Fabiola Hernández. Venezuela

Fabiola Hernández Entrevista realizada por Rafael de J. Castellano O.* Venezuela Si sientes pasión por la naturaleza, por conocer el porqué de las c...
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Fabiola Hernández Entrevista realizada por Rafael de J. Castellano O.*

Venezuela

Si sientes pasión por la naturaleza, por conocer el porqué de las cosas, por entender el lenguaje del universo, no lo pienses mucho: eres una científica nata

Su admiración por el cielo y el deseo vehemente por saber el porqué de las cosas, la condujo hacia la ciencia y especialmente a la astronomía. Aunque se considera una joven científica, su anhelo es alcanzar el desarrollo óptimo de su modelo de síntesis de poblaciones estelares. De niña, nunca pasó por su mente llegar a ser astrónoma, sin embargo, siempre sintió una gran inclinación hacia la ciencia. Al ser sólo una adolescente, se encontró por primera vez con la Física como carrera profesional y supo que eso era lo que quería estudiar. Más adelante, decidió mudarse de su núcleo familiar para alcanzar su meta: graduarse como física y ser astrónoma. Desde el primer momento que llegó a la Fundación Centro de Investigaciones de Astronomía “Francisco J. Duarte” (CIDA), supo que en esa área era en lo que quería trabajar. Ahora, desde hace poco tiempo, forma parte de un equipo de científicos que día a día hace ciencia desde el norte de América del Sur para el mundo.

* Periodista del CIDA, formó parte del equipo editorial de la colección de Fascículos de Astronomía para Niños “Un Instante en el Universo”. Ha ejercido la profesión desde hace más de 20 años para varios periódicos nacionales y regionales.

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Fabiola Hernández con su esposo, el Dr. Elvis Lacruz.

Con 31 años de edad, la doctora Fabiola Carolina Hernández es quizás una de las astrónomas más jóvenes con las que cuenta el país. Entre sus metas figura desarrollar en su propio país lo que pudiera hacer en cualquier parte del mundo: alcanzar el desarrollo óptimo de su modelo de síntesis de poblaciones estelares. Para ella siempre hay cosas nuevas que surgen, pero la idea es no quedarse atrás, sino seguir avanzando.

¿Qué experiencias en la niñez estimularon tu interés por la ciencia? Bueno, quizás la única experiencia consciente que recuerdo de cuando era niña fue el escuchar a mis padres –que son médicos– conversar sobre términos de medicina que para un niño es complicado entender, y es algo que siempre me llamó la atención. Siempre me preguntaba el significado de las palabras y qué querían decir. Cuando era pequeña nunca me atrajo observar el cielo porque nací en una ciudad industrializada y contaminada, donde se hace muy difícil visualizar las estrellas: Maracaibo, estado Zulia, región petrolera de Venezuela. Dada la gran contaminación en el ambiente que produce la industria petrolera y la contaminación lumínica que tiene la ciudad –que es una de las

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regiones más importantes y más pobladas del país–, mirar al cielo y ver las estrellas no es parte de la cultura de la población. Sin embargo, recuerdo que mi madre siempre nos juntaba a mí y a mis cuatro hermanos menores para ver los que probablemente hayan sido los únicos fenómenos astronómicos que se podían observar: los eclipses de Luna, incluso a altas horas de la noche. En especial, recuerdo el eclipse total de Sol que hubo en mi ciudad en 1998. Fue un espectáculo que nunca se borrará de mi mente y que tuve la suerte de ver. A veces también hacíamos el intento de observar las lluvias de estrellas, pero era complicado porque casi no se veían. A pesar de esto, durante mi infancia nunca tuve una inclinación por la astronomía, aunque siempre me llamó la atención saber el porqué de las cosas, me gustó conocer lo que hay detrás de lo que se ve a simple vista, que parece imperceptible, pero que está allí presente.

¿Cuál era tu materia favorita durante la escuela y qué te gustaba hacer en tu tiempo libre cuando eras una niña? Mis materias favoritas, sobre todo en el liceo, eran Biología y Física. Me gustaba investigar y leer del tema en varios libros para sacar las ideas principales y conclusiones. Además, tenía una gran ayuda extra que era mi madre, a quien le preguntaba cosas de Medicina y Anatomía. También me gustaba Castellano y Literatura; siempre me ha gustado la lectura. Cuando no estaba haciendo mis deberes, utilizaba mi tiempo libre para jugar con mis hermanos o ayudarlos en sus tareas. También me gustaba dibujar en lápiz, acuarela y crayones de color –me encantaba coleccionarlos de todos los colores y tenía muchos cuadernos de dibujo. ¿Por qué entraste a una carrera científica? Tan pronto me enteré de que existían las carreras científicas, decidí estudiar Física; mientras estudiaba, me di cuenta de que satisfacía mi curiosidad de saber e investigar. Así ingresé en La Universidad del Zulia (LUZ). Al poco tiempo asistí a una escuela en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes (ULA) en Mérida, Venezuela, llamada “Escuela La Hechicera: Campos, Relatividad y Astrofísica”, en la que participé cuando estaba en el segundo semestre y uno de los cursos era dedicado a la Astrofísica, lo cual me gustó muchísimo y, de hecho, la persona que dio esa clase, muchos años después, sin planearlo, terminó siendo mi tutor de licenciatura y doctorado: el Dr. Gustavo Bruzual, un venezolano quien, gracias a su trabajo, es uno de los científicos dedicados a la Astronomía más importantes y más citados en el mundo. Luego visité por vez primera el Observatorio Astronómico Nacional (OAN) de Llano del Hato, que administra el CIDA. Después de esa experiencia, a mitad de la carrera, cursé una materia llamada Termodinámica con el Dr. Néstor Sánchez, quien era integrante del Laboratorio de Astrofísica de LUZ. Así ingresé en esta área.

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Comencé a trabajar con la profesora Jeanette Stock, hija de quien instaló el OAN: el Dr. Jürgen Stock. La profesora Stock me aconsejó que fuera al CIDA a realizar pasantías, donde trabajé con el Dr. César Briceño, quien desde entonces y hasta el momento me ha brindado su apoyo académico y profesional, al igual que toda la planta de investigadores de esta institución científica. Más adelante hice la tesis de licenciatura con el Dr. Gustavo Bruzual, co-tutoreada por la profesora Jeanette Stock. En este momento comencé a especializarme en el área de la astronomía extragaláctica, particularmente en una clase de galaxias: las elípticas. Al graduarme de licenciada en Física decidí continuar con mis estudios de cuarto nivel. Así, en 2008 comencé la maestría en Física en la Universidad de Los Andes, en la ciudad de Mérida, Venezuela, continuando luego con el doctorado en Física. En esta misma universidad terminé, en diciembre de 2013, mi carrera profesional obteniendo, con un promedio de 20 puntos (la nota máxima) y con mención honorífica por mi tesis, el título de doctora en Física Fundamental. Durante toda mi carrera, y hasta el día de hoy, he tenido la suerte de trabajar con una de las figuras más importantes en la historia de la Astronomía, quien, además de tener una excelente calidad humana, me ha brindado su apoyo profesional: el Dr. Gustavo Bruzual.

¿En tu familia hay alguien en especial que te haya alentado a una carrera científica? En realidad no recuerdo que alguien en mi familia me haya inculcado a estudiar ciencias. Sin embargo, las personas de mi familia se caracterizan por ser muy cultas y trabajadoras. Desde niña me inculcaron el hábito de la lectura, también me enseñaron a querer el arte y la música. Creo que todos esos factores, en conjunto, estimulan a las personas desde muy jóvenes a desarrollar una inclinación particular por el arte y las ciencias. También es posible que el ambiente familiar, principalmente las conversaciones sobre términos médicos científicos, propiciado por mis padres nos hayan influenciado tanto a mí como a mis hermanos a estudiar carreras científicas. Soy la mayor de cinco hermanos y tres de nosotros estudiamos carreras científicas (Física, Química y Biología), otro es ingeniero y la menor está por terminar su carrera en veterinaria.

En cuanto a tus profesores, ¿podrías nombrar uno que haya sido crucial para decidirte a continuar con la ciencia? En general, todos. Estudié en un liceo que es muy bueno y todos mis profesores aportaron su granito de arena en mi educación básica y diversificada. Siempre me gustó investigar. Durante mis estudios de bachillerato y universitario fui una estudiante promedio, es decir, no me destacaba más que los demás; sin embargo, siempre traté de ser constante y llevar mis materias al día. Durante la carrera de Física hubo varias materias que me gustaron como la mecánica newtoniana, mecánica clásica y la dinámica de fluidos, estas son materias básicas de

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la Astronomía. También la física moderna que se ha desarrollado desde comienzos del siglo pasado y explica todas las condiciones e incluso los procesos bajo los cuales las estrellas irradian energía. La astrofísica como tal me llamó la atención, porque tiene como base las leyes y teorías fundamentales de la Física expresadas a través del maravilloso lenguaje de las Matemáticas.

¿Por qué consideras importante que las mujeres entren a la ciencia? Particularmente no creo que la ciencia necesite especialmente a mujeres. La ciencias necesita personas sin distinción de sexo, ideología o raza que de verdad quieran hacer aportes importantes a la ciencia, que se ocupen de ella, quieran y sepan por qué es indispensable para la humanidad el desarrollo científico. Sé que históricamente a las mujeres se les ha relevado su posición no solo en la ciencia, sino en la sociedad en general. Hoy día, aún existe esa discriminación en algunos países o sectores a pesar de que se han hecho muchos esfuerzos por erradicarla. Ahí es donde veo la importancia de que las mujeres, que por mucho tiempo hemos sido excluidas de la sociedad, comencemos a imponernos como signo de igualdad en la ciencia, en el arte, en la literatura y en los sectores importantes de la sociedad.

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Afortunadamente, en mi país nunca me he sentido discriminada por ser mujer y tal condición, hasta el momento, no me ha impedido alcanzar mis metas y lograr mis aspiraciones.

¿Han influido las dificultades económicas en el desempeño de tu carrera como estudiante o investigadora? Las condiciones económicas influyen en el desempeño de las personas y no soy una excepción. No soy rica de cuna y vivimos en un país que está en vías de desarrollo, que por esa condición tiene dificultades más grandes para hacer inversiones en proyectos científicos comparados con los países desarrollados. Sin embargo, no es imposible. Durante mi carrera he sido becada por instituciones públicas, mi doctorado ha sido enteramente financiado por el CIDA, que además es un ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Innovación, por tanto, el financiamiento de mi educación profesional ha sido del Gobierno de Venezuela. A pesar de que no es fácil conseguir apoyo financiero por parte de los organismos correspondientes para asistir a eventos importantes para la formación profesional de un científico, y que muchas veces las mejoras de las condiciones de trabajo (adquisición de equipo, materiales e instrumentos) es una lucha del día a día, no hay que perder el ánimo y las ganas de seguir trabajando en pro de la ciencia.

Con un grupo de colegas y estudiantes en el Observatorio Nacional de Llano del Hato.

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¿Cuál ha sido el principal obstáculo que has enfrentado en tu carrera y cómo hiciste para sobrellevarlo? El principal obstáculo que he tenido fue el hecho de separarme de las personas importantes en mi vida, es decir, de mi familia y, luego, de mi esposo. Cuando decidí especializarme en Astronomía, tuve que dejar a mis padres, hermanos y amistades en mi tierra para venirme a estudiar en otra ciudad. El apego afectivo fue uno de los muros que debí superar en su momento. Luego, cuando me casé, tuve que separarme de mi esposo por varios años para que ambos pudiéramos terminar nuestros doctorados. El apoyo incondicional que mi esposo y mi familia me han brindado ha sido la clave para enfrentar los momentos duros que inevitablemente se presentan y para aceptar las consecuencias de las decisiones que he tomado.

¿Qué consejos les daría a las mujeres para superar esos obstáculos? Lo primero que se debe hacer es estar absolutamente clara y segura de lo que se quiere. Si se tiene una meta fijada se debe luchar por lograrla y, una vez que se toma la decisión, no mirar nunca atrás, sino seguir adelante con el plan y aceptar todas las consecuencias buenas o malas que esas decisiones llevan consigo.

Ya dijiste que eres casada, ¿tienes hijos? Llevo cuatro años de casada, con el doctor en Matemáticas Elvis Lacruz, quien también desde hace poco forma parte del Departamento Científico del CIDA. No tengo hijos todavía, pero sí me gustaría tenerlos en algún momento. Durante cuatro años mi esposo estuvo haciendo su doctorado en España; mientras tanto, decidí quedarme en Venezuela para terminar mi doctorado. Fueron años duros, en los que nos valimos de la tecnología para no sentirnos tan lejos y donde lo más importante fue la confianza, el respeto y el apoyo recíproco. Hace poco que comenzamos formalmente nuestro matrimonio, así que más adelante podríamos pensar seriamente en formar una familia.

¿Crees que tener familia limita tu vida científica? No, ni tampoco viceversa. En la vida todo tiene su tiempo y hay momento para todo. A pesar de que una carrera científica requiere mucho más que cumplir un horario de trabajo, lleva consigo además un compromiso y una gran dedicación de la persona que la practica. Esto no debe pensarse ni entenderse como una limitación para hacer otras cosas que se deseen.

¿Qué recomiendas a las jóvenes científicas que pueden estar en tu misma posición? Mi consejo para ellas es que no limiten sus aspiraciones. Que luchen por sus metas y, muy importante, que no descuiden todos los aspectos de la vida diaria: la convivencia familiar, las amistades y las actividades de recreación.

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¿Cuál es el logro científico del que estás más orgullosa? Mi mayor logro científico es mi tesis doctoral. Desarrollé un modelo de síntesis de poblaciones estelares que incluyen sistemas binarios interactuantes. Estos modelos se utilizan como herramienta para predecir las propiedades físicas de los sistemas estelares a partir de cantidades observadas. Para lograr nuestro objetivo, diseñamos un código que incluyera estrellas binarias. Estas estrellas, a pesar de ser muy comunes en la naturaleza, modelarlas es muy complicado ya que, además de ajustarse a las leyes físicas, sus propiedades pueden cambiar con el tiempo debido a la interacción gravitacional de las estrellas que forman el sistema. Gracias a que en los últimos años los ingredientes estelares que se usan para realizar los modelos han avanzado, ahora es posible introducir este tipo de estrellas. Este trabajo es de constancia, hay que estar actualizado para incluir las últimas novedades que puedan impulsar el desarrollo de estos modelos. En todo el mundo existen muy pocos modelos con estrellas binarias, y es un orgullo para mí ser una de las pocas personas que trabajan en esta área.

¿Qué esperas de tu carrera en los próximos años? Este es un trabajo a largo plazo y esperaría que dentro de algunos años pudiera llenar los vacíos que todavía tiene el modelo. Por ahora tengo que trabajar para que sea de fácil acceso y uso para aquellas personas que estudian las propiedades de los sistemas estelares y necesitan saber cuál es la contribución de los sistemas binarios en la predicción de esas propiedades. Además, los modelos hay que actualizarlos constantemente a medida que los ingredientes que utilizamos para realizarlos vayan mejorando, así que es un proyecto a largo plazo en el que espero continuar trabajando en los próximos años.

¿Por qué se llaman sistemas binarios? Se denominan sistemas binarios porque es un sistema que está comprendido por dos estrellas unidas gravitatoriamente; ambas giran alrededor del centro de masa del sistema. Las estrellas que están unidas por fuerza gravitatoria pueden experimentar ciertos fenómenos que las hacen muy interesantes, por ejemplo, si las estrellas están lo suficientemente juntas pueden transferir masa de una a otra y esto cambia las propiedades físicas de ambas estrellas. También pueden llegar a fusionarse y formar una sola estrella.

¿Te gusta la enseñanza? Me gusta mucho dar clases. La educación es una carrera muy noble y hay que hacerla con mucha dedicación porque se está jugando el futuro de la nueva generación. Un niño o un joven al que se le enseñe mal, va a estar equivocado toda su vida; por eso hay que ser muy cuidadosos a la hora de impartir clases, hay que hacerlo bien y querer hacerlo. Por dos años fui preparadora (ayudante de profesor) de la materia Física I en la Univer-

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sidad del Zulia, aún sin haberme graduado. También he dado clases eventuales de Física y Matemáticas en otras universidades e institutos. Hasta ahora no tengo estudiantes de Astronomía, llevo pocos meses de haberme graduado, pero desde ya estoy involucrada en la educación. De hecho, actualmente organizo el Curso de Introducción a la Astrofísica que todos los años se imparte en el CIDA, además de que también seré profesora del curso. Eso me emociona porque espero tener pronto estudiantes y dirigir tesis en el área de la astronomía, tengo muchos proyectos que ofrecer.

Háblanos un poco sobre tu departamento científico El departamento científico del CIDA está conformado por nueve investigadores que trabajan en diferentes áreas de la Astronomía. El Dr. Carlos Abad y la Dra. Katherine Vieira trabajan en el área de la Astrometría y estudian el movimiento de las estrellas en el cielo; el Dr. Jesús Hernández y el Dr. Juan José Downes trabajan en el área de formación estelar, discos protoplanetarios y enanas marrones; el Dr. Elvis Lacruz es especialista en Astrodinámica y estudia el movimiento orbital de los

M51: Galaxias en interacción.

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objetos celestes, especialmente de satélites artificiales; la Dra. Guiliat Navas estudia las propiedades de los cuerpos menores del Sistema Solar; la Dra. Cecilia Mateu estudia la estructura y dinámica de la Vía Láctea, y la Dra. Gladis Magris y yo trabajamos en astronomía extragaláctica y modelos de síntesis de poblaciones estelares. También contamos con un grupo de estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado que trabajan en las diferentes áreas de investigación. A muchos de mis colegas los conozco desde mis inicios en la Astronomía, unos fueron mis profesores y, otros, compañeros de estudios. Todos me han apoyado durante el desarrollo de mi carrera y aún lo hacen hoy día. En el departamento reina un ambiente agradable donde todos colaboran y nos integramos más día a día, no solo en el área profesional, sino también en lo personal, porque a fin de cuentas son las personas con las que uno pasa la mayor parte del tiempo.

¿Cuál sería tu consejo para las mujeres jóvenes que quieren estudiar una carrera científica? Les aconsejo a las mujeres jóvenes que estén cursando carreras científicas o que quieran hacerlo, que no tengan miedo. La ciencia es una carrera como cualquiera otra, solo que, por lo general, es una carrera donde el motor que la mueve es la pasión. Si sienten esa pasión por la naturaleza, por conocer el porqué de las cosas, por entender el lenguaje del universo, no lo piensen mucho, son unas científicas natas. También les aconsejo no dejar u olvidar las otras cosas importantes de la vida por los estudios, como la nobleza y la humildad, son cosas que no se enseñan en ningún libro y que, sin ellas, no valen de nada mil doctorados. En resumen, como personas no podemos limitarnos a tener una rutina de vida. Piensen en la vida como un rompecabezas de muchas piezas, en donde se debe aprender a engranarlas para llevar una vida plena y satisfactoria.

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