Empresas y territorio. Impacto en el trabajo agrario a partir de un estudio de caso

Autores Elba Eleonora Kloster Norma Graciela Steimbreger Artículo Empresas y territorio. Impacto en el trabajo agrario a partir de un estudio de cas...
8 downloads 0 Views 69KB Size
Autores

Elba Eleonora Kloster Norma Graciela Steimbreger Artículo

Empresas y territorio. Impacto en el trabajo agrario a partir de un estudio de caso

1

Empresas y territorio. Impacto en el trabajo agrario a partir de un estudio de caso Elba Eleonora Kloster Norma Graciela Steimbreger Universidad Nacional del Comahue

Introducción El propósito del trabajo es analizar en el marco de las actividades agrarias del Valle Medio del Río Negro, los efectos de la irrupción de capitales transnacionales y nacionales en los cambios territoriales y de organización y expansión de actividades agrícolas, intensivas en aplicación de capital y tecnología y que, asimismo, son responsables de los profundos cambios operados en las relaciones de producción y trabajo. El caso analizado es un ejemplo de un proceso espacialmente selectivo, basado en la apropiación de áreas que responden con mayor rapidez a las exigencias del capital y desde el punto de vista metodológico está basado en un trabajo de campo realizado en la localidad de Chimpay en octubre de 1999, con realización de encuestas según una muestra representativa

para conocer algunas características de la fuerza de trabajo.

Asimismo se han realizado entrevistas a informantes calificados con inserción en los ámbitos público y privado.

Localización y características del área de estudio El área denominada Valle Medio está localizado en la cuenca media del río Negro, en el departamento Avellaneda, provincia de Río Negro, en el norte de la Patagonia

argentina.

La

región

abarca

aproximadamente

unos

2000

kilómetros

1

cuadrados . El valle presenta dos subsectores de características productivas bien diferentes. Una de ellas, el área irrigada, se desarrolla sobre la margen izquierda del río Negro e incluye a la isla Choele Choel. Representa una unidad socioeconómica en la cual se ha desarrollado una intensa actividad agrícola bajo riego y donde en los últimos 1

Con respecto a la superficie que abarca al área conocida como Valle Medio, a lo largo del trabajo se hacen mención a dos superficies diferentes debido a que provienen de fuentes distintas. En algunos casos se refiere sólo a las superficies efectivamente irrigadas (Censar'93) y en otros se incluye a las áreas de secano potencialmente irrigables. (Vapñarsky, 1983).

2

años se advierte una importante expansión de la fruticultura para exportación. El otro sector corresponde a un área de secano destinada a la cría de ganado vacuno y lanar. A pesar de la importancia que la actividad ganadera tiene en el valor de la pr oducción agropecuaria regional, la mano de obra que requiere es tan escasa que da lugar a un tipo de asentamiento humano exclusivamente disperso. Por esta razón, no existen en la zona de secano centros de población aglomerada, concentrándose la población y las actividades de servicio en el área de agricultura bajo riego. (Manzanal, 1982). Según el Censo Nacional de Población y Vivienda, la población del Valle Medio era de 26.438 habitantes en 1991, equivalente al 5.46 por ciento de la población total de la provincia de Río Negro. A diferencia con el Alto Valle, que ya en los años treinta se perfilaba como una zona económica relevante en la economía regional, el Valle Medio permaneció durante décadas sin grandes modificaciones en su estructura productiva que estuvo orientada a la producción hortícola en explotaciones familiares complementada con actividades agroindustriales y en menor medida, a la ganadería extensiva, principalmente en grandes explotaciones.

Proceso de organización socioproductiva y espacial del Valle M edio I Etapa: Apropiación y puesta en producción. 1879-1975 La estructura agraria que caracteriza el momento actual del Valle Medio es resultado de un complejo proceso histórico que comenzó hacia fines del siglo pasado cuando la Patagonia se incorporó al territorio nacional a partir de la campaña militar de Roca. Durante el siglo XX, el Valle Medio vislumbró momentos de grandes expectativas de desarrollo económico que posteriormente se frustraron por diferentes motivos. La situación cambió radicalmente a partir de fines de los años ochenta y principios de los noventa, cuando se produce la radicación de grandes firmas frutícolas que produjeron un fuerte impacto tanto a nivel de la estructura agraria, como en lo sociodemográfico y en el mercado de trabajo. Una vez finalizada la “Conquista del Desierto” de 1879, se inició la apropiación privada y especulativa de la tierra en grandes extensiones, fenómeno que impidió el surgimiento de pequeños y medianos propietarios. Si bien los mecanismos iniciales de apropiación de la tierra en el Valle Medio del río Negro siguieron trayectorias similares 3

a los del Alto Valle (Leyes del Empréstito y de Premios Militares), el proceso de valorización y puesta en producción de la tierra en ambos espacios se produjo en momentos históricos diferentes. En el Alto Valle, el proceso de organización productiva y espacial se fue definiendo hacia principios de siglo, a partir de la lógica económica del capital inglés quien vislumbró el potencial agrícola del área. Hacia fines de 1930, ya se había consolidado la actividad frutícola orientada al mercado externo y llevada a cabo por productores familiares. Con posterioridad a la ocupación militar del Valle Medio, surgieron varios caseríos y el espacio se consolidó como un paso importante hacia Chile. Sin embargo durante más de 20 años, no hubo un proyecto productivo que dinamizara social y económicamente este espacio patagónico. Hacia fines del siglo XIX se produjeron dos hechos significativos: la llegada del ferrocarril y la decisión definitiva de declarar a la isla de Choele Choel “colonia agrícola-pastoril” (1900), que marcaron el comienzo de un nuevo período en el proceso de ocupación del Valle Medio. Entre fines del siglo pasado y principios del siglo XX, se crearon cuatro pueblos sobre la margen norte del valle medio del río Negro, Chelforó, Darwin, Chimpay y Coronel Belisle. Sólo los dos últimos y Choele Choel, se transformaron en verdaderos centros agrícolas. Las obras de riego para el área Darwin-Chimpay-Coronel Belisle, comenzaron por iniciativa privada en 1914 y seis años más tarde, el Estado se hizo cargo de las mismas debido a las dificultades halladas en la construcción y mantenimiento de la red. Recién a principios de la década del cincuenta se puede hablar de un verdadero sistema de riego para la región. Hacia 1972, el riego practicado por bombeo abarcaba una superficie aproximada de 41.000 hectáreas. El cultivo que más se expandió inicialmente en el Valle Medio fue la alfalfa para semilla, forraje y pastoreo, con resultados exitosos. Los beneficios obtenidos por la exportación hacia otras áreas del país o el exterior, eran tan elevados que no estimulaba el desarrollo de otros cultivos o actividades a pesar de las óptimas condiciones ecológicas de la región para la producción frutihortícola. En 1953 se sancionó la Ley 14.272, “de Expropiación Agrícola en Río Negro”2 con el propósito por un lado, de evitar actitudes especulativas por parte de los

2

“La Ley hacía susceptibles de expropiación para su ulterior colonización todas las tierras no urbanas de la isla Choele Choel, las colonias General Conesa y Teniente General Eustaquio Frías y el valle de Viedma. Debía aplicar la Ley el Banco de la Nación, que hizo un serio estudio de colonización integral para entregar al colono tierras sistematizadas, con mejoras, incluso vivienda, y con amplio apoyo financiero” (Vapnarsky, 1983:300).

4

terratenientes en respuesta a la valorización del espacio producida por la construcción de las obras de riego; y por otro, para lograr un proceso de colonización integral. Los conflictos políticos de los años siguientes, impidieron que se implementara la ley y/o se colonizaran tierras fiscales. Por el contrario, se acumularon una serie de obstáculos que retrasaron la posibilidad de expansión económica del área. En consecuencia y a lo largo de los años cincuenta, la estructura productiva del Valle Medio se mantuvo sin grandes modificaciones, con un marcado predominio en el cultivos de forrajes –en especial alfalfa- y en menor medida, a la actividad pastoril. En este contexto, se produjo la expansión del cultivo del tomate principalmente en las localidades de Lamarque y Luis Beltrán. Esta actividad se afianzó en las décadas siguientes configurándose así la matriz socioproductiva de la región. La estructura agraria, se caracterizaba por la presencia mayoritaria de pequeños productores, atomizados, sin capacidad de negociación, en muchos casos, arrendatarios o aparceros, con bajos niveles de productividad y escasa innovación tecnológica. La determinación del precio estaba en manos del sector industrial, constituido por unas pocas y grandes empresas, observándose la presencia de intereses extraregionales en el control del proceso pr oductivo. Si bien localmente se habían desarrollado actividades de industrialización y de conservación de hortalizas, una parte importante de la producción del Valle Medio era todavía procesada en el Alto Valle. Por estos años comienzan a tener importancia creciente los frutales -manzanas y peras-, y en menor medida, la producción de vid y de alfalfa aunque con una disminución sustancial de la superficie que ocupaban en épocas anteriores. En el caso específico de la producción vinícola, esta actividad ha presentado un desarrollo muy cíclico en la región vinculado con la situación de la vitivinicultura cuyana, principal zona productora de vid de la Argentina. En cuanto al sector pecuario, el rubro más importante era la cría de ganado vacuno y también ovino para la producción de lana, que se realizaba y se realiza en la zona de secano a través de la complementación del área de valle y de meseta. A pesar de ello, hacia fines de la década del setenta, más del 80 por ciento del valor bruto de la producción agropecuaria era de origen agrícola.

II Etapa. Localización de nuevos actores y reorganización espacial. 1975-fines '80.

5

Es a partir de mediados de la década del setenta y con la sanción, en abril de 1980, de la Ley Nacional 22.2113, cuando se comenzaron a percibir algunos cambios en la región. A través de dicha ley y por medio de un régimen promocional impositivo, se buscaba

canalizar

inversiones

privadas

tendientes

a

incrementar

la

producción

agropecuaria en áreas rurales condicionadas por la aridez, el anegamiento o la salinidad, es decir, tierras de baja productividad. En la provincia de Río Negro, se incluyeron los departamentos Avellaneda, El Cuy, General Roca, Nueve de Julio, San Antonio, Valcheta, 25 de Mayo, Bariloche, Ñorquinco y Pincaniyeu. Como resultado de la aplicación de esa ley, aparecieron nuevos agentes económicos en el Valle Medio quienes comenzaron a adquirir grandes superficies a muy bajo costo. Aquí es necesario aclarar, que este proceso se da a partir de la puesta en venta de aquellas grandes extensiones de tierra que habían sido distribuidas inicialmente entre terratenientes bonaerenses y militares que participaron en la Conquista al Desierto y que con posterioridad fueron cambiando de dueños por herencia o ventas sucesivas. En general se trataba de tierras subutilizadas, destinadas a la ganadería extensiva. De esta forma, se configuró un dinámico mercado de tierras que siguió favoreciendo la consolidación de grandes explotaciones. En muchos casos, se trataba de importantes empresas provenientes del Alto Valle y cuyo objetivo era destinar las tierras a la producción frutícola como parte de un proceso de expansión territorial, frente a las limitaciones que en este sentido, presentaba el área productiva tradicional. Las empresas Moño Azul, Kleppe, entre otras, son claros ejemplos de ese fenómeno. Pero no todas las empresas o personas que se acogieron a los beneficios de esta ley, estaban vinculadas con la actividad agrícola, condición que por otra parte no exigía la mencionada ley. (Radonich y Steimbreger, 1999). Así aparecen capitales regionales, nacionales y extranjeros como la empresa Djalma Boechat de origen brasileño, productora de café; Benito Blanco, una empresa que se dedicaba a servicios petroleros; la empresa constructora Desaci; Josefa Santos,

3

La Ley, denominada “Régimen promocional destinado a incrementar la producción agropecuaria en tierras rurales de baja productividad”, también preveía estas exenciones para quienes invirtieran en áreas de frontera o en tierras patagónicas, espacios agrarios donde la aplicación de tecnología pudiera mejora la utilización del recurso nat ural. Los beneficios impositivos implicaban la deducción del monto imponible en la liquidación del impuesto a las ganancias, exención del impuesto sobre el capital de las empresas y al patrimonio neto o de los impuestos que los complementen o sustituyan del valor impositivo correspondiente a las inversiones que se realicen, durante un período entre cinco y diez años, según los casos.

6

del grupo de las arquitectas que diseñaron ATC en la década de los setenta y también la Compañía Minera del Lago arribó en el marco de la ley de desgravación impositiva. Sin embargo, esta situación –que generó expectativas en la sociedad local- no prosperó debido entre otras causas, a que no se produjo el desarrollo simultáneo del sistema de acondicionamiento y comercialización de la fruta. Por otra parte, la ley de desgravación impositiva fue derogada a principios de los noventa en el marco de la política de desregulación de la economía nacional. De esta manera, se fueron cortando los flujos de capital a la región y en general, sólo persistieron aquellas empresas con experiencia en la actividad frutícola, como Kleppe y Moño Azul. Otras empresas que se habían acogido a la ley 22.211, cuando el estado nacional deja sin efecto los beneficios impositivos derivados de la misma, comenzaron a vender sus tierras dando origen a una gran movilidad de capital que posibilitó la llegada de nuevas firmas interesadas en la actividad frutihortícola. Djalma Boechat le vendió a Zetone y Sabbag, Benito Blanco a la empresa Parmalat, la frutícola PAI le compró a la constructora Desaci, etc. En síntesis, la situación productiva no se modifica en forma sustantiva hasta fines de la década del ochenta y principios del noventa, cuando surge una nueva concepción en la actividad frutícola caracterizada por una elevada inversión de capital y la aplicación de importantes y costosas innovaciones tecnológicas.

III Etapa. Reestructuración productiva y consolidación de un espacio de "especulación". 1990 en adelante. A partir de los años noventa, comienza a delinearse en el Valle Medio, un intenso proceso de “modernización” capitalista. Surge una nueva organización técnico productiva de la mano de las grandes empresas fruticolas provenientes del Alto Valle, íntimamente vinculada con los procesos de reestructuración de los patrones de acumulación mundial. Respecto de esta movida empresarial de las firmas líderes, el diario Río Negro (11 de Julio de 1992) comentaba con grandes títulares: "Big Bang de inversiones en Chimpay. Seis líderes frutícolas aportan U$S 15 millones en grandes extensiones para duplicar producción y calidad ". "El Edén de Ceferino. Los líderes furtícolas van al Valle Medio toda la tecnología para extraerle U$S 60 millones dentro de 10 años" "Inversiones en Chimpay. El 'big Bang' de la fruticultura. Aporte genuino de casi U$S 15 millones para reconversión".

7

La importante disponibilidad de suelos fértiles y agua para riego, dio lugar a una continua sistematización de la tierra para la implantación de cultivos intensivos con variedades de crecimiento rápido. Esta expansión territorial de la actividad frutícola orientada al mercado externo, ha sido protagonizada por empresas de capital regional y nacional, en algunos casos, con incorporación de capital transnacional. La ampliación de su escala productiva para aumentar la rentabilidad económica, representa una estrategia para responder de manera más rápida y flexible a los cambios en la demanda mundial. (Radonich y Steimbreger, 1999). En algunos casos, estas grandes firmas actualmente localizadas en el Valle Medio, fueron empresas que en sus orígenes se dedicaban a la comercialización de la fruta y posteriormente, integraron la actividad primaria para lograr un abastecimiento de la materia prima en la cantidad y calidad requeridas por el mercado. Otras empresas que habían comenzado con la producción frutícola, se "integraron hacia adelante", al incorporar las etapas de empaque/frío y de comercialización. Algunas de ellas, buscaron diversificar la producción y combinaron la fruticultura con cultivos hortícolas, con la producción de uva de mesa e incluso con la actividad ganadera. Estos procesos de integración vertical y de diversificación productiva y espacial les permitió aumentar la "eficiencia empresarial en su conjunto" (Teubal, 1999). Entre las empresas que reúnen estas características se pueden mencionar a Expofrut, Tatededuti, Kleppe, Mc Donald, Moño Azul, Bonadé Hermanos y Mocciola. Además de las empresas frutícolas que se localizaron en el Valle Medio, es importante señalar la presencia de capitales nacionales y extranjeros orientados a otras actividades agroindustriales. A partir de mediados de 1990 y en el marco del proceso de reestructuración

pr oductiva, la industria tomatera tuvo un nuevo impulso. Esta

inyección de capital representó la posibilidad de una reactivación de las tierras bajo riego y de una fuente laboral directa e indirecta debido al uso intensivo de mano de obra que implica el cultivo de tomate. (Río Negro, diciembre 1995). A pesar de este incremento, actualmente la actividad se enfrenta a los costos de producción inferiores en otros países productores como Chile e Italia. En consecuencia, es sumamente crítica la situación económica de las empresas fraccionadoras y productoras de tomates de Valle Medio, que se traduce en la reducción de la fuerza de trabajo -en gran medida mano de obra femenina-, en sus capacidades operativas y en la superficie productiva con cancelación de arriendos de campos y cese de la expansión de plantíos propios. Estas

8

decisiones

empresariales

obviamente repercuten en el resto de las actividades

vinculadas directa o indirectamente a la cadena tomatera. Cuadro 1. ¿Quiénes son algunos de los dueños de los campos en el Valle Medio? EMPRESA FRUTICOLA Expofrut

SUPERFICIE (en ha) 750

La Manada

1.400

Moño Azul

750

Zettone y Sabagg

550

Kleppe

4.000

Laure

4.000

San Pablo

1.600

Arizu

600

Mocciola

1.100

PAI

1.200

Ripoll Hnos. Minera TOTAL

600 1.015 17.565

Fuente: Información extraída del Diario Río negro, 11 de julio de 1992. Pág. 8.

Como parte de estos cambios actuales, en el área bajo riego del Valle Medio se están incorporando diversos cultivos ”no tradicionales” caracterizados en algunos casos, por una producción en gran escala, con tecnología de punta y fuertes inversiones de capital transnacional4. En otros casos, implican la posibilidad de desarrollar una producción comercial a partir de especies nativas o foráneas 5. Este fenómeno está estrechamente vinculado con las especiales condiciones agroambientales propias de la región, entre las que se pueden mencionar, la calidad de las tierras semi vírgenes, la

4

Entre los nuevos cultivos desarrollados en gran escala se pueden mencionar la cebolla y la papa. La producción de papa se destina tanto para la exportación de semillas básicas –germoplasma- como para la industrialización –tipo fast food-, con la presencia de fuertes inversionistas como las firmas Polichaco, Agrónica y Mc Cain4 esta última abastecedora de bastones de papas de la cadena Mc Donald, principal productora mundial de papas fritas. También se están realizando pruebas con plantaciones de nogales. 5

Se llevan a cabo experiencias con plantas como la quinoa y el amarantus, y otras como el guayule planta productora de caucho originaria de México- y el guar –planta nativa de la India productora de goma, parecida a la soja. (Diario Río Negro, diciembre de 1999 y marzo de 2000). Entre las especies nativas productoras de resinas, gomas, aceites raros y fibras, se pueden citar a la grindelia o “botón de oro”5 y a los algarrobos (especie que contiene cantidades importantes de goma en las chauchas). Recientemente se presentó un proyecto para producir condimentos orgánicos en la región con la participación de pequeños productores que tengan entre 3 y 15 hectáreas. (Río Negro, enero de 2001)

9

accesibilidad a cursos de agua y el menor valor de las tierras respecto de otras regiones y países que facilita la compra de grandes extensiones como por ejemplo, la firma Mc Cain que en 1999 adquirió 25.000 ha de tierras vírgenes en la localidad de Luis Beltrán.

Chimpay una localidad de importante crecimiento poblacional en las dos últimas décadas De acuerdo con el último Censo Nacional de Población y Vivienda la población del municipio con sus 2.134 habitantes en 1991, era considerada como población rural. En su composición predominaban los varones que eran el 52.6 por ciento del total, situación que se traduce en un Indice de Masculinidad de 111.7. Al analizar la estructura según lugar de origen se advertía que del total, el 87.4 por ciento había nacido en el país, mientras que un 10.5 por ciento era nativo de un país limítrofe y un 2.0 por ciento de otro país. En el momento de realización de la encuesta en octubre de 1999, la población había aumentado considerablemente, teniendo en cuenta su evolución en los censos anteriores. De unos 3000 habitantes estimados para principios de la década se habría llegado a algo menos de 5.000, lo que llevaba a comentar a un encuestado "ahora somos ciudad". El crecimiento fuertemente marcado por las autoridades locales y percibido por los habitantes de la localidad que lo mencionan como uno de los cambios más importantes junto con la expansión física de la localidad, guarda estrecha relación con el arribo de nuevos pobladores, desde lugares muy diferentes. "La gente que viene a trabajar se queda a vivir acá"; "hay cambios (desde la llegada de las empresas) no tanto en progreso sino en radicación de familias como es el caso de las 31 Viviendas"; también se menciona que la mayor parte de los vecinos del barrio 86 viviendas son trabajadores de la fruta para los que se construyeron viviendas. Cuando se analizó la información correspondiente a los nacidos en un lugar distinto al de la localidad (alrededor del 50 por ciento de la población), se advirtió un fuerte incremento de los arribos en el período 1980-1990 y más aún con posterioridad a 1991. A partir de esta fecha llegó el 47 por ciento de los inmigrantes encuestados, situación estrechamente asociada a la radicación de las grandes empresas frutícolas. Otro dato de interés es que desde 1980 llegan grupos familiares y específicamente desde 1991 en adelante, en gran proporción estos grupos familiares provienen del Alto Valle.

10

Cuadro 2. Chimpay. Fecha de llegada de los nacidos en otro lugar (en % ) Antes 1960

1961-1970

1971-1980

1981-1990

1991 y +

6.5

5.5

16.6

24.3

47.1

Fuente: en base a las encuestas realizadas por la cátedra de Geografía Agraria en la localidad de Chimpay, Valle Medio. Octubre de1999.

En coincidencia con lo comentado anteriormente, las estructura demográfica para el año 1999 revela el mayor peso de algunos grupos de edades activas: 25-29 y 3539 años en el caso de los varones y 30-34 y 35-39 en el caso de las mujeres. En estas edades hay más población de la que cabría esperar sin el arribo de personas en edades activas. De los nacidos en otro lugar, la mayor parte tiene como lugar de origen otro lugar de la provincia de Río Negro, oscilando los valores de este grupo entre un 20 a un 37 por ciento de la población total en los distintos barrios. Siguen en importancia los procedentes de otra provincia entre los que se observa un marcado predominio de las mujeres, que representan el 58.3 por ciento del total de migrantes de este origen, mientras que los nacidos en otro país siguen manteniendo una representación muy baja

Características de la participación económica Del total de la PEA de la localidad de Chimpay, el 90.2 por ciento estaba ocupado en el momento de realización de la encuesta y el 9,8 por ciento se encontraba desocupado. De estos últimos, la mayor parte se había desempeñado en la actividad primaria, principalmente como "peón rural" (tareas varias: poda, raleo, cosecha, limpieza de canales, riego, etc) y en menor medida, en el sector terciario. En el caso del sector terciario, los desocupados provienen de diversas actividades como empleados de comercio, empleados de empresas de servicios, taxistas, portera, enfermera, tareas de lavado y planchado, entre otras. A diferencia del sector primario donde la mayor proporción de los desocupados son varones, en el sector terciario la desocupación para ambos sexos es similar alcanzado el 50 por ciento en cada caso. En cuanto a las personas ocupadas, el 38 por ciento de las mismas trabaja en el sector primario y algo más del 50 por ciento, en el terciario. El sector secundario está muy poco representado en la localidad -menos del 10 por ciento- y en su mayor parte se

11

trata de trabajadores vinculados con la construcción -albañiles-, a excepción de una mujer que en ese momento se encontraba trabajando en un galpón de empaque. Esta ocupación suele ser muy importante como fuente laboral, principalmente para las mujeres, durante la época de cosecha, entre enero y abril. El que no estuvieran empleados en el momento de la encuesta indica su carácter estacional. Entre los ocupados del sector primario, la gran mayoría son "asalariados rurales", sólo se identificaron dos "cuentapropista", un productor y una apicultora. Los barrios Viviendas Norte, 50 Viviendas y Costanera, son los que poseen mayor proporción de ocupados en el sector primario (61.5; 50.0 y 50.0 por ciento respectivamente). Por el contrario, en el Barrio La Chimpayense no se identificó ningún trabajador rural. Aproximadamente las tres cuartas partes de los ocupados del sector se desempeña como "peón rural", el 17 por ciento como "tractorista", trabajador más especializado, y el resto aparece como capataz, administrador, etc. En este sector se observa un predominio casi absoluto del sexo masculino. En general, la mujer aparece más como trabajadora temporaria, ya sea como obrera de chacra o jefa de cuadrillas en los parrales que posee una de las firmas líderes de la región. Esta actividad es una fuente de ingreso estacional no sólo para las mujeres sino también para los jóvenes de ambos sexos que estudian el resto del año. En el caso de los parrales, las jefas de cuadrillas denominadas punteras, suelen ser personal permanente que no sólo supervisan los trabajos de campo sino que además enseñan a atar las plantas y a realizar la "feminela", tarea que consiste en dejar la hoja principal y sacar las otras. Quienes se destacan en estas tareas suelen ser trasladadas a la cosecha e incluso al empaque de uva de mesa. Según comentarios de un informante de la empresa, la mano de obra femenina representa un 40 por ciento respecto del total de trabajadores y de ese porcentaje el 70 por ciento trabaja en la cosecha de la uva, la tarea que más mano de obra demanda. Como cabe esperar, la mayor diversidad ocupacional se detectó en el sector terciario en el que se advierte un continuun de ocupaciones con distinto grado de calificación. Aquí están fuertemente representado el trabajo de la mujer ligado a ocupaciones con marca genérica o "femeninas" tales como docencia, enfermería, quehaceres domésticos, niñeras, peluqueras, porteras, secretarias, y en menor medida tareas de costuras. (Kloster y otros, 1995). Entre las ocupaciones masculinas, predominan las de policías, choferes, taxistas, mecánicos y empleados administrativos.

12

Como se deduce del análisis de los datos de la encuesta, buena parte de la población de Chimpay obtiene sus ingresos de actividades permanentes y temporarias relacionadas con el sector rural, en gran medida, vinculados con las grandes empresas frutícolas que se establecieron en la región. Como se comentó, en la época de cosecha se alcanza el máximo de ocupación de mano de obra y, como ocurre en el Alto Valle, es necesario recurrir al aporte de trabajadores de otros lugares. En este sentido, las

respuestas a la pregunta acerca del

origen de los trabajadores temporarios indican el predominio de los procedentes del Noroeste del país y, cabe agregar que de ellos, el 66.2 por ciento es reconocido como tucumano (Famaillá, Monteros, Aguilares, Banda del Río Salí, entre las localidades de origen más frecuente).

Chimpay. Lugar de origen de los trabajadores temporarios. Año 1999.

70 60

Porcentaje

50 40 30 20 10 0 Origen Noroeste San Juan y Mendoza Resto pcia. Río Negro Otras provincias Otro país

Fuente: en base a las encuestas realizadas por la cátedra de Geografía Agraria en la localidad de Chimpay, Valle Medio. Octubre de1999.

Esta característica concuerda con la situación planteada en las áreas de fruticultura del Alto Valle desde la cosecha 1978-1979, coincidente con el conflicto por el Canal del Beagle. En esa oportunidad se buscó reemplazar a la tradicional mano de obra chilena por otra de origen nacional, encontrando en el sector Noroeste del país un

13

espacio complementario ya que las actividades productivas de la misma, emplean intensivamente la mano de obra desde mayo a octubre para la zafra azucarera. Si bien en cada temporada los gobiernos provincial y locales reclaman la ocupación de mano de obra regional, las empresas continúan empleando trabajadores del norte argumentando la calificación que se ha realizado con los mismos desde las empresas. El segundo espacio en importancia es el correspondiente al área cuyana, con la aclaración de que algo más del 81 por ciento de los trabajadores de este origen son sanjuaninos, la mayor parte de ellos, en relación de dependencia con la empresa Expofrut que los contrata en el lugar de origen para la cosecha de uva. Estos trabajadores realizan un circuito espacial entre las explotaciones y el packing que la empresa posee en la provincia de San Juan (Albardón y Caucete) y en el Valle Medio rionegrino. Este flujo de mano de obra estacional se da a partir de 1997 cuando entran en producción las plantaciones de vid en esta última regió n. Aquí es necesario aclarar, que si bien en mayor proporción es mano de obra para la cosecha de uva, también existe un intercambio del personal técnico de empaque y control de calidad. Otro grupo de trabajadores proviene del resto de la provincia de Río Negro, de ellos, la mayor proporción corresponde a distintos lugares del Alto Valle (alrededor del 57 por ciento) mientras que es similar el porcentaje de los procedentes de otros lugares de Valle Medio y de la Línea Sur de Río Negro. La mayor parte de los trabajadores temporarios que vienen del Alto Valle, provienen de las localidades rionegrinas de Villa Regina, Roca y Allen. Esta última localidad marcaría el límite de oferta de la mano de obra estacional orientada a satisfacer la demanda del Valle Medio. Al igual que lo mencionado para San Juan este movimiento de trabajadores estaría vinculado con la presencia en ambas áreas productivas de empresas frutícolas como Expofrut y Moño Azul y el consiguiente traslado de trabajadores entre sus explotaciones. Por otra parte, en la época de mayor demanda de mano de obra las grandes empresas trasladan diariamente a los trabajadores desde las distintas localidades del Valle Medio hasta sus explotaciones y plantas de empaque, con colectivos contratados por las firmas. Los trabajadores procedentes de países limítrofes (sólo se detectaron de Bolivia y Chile), constituyen una minoría y no arriban directamente desde el país de origen sino que, generalmente provienen del Noroeste del país y del Alto Valle, lugares en los que están localizados de modo más o menos permanente.

14

Por información de la encuesta se sabe que alrededor del 70 por ciento de los trabajadores temporarios migrantes realizan tareas de cosecha, un 12 por ciento es contratado para el raleo realizado entre octubre y noviembre y es común que estos trabajadores se queden para la tarea de recolección de la fruta. En general, se comenta que los trabajadores vienen solos y en pequeña proporción algunos lo hacen con el grupo familiar. Las empresas prefieren que los trabajadores se trasladen sin sus familias y la infraestructura habitacional destinada a la mano de obra estacional, está organizada para la convivencia de hombres solos. Por otra parte, sería muy costoso para el cosechador trasladarse con su esposa e hijos menores. Según información recabada en terreno, aproximadamente las tres cuartas partes de los trabajadores temporarios extraregionales viven en gamelas que poseen las grandes empresas en sus explotaciones. "Viven en las chacras"; "viven hacinados en habitaciones muy chicas", "viven en conventillos", manifiestan los encuestados cuando se pregunta por la localización de los trabajadores estacionales. Alrededor de un 20 por ciento alquila habitaciones en el pueblo, en general, son los que arriban con su núcleo familiar. Respecto a las diversas actividades del sector primario cabe hacer otras observaciones sobre las condiciones laborales y salariales de los trabajadores rurales. En noviembre de 2000, los diarios regionales hacían visible una situación que en la actualidad se plantea como una tendencia creciente: el sistema de trabajo tercerizado a través del accionar de "falsas cooperativas". Aproximadamente 100 obreros rurales se movilizaron en la localidad de Lamarque y cortaron el acceso al establecimiento El Curundú, el más importante de la empresa Expofrut. El propósito de la protesta, era dejar sin efecto esta forma de contratación que no les aseguraba un salario mínimo y digno, y volver al viejo sistema de relación de dependencia con la empresa. En un principio, la cooperativa Colonia Barranquero de origen mendocino contratada por la empresa para reclutar mano de obra estacional, pagaba 1,40 pesos por planta raleada, luego ese valor descendió a 0,90 y finalmente se bajó a 0,14 peso. Bajo estas condiciones, un trabajador que realiza tareas a lo largo de 8 horas recibe un pago diario entre 3,50 y 4,00 pesos sin beneficios sociales, es decir, sin obra social ni salario familiar; cuando por ley los trabajadores rurales deberían cobrar 11,66 pesos diarios. Estas condiciones también son sufridas por los trabajadores que llegan desde otras provincias, especialmente del norte del país quienes además, se quejan por las

15

deficitarias condiciones de alojamiento. Así, mencionaba al Diario Río Negro un trabajador tucumano: "Nos trajeron engañados porque nos dijeron que nos iban a pagar 16 pesos el día y resulta que no tenemos ni donde dormir". (Diario Río Negro y La Mañana del Sur, 17 de noviembre de 2000) La actuación de este tipo de organizaciones fue prohibida por Ley Nacional a partir del año 1994, pero dicha normativa no abarcaba a aquellas cooperativas que funcionaban con anterioridad a esa fecha. Las grandes empresas contratan a estas cooperativas en los momentos de fuerte demanda de trabajo temporario, como la poda, el raleo y la cosecha. La empresa le paga a la cooperativa y disminuye de esta manera sus costos laborales porque bajo esta forma de tercerización del trabajo, evita pagar los costos que implican los beneficios sociales adquiridos por los trabajadores. Con lo cual se tiende al aumento de la precarización laboral, entendida ésta tanto por la existencia cada vez mayor de contratos temporarios como por la ausencia de registro de los trabajadores que se expresa como se mencionara, en la ausencia de cobertura social: obra social, aportes jubilatorios, indemnizaciones, etc.

Algunas consecuencias derivadas de la radicación de las grandes empresas frutícolas 1.- Cambios en el paisaje y en la estructura agraria El primer signo evidente es el de los cambios en el paisaje y en la estructura agraria a partir de la incorporación de espacios utilizados previamente de modo muy extensivo y la intensificación del uso del suelo con cultivos perennes. La incorporación del Valle Medio a la actividad agrícola con una estructura productiva moderna y de capital intensivo, permitió incrementar los volúmenes de fruta producidos en la provincia de Río Negro conforme las normas de calidad exigidas por el mercado internacional. En la actualidad y de acuerdo con los datos provenientes del Censo Agrícola provincial, de las 38.000 hectáreas existentes, el 29 por ciento se encuentra cultivado. (Censar, 1994). La actividad frutícola se desarrolla en el 56 por ciento de la superficie cultivada, siendo los cultivos más importantes los frutales de pepita –manzanas y peras-, destinados en su mayor parte al mercado externo y en menor medida, al mercado nacional.

16

El intenso proceso de concentración de la tierra se tradujo en la subordinación y desaparición de gran parte de los pequeños y medianos productores, quienes al no poder reconvertir sus explotaciones, las abandonan por falta de rentabilidad. Ocasionalmente, se observan situaciones de arriendo de las tierras, pero en mayor proporción las chacras quedan abandonadas, mientras los productores se radican en los centros urbanos del lugar ocupándose generalmente en tareas terciarias o trabajando en relación de dependencia con las grandes empresas. "Los cambios se observan en el aumento de la producción y en la quiebra de las chacras chicas", comentan algunos encuestados. 2.- Transformación del mercado de trabajo. Como consecuencia de la incorporación del Valle Medio en el esquema de acumulación mundial a partir de los años noventa, no sólo se produjo una revalorización del espacio sino que también se generó una nueva configuración del mercado de trabajo regional. Se observa, por un lado, una demanda de mano de obra con diferentes grados de calificación y permanencia y por otro, un incremento relativo de trabajadores asalariados al tiempo que diminuye el peso de la mano de obra familiar de gran importancia en la actividad tradicional del Valle Medio (producción de tomate). (Steimbreger, 1999) Este fenómeno, que comienza en la década del ochenta y se profundiza en los años noventa, tiene impacto en la población del lugar, tanto en el incremento de la misma como en las modalidades de su estructura ocupacional ya que se produjeron cambios en el proceso productivo de la región al pasar de actividades agropecuarias muy extensivas a una agricultura intensiva con mayores requerimiento de fuerza de trabajo. En un primer momento y a medida que se incorporan tierras, estos requerimientos son para la sistematización y plantación del monte frutal y una vez que las plantaciones comienzan a entrar en producción, para la realización de las distintas tareas culturales que requiere la fruticultura a lo largo del año: poda, raleo, limpieza de canales y muy especialmente, la cosecha. En el cuadro se puede observar la cantidad de mano de obra familiar y no familiar, permanente y temporaria vinculada a la explotación agrícola. Cuadro 3. Valle Medio. Cantidad de mano de obra agrícola (incluido el productor) Región

Productores

Mano de obra asalariada

17

Mano de obra

Permanente

Temporaria*

1.180

879

familiar Valle Medio

1.190

2.014

* Se trata del promedio anual de requerimiento de mano de obra temporaria. Fuente: Censar'93. Provincia de Río Negro, 1994.

Respecto de la característica de los puestos de trabajo que generan las grandes empresas se puede decir que se trata de una forma de empleo que especula con el pago de salarios bajos y que en opinión de personas que no están ocupadas en esta actividad ha contribuido a "achatar" los niveles salariales de la región. "La gente tiene más trabajo por la fruta, es trabajo mal pago, ocupan mucha mano de obra inmigrante", "los trabajos se pagan mal y la gente que viene de afuera acepta sueldos más bajos", "más trabajo, pero pagan poco y los contratos son temporarios", "el sueldo no es mucho pero lo bueno es que Expofrut y Moñ o Azul pagan a término", "antes de la llegada de las grandes empresas las que estaban, que eran chicas, pagaban más", "tienden a ocupar a los jóvenes, los obreros más viejos se quedan sin trabajo", son comentarios de los encuestados que traducen las situaciones más comunes de precarización del empleo. "Parece estar empezando a ocurrir, como afirma Murmis (1994), un curioso fenómeno, el de convertir la precariedad en norma, o sea, convertir en legales, condiciones de trabajo consideradas "negras". (Aparicio y Benencia, 1999). Como se mencionó, un cambio que requiere ser resaltado en relación con la llegada de las grandes empresas, es la inserción de la mujer no como mano de obra familiar agrícola sino como asalariada rural en el mercado de trabajo local, en general como trabajadora temporaria. Su participación está íntimamente vinculada con la producción de uva para mesa, en tareas de campo y en el galpón de empaque. Al respecto, un encuestado mencionó "hay más trabajo femenino; las mujeres de Chimpay trabajan en Expofrut con la uva para exportación". Por otra parte como la modalidad de trabajo estacional es una de las más generalizadas, fuera de la época de cosecha, se originan situaciones de desempleo y subempleo de la mano de obra durante una parte del año. En estas circunstancias aparece la intermediación del Estado con programas asistenciales como la creación de comedores

para

familias

carenciadas,

entregas

de

alimentos

y

subsidios

para

18

desempleados,

acciones que favorecen la existencia de mano de obra abundante y de

bajo costo para las empresas.. En definitiva, las nuevas fuentes de trabajo no aumentaron en la misma proporción que la magnitud de las inversiones realizadas en la región; mientras tanto la población de las localidades de Valle Medio se ha incrementado considerablemente, con alto costo para los gobiernos municipales.

3.- Consecuencias sociodemográficas y en algunas características urbanas Las respuestas sobre la existencia o no de cambios en Chimpay a partir de la llegada de las empresas son mayoritariamente afirmativas. Casi todos los encuestados coinciden en que la localidad creció, entre otras razones, porque muchos trabajadores temporarios se han ido quedando, circunstancia que impulsó la construcción de viviendas y la expansión física de la localidad. Así por ejemplo identifican al barrio 31 viviendas con radicación de trabajadores de otros lugares, situación que coincide con los datos de la encuesta (casi el 53 % de los encuestados en ese barrio nació en otro lugar, la mayor parte en otro lugar de la provincia de Río Negro) El crecimiento poblacional se tradujo en un mayor dinamismo comercial y en este sentido se puede menciona que "hay más movimiento, más negocios, más supermercados" esto en coincidencia con la aparición de dos supermercados (súper a escala local), otros comercios menores y una base de taxis. También hay menciones de mejoras observadas en la infraestructura de escuelas, hospital, "hay más servicios comparados con 10 años atrás", dicen. Pero estas afirmaciones no son tan contundentes como las relacionadas con la dinámica comercial. Queda claro en las respuestas que los supermercados venden más en época de cosecha: "los supermercados y taxistas esperan la temporada"; "cuando los obreros de las empresas frutícolas cobran se nota cómo cambia la situación económica de todo el pueblo. Trabajan más los taxistas, hay mucha gente en los supermercados", Si se asocia esta dinámica estacional con el monto de los salarios percibidos, que en promedio rondan los doscientos pesos, se comprende que la actividad comercial queda reducida a la adquisición de alimentos y algunas pocas cosas más. "los sueldos son bajos, pero nos permiten sobrevivir" comentan muchos encuestados y otro agregó: "es un sueldo para sobrevivir sólo para las cosas básicas". 19

4.- Consecuencias para el Municipio y la región. Para el Municipio también se pueden mencionar otras consecuencias pues, éste, según comentarios recogidos en el área, es quien se hace cargo de la extensión de las redes de gas y electricidad para que lleguen a las grandes explotaciones, también se ocupan de mejorar la red vial vecinal, pero sin que exista un aumento significativo de las contribuciones tributarias debido a la localización "extramunicipal" de las grandes firmas y debido a que por los bajos salarios percibidos gran parte de las familias no puede afrontar el pago de los impuestos. En general los beneficios obtenidos por las empresas de origen nacional y/o transnacional no son reinvertidos en el ámbito local, salvo en la infraestructura necesaria para asegurarse la reproducción de su propio capital. Esta situación fue remarcada por algunos encuestados de la siguiente manera " Hay más trabajo, pero la mayoría de la plata de las chacras no queda en el pueblo sino que (las empresas) se la llevan". El incremento de población obliga a construir planes de vivienda y a asistir a una mayor proporción de personas en los sistemas de educación y salud, entre otros. Asimismo ya se comentó el peso que tienen los desocupados y subocupados para el estado por el predominio del trabajo estacional.

Bibliografía Aparicio, S, Benencia, R 1999. "Empleo Rural en la Argentina". En: Empleo Rural en tiempos de flexibilidad. Buenos Aires. Editorial La Colmena. Castello, H.; Pacenza, I. y Izurieta, C. 1990. “La actividad frutícola en el Alto Valle del Río Negro”. En Graciela Gutman y Francisco Gatto (compiladores): Agroindustrias en la Argentina. Cambios organizativos y productivos (1970-1990). Centro Editor de América Latina. Buenos Aires. Diario Río Negro. Varios números, años 1995, 1998, 1999, 2000 y 2001. Diario La Mañana del Sur. Varios números, años 2000 y 2001. INDEC. 1999. Los Municipios de la provincia de Río Negro. Estadísticas Básicas. Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos. Argentina. INDEC. 1999. Los Municipios de la Microrregión Valle Medio del Río Negro. Serie Estadísticas Municipales. INDEC–CONADEPA. Secretaría de Programación Económica y Regional, Ministerio de Economía. Argentina. 20

Informe Frutihortícola, 2000, Año XV, Nº 174, 182 y 184. Kloster, Elba y Steimbreger, Norma. 2001. Informe de avance del proyecto: Dinámica económica y sociodemográfica de la provincia de Río Negro. 1970-2000". Neuquén. Universidad Nacional del Comahue. Kloster, Elba E. 2001. "Transformaciones económicas y sociales en el marco de la globalización y de las políticas de ajuste en el norte de la Patagonia". Ponencia presentada en el 8º Encuentro de Geógrafos de América Latina. Santiago de Chile. Kloster, Elba (dir.); Steimbreger, N.; Vecchia, M.; Kreiter, A. y Giordano, A. 1995. Actividad económica femenina y rol social de la mujer en tres localidades neuquinas. Departamento de Geografía, UNCo. Neuquén. Inédito. Lara, Sara María. 1998. “Globalización económica y flexibilidad productiva en la agricultura”, en Nuevas experiencias productivas y nuevas formas de organización flexible del trabajo en la agricultura mexicana. México. Juan Pablos Editor. Manzanal, Mabel. 1982. Agroindustria en el Norte de la Patagonia. CEUR. Buenos Aires. Ozino Caligaris, María; Radonich, Martha y Steimbreger, Norma. 1998. “Nuevos” espacios productivos en la nordpatagonia argentina: el Valle Medio del Río Negro”. En Tomo III.A, V Congreso Latinoamericano de Sociología Rural, Chapingo, México. PROVINCIA DE RIO NEGRO. 1994. Censar’93. Río Negro. Ministerio de Economía, Subsecretaria de Fruticultura. PROVINCIA DEL NEUQUEN. 1994. Censo Frutíhortícola 1994. Neuquén. Radonich, Martha y Steimbreger, Norma. 1999. “Estrategias empresariales y modalidades de expansión territorial”, en Bendini y Tsakoumagkos (coord.) Transformaciones agroindustriales y laborales en nuevas y tradicionales zonas frutícolas del norte de la Patagonia. P.I.E.A. 10-GESA 3, en coedición UBA y FDyCS de la UNCo. Buenos Aires Steimbreger, Norma. 1999. Reestructuración de la agricultura y nuevos espacios de producción. Trabajo realizado en el marco de la Maestría en Sociología de la Agricultura Latinoamericana. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Comahue. Neuquén. Inédito. Teubal, Miguel. 1999. "Complejos y sistemas agroalimentarios. Aspectos teóricometodológicos". En Norma Giarracca (coord.), Estudios rurales. Teorías, problemas y estrategias metodológicas. Editorial La Colmena. Buenos Aires. Vapnarsky, César. 1983. Pueblos del Norte de la Patagonia. 1779-1957. Editorial de la Patagonia. Fuerte General Roca. Buenos Aires.

21

Suggest Documents