ESTUDIO ANTROPOLÓGICO DEL PANTEÓN REAL DE SAN ISIDORO

ESTUDIO ANTROPOLÓGICO DEL PANTEÓN REAL DE SAN ISIDORO La Antropología al servicio de la Historia: Un caso real María Encina Prada Marcos Antropóloga f...
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ESTUDIO ANTROPOLÓGICO DEL PANTEÓN REAL DE SAN ISIDORO La Antropología al servicio de la Historia: Un caso real María Encina Prada Marcos Antropóloga forense

La que hoy conocemos como Colegiata de San lsidoro fue a lo largo de la Historia Fundación Real de varios monarcas. Según recoge A. de Morales (edic. 1765), la fundación más antigua fue obra del rey D. Sancho l, el Craso, que edificó un Monasterio de Monjas para traer el Cuerpo de San Pelayo de Córdoba. Seguidamente, tras haber sido destruida la ciudad por Almanzor y llevadas las reliquias del mártir a Oviedo, será el rey Alfonso V quien reedifique una iglesia de pobres materiales, ex luto et latere, pero a la advocación de San Juan Bautista. Después, el rey Fernando I envió por las reliquias de Santa Justa y en su lugar, trajeron el cuerpo de San Isidoro, pasando a llamarse como en la actualidad se la nombra. Siempre el cenobio estuvo custodiado por monjas hasta el reinado de Alfonso VII, el Emperador, en que vinieron los Canónigos Reglares por orden de la Infanta D. Sancha. Dicho Panteón ha mantenido su función funeraria desde las postrimerías del siglo X hasta la primera mitad del XIII. El rey Alfonso V edificó una iglesia a la advocación de San Juan Bautista, de pobres materiales, de ladrillo y cal. Lucas de Tuy nos cuenta que había dos cementerios regios: uno a la cabecera, como osario de varios obispos y reyes leoneses, y otro en la parte occidental, donde colocó los cuerpos de sus padres, el rey Bermudo II y la reina Elvira, aunque sabemos por Yepes que los restos de Bermudo permanecían en el Monasterio de Carracedo en el año 1138, lo que nos hace suponer que fuera su bisnieta Doña Sancha la que probablemente lo trasladara a León (Yepes, 1615). En tiempos de Fernando I y de Doña Sancha, se edifica en León una iglesia de piedra, destinada a cementerio regio, en el que pudiesen ser inhumados con todo decoro y magnificencia sus cuerpos. En este nuevo cementerio fueron sepultados sus fundadores y tres de sus hijos: Urraca, Elvira y García, el padre de Fernando y el frustrado consorte de Sancha, último Conde de Castilla, el infante D. García La Basílica de San Isidoro, considerada hoy como una de las joyas del románico, fue la primera que se erigió en este nuevo estilo reinando Fernando I, pero no se conserva en su estado primitivo, ya que fue derribada para dar paso a la edificación de la nueva iglesia que ha llegado hasta nuestros días. En ella encontramos a los pies un edificio de dos alturas, cuya parte inferior se destinó a cementerio real y la parte superior a tribuna real, comunicándose con el templo, en un principio, por medio de un esbelto arco de medio punto. A comienzos del s. XII fue cegada la puerta de ingreso al templo, quedando un espacio vacío que se convirtió en altar dedicado a Santa Catalina, 1

la sabia mártir de Alejandría, y se le dio a la estancia el título de Capilla de Santa Catalina junto con el de Capilla de los Reyes. Nuestro siglo lo bautizó con el nombre de Panteón de los Reyes (Viñayo, 1995) Junto a la Capilla de Santa Catalina encontramos la Capilla de los Arcos, habitáculo que según recoge Viñayo (1995) sirvió de osario y luego pasó a llamarse Panteón de Infantes, por haberse trasladado allí, tras la restauración, algunos de los vástagos reales y miembros de la nobleza leonesa. El Rey Felipe II encomendó, en 1572, a A. de Morales un catálogo de las Iglesias, Monasterios, Cuerpos Reales y Reliquias que había en su reino, y "por lo que toca a los cuerpos de los Reyes nuestros antecesores, veáis en qué partes y lugares, en qué manera y forma están sepultados, que donaciones y fundaciones dejaron... “ Según cuenta A. De Morales (edic. 1765) en su viaje a los reinos de León, Galicia y Principado de Asturias, la oscura Capilla de Santa Catalina permanecía siempre cerrada y no se podía decir misa debido a la falta de espacio, ya que los sepulcros estaban “muy juntos unos con otros". Las sepulturas se distribuían en tres órdenes: • En la primera orden, junto al Altar, comenzando en el lado de la Epístola hacia el Evangelio: 1. La reina Dª Elvira, mujer del rey Bermudo II, el Gotoso. 2. El rey D. Bermudo su marido. 3. La reina Dª Jimena, mujer del rey Bermudo III, el Mozo. 4. El rey D. Alfonso V. 5. La reina Dª Elvira su mujer. 6. El rey D. Bermudo III, hijo de los reyes precedentes. 7. El rey de Navarra D. Sancho el Mayor: fue trasladado de Oña, y por eso dicen también allá que lo tienen. Más en el Epitafio dice cómo lo trasladó aquí su hijo el rey D. Fernando. 8. El rey D. Fernando hijo del precedente. 9. La reina Dª Sancha su mujer. 10. La reina Dª Isabel, mujer del rey Alfonso VI 11. La última de esta primera orden, no tiene tumba alta, sino solo una losa harto humilde en el suelo, y es la de Zaida, mujer del rey Alfonso VI. .". 12. En la sepultura que está debajo del mismo Altar; con el Epitafio en las piedras de él, está el Infante D. García, que fue muerto aquí en León, por los hijos del Conde D. Vela. 2

• La segunda orden, comenzando como antes: 1. La Infanta Dª Sancha, hija de la reina Dª Urraca y del Conde D. Raimundo. 2. La reina Dª Urraca madre de la anterior. 3. La Infanta Dª Estefanía, hija del Emperador D. Alfonso VII. Esta es la Señora a quién mató su marido por el gran desastre que el conde D. Pedro cuenta. 4. La Infanta Dª Urraca, reina de Zamora, hija del rey D. Fernando I. 5. La Infanta Dª Elvira, reina de Toro, hermana de la precedente. 6. El rey D. García de Galicia, hijo de D. Fernando I, el Magno. Está dibujado con su argolla al cuello, y cadena que desciende de allí a las esposas, y baja a los grillos, por haberlo hecho morir en prisión su hermano el rey D. Sancho II. 7. La Infanta Dª María hija de San Fernando. 8. La reina Dª Teresa, mujer del rey de León Fernando II. 9. El Infante D. Fernando, hijo del precedente, y está atravesada su sepultura entre sus padres, y es pequeña. 10. La Infanta Dª Leonor, hija del rey de León Alfonso IX. • La tercera orden: todas son sepulturas bajas, casi nada levantadas del suelo, y no tienen más que los nombres y no son Reyes, ni Infantes. Hay arrimados a las paredes otros tres Lucillos altos pequeños, no tienen letras, deben ser de Infantes. 1. Condesa Dª Inés, mujer del Conde D. Ramiro 2. Conde D. Ramiro. 3. D. García, hijo de estos Condes, que fue gran caballero. 4. María Froila, madre de Nuño Meléndez caballero hermosísimo (para otros famosísimo). 5. Condesa Dª Estefanía. 6. Conde D. Froilo, gran caballero en armas. 7. Conde Diego. 8. No hay letrero que diga quién es 9. Conde D. Sancho. 10. Nuño Meléndez, el Hermoso. 3

Gracias a la trascripción de los Epitafios que realizó A. de Morales, además de otros historiadores como Sandoval, Yepes, Risco, Manzano y Quadrado, podemos saber qué reyes leoneses descansan en la Capilla de Santa Catalina, hoy conocida como Panteón de los Reyes. D. Prudencio de Sandoval, obispo de Pamplona, continuó la labor de A. de Morales, que a su muerte dejó la obra en el monarca D. Bermudo III. Sandoval hizo un tratadillo de los Cuerpos Reales que estaban en León y que transcribe con las mismas palabras Yepes (1615) recogiendo sus Epitafios: • En la primera orden de sepulturas: 1. Reina Dª Elvira: "Aquí descansa la Reina Dª Elvira, mujer del Rey D. Bermudo". 2. Rey D. Bermudo II: "Aquí descansa el Rey D. Bermudo Ordóñez, el cual al fin de su vida, hizo digna penitencia y grata a Dios, y acabó en paz, año de novecientos noventa y nueve. 3. Reina Dª Jimena: "Aquí descansa la Reina Dª Jimena, mujer del Rey Bermudo III. 4. Rey D Alfonso V: "Aquí yace D. Alfonso, que pobló León, después que la destruyó Almanzor; y le dio buenos Fueros, e hizo esta iglesia de tapias y ladrillo. Tuvo guerra con los moros, y le mataron con una saeta, cerca de Viseo, en Portugal, fue hijo del rey D. Bermudo Ordóñez, murió año de mil y veinticinco, a cinco de mayo". 5. Reina Dª Elvira: "Aquí yace la Reina Dª Elvira, mujer del Rey D. Alfonso, hija del conde Melendo, murió a tres de diciembre, año novecientos y veintisiete". 6. Rey D. Bermudo III: "Aquí está sepultado Bermudo el Mozo, Rey de León, hijo del Rey D. Alfonso. Este tuvo guerra con su cuñado el gran Rey D. Fernando y fue muerto por él peleando en Támara., año de mil treintaisiete". 7. Rey D. Sancho el Mayor de Navarra: "Aquí está sepultado D. Sancho, Rey de los montes Pirineos, y de Tolosa, varón de todas maneras católico y favorecedor de la iglesia: fue traído aquí por su hijo D. Fernando el Magno. Murió el año de mil veinticinco". 8. Rey D. Fernando I: "Aquí está enterrado Fernando el Magno, Rey de toda España, hijo de Sancho, Rey de los Pirineos, y de Tolosa. Este trasladó a León los cuerpos de los santos Isidoro, Arzobispo que estaba en Sevilla; y de Vicente mártir; que estaba en Ávila, e hizo esta iglesia de piedra, que antiguamente era de tapias. Éste peleando hizo sus tributarios a todos los Moros de España, tomó a Coimbra, Lamego, Viseo y otras ciudades. Éste tomó por fuerza los reinos de García, y Bermudo, murió a veintisiete de diciembre, año de mil y sesenta y cinco".

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9. Reina Dª Sancha: "Aquí descansa Sancha, Reina de toda España, mujer del gran Rey Fernando, Hija del Rey Alfonso, que pobló a León, después que la destruyó Almanzor. Murió año de mil setenta y uno, a cinco de mayo". 10. Reina Dª Isabel: "Aquí descansa la Reina Isabel, hija del Rey Luis de Francia, y mujer del Rey D. Alfonso, que tomó a Toledo, murió año de mil y setenta y siete". En el Monasterio Real de Sahagún, dicen que tienen a esta reina, no hay más prueba, de hallarse así en las memorias antiguas del Monasterio de Sahagún. 11. Reina Dª Zaida: No dice el año en que murió. En Sahagún también muestran su sepultura llana, a la entrada del coro bajo, pero no está escrita como la de San Isidoro. 12. Infante D. García, hijo del Rey D. Fernando II. 13. En la sepultura que está debajo del Altar; a la parte del Evangelio, está el Infante D. García, Conde de Castilla, hijo del Conde D. Sancho: "Hic R. lnfans Dominus Garsea, qui venit in Legionem ut acciperet Regnum, o interfectus est a filiis velae comitis". • Segunda orden: 1. Reina Dª Sancha: el Epitafio de su sepultura se escribió a la larga, respondiendo el renglón primero al tercero y el cuarto al segundo, lo que se conoce corno letreros intercalares, dice así: a. "Espejo de España, honra del orbe, gloria del Reino, cumbre de justicia, excelencia de piedad, Sancha por tus méritos fuiste conocida en la Tierra: o dolor grande, estas enterrada en este pequeño túmulo, habiendo hecho el sol dos veces seiscientos años, menos tres, cuando murió santamente, último de febrero". b. "Aquí descansa la Reina Dª Sancha, hermana del Emperador D.. Alfonso, hija de la Reina Dª Urraca y de Raimundo. Ella fue la que puso en esta iglesia la orden de los canónigos Reglares: y porque decía que su esposo era San Isidoro, murió doncella, año de mil y ciento y noventa y siete, último de febrero". 2. Reina Dª Urraca: "En este hermoso sepulcro yace la Reina Urraca, hija del buen Rey D. Alfonso, y madre del Emperador Alfonso, murió en el mes de marzo, año de mil y ciento veinte y seis". Está pintada de media talla la reina, en la lápida que cubre la sepultura, el traje antiguo y tocado de la montaña. 3. lnfanta Dª Estefanía: "Aquí descansa la Infanta Dª Estefanía, hija del Emperador Alfonso, mujer de Fernan Ruiz, varón poderosísimo, madre de Pedro Fernández el Castellano, murió año de mil ciento ochenta".

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4. Infanta Dª Urraca: "En este túmulo está sepultada la noble Urraca, la honra de España está en este pequeño lugar; fue hija del amable Rey D, Fernando el Magno, y de Dª Sancha. Mil y ciento y una vez había dado el sol la vuelta al mundo, desde el año que se vistió de carne queriéndolo él así". Letrero: "Aquí descansa Dª Urraca, Reina de Zamora, hija del gran Rey Fernando, ella amplió esta iglesia, y la enriqueció con muchos dones, y porque amó a San Isidoro sobre todas las cosas del mundo, se sujetó a su servicio. Murió año de mil y ciento y cinco". 5. Infanta D. Elvira: "Vaso de Fe, honra de España, templo de piedad, virtud de justicia, lucero y honra. Ay dolor, murió a quince días del mes de noviembre, su muerte fue penoso destierro para muchos, perdieron los miserables sus esperanzas". "Aquí descansa Dª Elvira hija del gran Rey D. Fernando, arrebatole la muerte año MCI". 6. Rey D. García. "Aquí descansa D. García Rey de Portugal y Galicia, hijo del Rey D. Fernando el Magno, fue preso con arte de su hermano y murió en prisiones año de mil y noventa a veintidos de Marzo". 7. Infanta Dª María: "Aquí descansa María, hija de Fernando Rey de las Españas, hija de la Reina Beatriz, que fue hija de los Emperadores Romanos, murió año MCCLXXIII". 8. Reina Dª Teresa de Portugal: "Dense los gozos del supremo Rey, sea en su favor la larga mano, que premia a los miserables, y da dignos dones a los dignos, el constante y prudente, que con don de piedad galardona año de MCLXXX. Aquí descansa la Reina Teresa, mujer del Rey D. Fernando". 9. El Infante D. Fernando está en una sepultura atravesada entre las dos órdenes de sepulturas. Es hijo del Rey de León D. Fernando II y de su segunda mujer Dª Urraca López. En otra sepultura que está a la mano derecha a la entrada de la Capilla está la Infanta Dª Leonor, hija del Rey D. Alfonso de León y de Berenguela y hermana del Rey D. Fernando el Santo. Hemos reconstruido el árbol genealógico en el que aparecen representados de forma sucinta los distintos monarcas que, reinaron durante los siglos X al XIII, así como el de las familias condales enterradas en San Isidoro. Fueron tres las grandes Dinastías, Troncos o Casas Reales que gobernaron sucesivamente el Reino de León y que ocuparon cada una un tiempo aproximado de un siglo (Alvarez, 1996). Por consiguiente, durante más de 300 años fue León sede regia.

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a. El primer periodo viene marcado por el viejo linaje Pelagiano de la Dinastía Astur, que radicaba en Oviedo, y luego, se traslada a León en el año 910, primero en la figura del rey García, y a su muerte, recogería el cetro su hermano Ordoño II. b. Con la muerte de Bermudo III en la conocida batalla de Tamarón, llegamos al segundo momento histórico, el de la Dinastía Navarra, que está protagonizado por los monarcas Fernando I, Alfonso VI y Doña Urraca. El rey Fernando I fue el verdadero impulsor de la renovación artística de la época, ya que la difusión del románico por los reinos de León y Castilla fue debida al patronazgo de la familia real y a la actitud de los clérigos, especialmente franceses, partidarios de la reforma eclesiástica. c. La implantación de la Casa de Borgoña es fruto del primer matrimonio de Doña Urraca con D. Raimundo, conde de Borgoña, sucediendo a la reina su hijo Alfonso VII, el Emperador. El rey Alfonso VII concede el título honorífico de reina a su hermana Doña Sancha (Infanta-reina Doña Sancha), aunque ésta nunca llegó a reinar. Son reyes privativos de León Fernando II y Alfonso IX con el que llegamos al cenit de la monarquía leonesa.

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d. Reinando el rey Bermudo II, el Gotoso, tuvo lugar la primera campaña de Almanzor contra la ciudad de León, concretamente en el año 982. Según cuenta Sampiro, en la historia recogida en el Silense, los habitantes de Astorga y León temiendo que viniera de nuevo Almanzor, deciden trasladar los restos de los Reyes a Oviedo, siendo devueltos, al parecer, y enterrados en San Isidoro en una fosa común, Por tanto, el monarca más antiguo enterrado en el Panteón fue el rey Bermudo II.

Fue en el año 1809 cuando las tropas de Napoleón alojaron en la Colegiata de San Isidoro un escuadrón de Dragones, convirtiendo en cuartel la parte alta, en almacén militar y pajar el templo, y el Panteón Real y capilla del Claustro, en establos. Las urnas reales fueron profanadas para utilizarlas como abrevaderos de caballos y los restos óseos amontonados en un rincón. Según cuenta Pérez Llamazares (1976), los cuerpos reales, entre los que se encontraban algunas momias" fueron recogidos por los canónigos y depositados en la iglesia de Santa Marina la Real hasta que terminó la francesada y los devolvieron al Panteón Real, en el cual yacen revueltos los huesos en los sarcófagos. Como decíamos, en el Panteón yacían revueltos en osarios los huesos de los monarcas desde la francesada hasta que el pasado día 1 de Febrero de 1997 se abrieron 8

las regias sepulturas de San Isidoro en presencia del Abad-Prior de la Colegiata, D. Antonio Viñayo, y de un equipo multidisciplinar de investigadores que cuenta entre sus miembros con profesionales de la arqueología, historiador, restaurador de textiles, biólogos, antropólogos, médicos forenses, paleo- patólogos, odontólogo, radiólogo, histólogo, fotógrafos, que en su mayoría estaban auspiciados por la Asociación Española de Paleopatología (A.E.P). Este Proyecto de investigación está siendo dirigido por quien suscribe este artículo y coordinado por el catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Valencia, Dr. Delfín Villalaín Blanco. En la apertura y cierre de los sarcófagos colaboró personal de la Escuela Taller, bajo la dirección de D. Francisco Azconegui. La intervención tuvo lugar en la primera quincena de febrero para hacerla coincidir con las fechas en que permanece cerrado el Museo de la Colegiata y por ser, de forma rutinaria, aprovechado este periodo para realizar diversas actividades de; restauración en ella. Las tumbas se numeraron correlativamente del 1 al 13, abriéndose el primer día las números uno, dos, tres, cuatro, seis y siete, labor que se reanuda y finaliza el día 3 de Febrero por los técnicos de la Escuela Taller, para posteriormente ser selladas al final de la quincena. La intervención científica in situ es una de las peculiaridades del Proyecto, para lo cual se hubo de improvisar un laboratorio de antropología en el zaguán del museo, hecho que junto con la limitación de tiempo condicionaron la labor de investigación. Entre los objetivos perseguidos se ha buscado restablecer el orden en los osarios y determinar el número mínimo de individuos allí enterrados, cuya cifra de partida era de 33 individuos según la distribución de los sepulcros detallada por el cronista Sandoval. Este dato se ha visto superado por el hallazgo de casi un centenar de inhumaciones. La determinación del número mínimo de individuos se hizo en función del segmento esquelético que más veces se repetía, el fémur, resultando que hay 51 adultos, 4 sub-adultos y 38 infantiles, teniendo representadas todas las clases de edad. Entre otros objetivos también se planteó la determinación de los rasgos fisionómicos y antropológicos de los especímenes, así como el reto de la identificación personal, el tipo de dieta consumida y las enfermedades que padeció la corte. Los restos exhumados son de distinta naturaleza, predominando los restos esqueletizados, si bien, también nos encontramos con restos momificados, un total de cuatro especímenes. El material óseo fue extraído de los sarcófagos con sumó cuidado y depositado en bandejas para ser trasladado al laboratorio que se había instalado en las mismas dependencias de San Isidoro. El equipo de arqueólogos se encargó de separar el contenido humano de los restos de otra naturaleza, a saber: escombros, papeles, restos faunísticos, restos vegetales, carbón vegetal, deyecciones de caballo, etc.

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El inventario y registro del material óseo se realiza de tal forma que cada pieza fue siglada de acuerdo a un modelo alfa-numérico con dos letras referentes a las iniciales de San lsidoro, "S I”, y seguidas por dos números correspondientes al del sarcófago, la primera, y al dígito correlativo a la pieza hallada en cada sarcófago, la segunda. Valga esta sigla como ejemplo: SI-6-122. En el inventario de los materiales procedentes de los 13 sepulcros se han catalogado un total de 2.252 piezas óseas, incluyendo los restos faunísticos: Tumba 1: Doña Sancha. Cuerpo incorrupto. Tumba 2: Infante D. Fernando. Cuerpo incorrupto. Tumba 3: osario. 126 piezas Tumba 4: osario. 132 piezas Tumba 5: osario. 62 piezas Tumba 6: osario. 95 piezas Tumba 7: osario. 85 piezas Tumba 8: Infantas Doña Leonor y Doña María. Féretro de madera Tumba 9: osario. 84 piezas Tumba 10: osario. 301 piezas Tumba 11 osario. 910 piezas Tumba 12 osario. 425 piezas Tumba 13 osario. 32 piezas. Pertenece al cantero D.Pedro de Deus Tamben. TOTAL: 2.252 PIEZAS Cada hueso fue estudiado, descrito, medido y reconstruido cuando su estado de conservación así lo permitía. A partir de sus características antropológicas se determina la edad, el sexo, la estatura y se rastrea la presencia de posibles patologías, cuya confirmación y diagnóstico revelará el estudio radiológico de.1as mismas. A continuación, se agrupan los huesos del mismo tipo que han aparecido dispersos en los diferentes sarcófagos, con el fin de establecer parejas e interrelaciones entre los 10

restos. Los agrupamientos se determinan en función de sus analogías morfológicas y a la congruencia anatomofuncional de las articulaciones de cada miembro. Las relaciones de correspondencia entre los distintos segmentos óseos fueron comprobadas matemáticamente. Una vez individualizados los restos, se trató de contrastar la información que aporta el estudio antropológico con los datos históricos recopilados, siendo una orientación para llegar a personalizarlos; labor que, a pesar de ser ardua, se ha visto materializada en la posible identificación de D. Bermudo III, el Mozo. Asimismo, se han tomado muestras de tejidos para la realización de trabajos ulteriores de gabinete y de laboratorio en las fases siguientes de la investigación a través de una integración multidisciplinar de los miembros del equipo. Los huesos más significativos y las variantes anatómicas predominantes en la muestra ósea fueron fotografiados por el equipo de profesionales de Imagen MAS. El estudio radiográfico corrió a cargo del Dr. Alfredo Piera, el cual toma los planos y proyecciones principales de los huesos con alteraciones, con vistas a estos trabajos posteriores. También, se radiografiaron de forma sistemática las tibias con el fin de poner de manifiesto 1a presencia de Líneas de Harris, alteración de la matriz ósea que se relaciona con estadios de malnutrición o enfermedades infantiles que cursan con agudos estados febriles. Se han encontrado cuatro cuerpos incorruptos que pertenecen a la reina 02 Dª Sancha y a tres infantes: Dª Leonor, Dª María y D. Fernando, cuyo estado de conservación se debe a un procedimiento espontáneo de momificación y corificación. Todos aparecen desnudos a excepción de Doña María que conserva unas calzas, camisa y pellote. Suponemos que su cuerpo fue inhumado en el féretro de madera en el que aparece compartiéndolo con su tía Dª Leonor. Este féretro de madera, posiblemente de conífera, está forrado de seda y cubierto de cuero calado de diseño geométrico; en su interior apareció un cojín, de estampado reticular y atravesado por una cenefa, que estaba relleno de plumón, contenido mediante un forro de lino; externamente se le había cubierto por una funda, también de lino. Este material va a ser rehabilitado por Doña Adela Martínez en el Centro que Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Junta de Castilla y León en Simancas. Para evitar que en el traslado desde el Panteón al laboratorio se produjeran cambios drásticos en las condiciones ambientales que pudiesen afectar al grado de conservación de los textiles, la restauradora Dª Camino Represa tuvo la precaución de envolver los tejidos en papel aluminio, dejándolo ligeramente abierto, y colocando un plástico por encima, pero sin sellarlo, para que permitiera correr el aire, ya que la humedad relativa en el Panteón era del 93% y la Temperatura de 6ºC, mientras que en el zaguán había una humedad relativa de 46-54% y la Temperatura subió a unos 15ºC. Los fragmentos de telas que se hallaron son de fibras naturales, lino y seda. En el interior del cojín donde reposaba la cabeza de Dª Sancha se halló una carta con fecha de 22 de diciembre de 1868, que dice así: "En el año 1868, reinando doña Isabel II, se hallaba el Panteón de los reyes en un estado de completo abandono, y el 11

cadáver de la reina doña Sancha, perfectamente conservado en estado de momia, se encontraba en completa desnudez. El Panteón fue restaurado por el celo del Gobernador de esta provincia, D. Manuel Rodríguez Monje y por su hija Doña Carmen se vistió dicho cadáver con ropa de tisú de la reina doña Isabel II, regalo para este efecto". Asimismo, al abrir el sarcófago donde yacían los restos de la Infanta Dª. Sancha, hermana del Emperador, apareció un Acta de la Comisión de Monumentos, la cual daba cuenta de su reunión del día 24 de abril de 1868 con motivo del traslado de los restos mortales de la reina Doña Sancha del sepulcro en que yacían a una urna de cristal, para ser contemplada en el templo con el debido decoro. Los gastos corrieron a cargo de la Diputación Provincial, como complemento a la primera etapa de la restauración del Panteón, y con donativos del Exmo. e Ilmo. Señor Obispo. Año 36 del reinado de Isabel II. Una vez que se tomaron muestras para estudios: microbiológicos, palinológicos, histológicos, análisis de ADN y elementos traza se sometieron las momias a un tratamiento conservador mediante "Complucad Arene", por ser un producto restaurador de comprobada efectividad. Es una técnica revolucionaria dado que los cadáveres y tejidos orgánicos sometidos a la acción de Complucad no necesitan para su conservación estar sumergidos en medio químico alguno, ya que es suficiente el tratamiento con una generosa impregnación. Se realizó un molde del cráneo del rey D. Bermudo III a partir del cual se obtuvieron varias réplicas craneales con el fin de llevar a cabo la reconstrucción de los rasgos fisonómicos del monarca, para lo cual se siguen las técnicas clásicas utilizadas por los criminalistas en las reconstrucciones faciales para la identificación de desaparecidos (Ubelaker, 1979). Durante la Alta Edad Media parece perderse la afición y el arte del retrato. A tenor de lo que aparece en el Libro de las Estampas de la Catedral de León (Galván, 1997), en el mundo medieval no se le dio demasiada importancia al parecido físico, lo que realmente importaba era la transmisión de una imagen ideológica del emperador. Se sabe que el retrato, en aquella época, refleja arquetipos que se identifican por su regalía como símbolo de soberanía, siendo éstos los atributos o insignias reales que se emplean en la ceremonia de coronación: el trono, la corona, el manto, sellos y filacterias, el cetro o bastón de mando, el globo terráqueo, la espada... Todo es puro expresionismo, no hay realismo, predominando el carácter hierático. Luego las figuras que vemos en las miniaturas no son un fiel retrato del original. El artista no personalizaba y, por tanto, la identificación del personaje se realizaba por la estilística o, la mayoría de las veces, por la filacteria que portaba en la que figura su nombre. Para finalizar se diseñaron unas cajas de madera que fueron construidas por el personal de la Escuela Taller, en las que se restituyeron los cuerpos de los monarcas en el Panteón, algunos de los cuales permanecen como inhumación simple, mientras que otros sarcófagos se reutilizan, mediante un sistema de baldas, para dar cobijo hasta tres inhumaciones, que conservan su individualidad pese a compartir la misma sepultura. 12

Esta primera fase de trabajo de campo, que finalizó el día 16 de Febrero, será seguida de las complementarias de carácter técnico-científico y divulgativo que concluirán con la realización de la Memoria Científica a partir de los resultados que depare la investigación antropológica del Panteón Real de San Isidoro. El Proyecto cuenta con la financiación de la Junta de Castilla y León y del Ayuntamiento a León, Instituciones: a las que reconocemos su colaboración, interés y preocupación por los temas culturales. Asimismo, queremos agradecer la participación de la Escuela Taller Municipal de León y la cobertura fotográfica a cargo de Imagen MAS, y hacer extensiva esta gratitud a cuantas personas, que de una u otra forma y siempre desinteresada, han colaborado y a las que ahora participan en la realización de informes parciales que han surgido con posterioridad a los trabajos de campo. A todos ellos quiero dirigir un saludo y mi más sincero reconocimiento. Sin olvidar a mí estimado D. Antonio Viñayo, sin cuyo apoyo y ánimo no habría sido posible iniciar este estudio, esperando algún día compensar la confianza que ha depositado en nosotros.

NOTA: Este artículo fue originalmente publicado en la revista anual Leonesa ProMonumenta, número II, correspondiente al año 1998

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