El Valle de Sombras y de Muerte

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El Valle de Sombras y de Muerte

En el perfil de la profecía, Dios compara a este mundo como un ardiente y desolado desierto. El Eterno dice: “os traeré al desierto de los pueblos, y allí, cara a cara entraré en juicio contra vosotros” Ezequiel 20:35

Introducción En la multiforme sabiduría de Dios revelada en su Palabra escrita, nos ha dejado diversidad de Mensajes para que nosotros los mortales podamos captar, lo que en el trasfondo de esas letras, el único Sabio y Verdadero Dios nos quiere decir. En disertaciones anteriores hemos meditado la travesía de Israel por los desiertos de Suhr, Sin, y de Sinaí. Por cuarenta años los hizo caminar en esas infecundas tierras donde escasea el agua, la comida e impera la soledad, y la única melodía que se escucha es el “graznido de los cuervos” precipitándose en los moribundos cuerpos que caen desplomados por falta del precioso líquido. ¿Qué Mensaje nos quiere dar Dios en la vida del desierto?

¿Por qué Dios compara al mundo como un desierto? Y David dice: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.” Salmo 23:4 El Rey de Israel compara el transitar de este mundo como un valle de sombras y de muerte, y visto esto desde la óptica espiritual así es el mundo, un ardiente y bronceado desierto, donde sus habitantes mueren de insolación espiritual, por que lo que más escasea en este valle de sombras es el Agua de la Vida. “He aquí vienen días, dice el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Dios. E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra del Señor, y no la hallarán.” Amós 8:11 – 12

E

l Apóstol Pablo, cuando relata en el capítulo 10 de la carta a los Corintios describe las experiencias de los hijos de Israel durante los cuarenta años en el desierto, y al llegar al versículo 11 leemos: “estas cosas les sucedieron por ejemplo, y fueron escritas para advertir a los que han llegado al fin de los siglos” 1 Corintios 10:11

¿Cómo es la vida en un desierto? 2

Tierra infecunda y movediza, plagada de peligros y de sinsabores, allí abundan el sixeo de las ciegas serpientes. En los tiempos pasados, cuando el único medio de transporte era los fortachones y airosos camellos que desafiaban las dunas de estas infecundas tierras, era muy común ver a estos animales cómo de repente se desplomaban en la arena al ser atacados por nidos de víboras. Los hijos de Israel, durante la travesía de Zin, Suhr, Sinaí, por su desobediencia con Dios, el Señor los desamparó y pasaron momentos cruciales al ser atacados por las serpientes que duermen bajo la arena: “Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino. Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano. Y el Eterno envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel.” Números 21:4 – 6

Juan El Bautista comparó a cierto grupo religioso como estas serpientes que moran en los desiertos: “Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?” Mateo 3:7 Los demonios son prototipo de las serpientes, encarnándose en los hombres malos, están mordiendo a la humanidad y la llevan cautiva a la muerte. Así como en el pasado, las diversas rutas donde transitaban las caravanas por el desierto estaban marcadas por osamentas de hombres y animales, igual en este mundo todos los caminos de la vida están señalados por signos de muerte en forma de cruz, indicando que aquí y allá han habido muertos; no se equivocó David al decir que este es: “un valle de sombras y de muerte” La única manera para espantar las serpientes que atacan durante las frías noches del desierto es mantener una antorcha encendida, así no se acercan ni los rapaces cuervos, ni los venenosos reptiles, igual en lo espiritual, la única manera para que los demonios no nos muerdan es mantener encendida la antorcha de Dios en nuestra vida: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar

En el sentido espiritual, en este mundo abundan esos nidos de serpientes, donde el que se descuida lo muerden y lo muerden hasta llevarlo a la muerte. 3

oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” 2 Pedro 1:19 El Apóstol nos recomienda que estemos atentos a la luz de esta antorcha, la cual es profecía, enseñanza y sirve para ver el camino y poder detectar el peligro de las asechadoras serpientes ¡Pero cuidado con esto! Alimentemos siempre la antorcha, que nunca se nos apague, el demonio tratará siempre por todos los medios de enviarnos vendavales tras vendavales para apagarnos la única luz que tenemos en este desierto de la vida, y esos vientos con tormentas de arena podrían ser las falsas doctrinas, como dice Pablo: “para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error” Efesios 4:14

En este desierto simbólico que es el mundo estos vendavales de arena podrían ser los problemas, las angustias de la vida, las cuales estamos expuestos a sufrir, pero debemos prepararnos espiritualmente para soportar, como escribió Pablo: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.” Romanos 8:35 – 36 Una oleada de viento del desierto nos puede apagar la antorcha de la fe y de la esperanza, nos puede apagar las pupilas de nuestros ojos espirituales con esa avalancha de arena que levante, y podremos quedar ciegos de nuestros ojos espirituales y perder el camino, perder la ruta hacia el oasis, y nos tocará vagar como Israel en el desierto hasta que nuestra vida se consuma en este ardiente desierto de la vida; porque: “… porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va” Juan 12:35

Los vientos que soplan en los desiertos se convierten en tormentas de arena y a los caminantes se les llenan los ojos perturbándoles la visión, la cual puede ser motivo para perder el camino; solo con las lágrimas de los mismos ojos esas arenas se limpian.

Y como ya dijimos que lo más escaso en este desierto de la vida es el agua pura y cristalina de la Palabra de Dios, el mundo está gimiendo por esa refrescante agua para el alma: “Como el siervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, OH Dios, 4

el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?” Salmo 42:1 – 2 Este es el estado espiritual de una persona que tiene sed de Dios en el desierto de la vida y ha andado errante de aquí para allá, buscando el refrescante oasis del Señor. El demonio se aprovecha de esta coyuntura y ha abierto sus ríos de agua sucia de doctrinas falsas para envenenar el alma de los hombres: “… Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer agua como un río para que fuese arrastrada por el río, pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca” Apocalipsis 12:14 – 15 Esa simbólica mujer que huye del dragón al desierto es el pueblo de los Santos del Altísimo, el dragón es el demonio, el desierto es el mundo, ¡Sí! Ese mundo de palacios y de lujosos oropeles es un incomodo desierto para el pueblo de Dios, y el demonio persiguiéndolo arroja de su boca impetuosos ríos de doctrina para quererlo ahogar, y la tierra que ayudó a la mujer abriendo su boca para absorber esa sucia agua es el Mundo Mundo, el pueblo pueblo que cree cualquier cosa, se engulle cualquier tipo de doctrina por no haber encontrado el cristalino oasis de aquel que dijo: “… si alguno tiene sed venga a mi y beba, el que cree en mi, como dice la escritura, de su

interior correrán ríos de agua viva” Juan 7:37 – 38 No es cualquiera que descubre el refrescante Oasis de la Palabra de Dios en este desierto de las gentes, la mayoría se queda bebiendo de los contaminados pozos que la serpiente antigua ha hecho, por que no es tan fácil encontrar el Camino que lleva al manantial de la vida: “porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” Mateo 7:14 Entre los laberintos de caminos que el hombre ha hecho en este transitar del desierto de la vida, es fácil perderse y difícil encontrar la estrecha puerta y el angosto camino que lleva al refrescante manantial. Pero en esta soledad y yermo espiritual se escucha una poderosa: “voz que clama en el desierto: preparad camino al Eterno; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios” Isaías 40:3 En medio de tantas vociferantes y distorsionadas voces se escucha la poderosa voz de Dios que nos grita: “…Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos” Jeremías 6:16 Está claro que en este mundo, hay tantos falsos evangelios que el demonio ha inventado para medio 5

Una Voz en el Desierto

quebrantarles la sed a los hombres y entretenerlos en esa disyuntiva de la vida; en vez de darles agua fresca los está terminando de atormentar con “agua ardiente” y que a la postre no beben ni comen nada: “Y les sucederá como el que tiene hambre y sueña, y le parece que come, pero cuando despierta, su estómago está vacío; o como el que tiene sed y sueña, y le parece que bebe, pero cuando despierta, se halla cansado y sediento…” Escribió Isaías en el capitulo 29:8 Así son los falsos evangelios, no sustentan el alma, solamente la hacen vivir momentos de éxtasis, de emocionalismo que no son mas que “espejismos”, cosas que en la realidad no existen; pero cuando se acaba ese ánimo vuelve la tristeza, la angustia y la soledad.

El Dios Todopoderoso comparando este mundo como un desierto, simbólicamente levantó una Voz que clamara buscando a todos los extraviados para señalarles el Camino que conduce al oasis de la vida: “En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas. Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre. Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.” Mateo 3: 1 – 6

Lo mismo le sucede a alguien que está perdido en un desierto literal, en sus espejismos mira agua cristalina y refrescante, pero nunca llega al oasis.

Juan, el hijo del sacerdote Zacarías, se convirtió de repente en un enigmático hombre, si se quiere de carácter excéntrico, viviendo en la soledad, haciendo el trabajo de un beduino, pero no de un beduino cualquiera, sino alguien exclusivo enviado por Dios en el cumplimiento de los tiempos para presentarle al mundo EL CAMINO que

Mejor parémonos como dice el profeta y preguntemos por la senda antigua hasta encontrar el verdadero Camino que nos lleve al manantial de Dios, como dice el profeta: “De ti brota el manantial de la vida y en tu luz vemos la luz” Salmo 36:9 6

conduce a la fuente inagotable de la Vida Eterna. Y esa senda que Juan estaba señalándoles a los extraviados judíos en aquel momento, era nada menos que a Jesús, pues es Jesucristo el Camino, la Verdad y la Vida, y el hombre vestido de cuero de camello gritando en el desierto de la vida, su principal trabajo como profeta era presentar a Jesucristo ante el mundo: “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.” Juan 1: 29 – 34

Tiempos aquellos en que los hijos de Abraham como todos los descendientes de Adán se habían apartado de Dios, andando por sus propios caminos, y a esos confusos y obscuros laberintos del desierto de la vida llegó Juan el bautista a gritarles con su Voz vibrante que dejaran esas tortuosas sendas las cuales precipitadamente conducen a la muerte; Juan gritaba: “Arrepentíos, por que el Reino de los Cielos se ha acercado” Mateo 3:2 Esta palabra Arrepentirse quiere decir cambiar, cambio de camino, de estilo de vida, de mente, cambiarlo todo y caminar por la senda angosta donde son pocos los que andan por ella. El Mensaje de Juan el Bautista sigue vigente. Esa Voz que clama en el desierto de las gentes todavía resuena en el tímpano de los hijos de los hombres, El Profeta sigue diciendo: “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al Eterno, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.” Isaías 55:7 El hombre va precipitadamente por diversas y peligrosas sendas que lo están llevando a la muerte, pero no quiere regresarse, no quiere volverse de su mal camino, porque está escrito: “Hay camino que parece derecho al hombre, Pero su fin es camino de muerte.” Proverbios 16:25

En aquellos momentos que apareció la Voz clamando en el desierto, fueron tiempos de tremenda efervescencia religiosa, se levantaron varios pretendiendo ser el Mesías; un tal Teudas, y Judas el galileo entre otros. 7

así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas” Hechos 24:14 Pablo estaba absolutamente cierto y más allá de cualquier duda, que Jesús, en este inhóspito desierto: “es el camino, la verdad y la vida, y que nadie llegará al Padre sino por Él” Juan 14:6

El Todo Poderoso le sigue gritando al hombre que cambie de ruta, que cambie su manera de vivir y que entre al Camino de Dios, pero como dice el profeta que los hombres dijeron “no andaremos” Y no simplemente se han negado a andar por ese Camino sino que lo han contradicho, maldecido, y hasta lo han querido borrar para que otros que quieren caminar no lo hagan: “Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno.” Hechos 19: 8 – 9 De esa manera los cegados judíos de espíritu rebelde y contradictor fueron los que al principio maldijeron este Santo Camino nuevo y vivo que JESUCRISTO vino abrirnos. Pablo, que antes había sido enemigo de Jesucristo, pero cuando Dios le dio el espíritu de revelación entendió cual era la Senda que conduce a la Vida, mas tarde en su defensa cuando injustamente fue acusado por el Sanedrín Judío dijo: “Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía,

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