FACTORES QUE INFLUYEN EN LOS PROCESOS EDUCATIVOS EN EL MARCO DE LA SUSTENTABILIDAD: ESTUDIO DE CASO

FACTORES QUE INFLUYEN EN LOS PROCESOS EDUCATIVOS EN EL MARCO DE LA SUSTENTABILIDAD: ESTUDIO DE CASO Teresa Aguas Rendón1 Martha Elena Nava Tablada2 Fe...
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FACTORES QUE INFLUYEN EN LOS PROCESOS EDUCATIVOS EN EL MARCO DE LA SUSTENTABILIDAD: ESTUDIO DE CASO Teresa Aguas Rendón1 Martha Elena Nava Tablada2 Felipe Gallardo López1 Arturo Pérez Vázquez1 Gunther Dietz3 Guadalupe Díaz Tepepa4 RESUMEN En México y la región central cafetalera de Veracruz, existen experiencias con grupos de campesinos (as) en torno a proyectos productivos impulsados por instituciones en un marco de sustentabilidad que han logrado promover procesos de autogestión. Esto brinda la oportunidad de aprehenderlos para conocer los factores que influyen en el grado de éxito de sus procesos educativos. Con base a ello, se planteó sistematizar la experiencia metodológica educativa del grupo de mujeres campesinas de la localidad Crucero de Zapata, Mpio de Ixhuatlán del Café, Ver., que participan en proyectos productivos orientados hacia la sustentabilidad; identificar los enfoques y componentes metodológicos utilizados durante la intervención y evaluar el proceso educativo utilizando un Modelo de Evaluación Integral (MEI) que incluye a la instancia promotora, el agente promotor y el grupo beneficiario. La investigación se abordó como estudio de caso, en una perspectiva cualitativa y cuantitativa. Se realizó observación participante, entrevistas abiertas y se aplicaron cuestionarios de evaluación con los indicadores derivados del MEI orientado a la sustentabilidad. En la sistematización y análisis se utilizó el programa Excel. Los factores de éxito identificados fueron: enfoque participativo, género y desarrollo humano; el proceso educativo contempló como componentes: la capacitación integral, el fortalecimiento organizativo, la innovación tecnológica y el cambio cultural. La contribución económica, ecológica y social del proyecto productivo mantuvo una escala alta, debido al uso reducido de contaminantes, uso eficiente del agua, creación de autoempleo, obtención de ingresos e impacto a la comunidad. La autonomía del proyecto productivo tuvo un valor medio por depender del financiamiento externo inicial. Se concluye que los enfoques y la integración de los componentes del proceso educativo utilizados por las instituciones participantes y el agente promotor fueron los factores posibilitaron la autogestión del grupo beneficiario y consolidación del proyecto productivo. PALABRAS CLAVES: Participativo, Género, Organización, Cultura, Tecnología INTRODUCCION En el ámbito rural de México y en particular de la región cafetalera del centro del estado de Veracruz, existen innumerables experiencias realizadas con grupos de campesinos(as) en torno a proyectos alternativos con temas de educación, salud, vivienda, alimentación, agricultura, tecnología, etc., dentro del marco de la sustentabilidad. Estos proyectos alternativos han sido impulsados por instituciones de gobierno, organizaciones sociales o no gubernamentales con el fin de proporcionar a este sector, los medios que les permitan mejorar las condiciones de vida, 1

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crear fuentes de trabajo, promover procesos autogestivos, así como conservar y hacer más eficiente el manejo de los recursos naturales entre otros aspectos (Mazzotti, 2008; Castillo, 2001). Ciertamente, muchas de estas acciones logran favorecer desde lo local, los procesos de cambio necesarios para transitar hacia la construcción de sociedades más sostenibles (Bray, 1997). En este escenario, es frecuente encontrar proyectos fallidos, ya sea por abandono después de que se retira el agente promotor, desintegración del grupo o incapacidad autogestiva, por mencionar algunas de las posibles causas, llaman la atención las experiencias exitosas donde se han alcanzado los resultados esperados y su permanencia a largo plazo. En este sentido y sin pretender que exista un método único de intervención educativa y social que garantice el éxito de los procesos educativos, se espera que estos casos brinden la oportunidad para aprehenderlos. Por ello cabe preguntar ¿qué factores influyen en el grado de éxito de los procesos educativos dirigido a grupos campesinos dentro del marco de la sustentabilidad? Se reconoce que las metodologías con enfoque participativo son favorables para mejorar este tipo de procesos educativos, de ahí que han sido ampliamente aceptadas y difundidas. Por ejemplo, en México, investigaciones realizadas por Mata (1994) y Zapata et al. (1994) con grupos de hombres y mujeres del medio rural, documentaron que utilizando el enfoque participativo se propicia la consolidación de las organizaciones y de los proyectos. Al respecto Rodríguez (2007), sostiene que la metodología participativa y sus variantes, siguen evidenciando su capacidad de respuesta para el trabajo con los grupos populares, esto al analizar la contribución de dicho enfoque en acciones de desarrollo comunitario con grupos étnicos en la zona de Chicontepec, Veracruz. Otras investigaciones realizadas durante los años ochenta en torno a la promoción rural, también brindan valiosas aportaciones en cuanto a los componentes que conforman estos procesos. Por ejemplo, el Modelo de Promoción Integral del Centro de Estudios Agrarios presenta tres elementos básicos: organización, capacitación técnica y rescate cultural, los cuales al integrarse generan procesos de participación activa y de autogestión (Sayavedra et al., 1985). La Belle (1988), por su parte, después de analizar diferentes programas de promoción puestos en marcha en América Latina, logró identificar que las estrategias más empleadas se vinculaban con un Modelo de Orientación Humana pero se dejaban fuera otros elementos que le dieran soporte, de ahí que propusiera un Modelo Heurístico con tres componentes interdependientes: Ideología (valores creencias y conocimiento), Tecnología y Organización Social. Sin embargo, estos modelos para el periodo en que fueron desarrollados aún no consideraban el concepto de la sustentabilidad. En lo referente al tema de evaluación, en el presente trabajo se retomaron los enfoques tendientes al aprendizaje, retroalimentación de los procesos y fortalecimiento organizativo (Fernándes y Tandon, 1981; Estrella et al., 2003), dejando de lado las formas convencionales de evaluación que están más dirigidas a la rendición de cuentas. Así mismo se revisaron algunas metodologías para evaluar la sustentabilidad, entre ellas el Marco para la Evaluación de Sistemas de Manejo incorporando Indicadores de Sustentabilidad (MESMIS) de Masera y López (2000), el cual si bien representa un esfuerzo y avance metodológico para la evaluación de la sustentabilidad, tiene un enfoque más técnico que no está dirigido a la evaluación de procesos educativos. La investigación con grupos de campesinos(as) en el área de la educación orientada a la sustentabilidad en México se encuentra abocada mayormente a la descripción de los procesos basados en metodologías participativas, la influencia del tipo de liderazgo y los cambios generados al incorporar la perspectiva de género. En cuanto a los estudios de evaluación, éstos se encuentran más orientados a calificar resultados y productos de los proyectos y en menor medida se han dado a la tarea de valorar los procesos, por ello este último tema constituye un campo de estudio a explorar. Con base en lo anterior, en la presente investigación se plantearon tres objetivos: 1) Sistematizar la experiencia metodológica educativa del grupo de mujeres campesinas de la localidad del Crucero de Zapata del Municipio de Ixhuatlán del Café,

Ver., que han participado en proyectos productivos en el marco de la sustentabilidad. 2) Identificar y analizar, los enfoques y los componentes metodológicos utilizados por la instancia promotora en el proceso educativo dirigido al grupo de mujeres campesinas y 3) Evaluar el proceso educativo orientado a la sustentabilidad utilizando un Modelo de Evaluación Integral (MEI) donde se incluye la participación de la instancia promotora, el agente promotor y grupo beneficiario. MATERIALES Y METODOS El estudio se realizó en el municipio de Ixhuatlán del Café, ubicado en la región montañosa del centro-sur del estado de Veracruz a 19° 03’ latitud norte y 96° 59’ latitud oeste. Es un territorio rural con un alto grado de marginación, integrado por 31 localidades dedicadas en su mayoría al cultivo de café y otras actividades agropecuarias (INAFED, 2005). En este contexto y teniendo como partida la perspectiva de análisis del proceso educativo (Figura 1), fue seleccionado como objeto de investigación: el grupo organizado de mujeres campesinas productoras de anturio de la localidad “Crucero de Zapata” que pertenece a la Unión General Obrero Campesina y Popular (UGOCP). Se aplicaron como criterios de selección la apertura, disposición de colaboración y la consolidación del grupo en torno al proyecto productivo con orientación sustentable. La investigación se abordó como un estudio de caso desde un enfoque cualitativo y cuantitativo (De Souza et al., 2005). Durante los meses de noviembre-diciembre 2008 y enero 2009, se utilizó la técnica de observación participante, por medio de la cual se registraron las diferentes actividades que involucraron al agente promotor y grupo de mujeres. Como instrumentos de apoyo se utilizaron: libreta de campo, grabadora reportera y una cámara fotográfica digital. Para la evaluación se diseñó un MEI (Figura 2) con cuatro componentes metodológicos: organización, capacitación, tecnología y cultura, que sirvió de referente para construir indicadores que midieran el grado de sustentabilidad. Con base a estos, se elaboraron tres cuestionarios semi-estructurados que fueron aplicados entre julio-agosto de 2009 al grupo focal (Tarrés, 2001), al agente promotor y representante de la instancia promotora. Para la sistematización y análisis de la información cualitativa se asignaron categorías a cada registro de observación en campo, entrevistas y documentación recopilada. Para la sistematización y análisis de los datos cuantitativos, se procedió a normalizar el valor de los item (Vn). Para esto se divide el valor observado (Vo) entre el valor máximo de la escala (Vmáx) de cada item. Los Vn se suman y se dividen entre el número total de ítems ∑ Vn / total ítem, obteniendo con ello un valor máximo a 1. Para construir la escala se asignaron tres rangos de calificación: Alta (> 0.66 ), Media (< 0.66 > 0.33) y Baja (< 0.33). En el manejo de datos se utilizó el programa Excel.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN El grupo de mujeres campesinas productoras de anturio de la localidad “Crucero de Zapata” municipios de Ixhuatlán del Café, Ver., está integrado por seis miembros de la misma familia. La situación de la crisis cafetalera las llevó a organizarse, pues como expresaron en la entrevista se dieron cuenta que en forma individual era más difícil solicitar apoyos para los proyectos, en cambio organizadas pueden ser más tomadas en cuenta por el gobierno. Su experiencia inicia en el año 2000 cuando participan en los Grupos de Mujeres en Ahorro Solidario (GMAS), impulsados por una organización no gubernamental conocida como Desarrollo Autogestionario, A.C. (AUGE), cuya metodología define tanto objetivos de carácter financiero como de desarrollo humano; visión de género; involucramiento de los líderes naturales del municipio; principios de solidaridad, autogestión y participación, con los que se contribuye a la permanencia de los grupos (Rosa-García, 2001). Para 2002, las seis mujeres deciden integrarse como grupo con la idea de producir flor de anturio para corte y solicitar financiamiento para la construcción de un invernadero. Actualmente tienen cuatro invernaderos todos de estructura metálica y malla sombra instalados en los traspatios de sus viviendas. Los tres primeros se encuentran en producción y tienen sistema de riego por aspersión, adecuación tecnológica que han hecho con los años. El grupo menciona que obtienen una ganancia total de 1000 a 1200 pesos semanales. Iniciaron con un invernadero de 160m2 con 1000 plantas de anturio “regional”, donde cosechan 10 docenas por semana; el segundo es de 160 m2 con 1200 plantas, en esta unidad de producción se percibe el ensayo a probar nuevas variedades, de ahí que decidieran cultivar la mitad de anturio “holandés” y la otra mitad de anturio “regional”, cosechan 15 docenas por semana. En este ensayo las mujeres reconocieron las ventajas de la nueva variedad, en cuanto a que era más productiva que la regional, observaron que se adaptaba a la zona, que no representaba problemas en el manejo. El tercer invernadero es de 252 m2 con 1450 plantas de anturio “holandés” y cosechan 15 docenas por semana. El cuarto invernadero es de 240 m2 y tienen proyectado sembrar 1600 plantas de anturio “holandés”. En este proceso de adopción tecnológica se puede reconocer como lo señala Díaz (2004), que el conjunto de conocimientos campesinos no es un sistema cerrado, las prácticas modernas se van incorporando al conjunto de prácticas campesinas tradicionales y de paso al sistema de creencias culturales si así conviene y ocurra un acoplamiento de saberes y conocimientos para la solución de problemas productivos.

El grupo de mujeres identifican a la Unión General Obrera Campesina y Popular (UGOCP), como la organización que les podía ayudar a gestionar un proyecto para el establecimiento y otro para la ampliación. A la fecha, tres de las mujeres participan activamente en esta organización social, así como de las actividades impulsadas por AUGE, mediante capacitación para el cultivo de anturio, talleres en medicina tradicional, taller para facilitadoras de grupos, temas como autoestima, violencia intrafamiliar, soberanía alimentaria, arreglos florales y de otras reuniones informativas dirigidas a productores por parte de dependencias gubernamentales. Hay que señalar que en este proceso coexiste de manera complementaria el trabajo impulsado por AUGE y la UGOCP. La práctica ha llevado a este grupo a distribuir las tareas y responsabilidades considerando las capacidades y cualidades de cada una de ellas. En la toma de decisiones participan generalmente todas las integrantes, pero también han aprendido que existe el voto de confianza y lo respetan, cuando por alguna razón alguien debe tomar la decisión en ausencia de las demás. El grupo y la promotora coincidieron en mencionar que ha sido favorable la influencia que han tenido en la comunidad, ya que han servido de motivación para la formación de otros grupos, aunque también existe recelo en algunas personas de la comunidad por la forma positiva en que ha crecido el proyecto. El grupo de mujeres ha mostrado capacidad para solucionar dificultades, desde los conflictos al interior de sus familias, donde existía incredulidad respecto a que lograran distribuir su tiempo para atender a la familia, el trabajo del café y el proyecto de anturios. En este aspecto Acuña (2009) señala que la estructura organizativa de la unidad doméstica campesina obedece a ciertas pautas culturales y se caracteriza por una marcada dominación de la figura masculina, que determina muchas de las acciones que el grupo desempeñará. De ahí que este rol construido y reproducido socialmente entre en conflicto cuando se plantean nuevas funciones en el papel de la mujer. Esto sucedió en el grupo estudiado, pero las mujeres resolvieron el conflicto mediante el diálogo, concientizando a la familia con el apoyo de los promotores, llegando a acuerdos y demostrado tener resultados en lo económico y personal. Con la finalidad de conocer el grado de sustentabilidad que ha logrado el proceso educativo del grupo de mujeres productoras de anturio, se presentan en la Figura 3, las ocho categorías consideradas en la evaluación integral que se realizó a dicho grupo dentro de un marco de sustentabilidad.

Participación De acuerdo a la evaluación realizada, el grado de participación con el que fue conducido el proceso educativo fue alto (>0.66). Esto se relaciona con el enfoque y metodologías participativas implementadas por la instancia promotora, los promotores y el involucramiento alcanzado por el grupo. En la entrevista, las mujeres expresaron que la idea del proyecto surgió de ellas: “por el gusto que tienen por las flores”. También reconocieron que durante la gestión

que hizo la UGOCP para la obtención de financiamiento, la organización siempre les informaba, consideraba su opinión, participan en comisiones y en torno al proyecto ellas tomaban las decisiones. Igualmente, externaron que la promotora siempre las motiva a que intercambien experiencias con otros grupos, y a mantener una actitud cooperativa y negociadora. En este sentido existe congruencia con lo expresado por el representante de la UGOCP, quien considera que “la participación es la parte fundamental, ya que sin ésta no es posible la organización y la apropiación del proyecto”. El enfoque participativo es un elemento importante para la consolidación del trabajo colectivo y empoderamiento como grupo (Fals-Borda, 1988) y su efectividad se relaciona con la participación genuina alcanzada en el proceso (Pretty, 1995; García, 2006). Contribución económica, ecológica y social del proyecto productivo El grado de sustentabilidad del proyecto productivo en el aspecto económico, ecológico y social, fue alto (> 0.66). En lo que concierne al aspecto económico, la promotora asignó el máximo valor (1.0) pues mencionó que se obtienen buenos ingresos y que la nueva tecnología ha permitido incrementar la producción, reducir costos y mejorar la calidad de las plantas. Sin embargo, el grupo de mujeres opinaron que si bien han mejorado su situación económica, consideran que requieren ampliar el proyecto para incrementar su producción para poder incorporarse a nuevos mercados y obtener mayores ingresos. En el aspecto ecológico, se prioriza el uso de abonos orgánicos y el control de plagas por medios alternativos como las infusiones de plantas, minimizando con ello la aplicación de agroquímicos. Con la instalación de riego por aspersión, se logró más eficiencia en el uso de agua, menor incidencia de enfermedades y plagas, reducción de la carga de trabajo y mejoramiento de la calidad de planta. Al ahondar en el impacto social, explicaron que en estos pequeños espacios se ha generado autoempleo, que las actividades no son excesivas para las mujeres, lo que ha permitido su empoderamiento y además han motivado a que se formen otros grupos para producir anturios: uno mixto y otros tres integrados por mujeres en las comunidades del Crucero de Zapata, Zacamitla, Nevería y en la cabecera municipal respectivamente. Es un hecho que estos pequeños espacios abren la posibilidad de reforzar el papel protagónico de las mujeres (Tuñón, 1999), pero además constituyen un medio para la generación de otros procesos autogestivos por imitación. Autonomía En esta categoría se evalúa que el proyecto no establezca una dependencia permanente del financiamiento externo o promotor, que ponga en riesgo la continuidad del mismo. En este sentido, la promotora calificó con un valor medio (< 0.66 > 0.33) el grado de autonomía, mientras el grupo de mujeres le asignó un valor alto (> 0.66). Hay que señalar que el proyecto tiene la limitante de requerir de apoyo económico para el establecimiento de la infraestructura y adquisición de planta de calidad, pues dada la condición socio-económica precaria de las participantes no es posible realizarlo con recursos propios. El grupo de mujeres en este caso, lograron obtener financiamiento a través del apoyo y gestión de la UGOCP en dos ocasiones, una para el establecimiento de una unidad productiva y otra para su ampliación. La promotora comenta que según la corrida financiera el proyecto tiene 7 años de vida, de los cuales 3 son para recuperar la inversión y los restantes para obtener ganancias; de manera que no son necesarios apoyos posteriores. En lo que referente a la capacitación técnica, el grupo contó con el apoyo técnico del Instituto Veracruzano para el Desarrollo Rural (INVEDER), logrando adquirir los conocimientos necesarios para manejar adecuadamente el cultivo; aunque también han recurrido al apoyo del Colegio de Posgraduados y el Centro de Capacitación Agropecuaria y Forestal, A.C. (CECAF) para resolver dudas.

Desempeño organizacional Se evaluó el cumplimiento de la misión, objetivos y metas planteadas por el grupo beneficiario, así como si operaban con eficiencia. Además debe tenerse en cuenta que la innovación, la adaptabilidad y la orientación al cambio son variables que apuntan a asegurar que la organización pueda sobrevivir con el tiempo (Lusthaus et al., 2002). En este sentido, el desempeño organizacional del grupo de mujeres productoras de anturio resultó ser alto (>0.66). En esta categoría el grupo consideró haber cumplido con los objetivos planteados al inicio, inclusive superaron sus expectativas dado que han construido más naves de producción de las que se propusieron. Apuntaron que ahora no dependen en su totalidad del cultivo de café pues con la producción de anturios tienen otra fuente de ingreso. Por su parte la promotora, sin desmerecer el trabajo alcanzado, expresó que se tiene aún el reto de formar cooperativas y una comercializadora que permita un mayor control en el mercado y se trabaja en esta dirección. Enfatiza que dentro de los beneficios cualitativos logrados en estos proyectos “se ha elevado la autoestima de las mujeres, tienen más aplomo, más decisión, han crecido como personas y como mujeres se han empoderado”. En ese sentido las mujeres tuvieron una actitud para innovar, adaptarse a las nuevas dinámicas que conlleva la producción, mantenimiento y comercialización de las plantas de anturio y están planteando nuevas metas. Capacidad organizacional Esta categoría se refiere a la habilidad que ha tenido el grupo para utilizar sus recursos en la realización de actividades. De ahí la importancia de los vínculos con otras organizaciones. También se toma en consideración la existencia y la construcción de capacidades, el tipo de liderazgo y la estructura alcanzada (Lusthaus et al., 2002). Con base a lo anterior, la capacidad organizacional del grupo de mujeres resultó ser alta (>0.66), aunque no con el máximo valor. El grupo de mujeres ha funcionado por casi siete años como organización no formal, por lo mismo, no existe una estructura organizacional, ni normatividad escrita. Sin embargo, llevan registros sobre el control de la venta de planta, gastos y precios. Las mujeres han mostrado la capacidad de hacer ajustes a la organización para el trabajo. En los primeros años tenían la idea que todas debían participar en las actividades que demandaba el proyecto, pero aprendieron que de esta forma de organizarse no les traía resultados. El grupo aprendió a reconocer las capacidades de cada una de sus integrantes y en función de estas, se re-organizaron y dividieron el trabajo en forma más eficiente. Por ejemplo, el día de corte de la flor de anturio, una mujeres se encargan de seleccionar la flor, otras miden “la espata” (hoja) para su clasificación, otra anota la variedad de la flor y cantidad de flor cortada. La más observadora se encarga de estar pendiente de la presencia de plagas o enfermedades en los cultivos, así como hay quien se encarga de salir a buscar mercados, y cuando se requiere la participación de todas “le entran parejo al trabajo”. El liderazgo en el grupo de mujeres es compartido y lo define: la acción a desarrollar, habilidades y capacidades de sus integrantes. De ahí que la promotora mencione: “el liderazgo está bien definido y este se respeta”. El trabajo del grupo se sustenta en valores entendidos, en acuerdos que han construido con el tiempo, basados en la comunicación, el dialogo, la confianza y las relaciones familiares. Actualmente están realizando trámites para constituirse formalmente como cooperativa que lleva por nombre “Veracruzanitas en lucha”, con el acompañamiento de sus promotores y tres grupos más. Los vínculos que establecen se generan por medio de AUGE-UGOCP, sin embargo, el grupo ha tenido iniciativas propias, por ejemplo, la búsqueda de nuevos canales para la comercialización en la región. Capacitación Para evaluar esta categoría se tomó en cuenta la orientación de la capacitación, el enfoque y áreas de atención en el desarrollo de capacidades del grupo, obteniendo una valoración alta (>0.66). Esto responde a que durante el proceso educativo se alternó el aspecto técnicoproductivo y de organización, aunque sólo tres de las integrantes son las que asisten con

regularidad a la capacitaciones que promueven sus promotores a través de AUGE, UGOCP, instituciones educativas como la Universidad Autónoma Chapingo, el Colegio de Postgraduados y otros programas de Gobierno. Es importante señalar que del grupo, cinco mujeres cuentan con primaria y una con grado de estudio de secundaria, recayendo en ella la responsabilidad de todo lo relacionado con trámites administrativos. Este proceso educativo se ha conducido con un enfoque integral, pues también se prestó atención al aspecto técnico, donde se les capacitó en el cultivo del anturio y en la elaboración de arreglos florales. Otras actividades de capacitación fueron las pláticas y talleres participativos sobre la conservación de los recursos, promovidas por la UGOCP con apoyo de otras instituciones. Tanto UGOCP, como AUGE han fortalecido los aspectos de desarrollo humano y personal a través de talleres de autoestima, violencia intrafamiliar, género, salud y soberanía alimentaria, entre otros. En la entrevista focal, las mujeres expresaron que antes no asistían a capacitación y cursos, pero ahora se dan cuenta de que esta actividad educativa les ha servido porque sienten mayor confianza y capacidad para solucionar los problemas, además los talleres de reflexión les han permitido valorarse como personas y mujeres. Como se ha podido constatar en otras experiencias con mujeres campesinas, el enfoque de género y el enfoque integral son fundamentales en los procesos de empoderamiento (Martínez, 1999; Rodríguez, 2007). CONCLUSIONES La sistematización de la experiencia metodológica dirigida al grupo de mujeres campesinas de la localidad del Crucero de Zapata del Municipio de Ixhuatlán del Café, Ver., permitió con la complementación de los métodos cualitativo y cuantitativo identificar, analizar y caracterizar los factores que influyeron en el grado de orientación hacia la sustentabilidad del proyecto productivo. El enfoque participativo que promovió una real autogestión, empoderamiento y apropiación del proyecto fue uno de los factores que estuvo presente a lo largo de este proceso, y que determinó que las prácticas metodológicas implementadas por el agente promotor lograran una participación real del grupo de mujeres. El enfoque género y desarrollo humano con orientación a la construcción de organizaciones igualmente coadyuvaron de manera significativa a generar cambios favorables en lo individual, grupal y familiar. En el trabajo complementario desarrollado por las instituciones promotoras (UGOCP-AUGE) se identifican que los componentes metodológicos utilizados fueron: innovación tecnológica, capacitación integral, fortalecimiento organizacional y cambio cultural. La integración de estos cuatro componentes bajo estos enfoques posibilitaron la autogestión y empoderamiento del grupo beneficiario, así como la consolidación del proyecto productivo. A lo largo de este proceso educativo se logra un enriquecimiento conjunto entre el grupo, el promotor y la instancia institucional. AGRADECIMIENTOS Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) por el apoyo otorgado a través de la beca de doctorado. A los productores(as) de Ixhuatlán del Café, Ver., y UGOCP por las facilidades otorgadas. LITERATURA CITADA Acuña R., O. 2009. Cafetaleras de la Mixteca oaxaqueña ¿Desarrollo con mirada de mujer? [citado 2009 Mar 18]. http://www.pa.gob.mx/publica/cd_estudios/Paginas/autores/acu%F1a%20rodarte%20olivia%20c afetaleras%20de%20la%20mixteca.pdf

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