseña a tener disciplina. ? Educar a los hijos para que actúen siempre con respeto hacia los

demás, sobre todo a las personas de otro género. Evitar cualquier rasgo de educación machista.

procesos de investigación causan que muchos casos en el pasado se resolvieran en absoluciones y en sobreseimientos. Aunque esto ha empezado a cambiar en la última década. Los femicidios pueden ser prevenidos. Ello depende en un alto grado de las acciones y medidas que logren establecer las instituciones, de igual manera del nivel de formación ética y cívica de la población, y también de la voluntad de las autoridades políticas sobre el país que se desea.

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Cantos 1 Construir comunidad QUEREMOS CONSTRUIR COMUNIDAD, COMUNIDAD EN PAZ. QUEREMOS COMPARTIR UN MISMO PAN, EL PAN DE LA UNIDAD. Sin que haya esclavos, ni haya señores para poder vivir en igualdad. Sin que haya clases ni diferencias que impidan compartir un mismo pan. Todos tenemos los mismos derechos, todos tenemos los mismos deberes. Todos tenemos un mismo Padre, un mismo cielo. (2) Aquí entre todos compartiremos las penas, el esfuerzo y el amor. Aquí entre todos descubriremos que el grano de semilla floreció. Todos tenemos un mismo Maestro, todos tenemos un mismo Evangelio Todos tenemos un mismo Padre, un mismo cielo. (2)

3 Jesucristo me dejó inquieto JESUCRISTO ME DEJO INQUIETO SU PALABRA ME LLENO DE LUZ. NUNCA MAS YO PUDE VER EL MUNDO SIN SENTIR AQUELLO QUE SINTIO JESUS. Yo vivía muy tranquilo y descuidado y pensaba haber cumplido mi deber. Muchas veces yo pensaba equivocado contentarme con la letra de la ley, mas después que mi Señor pasó nunca más mi pensamiento descansó. Yo creía estar seguro y realizado y dejaba descargar mi corazón. Y siguiendo por la vía equivocada cosechaba en mi vida una ilusión. Mas después que mi Señor pasó mi ilusión y mi engaño se acabó. Sigo a veces intranquilo por la vida, sin respuestas al que viene a preguntar. Mucha gente aún se encuentra adormecida y sin ganas de saber, ni de llegar. Más yo sé que Él volverá a pasar y el descanso en inquietud Él va a cambiar.

4 Cristo te necesita para amar Cristo te necesita para amar, para amar, Cristo te necesita para amar.

2 La paz es fruto de la justicia LA PAZ, LA PAZ ES FRUTO DE LA JUSTICIA UN DON DE DIOS QUE QUEREMOS ACEPTAR. (2) Unidos mano con mano queremos hacer la paz la paz con nuestra conciencia, con Dios y con los demás. (2) Paz con la naturaleza, que debemos respetar cuando en ella trabajamos por bien de la humanidad. (2) Que los hombres y mujeres se traten con igualdad, que el fuerte no oprima al débil y entonces vendrá la paz. (2)

NO TE IMPORTEN LAS RAZAS NI EL COLOR DE LA PIEL, AMA A TODOS COMO HERMANOS Y HAZ EL BIEN. Al que sufre y al triste, dale amor, dale amor, al humilde y al pobre, dale amor. Al que vive a tu lado, dale amor, dale amor, al que viene de lejos, dale amor. Al amigo de siempre dale amor, dale amor, al que no te saluda, dale amor.

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5 Señor de la esperanza

6 Gloria, aleluya

Entre las casitas de pencas y palos, en medio del polvo de nuestras calles vas caminando, saludando a todos nos llamas "vecinos" nos aprietas fuerte la mano y nos llevas contigo (2)

GLORIA, GLORIA, ALELUYA. (3) EN EL NOMBRE DEL SENOR.

VAMOS CONSTRUYENDO UN MUNDO DISTINTO, VAMOS ARRANCANDO LAS PIEDRAS QUE HAY EN LOS CORAZONES. VAMOS CONQUISTANDO NUESTRA LIBERTAD CON TU MANO AMIGA, SEÑOR DE LA ESPERANZA (2). Todas las mañanas vamos al trabajo y en medio de todos tu voz perdida llenó el silencio. Andas con nosotros pidiendo justicia, levantando firme tu voz nos llamas y nos animas(2) Al caer la tarde vamos a la mesa compartiendo el pan al calor del fuego de tu cariño, Padre de bondades, Madre de ternuras, en tu seno acunas el rostro alegre de tus criaturas.

Cuando sientas que tu hermano necesita de tu amor, no le cierres las entrañas ni el calor del corazón. Busca pronto en tu recuerdo la palabra del Señor, mi ley es el amor. Cristo dijo que quien llora su consuelo encontrará, quien es pobre, quien es limpio será libre y tendrá paz. Rompe pronto tus cadenas, eres libre de verdad, empieza a caminar. Si el camino se hace largo, si te cansas bajo el sol, si en tus campos no ha nacido ni la más pequeña flor, coge mi mano y cantemos, unidos por el amor, en nombre del Señor.

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«Con Cristo sois sepultados en el Bautismo, con él también habéis resucitado» (cf. Col 2, 12)

Queridos hermanos y hermanas:

L

a Cuaresma, que nos lleva a la celebración de la Santa Pascua, es para la Iglesia un tiempo litúrgico muy valioso e importante, con vistas al cual me alegra dirigiros unas palabras específicas para que lo vivamos con el debido compromiso. La Comunidad ec1esial, asidua en la oración y en la caridad operosa, mientras mira hacia el encuentro definitivo con su Esposo en la Pascua eterna, intensifica su camino de purificación en el espíritu, para obtener con más abundancia del Misterio de la redención la vida nueva en Cristo Señor (cf. Prefacio 1 de Cuaresma). 1. Esta misma vida ya se nos transmitió el día del Bautismo, cuando «al participar de la muerte y resurrección de Cristo» comenzó para nosotros «la aventura gozosa y entusiasmante del discípulo» (Homilía en la fiesta del Bautismo del Señor, 10 de enero de 2010). San Pablo, en sus Cartas, insiste repetidamente en la comunión singular con el Hijo de Dios que se realiza en este lavacro. El hecho de que en la mayoría de los casos el Bautismo se reciba en la infancia pone de relieve que se trata de un don de Dios: nadie merece la vida eterna con sus fuerzas. La misericordia de Dios, que borra el pecado y permite vivir en la propia existencia «los mismos sentimientos que Cristo Jesús» (Flp 2, 5) se comunica al hombre gratuitamente.

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El Apóstol de los gentiles, en la Carta a los Filipenses, expresa el sentido de la transformación que tiene lugar al participar en la muerte y resurrección de Cristo, indicando su meta: que yo pueda «conocerle a él, el poder de su resurrección y la comunión en sus padecimientos hasta hacerme semejante a el en su muerte, tratando de llegar a la resurrección de entre los muertos» (Flp 3, 10-11). El Bautismo, por tanto, no es un rito del pasado sino el encuentro con Cristo que conforma toda la existencia del bautizado, le da la vida divina y lo llama a una conversión sincera, iniciada y sostenida por la Gracia, que lo lleve a alcanzar la talla adulta de Cristo. Un nexo particular vincula al Bautismo con la Cuaresma como momento favorable para experimentar la Gracia que salva. Los Padres del Concilio Vaticano II exhortaron a todos los Pastores de la Iglesia a utilizar «con mayor abundancia los elementos bautismales propios de la liturgia cuaresma!» (Sacrosanctum Concilium, 109). En efecto, desde siempre, la Iglesia asocia la Vigilia Pascual a la celebración del Bautismo: en este Sacramento se realiza el gran misterio por el cual el hombre muere al pecado, participa de la vida nueva en Jesucristo Resucitado y recibe el mismo espíritu de Dios que resucitó a Jesús de entre los muertos (cf. Rm 8, 11). Este don gratuito debe ser reavivado en cada uno de nosotros y la Cuaresma nos ofrece un recorrido análogo al catecumenado, que para los cristianos de la Iglesia antigua, así como para los catecúmenos de hoy, es una escuela insustituible de fe y de vida cristiana: viven realmente el Bautismo como un acto decisivo para toda su existencia. 2. Para emprender seriamente el camino hacia la Pascua y prepararnos a celebrar la Resurrección del Señor -la fiesta más gozosa y solemne de todo el Año litúrgico-, ¿qué puede haber de más adecuado que dejarnos guiar por la Palabra de Dios? Por esto la Iglesia, en los textos evangélicos de los domingos de Cuaresma, nos gula a un encuentro especialmente intenso con el Señor, haciéndonos recorrer las etapas del camino de la iniciación cristiana: para los catecúmenos, en la perspectiva de recibir el Sacramento del renacimiento, y para quien está bautizado, con vistas a nuevos y decisivos pasos en el seguimiento de Cristo y en la entrega más plena a él. El primer domingo del itinerario cuaresmal subraya nuestra condición de hombre en esta tierra. La batalla victoriosa contra las tentaciones, que da inicio a la misión de Jesús, es una invitación a tomar conciencia de la propia fragilidad para acoger la Gracia que libera del pecado e infunde nueva fuerza en Cristo, camino, verdad y vida (cf. Ordo Initiationis Christianae Adultorum, n. 25). Es una llamada decidida a recordar que la fe cristiana implica, siguiendo el ejemplo de Jesús y en unión con él, una lucha «contra los Dominadores de este mundo tenebroso» (Ef 6, 12), en el cual el diablo actúa y no se cansa, tampoco hoy, de tentar al hombre que quiere acercarse al Señor: Cristo sale victorioso, para abrir también nuestro corazón a la esperanza y guiarnos a vencer las seducciones del mal. El Evangelio de la Transfiguración del Señor pone delante de nuestros ojos la gloria de Cristo, que anticipa la resurrección y que anuncia la divinización del hombre. La comunidad cristiana toma conciencia de que es llevada, como los Apóstoles Pedro, Santiago y Juan «aparte, a un monte alto» (Mt 17, 1), para acoger nuevamente en Cristo, como hijos en el Hijo, el don de la gracia de Dios: «Este es mi Hijo

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amado, en quien me complazco; escuchadle» (v. 5). Es la invitación a alejarse del ruido de la vida diaria para sumergirse en la presencia de Dios: él quiere transmitirnos, cada día, una palabra espíritu, que penetra en las profundidades donde discierne el bien y el mal (cf. Hb 4, 12) y fortalece la voluntad de seguir al Señor. La petición de Jesús a la samaritana: «Dame de beber» (Jn 4, 7), que se lee en la liturgia del tercer domingo, expresa la pasión de Dios por todo hombre y quiere suscitar en nuestro corazón el deseo del don del «agua que brota para vida eterna» (v. 14): es el don del Espíritu Santo, que hace de los cristianos «adoradores verdaderos» capaces de orar al Padre «en espíritu y en verdad» (v. 23). jSólo esta agua puede apagar nuestra sed de bien, de verdad y de belleza! Sólo esta agua, que nos da el Hijo, irriga los desiertos del alma inquieta e insatisfecha, «hasta que descanse en Dios», según las célebres palabras de san Agustín. El «domingo del ciego de nacimiento» presenta a Cristo como luz del mundo. El Evangelio nos interpela a cada uno de nosotros: « ¿Tú crees en el Hijo del hombre?». «Creo, Señor» (Jn 9, 35.38), afirma con alegría el ciego de nacimiento, dando voz a todo creyente. El milagro de la curación es el signo de que Cristo, junto con la vista, quiere abrir nuestra mirada interior, para que nuestra fe sea cada vez más profunda y podamos reconocer en él a nuestro único Salvador. Él ilumina todas las oscuridades de la vida y lleva al hombre a vivir como «hijo de la luz». Cuando, en el quinto domingo, se proclama la resurrección de. Lázaro, nos encontramos frente al misterio último de nuestra existencia: «Yo soy la resurrección y la vida... ¿Crees esto?» (Jn 11, 25-26). Para la comunidad cristiana es el momento de volver a poner con sinceridad, junto con Marta, toda la esperanza en Jesús de Nazaret: «Sí, Señor, yo creo que tú eres .el Cristo, el Hijo de Dios, el que iba a venir al mundo» (v. 27). La comunión con Cristo en esta vida nos prepara a cruzar la frontera de la muerte, para vivir sin fin en él. La fe en la resurrección de los muertos y la esperanza en la vida eterna abren nuestra mirada al sentido último de nuestra existencia: Dios ha creado al hombre para la resurrección y para la vida, y esta verdad da la dimensión auténtica y definitiva a la historia de los hombres, a su existencia personal y a su vida social, a la cultura, a la política, a la economía. Privado de la luz de la fe todo el universo acaba encerrado dentro de un sepulcro sin futuro, sin esperanza. El recorrido cuaresmal encuentra su cumplimiento en el Triduo Pascual, en particular en la Gran Vigilia de la Noche Santa: al renovar las promesas bautismales, reafirmamos que Cristo es el Señor de nuestra vida, la vida que Dios nos comunicó cuando renacimos “del agua y del Espíritu Santo”, y confirmamos de nuevo nuestro firme compromiso de corresponder a la acción de la Gracia para ser sus discípulos. 3. Nuestro sumergirnos en la muerte y resurrección de Cristo mediante el sacramento del Bautismo, nos impulsa cada día a liberar nuestro corazón del peso de las cosas materiales, de un vínculo egoísta con la “tierra”, que nos empobrece y nos impide estar disponibles y abiertos a Dios y al prójimo. En Cristo, Dios se ha revelado como Amor (cf. 1 Jn 4, 7-10). La Cruz de Cristo, la “palabra de la Cruz” manifiesta el poder salvífico de Dios (cf. 1 Co 1, 18), que se da para levantar al hombre y traerle la salvación: amor en su forma

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más radical (cf. Enc. Deus caritas est, 12). Mediante las prácticas tradicionales del ayuno, la limosna y la oración, expresiones del compromiso de conversión, la Cuaresma educa a vivir de modo cada vez más radical el amor de Cristo. El ayuno, que puede tener distintas motivaciones, adquiere para el cristiano un significado profundamente religioso: haciendo más pobre nuestra mesa aprendemos a superar el egoísmo para vivir en la lógica del don y del amor; soportando la privación de alguna cosa – y no sólo d lo superfluo – aprendemos a apartar la mirada de nuestro “yo”, para descubrir a Alguien a nuestro lado y reconocer a Dios en los rostros de tantos de nuestros hermanos. Para el cristiano el ayuno tiene nada de intimista, sino que abra mayormente a Dios y a las necesidades de los hombres, y hace que el amor a Dios sea también amor al prójimo (cf. Mc 12,31). En nuestro camino también nos encontramos ante la tentación de tener, de la avidez d dinero, que insidia el primado de Dios en nuestra vida. El afán de poseer provoca violencia, prevaricación y muerte; por esto la Iglesia, especialmente en el tiempo cuaresmal, recuerda la práctica de la limosna, es decir, la capacidad de compartir. La idolatría de los bienes, en cambio, no sólo aleja del otro, sino que despoja al hombre, lo hace infeliz, lo engaña, lo defrauda sin realizar lo que promete, porque sitúa las cosas materiales en el lugar de Dios, única fuente de la vida. ¿Cómo comprender la bondad paterna de Dios si el corazón está lleno de uno mismo y los propios proyectos, con los cuales nos hacemos ilusiones de que podemos asegurar el futuro? La tentación es pensar, como el rico de la parábola: “Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años… Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma” (Lc 12, 12,19-20). La práctica de la limosna nos recuerda el primado de Dios y la atención hacia los demás, para redescubrir a nuestro Padre bueno y recibir su misericordia. En todo el período cuaresmal, la Iglesia nos ofrece con particular abundancia la Palabra de Dios. Meditándola e interiorizándola para vivirla diariamente, aprendemos una forma preciosa e insustituible de oración, porque la escucha atenta de Dios, que sigue hablando a nuestro corazón, alimenta el camino de fe que iniciamos en el día del Bautismo. La oración permite también adquirir una nueva concepción del tiempo: de hecho, sin la perspectiva de la eternidad y de la trascendencia, simplemente marca nuestros pasos hacia un horizonte que no tiene futuro. En la oración encontramos, en cambio, tiempo para Dios, para conocer que “sus palabras no pasarán” (cf. Mc 13,31), para entrar en la íntima comunión con él que “nadie podrá quitarnos” (cf. Jn 12,22) y que nos abre a la esperanza que no falla, a la vida eterna. En síntesis, el itinerario cuaresmal, en el cual se nos invita a contemplar el Misterio de la cruz, es “hacerme semejante a él en su muerte” (Flp 3,10), para llevar a cabo una conversión profunda de nuestra vida: dejarnos transformar por la acción del Espíritu Santo, como san Pablo en el camino de Damasco; orientar con decisión nuestra existencia según la voluntad de Dios; liberarnos de nuestro egoísmo, superando el instinto de dominio sobre los demás y abriéndonos a la caridad de Cristo. El periodo cuaresmal es el momento favorable para reconocer nuestra debilidad, acoger, con una sincera revisión de vida. La Gracia renovadora del Sacramento de la Penitencia y caminar con decisión hacia Cristo.

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Queridos hermanos y hermanas, mediante el encuentro personal con nuestro Redentor y mediante el ayuno, la limosna y la oración, el camino de conversión hacia la Pascua nos lleva a redescubrir nuestro Bautismo. Renovemos en esta Cuaresma la acogida de la Gracia que Dios nos dio en ese momento, para que ilumine y guíe todas nuestras acciones. Lo que el sacramente significa y realiza estamos llamados a vivirlo cada día siguiendo a Cristo de modo cada vez más generoso y auténtico. Encomendamos nuestro itinerario a la Virgen María, que engendró al Verbo de Dios en la fe y en la carne, para sumergirnos como ella en la muerte y resurrección de su Hijo Jesús y obtener la vida eterna. Vaticano, 4 de noviembre de 2010 Benedicto XVI

Oración SAN FRANCISCO DE ASÍS Señor, haz de mi un instrumento de tu paz: donde hay odio, ponga yo amor, donde hay ofensa, ponga yo el perdón, donde hay discordia, ponga yo unión, donde hay duda, ponga yo la fe, donde hay desesperación, ponga yo esperanza, donde hay tinieblas, ponga yo la luz. Oh, Maestro, que no busque yo tanto ser consolado, como consolar, ser comprendido, como comprender, ser amado, como amar, porque dando se recibe, olvidando, se encuentra, perdonando, se es perdonado, muriendo, se resucita a la vida eterna.

Para donaciones cuenta N° 03-01-01-002402-2 Iglesia Católica Arquidiócesis de Panamá Memo: Campaña Cuaresmal Las donaciones son deducibles del impuesto sobre la renta Resolución 8 Art. 71-658 del 12 de febrero de 1971. RUC 8-NT-1-23202 DV -44 [email protected] www.pastoralsocialpanama.org Tel. 229-0554

Diseño y diagramación: Lorenzo Barría

Amén.