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JUAN MANUEL BELLO LEON

EXTRANJEROS ENCASTILLA (1474-1501) Notas y documentos para el estudio de su presencia en el reino a fines del siglo XV

Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Centro de Estudios Medievales y Renacentistas de la Universidad de La Laguna

© Juan Manuel Bello León Imprime: LITOMAYPE, S.L C/. Doctor Zamenhof, 34 La Laguna - Tenerife l.S.B.N.: 84-605-1534-6 Depósito Legal: TF. 2.451194

A mis padres y hermanos AFátima

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PROLOGO La publicación de un nuevo libro de Historia es siempre motivo de alegría, ya que significa la culminación de una tarea profesional y el cumplimiento de la dimensión social de la misma. En este caso, mi alegría se ve acrecentada por dos razones: es la obra de un amigo y versa sobre un tema que ha ocupado gran parte de mi labor docente e investigadora: el comercio castellano en la Baja Edad Media. Su objetivo fundamental es contribuir al conocimiento de los extranjeros que actuan en Castilla. El mismo es abordado desde una perspectiva globalizadora, alejada del espíritu localista y del brillo de ciertos grupos; y apoyada en una amplia colección documental, de carácter misceláneo y reunida ex-profeso para ilustrar el tema. El marco cronológico abarca, a grandes rasgos, el reinado de los Reyes Católicos. Durante el mismo se produce la eclosión de la economía castellana, basada en sus amplias posibilidades productivas, en el papel directivo del Reino en el panorama político europeo y en su privilegiada posición en relación con los nuevos mercados africanos y americanos. El estudio preliminar y el corpus documental plantea los grandes temas que subyacen en toda la historiografía sobre el tema. En primer lugar, ¿estamos ante una economía "dominada" de carácter "colonial" o ante una economía rica, que cuenta con medios de pago suficientes para atraer producciones extranjeras?. La respuesta parece estar en unos términos de cambio desiguales, aunque en un sentido opuesto a los actuales. En segundo término, ¿cuál es el grado de integración de estos mercaderes?, ¿cuáles son sus relaciones entre sí, con el resto de la población y con los poderes públicos?. Desde esta perspectiva, las colonias más poderosas parecen ser las que cuentan con relaciones más antiguas, más asíduas y con mayores inversiones en el país. En tercer lugar, ¿el florecimiento económico se circunscribe a regiones marítimas? o ¿son éstas la punta de lanza de una economía cada vez más integrada, que no puede prescindir de las producciones interiores ni del poder directivo de plazas como Valladolid, Toledo o Medina?. El "nomadismo" de los mercaderes extranjeros a lo largo de los ejes que unían las fachadas cantábricas, atlánticas y mediterráneas

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del Reino apuntan a relaciones más profundas que las anudadas en torno al drenaje de productos interiores desde las "factorías" costeras. Por último, ¿cuáles son las repercusiones culturales, artísticas, diplomáticas, etc. que la presencia extranjera introducen en la vida castellana. Hacer de los mercaderes meros agentes del interés inmediato es olvidar sus inquietudes espirituales y negar su papel en el conocimiento del país, en la transmisión de ideas, en la difusión de usos y costumbres (alimentación, vestido, urbanismo ... ). La presentación del libro quedaría incompleta sin decir unas palabras de su autor. Juan Manuel Bello León es un joven, aunque veterano, investigador; formado en la Universidad de La Laguna, en la que es actualmente profesor de Historia Medieval. Sus trabajos de investigación han versado sobre dos grandes temas: la colonización del Archipiélago canario y el comercio exterior castellano. Los mismos han generado un buen número de publicaciones en revistas científicas nacionales y locales. El trabajo que ahora ve la luz se encuadra en el segundo tema y prolonga una de las facetas de su tesis doctoral "Comercio exterior y navegación atlántica en el Reino de Sevilla a fines de la Edad Media". Todo ello ha sido realizado con altura y tesón, arrostrando gran cantidad de dificultades, comenzando por la lejanía de las fuentes utilizadas. Espero que el interés de éste su primer libro en solitario abra la puerta a futuras publicaciones, que enriquezcan el panorama bibliográfico sobre el comercio castellano. Eduardo Aznar Vallejo La Laguna, octubre de 1994

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INTRODUCCION Más que presentar conocimientos indiscutibles, lo que éste libro pretende es plantear algunos problemas, sugerir hipótesis y propiciar nuevos trabajos de investigación con la esperanza de alcanzar un mejor conocimiento sobre la presencia y actividad de un reducido número de personas que en los últimos siglos de la Edad Media influyeron en muchos aspectos de la Historia de Castilla. Son los extranjeros, que desde los orígenes del reino han emigrado hacia un territorio en el que, a pesar de las dificultades comunes al resto de Europa, la recuperación económica se manifestó antes que en el resto de los países del continente. Las razones que impulsaron a ingleses, franceses, portugueses, alemanes o italianos a elegir Castilla como lugar de asentamiento no siempre son nítidas. Trataré de explicar alguna de ellas a lo largo del trabajo, pero lo que parece indudable es que desde finales del siglo XIV, tras llegar al fondo de la depresión demográfica y económica, el reino contempla el auge de una serie de fenómenos que facilitarán la llegada de un número creciente de ciudadanos de otros países. El auge demográfico, las peculiaridades del comercio exterior, basado en la exportación de una serie de productos agrarios y materias primas, fruto de una especialización en los cultivos y en la ganadería transhumante, las disponibilidades de metales preciosos, relativamente superiores a las de otros países europeos gracias a la proximidad del continente africano, los descubrimientos geográficos, donde destaca la colonización del archipiélago canario, o la propia actividad de mercenarios durante las últimas campañas de reconquista, son hechos que justifican por sí solo la atracción que ejercía Castilla a finales del medievo. A todas estas razones se unió cuando terminaba el siglo XV una de mayor trascendencia; el descubrimiento de América abrió a todos los que vivían en el reino, aunque fueran extranjeros y pese a las prohibiciones legales, las puertas de un comercio a gran escala que permitía aspirar a grandes fortunas y a un ascenso social. Antes de continuar he de decir que en éste trabajo no se consideran los casos de los súbditos procedentes de la Corona de Aragón (aragoneses, catalanes, valencianos y mallorquines) y el reino de Navarra, que en la realidad social y política de la Castilla

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de finales del siglo XV eran considerados como extranjeros; cualificación que se mantuvo más o menos vigente hasta el decreto de Nueva Planta de 1707. Su presencia en distintas regiones de Castilla está bien documentada desde el siglo XIII, estableciendose preferentemente en Sevilla, Cádiz y Málaga, lo que justificaría que dirigiera mi interés hacia ellos. Sin embargo los límites impuestos a la edición de éste trabajo y la necesidad de dedicarles una mayor atención a sus actividades, haría que me apartara de mi objetivo, que no es otro que el de tratar de analizar a aquellos extranjeros que en la actualidad son tenidos por tales en España. A ellos están especialmente dirigidos el aluvión de estudios que en la historiografía europea se pueden encontrar sobre su presencia en la Península Ibérica durante la Baja Edad Media. Son muchos los artículos y monografías que se ocupan de alguna colonia mercantil en concreto, destacando sobre todos la atención que han merecido los genoveses afincados en Andalucía 1• Sin embargo creo que hasta el momento no se ha intentado un análisis global de su presencia en el reino. Y aunque este trabajo no pretende abordar todas sus actividades si que intenta ofrecer una visión de conjunto que sirva para comenzar a calibrar mejor su papel en la sociedad de diversas regiones y ciudades castellanas. Son innumerables las fuentes que pueden hacer posible este objetivo, pero sin duda por su número y variedad son los protocolos notariales las que permiten trazar mejor el establecimiento de los extranjeros en el reino. Afortunadamente Andalucía, que fue la región que de forma más intensa y prolongada atrajo a la población foránea, cuenta con registros que se remontan a mediados del siglo XV. Sevilla, Córdoba y Jaen los han logrado conservar desde 1440 en adelante, mientras que Granada y Almería desde comienzos del siglo XVI. Sólo Cádiz, otra de las ciudades andaluzas que conoció un fuerte asentamiento de las colonias extranjeras, ha perdido los registros de ésta época. La ingente cantidad de legajos que albergan estos archivos hacen que cualquier intento para consultarlos sea dilatado y costoso, por lo que he tenido que limitar mi trabajo a los de Sevilla, ciudad como se verá representativa de lo que fue la penetración extranjera en la sociedad castellana. Además para los casos de Córdoba y Granada ya se cuenta con los trabajos de Jose Antonio García Lujan y Juan M. de la Obra Sierra, que presentan sendos corpus documentales relativos a los italianos establecidos en sus respectivas ciudades. La situación que emerge de los fondos notariales cuando se trata de analizar al extranjero estante o avencindado en Castilla es tan amplia como las propias actas que 1 Al conjunto de los mercaderes extranjeros que se establecieron en Sevilla a finales de la Edad Media dediqué uno de los capítulos de mi Tesis Doctoral, presentada en la Universidad de La Laguna el 29 de septiembre de 1992 bajo el título "Comercio exterior y navegación atlántica en el reino de Sevilla afines de la Edad Media".

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se conservan. Desde el punto de vista numérico establece quiénes son los que predominan en una determinada región y su vecindad dentro de ella; desde el económico cuáles son sus actividades, ocupaciones y patrimonio; desde el social establece las relaciones de parentesco entre ellos y con los naturales del reino. Por último, y desde el punto de vista institucional los presenta en sus cargos públicos y oficios religiosos. Con ser considerable el número de actas notariales que se encuentran en los protocolos hispalenses, la labor no podía quedarse en la consulta de todos los legajos correspondientes al siglo XV. Había que ampliarla a otros archivos, y especialmente al que ofrece mejores perspectivas para el análisis del marco general que aquí se pretende realizar. No es otro que el de Simancas, que en sus secciones del Registro del Sello y Cámara de Castilla custodian centenares de documentos en los que se recogen las reclamaciones elevadas al Consejo por robos y asaltos, las licencias de exportación de productos vedados, las cartas de naturaleza concedidas o los seguros solicitados por los extranjeros. El interés y amplitud de la documentación que se encuentra en ambas secciones ha sido siempre reconocido. Sin embargo hay dos problemas que son imposibles de salvar; en primer lugar hacer constar que en el caso de los documentos que proceden del Registro del Sello, faltan prácticamente todos los correspondientes a 1481 y 1482, y son muy pocos los anteriores a 147 5. En el caso de los procedentes de la Cámara de Castilla, señalar que fueros sus series de "Personas", "Pueblos" y "Memoriales" las que atrajeros mi atención. En los tres no son muchos los documentos en los que se menciona expresamente a un extranjero en el periodo comprendido entre 1474-1501. Es ésta última consideración otra de las carcaterísticas de éste trabajo. Me refiero a que en el mismo no se recojen aquellos documentos que hacen referencia a las negociaciones y tratados que entabla Castilla con cualquier otro reino europeo, ni aquellos que denuncian de forma general algún acto de piratería u hostilidad contra uno o varios súbditos extranjeros que no menciona. Además sería inncesario ya que éste tipo de documentos han sido publicados de forma exhaustiva en los trabajos de Luis Suárez Fernández y Antonio de la Torre. Así pués, sólo incluyo en la colección documental aquellos testimonios en los que se menciona expresamente el nombre de algún extranjero, siendo obligada la consulta de las obras de L. Suárez y A. de la Torre para comprender el marco general de las relaciones internacionales en las que se inserta la actividad de la población foránea establecida en Castilla. Otros archivos, como el Municipal de Sevilla o el Ducal de Medina Sidonia, aportan varios documentos a la colección. Cuando la labor se amplie a otras secciones del Archivo de Simancas y a otros fondos documentales locales y nacionales, se podrá enriquecer el corpus documental que aquí se presenta.

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El trabajo se estructura en dos bloques desiguales. En las breves notas que se incluyen en el primero, que pretenden servir de estudio introductorio al tema, he querido mostrar algunas de las impresiones que se deducen del análisis de la bibliografía y documentación que he encontrado para el estudio de los extranjeros en cada uno de los ámbitos geogáficos aquí propuestos. El segundo bloque, más amplio, recoge todos aquellos documentos que he localizado en distintos archivos locales y nacionales consultados en los que se menciona algún extranjero. A lo largo de casi 1.000 fichas he procurado resumir la materia tratada en cada uno de los documentos, dando una idea de su contenido, lugares, nombres de personas, etc. con el fin de hacerlos de la forma más útil posible, si bien en algunos casos esto no se ha podido realizar debido a la extensión del asunto o por las dificultades encontradas para la lectura del documento dado el estado de conservación en el que se encontraban. A la colección le he añadido un anexo (que eleva el número de fichas a 1.034) que incluye una serie de documentos anteriores a 1519 procedentes de la ya mencionada Cámara de Castilla, con la intención de presentar una muestra del panorama sobre los extranjeros que se puede encontar en ésta sección del Archivo de Simancas. Por último indicar que el trabajo se completa con las nóminas, y su correspondiente distribución geográfica, de todos aquellos extranjeros que he localizado para los años finales del siglo XV y comienzos del XVI. Dos adevertencias más. La primera es que en éste trabajo no se menciona al que quizás es el extranjero más conocido y estudiado de cuantos se hallan en Castilla a fmales del siglo XV; evidentemente me refiero al genovés Cristóbal Colón. La bibliografía dedicada al almirante alcanza tales proporciones que es inútil tratar de exponer en estas breves notas alguno de los rasgos de su personalidad. Los trabajos, entre otros, de A. Ballesteros, J. Manzano, C. Varela, y Juan Gil, me excusan en mi obligación de presentar a uno de los personajes más complejos de nuestra Historia. La segunda se refiere a los límites cronológicos, impuestos no tanto por el significado de un hecho histórico, como por los límites económicos establecidos para ésta edición. La fecha de inicio coincide con la llegada al trono castellano de Fernando e Isabel, mientras que mi intención era terminar la colección documental en 1504, año en el que tras la muerte de la reina y la creación de la Casa de la Contratación sevillana (1503) se inaugura un nuevo periodo de las relaciones comerciales, y en general económicas, de Castilla, propiciando una expansión en la llegada de población extranjera al reino. Son muchos los amigos que han hecho posible la realización de éste trabajo. Aunque he tenido oportunidad de expresarlo en otras ocasiones, no quiero dejar de decir que el interés y el apoyo que siempre he encontrado en don Eduardo Aznar constituyen el mejor aliento para mi labor. Juanto a él debo mencionar a todos aquellos

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que desde hace varios años me han obsequiado con su amistad y colaboración en mis tareas universitarias; a los profesores y becarios del departamento de Historia Medieval de Sevilla, y a los compañeros del Departamento de Historia de La Laguna, que me han enriquecido con su amistad y orientación. También merece una mención especial el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias y el Centro de Estudios Medievales y Renacentistas de la Universidad de La Laguna, sin cuyo patrocinio este estudio no vería la luz. A Fátima, para la que no encuentro palabras que puedan expresar mi gratitud.

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ESTUDIO

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- CUESTIONES DE NUMERO Y PROPORCION Estimar la importancia numérica de los extranjeros en Castilla ofrece ciertas dificultades metodológicas que no son fáciles de salvar. Por un lado la tradicional escasez de fuentes demográficas propias de los siglos medievales, por otro su constante movilidad geográfica dentro del reino, y por último su paulatina integración en la sociedad, hacen que cualquier tipo de recuento sea de escasa fiabilidad. Desde luego no existe nada parecido a las matrículas para extranjeros que se pueden encontran en los siglos posteriores, ni tampoco estimaciones de los cónsules de estas naciones (cuando existen suelen ofrecer una estimación intencionadamente exagerada) que ofrezcan una imágen real del número de sus conciudadanos. Padrones o nóminas de vecinos existen muy pocos, y cuando los hay, como en el caso de Sevilla2, el saldo que arrojan para los extranjeros es tan exiguo que el cálculo resultante hay que tomarlo con muchas reservas. Además no siempre todos los que habían conseguido su carta de naturaleza, a los que por tanto no habría que estimar como extranjeros, dejaban de ser considerados como tales por sus contemporáneos. Así pués habrá que acudir a la consulta de otras fuentes que nos permitan ofrecer una comparación con las cifras absolutas de población. Estas son las que proceden de la contratación normal efectuada ante los notarios públicos y la que nos llega a través de las reclamaciones judiciales, pleitos y litigios de todo tipo que se pueden encontrar en los archivos nacionales. Desde luego no hace falta insistir en el carácter parcial de los datos ni en la omisión de protagonistas. El notable desarrollo de los estudios de Demografía Histórica, que ha llevado a numerosos autores a ocuparse, bien de forma monográfica o como parte de trabajos más amplios, al análisis de la población castellana bajomedieval , indican, cuando es 2

El análisis de la población sel'illana en la Baja Edad Media cuenta con el magnífico estudio de Antonio COLLA TES DE TERAN: Sevilla en la Baja Edad Media. lA ciudad y sus hombres. Tras el análisis de los numerosos padrones y series documentales que existen para los años 1384-1533, el profesor Collantes sólo pudo localizar algunas relaciones parciales de 1412, 1467 ó 1473 que desde luego no reflejan, como él mismo advierte, la importancia mímerica de su presencia en la ciudad (véase págs. 214-218).

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posible conocerlas, una tendencia al crecimiento, con evidentes variaciones regionales donde la población desciende o se mantiene estacionaria3• Esos escasos datos cuantitativos indican que el amplio territorio que ocupaba la Corona de Castilla alcanzaba a finales del siglo XV una población que superaba los cuatro millones de habitantes. Comparar lo que conocemos sobre estas cifras de población con los datos que he obtenido sobre la presencia extranjera sólo permiten confirmar el exiguo número de ciudadanos de otros paises que en algún momento residieron en el reino. Una vez más se demuestra que su importada no radica en su número sino en su papel como catalizador del relanzamiento económico del reino. CUADROI EXTRANJEROS QUE ANUALMENTE SE LOCALIZAN EN CASTILLA (1474-1500) Años

1474 1475 1476 1477 1478 1479 1480 1481 1482 1483 1484 1485 1486 1487 1488 1489 1490 1491 1492 1493 1494 1495

Italia. 6

Britán. Franci.

Portug.

Fland.

Aleman. Total 6

13

11

25

3

21 17

3

27 22

4

2

3

6

21

6

13

35

2 3

13 25 24 19 21 19 98 41 37 39 51 39 93

2 3

9 1

4

1

3

2

3

2

8 6

2

6 7

6

2

2

4

44

14 1

26 28 29 24 29 27 107 58

6

3 2

5

8

2

3

55 59 48 112

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1496 1497 1498 1499 1500

26 22 58 18 71

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4 4 4 4 5

3 3

4 11

35 2

33 64 27 87

Observando el Cuadro 1 se pueden extraer algunos comentarios de carácter general que sirvan de base a futuros trabajos. Entre 1474 y 1500 el incremento en el número de extranjeros se hace evidente a medida que nos acercamos a los últimos años de la centuria4, cuando el reino había concluído su guerra contra Portugal, se realizaba el último esfuerzo en la guerra de Granada, en la que los genoveses tuvieron un papel destacado como abastecedores del ejército, o los contactos diplomáticos con Inglaterra y las repúblicas italianas, tendentes a aislar a Francia, permitieron la firma de tratados 3 En su conjunto, el antiguo reino castellano leonés, presenta una una notable escasez de fuentes suceptibles de ser utilizada.'> como base de estudios demogrdficos. Sin embargo, utilizando las cifras procedentes de los impuestos y contribuciones mds importantes de la Corona, como la alcabala, y en algunos casos los pedidos, se ha aportado mucha luz a éstos problemas. Sin duda los trabajos de Miguel Angel LADERO QUESADA: La hacienda Real de Castilla en el siglo XV. La Laguna, 1973; "La población de Andalucía en el siglo XV", en A. H. E. S. n. 11. Madrid, 1969, y los artículos recogidos en su libro El siglo XV en Castilla. Fuentes de renta y política fiscal. Barcelona, /982, los que presentan las noticias mds útiles para estudios demogrdficos. Para ampliar nuestros conocimientos, la zona mds poblada del reino, Andalucía, cuenta con numerosos estudios sobre demografía y poblamiento. Véanse los trabajos de Antonio COLLANTES DE TERAN: "Nuevas poblaciones del siglo XV en el reino de Sevilla", en C. H. n. VI/, Madrid, 1977: Antonio GONZALEZ GOMEZ: "La población de Jerez de la Frontera en el siglo XV", en las Actas dell Coloquio de Historia de Andalucfa. Códoba, 1982; el de Pierre PONSOT: "Un cas de croissance démographique précoce: la Basse- Andalousie au XV el au début du XVI siécle ", en A. D. H. 1980. Como puntos de referencia también son imprescindibles consultar los trabajos de Felipe RUIZ MARTIN: "La población española al comienzo de los tiempos modernos", en C. H. n l. Madrid, 1967; y el de Antonio DOMINGUEZ ORTIZ: "La población del reino de Sevilla en 1534 ", en C. H. n. VI/. Madrid, 1977.

"Las cifras que se ofrecen en el cuadro sólo pretenden ofrecer una estimación de su importancia numérica. En cualquier caso tengo que advertir que sólo /ds de /489, 1495 ó /498 pueden aproximarse de forma prudente a la realidad. Para el primero de esos años contamos varios documento~ excepcionales procedentes del Archivo Histórico Provincial de Sevilla en los que se registran las nóminas de los mercaderes genoveses y florentinos que se vieron obligados a prestar a la Corona casi 1.000.000 de maravedls para financiar el cerco de Baza. Para 1495 el número de documentos que he localizado supera al de otros años, lo que me permite conocer a un mímero mayor de extranjeros; y finalmente, para /498 contamos con otro documento excepcional como es la elección que hicieron los genoveses afincados en Mdlaga de su cónsul general, ofreciéndonos una amplia relación de todos los que en ese momento se encontraban en la ciudad. Quiero advertir que los datos tomados para elaborar éste cuadro proceden de la colección documental y de la bibliografía consultada, pero no de las nóminas que se ofrecen al final del estudio ya que en ellas se incluyen los extranjeros que he localizado a principios del siglo XVI. Asl mismo señalar que tampoco se incluyen los ilustres viajeros y artistas fordneos que se encuentran en Castilla durante el periodo aqul estudiado.

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como el de Medina del Campo entre las coronas castellana y británica con importantes ventajas para la liberalización del comercio y el libre tránsito de los súbditos de ambos países por sus respectivos territorios5 • Las empresas de conquista del archipiélago canario y los negocios de la colonización atrajeron a nuevos extranjeros al amparo de vinculaciones familiares o de las que les proporcionaban las distintas compañías de comercio. La proporción, que no se mantiene estable a lo largo de estos años, indica que el número total de extranjeros presentes cada año en el conjunto del reino no superaba el centenar, descendiendo a niveles muy inferiores en aquellos momentos en los que predominaban las represalias contra mercaderes foráneos debido a la guerra con Portugal o Francia. Si no podemos discernir con exactitud el ritmo de progresión en el crecimiento del número de extranjeros, si se puede afirmar que entre los que se acercan al reino destaca el predominio absoluto de los italianos, y dentro de ellos los genoveses, contabilizandose a gran distancia los ingleses y los franceses. Como ya se advierte en la introducción, Castilla no cuenta con un estudio de conjunto que analice la presencia extranjera en el reino6 , mientras que el problema de su presencia en los antiguos territorios de la Corona de Aragón se encara con mejores perspectivas gracias a los

s Las posibilidades de edición limitan cualquier tipo de estudio que trate de poner en relación la extraordinaria actividad diplomática desplegada por los Reyes Católicos con el paralelo incremento o descenso (según nacionalidades) en el mímero de extranjeros. Por otra parte la política internacional de estos reyes cuenta con magníficos trabajos debidos a lose María Doussinague, Antonio de la Torre y Luis Suárez Fernández. El primero inició una serie de obras rigurosas dedicadas a la diplomacia europea. Ante todo hay que referirse a su obra más conocida, La politica internacional de Fernando el Católico, Madrid 1944, que pone el acento en destacare/ dominio de los intereses aragoneses en las directrices a seguir por parte de los reyes. La renovación de los estudios llegó con las exhaustivas investigaciones de A. de la TORRE y L SUAREZ FERNANDEZ. Ambos publicaron los seis volúmenes de los Documentos sobre las relaciones internacionales de los Reyes Católicos, Barcelona, 1949-/966, y los tres dedicados a los Documentos referentes a las relaciones con Portugal durante el reinado de los Reyes Católicos, Valladolid, 1956-63. Al profesor Luis Suárez debemos el monumental trabajo sobre la Polltica Internacional de Isabel/a Católica, Valladolid, /965-1972. Visiones generales y buenas síntesis pueden encontrarse en los trabajos de M. A. LADERO QUESADA España en 1492, Madrid, 1978 (ver cap. IX) y en la imprescindible obra de conjunto (2 vols.) que sobre éste periodo hizo Ramón Menéndez Pida/, Juan de Mata Carriazo y el propio Luis Suárez correspondiente al tomo de la Historia de España dirigida por el primero de ellos. Una reciente recopilación bibliográfica sobre la España de los Reyes Católicos puede verse en el trabajo de María del Pilar RABADE OBRADO: "La España de los Reyes Católicos: estado de la investigación", en C. H. M. n. XIII. Universidad Complutense, 1992. 6 Sólo existen dos anículos que tratan de explicar el asentamiento de las colonias extranjeras en Castilla, diferenciando las establecidas al none del Tajo, vinculadas al desarrollo de la ruta jacobea, de los situados al sur de éste río, atraídos por factores estratégicos y económicos. Me refiero a los trabajos de lean GAUTIER DALCHE: "Les colonies étrangeres enCastille; 1 Au nord du Tege", ; y al de Julio VALDEON BARUQUE: "Las colonias extranjeras en Castilla: JI al sur del Tajo (Los italianos en Andalucía en la Baja Edad Media)", ambos en el A. E. A. n. X, Barcelona 1980.

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trabajos, entre otros, de Henry Lapeyre, Giampero Nigro, Guy Romestan o Jaqueline Guiral- Hadziiossif. La colonia italiana presente en el reino durante los años finales del siglo XV es imposible de evaluar en su número, aunque todos los testimonios documentales permiten dibujar los contornos de una actividad siempre dinámica y pujante. Las investigaciones acerca de su presencia ofrecen un panorama alentador, si bien son los genoveses los que cuentan con una bibliografía más densa8• Se caracterizan por su constante movilidad geográfica y por la participación en todo tipo de actividades comerciales, artesanales o financieras. Su evidente supremacía ha hecho que cuando se hable de italianos en la Península Ibérica se piense invariablemente en los 7 Alguno de los trabajos de los tres primeros pueden verse en el libro de Antoni FUR/0 (ed.) Valencia, un mercal medieval. Valencia, /985. De Jaqueline GU/RAL-DADZIIOSSIF véase el cap(tulo correspondien· te (cap. X) en su trabajo Valencia, puerto Mediterráneo en el siglo XV (1410-1525). Valencia, /989. 8

La expansión comercial de los genoveses en la Penfnsula Ibérica cuenta con numerosos estudios debido a autores de uno y otro lado del Mediterráneo. Desde la óptica italiana y con las fuentes procedentes de los archivos de aquel país, pueden verse los trabajos de Federigo MEUS recogidos en el libro Mercaderes italianos en España (siglos XIV-XVI). Sevilla, 1976, o los de A. BOSCOLO: "Genova e spagna nei secoli XN e XV: una nota sugli insediamenti", en Atti del! Convegno lnternazionale di Studi Colombiani, Génova 1974; y "Gii insediamenti genovesi nel Sud del/a Spagna all'epoca di Cristoforo Colombo", en Atti delll Convegno lnternazionale di Studi Colombiani, Génova, 1977. Desde España, la producción historiográfica sobre los genoveses también alcanza grande:~ proporciones. A Hipólito SANCHO DE SOPRANIS debemos uno de los primeros trabajos serios sobre la presencia genovesa en Andalucfa, "Los genoveses en la región gaditano-xericiense de 1460a 1500" en Hispania, n. XXXII, Madrid 1948, y "Los genoveses en Cádiz antes de 1600", en la revista Larache, 1939. Le siguieron los trabajos de J. E. LOPEZ DE COCA CASTAÑER: "Málaga, "colonia genovesa". Siglos X/V y XV", en C. E. M. n.l. Granada, 1973, o "Los genoveses en Málaga durante el reinado de los Reyes Católicos", en A. E. M. n. X. Barcelona, 1980. En colaboración con María Teresa LOPEZ BELTRAN publicó el art(culo "Mercaderes genoveses en Málaga ( 1487-1516). Los hermanos Centurión e Ytalian", en H. l. D.n. VII, Sevilla, /980. Es fundamental por la documentación que puso a disposición de los investigadores el artfculo de l. GONZALEZ GALLEGO: "El libro de los privilegios de la nación genovesa, en H. l. D. n. /, Sevilla, 1974. Véanse los trabajos de Manuel GONZALEZJ/M ENEZ: "Genoveses en Sevilla (siglos Xlll-XV", en Presencia italiana en Andalucía. Siglos XIV-XVII. Sevi/la,/985; el de M. A. LADERO QUESADA: "Los genoveses en Sevilla y su región (siglos Xlll-XVI): elementos de pennanencia y arraigo", publicado en Los mudéjares de Castilla y otros estudios de Historia Medieval andaluza. Granada, 1989; de éste último también "El banco de Valencia, los genoveses y la saca de moneda de oro castellana (1500-/503)", en A. E. M. n. XVII, Barcelona, /988; Jacques HEERS: "Los genoveses en la sociedad andaluza del siglo XV: orígenes, grupos, solidaridades", en Actas delll Coloquio de Historia Medieval Andaluza. Sevilla, 1982. De autores italianos, pero realizados fundamentalmente con documentación española, son los trabajos de R. ALMAGIA: "Mercanti, banchieri e amratori italiani in Siviglia nei primi decenni del seco/o XVI", en Rendiconti della R. Accademia dei Uncei, Cl di Scienze Morali, serie VI, vol. XI; Pietro GRIBAUDI: "Navigatori, banchieri e mercanti italiani nei documenti degli Archivi Notabili di Siviglia (seco/o XVI)". en Bollettino della Reale Societil Geografica Italiana. Roma, /936; y el de Anna UNALI: Mercanti e artigiani italiani a Cordova nella seconda meta del Quattrocento. Bologna, /984. A todos ellos hay que sumar el ya clásico trabajo de J. H EERS: Genes au XV siecles. Activité economique et problemes sociaux. París, /96/.

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genoveses, olvidando la capacidad comercial y el número de florentinos o venecianos que competían en los mismos ámbitos y espectros de actividad9 • Además, si examinamos más de cerca a éstas comunidades, nos daremos cuenta de que no estaban aislados en la Península, sino que forman parte de una amplia red familiar con intereses comerciales mútuos en Lisboa, Sevilla o Valencia. Los procedentes de otras regiones de Italia presentes en la sociedad castellana de finales del siglo XV son menores en número y grado de enraizamiento. Tal es el caso de los milaneses, que al igual que los genoveses poseían en Sevilla su propia lonja, conocida a través de un documento en el que se denunciaba su ocupación 10• Por motivos excepcionales, alguno de ellos, como Gabriel Carrazo y Antonio de Blanque, obtuvieron de los reyes los mismos privilegios, libertades y franquicias que disfrutaban los genoveses en el reino 11 • Por lo demás, la nómina de milaneses se limitan a tres o cuatro individuos mencionados en algunos pleitos de la segunda mitad del siglo. Lo que sabemos de los que proceden de Siena o Roma es tan escaso que apenas si podemos avanzar en el conocimiento de estos italianos en Castilla. Quizás del lado romano sobresalen, y a comienzos de la siguiente centuria, los hermanos Alonso y Blasino Inglesco, afincados en Tenerife y donde poseyeron el importante ingenio azucarero de Guímar12 • De los placentines, que también tuvieron lonja propia en Sevilla, sólo sabemos que alcanzaron cierta importancia en la segunda mitad del siglo XIV y a comienzos del XV, hasta el punto de que en un documento de 1396 se habla en pie de igualdad en relación a los genoveses 13 • Desde los primeros años del siglo XV dejan

9 Consuelo Vare/a advierte que hay que desechar aquella idea, propugnada por Federigo Melis y difundida por otros autores, según la cual una de las colonias mercantiles más importantes, la de los florentinos, acudfa en contadas ocasiones ante el escribano público para el registro de sus documentos, lo que hacía prácticamente imposible su estudio sistemático. La autora ha demostrado que las dificultades ventan por la desaparición parcial de los archivos de protocolos en las plazas mercantiles más importantes y a que el volumen de negocios era menor, por lo que generaban menos documentación. Véase Consuelo VARELA: Colón y los florentinos. Madrid, 1989.

10

R. CARANDE y J. M. CARRIAZO: Tumbo de los Reyes Católicos del concejo de Sevilla. Sevilla, /9291951. Véase tomo/, doc. n. 24- Abril de 1475 11

Simancas. R. G. S. :20-11-1486,fol. 13

12 Blasino lnglesco de Plombino obtuvo en el repartimiento de Tenerife varias suertes de tierra en distintos puntos de la isla, especialmente en el valle de La Orota va. Por estas propiedades mantuvo un pleito con Francisco de Vargas, miembro del Consejo y contador real. Véase E. AZNAR VALLEJO: Documentos ca1lllrios en el Registro del Sello (1476-1517). La Laguna, 1981, doc. n. 655 (21-X/-1505) y doc. n. 680 (30-VI/-1506).

IJ

l. GONZALEZ GAUEGO: "El libro de los privilegios... Ob. cit. doc. n. XXIX (21-V-1396).

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de aparecer en los documentos conocidos, siendo el más fiel reflejo de su desaparición el hecho de que su lonja sevillana fuera ocupada por los milaneses 14 • Si los italianos son los más numerosos, los procedentes de Inglaterra, Francia o Flandes son los primeros que se acercaron a tierras castellanas, al participar en la repoblación de villas y ciudades, donde formaron los conocidos barrios de francos, caracterizados desde un principio por las exenciones fiscales, privilegios de comercio y beneficios militares. Sin embargo estos barrios, y la presencia extranjera en ellos, han dejado escasa huella documental, quizás porque poco a poco fueron perdiendo sus funciones primitivas o quizás porque ya a comienzos del siglo XV estaban habitados por vecinos del reino que conservaban sólo unos pocos, o más bien ninguno, de los privilegios originales. Desde entonces y hasta bien entrado el siglo XV, y salvo en el caso de los peregrinos que se dirigen a Santiago de Compostela, apenas si se les vuelve a encontrar en algunos documentos, ya que su llegada seguramente no pasaba del esporádico contacto comercial en busca de algún producto o en ruta hacia el Mediterráneo. Como se puede observar en el cuadro, de entre los otros extranjeros aquí considerados, fueron los ingleses 15 (tras los italianos) los que de forma más regular llegaron a Castilla en las últimas décadas del siglo XV. Casi todos ellos aparecen en los quince años finales de la centuria, cuando las relaciones entre ambos Estados conocieron una sustancial mejora a raiz del tratado de Medina del Campo (27-ill1489). El primer reflejo en la mejora en los vínculos comerciales, incluso antes de la firma del tratado, va a ser la autorización al embajador inglés (Bemard de la Force) para poder sacar 300 cahices de trigo de Jerez y el obispado de Cádiz 16 • Sólo unos años antes los reyes habían ordenado que se actuase contra los ingleses que habían llegado a la costa andaluza con la intención de buscar a gente y pilotos que los guiasen hasta la Mina de Oro 17 • La presencia de los franceses en Castilla se vió profundamente condicionada por la inestabilidad política que conocieron las relaciones entre ambos estados durante el gobierno de los Reyes Católicos. La llamada cuestión navarra, problema causado,

14

A. M. S. Sec. la. Carp. XVI, doc. n. 2. En la escritura de venta de la lonja de los milaneses efectuada en 1480 el edificio era conocido como "lonja de los placentines y milaneses".

15 Véanse los trabajos de B. CA UNEDO DEL POTRO: La actividad de los mercaderes ingleses en Castilla (1475-1492). Universidad Autónoma de Madrid, 1984; y Wendy R. CHIWS: Anglo-Castillian Trade in the Later Middle Ages. Manchester, 1978. 16

Simancas. R. G. S.; J0-11-1484,Jol.

17

Simancas. R. G. S.: 3-Xl-1480,Jol. 81

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Extranjeros en Castilla ( /474-1501)

entre otras razones, por la crisis sucesoria tras la muerte de la reina Blanca ( 1441 ), y que se manifestó en tomo a una escalada de tensiones en el intento de controlar aquel territorio por parte de alguno de los dos grandes vecinos, la pérdida de los condados catalanes de Rosellón y Cerdaña y los intentos militares para recuperarlos 18, o la actitud del monarca francés durante la guerra de sucesión castellana, fueron algunos de los hechos que provocaron un giro en las relaciones franco-castellanas desde que se inició el reinado de Isabel y Femando 19• Las actividades piráticas, en constante aumento desde que en 1483 se consumara el matrimonio entre Ana de Bretaña y el monarca frances, no hicieron sino empañar las que ya eran unas tensas relaciones diplomáticas20 • Las sólidas alianzas que se originaron tras la llegada al trono de la dinastía Tratamara se ven ahora perturbadas por una violencia de la que no se pueden sustraer todos aquellos franceses que tratan de acercarse a Castilla. Así pues no es de extrañar, según la documentación manejada, que los vecinos del norte no contasen con numerosos efectivos en el reino. De todos ellos parece que fueron los bretones, especialmente por su presencia en los puertos del norte y en la villa de Sanlúcar de Barrameda, los que mantuvieron una actividad más estable. Junto a los que proceden del ducado se sitúan los que envía Marsella, que por razones evidentes también se localizan en los puntos ligados a la actividad comercial. Comparados con otros estranjeros, son pocos los nombres conocidos de la colonia flamenca y alemana residentes en Castilla a finales del siglo XV 21 • Antes de continuar quizás convendría advertir que la clara diferencia que hoy encontramos entre los procedentes de una u otra región no lo era tanto para los castellanos de la época, ya que no es difícil que bajo la denominación genérica de flamenco se incluyan a los naturales de Flandes y a los provinientes de las regiones alemanas limítrofes. En 18 He tratado de estudiar alguna de las repercusiones de éste conflicto en mi trabajo "Andalucía en el abastecimiento del ejército durante la defensa del Rosellón (1495-1503)", próximo a publicarse En la España Medieval, n. 17. Universidad Complutense, 1994. 19 Un buen ejemplo lo constituye el caso del pirata francés al que los documentos llaman Colón (Casenm•e Coulon), capitán al servicio del rey de Francia que no duda en bloquear Fuenterrabía a comienzos de 1476 o en atacar a todas las naves castellanas o que partían de cualquier puerto del reino. Véase el trabajo de L SUAREZ FERNANDEZ: La España de los Reyes Católicos (1474-1516). En Historia de España Tomo XVI/ (Dr. Ramón Menéndez Pida/), Madrid, 1969. Vol. J. cap. IV, págs. /97-/99.

20

Algunos ejemplos de estos ataques en Simancas. R. G. S.: 4-X-/483,fol. 233; 5-XJJ-/483,fol. 107: /OXI/- /483,fol. 122:28-1/-/484,fol. 142; 28-V- /484,fol. 47:31-VI/- /490,fol. 180. Uno de los enfrentamientos entre castellanos y franceses, en éste caso bretones, que Ira dejado mayor lruel/a documental fue el que enfrentó a Juan de Arbolanclra contra los naturales del ducado. El asunto se saldó con el acuerdo entre éstos y Arbolanclra, mediante el cual se establecía el pago de 3 maravedís por cada /00 de/total del valor de lo que descargasen en cualquier puerto castellano. Véase el texto del acuerdo en Simancas. R. G. S.: 24J-/489,fol. 381 y 8-VJJ-/490,fol. 197.

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cualquier caso parece que fue más frecuente que los castellanos y los provinientes de Alemania o Aandes se encontrasen en Nantes, La Rochelle u otros puertos en la ruta hacia los Países Bajos, de tal forma que sólo en aquellos casos en los que la demanda hanseática no se pudiera cubrir con la producción de la costa atlántica francesa, los oriundos de aquellas regiones descienden hasta Vizcaya, Galicia o Sevilla. Y aunque los miembros de la Liga Hanseática menudeaban por España desde finales del siglo XIV, lo cierto es que su presencia es relativamente tardía y sin la notoriedad que llegaron a alcanzar cuando a principios del siglo XVI intervino en los negocios y la política del reino la potente compañía de los Welser. Además, y como también sucedía con los franceses, la presencia de los germanos se vió mediatizada por la piratería y por la transgresión de los acuerdos a los que llegaban el rey de Castilla y los gobernantes flamencos y alemanes. Contrariamente a lo que pudiera parecer la presencia de los portugueses en Castilla es tan desconocida como la de los castellanos en Portugal. Se ha dado preferencia a la historia diplomática y política , quedando un tanto olvidado las relaciones más cotidianas que llevaron a los habitantes de ambos pueblos a encontrarse diariamente en la frontera 22 • Y es quizás esa amplia frontera terrestre la que explica el escaso arraigo que los portugueses tuvieron en el reino, ya que a diferencia de otras colonias extranjeras no tuvieron la necesidad de afincarse en las principales ciudades, puesto que la cercanía de la frontera permitía mantener los contactos comerciales sin necesidad de trasladarse con sus bienes y familia. También es verdad que el estado latente de guerra o la abierta hostilidad entre ambos Estados dificultaban cualquier intento de organizar la vida durante largo tiempo en alguno de los dos países.

21

La presencia y actividad de los flamencos y alemanes en la Castilla del siglo XV parece que nunca alcanzó los niveles que sus conciudadanos tuvieron en Portugal, y especialmente en Lisboa. Tanto unos como otros obtuvieron de los reyes portugueses sucesivos privilegios que les pennitió organizar hermandades y cofradías destinadas a proteger y defender sus intereses. Véase A. H. OL/VEIRA MARQUES; Hansa e Portugal na ldade M~dia. Lisboa, /993 (2a ed.). Aunque para un periodo posterior ver también María Valentina COITA DO AMARAL: Privilégios de mercadores estrangeiros no reinado de D. Joao 111. Lisboa, /966. Pueden verse una copia de alguno de estos privilegios en el M. N. Colee. FERNANDEZ NAVARRETE. Tomo XXIII- "Privilegios concedidos por los señores reyes de Portugal a los mercaderes alemanes, flamencos y demás extranjeros residentes en la ciudad de Lisboa, desde el año 1452 hasta 1589 ". De las relaciones económicas y culturales entre España, Flandes y Alemania durante la Edad Media se han ocupado, entre otros los siguientes autores: Ju/es FINOT: Études historique sur les relations commerciales entre la Flandre et I'Espagne au M oyen Age. París, 1899; Charles VERLINDEN: "El comercio de paños flamencos y brabanzones en España durante los siglos XIII y XIV", en B. R. A. H. 11. 130. Madrid, 1952; Hermann KEUENBENZ: "Las relaciones económicas y culturales entre Espatia y Alemania meridional alrededor de 1500", en A. E. M. n. X, Barcelona, 1980; Simone ABRAHAM-TH/SSE: "Les relations Hispano-Hanséates a u Bas Moyen Age ", en En la España Medieval, n. 14 y 15. Universidad Complutense, 1991-1992

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-SEGUROS Y NATURALIZACIONES En una época en la que las represalias contra los extranjeros no era una excepción en los comportamientos sociales, no era extraño que aquellos acudieran a los monarcas con la intención de solicitar su protección. En toda Europa, peregrinos, mercaderes o navegantes se movían al amparo de unas cartas que les permitían negociar con relativa libertad, garantizandoles protección contra detenciones arbitrarias o confiscaciones de bienes. La Corona fue siempre consciente de que para fomentar las relaciones comerciales se hacía necesario proteger de alguna forma a los mercaderes extranjeros. Desde Alfonso X se les concedió la posibilidad de andar "salvos y seguros", eximiendoles del pago de derechos por el uso de los objetos personales y autorizándoles a exportar meJ;"cancía por igual valor a la que hubiesen importado23 • El Ordenamiento de Alcalá que decretó la inembargabilidad de los navíos extranjeros, o los propios títulos de las Ordenanzas y Fueros que se concedieron a los distintos lugares que se iban repoblando establecieron disposiciones en ese

22 Los estudios que se han dedicado a la presencia de los portugueses en el reino prestan mayor atención a su actividad durante los siglos XVI o XVII que en lo que a la Edad Media se refiere. Véanse los trabajos de Robert RICARD: "Lesfacteurs portugais d'Andalousie ",publicado en Ler sources inédites de l'histoire du Maroc. Tomo// (2a Parte). París, 1946; H. SANCHO DE SOPRANIS: La colonia portuguesa del Puerto de Santa Marúl (siglo XVI). Notas y documentos inéditos. Jerez de la Frontera, 1940; Virginia RAU: "Notas sobre os feitores portugueses na Andaluzia no século XV", en Estudios de Historia Medieval. Lisboa, 1986; T. GARC/A F/GUERAS: "Los factores portugueses en Andalucía en el siglo XVI. Un aspecto de las relaciones entre Andalucfa la Baja y el Mogreb", en Archivo Hispalense, n. XX//J-XX/V, Sevilla 1947; M. Henrique CORTE-REAL: A feitoria portuguesa na Andaluzja (1500-1532). Lisboa, 1937; E. AZNAR VALLEJO y M. BORRERO FERNANDEZ: "Las relaciones comerciales entre la Andalucfa Bética y los Archipiélagos portugueses", en Actas das 11 Jornadas Luso-Espanholas de Hist6ria Medieval. Vol. /1. Porto, 1987. El profesor Alfonso FRANCO SILVA en su trabajo La esclllvitud en Sevilla y su tierra afines de 1ll Edad Media, Sevilla 1979, ofrece una nómina de mercaderes portugueses (casi todos procedentes de Tavira o Lisboa) que a finales del siglo XV y comienzos del XVI vendieron o compraron esclavos en la ciudad. Estan mejor estudiadas las relaciones políticas y estrictamente comerciales. Sus frutos pueden verse en los trabajos de L SUAREZ FERNANDEZ: Relaciones entre Portugal y Castillll en 1ll época del infante D. Enrique (1393-1460). Madrid, 1960; F. PEREZ EMB/D: Los descubrimientos en el Atlántico hasta el Tratado de Tordesilllls. Sevilla, 1948; del mismo autor La frontera entre los reinos de Sevillll y Portugal. Sevilla, 1975; M. GONZALEZJ/MENEZ: "Conflictos fronterizos en la Sierra de Aroche. El pleito de Barrencos ( 1493 )", en Actas das 1 Jornadas de Hist6ria Medieval do Algarve e Andaluzia. Loulé, 1987; D. RODRIGUEZ BLANCO: "Las relaciones fronterizas entre Portugal y la Corona de Castilla. El caso de Extremadura ", en Actas das 11 Jornadas Luso-Espanholas de Hist6ria Medieval. Vol. l. Porto, /987. 21 Las Siete Partidas del Rey don Alfonso (ed.facsímil, Madrid 1974). Véase Partidas V. Título VI/, ley IV. Maria del Cannen CARLE en su trabajo "Mercaderes en Castilla (1252-1512", C. H. E. n. XXI-XX//, Buenos Aires, 1954, ofrece la transcripción de un documento de Alfonso X ( 13 de noviembre, era de 1319) en el que se recogen una serie de privilegios y seguros dados a los mercaderes que viniesen con sus productos al reino (véase págs. 233-234).

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sentido24 • Para reforzar las garantías de seguridad los tratados internacionales y las alianzas firmadas entre los monarcas de distintos países suelen recoger de forma más o menos implícita algún capítulo dedicado a los derechos y obligaciones de los súbditos asentados en el territorio de los otros. Sin embargo todos los preceptos legales no eran suficientes cuando el extranjero sentía el temor, infundido o real, de que se podían encontrar con muchos obstáculos en el desarrolo de su actividad. Ante el recelo por la arbitraria aplicación de una carta de marca y represalia, o el miedo a la violencia de algún señor que no dudaba en confiscar sus cargamentos cuando atravesaban sus dominios, el extranjero no duda en solicitar al rey una carta de seguro.

CUADRO U EXTRANJEROS ASEGURADOS EN EL PERIODO 1475-1500 Años Asegurados

1475 1477 1478 1480 1483 1484 1485 1486 1487 1488 1489 1490 1491 1492 1493 1494

Itali.

Porto.

6 3

4

Ingle.

9 lO

6 3 2 2 3 3 9 9 16 16 7 6 7 4

Franc. 1

Fland. 8

3

2

2 2 1 3 3 12 6 6

2

8 4

2

4 4

6

6

5

1 3

u En algunas de las cartas de seguro concedidas, como la entregada en 1480 al inglés Juan Daltín, se alude a las Partidas y al Ordenamiento de Alcalá como fundamentos jurídicos de la salvaguardia concedida. Véase Simancas. R. G. S.: 25-VI-1480,fol. 250.

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Extranjeros en Castilla ( 1474-/50/)

Como se puede observar en el Cuadro 11 son más de un centenar los casos conocidos en los que el rey beneficia a algún extranjero con la carta de seguro. Su alcance suele ser particular, si bien fue común que un mercader lo solicitase para sí y en representación de otros compañeros a los que generalmente les unían vínculos familiares. De forma reiterada los documentos expresan las condiciones del derecho otorgado; los reyes obligan a todas las justicias del reino que velen por la libertad del asegurado, procurando que no se proceda contra ellos ni aún en los casos en los que algún miembro de su comunidad fuera requerido por la justicia. En determinados casos la corona ordena, de forma genérica, que no se cometa ningún tipo de represalia contra las mercancías, bienes y personas foráneas que llegasen a los puertos castellanos, sobre todo si tienen seguro real, ya que de lo contrario dejarían de acudir al reino. El aumento del tráfico comercial y el incremento de las rentas reales, especialmente los almojarifazgos cobrados en los puertos andaluces, son los primeros justificantes que el rey pone cuando concede su salvaguardia. En cuanto a su distribución cronológica, son los años de 1489 y 1490 los que coninciden con un mayor número de asegurados, destacando las cartas concedidas a los italianos. Por entonces los Reyes Católicos se ocupaban en mejorar las relaciones con Florencia, Venecia y Génova. Con ésta última, dada la tradicional enemistad que mantenía con la Corona de Aragón, se arrastraba un largo conflicto, agravado por las frecuentes acciones de piratería. Las mútuas represalias obligaron a los reyes a conceder numerosas cartas de seguros que garantizaran el mantenimiento de unas relaciones fundamentales para la economía castellana25 • Las relaciones con Venecia se habían empañado debido a dos importantes conflictos mercantiles; por un lado la reclamación que desde 1485 presentaba el mercader veneciano Ulises Salvador, a quien Vidal de Blanes le había robado en Palermo un barco y mercancías valoradas en más de 50.000 ducados. Por otro el ataque que sufrieron a manos de Fernando de Escalante y su hermano Juan de Aguero, dos naves venecianas cuando se dirigían a Barcelona. Los pleitos y amenazas entre la República y Castilla no hacían sino alargar una situación que no interesaba a ninguna de las partes, ya que tanto una como otra se necesitaban. Para Venecia era fundamental conservar la amistad cartellana con el fin de garantizar el tránsito de sus naves por el Estrecho; para Castilla era importante el apoyo veneciano en sus intereses europeos así como el propio tránsito de las galeras de la República, dado que facilitaban los contactos de los distintos puertos del reino 25 Por entonces también se mantenía el viejo conflicto que enfrentaba al almirante don Fadrique Enríquez contra Montenegro Bujol por el ataque que sufrió una nave del almirante en aguas de Marsella. Las exigencias para que Génova restituyese las pérdidas y la concesión o renovación de las cartas de marca no constituían la mejor base para mantener unas relaciones normales. Véase L SUAREZ FERNANDEZ: Poütica internacional... Ob. cit. Tomo l/, págs. 135-/39 y tomo JJJ, págs. 30-36.

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con los del norte del continente a los que se dirigían los venecianos. Portugueses y franceses recurren a la solicitud de sus cartas de seguro en aquellos momentos en los que Castilla se enfrentaba a alguno de estos países o consideraba la posibilidad de apertura de hostilidades. En el caso de los ingleses resulta paradójico como tras la firma del tratado de Medina del Campo proliferan las solicitudes de seguros; sin duda son el reflejo de una mayor actividad en los intercambios comerciales, pero también de la tradicional inseguridad que dominaba el tráfico por el Canal de la Mancha y el Golfo de Vizcaya donde burgaleses, vizcaínos o guipuzcoanos no dudaban en recuperarse de posibles pérdidas debidas a antiguos ataques ingleses. Señalar que entre 1495 y 1500 no he localizado ninguna carta de seguro, lo que quizás indique una pacífica y correcta aplicación de los acuerdos comerciales a los que había llegado Castilla con Inglaterra y las repúblicas italianas. Los seguros que conocemos también recogen otras características básicas. Así, suele ser general que el documento no indique nada sobre el periodo de vigencia del mismo. Lo más común parece ser que se expidan para un viaje determinado, los que hace pensar que el tiempo de validez no superaba uno o dos años26 • Otra es que la generalidad de los seguros los solicitan de forma individual los interesados, siendo común que una misma concesión incluya los nombres de varios asegurados. Por último, y sin excepción, todos prohiben expresamente la saca de productos vedados o el comercio con tierra de moros al amparo de estos seguros. Además de estos seguros de tipo individual, Castilla protegía a a sus extranjeros con unas cartas de privilegios generales que trataban de ampliar los esquemas recogidos en el seguro; libertad de residencia, seguridad para sus bienes y personas, posibilidad de elegir a sus representantes o cónsules y exención en el pago de algunos impuestos son algunas de sus características. Ya advertí como en el reino no se concedieron a grupos de individuos privilegios o inmunidades semejantes a los que otros países concedieron a sus extranjeros. Sin embargo hay una notable excepción; los privilegios otorgados a los genoveses, originalmente concedidos por Fernando 111 a los estantes en Sevilla, y posteriormente extendidos por la fuerza de los hechos al conjunto de los afincados en el reino. Las cláusulas más importantes de todas estas prerrogativas estan recogidas en el conocido "Libro de los Privilegios de la Nación Genovesa". En ellas se fijan los derechos fiscales a pagar por el tráfico comercial, la autorización a elegir dos cónsules y una serie de elementos como iglesia, baños, alhóndiga y barrio propio. En 1316 se les confirmaba la exención en el pago de la

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La única excepción que he encontrado a ésta nonna es el seguro concedido a los mercaderes milaneses Gabriel Carrezo. Antonio de Blanco, Lanza roto y Jácome Morón, que solicitan una cana de seguro por un periodo de ocho atios y los reyes accedena a la petición. Véase Simancas. R. G. S.: 7-IX- 1493, fol. 18.

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alcabala de las bestias, para que pocos años después (en 1346), y alegando los servicios prestados en la toma de Algeciras, se ampliase a la alcabala en general. En 1356 se les eximía de dar alojamiento a los miembros de la Corte, privilegio luego matizado (en 1379) al establecer su barrio como único lugar exento de dar el alojamiento. Los primeros reyes de la dinastía Trastamara no hicieron sino ampliar sus prerrogativas; en 1377 se les reconoce la posibilidad de sacar de Castilla pequeñas cantidades de plata, si bien se les prohibe totalmente la exportación de oro. En 1380 la exención del pago de "dos dineros" por cada jarra de aceite que exportasen. El siglo XIV finalizaba con la concesión del derecho a elegir los navíos en los que querían fletar sus mercancías, pudiendo hacerlo en los propios, de naturales o de extranjeros 27 • La siguiente centuria muestra la misma continuidad, teniendo especial incidencia la próroga de los seguros generales concedidos a la comunidad. En 141 Oy 1426 se les entregaba nuevos salvoconductos, en el primer caso debido a que fueron acusados de suministrar armas y víveres a los musulmanes de Málaga. En 1451 Juan 11 les proroga por ocho años el seguro. En 1457 una nueva próroga de seis años, ampliada en 1464 por otros dos. Durante el reinado de Isabel y Fernando se mantuvieron las prórogas bianuales, salvo en aquellos momentos en los que el seguro fue revocado debido al pleito que enfrentó a los genoveses con el almirante28 • A comienzos del siglo XVI aún se hacía necesario manteber y ordenar que se guardasen los privilegios y seguros que tenían los mercaderes de la república ligur establecidos en Sevilla29 • Pese al amparo que obtuvieron los genoveses en Castilla no es extraño encontrar en la documentación testimonios de la hostilidad popular hacia ellos. Fueron frecuentes los conflictos que les enfrentaron a los almojarifes y al almirante por cuestiones referidas a la inspección del tráfico mercantil y derechos de aduanas. Más frecuentes aún, como muestra la presente colección documental, fueron los que les enfrentaron a otros mercaderes o habitantes de cualquier ciudad castellana. Menudean las denuncias por parte de los genoveses ante los malos tratos, robos y fraudes

27 Véase J. GONZALEZ GAUEGO: "El libro de los privilegios... Ob cit. doc. n.IV ( 15-XI/-13 /6); doc. n. VIII (26-VIII-1346); doc. n. X ( 18-XI-1356); doc. n. XIV(20-II/-1379); doc. n. XVII (16-111-1380); doc. n. XVIII (28-/V-1380); doc. n. XXVIII (26-11-/393); doc. n. XXXII (25-V/11-1399).

28

Simancas. R. G. S.: 23-VJI/-/489./ol. 54; 15-VIII-1490./ol. 379. CARRIAZO: Tumbo: Tomo/, doc. n.15 (5-V-1475); tomo V doc. n. 296 (23-VIII-1489). 29

Simancas. Ca. Cast. (Memoriales), leg. JJ4, doc. n. 95 (s.d. s.m. 1508).

30 Véanse algunos ejemplos en M. J. SANZ FUENTES y m. l. SIMO RODRIGUEZ: Catálogo de documentos contenidos en los libros del Cabildo del concejo de Sevilla. Sevilla, 1975. Docs. n. 990; 1607; 1756; 1757; 2150

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que padecen, hasta el punto de que la propia Génova llega a quejarse al concejo de Sevilla del trato que reciben sus súbditos, y amenaza con que si no se ponía remedio se rompería la amistad que unía a ambas comunidades30 • Tanto si encontraban facilidades para el ejercio de su actividad como rechazo al desarrollo de las mismas, lo cierto es que la mayor parte de los extranjeros que alguna vez se acercaron al reino vuelven rápidamente a su país de origen. Como se puede observar en el cuadro III más de un 70% de ellos nunca llegaron a quedarse más de un año, lo cual indica que la mayor parte no llegaba con la intención de avecindarse sino con la de comercializar algún bien, y con las ganancias obtenidas comprar nuevas mercancías que puediera vender al llegar a su lugar de procedencia. Otros basculan hacia la plena integración o hacia la formación de verdaderos grupos o clanes en los que las familias se unen entre sí a través de matrimonios, testigos en actos civiles, albaceas testamentarios, etc. Son los casos de los que aparecen en la documentación dos o tres años seguidos, para luego abandonar el reino, bien porque hayan terminado sus negocios, porque se trasladan a otros centros mercantiles de Europa, o simplemente porque deciden regresar a su país. El resto, una autentica minoría, comienza un proceso de hispanización que lentamente, y cuando las resistencias se van venciendo, completan sus descendientes. El primer paso para conseguirlo es la carta de naturaleza en el reino. CUADROIII AÑOS DE RESIDENCIA EN CASTILLA AÑOS DE PERMANENCIA Uno Dos Tres Cuatro Cinco Seis Siete Ocho Nueve Más de Diez

NUMERO DE EXTRANJEROS 474 85 33 22 15 6 3 2 2 3

% 73,4 13,1 5,1 3,4 2,3 0,9 0,4 0,3 0,3 0,4

A finales de la Edad Media el número de naturalizaciones es escaso, sobre todo si comparamos el fenómeno con lo que sucedió en siglos posteriores, cuando la apertura del mercado americano incitó a muchos extrajeras a solicitar la carta de

Extranjeros en Castilla (1474-1 501)

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naturaleza con el fin de poder comerciar legalmente con las Indias31 • En cualquier caso es un proceso lento en el que se tienen que dar diversas circunstancias, como son el arraigo de unos intereses económicos, la integración por vía matrimonial en alguna de las familias locales, o la comunión de intereses entre ellos y las autoridades municipales. Las cartas de naturaleza localizadas (Cuadro IV) demuestran que todos los que la obtienen tienen un mismo origen: Italia. Genoveses y algún florentino que residen en Andalucía o Murcia desde hace varios años, ampliando sus intereses hacia las Canarias, y que ven en la naturalización la mejor forma de labrarse su fortuna en el reino. No es extraño que sea en estas regiones donde tiene lugar el proceso ya que los casos más antiguos de arraigo familiar se ubican en Sevilla, Cádiz o Jerez desde las últimas décadas del siglo XIII. Recordemos a Benito Zacarías, almirante de Castilla a finales de aquella centuria, el enraizamiento señorial de los Bocanegra, o el ejemplo de los Catan o, integrados en la aristocracia sevillana desde finales del siglo XIV. En el periodo aquí analizado destacan los casos de Andrea de Odón, que llegó a ser arcediano de la reina, o el de los hermanos RiberoP 2• El padre de éstos últimos ya había obtenido la carta de naturaleza en tiempos de Juan 11, y ellos en 1492 después de participar en la financiación de la conquista de Gran Canaria y La Palma, o en el levantamiento de los primeros ingenios azucareros de las islas.

CUADRO IV CARTAS DE NATURALEZA NOMBRE

ORIGEN

Agustín Spínola Marco del Castillo Clérigo del Castillo

Génova Génova Génova

VECINDAD

AÑOS

Sevilla Sevilla Sevilla

1477 1477 1477

11 Véase Antonio DOMINGUEZ ORT/Z: "Concesión de naturalezas para comerciar en Indias durame el siglo XVII". en Revista de Indias, n. 7. Madrid, 1969; y Juana GIL-BERMEJO GARCJA: "Naturalizaciones de italianos en Andalucía", en Actas del/ Coloquio Hispano Italiano. Presencia Italiana en Andalucía. Sevilla, 1985.

12

Seguramente es la familia de los Ribero/la mejor estudiada de cuantas extranjeras se hallan en Castilla a finales de la Edad Media. Presellles en el reino desde la primera mitad del siglo XV, destaca de entre todos sus miembros Francisco Ribero/, afincado en Sevilla por lo menos desde 1478, y con frecuencia desde 1484 hasta que muere en 1514. Gracias a los trabajos de Leopoldo de la ROSA OLIVERA conocemos muy bien los intereses comerciales, las vinculacione.'l familiares y la influencia real que ejercieron en la sociedad castellana del momento. Véase "La varia fortuna de los Rivarola ",en A. E. A. n. XII, Madrid-Las Palmas, 1966; y "Francisco de Ribero/ y la colonia genove.m en Canarias", en A. E. A., n. XVIII. Madrid-Las Palmas, 1972.

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Nicolao Nero Baltasar Rey Damián Negrón Antonio Rodolfi Andrea de Odón Pablo Landi Bailía Salvago Antonio Salvago Pedro de Grimaldo Baltasar de Grimaldo Andrés de Grimaldo Melgior de Grimaldo Gaspar de Grimaldo Alberto de Grimaldo Polo de Grimaldo Francisco Riberol Juan oto Riberol Cosme Riberol Agustín ltalian Martín Centurión Juanoto Berardi

33 Florencia Génova Génova Florencia Génova Siena Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Florencia

Murcia Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Málaga Málaga Sevilla

1478 1485 1485 1489 1490 1491 1492 1492 1492 1492 1492 1492 1492 1492 1492 1492 1492 1492 1493 1493 1494

Desconozco si otros extranjeros íntimamente ligados a las actividades e intereses económicos del reino solicitaron la carta de naturaleza, si bien su prolongada vecindad y su influencia, sobre todo en pequeños núcleos de población como Cádiz o Jerez, facilitaría la fusión con las poblaciones locales. Son los casos de Francisco Pinelo33 , que de jurado y fiel ejecutor en Sevilla, llegó a ser factor de la Casa de la Contratación en 1503 y comendador de la Orden de Santiago en 1506; el de Francisco de Adorno, muy vinculado al marqués de Cádiz y regidor en Jerez de la Frontera; o el de Mateo Viña, que desde su residencia en Sevilla y Cádiz se traslada a Gran Canaria para participar posteriormente en la conquista de Tenerife, y fijar allí su residencia. 33 Francesco Pinelli es otro de los extranjeros mejor conocidos. De orígen genovés, llegó a ser uno de los grandes mercaderes-banqueros de Sevilla. En 1480 se le nombraba receptor de las Bulas de Canarias: en /488 es designado jurado y fiel ejecutor en la ciudad además de receptor de los bienes de los andalus(es vencidos en Málaga; en agosto de 1490 se le nombra, junto con Luis de Santángel, tesorero de la Hermandad; desde /494 administra las almadrabas de Cádiz. y en 1503 es desiganado como el primer factor de la Casa de la Contratación. Su amplia biografía la recoge Luisa d'Arienzo: "Francesco Pinelli banchieri del Papa, collettore e nunzio apostolico in Spagna al/'epoca di Cristo/oro Colombo", en Atti del IV Convegno Intemazionale di Studi Colombiani. Génova, /987.

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Extranjeros en Castilla (1474-150/)

Hay dos hechos que quisiera destacar respecto a aquellos extranjeros que deciden permanecer largo tiempo en Castilla. El primero es que la mayor parte de ellos se dedican a las actividades financieras como prestamistas y banqueros, especialmente en Sevilla34 • Pese a las reticencias teóricas al préstamo con interés, son muchos los que tienen necesidad de acudir al crédito como medio de hacer viables sus negocios. En primer lugar la mayor parte de los comerciantes individuales, en segundo los arrendatarios de impuestos y administración de las haciendas señoriales, y en tercer lugar, aunque no menos importantes, los concejos y la propia Corona. Henry Lapeyre afirma que durante el siglo XV, y gracias a los genoveses, Sevilla formaba junto con Barcelona, Valencia y las grandes plazas mercantiles del Occidente (Florencia, Venecia, Brujas, Londres, etc.) la red de la letra de cambio de Génova. Y aunque apenas queda rastro documental de ellas, las primeras que aparecen a partir de 1475 señalan a los genoveses como principales librados y beneficiarios. Cuando a principios del siglo XVI se va regularizando la banca como institución financiera y de depósito son los genoveses, especialmente Batista y Gaspar Centurión, los primeros en dedicarse a éste tipo de actividad35 • El segundo hecho que quisiera destacar es el escaso número de propiedades, fundamentalmente tierras, que los extranjeros compran durante estos años finales del siglo XV. Contrariamente a lo que pudiera pensarse son pocos los casos en los que se puede documentar la compra de haciendas más o menos importantes, y menos aún la adquisición de señoríos, tal y como afirma J. Heers. Sólo en el caso de las Canarias y dada la participación de algunos genoveses en la conquista de las islas y en el levantamiento de los primeros ingenios, parece que los extranjeros obtuvieron tierras, y aún así, como veremos, con importantes restricciones legales. Ni en los testimonios notariales ni en la documentación procedente de Simancas he podido encontrar huellas de una preocupación excesiva en la inversión destinada a la compra de tierras. Ni siquiera los escasos testamentos de extranjeros que he podido encontrar permiten vislumbrar una actividad en la que predominara el desvío de las ganacias mercantiles hacia la compra de fincas, solares o casas. De todas formas, testimonio de que en algún momento fueron propietarios de importantes haciendas

14 Son fundamentales los trabajos de Enrique OTTE: "Sevilla, plaza bancaria europea en el siglo XV/", en Dinero y crédito. Madrid, 1978: "Canarias, plaza bancaria en el siglo XVI", en el VI Coloquio de Historia Canario-Americana. Tomo/, Las Palmas, /980: y "Los instrumentos financieros", en Andalucia 1492: razones de un protagonismo. Sevilla, /992.

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De la actividad desplegada por /a familia Centurión como banqueros es un buen testimonio los pagos efectuados el 14 de septiembre de 15/8 en el banco de Gaspar Centurión. Véase Simancas. Ca. Casi. (Memoriales) leg. 13/, doc. n. 173.

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si los hay, como es el caso de la de olivar perteneciente a Marco Castellón, las tierras que vendió Francisco Pinelo a don Pedro Portocarrero36 , o los ingenios azucareros que construyeron en Tenerife, Tomás Justiniano, Cristóbal de Ponte, Mateo Viña y los hermanos Blasino e Inglesco Romano.

- DISTRIBUCION GEOGRAFICA La documentación nos hace caminar sobre terrenos más seguros cuando se trata de conocer la distribución geográfica de los extranjeros. Sabemos, en una proporción cercana al90%, el lugar en el que estos hombres se establecen; a grandes líneas el antiguo reino de Sevilla, las ciudades de Jerez, Cádiz o Málaga presentan una intensa ocupación. La franja cantábrica y Galicia conocieron la contínua presencia, a veces difícil de medir, de los franceses e ingleses. Aparentemente es en el antiguo reino castellano-leonés, donde se localizan algunas de las más importantes ferias y ciudades del reino, el que conoce la presencia extranjera de forma más dispersa y esporádica. Aunque se encuentra fuera de los límites cronológicos impuestos a éste estudio, indicar que las Islas Canarias se erigieron, junto con Andalucía, en uno de los principales polos de atracción para los que decidieron negociar o avencindarse en Castilla. A) Galicia y norte peninsular. Es difícil medir la importancia numérica de los extranjeros que se acercan a las ciudades gallegas y de la orla cántabrica, sobre todo si tenemos en cuenta que muchos de ellos comerciaban ocasionalmente como una más de sus actividades en el ámbito que ocupa el área formada por la costa norte peninsular, la fachada atlántica francesa y las islas británicas. Sin embargo, y a pesar de no contar con abundante documentación sobre ellos que nos permita estudiar al grupo desde su propio interior, los datos que conocemos nos hacen suponer que éste era numeroso, cualitativamente fuertes, y elemento fundamental en el comercio con la ruta del Canal de la Mancha. A esto hay que añadirle algo que distorsiona cualquier intento de cuantificar o fijar el número de extranjeros presentes en aquellas regiones; me refiero al Camino de Santiago y al auge que a largo de todos los siglos finales de la Edad Media

16 A. H. P. S. Protocolos, leg. 2158,fols. 307, 314, 33/, 425; y leg. 9/0l,fols. 498, 499, 505. La hacienda de olivar propiedad de Marco Castellón se encontraba en Maclralomar, mientras que las tierras de Francisco Pinelo se localizan en Llerena. También existe algt¡n documento que parece contradecir esta visión general; es el caso del correspondiente a las tierras que (9- V-1496) compró en Aznalcázar Jácome Ribero/ a los hennatros Fernando, Francisco y Diego Garcfa. Véase A. D. M. S. leg. 926.

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tuvieron las peregrinaciones que regularmente llegaban a los puertos gallegos, y de forma especial los años jubilares del Apostol. Junto al Camino de Santiago, es el propio crecimiento de la población, con la creación de importantes villas portuarias como Avilés, Santander, Laredo, Castro Urdiales, Bermeo o Bilbao; la reordenación económica, que se orienta cada vez más hacia la actividad mercantil con la creación de la Hermandad de las Marismas, o el auge del comercio marítimo con Flandes, Inglaterra o Francia, los que explican por sí solo la presencia extranjera en la zona. En el País Vasco la especial ubicación de dos villas, situada una, Bilbao, en un punto en el que el Nervión se hace navegable, y la otra, Fuenterrabía, junto a la frontera, hicieron que ambas atrajeran para sí la presencia extranjera en la región. La lana y el hierro hicieron lo demás37 • Reiteradamente se ha repetido que la lana procedente del traspaís leonés y castellano llegaba al puerto de Bilbao bajo el control de los mercaderes burgaleses, que una vez allí la embarcaban preferentemente hacia Flandes. Por entonces las relaciones con el condado se veían muy favorecidas por los privilegios que habían obtenido desde mediados del siglo XIV marineros y mercaderes castellanos establecidos en Brujas. Esta situación preeminente se reforzó en los últimos años del siglo XV, cuando se trató de aislar a Francia y dar prioridad a las relaciones con Flandes e Inglaterra. Así pues no es extraño que sean ingleses y flamencos los que predominan en la región. Un hecho a destacar. La mayor parte de las noticias que ilustras las relaciones entre los puertos del norte y los procedentes de estas dos naciones, provienen de las incidencias que afectan al tráfico regular. Las acciones de piratería y la presentación de las consiguientes reclamaciones por parte de quien ha sufrido el ataque explican su presencia. Confirman su importancia las menciones a seguros generales que reclaman algunas villas con la intención de de proteger a los extrajeros que acuden a ellas38 • Si se ha constatado la presencia de los vascos en los puertos del Mediterráneo desde principios del siglo XIV, hasta el punto de que llegaron a copar buena parte de los fletes que desde cualquier punto de la Península se dirigían a Génova o Venecia, no es menos cierto que el establecimiento de italianos en tierras del norte penínsular

J? Véanse los trabajos de Luis SUAREZ FERNANDEZ: Navegaci6n y comercio en el Golfo de Vizcaya. Un estudio sobre la politica marinera de la casa de Trastmnara. Madrid, 1959; J. A. GARCIA DE CORTAZAR Y RUIZ DE AGUIRRE: Vizcaya en el siglo XV. Aspectos econ6micos y socillles. Bilbao, /966: Betsabé CAUNEDO DEL POTRO: Mercaderes castellanos en el Golfo de Vizcaya (1475-1492). Madrid, 1983 y Elisa FERREIRA PR/EGUE: Galicill en el comercio maritimo medieval. La Coruña, /988.

Js B. CAUNEDO DEL POTRO: La actividad de los mercaderes••. Ob. cit. pág. 21.

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es mas bien escaso. Cuando se les encuentra aparecen relacionados con la compra de hierro y con los problemas derivados de su exportación. El comercio de este mineral estaba sujeto a una serie de normas que pretendían mejorar y rentabilizar su exportación, así como garantizar que la saca de hierro no perjudicara los intereses militares del reino. Estos problemas se manifiestan con los florentinos, venecianos y genoveses que tradicionalmente exportaban el hierro en alguna de sus tres formas posibles; vena, masa y barra labrada. Así en 1489 se ordena al corregidor de Vizcaya que prohiba a los comerciantes italianos la exportación de vena laminada y quemada, autorizando les sólo a sacarla cruda39 • Las tradicionales relaciones comerciales entre Castilla y Bretaña fraguaron en el establecimiento de una colonia castellana en Nantes, especialmente en la segunda mitad del siglo XIV, y en numerosos tratados que culminaron con la creación del Consulado de castellanos desde 1430. Los acuerdos de paz consiguientes permitieron que desde 1430 hasta 1491, momento en el que el matrimonio francés de Ana de Bretaña desestabilizó los intereses castellanos en la zona, acudieran a los puertos vascos y gallegos numerosos bretones para mantener un comercio que se caracterizaba por la exportación de sal, lana y hierro y por la importación de vinos, lonas y productos manufacturados. No obstante hay que recordar que durante el periodo aquí analizado un incidente, no menos importante que otros, dificultó la llegada de los bretones a todo el litoral cantábrico y Galicia. Me refiero al conocido asunto de la carta de represalia concedida al poderoso e influyente mercader bilbaíno Juan de Arbolancha. En síntesis los hechos se dearrollaron de la siguiente forma; en marzo de 1484 viniendo de Inglaterra su hermano con mercancías valoradas en 25.300 coronas de oro, fue atacado por unos bretones que se apoderaron del navío y mercancías40 • La reacción del bilbaíno fue la de solicitar una carta de marca, que obtuvo de los reyes, con la intención de que los bretones indemnizaran sus pérdidas. Ante la posibilidad de una disminución en los intercambios comerciales, vizcaínos y gallegos solicitaron a la Corona que el damnificado llegase a un acuerdo con los bretones para que no se interrumpieran las relaciones. El acuerdo llegó cuando ambas partes decidieron sustituir la represalia por un recargo del 3% sobre los diezmos de la mar que pagasen los comerciantes bretones en los puertos castellanos. Para recaudar el impuesto Juan

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Véase L SUAREZ FERNANDEZ: Política internacional••• Ob. cit. Tomo 11/, docs. n. 2; n. 4 y n. 16. También J. A. GARCIA DE CORTAZAR: Vizcaya en el siglo XV..• Ob. cit. págs. 142-43. El asunto se enmarca en la protesta de los dueños de las ferrerfas que se encontraban si materia prima para el funcionamiento de las mismas y en la preocupación de la Corona ante el auge de la exportación del hierro hacia el extranjero. 40

Más detalles en J. A. GARCIA DE CORTAZAR: Vizcaya en el siglo XV••• Ob. cit. págs. 250-52.

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de Arbolancha designó a una serie de factores para distintos puertos el norte que indican cuáles eran las zonas más frecuentadas por los bretones; Bilbao, La Coruña, Betanzos, Ferrol, Vivero, Ribadeo, etc. Las protestas de estos concejos no se hicieron esperar, especialmente el de La Coruña y Betanzos, ya que entendían que esta sobrecarga alejaría a los bretones de sus respectivas ciudades. La anexión del ducado a Francia y la posterior guerra con Castilla terminaron por asestar un duro golpe a las relaciones hipanobretonas, que sin duda repercutieron en la presencia de éstos últimos en el norte peninsular. Desde entonces hay que trasladarse a Andalucía, y especialmente a Sanlúcar de Barrameda, para encontrarse con la que quizás llegaría a ser la más importante colonia bretona de Castilla. B) Cuenca del Duero y Castilla la Nueva. La extensa cuenca del Duero, las "extremaduras" leonesa y castellana y los territorios comprendidos en la cuenca del Tajo desarrollaron los fenómenos urbanos más antiguos y duraderos del reino. El Camino de Santiago, las ferias y mercados generaron una creciente actividad comercial que culminaban en las ferias de Valladolid, Medina del Campo y Villalón. Y sin embargo es ésta zona la que aparentemente atrajo menos inmigración extranjera, vinculandose su presencia a las ferias y a la prolongada estancia de la Corte en la región. Para Burgos41 , que había encontrado en el elemento franco (germanos, franceses, lombardos), una parte fundamental en la constitución de la ciudad, se puede decir que apenas si se puede localizar algún extranjero entre su población de finales del siglo XV. La ciudad del Arlanzón reunía inmejorables condiciones para atraer a población foránea. Sin embargo, su capitalidad política, la proximidad de los puertos catábricos, y el impulso dado a la ganadería lanar que les permitía abastecer las necesidades laneras de los mercados septentrionales, no fueron suficientes como para consolidar una tendencia inmigratoria de extranjeros. Fueron los propios burgaleses, sustituyendo a los mercaderes extranjeros, los que dieron esplendor comercial a la ciudad. Protegidos por una serie de privilegios fiscales y haciendo que la corona asumiera la defensa de sus intereses mercantiles allí donde se establecieran, los mercaderes

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La bibliografla dedicada a Burgos, y especialmente a sus mercaderes, alcanza proporciones considerables por lo que me remito a varios trabajos de conjunto que pueden servir de orientación. Véase Julio VALDEON (dir.) Burgos en la Edad Media. Valladolid, /984; B CAUNEDO DEL POTRO: "Mercaderes burgaleses en el tránsito a la modernidad. Notas sobre el estado de la cuestión", en Hispanio, n. 175. Madrid, /990; Hilario CASADO ALONSO: Señores, mercaderes y campesinos. La comarca de Burgos a fines de la Edad Medio. Valladolid, /987; del mismo autor "El comercio internacional burgalés: en tomo a algunas publicaciones extranjeras", en Boletín de la Institución Fernán González. Tomo LXV, n. 206. Burgos, /993. Aunque para épocas posteriores son fundamentales todos los trabajos de Manuel BASAS FERNANDEZ. mue/ros de ellos resetiados en el trabajo de B. Caunedo aquí citado.

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burgaleses lograron alcanzar una posición económica y social que ninguna otra comunidad de comerciantes castellanos pudo conseguir. Emprendedores y viajeros (no dudaban en acudir a las grandes zonas productoras de lana como Soria, Cuenca o la propia Córdoba y en transportarlas hasta los puertos del norte para su exportación), no es extraño que reemplazaran a los extranjeros o que éstos simplemente no se atrevieran a competir. Al igual que Burgos, Valladolid42 conoció una ola de inmigrantes desde la segunda mitad del siglo XII, dando lugar a una calle de francos y a un barrio extramuros. Posteriormente, y durante más de 150 años, la instalación de extranjeros en la villa del Esgueva dejó escasas huellas documentales, por lo que se ha considerado nula o esporádica su presencia. La fugaz estancia de algunos embajadores y sus acompañantes no dieron lugar al afianzamiento de una colonia extranjera, de tal forma que hay que esperar al siglo XV y a que se fuera definiendo su papel de villacapital, para ver como la ciudad atrae una inmigración creciente de extranjeros. A finales del siglo XIV y principios de la siguiente centuria los que consiguen avecindarse en la ciudad tienen un orígen claro; los procedentes de Portugal que se refugian en Valladolid tras la batalla de Aljubarrota por el apoyo prestado al bando castellano, o los que llegan de Francia, generalmente aventureros o caballeros que acuden al amparo de la reciente alianza franco-castellana. Muchos de ellos recibieron tierras y rentas, y alguno llegó a integrarse en la aristocracia castellana en el plazo de una o dos generaciones. Son los casos, analizados por A. Rucquoi, de los franceses Modison Bemal y almirante Robert de Braquemont. El primero, que se encuentra en la ciudad desde finales del siglo XIV, y que a la hora de su muerte en 1417 deja a su hermano como alguacil del rey, a su hija casada con Alfonso de Guzmán, señor de Valdenegro, y a su hijo como vasallo del rey y con remuneración de la Corona desde 1429 a 1449. El nieto, Bemal Francés, fue capitán de los Reyes Católicos entre 1475 y 1499. El segundo, que entró al servicio del rey catellano en 1386, participó en diversas campañas militares contra los moros, encontradose muy vinculado a la Corte cuando en 1412 su sobrino, Juan de Bethencourt, rindió pleito-homenaje a Juan 11 por las Islas Canarias recién conquistadas43 • 1 Valladolid también posee nuemerosos estudios que analizan su Historia Medieval, pero sin duda es el trabajo de Adeline RUCQUOI: Valladolid en la Edad Media. Valladolid, 1987 (2 vols), es el mejor análsis que hoy tenemos para el periodo comprendido entre la llegada al poder de la dinastía Trastamara y el advenimiento de los Reyes Católicos.

"

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Sobre Robert de Braquemont, más conocido en Castilla como mosen Robín de Bracamonte, pueden verse, además de los datos citados por A. Rucquoi, lo.s que aporta E. SERRA RAFOLS y A. CIORANESCU: Le Canarien. Crónicas francesas de la conquista de Canarias. La Laguna, 1959-65 (3 vols.) y A. C/ORANESCU: Juan de Bethencourt. Santa Cruz de Tenerife, /982.

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La ciudad conoció una segunda oleada de extranjeros a lo largo de las últimas décadas del siglo XV. La vitalidad de las ferias de Valladolid y el mantenimiento de los mercados y ferias en tomo a dos o tres jonadas de la ciudad (Benavente, Peñafiel, Zamora, etc.), la presencia constante de la Corte desde los tiempos de Juan 11 y la permanente de la Chancillería, fueron motivos más que suficientes para atraer a los extranjeros. La única diferencia respecto al periodo anterior es que ahora los que llegan ya no son caballeros franceses o portugueses; los sustituyen mercaderes. Comerciantes flamencos e italianos que no dudan en acudir a la villa con la intención de atender las demandas de una serie de productos suntuarios y de lujo que la presencia de la Corte reclamaba. A principios del siglo XV otro hecho va a condicionar la presencia extranjera en la región: el nacimiento y rápido desarrollo de la feria de Medina del Campo44 , que hizo de esta villa (a lo largo del siglo XVI) una pieza fundamental dentro de las relaciones mercantiles y financieras de Castilla. Pese a los pleitos que mantuvo con las de Valladolid y Villalón por incompatibilidad de fechas, la feria de Medina se vió decididamente protegida por los reyes mediante una serie de privilegios y franquicias tendentes a salvaguardar el pacífico desarrollo de la actividad mercantil y garantizar el alojamiento de los que llegaban a la feria. Sin embargo, y pese a lo que pudiera parecer, los testimonios documentales que conocemos para las últimas décadas de esta centuria indican que fueron los mercaderes burgaleses, y no los extranjeros, los que dominaban toda la actividad económica que generaba Medina, especialmente la del comercio de la lana. Miguel Angel Ladero ha demostrado que la feria mantenía a finales del siglo XV unas características más cercanas a las antiguas ferias medievales castellanas (lugares en los que se negociaban paños, lienzos o especiería) que a los grandes centros de pagos, lo que podría explicar la escasa presencia extranjera en la ciudad. Algunas excepciones a esta impresión general se da en el caso de los portugueses45 , amparados por los Reyes Católicos con amplios seguros concedidos en 1484 y 1491. La situación cambia a principios del siglo XVI, especialmente cuando los extranjeros residentes en Toledo o en la Corte participan en los contratos de suminstro '"Véase Historia de Medina del Campo y su Tie"a. Valladolid, /986 (3 vols.). El trabajo más completo sobre las ferias castellanas durante la Edad Media sigue siendo el de M. A. LADERO QUESADA: "Las ferias de Castilla. Siglos XII a XV", publicado por primera vez en los C. H. E. n. LXVII- LXVII/. Buenos Aires, /982. Esta versión incial se ha visto recientemente ampliada (manteniendo el mismo titulo) con la incorporación de nuevos datos, siendo publicada por el Comité Español de Ciencias Históricas. Madrid, /994. 45 Véase Ma. Isabel del Val VALDIVIESO: "Mercaderes portugueses en Medina del Campo (siglo XV)", en Actas das 11 Jornadas Luso-Espanholas de Hist6ria Medieval. Vol. 1/, Porto, /987.

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de lana y en los préstamos a mercaderes y miembros de la nobleza. Para entonces no es extraño encontrar a los genoveses comprando varios miles de arrobas de lana, adquiriendo seda cruda para exportarla a Italia, y a los más actuando como prestamistas de mercaderes e instituciones. C) Andalucía Occidental. Por su número y por el volumen e importancia de su actividad puede considerarse a la Andalucía Occidental, y especialmente a la ciudad de Sevilla, como la región que conoció de forma más intensa y prolongada la presencia extranjera. Y no es extraño que esto fuera así si tenemos en cuenta que su arraigo en la región es un fenómeno comprobado al menos desde finales del siglo XII, que en el siglo XIII participan en la repoblación de las ciudades andaluzas, y que en los siglos XIV y XV Córdoba y el antiguo reino de Sevilla entran en una fase de desarrollo económico que se refleja en el crecimiento de la población, el progreso del sector agrario y el auge de las ciudades. En resumen, la región reunía una serie de atractivos comerciales y geográficos que explican la penetración extranjera; por un lado la abundante y regular producción de cereales, vino y aceite, a lo que habría que añadir la pesca que se obtiene en las almadrabas gaditanas, o el mercurio de las minas onubenses. Por otro, su posición geográfica, ya que al controlar el paso del Estrecho se asegura la constante presencia de todos aquellos que pretendar ir a uno u otro lado de los puertos del continente. Su ubicación, además de otros fenómenos, también le permite situarse en primera línea cuando los extranjeros comienzan a interesarse por el proceso de expansión catellana a lo largo de la costa africana e islas atlánticas. Es en esta región donde mejor se refleja una de las ya mencionadas características que se puede aplicar a los extrajeros afincados en Castilla; me refiero a la movilidad geográfica, particularmente de los genoveses, dado que los intereses comerciales que tienen en Córdoba, Sevilla, Jerez o Cádiz hace que indistintamente residan en una u otra ciudad. La producción agraria y la situación del reino de Córdoba46 constituyen los principales argumentos que explican la presencia extranjera en la ciudad que da

46 Cuestiones generales sobre la economía y sociedad cordobesa en el periodo aquí analizado pueden encontrarse en varios trabajos, como los de John H. EDWARDS: Christian Cordoba. The City and ist Region in the Late Middle Ages. Cambridge, /982; del mismo autor los artfculos "El comercio lanero en Córdoba bajo los Reyes Católicos", en Actas del/ Congreso de Historia de Andalucúz. Andalucúz Medieval, l. Córdoba, 1978 y "La industria textil en Córdoba bajo los Reyes Católicos", en Actas del/ Coloquio de Historia de Andalucfa. Andalucfa Medieval. Córdoba, 1982.; M. NIETO CUMPliDO: Historia de Córdoba, 2. Islam y Cristianismo. Córdoba, /984; m. A. LADERO QUESADA: "Producción y renta cerea/eras en el reino de Córdoba a finales del siglo XV" y E. CABRERA MUÑOZ: "Tierras realengas y tierras de señorío en Córdoba a fines de la Edad Media. Distribución geográfica y niveles de población", ambos trabajos en las mencionadas Actas del/ Congreso de Historia de Andalucúz. Andalucfa Medieval, J. Córdoba, 1982.

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nombre a la región. Su situación a medio camino de las urbes castellanas y el puerto Mediterráneo de Málaga, con una importante vía de comunicación que rápidamente la comunicaba con todo el valle del Guadalquivir, y que le permitía colocar las producciones de la Campiña o de la Sierra en cualquiera de las villas marineras de la costa gaditana o malagaña. Además la región de Córdoba contaba con otra circunstancia a su favor, y es que a finales del siglo XV aparecía como el centro de un comercio lanero que incluía a una amplia zona que iba desde Ubeda, pasando por Baeza, Baza, Antequera o la Sierra de la Serena. Y aunque el comercio de la lana parece que en estos últimos años de la centuria estuvo en manos de los mercaderes burgaleses, no es menos cierto que su exportación permitío la llegada de comerciantes forasteros. Las fuentes notariales cordobesas constituyen el mejor testimonio de la presencia extranjera en la ciudad47 • De entre todos destaca el grupo de mercaderes italianos que operan en ella, casi todos ellos con una relación más o menos estrecha con sus familias y parientes de Sevilla o Málaga. Esto último marca una de las característica de esta colonia, que viene condicionada por el reducido número, si la comparamos con la existente en la ciudad hispalense, y por el volumen de su actividad, casi siempre limitada por su papel cómo factor de alguna de las grandes familias de mercaderes. Excepciones a esta impresión que se detrae de los documentos puede darse en los casos de los genoveses Batista Cario y algunos miebros de la familia Spínola, que alcanzaron una posición preeminete en el ámbito comercial de la ciudad. De éstos últimos destacan en el ambiente cordobés Manuel y Juan Batista Spínola, que concentraron su actividad financiera y comercial entre los años 1484-1493, dado que por esos años se dieron una serie de operaciones mercantiles vinculadas con la guerra de Granada en la que ésta familia participó directamente. Otros genoveses como Leonardo Spínola, Francisco Spínola, Gerónimo y Juanotto Gentil se hicieron a partir de 1470 con el monopolio en la explotación de las minas de Almadén. El resto de italianos presentes en la ciudad parece que orientaron su vida a actividades menos lucrativas; abundaron los artesanos, como el caso del florentino Doménico Guaseo, tintorero que mantuvo algunos negocios con los mercaderes burgaleses que venían en busca de la lana, y que llegó a casarse con la cordobesa M encía Fernández, o el del peraile genovés Francisco Rodríguez. Junto a los artesanos se constata la presencia de algunos italianos vinculados a las profesiones "liberales", como es el caso de la familia Esbarroya, tres de cuyos miembros, Leonardo, Luciani y Stefano Esbarroya, se didicaron a la farmacia y medicina. Creo que no es necesario insitir una vez más en las posibilidades y atractivos que ofrecía el reino de Sevilla para la inmigración extranjera. La evidente supremacía que ostenta en este fenómeno la ciudad hispalense y la gran cantidad de testimoniso documentales que se conservan sobre el asunto ha permitido a los historiadores dibujar

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los contornos de su actividad, por lo demás casi siempre pujante. Como en otras regiones fueron los italianos, seguidos de ingleses y bretones los que alcanzaron un mayor protagonismo. La llegada de italianos a la Baja Andalucía se documenta en fechas anteriores a la conquista de Sevilla. Desde 1167 consta que a la ciudad hispalense había llegado un cónsul de Pisa con el fin de rescatar unos cautivos apresados por los musulmanes y obtener un tratado de paz que permitiera a los pisanos tener un "fondac" en la ciudad. También es conocida la presencia de genoveses en Sevilla en tiempos de los almohades, asentandose en la ciudad tras los primeros años de la conquista48• Estuvieron presentes en la flota que al mando del genovés Benedetto Zacarías intentó la conquista de Tarifa en 1292, y quizás también presentes en los años de la repoblación y repartimiento de Cádiz49 • Posteriormente las fuentes silencian su presencia durante mucho tiempo, hasta que a finales del siglo XIV grupos de placentines, pisanos y genoveses vuelven a dejar su huella en la documentación. Es bien conocido, y así lo he reiterado, que son los genoveses el grupo más numeroso de entre los extranjeros afincados en Castilla y particularmente en ésta región. Establecer un cálculo sobre el número de ellos es difícil ya que la propia movilidad de los mercaderes en este periodo de tiempo dificulta su recuento. Son conocidas las estimaciones de los propios genoveses, como aquella de 1473 que situa en más de 100 el número de mercaderes que residen en Sevilla50 • Sin embargo, y teniendo como referencia la documentación castellana que conozco, no parece que se

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Véase Jase Antonio GARCIA LUJAN: Mercaderes y artesanos italianos e11 Córdoba (1470-1523). Bologna, 1987; del mismo amor, junto con Alicia CORDOBA DEORADOR: "Mercaderes y artesanos italianos en Córdoba ( 1466-/538)", en Actas del/JI Coloquio Hispano- Italiano. Presencia italiana en Andalucía. Siglos XIV-XVII. Sevilla, También el ya citado trabajo de Ana UNA L/: Mercanti e artigiani••• Ob. cit. 48 Véase Julio GONZALEZ: Repartimiento de Sevilla. Estudio y edición. Madrid, 1951 (2 vals). Entre las págs. 3/2-14 y 337-340 el autor da una relación de los italianos que recibieron propiedades en el repartimiento.

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H. SANCHO DE SOPRANIS no se atre\•e a afirmar con toda seguridad la procedencia italiana de alguno de los apellidos que aparecen en los documentos del repartimiemo, si bien los Adorno, Esquíe/la y Negro que se repiten varias veces dan pie a admitirlo. Véase su trabajo "La repoblación y el repartimiento de Cádiz por Alfonso X", en Hispania. ll. LXI, Madrid, /955.

50 Véase Jacques H EERS: "Los genoveses en la sociedad andaluza... Ob. cit. pág. 426. En una reclamación presentada por la ciudad de Génova por los malos tratos que estaban recibiendo sus súbditos avencindados en Sevilla, la Señoría estima en más de /00 los mercaderes que al/( residen. Pocos años más tarde, ell 1503, el embajador de Venecia, Marco Dando/o, indica que "un tercio de Génova se encontraba en España", donde negociaban más de 300 compañfas figures.

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Extranjeros en Castilla (1474-1501)

alcance esta cifra de genoveses hasta los últimos años del siglo XV o comienzos del XVI. Basta con observar el recuento que se hace de ellos en 1489 cuando se les obliga a contribuir con los gastos que ocasiona el cerco de Baza, para comprobar que en esos momentos no se encontraban en Sevilla más allá de 35-40 mercaderes simultáneamente, a los que podríamos añadirle una serie de artesanos (boticarios, impresores) que difícilmente completarían el centenar de individuos. No obstante, quizás haya sido esa especie de "don de la ubicuidad" del que parecen disfrutar el que nos haya hecho pensar en un excesivo número de ellos. El abanico de actividades a las que se dedican en Sevilla es tan amplio que los límites impuestos a la edición de este trabajo no me permiten más que ofrecer algunos ejemplos que pueden considerarse como tópicos en todos los estudios que se han hecho sobre esta colonia mercantil. En el abastecimiento de cereales para la ciudad tuvieron un papel relevante en aquellas ocasiones en las que urbe conoció periodos de carestía. Son abundantes los testimonios conservados en los Papeles del Mayordomazgo del concejo hispalense; en una de las más graves crisis que sufrió la península a lo largo del siglo XV, la correspondiente a los años 1413-14, el concejo comisionaba a varios regidores para que negociasen con los mercaderes ligures la compra de pan para la ciudad51 • En 1468 y 1473 se vuelve a repetir la situación52 • En 1486 el concejo ordenaba a Alfonso Pérez Melgarejo que pagase a Bernardo Pinelo 65.448 maravedís a cuenta de cierta cantidad de plata que había prestado para la adquisición de pan en la Casa del Caballero53 • A su papel en las importaciones de cereales hay que contraponer los efectos que causaba su exportación, sobre todo en aquellos casos en los que se hacía de forma fraudulenta 54 •

51 A. M. S. Papeles del Mayordomazgo. Atio 14/2. Doc. n. 138 (9-X/1-1412). A lo largo de una veintena de folios se da una relación del cereal que se envía a la ciudad desde abril. Véase también el documento n. 189 ( 16-X/1-1412). 52 A. M. S. Papeles del Mayordomazgo. Año 1473 ( 13-X-1473). El27 de abril de ese año un larga nómina de genoveses se comprometieron a proporcionar 1.110 cahices de trigo a los vecinos de Sevilla. Florentinos, venecianos, burgaleses e ingleses también se comprometieron a entregar di••ersas cantidades hasta el mes de septiembre.

53

A. M. S. Papeles del Mayordomazgo. Alhóndiga 1479-1500. Cuaderno de 1486 (2-X-14860 y 3-VJJJ1486).

54

Algunos ejemplos en Simancas. R. G. S.: 17-X-1477./ol. 102; 30-!V-1478,Jol. 80; 16- V/1- 1499./ol. 120. En los primeros años del siglo XVI Nicolao Grima/do, junto a Juan de Almansa, declaraban en un pleito que mantenían con el capitán Arriera por la saca de 30.792 fanegas de trigo, que sólo a ellos se les había concedido la facultad de controlar la exportación del cereal andaluz. Véase Simancas. Ca. Cast. (Memoriales),leg. 132, doc. n. 149(26-V/1-1519).

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De su actividad en las campañas de la guerra de Granada tampoco faltan noticias55 , pero es en los préstamos a la Corona para financiar el cerco de Baza donde mejor se observa el peso económico de estos mercaderes. Así sucedió cuando los reyes les exigieron el21 de agosto de 1489la entrega de 1.000.000 de maravedís destinados a los gastos de aquella campaña56 • Después de una serie de desacuerdos entre los cónsules genoveses y el representante de la Corona, éste último procedió a distribuir dicha cantidad entre los que se encuentran presentes en Sevilla y Cádiz. Los primeros aportaron 965.000 maravedís mientras que los de Cádiz contribuían con 330.000. Pese a las prohibiciones legales hoy no hay duda de que los genoveses afincados en Sevilla participaron desde los primeros momentos en los viajes americanos57 • El caso más evidente, como es fácil de comprender, es el del propio Cristóbal Colón, por lo no voy a insistir en él. Sin embargo no fueron los genoveses quienes primero se interesaron por el mercado americano. Fue un florentino, Juan oto Berardi, el primero en comprometerse con la Corona para el abastecimiento de La Española con el envío de tres carabelas cada trimestre. La realidad fue que detrás del contrato firmado en 1495 se ocultaba un fraude debido a que Berardi y Colón estaban de acuerdo en explotar el hallazgo de las Islas de las Perlas. Desde entonces se limitaron las posibilidades de los extranjeros para comerciar con las Indias, exigiendose una licencia especial para poder acceder a los negocios en el Nuevo Continente. No obstante el proceso de naturalización de alguno de ellos o el asentamiento de otros en las Islas Canarias (lo que dificultaba su control por parte de las instituciones sevillanas), permitió que ya desde los primeros años del siglo XVI los mercaderes genoveses fletasen, cargasen y aseguraen navíos con destino a América58 • Quizás donde más se dejó sentir su influencia económica fue en la compra anticipada de productos agrícolas (t;l regesto documental ofrece numerosos ejemplos), sobre todo de aceite, trigo y vino, para lo cual necesitaban importantes cantidades de oro que generalmente obtenían de las importaciones africanas. Enrique OTIE ha ss Simancas. R. G. S.: /6-/V-/484.fol. 3/; 20-Vl/-/484,fol. 133; 4-Vl/-/485.fo/. 2/3. 56 A.

H. P. S. Protocolos, leg. 1496.jol. 165 (2/-VIII-/489);fol. 227(2-XJ-1489);fol. 25/ ( 12-XJ-/489);fol. 262 ( 18-Xl-1489); fol. 283 928-X/-1489).

57

Véanse los trabajos de Enrique OITE: "Empresarios espatioles y genoveses en los comienzos del comercio trasatlántico: la avería de 1507", y "La flota de Diego Colón. Españoles y genoveses en el comercio trasatlántico de 1509", ambos publicados en la Revista de Indias, el primero en los números 9394 (Madrid, 1963), y el segundo en los números 97-98 (Madrid, 1964).

58

En los siete volúmenes de los Fondos Americanos del Arclrivo de Protocolos de Sevilla, publicados por el Jnstitmo Hispano-Cubano de Historia de América (Sevilla, /930-/990) se recogen numerosos testimonios de esta actividad.

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calculado que más de la mitad de los 6.036 quintales de aceite que se conocen por compra anticipada durante los últimos años del siglo XV y primeros del XVI, corresponden a mercaderes genoveses. Parecidas circunstancias se dieron en las compras anticipadas de cueros, donde destacó la operación que realizó el genovés Batista Dian al comprar al carnicero Marcos Zorro su producción por 120.000 maravedís59 • El asentamiento de genoveses en la zona de Cádiz60, Puerto de Santa María y Jerez fue tan antiguo como el proceso sevillano, y como éste también claramente vinculado a las actividades comerciales. El grado de influencia social y sobre todo el de fusión con el conjunto de la población autóctona parece que fue mayor en estas poblaciones medianas que en la propia ciudad de Sevilla. Jacques HEERS ya advirtió como muchos de estos genoveses eran pequeños mercaderes que arraigaron en la comarca, y que entre sus actividades destacan no sólo las de carácter mercantil o marinero, sino que además su influencia en los concejos (en Cádiz son varios los regidores o jurados de a ciudad) y en la administración de los intereses de la alta nobleza, les situó en una posición económica y social que les permitió jugar un papel destacado en todas las intrigas políticas de la segunda mitad del siglo XV. El predominio de los genoveses en Cádiz llegó a ser mucho más importante que en Jerez, Puerto de Santa María, o Sanlúcar, plaza ésta última donde se documenta la presencia de alguno de ellos comprando atunes en las almadrabas, arrendando alguna renta de las pertenecientes al duque de Medina, o en los pleitos que enfrentaba a los almojarifes con algún mercader vecino de esa localidad61 • En una breve síntesis que trate de dar una imágen de las restantes colonias de intalianos, decir que fueron los florentinos el otro gran grupo presente en Sevilla y su tierra. Los estudios de Consuelo V ARELA ha permitido localizar a cuatro o cinco nombres, entre otros, que destacan en la acción de la colonia florentina; Juanoto Berardi, Francisco Bonaguisa, Simón Verde, Gerónimo Rufaldi, o Bartolomé Marchioni, éste último residente en Lisboa, pero con claros intereses en Sevilla. A todos ellos habría que añadir al más conocido, Américo Vespuci, que en su condición de mercader se le menciona en varias actas notariales sevillanas. Casi todos ellos 59

E. OITE: "Los instrumentosjinancieros... Ob. cit. págs. /62-63.

60

Véase M. A. LADERO QUESADA: "Unas cuentas en Cádiz ",en C. E. M. n. /1-J//. Granada, /975-76; José SANCHEZ HERRERO: Cádiz. La ciudad medieval y cristiaiUl (1260-1525). Córdoba, /986.

61 Simancas. R. G. S.: 13-V/-/49/.fo/. 99; 28-X- /49/.fo/. 29. Véase también Antonio MORENO OUERO: Sanlúcar de Ba"ameda afines de la Edad Media. Cádiz. /983; Alfonso FRANCO SILVA y A. MORENO OUERO: "Datos sobre el comercio del puerto de Sanlúcar de Barrameda en el primer tercio del siglo XVI", en las Actas delll Coloquio de Historia Medieval Andaluza. Sevilla, /982.

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extienden sus negocios por la Baja Andalucía, aunque es en el comercio de esclavos y en el "trato de Guinea" donde mejor se localizan sus intereses. Junto a los florentinos, la de los venecianos fue otra de las colonias que mantuvo cierta presencia en el reino de Sevilla a lo largo del siglo XV. A comienzos del siglo mantenían un cónsul de su nación, si bien no será hasta 1442 cuando comiencen unas relaciones más fluidas entre los miembros de la Señoría y la ciudad62 • De entre sus miembros fue Lorenzo Sacent el que residió de forma más continuada en la región. Fue uno de los dos venecianos (junto a Andrea Ras) que figura en la nómina de mercaderes extranjeros que importaron cereales en la crisis de 1473, y en 1480 se dirigía al concejo sevillano para hacerle saber que allí residía y tenía casa poblada desde hacía mucho tiempo63 • Si los italianos son con diferencia los extranjeros más numerosos y los que desde más antiguo estan instalados en la región, no ocurre lo mismo con los de otra procedencia, en éste caso con los flamencos, ingleses o franceses, que se documentan de forma tardía y un tanto escasa. Son muy pocos los alemanes y flamencos que se pueden localizar en el reino de Sevilla, salvo en la villa de Sanlúcar en la que desde finales del siglo XV se constata la presencia de una serie carpinteros, marineros o gentes al servicio del duque de Medina Sidonia. Esta colonia avencindada en la villa sanluqueña experimentó un fuerte incremento a partir de las primeras décadas del siglo XVI, disponiendo desde entonces de un cónsul designado por el duque. En el caso de Sevilla hay que destacar que desde 1486 se encuentran en la ciudad cuatro impresores que llegaron a formar lo que ellos mismos denominaron "los compañeros alemanes". Esta asociación estuvo integrada por Paulus de Colonia, Johannes Pegnitzer, de Nuremberg, Magnos Herbst y Thomas GlocknerM. Pocos años después, en 1491, inician sus actividades en la ciudad los impresores Meinardo Ungut y Stanislaus Polonus; llegan desde Nápoles, de donde fueron llamados por los Reyes Católicos, y al poco tiempo de establecerse en la collación de Santa María se ven requeridos por los jurados de la misma para que contribuyan en el pago de tributos como el resto de los vecinos65 • 62

A. COLLANTES DE TERAN SANCH EZ: Sevilla en la Baja Edad Media ... Oh. cit. págs. 217-18.

63

A. M. S. Actas capitulares. Cabildo del 18-/X-1480.

64 Véase Joaquín HAZAÑAS Y L4. RUA: lA imprenta en Sevilla. Noticias inéditas de sus impresores desde la introducción del arte tipográfico en esta ciudad hasta el siglo XIX. Vol. J. Sevilla, 1945: Guillenno S. SOSA: "La imprenta en Sevilla en el siglo XV", en Historia de la imprenta hispana. Madrid, /982.

65

A. M. S. Actas Capillllares. Cabildo de 25 (?)de febrero de /49 l. La tradición de los impresores alemanes que se establecen en Sevilla la continua Jacobo Cromberger, que se afincó en la ciudad hispalense a principios del siglo XVI. Véase el trabajo deClive GRIFFJN: Los Cromberger. La historia de una imprenta del siglo XVI en Sevilla y Méjico. Madrid, 1991.

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La colonia francesa tampoco contaba con numerosos efectivos, siendo de nuevo Sanlúcar de Barrameda la que acogió al colectivo más importante: el de los bretones. Aunque presentes en la villa desde principios del siglo XIV, no es hasta la segunda mitad del XV cuando logran tener barrio propio y verse favorecidos por una serie de privilegios, entre los cuales se encontraba el de poder nombrar entre ellos a su cónsul66 • Cuando a principios del siglo XVI su protagonismo había decaído frente a los ingleses, los privilegios fueron contestados por los aduaneros de la villa que los acusaban de introducir mercancías en la comarca sin pagar ningún tipo de impuesto67 , y por los propios regidores de la villa que impedían a los cónsules juzgar los pleitos civiles y criminales existentes entre castellanos y bretones. La intensa actividad que tuvieron los portugueses en ésta región ha dejado escasa huella documental en lo que al siglo XV se refiere. Hay que esperar al establecimiento de las "feitorías", y al desarrollo de su actividad económica más característica (la compra de cereales para el abastecimiento de las plazas que fue ocupando Portugal en la costa norte africana) para poder localizar con nitidez a los portugueses que se afincaron en Sevilla y, preferentemente, en el Puerto de Santa María. La importación de esclavos procedentes del Golfo de Guinea y su posterior compraventa, o la venta de pastel procedente de las Azores, también trajo hasta la región a bastantes mercaderes lusos . Aunque no se puede comparar el número de ingleses que se establecen en la Andalucía Occidental con el de los genoveses, si que parece cierto que fueron, tras los italianos, los que de forma más regular llegaron a la región en la segunda mitad del siglo XV. Con un simple repaso al regesto documental que aquí se ofrece se podrá comprobar que son más de una veintena los que aparecen en estos años. Una característica a destacar de los afincados en Sevilla es su vinculación a los mercaderes italianos mediante una serie de contratos y asociaciones mercantiles. Es el caso, por ejemplo, de Juan de Brujas que en 1492 mantenía un pleito con el genovés Jácome Cervanis por el pago de 7.231 doblas; o el de Guillermo Sterlin y Guillermo de la Fount que mantenían tratos comerciales con los florentinos Juanotto Berardi y Juan Nieto respectivamente68 • También en Sanlúcar de Barrameda llegaron a tener un peso económico y poblacional destacado. Al igual que otras comunidades establecidas en

66

Véase además de/libro de Antonio MORENO ya citado, los trabajos de Pedro BARBADILLO DELGADO: Historia de la ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Cádiz. 1942; y el de Fernando GUILLAMAS Y GAUANO: Historia de Sanlúcar de Barrameda. Madrid, 1858 (reeditado en Sanlúcar en 1990).

67

A. M. S. B. Actas Capitulares. Cabildo de 29-X-1513.jo/s. 69 y 71

68

Simancas. R. G. S. 8-V-/492.jol. 384; /4-/JJ-149/.jo/. 91; 28-/V-1497.

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la villa poseen su propio cónsul desde finales del siglo XV, y en su mayoría se hallan plenamente integrados en la sociedad sanluqueña ya que no es extraño encontrarlos desempeñando oficios públicos y emparentandose con los linajes más importantes de la villa69• Además, y desde 1517, el duque les autorizó a edificar en la villa una iglesia y capilla que bajo la advocación de San Jorge serviría para el enterramiento de los que falleciesen en el pueblo, y posteriormente para las reuniones de la cofradía que fundaron los afincados en la villa. D) Andalucía Oriental y Murcia. Para calibrar la importancia que la presencia extranjera tuvo en la Andalucía Oriental hay que remitirse inevitablemente a las fuentes extranjeras, sobre todo italianas, ya que fueron los mercaderes procedentes de aquella Península los que de forma regular se acercaron durante toda la Baja Edad Media a los puertos del reino de Granada en busca de la seda, azúcar y aceite que recogían cuando hacían sus escalas en las rutas mediterráneas y atlánticas. Por los trabajos de F. MELIS o J. HEERS 70, basados en la documentación procedente de los archivos italianos, sabemos que Málaga constituía un punto clave en sus operaciones mercantiles en todo el Mediterráneo Occidental. Hay que esperar a las campañas militares que se desarrollaron entre 1484-87 (que terminaron con la conquista de Ronda, Marbella, Málaga y Vélez-Málaga) para poder encontrar a los extranjeros que actuaban en esta región entre la documentación castellana. Así pués, para los años que aquí estudiamos y según las fuentes castellanas conocidas, resulta escasa la incidencia del asentamiento extranjero en la región. En éste panorama sólo los genoveses constituyen una excepción Desde la segunda mitad del siglo XIII en que Venecia y Génova comienzan a enviar sus galeras hacia Flandes, la ciudad de Málaga se ve periódicamente visitada por los navíos de ambas Repúblicas. En abril de 1279 la República ligur confirmaba un tratado que un año antes habían negociado los embajadores Samuel Spínola y Bonifacio Ebraico con el soberano nazarí. El pacto, semejante a los privilegios que unos años antes habían obtenido los mercaderes genoveses estantes en Sevilla, preveía la elección de sus propios cónsules, quedando autorizados para disponer de iglesia, baños y horno propio. Fijaba los derechos que tenían que pagar por sus transacciones, los productos que podían exportar, las compensaciones por los posibles daños que pudieran sufrir en sus negocios, o la ayuda militar que tenían que facilitar al soberano

69

Al final del Lirbo 1 de Actas Capitlllares del concejo de Sanltíc:ar se encuentran varios folios en los que se registran las vecindades concedidas entre enero de 1512 y junio de 1542. Entre ellos se encuentran numerosos mercaderes ingleses que segurameme residían en la villa desde hacía bastante tiempo. 70 Además de los trabajos ya citados de J. HEERS puede verse su artículo "Le reyaume de Grenade et la politique marchande de Genes en Occident (XVe siecle)", publicado en Le Moyen Age, Louvain, /957.

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nazarí en el caso de que éste mantuviera una guerra contra otros musulmanes 71 • Con el tratado los genoveses se garantizan unos mercados y puertos de recalada fundamentales en sus viajes al Canal de la Mancha, y los nazaríes el abastecimiento de una serie de víveres que le son necesarios para subsistir. Desde entonces la presencia de los genoveses en el reino de Granada, particularmente en Málaga, es un hecho conocido y demostrado por los historiadores72 Para todos los extranjeros establecidos en la región, Málaga era su teatro principal de operaciones gracias a que reunía una serie de atractivos más o menos comunes al resto de aquellas ciudades que habían conseguido el asentamiento de población foránea; un rico traspaís, accesibles rutas de comunicación con Córdoba y Sevilla, y facilidades para el tráfico con el norte de Africa, lo que les permitía ponerse en contacto con las zonas en las que desembocaban las rutas transaharianas del oro. Tras la incorporación de la ciudad a la Corona castellana son muchos los mercaderes genoveses que deciden avencindarse en la misma. Entre otros, son los casos bien conocidos de Bautista de Spínola, Agustín Ytalian y Martín Centurión, estos dos últimos después de haber obtenido una carta de naturaleza en el reino73 • Quizás sea la reunión que el 20 de marzo de 1498 mantuvieron los afincados en la ciudad para elegir a un cónsul que les representara, el mejor testimonio de quiénes eran los que la frecuentaban o negociaban en ella; el documento da una relación de 40 nombres de mercaderes ligures presentes en la elección, entre los cuales se encuentran varios miembros de las importantes familias de mercaderes afincadas en Andalucía (Franquis, Imperial, Spínola, Catano, etc.). Aunque se documentan de forma tardía respecto a nuestro periodo de estudio, los genoveses también se encuentran presentes en la propia ciudad de Granada. Recientes aportaciones documentales 74 demuestran que en los primeros años del siglo XVI se 71 Véase Jos e Enrique LOPEZ DE COCA CASTAÑER: "Comercio exterior del reino de Granada", en Actas delll Coloquio de Historia Nedieval Andaluza. Sevilla 1982. Un amplio estudio sobre el conjunto de las colonias extranjeras establecidas en Málaga puede verse en el trabajo de Marfa TeresaLOPEZ BELTRAN: El Puerto de Málaga en la transición a los Tiempos Modernos. Málaga, /986. 72 Varios historiadores se han preguntado si los genoveses abandonaron en algún momento la ciudad durante los años de conquista castellana, y, si la respuesta es afirmativa, cuándo volvieron a ella. Aunque la pregunta tiene una diffcil respue.rta, lo cierto es que los trabajos de J. E. LOPEZ DE COCA y Ma. T. LOPEZ BELTRAN han demostrado que los mercaderes ligures aparecen en la ciudad muy poco después de su incorporación a Castilla, lo que podrfa indicar que quizás nunca se marcharon de Málaga.

7 J

Simancas. R. G. S. JO-VJJ-/493.fol. 14

74 Juan M. de la OBRA SIERRA: Mercaderes italianos en Granada (1508-1512). Granada, 1992. Véanse también los trabajos de Blanca GARJ: "La advertencia de/fin. Génova y el reino de Granada a mediados del siglo XV", y el de G. PISTAR/NO: "Tra Genova e Granada ne/l'epoca dei Nazarí", ambos en las Actas del/11 Coloquio Hispano-Italiano. Sevilla, /989.

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encuentran como estantes en la ciudad una serie de familias que mantienen una estrecha relación con Sevilla y Medina del Campo. Destacan las actividades económicas de Agustín y Juan Bautista Lomelín, y de Francisco Grimaldo, éste último considerado como vecino de la ciudad y propietario de amplias heredades en las villas de Moclín, Colomera y Berja, así como en las Alpujarras. Todos ellos tienen una serie de factores en Sevilla, Cartagena o Málaga que se encargan de comercializar la lana y seda que obtienen en Granada. El resto de extranjeros que acuden tras su conquista a las ciudades del antiguo reino nazarí se limitan a unos pocos venecianos o florentinos que periódicamente se dirigen hacia los puertos norteafricanos o en ruta hacia los puertos europeos. Hay que esperar a los primeros años del siglo XVI para encontrar a mercaderes procedentes de Francia, Inglaterra o Portugal. Previamente, y procedente de alguna de estas naciones, acudieron a las tierras del reino de Granada una serie de "cruzados" que tuvieron un papel más o menos destacado en la formación del ejército que que conquistó Málaga, Vélez-Málaga o Granada75 • Posteriormente algunos de ellos, como sucede con unos cuantos portugueses, aparecen registrados en los libros de repartimiento, lo que indica su deseo de avencindarse en tierras granadinas 76 • Al igual que en el caso del reino de Granada, los extranjeros también se hallan presentes en el de Murcia desde los tiempos de dominación musulmana. Tras su ocupación en 1243 y antes de su definitiva conquista en 1266, los genoveses ya habían obtenido un privilegio de Fernando III (en 1251) que les concedía una serie de franquicias semejantes a las de sus conciudadanos estantes en Sevilla77 • Las causas de su establecimiento en éste reino hay que buscarlas en la primacía del puerto de Cartagena cuando se trataba de dar salida hacia el Mediterráneo de la lana, el arroz y el aceite procedentes de Albacete y Almería. Posteriormente la explotación del

75 La presencia de extranjeros en las filas del ejército castellano que acometió las últimas campañas de la reconquista ha sido estudiada por E/oy BENITO RUANO; "La participación extranjera en/a guerra de Granada", en Actas del/ Congreso de Historia de Andalucía. Andalucía Medieval, 11. Córdoba, 1982. Este mismo autor lltvo ocasión de ocuparse de uno de los personajes más relevantes de cuantos acudieron a la guerra; el caballero inglb Sir Edward lVoodville, hermano de la reina Isabel, esposa de Enrique VII (véase "Un cruzado inglés en la guerra de Granada", en A. E. M. n. IX. Barcelona. 1974-75.

76 Véanse los trabajos de Maria de los Desamparados MARTJNEZ SAN PEDRO: "Repobladores portugueses en Almerfa según el Libro del Repartimiento", y el de J. E. LO PEZ DE COCA CASTAÑER: "Portugal y Granada: presencia lusitana en la conquista y repoblación del reino granadino (s. XV-XVI)", ambos trabajos en Actas das JI Jornadas Luso-Espanholas de História Medieval. vol. 11. Porto, 1987. 77 Véanse los trabajos de Juan TORRES FONTES: "Genoveses en Murcia (siglo XV)", y Angel Luis M OUNA MOUNA: "Mercaderes genoveses en Murcia durante la época de los Reyes Católicos (1474-1516)", ambos en Misce14nea Medieval Murciana, vol. JI. Universidad de Murcia, 1976.

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alumbre por parte genovesa permitió que puertos como el de Mazarrón tambien se transformaran en destacados núcleos de exportación. De lo dicho se deduce que son nuevamente los genoveses los que se establecieron con mayor arraigo y continuidad en la ciudad del Segura. Su preponderancia se refleja muy bien en el caso de tres familias, los Cataneo, presentes en Murcia desde 1394, los Uso di Mare, castellanizado en Usodemar, entre los cuales se encuentra algún alcalde de Murcia, y la familia Rey, de la cual es su mejor exponente Baltasar Rey, naturalizado en 1485, que llegó a ser en algunos casos representante ante la Corte de la propia ciudad en asuntos de interés económico para el alfoz murciano. En cuanto a su actividad económica, indicar que tanto aquellos que mantienen una prolongada vecindad como los que son transeuntes, desarrollaron todo tipo de negocios mercantiles y crediticios. En varias ocasiones prestaron dinero al concejo con el fin de sufragar fiestas o gastos militares, se les autoriza a sacar cosas vedadas, arriendan rentas municipales, o abastecen a la población local con productos de lujo (paños, tintes, especias ... ) y primera necesidad (cereales). De otros extranjeros estamos poco y mal informados. Se sabe que hacia 1477 se ·encontraba en la ciudad un impresor alemán, Teodorico Alemán, que seguramente había llegado desde Valencia, donde tres años antes se había introducido la imprenta. Diez años después vuelve a aparecer otro impresor alemán, Lope de la Roca78 • E) Islas Canarias. Aunque ya he señalado que se encuentra fuera del periodo de estudio de éste trabajo, entiendo que no puedo terminar de presentar a los extranjeros que se establecieron en Castilla a finales del siglo XV sin tratar de mostrar algunas notas que testimonien la importancia de su arraigo en la sociedad canaria que en aquellos momentos se estaba formando. Además, como también he mencionado, quizás sean las Islas Canarias, después de Andalucía, la región castellana que conoció el mayor número de extranjeros en los años finales de ésta centuria y comienzos de la siguiente. Todos los historiadores estan de acuerdo en considerar su paso hacia el Archipiélago como la prolongación natural de sus actividades en la Baja Andalucía. Canarias cuenta con una amplia bibliografía que ha puesto de relieve el papel de los extranjeros en todos los intereses económicos de las Islas, especialmente cuando la producción azucarera vino a multiplicar sus negocios en el ámbito atlántico79 • No en 78

Datos tomados de/libro de Juan B. V/LAR: Los murcianos y América. Madrid, /992.

79 El mejor estado de la cuestión lo ofrece Eduardo AZNAR VAUEJO en su trabajo Lll integración de las Islas Canarias en la Corona de Castilla (1478-1526). Aspectos administrativos, sociales y económicos. La Laguna, 1983. Pueden verse dos buenas síntesis en los trabajos de Manuel LOBO CABRERA: Los grupos humanos en la sociedad canaria del siglo XVI. Las palmas, 1979, y el de Charles VERLINDEN: "Castellanos, portugueses, italianos y otros pobladores de Canarias a raíz de la conquista. Una cuestión de proporciones", publicado en el VI C. H. C. A. Las Palmas, /987 (vol. 1).

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balde fueron extranjeros (genoveses) los que participaron en el reduscubrimiento del del siglo XIV, y extranjeros (franco-normandos) los que inciaron su conquista y colonización en el XV. A estas alturas no parece que sea necesario insistir en que fueron genoveses el grupo de pobladores de procedencia foránea que alcanzó mayor número e importancia social80 • Vinculados al comercio de la orchilla y esclavos, se hallan presentes en el Archipiélago desde época señorial, pero es tras la incorporación de las islas mayores al la Corona castellana cuando su interés por estas tierras se desarolló plenamente. Participaron en la conquista de Gran Canaria, y sobre todo en la de Tenerife, donde los genoveses Mateo Viña, Francisco Palomar, Guillermo Blanco y Nicolao Angelate crearon una compañía al efecto. De entre los que se avecinan en las Islas o mantiene relaciones con ellas a través de sus factores destacan Mateo Viña, Cristóbal de Ponte, Bautista Ascanio y sobre todo la familia de los Ribero!. A diferencia de los que venía sucediendo en Castilla, los genoveses se interesaron muy pronto por la adquisición de tierras con la clara intención de controlar todo el proceso productivo de la caña de azúcar. Como fruto de su colaboración en la conquista obtienen diversas parcelas que rápidamente destinan a la construcción de un ingenio; son los casos, entre otros, de Cristóbal de Ponte, que obtiene tierras y aguas en Garachico (norte de Tenerife) y compra otras en Daute, con las que logra formar una hacienda valorada en los primeros años del siglo XVI en más de 2.000.000 de maravedís81 • Mateo Viña fue recompensado por su participación financiera y militar en la conquista de Tenerife con más de 200 fanegas de tierras en el norte de la isla. La importancia de la hacienda que llegó a conformar se puede observar cuando tuvo que recurrir a un préstamo, concedido por el duque de Medina Sidonia, de 2.000.000 de maravedís para poder poner en cultivo sus tierras. Pero quizás sea la familia de los Riberol, con Francisco y sus hermanos Cosme y Juanotto a la cabeza, los mejores 110

Además de los trabajos ya citados de Leopoldo de la Rosa, véanse los de Manuela MARRERO RODR/GUEZ: Los genoveses en la colonización de Tenerife, 1496-1509). en la Revista de Historia Canaria, n. 89. La laguna, 1950; Enrique OITE: "Los Sopranis y los Lugo", en el// C. H. C. A. Tomo l. Las Palmas,1979; del mismo autor "Los Bortiylos Lugo", en el/JI C. H. C. A. Tomo l. Las Palmas,1980; y el de Jaques HEERS: "La empresa genovesa en el Atlántico durante el siglo XV: de la familia a la compañía", publicado en las VII Jornadas de Estudios Canarias-América. Santa Cruz de Tenerife, 1985. 111 Véase Benedicto RIVERO SUAREZ: El azúcar en Tenerife, 1496-1550. La Laguna, 1990. Para conocer el reparto de tierras en Tenerife y La Palma es necesario acudir al estudio de la.'lllamdas "datas" o albalaes que recogían la emrega de un lote de tierra 11 otros bienes a todos aquellos que pretendían avencindarse en éstas islas. Las datas han sido p11blicadas por Ellas SERRA RAFOLS: Las datas de Tenerife (Libros 1 a IV de datas originales). La Lag11na, /978, y por Francisca MORENO FUENTES: Las datas de Tenerife (Libro V de datas originales). La Laguna, J988. He intemado esllldiar estos repartimientos en mis trabajos : "El reparto de tierras en Tenerife tras la conquista (1496-1522)", en H. l. D.n. 17. Sevilla, 1990; y "Los repartimientos andaluces y canarios. Rasgos com11nes y problemas que enmarcan su est11dio", en Revista de Historia Canaria, n. 177. La Lag11na, /992.

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representantes de lo que fue la actividad de los genoveses en estos primeros años de colonización. Su importancia ha quedado de manifiesto en los trabajos que Leopoldo de la Rosa dedicó a su linaje. Vecinos de Sevilla, y naturalizados desde 1492, financiaron parte de las campañas de la conquista de las Islas, donde recibieron o compraron importantes propiedades, de forma especial en Gran Canaria. Algunos de sus miembros fueron declarados vecinos de ésta última isla, alternando su residencia entre la ciudad hispalense y el Archipiélago. De sus actividades como prestamista, y en general como comerciantes, se encuentras numerosos testimonios en las actas notariales sevillanas, de las que aquí se ofrece una amplia muestra. La acumulación por parte de los genoveses de bienes y tierras llegó a ser tan preocupante para los vecinos de Gran Canaria y Tenerife que pronto se dictaron órdenas tendentes a limitar sus inversiones en ambas islas. Así en 1499 los reyes ordenaban al gobernador de Gran Canaria que les impidiese poseer heredades en cuantía superior a los 200.000 maravedís aunque tuvieran carta de naturaleza en el reino. Poco después la prohibición se extendía a Tenerife, pero en ambos casos la disposición real se incumplió. Algunos quisieron eludir la medida esgrimiendo su condición de naturalizados (caso de los hermanos Riberol}, otros intentaron llegar a acuerdos con la Corona o con los propietarios isleños para poder seguir explotando sus haciendas82 • Ni siquiera la confección de una lista de extranjeros que incumplían las normas dictadas por los reyes hizo que aquellos perdieran sus tierras, ya que prácticamente todos los que allí se incluyen, excepto el genovés Francisco Palomar, mantuvieron sus propiedades en las Islas. Su influencia en las instituciones también se reflejan en los casos de aquellos que accedieron a los concejos insulares como regidores, alguaciles, tesoreros o mayordomos, aún sin avecindarse en el Archipiélago. Batista de Ascanio, regidor de Cádiz y alguacil mayor de Tenerife en 1501; Mateo Viña, regidor de Tenerife desde enero de 1500; Jerónimo Orerio, regidor de Gran Canaria en 1507, o Bartolomé Fontana, mayordomo en el concejo de ésta isla83 , son algunos ejemplos. Además de los genoveses, otros italianos, en éste caso florentinos, también se avecindaron en el Archipiélago. Son los casos de de Juan Alberto, Bernardo Escarlati, Jácome de Carminatis, y sobre todoJuanoto Berardi; éste último no llegó a avecindarse en las Islas, pero participó en la compañía que se creó para la conquista de La Palma.

82

Eduardo AZNAR VAUEJO: Documentos canarios en el Registro del Sello (1476-1517). La Laguna, 1981 (véanse docs. n. 467, 511, 512, 528, 540).

83 Además de la bibliografía ya mencionada puede verse el estudio biográfico que lrace de los miembros del cabildo de Tenerife Leopoldo de la ROSA OLIVERA: Acuerdos del Cabildo de Tenerife, IV. La Laguna. 1970.

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La presencia de flamencos y alemanes en Canarias se constata desde la conquista de las islas mayores, si bien hay que esperar a los inicios del siglo XVI para calibrar mejor su importancia. Fue entonces cuando dos miembros de la compañía alemana de los Welser aprovecharon para introducirse en el ámbito de las Islas adquiriendo el heredamiento de Tazacorte (La Palma) además de otras tierras en Los Llanos84 • En cuanto a los franceses es bien conocida su presencia desde los inicios de la conquista del Archipélago ligado a las empresas de los normandos a los órdenes de Juan de Bethencourt. Posteriormente, y en el periodo aquí analizado, su llegada a las Islas está condicionada por la beligerancia existente entre las coronas castellana y francesa. No obstante se tiene constancia de la participación de alguno de ellos en los repartos de tierras y en los primeros intercambios comerciales85 • Junto con los genoveses, hay otro gurpo de extranjeros, el de los portugueses, que también participó de forma destacada en la colonización del Archipiélago, si bien, y a diferencia de los italianos, la comunidad lusa estaba compuesta básicamente por pequeños y medianos propietarios, artesanos y algún que otro transportista o clérigo. En general se integraron bien y con rapidez en el conjunto de la sociedad canaria, siendo fundamental su papel en la introducción del cultivo de la caña de azúcar y en las labores artesanales relacionadas con los ingenios86 •

-VIAJEROS Y ARTISTAS Creo que debo terminar estas notas dedicando unas pocas líneas a aquellos extranjeros que por circunstancias especiales destacaron sobre el conjunto de la población foránea. Los viajeros y los artistas son la parte emergente, y por tanto la más conocida, del anónimo grupo que compone el grueso de los extranjeros que se avecindaron en Castilla. A lo largo de toda la Edad Media la Península Ibérica no dejo de estar en contacto con el Oriente a través de los viajeros que iban y venían desde 84 Véase Manuela MARRERO RODRJGUEZ: "Mercaderesjlamencos en Tenerife durante la primera mitad del siglo XVI", en e/ IV C. H. C. A. Tomo/, Las Palmas, /982; y Manuel LOBO CABRERA: "El comercio entre Gran canaria y Flandes hasta 1558 a través de la burguesía mercantil", en e/ IV Coloquio de Historia Socitú de Canarios ( 1979). La confinnación de la compra de estas tierras en E. AZNAR VALLEJO: Documentos... Ob. cit. documentos ns. 934 y 935 (10-/-/5/3). 85

Puede verse e/ trabajo de Manuel LOBO CABRERA: "Los mercaderes franceses en Canarias en el siglo XVI. Pablo Reynaldos", en el VI C. H. C. A. Tomo J. úís Palmas, /987. 116

José PEREZ VIDAL tiene varios trabajos relacionados con la presencia portuguesa en el Archipiélago. Véanse entre otros su artículos "Esbozo de un estudio de la influencia portuguesa en la cultura tradicional canaria", en Homenaje a Ellas se"a Rafols. Universidad de La Laguna, 1970; "Influencia portuguesa en la toponimia canaria", en Revista de dialectolog{a y tradiciones populares, n. XX ( 1964 ).

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Bagdag, Jerusalem o Constantinola, propiciando una transmisión del saber clásico, árabe y judío que se ha considerado fundamental para el pensamiento europeo. En el siglo Xlll la corte de Alfonso X atraía a numerosos extranjeros interesados por la producción científica que revelaban los libros de astronomía y leyes. Ya en los siglos XIV y XV las estrechas relaciones que Castilla y Aragón mantenían con las repúblicas italianas se plasmaron no sólo en la creación de una serie de redes comerciales que unían la Península con el norte del continente, sino en la llegada de las influencias culturales que trajeron humanistas del Trecento y del Quattrocento italianos. Las peregrinaciones hacia Santiago de Compostela completan el panorama de los viajeros extranjeros que afluyen contínuamente hacia la Península. Quizás ha sido Arturo FARINELLI el que mejor ha reflejado la importancia y el número de quienes viajaron por España y Portugal durante los siglos medievales87 • De entre ellos (son más de un centenar los nombres que porporciona A. Farinelli de aquellos que viajan por España sólo en el siglo XV) algunos nos han dejado un relato de su itinerario por las tierras y pueblos de Castilla, o cartas ricas en pormenores que reflejan mejor que ningún otro documento costumbres y hechos de la vida cotidiana en el reino durante aquella centuria. Son los casos de los testimonios dejados por el caballero suabo Jorg von Ehingen, el del relato compuesto entre 1483 y 1486 por el polaco Nicolás Poplau, el epistolario de Lucio Marineo Sículo, o el de Pedro Mártir de Angleria, y sobre todo los relatos de Jerónimo Münzer y Eustache de la Fosse88 • El primero, autor del más conocido itinerario medieval por España, había nacido en Feldkirch (Vozelberg), población situada en la región del Tirol, en tomo a 1460. Estudió medicina en la Universidad de Pavía, ejerciendo su profesión en Nüremberg y Roma, hasta que en agosto de 1494 decidiera emprender un viaje para recorrer los distintos reinos de la Península Ibérica. Así desde el 17 de septiembre al 8 de febrero de 1485, Hieronymus Monetarius (nombre latinizado del humanista alemán) se dedicó a viajar por un itinerario que le llevó por casi todas las villas y ciudades 87

Véase Anuro FARINELU: Viojes por España y Portugal desde la Edad Media hasta el siglo XX. Nuevas

y antiguas divagaciones bibliográficas. Tomo 1, Roma 1942. El humanista italiano amplia con la consulta de numerosas bilbiotecas y archivos las noticias que hasta enronces había proporcionado R. FOULCHEDELBOSC: "Bibliographie des voyages en Espagne et en Ponugal", publicado en la Revista Critica de Historio y literatura española, portuguesa e hispano-americana", Madrid, 1898. Véanse también los trabajos de José GARCIA MERCADAL: Viajes por España. Madrid, 1972, en el que se recoge una representación de los viajeros árabes y cristianos medievales, y el de Antonio ANTELO IGLESIAS: "Caballeros centroeuropeos en españa y Portugal durante el siglo XV", publicado en la revista Espacio, Tiempo y Forma, n. IV. Madrid, 1989 (Serie: Historia Medieval, 1). 88

Jerónimo M ÜNZER: Vioje por España y Portugal (1494-95 ). (Edición de Ramón Alba). Madrid, 1991. Césareo FERNANDEZ DURO: "Viaje por España, Ponugal y costa de Africa en el siglo XV", en B. R. A. H. Tomo XXXII, Madrid, 1898; Denis ESCUDER: Voyages D'Eustaclle de la Fosse. Comisión para la Conmemoración de los Descubrimientos Porlllgueses, 1992; Joaquín MONTEZUMA DE CARVALHO: Crónica de un viáge a Costa da Mina no ano de 1480. Eustache de la Fosse. Usboa, 1992.

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importantes de la Península, dejándonos el más minucioso relato que se conoce sobre asuntos tan dispares como las descripciones de los moriscos del reino de Granada, producciones agrarias, tesoros artísticos, o la de los comerciantes alemanes establecidos en las distintas ciudades que visita. La florenciente actividad económica que conoció el reino durante la segunda mitad del siglo tuvo un inmediato reflejo en la febril actividad artística que se desarrolló en aquellos años, y que llevó a la construcción de palacios, catedrales, monasterios, panteones, etc. Para esta labor fueron necesarios pintores, azulejeros, doradores, vidrieros, y escultores que trabajaban al servicio de una institución o particular. Muchos de ellos proceden del extranjero 89 • A mediados del siglo XV se instalan en Burgos y Toledo una serie de artistas flamencos y alemanes, entre los que destaca Hanequín de Bruselas, maestro mayor de obras de la Catedral toledana, y sus hermanos, Egas Cueman y Antón Martínez de Bruselas. A la sombra de Hanequín se dieron cita una serie de pintores y escultores de la misma procedencia; son los casos de Melchor Alemán y Juan Alemán. Poco después aparece como oficial de la Puerta de los Leones, el maestro Juan Guas, procedente de Bretaña. Éste último dirige las obras de la catedral de Avila, y llegó a ser uno de los maestros mayores de las obras reales que los Reyes Católicos emplearon de forma más asídua. De procedencia germánica y neerlandesa también son Rodrigo Alemán, escultor del coro de la catedral de Toledo, Enrique Alemán, vidriero de la catedral de Sevilla, o Juan de Flandes, desde 1496 uno de los retratistas más cercano a la reina Isabel. Con ser menor, el grupo de artistas italianos también fue destacado. Ceramistas como Francisco Niculoso Pisano90 , que llega a Sevilla en la última década del siglo, revolucionando con su técnica y motivos decorativos la producción de azulejos; Dello Delli, autor del retablo de la catedral vieja de Salamanca, o el maestro Bolea, considerado como el miniaturista italiano que decoró el "Misal Breviario" de Fernando el Católico. 811

Jerónimo MÜNZER: Viaje por España y Portugal (1494-95). (Edición de Ramón Alba). Madrid, 1991. Césareo FERNANDEZ DURO: "Viaje por Espalia, Portugal y costa de Africa en el siglo XV", en B. R. A. H. Tomo XXX/J. Madrid, /898: Denis ESCUDER: Voyages D'Eustaclle de la Fosse. Comisión para la Conmemoración de los Descubrimien/Os Portugueses, 1992: Joaquin MONTEZUMA DE CARVALHO: Crónica de un viáge a Costa da Mina no ano de 1480. Eustache de la Fosse. Lisboa. /992. 89

Los trabajos que se dedican a analizar el arte y a los creadores que se encuentra en/a España de los Reyes Católicos alcanza grandes proporciones. por lo que me remito a dos obras recientes que aportan una amplia bibliografía que puede servir de referencia. Me refiero al libro de Joaquín YARZA LUACES: Los Reyes Católicos. Paisaje artístico de una monarquía. Madrid, 1993; y el de Rafael DOMINGUEZ CASAS: Arte y etiqueta de los Reyes Católicos. Artistas, residencias, jardines y bosques. Madrid, 1993. 90

Véase Alfredo José MORALES MARTINEZ: Francisco Niculoso Pisano. Sevilla, /99/ (Serie "Arte Hispalense", n. J4 ).

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Para completar los apuntes que se ofrecen en las páginas anteriores incluyo una relación de todos los extranjeros de quienes tengo noticia de su establecimiento o residencia en Castilla a lo largo de las últimas décadas del siglo XV y comienzos del XVI (anteriores a 1520). Esta nómina se ha elaborado con los documentos que se aportan en ésta colección y con la bibliografía consultada. No pretendo que esta relación sea completa ya que para esto se requiere ampliar la investigación a los numerosos archivos de protocolos provinciales; aun así entiendo que puede dar una idea de su importancia numérica y distribución geográfica. Advertir varias cosas; primero, que ésta lista no ha servido de base para elaborar los cuadros que se presentan en el estudio ya que aquí se relacionan a todos aquellos individuos localizados en los primeros años del siglo XVI; segundo, que los nombres que aparecen en una región pueden repetirse en otra ya que la movilidad geográfica de algunos extranejros era constante; y por último, decir que la nómina no sigue una clasificación alfabética estricta, dandose en pirmer lugar el nombre y luego el apellido de los relacionados tal y como aparecen escritos en los documentos. Especificar el nombre originario en inglés, alemán o italiano es una labor que requería un detenido trabajo de investigación que de momento no he realizado.

ANDALUCIA OCCIDENTAL NOMBRE - Lorenzo Adamo - Lorenzo Adorno - Nicoloso Adorno - Francisco Adorno -Juan Bautista Adorno - Luco Batista Adorno - Peligro de Agnan -Pedro Agostin - Juan Aguiloxa - Bemabé Aimari - Jorge Aimare - Ricardo Alaín - Bernardo de Albejos -Juan Alfón -Alfonso -Juan Alvarez - Violante Alvarez - Ricardo Al vi - Nicoloso Angelat - Marrao Arrant -Mauro Arrigente -Bautista Ascanio - Guillén Asteley

ORIGEN Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Bretaña Génova Génova Inglaterra Francia Portugal Italia Portugal Portugal Inglaterra Génova Inglaterra Florencia Génova Inglaterra

VECINDAD Jerez Jerez Sevilla Jerez Sevilla Sevilla Sevilla Cádiz Sevilla Sevilla Sevilla Jerez Sevilla Sevilla Córdoba Sevilla Sevilla Jerez Sevilla Sevilla Sevilla Cádiz Sevilla

Extranjeros en Castilla (1474-1501)

60 -Agustín As y lo - Filipo Atum - Juan Bladre - Ricardo Ballester - Baltasar - Iñigo de Bareta - Julián de Barci - Gerónimo Barón - Pedro Batista - Polo Batista - Juan Berardi - Juanotto Berardi -Juan Bibaldo (Vivaldo) - Anselyn Bibaldo -Jos Silbos - Juan Binses - Guillermo Blanco -Juan Blandín - Min Bocanegra - Jorge Bolestrud - Francisco de Bolonia - Francisco Bonaguisa -Polo Bonifacio - Carlos Borla -Juan Breg - Nicoloso de Brina - Juan de Brujas -Esteban Buenvasino - Nicoloso Bu~ardo - Cristóbal Cabrón - Pedro Cabrón - Batista Calvo - Juanotto Calvo - Juan Antonio Calvo - Manfredo Camita -Juan Canis~ero - Batista Cario - Jácome Carmo -Juan Casal - Antonio Castellón - Bernardo Castellón - Marco Castellón - Clérigo Castillo - M. de la Casyna - Bartolomé Catano - Marco Catana - Pedro Sernal Catano - Tomás Catano - Diego Catano - Francisco Catana - Jácomo Catana - Jerónimo Catana - Andrea de Ca~aña - Jácomo Ca~aña - Niculoso Ceba

Génova Inglaterra Inglaterra Inglaterra Génova Sicilia Génova Génova Génova Génova Florencia Florencia Génova Génova Flandes Inglaterra Génova Marsella Génova Inglaterra Génova Florencia Génova Génova Inglaterra Génova Inglaterra Génova Venecia Génova Génova Génova Génova Génova Génova Florencia Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova

Pto. Sta. María Jerez Sevilla Sanlúcar Sevilla Sevilla Cádiz Sevilla Sevilla Cádiz Sevilla Sevilla Sevilla/Cádiz Jerez Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Cádiz Sevilla Sevilla Sevilla Cádiz Sevilla Sanlúcar Cádiz Sevilla Sevilla Sevilla Cádiz Cádiz Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Carmona Córdoba Cádiz Jerez Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Jerez Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Cádiz Cádiz Pto. Sta. María Sevilla Sevilla Jerez

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- Catano Ceba - Ambrosio Centurión - Angel Centurión - Cosme Centurión - Eligio Centurión - Doménigo Centurión - Flérigo Centurión - Pedro Cerezo - Jácome de Cervanes (Sorvanis) - Juan Cestón - Francesco di Ciappa - Paulus de Colonia - Diego Copón - Andrea Corate - Jácobo Comayo - Batista Con~en~io - Antón Cortés - Miguel Chantí - Diego Cherino - Alfonso Cherino - Antón Cherino - Fernando Cherino - Cristóbal Cherino - Alonso Dacre - Dalmao Dala - Juanotto Daviso -Juan Day - Peligro Deguant - Antonio Demasydo - Jácome Demasydo - Andrea Dendo -Vasco Dias - Francisco Dofife - Hisid Dolfin - Luis Dolfin - Jácomo Domestico - Pero Batista Domocalta - Benito Doria - Bautista Doria (Oria) - Jerónimo Doria -Juan Andrea Doria - Sebastián Doria -Luis Doria - Gregorio Doria (Oria) - Pedro de Doria - Pedro Vi~en~io Doria - Francisco Doria - Doménigo -Polo Ebaya - Luciano Esbaya - Leonardo Esbaya - Polo Escaja - Eduardo Escaja - Sebastián Escaja - Guillén Escaller

61 Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Venecia Génova Génova Bolonia Colonia Génova Florencia Génova Génova Florencia Alemania Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Inglaterra Génova Génova Génova Génova Portugal Florencia Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Inglaterra

Jerez Cádiz Sevilla Sevilla Pto. Sta. María Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Cádiz Sevilla Sevilla Cádiz Sevilla Sevilla Gibraltar Jerez/Sevilla Sevilla Cádiz Cádiz Cádiz Cádiz Cádiz Cádiz Pto. Sta. María Cádiz Sanlúcar Sevilla Cádiz Cádiz Cádiz Sevilla Moguer Cádiz Pto. Sta. María Cádiz/Jerez Sevilla Sevilla Sevilla/Cádiz Sevilla/Córdoba Cádiz Sevilla/Cádiz Sevilla Cádiz Córdoba Sevilla/Cádiz Sevilla Sevilla Sevilla Córdoba Córdoba Sevilla Sevilla Cádiz Sevilla

Extranjeros en Castilla ( 1474-1501)

62 - Pedro Espanoche - Pedro Espinosa - Yfronae Espinosa -Juan Espinosa - Juan Esteban - Seba Estéfanes - Guillén Esterlín - Francesco - Juan Falquete - Violante Femández - Antonio Ferrer - Francisco Perreras - Andrea Ferro - Damián de Firma -Mareo Fome -Simón Fome - Cristóbal Forte - Yfronae Forte -Juan Forte -Juan Fruiges - Tomás Franque -Juan de Franquis -Juan Antonio de Franquis - Cristóbal de Franquis - Roberto Galsón - Nicoloso de Ganer - Nicoloso de Gasela - Andrea Gazzano - Andrea de Génova - Cebrial Gentil - Esteban Gentil - Doménigo Gentil - Francisco Gentil - Gregorio Gentil - Jerónimo Gentil - Pedro Gentil - Rafael Gentil - Jácomo Gentil - Cristóbal Gentil - Juan Batista Gentil - Simón Gentil - Tomás Glermes - Alvar Gómes - Diego Gómez - Fernando González - Pedro González Nero - Guillermo Gresem - Agustín de Grimaldo - Bernardo Grimaldo - Bernardo Grimaldo - Cristóbal Grimaldo - Gaspar Grimaldo - Jerónimo Grimaldo - Julián Grimaldo - Luca Grillo

Siena Génova Génova Génova Portugal Venecia Inglaterra Génova Florencia Portugal Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Inglaterra Inglaterra Génova Génova Génova Inglaterra Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Alemania Portugal Francia Portugal Portugal Alemania Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova

Jerez Cádiz Cádiz Cádiz Sevilla Sevilla Sevilla Córdoba Sevilla Sevilla Córdoba Jerez Jerez Cádiz Sevilla Cádiz Cádiz Cádiz Cádiz Sevilla Sevilla Sevilla/Cádiz Pto. Sta. María Sevilla Sanlúcar Cádiz Cádiz Sevilla Córdoba Sevilla Sevilla/Cádiz Sevilla Córdoba/Cádiz Sevilla/Cádiz Sevilla Sevilla/Córdoba Sevilla/Cádiz Córdoba/Sevilla Cádiz Sevilla Cádiz Sevilla Sevilla Carmona Zafra Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Cádiz Sevilla Cádiz

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- Otobono Grillo - Guillém Grim - Pelígano de Guan - Felipe Guarque - Juan Guarque - Doménigo Guaseo - Diego Guaseo - Francisco Guillermín - Guillermo de Guillermis - Magnus Herbst - Pedro Holanda - Guillermo Holibrú - Cristóbal Honti veros - Francisco de Horno - Oberto Imperial - Pedro Imperial - Francisco Imperial - Pantaleón Italiano - Oberto ltalian - Polo ltalian - Rafael Italian -Juan - Gonzalo Jácomo -Juan Jiménez - Juan de Jorge - Guido de Labazaris - Pablo Landi - Simón de Langes - Cristóbal Leardo - Guillermo Lebrón - Pedro Lercar (Lercaro) - Domingo Lerma -Juan Linche - Agustín Lomelín -Bernardo Lomelín - Benito Lomelín - Cosme Lomelín -Juan Lomelín - Leonardo Lomelín -Simón Lomelín - Pantaleón Lomelín - Alfonso Lópes - Lorenzo López - Al var Lorenzo -Martín Lorenzo - Miniato Lorenzo - Bartolomé Liante - Luis Machorro -Juan Machorro - Antón Machorro - Domingo de Manarola - Lope de Mallorca - Pedro de la Mar - Andrea de Mar - Nicoloso de Mar

63 Génova Inglaterra Génova Inglaterra Inglaterra Génova Génova Aorencia Génova Alemania Milán Inglaterra Portugal Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Portugal Portugal Portugal Venecia Génova Siena Génova Génova Inglaterra Génova Génova Irlanda Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Portugal Portugal Portugal Génova Venecia Génova Génova Génova Génova Génova Sicilia Sicilia Génova Génova

Sevilla Sevilla Cádiz Sevilla Sevilla Córdoba Córdoba Sevilla Cádiz Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Jerez Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla/Cádiz Pto. Sta. María Cádiz Cádiz Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Pto. Sta. María Córdoba Huelva Sevilla Sevilla Sevilla Cádiz Cádiz Sevilla Pto. Sta. María Sevilla/Cádiz Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Pto. Sta. María Sevilla Cádiz Cádiz Cádiz Cádiz Cádiz Sevilla Sevilla Sevilla/Córdoba Pto. Sta. María

E.rtranjeros en Castilla (1474-1501)

64 -Marco - Cristóbal Marche - Bartolomé Marchioni - Andrea de Mari - Gudencio de María - Termo de Marín - Francisco de Marín -Luis Marín - Pedro Marín - Bemabé Marini - Doménigo Marini - Donaino Marini - Pedro Marini - Gerónimo Marrufo - Rosia Marrufo - Cristóbal Marrufo - Lucián Marrufo - Pedro Marrufo - Guillem Martín -Pedro Martín - Alfonso Martínez - Juan Martínez - Polo Martino - Jácomo Martino - Gaspar Maynet - Jácomo de Mayorga - Batista Maynel - Jerónimo Médicis - Batista Médicis - Julián Médicis - Jerónimo Médico - Bartolomé Mendes - Niculoso Merlessyn - Bartolomé Meta - Pedro de Milano -Juan Milet - Nicoloso Monardis - Doménigo Monardis - Batista Monleón - Jácobo de Monte - Jacobo Monte - Jacobo Monti - Jácobo Montay - Diego Morando - Juannes de Morenberga -Antonio Nayron - Alberto Negrón - Bartolomé Negrón - Damián Negrón - Francisco Negrón - Luis de Negrón - Polo Batista Negrón - Pedro Batista Negrón - Sebastián de Negrón - Cosme de Negro

Nápoles Francia Florencia Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Inglaterra Génova Portugal Portugal Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Portugal Génova Génova Génova Inglaterra Génova Génova Génova Inglaterra Génova As ti Génova Lombardía Alemania Génova Génova Génova Génova Venecia Génova Génova Génova Génova Génova

Córdoba Carmona Sevilla Córdoba Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Córdoba Sevilla Córdoba Córdoba Córdoba Cádiz Cádiz Cádiz Cádiz Cádiz Sevilla Jerez Sevilla Sevilla Jerez Jerez Sevilla/Cádiz Gibraltar Jerez Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Cádiz Sevilla Córdoba Jerez Sevilla Sanlúcar Pto. Sta. María Sevilla Sevilla Sevilla Gibraltar Córdoba Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Pto. Sta. María Cádiz Sevilla Jerez

Juan Manuel Bello León

-Francisco de Negro -Juan Bautista de Negro - Angel de Negro - Oberto de Negro - Doménico Nicolino - Donato Nicoly - Juan de Nobriegas -Blanca Núñez - Andrea de Odón - Luis de Odón - Lanfranco Orla - J ulián Orla - Sebastián Orla -Rufo Orla - Antonio Ortiz - Felipe Otón -Pedro -Pablo - Rui Paes - Cristóbal Pantaleón - Parmenino - Guillermo Papín - Esteban Pasen -Mitre Paues - Luis Pecelim - Johannes Pegnitzer - Doménigo Pinelo - Antonio Pinelo - Luis Pinelo - Bautista Pinelo - Martín Pinelo - Francisco Pinelo - Gabriel Pinelo - Castelín Pinelo - Bernardino Pinelo - Bernardo Pinelo - Luco Pinelo - Jácomo Pinelo - Agustín Pinelo - Pantaleón Pinelo - Pedro Pinelo - Fernando Pinelo - Lorenzo Pinelo - Ricardo Pi ches - Bernal de Pisa - Fernando ~e Pisa -Pedro de Pisa -Juan Pérez - Andrea Pomar - Lan~alago Polo -Polo - Juan Portugués - Bernardo Presenda - Gregario Presenda - Pedro de Quintal

65 Génova Génova Génova Génova Venecia Florencia Alemania Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Florencia Inglaterra Portugal Génova Portugal Florencia Génova Inglaterra Génova Génova Génova Nuremberg Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Inglaterra Pisa Pisa Pisa Génova Génova Venecia Génova Portugal Génova Génova Portugal

Sevilla/Jerez Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Cádiz Sevilla Sevilla Sevilla Sanlúcar Sevilla Sevilla Cádiz Cádiz Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla/Cádiz Sevilla/Córdoba Sevilla/Córdoba Sevilla Sevilla Córdoba Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Córdoba Cádiz Cádiz Cádiz Sanlúcar Córdoba Córdoba Córdoba Sevilla Sevilla/Cádiz Sevilla Córdoba Sevilla Córdoba/Sevilla/Cádiz Sevilla Sevilla

Extranjeros en Castilla (1474-150/)

66 - Jerónimo Rufaldi - Cebrián de Rafel - Andrea Rasi - Pedro Reconte - Cristóbal Regente - Cristóbal Regina - Antonio de Ribero) - Francisco Riberol - Jácome Riberol - Cosme Riberol - Juanotto Riberol - Luis Riberol - Leonardo de Riesco -Rodolfo - Francesco Rodríguez - Violante Rodríguez· -Vicente Rodríguez - Pedro Rondinelli -Juan de la Ruda - Lorenzo Sacente - Doménigo Saly - Tomás Salas - Tomás Salvago -Antonio Sal vago - Abraham Salvago - Bailía Salvago - Esteban Salvago - Cosme Sal vago - Cristóbfll Salvago - Nicoloso Salvago - Gerónimo Salvago - Luco Sal vago - Gaspar Salvago - Marco Sal vago - Antonio de Saona - Mitre Saule - Nicoloso Saule - Tomás Saule - Amador de la Serna - Pero Sevalcaravo - Guillermo di Sicilia - Bernabé Sigula - Juan Solana - Angelo del Solar - Alfón Sorvanis -Bernardo Sorvanis (Servanis) - Cosme Sorvanis - Antonio Sorvanis - Jácome Sorvanis (Sopranis) - Filipo Sorvanis - Francisco Sorvanis - Nicoloso de Spínola - Lanfranco Spínola - Lucián Spínola - Esteban Spínola

Florencia Génova Venecia Venecia Inglaterra Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Florencia Génova Portugal Portugal Florencia Portugal Venecia Génova Inglaterra Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Saona Génova Génova Génova Francia Génova Sicilia Génova Inglaterra Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova

Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Jerez Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Cádiz Córdoba Córdoba Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Cádiz Sanlúcar Sevilla Sevilla Pto. Sta. María Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla . Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Cádiz Sevilla Cádiz Cádiz Cádiz Sevilla Cádiz Córdoba Sevilla Sevilla Córdoba Cádiz Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Pto. Sta. María Sevilla Sevilla Sevilla

Juan Manuel Bello León

- Jácome Spínola - Oberto de Spínola - Francisco Spínola - Juan Bautista Spínola - Manuel de Spínola -Jerónimo Spínola - Agustín Spínola - Leonardo Spínola - Ambrosio Spínola - Gaspar Spfnola -. Gaspar Spfnola (hijo) -Juan Spínola - Vijfenjfio Spínola - Luis Spínola - Doménigo Spínola - Corredín Spínola -Bernardo Spínola - Cristóbal Spínola - Onorato Spínola - Pedro Spínola - Anigo Spínola -Juan Tarigo - Luis Tarigo - Mateo Tarfoya - Termo Tarfoya -Antón Torres - Míguel Tre (Atra) - Ricardo Tre - Francisco Ucelo - González de Umbrete -Pero Unto - Maynardo Ungunt - Francisco Usodemar - Cosme U sodemar - Nicolás Usodemar - Peligro Usodemar - Polo Usodemar -Pedro de Urrea - Cristóbal Vago - Alonso V ázquez -Pero Vaes - Vicencio de Venecia -Silvestre Vento -Alvaro Vasques - Americo Vespuci - Sebastián Vayrola -Jorge Vigón -Mateo Viña - Pedro Yanes - Gonzalo Yanes -Batista Ynel

67 Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova . Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Flandes Inglaterra Génova Portugal Génova Alemania Génova Génova Génova Génova Génova Portugal Génova Portugal Portugal Venecia Génova Portugal Aorencia Génova A andes Génova Portugal Portugal Génova

Sevilla Sanlúcar Sevilla/Cádiz Córdoba Córdoba Sevilla/Sanlúcar Sevilla/Cádiz Sevilla Sevilla Cádiz. Cádiz Sevilla/Cádiz Sevilla/Cádiz JerezJPto. Sta. María Sevilla Sevilla Sevilla Córdoba Córdoba Cádiz Córdoba Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla ·se villa Sevilla Sanlúcar Cádiz Sevilla Pto. Sta. María Sevilla Cádiz Cádiz Cádiz Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Córdoba Sevilla Sevilla Sevilla Gibraltar Sevilla Sevilla Sevilla Sevilla Jerez

Extranjeros en Castilla (1474-1501)

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ANDALUCIA ORIENTAL Y MURCIA NOMBRE -TadeoAgra - Agustín de Arva - Jorge de Barisa - Guiraldo de Burgarello - Luis Bragadini - Pedro de Cabria) - Benito Catano - Simón Catano - Martín Centurión - Vicencio Conforte - Juan Pedro de Cerra -Jerónimo Doria -Luis Doria - Termo Doria - Guillén Dorque - Bautista Dyan - Bernardo Franquis - Bartolomé Franquis -Jerónimo Francisis - Sebastián Francisis - Polo Bautista - Francisco Ginori - Alberto Grimaldo - Gaspar Grimaldo - Rafel Grimaldo -Juan Grillo - Domingo Guano - Pedro Jerónimo Imperial - Gaspar Italián - Agustín ltalián - Pedro Juan Justinian - Francisco Justiniano -Jerónimo Lercal - Juan Lombardo - Rafael Lomelín - Pantaleón Lomelín - Andrea de Mar -Juan Antonio de Marín - Gaspar Marrufo - Francisco Marrufo - Pedro Marrufo -Juan Merenguini - Filipo de Meneta - Batista de Meneta - Benito Mentoca - Leonardo Mineca - Francisco Morcho -Agustín de Negro - Galeoto de Negro - Juliano de Negro - Tadeo de Negro -Juan Ambrosio Negrón

ORIGEN Génova Génova Génova Génova Venecia Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Bretaña Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Venecia Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Venecia Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova

VECINDAD Murcia Málaga Murcia Murcia Málaga Málaga Málaga Murcia Málaga Málaga Málaga Málaga Murcia Murcia Baeza Málaga Málaga Málaga Murcia Murcia Málaga Málaga Málaga Málaga Málaga Murcia Málaga Málaga Málaga Málaga Murcia Málaga Murcia Murcia Málaga Málaga Murcia Málaga Málaga Málaga Málaga Málaga Almería Almería Málaga Murcia Málaga Murcia Murcia Murcia Murcia Cartagena

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- Telmo Negrón - Gaspar de Orio - Jerónimo Oria - Bautista de Oria - Termo de Oria -Juan Pa~a - Luca Paniguerola - Jacobo Pinelo - Polo Pinelo - Juan Pitaluga -Polo -Juan Polo - Gerónimo de la Porta - Baltasar Rey -Mateo Rey - Doménigo Rey -JácomoRey -Juan Rey -Luis Rey - Lafegeca Sauli - Cario Sauli - Francisco Spínola -Ambrosio Spínola - Tomás Unegro -Benito de Undede - Perseval Vivaldo -Tomás Vurguran

Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova

Málaga Málaga Málaga Murcia Murcia Málaga Murcia Málaga Murcia Málaga Baena Murcia Málaga Murcia Murcia Murcia Murcia Murcia Murcia Málaga Málaga Málaga Málaga/Jaen Murcia Málaga Málaga Murcia

GALICIA, CASTILLA-LEON Y EXTREMADURA NOMBRE - Francisco Albacet -Juan Bautista - Lorenzo Bertín - Agustín Bibaldo - Benito Castillo -Conrado - Miguel de Chalbani - Bautista de Escaja - Francisco Fabián (Fabriá) - Francisco Falín - Fantone - Agustín de Grimaldo - Gaspar Grimaldo - Pero Grimaldo - Simón Justiniano - Albert Laben - Pablo Landi - Felipe de Lando - Simón Lilla - Ulises Mañani - Andrea de Mar - Alberto de Mar - Alberto Marín

ORIGEN Florencia Génova Siena Génova Génova Alemania Florencia Génova Florencia Florencia Génova Génova Génova Génova Génova Flandes Siena Flandes Flandes Florencia Génova Génova Génova

VECINDAD Badajoz Ciudad Real Valladolid Toledo Toledo Burgos Plasencia Toledo Avila Valladolid Ciudad Real Toledo Valladolid Valladolid Toledo Valladolid Valladolid Valladolid Valladolid Avila Soria Soria Toledo

Extranjeros en Castilla (1474-1501)

70 -Juan Matis - Agustín Mejoro - PedroMent - Francisco Muso -Juan Bautista de Negro - Bemabé de Negro - Francisco Nero - Polo Ondegardo -Juan Payn - Gregario Pinelo - Francisco Polo -Juan Rótulo -Juan Scribano - Comelis de Que (Tre)

Flandes Génova Flandes Lombardía Génova Génova Florencia Génova Inglaterra Génova Génova Génova Inglaterra Flandes

Valladolid Toledo Valladolid Cuenca Toledo Toledo Badajo:zJValiado lid Valladolid Medina del Campo Valladolid Toledo Toledo Galicia Valladolid

PAIS VASCO Y SANTANDER NOMBRE - Pedro de Aimar -Guillen Amastesaver - Enrique Aybor - Esteban Borgoñón - Robert Botiller - Guillem Brum - Tomás Buxer - Juan Carini - Guillermo Clanchen - Juan Cointo -Jorge Confort - Robert Choquin -Noel Dean - Jacobo Espato Doria -Juan Escribano -Juan de Espadar - Oliver Esterlín - Ambrosio Gerram -Tomás Gómez - Juan Grande - Guillen Gurat - Juan de Guaro - Robert de Hardin - Andrés Inglés -Jorge Inglés - Juan Le soto -Luis Lía - Oberto Lía - Arthur Lili - Roger Lodal -Lorenzo L'orofebre - Nuño Martín -Juan Francisco Memo - Martín de Niet - Noel Noyer - Ebón Olivero

ORIGEN Francia Francia Inglaterra Francia Inglaterra Inglaterra Inglaterra Venecia Bretaña Inglaterra Inglaterra Inglaterra Francia Sicilia Inglaterra Inglaterra Bretaña Bretaña Inglaterra Francia Bretaña Venecia Inglaterra Inglaterra Inglaterra Bretaña Milán Milán Bretaña Inglaterra Bretaña Portugal Venecia Francia Bretaña Bretaña

VECINDAD Deva Fuenterrabía Bilbao Vizcaya Guipúzcoa Guipúzcoa San Sebastián Vizcaya Vizcaya Vizcaya Guipúzcoa Bilbao Guipúzcoa Deva Vizcaya Bilbao Fuenterrabía Vizcaya Guipúzcoa Vizcaya Vizcaya Santander Bilbao Bilbao Fuenterrabía Vizcaya Ondárroa Ondárroa Vizcaya San Sebastián Vizcaya Vizcaya Vizcaya Guipúzcoa San Sebastián Fuenterrabía

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- Juan de Orán - Nicolás Oresy - Guillermo Ovarrite -Pedro -Gabriel Palian (Pallanes) - Gaspar Palian (Pallanes) - Benito Pinelo - Marciali Reput - Juan de Sabaya - Yván Santivés - Juan Stodón - Guillén Tomellín - Robert Urre - Pedro Vargas - Guillermo Vigue - Riba Villande - Tomás Vyrinam - Perri Ytti

Francia Venecia Francia Sicilia Génova Génova Génova Francia Francia Bretaña Inglaterra Bretaña Inglaterra Francia Bretaña Bretaña Inglaterra Francia

Vizcaya Vizcaya Vizcaya Vizcaya Ondárroa Ondárroa San Sebastián Fuenterrabfa Vizcaya Bilbao Vizcaya Fuenterrabfa Guipúzcoa Vizcaya San Sebastián Vizcaya San Sebastián Vizcaya

***** ESTANTES EN LA CORTE NOMBRE

ORIGEN

- Francisco Carducho - Filipo Cigala - Antonio Dolfe - Francisco Fabrino - Francisco Ferran - Andrea Florentino - Francisco Gentil - Pantaleón Italiano -Juan Nauclerio - Esteban Spínola - Francisco Spínola

Florencia Génova Florencia Florencia Génova Génova Génova Génova Nápoles Génova Génova

SIN LOCALIZAR SU VECINDAD NOMBRE

ORIGEN

- Alain Atber - Tomás Apoel - Francisco Ariba - Tomás Bacón - Guillén Baldey - Robert Bednay -Juan Berri - Antonio Blanco -Juan Braner - Eduardo Brantón - Gabriel Carrazo -Juan Carrión - Lorenzo Catana -Nuño Cayado - Oberto Cigala

Bretaña Inglaterra Flandes Inglaterra Inglaterra Inglaterra LaRochelle Milán Inglaterra Inglaterra Milán Flandes Génova Portugal Génova

Extranjeros en Castilla (1474-1501)

72 - Antón de Coflanes -Juan Comiq - Juan Daltin -Juan Dersa - MayorDias -Juan Eliet - Juan Eliet (hijo) - Juan Enrique -Juan Escaran - Juan Estébanes -Antonio Fararez -Francisco Fararez - Robert Forte - William Forte - Benito Gago - Guillem Grassa - Alberto Grimaldo - Andrés Grimaldo - Baltasar Grimaldo - Melchor Grimaldo - Polo Grimaldo -Rubí Gui - Alaín Hamelín - Jaimes Jaspes -Juan Labesque -Juan Labesque (hijo) -Lanzaroto - David Leyson - Grimón LiJan - Pascual Lomelín - Juan Machín -Juan Matusín - Juan Maymarte - Guillén Minchebag - Montañac - Alain Morán - Jácome Morón - Agustín Negro - Nicolao de Neto (Nero) - Polo Ondegardo -Juan Oper -TomásOper - Juan de Omeda - Gusquem Osa - Jorge Padfn -Juan Pascasa - Comelis de Payar -Juan Payne - Robert Petit - Elmes Pigner - Odón del Puerto -Jos de Pus -Rafael - Ricardo Recherto - Teodoro Ri~o

Francia La Rochelle Inglaterra Francia Inglaterra Inglaterra Inglaterra Brujas Milán Inglaterra Génova Génova Inglaterra Inglaterra Génova Flandes Génova Génova Génova Génova Génova LaRochelle Inglaterra Inglaterra LaRochelle LaRochelle Milán Inglaterra Flandes Génova Flandes Escocia Inglaterra Inglaterra La Rochelle Bretaña Milán Génova Florencia Milán Inglaterra Inglaterra Flandes Flandes Portugués Flandes Flandes Inglaterra Inglaterra Inglaterra Florencia Beame Génova Inglaterra Génova

Juan Manuel Bello León

- Andrea Ri~o - Ambrosio Ri~o - Antonio Rodolfi -Juan Ropel -Juan Rosabant - Arrusio Ruisop - Ulises Salvador - Pelegrín Salvago - Andrés Serrano - Alonso de Sevilla - Pedro Sobrazón - Enrique Spañol -Pedro Spínola - Enrique Vaca - Riocardo Vaca -Jorge Valicant -Juan Valicant - Guillermo Varón -Tomás Vázquez -Pedro Ventyn - Felipe Verque - Francisco Vilani - Tato Vinelis - Francisco de la Yda

73 Génova Génova Florencia Inglaterra Alemania Inglaterra Venecia Génova Portugal Rouen Venecia Niza Génova Inglés Inglés Génova Génova Génova Inglaterra Flandes Inglaterra Florencia Florencia Flandes ISLAS CANARIAS

NOMBRE

ORIGEN

- Juan Agustín Adorno - Batista Adorno -Juan Bautista Aguiar - Pedro Alberto - Juan Alberto -Antonio Arnao (Arnaldo) - Guillermo Arnao - Batista Ascanio - Batista Bairolo -Agustín Basiñana - Esteban Basiñana - Francisco Basiñana - Leonardo Basiñana - Batista Baticola - Esteban Baxo - Batista Beal (Becal) - Cosme Berrio - Ruy Bias - Juan Bautista Bonfante - Guillermo Bonfante - Levín Bonoga - Juan Bordón - Lorenzo Borlengo - Batista Borlengo - Pedro Borlengo - Fernando Borzona

Génova Génova Génova Niza Florencia Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Portugal Génova Génova Flandes Francia Génova Génova Génova Génova

VECINDAD Gran Canaria Gran Canaria Gran Canaria Gran Canaria Tenerife Gran Canaria Gran Canaria Tenerife Tenerife Gran Canaria Gran Canaria Gran Canaria Gran Canaria Gran Canaria Gran Canaria Tenerife Tenerife Tenerife Gran Canaria Gran Canaria La Palma Tenerife G. Canariaffenerife G. Canariaffenerife Tenerife Tenerife

Extranjeros en Castilla (1474-1501)

74 - Cipriano Box - Constantin Cairasco - Mateo Cairasco - Gabriel Cairasco - Pedro Cairasco - Esteban Calderin - Teodoro Calderin - Bartolomé (:ampronu - Sebastián Capa - Juanoto Capua - Tomás Capua - Vicencio Capua - Tomás Carbin -Juan Jácome Carminatis - Esteban Camo - Jacques Castelyn - Jácome Catano - Pedro Catano - Jerónimo Chavarini - Ambrosio Colombo - Simón Corsio - Francisco Cornado - Jácome Corona - Vicencio Costa - Enrique Covin (Covina) - Corneluis Despas - Bernardo Escarlati - Cosme Espínola - Rodrigo Espínola - Lorenzo Estrella - Juan Fernández - Francisco Ferral - Bartolomé Fontana - Fernando de Fraga - Diego Franquis -Simón Fue - Bartolomé Gallardo - Bartolomé Gambo - Tomás Gardoné - Antonio Garibaldi - Benito Gelu - Andrea Geraldin - Bartolomé Gerin - Luis Gont;ales - Juan González - Cario Grillo - Jorge Grimón - Juan Bautista Gua - Jácome de Inerte - Alonso Inglesco - Blasino lnglesco - Pantaleón Italiano - Pedro lnterian (ltalian) - Bernardino Justiniano - Tomás Justiniano

Génova Niza Niza Niza N iza Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Lombardía Génova Flandes Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Brujas Florencia Génova Génova Génova Portugal Génova Génova Portugal Génova Francia Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Portugal Portugal Génova Flandes Génova Génova Roma Roma Génova Génova Génova Génova

Gran Canaria Gran Canaria Gran Canaria Tenerife Gran Canaria Gran Canaria Gran Canaria Tenerife Gran Canaria G. Canaria/Tenerife G. Canaria/Tenerife G. Canaria/Tenerife Gran Canaria Tenerife Gran Canaria Tenerife Tenerife Tenerife Tenerife Gran Canaria Tenerife Tenerife Gran Canaria Gran Canaria Gran Canaria Tenerife Tenerife Gran Canaria Tenerife Gran Canaria Tenerife Tenerife Gran Canaria Tenerife Gran Canaria Tenerife G. Canaria/Tenerife Gran Canaria La Palma Tenerife Tenerife Tenerife Tenerife Tenerife Tenerife Tenerife Tenerife Gran Canaria La Palma Tenerife Tenerife Gran Canaria Gran Canaria Tenerife Tenerife

Juan Manuel Bello León

- Esteban Lato - Pedro Juan Leardo - Agustín Leardo - Segundo Leverone -Juan Levin - Antonio Lomelino - Cristián Luzardo (Luxardo) - Luis Luzardo - Marco Luzardo -Simón Luzardo - Juan Bautista Mar - Nicoloso Marín - Jean Marcel - Esteban Martín - Vicencio Mata - Esteban Mentono - Bernardino Mesina - Tristán Mesina - Juan Batista Milán - Pedro Monleón - Lorenzo Montibres de Astea - Angel Moreno - Benito Negrón - Diego Negrón - Francisco Negrón -Juan Noto Almirale -Jerónimo Orerio - Antonio de Orerio - Benito Oselo - Federico Panigarola - Antonio Piamonte - Segundo Piamonte - Esteban Pinelo - Juan Pinelo - Silvestre Pinelo - Gregorio Polo - Cristóbal de Ponte - Bartolomé Ponte - Gonzalo de Porto - Agustín Rey - Cosme de Ribero) - Batista de Riberol - Jácome de Ribero) - Enrique Ri~o -Pablo Ri~o - Pedro Roquero - Alonso Rozana - Bartolomé Saulo -Alonso Sal vago - Doménico Sal vago -Juan Agustín Salvago - Francisco Salvago -Marco Sal vago - Andrea Setri -Juan Sibilia

75 Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Rouen Francia Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Portugal Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova Génova

Gran Canaria Gran Canaria Tenerife Tenerife Tenerife Gran Canaria Gran Canaria Lanzarote Lanzarote Tenerife Gran Canaria Gran Canaria Tenerife Tenerife Tenerife Tenerife G. Canariaffenerife G. Canariaffenerife Gran Canaria Gran Canaria Gran Canaria Gran Canaria Tenerife Tenerife Tenerife Tenerife Gran Canaria Gran canaria Tenerife Gran Canaria Tenerife Tenerife Tenerife Tenerife Tenerife Tenerife Tenerife Tenerife Tenerife Tenerife Gran Canaria Gran Canaria Gran Canaria Gran Canaria Tenerife Tenerife Tenerife Gran Canaria Gran Canaria Tenerife Tenerife Tenerife Tenerige Tenerife Tenerife

Extranjeros en Castilla (1474-/50/)

76 - Doménico Soficia - Francisco Travijana -Pablo Usodemar - Tomás Vandeval - Diego Villarin - Rugiero Viara -Mateo Viña - Giraldo Virlin - Gonzalo Yanes -Juan Yanes

Génova Génova Génova Brujas Génova Génova Génova Brujas Portugal Portugal

Gran Canaria Gran Canaria La Gomera Tenerife Tenerife Gran Canaria Tenerife Tenerife Tenerife Tenerife

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DOCUMENTOS 1.- 1474, s.m. s.d. Eduardo Escaja, mercader genovés, das u poder a Luis Doria, especialmente para que pueda demandar de cualquier persona y del concejo de Jerez de la Frontera cualquier tipo de deuda que hayan contraído con él el año que pasó de 1494 (sic) (A. H. P. S. Protocolos,leg. 9098, fol. 17)

2.- 1474, s.m. s.d. Benito Lomelín, mercader genovés estante en Sevilla, reconoce que ha recibido de Luco Pi neto, también mercader genovés estante en la ciudad, 6.600 maravedís. Pinelo se había comprometido a pagar esta suma de dinero en nombre de Gerónimo de Herrera. cambiador, vecino de Sevilla (Documento deteriorado) (A. H. P. S. Protocolos,leg. 9098, fol. 19). 3.- 1475, junio 6. Diego de Urrea, borceguinero, marido de Catalina Rodríguez, vecinos de Sevilla en la collación de Santa María, deben a Andrea de Odón (Oria ?), mercader veneciano estante en la ciudad, aunque ausente en el momento de otorgar la escritura, 3.450 mrs. por ciertas mercancías que le compró. A pagar en Sevilla en un plazo de tres meses (A. H. P. S. Protocolos, leg. 2154, fol. 209). 4.- 1475, octubre 7. Pedro Reconte, mercader veneciano estante en Sevilla, en nombre de Francisco Bonaguisa. mercader florentino estante en la ciudad, y en virtud del poder que de él tiene reconoce que da todo su poder a Fernando, escribano de cámara, especialmente para que pueda recaudar de las alcabalas de Alanís, El Pedroso, San Nicolás del Puerto, de las Cumbres Mayores, de Aracena y de Frejenal todos los maravedís que estan obligados a darle. Llevará consigo un mandamiento del duque de Medina Sidonia, alcalde mayor, que le autoriza a recaudar dichas rentas (A. H. P. S. Protoclos, leg. 2154, fol. 219). 5.- 1475, octubre 7. Miguel de Tre, mercader flamenco, vecino de Sevilla en la collación del Salvador, debe a Diego Alvarez de Sevilla, mercader vecino de Triana, 20.000 mrs. El mercader flamenco sustituye como principal deudor al mercader burgalés Alonso de Villada, que debía dicha cantidad por la compra de aceite al mencionado Diego Alvarez. A pagaren Sevilla en un plazo de seis meses (A. H. P. S. Protocolos, leg. 2154, fol. 220). 6.- 1475, octubre s.d. Cuentas correspondientes a las compras de unos barriles de atunes por parte de unos mercaderes genoveses al duque de Medina Sidonia (Muy deteriorado) (A. H. P. S. Protocolos,leg. 2154, fols. 247-48). 7.- 1475, diciembre l. Francisco Spínola y Manfredo Camila, mercaderes genoveses estantes en Sevilla, reconocen que han recibido del mayordomo de don Fadrique Manrique, en nombre de su señor, 6.666 reales de plata y dos tercios de real. Polo Ondegardo y Gregorio Pinelo, mercaderes genoveses estantes en Valladolid, se obligan a pagar estas cantidad por sus cédulas de cambio al obispo don Iñigo Manrique (A. H. P. S. Protocolos, leg. 2154, fol. 250). 8.- 1476, marzo 10. Don Fernando concede unacartadeseguro a Juan Dersa, gentilhombre francés, vecino de Sant Lu, ya que teme regresar a Francia. Se le garantiza libertad de movimiento para él y sus familiares, no pudiendo ser detenido ni embargados sus bienes (Simancas. R. G. S. fol. 132). 9.- 1476, noviembre 21. Diego, joyero, hijo del también joyero Luis Femández, vecino de Sevilla, reconoce que debe a Francisco Pinel y a Mosteo de Camila, mercaderes genoveses, 6.000 maravedís por la compra de cierta mercancía, comprometiendose a pagarlos en el plazo de cuatro meses (J. Bono: Los protocolos sevillanos en la época del Descubrimiento. Sevilla, 1986. Véase pág. 306).

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Extranjeros en Castilla (1474-1501)

10.- 1477, febrero 20. Los reyes conceden carta de naturaleza a Agustín Spínola, mercader genovés estante en Sevilla, atendiendo a los buenos servicios prestados y a que quiere mantener sus negocios en el reino (Simancas. R. G. S. fol. 87). 11.- 1477, febrero 22. Los reyes a Gomes Manrique, corregidor de Toledo, haciendole saber que el concejo de Ciudad Real dice que hace unos cuatro años vino a la ciudad un genovés llamado Fantone a comprar y vender mercancías. Por entonces se obligó con él Juan Mejía, por ciertos plazos y cuantía, que el genovés cedió a la sede apostólica, usurpando con ello la jurisdicción real. En el proceso que siguió a éste asunto Fantone tomó como juez al Ldo. Francisco Ortiz, nuncio apostólico, quien, a instancia del genovés ha procedido contra Juan Mejía, lo que pone en entredicho a la ciudad y la perjudica. Los reyes comisionan a Gomes Manrique para que provea en el asunto (Si mancas. R. G. S. fol. 134). 12.- 1477, marzo 26. Los reyes nombran a Juan Nauclerio, embajador del rey de Nápoles, como su consejero, atendiendo a sus aptitudes y buenos servicios. Podrá disfrutas de todas las franquicias y prerogati vas inherentes al oficio (Simancas. R. G. S. fol. 192). 13.- 1477, marzo 30. Los reyes conceden carta de naturaleza a Marco de Castellón y su hermano Flérigo de Castellón, mercaderes genoveses estantes en Sevilla, atendiendo a que quieren residir en el reino. Podrán gozar de todos los beneficios y privilegios que poseen los naturales, excepto los oficios y dignidades eclesiásticas (Simancas. R. G. S. fol. 402). 14.- 1477, abril l. Los reyes se dirigen a los alcaldes y vecinos de Sevilla, a petición de los mercaderes genoveses Luis de Marín, Agustín Spínola y Castelín Pinelo, para que ellos ni sus mercancías sean detenidos o embargadas, pese a la guerra existente entre Génova y Aragón (Simancas. R. G. S. fol. 126). 15.- 1477, abril17. Los reyes autorizan al florentino Francisco Bonaguisa y a Berenguer Granel, natural de Barcelona, a enviar las carabelas que ellos quisieran a Guinea, pese a las prohibiciones impuestas, y con la condición de que en cada uno de los barcos se lleve un escribano designado por los reyes que tendrán la misión de escribir e informar de todo lo que se rescatara y de todo lo que se compre o venda. Así mismo se impone como condición que el capitán pueda ser nombrado por los reyes (Simancas. R. G. S. fol. 163)Ner también documento de 7 de noviembre de 1477, fol. 298)/. 16.- 1477, abrill7. Licencia concedida al mercader florentino Francisco Bonaguisa, que le autoriza a sacar del arzobispado de Sevilla y obispado de Cádiz 6.000cahices de trigo sin pagar derecho alguno, pudiendo llevarlos en cualquier nao, galera, carabela u otro tipo de navío donde él quiera. El mismo día los reyes le entregan al florentino y a Berenguer Granel una provisión que les autoriza a tomar los navíos que les hicieran falta para llevar el cereal (Simancas. R. G. S. fols. 96 y 157). 17.- 1477, octubre 15. Los reyes conceden una carta de seguro al mercader veneciano Niculoso Buchardo, para que pueda comerciar libremente en el reino sin temor que sea detenido o embargado sus bienes (Si mancas. R. G. S. fol. 99). 18.- 1477, octubre 15. Ejecutoria de la sentencia dada a favor del mercader veneciano Nicoloso Bu~ardo, estante en Sevilla, que fue acusado, junto con Pero Gabón, patrón de una carraca, de haber sacado de forma ilícita por el puerto de Cádiz más de 500 cahices de trigo (L. Suarez Fernández: Política Internacional de Isabel la Católica. Valladolid, 1965. Tomo 1, doc. n. 42). 19.- 1477, octubre 17. Los reyes, a petición de doña beatriz Pacheco, marquesa de Cádiz y condesa de Arcos, perdonan a Francisco de Adorno, mercader genovés, vecino de Jerez de la Frontera, de cualquier falta civil o criminal en las que haya incurrido, pese a que sacó de Jerez 200 cahices de trigo después de haberse pregonado en la ciudad la prohibición de saca de cereales (Simancas. R. G. S. fol. 102). 20.- 1477, octubre 23. Carta dirigida al almirante mayor, a petición de Polo Usodemar y Francisco Marín, mercaderes genoveses estantes en Sevilla, ordenándole que prenda a Juan Pérezde Aspería, vizcaínos, acusado por los genoveses de haberles robado cuatro balas de grana cuando andaban libremente y con seguro por el reino (Simancas. R. G. S. fol. 159). 21.- 1477, noviembre 4. Salvoconducto y seguro concedido aJácome Monti, mercader de Astí, en Lombardí, y a Jorge Aimari, mercader genovés, ambos estantes en Sevilla, para que puedan andar libremente por el reino con sus mercancías sin ser detenidos ni embargados (Simancas. R. G. S. fol. 247). 22.- 1477, noviembre 7. Los reyes autorizan al florentino Francisco Vilani a que vaya a Portugal con un navío de 70toneladas y pueda traer hacia Castilla todos sus bienes, pese a la guerra que en esos momentos existía entre ambos reinos (Simancas. R. G. S. fol. 291 ).

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23.- 1477, noviembre 25. Se prohibe a las ciudades de Sevilla, Cádiz, Gibraltar, Cartagena, Sanlúcar de Barrameda y Puerto de Santa María, que faciliten pan, vino, sal ni ningún otro alimento a Gasparde Grimaldo, hasta que no ponga en libertad a mosen Jordi Sureda y otros caballeros de Mallorca que tiene presos en su carraca. También se les ordena a los mencionados lugares que prohiban entrar al citado Gaspar de Grimaldo (Simancas. R. G. S. fol. 360). 24.- 1477, noviembre 30. Los reyes encomiendan al Ldo. Fernando Díaz de Lobón, alcalde de Casa y Corte, que se informe de las propiedades que dejó al morir en Sevilla, hace unos dos años, el mercader flamenco Miguel de Atra. Al fallecer dejó ciertos bienes que hasta el momento no han sido reclamados por heredero alguno, por lo que se entiende que todo pertenece a la Corona (Simancas. R. G. S. fol. 391 ). 25.- 1477, noviembre 30. Los reyes conceden al mercader portugués Nuño Cayado un salvoconducto para que pueda entrar en Castilla, atendiendo a que hace más de 15 años que viene al reino trayendo mercancías desde las islas de Madeira y Canarias. Se le perdona cualquier robo que haya cometido en pasadas guerras (Simancas. R. G. S. fol. 388). 26.- 1477, diciembre 10. Los reyes confirman una carta de seguro (que se inserta), dada por D. Enrique de Guzmán, duque de Medina Sidonia, en favor de Gonzalo González de Umbrete, mercader, vecino de Sevilla, de Juan Alvarez, portugués y su mujer Violante Alvarez, que se han venido desde Lisboa con todos sus bienes para residir en Sevilla (Simancas. R. G. S. fol. 440). 27.- 1477, diciembre 11. Se emplaza a Alfonso Bravo, vecino de Salamanca, para que antes del20de enero de 1478 se presente ante el Consejo en defensa de sus posturas en el pleito que trata con Oberto Imperial, mercader genovés estante en Sevilla. Los reyes habían ordenado que se comprobasen los negocios que hubo entre ellos siguiendo los libros de cuentas del genovés, para lo cual se presentó ante los doctores Maldonado, Juan Díaz y el secretario Hernando del Pulgar, el hijo del mencionado Alfonso, Fernando Bravo. Éste expuso ante ellos sus alegaciones y respondió a varias preguntas, si bien no pudo satisfacer alguna de las diferencias que había con las cuentas del genovés, lo que impedía averiguar la verdad (Si mancas. R. G. S. fol. 451 ). 28.- 1477, diciembre 18. Los reyes ordenan a los almojarifes y recaudadores de la alcabala de Sevilla, Cádiz, Sanlúcar o cualquier puerto del reino, que no cobren impuestos a los libros que trae el alemán Miguel Chanti, impresor de "libros de molde" estante en el reino. Se incorpora una ley dada por D.Juan sobre el asunto. Miguel Chanti asegura que él ha sido uno de los principales inventores y factores de hacer "libros de molde", que se ha puesto en peligro "de la mar" por traer al reino muchos y notables libros con los que ha ennoblecido las librerías del reino y que ha proveído de ellos a muchos letrados. Por todo ello solicita que los libros que trae no paguen alcabala, almojarifazgo ni otros derechos ya que en Cádiz y Sanlúcar, pese a las prohibiciones, se empeñan en cobrarle estos tributos por los libros que compra y vende (Simancas. R. G. S. fol. 506). 29.- 1478, febrero 6.lncitativa, a petición de la Señoría de Venecia, para que se determine en el fraude que cometió Francisco de Arse, vizcaíno, en la mercancía que para Venecia le confió Lorenzo Sacente, mercader veneciano estante en Sevilla. Hace una año que el veneciano fletó el navío del vizcaíno, llamado Santa María de Gracia, con 600jarras de aceite, 2 varas de cera de 1Oquintales, 24costales de alcaparras y otras mercancías. Al partir del puerto de Sanlúcar se dirigió a Cerdeña donde hizo "baratería" de toda la mercancía, vendiendo la que había cargado en Andalucía más ciertos toneles de pez que había cargado en Mallorca (Si mancas. R. G. S. fol. 86). 30.- 1478, abril30. Los reyes ordenan a los alcaldes de Casa y Corte y a las justicias de Jerez de la Frontera, que ejecuten la sentencia que condenaba a Cristóbal Regina y Nicolás Buchardo, mercaderes genoveses estantes en Jerez, al pago de 25.000 maravedís por saca fraudulenta de cereales. En un pleito que pasó ante el doctor Antón Rodríguez de Lillo, se enfrentaron de una parte el doctor Alfonso Ramírez de Villaescusa, como procurador fiscal, y de otra Pedro Gabón, patrón de la carraca venenciana llamada San Salvador, y los mencionados Nicolás Buchardo y Cristóbal Regina; éstos últimos estaban acusados de exportar fuera del reino durante los meses de abril y mayo de 1477, y sin licencia de los reyes, hasta 234 cahices de trigo. Los acusados alegan a su favor el hecho de obtener licencia del almirante. Ante una primera sentencia dada por el doctor de Lillo los acusados pidieron presentar nuevas alegaciones y testigos. Sin embargo, una vez terminado el pleito se probó que Cristóbal Regina cargó en dicha carraca los 234 cahices de trigo, por lo que se le condenó a pagar los citados 25.000 mrs. en un plazo de seis días (Simancas. R. G. S. fol. 80). 31.- 1478, mayo s.d. Los reyes piden a Diego de Herrera, a doña Inés Peraza y a los concejos de las islas Canarias que permitan a Francisco Bonaguisa y a Berenguer Granel buscar conchas sin pagar cantidad alguna para que luego las puedan llevar a el viaje que van a hacer hacia Guinea y La Mina de Oro, donde las venderán a precios razonables (Simancas. R. G. S. fol. 61 ). 32.- l478,junio s.d.