Escuelas Infantiles Municipales de Pamplona

El periodo de adaptación

Comentarios de padres y madres:

“Nos sorprendió gratamente, cómo cada educadora jugó un papel diferente y complementario con Oihane, una dándole seguridad y tranquilidad y otra exigiéndole cariñosamente.” Inés y Iosu

“... Y el tercer día mamá se va a tomar un café. Estoy tranquila, sé que es lo que hay que hacer, pero vuelvo más que nada con curiosidad de saber cómo ha reaccionado.” Rosa y José Manuel

INTRODUCCIÓN La incorporación de los niños y niñas a la escuela infantil supone un enriquecimiento y ampliación de sus experiencias. El primer ciclo de educación infantil desarrollado en las mismas les va a permitir participar aprendiendo y socializándose, junto a otros niños de su misma edad y otros adultos, en un nuevo entorno. La adaptación a la escuela infantil es un proceso delicado y particularmente significativo en la vida de las familias, tanto para los padres y madres, como para los hijos e hijas. En este periodo cada niña y niño da comienzo a sus primeras relaciones fuera del ámbito familiar y establece nuevos vínculos.

Esta experiencia de separación física y temporal es emotivamente compleja en sus inicios, por lo que requiere de una correcta y adecuada estrategia para abordarla, tanto por parte de las familias, como del equipo profesional de la escuela infantil. A este tiempo inicial, en las Escuelas Infantiles Municipales de Pamplona, le concedemos la importancia y atención que pensamos se merece y que queda reflejado en: la permanencia de la familia en el centro, estancias cortas de tiempo del niño o niña y ampliación progresiva de las mismas, conocimiento de los nuevos espacios y de las personas que componen el equipo de trabajo, acomodación de los menús; etc. La adaptación no tiene una duración idéntica para todos los niños y niñas. Es necesario ir descubriendo y reconociendo, entre todos, los logros que cada cual va consiguiendo en el proceso. Se trata de valorar positivamente el tiempo que invierten en elaborar las vivencias que les aporta la nueva situación. Entendiendo además que, las separaciones y los reencuentros son imprescindibles para el desarrollo de su autonomía.

ESTABLECIMIENTO DE LAS PRIMERAS RELACIONES ESCUELA/FAMILIAS

En el tiempo previo a que se produzca la incorporación de los niños y niñas a la escuela infantil, cada centro organiza diferentes actividades para que las familias dispongáis de información y conocimiento sobre el mismo. Entre ellas podemos citar:

En el momento de la matriculación, se os reparte diversa documentación a cada familia, relacionada con el funcionamiento del organismo autónomo, de la escuela infantil y del periodo de adaptación.

Una primera entrevista individual, con cada familia en la escuela, en la que recogemos datos personalizados que nos permiten un primer conocimiento de cada niño o niña en diferentes aspectos: características físicas, psicológicas, sanitarias, así como del entorno social y familiar en el que ha vivido hasta ese momento. Una reunión en la escuela infantil con las nuevas familias donde se puede visitar el centro, conocer al equipo pedagógico y tener un primer contacto con la pareja educativa de cada sector. En esta reunión se dan detalles sobre la organización y características del periodo de adaptación y se resuelven posibles dudas sobre el mismo.

INCORPORACIÓN PROGRESIVA DE LOS NIÑOS Y NIÑAS A LA ESCUELA

Al comenzar el curso tenemos en cuenta la adaptación tanto de los nuevos niños y niñas como de los que ya han acudido en cursos anteriores. Para éstos últimos, establecemos en cada escuela unas pautas específicas durante los primeros días para facilitar su reincorporación. Con el fin  de que las familias viváis de manera adecuada con vuestro hijo o hija el inicio de este periodo, consideramos fundamental que sus primeras experiencias sean compartidas con una persona de su entorno afectivo que le proporcione confianza y seguridad. La incorporación de los nuevos niños y niñas la organizamos atendiendo las necesidades familiares de tal modo que, nos permita una atención lo más personalizada posible por parte de las educadoras. Además, y en colaboración y diálogo con las familias, acordaremos las estrategias más convenientes a cada niño o niña y su situación: cómo organizar las separaciones, los reencuentros, el momento más adecuado para intercambiar vivencias, etc. , Os planteamos que durante los primeros días cada niño o niña esté acompañado por un familiar un tiempo de aproximadamente a una hora. Ello le permite empezar a conocer los espacios de la escuela: los interiores y los patios, así como a las educadoras y a sus compañeros.

De este modo, los padres o madres apoyáis directamente con vuestra presencia estas primeras interacciones de vuestros hijos o hijas con las educadoras en las que van a depositar su confianza.

, A partir de un día concreto, determinado en cada escuela y en cada caso, los niños y niñas permanecerán en torno a una hora en la escuela sin acompañantes.

Este tiempo se va ampliando paulatina y progresivamente, con la incorporación de otros momentos de juego, de la comida y la siesta, en la medida que cada niño o niña va acomodándose a la nueva situación. Generalmente, todas estas decisiones se van acordando con cada familia de manera individualizada y con criterios profesionales.

Sabemos, por experiencia, que las reacciones de los niños y niñas pueden ser diversas y variables tanto en la escuela infantil como en su casa. Dichas reacciones suponen la expresión del modo de vivir el importante cambio que se está produciendo en sus hábitos y costumbres, y de la mayor o menor dificultad en incorporarse a la dinámica diaria del colectivo de niños, niñas y adultos que formamos la escuela infantil. En cualquier caso, nos parece importante que los adultos comprendamos y aceptemos las expresiones de los niños y niñas, puesto que en general, las consideramos manifestaciones normales debidas a la novedad y al cambio. Las educadoras, por nuestra parte, vamos realizando y anotando de forma sistemática observaciones de cada niño y niña en los diferentes momentos de la jornada: entradas y salidas, juegos, alimentación, aseo, sueño, patio, relaciones personales, etc. Éstas serán compartidas diariamente y en la entrevista que con cada familia tengamos una vez finalizado el período de adaptación. Es importante que los padres sepáis que en este proceso la escuela está a vuestra disposición en todo momento, para informaros, acompañaros y que podéis hacer cualquier demanda o consulta por correo electrónico, teléfono u otros medios.

Como estrategia que facilita a los niños y las niñas la relación entre su medio familiar-afectivo y la escuela, os proponemos a los padres que elaboréis el CUENTO PERSONAL del hijo o hija mediante fotografías de la familia. Os aconsejamos que aprovechéis el verano para hacerlo y si fuera posible, contéis con la ayuda de vuestro hijo o hija, llevándolo a la escuela en el momento de su incorporación. Igualmente, podéis valorar con la escuela la conveniencia de que cada niño o niña pueda traer de casa algún objeto que suponga un elemento de referencia emotiva.

Carta de una mamá a su hija

El pasado día 16 empezaste la escuela. No te voy a negar que estaba un poco nerviosa. Eres una niña muy sociable, pero ¿cómo reaccionarías? Ese día me levanté más temprano de lo habitual con el fin de repasar que no se me olvidaba nada en tu mochila: tu ropita, tu chupe, el delfín con el que duermes todas las noches... Tu hermano Ibai se empeñó en ir con nosotros, ¿sabes? Lo está pasando un poco mal porque se siente desplazado, pero te quiere con locura y él, como el hombrecito de la casa que es, quería conocer tu “cole” para darle su visto bueno. Cuando llegamos, Arantza y Cecilia te estaban ya esperando. Os recibieron de forma muy prudente pues su deseo era incorporarse en vuestras vidas pausadamente hasta ganarse ese trocito de tu corazón. La verdad es que se lo pusiste muy fácil, enseguida conectaste con ellas. Ellas, a ti, más fácil todavía, con qué dulzura te observaban intentando captar tu forma de ser y sentir. Sé que vas a estar muy bien y que vas a aprender un montón de cosas con ellas y con tus compañeros. ¿Has visto como gatea ya Ariel? Me da mucha tranquilidad el contacto tan abierto que tengo con Arantza y Cecilia y el cariño que me han demostrado el resto de personas que trabajan en el centro. Todavía no las conozco por su nombre, pero poco a poco lo iré haciendo. Un beso, cariño mío. Rosabel

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